Alumno: Daniel Pradines
Asignatura: Ciclo de
integración básico clínico
Docente: Pilar Olivos
Es una enfermedad del sistema respiratorio que consiste
en la infección e inflamación de los espacios alveolares de
los pulmones. La neumonía puede afectar a un lóbulo
pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de
lóbulo, a los alvéolos próximos a
los bronquios (bronconeumonía) o al tejido
intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace que
el tejido que forma los pulmones se vea
enrojecido, hinchado y se torne doloroso
Fiebre elevada
Dificultad para respirar, respiración rápida
y superficial
Dolor en el pecho o espalda
Tos con flema amarillo-verdosas o a veces
tos seca
Escalofríos
Sudoración
Cansancio extremo
El diagnóstico se realiza a través del cuadro
clínico, la radiografía de tórax y cultivos de
laboratorio que permiten conocer cuál es el
germen que causa la enfermedad y la
sensibilidad a los antibióticos comunes.
Se pueden obtener cultivos de sangre
(hemocultivos)y de expectoración (esputo o
secreciones respiratorias)
Diferentes estudios clínicos demostraron que los bebés y los niños menores de 2 años se encuentran en riesgo de padecer enfermedades por neumococo. Esto se debe a que los niños pequeños no tienen adecuadas y suficientes defensas para luchar contra esta bacteria que vive en la nariz y garganta de niños sanos y los adquirieron de sus hermanos padres u otros niños durante los primeros años de vida. Esto no significa que todos los niños que tengan neumococo presenten la enfermedad.
La neumonía puede tratarse con
antibióticos, los cuales suelen recetarse en
centros de salud u hospitales, pero la
inmensa mayoría de los casos de neumonía
infantil pueden tratarse eficazmente en el
hogar. Se recomienda la hospitalización de
los lactantes de dos meses o menos, así como
de los casos muy graves.
Hay pocas medidas para evitar la aparición
de una neumonía. En raras ocasiones se
adquiere por un contagio de otra persona y
las más frecuentes se originan por gérmenes
que habitan en nuestras vías respiratorias.
Puesto que muchas de las neumonías
comienzan tras un proceso viral o gripal, la
vacunación anual antigripal es recomendable
las personas que pertenecen a grupos de
riesgo. Asimismo la vacuna antineumocócica
evita la aparición de neumonías con
bacteriemia causadas por neumococo.
La inmunización contra la Hib, neumococos, sarampión y tos ferina es la forma más eficaz de prevenir la neumonía.
Una nutrición adecuada es clave para mejorar las defensas naturales del niño, comenzando con la alimentación exclusiva con leche materna durante los seis primeros meses de vida; además de prevenir eficazmente la neumonía, reduce la duración de la enfermedad.
También puede reducirse el número de niños que contraen neumonía corrigiendo factores ambientales como la contaminación del aire interior (por ejemplo, no fumando al interior de la casa) y fomentando una higiene correcta en hogares hacinados.
A los niños infectados con el VIH se les administra el antibiótico cotrimoxazol diariamente para reducir el riesgo de que contraigan neumonía.
Según las cifras entregadas por la Subsecretaría de Salud Pública, en el año 1990 en nuestro país morían anualmente 747 niños, mientras que en 2008 la cifra descendió a 71. En términos porcentuales la reducción de la mortalidad en los niños fue de 90,4%, por lo que hoy se salvan alrededor de 676 niños más que en esa fecha.
Por su parte los adultos mayores también evidenciaron una mejoría. En 1990 fueron 3.572 adultos mayores los que fallecieron a causa de neumonía, dos décadas después esta cifra se redujo a 2.326, cantidad que se expresa en un 35%.
El objetivo principal de la creación de este
programa fue disminuir la morbimortalidad por
infecciones respiratorias agudas. Los objetivos
específicos eran reducir la mortalidad por
neumonía en menores de 1 año (con énfasis en la
disminución de la mortalidad
domiciliaria), disminuir las hospitalizaciones por
SBO (síndrome bronquial obstructivo), reducir el
uso de fármacos inapropiados (en especial el uso
irracional de antibióticos) y, en último
término, pero no menos importante, dignificar el
nivel primario de atención, reconociendo la
importancia de su labor.
En primer lugar, focalización de la atención y de la educación, aplicando el puntaje de riesgo de morir por neumonía a toda madre consultante desde el control prenatal, del recién nacido y en adelante.
En segunda instancia, para mejorar el poder resolutivo de los Centros de APS, se planeó la elaboración de normas sindromáticas de diagnóstico, tratamiento y derivación, basado en una adecuada articulación entre los diferentes niveles de atención. Conjuntamente con esto se inició la creación, en los diferentes Centros de APS, de salas de hospitalización abreviada (HA), donde el kinesiólogo tendría un papel relevante.
Como otra forma de mejorar la calidad y resolutividad del nivel primario, se planteó la utilización racional de antibióticos y una modernización del arsenal terapéutico (incorporación de fármacos inhalatorios para el manejo de cuadros de IRA baja).
Respecto al área técnico-docente se propuso la incorporación de profesionales específicamente capacitados para gestionar, supervisar y evaluar el programa en cada comuna, quienes deberían a su vez capacitar a otros profesionales, al resto del equipo de salud y a la comunidad (monitores de salud).
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0370-41062001000400003&script=sci_arttext
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs331/es/index.html
http://www.saludactual.cl/news/reduccion_de_muertes_por_neumonia.php
http://www.previeneelneumococo.com/neumonia/neumonia_quees.aspx