Propuesta de Cambio del Sistema de Decisión de la Carrera
Por Instrumento Superior de Asamblea (ISA)
Todas las sociedades que han debido de organizarse para afrontar los retos que
significan el vivir una existencia en común, en lograr objetivos comunes y alcanzar
el ideal de bienestar, han debido constituirse primero con marcos legales que
puedan sustentar y dar legitimidad a sus actividades, y órganos de información,
consulta, discusión y decisión que puedan facilitar y estructurar sus esfuerzos.
El momento que estamos viviendo como carrera es preocupante. Luego de la
primavera que supuso el advenimiento del Sistema de Delegados, éste se ha
desvirtuado en los acontecimientos que de las últimas semanas, con un comunicado
emitido en nombre de la Carrera pero sin la voluntad de la carrera presente, y una
toma de recinto que no deja de provocar suspicacias por su legitimidad. En medio
de la crisis de representación que supone un sistema donde sus integrantes, a pesar
de ser enviados como entes imbuidos sólo del imperium de informar y moderar las
instancias, han pasado a demostrar abiertamente y sin arrepentimientos sus
tendencias, abandonando la cuota de neutralidad que como miembros de una
institución, tienen la obligación de cumplir.
Pero más allá de que si es un Centro de Estudiantes lo que se necesita (estando quien
escribe a favor de aquello), o mantener el Sistema de Delegados, es la cuestión sobre
cómo tomamos las decisiones en nuestra carrera lo que le da forma a este
documento. Muchos se han decantado por darle a la Asamblea de Carrera una
importancia gravitante en este sentido, pues ha sido naturalmente y por mucho
tiempo, la instancia en la cual se han puesto todas las cartas sobre la mesa, y que
posee el sentimiento de representatividad mayor.
Sin embargo, caer en un asambleísmo supone también sus peligros. El principal de
ellos, es el estado de vicio en el cual la asamblea como órgano resolutivo puede caer,
y que se ha presentado de forma patente en la última del día martes 26. Los dos ejes
de este vicio de decisión son componentes de carácter político por un lado, y de
participación por el otro. Sobre el componente político, no se trata de que no se
pueda tener una postura respecto a lo que se va a discutir en la asamblea, sino que
esta postura no puede reinar en el clima de la discusión. Dicho de otra forma, no
podemos votar un paro conscientemente si todo el clima en donde se enmarca la
decisión ya está desbalanceado hacia una postura determinada, eso inutiliza la
misma instancia en tanto no se asegura que la dicotomía de opiniones puedan
enfrentarse con igualdad, pues el campo de batalla está prácticamente zanjado para
la victoria de una idea incluso cuando la lucha ideológica no se ha presentado.
Evidentemente, esto no se puede controlar, y por lo mismo, la asamblea está
irremediablemente limitada a ser caldo de cultivo de un desequilibrio que si bien
puede enriquecer el debate, no suma a la generación de decisiones, desde el fragor
de la discusión es imposible tomar una decisión sin estar con la cabeza caliente, y
con todos los sesgos y actitudes antidemocráticas que esto puede producir. Desde el
componente de la participación, por una parte la asamblea no es numéricamente
representativa, en tanto si sólo se exige la participación de un 5% de los miembros
de la carrera, entonces ese 5% está decidiendo por el otro 95% restante. Claro, puede
responderse señalando que la asamblea es una instancia abierta, donde todos
pueden participar, mas, ¿esto es cierto? ¿Cuántas personas realmente participan
emitiendo una opinión en la asamblea? Aunque sean 70 u 80 personas las que
asisten, tan sólo 20 (y es una cifra generosa), las que emiten su postura
efectivamente. Además, nos hemos quedado en la visión fragmentaria de que la
asamblea es la única posibilidad de participación, y por tanto, las personas que
sencillamente no consideran que asistir a la asamblea sirva de algo, o que no asisten
por el clima de conflagración y la pérdida de tiempo en la que se cae, o por cualquier
otra razón en la cual no puede uno inmiscuirse y juzgar sin conocimiento, ni siquiera
desde un punto de vista moral en tanto una persona no vale más que otra, ni tiene
menor conciencia social que otra por no estar de acuerdo con las instancias
tradicionalmente impuestas. Ante esto, debemos exigirnos crear situaciones de
decisión que quiebren esto, no para restarle importancia a la asamblea, pues
considero que es un órgano imprescindible, pero hay que también ver sus limitantes.
La propuesta
Para tal propósito, se me otorgó la oportunidad de exponer un sistema que espero,
pueda mantener lo que se ha hecho y sobre la cual pueda construirse una nueva
dinámica, conforme a los tiempos y a los contextos que puedan aparecer en el futuro,
tanto en situaciones de paz, en las que se producirían nuestros desarrollos propios
de un organismo viviente como es la carrera, y en tiempos de stasis, o de conflicto
social, tanto entre nosotros mismos como referente al contexto de universidad o
nacional.
El sistema tiene su base en el equilibrio de poderes y en la búsqueda de toma de
decisiones informadas, conscientes, hechas con el tiempo prudente y posible, que
aseguren que se velará siempre por el interés superior de los estudiantes de la
Carrera de Historia, Geografía y Educación Cívica, teniendo como soporte necesario
una madurez política acorde con la edad, condición y expectativas que se forman en
un grupo de personas que se están preparando para ser profesores el día de mañana,
y que deben tener la suficiente coherencia y entereza para solucionar sus problemas
presentes, y ser capaces de inculcar una actitud ciudadana a los discentes que
tendrán en el futuro.
Se parte del fundamento que considera la existencia necesaria de 3 poderes o
capacidades en una organización: Capacidad de Ejecución, de Discusión y de
Decisión. Una que podría echarse de menos es la de Información, pero se sobre
entiende que esto es inherente a cualquier miembro de la carrera, y por tanto, se da
por sentado.
La capacidad de Ejecución se encuentra bajo el poder o de un Centro de Estudiantes
o el actual Sistema de Delegados; estos tienen el imperium (poder conferido), de
moderar las asambleas, de informar oficialmente, de reunirse y representarnos en
las instancias de relación con otros entes (Dirección de Carrera, Consejo de
Presidentes, etc.). La capacidad de Discusión por excelencia es la Asamblea, ya sea
por nivel o general; tiene el monopolio de instancia como formuladora de
documentos y comunicados, y posee un poder decisión amplio, excepto en
cuestiones que sean delegadas en los otros dos entes de capacidad. Finalmente, la
capacidad de Decisión recae en el Instrumento Superior de Asamblea (ISA), de
carácter vinculante y que representa la voluntad de la carrera como totalidad.
Sobre el Instrumento.
El Instrumento es una votación directa, pero mediatizada según cuotas de poder
igualitario para cada nivel, reunido en un sufragio universal de carácter
“obligatorio” y vinculante para quienes lo ejerzan.
La votación es convocada e informada con una anticipación prudente; se somete a
ésta a cada persona por nivel, a través de un delegado o encargado del C.C.E.E.,
Capacidad de
Discusión
ASAMBLEA
Capacidad de
Ejecución
CCEE/ Sist. Delegados
Capacidad de Decisión
Instrumento Superior
de Asamblea (ISA)
STASIS
INICIO DE MOVILIZACIONES
ESTATUTOS
OTROS
EMANACIÓN DE LA
VOLUNTAD DE LA CARRERA
PROPOSICIÓN DE
TEMAS/ MODERACIÓN
quien previamente debe leer el acta oficializada de la asamblea en la que se discutió
el tema a deliberar. Luego de ejercida la votación, su resultado detallado es enviado
al C.C.E.E. o al Consejo de Delegados, quienes hacen el cálculo según nivel y luego
el resultado es publicado en acta y a través de los canales de difusión pertinentes.
El cálculo se basa en otorgarle a cada nivel, entendiéndose éste como la unidad
fundamental de organización dentro de la carrera, una cuota de poder de decisión
lo más igualitaria posible. Para este efecto, cada nivel posee un porcentaje de
decisión de 25% si es que la decisión es sometida de 1° a 4° año, o de un 20% si 5°
año se integra a la deliberación. De tal forma que en un caso hipotético donde se
discuta, por ejemplo, la vigencia de un estatuto o la posibilidad del cambio de éste,
y que la población dentro de la carrera sea la siguiente (70 personas de 1°, 40 de 2°,
30 de 3° y 20 de 4°, no contando al Quinto año en este caso), y se obtengan los
siguientes resultados por nivel, la decisión quedaría de la siguiente forma:
Nivel Votación a favor Votación en
Contra
Porcentaje de
Poder de Decisión
PRIMERO 35 = 12,5% 35 = 12,5% 25%
SEGUNDO 40 = 25% 0 = 0% 25%
TERCERO 15 = 12,5% 15 = 12,5% 25%
CUARTO 15= 18,75% 5 = 6,25% 25%
TOTAL 68,75% 31,25% 100%
El sistema sólo considera los votos válidamente emitidos y que tomen posición, por
lo tanto, los blancos o la abstención no se toman en cuenta, de ahí el carácter
obligatorio, pues para ser visibles las opiniones deben manifestarse tanto o a favor
como en contra de la moción. En este caso, la moción es aceptada, los estatutos se
abren a reestructuración, y esta decisión es informada a toda la carrera.
Los requisitos del Instrumento es que sea deliberado y decidido su uso por la
asamblea, que se efectúe con anterioridad a una asamblea o instancia de discusión
pertinente, que se asegure que el acta oficial previa sea leída a la mayor cantidad de
estudiantes por nivel posibles, que no exista ninguna irregularidad en el proceso, y
que la contabilidad de resultados sea bajo supervisión de a lo menos 3 personas con
cargos ejecutivos.
Esto es un esbozo general del Sistema. En la jornada del día 27 de mayo se presentó
este bosquejo y recibió distintas indicaciones que serán tomadas en cuenta para la
reformulación del proyecto si es que existe la posibilidad de presentarlo en una
asamblea posterior.
Cabe recordar que esto es sólo una propuesta, y que está hecha siempre pensada en
la búsqueda de formas cada vez más elevadas de organización y toma de decisiones
para nuestra carrera, para impedir el asambleísmo exacerbado, el vicio de los
sistemas y por sobre todo, para velar por la constante exigencia que tenemos como
futuros profesores y ciudadanos activos del presente, de ser cada vez más íntegros
y maduros, sobre todo si consideramos que tenemos la capacidad de decidir y tomar
parte en la construcción del futuro.
Ramón Chanqueo
Estudiante de Base de Segundo Año
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