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REPBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
REA DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
MAESTRA EN HISTORIA DE VENEZUELA
GOLPES DE ESTADO, ALZAMIENTOS E INSURRECCIONES MILITARES
Y CIVILES COMO FORMAS DE VIOLENCIA POLTICA
EN LA HISTORIA VENEZOLANA DE 1958 A 1998.
Autor: Pavel Jos Oropeza Snchez
Tutor: Dr. Jos Napolen Oropeza
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Introduccin
El presente proyecto de investigacin aborda el anlisis del proceso histrico
social, que se gener el 23 de enero de 1958, tras la cada del ltimo dictador del siglo
XX venezolano, Marcos Evangelista Prez Jimnez.
El proceso poltico que comenz en 1959 con las primeras elecciones
democrticas que llevaron a la presidencia de la Repblica de Venezuela al Sr.
Rmulo Betancourt, quien, para algunos historiadores, fue y ha sido el presidente ms
combatido en la era democrtica, ha decado a lo largo de estas cuatro dcadas. Desde
esta perspectiva, intentaremos analizar el proceso ideolgico que se gener, en nuestro
pas tras el triunfo de la Revolucin Cubana, en aquellos aos en que las ideas
prevalecan sobre los hechos, como una consecuencia natural de la supremaca de lo
ideolgico ante la accin.
Fuera de los cuarteles, el descontento se evidenciaba. Pero dentro de ellos
empezaba a gestarse un movimiento poltico que pronto intentara tomar el poder, a
sangre y fuego; se dan los movimientos militares de El Barcelonazo; El Carupanazo y
El Porteazo, como los ms emblemticos dentro de la era democrtica. Igualmente,
los partidos que preconizaban la insurreccin intentaron emular al ejrcito de Fidel
Castro, dando nacimiento a las Fuerzas Armadas de Liberacin Nacional (F.A.L.N).
Las cuales no podrn tomar el poder por la va de la insurgencia armada, pero crearn
malestar y desasosiego dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Los aos transcurren dentro del proceso econmico venezolano, y su futuro se
volver a ennegrecer con la entrada al poder del seor Carlos Andrs Prez, en 1988
(Segundo Perodo).
Pero los xitos macroeconmicos seguan sin dejarse sentir en la calle y el
descontento era general. De modo que, lo que ms llamaba la atencin es que,
teniendo tanto pao donde cortar, los insurrectos del 04 de febrero de 1992 no
hubiesen hecho ni siquiera el intento de presentar un programa de reivindicaciones
civiles para justificar su accin militar.
Se trataba de una intentona castrense, sin importancia y sobre todo sin
futuro?, Haba razones de las puramente militares, para un estallido? La pregunta
fundamental que la inmensa mayora de los venezolanos se hizo, desde el primer
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momento, fue: Cul sera la reaccin popular? Actuara el pueblo como sucedi el
07 de septiembre de 1958, lanzndose al asalto de un cuartel con las manos desnudas
para defender a la recin conquistada Democracia?, O por el contrario reeditara un
CARACAZO para apoyar a quienes intentaban derrocar a un gobierno que, segn
las encuestas, detestaba mayoritariamente?
La primera reaccin de la dirigencia de los partidos fue cerrar filas en
torno a la defensa de la Democracia, amenazada por el viejo fantasma del Golpe de
Estado, que se crea enterrado desde haca treinta aos. En este trabajo de
investigacin, nos planteamos analizar los Golpes de Estado, Alzamientos e
Insurrecciones Militares y Civiles como forma de Violencia Poltica en la Historia de
Venezuela desde 1958 a 1998.
Desde esta perspectiva, resulta imperativo analizar el papel histrico de la lucha
armada en la vida nacional, durante la dcada de los aos sesenta.
Igualmente, conocer las razones histricas que condujeron al fracaso de la
lucha armada en Venezuela. Y es fundamental en nuestra investigacin analizar las
razones histricas que produjeron los alzamientos militares, durante el perodo
democrtico de Rmulo Betancourt. En este estudio, se intent ubicar y determinar las
razones histricas que condujeron al fracaso de los golpes de Estado e Insurrecciones
militares en Venezuela, durante el perodo histrico 1958 a 1998. Es deber del
investigador sealar e investigar las respuestas del Estado como consecuencia de la
violencia insurreccional y militar, durante el perodo 1958-1998. Estas son las
premisas que van a centrar; a esta investigacin.
Metodolgicamente, la reconstruccin historiogrfica se efectuar,
fundamentalmente, a partir del anlisis crtico de las fuentes documentales, enlazando,
estos elementos tericos; con los diferentes contextos histricos, los cuales, de forma
elemental, se basarn en la investigacin bibliogrfica existente.
Por estas razones, el trabajo podra ser considerado como una Investigacin
Histrica de tipo documental, siendo este tipo de investigacin, el ms acorde en la
definicin y explicacin de los objetivos aqu planteados.
La investigacin ha sido concebida en seis captulos, ms lo relativo a las
conclusiones. En el primer y segundo captulo se abordarn, las consideraciones
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generales en base al tema desarrollado, estableciendo especial referencia a las
insurrecciones militares y civiles. Estos eventos se vincularn a los hechos y procesos
polticos e histricos de la actualidad.
Se centrar en el estudio y a los anlisis de todos los movimientos de carcter
insurreccional, por parte de los partidos polticos en la clandestinidad, ocurridos
durante el inicio de la era democrtica. El captulo tres, se va a fundamentar en la
violencia poltica de los aos sesenta, junto a lo concerniente al proceso de formacin
de la Fuerza Armada Nacional, dentro del mbito poltico nacional, fundamentndose
en los conceptos emitidos por Samuel Hungtinton, quien; realiza un anlisis, en base al
rol de los militares y su papel en el desarrollo del sistema poltico, y como este ltimo
ha pretendido un supuesto control por parte de los civiles (hacia las fuerzas
castrenses), que dirigen al Estado Venezolano y el captulo cuatro, respectivamente;
corresponder a los movimientos insurgentes contra el Sistema Democrtico durante el
gobierno de Rmulo Betancourt, el papel del grupo Guerrillero Bandera Roja. El
captulo quinto, se concentra en la llamada insurreccin armada, como guerra de baja
intensidad, el captulo sexto el anlisis de las decadas setenta y ochenta, y por ltimo
la intentona golpista de 04 de febrero, hasta concluir con la victoria electoral del actual
presidente Tcnel (Ej) Hugo Rafael Chvez Fras. Por ltimo se le dedicar a las
conclusiones pertinentes al estudio aqu planteado.
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Captulo I.-
Los hechos violentos acaecidos en el marco del proceso socio-poltico
generado en la madrugada del 23 de enero de 1958 hasta nuestros das, tales como: El
Barcelonazo, El Carupanazo, y el Porteazo, entre otros, han transformado y
contribuido a desarrollar y renovar, estructuralmente, al Estado venezolano,
conjuntamente con la sociedad venezolana en general. Igualmente, se podra indicar
que la reestructuracin del pas nacional, a travs de la aplicacin de una carta magna
de carcter progresista, que en los actuales momentos se plantea desde el gobierno
de Hugo Chvez Fras. Ella constituye el resultado directo de estos hechos, tras el
estudio histrico de las causas y consecuencias que han generado estos eventos en la
manera de comprender y vivir el hecho poltico del hombre venezolano actual.
Dentro de este contexto se delimitarn los lineamientos del diseo del presente
proyecto. Segn el criterio de Luis Espaa, expuesto en su obra, Las Razones del
Venezolano, en el cual, se reconoce que la situacin es compleja y se escapa de los
lmites del discurso regular de poltica. Se trata de un problema nacional, cuyas races
son complejas para el anlisis. Ernesto CHE Guevara; lo dira ms icsticamente al
afirmar que El camino de la liberacin nacional en Amrica Latina es el camino de la
violencia, necesaria para la casi totalidad de los pases latinoamericanos, (texto
tomado de VALSALICE LUIGI: Guerrilla y Poltica. Editorial Pleamar. Buenos
Aires. Argentina, 1973). Con esta afirmacin genrica del CHE Guevara, el lder
carismtico de la revolucin cubana, se deber enfrentar el Estado venezolano a partir
del ao 1962, en la prueba tctica y poltico social de mayor envergadura que la
modernidad haya impuesto como fenmeno social.
En este sentido nadie se propone resolver directamente el problema de la
violencia, fenmeno digno de analizar desde distintas pticas. En los ltimos aos
hemos sido testigos de los sucesos del 27 de Febrero de 1989, conocido como El
Caracazo. Luego, el crecimiento desmedido de la inseguridad y de la violencia
delictiva, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la conflictividad sociopoltica, las
protestas semanales irracionalmente violentas, la violacin de los derechos humanos
(El Amparo, los cadveres del sector de La Peste, la represin policial), slo por
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nombrar algunos hechos que han generado y afianzado un clima de violencia en el
pas.
Posteriormente, la madrugada del 04 de Febrero de 1992, con el intento de
golpe de Estado liderado por Hugo Chvez Fras, queda al descubierto la inestabilidad
del rgimen poltico imperante. Se despierta con ello el uso cotidiano de la fuerza para
resolver los asuntos pblicos, todo lo cual gener la permanente intranquilidad de
tener la certeza de que an, lo peor no ha pasado.
Angela Zago, en su libro La Rebelin de los ngeles, afirma: Los
comentarios polticos que a partir del 04 de febrero se hicieron a travs de los medios
audiovisuales y en algunos casos de la prensa escrita- acerca de lo que es un militar,
deben haber molestado profundamente a estos profesionales. Mientras que la opinin
pblica manifestaba una sorprendente solidaridad hacia los militares rebeldes que se
alzaron el 4 de febrero, la mayora de los dirigentes polticos y algunos intelectuales
pegaron el grito al cielo: haba llegado el lobo y caperucita comenz a chillar
histrica. (Angela Zago pp 46).
En los ltimos cuarenta aos, el Estado venezolano, ha sufrido fuertes
enfrentamientos, algunos de carcter ideolgico, como los hechos de la dcada de los
aos sesenta, donde el comunismo era la panacea, dentro de los jvenes cimarrones de
aquella poca. Con el transcurrir de los aos, la lucha se hizo ms sencilla, y sin tintes
polticos. El Estado se adapta rpidamente, a esta forma de violencia, generando una
respuesta, que fcilmente se le podra comparar con las polticas STALINISTAS, el
boato y la corrupcin han socavado el sistema, y la sociedad gener una respuesta
rpida frente a este mal, el sentimiento de repulsin del Estado corrupto y corruptor
que han llevado a hombres al poder, con el sentimiento muy arraigado de querer
desaparecerlo.
Tras el intento de golpe de Estado del ao 1992, se gener un clima de
discusiones: El Presidente llam a los notables, encabezados, por Arturo Uslar Pietri.
Luego, s habl de la necesidad de una convocatoria a la Asamblea Constituyente.
La ebullicin poltica aparentemente encontr en el gobierno de Caldera un
momento de paz, mientras avanzaba la sombra de un gobierno aparentemente
pacificador e inerte, la figura de Hugo Rafael Chvez Fras, quien pasara, desde 1992,
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hasta un ao antes de tomar el poder por la va electoral, retomando las banderas que
haban quedado olvidadas desde los tiempos de El Caracazo.
Hugo Chvez Fras gana las elecciones en 1998. Y convoca a la Asamblea
Nacional Constituyente. En tres meses tendra lista una Constitucin que sera tomada
como una panacea a travs de la cual se solventaran, segn sus redactores, las
necesidades ms perentorias de la poblacin venezolana y se dar forma a un Estado
moderno y contemporneo.
Por ms de tres dcadas, la democracia venezolana funcion con xito,
sobresaliendo, junto con Colombia y Costa Rica, en un contexto latinoamericano
signado por la recurrencia de gobiernos dictatoriales. No obstante, a partir de 1989, el
pas se haba sumergido en una severa crisis, que sembr dudas acerca del llamado
Excepcionalismo venezolano. En la actualidad han resurgido viejas inquietudes
acerca de las condiciones y posibilidades de funcionamiento del orden democrtico del
pas. Nos podramos preguntar Cules son los determinantes de la crisis del sistema
poltico venezolano? Qu lecciones se pueden extraer de los logros y deficiencias de
los cuarenta aos del rgimen democrtico en el pas? Qu perspectivas de corto y
mediano plazo se le plantean al sistema poltico venezolano?
Partiendo de estos elementos, la investigacin est orientada bajo los
elementos de la historiografa, apegados a las concepciones de los mtodos de
investigacin social, en aras de dilucidar las consecuencias polticas que ciertos
eventos histricos haban desarrollado en Venezuela, tales como: El Porteazo, Las
Fuerzas Armadas de Liberacin Nacional, conocidas como las F.A.L.N, el mismo
derrocamiento del ltimo dictador venezolano del siglo XX, as como la influencia del
triunfo de la Revolucin Cubana, bajo las rdenes de Fidel Castro y sus insurgentes.
Todos estos eventos que, ideolgicamente, influyeron positivamente en la mente de
los jvenes venezolanos y del mundo entero, en una dcada llena de ideales y sueos
de libertad.
Por otra parte se abord el final de la era guerrillera, la pacificacin por parte
de congresantes y mandatarios de la poca: cul fue su aporte a la formacin de la
idiosincrasia y la mente poltica del venezolano moderno, que desde sus curules
parlamentarios siempre han deseado la Revolucin?. Se abordar igualmente la
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debacle econmica del gobierno de Luis Herrera Campns y su Viernes Negro; el
segundo gobierno de Carlos Andrs Prez y los golpes de Estado del ao 1992.
Al final de nuestro anlisis, se podrn responder y analizar los objetivos que
dieron forma y fin a esta investigacin e indicar, los resultados positivos que los
mismos pueden dar a la sociedad cambiante de la nacin, en las postrimeras del siglo
XXI. Los paradigmas se han desarrollado y cambiado siempre en bsqueda del futuro
para el nacional actual
En este sentido, la investigacin contribuir con una bibliografa que aportar
un nuevo elemento de anlisis de un fenmeno contemporneo que atae a todos: La
violencia poltica como generadora de cambios.
Por otra parte esta contribucin bibliogrfica podr ser motivo de consulta
para otros investigadores que encuentren, en sus pginas, ecos de un problema
comunitario y nacional que nos atae a todos los venezolanos del presente.
Los ajustes tericos y metodolgicos, por otra parte, permitirn hacer cortes en
torno a los objetivos y fines que delimitan a este diseo, permitiendo ceirse al
objetivo de anlisis fundamental que nos hemos abocado en esta investigacin.
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Captulo II.-
La izquierda jacobina fue influida fuertemente por la teora de la dependencia,
que postulaba que la totalidad de la economa latinoamericana, tanto en las reas
urbanas como perifricas, fue integrada al capitalismo mundial, y que la elite
econmica, incluida la burguesa, sostena y defenda al Sistema poltico, social y
econmico imperante. Esta teora representaba un desafo a la versin comunista
ortodoxa del concepto de las dos etapas de la Revolucin del Proletariado (versin
clsica). Es este nuevo paradigma social e ideolgico que va a llevar a formar a nuevos
grupos de violencia social (guerrillas), con un nuevo discurso y una nueva ideologa,
que, hoy en da, persiste en toda la Amrica Latina.
Como suele ocurrir en tiempos de decisin, en este momento todas las
posibilidades permanecen abiertas. El mapa poltico luce impregnado de
incertidumbre.
En las actuales circunstancias parecen visualizarse cinco imgenes de futuro
para el corto plazo, cada una con su respectivo grado de viabilidad y probabilidad.
As nos ilustra Manuel Caballero en su libro, La crisis de la Venezuela
Contempornea (1998): La continuacin de la situacin prevaleciente desde el 4 F,
el xito de la poltica de concertacin nacional promovida por importantes fuerzas
sociales; la imposicin de las tesis de un referndum popular sobre la reforma a la
Constitucin y la permanencia o no de las actuales autoridades ejecutivas, legislativas
y jurisdiccionales; un golpe militar ejecutado por militares de alta graduacin con
miras a restablecer el orden y la tranquilidad de la sociedad venezolana; y un
golpe militar realizado por oficiales de mediana y baja graduacin con objetivos
similares a los que aparentemente inspiraron a los cabecillas del 4 de febrero de
1992.
Siempre, el ideal que propugnan los alzados al sistema democrtico, en el
mundo entero seala que su movimiento se basa en el ideal de reestablecer el orden
alterado. Recordemos el acta constitutiva de la Junta de Gobierno de 1948, igualmente
el 23 de enero de 1958.
El Coronel (EJ), Jos Machillanda Pinto, en su libro Poder Poltico y Poder
Militar en Venezuela; 1958-1986 (1986) Pg. 87 nos seala: La situacin poltico-
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social despus del derrocamiento del General Marcos Prez Jimnez, en Venezuela,
es de enfrentamiento, de disturbios y de insurreccin. Manifestaciones de numerosos
desempleados y una agitacin estudiantil permanente, sirven de fermento
revolucionario a la cada del rgimen dictatorial.
La separacin del gobierno, del Partido Unin Republicana Democrtica,
despus de la Conferencia de San Jos de Costa Rica, ocurrida el 11 de noviembre de
1961, remata el cuadro de inestabilidad, conflicto y enfrentamiento en toda la
sociedad.
Domingo Irwin en su texto Relaciones Civiles-Militares en el Siglo XX, Pg.
103 (2000), advierte que:El Pacto de Punto Fijo, la Constitucin de 1961 y el
fracaso del rosario de golpes militares, hasta el llamado Porteazo, garantizan el
triunfo de la tesis del capitalismo de estado.
Los movimientos subterrneos insurreccinales de naturaleza militar, o cvico-
militar, se fortalecen durante la dcada de los aos ochenta. Las organizadas logias
militares se manifestarn abruptamente en 1992, en dos frustrados golpes de Estado.
Con cada conspiracin militar que fracasa, o bien que es develada y se frustra,
se logra avanzar en el proceso institucionalizador. Es, dentro de la oficialidad militar,
el fracaso recurrente de la tendencia pretoriana y el predominio constante de la
tendencia de orientacin profesional. Afortunadamente, sobre este perodo de la
realidad militar venezolana, se cuenta con el excelente trabajo de compilacin
testimonial desarrollado por Agustn Blanco Muoz (1981-1982), en seis gruesos
volmenes.
Todos los intentos fracasan. La crnica de estos sucesos, segn sus ms
importantes protagonistas visibles, los recoge pulcramente Agustn Blanco Muoz
(1981). Crnica testimonial donde se siguen los detalles de los contactos entre los
sectores radicales de orientacin marxista-leninista y sus aliados militares. El aspecto
culminante es la insurreccin militar en las instalaciones navales en Puerto Cabello, en
1962, y su sangriento fracaso.
De los defensores militares del gobierno slo el Contralmirante Ricardo Sosa
Ros (1979), dej para las generaciones futuras su visin de los sucesos en un libro
autobiogrfico: Mar de Leva. Lo verdaderamente importante del llamado Porteazo,
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no es la crnica testimonial, el detalle de los sucesos, las veladas delaciones del radical
movimiento.
Lo paradgico de este proceso histrico de 1958 a 1962, radica en que se
evidencia la institucionalidad como superior a la participacin poltica, en el sentido
huntingtoniano de ambos trminos. Esto que parece inicialmente contradictorio,
encuentra una fcil explicacin al resaltar la autntica constitucionalidad del rgimen,
su legalidad y legitimidad. Como institucionalmente se canaliza la participacin
poltica. sta se realiza, va los partidos polticos, por medios electorales e
institucionales y la violencia contra esta realidad con Potestas, Imperium y Autoritas,
no tiene xito. En trminos huntigtonianos se entra en una realidad poltica Cvica-
progresista y de ella, tericamente, se puede avanzar hacia una Cvica-de
participacin.
Desde la dcada de los aos sesenta, la institucin poltica venezolana avanza en
el proceso de modernizacin de sus instituciones, dejando atrs frmulas visiblemente
anticuadas.
Desde la dcada que se inicia a partir de 1970, hay un renacer de proyectos
poltico-militares clandestinos. Los paradgicos acuerdos de los aos sesenta entre
civiles de orientacin marxista-leninista, opositores a los gobiernos presididos por
Betancourt o Leoni y militares en proceso de politizacin, tienen una segunda edicin,
mejorada, corregida y aumentada. Las llamadas ideas sobre seguridad nacional y
desarrollo socio-econmico ganan adeptos, tambin, dentro del cuerpo de Oficiales
venezolanos, como va para detener la influencia marxista en las Fuerzas Armadas
Nacionales.
El 23 de Enero de 1958 fue derrocado el General Marcos Evangelista Prez
Jimnez. Tras este golpe de estado, concluyen casi diez aos de frrea dictadura. Para
poder explicar o lograr entender lo que ocurri, en esta dcada aciaga, en nuestro pas,
debemos analizar el significado de ese 23 de Enero.
En el fondo, acaso se tema que jams el Pas lograra sacudirse el yugo de las
tiranas. El derecho a expresar de viva voz el pensamiento, tanto tiempo ignorado por
los regmenes de facto, se manifest en los medios de comunicacin social. Y el
hombre de la calle comprendi que en lo sucesivo se podran fijar los destinos de la
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nacin. Por otra parte, el espritu castrense tampoco poda olvidar, en un da, el papel
eminentemente protagnico que hasta entonces le haba correspondido, incluso desde
los mismos das de la independencia nacional.
Se trataba de un pas con nuevas caractersticas de la que muchos protagonistas de
la poltica echaron mano para enmendar rumbos, cada cual en la direccin de su
propio inters. Por muy frreo que fuese el espritu de la unidad nacional, tan fuerte
disparidad de criterios no poda sino traducirse en un enfrentamiento violento. En el
campo civil, la insurreccin es permanente. La guerrilla urbana y las manifestaciones
populares y estudiantiles transforman las calles en campos guerrilleros bajo la
orientacin ideolgica del marxismo leninismo. Desde otro escenario, en un mitin
multitudinario celebrado en La Habana el 26 de Julio de 1962, conmemorando la fecha
del asalto al cuartel Moncada, Fidel Castro apuesta a que convertir a la Cordillera de
los Andes en la Sierra Maestra del continente Americano. La tesis de la insurreccin
armada sostenida por el Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de
Izquierda Revolucionaria es discutida abiertamente y sus fracciones parlamentarias
hablan del gobiernito de Betancourt, hacindose eco de las arengas de Castro, desde
Cuba.
Durante marzo de 1992, en un encuentro de emergencia que sostuvo el
principal partido de oposicin (COPEI) para analizar las causas del fallido intento
Del 04 de Febrero, se lleg a la conclusin que un elevado nmero de oficiales y
soldados, teniendo en cuenta el volumen total de efectivos del ejrcito que est siendo
sometido a los procesos de la justicia militar a raz de la insurreccin, tuvo
participacin en la accin, y resultaban contaminados con las ideologas comunistas
anticristianas.
Casi la totalidad de las fuerzas de lidia del ejrcito venezolano participaron en el
golpe del 04 de Febrero de 1992. La principal divisin blindada estacionada en
Valencia. La principal divisin misilstica en la ciudad de Maracaibo. Cosa que no se
vea en ninguna insurreccin militar desde el 24 de noviembre de 1948, que fuerzas
militares de tal magnitud se separaran de la lnea institucionalista de la Fuerza Armada
Nacional.
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Eso conduce a ir ms all del tema limtrofe como causa del sacudn militar.
De hecho, los oficiales alzados hablaron de la forma cmo se est conduciendo el
proceso histrico.
Por primera vez en la historia de la democracia, la clase media, integrada por los
hijos de obreros y trabajadores, lograron cambiar de status. Alcanzando los sueos de
sus progenitores de bienestar y opulencia, asumieron un rol activo en la discusin
poltica, de manera cotidiana.
Tal vez una de las ms importantes consecuencias de la crisis de 1983 se site en
el terreno psicolgico. A partir de entonces los venezolanos han estado habitundose a
la idea de que viven, ms all de una situacin y una circunstancia, en una realidad
permanente y tambin en un pas diferente.
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Captulo III.-
En la historiografa venezolana resulta sumamente interesante que, a pesar de
la importancia histrica de la Violencia en el manejo de la democracia, buena parte del
contenido sobre el tema Violencia se encuentra diluido, con el tema poltico, en los
textos que tratan sobre la evolucin histrica venezolana del siglo XX. De all surge
parte de la confusin analtica y conceptual. En parte esta situacin, resulta un reflejo
fiel de esa fusin militar-civil y poltico-militar, que se ha venido comentando y
analizando en textos anteriores. Si antes se diferenci entre el caudillo y el dictador,
entre caudillismo y dictadura militar, resulta ahora necesario, avanzar en el proceso de
depuracin conceptual, de clarificar trminos empleados sin mucho esfuerzo de
precisin analtica en la historiografa venezolana.
El problema bsico es el contenido poltico del trmino Violencia. Una forma
efectiva de descalificar ante un pblico culto, de orientacin liberal, los gobiernos de
facto que expresan las dictaduras militares iberoamericanas.
El mtodo histrico se afianza en el conocimiento de las distintas etapas de los
objetos en su sucesin cronolgica. Para conocer la evolucin y desarrollo del objeto o
fenmeno de investigacin se hace necesario revelar su historia, las etapas
principales de su desenvolvimiento y las conexiones histricas fundamentales.
Mediante el mtodo histrico se analiza la trayectoria concreta de la teora, su
condicionamiento a los diferentes perodos de la historia. Los mtodos lgicos se
basan en el estudio histrico poniendo de manifiesto la lgica interna de desarrollo, de
su teora y halla el conocimiento ms profundo de esta, de su esencia. Sobre estas
premisas, sometemos el estudio planteado. As, vemos en las pginas siguientes como
la violencia poltica, de las ltimas dcadas en nuestro pas ha generado cambios.
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LA VIOLENCIA POLITICA EN LOS AOS SESENTA
Por largo tiempo priv en la ciudadana el ambiente de jbilo que se inici
el da 23 de Enero de 1958, tras la huida del pas del dictador Prez Jimnez.
Venezuela, puede decirse, pareca celebrar la fiesta de la libertad. Era un jolgorio
natural y comprensible. Tena su explicacin en las dictaduras que haba soportado el
pueblo. En el fondo, acaso se tema que jams lograra sacudirse el yugo. El derecho a
expresar de viva voz el pensamiento, tanto tiempo ignorado por los regmenes de
facto, se manifest en los medios de comunicacin social. Y el hombre de la calle
comprendi que en lo sucesivo se podran fijar los destinos de la Nacin.
La convocatoria a elecciones libres, hizo de inmediato la Junta de Gobierno
presidida por el Vicealmirante Wolfang Larrazabal Ugeto, quien fue designado,
apresuradamente, para ocupar tan honroso cargo. Venezuela, casi desconocida hasta
entonces en el concierto de las naciones latinoamericanas de este siglo, pareci
alcanzar la mayora de edad poltica y marchar llena de confianza hacia un futuro
promisor.
Pero las diversas opiniones, ideales y ambiciones de la Nacin, que el dictador
haba logrado mantener amordazadas durante toda una dcada, se manifestaron
entonces abiertamente. Y ya no fue un sentimiento unitario de oposicin a la tirana el
que se produjo, sino la aparicin de una pugna de ideologas de clases claramente
opuestas, dando inicio a una polmica nacional para la cual el pas posiblemente no
estaba del todo preparado. Venezuela, en aquel entonces, apareca como una de las
naciones econmicamente ms holgadas del continente y el capital privado
internacional, no estaba dispuesto a perder la oportunidad de inversin que se ofreca.
Pero las ideologas de izquierda tambin queran hacer or su voz.
Por otra parte, el espritu castrense tampoco poda olvidar, en un da, el
papel eminentemente protagnico que hasta entonces le haba correspondido, incluso
desde los mismos das de la independencia nacional.
Se trataba de un pas con nuevas caractersticas del que muchos echaron
mano para trazar rumbos, cada quien perfilando aquellos en la direccin de su propio
inters. Por muy frreo que fuese el espritu de la unidad nacional, tan fuerte
disparidad de criterios no poda sino traducirse en un enfrentamiento violento.
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Por otra parte, al primer presidente de la nueva era democrtica, le
correspondi asumir el mando en que, no lejos de Venezuela, triunfaba y se haca del
poder la revolucin quiz de mayor trascendencia ocurrida, en este siglo, en nuestro
continente: La Revolucin Cubana.
La visita a Caracas que a los pocos das realizara el comandante, Dr. Fidel
Castro Ruz, pareci sealar, fehacientemente, que el pueblo se aprestaba a vivir
acontecimientos muy diferentes, en los que no slo pudiera tomar parte, sino de los
cuales aspiraba, ni ms ni menos ser el conductor.
Accin Democrtica ese partido ilegal hasta haca tan poco- demostr
ser la agrupacin poltica mejor organizada, y su candidato Rmulo Betancourt gan
las elecciones limpia y abrumadoramente. Recibi el poder constitucional de manos
del entonces soberano Congreso Nacional. Pero el programa que puso en prctica para
gobernar, evidentemente, no satisfizo a todos y, aparte de los sucesivos levantamientos
en armas que debi sofocar con mano de hierro, las mismas escisiones de su propio
partido demostraron claramente que los ciudadanos en Venezuela se encontraban muy
lejos de pensar al unsono.
Y surgieron quienes alentados sin duda por el ejemplo victorioso de los
insurgentes cubanos, optaron, de una vez, por tomar las armas, en su idea de dar a
Venezuela un rgimen de gobierno en el cual el pueblo no fuera solamente espectador,
sino tambin el responsable conductor.
A partir del intento de golpe del General Jess Mara Castro Len y por
ms de un lustro, el pas no conocera ya tregua alguna y nicamente vino a disfrutar
de una paz ciudadana una dcada despus. Los rumores circulantes sobre la inminente
posibilidad del alzamiento de tal o cual reparticin militar, o una asonada encabezada
por ese aquel Coronel o General retirado que, sbitamente, haban regresado al pas,
eran continuos. Ms de un caraqueo madrugador encenda la radio a primera hora de
la maana esperando encontrarse con la lectura de alguna proclama de contenido
netamente revolucionario, en la cual el nuevo jefe de gobierno daba a conocer sus
directrices generales. Se viva un clima de gran inseguridad, pues nadie estaba en
capacidad dnde y cuando habra de producirse el prximo atentado con bombas y
quin habra de ser la vctima escogida para la ocasin.
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Estos episodios de terror quiz se resuman en la sangrienta y terrible
aventura terrorista del Paseo de los Prceres, el 24 de Junio de 1960- en la cual perdi
la vida uno de los edecanes del Presidente de la Repblica Don Rmulo Betancourt,
quien debi ser hospitalizado enseguida con quemaduras en las manos-. Los servicios
policiales debieron ser incrementados. Tras la desenfrenada orga de sangre que haba
constituido el ataque por parte del pueblo enardecido a la tenebrosa Seguridad
Nacional de Prez Jimnez, organismo que sera disuelto. En su lugar, se cre uno
nuevo, pero con otro nombre y nuevo personal: La Direccin General de Polica, o
simplemente DIGEPOL, dependiente del Ministerio de Relaciones Interiores.
Continuamente sus patrullas ululantes volaban por las embotelladas
calles y las cada vez ms peligrosas autopistas, para acudir al sbito estallido de una
bomba. Todo esto mantena en zozobra a los inquietos pobladores. Pero la
inexperiencia de sus noveles funcionarios y la gravedad de la situacin obligaron al
Ejrcito a crear su propio y moderno S.I.F.A., que no era otra cosa que el Servicio de
Inteligencia de las Fuerzas Armadas, cuyos mtodos coercitivos comenzaron a causar
temor en los medios subversivos.
Pese a su accin, los enfrentamientos continuaban. El temerario, aunque
incruento alzamiento de la Escuela Militar de Conejo Blanco, en la noche del 20 de
Febrero de 1961, encabezado por el Coronel retirado Edito Ramrez y la espectacular y
sangrienta sublevacin del cuartel de Infantera
Pedro Mara Freites de Barcelona, Estado Anzotegui, en la madrugada del
26 de Junio del mismo ao, largamente planificada por un grupo de oficiales retirados,
(entre los que figur el propio ex-comandante general de las Fuerzas Armadas de
Cooperacin Guardia Nacional, Coronel Oscar Tamayo Surez), dej claramente
establecido, por un lado, que en los cuarteles del pas no exista un pretendido espritu
de frrea unidad para deponer al gobierno, y que, por el otro, que este tena la
intencin absoluta de ahogar en sangre toda intentona de subvertir el orden.
Pero, adems, se hizo notorio un fenmeno que habra de caracterizar
cada vez ms, en lo sucesivo, el matiz poltico de las actividades insurreccionales, a
comienzos de 1958 dentro de lo que pudiera llamarse tendencia conservadora,
reaccionaria de ultra derecha de la sociedad venezolana. Se produjo lento pero seguro,
19
un viraje hacia el campo de la ultra izquierda, alentada, sin duda, por el xito de la
Revolucin Cubana y el surgimiento, en la escena latinoamericana, de un personaje de
gran carisma, como lo fue el Comandante Ernesto CHE Guevara.
Al mismo tiempo se observ tambin otro fenmeno singular que ayud a
acentuar la virulencia de la sublevacin en general y a darle, cada vez ms, un tinte
distintivo a la orientacin poltica del partido gubernamental: la lucha vehemente e una
clase campesina desposeda de la tierra. Ello oblig al presidente Betancourt, con
carcter prioritario, la ansiada Ley de Reforma Agraria, lo que condujo, prontamente,
hacia la representacin de las ambiciones del capital privado, oscilando as
notoriamente de la izquierda hacia la derecha.
En el ao de 1960, el gobierno presidido por Rmulo Betancourt, decide
ilegalizar al Partido Comunista de Venezuela (P.C.V.). En los meses siguientes a la
organizacin partidista surgida tras la divisin del partido Accin Democrtica: el
M.I.R (Movimiento de Izquierda Revolucionaria). Este partido tambin fue ilegalizado
por actividades conspirativas. Desde este momento, se abre el camino de la Violencia
que ya se enseoreaba en los liceos y universidades, convirtiendo a los estudiantes en
carne de can.
Tras cada conspiracin militar que fracasa, o bien, que es develada y
se frustra, se logra avanzar en el proceso institucionalizador. Es, dentro de la
oficialidad militar, el fracaso recurrente de la tendencia pretoriana y el predominio
constante de la tendencia de orientacin profesional. Afortunadamente, sobre este
perodo de la realidad militar venezolana, se cuenta con el excelente trabajo de
compilacin testimonial desarrollado por Agustn Blanco Muoz (1981-1982).
Los movimientos del ms ingenuo y bruto pretorianismo fueron relativamente
dominados con facilidad. El Ministro de la Defensa, General Jess Mara Castro Len,
pareca creer que todava ese despacho era la antesala de la Presidencia de Venezuela.
Con derrota, exilio y prisin pag el precio de su ingenuidad poltica. El Coronel Hugo
Trejo nunca lleg a materializar sus amagos o proyectos conspirativos y se acomoda al
exilio dorado y un rpido retiro. Pero los intentos golpistas continan.
Unos pocos Oficiales jvenes de ideas marxistas, dentro de la organizacin
militar y algunos polticos de orientacin marxista-leninista (PCV y algunos lderes de
20
URD) y civiles de difcil ubicacin ideolgica como Manuel Quijada (sern
"progresistas", por denominarles de alguna forma) procuran organizar una accin
militar que ponga fin al gobierno constitucional, republicano y democrtico de
Rmulo Betancourt.
Todos los intentos fracasan. La crnica de estos sucesos, segn sus ms
importantes protagonistas visibles, los recoge pulcramente Agustn Blanco Muoz
(1981). Crnica testimonial donde se siguen los detalles de los contactos entre los
sectores radicales de orientacin marxista-leninista y sus aliados militares. El aspecto
culminante es la insurreccin militar en las instalaciones navales en Puerto Cabello, en
1962, y su sangriento fracaso. De los defensores militares del gobierno slo el
Contralmirante Ricardo Sosa Ros (1979), que se tenga bibliografado, dej para las
generaciones futuras su visin de los sucesos en un libro autobiogrfico: Mar de Leva.
Lo verdaderamente importante del llamado Porteazo, no es la crnica testimonial,
el detalle de los sucesos, las veladas delaciones del radical movimiento.
Lo paradjico de este proceso 1958-1962, es que se evidencia la
institucionalidad como superior a la participacin poltica, en el sentido
huntingtoniano (Samuel Huntington) de ambos trminos. Esto que parece inicialmente
contradictorio, encuentra una fcil explicacin al resaltar la autntica
constitucionalidad del rgimen, su legalidad y legitimidad. Como institucionalmente
se canaliza la participacin poltica. sta se realiza, va los partidos polticos, por
medios electorales e institucionales y la violencia contra esta realidad con Potestas,
Imperium y Autoritas, no tiene xito. En trminos huntigtonianos se entra en una
realidad poltica Cvica-progresista y de ella, tericamente, se puede avanzar hacia
una Cvica-de participacin.
Las medidas estructurales bsicas para vencer a los pretorianos son
ampliamente conocidas. Se sustituye el Estado Mayor General, por el Estado Mayor
Conjunto. Se les da mayor autonoma a las cuatro Fuerzas: Ejrcito, Armada, Aviacin
y Guardia Nacional. Se educa al cuerpo de oficiales en los valores democrticos. Se
mantiene un nivel socioeconmico digno para la oficialidad militar, atendiendo los
niveles de sueldos, servicios mdico-odontolgicos, facilidades para la adquisicin de
vivienda, vehculo, fortalecimiento del sistema de prevencin social de las Fuerzas
21
Armadas, facilidades recreativas, garantizando un digno sistema de pensiones y
jubilaciones para los Oficiales en condicin de retiro.
El Ministro de la Defensa es un Oficial activo que funge de vocero o puente
entre la realidad poltica gubernamental y la institucin militar. Las compras de
nuevos equipos militares, se mantiene dentro de las exigencias y aspiraciones bsicas
del sector castrense. Otro tanto se puede decir de la educacin militar, se vuelve a las
Escuelas para cada una de las Fuerzas, eliminndose la Escuela Bsica de las Fuerzas
Armadas. Pero, fundamentalmente, surge una comunidad de intereses entre el
gobierno de los partidos polticos reformistas y los militares al enfrentarse a un
enemigo comn: la guerrilla de orientacin marxista-leninista y apoyada
logsticamente desde la Cuba gobernada por Fidel Castro. Esta situacin reafirma la
influencia estadounidense, refuerza la tendencia de orientacin profesional entre la
oficialidad venezolana y contribuye a neutralizar el protagonismo poltico a la
oficialidad pretoriana.
Partidos polticos y Fuerzas Armadas redefinen sus reas de influencia y
competencia, durante 1958-1962. La secular simbiosis de poder entre militares y
civiles venezolanos entra en una fase de reacomodo, mas no desaparece. La tradicional
poltica militar, encuentra nuevas formas de expresarse, deja de lado su condicin
visiblemente protagnica, pero se mantiene como un factor clave de poder. El sector
civil de la sociedad se logra organizar efectivamente en partidos polticos que se dicen
modernos, doctrinales y de masas. Ya no son las pretendidas "luces del gomecismo" ni
los dirigentes de una Repblica de Notables a lo Lpez Contreras y Medina Angarita.
Ahora son organizaciones polticas piramidales, con un alcance y cobertura nacional,
con relaciones influyentes y dominantes dentro del sector obrero organizado y los
gremios profesionales, con vinculaciones con sectores empresariales privados. Dos
partidos polticos se evidencian como dominantes, Accin Democrtica (AD) y
COPEI. La dirigencia poltica de ambos, emerge como la lite poltica dirigente. Es
sta la que se entiende con el sector militar, dentro de la muy tradicional y venezolana:
fusin de intereses militar-civil y poltico-militar.
22
MODERNIZACION Y PROFESIONALISMO: SU PECULIAR DINMICA
CON RELACION CON EL PRETENDIDO CONTROL CIVIL Y LA
DEMOCRACIA EN VENEZUELA (1960-1980).
Desde la dcada de los aos 60, la institucin castrense venezolana avanza en el
proceso de profesionalizacin militar, dejando atrs frmulas visiblemente pretorianas.
Pero la tendencia de orientacin pretoriana no desaparece, completamente, dentro del
cuerpo de Oficiales venezolanos en esta segunda mitad del siglo XX. Se fortalece s,
por ahora, hasta donde es posible conocer del tema segn la evidencia documental y
testimonial disponible, la tendencia de los Oficiales autnticamente profesionales.
La satanizacin de la influencia de los partidos polticos con una desmedida
injerencia dentro de la realidad militar, sencillamente, no se adeca a la evidencia
histrica conocida sobre el medio castrense venezolano. Durante la dcada de los aos
sesenta se desarrolla una nueva versin del secular acuerdo militar-civil y poltico-
militar venezolano. El protagonismo poltico visible ser ahora de los partidos
polticos AD y COPEI. Pero el sector militar sigue siendo parte integrante y
fundamental del sistema de poder y no precisamente en su totalidad subordinado ante
la lite poltica-partidista gobernante. La cual, dicho sea de paso, nunca fue tan
monoltica como se pretende en su obediencia hacia el Estado venezolano.
El trmino profesionalismo militar debe ser aclarado conceptualmente, para ello
se recurrir a los clsicos planteamientos de autores reconocidos como autoridades en
el mundo acadmico sobre este tema. Cotejando la informacin terica con el caso
concreto venezolano, se propone que el profesionalismo militar, como proceso
histrico, en Venezuela, no presenta evidencias irrebatibles de estar plenamente
consolidado. En consecuencia, el proceso democratizador y el efectivo Control Civil
sobre el sector militar, en el siglo XX venezolano, ni concluye como proceso ni se
materializa efectiva y definitivamente.
23
Las Fuerzas Armadas y los inicios de la democracia en Venezuela: de la
dominacin a la pretendida subordinacin poltica.
El pretorianismo gobernante venezolano fracasa en su intento por lograr el favor
de las mayoras, durante la dcada 1948-1958. La corrupcin de la dictadura militar
del General Prez Jimnez, el fortalecimiento de las clases medias urbanas, la nueva
coyuntura hemisfrica de finales de la dcada de los aos 50 y, particularmente, el
avance en el proceso de profesionalizacin de las Fuerzas Armadas, son todos factores
que ayudan a explicar el colapso del gobierno pretoriano, el 23 de enero de 1958.
Contando con el visto bueno del Departamento de Estado estadounidense, se
inicia un proceso de cambios polticos con la intencin de lograr una segunda edicin,
mejorada y corregida del Trienio. La lite dirigente civil venezolana se fracciona en
dos segmentos enfrentados para inicios de los aos 60.
Lo curioso de este divorcio definitivo de intereses polticos, es la confesin de fe
socializante, o mejor dicho, estatizante de los proyectos enfrentados. Ningn sector
poltico se declara abiertamente partidario del liberalismo econmico. Todos parecen
igualmente interesados en avanzar hacia la modernidad, en procura de una mejor
justicia social y una equitativa distribucin de la riqueza. La idea recurrente, en el
liderazgo poltico de esos aos, es que el potencial econmico del Estado debe
promover el bien comn y ser empleado en el desarrollo de la industria nacional y
modernizar el sector agropecuario. La diferencia estriba en que unos son partidarios de
instaurar en Venezuela una dictadura marxista-leninista, mientras los otros aseguran
que se debe llegar al Estado de Bienestar Social o Welfare State, va el reformismo
pequeo burgus y el capitalismo de estado.
Detrs de los discursos de los lderes civiles de ambos proyectos, se esconde la
ambicin de poder con tintes personalistas y el oportunismo. Un clsico ejemplo es la
evolucin histrica del partido de Jovito Villalba: URD. Entre ambos sectores se dan
los acuerdos ms dismiles buscando fortalecer su posicin. As, los autoproclamados
marxistas-leninistas-progresistas, entran en acuerdos con sectores que favorecen un
regreso hacia formas de gobierno militar. Sus opositores y rivales socialdemcratas o
democristianos, buscan la bendicin del Departamento de Estado y gobierno
estadounidense.
24
El Pacto de Punto Fijo, la Constitucin de 1961 y el fracaso del rosario de
golpes militares, hasta el llamado Porteazo, garantizan el triunfo de la tesis del
capitalismo de estado, bajo el manto de un Welfare State, o Estado de Bienestar
Social. Las acciones de las guerrillas urbanas y rurales, durante los aos 60, por
paradjico que perezca, apuntalan los gobiernos de la naciente democracia venezolana.
El proyecto poltico civilista de 1945-1948, se cumple exitosamente finalizando
los aos 70. Favorecidos por un alza impresionante en los precios internacionales del
petrleo, un peculiar modelo de capitalismo de estado se desarrolla en Venezuela, en
el que las polticas distributivas populistas van de la mano de un capitalismo de estado.
Este a su vez, depende de un alto ingreso estatal producto de las cotizaciones del
petrleo en los mercados internacionales. El man petrolero distribuido por el estado,
va formando una clase empresarial subordinada y dependiente de los intereses
polticos de los partidos hegemnicos. Tambin, unos sectores profesionales, urbanos
y de provincia, parasitarios econmicamente del sector poltico gobernante.
A partir de la dcada que se inicia en 1970, hay un renacer de proyectos
poltico-militares clandestinos. Los paradjicos acuerdos de los aos 60, entre civiles
de orientacin marxista-leninista, opositores a los gobiernos presidios por Betancourt
o Leoni y militares en proceso de politizacin, tienen una segunda edicin, mejorada,
corregida y aumentada. Las llamadas ideas sobre seguridad nacional y desarrollo
socio-econmico, ganan adeptos, tambin, dentro del cuerpo de Oficiales venezolanos
por estos aos.
Los movimientos subterrneos insurreccionales de naturaleza militar o civil y
militar se fortalecen durante la dcada de los aos ochenta. No deja de sorprender al
analista imparcial esta situacin, ya que son aos en que se avanza sustancialmente en
el proceso de modernizacin y aparentemente se profundiza en el proceso, lento pero
constante, de profesionalizacin militar, en la Venezuela del siglo XX. Las
organizadas logias militares se manifestarn violentamente en 1992, en dos frustrados
golpes de estado. Evidencindose, as, las limitaciones, deformaciones o
particularidades del proceso de profesionalizacin militar en Venezuela. Resulta, pues,
indispensable, aclarar conceptos claves vinculados con el tema. Tal es el caso del
25
llamado profesionalismo militar. Por lo que se abordar de seguidas ese necesario
aspecto terico.
Sobre el profesionalismo militar y sus implicaciones polticas: conceptos
bsicos y fundamentales.
Al estudiar o investigar sobre el profesionalismo militar debemos, leer
detenidamente para abordar este tema los textos de Samuel P. Huntington (1957).
Otro tanto podemos decir del texto del reconocido padre de la sociologa militar
estadounidense Morris Janowitz (1960). Igualmente otros tres autores es bueno tener
en mente cuando se aborda este tema: S.E. Finer (1962), Alfred Stepan (1973 y 1988)
y Eric Nordlinger (1977). En su oportunidad, en las pginas siguientes nos referiremos
a sus propuestas.
Huntington argumenta que el Oficial militar profesional, al igual que el
empresario industrial, es un producto de la sociedad moderna y contempornea. Que
su aparicin se aprecia gradualmente a lo largo del siglo XIX, en los pases
industrializados, y que las principales caractersticas del profesionalismo castrense se
pueden sintetizar en:
A) Un sistema competitivo de estudio-evaluaciones, como nica va de
ingreso al cuerpo de oficiales.
B) Entrenamiento acadmico avanzado en la ciencia y el arte de la
guerra, como preparacin indispensable para ocupar posiciones de
Estado Mayor y cargos de comando.
C) Rotacin de los Oficiales en cargos de lnea y Estado Mayor.
D) Supervisin peridica del cuerpo de Oficiales por sus superiores
inmediatos.
E) Remocin de aquellos Oficiales que no demuestren las cualidades y
destrezas exigidas.
En el desarrollo histrico del Ejrcito venezolano, desde la primera dcada
del siglo XIX, existe una definida y minoritaria tendencia de Oficiales militares de
orientacin profesional. Siempre minoritaria y subordinada ante los caudillos primero
26
y los pretorianos despus, pero permanente en la data histrica venezolana. Fue ya
referida en pginas anteriores, como identificada inicialmente en bibliografa y
hemerografa venezolana de los aos cuarenta, de manera "emprica", es decir, sin
recurrir a la metdica histrica. Luego Robert L. Gilmore (1964) desarrollar esta
idea.
Gene E. Bigler (1977 y 1982), quien inicia los estudios acadmicos serios
sobre las relaciones civiles-militares en Venezuela, tiende a desestimar el pasado del
siglo XIX y centra su inters en la evolucin reciente de las Fuerzas Armadas
venezolanas y su proceso de modernizacin y profesionalizacin en el siglo XX. El
proceso modernizador y de profesionalismo militar pareciera, pues, ser una
experiencia reciente para la realidad militar venezolana. Se ha tratado de corregir esos
errores interpretativos en las pginas anteriores de este escrito, encontrando una
explicacin para stos en lo que seala Irwin G (1988-1999, p. 48):
"El papel protagnico desempeado por [...] caudillos y
pretorianos, en el devenir histrico venezolano oculta la
existencia del militar-militar, es decir, del oficial de orientacin
profesional, de esos [cientos de] egresados de los institutos
educativos militares y de esos valientes que abrazan la carrera
de las armas como una profesin, libres de la condicin de
mercenarios y ajenos al personalismo poltico".
Las consecuencias de lo sealado supra en relacin con el denominado, en
trminos acadmicos, como el Control Civil sobre el sector militar es fundamental.
Inicialmente se tendra qu destacar que se entiende por Control Civil. Este no es otra
cosa que la supremaca de los civiles en la gerencia poltica de la sociedad moderna.
Esto es particularmente importante en las democracias, ya que sin Control Civil sobre
el sector militar no puede existir una autntica democracia.
Para Huntington, el Control Civil puede lograrse mediante dos tipos ideales
weberianos. Uno es el que llama Subjetivo y el otro el Objetivo. Considera tres
variables para estructurar los tipos ideales ya mencionados: Poder poltico de los
militares, que podemos llamar nosotros Ppm. Profesionalismo militar, el cual podemos
27
nosotros simbolizar como Pfm. Ideologa anti o pro militar, las cuales podremos bien
referir como Iam y Ipm.
Sostiene que la combinacin histrica de estos tres variables genera cinco
posibles tipos ideales de relaciones civiles-militares. Dos de stas son de tipo
Subjetivo, con su correspondiente bajo nivel de profesionalismo militar. Tres son de
tipo Objetivo.
Para Huntington, el profesionalismo militar implica la neutralidad poltica
militante y protagnica del sector militar. Por lo que propone el Control Objetivo
como la frmula superior para lograr el Control Civil. Lo que supone tambin que los
ejrcitos profesionales aceptan per se el Control Civil.
El argumento sera uno de carcter "circular": si un ejrcito no acepta el
Control Civil es porque no alcanza un efectivo y autntico profesionalismo militar, en
caso contrario, si lo hace, es porque adquiri ya un nivel profesional militar.
La diferencia entre pretorianismo y Control Civil es obvia. Si los civiles
gobiernan y ejercen el poder poltico, el cuerpo de Oficiales militares acepta su
condicin subordinada, en lo poltico, ante las autoridades civiles. La relacin entre
pretorianismo y Control Civil es pues dicotmica. Sobre este tema se volver,
obligadamente, en las prximas pginas.
Se debe, igualmente, resaltar que bajo predominantes condiciones de Control
Subjetivo existe profesionalismo militar, an cuando por lo ya expuesto, los
mecanismos de Control Civil son fundamentalmente extra-profesionales militares. Es
decir, instituciones sociales y polticas controladoras de la realidad militar, que operan
fuera de esa realidad militar, como el escrutinio de la realidad castrense por parte de
los medios de comunicacin social o las actividades legislativas del Parlamento y
supervisoras de la Contralora General de la Repblica.
En el Control Civil Objetivo, el mecanismo esencial de control poltico del
sector militar es, paradjicamente, un intenso profesionalismo militar. Es ste, ms
que agentes institucionales exgenos a la realidad castrense, lo que asegura la
voluntaria sujecin de los militares a la institucionalidad poltica.
Por lo recin expuesto, es por lo que segn el modelo terico de Huntington
(quien dicho sea de paso no refiere especficamente al caso venezolano) lo
28
caracterstico de sociedades como la de Venezuela, despus de 1958 es una ideologa
antimilitar, con un poder poltico militar alto y un profesionalismo militar bajo:
Iam + alto Ppm + bajo Pfm = Control Civil Subjetivo.
Otra alternativa, es la crtica directa a los planteamientos tericos de este autor.
Es decir, sostener que el argumento de Huntington es un sofisma acadmico,
intelectual, desvinculado de la realidad concreta. Que su argumentacin es
recurrentemente "circular". Sobre este aspecto se avanzar en las siguientes pginas,
pero antes resulta necesario, esbozar algunas de las ideas de Morris Janowitz.
Segn el criterio de Janowitz (1960), el profesionalismo militar no es un seguro
de vida para el Control Civil. Dicho en otras palabras, ejrcitos profesionales pueden
mutar hacia formas pretorianas y destruir el Control Civil. Sostiene este autor, la
existencia de varios tipos de Oficiales militares profesionales: el lder heroico,
quintaesencia de las tradicionales virtudes castrenses asociadas al valor personal y al
espritu marcial. El militar administrador viene a ser el resultado del avance
impresionante de la ciencia-arte militar, con conocimientos provenientes del mundo
civil pero dirigido a la visin Lasswelliana del militar como gerente directo de la
violencia legitima del Estado. El militar tcnico, como su nombre lo indica, es aquel
que procura incorporar los avances tecnolgicos y cientficos del mundo civil a la
esfera militar.
29
Capitulo IV
LAS INSURRECIONES CONTRA BETANCOURT
El gobierno constitucional de Rmulo Betancourt, se inici el 13 de Febrero de
1959, despus de su triunfo en las elecciones del mes de Diciembre del ao anterior.
Su anterior ejercicio del poder supremo fue encabezado por un motn cuartelario
exitoso. El 4 de Agosto del primer ao el presidente Betancourt decret la primera
suspensin de garantas constitucionales, seguida de otras, el 28/11/60, el 23/01/61 y
el 08/10/62, continuando suspendidas las garantas econmicas hasta 1990.
Esa continuada situacin de disturbios populares, muchas veces ligados a
conspiraciones militares que no estallaban, fue bautizada con el apelativo de
POPULARAZO, para equiparar esa situacin casi permanente de descontento
popular de tendencia izquierdizante con los alzamientos militares formales. Casi todos
los alzamientos acaecidos en el gobierno de Betancourt, hablando en el aspecto
netamente militar, estn conectados a los programas tcticos de los partidos
ilegalizados como el M.I.R. y el P.C.V.
En muchos de los teatros de operaciones en contra de las insurrecciones
militares, fueron capturados dirigentes reconocidos de estos partidos polticos, en los
hechos antes descritos, Betancourt, desde el primer momento en que llega a la primera
magistratura, es percibido por la Burguesa nacional como el comunistoide antigomez,
pero pronto los manejos del poder, dan clara alusiones a su pretendido gobierno
pronorteamericano, lo cual le permite establecer nexos comerciales con las principales
compaas norteamericanas.
Es as, como un gran sector de la poblacin que observaba con beneplcito la
llegada al poder de Fidel Castro en Cuba; y analizaba sus primeras polticas exigieron
los mismos instrumentos polticos en nuestro pas, Betancourt que necesitaba
demostrar su abirraigado anticomunismo; les tienta y ellos se dirigieron hacia la lucha
armada, pensando que era el camino de lograr los cambios que el pas requera para
lograr el bienestar general.
30
EL BARCELONAZO
El lunes 26 de Junio de 1961, a las tres y media de la maana, estalla la
insurreccin de Barcelona conocida como el BARCELONAZO, dirigida por el
Coronel retirado Edito Vivas Ramrez, acompaado del Capitn Tesalio Morillo,
quienes se apoderan con gran facilidad, del cuartel Pedro Mara Freites de Barcelona.
El Capitn Morillo haba servido all, y gozaba de gran ascendencia sobre sus
oficiales.
De inmediato, fueron sacados de sus camas el gobernador del Estado, Dr.
Rafael Solrzano Bruce, y su Secretario Carlos Canache Mata, trayndolos detenidos
al cuartel. As transcurre el da y comienza la respuesta del gobierno, con la Infantera
de Marina. Al da siguiente, fueron detenidos los principales cabecillas; junto a ellos,
caen detenidos, un nmero de 16 civiles: entre ellos algunos miembros del partido
U.R.D. Partido poltico siempre dispuesto a vincularse a cualquier hecho que
produjera el derrocamiento de los adecos.
No hubo muertos ni heridos entre los militares. En cambio, los 16 civiles
detenidos murieron miserablemente acribillados a balazos despus de haberse rendido
y estar detenidos. Segn el Teniente Elonis Lpez Curra, la responsabilidad de ese
asesinato recae sobre el Secretario de gobierno de Estado, Carlos Canache Mata, quien
en un momento de ira haba exclamado Mtenlos a todos!.
Es posible que fuese una simple expresin de su iracundia, semejante a la que
llev a su correligionario David Morales Bello a pedir la pena de muerte en el
Congreso Nacional para los alzados del 4 de Febrero de 1992.
No resulta factible que la soldadesca del cuartel fuera a acatar una orden de un
civil. Este es un aspecto oscuro que qued en nuestra historia de violencia poltica.
En el campo civil, la insurreccin se torna permanente. La guerrilla urbana y
las manifestaciones populares y estudiantiles transforman las calles en campos
guerrilleros teidos de Marxismo- Leninismo, alimentados con armas y dinero por
Fidel Castro. En mitin multitudinario celebrado en la Habana el 26 de Julio de 1962
conmemorando la fecha del asalto al cuartel Moncada, Fidel jura que convertir a la
Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra del continente Americano. Asaltos y
robos a bancos, establecimientos mercantiles y jefaturas provinciales proporcionan
31
recursos econmicos y armas, matizando de terror un rgimen de gobierno que solo
alcanzar la pacificacin al corromperse y degradarse en el orden moral. Rafael
Caldera en 1969, arroja, un manto de clemencia, y los guerrilleros, hambreados y
visiblemente cansados de las garrapatas, y otros especimenes, se reintegran a la vida
civil.
La tesis de la insurreccin armada sostenida por el Partido Comunista de
Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria es discutida abiertamente y
sus fracciones parlamentarias hablan del gobiernito de Betancourt. En su seno,
Fabricio Ojeda renuncia a su curul parlamentario, para unirse a las guerrillas de El
Charal, donde ser detenido. Tiempo despus ser ajusticiado por la polica del estado
Digepol dentro de su celda; en la prensa de la poca se seal que haba cometido
suicidio.
Tal es el descaro, que dentro de la asustada burguesa se asegura que esa
anarqua es sostenida por el lder adeco, que en el fondo no ha dejado de ser
comunista, y trata de destruir a la sociedad capitalista. De nada vale exhibirles la
vinculacin del rgimen que dndole la espalda al pueblo se ata cada vez ms a los
intereses extranjeros y al gran capital nacional.
En ese relajo imperante y en la posterior transformacin de la anarqua en
corrupcin institucionalizada, se perder, posiblemente para siempre, no solamente el
usufructo de la libertad y democracia, que naci la madrugada del 23 de enero de
1958, sino la oportunidad de transformarse Venezuela en esa gran nacin por medio de
los ingentes recursos de que estaba dotada.
No es solamente la habilidad de Rmulo Betancourt lo que salva al rgimen.
Su xito se debe ms bien a la falta de unidad de mando y de accin coordinada por
parte de los insurgentes, tambin podramos sumar el miedo atroz a una guerra
revolucionaria total, que a futuro si pudiese igualar a otras fuerzas nacionalistas del
mundo, consideradas revolucionarias. El individualismo dispersa la ambicin en
sublevaciones aisladas y en actos de terrorismo que aglutinan a los ciudadanos en
torno al gobierno.
32
EL CARUPANAZO
El 4 de mayo de 1962 se anuncia la sublevacin de Carpano. El capitn de Corbeta
Jess Teodoro Molina Villegas, nativo de all, junto a otros noveles oficiales se ha
apoderado de la ciudad sin disparar un solo tiro, obteniendo la adhesin del Batalln
de Infantes de Marina n 3 que guarneca la ciudad. Son solamente 250 hombres en
una guarnicin aislada que no tiene ninguna significacin estratgica. Pero la euforia e
ingenuo optimismo hacen creer a los alzados que ser una chispa que har explotar
toda la nacin. Posiblemente, este sentimiento se repetira en los alzados de Chavz;
esta interrogante slo ser respondida cuando los actores principales de esos hechos
histricos, respondan a esa pregunta.
Cuando el gobierno inicia la reconquista, si habr lucha, pues los civiles
estarn mucho ms involucrados que cuando el Barcelonazo. Ya en esos momentos las
luchas se vestan de rojo marxista.
Ahora la insurreccin est vinculada ms directamente a las organizaciones
partidistas de izquierda., con quienes se han ido identificando los cabecillas.
Douglas Bravo y Germn Lairet, del P.C.V. y del M.I.R., comisarios polticos
de la insurreccin, le haban asegurado a Molina Villegas que el pueblo caraqueo
provocara la insurreccin civil, mientras Vctor Hugo Morales, Comandante del
Batalln n 1 de La Guaira, le informaba que el tambin estaba listo para alzarse.
Chuch cree ingenuamente en todo ello y sabiendo que Carpano solo, con su
guarnicin de 250 hombres, poco significa militarmente, piensa que una insurreccin a
la desesperada, si resiste un poco, forzar la solidaridad de los dems. Pero nada de
eso sucede. Un avin Camberra sobrevuela la ciudad disparando sus ametralladoras y
mata en la calle a una seora. Es la primera vctima de esa pequea guerra. Le sigue la
de un Subteniente y un Cabo que perecieron al estallarles anticipadamente sendas
granadas antes de lanzarlas. Al siguiente da, las fuerzas del gobierno convergen sobre
la ciudad.
Por el Este, el Batalln Urdaneta procedentes de Giria y Ciudad Bolivar,
avanzan sin prisa pero sin pausa. Por el Sur procedentes de Maturn y Caripito,
marchan tambin las tropas de la Guardia Nacional. Por el Oeste el Batalln Mario n
9, desde Cuman, inicia el asalto a la ciudad y un Maestre de la Infantera de Marina,
33
pero en el lado insurrecto, que los enfrenta con una ametralladora punto 50, abandona
su puesto de combate y le dice a Molina que el avance es encabezado por una
compaa de su mismo cuerpo y l no puede disparar en contra de sus hermanos. Un
gesto parecido se produce en el bando del gobierno: un oficial le dice a su superior que
l es muy amigo de Molina y pide ser relevado del mando para no combatirlo. Una
agrupacin de Artillera procedente de Barcelona ha movilizado sus caones de 155
milmetros que se preparan a bombardear la ciudad. Los colaboradores civiles actan
torpemente. Su accin se bas solamente en la deteccin de algunos militantes de A.D.
y prominentes figuras del gobierno regional, dando discursos en algunas calles que
produjeron que el pueblo se escondiera en sus hogares.
A las siete de la noche del da 6, Molina se di cuenta que todo estaba perdido
y pidi negociacin para deponer las armas. El insurrecto se rindi
incondicionalmente; fue juzgado y condenado; se escap de la crcel de Trujillo
sobornando a sus carceleros y se incorpor al frente guerrillero en El Charal, bajo las
rdenes del comandante Juan Vicente Cabezas alias PABLO.
En su discurso triunfalista, el presidente Betancourt anuncia la victoria como una
pgina ms de gloria y herosmo agregado a nuestra historia.
Si analizamos, el alzamiento se observa que los insurrectos siempre esperan el
alzamiento de otras unidades militares. Lo ms interesante de todo resultaba el hecho
que los civiles aparecan muy involucrados en el alzamiento pero en calidad de
soldados y no de comandantes. El recelo de los militares hacia los civiles, aunque
fuesen camaradas ideolgicos no les permita dar a los civiles el mando directo del
alzamiento. Los civiles siempre han mostrado conductas anrquicas y ellos se sentan
en contra de ello A futuro, los militares insurgentes, que fueron capturados se
convertiran en los comandantes directos de los frentes guerrilleros
EL PORTEAZO
Un mes despus, el dos de junio de 1962, despus de haber dejado solo a
Molina Villegas, le corresponder al Capitn de Navo (equivalente a Coronel) Vctor
Hugo Morales experimentar tambin la amargura del aislamiento y la traicin, luego
del frustrado movimiento insurreccional conocido como El Porteazo. Estuvo
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acompaado en el alzamiento en armas del tambin Capitn de Navo Manuel Ponte
Rodrguez. Las fuerzas navales vuelven a exhibir un espritu de rebelda y renovacin
ideolgica que sin duda no les haba sido inculcado por los hermanos Carlos y
Wolfang Larrazabal, sus comandantes naturales de ms alta graduacin.
Tanto los insurrectos de Carpano, como ahora los de Puerto Cabello,
aceptaban la preeminencia de Carlos Larrazabal, quien fue Comandante General de la
Marina hasta Febrero de 1962.
l alentaba sus rebeldas y protestas. Y por ello, cuando preparaban sus
respectivas insurrecciones, confiaba en la solidaridad de quien era su superior, supla
sus deficiencias y poda garantizarles el triunfo. Si el Carupanazo hubiera
triunfado -confes Larrazabal a un periodista- yo hubiera sido uno de los grandes
jefes. Ah estaba un muchachito, Chuch Molina que es como hijo mo. El es una
hechura ma, completamente ma. Su cuado, el Contralmirante Carlos Sosa Ros,
en su libro Mar de Leva, dice que l le haba informado a Betancourt acerca de las
conspiraciones del Jefe de la Armada y el aliento que daba a oficiales descontentos,
por lo cual deba ser encarcelado, pero el presidente le respondi que el no haca
mrtires de bolsas.
Carlos Larrazabal estaba resentido por la preeminencia de su hermano Wolfang
y tras el nombramiento de Rmulo Betancourt como Ministro de Defensa al General
de Brigada Antonio Briceo Linares en lugar de su persona, que tena un grado por
encima de aqul en el escalafn militar. No era precisamente un revolucionario y
esperaba que los altos designios le fuesen otorgados sin arriesgarse mucho. En su libro
Los Golpes de Estado en Venezuela, Carlos Capriles Ayala, menciona una frase de
Carlos Larrazabal, ilustrativa de su espritu cuando afirma: El da en que yo me
meta en una conspiracin, es porque estoy seguro de que la voy a ganar, porque
yo de pistola no tengo un pelo.
Carlos Larrazabal era compadre del dictador Prez Jimnez, quien le haba
apadrinado su ltimo hijo y nunca quiso conspirar contra l. Betancourt no tomaba en
serio esa actitud y prefiri pasarlo a retiro el mismo da que cumpli el tiempo
reglamentario de 30 aos de servicio, el 2 de febrero de 1962.
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Desde las primeras horas de la madrugada del dos de Junio de 1962, las tropas
del Batalln de Infantera de Marina n 2 haban empezado a tomar posiciones en la
ciudad de Puerto Cabello y a patrullar sus calles. El Capitn de Navo Manuel Ponte
Rodrguez, jefe de la insurreccin, haba detenido al Capitn de Navo Jess Carbonell
Izquierdo, jefe de la escuadra Surta en la base naval, y al Capitn de Fragata
Guillermo Ginnari, jefe de la base naval.
A Ponte Rodriguezz le corresponder el mismo destino del General Jess
Mara Castro Len: morir prisionero en el cuartel de San Carlos de la ciudad de
Caracas.
Radio Puerto Cabello: tomada por los rebeldes al amanecer, comenz a
transmitir las consignas revolucionarias, las cuales pusieron en movimiento a las
fuerzas del gobierno designadas para suprimir la insurreccin. En conversaciones que
sostuve con personas que vivieron aquellos aos violentos, me comentaron que para
ese da las radios valencianas suponan que algo suceda en el Puerto. Pero por no
tener conocimiento alguno sobre los sucesos, slo transmitan una y otra vez la
cancin Mi Puerto Cabello, interpretado por bolerista de Amrica Felipe Prela.
El Batalln Carabobo, acantonado a la salida de Valencia, por su ubicacin
ms cercano a la ciudad donde acontecan los hechos ya estaba en alerta, por lo que se
puso en movimiento casi de inmediato. Dos horas ms tarde, este batalln ocupaba el
aeropuerto de El Palito, cuando todava no haban salido de la Base Naval las fuerzas
insurrectas que iban a cumplir su objetivo. De Palo Negro y Maracay, marcharon la
agrupacin Salom de artillera y dos compaas de paracaidistas. El presidente deleg
plenos poderes para obtener la sumisin de los rebeldes al coronel Alfredo Monch,
jefe de la cuarta divisin, quien, secretamente, haba sostenido reuniones con los
alzados, pero Betancourt lo coloc al mando de las tropas del gobierno, ganando la
guerra de antemano en el plano psicolgico.
El Capitn de Navo Manuel Ponte Rodrguez es el cabecilla de la
insurreccin. El ejerca la jefatura de la Segunda Seccin del Estado Mayor, y cuando
se produjo el alzamiento de Carpano, surgieron indicios de su vinculacin con ese
movimiento y por ello fue sometido a un consejo de investigacin, separndolo de su
cargo. Al recibir el Capitn de Fragata la seal convenida de estar todo listo, penetr
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en la base naval a la 4 de la madrugada y asumi el mando de las operaciones. De
inmediato, fueron liberados y armados unos 60 guerrilleros detenidos en el Castillo
Libertador. La orientacin extremista del movimiento se puso de manifiesto con la
participacin del diputado Ral Lugo Rojas del M.I.R. y Teodoro Petkoff de P.C.V.
Los rebeldes tomaron posiciones por la ciudad, que pronto qued en su poder.
Se atrincheraron en algunos edificios claves a lo largo de la calle Bolvar, que se inicia
en los muelles, y a la entrada de la ciudad, en un callejn denominado La
Alcantarilla. Los pisos superiores del hospital del Seguro Social ser el sitio desde
donde se combatir con ms ardor. Los enfermos fueron trasladados al piso inferior,
pero muy pocos quedaron en el edificio cuando las tropas leales empezaron a
bombardearlo. Otros centros de resistencia, sern el liceo Miguel Pea, los edificios de
la Mantequera Sivn, de Jabn Las Llaves, la Agencia Ford y la Telefnica. En ellos
especialmente lucharn los civiles incorporados a la insurreccin, que desde el
domingo 3 de junio actuaron por su cuenta por haber sido aprisionados los cabecillas
militares en forma incruenta.
En los muelles y el edificio de la Aduana, una compaa de la Guardia
Nacional que se ocupaba de los servicios portuarios se mantendr leal al gobierno. Su
Comandante, el Teniente-Coronel Eusebio Suzzarini, se neg a plegarse al
movimiento, y permanecer inactivo, como una isla neutral, durante el combate.
Este se avecina cuando las tropas del gobierno se acercan a la ciudad y
comienzan a posicionar las grandes bateras de 155 milmetros.
Entretanto, Radio Puerto Cabello emite, continuamente, discursos y proclamas,
invitando a estudiantes y pueblo a sumarse al Movimiento de Recuperacin
Democrtica. Los secundaban en las calles algunos estudiantes con entusiasmo, pues,
para ellos la democracia no les haba aportado nada. (Igual ocurrir en Febrero de
1992 cuando fracasa el golpe de los Comandantes Francisco Arias Crdenas y Hugo
Rafael Chvez).
Los alzados esperan y obtienen ventajas de la falta de experiencia guerrera del
Ejrcito, sobre todo en el enfrentamiento de francotiradores y guerrillas. Ese tipo de
accin para la cual algunos extremistas haban recibido instruccin de expertos
cubanos.
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Por inexperiencia, los jefes creen que no encontrarn resistencia al no
distinguir reductos y avanzan por la calle que conduce a La Alcantarilla. La mayor
parte de las bajas se produjo por ataques sorpresivos de francotiradores. Si el Coronel
Monch hubiese visto con inters didctico pelculas de la II Guerra Mundial, se habra
dado cuenta que los tanques operan muy bien en campo abierto, pero en las ciudades
tienen que barrer los inmuebles si avanzan protegiendo a los infantes, limpindolos
antes de seguir adelante. Una compaa del Batalln Carabobo penetr en los aledaos
de la ciudad dejando a un lado el cerro Santa Luca. Los insurrectos los dejaron
avanzar hasta las cercanas del liceo Miguel Pea y abren fuego causndoles grandes
bajas con sus ametralladoras punto cincuenta, ubicadas en sitios estratgicos del
inmueble.
El Capitn de Fragata Vctor Hugo Morales relata lo sucedido en esa
operacin: A las tres de la tarde, la primera compaa del Carabobo, intent
avanzar por la lnea del tren, situacin inexplicable ya que estaban a la vista de los
defensores del liceo y la zona fue intensamente batida por sus fuegos. Podramos
pensar que fue un gesto de valor temerario, o una orden insensata. Lo cierto es que el
pelotn, al mando del Teniente Luis Antonio Rivero Sanoja, march en columnas a
ambos lados de la lnea. No haban avanzado 50 metros cuando cay sobre ellos un
infierno de balas.
Los 23 aos de juventud de Luis Antonio Rivero Sanoja se perdieron
lentamente al morir desangrado pues no hubo quien lo rescatara al caer mal herido.
Junto con l murieron otros ocho humildes hijos del pueblo, vctimas de una lucha que
para ellos nada significaba, sino obediencia automtica de las rdenes superiores sin
ideales que defender, sin un objetivo justo que conquistar. Se dice que cuando el
Comandante de la compaa le orden avanzar por la lnea del tren, el Teniente Rivero
Sanoja, discuti con l tratando de hacerle ver que era un suicidio cualquier intento,
pero al ser acusado de tener miedo no vacil ni un segundo ms. Y all morira de
mengua, sin poder ser auxiliado por sus compaeros.
Hasta el da siguiente en que la compaa no recibi el refuerzo de un pelotn
de tanques, no hubo refuerzos por all.
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En La Alcantarilla aconteci lo mismo. Los tanques adelantaban
tranquilamente y cada uno de ellos lleva detrs un pelotn de infantes. Crean expedito
el terreno pues no les disparaban. Pero al pasar el ltimo de los blindados, las
ametralladoras abrieron fuego a sus espaldas y causaron el mayor nmero de muertos
de todo el combate. Los tanques no podan maniobrar y dar vuelta, porque la calle era
estrecha y luca llena de cadveres y heridos de su propio bando. Cuando lo hicieron,
ya los atacantes haban huido y el fuego de los caones de 75 milmetros se cebaba
indiscriminadamente en los inmuebles que todava se mantenan ocupados por civiles
inocentes. Ahora que podan avanzar se quedaron inmovilizados. El error tctico de
meter los tanques en esa emboscada haba sido sealado al Coronel Monch por un
oficial del Carabobo, que haba estado luchando en el sector y constat que estaba
bien guarnecido. Pero el Coronel desestim la advertencia.
Desde el medioda, la aviacin hizo acto de presencia y empez a bombardear
y ametrallar con vuelo rasante de camberras. Hacia las ocho de la noche el Batalln
Blindado Bravos de Apure, procedente de Maracay, se coloc en posicin de ataque
frente a las lneas enemigas. Pero dej su accin para el da siguiente en la maana. Se
continuar combatiendo durante todo el Domingo 3 en las calles y edificios de la
ciudad.
En la Base Naval la insurreccin haba sido derrotada con un final que pareca
sacado de una pelcula. En primer lugar, la parte ms operativa de la flota no se pleg
al movimiento. Los destructores Morn y Clemente, al mando de los Capitanes de
Navo Manuel Rojas y Omar Guevara, se hicieron a la mar, mantenindose mar
afuera. Desde all empezaron a bombardear a sus camaradas, sin siquiera tomar en
cuenta que all permanecan tambin como prisioneros los oficiales leales. Otro
destructor, el Flores se separ del muelle y permaneci neutral fondendose en la
rada. El Zulia, estaba inoperante por reparaciones y aunque s se sum y era la nave
con mayor poder de fuego, poco poda hacer, inmovilizado en su muelle. Las dems
unidades eran de menor categora y casi no actuaron.
Se les ha reprochado a los vencedores el hecho de su conocimiento de que ya
todos los cabecillas haban sido detenidos. Sin embargo, actuaron con una inclemencia
y crueldad innecesaria. Se supuso que haba sido como una especie de venganza por
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las bajas infringidas el da anterior y la vergenza de haber sido derrotadas esas
fuerzas acorazadas por unos fusiles. Pero luego se determin que haba privado un
inters poltico. El propio presidente Betancourt, secundado por su ministro de la
defensa General Antonio Briceo Linares, orden la ejecucin rpida y sin clemencia
de la toma de la ciudad, para evitar que su ejemplo pudiera extenderse a otras reas
donde exista el mismo descontento.
Como resultado, de esta pequea guerra, tras la inclemente represin del
Porteazo, el gobierno obtuvo pinges beneficios. Estos beneficios dieron como
resultado, que las fuerzas insurgentes perdieran poder dentro del pueblo; Tal vez
podamos indicar que ya el discurso Marxista-Leninista no encontraba eco en el
pueblo. Pero s en las mentes quejumbrosas de algunos universitarios dispuestos a
seguir combatiendo desde otras trincheras de lucha.
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Parte de Guerra (fuente Ministerio de la Defensa):
Fuerzas leales al Gobierno:
Fuerzas Terrestres:
Unidad: Efectivos / Equipos: Batalln de Infantera Carabobo No.41 615 / Caones S/R M-40 de 106mm Dos compaas del Batalln de Infantera General en Jefe Juan Carlos Piar No.31
300
Dos compaas del Batalln de Paracaidistas Jos Leonardo Chirinos (FAV)
300
Una compaa del Batalln de Infantera Girardot
175
Una Batera Mixta del Grupo de Artillera de Campaa Salm
135 / Obuses remolcados M-1A1Howistzer Pack de 75mm y M-1 Howistzer de105mm.
Una compaa del Batalln de Infantera General en Jefe Simn Bolvar
134
Una compaa del Batalln Blindado Bravos de Apure No.4
116 / 16 tanques ligeros Crusot Loire AMX-13 M51.
Polica Militar +100 Destacamento No.55 (Guardia Nacional) 600 Fuerza Area Venezolana: Unidad: Aeronaves: Escuadrn de Bombardeo B-39 BAC Canberra B.2 Escuadrn de Bombardeo B-40 B-25J Mitchell Escuadrn de Caza C-35 F-86F Sabre Escuadrn de Caza C-36 D.H. Vampire Por la Armada Venezolana los destructores ARV Almirante Clemente, ARV General Morn y ARV Zulia (antes de rebelarse) que realizaron bombardeos costeros. Fuerzas Rebeldes: Unidad: Efectivos Batalln de Infantera de Marina Rafael Urdaneta No.2
-1.000
Polica Naval +150 Destructor ARV Zulia La mayora de la tripulacin. Guerrilleros castro-comunistas +50
(Fuente Ministerio de la Defensa)
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Cada momento silbaban proyectiles en el aire, muy cerca de las cabezas de los que
cruzaban el patio de la ciudad... como a las siete y media escuch al Coronel Monch
que era necesario el auxilio del la Aviacin para bombardear el Fortn Solano donde
estaba un nido de ametralladoras que no dejaba avanzar. Al poco llegaron los aviones
y se efectu el bombardeo con toda precisin, luego vi que marcharon... los tanques
hacia la ciudad con dotacin de hombres.
A poco rato se escuch un ensordecedor eco de disparos con distintos estampidos en
un trayecto como de dos cuadras que hay entre la primera estacin de gasolina y la
esquina de la Alcantarilla. A la distancia vi bultos que se movan en el suelo pens
que eran cuerpos humanos, invit a una ambulancia inmediata y fuimos hasta la
estacin de gasolina, donde estaba un hombre de uniforme tendido, me baj, lo auxili
espiritualmente. La ambulancia qued alzndolo y yo part por el centro de la calle
hacia donde estaba el grueso de los cados que era justamente la esquina de la
Alcantarilla. All yacan creo que nueve soldados tendidos, dos heridos mortalmente y
los dems ya muertos, uno al tocarlo me dijo: aydeme padrecito. Procuraba
echrmelo al hombro de pronto lleg una rfaga de ametralladora que hizo blanco en
l, me par y dndole la absolucin y expir. Otro herido me dijo al tocarlo: dgale a
mi mam cmo mor... sobre todos di la absolucin y me retir en busca de
ambulancias pero las ambulancias no se atrevan a avanzar porque el fuego se vea
cerrado. Entonces advert mis manos y sotana llenas de sangre...desde entonces me
limit a ayudar a las ambulancias y a auxiliar muertos y moribundos... (Extracto del
testimonio del Monseor Luis Maria Padilla al Consejo de Guerra).
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Captulo V
LAS GUERRILLAS EN VENEZUELA, Las Fuerzas Armadas de
Liberacin Nacional F.A.L.N.
Desde el Porteazo, la protesta contra el orden democrtico constituido se
realizar por medio de la guerra de guerrillas, en un estril sacrificio de vidas jvenes,
y por la insurreccin popular urbana. Esta nueva modalidad producira ms muertos
que todos los habidos en insurrecciones militares y represin dictatorial o democrtica
para encontrarnos, al final de ese espinoso camino, en el mismo punto de partida, pero
con problemas de mucha envergadura por resolver.
Extrayendo un resumen de los titulares de la prensa caraquea durante el ao
de 1963, encontramos: asalto al Museo de Bellas Artes y robo de los cuadros de la
exposicin CIEN AOS DE PINTURA FRANCESA. Asalto a la prefectura de
San Diego de los Altos. Asalto a la poblacin de Ro Claro, en las vecindades de
Barquisimeto. Muertos y heridos en el choque entre la polica y grupos armados en
el 23 de enero y en Lomas de Pro-Patria. Clarn pblica largas listas de detenidos,
de torturados y desaparecidos su director Miqui
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