Post on 20-Jul-2015
No desea desordenadamente la
riqueza material, no es
codicioso (Mt. 6:32-24).
Emplea sus riquezas, si las
posee, como mayordomo de la
gracia de Dios (Lc. 16:2; 1
Pedro 4:10).
Cultiva el espíritu de
contentamiento con las
condiciones y posesiones
exteriores (Mt. 6:31).
Está descontento con sus
actuales adquisiciones morales
y espirituales (Fil. 3:12,13).
Sirve a Dios, no con la
mitad de su corazón, sino
con todo el corazón (Mt.
22:37).
No procura servir a dos
amos (Mt. 6:24).
Es fiel en las cosas
pequeñas, así como en las
grandes (Mt. 5:19; Lc.
16:10).
Está gozoso en espíritu,
abundando en acciones de
gracias (Col. 2:7).
19/05/2014Ismael Rojo
Su vida no es triste y
melancólica, sino que es
triunfante en Cristo (Fil.
2:18).
Es diligente en los negocios
(Ro. 12:11).
Su vida es limpia: no se
entrega a pecados ocultos
ni a ocupaciones dudosas
de clase alguna (Ro.
13:13).
Es firme en su propósito
cristiano (Ef. 6:18).
19/05/2014Ismael Rojo
Se purifica, así como Cristo
es puro (1 Jn. 3:3).
Se regocija en la esperanza
de la gloria de Dios, porque
el Espíritu Santo está
derramado en su corazón
(Ro. 5:3-5).
Es imitador de Dios como
hijo amado, y anda en amor
(Ef. 5:1,2).
Así, el ideal y la meta de la
vida del individuo cristiano
es ser hijo de Dios, como
Cristo, quien es el modelo de
los hijos de Dios (Ef. 5:2).19/05/2014Ismael Rojo