Post on 09-Jul-2015
KARMA MIGYUR LING Cuento sobre tres mariposas budistas Un regalo para Lama Teunsang
Había una vez un bosque encantado…
Protegido por miles y miles de flores rosas, blancas,
amarillas, azules, rojas y violetas
que conducía a un delicioso Paraíso
Llamado Karma Migyur Ling, una fortaleza inexpugnable de las enseñanzas
de Budha en las Tierras del Occidente. Las enseñanzas de Budha se conocen con el
término de “Dharma”.
Y bueno, allí transcurre nuestra historia… Pero por favor, siéntense en este banco verde
mientras les relato este sencillo cuento durante un rato…
Érase una vez un pie acompañado de otro pie que buscaban el Árbol de la Vida, un refugio donde resguardarse desde los Tiempos sin
principio hasta el Infinito. En otras palabras, un refugio atemporal donde pudieran ser
felices para Siempre Jamás.
Por ello, lo primero que hizo esta pareja de pies fue invocar a los Cuatro Elementos del Aire,
del Agua, del Fuego y de la Tierra. El objetivo era que el Señor de los Árboles pudiese
entender su lenguaje y escuchar su petición.
Y así fue. Su oración fue escuchada. El Señor de los Árboles los condujo a un trocito de
Dewachen aquí en la Tierra; un paraíso que se encontraba en un onírico valle, al NE de Francia, cerca del Aeropuerto de Lyon.
Lo primero que divisaron fue Siete
Estupas acompañadas por una octava
distinta y los pies pensaron: “estamos
en el camino correcto, lo estamos”.
Y empezaron a rodear las estupas recitando el mantra de Chenrézig o
Budha de la Compasión:
OM MANI PADME HUNG
Pero cuál fue su sorpresa cuando al girar
la primera vuelta…
Se encontraron a una discreta mariposa
meditando en una de las Estupas… Y el pie
derecho le preguntó a la mariposa: ¿Qué debe hacer una buen hijo
para adiestrarse en el camino del Dharma? Y la
mariposa le contestó: “Primero debes tomar refugio en Budha, en el
Dharma y en la Sangha y especialmente en los Lamas Preciosos”.
Y los pies le preguntaron al
unísono: ¿Y qué es eso de tomar refugio
exactamente? Y la mariposa canturreó: “Pues es aprender a
recordar en cada situación que pese a
la impermanencia y la muerte de todo y
todos, existe algo que escapa a los látigos
del Señor del Tiempo. Es atemporal.
-En mi jardín diríamos que es la excepción que confirma la regla -les susurró la mariposa monocolor. Y continuó aclarándoles la duda: Adivina adivinanza qué puede ser. Pues es la Mente. Pero para llegar a desarrollar el potencial de vuestra Mente debéis practicar mucho, mucho, mucho algunas de las 84.000 enseñanzas que Budha nos transmitió.
Los pies sintieron que debían trabajar duro si no querían retroceder y renacer como una vaca
en la próxima vida. Tenían que aprovechar su preciosa vida
humana. Ahora era el momento de estudiar y practicar. Ya no podían seguir siendo
perezosos.
Y los pies sintieron que una linda ventana se había entreabierto. Ahora tenían esperanza de
hallar las Tierras Puras del Paraíso de Dewachen.
Y en esa ocasión los pies se transformaron en tiernos gatitos y empezaron a asomarse por
todas las ventanas del lugar… Ésta ventana era la de la tienda de los objetos y
libros del Dharma.
Ésta era la ventana que tenían a su izquierda cuando practicaban la meditación del Refugio
que la mariposa les había enseñado. Esta vez la energía de las postraciones era lineal
como la propia ventana.
Y ésta triangular tan singular la tenían al frente como una rosa de los vientos
con las 10 direcciones. Desde allí divisaban el amanecer cada día.
Pero de todas ellas, ésta era su favorita porque al ser oblicua sólo apuntaba hacia el Cielo
como una radiante Estrella Fugaz.
Estas tres últimas ventanas custodiaban dieciséis estandartes, uno para cada uno de nuestros Dieciséis Karmapas pasados. Eran dorados como la dulce miel
Un Karmapa es un Budha de los Tres Tiempos: pasado, presente y futuro.
Y entonces se dirigieron hacia la Gran Estupa de ojos penetrantes y juguetones… pero sigilosamente
porque los principios siempre requieren espacio y silencio.
Cuánto más se acercaban, más sentían las bendiciones de Ella.
Alrededor de Ella encontraron mágicas estelas de piedra con figuras búdicas, mantras,
gotitas de agua y …
descubrieron una rueda de oraciones con las 21 Taras y se preguntaron: ¿cuántos miles de
mantras contendrá esta rueda?
Se encontraron con dos monjes que la estaban haciendo girar. Y los pies presintieron que eso
sería un buen presagio en su camino.
Mientras tanto la Señora de la Noche, ya presente, se hizo aún más presente.
La Señora de las Estrellas empezaba a acariciar a los pies con sus aterciopelados rayos.
En ese momento, el pie izquierdo decidió encender una vela para que sus plegarias
siguieran siendo escuchadas… Los principios son importantes pero, aún más lo son los caminos del medio, los intermedios y
los anuncios de los intermedios.
Otros pies y manos hicieron lo mismo. Cada uno o una pedía algo para ser más feliz. Por ello, los personajes-pies de nuestra historia desearon que todos los seres fueran felices
para siempre jamás.
Y los deseos obtuvieron alas para llegar al Cielo. Tal vez Amitabha, el Budha de la Luz
Infinita, escuchase sus plegarias.
A la mañana siguiente, volvieron a la pequeña gompa del ático porque allí había unos pies
dorados que les daban inspiración para seguir caminando. Era el Templo del Budha de la
Compasión de los 1000 brazos.
Se encontraban muy “agustito” y meditaron y meditaron con perseverancia y diligencia, tal y
como sugería el sabio Bodhisattva Shantideva.
Después conocieron a Damián y sus simpáticas manos. Era un voluntario de la Asociación de Bérou Kyentse Rinpoché. Estaban recaudando
fondos para una clínica en el Tíbet. Todas las manos eran pocas.
Y prosiguieron su búsqueda hasta que repentinamente escucharon un sonido. Alguien estaba haciendo sonar las caracolas como un
instrumento y fue en ese momento cuando encontraron…
El Templo de los 1000 Budhas
Un trocito de Cielo aquí en la Tierra, tanto durante el
Día como durante la Noche.
Sin duda era un faro que alumbraba sus trayectorias.
Y los pies anhelaron lo
siguiente: “Que gire la rueda de las
Enseñanzas del Dharma. Que gire”.
Allí encontraron maravillosas prácticas budistas cantadas del Linaje Kagyu.
Cada pie tenía su mini-escritorio, donde colocaban las prácticas junto con las
imágenes que les inspiraban.
Allí había pies y manos que estaban sedientos por aprender. Incluso había otros pies y manos que tenían el coraje de realizar un retiro de tres
años. Pero éstos estaban en un anexo separado del resto.
Las enseñanzas estaban por doquier. Parecía como si los templarios muros
transpirasen prácticas cantadas.
Todo estaba muy organizado siguiendo las directrices del calendario lunar.
Y tan ordenado.
Por fin, los pies empezaban a hallar su lugar en el mundo-mundial.
Un lugar donde aprender…
Cómo florecer para convertirse en un Budha. Budha significa “el despierto”.
Al día siguiente volvieron a meditar alrededor de las
Estupas y otra vez tuvieron una agradable sorpresa.
Pues al realizar su segunda vuelta se encontraron con una bellísima mariposa
bicolor. Y el pie izquierdo volvió a preguntar: “¿Qué debe hacer un buen hijo para seguir
adiestrándose en el Camino del Dharma?
Y la mariposa les propuso: “Debéis
aprender a despertar algo que está dormido en vuestro interior. Y ¿cuál es ese tesoro que cada uno o una lleva escondido? La
respuesta es: el deseo de ayudar a los
demás. Esto se conoce como Bodhichitta. En resumen: el nosotros
debe estar por encima del yo”.
Tras esta charla, los pies se fueron a meditar y entonces encontraron al Gran Mago que había hecho posible ese lugar paradisíaco. Allí estaba
él tras su humildad y su buen humor.
Lama Teunsang
Allí estaba nuestro mago Lama Teunsang recibiendo a otros grandes magos,
como Bhérou Kyentse Rinpoché. (esta foto ha sido cedida por Robert)
Y es que no podía ser de otro modo. Porque por definición, un “bosque encantado” es
el lugar de encuentro de los magos.
He de deciros que esta historia no acaba aquí. Al contrario, sólo acaba de
comenzar. Porque el último día que los pies estaban en el Templo, hallaron una
mariposa de alas doradas.
Acababa de morir pero seguía irradiando tanta luz…
Era la mariposa más bella que habían visto jamás.
Entonces los pies le suplicaron a Tara que esa mariposa renaciera
en un bebé precioso sonriente.
Era tiempo de marcharse. Pero los
pies habían aprendido mucho y habían
recibido bendiciones de dos magos. Y sobre todo, habían echado raíces en Dewachen.
Tenían una sonrisa en su interior.
Los pies abandonaron KML de madrugada. Una espesa niebla blanquecina recorría la parte baja del valle. Y un blanco conejo se asomó para despedirlos. Aunque los tres
sabían que volverían a encontrarse…
Fin del Capítulo 1 Autora: Ana M. C. Martí Baile
El siguiente capítulo versará sobre otro Paraíso.