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    LA MONTAA DE LOS SIGNOSC T

    Juan Carlo Moyano Ortiz

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    Cuando deid venir a la Sierra arahumara aba que parta en bua de lo impoible.

    A A,

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    El punto de partida fueron artculo, epola, teimonio, eudio, carta geogrfica, experiencia

    de campo, fotografa y el libro Lo arahumara, donde Artaud rene divero materiale. En varioparlamento hay lnea entreacada de lo texto del poeta, incorporada a la alquimia de la redaccin

    final. El corrido del Gallo tiene origen incierto y fue reconruido de memoria desu de ecuchrelo

    fugazmente a un campeino cerca a Curare, en la parte occidental de la Sierra Madre.

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    LA MONTAA DE LOS SIGNOSC T

    Periplo olitario de do hombre a un mimo lugar, cada uno en diinta poca: un poeta dearraigado

    bucando el entido de u pao en la topografa de una cultura indgena () y un cronia obeio-

    nado que rarea la huella del memorable viajero ().

    P

    Antonin Artaud , o lo que queda del recuerdo del poeta franc, a lo 40 ao, en Mxico, en 1937,

    cuando haba colapado contra el mundo pariino y crea que en la Sierra Madre podra anar u exi-tencia ecindida entre la razn y el dearreglo mental.

    Antonio Morale , cronia colombiano, que logr el resaldo de una publicacin literaria para repli-

    car lo raro del poeta y ecribir una erie de artculo obre el viaje. Anda con maleta, telfono celular

    de amplia cobertura y una grabadora de periodia, arcaica, del Siglo .

    Siete Preenia o Fantama que van a encarnar esritu, evocacione y peronaje que aparecen,

    deaparecen, e tramutan, crean ambiente, dearrollan accione y on, a la vez, ntido y borroo,como una pintura que complementa y nima el paiaje dramtico.

    P E

    Piedra, mucha piedra, de diferente tamao, con poibilidad de uarla para componer divera

    imgene, para ugerir diinto panorama y divero mbito. Piedra que ugieran la eencia de la

    Sierra Madre, que hablen, que tengan memoria, que no ean inerte.

    Sern panorama ecnico, objeto ecenogrfico, inalacin cambiante, metfora contenida

    en la nocin dramtica que e quiere tranmitir. (La idea e obtener la elocuencia de la piedra, la po-

    tica de lo ptreo).

    La imagen inicial y la final e la mima: Un crculo de piedra, compao, de iete metro de

    dimetro, que e ir tranformando de acuerdo a cada ituacin ecnica.

    re vai ja de barro , enorme, en el fondo del ecenario. Una contiene maz amarillo-dorado, otra

    frjole rojo inteno y la tercera agua pura. Sugieren la preencia indgena, lo grano eenciale, cargado

    de imbologa mtica y el agua, elemento de la vida, contenido en el tero de la tierra mima.

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    E L E B

    Antonio Morale e en la eacin ferroviaria de Bocayna, un pueblo que da pao a la Sierra Tarahu-

    mara. Ha llegado una hora atr y mientra orienta u camino y hace alguno contao, ha entido

    el impulo de recoger u primera nota de viaje. Tiene una grabadora de mano, arcaica, del iglo y

    anda con una maleta que deja ver lo veigio de viaje anteriore. Una maleta obria, dura, que intenta

    replicar la que pudo llevar el poeta Antonin Artaud.

    Una luz precia define al cronia con nitidez. El reo de ecenario e ocuro. Reuena un

    fondo de aguacero y viento fuerte que mueven ramaje y techumbre.

    E C

    Nota de viaje tomada on grabadora en mano

    B, S T, A .

    He arribado al umbral de mi deino y lo camino ineserado iguen iendo el propito

    del viajero que llevo por dentro. Ea maana eaba en la ciudad de Chihuahua, tomando

    el tren que atraviea la Sierra Madre y llega haa el Pacfico, en Sinaloa. Desu del medioda arrib a Bocayna, una eacin intermedia, un pueblo enclavado en la topografa abrupta

    de la montaa. Eoy iguiendo lo raro del poeta Antonin Artaud, que hace etenta

    ao e atrevi a explorar lo camino ancerale de la Sierra Tarahumara, cuando muy

    poco blanco haban logrado entrar en contao con lo rituale agrado de lo Rarmuri,

    o Tarahumara, el pueblo original que habita eo paraje dede tiempo milenario.

    Contea el telfono movil

    Hola, amor, qu orprea. Me alegra que ee aparato funcione eando en la eacin m

    remota de la tierra. Me aombro porque igo perteneciendo al Siglo () Eoy con-

    mocionado, i, e algo esecial.() Eoy comenzando a recoger nota, obre la marcha, t

    abe que oy emotivo y la palabra me van naciendo. () En eo momento eoy en la

    eacin ferroviaria de Bocayna, un pueblo donde e iente la ierra y donde Antonin Ar-

    taud inici el ltimo tramo de u viaje al corazn del conocimiento indgena. () Franc,

    l era de Marella. Belga no, franc () Llueve a cntaro y an no entro en contao con

    el gua que me ofreci u ervicio por Internet. Tal vez la lluvia le ha impedido llegar.()

    Tambin te extrao y quiiera ear contigo pero t abe que eoy en lo que m me gua

    (). Si, t me gua, claro, pero e diinto. Haa luego, aludo al jefe, dile que gracia,

    que apena pueda le ecribir, que eoy difrutando. Al, al.

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    Continua on la nota de viaje, entre el entuiamo y la esera obligada

    He llegado en el Chepe, en el tren legendario Chiguagua-Pacfico, tal y como debi hacerlo

    el poeta, en tiempo meno confortable para lo viajero que emprendan la aventura por

    lo defiladero de la grande barranca, bordeando abimo que al contemplarlo hacen

    que el vrtigo e convierta en xtai. Desuntando el Siglo , hay va de comunicacin

    y de manera cai paralela a la lnea frrea, fluye una moderna carretera que tiene un nombre

    curioo: Autopia Ecnica. Seguramente quiene aignaron el nombre no penaron en

    Antonin Artaud y u teora incendiaria acerca del teatro. Yo lo iento como parte del

    juego mgico y me dejo aborber por el paiaje. Atr queda el ambiente de la urbe y la

    montaa inicia u lenguaje de curva pronunciada y aceno que abandonan la nocin de

    gravedad. En la ltima planicie y en el pie de monte predominan la granja Menonita,como en otro tiempo debieron ear la hacienda de lo Jeuita. Lo Tarahumara han

    querido conervar u tradicione y la religione occidentale no han dejado de itiarlo.

    Habla on el gua, a trav del telfono mvil

    Seor, no puedo creer lo que e paando. Llevo hora eserndolo () Cmo que no

    puede? () Sea erio, confi en ued y no me puede dejar abandonado. No importa el

    motivo, el compromio era conmigo y en la vida hay que resetar la palabra. Me haba ga-

    rantizado un gua y una mula. () Oiga, tiene que ecucharme, entiendo que ued ofreceun ervicio y debe () al, al, al. Mierda!

    Guarda el mvil, resira y igue hablando

    Maldita ea! El viaje ha comenzado y olo cuento con mi fuerza para continuarlo. A,

    lloviendo, en ee pueblo que parece dehabitado. En el fondo no me importa bucar ayuda

    o dejar que la intuicin funcione. He bucado durante ao ea oportunidad y he tenido

    que peruadir a un editor para que ausicie un viaje que no reulta demaiado atraivo

    para la ligereza informativa que predomina. Creo que para el poeta la condicione eran

    peore. En ee tiempo la ierra no eaba urcada por carretera, olo e extendan camino

    de herradura.

    Egrime la grabadora y igue regirando u impreione

    Artaud haba coneguido una miin esecial con Bella Arte y La Univeridad Autnoma

    de Mxico, por olicitud del embajador de Francia. Su propito era inveigar la expre-

    ione ecnica que obreviven en ceremonia y rituale. Pero m all de la formalidad,

    bucaba la iluminacin y quera anar u esritu ecindido entre la razn y la locura. El

    poeta decidi internare en ea Sierra, para bucar con avidez un conocimiento primordial

    que todava palpita en la grieta de la memoria de lo habitante de un mundo que no ha

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    ido completamente arraado, que an conerva lo mierio eenciale que la civilizacin

    occidental ha olvidado tal vez para iempre.

    Mara un nmero telefnio y finalmente deja un menaje

    Amor, porqu no me resonde, ear ocupada o habr alido a la terraza y ear ten-

    dida en la hamaca. Eoy olo en la eacin, no hay guardia, no hay trene, no hay vende-

    dore, no hay paajero. Solo el viento fro y ea oledad Me quedar en un hotelito de

    pao y maana eguir camino. Te amo.

    oma la maleta y igue hablando omo i tuviera la grabadora en la mano

    Como un fugitivo, huyo de mi mimo y igo lo raro de un fantama. Nadie me conoce eignoro i me buco o quiero olvidarme de mi propio pao. No puedo reverar el rumbo.

    Imagino al poeta Artaud confrontado por la vida. Era un inteleual demaiado lcido y a

    mimo un adio empedernido. En eptiembre de 1937 e detuvo en una quebrada y dede

    un puente de madera bot la ltima doi de droga. Su gran pain era la poea y u amor

    maldito haba ido la herona y ahora la arrojaba con el propito de desrendere de la

    race de hidra que lo ataban. Quera llegar limpio a lo mierio de la Sierra Madre.

    Antonio Morale e detiene, deja la maleta, mira a u alrededor y toma nota en una libreta. Idea rpida,que le llegan omo fogonazo. La luz e devanee lentamente.

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    E I I

    L D

    El eenario e ilumina plenamente y el rulo ompaco, de piedra divera, muera una topografa que re-

    ume la evoain de la Sierra Madre. En el ambiente onoro opla la mia del viento, en la alta umbre,

    girando alrededor de la roa y ilbando entre la grieta de la inmena barrana, abrupta, mtia.

    Artaud, on el toro denudo, e para obre la punta de una piedra, desliega una papeleta de herona

    y deja que e pierda en partula miropia arrebatada por la bria. Una lluvia de polvo blano e esare

    por el aire, obre el poeta que aluina. Levanta lo brazo al ol y trata de emitir un anto tibetano. iene fervor

    y rii pero e laro que predomina el optimimo y la avidez de onoimiento.

    Dede un montulo de piedra una preenia neutra, ptrea, vierte agua on una jarra de barro. Antonin

    Artaud, en un leho de piedra, e lava la mano y la ara y ruza igno de limpieza por hara y plexo. Re-

    pira profundo y emite onido naale, on ierta mia que e aera a lo hbito geuale del hirionimo.

    La preenia que vierte agua e la ugerenia de una figura indgena, on lo brazo levantado, que

    dibuja de una manera enilla y hermoa la ada de un horro de agua dede la alta montaa.

    En el plano de fondo, otra preenia emergen impereptible, aumen poiione hiertia. Al n-

    taro aen de manera reiterada pequea piedra que reuenan omo en un ueo. El onido de un uerno

    agrado invade durante uno egundo el ambiente idealizado por el poeta.

    Artaud e deslaza entre piedra, titubea, trata de darle al uerpo una dereza que no tiene. Reuer-da oa, fraao, momento inendiario y deamore que lo hieren. Cambia de emblante, deiende a la

    humildad y e aferra a la piedra, boa abajo, omo un animal que quiere vomitar la vera.

    Antonin Artaud llora opioamente, llora de trieza por la vida que ha llevado y lo infierno que ha onoi-

    do, llora de alegra por ear on el esritu exultante frente a paraje que le desiertan la enibilidad por lo

    terrgena y lo mio.

    El ronia, en ontrapunto, aurruado obre una piedra, fuera del rulo ompaco, e lava la ma-

    no y mira la uperfiie de un reipiente de agua, omo i euviera viendo en un esejo revelador.

    La preenia, on energa neutra, mueven piedra y tranforman el rulo en un amino-esiral que reorre

    el poeta, en vario tiempo, mientra delira on lo texto.

    A A

    La cultura racionalia ha fracaado y he venido a la tierra de Mxico para bucar la bae

    de una cultura mgica que an puede manar de la fuerza del uelo indio. Me he entido

    aborbido por el hechizo de lo paiaje y no he perdido el deeo de eguir caminando a

    pear de la fatiga y lo pie ampollado.

    Mi esritu tiende a er univeral y e identifica con race que tracienden lo efmero.

    La uela de mi zapato e han gaado en camino donde yo bucaba lo pao polvorien-

    to de mi propio rumbo.

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    He ledo que lo Tarahumara on veloce corredore que aben atravear la barrera del

    tiempo y corren m rpido que un venado y on capace de oar desierto. Haa el

    momento he vio m meizo que indgena y lo nativo parecen inviible, paan de-

    apercibido.

    Ni lo urrealia, ni lo marxia, ni lo ecolico, ni lo muulmane, me hablan

    de la incertidumbre del conocimiento y de la verdade que guardan lo que han podido

    vivir en concordia con la naturaleza, alejado de la civilizacin depredadora de occidente.

    Artaud e endereza, queda en ilenio y olo e euhan lo onido del agua de la jarra de barro, que ahora

    gotea en la vaija y produe el onido de una lgrima que ae a un eanque. La luz e diipa, el ambiente e

    ouree y e llena de onido de ventarrone y tempeade. En el plano de fondo e vilumbran ilueta de

    preenia que en obre piedra, omo forma totmia. El ronia e iluminado de manera puntual, de-

    enfundando la grabadora para tomar nota.

    A M

    La cacada de Baaeachi e un largimo chorro de agua que e desea m de 200 metro

    a lo largo de un paredn de baalto. Eoy en un mirador frecuentado por turia. A lo lejo

    e abren abimo cruzado por ave migratoria y por lo esritu que rigen el poder de la

    Sierra Madre. La garganta de piedra viva, lo farallone inacceible y lo abimo de locaone e abren como grieta inondable. Artaud eguramente empez a congraciare con

    el paiaje y a luchar contra lo ndrome de la abinencia. Era un oador y upo encontrar

    lo igno de un juego mental donde la montaa condenaban el idioma de lo dioe.

    El ronia guarda la grabadora y aa uno binoulare de explorador y otea la umbre y lo aone que e

    abren bajo la uela de u bota. La luz e hae repuular y luego predomina la ouridad total.

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    E C H

    Antonin Artaud, llevando la maleta, e tralada de piedra en piedra, omo i aminara por un valle quebra-

    dizo. La piedra en disera, de manera laberntia, ugieren la imagen de un hombre deamparado que

    trata de enontrar un amino inexiente.

    En Artaud e ombina la debilidad on la onviin. E febril, e tero y aume lo dolore que lo

    fuigan por la falta de droga, por la dehidratain progreiva y la omida prearia.

    El ronia Antonio Morale hae el mimo reorrido, de manera paralela, omo i fuera la ontrapar-

    te del esejo, on una maleta m liviana. rata de redeubrir lo hallazgo de Artaud y quiere ver la forma

    eulpida por la naturaleza.

    oma fotografa, e detiene, e refrea y ontinua la aventura, dando la imprein de reorrer gran-

    de diania.

    La Siete Preenia mueven de manera neutra la piedra y onruyen forma donde integran la

    lnea de lo uerpo y lo volmene ptreo, para lograr la ugerenia de lo antropomorfo entre la roa.

    Antonin Artaud deja la maleta, gira buando lo deello olare, e orienta intuitivamente, hae

    ejeriio erano al yoga de una manera muy peronal y e funde ontra la piedra, expreando diin-

    to eado de nimo.

    E eufrio, quiere perteneer al todo natural, preiente la preenia y quiere deifrarla en upropio uerpo.

    En un ontrapunto explito Antonio Morale e mueve iempre en un plano de realidad, en ontrae

    on Artaud que e mueve en plano onrio. El ronia ubia la oordenada y dedue el rumbo.

    La preenia e yerguen obre piedra y e mantienen ajena al poeta delirante, indiferente a u

    urioidad de iniiado en lo metalenguaje de la naturaleza.

    A A

    Aqu, la naturaleza ha querido hablar a lo largo de toda la extenin geogrfica de una raza.

    Todo habla de lo eencial; e decir, de lo principio egn lo cuale e ha tranformado la

    naturaleza. Y todo vive por obra de eo principio: el hombre, la tempeade, el viento,

    lo ilencio, el ol, la noche, el primer ro, el ltimo latido. Ofrezco mi delirio y mi dolore,

    la coyuntura que e incineran, lo hueo que e paman, lo mculo que no obedecen,

    el corazn debocado y la conciencia ardiendo como una fogata de neurona y palabra.

    Ofrezco mi alma y mi equeleto a eo abimo majeuoo donde danzan lo remolino

    del tiempo.

    Antonio Morale e detiene, e ienta en una piedra y deempaa enlatado y devora mientra piena en u

    esoa y en u amigo que en en una lejana iudad urameriana.

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    Antonin Artaud padee retorijone eomaale, tiene diarrea y bua un lugar donde expular u exremen-

    to lquido. odo le duele, todo l e revierte. E el agua impotable que ha bebido, on lo efeco de no tener

    droga en el organimo. Sufre, expurga lo dolore neurlgio de u esritu perturbado.

    A M

    Inie on el telfono, quiere hablar on la mujer

    Al, amor, aqu explorador de camino queriendo ecuchar tu voz. Te recuerdo que eoy

    m all de lo tangible: lo endero de tierra y piedra parecen flotar en el vaco. Mi ojo

    decubren grafa en la roca, igno labrado por lo elemento. Creo que me rodean lo

    fantama de la memoria. Te pieno mucho Dnde e? Con quin e? Llmame

    Antonin Artaud retoma u maleta y la arga a la esalda omo i fuera un fardo, traabilla y e efuerza m

    all de u propia poibilidade. La preenia van errando alida y amontonando piedra, reando ob-

    ulo para que el extranjero no enuentre rumbo.

    La roa y lo uerpo e tranforman y on animale-file, grande eore meditando o uerpo

    haiendo abluione o aoado entre lo peao, deanando en el efmero eterno de lo iglo en useno.

    Antonin Artaud deja la maleta, resira on difiultad, balbuea, lanza esumarajo, tiene lo labio

    reeo y la piel le duele, la iente eroionada.

    Una mujer indgena lee la pgina de un libro de agua, en un ueno de barro oloado entre lapiedra, en un altar triangular, imilar a un fogn.

    La preenia tienen ntaro oloado en la abeza, omo mara de barro que ubren lo ro-

    tro y le dan a lo uerpo ierto dieo eultrio ubjetivo.

    Antonin Artaud e aera a la mujer y e arrodilla. Ella, de manera ineserada, le vierte eniza, omo

    i derramara agua, vaiando una vaija que tiene junto al libro de agua.

    La mujer le roa eniza, omo ehndolo y, al mimo tiempo, reavivando un uerpo agobiado por

    neuralgia y ananio enfermizo.

    Antonin Artaud, uio de eniza y de udor, alza la maleta omo i fuera una ruz y igue el amino

    que u pie han elegido. La abeza y lo ojo en extraviado en lo maleare entraable que lo laeran.

    El poeta vive una eseie de va rui, a u manera, inflingindoe la ley de lo penitente.

    La preenia, omo indgena equivo, alido de un ueo borroo, aumulan piedra y forman un tmulo,

    lavan una ruz y le prenden fuego.

    Antonin Artaud llega haa muy era, aluinando de ananio, on hambre, in droga y in on-

    uelo. Cae extenuado y queda inmvil mientra el fuego e extingue lentamente.

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    E IV

    P

    Mezla de lue ambarina, rojiza, azuloa, ugiriendo un ierto eado febril.

    La preenia mueven la piedra, alguno ataan y otro on ataado, omo i fuera una agrein

    para derozar rneo. E el trafondo violento de la Sierra arahumara y e una rii paranoia del poeta

    que ha ado ompletamente agotado.

    En una reain por la auenia de herona en el organimo, omienzan la peadilla in ear dormi-

    do, on la onienia aluinada de quien ha razonado obre i mimo y ha terminado extraviado en u propio

    laberinto.

    Siente que lo lapidan, que lo epultan, omo i fuera un hereje.

    Reaiona en el uelo pero no tiene fuerza para oponer reienia. En un juego violento, rtmio y

    frentio, le van oloando la piedra enima, omo i lo epultaran vivo. Le forman un tmulo de piedra,

    olo le dejan liberada la abeza para que mire la erella en la nohe.

    Un arahumara viejo y erguido, envuelto en u manta, urge de la ouridad y e para era del

    poeta, obre una piedra grande. Se queda quieto, on la majeuoa acitud de lo indgena uando miran la

    diania.

    Una mujer fantamal, omo una lehuza, e ienta enima del tmulo. Artaud iente que e ahoga.

    A A

    Me periguen fantama, dede nio, cuando ca al mar en el aillero de mi padre y mi

    mano e zaf de la mano de mi madre y lentamente rebal al vaco y me ahogu y volv

    a urgir entre la esuma y perd el entido ante que me recataran con dao cerebrale

    irreverible. El mar eaba fro como la muerte, que me tuvo entre u mano y me arrull

    con la violencia de la ola.

    Una mujer agita el agua de la vaija de barro, on fuerza, armando ao on la mano

    El amor de mi madre me alv de la ocuridad perpetua y me volvi a parir con una menin-

    giti que ecald mi iema nervioo. Mi vida ha ido placer y ufrimiento y en la poea

    encuentro la race de mi enfermedade interiore y tal vez en el teatro he bailado con

    lo demonio del esejimo humano, tan cruele como el amor o la neceidad de vivir. Mi

    abuela griega viva en Turqua y me cantaba en u lengua remota cuando la viitbamo en

    vacacione en la caa de parede blanca de un puerto llamado Emirna.

    La mujer que ha movido el agua ahora umerge y aa, omo i fuera un nio, de manera reiterada, una piedra

    mediana. Luego, omo i fuera Antonin, lo abraza, lo arrulla, lo envuelve en un manto.

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    E

    Enfermo de miedo, habla para no mirar lo que te aua. No ve que el miedo te lo pro-

    duce tu mimo. No hable de la muerte, ella no esera como una buena madre. Nacimo

    para morir y eo e imple como el viento y neceario como la milpa. A que ha venido

    extranjero? A qu ha venido?

    El viejo indio abre la mano y lanza al viento un puado de grano de maz. El viejo vuelve a la penumbra del

    fondo, on la otra preenia, que arrojan pedruo obre el tmulo. La mujer lehuza e eabulle.

    Se euhan voe y onido anerale. Antonin Artaud, in diinguir i e algo real o una peadilla, e quita

    la piedra de enima, e efuerza para librare del peo que lo afixia y luha para no morir de anguia.

    Artaud toma aire, resira on difiultad, e olo, perdido, in brjula, queriendo haer un amino

    que paree impoible para u energa menguada. Su uerpo e mueve por ineria. Le paree que pea muho

    y que e han endureido la artiulaione.

    Se deslaza entre la piedra y iente el dolor de lo pie que tienden a volvere herida entre el udor

    de lo zapato.

    Pide ayuda, diingue alguna preenia que lo esan y e dejan ver fugazmente, en poiione ab-

    urda.

    El poeta, omo un lobo famlio, bua alimento, agua; e apura y uando ea era de la preenia,

    lo ofenden on geo obeno y e efuman.Se auerda de la peada maleta. Regrea, la hala, la empuja, pelea on ella y igue argando un peo

    inexpliable.

    La luz e extingue lentamente.

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    E V

    L

    El ronia ha eguido u rumbo. Ahora lo aompaa un muhaho indgena que le arga la maleta. Camina

    por donde Artaud anduvo omo i otejara la informain, lo reuerdo de lo ledo y la araceria de ada

    lugar. Eribe nota, hae fotografa y le pide al gua que le haga varia toma, a l, al omuniador que tiene

    una identidad propia, en u bqueda de tema uaniale. Eo e lo que va penando Antonio Morale,

    optimia, autoufiiente.

    A M

    Cunto falta para llegar a Sioguichic?

    M I

    Tre hora. Cinco a tu pao.

    A M

    Hace etenta ao el poeta Antonin iba con un gua, bucando una aldea perdida en lo

    mapa de la Sierra Madre. Me han parecido retrado lo Tarahumara, no hablan. T ere

    diinto, a vece dice i y a vece dice no Verdad?

    M I

    Si.

    A M

    Ha ecuchado acerca de la ceremonia de Ciguri o Tutuguri entre lo viejo de tu familia?

    M I

    No.

    Antonio Morale inie un poo m on pregunta que el muhaho no paree omprender. El muhaho en

    ilenio lleva la maleta de varia manera, on habilidad y fortaleza. Cuando el ronia e detiene o habla,

    reaiona, detenindoe on preiin, entre la piedra, adoptando poiione de atenin o deano.

    Antonio Morale, entretenido en u labor no alanza a eriorare de hombre que aehan. Llevan

    ombrero y uno lleva el pauelo ubrindole medio roro, omo lo bandido de la pelula mexiana. E

    una imagen en larouro, ininuada apena.

    La preenia que iguen a Antonio Morale on nortea, meiza. De bito, el muhaho ind-

    gena peribe una huella que Antonio Morale no logra deubrir. Deja la maleta y on una dereza natural

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    alta de piedra en piedra, lanza una mirada final al eupefaco ronia y deaparee. El ronia intenta

    eguirlo pero no logra alanzarlo. Luego e devuelve por la maleta y lamenta u uerte on lo gua.

    Se ienta en una piedra grande y extrae u telfono mvil, omo i tuviera la poibilidad de reolver

    algn problema llamando a alguien. Mara el nmero de u esoa, on aniedad, muy emoionado, neeitado

    de una voz erana. No le ontean. No hay eal.

    En el fondo uena un naro-orrido que omienza a rear un ambiente diinto. Lo forajido e aba-

    lanzan obre el ronia y lo golpean. Reuenan la piedra y e iente el poder de la arma de fuego, que lo

    hombre enarbolan on alarde, amedrentando a Morale, que no ale del pavor. Sangra y tiene moretone en

    el roro. Lo iguen aporreando y e lo turnan para golpearlo in dejarlo aer al uelo. Lo desojan del mvil, de

    la grabadora y le revian la ropa y la maleta in hallar algo de inter. El jefe, apodado El Gallo, lo interroga.

    E G

    Quin ere cabrn? No er desiado ni vendr de turia. Te juega la vida y no abe

    quin te la quita. A poco ere de la D o le informa a lo federale. La regae y no tiene

    ecapatoria. Le vamo a hacer un bien a tu familia Tiene mujer? Pue te la vamo a dejar

    viuda para que otro difrute con ella. Mexicano no ere porque te urge inteligencia. Te en-

    contrae con la pelona y no la tena previa. Aqu te vuelve carroa y te debarrancamo

    desu de acarte lo ojo y picarte lo dedo para que conozca la azn del dolor, porque

    le echamo al y chile a la herida, para que ea abroa la comezn. Quin ere cabrn? Seme hace que picado cabe completo en tu maleta.

    A M

    Antonio Morale Erada, comunicador, cronia.

    E G

    Parece yucateco pero no ere yucateco o no era tan meno. No me amole el corazn

    cabrn. De dnde viene y para dnde va? Con la D o lo Federale? De Chihuahua

    no parece o no andara tan olito. Ser de otro planeta, del planeta de la mierda pinche

    crnico De qu dijie que ea enfermo?

    A M

    No, eoy bien, oy cronia, comunicador, ecritor

    E G

    Ah, quiere ecribir obre el cartel de Sinaloa, que e disuta ea barranca con lo de

    Jurez y con lo Apache del norte. Ere un opln y nada m, ya deca yo, no tiene cara

    de gorrin. Mtenlo muchacho que nadie pagar un dlar por u buena alud. Pero ante

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    cuntame dnde te pari tu purima madre?

    A M

    En Colombia. Soy colombiano.

    E G

    No te puedo creer, me ea engaando, tiene acento catracho. Djame ver tu paaporte, a

    ver () i, ere de Colombia, un pa metido en la errana de Suramrica. Medelln e la

    capital Verdad? Mi patrn dice que tiene uno bueno compadre colombiano. Hay un

    corrido que habla de un capo colombiano que trabajaba para darle a lo pobre u caa y

    u empleo que neceitaban. Lo mataron lo de la ley porque la ley e injua aqu y en Ti-juana y donde un hombre ee parado con gana de er honrado. La ley pervierte. Con decir-

    te que mucho traficante hacen curo iendo primero federale. A que ere colombiano

    A M

    Voy a viitar la cultura Tarahumara. Eoy ecribiendo obre un poeta que hizo ee reco-

    rrido hace etenta ao.

    E GPura esuma e lo que habla. Ea bucando mota, ere un pinche vicioo. La hubiera

    encontrado en la equina de tu caa. Me han dicho que Colombia e el parao y que todo e

    conigue en la tienda del frente. Cmo dice que e llamaba tu amigo que euvo por aqu

    bucando lo que no e le haba perdido?

    A M

    Antonin, Antonin Artaud. Nanaki le deca u abuela turca.

    E G

    Cmo? Cmo dice que le decan al cabrn?

    A M

    Antonin, Nanaki, e el diminutivo de Antonio.

    E G

    Y i lo conoca bien? Te apueo que era joto el cabrn. Con ee nombrecito cmo llegara

    a la Sierra. E un disarate venir por aqu. Quiere un trago? No diga que no. De pronto

    te alva i no te cae al abimo. Toma, bebe, de un olo empujn.

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    El Gallo le paa una botella de trago al ronia. Lo indue a beber in resirar. Uno de lo hombre deja ver

    un aparato de onido porttil, ube el volumen para que e euhe bien un naro-orrido de lo Admirable

    de Sinaloa. Antonio Morale e queda inmvil, luego e tambalea, e deubre el peho y pide que le disaren

    al orazn

    E G

    Te guan lo corrido? Si? Te alvae, i deca que no te mataba de inmediato. Soy el

    Gallo, dede chamaco, para que epa quin pondr fin a tu peare. Va a ecucharme

    porque yo oy el que pide el ltimo deeo ante de matarte.

    C G

    O e quitan o lo quito

    Ya aben que no juego,

    Tengo fama de valiente,

    Soy el pap de lo pollito

    Noventa y nueve he matado

    Y reignado eoy eorTodo el mundo me reseta

    Aunque ea por horror

    Ere el ciento colombiano

    Te toc la cuenta precia

    Para ajuarme la centena

    Que dedico a La Santima

    La muerte e en todo lado

    De ella no quieren hablar

    No hay que olvidar que nacimo

    Y un da no van a enterrar

    Mucho tienen un corrido

    El bueno, el malo y el fuerte

    Hoy le canto a la patrona

    A la antima muerte

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    A M

    Completamente borraho

    Me guara que me hicieran un corrido desu que me maten o, mejor, ante de que me

    maten, a me dan oportunidad de llorar un rato por mi propio desojo.

    E G

    Mira, cambi de plane, no te voy a hacer el favor, no te voy a matar. Te alvae, hijo, te iba

    a entregar a la Santima Muerte, pero va a tener que volver donde tu mujer para que te

    chingue. Me nace dejarte ir. Pero aprovecha la oportunidad, e mejor que te largue ante

    que me den la gana de matar, porque de vez en vez iento el deeo y me pica el dedo. Me

    cae bien porque lo colombiano on chingone. Te devuelvo tu coa para que vea que tequiero, por cabrn, porque no te ha arrodillado. Si fuera de la D tendra un telfono

    mejor, con m tecnologa y podra llamar a tu mujer in que te diera la agona. Si fuera

    federal eara llorando porque tendra tu lugar aegurado en el panten.

    Lo hombre e ren y el jefe, mirando fijamente lo ojo extraviado del ronia, le devuelve el mvil y la

    grabadora.

    E Gndale, no te preocupe, yo te voy a indicar para donde proeguir. Te va caminando por el

    defiladero y i no llega a Sioguichic, pue te puede ir al fondo de la Barranca, para que

    te vuelva manjar de lo zopilote o comida de lo tlacualache. No hay problema, igual no

    vale nada. Ni iquiera ere mexicano; buey, que degracia la tuya.

    Se oyen ria y rumore y la luz e efuma haa alanzar lentamente la ouridad, mientra el ronia, arra-

    trando la maleta, e tambalea.

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    E VI

    E

    Artaud aparee aminando de piedra en piedra, bregando on la maleta. iene aseco de orate. Rpidamente

    ha demejorado u aseco. Mujere y nio e auan y e eonden a u pao. La preenia miran dede el

    otro lado de la onienia.

    Artaud oloa y reoloa la piedra que va a piar y a va armando un amino imaginario que le

    demanda gran efuerzo. Se euha la voz oloal del viento, amplifiada, aompaada por oarina.

    En un plano ontrario, ai omo un fantama, en otro tiempo, en una ituain imilar, ruza el

    ronia, on u maleta y u temore. Golpeado, ebrio todava, on la abeza doliendo de manera ruel. No

    deja de pareer un doble de Antonin Artaud.

    La preenia mueven la piedra, on preiin y utileza, haa onformar un laberinto en todo el

    eenario.

    Luego desareen la preenia y quedan lo do peronaje, uno real, el ronia, en tiempo preente

    y otro evoado, ai fantamal, habitante del paado. Antonin y Antonio, reorren rumbo opueo en el

    laberinto.

    Se tranmite la enain de ear en el esaio de lo perdido y, al mimo tiempo, en el amino de lo

    iniiado. El laberinto e dieado en el pio pero ada peronaje debe reorrer u propio laberinto peronal

    y exprearlo en lo deslazamiento, en lo geo, en la paua, en lo ambio de direin.La diferenia e la alidad de energa que ada uno maneja: Antonin e ingrvido, exepto en u

    batalla on la maleta; Antonio e terrenal, pea, e grave y da la imprein de portar una maleta que no pea

    demaiado.

    E omo un juego de esejo in la preiin de la imagen exaca. M bien la poiione de lo per-

    onaje manejan lo ontrae y la paradoja que exien entre ello.

    En algn momento en al borde de enontrare, pero no e ven, ni e ienten, pue perteneen a

    tiempo difereniado laramente.

    A M

    oma la grabadora, revia el ltimo fragmento e iniia un nuevo paaje

    Me iento como una partcula irrelevante tranitando por un camino que debi er una

    penitencia para el poeta. Sin herona y in amigo, logr llegar a una aldea donde an e

    conervaban rituale ancerale. Desu de varia emana de iniciado el aceno a la

    Sierra Tarahumara, Artaud, con la llaga de lo pie abierta en carne viva y lo ganglio

    inflamado, con lo labio partido y el cuerpo ecaldado, ucio, oliendo a excremento y

    udor, defallece y cae in entido. Tal vez expiaba la culpa no atifecha o lo deeo no

    confeado. En cierto modo el mimo e vea como un Crio in redencin.

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    Como i fuera una ontinuain de la palabra del ronia, Artaud ae lentamente y queda botado en el uelo,

    junto a la maleta.

    En un punto de fuga, en un rapto de la memoria onria, entre piedra grande, una mujer antigua,

    anta en una lengua extraa, en el dialeco greo-otomano que e habla en el ao viejo del puerto de Emir-

    na. Se trata de la imagen oada de Euphaie Maria Nalpa, la abuela griega que vivi a orilla del mar Egeo

    y que le antaba uando era nio. E una imagen de enueo que le llega dede lo reuerdo.

    El poeta e iente aliviado, arraigado a una anin que lo reata de dolore vorae que lo deruyen

    dede adentro. Se eira, reaomoda el equeleto, tendido en el uelo. La mujer, on ternura, le aariia la abe-

    ita a u nieto-nio y e efuma en la ouridad.

    Artaud reaiona, e endereza y e ienta obre la maleta. Le uea diinguir entre lo oado y lo no

    oado.

    Alguno indgena obervan on urioa indiferenia.

    Una pareja indgena opta por ayudarlo, lo reaniman, le dan agua y le onvidan omida: frijole refri-

    to, hile y tortilla de maz.

    El hombre indgena e onoedor del Ciguri y alanza a intuir la bqueda de Artaud.

    E

    Foraero vinie a morir bien lejo. Vuelve a tu caa. Coneguir mula que te devuelva a

    Bocayna. Te veo enfermoA A

    Si, enfermo del alma, como e enferma por dentro la cultura occidental.

    E

    No hay alma, no hay cuerpo, exie el todo y en el todo el corazn del cielo y el corazn de la

    tierra. Todo formamo parte de lo camino que hay entre lo vivo y lo muerto. Al prin-

    cipio principio ebamo hecho de maz y barro. A lo Rarmuri no hicieron de tierra y a

    lo blanco lo rociaron con ceniza.

    A A

    A mi me hicieron con lo reo que quedaron de la ltima erella que e fundi en la tierra.

    Soy conecuencia de un naufragio eelar. El ol ocuro me dio identidad y mi abuela me

    dejo el raro de lo canto de Anatolia. Me rige el dcimo tercer igno del zodiaco.

    E

    No entiendo bien tu procedencia. Si cae del cielo ere como nootro que omo hijo del

    viento, pie ligero, corremo como venado, altamo como cabrito, entre la montaa y

    la barranca.

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    A A

    He venido a conocer la palabra del ilencio. La montaa me hablan de un principio que

    e preente en la ceremonia del Peyote.

    E

    Peyote para nootro e Ciguri, abidura, cura de male, e el raro del venado y la orienta-

    cin necearia para recorrer la vida que e un camino largo y lleno de vuelta.

    A A

    Entiendo! Entiendo!

    E No e puede entender i no e ha ecuchado el tambor del agua y el tambor del viento y la

    voce del fuego que no hablan dede lo canto de lo abuelo. Ciguri ilumina lo endero

    de adentro y ayuda a anar la herida inviible, lo golpe que e ufren en el cuerpo inter-

    no, que no tiene hueo pero tiene entendimiento.

    A A

    Podra curarme o morirme y eara juificado mi viaje. He odo hablar del peyote y eoy

    bucando a lo acerdote del Tutuguri para iniciarme en el conocimiento de la abiduraindia. Tal vez ea la cura para mi degarramiento. He venido a la Sierra Tarahumara a

    ecuchar el canto de la piedra.

    El hombre, ni joven ni viejo, aa un atado rojo y on preiin y reseto, omo i onultara un orulo, abre

    el pauelo y lo extiende dejando a la via 260 frijole. Una mujer, en el plano de fondo, vierte un ntaro de

    frijole en la vaija de barro, omo una aada onora.

    El hombre fuma tabao, oberva on detenimiento, hae igno on la mano y lee el reultado de

    auerdo a la oloain de lo grano.

    E

    No comprendo tu palabra, pero el esritu de lo da me habla bien de tu entimiento.

    Un abuelo que vive arriba de Norogachic puede aliviar el peo de tu dolor. E un viejo cono-

    cedor que abe anar con el peyote, que e planta de curacin. Para llegar a Baltaar Quihue

    te conviene hablar primero con el direor de la ecuela que tambin e el inseor y el

    regidor y e llama don Filiberto Aguilar. Ya te voy a decir cmo va a llegar.

    L

    En el camino ha de ir callado y no comentara porque hablar no conviene, puede llover o

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    caer piedra del cielo. Debe baarte y ponerte ropa limpia para preentarte al regidor. E

    maoo el viejo Filiberto. Si no entiende ya va a entender.

    Antonin Artaud revia una libreta de apunte y hae una raya en la pgina donde lleva la uenta de lo da.

    Habla para i mimo.

    A A

    Hoy e 4 de eptiembre y hace cuarenta ao fui expulado del vientre de mi madre y tuve

    que empezar a lidiar con una realidad que todava me reulta equiva. M que un poeta

    afortunado he ido un trgico y me reulta pattica mi exiencia. M que viejo, me coni-

    dero antiguo, un escimen que ha tenido otra conciencia y igue girando en la noria deldeino.

    Artaud e para, trata de aminar, traabilla y e derrumba, La pareja lo ayuda, lo alza y lo aa de eena.

    Se ierran lo hae de luz y olo queda iluminado, de repente, Antonio Morale, que aparee, resondiendo el

    telfono mvil, ubindoe on difiultad en vario itio, on la intenin de aptar mejor la eal.

    A M

    Su llamada me orprende Trabajo duro y eoy pandola bien Si, excelente condicio-ne y experiencia gratificante No on vacacione, no eor, e requiere dedicacin y e-

    fuerzo Si, i, buena foto y una temtica indita en vario aseo de inter Cuando

    vuelva a la civilizacin le enviar imgene y alguna nota preliminareHace una emana

    le mand aludo. Si, e maravilloa. No, no me he comunicado con ella en lo ltimo

    intento. La eal creo, ea montaa on remota, un verdadero esejimo. Si, el 4 de

    eptiembre de 1937 Artaud cumpli 40 ao, eando en la Sierra, preciamente, en plena

    travea. Yo no cumplo ao en eptiembre, ah no coincidimo. Lo del nombre e caua-

    lidad. Tiene buen humor jefe, iempre lo ha tenido. Un abrazo. Gracia por la llamada, e

    muy eimulante.

    Antonio Morale igue, de piedra en piedra, armando amino, intiendo que reorre lo raro del poeta. La

    maleta paree pearle. Ya e dando muera de ananio. La ouridad omienza a aer obre el eenario.

    Zumban la eale elecromagntia ruzando el esaio. Se euhan on fuerza lo pao aulladore del

    viento.

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    E VII

    L

    En un rulo de piedra, puea una obre otra, reando un muro en forma de anillo, en Filiberto Aguilar,

    direcor meizo de la euela rural y el poeta fran Antonin Artaud.

    A pear del aseco dearoo el poeta muera el perfil de hombre diinguido, apaz de mover a u

    favor la arte del enantamiento. Al fin y al abo e trata de uno de lo poeta urrealia de mayor impaco

    ante lo auditorio pariino. ambin e un onagrado acor.

    Aqu e, on un hombre m bien rio, que no e indio ni blano y que intenta euharlo on

    paienia porque e un extranjero on ertifiaione y reomendaione de importante eore de la initu-

    ione ofiiale.

    Lo do hombre en entado en pila de piedra, uno frente al otro.

    El direcor de la euela rural, on ierta olemnidad, examina la ertifiaione que Artaud ha

    reaudado on la inituione que lo apoyan en u inveigain obre la eremonia indgena. Quiere er

    ordial y deja ver u guo por la bebida. Ofree lior de la regin: eguin.

    Entre el poeta y el direcor de euela dearrollan un juego que onie en armar una torre on piedra

    pequea, buando el equilibrio y la vertialidad. Cada uno oloa una piedra on ierta doi de useno,

    ombinando la palabra y lo menudo movimiento.

    En el entro hay un reipiente de barro on teguin, una bebida de hunuku o maz fermentado. Hayun par de vao de barro. Lo hombre interalan jugada, trago y palabra. Una mujer entrada en arne,

    tambin meiza, le irve la bebida peridiamente.

    D

    Soy Filiberto Aguilar, direor de la ecuela y corregidor de la regin. Vengo de Temori,

    donde lleg mi progenitor en lo tiempo del General Villa. Era argento y le dieron man-

    do, pero un da lo mataron a eocada, cuando eaba borracho en la fiea de San Juan.

    Yo era nio y cai he olvidado el roro de mi padre. Mi madre era Tarahumara y por eo

    entiendo a eo indio y trato de no chingarlo demaiado. Ahora i, dgame que e le ofrece.

    A A

    He venido a Mxico a bucar lo que Europa me ha negado, e decir, la eencia de un cono-

    cimiento perenne que no permita tracender la vacuidad de la rutina produiva. Hablo

    de una revolucin de conciencia donde el penamiento racional no ea lo que determina el

    orden de la idea y la lgica de lo acontecimiento. Rvellion, rvolte, revelatin. Por eo

    eoy en la Sierra y me interean lo Tarahumara. Eo hombre a quiene e conidera

    ignorante, han alcanzado un grado de cultura orprendente. Tengo una idea orgnica de la

    cultura, una idea profunda que devela la vida del esritu.

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    D

    Por lo que entiendo, ued entiende que lo naturale de la ierra pueden tener conocimien-

    to obre idea rara, pue por eo ello e llaman Rarmuri Yo fui criado por abuela y ma-

    dre nativa. Lo Rarmuri on gente encilla y alegre, no ponen mucho problema. En eo

    da en celebrando fiea para que llueva y juegan pelota. Son grande corredore, corren

    da y noche, haa treciento kilmetro han corrido. Son demonio. Corren por mrito y

    la gente hace apuea. Atraviean montaa y valle como i fueran el propio viento.

    A A

    Cuando decid venir a la Sierra Tarahumara aba que parta en buca de lo impoible. Aho-

    ra, oy un exilado de mi mimo y creo que tendr la oportunidad de mirarme a la cuenca delo ojo. Ver i oy capaz de retribuirme la dicha de exiir. Ea Sierra me hace penar en

    la fortaleza de la vida, en la fuerza perturbadora de la naturaleza.

    D

    Lo que i me aombra de lo indio e que aben diinguir la huella de animale y de

    aparecido. Ello diinguen lo que uno no alcanza a ver. Periguen raro que cai no e

    pueden obervar y aben i e trata de venado, lagartija, coyote, ratn o tlatcuache, que deja

    u marca por la cola larga y pelada que arrara como una culebra esinoa. E feo ee bicho.Por el lado de Durango le dice tacuan. E bien diablo, de mal carer y como alguna

    mujere, tiene la carnita abroa.

    A A

    Nac en Marella, en el nmero 4 de la calle Jardn de plante, en un tero donde no te-

    na nada que hacer. Vine a Mxico porque tengo el preentimiento de una revelacin in la

    cual mi vida eara perdida. Hace uno mee penaba que el teatro me permitira uperar

    la penumbra dena, vicoa, que obruye la libertad de mi ao cotidiano. Pero ai

    al hundimiento de mi propio criterio. El pblico pen que me haba uicidado como

    artia del teatro.

    D

    Por aqu on tan honda la hondonada que i quiere e puede uicidar donde gue, con

    agua o in agua, porque hay cacada como la Piedra volada que tienen m de un kilmetro

    de profundidad. El que e bota de ah conoce lo que olo lo pjaro han vio. Lo indio

    bailan para que llueva y no e reeque la milpa. A eo baile de loco le llaman Yumari. Lo

    hombre tocan tambore y bailan y la mujere cantan, a vece como ngele, a vece como

    gallina. Joven, aqu en privado, cree en Jeucrio y en la Virgen de Guadalupe?

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    A A

    No fue a Jeucrio a quien vine a bucar entre lo Tarahumara, no, yo no vine a er ap-

    tol, redentor o profeta de una fe inenata que acorrala contra el complejo de culpa y que

    omete lo deeo a la picota del ecarnio. Vine a bucarme a mi mimo donde nunca haba

    eado. Algo imple, una cita con mi doble interior. E el encuentro, la confrontacin con el

    otro yo, el peyote y u ritual anador e lo que ando bucando.

    D

    Ahora i me la puo gruea porque yo quera preguntarle i a ued en u religin lo dejan

    coger, porque uno como catlico puede tener mujer y difrutar in entire pecador. Lo

    indio que ofician con el peyote viven olitario y renuncian a comer carne viva Me entien-de? Ello dicen que el peyote lo protege contra enfermedade y fantama. Yo prefiero el

    mezcal, el tequila o el teguin que e bendito y bien barato.

    A A

    Yo e que lo rituale aborgene contienen la abidura de pueblo que no han perdido el

    linaje con lo valore primordiale y que an conervan lo arcano de fuego. La piedra con-

    tiene memoria y por eo debo decir eor Filiberto Aguilar que he revalorado el ignificado

    de lo ptreo. Ante hablaba de lo petrificado para aludir a lo inerme. En la Sierra Tarahu-mara aprend que lo ptreo e en movimiento y tiene vida propia. La piedra hablan y

    u partcula vibran para mantenere compaa.

    D

    Vea, ued abe m que yo y por eo le quiero decir que lo indio dicen que el alma puede

    viajar en ueo haa lo lugare donde lo mayore ocultaron lo ecreto m econdido

    de una brujera que la autoridade tienen prohibida. Mi madre era Rarmuri y mi padre

    gero, de la Junta, aqu en la ierra. Como corregidor yo debera prohibir la ceremonia e-

    gn la ley, pero la ley me vale, porque igual la ceremonia la hacen y nadie e da cuenta. Lo

    que i le aeguro e que la piedra no e mueven, olo que la empujen y la pongan a rodar.

    A A

    Soy Antonin Artaud y creo que eoy muerto o cai muerto dede mi propio nacimiento.

    Por eo he venido a Mxico a reucitarme, a pear de mi mimo y de quiene me conideran

    un tomo perdido. No me ha reultado fcil llegar a Norogachic

    Cambia de intenin y aume el rol de un hombre muy erio

    Gracia a Bella Arte, a la Univeridad Autnoma de Mxico, a la Embajada de mi pa y a

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    ued que para mi e tan importante como el gobernador de la provincia.

    Artaud le india lo papele que le ha entregado y le eala la firma y lo ello.

    D

    Cuente conmigo, oy u cuate en la ierra y cuando quiera difrutar india o meiza no m

    me avia. No, no piene mal, me refiero a la cerveza que por aqu tambin llega. Vea, yo voy

    a colaborar con ued y ued me colabora a m con un aporte voluntario que dejo a u di-

    crecin. A ued e ir a celebrar con lo abuelo y yo cumplir con mi deber.

    A ALe dar mi agradecimiento y le entregar algn dinero que todava tengo. Ued imple-

    mente me pone en contao con la ceremonia y me recomienda. No quiero m.

    D

    No e ponga a, no me alga con tanta eriedad. Le aegur que ear en el reino de lo

    cielo porque el peyote le llevar lejo. () Ecuche lo eco del ilencio, e lo que dicen lo

    indio viejo para exprear que ya toc callare.

    A ea altura lo hombre en ompletamente embriagado y la torre de piedra eguramente hae tiempo

    e deslom y no pudo er reaurada on obriedad.

    El direcor de la euela anta fragmento de un orrido que reuerda a Panho Villa mientra e

    aera a la mujer entrada en arne, la abraza y e van, aminando en zigzag. Artaud e aleja, por el lado

    ontrario.

    La nohe ae obre la nohe, e ouree el eenario.

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    E VIII

    L

    La preenia dehaen el rulo de piedra y rearman igno y mbolo del territorio arahumara: un

    univero de partula disera on orientain entrfuga y un nleo entral m grande y ompaco. Al

    lado, una erpiente-amino de piedra ontinua, on pronuniada ondulaione. E el petroglifo del amino

    mio que ello reorrieron para aer del ielo en la eribaione de la Sierra. E un raro rupere el paiaje

    eenogrfio.

    Antonio Morale aparee en ontrapunto, de manera paralela, obre una piedra, dentro de un peque-

    o rulo. Aciva la grabadora y igue tomando nota para la rnia.

    A M

    El 16 de eptiembre de 1937 el poeta Antonin Artaud e en Norogachic, en el corazn

    de la Sierra Tarahumara. Ha logrado contao con lo anciano que han conervado la

    tradicin del Peyote. El direor de la ecuela rural le indica la trocha para llegar a una caa

    humilde, levantada en la boca de una caverna, a la via de la erella. Haba que cami-

    nar un buen trecho y la poibilidad de aiir a la ceremonia e convirti en el animador

    todopoderoo que le ayud a uperar lo ltimo inconveniente. Artaud era un hombre

    con entereza y igui cuea arriba, in defallecer. Cuando pieno en lo motivo que loimpularon para llegar a Mxico a vece creo u propia verin del vidente predeinado a

    conocer la magnitud de u fracao.

    Se ouree el plano de Antonio Morale y una luz enital ilumina la terquedad guerrera de Antonin Artaud,

    que realiza ejeriio de Samurai, a u manera, on lo inonveniente de un uerpo azotado por la droga y

    mermado por el degae del viaje. oma una piedra, omo i tomara un rneo y e deja ir, on un oliloquio

    de tono febrile, hablando para l, para el univero, para la oledad de la montaa.

    A A

    Ahora que habito lo m recndito de mi dolore y puedo hablarme como i fuera el doble

    que oberva dede el otro lado de la conciencia, me veo en una montaa como i euviera

    en un gran ecenario natural y veo como el dolor de lo hueo y la quemazn de lo nervio

    me han llevado a una deintoxicacin en carne viva, doloroa y cruel. He ido mi propio

    verdugo y he logrado purificarme con crece. La piel e requebrajada como la piel de la

    barranca y lo pie e han ulcerado para que andar tenga un entido conciente. En m la

    poea hace rato debord la palabra.

    Artaud, de improvio, e dirige a la maleta, la empuja on intenione teatrale, omo expliando u onepto

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    enio, la patea, la arrara, la alza, le da vuelta, reando imgene y ugiriendo ituaione; la gira obre u

    eje, pierde el equilibrio y ae erepitoamente. Queda debajo de la maleta, venido, omo un gladiador intil.

    Yo penaba que el teatro podra encarnar la verdade del drama humano porque el ecena-

    rio permite ir m all de la retrica y propicia lo ritual para ver aquello que olo en eado

    extraordinario puede percibire. He bucado un teatro redentor que muere el anvero de

    la piel y no haga entir la ondulacione emocionale de lo trgico. Un teatro de verdade

    y no de imulacione. Un teatro que en cada repreentacin aporte ficamente algo al que

    interpreta y al que ve la interpretacin.

    Se inorpora, e ienta. Llora deonolado y luego re on deenfreno. Finalmente, usende la ain, neutra-

    liza la energa y emite lo que para l puede er algo erano a un anto indio.

    Con movimiento limpio y preio, on eforzada intenin, on useno latente, alza la peada

    maleta y la abre, deseando el ontenido, aburdo y imblio: piedra que ruedan al aer obre la piedra.

    Reuena el ruido de un alud de roa y Artaud grita y orre alzando lo brazo y levantando on vigor

    la rodilla, intindoe liviano, dando alto haa aer embriagado de aire puro y de ananio.

    Un inante de ilenio. El poeta e enuentra extaiado en el juego del acor, penando en Lo Cenci, u fra-

    ao omo direcor teatral.

    Reuenan aorde dramtio de una infona y de la penumbra del fondo del eenario, dede el otrolado de la onienia, apareen vario peronaje eapado del montaje de Lo Cenci.

    Alguno tienen la expreione de lo acore y otro an no han alido de u role y onervan el

    eado de lo peronaje.

    Franio Ceni, viejo, apueo, pervero, en el inante final de u maabra agona, aminando ine-

    table, queriendo imponer u autoridad uando ya e demaiado tarde.

    Beatriz Ceni, ompletamente maquillada de blano marfil, on un ricu de atifain y pavor en

    lo labio rojo. E la acriz, Genia Athanaiu, tratando de no er m el peronaje para reuperar la preen-

    ia de la perona. E un onflico de onienia, una eseie de equizofrenia de origen teatral.

    Lureia Petroni, de forma generoa y maduro aseco, deorbitando lo ojo para no aer en el agu-

    jero del miedo. iene la onienia al borde de la perturbain; robua, dura de arcer pero frgil de esritu.

    Santiago y Bernardo Ceni, lo hijo de Franio, ambo alido de ailla, iendo peronaje que

    devienen en acore, on una extraa mezla de piadoa reignain y ruel rebelda.

    El Papa Clemente VIII, iono implaable y evero de un jerara inapaz de perdonar, mirando on

    prepotenia y aparente erenidad, parado obre el uerpo denudo de la hereja, omo i piara la erpiente del

    peado.

    Franio Ceni arremete exualmente ontra u hija Beatriz y la desoja de ropaje, lleno de lujuria

    y brutalidad, ante la mirada eupefaca de u esoa Lureia Petroni, que en ee momento tiene lo eno

    deubierto, omo una madonna renaentia y porta un reipiente de porelana lleno de lehe.

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    Bernardo y Santiago Ceni e abalanzan obre u padre y lo tumban para luego erellar piedra ontra el

    rneo del viejo. Una y otra vez golpean piedra ontra piedra dejando alir el odio profundo, la venganza de

    la angre ontra la propia angre.

    El papa Clemente VIII tiene una venda en lo ojo y titubea tratando de rezar en voz alta. Dando

    un veredico donde ondena a muerte a lo aeino de u propio padre y a la esoa mplie de una atroidad

    imperdonable.

    El uerpo inerte de Franio Ceni e tendido y Beatriz deja aer u veido de adoleente y e para

    obre el uerpo del hombre muerto. De u labio mana angre que eurre por la piel. El Papa Clemente VIII,

    indiferente, desu de impartir bendiione, e traladado en anda y por error de lo acore, ae e interrumpe

    el uro de la eena.

    Artaud reaiona furioo, relama a lo acore.

    A A

    La merde!, propongo un teatro revelador y uede e dedican a er bufone. No manejan

    lo conflio eenciale y con u geiculacione meurada olo aluden a la parte anecdti-

    ca de algo que e queda nicamente en lo epidrmico. Aore de pacotilla le falta entraa!

    E dequiiado, manotea, amenaza y abre lo ojo omo un loo.

    Lo acore, rompen u role, e ponen de pie y omienzan, al mimo tiempo, a deirle a Artaud loque pienan. Le dien lo inonfeable, lo auan de inepto, de hablador de mierda, de puilnime, de demente.

    C

    Todava me duele el culo, no he probado deayuno, he confiado en u locura, he oporta-

    do u incapacidad y me regaa in juificacin. Ued no llega a direor, le queda grande

    trabajar con aore de verdad.

    B C

    Cul e el Teatro de la Crueldad? no e m que la pobreza dramtica convertida en terapia

    del dolor. Un fiaco, una etica in uento, una rebelin fallida, un omnfero para lo

    eseadore.

    S C

    No e cmo le cremo porque en lo enayo veo m a un drogadio incapaz de tomar

    deciione que a un direor eguro de lo que propone. Gnica Athanaiu iempre impuo

    u capricho. Ued e un perro faldero. Mejor monten La dama y el perrito.

    Santiago y Bernardo Ceni empujan a Artaud, lo deafan, lo ofenden y lo amenazan on lo eilete de utile-

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    ra que uaron para imular la muerte de Franio Ceni.

    Genia Athanaiu, deepionada y reentida, inrepa al poeta.

    G

    Me equivoque con ued, me deje convencer porque igo iendo una muchacha rumana

    llena de iluione. Pero me di cuenta que e un farante, un pimo amante, un pobre diablo

    in un franco en el bolillo, un direor mediocre que confunde la coa. Mejor qudee

    con la vagabunda que adulan u poema de mal guo! Me parece que el elenco no fraca-

    o, el direor e ha equivocado y no tiene la uficiente inteligencia para reconocerlo. Me ha

    hecho quedar en ridculo. No m, no m, eor Antonin Artaud.

    Artaud e onmoiona, e deartiula, e le traba la mandbula, arroja esumarajo por la boa, quiere deapa-

    reer o onvertire en riminal.

    A A

    Genica, maldita, te acoaba con Francico Cenci y con Santiago y Bernardo y yo tena que

    imular indiferencia para no avergonzarme. Quie compartir contigo mi bqueda agrada

    y te revolva con el tcnico de luce en la ocuridad de la tra-ecena. Intent procrear un

    teatro donde funcionara un principio alqumico, que conie en introducir a la ecena lalgica irracional y monruoa de lo ueo. Alguien que me aprecia me cont que tu deca

    en voz baja que e neceitaba er como Artaud para fracaar como Artaud. Te aeguro que

    hace tiempo e hundi el teatro occidental y yo oy vima de u Apocalipi. E bien,

    gatita rumana, no pude trasaar lo equema convencionale ni logr llevar mi potica a la

    puea en ecena. Tampoco pude con la orda vanidad de lo artia y ca en el foo, cuando

    tuve la oportunidad de hacer un ritual que tracendiera en el ecenario. T abe que no oy

    idiota, oy un trgico, un artia, un paracaidia in paracada.

    El viejo Franio Ceni, exhibiendo una fua de uero retorido, intenta golpear al poeta y Lureia Petroni, la

    madrara de Beatriz, lo detiene.

    La mujer mira al poeta fijamente y aa vario huevo de u veido y lo erella ontra la humanidad

    de Antonin Artaud. El poeta e limpia el roro y el traje, omo un digno aballero, mientra la luz e diuelve en

    penumbra. En otro ngulo del eenario, iluminado de manera foalizada, aparee Antonio Morale, hablando

    furioo, on el elular preentando difiultade de eal.

    A M

    Amor, eoy tratando de hablarte dede hace da. () No me alga con el cuento que e-

    toy lejo y ha decidido alir con alguien. () Lo que me faltaba, que le acepte invitacione

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    a cenar a mi jefe. () Cmo quiere que piene que e un geo de cortea? Yo lo conozco y

    e que e un tiro difrazado de gentleman. Sinvergenza, mal parido, hace poco da me

    llam, aba que me llam para decirme zalamera que ahora me parecen arcamo. ()

    Claro, tena motivo para apoyar de manera decidida mi viaje, para alejarme un rato. ()

    Restame, no eoy bebido. () No tengo prueba, eoy muy lejo, pero tengo preenti-

    miento y e que te ha deencantado conmigo. (). No te eoy celando, te eoy diciendo

    lo que iento, no me cuelgue, te neceito, maldita, indolente, ramera.

    El ronia, furioo, paranoio, ineable, arroja el telfono elular al vao y vuelve a euhare el erpito

    de piedra que e desean y de viento portentoo que allan entre la barrana de la Sierra arahumara.

    Ouridad total

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    E IX

    E

    En el plano de fondo, en el otro lado de la onienia, e ininan la ilueta de alguno indgena viejo, ergui-

    do, envuelto en u manta. Suena la mia de lo Rarmuri, raro y letrgio fondo.

    La preenia han organizado la piedra en do esirale paralela que oupan el eenario y que

    enuentran punto de ontaco, porque la una e la ontinuain de la otra.

    Un nio veido de blano ondue a Artaud por un amino imaginario. Le india al poeta la do

    esirale y e queda eserando que Artaud lo reompene. Pero el poeta no die nada, olo e deja atrapar por

    la imbologa de la piedra en el pio.

    En la esiral dereha e, inmvil, un danzante que lleva en u traje eiienta ampana y a-

    abele. El traje e heho on extraordinario olorido. El danzante e oronado on un apirote que tiene

    engaado iete esejo, iete imgene de la Virgen de Guadalupe y ino pluma de guila.

    Artaud e quita la amia y queda on el toro denudo. Un aniano on un pauelo rojo atado en la

    abeza, le lava lo pie y le humedee el abello y el roro y luego on una daga traza obre el peho del poeta,

    in rozar la piel, una ruz on lo uatro punto ardinale.

    Artaud entra en la esiral izquierda, la esiral del orazn. Su pie hmedo dejan huella en el

    amino de la erpiente que e enrolla en i mima. Se ienta en poiin de diamante y resira expandiendo u

    trax on m gana que fuerza. Se euhan tambore indio dede el otro lado de la onienia y el danzante ante de romper la

    inmovilidad lanza un aullido y omienza u danza de movimiento rtmio y onido que van inundando el

    esaio enio y que e amplifian de manera reiente.

    El danzante avanza, bailando, on el lenguaje de la ampana y lo aabele, por la esiral dereha

    y Artaud e mueve, omo empujado por impulo involuntario, fragmentando lo movimiento, intiendo

    dolore extremo en el uerpo, al ritmo del danzante.

    E fuerte el baile, atrtio, aompaado de aullido del danzante y de lamento del poeta que iente

    que todo u uerpo e rompe, derozado por la dentellada inviible de u onienia.

    Artaud termina el reorrido de la esiral, da uno pao y ae agotado, de rodilla. El danzante igue

    on m fuerza u baile y ahora e le unen ei danzante on tambore, que bailan alrededor del esritu ator-

    mentado.

    Lo arahumara de lo tambore van on el toro denudo, on pauelo rojo en la abeza y on

    el uerpo maquillado on dieo de punto blano y lnea roja.

    Lo danzante, poo a poo van aliendo, y el danzante de la ampana e retira, bajando el ritmo

    de u movimiento haa llegar a la quietud y al ilenio.

    Artaud queda olo, ereno, in que lo atormenten lo dolore de iempre. Nada le importa, exepto la

    enain de erena libertad que lo poee.

    En el entro del eenario Artaud forma on piedra un tringulo donde puede aomodar u uerpo

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    en varia poiione. El tringulo e la figura geomtria perfeca para ignifiar el equilibrio del uerpo y

    del alma.

    La preenia diean on piedra, a lado y lado del tringulo, do igno de la omoviin Ra-

    rmuri: A la dereha, forman el prinipio maulino: una piedra uperior e la abeza, una lnea larga e la

    olumna-trono y u prolongain e el miembro del maho. Una lnea horizontal uperior forma lo hombro

    y lo brazo. Otra lnea horizontal, e la adera y do lnea vertiale, paralela, on la pierna.

    El dieo del prinipio femenino e imilar al prinipio maulino y lo onforman en el lado izquierdo.

    La diferenia e que la lnea vertial que forma la olumna-trono no tiene prolongain flia.

    Artaud e metido en un triangulo de piedra, on brazo extendido y on ojo dirigido a un punto inde-

    terminado. Artaud eablee la oordenada imaginaria de u ubiain en la Sierra Madre y en el Padre

    Univero. Resira profundo.

    La preenia en dividida en do grupo: En el lado del prinipio maulino en lo hombre y

    en el lado del prinipio femenino en la mujere. Cantan ombinando la voe grave y la voe aguda en

    un anto aborigen. Un anto, a la vez, dule y vigoroo.

    Vuelven a euhare la ampana del danzante, a lo lejo, en la reverberain del tiempo.

    Mientra antan antigua meloda arahumara, on iluminain exigua, la preenia levantan

    una montaa-pirmide tomando omo bae el tringulo en el que e haba ituado Artaud. Un mbolo de

    abidura y memoria.

    La luz diminuye haa diolvere on el negro profundo.

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    E X

    L

    Antonio Morale e iluminado en un ngulo del eenario. Entra de la mano de un aniano veido de blano.

    Podra er el nio que etenta ao atr llev al poeta Antonin Artaud, a lo umbrale de un ritual aneral.

    El ronia egrime la grabadora y on ierto aire de atifain y ananio, proede a tomar la nota.

    A M

    Era inevitable llegar a ee punto donde el poeta Antonin Artaud quio redimir u dolore

    inmemoriale. De la apariencia, de u ego y u temore, quedaba una uancia ltima,

    donde e diolva u nocin de identidad con la enacione del univero. Haba renun-ciado a lo galanteo del cine, a la efmera gloria de lo alone, al goce depreivo de la

    tertulia prohibida y no haba ucumbido a lo halago de un ambiente literario donde lo

    genio m radicale terminan iendo bufone. En Norogachic he logrado hacer contao

    con abuelo que an conervan la tradicin de Ciguri. Por la noche ear en la ingea de

    Peyote y eser concluir ea aventura que ha eguido el raro de un ecritor deconcertan-

    te. Su ecenario autntico fue la vida y u intrincada urdimbre. Lo mejor e penar, como

    lo indgena del ur de Mxico, que el maana e cultiva en la abidura del ayer.

    El abuelo mayor, llamado Benigno epoara, deendiente de toltea, pide permio a lo uatro punto de la

    ruz, riega teguino en el pio para que vengan lo antepaado e invoa a lo que e volvieron m antiguo

    que la piedra, a lo que e hiieron luz en el tero de la tierra y erella en el tero del ielo.

    Se euha el toque del tambor de agua y la preenia anerale llegan, e iente el ambio de ener-

    ga, e hae magnfia la fuerza potia de lo esritu. Portan baone y u traje on de olore.

    Son autoridad mia van on manta y plumaje, reordando al guila invenible y erena, al gavi-

    ln de ertero vuelo, a la guaamaya fieera y al uervo abio y paiente que vive entre el da y la nohe, entre

    la realidad y la vigilia del ueo.

    Se anta y e baila on ritmo anerale, e tranmite alegra y vida y e lanzan grito de oyote y

    de lehuza dede la garganta humana, que elebran on anione y dan voe de aliento vital.

    El abuelo reparte Peyote, on una uhara de palo, revuelto on aao y luego opla teguin y tabao;

    opla obre la abeza, la esalda y el peho de Antonio Morale. Lo tambore reperuten u dinmia de

    reiente fuerza telria.

    La gran pirmide-montaa omienza a er dearmada por el fantama de Antonin Artaud y por el

    omprometido ronia Antonio Morale. Luhan on i mimo, omo i fuera una prueba extrema, donde

    an e uenta on fuerza de flaqueza, e deir, on lo ltimo pertreho piofio para involurare en el

    ritual, en el juego de la reiterain. Piedra a piedra, haa el dilema humano, utilizando el mximo efuerzo

    fio, lo do peronaje vuelven a diear el rulo ompaco del iniio.

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    E una labor exigente, ritmia, donde poo a poo e van intiendo lo rigore del degae fio. Pero

    lo peronaje en en la etapa ulminante del amino. Deben onruir lo m rpidamente poible, on alto

    reseto eremoniale, el univero irular que permite inluir lo mio y lo individual, in exluione entre

    la onienia y el inoniente.

    La preenia haen reperutir lo tambore arahumara, de manera onante, on intenidade

    rtmia que e ompaginan on la aione de Antonin Artaud y Antonio Morale.

    Se mezlan lo plaere y la nuea en una bqueda de opione, en la reaione del movimiento.

    La preenia-danzante giran, bailan, antan, avivan el ambiente.

    Como i aendieran una montaa por lado diinto, lo do peronaje, de tiempo opueo, de

    diferente mundo y momento, omienzan a ompartir el efuerzo omn, el udor, la resirain, la enain,

    la mima tenione fia y mentale que urgen en la ain direca de la omuniain enia.

    A A

    Lo Tarahumara on una raza principio, un punto de origen, el ltimo contao con la a-

    bidura de lo antiguo... A diferencia de lo racionalia que en acabando con la hu-

    manidad creo que hay que mirar no olo el anvero de la cultura, tambin el revero, para

    decubrir la realidade que hay detr de la realidad. E como un libro de ueo donde

    cada pgina trae lo mimo mierio, e como un trago de agua que iempre refreca y

    nunca acia.

    A M

    Suceden coa extraa en la Sierra Tarahumara. Por eo tengo la certeza que ued no

    exie, e muerto, ahora e que cuando vino a la Sierra Madre ya no haba remedio, eaba

    dilocado, mentalmente no poda llenar la fiura producida por el choque de idea y la

    combuin de un camino de conocimiento donde vida y poea podan concurrir en una

    amalgama alqumica. Pero la educcin del deequilibrio pudo m que la razn y la fuer-

    za interiore e decompenaron haa hacer evidente lo inobjetable.

    A A

    Creo que he perdido la nocin de tiempo o quiz en ea inmenidade abimale e eablece

    una relacin diferente con el trancuro temporal del univero. Aqu un da e un iglo que no

    tiene pria y un perodo de tiempo e la uma eelar de 25.000 millone de ao. Me lo expli-

    c un indio con 260 frijole que guardaba en un pauelo colorado. Por eo no dudo que ued

    e produo de mi delirio. Me ea ayudando a completar el circulo de mi propio deino, para

    que la vida y la muerte giren como una rueda de piedra que irve para moler la razone y lo

    intento de explicar lo inefable. Ya no exio i no e a trav de lo recuerdo y an a puedo

    producir imgene y peronaje como ued.

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    A M

    Me aombra que u rumbo tuviera tanta emejanza con lo rumbo de todo lo que per-

    dimo el rumbo, cuando dejamo de ecuchar el canto milenario de la piedra y no pui-

    mo a bucar la caua de la eupidez y perdimo el contao con el ritual m primitivo, la

    revelacin de cada uno con i mimo. Ued e un poeta, una energa etrea, una materia ca-

    liente, una condenacin deletrea, una partcula m en la ilencioa hecatombe del olvido.

    A A

    Lo dicho, ued e conecuencia de mi delirio, repite lo que dije, igue mi pao, parece un

    esa in eale ni contraea. E annimo en lo pliegue de mi conciencia y e coni-

    tente en ee momento. Podra er un corto circuito de mi iema nervioo Me repite unombre eor cronia, amanuene de mi abrupta neceidade de escimen condenado

    al oracimo de u propio cuerpo inexiente. Soy deencarnado, ngel con ala quemada,

    demonio con vocacin prina.

    A M

    Qu lo trajo a Mxico, porqu no buc refugio en el Tibet i ued era eguidor del

    Dalai Lama?

    A A

    La abidura tibetana e experta en la muerte y la abidura de lo Tarahumara e pura

    vida. Por eo me vine a Mxico, vido de conocimiento que tendran que er reconocido

    a trav de u negacin. Pero tiene razn, mi cao ya eaba perdido. Cuando dio lanz

    lo dado me golpe en la esina doral y avero para iempre mi iema nervioo. No

    hubo mater dura que reiiera, ni madre pa que llorara, ni araa de la uerte que evitara

    lo dolore.

    A M

    Prefiero ubicarme en el tiempo, quiero dehacerme de ea percepcione que me impi-

    den penar, que me hacen dudar de mi mimo. Tengo dificultad para dicernir la idea

    aocindola con lo ao de vida. E como i disuiramo de nuera ignorancia para

    repetir la degracia. Yo he eguido u contrahuella y ahora me iento ubicado en el revero

    de la conciencia. Por eo creo que lo do omo delirio de dio y que dio e delirio de un

    nio travieo, que naci en Marella y eaba deinado para er un excelo poeta. Encarn

    la turbulencia, pero el fuego interior termin incinerndolo y en la tumba nunca e han

    empolvado u hueo.

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    A A

    La montaa me enearon lo que olo lo dioe pueden comunicar. El ecreto que guar-

    da la memoria de la piedra e la materia prima de lo ueo y lo mundo inefable. Soy

    Antonin Artaud, te voy a dar la mano e inmediatamente me vera altar en pedazo. Luego

    tendr un nuevo cuerpo con el que no podrn olvidarme nunca jam. El peyote devuelve el

    yo a u orgene verdadero. No hay tiempo, no hay esacio.

    Con el rulo onolidado, lo peronaje y la preenia e ubian alrededor de tre piedra donde arde el

    fuego y e proyecan la ombra de lo anero, que danzan en el aire, que antan en el ambiente. Sobre la

    emidenudez de Artaud una mujer vierte un horro de eniza.

    Lo anto eremoniale alanzan un lmax mayor y e usenden de bito. Sobre la abeza de

    Antonio Morale y en u mano vierten una aada de maz dorado. Antonio Morale iente gozo, uea,

    no hay onflico, no reuerda el nmero del telfono perdido en la barrana, olo iente que e baa en

    grano de oro.

    Artaud e eremee de fro, tiembla, e al borde de la hipotermia. El abuelo Benigno eporaa, le

    entrega a Antonin Artaud u manta de venerable arahumara. El poeta on ierta informal olemnidad la

    reibe y e la oloa obre u anado equeleto y e iente feliz, aogido por una raza- prinipio.

    El ambiente e llena de ahumerio indio, en forma dena, reuenan lo tambore y la voe. E la

    niebla de Norogahi. odo e ouree, exepto un haz de luz que ae obre Antonio Morale, que resira y eagita levemente. En u ueo el rito e diluye. Silenio. Ouridad.

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    E

    Al fondo, a ontraluz, la imagen de la preenia petrifiada y en un plano m viible, una mujer, portando

    un ntaro en la abeza omo i fuera una mara. Vierte frijole rojo de un ntaro a otro ntaro, arru-

    llando la memoria.

    Antonio Morale e en la eain de Creel, eserando el tren que lo llevar a Chihuahua, junto a

    u maleta de iempre. Saa la grabadora del Siglo , le oloa la pila de repueo, revia el aette y graba

    la ltima nota de la rnia.

    A M

    Antonin Artaud ecribi que lo tre da poeriore a la ingein de Peyote fueron lom felice de u exiencia. Ao m tarde declaro, en una emiin radiofnica, que lo

    indio precolombino eran pueblo excepcionalmente civilizado. Artaud penaba que era

    oportuno volver a remontar el curo de la hioria, volver a empezar dede lo conocimien-

    to del mundo precorteiano. Sin embargo, el poeta no tena aegurado el parao y por

    motivo a lo que nunca e refiri, regre a Europa cai de inmediato. El 31 de Oubre de

    1937, vsera del da de difunto, en el puerto de Veracruz e embarc en el traatlntico

    franc Mexique, en direccin de Saint Nazaire. Diez ao m tarde, en Rodez, converti-

    do en carne de ailo piquitrico, todava recordaba con aoranza lo mierio de la SierraTarahumara.

    Antonio Morale, devuelve el aette, para euhar la ltima palabra, onfirmando que la grabain e ha

    efecuado. En vez de u voz el ronia euha la voz de Antonin Artaud, que inrepa, grita y blafema on

    deafuero de profeta loo para iempre.

    (Se trata del elebre fragmento de La bqueda de la fecalidad, ledo en la grabain del programa

    radiofnio Para aabar de una vez on el juiio de Dio, enurado en Radio Frania, en 1948: Todo lo que

    huela a mierda huele a er. El hombre bien hubiera podido no cagar, del mimo modo en que debi elegir

    la vida en vez de conentir vivir muerto).

    En el fondo, iluminado on pinelada de luz huidiza, Antonin Artaud, envuelto en la manta que

    alguna vez, en el enueo del Peyote le entreg el aerdote del utuguri, e reoge, dedentado, deruido ai

    por ompleto, iguiendo u palabra amplifiada en el ambiente.

    La imagen de Artaud e diuelve en la ouridad total. El reo e ilenio.

    J C M O

    ,

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    R M

    Te ong of the violet,