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El corrupto se mira al espejo y est seguro de que en el fondo es decente Aos como director de diarios y analista poltico en Mxico le dieron a Jorge Zepeda P atterson material de sobra para escribir Los corruptores , su primera novela. Un th riller poltico que conjuga los secretos del poder, la pesadilla narco, el amor, l a amistad y personajes contemporneos, de Cristina Kirchner a Murakami. POR MARCELA MAZZEI compartir tamaoa+aenviar imprimir Imgenes PERIODISTA DE RAZA. Jorge Zepeda Patterson se form en El Pas, gan premios y fue fu ndador y director de diarios en Mxico. PERIODISTA DE RAZA. Jorge Zepeda Patterson se form en El Pas, gan premios y fue fun dador y director de diarios en Mxico. Etiquetado como:Jorge Zepeda Patterson MS INFORMACIN "Nuestra profesin tiene un doble reto" Los Azules se hacan llamar con sus amigos cuando iban a la escuela. Aunque transf ormada, la amistad atraves los aos y en diciembre de 2013, la nica chica, Amalia, p reside de un partido de la oposicin al PRI, que retorn al poder en Mxico. Mario es un profesor universitario gris y sin embargo conectado, que sigue en contacto co n Toms, un periodista desencantado y sumergido en la bohemia del oficio, que escr ibe una columna que les cambiar la vida a todos y pondr la suya en riesgo. Hay una actriz asesinada, un poltico sospechado y una trama que avanza de manera cinemat ogrfica. As comienza Los corruptores, la novela debut de Jorge Zepeda Patterson (M azatln, 1952), periodista y director de diarios, que encontr en la ficcin una maner a de desquitarse con la clase poltica de su pas. Pero a su vez, Zepeda Patterson despliega en ms de 400 pginas sus obsesiones conte mporneas, de Tony Soprano y Britney Spears, a la manera en que se bebe en Mad Men . En un pasaje, Mario, escapando de los sicarios de la gobernacin, dice: Carajo, d eb haber ledos menos a Murakami y ms a Dan Brown . Los corruptores, que ya se edit en Espaa alterna la corrucin sistmica con historias de amistad con grietas, de amor no correspondido y no esconde la pasin por la lectura de su autor. Ser lector es mi ocupacin de toda mi vida , cont en su visita reciente visita a Buenos Aires, una ciu dad que como la Ciudad de Mxico, tiene una geografa del poder. El poder tiene cdigos postales: hay cdigos postales donde se dirige, donde se opera y otros que son ab solutamente desdeados e ignorados . -Escribi ensayos y libros de investigacin, por qu se pas a la ficcin? -Es un desquite con la clase poltica de lo que vas callando sobre la manera en qu e operan los funcionarios. Aunque tambin tena ganas de contar cosas que al periodi smo le cuesta trabajo porque son verdaderas pero no satisfacen los cdigos periodst icos para hacerlas publicables. -Tambin est retratada la bohemia periodstica, tuvo el impulso de escribir algo ms per sonal? -Esto de retratar a Toms y la vida del peridico son temas que vas acumulando de tu s sensaciones personales, sobre cierto doblez, las costumbres del poder en los a lmuerzos con polticos. Como periodista vas al contenido, quizs en la crnica pods hac er un par de referencias, pero por eso digo que es como una especie de desquite, de poder ya interpretarlas. -Se percibe esa condicin falsa del periodismo, que est muy cerca de los crculos de poder, en contacto con el poder, pero en efecto no pertenece. -Algunos no se dan cuenta y acaban subsumidos en eso... Lo dice Toms: quizs los mej

ores no han cado producto de la conmocin estrictamente en la corrupcin llana de rec ibir un sobre de dinero o alguna prebenda sino por el simple expediente de conve rtirse en amigos del soberano, del poderoso . Imagino que ac no es la excepcin, pero hay muchos que comienzan a autocensurarse antes de darse cuenta de que est suced iendo, "porque el ministro es un buen tipo", te invita a comer y oye tus opinion es muy cuidadosamente. Es una corrupcin muy sutil, y yo lo he visto una y otra ve z. -La ficcin quizs ayude, pero el libro muestra la corrupcin de una manera realista, lejos del estilo del periodismo de denuncia. -Si quiere ser honesto, uno tiene que empezar a entender que esto no es de blanc os y negros, tanto de aquel lado como de ste. El dueo del peridico, por ejemplo, le habla a Salazar (un poltico) para decirle: Oye, es imperdonable lo que est haciend o esta columna, la manera en que se mete contigo . Pero luego, cuando todo funcion a de otra manera, le habla a Toms (el periodista que lo incrimin): "Felicidades, h iciste lo que hace que valga la pena ser dueo de un peridico". Del otro lado, estn los funcionarios que son tiburones, son lobos... Pero al mismo tiempo ningn poltic o corrupto se mira al espejo en las maanas y dice: Qu corrupto soy . Nadie. El que se roba dos millones de dlares est seguro que en el fondo es medio decente porque ot ro en sus zapatos se hubiera robado cuatro millones. Es la lgica con la que opera n: en el fondo lo est haciendo en beneficio de los dems, si supieran lo que trabaj a... En todo esto hay una lgica autojustificatoria sin la cual no podran sobrevivi r. -Pero, a su vez, la corrupcin es algo que slo se puede condenar. -Y as es. Digo es que es mucho ms sistmico que un grupo de malas personas. Lo hemos visto con los capos del narco. La estrategia de Caldern fue muy orientada a desc abezar a los cuadros y lo nico que provoc es que ah donde caa una cabeza haba cinco l ugartenientes emprendiendo una guerra civil entre ellos para sustituir a los des cabezados. Con lo cual no solo no resolvieron el problema sino incluso lo hicier on ms salvaje. El problema sigue siendo otro, no es de personas. No digo que te d e ternura Salazar al final, pero el pobre acaba como un hombre desilusionado por la muerte de su amada, en un ltimo acto de honestidad. Me interesaba pintarlo ta mbin as. -Los narcos fueron los que rompieron los cdigos? -La corrupcin es endmica en mi pas. Podramos remontarnos a la poca colonial cuando se acu aquella frase "se obedece pero no se acata". Pero el narco la ha acentuado, c onvirtindola en algo realmente astronmico, tanto por los volmenes de dinero como po r un elemento adicional: plata o plomo. Todos los das en mi pas hay funcionarios q ue mueren por negarse a aceptar corromperse. -La novela tiene una escritura urgente y est sucediendo hoy, en diciembre de 2013 . Por qu? -Uno de los telones de fondo es la evaluacin del desencanto con la democracia en mi pas y el retorno del PRI. Tardamos dcadas en deshacernos del PRi, despus de 70 ao s de esta dictadura perfecta, como le dice Vargas Llosa. Y al final lo logramos, en el ao 2000 cuando es derrotado el PRI en las urnas y entra la alternancia, pe ro nuestra primavera democrtica dur nada. Entonces, a un ao de la victoria del PRI, me interesaba que los actores de la escena estuvieran evaluando si esto est sirv iendo. Como empec en diciembre del ao pasado, tena que ponerle cierta distancia par a que resultara ms o menos coherente, adelantndome a lo que ha sucedido, de hecho. Y tambin me atraa el hecho de que el lector lo tuviera en sus manos ahora, leyndol o en tiempo real. -No tena miedo de trabajar con la realidad, que algn hecho rompiera la trama de for ma abrupta? -S, de hecho hago una mencin a Carlos Salinas, el ex presidente, que ha muerto hac e tres meses, con lo cual me deja a m un poco colgado de la brocha.

-Y, en palabras de otra mujer, hay una mencin muy cruel a la presidenta argentina , Cristina Fernndez de Kirchner. -Es un poco frvolo el comentario, es verdad. Y lo hace en el momento en que Ameli a se est maquillando, recordando la noche anterior. Puede parecer un brochazo sob re Cristina, pero lo quise ver cmo las sensaciones que tiene de ella alguien que sabe quin es CFK pero no est imbuida en su estrategia: simplemente comparti una cen a. Es dicharachera y tiene un sentido del humor formidable pero esa noche no ocu rri. Lo de la Yegua se lo he odo a algn colega tuyo, porque Amelia pone apodos pero no le encuentra ninguno mejor que el que ya tiene. -Qu tanto le sirvieron las herramientas del anlisis poltico para escribir este futur o inmediato? -Bueno, complemente. Literalmente es un thriller poltico, pero intento que est en muchos planos: en el fondo es una historia de amor, odio, amistades frustradas. Pero tambin es un ensayo de antropologa poltica, de cmo se vivencia el poder detrs de bambalinas, cmo en efecto en las charlas de sobremesa en los restaurantes elegan tes es donde se deciden los destinos del pas, y no en el Parlamento. Y luego, hay un ltimo nivel que tiene que ver con la interpretacin poltica. "No se puede confia r en los polticos", es de alguna manera el gran subtexto que quisiera transmitir con la novela. Son son fiables, y no pueden hacer de la vida pblica una cosa nost ra. Aqu o en China, y pasando por toda Europa, la tarea que se da la clase poltica es la de poder gobernar sola: hacer un show de cara al pblico pero gobernar entr e ellos. Est inscripto en su ADN.