6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de...

7

Transcript of 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de...

Page 1: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia
Page 2: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

1. AmbientaciónDon Bosco, desde su profunda expe-riencia de fe, responde con genero-sidad a la llamada que Dios le hace por medio de los jóvenes pobres y abandonados de su tiempo. Su vida es hoy para nosotros un regalo y una invitación a entregarnos como él, para ser signos del amor de Dios entre todas las personas que nos rodean. Hoy necesitamos a muchas personas como Don Bosco que se preocupen de los demás, que bus-quen siempre el bien de los jóvenes.

2. Canto de entrada: “Padre, maestro y amigo”

3. Evangelio: Lc 5, 1-11

4. Oración de fieles• Te pedimos, Señor, por todos los

jóvenes que necesitan unos es-tudios, una familia, un trabajo... que encuentren en sus vidas personas como Don Bosco, dis-puestas a responder a sus nece-sidades.

ROGUEMOS AL SEÑOR• Padre Bueno, te pedimos por to-

das las personas que se dedican a la educación de los jóvenes... que, igual que Don Bosco, reali-cen su tarea desde el amor y la cercanía.

ROGUEMOS AL SEÑOR• Te pedimos, Padre, que todas

las personas que se sienten lla-madas por Ti para dedicar su vida a vivir el evangelio entre los jóvenes, sean valientes y deci-didos para vivir de esa manera. ROGUEMOS AL SEÑOR

5. Padrenuestro

6. Oración final:Señor, Tú que has hecho de Don Bosco un padre y un maestro de la juventud, que, con el auxilio de Ma-ría, hizo de su vida un proyecto de salvación para los jóvenes; danos también a nosotros esa fuerza infa-tigable y ese mismo amor que nos impulse a entregarnos al bien de los que nos rodean, especialmente a los jóvenes más pobres. Te lo pedi-mos por Jesucristo, nuestro Señor. AMEN.

Orando con Don Bosco El sueño de las

dos columnasEl 30 de mayo e 1862 Don Bosco contó que había visto en sueños una batalla terrible en el mar, desencadenada por una multitud de embar-caciones pequeñas y grandes contra una sola nave majestuosa, símbolo de la Iglesia.La nave, tocada varias veces, pero siempre victoriosa, logra echar el ancla, guiada por el Papa, en dos columnas que se levantaban entre las olas. La primera tiene en lo alto una sagrada Forma con el escrito “Salus credentium”; en la otra, más baja, está la estatua de la Inmaculada con las palabras “Auxilium Christianorum”.

“Soñé que estaba en la orilla del mar, sobre una alta roca, desde la cual no se divisaba más piso firme que el que tenía bajo los pies.

En aquella inmensa superficie líquida se veía una multitud incontable de bar-cos dispuestos en orden de batalla [...]Los barcos estaban armados de cañones y llenos de fusiles y de diferentes armas y con muchísimas bombas incendiarias, y también con libros dañosos.

Y todos aquellos barcos se dirigían contra su barco mucho más alto tratando de destruirlo con sus puntas de hierro, o incendiarlo o de hacerle el mayo daño posible.

A este majestuoso barco que estaba provisto de todo lo que necesitaba, le hacían escolta numerosos barcos peque-ños, que recibían órdenes de él, realizan-do maniobras necesarias para defender-se de la flota enemiga. El viento soplaba en dirección contraria a la dirección que llevaba el gran barco, y las olas encrespa-das del mar favorecían a los enemigos.

Y en plena batalla vi salir de en medio de la inmensidad del mar dos grandes columnas, que se elevaron hasta enor-mes alturas. Sobre la una había una es-tatua de María Inmaculada y debajo un gran letrero que decía: “María Auxiliado-ra de los Cristianos”. Sobre la ora había una Santa Hostia muy grande, y debajo un enorme letrero con esta inscripción: “Salvación para los que creen”.

El Comandante Supremo de la nave mayor, que era el Sumo Pontífice, al dar-se cuenta del furor con el que atacaban los enemigos y la situación tan compli-cada en la que se encontraban sus lea-les servidores, dispuso convocar a una reunión a todos los pilotos de las naves

menores. Todos los pilotos subieron a la nave capitana y se reunieron alre-dedor del Papa [...]

Entonces el Papa tomó personal-mente el timón de la nave capitana y se esforzó con todas sus energías en dirigir la nave hasta colocarla en me-dio de las dos columnas desde las cua-les colgaban áncoras, y defensas para fortalecerse y salvavidas.n [...] De vez en cuando los barcos enemigos logra-ban hacerle inmensas hendiduras por los lados al barco del Pontífice, pero enseguida soplaba una suave brisa desde las dos columnas y milagrosa-mente cerraba esas hendiduras.

El Pontífice, manejando muy bien la nave la llevó hasta colocarla en medio de las dos columnas y con una cadena amarró la parte delantera del barco (o proa) a la columna donde estaba la Santa Hostia y con otra cadena ató el otro extremo (la popa) a la columna donde estaba la estatua de María San-tísima Auxiliadora [...]”.

Page 3: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

Espiritualidad marianaen Don Bosco

1. HISTORIA DE LA DEVOCIÓN A MARÍA AUXILIADORA

Cada veinticuatro de mayo, todo el mundo ca-tólico celebra como memoria la advocación de la Virgen con el título de Auxilio de los Cristia-

nos. La Familia Salesiana, extendida también por todo el mundo, la celebra como solemnidad propia. La de-voción a la Virgen bajo esa querida advocación toma fuerza cuando San Juan Bosco, apóstol de la juventud especialmente de la marginada, la toma como propia.

Haciendo un poco de historia podemos decir que el primero que llamó a la Virgen María con el título de “Auxiliadora” fue San Juan Crisóstomo, en Constantino-pla en al año 345, cuando dice: “Tú, María, eres auxi-lio potentísimo de Dios”. También San Sabas en el año 532 nos cuenta que en Oriente había una imagen de la Virgen que era llamada “Auxiliadora de los enfermos”, porque junto a ella se obraban muchas curaciones. San Juan Damasceno, santo sirio gran talento escolástico, en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora, rogad por nosotros”.

Pero es en 1572 cuando el papa San Pió V introdujo en todo el mundo católico en las letanías la advocación “María Auxiliadora, rogad, por nosotros”, porque en ese año se atribuyó la victoria de las tropas cristianas sobre las turcas en la batalla de Lepanto a la intercesión de la Virgen como auxilio de los cristianos.

En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicie-ron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de Auxiliadora si los libraba de la invasión de los pro-testantes y concedía que se terminase la guerra de los 30 años. La Virgen les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxi-liadora de los cristianos.

En 1683 los católicos al obtener la victoria en Viena contra los enemigos turcos de la religión cristiana fun-daron una Asociación de María Auxiliadora. Ya más cer-

cano en el tiempo, en 1814, el papa Pío VII, prisio-nero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo decla-raría fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamen-te el Pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.

Pero sin duda fue San Juan Bosco quien impulsó de manera definitiva la devoción a la Virgen bajo esa advocación de tal modo que la Auxiliadora es considerada la “Virgen salesiana”.

Será en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Au-xiliadora. “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Vir-gen nos ayude a conservar y a defender la fe cris-tiana”. Cierto es también que la devoción a la In-maculada fue una de las primeras y preferidas de Don Bosco.

Page 4: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

Compromisos para cuidar ladevoción a María Auxiliadora

A todos los devotos de María Auxiliadora se les pide cumpli los siguientes compromisos, teniendo como lugares privilegiados

la familia, el ambiente de vida, de trabajo y de amistad:

• valorizar, en sintonía con la Iglesia, de la que María es tipo y figura, la par-ticipación en la vida litúrgica, especialmente en los sacramentos de la Euca-ristía y de la Reconciliación, practicando una vida cristiana personal;

• vivir y difundir la devoción a María Auxiliadora según el espíritu de Don Bosco, particularmente en la Familia Salesiana;

• renovar, potenciar y vivir las prácticas de la piedad popular:

- la conmemoración del 24 de cada mes,- el Rosario,- la novena de preparación a la fiesta de María Auxilia-dora,- la bendición de María Auxiliadora,

- las peregrinaciones a los santuarios marianos,- las procesiones,

- la colaboración en la vida parroquial: liturgia, catequesis, visitas a los ancianos y a los enfermos, servicios diversos en

las iglesias...• imitar a María cultivando en la propia familia un am-biente cristiano de acogida y de solidaridad;

• practicar, con la oración y la acción, la solicitud por los jóvenes más pobres y por las personas en necesidad;

• rezar y sostener en la Iglesia y particularmente en la Familia Salesiana las vocaciones laicales, reli-

giosas y ministeriales;

• llenar la vida cotidiana con actitudes evangéli-cas, particularmente con el agradecimiento a Dios por las maravillas que continuamente realiza, y con la fidelidad a Él también en los momentos de dificultad y de cruz, siguiendo el ejemplo de María.

La Asociación de María Auxiliadora (ADMA) es el segundo grupo de la Fa-milia Salesiana, fundado por San Juan Bosco el 18 de abril de 1869 en el Santuario de María Auxiliadora de Turín.

“La Virgen quiere que la honremos bajo el título de Auxiliadora. Los tiempos que corren son malos y tenemos necesidad de que la Virgen Santísima nos ayude a conservar y defender la fe cristiana” (Don Bosco a Don Cagliero).

Finalidad de la Asociación:

“La Asociación de María Auxiliadora ofrece un itinerario de santificación y de apostolado salesiano. En particular, Don Bosco la fundó para implicar a la mayor parte de la gente del pueblo en la espiritualidad y en la misión de la Congregación Salesiana.Valoriza, de manera especial, el culto de la Eucaristía y la devoción a María Auxi-liadora, en todas las formas, públicas y privadas, aprobadas por la Iglesia.Actúa en comunión y en fidelidad a los Pastores de la Iglesia y en colaboración con los demás grupos eclesiales, especialmente los de la Familia Salesiana” (Re-glamento ADMA, art. 2).

Ámbito de actuación:

La ADMA está extendida por todo el mundo, especialmente en los lugares don-de están presentes los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora.

Actualmente son cerca de 3350 las Asociaciones de las cuales, 1606 realizan su acción pastoral en las presencias de los SDB, 1266 en las de las FMA y 478 en diversas Diócesis.

LA ASOCIACIÓNDE MARÍA AUXILIADORA

Page 5: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como “central y sintetizador”. La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como “Auxiliadora del Pueblo de Dios”. “Ella lo ha hecho todo” repetía constante-mente.

En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Lo que sorprendió a Don Bosco pri-mero y luego al mundo entero fue que María Auxilia-dora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: “No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia”.

2. MARÍA EN LA VIDA DE DON BOSCO

La Palabra de Dios se hizo carne en la historia, an-tes que en su seno, en su alma y en su persona. Ella le ha dado a Cristo su humanidad. Por eso representa, esencialmente, el camino arduo y feliz de cada hom-bre y de la humanidad entera hacia su propia reali-zación suprema. En Ella, los caminos del hombre se entrecruzan con los de Dios. Por consiguiente, María es clave interpretativa, modelo, tipo y camino.

El Señor le ha elegido para que colaborara, como mujer, en la salvación de la humanidad. Pero lo ex-traordinario es que esto no cambió su estilo de vida.

Y esto es lo maravilloso: que Dios se haga presente, no sólo ni principalmente a través de héroes y super-hombres, sino en la vida de quienes viven como hijos suyos.

María se ha sentido y ha sido proclamada “bien-aventurada”, feliz en su humildad y en su pobreza, por el don de Dios y por su propia disponibilidad. Desde esta actitud ha leído la historia de la humanidad en su “Magníficat”, proclamando el triunfo de los pobres.

María ha acompañado a la Iglesia naciente y hoy, participa, con las riquezas de su maternidad, en la maduración histórica de la comunidad cristiana y en su misión en el mundo.

Esta sucesión de alusiones Vida-Cristo-Bienaventu-ranza-Iglesia-Vocación la hacen un “evangelio existen-cia!” donde el joven aprende el camino que tiene que recorrer y se siente acompañado en su esfuerzo.

Don Bosco ha experimentado, de modo excepcio-nal, la presencia y la intervención de María en su vida y en su obra: “¡Todo lo ha hecho Ella!”.

En el Oratorio de Valdocco era una presencia viva: Inspiradora guía, maestra. Domingo Savio, Miguel Magone y muchos otros jóvenes no la contemplaban como un Ideal abstracto o como simple objeto de cul-to y devoción, sino como una persona viva y operan-te, que llenaba la casa y hacía experimentar la cerca-nía del amor de Dios.

También se la sentía como Madre de Dios y nues-tra. Aquella que nos da la alegría de Cristo y que nos permite experimentar su ternura y la eficacia de su auxilio.

Page 6: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

Es Inmaculada: llena de gracia, totalmente dis-ponible a Dios, sin términos medios, la que ha es-tado siempre de parte de Dios. Por eso constitu-ye, para los jóvenes, un modelo de santidad y de vida cristiana vivida con coherencia y radicalidad. La devoción se convierte en imitación.

Es Auxiliadora: auxilio de los cristianos en la gran batalla por la fe y por la construcción del Rei-no. Laque protege y guía a la Iglesia. Por eso Don Bosco la considera como “la Virgen de los tiempos difíciles”, sostén y apoyo de la fe y de la Iglesia. Es, por tanto, modelo de fidelidad en el servicio a la Iglesia y llamada a un compromiso total en la comunidad cristiana.

3. IDENTIDAD SALESIANA Y DEVOCIÓN MARIANA

En las Constituciones Salesianas se describen los rasgos característicos de nuestra devoción mariana. El artículo 8 sintetiza el sentido de la presencia de María en la Sociedad Salesiana: ella ha señalado a Don Bosco el campo de su acción, lo ha guiado y apoyado constantemente, continúa entre nosotros su misión de Madre y Auxiliadora: nosotros “nos confiamos a Ella, humilde sierva en quien el Señor ha hecho cosas grandes, para ser entre los jóvenes testigos del amor inagotable de su Hijo”.

El artículo 92 presenta el papel de María en la vida y en la piedad del salesiano: modelo de ora-ción y de caridad pastoral; maestra de sabiduría y guía de nuestra familia; ejemplo de fe, de solici-tud con los necesitados, de fidelidad en la hora de la cruz, de alegría espiritual; nuestra educadora en la plenitud de entrega al Señor y en el decidi-do servicio de los hermanos. De ello, pues, deri-va una devoción filial y fuerte, que se explícita en la oración (rosario cotidiano y celebración de sus fiestas) y en la imitación convencida y personal.

La mejor síntesis, con todo, se encuentra en “la oración a María Auxiliadora” que recitamos diariamente en casa después de la meditación. Su texto original es de D. Rúa y en su versión actual dice:

“Inmaculada Virgen Auxiliadora, Madre de la Iglesia, inspiradora y guía de nuestra Congrega-ción, nosotros nos ponemos bajo tu protección materna y, fieles a la vocación salesiana, te pro-

metemos trabajar siempre a mayor gloria de Dios y sal-vación del mundo.

Confiando en tu intercesión, te rogamos por la Igle-sia, la Congregación y las Familia Salesiana; por los jó-venes, sobre todo los más pobres, y por todos los que Cristo ha redimido.

Tú que fuiste la maestra de Don Bosco enséñanos a imitar sus virtudes, especialmente la unión con Dios, su vida casta, humilde y pobre; su amor al trabajo y a la templanza; la bondad y entrega ilimitada a los herma-nos y su fidelidad al Papa y a los pastores de la Iglesia.

Concédenos María Auxiliadora que nuestro servicio al Señor se fiel y generoso hasta la muerte para que po-damos llegar a la alegría de la comunión plena en la Casa del Padre. Amén”.

Como se puede observar el texto está estructura-da en cuatro partes: Promesa; Intercesión; Docilidad y Confianza.

En la primera parte (“Santísima”) se recuerda el fin último de nuestra Congregación prometiendo orientar cada una de nuestras acciones únicamente al servicio de Dios y a la salvación del prójimo, en la fidelidad a la esencia de la vocación salesiana.

En la segunda parte (“Te pedimos”) se resume el sen-tido eclesial, salesiano y misionero de nuestra consagra-ción, confiando a la intercesión de María, la Iglesia, la Congregación y la Familia Salesiana, los jóvenes, sobre todo los más pobres, todos los hombres redimidos por Cristo. Aquí está perfectamente descrita la pasión que debe alimentar y caracterizar la oración salesiana: uni-versalidad, eclesialidad, espíritu misionero juvenil.

En la tercera parte (“Enséñanos”) están concentra-das las virtudes que caracterizan el perfil típico del sa-lesiano discípulo de Don Bosco; se nos pone en la es-cuela de María para crecer en la unión con Dios, en la castidad, en la humildad y en la pobreza, en el amor al trabajo y a la templanza, en la ardiente caridad amorosa (bondad y entrega ilimitada a los hermanos), en la fide-lidad a la Iglesia ya su Magisterio.

En la última parte (“Haz, María Auxiliadora”) se nos confía a la intercesión de la Virgen Auxiliadora para ob-tener la fidelidad y la generosidad en el servicio de Dios hasta la muerte y la admisión en la comunión eterna de los santos.

Esta excelente síntesis, que contiene un programa completo de vida espiritual y describe los rasgos fisonó-micos de nuestra identidad, puede servirnos hoy como referencia y como pista concreta para nuestro momen-to de contemplación personal y para prepararnos a vivir la Fiesta de María Auxiliadora.

Page 7: 6. Oración final · 2014-05-15 · Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia

La Basílica de María Auxiliadora de Turín

La Basílica de María Auxiliadora fue construida en honor a la Virgen a la que San Juan Bosco tuvo gran devoción. Se encuentra en el barrio de Valdocco de la ciudad de Turín (Italia). Es conocida como la Igle-sia Madre de la congregación salesiana y de la que parten cada año los misioneros para todo el mundo.

Se construyó con grandes problemas económicos entre 1864 y 1868, pero Don Bosco con ayuda de sus muchachos del Oratorio Salesiano y de la ge-nerosidad de la población de Turín logró concluir la obra. Don Bosco aseguró siempre que el dinero conseguido para la construcción del santuario venía de la Providencia.

El 9 de junio de 1868 se consagraba el santuario de María Auxiliadora. A las 10:30 horas, subió al al-tar mayor, para celebrar la primera misa el arzobispo de Turín monseñor Riccardi. A continuación celebró misa Don Bosco. En la iglesia había 1.200 jóvenes.

En ella se encuentran los cuerpos de San Juan Bos-co, Santo Domingo Savio y Santa María Mazzarello.

En 1938 se terminó la ampliación que consta del presbiterio con la segunda cúpula, de las dos gran-des capillas laterales y del nuevo altar de San Juan Bosco con la urna que contiene su cuerpo. El 28 de junio de 1911 fue elevada a la dignidad de Basílica menor.

El cuadro de María Auxiliadora

El cuadro fue iniciado por D. Bosco, quien lo en-carga al pintor Lorenzone en el año del Señor de 1865. Después de tres años de trabajo, el cuadro fue colocado en el Altar Mayor de la Basílica de María Auxiliadora en Turín-Valdocco. D. Bosco lo describió así: “Resalta la Santísima Virgen en medio de un Mar de Luz y Majestad; un coro de Ángeles la rodea y la rinde pleitesía como su Rei-na; su mano derecha aprieta un cetro símbolo de su poder; en la izquierda sostiene al niño Jesús, que tiene los brazos abiertos, como ofreciendo sus Gracias y Misericordia a quien recurre a su Augusta Madre. Abajo dividido en dos alas apa-recen los Santos Apóstoles y los Evangelistas, que en dulce éxtasis, contemplan atónitos a su Reina como exclamando: Regina Apostolorum Ora Pro-Nobis. Al fondo del cuadro se ve la ciudad de Tu-rín, con el Santuario de Valdocco en primer plano y a lo lejos la colina de Superga”.

Según la descripción de D. Bosco el cuadro es una representación plástica del título de “María Madre de la Iglesia”, María por ser la Madre del Hijo de Dios es la Reina del cielo y de la Tierra, toda Iglesia, representada por los Apóstoles y los Santos la aclaman Madre y Auxiliadora la Pode-rosa.