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María Luisa Tobar Universidad di Messina VISIÓN POLÍTICA DEL NUEVO MUNDO EN QUEVEDO La literatura de viajes a partir del Descubrimiento se orienta principalmente hacia las Nuevas Tierras descubiertas. Crónicas, relaciones, descripciones, comentarios de todo tipo se multiplican y la materia americana se convierte en un filón importante en la literatura a través de los siglos. Un escritor polifacético como Quevedo no podía dejar de tratar un tema que ofrecía posibilidades de lectura diversas, que se prestaba a numerosas interpretaciones por su complejidad y amplitud. De hecho la materia americana en la pluma de Quevedo es material plástico que asume formas muy variadas. Era nuestra intención analizar los dos aspectos más significativos de la lectura quevediana del descubrimiento: su visión política y la utilización poética de la temática del Nuevo Mundo, pero la tiranía del tiempo nos obliga a tratar sólo el primer punto dejando el segundo para otra ocasión. Quevedo, hombre político, reflexiona sobre la conquista y sus consecuencias en varias obras. Su idea de la conquista hay que situarla dentro del marco de su actuación como hombre político al servicio de la monarquía española. Para Donald W. Bleznick el pensamiento político de Quevedo se identifica con las ideas políticas más comunes de los siglos XVI y XVII, ideas que son de origen medieval, puesto que el escritor defiende la teoría de una monarquía universal, en ese momento representada por España: 1 pero lo que le diferencia de otros escritores es su incisividad, su complejidad, su visión dual de los hechos, su modo de ver los aspectos paradójicos de las cosas. Pienso, como Maravall, que aunque Quevedo no sea un pensador sistemático de teoría política, es un interesante escritor político que puede ser utilizado como documento, como testimonio de su época, ya que precisamente sus ambigüedades, incoherencias, contradicciones nos ayudan a entender la compleja mentalidad barroca. 2 Su experiencia como hombre político le permite constatar las contradicciones de la res publica y le llevan a una visión más pesimista y crítica de la vida. Quevedo es hombre público, ya Alfonso Reyes notaba esa cualidad innata en él y hacía incapié en su dotes naturales para los negocios de Estado enriquecidas por su profundo conocimiento de lo antiguo. 3 Su pensamiento político, que ha sido

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María Luisa TobarUniversidad di Messina

VISIÓN POLÍTICA DEL NUEVO MUNDO EN QUEVEDO

La literatura de viajes a partir del Descubrimiento se orientaprincipalmente hacia las Nuevas Tierras descubiertas. Crónicas,relaciones, descripciones, comentarios de todo tipo se multiplican y lamateria americana se convierte en un filón importante en la literatura através de los siglos. Un escritor polifacético como Quevedo no podíadejar de tratar un tema que ofrecía posibilidades de lectura diversas, quese prestaba a numerosas interpretaciones por su complejidad y amplitud.De hecho la materia americana en la pluma de Quevedo es materialplástico que asume formas muy variadas. Era nuestra intención analizarlos dos aspectos más significativos de la lectura quevediana deldescubrimiento: su visión política y la utilización poética de la temáticadel Nuevo Mundo, pero la tiranía del tiempo nos obliga a tratar sólo elprimer punto dejando el segundo para otra ocasión.

Quevedo, hombre político, reflexiona sobre la conquista y susconsecuencias en varias obras. Su idea de la conquista hay que situarladentro del marco de su actuación como hombre político al servicio de lamonarquía española. Para Donald W. Bleznick el pensamiento políticode Quevedo se identifica con las ideas políticas más comunes de lossiglos XVI y XVII, ideas que son de origen medieval, puesto que elescritor defiende la teoría de una monarquía universal, en ese momentorepresentada por España:1 pero lo que le diferencia de otros escritores essu incisividad, su complejidad, su visión dual de los hechos, su modo dever los aspectos paradójicos de las cosas. Pienso, como Maravall, queaunque Quevedo no sea un pensador sistemático de teoría política, es uninteresante escritor político que puede ser utilizado como documento,como testimonio de su época, ya que precisamente sus ambigüedades,incoherencias, contradicciones nos ayudan a entender la complejamentalidad barroca.2 Su experiencia como hombre político le permiteconstatar las contradicciones de la res publica y le llevan a una visión máspesimista y crítica de la vida. Quevedo es hombre público, ya AlfonsoReyes notaba esa cualidad innata en él y hacía incapié en su dotesnaturales para los negocios de Estado enriquecidas por su profundoconocimiento de lo antiguo.3 Su pensamiento político, que ha sido

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ampliamente estudiado por la crítica, es poliédrico, pero la figura del reycomo imagen de Cristo y su misión divina son indiscutibles para él, loque no impide que a veces sean el blanco de los dardos lanzados por supluma satírica. En su Política de Dios y gobierno de Cristo expresaclaramente su idea de un estado basado en la doctrina cristiana. "Losreyes son vicarios de Dios en la tierra" escribe Quevedo y añade "Luegosi Cristo fue pastor, ellos que son sus vicarios deben ser pastores a suimitación,"4 y más adelante dirigiéndose al rey dice: "Señor, la voluntadde Dios, que os envió para ser rey al mundo, es que le gobernéis a suimitación; y vuestra obra sólo se perfecciona con este cuidado...."5 Así,pues, no es extraño que el Descubrimiento sea visto bajo una ópticaprovidencialista.

En efecto, en La España defendida, Quevedo considera que la guerra esnecesaria para conseguir la paz y para defender a la cristianidad:

Y son a todos, como a ella importantes las armas suyas; pues a nohaberlas, corriera sin límites la soberbia de los turcos y lainsolencia de los herejes, y gozaran en las Indias seguros losídolos su adoración, de suerte que es orilla de este mar, cuyagloria es la obediencia destas olas que solamente las tocan paradeshacerse.6

Turcos, herejes y adoradores de ídolos son enemigos de la verdaderareligión y como tales es lícito combatirlos. Los indios son idólatrasporque hasta la llegada de los españoles desconocían la fe cristiana y,según los designios de la Providencia, España tiene una misión divinaque cumplir: convertirlos a la verdadera religión. Esta tesis quevedianaes todavía más explícita en otro parágrafo de la misma obra en el queescribe que Dios no sólo ha permitido que se descubriese ese NuevoMundo, sino que ha elegido a España como instrumento para propagarla fe cristiana. Recordando una serie de hechos históricos, en los que,según él, el Dios de los ejércitos ha guiado a los españoles en susempresas, escribe: "¿Quién sino Dios, cuya mano es miedo sobre todaslas cosas, amparó a Cortés para que lograse dichosos atrevimientos, cuyopremio fue todo un Nuevo Mundo?"7 En La Providencia de Dios da unainterpretación cristológica del nombre de Colón, sirviéndose de laspalabras del cardenal Justiniano, al que acude para dar fuerza a su tesis:

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El cardenal Justiniano, sobre estas palabras del salmo: In omnemterram exivit sonus eorum, in et fines orbis terrae verba eorum, en lanota marginal dice: "Esto se cumplió en tiempos de los reyesCatólicos, doña Isabel y don Fernando, siendo el instrumentoCristóforo Colón, ginovés, cuyo nombre se interpreta 'el que llevaa Cristo'; oficio que hizo aquel santo, de que tomó el nombre.8

Hace suya la interpretación etimológica del nombre del descubridor enclave divina (portador de Cristo) que Justiniano añade como comentarioal citado Salmo de David, por eso utiliza el nombre en su formaoriginaria al lado de la forma castellana del apellido Colón. Así pues,Colón es visto como intrumento del que Dios se sirve para la difusiónde su nombre en el Nuevo Mundo: la Divina Providencia guía los pasosdel hombre elegido para que se cumplan sus designios. El mandato deCristo de propagar el Evangelio por toda la tierra, cuyo mayor artíficepara el Viejo Mundo es el apóstol de los gentiles, San Pablo, se cumpleplenamente, según Quevedo, con la propagación en el Nuevo Mundo,posible gracias al descubrimiento de Colón. Es significativo que en suobra La vida de S. Pablo, vuelva a repetir el mismo concepto acercando lasdos figuras. En esta obra acude directamente al Salmo de David, yacitado, del que transcribe la versión latina, que él traduce o, mejor,interpreta así:

(Llegará el grito de los predicadores del Evangelio a todas lasprovincias de la tierra, y a los fines del orbe sus palabras). Eldiferir esta noticia de la salud, hasta nuestros tiempos duró, puesColón con su descubrimiento le abrió paso a toda la América.9

Su lectura del texto profético le lleva a ver a San Pablo como el hombreelegido por Dios para transmitir su doctrina por todo el Viejo Mundo,y a Colón como instrumento del que la Divina Providencia se sirve parapropagar el cristianismo en El Nuevo Mundo.

Al ver la conquista de América bajo esta óptica, no es extraño queQuevedo defienda la misión evangelizadora de los españoles y, al mismotiempo, ponga en guardia contra los excesos de "los malos españoles"que comenten acciones "execrables" puesto que lo que ellos hacen sevuelve contra la nación y puede ser aprovechado por las nacionesenemigas para denigrar la política española. Tal es el sentido de lo que

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escribe en Lince de Italia o Zahori español dirigido a Felipe IV:

Y por difamar esta nación, con ascenso y sabiduría del duque [deSaboya] y aceptación, añadió con nombre de alegaciones al dichotratado Micael Pió, Bolones, traducidas en italiano, todas las cosasque escribe fray Bartolomé de las Casas, obispo de Chiapa,execrables, de malos españoles que contra vuestras órdenescometieron en las Indias, diligencia hecha ya por los herejes deAlemania con el propio autor.10

...donde, como dice Valentín de Pedro, Quevedo no censura lo escritopor el dominico, sino que ve la instrumentalización que otros paíseshacen de su obra para empañar la imagen de España en provechopropio, por lo que advierte al rey que es necesario tomar medidas contralos que, desobedeciendo sus reales órdenes, cometen injusticias contra losindios, para evitar el daño que su actuación puede acarrear.11 El textoquevediano se presta a lecturas diversas pero es evidente su esfuerzo pordisculpar a la monarquía de sus responsabilidades políticas. Todo ellose explica en parte por el hecho de estar incluido en un memorialdirigido directamente al rey.

La defensa de su nación contra los ataques de los países extranjerosque tratan de minar la monarquía hispana en beneficio propio es unapreocupación que se advierte en muchas de sus obras. Por lo que serefiere al problema específico americano, uno de los puntos sobre los quecentra su atención es la avidez que muestran los países europeos por lasriquezas que vienen de las Indias. Los ejemplos en los que hacereferencia a Holanda, Francia, Inglaterra, Genova como depredadores delo que pertenece a España se encuentran diseminados a lo largo de todasu obra. Se puede citar como emblemático, por englobar a todos ellos, unsoneto titulado significativamente "Advertencia a España, de que asícomo se ha hecho señora de muchos, así será de tantos enemigosenvidiada y perseguida, y necesita de continua prevención por esacausa." En este soneto el poeta hace una síntesis de las conquistasespañolas (última de la lista la empresa de Colón) y termina con elterceto: "Y es más fácil ¡oh España!, en muchos modos / que lo que atodos quitaste sola / te puedan a ti sola quitar todos,"12 clara referenciaa la epístola 88 de Séneca "Quod unus populus eripuerit ómnibus,facilius uni ab ómnibus eripi possen."

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En Los sueños Quevedo afronta más de una vez este tema; así en "Elalguacil endemoniado y licenciado calabrés," éste ataca a los mercaderessobre todo genoveses por la poca claridad de sus cuentas en los negociosamericanos:

Y habéis de saber que en España los misterios de las cuentas delos genoveses son dolorosos para los millones que vienen de lasIndias, y que los cañones de sus plumas son de batería contra lasbolsas; y no hay renta que si la cogen en medio el Tajo de susplumas y el Jarama de su tinta, no la ahoguen.13

Las palabras de Quevedo reflejan la imagen bastante difusa de losmercaderes y banqueros genoveses que se enriquecían aplicandointereses elevados sobre el dinero prestando al rey de España. Se vale deun ingenioso juego de significados para acusar a los genoveses de la faltade honestidad en los negocios americanos, los banqueros de la ciudaditaliana chupan con gran avidez la linfa áurea que viene de las Indias.Repite el mismo concepto en el diálogo que en el "Sueño de la Muerte"tiene lugar entre Quevedo y Enrique de Villena; el mago medievalpregunta al escritor cómo van las cosas en España, si hay mucho dineroy qué se piensa de él, qué fuerza tiene, qué valor, a lo que él responde:"No han decaído las flotas de las Indias, aunque Genova ha echado unassanguijuelas desde España al cerro de Potosí, con que se van restañandolas venas, y a chupones se empiezan a secar las minas."14 Como escribeUse Nolting-Hauff, en esta sátira contra la supuesta moralidad reinante,las expresiones usadas se hacen más pintorescas y la deformacióncaricaturesca es todavía más intensa.15 El tópico de los genovesesamantes de las riquezas asume en Quevedo un tono de sutil ironía queintensifica al añadir inmediatamente que las riquezas que ellos "sangran"a España vuelven a las arcas hispanas por canales diversos, es decir: suafán de convertirse en señores comprando títulos y rentas reales queluego van a parar a manos de las meretrices, de las que, a su vez, heredael Consejo de Hacienda. Por otra parte, en una de sus más famosasletrillas, "Poderoso caballero," repite el mismo tópico: "Nace en las Indiashonrado, / donde el mundo le acompaña; / viene a morir a España / yes en Genova enterrado."16 Pero el blanco contra quien lanza susmordaces flechas es sobre todo Holanda. En La fortuna con seso y la horade todos, Quevedo por boca de Rabbi Saadias dice que los holandeses son

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traidores y rebeldes hacia el rey de España pues le han robado "yprosiguen en usurparle lo que tan lejos dellos tiene, como son el Brasily las Indias."17 En la misma obra hay dos episodios, ya comentados porMiguel Aguilera,18 en los que critica ampliamente la actuación holandesacontra España: se trata del diálogo entre un fullero y un tramposo y elepisodio entre los holandeses que llegan a las costas de Chile y loschilenos. Los holandeses que "pisan la tierra en unos andrajos de suelo"19

que hurtan al mar y que están acostumbrados a pellizcar y a roer portodas partes de la tierra, como dice el tramposo, son tachados derebeldes contra Dios y contra su rey. El mismo personaje les acusa derobar el oro y la plata de las flotas españolas, para ahorrarse dinero yfatiga, aprovechando cualquier circunstancia favorable con el beneplácitode los demás países europeos envidiosos de la grandeza española;además, recuerda que "se han apoderado de la mejor parte del Brasil"con lo cual tienen "el mando y el palo," el "tabaco y el azúcar cuyosingenios si no los hacen doctos, los hacen ricos, dejándonos sin ellosrudos y amargos."20 El tramposo sigue recorriendo la geografíaamericana y el vocabulario castellano para llamarles "tarascas de lagarganta de las dos Indias," rondadores de los cerros de Potosí, cáncerque muerde la costa de Buenos Aires, "trampantojos del paisaje," "senadode hambrones del mundo" que brincan climas y puertos con un compás,guiados por el príncipe de Orange quien con tijeras en mano estádispuesto a dar un corte en el mapa. Quevedo, con la acostumbradamaestría, utiliza un lenguaje incisivo, crea hipérboles, se sirve deparadojas, construye sintagmas de simetría dual, multiplica lasposibilidades de decir y de aludir; la invención de la palabra, o "Lainvención por la palabra" título que dio Lázaro Carreter21 a su leccióninaugural en el homenaje salmantino a Quevedo, se muestra en toda sufuerza.

En el capítulo dedicado al enfrentamiento entre los de Chile y losHolandeses, el tema principal de la discusión entre los jefes de los dospueblos es el de la riqueza, pero se plantean también otros problemasíntimamente relacionados: la avidez, la difamación, la traición, el engaño,la envidia, la idolatría, etc. Al naufragar una nave holandesa en unpuerto de Chile, los belicosos e idólatras chilenos atacan a los holandesescon la acostumbrada e indómita altivez, ya descrita por Ercilla en LaAraucana y por Alvarez de Toledo en el Purén indómito.21 Una vezaclarado el equívoco, el capitán del barco trata de ganar para su causa

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a los chilenos con un discurso en el que resume el conflicto hispano-holandés en Europa y en América (sobre todo en Brasil), y tambiénofreciendo dádivas; sin embargo el jefe indio rechaza con orgullo ydignidad a quien se presenta engañando y le dice: "Con este artificio [eltelescopio] espulgáis los elementos y os metéis de mogollón a reinar:vosotros vivís enjutos debajo del agua y sois tramposos del mar."23

Añade que no pueden fiar su habitación a quien "usurpó la suya a lospeces," ni ponerse en manos de quien ha quitado el Brasil a su rey; lesacusa de malos vasallos, rebeldes, traidores y usurpadores de los ajeno.Luego les advierte que siendo América "una ramera rica y hermosa"adúltera con sus esposos no va a ser "leal a sus rufianes." Quevedorecurre a nuevas imágenes para definir su condición de hombres casianfibios que viven entre el mar y la tierra y repite las acusaciones queles había hecho sirviéndose de la palabra del tramposo. Con su estilo"apretadamente trabajado," con su acumulación múltiple de significados,con su "marcado gusto por la frase troqueada"24 consigue dar imágenesde sugestiva belleza y, al mismo tiempo, de gran dureza crítica. Pero hayun elemento nuevo, puesto que el indio ataca a los holandeses y a todoslos europeos por ser más idólatras que ellos y por eso merecen mayorcastigo:

Los cristianos dicen que el Cielo castigó a las Indias porqueadoraban a los ídolos, y los indios decimos que el Cielo ha decastigar a los cristianos porque adoran a las Indias. Pensáis quelleváis oro y plata y lleváis envidia de buen color y miseriapreciosa. Quitáisnos para tener que os quiten; por lo que soisnuestros enemigos, sois enemigos unos de otros.25

Después les conmina a que se vayan antes de dos horas y les advierteque si quieren tratar con ellos inventen un instrumento que en vez deacercar aleje de ellos su tierra y la de España para no volver a verla. Esevidente que el autor aprovecha la imagen ya proverbial del araucano,que mantiene su dignidad y no se doblega ni ante las amenazas, ni antelas dádivas engañosas, para lanzar una vez más sus dardos contra ladesmesurada ambición de los hombres. Así, el indio, con una capacidadde raciocinio admirable, echa en cara a los europeos su doblez pues supecado de idolatría es peor por ser adoradores del dios dinero, al cualsacrifican todo. En muchos pasajes de su obra, algunos muy conocidos,

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Quevedo critica duramente la sed de riquezas de los hombres que leslleva a cometer acciones detestables con tal de enriquecerse. Uno de losejemplos que se podrían citar es el del "Filósofo espagírico" de la mismaobra, que pudiendo convertir todo en oro "no os[a] descubrirle] a nadie"para evitar que lo "engullfan] en una cárcel, para ahorrar los viajes de lasIndias."26

Sin embargo, en la obra de Quevedo aparece también otra imagengenérica del indio que merece la pena recordar aquí y que responde a ladistribución del carácter humano según su colocación en las distintaszonas de la tierra. En efecto, en el capítulo de La España defendidadedicado a las costumbres da una interpretación climática sobre elcarácter de los pueblos justificando la superioridad del español porque:

España teniendo tierra templada y cielo sereno, causarásemejantes efectos en humores y condiciones; como se ve, pues nila frialdad nos hace flemáticos como a los alemanes, ni el muchocalor inútiles para el trabajo como a los negros y a los indios.27

El carácter apologético de la obra le lleva a exaltar lo español y alhacerlo, con frecuencia desprecia lo ajeno, por lo que basándose en unaespecie de determinismo atmosférico sitúa al español en medio de dospolos opuestos, puesto que en el justo medio está la virtud. Es verdadque Quevedo no escribe estas palabras con la intención de denigrar a loshabitantes de América, pero a pesar de ello lo que dice demuestra queno parece tener una opinión muy alta del indio ni del negro, aunquetampoco parece tenerla del alemán.

Para terminar, quiero recordar un conocido y muchas veces citadotexto de Quevedo: el de los dos diablos, o casi diablos —el tabaco y elchocolate— que se sienten vengadores de las Indias porque:

...habían hecho más mal en meter acá los polvos y el humo yjicaras y molinillos, que el Rey Católico a Colón y a Cortés y aAlmagro y a Pizarro. Cuanto era mejor y más limpio y másglorioso ser muertos a mosquetazos y a lanzadas que a moquitasy estornudos y a regüeldos y a vaguidos y a tabardillos; siendolos chocolateros idólatras del sorbo, que se elevan y le adoran yse arroban; y los tabacanos, como luteranos, si le toman en humo,haciendo el noviciado para el infierno; si en polvo, para el

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romadizo.28

Todo el edificio que ha ido construyendo Quevedo en defensa de laactuación española en las Indias se resquebraja con este escrito satíricoen el cual bastante explícitamente reconoce que el Descubrimiento hallevado también muchos males consigo.

Notas

1 Donald William Bleznick, "La política de Dios de Quevedo y el pensamientopolítico en el Siglo de Oro," Nueva Revista de Filología Española IX (1965): 385-386.

2 José Antonio Maravall, "Sobre el pensamiento social y político de Quevedo,"II Homenaje a Quevedo, Actas de la II Academia Renacentista (Salamanca:Universidad de Salamanca, 1982) 72.

3 Alfonso Reyes, Cuatro ingenios (Madrid: Espasa-Calpe, 1950) 85.4 Francisco de Quevedo, Obras completas, prosa, ed. F. Buendía (Madrid:

Aguilar, 1981) 696.5 Quevedo 709.

6 Quevedo 586.

7 Quevedo 587.

8 Quevedo 1608.

9 Quevedo 1666.

10 Quevedo 885.

11 Valentín de Pedro, América en las letras españolas (Buenos Aires: Sudameri-cana, 1954) 172-173.

12 Francisco de Quevedo, Obra poética, ed. J.M. Blecua, tomo I (Madrid: Castalia,1969-1971) 218.

13 Quevedo, Obras completas 153.14 Quevedo, Obras completas 205.15 Use Nolting-Hauff, Visión, sátira y agudeza en "Los sueños " de Quevedo (Madrid:

Gredos, 1974) 190.16 Quevedo, Obra poética 175-177.17 Quevedo, Obras completas 300-301.18 Miguel Aguilera, América en los clásicos españoles (Bogotá: Instituto

Colombiano de Cultura Hispánica, 1952) 43-48.19 Quevedo, Obras completas 277.20 Quevedo, Obras completas 277.21 Fernando Lázaro Carreter, "La invención por la palabra," Homenaje a Quevedo,

Actas de la II Academia Renacentista (Salamanca: Universidad de Salamanca,

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1982) 9-24.22 Valentín de Pedro 178-182.23 Quevedo, Obras completas 293.24 Francisco Induráin, "Prosa doctrinal de Quevedo, pensamiento y expresión,"

AA. VV., Homenaje a Quevedo, Actas de la II Academia Renacentista (Salamanca:Universidad de Salamanca, 1982) 395.

25 Quevedo, Obras completas 293.26 Quevedo, Obras completas 297.27 Quevedo, Obras completas 585.28 Quevedo, Obras completas 233.