Bienaventurados - Octubre 2012

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Año 9 | 85 | Octubre 2012 Distribución gratuita Catedral de San Isidro - Sta. María de la Cabeza - La Ribera - Stella Maris www.catedraldesanisidro.org Nuestra fe es comunitaria El compromiso como oportunidad La vida es darse, creía; y se dio Ordenación Lucas Schcolnik

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Revista mensual de la Catedral de San Isidro

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Año 9 | 85 | Octubre 2012Distribución gratuita

Catedral de San Isidro - Sta. María de la Cabeza - La Ribera - Stella Mariswww.catedraldesanisidro.org

Nuestra fe es comunitaria

El compromisocomo oportunidad

La vida es darse, creía; y se dio

Ordenación Lucas Schcolnik

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Nuestra fe es comunitaria

Rezar con los personajes bíblicos

¿Dios vs. Rutina?

¿Qué Iglesia queremos?

La vida es darse, creía; y se dio

Pensar como el otro

El compromisocomo oportunidad

STAFF

Contacto anunciantes o lectores:Florencia: 15 3010 [email protected]

Distribución gratuitaTirada: 5,000 ejemplares mensuales

Correo de Lectores:No duden en hacernos llegar: comentarios, textos, sugerencias y opiniones.

03 • Carta del Párroco

CoordinadoraFlorencia Tapia Gómez

CorrectoraSofí Costa

ColumnistaJocha Castro Videla

DiseñadoraMagui Alonso

ColumnistaNichi Gorchs

04 • Carta Mariano

05 • Jóvenes I

12 • Columna Jocha

14 • Columna Nichi

15 • Avisos | info Catedral06 • Jóvenes II

08 • En Comunidad I

INDICE

Ordenación Lucas Schcolnik10 • En Comunidad II

Page 3: Bienaventurados - Octubre 2012

3BIENAVENTURADOS •

CARTA DEL PÁRROCO

Queridos amigos: Cuando hablamos de la fe, nos estamos

refiriendo al regalo que Dios nos hace, por el cual

confiamos en Él. Esto siempre es personal y cada uno

sólo debe darle cuenta a Él acerca de cómo vive su fe y

de las razones que tiene para creer. Pero la fe cristiana

tiene, además, un aspecto comunitario que la diferencia

de las demás religiones.

En ellas hay celebraciones y encuentros

colectivos, pero no se busca la integración de los fieles

en grupos estables.

Esto también ocurría en

tiempos de Jesús, ya que todos

los maestros tenían discípulos.

Pero, al desaparecer quien los

guiaba, la mayor parte de estos

grupos se disolvían, salvo los

más destacados. En este caso se

formaban escuelas para transmitir

su pensamiento.

Sin embargo, Él no siguió ninguno de esos

modelos, sino que creó uno nuevo. Con ellos formó una

pequeña comunidad en la que compartían todo y en la

que cada uno tenía su función. Simón Pedro era el que

hablaba en nombre de todos, Judas administraba la bolsa

común, Felipe y Andrés mediaban cuando alguien quería

hablar con Jesús; Santiago y Juan querían ocupar los

puestos más importantes, etc.

Él los fue formando, no sólo en el conocimiento

de la verdad, sino también en la docilidad a la acción

del Espíritu, la humildad, el servicio, el amor mutuo, la

corrección fraterna…

En la Última Cena, pidió al Padre que los mantuviera

unidos para que el mundo creyera (Jn 17,11-23). En

Pentecostés, derramó sobre ellos los dones del Espíritu

Santo, uniéndolos entre sí para que naciera la Iglesia.

Cuando fueron por el mundo transmitiendo el

Evangelio, formaron comunidades repitiendo el modelo

que Jesús había utilizado. Los Hechos de los Apóstoles

nos muestran cómo vivían compartiendo todo: la fe, la

vida y los bienes (Hch 2,42-47 y 4,32-36). La unidad de

los hermanos entre sí y con Cristo era tan profunda que,

para explicarla, San Pablo utiliza la imagen del cuerpo y

los miembros (Rom 12,3-7 y 1Cor 12,12-30).

Los modelos de comunidad se fueron adecuando

a lo largo de los siglos a los distintos ambientes y

situaciones. Actualmente, frente a un mundo cada vez

más alejado del Evangelio

y frente a celebraciones

masivas e impersonales, hay

un nuevo llamado a construir

comunidades a escala humana.

Así surgen diferentes

intentos a nivel de capillas,

movimientos, grupos varios que

se reúnen a rezar, reflexionar o

trabajar en común movidos por una misma espiritualidad,

tareas apostólicas o servicios compartidos. Entonces,

el encuentro con los otros se convierte en fuente que

alimenta la fe de todos y cada uno.

La clave está en dar y recibir para hacer visible la

unión en Cristo. Sin duda, para lograrlo hay que vencer

individualismos, egoísmos y todos los defectos que nos

traban en la relación con los demás.

Pero es condición indispensable para ser fieles a

Jesús y para que el mundo crea. Además, se torna en

necesidad urgente si asumimos la misión de encontrar

nuevos caminos para evangelizar siendo testigos del

amor de Dios.

De nosotros depende responder a este desafío y

actualizar los modelos de una Iglesia comunitaria. ¡Que el

Señor nos ayude a hacerlo realidad!

Pedro Oeyen

Nuestra fe es comunitaria

La clave está en dar y recibir para hacer visible la unión en Cristo

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4 • BIENAVENTURADOS

Padre Cholo padrecholo.blogspot.com

COLUMNA PADRE MARIANO

Una de las cosas que más nos

preguntan a nosotros los sacerdotes es

cómo crecer en la oración. Aprovecho

entonces la oportunidad para contarles una

experiencia de oración que hicimos hace

un tiempo en un encuentro de jóvenes.

Les propusimos a los chicos y chicas que

aprendiesen a rezar con los personajes

bíblicos. Para eso, los invitamos a escribir

en primera persona la experiencia que un

personaje había tenido en su encuentro con

Jesús. Que se pusieran ellos en su lugar

y narraran lo que iban sintiendo. Acá les

transcribo uno de esos relatos:

Mi nombre es Zaqueo. Y la verdad

que no era una persona muy popular.

Siendo judío, cobraba impuestos para el

Imperio Romano. Mis compatriotas no me

veían con buenos ojos ya que, además

de cobrar los impuestos, me enriquecía

personalmente a costa de ellos.

Estaba acostumbrado a los insultos

de los demás. Sabía que era considerado

un pecador. La gente no me ocultaba

su desprecio. No me resultaba extraño

sentirme solo. Y esto llenaba de rencor

toda mi vida.

Sin embargo, había algo que

cada tanto aparecía en mi corazón. Una

especie de molestia, de incomodidad.

Como una espina clavada que de vez en

cuando me incomodaba. Trataba de no

prestarle atención pero a veces se hacía

muy difícil.

Cierto día, cuando me enteré de

que Jesús iba a pasar cerca de mi casa,

esa sensación se hizo más fuerte. Me

dije a mí mismo que sólo era curiosidad

y salí para ver si podía verlo. Había

mucha gente. Realmente era un hombre

popular. ¿Sería verdad todo lo que

decían de Él? Afirmaban que era capaz

de dar la vista a los ciegos y resucitar

a los muertos. Todos hablaban de su

bondad y de sus enseñanzas.

Tuve que subir a un árbol para

poder ver a Jesús. Algo en mi interior

me decía que era primordial que me

acercara para verlo. No me importó

el ridículo. Ya estaba acostumbrado a

desinteresarme de lo que los demás

opinaban de mí. Me adelanté y me subí a

un árbol para poder observarlo en mayor

detalle. Y, en ese momento, sucedió lo

impensable. Jesús me habló. Me llamó

por mi nombre... por mi nombre, ¿cuánto

hacía que alguien no me llamaba así? Y

me pidió alojarse en mi casa. En la casa

de un pecador.

Esa tarde hablamos largamente.

Y así fui sintiendo cómo este encuentro

me cambiaba la vida. Era verdad lo que

decían de Él. Era capaz de llenar el

vacío que uno tiene en

el corazón. Era capaz

de hacerme cambiar.

Creo que esta es una

linda manera de acercarnos

a la oración. En primer lugar,

rezamos con la palabra de Dios.

En segundo lugar, aprendemos

a ponernos en el lugar del otro. Y,

luego, podemos

aplicarlo a

nuestra vida

replicando

las preguntas.

Rezar con los personajes bíblicos

Les dejo algunas preguntas que uno puede hacerse a partir de este relato:

¿Tuve algún encuentro con Jesús que me cambió la vida?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿qué sucedió?

¿Qué me invita a cambiar?

¿Qué vacíos míos llena?

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5BIENAVENTURADOS •

JÓVENES I

Suena simple. Pero, ¿qué es eso

de darnos las manos? Mejor, dame tu

PIN y después vemos; ahora estoy muy

ocupado. Que lo haga otro, yo no sirvo

para esas cosas. Me da fiaca, vivo lejos.

La tele me dice que no me meta en la

Iglesia, que no me comprometa, que no

me involucre, que no me esfuerce, que

todo lo puedo tener mandando un

mensaje de texto al 2020.

¿Te imaginás que hubiera pasado

si a Jesús sus amigos le contestaban

eso? Yo sí, y te puedo asegurar que la

historia sería completamente distinta.

Hoy, como amigos de Jesús, vivimos

en un mundo en el cual cada vez

estamos más conectados virtualmente

pero menos en contacto el uno con el

otro. Frente a esa realidad, nosotros

los jóvenes tenemos una oportunidad

impresionante de cambiarla.

¿Por qué nosotros? Porque

somos inquietos, porque estamos

todo el tiempo buscando respuestas a

nuestros problemas; porque empiezan

a florecer en nosotros preguntas que

de más chicos no nos cuestionábamos,

porque empezamos a tomar las

decisiones que van a marcar el rumbo

de nuestra vida. Pero, por sobre todas

las cosas, porque el futuro es nuestro.

Paremos un minuto acá. Futuro

es una palabra que puede asustar

a muchos, pero si nos ponemos a

pensar un poco, la semana que viene,

el mes que viene, el año que viene ya

son el futuro. Los cambios empiezan

de a poco, y de un día para el otro.

Parecido a lo que alguna vez dijera Bill

Gates: “Si estás pensando en cambiar el mundo, empezá primero por ordenar tu cuarto”.

Entonces, nosotros tenemos

la oportunidad de decirle al mundo

“acá estamos”. ¿Y cómo podemos

hacer para cambiar las cosas? De

a poco, despacio y con paciencia.

Podemos comprometernos con nuestra

comunidad en el servicio al hermano.

Conociendo y defendiendo nuestra fe,

siendo conscientes de que la Iglesia la

hacemos entre todos, podemos lograr

grandes cambios. Debemos contagiar la

alegría sincera de saber que hay un Dios

que está vivo y nos quiere. Invitando a

los demás a participar de este camino

tan lindo y que nos hace tan felices,

vamos a ser cada vez más y va a ser

mucho más fácil lograr el cambio. Llevar

a nuestros grupos de amigos, al colegio,

a la facultad, al trabajo, a nuestras

familias el fuego del Espíritu Santo

que muchos de nosotros recibimos en

la Confirmación es la mejor forma de

expandir el mensaje de amor de Jesús.

En fin, les propongo que nos

demos las manos, que apretemos fuerte

todos juntos y construyamos así un

alambrado cada vez más fuerte y más

grande al servicio de Dios.

El compromiso como oportunidad Tiene 22 años y estudia Ingeniería Civil en la UBA

Juan Cruz “Yogui” Dall’Asta

“Los alambres se chocan la mano entre los agujeros. Para no romper el corro, aprietan con fuerza la muñeca del vecino y es así como, precisamente con agujeros, hacen una barrera.Señor, son incontables los agujeros de mi vida, tampoco faltan en las de mis vecinos. Pero, si Tú quieres, nos daremos la mano, nos ataremos fuerte y juntos formaremos una tela metálica que te sirva algún día para adornar Tu paraíso.”“La Tela Metálica” – Michel Quoist.

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6 • BIENAVENTURADOS

JÓVENES II

Tiene 22 años,

Estudia Letras y es

Coordinadora

General de Caminar

Feli Roldán

¿Dios vs. Rutina?Levantarse, tomar el desayuno, ir a trabajar,

ir al colegio, ir a la facultad, prender la computadora, ver tele, mandar un mail, hacer

un ejercicio de matemática, leer un libro, leer el

diario, llamar a mamá, mandar un mensaje de

texto, dormir la siesta, hacer un trámite, buscar a

los chicos, almorzar, cocinar, mandar un bbm, leer

una revista, tomar el té, ver una película, andar

en auto, pagar con SUBE, ver una serie, comer

una tostada, llamar a una amiga, ir al banco,

jugar al fútbol, comer un asado, ir a una fiesta,

ir al médico, entrenar, hacer un trabajo práctico,

hablar por teléfono, caminar por la calle...

Te voy a pedir que busques una birome/lápiz/marcador, lo que tengas a mano, y que subrayes/taches/circules aquellas cosas que están en tu rutina de todos los días. ¿Listo? Bueno, ahora te voy a pedir otra cosa: que pienses (tranqui, no hay que pensar mucho) algún otro elemento de tu rutina y que lo anotes acá.

Ahora, releé. Y te pregunto, dentro de tu

rutina, ¿cuánto tiempo le dedicás a Dios? En

la lista que yo puse no estaba. ¿Lo agregaste?

Si lo agregaste, buenísimo. Cerrá la

revista y listo. Mentira, seguí leyendo. Si no

lo agregaste, seguro te agarró sentimiento de

culpa por haberte olvidado. Y capaz te dan

ganas de cerrar la revista también. Pero te

propongo algo mucho más interesante: seguí

leyendo, rezá y pensá.

Es un hecho que vivimos en un mundo

cada vez más ajetreado, más movido. Si bien

las cosas son cada vez más rápidas de hacer,

parece que, cada día, hay menos tiempo,

¿no? Pero los días siguen teniendo 24 horas.

Entonces, ¿qué tanto nos costaría

dedicarle unos minutos de toooodas esas

horas a Dios? Dios nos regala todo el día.

Seguro que podemos ofrecerle un poco más…

Cuentan que un director de colegio, muy

ocupado en la dirección de la institución y en

la atención a sus alumnos y familiares, tenía

miedo de olvidarse de Dios abrumado por sus

obligaciones. Entonces, hizo grabar una placa

que decía “Señor, en el día de hoy estaré muy ocupado, tal vez me olvide de ti; pero Tú no te olvides de mí”. Qué lindo, ¿no?

Probablemente nos pase que, en el

medio de nuestras ocupaciones, nuestro

trabajo, nuestras idas y venidas, nos

olvidemos de Dios. Pero bueno, el primer

paso es que nos dimos cuenta.

Te propongo, para pensar, un cuento de A. Beauregard que se llama “El hachero esforzado”:

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7BIENAVENTURADOS •

A veces, de tanto hachar, de

focalizarnos tanto en nuestra rutina, nos

olvidamos de lo que verdaderamente es

importante, de lo más básico, del principio, de

afilar el hacha, de rezar.

Frenemos un segundo de nuestras

agitadas vidas, un segundo, un segundo. Y

recemos. ¿Qué es rezar? Hablar con Dios.

¿Estás listo para meterlo en tu día? ¿En serio

tenés ganas? ¡Ya arrancaste hace rato!

E.G White, en “El Camino a Cristo” dice que “Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios, como un amigo”. Acordate de que

son sólo vos y Dios. Nadie más. Así que decile

lo que quieras. Él tiene para ofrecerte todo el

tiempo del mundo y, además,… sabe escuchar

MUY bien.

“Por eso les digo: cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán. Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas”. Marcos 11,24-26.

Pensá un poquito en todas las cosas

que tenés: cosas materiales, familia, amigos,

virtudes, defectos, alegrías, recuerdos,

tristezas, salud, experiencias, la VIDA…

Agradecé las cosas buenas. Gracias

Dios, por todo esto que me das. Ofrecele las

cosas malas y pedile que te ayude, que te

dé la fuerza para superar malos momentos,

o mejorar ciertas cosas; que te guíe para

ser mejor cada día, para aprender de tus

errores, para no perder la humildad y saber

reconocerse pequeño.

Ahora, pensá un poquito en tus

pecados. Suena medio fuerte, ¿no? Pensá

en las faltas de amor, en las cosas que te

alejan de su camino. ¿Listo? Pedí perdón.

Pero perdón con el corazón y con ganas.

Pedí perdón realmente arrepentido, y con la

humildad que implica reconocer un error. Y

también, humilde, podés pedirle que te ayude

a volver a la vía que te lleva hacia Él.

Para terminar, ofrecele tu día… tus

pensamientos, tus acciones… todo. Todo lo

bueno y todo lo malo. ¿Qué responsabilidad,

no? Epa, ahora pensá que, de ahora en

adelante, todo lo que hagas, se lo ofreciste a Él.

Listo. Ya está. ¿Tan rápido? Ahora, te propongo un desafío. Agregá estos minutitos de charla con Él para que la próxima vez que te pregunte por tu rutina, en algún lado, lo tengas a Dios.

Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo, mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.El primer día, se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un sólo día, cortó dieciocho árboles.- Te felicito –dijo el capataz– seguí así...Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince árboles.- Me debo de haber cansado –pensó, y decidió acostarse con la puesta del sol.Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente, fueron siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer.El capataz le preguntó:- ¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?- ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.

“El hachero esforzado”

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8 • BIENAVENTURADOS

EN COMUNIDAD II

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9BIENAVENTURADOS •

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10 • BIENAVENTURADOS

Viernes 19 de octubre a las 20.30hs en la

Catedral

EN COMUNIDAD II

omo muchos de los chicos, empecé

mi camino con la Confirmación, allá

por el año 2000. Creo que, si bien

de chico participaba de la comuni-

dad de Stella Maris, esa etapa de Confirmación

fue cuando experimenté explícitamente lo que es

la Iglesia y unas ciertas ganas de estar con Je-

sús, de permanecer con Él. Esto fue madurando

y llegó, de alguna manera, a un punto culmen en

la misión. Junto con el padre Maxi y un grupo de

misioneros, fuimos a Arroyo del Medio, Misiones,

y creo que, a partir de ese momento, hubo un

antes y un después en mi vida.

La vida comunitaria, la oración, el encuentro

con los más pobres, oprimidos, la familiaridad

de la gente, la fe vivida como parte de la vida

me hicieron sentir algo que nunca antes había

sentido. Un poco de toda esa mezcla (y de

tener la cabeza a mil) surgió la pregunta: ¿por qué no hacer esto, que duró quince días y que tan feliz me hace, toda la vida? Sin saber bien por

qué camino, empecé una búsqueda que cada

vez se hizo más intensa. En el medio de este

proceso, arrancamos con el grupo San Cayetano

(junto con Santi Antón, Felipe Viramonte, Franky

Mentruyt, Cuchu Briozzo, mi hermano Sofo

y otros más). En la necesidad de poner en

práctica la Palabra y no conformarnos solamente

con oírla, comenzamos a llevar comida a los

cartoneros (año 2003) en Márquez y Centenario.

Yo estudiaba Historia en la UBA y me

encantaba; lo sentía como mi lugar, un espacio

de libertad, aprendizaje y de lindo intercambio.

También me gustaba la vida de familia, en

la que siempre me había imaginado: mujer,

hijos… pesaba mucho. Era mi ideal, lo que

quería. Pero cada vez se iba haciendo más

fuerte en mí el llamado, las ganas de estar

con Jesús, la necesidad. Lo meditaba mucho

mientras caminaba como cadete por las calles

de Microcentro, en el colectivo o en el subte,

y cada vez era más fuerte. Finalmente, hablé

con Maxi y fue él quien me acompañó en el

discernimiento para entrar al seminario.

El seminario fue un lugar muy lindo para

mí: conocer más a Jesús, hacer amigos, vivir la

fe de distintas comunidades. Si cuando entré

al seminario fue con ganas de conocer más

a Jesús, creo que así se dio. El estudio me

apasionó mucho (sobre todo la Biblia), descubrir

a Jesús más en profundidad (¡y, con eso,

también descubrirme más a mí mismo!), tener

más en claro su misión, aprender de los tesoros

que hay en la Palabra y cuánto tienen que ver

con mi vida.

OrdenaciónLucas Schcolnik

Antes que nada, me presento. Me llamo Lucas Schcolnik, tengo 27 años y soy diácono. Como este mes, el 19, voy a ser ordenado sacerdote, me pidieron que escriba en Bienaventurados contando un poco, ya que “La Cate” fue mi parroquia de joven, lugar de muchos amigos, y en donde nació mi vocación.

C

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11BIENAVENTURADOS •Una de las cosas más ricas del seminario

fueron las comunidades por donde fui pasando:

Virgen de las Gracias (Villa Martelli), Ntra. Sra.

de La Cava (Beccar), Ntra. Sra. de Aránzazu

(S. Fernando), en especial el hospital; Santa

Teresita (Virreyes) y, ahora, Santa Teresita

(Martínez). De los curas y de la gente, aprendí

un montón. Desde ellos fui cambiando la

imagen de cura que quería ser: de lo que yo

creía, a lo que ellos necesitan. Y eso está

bueno, porque voy a ser sacerdote no para mí,

sino para la Iglesia, para la gente.

También rescato los amigos que fui

haciendo en el seminario: algunos ya curas,

otros seminaristas, otros casados. Es muy

lindo ir recorriendo el camino de Jesús y de su

seguimiento con otros que nos van animando,

acompañando, confrontando, corrigiendo,

perdonando, con quienes debatimos, nos

formamos ideas… Todo eso se va dando en

el seminario, y es lindísimo. Yo les agradezco

mucho a ellos y a los curas formadores.

Elegí como lema para mi ordenación sacerdotal

“Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos” (2 Tim 2,8). El año pasado, en

Virreyes, me tocó hacer muchos responsos.

Las cocherías, el cementerio, el crematorio lo

demandaban. Creo que la celebración de estos

momentos me hizo crecer mucho en mi fe en

la resurrección. En primer lugar, la resurrección

corporal, física, la vida eterna. Pero también, y

sobre todo, en la resurrección de las muertes

más cotidianas; de situaciones que parecen

muertas y sin salida, de relaciones que

parecen muertas; de nuestro corazón mismo,

que a veces parece estarlo. Y todo eso,

desde que Jesús resucitó, creemos que no

es el fin, que Dios puede hacer algo. Hay

situaciones límite, que sin la resurrección,

no tendrían sentido. Incluso no tendría

sentido entregar mi vida para que todo

(mi vida y la de los demás) simplemente

termine en la muerte. Siento que me hace vivir

con esperanza. Y que a veces me olvido de

ello y por eso necesito que me lo recuerden:

“Acuérdate…” que Jesús resucitó, pero de

entre los muertos.

Quisiera terminar invitándolos a mi

ordenación, que va a ser el viernes 19 de

octubre a las 20.30hs en la Catedral, y pedirles

que recen por mí, para que pueda, como

Jesús, ser un Buen Pastor para la comunidad

en la que esté.

Page 12: Bienaventurados - Octubre 2012

12 • BIENAVENTURADOS

COLUMNA JOCHAJocha Castro Videla [email protected]

“Cada profesión ha de ser concebida no sólo como un medio de ganarse la vida, de mejorar su situación económica, de labrar un porvenir a sus hijos, sino también como el ejercicio de una misión social y una colaboración al bien común de la sociedad.” Alberto Hurtado

La vida es darse, creía; y se dio

Page 13: Bienaventurados - Octubre 2012

13BIENAVENTURADOS •

Suena el despertador a las 8am del

sábado (personalmente, madrugar los sá-

bados me cuesta mucho). “5 más”, que se

convierten en 10. Salgo de la cama, bajo a la

cocina, lleno la pava y prendo la hornalla. Me

lavo la cara y los dientes. Armo el mate, busco

algo para desayunar y me dirijo a la mesa del

comedor. Ellas siguen ahí, las fotocopias cuya

altura es más que interesante. Sí señoras y

señores: época de parciales y finales.

Seguramente a todos nos guste saber,

pero los que disfrutan de estudiar deben de

ser los menos. Yo no soy muy amigo del estu-

dio, me cuesta sentarme y dedicarle el tiempo

que debería. Siempre estoy corriendo detrás

del reloj, voy a clases donde no sé de qué

están hablando por no leer los textos con anti-

cipación. Sí, lo sé, no lo aprovecho al máximo.

Pero la vida de los jóvenes que estudiamos y

trabajamos es así, o muy parecida. Y, además

de las horas de trabajo y de cursada, le suma-

mos las horas de viaje en transporte público,

las juntadas con amigos y amigas, novio,

novia, familia, el tiempo de deporte, de lectura

recreativa, de ocio… Estudiamos y trabajamos

pero somos humanos. Sí, señor adulto, sé que

usted ya pasó por esto y no es tan grave. No,

no es grave; la mayoría de nosotros elige esta

vida y, dentro de la vorágine, la disfrutamos.

Pero son en estos momentos, los de

exámenes, cuando todas las preguntas eligen

hacer más ruido. ¿Por qué estudio? ¿Para

qué? ¿Para quién? ¿Por qué esta carrera y no

otra? ¿Por qué en esta universidad? ¿Cuántas

materias y finales me quedan? (Probablemen-

te, mientras estas preguntas nos invaden el

bocho, suena de fondo la música de “Into the

Wild” o de “Diarios de Motocicleta”). ¿Y si largo todo? Ya fue, me calzo la mochila al hombro y me voy a conocer las venas abiertas de América Latina. Soy joven, siempre voy a tener tiempo para estudiar, pero no para viajar. Voy haciendo changas

y me pago el viaje. Esta y muchas justificacio-

nes más esbozamos; a veces me sorprendo

de mí mismo. Pero es ahí donde me invito, y

los invito, a volver a las fuentes.

¿Por qué y para quién estudiamos? ¿Para

nuestros viejos? ¡Por favor! ¡Espero que no!

¿Por qué se nos impone? Mmm… sí, algo de

eso debe de haber; pero no como imposición,

sino como condicionamiento. Condicionamiento

positivo, si logramos apropiarnos de eso. Quiero

decir, tenemos el privilegio de poder estudiar,

de tener una familia y una comunidad que nos

alienta a estudiar y a capacitarnos. ¿Pero qué

quiero lograr estudiando? Ser un profesional,

tener un título, encontrar un trabajo que disfrute

y que me dé para vivir (solo, casado, casado

con hijos, como cada uno elija…).

La vida es darse, creía; y se dio. Fuerte,

¿no? A muchas personas podríamos atribuir-

les esta frase o, mejor dicho, esta forma de

entender la vida. Desde Jesús hasta muchas

personas en la actualidad. Yo, joven estudiante

y trabajador, quiero vivir mi vida desde este

paradigma. Y esto involucra particularmente

mi estudio y mi capacitación, porque yo no

deseo ser un profesional para mí, saber mucho

para mí, tener un titulo para mí, tener un buen

trabajo para mí. Ojo, no me digan hipócrita, hay

mucho de eso en mí, sí; pero mi deseo busca

otra cosa, o algo más, un pasito más.

Hay una frase de Alberto Hurtado,

un jesuita chileno santo que dice “Cada

profesión ha de ser concebida no sólo como

un medio de ganarse la vida, de mejorar su

situación económica, de labrar un porvenir a

sus hijos, sino también como el ejercicio de

una misión social y una colaboración al bien

común de la sociedad.”

Los invito a todos, estudiantes y

profesionales, a que nos planteemos cuál es

el sentido social de nuestra profesión, para

quién la ejercemos. Recordemos que hemos

recibido gratuitamente (nacer donde

nacimos, recibir el amor que

recibimos, etc.) y Jesús nos

invita a dar también gratui-

tamente. Para que nadie

se quede

al costado

del camino.

Recordemos que hemos recibido gratuitamente nacer

donde nacimos, recibir el amor que recibimos, etc. y Jesús nos invita a dar

también gratuitamente. Para que nadie se quede al costado

del camino.

Escena de la película "Into the Wild"

Escena de la película "Diarios de Motocicleta"

Page 14: Bienaventurados - Octubre 2012

14 • BIENAVENTURADOS

Hace varios años, tuve la suerte

de viajar hasta Tierra del Fuego ida y

vuelta con un amigo de mis padres que

está en silla de ruedas. Más allá de José,

que forma parte de mi familia hace años,

nunca había compartido demasiado de

cerca las limitaciones que tiene una per-

sona con discapacidad. Y no es que sea

tonta. Muchas veces he pensado EN EL

OTRO en este sentido. Pero nunca me

había tocado pensar COMO EL OTRO.

La empatía en su máxima expresión.

Cuando pude ver que los camini-

tos bien armados del Parque Nacional

permitían con facilidad el acceso de la

silla, me di cuenta de a cuántos lugares

NO se puede acceder si uno está restrin-

gido de alguna forma. Cuando empuja-

mos de a turnos con mis hermanos la

silla por un bosque lleno de raíces que

impedían la normal circulación, fue el

hermano de José quien, agradecido,

nos decía “A esta parte, sin ustedes, no

hubiéramos llegado”.

Situaciones más cotidianas se nos

cruzan todos los días. Quizás, a todos

nos tocó la discapacidad de cerca pero

no siempre la incorporamos a nuestra

vida diaria. Así como en el Instituto

Román Rosell tienen una experiencia

para videntes sobre lo que es no ver, es

bueno, cada tanto, pararse en el lugar

del que tiene una dificultad para cami-

nar, o para moverse, hablar, escuchar,

entender… Tantas limitaciones, y tantas

puertas que se abren. Y, desde nuestra

profesión o actividad principal, pensar

¿qué puedo aportar yo para despejar

un poco los caminos?

Yo encuentro que, junto a personas

de este tipo, crezco un poco. Valoro un

poco más lo que tengo, extraño menos

lo que no tengo. Me recuerdo a cada

minuto que puedo vivir mis carencias y

dolores, pero no vivir carente y doliente;

aprender a vivir con lo que me tocó.

Por otro lado, al pensar COMO el

otro, podemos, desde nuestro lugar en

la sociedad, reconocer la importancia

de la integración. De las barranquitas

pintadas de amarillo, de los lugares

reservados… y respetarlos. O, ¿por qué

no, también, proponer nuevas ideas?

Los últimos años me acercaron

más a las personas con otras capaci-

dades. Una amiga con quien comparto

viajes, mates y la profesión es parte de

quienes me van mostrando ese caminito

integrado. O mejor dicho, inclusivo. Y,

entonces, ya no sólo se piensan las

cosas como el otro, sino que la mirada

gira 180 grados.

Todos estamos un poco rotos,

un poco emparchados, algo oxidados

quizá. Todos tenemos limitaciones.

Algunas no se ven, pero se sufren. Otras

se ven y tienen solución. Entonces

parados, sentados, con muletas, con los

ojos propios o del corazón, podemos

reconocer nuestros parches y lesiones,

aprender, comprender, y colaborar para

facilitarle a la vida a todos.

COLUMNA NICHINichi Gorchs [email protected]

Pensar como el otroCuando la vida nos propone pararnos en los zapatos del otro, la mirada cambia y se hace más plena.

Page 15: Bienaventurados - Octubre 2012

15BIENAVENTURADOS •

CAPILLAS

Párroco: Pedro Oeyen

Vicarios Parroquiales:P. Francisco GamboaP. Mariano CaraccioloP. Hugo Álvarez

Diáconos Permanentes:Wenceslao Gómez CarideJosé Hamed

Secretaría Parroquial:8:30 a 12hs y de 16 a 20hsAdrián Beccar Varela 530Tel. 4743 0291/ 4990

Caritas:Atiende en Anchorena 469

Confesiones:Diarias: Media hora antes de la misa de 19hsDominicales: Media hora antes de cada misa

Horarios de misa:Lunes a Viernes: 8, 10 y 19hsSábados y Feriados: 10 y 19hsDom.: 10, 12:30, 19 y 20:30hs

Ntra. Señora de la Ribera

Santa María de la Cabeza

Stella Maris

El Cano 172, AcassusoTel. 4742 7198

33 Orientales 1301, Beccar

España 1016, Beccar

Horarios de Misa:Sábado 19hsDomingo 19:30hsHorarios de Secretaría:Jueves 15 a17hsSábados 17 a 19hs

Horario de Misa:Domingo 11hs

Horarios de Misa:Sábado 19:00hs de niñosDomingo 11:30hs

AVISOS

Te invitamos al Encuentro parroquialCon el Obispo

Peña a beneficio del grupo misionero “Jeremías”

Monseñor Ojea dará inicio al "AÑO DE LA FE".

Lucas Schcolnik, será ordenado sacerdote

Presentación del libro: “la capilla y capellanía de San Isidro tienen historia. 1706-1906”

Junto a él, compartiremos la reflexión sobre

“¿Qué Iglesia queremos?”

Monseñor Oscar Ojea nos acompañará el lunes 29 de octubre de 20 a 22hs.¡Te esperamos!

13 de octubre 20.30hs(Misión verano 2012/2013 en Tostado,

Provincia de Santa Fe)

¡Los esperamos a todos para compartir una

noche llena de baile y música!

Entrada: $20 – Dirección: Capilla Stella

Maris, España 1016, Bajo de San Isidro.

El viernes 19 de octubre a las 20.30hs., en la Catedral, el diácono Lucas

Schcolnik, miembro de nuestra

comunidad, será ordenado

sacerdote mediante la imposición

de manos de nuestro obispo. Con

inmensa alegría, participemos de

esta fiesta de la Iglesia diocesana,

comprometiéndonos a rezar por el

nuevo sacerdote.

El 10 de octubre a las 19hs. será presentado el

libro del P. Pedro Oeyen. Relata,

con abundante fundamentación,

la evolución de estas instituciones

que dieron origen a nuestro pueblo,

hoy ciudad. La presentación será

en la Quinta “Los Ombúes” o Museo Histórico “Horacio Beccar Varela”. Están

todos invitados.

En unión con la celebración que el Papa

hará en Roma, el domingo 14 de octubre en la misa de 19hs en la Catedral, Monseñor Ojea

dará inicio al "AÑO DE LA FE". Estamos

todos invitados.

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