Bienaventurados - Octubre 2012
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Año 9 | 85 | Octubre 2012Distribución gratuita
Catedral de San Isidro - Sta. María de la Cabeza - La Ribera - Stella Mariswww.catedraldesanisidro.org
Nuestra fe es comunitaria
El compromisocomo oportunidad
La vida es darse, creía; y se dio
Ordenación Lucas Schcolnik
Nuestra fe es comunitaria
Rezar con los personajes bíblicos
¿Dios vs. Rutina?
¿Qué Iglesia queremos?
La vida es darse, creía; y se dio
Pensar como el otro
El compromisocomo oportunidad
STAFF
Contacto anunciantes o lectores:Florencia: 15 3010 [email protected]
Distribución gratuitaTirada: 5,000 ejemplares mensuales
Correo de Lectores:No duden en hacernos llegar: comentarios, textos, sugerencias y opiniones.
03 • Carta del Párroco
CoordinadoraFlorencia Tapia Gómez
CorrectoraSofí Costa
ColumnistaJocha Castro Videla
DiseñadoraMagui Alonso
ColumnistaNichi Gorchs
04 • Carta Mariano
05 • Jóvenes I
12 • Columna Jocha
14 • Columna Nichi
15 • Avisos | info Catedral06 • Jóvenes II
08 • En Comunidad I
INDICE
Ordenación Lucas Schcolnik10 • En Comunidad II
3BIENAVENTURADOS •
CARTA DEL PÁRROCO
Queridos amigos: Cuando hablamos de la fe, nos estamos
refiriendo al regalo que Dios nos hace, por el cual
confiamos en Él. Esto siempre es personal y cada uno
sólo debe darle cuenta a Él acerca de cómo vive su fe y
de las razones que tiene para creer. Pero la fe cristiana
tiene, además, un aspecto comunitario que la diferencia
de las demás religiones.
En ellas hay celebraciones y encuentros
colectivos, pero no se busca la integración de los fieles
en grupos estables.
Esto también ocurría en
tiempos de Jesús, ya que todos
los maestros tenían discípulos.
Pero, al desaparecer quien los
guiaba, la mayor parte de estos
grupos se disolvían, salvo los
más destacados. En este caso se
formaban escuelas para transmitir
su pensamiento.
Sin embargo, Él no siguió ninguno de esos
modelos, sino que creó uno nuevo. Con ellos formó una
pequeña comunidad en la que compartían todo y en la
que cada uno tenía su función. Simón Pedro era el que
hablaba en nombre de todos, Judas administraba la bolsa
común, Felipe y Andrés mediaban cuando alguien quería
hablar con Jesús; Santiago y Juan querían ocupar los
puestos más importantes, etc.
Él los fue formando, no sólo en el conocimiento
de la verdad, sino también en la docilidad a la acción
del Espíritu, la humildad, el servicio, el amor mutuo, la
corrección fraterna…
En la Última Cena, pidió al Padre que los mantuviera
unidos para que el mundo creyera (Jn 17,11-23). En
Pentecostés, derramó sobre ellos los dones del Espíritu
Santo, uniéndolos entre sí para que naciera la Iglesia.
Cuando fueron por el mundo transmitiendo el
Evangelio, formaron comunidades repitiendo el modelo
que Jesús había utilizado. Los Hechos de los Apóstoles
nos muestran cómo vivían compartiendo todo: la fe, la
vida y los bienes (Hch 2,42-47 y 4,32-36). La unidad de
los hermanos entre sí y con Cristo era tan profunda que,
para explicarla, San Pablo utiliza la imagen del cuerpo y
los miembros (Rom 12,3-7 y 1Cor 12,12-30).
Los modelos de comunidad se fueron adecuando
a lo largo de los siglos a los distintos ambientes y
situaciones. Actualmente, frente a un mundo cada vez
más alejado del Evangelio
y frente a celebraciones
masivas e impersonales, hay
un nuevo llamado a construir
comunidades a escala humana.
Así surgen diferentes
intentos a nivel de capillas,
movimientos, grupos varios que
se reúnen a rezar, reflexionar o
trabajar en común movidos por una misma espiritualidad,
tareas apostólicas o servicios compartidos. Entonces,
el encuentro con los otros se convierte en fuente que
alimenta la fe de todos y cada uno.
La clave está en dar y recibir para hacer visible la
unión en Cristo. Sin duda, para lograrlo hay que vencer
individualismos, egoísmos y todos los defectos que nos
traban en la relación con los demás.
Pero es condición indispensable para ser fieles a
Jesús y para que el mundo crea. Además, se torna en
necesidad urgente si asumimos la misión de encontrar
nuevos caminos para evangelizar siendo testigos del
amor de Dios.
De nosotros depende responder a este desafío y
actualizar los modelos de una Iglesia comunitaria. ¡Que el
Señor nos ayude a hacerlo realidad!
Pedro Oeyen
Nuestra fe es comunitaria
La clave está en dar y recibir para hacer visible la unión en Cristo
4 • BIENAVENTURADOS
Padre Cholo padrecholo.blogspot.com
COLUMNA PADRE MARIANO
Una de las cosas que más nos
preguntan a nosotros los sacerdotes es
cómo crecer en la oración. Aprovecho
entonces la oportunidad para contarles una
experiencia de oración que hicimos hace
un tiempo en un encuentro de jóvenes.
Les propusimos a los chicos y chicas que
aprendiesen a rezar con los personajes
bíblicos. Para eso, los invitamos a escribir
en primera persona la experiencia que un
personaje había tenido en su encuentro con
Jesús. Que se pusieran ellos en su lugar
y narraran lo que iban sintiendo. Acá les
transcribo uno de esos relatos:
Mi nombre es Zaqueo. Y la verdad
que no era una persona muy popular.
Siendo judío, cobraba impuestos para el
Imperio Romano. Mis compatriotas no me
veían con buenos ojos ya que, además
de cobrar los impuestos, me enriquecía
personalmente a costa de ellos.
Estaba acostumbrado a los insultos
de los demás. Sabía que era considerado
un pecador. La gente no me ocultaba
su desprecio. No me resultaba extraño
sentirme solo. Y esto llenaba de rencor
toda mi vida.
Sin embargo, había algo que
cada tanto aparecía en mi corazón. Una
especie de molestia, de incomodidad.
Como una espina clavada que de vez en
cuando me incomodaba. Trataba de no
prestarle atención pero a veces se hacía
muy difícil.
Cierto día, cuando me enteré de
que Jesús iba a pasar cerca de mi casa,
esa sensación se hizo más fuerte. Me
dije a mí mismo que sólo era curiosidad
y salí para ver si podía verlo. Había
mucha gente. Realmente era un hombre
popular. ¿Sería verdad todo lo que
decían de Él? Afirmaban que era capaz
de dar la vista a los ciegos y resucitar
a los muertos. Todos hablaban de su
bondad y de sus enseñanzas.
Tuve que subir a un árbol para
poder ver a Jesús. Algo en mi interior
me decía que era primordial que me
acercara para verlo. No me importó
el ridículo. Ya estaba acostumbrado a
desinteresarme de lo que los demás
opinaban de mí. Me adelanté y me subí a
un árbol para poder observarlo en mayor
detalle. Y, en ese momento, sucedió lo
impensable. Jesús me habló. Me llamó
por mi nombre... por mi nombre, ¿cuánto
hacía que alguien no me llamaba así? Y
me pidió alojarse en mi casa. En la casa
de un pecador.
Esa tarde hablamos largamente.
Y así fui sintiendo cómo este encuentro
me cambiaba la vida. Era verdad lo que
decían de Él. Era capaz de llenar el
vacío que uno tiene en
el corazón. Era capaz
de hacerme cambiar.
Creo que esta es una
linda manera de acercarnos
a la oración. En primer lugar,
rezamos con la palabra de Dios.
En segundo lugar, aprendemos
a ponernos en el lugar del otro. Y,
luego, podemos
aplicarlo a
nuestra vida
replicando
las preguntas.
Rezar con los personajes bíblicos
Les dejo algunas preguntas que uno puede hacerse a partir de este relato:
¿Tuve algún encuentro con Jesús que me cambió la vida?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿qué sucedió?
¿Qué me invita a cambiar?
¿Qué vacíos míos llena?
5BIENAVENTURADOS •
JÓVENES I
Suena simple. Pero, ¿qué es eso
de darnos las manos? Mejor, dame tu
PIN y después vemos; ahora estoy muy
ocupado. Que lo haga otro, yo no sirvo
para esas cosas. Me da fiaca, vivo lejos.
La tele me dice que no me meta en la
Iglesia, que no me comprometa, que no
me involucre, que no me esfuerce, que
todo lo puedo tener mandando un
mensaje de texto al 2020.
¿Te imaginás que hubiera pasado
si a Jesús sus amigos le contestaban
eso? Yo sí, y te puedo asegurar que la
historia sería completamente distinta.
Hoy, como amigos de Jesús, vivimos
en un mundo en el cual cada vez
estamos más conectados virtualmente
pero menos en contacto el uno con el
otro. Frente a esa realidad, nosotros
los jóvenes tenemos una oportunidad
impresionante de cambiarla.
¿Por qué nosotros? Porque
somos inquietos, porque estamos
todo el tiempo buscando respuestas a
nuestros problemas; porque empiezan
a florecer en nosotros preguntas que
de más chicos no nos cuestionábamos,
porque empezamos a tomar las
decisiones que van a marcar el rumbo
de nuestra vida. Pero, por sobre todas
las cosas, porque el futuro es nuestro.
Paremos un minuto acá. Futuro
es una palabra que puede asustar
a muchos, pero si nos ponemos a
pensar un poco, la semana que viene,
el mes que viene, el año que viene ya
son el futuro. Los cambios empiezan
de a poco, y de un día para el otro.
Parecido a lo que alguna vez dijera Bill
Gates: “Si estás pensando en cambiar el mundo, empezá primero por ordenar tu cuarto”.
Entonces, nosotros tenemos
la oportunidad de decirle al mundo
“acá estamos”. ¿Y cómo podemos
hacer para cambiar las cosas? De
a poco, despacio y con paciencia.
Podemos comprometernos con nuestra
comunidad en el servicio al hermano.
Conociendo y defendiendo nuestra fe,
siendo conscientes de que la Iglesia la
hacemos entre todos, podemos lograr
grandes cambios. Debemos contagiar la
alegría sincera de saber que hay un Dios
que está vivo y nos quiere. Invitando a
los demás a participar de este camino
tan lindo y que nos hace tan felices,
vamos a ser cada vez más y va a ser
mucho más fácil lograr el cambio. Llevar
a nuestros grupos de amigos, al colegio,
a la facultad, al trabajo, a nuestras
familias el fuego del Espíritu Santo
que muchos de nosotros recibimos en
la Confirmación es la mejor forma de
expandir el mensaje de amor de Jesús.
En fin, les propongo que nos
demos las manos, que apretemos fuerte
todos juntos y construyamos así un
alambrado cada vez más fuerte y más
grande al servicio de Dios.
El compromiso como oportunidad Tiene 22 años y estudia Ingeniería Civil en la UBA
Juan Cruz “Yogui” Dall’Asta
“Los alambres se chocan la mano entre los agujeros. Para no romper el corro, aprietan con fuerza la muñeca del vecino y es así como, precisamente con agujeros, hacen una barrera.Señor, son incontables los agujeros de mi vida, tampoco faltan en las de mis vecinos. Pero, si Tú quieres, nos daremos la mano, nos ataremos fuerte y juntos formaremos una tela metálica que te sirva algún día para adornar Tu paraíso.”“La Tela Metálica” – Michel Quoist.
6 • BIENAVENTURADOS
JÓVENES II
Tiene 22 años,
Estudia Letras y es
Coordinadora
General de Caminar
Feli Roldán
¿Dios vs. Rutina?Levantarse, tomar el desayuno, ir a trabajar,
ir al colegio, ir a la facultad, prender la computadora, ver tele, mandar un mail, hacer
un ejercicio de matemática, leer un libro, leer el
diario, llamar a mamá, mandar un mensaje de
texto, dormir la siesta, hacer un trámite, buscar a
los chicos, almorzar, cocinar, mandar un bbm, leer
una revista, tomar el té, ver una película, andar
en auto, pagar con SUBE, ver una serie, comer
una tostada, llamar a una amiga, ir al banco,
jugar al fútbol, comer un asado, ir a una fiesta,
ir al médico, entrenar, hacer un trabajo práctico,
hablar por teléfono, caminar por la calle...
Te voy a pedir que busques una birome/lápiz/marcador, lo que tengas a mano, y que subrayes/taches/circules aquellas cosas que están en tu rutina de todos los días. ¿Listo? Bueno, ahora te voy a pedir otra cosa: que pienses (tranqui, no hay que pensar mucho) algún otro elemento de tu rutina y que lo anotes acá.
Ahora, releé. Y te pregunto, dentro de tu
rutina, ¿cuánto tiempo le dedicás a Dios? En
la lista que yo puse no estaba. ¿Lo agregaste?
Si lo agregaste, buenísimo. Cerrá la
revista y listo. Mentira, seguí leyendo. Si no
lo agregaste, seguro te agarró sentimiento de
culpa por haberte olvidado. Y capaz te dan
ganas de cerrar la revista también. Pero te
propongo algo mucho más interesante: seguí
leyendo, rezá y pensá.
Es un hecho que vivimos en un mundo
cada vez más ajetreado, más movido. Si bien
las cosas son cada vez más rápidas de hacer,
parece que, cada día, hay menos tiempo,
¿no? Pero los días siguen teniendo 24 horas.
Entonces, ¿qué tanto nos costaría
dedicarle unos minutos de toooodas esas
horas a Dios? Dios nos regala todo el día.
Seguro que podemos ofrecerle un poco más…
Cuentan que un director de colegio, muy
ocupado en la dirección de la institución y en
la atención a sus alumnos y familiares, tenía
miedo de olvidarse de Dios abrumado por sus
obligaciones. Entonces, hizo grabar una placa
que decía “Señor, en el día de hoy estaré muy ocupado, tal vez me olvide de ti; pero Tú no te olvides de mí”. Qué lindo, ¿no?
Probablemente nos pase que, en el
medio de nuestras ocupaciones, nuestro
trabajo, nuestras idas y venidas, nos
olvidemos de Dios. Pero bueno, el primer
paso es que nos dimos cuenta.
Te propongo, para pensar, un cuento de A. Beauregard que se llama “El hachero esforzado”:
7BIENAVENTURADOS •
A veces, de tanto hachar, de
focalizarnos tanto en nuestra rutina, nos
olvidamos de lo que verdaderamente es
importante, de lo más básico, del principio, de
afilar el hacha, de rezar.
Frenemos un segundo de nuestras
agitadas vidas, un segundo, un segundo. Y
recemos. ¿Qué es rezar? Hablar con Dios.
¿Estás listo para meterlo en tu día? ¿En serio
tenés ganas? ¡Ya arrancaste hace rato!
E.G White, en “El Camino a Cristo” dice que “Orar es el acto de abrir nuestro corazón a Dios, como un amigo”. Acordate de que
son sólo vos y Dios. Nadie más. Así que decile
lo que quieras. Él tiene para ofrecerte todo el
tiempo del mundo y, además,… sabe escuchar
MUY bien.
“Por eso les digo: cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán. Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas”. Marcos 11,24-26.
Pensá un poquito en todas las cosas
que tenés: cosas materiales, familia, amigos,
virtudes, defectos, alegrías, recuerdos,
tristezas, salud, experiencias, la VIDA…
Agradecé las cosas buenas. Gracias
Dios, por todo esto que me das. Ofrecele las
cosas malas y pedile que te ayude, que te
dé la fuerza para superar malos momentos,
o mejorar ciertas cosas; que te guíe para
ser mejor cada día, para aprender de tus
errores, para no perder la humildad y saber
reconocerse pequeño.
Ahora, pensá un poquito en tus
pecados. Suena medio fuerte, ¿no? Pensá
en las faltas de amor, en las cosas que te
alejan de su camino. ¿Listo? Pedí perdón.
Pero perdón con el corazón y con ganas.
Pedí perdón realmente arrepentido, y con la
humildad que implica reconocer un error. Y
también, humilde, podés pedirle que te ayude
a volver a la vía que te lleva hacia Él.
Para terminar, ofrecele tu día… tus
pensamientos, tus acciones… todo. Todo lo
bueno y todo lo malo. ¿Qué responsabilidad,
no? Epa, ahora pensá que, de ahora en
adelante, todo lo que hagas, se lo ofreciste a Él.
Listo. Ya está. ¿Tan rápido? Ahora, te propongo un desafío. Agregá estos minutitos de charla con Él para que la próxima vez que te pregunte por tu rutina, en algún lado, lo tengas a Dios.
Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo, mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer buen papel.El primer día, se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre, entusiasmado, salió al bosque a talar. En un sólo día, cortó dieciocho árboles.- Te felicito –dijo el capataz– seguí así...Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así que esa noche se acostó bien temprano. A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que quince árboles.- Me debo de haber cansado –pensó, y decidió acostarse con la puesta del sol.Al amanecer, se levantó decidido a batir su marca de dieciocho árboles. Sin embargo, ese día no llegó ni a la mitad. Al día siguiente, fueron siete, luego cinco y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer.El capataz le preguntó:- ¿Cuándo afilaste tu hacha por última vez?- ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles.
“El hachero esforzado”
8 • BIENAVENTURADOS
EN COMUNIDAD II
9BIENAVENTURADOS •
10 • BIENAVENTURADOS
Viernes 19 de octubre a las 20.30hs en la
Catedral
EN COMUNIDAD II
omo muchos de los chicos, empecé
mi camino con la Confirmación, allá
por el año 2000. Creo que, si bien
de chico participaba de la comuni-
dad de Stella Maris, esa etapa de Confirmación
fue cuando experimenté explícitamente lo que es
la Iglesia y unas ciertas ganas de estar con Je-
sús, de permanecer con Él. Esto fue madurando
y llegó, de alguna manera, a un punto culmen en
la misión. Junto con el padre Maxi y un grupo de
misioneros, fuimos a Arroyo del Medio, Misiones,
y creo que, a partir de ese momento, hubo un
antes y un después en mi vida.
La vida comunitaria, la oración, el encuentro
con los más pobres, oprimidos, la familiaridad
de la gente, la fe vivida como parte de la vida
me hicieron sentir algo que nunca antes había
sentido. Un poco de toda esa mezcla (y de
tener la cabeza a mil) surgió la pregunta: ¿por qué no hacer esto, que duró quince días y que tan feliz me hace, toda la vida? Sin saber bien por
qué camino, empecé una búsqueda que cada
vez se hizo más intensa. En el medio de este
proceso, arrancamos con el grupo San Cayetano
(junto con Santi Antón, Felipe Viramonte, Franky
Mentruyt, Cuchu Briozzo, mi hermano Sofo
y otros más). En la necesidad de poner en
práctica la Palabra y no conformarnos solamente
con oírla, comenzamos a llevar comida a los
cartoneros (año 2003) en Márquez y Centenario.
Yo estudiaba Historia en la UBA y me
encantaba; lo sentía como mi lugar, un espacio
de libertad, aprendizaje y de lindo intercambio.
También me gustaba la vida de familia, en
la que siempre me había imaginado: mujer,
hijos… pesaba mucho. Era mi ideal, lo que
quería. Pero cada vez se iba haciendo más
fuerte en mí el llamado, las ganas de estar
con Jesús, la necesidad. Lo meditaba mucho
mientras caminaba como cadete por las calles
de Microcentro, en el colectivo o en el subte,
y cada vez era más fuerte. Finalmente, hablé
con Maxi y fue él quien me acompañó en el
discernimiento para entrar al seminario.
El seminario fue un lugar muy lindo para
mí: conocer más a Jesús, hacer amigos, vivir la
fe de distintas comunidades. Si cuando entré
al seminario fue con ganas de conocer más
a Jesús, creo que así se dio. El estudio me
apasionó mucho (sobre todo la Biblia), descubrir
a Jesús más en profundidad (¡y, con eso,
también descubrirme más a mí mismo!), tener
más en claro su misión, aprender de los tesoros
que hay en la Palabra y cuánto tienen que ver
con mi vida.
OrdenaciónLucas Schcolnik
Antes que nada, me presento. Me llamo Lucas Schcolnik, tengo 27 años y soy diácono. Como este mes, el 19, voy a ser ordenado sacerdote, me pidieron que escriba en Bienaventurados contando un poco, ya que “La Cate” fue mi parroquia de joven, lugar de muchos amigos, y en donde nació mi vocación.
C
11BIENAVENTURADOS •Una de las cosas más ricas del seminario
fueron las comunidades por donde fui pasando:
Virgen de las Gracias (Villa Martelli), Ntra. Sra.
de La Cava (Beccar), Ntra. Sra. de Aránzazu
(S. Fernando), en especial el hospital; Santa
Teresita (Virreyes) y, ahora, Santa Teresita
(Martínez). De los curas y de la gente, aprendí
un montón. Desde ellos fui cambiando la
imagen de cura que quería ser: de lo que yo
creía, a lo que ellos necesitan. Y eso está
bueno, porque voy a ser sacerdote no para mí,
sino para la Iglesia, para la gente.
También rescato los amigos que fui
haciendo en el seminario: algunos ya curas,
otros seminaristas, otros casados. Es muy
lindo ir recorriendo el camino de Jesús y de su
seguimiento con otros que nos van animando,
acompañando, confrontando, corrigiendo,
perdonando, con quienes debatimos, nos
formamos ideas… Todo eso se va dando en
el seminario, y es lindísimo. Yo les agradezco
mucho a ellos y a los curas formadores.
Elegí como lema para mi ordenación sacerdotal
“Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos” (2 Tim 2,8). El año pasado, en
Virreyes, me tocó hacer muchos responsos.
Las cocherías, el cementerio, el crematorio lo
demandaban. Creo que la celebración de estos
momentos me hizo crecer mucho en mi fe en
la resurrección. En primer lugar, la resurrección
corporal, física, la vida eterna. Pero también, y
sobre todo, en la resurrección de las muertes
más cotidianas; de situaciones que parecen
muertas y sin salida, de relaciones que
parecen muertas; de nuestro corazón mismo,
que a veces parece estarlo. Y todo eso,
desde que Jesús resucitó, creemos que no
es el fin, que Dios puede hacer algo. Hay
situaciones límite, que sin la resurrección,
no tendrían sentido. Incluso no tendría
sentido entregar mi vida para que todo
(mi vida y la de los demás) simplemente
termine en la muerte. Siento que me hace vivir
con esperanza. Y que a veces me olvido de
ello y por eso necesito que me lo recuerden:
“Acuérdate…” que Jesús resucitó, pero de
entre los muertos.
Quisiera terminar invitándolos a mi
ordenación, que va a ser el viernes 19 de
octubre a las 20.30hs en la Catedral, y pedirles
que recen por mí, para que pueda, como
Jesús, ser un Buen Pastor para la comunidad
en la que esté.
12 • BIENAVENTURADOS
COLUMNA JOCHAJocha Castro Videla [email protected]
“Cada profesión ha de ser concebida no sólo como un medio de ganarse la vida, de mejorar su situación económica, de labrar un porvenir a sus hijos, sino también como el ejercicio de una misión social y una colaboración al bien común de la sociedad.” Alberto Hurtado
La vida es darse, creía; y se dio
13BIENAVENTURADOS •
Suena el despertador a las 8am del
sábado (personalmente, madrugar los sá-
bados me cuesta mucho). “5 más”, que se
convierten en 10. Salgo de la cama, bajo a la
cocina, lleno la pava y prendo la hornalla. Me
lavo la cara y los dientes. Armo el mate, busco
algo para desayunar y me dirijo a la mesa del
comedor. Ellas siguen ahí, las fotocopias cuya
altura es más que interesante. Sí señoras y
señores: época de parciales y finales.
Seguramente a todos nos guste saber,
pero los que disfrutan de estudiar deben de
ser los menos. Yo no soy muy amigo del estu-
dio, me cuesta sentarme y dedicarle el tiempo
que debería. Siempre estoy corriendo detrás
del reloj, voy a clases donde no sé de qué
están hablando por no leer los textos con anti-
cipación. Sí, lo sé, no lo aprovecho al máximo.
Pero la vida de los jóvenes que estudiamos y
trabajamos es así, o muy parecida. Y, además
de las horas de trabajo y de cursada, le suma-
mos las horas de viaje en transporte público,
las juntadas con amigos y amigas, novio,
novia, familia, el tiempo de deporte, de lectura
recreativa, de ocio… Estudiamos y trabajamos
pero somos humanos. Sí, señor adulto, sé que
usted ya pasó por esto y no es tan grave. No,
no es grave; la mayoría de nosotros elige esta
vida y, dentro de la vorágine, la disfrutamos.
Pero son en estos momentos, los de
exámenes, cuando todas las preguntas eligen
hacer más ruido. ¿Por qué estudio? ¿Para
qué? ¿Para quién? ¿Por qué esta carrera y no
otra? ¿Por qué en esta universidad? ¿Cuántas
materias y finales me quedan? (Probablemen-
te, mientras estas preguntas nos invaden el
bocho, suena de fondo la música de “Into the
Wild” o de “Diarios de Motocicleta”). ¿Y si largo todo? Ya fue, me calzo la mochila al hombro y me voy a conocer las venas abiertas de América Latina. Soy joven, siempre voy a tener tiempo para estudiar, pero no para viajar. Voy haciendo changas
y me pago el viaje. Esta y muchas justificacio-
nes más esbozamos; a veces me sorprendo
de mí mismo. Pero es ahí donde me invito, y
los invito, a volver a las fuentes.
¿Por qué y para quién estudiamos? ¿Para
nuestros viejos? ¡Por favor! ¡Espero que no!
¿Por qué se nos impone? Mmm… sí, algo de
eso debe de haber; pero no como imposición,
sino como condicionamiento. Condicionamiento
positivo, si logramos apropiarnos de eso. Quiero
decir, tenemos el privilegio de poder estudiar,
de tener una familia y una comunidad que nos
alienta a estudiar y a capacitarnos. ¿Pero qué
quiero lograr estudiando? Ser un profesional,
tener un título, encontrar un trabajo que disfrute
y que me dé para vivir (solo, casado, casado
con hijos, como cada uno elija…).
La vida es darse, creía; y se dio. Fuerte,
¿no? A muchas personas podríamos atribuir-
les esta frase o, mejor dicho, esta forma de
entender la vida. Desde Jesús hasta muchas
personas en la actualidad. Yo, joven estudiante
y trabajador, quiero vivir mi vida desde este
paradigma. Y esto involucra particularmente
mi estudio y mi capacitación, porque yo no
deseo ser un profesional para mí, saber mucho
para mí, tener un titulo para mí, tener un buen
trabajo para mí. Ojo, no me digan hipócrita, hay
mucho de eso en mí, sí; pero mi deseo busca
otra cosa, o algo más, un pasito más.
Hay una frase de Alberto Hurtado,
un jesuita chileno santo que dice “Cada
profesión ha de ser concebida no sólo como
un medio de ganarse la vida, de mejorar su
situación económica, de labrar un porvenir a
sus hijos, sino también como el ejercicio de
una misión social y una colaboración al bien
común de la sociedad.”
Los invito a todos, estudiantes y
profesionales, a que nos planteemos cuál es
el sentido social de nuestra profesión, para
quién la ejercemos. Recordemos que hemos
recibido gratuitamente (nacer donde
nacimos, recibir el amor que
recibimos, etc.) y Jesús nos
invita a dar también gratui-
tamente. Para que nadie
se quede
al costado
del camino.
Recordemos que hemos recibido gratuitamente nacer
donde nacimos, recibir el amor que recibimos, etc. y Jesús nos invita a dar
también gratuitamente. Para que nadie se quede al costado
del camino.
Escena de la película "Into the Wild"
Escena de la película "Diarios de Motocicleta"
14 • BIENAVENTURADOS
Hace varios años, tuve la suerte
de viajar hasta Tierra del Fuego ida y
vuelta con un amigo de mis padres que
está en silla de ruedas. Más allá de José,
que forma parte de mi familia hace años,
nunca había compartido demasiado de
cerca las limitaciones que tiene una per-
sona con discapacidad. Y no es que sea
tonta. Muchas veces he pensado EN EL
OTRO en este sentido. Pero nunca me
había tocado pensar COMO EL OTRO.
La empatía en su máxima expresión.
Cuando pude ver que los camini-
tos bien armados del Parque Nacional
permitían con facilidad el acceso de la
silla, me di cuenta de a cuántos lugares
NO se puede acceder si uno está restrin-
gido de alguna forma. Cuando empuja-
mos de a turnos con mis hermanos la
silla por un bosque lleno de raíces que
impedían la normal circulación, fue el
hermano de José quien, agradecido,
nos decía “A esta parte, sin ustedes, no
hubiéramos llegado”.
Situaciones más cotidianas se nos
cruzan todos los días. Quizás, a todos
nos tocó la discapacidad de cerca pero
no siempre la incorporamos a nuestra
vida diaria. Así como en el Instituto
Román Rosell tienen una experiencia
para videntes sobre lo que es no ver, es
bueno, cada tanto, pararse en el lugar
del que tiene una dificultad para cami-
nar, o para moverse, hablar, escuchar,
entender… Tantas limitaciones, y tantas
puertas que se abren. Y, desde nuestra
profesión o actividad principal, pensar
¿qué puedo aportar yo para despejar
un poco los caminos?
Yo encuentro que, junto a personas
de este tipo, crezco un poco. Valoro un
poco más lo que tengo, extraño menos
lo que no tengo. Me recuerdo a cada
minuto que puedo vivir mis carencias y
dolores, pero no vivir carente y doliente;
aprender a vivir con lo que me tocó.
Por otro lado, al pensar COMO el
otro, podemos, desde nuestro lugar en
la sociedad, reconocer la importancia
de la integración. De las barranquitas
pintadas de amarillo, de los lugares
reservados… y respetarlos. O, ¿por qué
no, también, proponer nuevas ideas?
Los últimos años me acercaron
más a las personas con otras capaci-
dades. Una amiga con quien comparto
viajes, mates y la profesión es parte de
quienes me van mostrando ese caminito
integrado. O mejor dicho, inclusivo. Y,
entonces, ya no sólo se piensan las
cosas como el otro, sino que la mirada
gira 180 grados.
Todos estamos un poco rotos,
un poco emparchados, algo oxidados
quizá. Todos tenemos limitaciones.
Algunas no se ven, pero se sufren. Otras
se ven y tienen solución. Entonces
parados, sentados, con muletas, con los
ojos propios o del corazón, podemos
reconocer nuestros parches y lesiones,
aprender, comprender, y colaborar para
facilitarle a la vida a todos.
COLUMNA NICHINichi Gorchs [email protected]
Pensar como el otroCuando la vida nos propone pararnos en los zapatos del otro, la mirada cambia y se hace más plena.
15BIENAVENTURADOS •
CAPILLAS
Párroco: Pedro Oeyen
Vicarios Parroquiales:P. Francisco GamboaP. Mariano CaraccioloP. Hugo Álvarez
Diáconos Permanentes:Wenceslao Gómez CarideJosé Hamed
Secretaría Parroquial:8:30 a 12hs y de 16 a 20hsAdrián Beccar Varela 530Tel. 4743 0291/ 4990
Caritas:Atiende en Anchorena 469
Confesiones:Diarias: Media hora antes de la misa de 19hsDominicales: Media hora antes de cada misa
Horarios de misa:Lunes a Viernes: 8, 10 y 19hsSábados y Feriados: 10 y 19hsDom.: 10, 12:30, 19 y 20:30hs
Ntra. Señora de la Ribera
Santa María de la Cabeza
Stella Maris
El Cano 172, AcassusoTel. 4742 7198
33 Orientales 1301, Beccar
España 1016, Beccar
Horarios de Misa:Sábado 19hsDomingo 19:30hsHorarios de Secretaría:Jueves 15 a17hsSábados 17 a 19hs
Horario de Misa:Domingo 11hs
Horarios de Misa:Sábado 19:00hs de niñosDomingo 11:30hs
AVISOS
Te invitamos al Encuentro parroquialCon el Obispo
Peña a beneficio del grupo misionero “Jeremías”
Monseñor Ojea dará inicio al "AÑO DE LA FE".
Lucas Schcolnik, será ordenado sacerdote
Presentación del libro: “la capilla y capellanía de San Isidro tienen historia. 1706-1906”
Junto a él, compartiremos la reflexión sobre
“¿Qué Iglesia queremos?”
Monseñor Oscar Ojea nos acompañará el lunes 29 de octubre de 20 a 22hs.¡Te esperamos!
13 de octubre 20.30hs(Misión verano 2012/2013 en Tostado,
Provincia de Santa Fe)
¡Los esperamos a todos para compartir una
noche llena de baile y música!
Entrada: $20 – Dirección: Capilla Stella
Maris, España 1016, Bajo de San Isidro.
El viernes 19 de octubre a las 20.30hs., en la Catedral, el diácono Lucas
Schcolnik, miembro de nuestra
comunidad, será ordenado
sacerdote mediante la imposición
de manos de nuestro obispo. Con
inmensa alegría, participemos de
esta fiesta de la Iglesia diocesana,
comprometiéndonos a rezar por el
nuevo sacerdote.
El 10 de octubre a las 19hs. será presentado el
libro del P. Pedro Oeyen. Relata,
con abundante fundamentación,
la evolución de estas instituciones
que dieron origen a nuestro pueblo,
hoy ciudad. La presentación será
en la Quinta “Los Ombúes” o Museo Histórico “Horacio Beccar Varela”. Están
todos invitados.
En unión con la celebración que el Papa
hará en Roma, el domingo 14 de octubre en la misa de 19hs en la Catedral, Monseñor Ojea
dará inicio al "AÑO DE LA FE". Estamos
todos invitados.