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10A EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 10 DE MAYO DE 2017 E l comportamiento de ciertos pro- tagonistas del suceso actual, que pone en riesgo la paz, necesariamente despierta entre el público una ignorante curiosidad, pues todos los intrigados no alcanzan a comprender la personalidad alienada de estos individuos, cuyos ras- gos característicos desbordan las con- ductas normales de los seres humanos. Esa excéntrica forma de ser, segu- ramente, fue el anzuelo que les sirvió para atraer al pueblo deslumbrado por su individualidad obsesiva rayana en un narcisismo sin límite. La política, resumiendo su significado sintéticamente, es la actividad del hombre enderezada a capitalizar el poder para subordinar y obtener la obediencia de los súbditos para ejecutar ideas, realizar proyectos o satisfacer el ego. En ese mundo imaginario son muy variados los comportamientos de los ambi- ciosos por acaparar esa opción y satisfacer las alternativas; algunos son altruistas, otros mecánicos y muchos alienados esti- mulados por un onanismo emotivo íntimo. La historia bogotana reseña un perso- naje ejemplar en esos aspectos: Gabriel Antonio Goyeneche, un soñador que proponía construir un muro entre las fronteras con Venezuela para controlar el contrabando; rescatar el Canal de Pa- namá declarándole la guerra al imperio, pavimentar el Magdalena y otras accio- nes necesarias para reivindicar la sobe- ranía. Su candidatura presidencial pocos votos consiguió, muchos se burlaban de él y de loco lo tildaban. Los estudiantes de esa época lo escuchaban con asombro y en la Universidad Nacional se le hospe- dó durante sus últimos años. Han pasado más de cuatro décadas desde que el maestro se fue de este planeta y recordando su mundo y com- parándolo con la realidad el parecido es un modelo. Los políticos tienen una personalidad esquizoide. Sus delirios los apartan de la realidad y si alcanzan un triunfo, generalmente, lo consiguen gracias a su soberbia, como las hetairas, entre el pueblo. Personalidades autoritarias como las de Nerón, Herodes, Atila, Julio Cesar, Robespierre, Mosquera, Napoleón, Hitler, Franco, Batista, Uribe y algunos más, se registran en la historia destacando la as- fixia de su yo ansioso de la inmortalidad, razón por la que, para satisfacer sus ne- cesidades de poder -trastorno libidinoso-, no tienen inconveniente en coquetear permanentemente con la plebe e incluso violarla para alcanzar su orgasmo abe- rrado y poseerla eternamente. De ahí que en su inconsciente la meta esperada es ocupar un lugar destacado en el mosaico de la historia. Para lograr esa complacencia suelen rodearse de mediocres aduladores, esa es su in- mortalidad y trascendencia y por esa circunstancia es que se configuró, en la organización del poder político, la monarquía hereditaria, escenario de los cortesanos, es decir, de aquellos que por mezquindad adoran al príncipe y lo complacen en lo que él quiera a cambio de que los retribuya. Es la causa de la corrupción, el concubinato entre la prostituta y el acomplejado que duda de su autoestima, que compra el amor para satisfacer su ego. Interiormente se odian pero ante el público suelen mostrarse amables. (Ana- tomía de la destructividad humana, Erich Fromm,) LA REFORMA EN CIERNES Colombia, tierra y mar en el limbo E n el Caribe nuestro mar está en el limbo. La inaplicable sentencia de la Corte Internacional de Justicia del 2012 no se ha desenredado. A pesar del anuncio de hace años del presidente Juan Ma- nuel Santos de que solamente con la suscripción de Tratados podría ejecutarse y la instrucción de no asistir más a La Haya, allí estamos dejando po- siciones imprudentes frente a otras dos demandas de Nicaragua, una por incumplimiento y otra con la pretensión de ese país de extender su plataforma continental a más de doscientas millas, casi hasta Cartagena, exponiéndonos a nuevo descalabro. La Cancillería se abstiene de explicar qué hacemos y en medio de escándalos la realidad se oculta. La Ministra ha desobedecido la decisión presidencial y el Congreso aplaza el debate de un tema vital sin explicaciones valederas. Eso en cuanto al mar. En referencia a la tierra rural se informa sobre la ley agraria que permitiría expropiaciones, inclu- sive por la vía administrativa, de bienes ociosos y de engorde, con la promesa de repartir dichas tierras a los campesinos. ¿A qué campesinos y cómo? El señor Ministro de Agricultura indica el propósito de aumentar la productividad, dice que la tierra tiene una función social y su posesión en muchos casos es injusta, lo cual compartimos con la anotación de que el objetivo de reforma a medias, bajado de la nube, crea zozobra, intran- quiliza, conlleva inseguridad jurídica, expone a más corrupción y violencia. Ya el Gobierno ha tenido que suprimir un artículo confuso relativo al derecho de propiedad, sin duda inconstitucional. Esta iniciativa de “Ordenamiento Social de la Propiedad y Tierras Rurales”, es básicamente repetición de la Ley Habilitante del presidente Hugo Chávez para la reforma agraria del 2010, que facilitó la expropiación de 10.000 hectáreas, contribuyó al colapso de la economía venezolana, creó incertidumbre, golpeó a los campesinos en mayor grado que a los terratenientes, influyó para el desabastecimiento de alimentos y la crisis política actual. Convendría definir en Colombia qué es tierra improductiva, la entidad encargada de determinar los predios considerados ociosos y lo relacionado con la extinción de dominio. No se sabe a qué tipo de cultivos o actividad productiva se dirige el proyecto del Gobierno, el punto tampoco estuvo nítido hace cincuenta años en las labores del Ins- tituto de la Reforma Agraria (Incora). Veremos qué sucede, el panorama es oscuro. En cuanto al mar y la tierra, nos situamos en el limbo. Estadistas y partidos políticos no aparecen, todo a medias es la consigna. El subdesarrollo mental, al igual que el físico, persiste y dificulta la vida. OPINIÓN P or medio de la prensa, me logré en- terar de algunos temas contentivos del informe que sobre la Policía Nacional de Colombia rindieron los exministros Carlos Esguerra Portocarrrero y Luis Fernando Ramírez Acuña, junto al doctor Jorge Hernando Cárdenas Santamaría, componentes de la Comisión de alto nivel para el fortalecimiento de la insti- tución, nombrada por el Presidente de la República. Los resultados plasmados en un docu- mento, hasta el momento desconocido, pero expuesto superficialmente por el diario El Tiempo y que aspiro a conocer en detalle si el mando institucional tiene a bien facilitarme su estudio detallado, muestra una serie de conceptos bien aterrizados y lógicos, pues reconoce estadios especiales a futuro en la Policía, como son el pasado proceso de paz, el posconflicto y la aplicación del Código Nacional de Policía y Convivencia. Son variadas las observaciones deteniéndo- se en aspectos como la incorporación, aconsejando estudios analíticos y exigen- tes para cada aspirante a ingresar a la institución, asunto de gran importancia pues la experiencia nos ha dejado fatales enseñanzas, como fueron las incorpora- ciones exprés, que en un pasado reciente, debió efectuar la Policía Nacional, para cumplir compromisos de los gobiernos, en cuanto a presencia operativa en diferentes sectores. Vinculaciones que obligaron a violentar los protocolos existentes en materia de incorporación. Bueno sentir que esas fallas salen a flote y obligan a establecer sistemas rigurosos e inviolables. Se refiere también el documento a la planta de personal, recomendando mantenerla e inclusive aumentarla, pero sustentado el incremento en el respaldo del Ministerio de Hacienda, para contar con apoyo presupuestal en las diferentes aéreas afectadas por decisiones en ese sentido, como son sanidad y bienestar. La financiación del servicio no escapó al ojo avizor de la comisión, que sugirió revisar los presupuestos departamenta- les y municipales, para buscar recursos financieros encaminados a fortificar tec- nológica y operativamente la institución. La presencia femenina está bien direc- cionada según la comisión y sustenta en las mujeres policías un acercamiento a la ciudadanía, acompañada de excelente imagen corporativa, lo que estimularía su incremento en las filas, para servir espacialmente en la calle y lugares de atención privilegiada. Como vemos la institución necesita ciertos ajustes o reingeniería en deter- minado puntos sobresalientes, debidos a la evolución normal que con el tiempo empuja las sociedades, pero su filosofía y doctrina seguirán direccionando la función policial por años de los años. Siempre serán motivo de preocupación la identidad y cercanía de la comunidad con su institución policial, encargada de velar por la seguridad, honra y bienes de los asociados. Con desconsuelo leo en los medios términos que en nada le ayudan a la institución, invocando vocablos como revolcón, crisis, etc. Nota: De nuevo luto policial, hoy por la muerte del mayor Carlos Augusto Hurtado Correa. “La financiación del servicio no escapó al ojo avizor de la comisión” Gral (r.) Ernesto Gilibert “Actividad del hombre enderezada a capitalizar el poder para subordinar” Fernando Navas Talero “Convendría definir en Colombia qué es tierra improductiva” Jaime Pinzón López BITÁCORA DE LA COTIDIANIDAD La política y la locura EL INFORME DE LA COMISIÓN Ajustes en la Policía

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10A EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 10 DE MayO DE 201710A EL NUEVO SIGLO / MIÉRCOLES 10 DE MAYO DE 2017

El comportamiento de ciertos pro-tagonistas del suceso actual, que

pone en riesgo la paz, necesariamente despierta entre el público una ignorante curiosidad, pues todos los intrigados no alcanzan a comprender la personalidad alienada de estos individuos, cuyos ras-gos característicos desbordan las con-ductas normales de los seres humanos.

Esa excéntrica forma de ser, segu-ramente, fue el anzuelo que les sirvió para atraer al pueblo deslumbrado por su individualidad obsesiva rayana en un narcisismo sin límite.

La política, resumiendo su significado sintéticamente, es la actividad del hombre enderezada a capitalizar el poder para subordinar y obtener la obediencia de los súbditos para ejecutar ideas, realizar proyectos o satisfacer el ego.

En ese mundo imaginario son muy variados los comportamientos de los ambi-ciosos por acaparar esa opción y satisfacer las alternativas; algunos son altruistas, otros mecánicos y muchos alienados esti-mulados por un onanismo emotivo íntimo.

La historia bogotana reseña un perso-naje ejemplar en esos aspectos: Gabriel Antonio Goyeneche, un soñador que proponía construir un muro entre las fronteras con Venezuela para controlar

el contrabando; rescatar el Canal de Pa-namá declarándole la guerra al imperio, pavimentar el Magdalena y otras accio-nes necesarias para reivindicar la sobe-ranía. Su candidatura presidencial pocos votos consiguió, muchos se burlaban de él y de loco lo tildaban. Los estudiantes de esa época lo escuchaban con asombro y en la Universidad Nacional se le hospe-dó durante sus últimos años.

Han pasado más de cuatro décadas desde que el maestro se fue de este planeta y recordando su mundo y com-parándolo con la realidad el parecido es un modelo. Los políticos tienen una personalidad esquizoide. Sus delirios los apartan de la realidad y si alcanzan un triunfo, generalmente, lo consiguen gracias a su soberbia, como las hetairas, entre el pueblo.

Personalidades autoritarias como las de Nerón, Herodes, Atila, Julio Cesar,

Robespierre, Mosquera, Napoleón, Hitler, Franco, Batista, Uribe y algunos más, se registran en la historia destacando la as-fixia de su yo ansioso de la inmortalidad, razón por la que, para satisfacer sus ne-cesidades de poder -trastorno libidinoso-, no tienen inconveniente en coquetear permanentemente con la plebe e incluso violarla para alcanzar su orgasmo abe-rrado y poseerla eternamente.

De ahí que en su inconsciente la meta esperada es ocupar un lugar destacado en el mosaico de la historia. Para lograr esa complacencia suelen rodearse de mediocres aduladores, esa es su in-mortalidad y trascendencia y por esa circunstancia es que se configuró, en la organización del poder político, la monarquía hereditaria, escenario de los cortesanos, es decir, de aquellos que por mezquindad adoran al príncipe y lo complacen en lo que él quiera a cambio de que los retribuya.

Es la causa de la corrupción, el concubinato entre la prostituta y el acomplejado que duda de su autoestima, que compra el amor para satisfacer su ego. Interiormente se odian pero ante el público suelen mostrarse amables. (Ana-tomía de la destructividad humana, Erich Fromm,)

LA REFORMA EN CIERNES

Colombia, tierra y mar en el limbo

En el Caribe nuestro mar está en el limbo. La inaplicable sentencia de la Corte Internacional

de Justicia del 2012 no se ha desenredado. A pesar del anuncio de hace años del presidente Juan Ma-nuel Santos de que solamente con la suscripción de Tratados podría ejecutarse y la instrucción de no asistir más a La Haya, allí estamos dejando po-siciones imprudentes frente a otras dos demandas de Nicaragua, una por incumplimiento y otra con la pretensión de ese país de extender su plataforma continental a más de doscientas millas, casi hasta Cartagena, exponiéndonos a nuevo descalabro. La Cancillería se abstiene de explicar qué hacemos y en medio de escándalos la realidad se oculta. La Ministra ha desobedecido la decisión presidencial y el Congreso aplaza el debate de un tema vital sin explicaciones valederas. Eso en cuanto al mar.

En referencia a la tierra rural se informa sobre la ley agraria que permitiría expropiaciones, inclu-sive por la vía administrativa, de bienes ociosos y de engorde, con la promesa de repartir dichas tierras a los campesinos. ¿A qué campesinos y cómo? El señor Ministro de Agricultura indica el propósito de aumentar la productividad, dice que la tierra tiene una función social y su posesión en muchos casos es injusta, lo cual compartimos con la anotación de que el objetivo de reforma a medias, bajado de la nube, crea zozobra, intran-quiliza, conlleva inseguridad jurídica, expone a más corrupción y violencia. Ya el Gobierno ha tenido que suprimir un artículo confuso relativo al derecho de propiedad, sin duda inconstitucional.

Esta iniciativa de “Ordenamiento Social de la Propiedad y Tierras Rurales”, es básicamente repetición de la Ley Habilitante del presidente Hugo Chávez para la reforma agraria del 2010, que facilitó la expropiación de 10.000 hectáreas, contribuyó al colapso de la economía venezolana, creó incertidumbre, golpeó a los campesinos en mayor grado que a los terratenientes, influyó para el desabastecimiento de alimentos y la crisis política actual.

Convendría definir en Colombia qué es tierra improductiva, la entidad encargada de determinar los predios considerados ociosos y lo relacionado con la extinción de dominio. No se sabe a qué tipo de cultivos o actividad productiva se dirige el proyecto del Gobierno, el punto tampoco estuvo nítido hace cincuenta años en las labores del Ins-tituto de la Reforma Agraria (Incora).

Veremos qué sucede, el panorama es oscuro. En cuanto al mar y la tierra, nos situamos en el limbo. Estadistas y partidos políticos no aparecen, todo a medias es la consigna. El subdesarrollo mental, al igual que el físico, persiste y dificulta la vida.

OPINIÓN

Por medio de la prensa, me logré en-terar de algunos temas contentivos

del informe que sobre la Policía Nacional de Colombia rindieron los exministros Carlos Esguerra Portocarrrero y Luis Fernando Ramírez Acuña, junto al doctor Jorge Hernando Cárdenas Santamaría, componentes de la Comisión de alto nivel para el fortalecimiento de la insti-tución, nombrada por el Presidente de la República.

Los resultados plasmados en un docu-mento, hasta el momento desconocido, pero expuesto superficialmente por el diario El Tiempo y que aspiro a conocer en detalle si el mando institucional tiene a bien facilitarme su estudio detallado, muestra una serie de conceptos bien aterrizados y lógicos, pues reconoce estadios especiales a futuro en la Policía, como son el pasado proceso de paz, el posconflicto y la aplicación del Código Nacional de Policía y Convivencia. Son variadas las observaciones deteniéndo-se en aspectos como la incorporación, aconsejando estudios analíticos y exigen-tes para cada aspirante a ingresar a la institución, asunto de gran importancia pues la experiencia nos ha dejado fatales

enseñanzas, como fueron las incorpora-ciones exprés, que en un pasado reciente, debió efectuar la Policía Nacional, para cumplir compromisos de los gobiernos, en cuanto a presencia operativa en diferentes sectores. Vinculaciones que obligaron a violentar los protocolos existentes en materia de incorporación. Bueno sentir que esas fallas salen a flote y obligan a establecer sistemas rigurosos e inviolables.

Se refiere también el documento a la planta de personal, recomendando mantenerla e inclusive aumentarla, pero sustentado el incremento en el respaldo del Ministerio de Hacienda, para contar con apoyo presupuestal en las diferentes aéreas afectadas por decisiones en ese sentido, como son sanidad y bienestar. La financiación del servicio no escapó al ojo avizor de la comisión, que sugirió

revisar los presupuestos departamenta-les y municipales, para buscar recursos financieros encaminados a fortificar tec-nológica y operativamente la institución. La presencia femenina está bien direc-cionada según la comisión y sustenta en las mujeres policías un acercamiento a la ciudadanía, acompañada de excelente imagen corporativa, lo que estimularía su incremento en las filas, para servir espacialmente en la calle y lugares de atención privilegiada.

Como vemos la institución necesita ciertos ajustes o reingeniería en deter-minado puntos sobresalientes, debidos a la evolución normal que con el tiempo empuja las sociedades, pero su filosofía y doctrina seguirán direccionando la función policial por años de los años. Siempre serán motivo de preocupación la identidad y cercanía de la comunidad con su institución policial, encargada de velar por la seguridad, honra y bienes de los asociados. Con desconsuelo leo en los medios términos que en nada le ayudan a la institución, invocando vocablos como revolcón, crisis, etc.

Nota: De nuevo luto policial, hoy por la muerte del mayor Carlos Augusto Hurtado Correa.

“La financiación del servicio no escapó al ojo avizor de la

comisión”

Gral (r.) Ernesto Gilibert

“Actividad del hombre enderezada a capitalizar el poder

para subordinar”

Fernando Navas Talero

“Convendría definir en Colombia qué es tierra

improductiva”

Jaime Pinzón López

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