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Cuando alguien quiere instalar un programa informático nuevo, antes tiene que comprobar si su equipo cumple los requisitos que el programa pide para poder trabajar en su ordenador: capacidad del disco duro, memoria RAM, tarjeta gráfica… Si no es así, el programa no funcionará o lo hará incorrectamente. Igual ocurre con las Competencias Básicas y por ello debemos preguntarnos ¿se cumplen los requisitos mínimos que el modelo de Competencias Básicas necesita para funcionar correctamen-te en el actual sistema educativo? Nuestra respuesta es no.

Pasados ya seis años de la LOE y seis también desde que el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE aprobaran unas recomendaciones para el desarrollo de las Competencias Clave para el apren-dizaje permanente (ya anteriormente la Comisión Europea había instado a los estados miembros a aplicar el marco de competencias clave a nivel nacional), nos preguntamos qué ocurre con las Competencias Básicas (CC.BB.) para que seis años después estemos básicamente, y más allá de las palabras, en el mismo sitio.

Problemas de compatibilidad

Lo mínimo que le podemos pedir a un sistema es que sea coherente entre los objetivos y fines que persigue, por un lado, y los medios y recursos que pone en juego para lograrlos, por otro. Las CC.BB. dibujan un horizonte educativo sustancialmente diferente al que teníamos y, por tanto, habrá que preguntarse qué elementos del sistema educativo son compatibles con el nuevo modelo y cuáles habrá necesariamente que adaptar. Algunas de estas cuestiones son:

• ¿Es compatible el trabajo y el desarrollo de CC.BB. con 25, 28 o 30 alumnos en el aula?

• ¿Están preparadas las aulas de

Secundaria en espacio y dotación de medios y recursos para el aprendizaje de/por CC.BB.? ¿No están pensadas para ser aulas-conferencia y no aulas-laboratorio?

• ¿Es compatible enfrentar el cambio

que suponen las CC.BB. con la asignación presupuestaria con que se dota a los centros educativos?

• Es compatible el trabajo de/por

CC.BB. con la ausencia de recursos materiales, bibliográficos y audiovisuales en cada aula? Y más importante aún, ¿es posible hacerlo sin la existencia de equipos informáticos también en cada aula, de instalación de redes y de acceso a Internet lo suficientemente potentes para permitir el trabajo diario del alumnado sin cortes, interrupciones o problemas de acceso?

• ¿Es compatible con la formación que

se ha estado impartiendo al profesorado en estos seis últimos

Competencias  Básicas.  Requisitos  del  sistema    Orientanet.es  

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 años: modelos teóricos (principios, finalidades…) sobre CC.BB.? ¿Es que seis años no han dado para otra cosa que para hacer Filosofía de la Educación, necesaria sí, pero a todas luces insuficiente?

• ¿Son realistas los modelos propuestos

como registros de evaluación de las CC.BB. con más de 30 o 40 indicadores por alumno?

• ¿Qué implicaciones tiene el modelo

de CC.BB. en la estructura del curriculum por materias de conocimiento? ¿Y en la organización por departamentos didácticos de los centros de Secundaria?

• ¿El Bachillerato y la PAU están en

sintonía con el nuevo modelo o éstos siguen su propio camino?

• ¿Es compatible el modelo de CC.BB.

con la formación que se imparte al futuro profesorado de ESO y Bachillerato? ¿Y con el sistema de oposiciones de acceso al cuerpo de profesores/as de Secundaria?

Todo el trabajo para el profesorado

 

Durante un curso de formación en enero de 2012, un asesor de un Centro de Profesores, afirmó que la Consejería de Educación estaba esperando a concluir el

período de formación del profesorado en CC.BB. para proponer el modelo a seguir. ¿Pero cómo, no sería antes el modelo y sobre éste realizar la formación oportuna? Más allá de la perplejidad que causa esta afirmación, refleja el desconocimiento y la falta de dirección que ha tenido y tiene este proceso.

A estas alturas hasta la propia administración, sus expertos y formadores tendrían que haberse dado cuenta de que no todo depende del profesorado y de su formación, como parece que se ha querido transmitir a lo largo de estos años de cursos y cursillos sobre CC.BB. La dotación económica de los centros, el número de alumnos en cada aula, los materiales y recursos disponibles tienen también una importancia capital. Sin embargo, todo el peso del trabajo, todo el cambio y toda la transformación se ha hecho recaer sobre los hombros del profesorado. Era éste y sus métodos de trabajo, su diseño de estrategias y de experiencias de aprendizaje, lo que debía de cambiar para “abrir el paso triunfal a las CC.BB.” Muchos no hemos caído en el engaño, pero no son pocos los que han aceptado como exclusivamente suya la responsabilidad.

Ni es ni puede ser así. Porque para que el trabajador/profesor pueda realizar su trabajo, la empresa/Consejería de Educación debe haber realizado previamente el suyo y éste no termina con la publicación en el BOC de la normativa, al contrario, ahí es cuando empieza. Y sólo cuando la empresa/Consejería haya adecuado las estructuras organizativas necesarias, cuando haya liberado los recursos económicos, técnicos y materiales imprescindibles, y cuando haya formado debidamente a sus profesionales, sólo entonces habrá sentado las bases del nuevo modelo europeo de educación. No antes.