El mestizo abril '14

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El Mestizo que corresponde al mes de Abril del año 2014

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"¿el regreso de la guerra fría?" - alfredo riquelme

venezuela - daniela carvacho

- santiago meneses

"sujetos históricos y la reconfigura-ción del mundo"- lukas georgudis

el mestizo

convocatoria abierta - equipo el mestizo

- tematicas charlas mensuales

editorial -carlos zúniga p.

abril 2014

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escenario politico

internacional

Más que la “guerra fría”, evoca los conflictos balcánicos que hace cien años condujeron al desencadenamiento de la Primera Guerra Mundial, aunque hoy, afortunadamente, la memoria de la experiencia del siglo XX parece estar presente en la voluntad compartida de evitar cualquier escalada militar incontrolable.

NOTAS: (1) Incluso destacados académicos parecen sumarse a ella. Entrevistado y traducido por el diario chileno La Terce-

ra, el conocido historiador británico Orlando Figes diría: “En muchos sentidos, este es el regreso al período soviético, con una nítida línea de división entre el Occidente democrático y el autoritarismo ruso del Este.” (“entrevista con La Tercera”, firmada por Juan Paulo Iglesias. La Tercera, 8 de marzo de 2014, p.46).

(2) Ver Tanya Harmer, El gobierno de Allende y la Guerra Fría interamericana, Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 2013, p. 333.

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EditorialMucho revuelo ha provocado el inicio de este año 2014 en el mundo. La compleja escalada que han te-

nido los conflictos internacionales, recalca la necesidad de colocar a los mismos en perspectiva histórica. La verdad es que como estudiante de pregrado no me encuentro preparado para dictar cátedra sobre lo que esto se refiere, pero sí creo que me encuentro capacitado de poder dar una opinión, la cual, me arriesgo, puede ser discutida.

Cuando se habla de perspectiva histórica, siento que de una vez por todas ha hecho sentido una noción de que la historia tiene un objetivo. Pero ¿a qué me refiero con esto? La verdad es que ha dado mucho que hablar el conflicto entre Rusia y Ucrania a razón de Crimea, como también el conflicto que afecta a Venezuela. Por un lado, a raíz de la anexión de Crimea por parte de Rusia, las diversas autoridades del mundo han tratado de atacar o justificar a través de los testimonios que nos ha dejado la historia el actuar de ciertos países. Vladimir Putin, justifica el intento de anexión haciendo también un ademán de desafío hacia las potencias occidentales, por medio de la memoria, apelando al actuar de Estados Unidos y la OTAN en otros conflictos de carácter similar, como Afganistán, Irak, Libia, e incluso el reconocimiento de Kosovo. Por otro lado, Hillary Clinton comparó la anexión de Crimea, a la que realizara la Alemania Nazi con los Sudetes checoslovacos hace más de 80 años. Quizás es una exageración, pero según ella, su objetivo era crear una perspectiva histórica para que aprendamos algo sobre aquellos hechos.

Estamos volviendo a lo que los historiadores de la Antigüedad Clási-ca, o de la Edad Media nos hablaban sobre el valor de la “memoria y la enseñanza”.

Lo mismo se puede decir de Venezuela, porque para muchos, la situación de dicho país es muy simi-lar a lo que pasó en Chile hace ya 41 años, salvarguando las distancias históricas entre ambos procesos. En-tonces, ¿dónde queda la “memoria y la enseñanza”? La famosa perspectiva histórica de la que hablan estos líderes mundiales, y que por ende repiten medios de comunicación como El País o la BBC, ¿tendrá cierta uti-lidad? ¿Solo se mencionan por cumplir? ¿O bien son advertencias que meramente buscan portadas?

Pareciera que las múltiples heridas del complejo siglo XX, quedaron bien abiertas a pesar de las medidas empleadas para hacerlas cicatrizar, o puede ser que esos hechos pasados sentaron un precedente tan fuerte que están propensos

a volver a repetirse. Está por verse, ahora, si eso ocurre.

abril 2014

El conflicto que enfrentara en las últi-mas semanas al nuevo gobierno ucraniano con el gobierno ruso y la mayoría étnica rusa de Crimea, que tuvo su culminación con la secesión de esta región de Ucrania y su incorporación a Rusia, está siendo objeto de una interpretación ampliamente difundida en los medios de comunicación, según la cual el mun-do estaría internándose en una nueva “guerra fría”, de características similares al conflicto que tras la Segunda Guerra Mundial y hasta el derrumbe de la Unión So-viética, enfrentara al bloque político-militar encabezado por esta potencia con el conducido por Estados Unidos en una multifacética pugna por la hegemonía global.

Esa interpretación ha sido alentada -entre otras cosas- por la estética soviética de las tropas rusas que respal-daron militarmente el cambio de soberanía en Crimea, así como por la dura condena y las severas sanciones di-plomáticas contra Rusia de parte del gobierno estadou-nidense y sus históricos aliados europeos europeos(1).

Sin embargo, la actual confrontación internacional en torno a Crimea y la lamada “guerra fría” tienen caracte-rísticas completamente diferentes.

La llamada “guerra fría” no fue una guerra propiamente tal, sino un conflicto global de carácter político e ideo-lógico, que incluyó acciones militares (que no serían las decisivas, como ocurre en una guerra real) y operacio-

nes políticas conducidas por estados, extendiéndose

también a los ámbitos económico, social y cultural, y que involucró actores no esta-tales, nacionales, regionales, supranacionales, transnacionales y globales. En este sentido, fue un conflicto mucho más complejo que una simple confrontación bipolar por el po-der entre Washington y Moscú, en el cual

los estados y sociedades europeos, asiáticos, africanos y latinoamericanos tuvieron también protagonismo.

En ese conflicto global que pondría su impronta a toda una época y en el cual se alternaron períodos de confrontación y de distensión, se enfrentaron mo-delos alternativos de modernidad de alcance global basados en ideologías universalistas que daban for-ma a narrativas e interpretaciones antagónicas del mundo contemporáneo. Fue un conflicto ideológico a la vez difuso, fragmentado y global, entre diferen-tes variedades de comunismo y de capitalismo(2).

Muy distinto es el carácter de la confrontación actual que opone a Rusia con los Estados Unidos y sus aliados eu-ropeos en torno a Crimea. Se trata de un clásico conflicto nacionalista, producto de la existencia en un mismo terri-torio de comunidades imaginadas como nacionalidades diferentes, las que son apoyadas por estados nacionales afines o potencias interesadas en adquirir, conservar o extender su hegemonía en una determinada región.

¿el regreso de la "Guerra fría"? alfredo riquelme - académico INSTITUTO historia uc

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Carlos Zúñiga P. - Miembro equipo "El Mestizo"

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En las últimas semanas y, ya casi du-rante toda la primera década del siglo XXI, hemos visto como distintos conflictos en diferentes países del mundo han puesto en evidencia problemas y tensiones propias de la modernidad post guerra fría. Éstas han sido fuente de análisis de políticos, empresarios o intelectuales. Desde el 11/9 hasta el conflicto en Crimea o las revueltas en Venezuela, a través de la prensa y los distintos medios de comunicación, estos actores se han comportado como las princi-pales entidades que proponen una visión acerca de los múltiples conflictos. Sin importar el análisis y la interpretación que estos entes hagan de los conflic-tos, lo evidente está en que son ellos los que, en la mayoría de los casos, tienen capacidad de influir.

El problema está en que todos estos conflictos que –independiente de la interpretación que tengamos- en general, los vemos como problemas externos y por ende, no necesariamente le damos la importancia que ellos tienen. De alguna u otra forma, no los in-teriorizamos porque no los hacemos parte de nuestra realidad. En este sentido, esta columna no pretende hacer un análisis de lo que ha pasado y está pasan-do en el mundo, sino que es una simple invitación. La invitación guarda relación con nuestra actitud

como sujetos sociales hacia las cosas que pasan afuera, y que podrían estar pasando –de alguna

manera- en nuestras latitudes. Concretamente me refiero a una actitud informada, crítica, y por

sobre todo con posición, por lo tan-to, hago mención a una actitud política.

Una de las conclusiones que podemos plantear a partir del 11/9 es que el mundo esta en una permanente reconfiguración del funcionamiento de las relaciones, sean

humanas, productivas, con el medio ambiente, etc. Es este fenómeno el que hace que sea indispensable tener una capacidad crítica y una postura frente a temas tan importantes como por ejemplo, el desarro-llo político de la revolución bolivariana o la anexión de Crimea a la Federación Rusa vía referéndum. Si bien, son procesos ajenos a nuestra realidad más cercana, en el fondo, tienen un contenido que va en respuesta a la hegemonía de la globalización y sus derivados. En otras palabras, esta reconfiguración anteriormente mencionada tiene implicancia real desde la perspectiva en que se empieza a dispu-tar la pertenencia o no a un proyecto sistémico que no necesariamente tiene un respaldo ciudadano.

De esta forma, la invitación no puede ser desecha-da fácilmente, porque si estos procesos no se están dando hoy – quién sabe si no esta ocurriendo- serán mañana, pero para eso será necesario tener conciencia y claridad política como sujetos históricos que somos.

sujetos históricos y reconfiguración del mundo

convocatorias

Como equipo de “el mestizo” queremos invitarte a participar de la publicacion mensual de la carrera. se necesitan muchas manos, desde gente que piense las tematicas a publicar mes a mes hasta personas interesadas en el diseno del mismo.

si estas interesado, envia un inbox al facebook del cehi para que te agreguemos al grupo que tenemos y asi podamos coordinar una reunion donde todos podamos asistir, o acercate a cualquier persona de la directiva.

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lukas georgudis - ex ayudante política ext. de chile

La vocalia de construccion critica del conocimiento del cehi esta organi-

zando una serie de charlas mensuales sobre distintas temati-cas. durante el mes de marzo se discutio acerca del litigio en la haya, dondeparticparon como invitados los profesores pablo whipple y joaquin fermandois.

el dia 16 de abril, se hablara sobre “violencia y religion: de la ref lexion a la practica”.

la vocalia hace un llamado abierto a todos los estudiantes de la carrera a que propongan tematicas de su interes para las proximas sesiones, de forma que entre todos podamos aportar al debate dentro de historia.

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santiago meneses

La crisis en Venezuela ha planteado a la luz pública de manera intensa un debate político que, hasta las últi-mas semanas, se había quedado un poco rezagado: ¿es la democracia un instrumento o un conjunto de institucio-nes que buscan fomentar y proteger ciertos principios?

Desde la perspectiva de quienes defienden el ré-gimen Bolivariano, la legitimidad de una democracia se centra únicamente en el hecho de que hubo elec-ciones. En el caso venezolano, estas confirmaron a Nicolás Maduro como el presidente tras la muerte de Hugo Chávez. Todo lo que haga después un gobierno, es justo dentro del marco legal que rige a ese país, es-pecialmente si el proceso de construcción de su Cons-titución fue inclusivo para todos los sectores sociales.

Incluso asumiendo que las elecciones fueron lim-pias, justas, y que no hubo intervención, como se ha acusado, creo que el gobierno de Maduro (y también el de Chávez) están lejos de ser democrá-ticos, principalmente porque han tenido a lo largo del tiempo una serie de prácticas institucionales que se alejan completamente de los valores demo-cráticos, tanto de justicia como de libertad. En esta ocasión me centraré en dos aspectos que no muy comúnmente son discutidos en la arenga pública.

El primero es el carácter militarizante del Estado ve-nezolano:,la democracia moderna no admite gobiernos en que oficiales del ejército (en servicio activo) sean

ministros, senadores, o participan

tes de cargos públicos de confianza elegidos por el presidente. Esto porque las fuerzas armadas están para defender al país y no para gobernarlo. A partir de esto, se entiende que la sociedad Civil está por sobre el ejército, en cuanto a la jerarquía institucional, cuando existe el Estado de Derecho.

En segundo lugar, y sobre todo en el último tiempo, el gobierno de Nicolás Maduro ha demostrado que el derecho a un juicio público, frente a un juez imparcial, y el derecho a tener un abogado que te defienda son sólo para aquellos que no se oponen al gobierno, o quizás no son para nadie. Esto queda demostrado con la acusación y posterior detención del líder opositor Leopoldo López: se le acusó de homicida y terrorista tras convocar a las marchas del 12 de febrero; se dio la orden de su aprensión a todas las autoridades venezo-lanas; y una vez que se entregó voluntariamente, se le envió a la cárcel, sin que se realizara una investigación, y sin siquiera conocer una sentencia concreta. Estará ahí indefinidamente, en el fondo, es un prisionero po-lítico más.

Lo que es importante considerar respecto a lo que hoy en día vive Venezuela, es que no podemos mirar en menos la democracia, ni reducirla a un sistema elec-toral. La legitimidad de la democracia descansa fuer-temente en los siguientes supuestos: la participación deliberativa y el respeto, en la igualdad ante la ley, y la separación de los poderes del Estado. Comprender esto es fundamental para que en el futuro, como ciuda-danos e historiadores, podamos apreciar la democracia

Instalada la idea de que tras la muerte del cau-dillo, el pueblo venezolano ha despertado para luchar contra un régimen autoritario y antidemocrático, toda defensa del proceso Bolivariano exige su refutación.

Efectivamente, parte de la población ha protagoni-zado protestas concentradas en zonas acaudaladas -Plaza Altamira-, de carácter no precisamente po-pular. Y si bien, producto del desencadenamiento interesado de la violencia por parte de un sector de la oposición, han sucedido situaciones en que se constatan abusos policiales hacia los opositores, esto no implica la existencia de una política sistemática de violaciones a los DDHH emanada desde el Estado. Incluso más, estas situaciones particulares de abuso de poder están siendo investigadas por la Justicia or-dinaria, lejos de nuestra experiencia con una Justicia Militar que cubre con un manto de impunidad a los responsables de vejámenes de este tipo, y peores.

Es el régimen autoritario de Venezuela, el que ha sustraído de las esfera del mercado, a un conjunto de derechos sociales -educación, salud, vivienda- hoy garantizados por el Estado, en contraste con nues-tra realidad, y concordando con las aspiraciones del Movimiento Estudiantil que hemos protagonizando.

Creo que es la defensa y profundización de estas conquistas, lo que ha llevado al pueblo venezolano a expresar -mediante procedimientos electorales reco-nocidos internacionalmente como democráticos, y en

un sinnúmero de ocasiones- su voluntad soberana

de continuar con el actual proceso de transformaciones y desarrollar los objetivos que se han trazado. Acusar de anti-democrático a un Estado que cuenta con una constitución discutida con un amplio protagonismo popular y un conjunto de mecanismos que permiten el involucramiento del pueblo en la definición del destino país -iniciativas populares de ley, mecanismos revocatorios, consejos comunales-, debiera hacernos reflexionar sobre el triste calificativo que correspon-dería a un país como el nuestro: es cierto, Venezuela difiere de los marcos a los que estamos habituados, constituyendo una apuesta por superar las definiciones meramente formales de libertades y derechos propias del liberalismo político, y avanzar en la construcción de un modelo de Democracia Sustantiva, donde dichas libertades y derechos adquieren realidad material.

La Revolución Bolivariana rompe con la idea de que el socialismo quedó enterrado bajo el muro de Berlín, cambiando radicalmente la correlación de fuerzas al in-terior del continente en pos de una apuesta por la uni-dad de Nuestra América, y desarrollando un conjunto de experiencias de soberanía popular que permiten pensar un socialismo para el siglo XXI; lo que no impli-ca obviar falencias y errores, como el crecimiento de la burocracia, la corrupción o el carácter caudillesco. Pero es mediante la crítica y autocrítica revolucionaria, en el seno del pueblo y al interior del proceso, que se supera-rán dichas contradicciones, profundizando la potenciali-dad revolucionaria y socialista del proyecto Bolivariano.

SOBRE VENEZUELA

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SOBRE VENEZUELA daniela carvacho