Espasmofemia

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INTRODUCCIÓN

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INTRODUCCIÓN

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La espasmofemia es una perturbación del ritmo y de la fluidez del

habla con una frecuencia inusual, que afecta a sonidos, sílabas o

palabras.

Su incidencia es mayor en los niños que en las niñas y su

etiología es considerada multicausal (gran variedad de factores

involucrados). Sus síntomas se clasifican en tartamudez de

desarrollo o madurativa y en tartamudez de evolución o

“verdadera”.

Su sintomatología presenta una gran variedad de formas, desde

pequeños bloqueos a grandes espasmos e incoordinaciones

respiratorias y musculares.

La tartamudez “verdadera” no cesa en el tiempo a pesar de la

maduración del sistema nervioso y de la integración del lenguaje,

perdurando hasta la adultez.

Los enfoques terapéuticos están orientados tanto a la labor

preventiva como a la rehabilitatoria logrando excelentes

resultados en este campo y disminuyendo los síntomas prácticamente

a cero en la mayoría de los casos.

A continuación desarrollaremos algunos de los enfoques

terapéuticos más utilizados y que han dado excelentes resultados

en la clínica fonoaudiológica.

INDICE

INTRODUCCIÓN .................................................. 02

I. CONCEPTO ............................................... 04

II. PREVALENCIA, INCIDENCIA ................................ 04

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III. DESARROLLO DE LA PERSONA CON ESPASMOFEMIA .............. 05

IV. FACTORES DE RIESGO ..................................... 08

V. ETIOLOGÍA .............................................. 09

5.1. Factores Neurofisiológicos 5.2. Factores relativos al paciente 5.3. Factores relativos al ambiente

VI. SIGNOS DE ALARMA ....................................... 13

VII. CLASIFICACIÓN .......................................... 13

VIII. NORMALIDAD Y GRADOS DE TARTAMUDEZ ...................... 14

IX. TRATAMIENTO ............................................ 16

9.1. Terapia el niños con espasmofemia 9.2. Terapia en adolescentes con espasmofemia 9.3. Terapia en adultos con espasmofemia

X. TÉCNICAS DE TRATAMIENTO ................................ 21

10.1. Ejercicios de Respiración 10.2. Reeducación de la velocidad del habla 10.3. Habla rítmica 10.4. Facilitación de la coordinación motora oral 10.5. Establecimiento de contactos articulatorios leves 10.6. Comienzo fácil 10.7. Relajación 10.8. Desensibilización 10.9. Control de la respiración 10.10. Enmascaramiento 10.11. Retroalimentación auditiva demorada (RAD) 10.12. Seguimiento y habla en coro 10.13. Aumento de la longitud y la complejidad 10.14. Cancelación

XI. CONSEJO A LOS PADRES ................................... 33

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................... 35

ESPASMOFEMIA

I. CONCEPTO

Interrupciones en la fluidez del habla de las personas, que se

acompañan de tensión muscular, miedo y stress, las cuales son la

expresión visible de la interacción de determinados factores

biológicos, psicológicos y sociales.

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Estas características biológicas que se evidencian en una forma

particular de expresión verbal son condicionadas e incrementadas

por el entorno, a través de las evaluaciones negativas que se

hacen de la forma en que se expresa verbalmente, tanto por parte

del interlocutor como del propio hablante” (Rodríguez, P. 1998).

No se altera el contenido de lo que se dice, y que puede

acompañarse además de manifestaciones físicas con movimientos de

alguna parte de la cara o gesticulación excesiva.

Los esfuerzos para hablar y el stress normal del crecimiento

pueden ser los precipitantes inmediatos de pequeña repeticiones,

dudas y elongación de los sonidoseventos que caracterizan la

temprana aparición de tartamudez así como también de la

disfluencia normal en el desarrollo del lenguaje. Estos primeros

síntomas de tartamudez gradualmente desaparecen sólo algunos niños

los mantienen, y de hecho empiezan a mostrar actitudes frente al

lenguaje más tensas; presentando vergüenza, susto o frustración.

II. PREVALENCIA, INCIDENCIA

Alrededor del 5% de los niños pasan por un período de tartamudez

que dura aprox. 6 meses. Tres de cuatro de ellos se recuperan más

adelante, quedando un 1% con el problema a largo plazo.

Los antecedentes muestran que la frecuencia es igual en niños y

niñas al comienzo de esta etapa del desarrollo del lenguaje pero

luego los que continúan con tartamudez (esto es en etapa escolar)

son mayormente niños, aproximadamente un 75%.

III. DESARROLLO DE LA PERSONA CON ESPASMOFEMIA

1. La primera fase corresponde al período de preescolar, entre los

2 y los 6 años, en el que destacan seis características que se

pueden encontrar en la mayoría de los casos:

a) La dificultad tiende a ser episódica. el problema se

presenta durante semanas o meses entre los que hay

períodos de habla normal. En esta fase hay un alto

porcentaje de recuperación espontánea, en que los

episodios de tartamudeo no vuelven a aparecer.

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b) El niño tartamudea más cuando está excitado o enfadado,

cuando tiene mucho que, decir, o en condiciones de mucha

presión comunicativa.

c) El síntoma dominante del habla es la repetición. La

repetición simple es con frecuencia el único síntoma que

se encuentra. Lo habitual es que se repitan las sílabas

iniciales y a veces hay cierta tendencia a repetir

palabras enteras.

d) Hay una tendencia marcada a que el tartamudeo aparezca al

principio de la oración. En algunos niños pequeños el

tartamudeo se limita casi por completo a la primera

palabra de la emisión.

e) Los errores en el habla se dan en las palabras-función,

pronombres, conjunciones, artículos y preposiciones.

suelen repetir la palabra completa. Se repiten con

frecuencia palabras como: “pero”, “y”, “que”, “yo” y

“con”.

f) En esta fase el niño no se muestra preocupado por sus

dificultades del habla. Los niños de 2 o 3 años se

muestran frustrados cuando tartamudean y no quieren

hablar, lloran, o pueden decir “no puedo hablar”. Estas

reacciones se dan en respuesta a una experiencia inmediata

en la que se han tenido que hacer muchos esfuerzos para

hablar. Son reacciones breves y puntuales, que no tienen

reacción con las reacciones de los niños tartamudos

mayores de temor ante la comunicación.

2. La segunda fase del desarrollo del tartamudeo se manifiesta en

las primeras etapas de la escolaridad primaria y viene marcada

por:

a) El trastorno es fundamentalmente crónico. Es decir, hay

muy pocos períodos de habla normal, cuando aparecen.

b) El autoconcepto del niño es de ser tartamudo.

c) El tartamudeo se da en las partes principales del

discurso, nombres, verbos, adjetivos y adverbios. Hay

menos tendencia a tartamudear en las palabras iniciales y

las repeticiones de toda la palabra no son frecuentes.

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d) A pesar de que su autoconcepto sea el de tartamudo, el

niño se muestra poco preocupado por sus dificultades de

habla. No aparecen características como la anticipación

del tartamudeo, de las sustituciones, circunloquios,

evitación del habla o miedo a las palabras, sonidos o

situaciones, los cuales son más propios del tartamudeo más

avanzado.

e) Parece ser que el tartamudeo aumenta cuando el niño está

excitado o hablando rápido.

3. La tercera fase abarca desde los 8 años en adelante. Esta etapa

parece ser más común al final de la infancia y en la primera

adolescencia. El tartamudeo en esta fase tiene las

características típicas de:

a) El tartamudeo aparece y desaparece en función de la

situación específica en la que se encuentra la persona.

Hay situaciones que se suelen considerar más difíciles que

otras, como hablar ante toda la clase, hablar con extraños

o usar el teléfono.

b) También hay algunas palabras y sonidos que se consideran

más difíciles que otros.

c) Se comienzan a usar las sustituciones de palabras y

circunloquios en respuesta a una frustración más que a un

miedo real del tartamudeo.

d) No se evitan apenas las situaciones en las que hay que

hablar y no hay apenas muestras de temor o retraimiento.

En esta etapa empieza a desarrollarse la anticipación al

tartamudeo como algo muy consciente. También es característico que

el tartamudo hable libremente en casi todas la situaciones a pesar

de que la persona muestre completamente desarrollado el

tartamudeo. También puede que muestre irritación ante las

dificultades que tiene para hablar, más que vergüenza o ansiedad.

4. El final del desarrollo del tartamudeo, la cuarta fase, se

puede ver en niños de más de 10 años o mayores, especialmente

al final de la adolescencia y también en la edad adulta. Las

características vienen marcadas por:

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a) Anticipaciones intensas y temor al tartamudeo.

b) Se temen palabras, sonidos y situaciones.

c) Sustituciones de palabras y circunloquios muy frecuentes.

d) Evitación de situaciones de comunicación y aparición de

otros indicadores de miedo y vergüenza. Estas reacciones

pueden afectar a la capacidad del niño o del adolescente

para establecer relaciones sociales espontáneas y puede

provocar aislamiento del resto de la gente.

e) El aspecto más distintivo de esta fase son las reacciones

emocionales que empiezan a suponer un problema. Los chicos

empiezan a hacer conscientes de las reacciones que tienen

los demás ante su modo de hablar, y comienzan a sentirse

mal y a malinterpretar estas reacciones.

Este tipo de descripciones ayudan a clarificar que el tartamudeo

muestra diferentes características a lo largo de su desarrollo.

Sin embargo, estas subdivisiones no se suelen utilizar de esta

manera en la clínica. Cuando se va a realizar la evaluación o

diagnóstico del problema es más útil describir el tartamudeo y

detallar todos los factores que están influyendo.

Siguiendo la explicación de las distintas fases evolutivas, parece

claro que las faltas de fluidez aparecen de forma más simple en el

comienzo de la dificultad y que se van complicando en función de

las influencias ambientales, de factores del desarrollo y psico-

sociales.

Ante esta perspectiva es evidente que cuanto antes podamos

identificar los elementos que aumentan el riesgo de sufrir

disfluencias a largo plazo y podamos desarrollar estrategias para

solucionar el problema, más posibilidades tendremos de prevenir un

problema de tartamudeo crónico. Además se sabe que el pronóstico

de recuperaciones es mayor y puede alcanzar un 82% si el

profesional proporciona orientaciones a los padres antes del que

el niño tenga 5 años de edad. Sin embargo, esta proporción se

reduce a un 37% si la evaluación del niño se realiza después de

los 5 años.

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IV. FACTORES DE RIESGO

4.1. Historia Familiar

Existe actualmente importante evidencia que casi la mitad de los

niños que tartamudean tienen algún miembro en la familia que lo

hace y aumenta el riesgo si esa persona aún tartamudea. El riesgo

disminuye si esa persona superó la tartamudez en la infancia.

4.2. Edad de aparición

Los niños que empiezan a tartamudear antes de los 3 años y medio,

es muy probable que lo supere en 6 meses.

4.3. Tiempo de evolución

Entre el 75% y 80% de todos los niños que empiezan a tartamudearlo

superan en alrededor de 1 año sin tratamiento fonoaudiológico. En

la medida que lleve más tiempo tartamudeando, es menos factible

que pueda superar por sí mismo el problema.

V. ETIOLOGÍA

5.4. Factores Neurofisiológicos

Las teorías neurofisiológicas se basan en los resultados de

investigaciones sobre diferentes aspectos del sistema nervioso

central. En un principio se relacionó la tartamudez con la

existencia de alteraciones cerebrales.

Una primera teoría y más conocida fue la de la dominancia

cerebral. Se planteó que la aparición de disfluencias en el niño

que está aprendiendo a hablar, dependía de la falta de una

dominancia cerebral establecida para el lenguaje. Se argumentó que

los órganos fonoarticuladores, la lengua, mandíbula, laringe, ect.

Recibían en sus dos partes, derecha e izquierda, los impulsos

motores de diferentes zonas de ambos hemisferios. La

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sincronización de estos impulsos provenientes de dos vías

produciría un habla fluida y suave, sin distorsiones.

Los investigadores atribuyeron la adecuada sincronización a que

uno de los hemisferios era el dominante en los impulsos nerviosos.

Pero, si no se producía la suficiente dominancia de uno de los

hemisferios, las acciones de las dos mitades de la musculatura del

habla no se sincronizaría y aparecería una tendencia a la ruptura

del habla. Esta división podría crear retrasos en los tiempos de

procesamiento de las estructuras del habla y producir una

programación anormal de la misma. En el cerebro de la persona que

tartamudea, al no estar lateralizado, los mensajes de ambos

hemisferios entrarían en competición y crearían la disrupción.

La dominancia del hemisferio izquierdo del lenguaje implicaría que

está más especializado en la adquisición y procesamiento del

lenguaje que el hemisferio derecho y la dominancia derecha podrían

influir negativamente en el desarrollo de las capacidades

lingüísticas.

No se sabe cómo el lenguaje llegue a residir principalmente en un

hemisferio, pero parece que la lateralización del lenguaje se

produce en torno a los ocho años. Se argumenta que si

posteriormente los niños continúan tartamudeando, es consecuencia

de que la lateralización cerebral del lenguaje sigue siendo

incompleta.

Como la dominancia manual hace referencia a la lateralización del

lenguaje, también se ha estudiado ampliamente la dominancia manual

y el tartamudeo. Los resultados de los estudios no son claros. Se

han dado estimaciones muy variables, de zurdos que tartamudean

desde el 2% al 21% y de los ambidiestros del 61%. La investigación

sobre lateralidad no ha conseguido demostrar que las personas que

tartamudean se diferencien por ser zurdas o ambidiestras como se

creía.

Yeudall (1964), en su teoría neuropsicológica de la tartamudez,

sostiene que el hemisferio cerebral izquierdo normalmente tiene la

función de ejercer el control motor del habla y de inhibir al

hemisferio cerebral derecho en el trascurso de ésta. En las

personas disfluentes, el habla fluida se interrumpe cuando el

hemisferio cerebral derecho inapropiadamente ejerce el control del

habla, ya sea en el inicio o en el trascurso de la misma. Cada

hemisferio utiliza estrategias diferentes para procesar la

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información y es activado, en mayor o menor medida, por estímulos

variables. El hemisferio izquierdo, que opera de un modo

segmentario, es más eficiente para procesar información

fonológica, mientras que el hemisferio derecho, no segmentario, lo

es para elaborar información semántica.

Yeudall afirma que, previamente al tratamiento, las personas

disfluentes muestran un mayor predominio o activación del

hemisferio derecho en la región frontal posterior, y luego del

tratamiento esas mismas personas exhiben un cambio significativo

de activación hemisférica durante la expresión verbal, de la parte

no dominante a la dominante.

Otra de las conclusiones de la teoría de Yeudall es que, teniendo

en cuenta las investigaciones del sistema nervioso central, las

personas disfluentes carecen de dominancia cerebral para el habla.

Lo que los tratamientos efectivos buscarían, entonces, es la

activación del hemisferio cerebral izquierdo, estimulando

habilidades que sostengan una fluidez consciente y voluntaria.

Los estudios electroencefalográficos que midieron los efectos del

programa intensivo de tratamiento demuestran que el estrés y las

emociones negativas producen una activación del hemisferio

cerebral derecho. Si se siente temor o inseguridad o surgen

pensamientos negativos relacionados con el habla, se tendrá una

mayor dificultad para mantener el control de ésta. Es necesario un

balance adecuado de los dos hemisferios cerebrales para aumentar

la activación del hemisferio izquierdo, cuidando al mismo tiempo

las emociones negativas que puedan impedir que éste se vuelva más

dominante.

Los genetistas han encontrado que existe una susceptibilidad

familiar a la tartamudez, y que ocurre más frecuentemente en

hombres. Esto apoyado por el hallazgo de tartamudez en ambos

hermanos gemelos idénticos, y no la misma frecuencia en gemelos no

idénticos

Estudios radiológicos hechos en distintos centros muestran que los

adultos que tartamudean, evidencian diferentes anomalías en la

función cerebral. En contraste con los pacientes con habla normal,

las personas que tartamudean muestran desactivación de los centros

sensoriomotores izquierdos, y sobreactivación de los mismos

centros a derecha durante el habla.

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Existe la hipótesis que el defecto esencial es una falta de

integración sensoriomotora necesaria para regular los movimientos

rápidos de un habla fluida, una falta de coordinación entre los

sistemas neurales corticales y subcorticales, influyendo sobre la

selección, iniciación y ejecución de las secuencias motoras

necesarias para un habla fluida.

Estudios muestran patrones funcionales de activación neural

diferentes a las personas que no tartamudean. Los resultados

revelan diferencias significativas en la densidad de la sustancia

gris y blanca de los hemisferios izquierdo y derecho en las zonas

involucradas en el procesamiento auditivo y del habla.

Al parecer los tratamientos que inducen el canto (fluidez

temporal) y el comportamiento (fluidez permanente) tienden a

normalizar los patrones de activación cerebral.

5.5. Factores relativos al paciente

Un niño que habla claro y con pocos errores es muy probable que

supere solo la tartamudez, a diferencia de uno al que cuesta

entenderle. Si el niño hace frecuentes sustituciones, hace sonidos

fuera de las palabras o tiene problemas para seguir indicaciones;

hay que ponerle más atención.

Suelen tener baja tolerancia a la frustración, impulsividad,

exceso de actividad, intentos de llamar la atención, miedos.

5.6. Factores relativos al ambiente

Entre estos factores están:

Estrés Comunicativo: los padres que hablan muy rápido, turnos

de conversación rápidos, exceso de preguntas, superposiciones

e interrupciones, competición por hablar, padres que no

escuchan adecuadamente.

Estrés interpersonal: problemas de disciplina, demandas poco

realistas, exceso de actividades, competición/comparación con

hermanos, poco tiempo con los padres.

Situaciones Estresantes

Hasta el momento ninguno de estos factores de riesgo, parecen por

si solos indicar un problema crónico, sino más bien la interacción

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de estos factores de riesgo y/o presentar más de uno de ellos es

lo que parece diferenciar los niños que se mejoran de los que se

mantienen con tartamudez.

VI. SIGNOS DE ALARMA

Repetición de partes de palabra, palabras y/o frases, en número

y frecuencia aumentada.

Cambios de intensidad y frecuencia de la voz.

Pausas, interjecciones y/o muletillas en un número mayor al

habitual.

Incomodidad al hablar.

Esfuerzo al hablar.

Prolongaciones.

Tensión corporal visible y audible.

Dificultad al empezar a hablar y/o en mantener el patrón

respiratorio.

Cambio de palabra por temor al bloqueo. Miedo a producir

determinados sonidos.

Evitar hablar o contestar con monosílabos (sí, no, vale,…).

Miedo a enfrentar determinadas situaciones verbales.

Poca participación en clase. Timidez exacerbada.

VII. CLASIFICACIÓN

7.1. Neurogénica

- Por alguna lesión o golpe en el cerebro.

- Tartamudez adquirida.

- Los bloqueos pueden ocurrir en cualquier parte de la palabra.

- No muestra miedo o ansiedad.

7.2. Psicogénica

- Por trauma severo.

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- Es la menos común.

- El tartamudeo es independiente de la situación.

- No muestra ansiedad.

7.3. De Desarrollo

- En las primeras etapas del desarrollo del lenguaje, entre los 2

y 5 años.

- Cuando el infante aprende estructuras gramaticales más

complejas presenta difluencias propias de este aprendizaje.

VIII. NORMALIDAD Y GRADOS DE TARTAMUDEZ

8.1. I Normalidad

Entre 1,5 años y 7 años muchos niños pasan por diferentes etapas

de disfluencias para lograr el desarrollo del lenguaje.

Los niños con disfluencias normales, entre los 18 meses y los 3

años, presentarán repeticiones de los sonidos, sílabas y palabras

especialmente al principio de las frases, esto ocurre

habitualmente en 1% de las frases.

Luego de los 3 años, los niños con un lenguaje normal no repiten

los sonidos sino que las palabras y frases completas, incluso

sonidos de relleno, o dejando frases sin terminar. Los niños con

lenguaje normal pueden tener disfluencias en cualquier momento,

pero se hace más notorio cuando están cansados, tristes, o

“acelerados”, incluso cuando deben hacer preguntas o contestarlas.

Estas disfluencias pueden ser intermitentes en el tiempo, en

general los niños no notan estos cambios y la reacción de los

padres también es variable, desde que no notan estos cambios hasta

una gran aprehensión por la alteración del lenguaje que presentan

sus hijos. Estos padres muy aprehensivos se benefician siendo

derivados a un fonoaudiólogo para el niño sea evaluado y reciban

pautas de observación.

8.2. II Tartamudez leve

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Puede empezar en cualquier momento, pero es más frecuente entre

los 3 y 5 años, cuando el desarrollo del lenguaje es

particularmente rápido, y suele aparecer frente a situaciones de

stress para el niño (nuevo hermano, cambio de casa).

Estos niños se presentan igual que los anteriores, pero la

frecuencia de la disfluencia es mayor (repiten más veces o

prolongan letras) y muestran signos de darse cuenta de la

alteración, a veces cerrando los ojos, mirando hacia un lado,

tensando la boca. Otro signo en estos casos es que el tartamudeo

no tiene tanta intermitencia, si no que se presenta todos los

días; por último los niños no están tan conscientes del

tartamudeo, pero pueden estar por momentos avergonzados de hablar,

incluso pueden en esta etapa preguntarle a sus padres por qué

tienen este problema para hablar.

8.3. III Tartamudez severa

Estos niños generalmente muestran signos físicos de tensión, e

intentan esconder su tartamudez y evitan hablar. A pesar de que

los cuadros severos son más frecuentes en los mayores, se pueden

ver en niños de 2 años, puede aparecer de improviso o presentarse

en niños que tenían un cuadro leve. Se caracteriza por difluencias

en cada frase, prolongación o eliminación de letras.

Pueden tener signos físicos agregados como los mencionados en los

pacientes menos severos, o también agregar sonidos antes de la

palabra que suponen van a tartamudear.

Lo más probable es que este tipo de tartamudez severa que se

presenta por más de un año y medio persista, aunque algunos pueden

tener una recuperación espontánea.

La frustración que resulta de no poder hablar con un ritmo

correcto les provoca miedo de hablar. Se ponen ansiosos frente a

situaciones en que se supone deberán hablar.

Los padres de estos niños se sienten preocupados y solicitan

información para poder ayudar a sus hijos. Se les debe informar

que la tartamudez de sus hijos es multifactorial.

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IX. TRATAMIENTO

9.4. Terapia el niños con espasmofemia

La terapia puede consistir en algunas sesiones con los padres, o

puede involucrar una interrelación mayor, trabajando tanto con los

padres, como con el niños, por varios meses. Con un niño de edad

preescolar, un terapeuta intenta prevenir o minimizar la

tartamudez.

Cuanto más tarde empiece la terapia, menores son las posibilidades

de que los rasgos del problema puedan ser eliminados. Si la

tartamudez ha estado presente por más de seis meses, o si se está

volviendo más constante cada día, y más consistente de una

situación a otra, se requiere más que sólo la ayuda de sus padres.

Si existe tensión en la forma en la que los padres y otra gente

hablan al niño, o tensión en la forma en la que los miembros de la

familia se relacionan uno con otro, entonces, estas tensiones

deben ser reducidas.

Circunstancias que pueden incrementar la tartamudez

Tensión en la comunicación Tensión interpersonal Modo como los padres y otras hablan con el niño Modo de interrelación, entre los miembros de la familia

1. Ritmo del lenguaje rápido y

conversaciones aceleradas.

2. Interrupciones al niño

3. Adivinar lo que el niño va a decir

4. Comenzar a hablar inmediatamente, en

cuanto el niño toma una pausa o deja de

hablar.

5. Bombardear al niño con muchas

preguntas.

6. Necesidad de competir, para poder

participar en una conversación

1. Demandas irreales al niño

2. Conflictos sobre disciplina

3. Rutina familiar azarosa o inconsistente

4. Ritmo familiar rápido

5. Experiencias que hagan sentir al niño no

valorado

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Algunos niños que tartamudean pueden tener también otros problemas

de lenguaje; pueden tener problemas para pronunciar algunos

sonidos o palabras p pueden tener dificultad para elegir palabras

rápida y correctamente. Debido a que estos problemas de lenguaje

pueden estar relacionados al desarrollo de la tartamudez, o pueden

complicar el tratamiento, la terapia también tratará estos

problemas, cuando sea necesario.

Padres involucrados en la terapia

Ya que el ambiente de casa, tiene una influencia tan importante en

el lenguaje del niño, es claro que los padres tendrán que

involucrarse en la terapia.

Desde el inicio, observamos que los padres tienen muchas preguntas

sobre el desarrollo del lenguaje y la tartamudez. Se les suele

describir el desarrollo del lenguaje como l paso de palabras a

frases, y luego a oraciones, y se les debe ayudar a identificar

las formas en las que la suave fluidez del lenguaje puede ser

interrumpida en la tartamudez (repetición o prolongación de

sonidos, repetición de sílabas, bloqueos, etc.)

Cuando los padres describen esas situaciones que parecen

incrementar o reducir la tartamudez de su hijo, se les instruye o

se trabaja con los padres para ver el mejor modo de manejar la

situación. Donde se les sugiere tener “tiempos de conversación”

con el niño en casa, mamá y papá escucharan con cuidado al niño y

enfatizarán el hecho de tener cada uno su turno para hablar.

Cuando el niño también logra esto, se le motivará un reforzamiento

diciéndole “Me gusta la forma como esperas a tu turno para

hablar”. Al continuar progresando, el hecho de tomar turnos, se

irá planteando el mismo proceso a otros miembros de la familia. La

meta era dar al niño más atención en una forma estructurada y

ayudarle a tomar parte en una conversación sin interrumpir a

otros.

Nosotros como especialistas clínicos en el lenguaje, no solo les

decimos, sino que también les enseñamos a los padres qué cambios

hacer. Podemos demostrar una forma de hablar más relajada, con un

ritmo ligeramente más lento, con pausas mayores antes de responder

al niño, cuando este habla. Gradualmente, los padres van tomando

más el papel del terapeuta, y emplean la conducta modificada

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17

cuando están hablando con el niño. Los niños tienen una mejor

respuesta cuando saben que sus padres están aprendiendo también.

9.1.1. Tratamiento en niños de edad preescolar

Cuando se detecta a un niño en los estadios tempranos del inicio

de su tartamudez, únicamente la guía de los padres (o

supervisión), será generalmente la única intervención que

recibirá. Algunos terapeutas querrán siempre observar el cambio

del medio ambiental del niño, antes de trabajar más directamente

con él. Algunos sugieren una atmósfera de conversación, permisiva,

cálida, participativa y confortable. Se pueden hacer otras

observaciones del niño en esta atmósfera qu habitualmente conduce

a un lenguaje más relajado.

El terapeuta pude decidir tener una terapia más directa con el

niño, tomando en consideración:

1. La tensión del lenguaje del niños

2. El tiempo de evolución del problema

3. La frecuencia de presentación

4. Si existen o no otros problemas del lenguaje

Cuando el patrón de tartamudez se ha establecido más firmemente,

incluso en niños de edad preescolar, el terapeuta puede ayudar a

que esos niños cambien su lenguaje enseñándoles (modelando) una

forma más relajada de hablar, empezando con mayor beneficio del

tratamiento, los padres deben de aprender a modelar el lenguaje,

para el niño, como el terapeuta lo hace.

9.1.2. Tratamiento en niños de edad preescolar

Con niños mayores, el terapeuta puede ser más directo al enseñar

al niño como reducir la tensión y halar de una forma más relajada

con movimientos suaves entre cada palabra. Desde luego la terapia

es diferente para cada niño, de ahí la importancia d la

supervisión por el médico foniatra.

Frecuentemente, solo con enseñar al niño, cómo empezar las

palabras y trabajar en la construcción de oraciones más largas,

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hablando en una forma más lenta y relajada, suele ser suficiente.

Con otros niños se pude contrastar el “hablar fácil”, con el

“hablar difícil”, y en aquellos donde hay más tensión (y

expectación de dificultad) de ciertas palabras o sonidos, ayudamos

al niño a estar más consciente de la tensión y contrastamos esto

con la forma relajada y fácil de hablar.

Las actitudes que uno deba tomar con un niño en edad escolar, se

divide en dos tipos:

1. Explicándoles como el lenguaje se produce y ayudándoles a ver

que cambiar la forma del lenguaje es como aprender una

destreza en deportes (pegarle a una pelota)

2. Escuchándoles con atención y ayudando al niño a enfrentarse

con sus temores y preocupaciones, como las bromas de algún

compañero-

9.5. Terapia en adolescentes con espasmofemia

De acuerdo con Silverman es posible reducir o modificar la

disfluencia cambiando la actitud del adolescente sobre s propia

tartamudez. Es necesario que el adolescente comprenda que la

tartamudez es una dificultad en la comunicación, y que el

conocimiento de la disfluencia lo ayude además a descubrir caminos

para ajustar su conducta.

Es imposible modificar lo que no se conoce; por ello el

conocimiento es básico para conducir al adolescente hacia una

apertura que permita cambios. En el trabajo con el adolescente es

fundamental trasmitirle un conocimiento básico sobre la

neurofisiología de la tartamudez, su compromiso mental,

lingüístico y motor. Se deberán explicar los mecanismos que

producen las dificultades en el control motor del habla para que

ese conocimiento pueda ser puesto al servicio de la aceptación y

uso de los procedimientos.

La tartamudez en el adolescente puede tener una influencia

negativa en el rol académico, social y vocacional, y un efecto

devastador en el status individual de la persona. Todavía no son

adultos pero ya no son niños. Durante este periodo de turbulencia

y de transición entre los 11 y los 20 años de edad, la tartamudez

toma un nuevo significado y los adolescentes pueden responder con

actitudes de evitación frente al tratamiento.

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19

La toma de conciencia y comprensión del problema es un punto

crucial durante este periodo. El jovencito necesita saber y tener

una profunda comprensión e información acerca del desorden y una

respuesta honesta acerca de cómo se compensa. También en este

momento el adolescente tiene que empezar a darse cuenta de que la

tartamudez probablemente no se le vaya y que para que no trasforme

en un trastorno severo y crónico es necesario que él promueva

cambios.

El tratamiento debe basarse en la estimulación de la

independencia. Independencia en las acciones, autosuficiencia,

necesidad de gobernarse solo. El juicio de los otros, la burla, el

sentido del ridículo, el ser utilizado como payaso en los grupos,

tienen un peso importante en el trastorno. En primer lugar, se

deberán presentar numerosas estrategias que le permitan cambiar su

forma de tartamudear: el habla prolongada, la sensibilización,

técnicas de utilización de una pequeña corriente de aire cuando

comience a hablar. Quizás algunos necesiten un inicio más suave y

en general siempre está en juego un cambio de actitud. El objetivo

de la naturalidad en el tratamiento es muy sensible y cercano. Se

debe lograr una fluidez natural y para lograrlo suelen combinar

una tartamudez más natural, con menos esfuerzo, y la aplicación de

los procedimientos para hablar más fluidamente.

9.6. Terapia en adultos con espasmofemia

La experiencia clínica muestra que el adulto en general ha probado

diversos abordajes terapéuticos con escaso éxito. No pocas veces

se ha resentido y desengañado y experimenta sentimientos hostiles

hacia los tratamientos, en particular los fonoaudiológicos. Ha

convivido con su disfluencia como ha podido: disimulando, no

participando o eludiendo situaciones verbales.

Éste es un sufrimiento oculto que en general no ha compartido con

nadie, y que ha entrañado una serie de experiencias a veces

traumáticas: ha pasado por diversos aprendizajes, por una amplia

gama de mociones, por burlas y otras situaciones difíciles. Pero,

a fuerza de salud mental y de tenacidad, pudo ir sorteando las

barreras que le han impuesto la vida y, en particular, las

situaciones verbales. En general no cree en los tratamientos

surgidos a partir de las últimas investigaciones y de los grupos

de ayuda mutua.

Page 20: Espasmofemia

20

Sin embargo en fundamental que el terapeuta tena clara convicción

de ello: el cambio es posible, no importará la edad o las

situaciones adversas que el sujeto haya vivido.

El tratamiento en el adulto que tartamudea apunta a comprobar la

evolución de la tensión y a descubrir qué la provoca. En ocasiones

la tartamudez es muy avanzada y presenta un comportamiento de gran

esfuerzo muscular y mental, sumado a signos de retraimiento

social. Pero cada caso es particular y único, por lo que cualquier

propuesta terapéutica deberá comenzar con la evaluación objetiva

de la dificultad verbal y el estudio de las actitudes relacionadas

con la disfluencia. El programa de tratamiento deberá incluir los

resultados de la evaluación diferencial que atañen a los aspectos

cognitivos, lingüístico y motor del habla.

X. TÉCNICAS DE TRATAMIENTO

10.15. Ejercicios de Respiración

- Pararse en forma erecta, con la mirada en frente, con los pies

juntos y las manos en los muslos.

- Sentarse apoyándose sobre el espaldar de la silla, con la

mirada al frente, con las piernas casi juntas y las manos sobre

los muslos.

- Caminar con los brazos cruzados sobre la espalda.

- Tomar aire por la nariz inflando el abdomen, esperar cinco

segundos, luego botar el aire por la boca desinflando el

abdomen.

- Inspirar por la nariz (1), tomar una pausa de cinco segundos

(2) y luego espirar por la boca (3).

- Tomar aire profundamente por la fosa nasal derecha, tapando el

dedo izquierdo, retener brevemente el aire y expulsarlo por la

1

2

3

Page 21: Espasmofemia

21

fosa izquierda, tapando entonces la fosa derecha. Repetir el

ejercicio en forma inversa.

- Tomar aire por la nariz rápidamente, reten el aire por cinco

segundos y expulsar en forma lenta y prolongada emitiendo

sonidos con ritmo (silbidos rítmicos).

- Tomar aire por la nariz en forma lenta y profunda, retener el

aire y expulsarlo en dos o tres tiempos.

- Efectuar una espiración nasal profunda y prolongada elevando

los brazos, parar, realice una pausa y expire por la boca con

el descenso de los brazos a la posición inicial.

- Con las manos en la cintura, elevar las puntas de los pies en

la inspiración y vuelva a la posición inicial en la espiración.

- Echarse y poner sobre su abdomen un cuaderno y perciba como se

eleva en la inspiración y desciende en la espiración.

- Sentarse en una silla con las piernas abiertas de cara al

espaldar y coloque sobre éste los brazos cruzados y apoye en

ello la cabeza y respire.

- Soplar fuertemente un papel contra la pared, desde una cierta

distancia, durante el mayor tiempo posible. Ir caminando a

mayor distancia.

- Soplar la vela hasta apagarla. Ir distanciando sucesivamente a

medida que vaya aumentando la fuerza del soplo.

- Soplar las 2 ó 3 velas, situadas en fila y en movimientos

horizontales, siguiéndolas hasta apagarlas, con una sola

inspiración.

- Soplar una vela haciendo que se mueva la llama sin apagarla. Ir

alejando y acercando la vela sin apagar la vela ni dejar que se

mueva la llama, el mayor tiempo posible y con una sola

inspiración.

- Inflar un globo con una sola inspiración varias veces y

compruebe sucesivamente el aumento de su capacidad

respiratoria.

10.16. Reeducación de la velocidad del habla

Desde hace mucho tiempo se ha comprobado que un habla más lenta

reduce el tartamudeo.

Esta técnica está basada en la disminución de la velocidad. El

habla lenta facilita la formulación del lenguaje, los movimientos

articulatorios, así como la coordinación e integración de los

sistemas respiratorio, fonatorio y articulatorio, para la

producción de un habla fluida. Sin embargo, la velocidad no es el

único objetivo y se ha combinado con otros procedimientos como la

Page 22: Espasmofemia

22

prolongación de los sonidos vocálicos o aumentar la duración

fonatoria. También se insiste en producir unos movimientos

articulatorios suaves, manteniendo la entonación natural del

habla.

10.17. Habla rítmica

Se ha utilizado, durante décadas, la introducción de un patrón

rítmico artificial para el control del habla. En el habla rítmica

se pide al paciente que sincronice las sílabas y palabras

siguiendo un ritmo. Después de establecer una línea base

generalmente se inicia la terapia con la repetición del modelo que

ofrece el terapeuta. Al principio se propone un ritmo lento, de

modo que la persona pueda seguir la cadencia con facilidad y a la

vez se vaya eliminando de la producción del habla la tensión de la

articulación.

Posteriormente la terapia contempla ir aumentando la tasa de habla

hasta alcanzar una velocidad adecuada para mantener la fluidez del

niño. El habla rítmica generalmente se practica en primer lugar

con lectura para que el tartamudo se acostumbre al patrón y

posteriormente pueda aplicarlo al habla espontánea. Se ha

planteado que la efectividad de la técnica está en relación con

que el ritmo es un factor de distracción, que impide al tartamudo

atender a la producción de su habla. En cualquier caso, aunque la

distracción esté presente, es evidente que con el método se

produce una reducción drástica de los bloqueos y de las

disfluencias.

Para la aplicación del ritmo se han utilizado distintos tipos de

procedimientos. Unos se han apoyado en instrumentos de tipo

mecánico o electrónico que producen un ritmo audible, visible o

táctil que el paciente debe seguir. El metrónomo es un aparato que

se utiliza con asiduidad en el aprendizaje musical y su aplicación

al campo terapéutico tiene también una historia larga. Con él se

puede seguir el ritmo de forma precisa, es posible establecer un

número de percusiones por minuto y así, al seguir sus pasos,

graduar la velocidad del habla. Se ha utilizado por diferentes

autores, como ayuda en las terapias de fluidez, para realizar un

entrenamiento del habla del tartamudo. En relación con este

sistema se han fabricado incluso dispositivos portátiles, que

trasmiten el ritmo al tartamudo, por medio de vibración o de

Page 23: Espasmofemia

23

estímulos táctiles, y que el tartamudo puede llevar en la mano o

como un audífono.

Otra aplicación de este mismo sistema y muy extendido en nuestro

país es el modelar un patrón rítmico por medio de producir golpes

con los dedos, mientras se van silabeando rítmicamente las

palabras.

La terapia con ritmo es útil en todas las edades. Sin embargo, el

uso de instrumentos o el sistema de producir golpes con las manos

no se considera adecuado en niños pequeños. En las primeras edades

los niños presentar limitaciones de la atención y del desarrollo

de la conciencia silábica, que dificultan su uso. En los niños

pequeños está más indicado utilizar el ritmo a modo de juego. Los

juegos de ritmo, las emisiones producidas con ritmo marcado o las

actividades musicales son más efectivos en estas edades.

10.18. Facilitación de la coordinación motora oral

Frecuentemente el habla de niños no fluidos presenta escaso

movimiento articulatorio, poca apertura de mandíbula o movimientos

muy rápidos. También se conoce la alta incidencia de trastornos

fonológicos entre los niños que tartamudean, lo cual puede influir

en el desarrollo de los patrones de fluidez alterados. Por esta

razón se plantea trabajar con estos niños la coordinación motora

articulatoria.

Los programas de terapia para facilitar la coordinación motora

oral abordan la estimulación desde tres áreas: la precisión, el

flujo suave y la tasa. Cada área se trabaja por separado para

luego ir integrándolas gradualmente, para mejorar el ajuste de las

diferentes áreas. Se entrena al niño en realizar ejercicios,

utilizando también un habla lenta para que vaya siendo capaz de

realizar mejor la planificación motora.

10.19. Establecimiento de contactos articulatorios leves

Algunos niños cuando tartamudean muestran esfuerzo, contactos

articulatorios duros, con una tensión muscular elevada que produce

bloqueos del flujo de aire. Los “contactos suaves” son movimientos

de los músculos articulatorios (lengua, labios, mandíbula) lentos,

prolongados y relajados. Practicar contactos articulatorios suaves

da al paciente un medio para reducir la tensión en los momentos de

Page 24: Espasmofemia

24

los bloqueos, a la vez que facilita cambios más suaves en la

producción del habla.

El énfasis en los movimientos articulatorios sueltos y suaves,

apoyado por un flujo de aire contínuo, pueden utilizarse siguiendo

una jerarquía, empezando en el nivel del fonema e ir aumente su

atención sobre los contactos suaves frente a los bruscos. Por

ejemplo, el niño lee una lista de palabras, alternando entre una

producción suave y otra brusca, y se le anima a percibir la

diferencia física entre estos dos contactos, comentando

posteriormente con el terapeuta las diferencias entre los dos

tipos de mecanismos.

10.20. Comienzo fácil

Uno de los momentos más problemáticos para el tartamudo suele ser

el comienzo de la emisión. La mayor parte de los errores se

presentan al iniciar el habla, surgiendo dificultades de

coordinación, esfuerzo o tensión en los movimientos

articulatorios. Asimismo pueden aparecer problemas de control del

habla si el tartamudo anticipa o teme iniciar la expresión.

El método de comienzo fácil disminuye el tartamudeo de forma

importante y ha sido utilizando en terapia. La técnica consiste en

iniciar el habla con un comienzo suave y gradual de la fonación y

con una espiración estable. Se comienza a un nivel prácticamente

inaudible y se va aumentando gradualmente hasta le tono de voz

completo. El comienzo fácil sólo se utiliza al principio de la

respiración. Se pide al hablante que mantenga un nivel adecuado de

relajación de los órganos fonoarticuladores, dentro de la

distensión general de todo el cuerpo. Se practica un contacto

articulatorio blando, para reducir la tensión durante los momentos

en los que aparecen bloqueos y facilitar la transición fácil de un

sonido a otro en la producción del habla. Se utiliza en las

palabras o sílabas iniciales y en los puntos de tensión o en las

palabras difíciles o temidas.

Durante la práctica, se debe mantener la prosodia normal.

Paralelamente, la combinación con un patrón de habla lenta

favorece esta técnica y facilita la reducción de la tensión en la

coordinación motora del habla. Este sistema también se ha usado

como método de relajación para controlar el esfuerzo en el inicio

del habla. En las terapias de control de la fluidez se ha

utilizado con frecuencia el comienzo fácil para establecer un

Page 25: Espasmofemia

25

patrón de habla alternativa, que se pueda utilizar habitualmente.

En algunos programas se ha combinado con otras técnicas, como el

control respiratorio como procedimiento esencial.

El comienzo fácil se puede aprender a cualquier edad, si se enseña

convenientemente. Se ha empleado con niños especialmente cuando

existen bloqueos, prolongaciones y pausas tensas. Para facilitar

al niño el uso de esta técnica es conveniente dar el modelo al

niño de cómo hacerlo. En los niños pequeños, preescolares, siempre

se realizará por medio del juego y del ejemplo del terapeuta.

10.21. Relajación

Generalmente cuando el niño lleva tiempo tartamudeando aparece

anticipación y con ella la ansiedad y esfuerzo en los movimientos

articulatorios. La relajación es un antagonista en las sensaciones

de ansiedad y de tensión. Con la aplicación de éste método el

tartamudeo tiende a desaparecer o al menos a ocurrir con menor

frecuencia e intensidad y se producen menos conductas asociadas.

Favorece la reducción de la velocidad del habla y aumenta la

frecuencia y duración de las pausas. También ayuda a que se

prolonguen las vocales y las consonantes. Además la presión sobre

los órganos articulatorios es menor y estos se articulan con mayor

precisión. La respiración bajo condiciones de relajación también

se regula, se hace más estable. El tipo de entrenamiento que se

suele utilizar con más frecuencia es la relajación progresiva de

Jacobson.

En la clínica se han utilizado diferentes versiones de este método

aplicado a niños con tartamudez, generalmente con mayores, ya que

en los preescolares esta técnica no está indicada. La terapia de

relajación se suele emplear previamente a la puesta en práctica de

otros patrones de otros patrones de habla. El entrenamiento en

relajación se gradúa en varias sesiones (de 4 a 12 sesiones),

durante las que se entrena al niño en distintas actividades de

tensión/relajación de diferentes partes del cuerpo (manos, brazos,

respiración, estómago, cara, ojos, labios, lengua y garganta,

finalizando por las piernas). Para cada una de las partes se

realizan ejercicios de tensión y a continuación se van adquiriendo

niveles de relajación progresivos. Se requiere práctica continuada

para poder conseguir los beneficios del sistema. Se recomienda

realizar los ejercicios una o dos veces al día, durante al menos

cinco semanas para poder observar avances. Para los niños

preescolares existen otros métodos que se adaptan mejor a sus

Page 26: Espasmofemia

26

capacidades y nivel cognitivo. En estas edades es conveniente

utilizar el juego y la imaginación para sugerir la relajación y la

tensión. Imágenes mentales como la de un muñeco de madera

(tensión), o un gato perezoso frente a otro enfurecido. Este tipo

de propuestas, a modo de juego, incrementa la motivación hacia las

tareas y facilita el recuerdo de las instrucciones y el interés

por practicarlo con frecuencias.

El programa de Runyan y Runyan (1999) plantea para niños escolares

seguir una serie de reglas para reducir el tartamudeo. Se les

enseña la reducción de la tensión en la zona oral relajando los

grupos musculares que intervienen en la producción del habla,

eliminando posturas articulatorias rígidas y relajando la zona

laríngea por medio de un comienzo suave de fonación y soltando el

aire.

Otros autores han utilizado, en algunos programas de mejora de la

fluidez, ejercicios para regular la respiración y hacerla más

profunda como sistema para conseguir un efecto de relajación

general.

La relajación se puede introducir como un método adicional,

generalmente no es efectiva utilizándola sola. Es importante

integrarla con alguna otra terapia de modificación del tartamudeo

y practicarla primeramente en la clínica, estableciendo pasos,

para luego generalizarla a otros ambientes.

10.22. Desensibilización

Tiene como base la relajación. Desensibilizar significa reducir la

respuesta a un estímulo determinado. Esta reducción de la

respuesta se produce cuando se utiliza la relajación y se inhibe

la ansiedad en presencia del estímulo que lo provoca. De esta

forma, esta técnica se ha utilizado tradicionalmente como recurso

para abordar la ansiedad o el temor a determinadas situaciones.

Con un entrenamiento previo en relajación profunda se va

enfrentando al paciente a diferentes situaciones.

Estas circunstancias se determinan previamente y se jerarquizan,

estableciendo una escala de valoración cuantitativa, según los

sentimientos subjetivos de ansiedad que provoquen al tartamudo

esas situaciones. Mientras el paciente está relajado se presentan

las escenas de la jerarquía, imaginando o enfrentando cada

situación concreta. Se comienza la terapia de forma gradual por

Page 27: Espasmofemia

27

las situaciones de menor a mayor dificultad, en función del temor

o ansiedad que le sugieran tales circunstancias.

Este procedimiento, en su forma clásica, no se utiliza como

terapia aislada del tartamudeo. Es útil para abordar determinados

temores específicos que pueden aparecer ante una situación

precisa, como por ejemplo, el empleo del teléfono o leer en voz

alta. Sin embargo, su uso es frecuentemente en muchas terapias de

tartamudez. Se lleva a cabo en la terapia el introducir

gradualmente las situaciones de comunicación que provocan ansiedad

e incluir refuerzo de la fluidez, mientras se mantiene la

relajación. Por otro lado, la aplicación de la desensibilización

sistemática requiere necesariamente un entrenamiento

psicoterapéutico del profesional, dada la complejidad de esta

técnica.

10.23. Control de la respiración

Con frecuencia los niños, mientras están tartamudeando, pueden

desarrollar un patrón de respiración inadecuado. A menudo se

pueden observar alteraciones en la respiración cuando intentan

controlar el habla., como hacer inspiraciones rápidas y

superficiales, hablar cuando ya han agotado el aire en los

pulmones o emitir las palabras cuando se está inspirando. En

función de estas dificultades se ha constatado que el control de

la respiración y una respiración adecuada son aspectos importantes

para disminuir el tartamudeo en los niños. Generalmente el control

respiratorio no se utiliza como terapia aislada.

Se suelen utilizar también otras técnicas como “comienzo fácil” o

“prolongaciones” de sonidos al comienzo de la frase,

paralelamente, y como ayuda al control de la respiración. Algunos

autores plantean además que el niño conozca el proceso de habla

normal y que se le enseñe la importancia que tiene la respiración

en el habla, mostrándole ejercicios para mejorar la conciencia y

el control respiratorio. Se enseña la relación de coordinación

entre el flujo de aire, la voz y la aarticulación y como todo ello

puede mejorar su fluidez, ayudándole así a comprender mejor sus

dificultades de comunicación.

Hay que tener en cuenta que los niños preescolares no suelen

mostrar alteraciones generalizadas de los patrones respiratorios y

cuando éstas existen son menos consistentes que en los niños

Page 28: Espasmofemia

28

mayores. Aún así, no se considera una técnica para utilizarla sin

el apoyo de otros métodos de control de la fluidez.

10.24. Enmascaramiento

Con el enmascaramiento el paciente con disfluencia habla

simultáneamente a un ruido de elevada intensidad que reduce el

feedback auditivo. Con la aplicación de este sistema, los bloqueos

disminuyen. Usualmente implica llevar unos audífonos conectados a

una mitad portátil de enmascaramiento auditivo que generalmente se

activa al inicio vocal. Este tipo de aparatos se han utilizado

como método de tratamiento para establecer fluidez. Este

procedimiento, como el uso de otros instrumentos, no se considera

adecuado para practicar con niños preescolares ni escolares.

10.25. Retroalimentación auditiva demorada (RAD)

Se plantea que existe una disfunción en alguno de los canales de

retroalimentación que controlan el habla (aérea, ósea y

cinestésica) o una inadecuada coordinación entre ellos. El habla

normal se altera severamente si se retarda artificialmente la

transmisión de la retroalimentación auditiva (RAD) por alguno de

los tres canales existentes. La terapia consiste en adaptar el

habla a los efectos de la RAD, es decir, contrarrestar sus efectos

prolongando la duración del sonido tratando de que la transición

entre sonidos y sílabas sea lenta.

10.26. Seguimiento y habla en coro

El seguimiento consiste en seguir el habla de otra persona

retrasándose unas sílabas de su emisión o hablando

simultáneamente. Mediante este sistema el paciente se adapta al

habla del compañero reduciendo las disfluencias del habla.

Con niños preescolares y escolares se puede utilizar fácilmente

con buenos resultados de cara a mantener la fluidez. Algunos

autores lo han puesto en práctica especialmente con niños

pequeños. Al niño se le entrena en la técnica, dándole la

instrucción de que siga al terapeuta mientras está hablando o

Page 29: Espasmofemia

29

leyendo, imitando su forma de hablar. El habla o la lectura se

reduce en la velocidad hasta 50 o 70 palabras por minuto. Con

niños preescolares se puede utilizar distintas actividades de

juego, como por ejemplo imitar a una marioneta después de que el

muñeco haya contado algo.

Otro método muy utilizado es el habla en coro o al unísono. Se

trata de que la persona que tartamudea hable simultáneamente con

una o varias personas. El resultado es que se establece la fluidez

del habla, posiblemente porque mientras utiliza el método la

persona atiende a lo que dice el otro más que a su propia emisión.

Éste es un sistema fácil de usar con niños a cualquier edad, como

siempre, a modo de juego con los más pequeños. Con los escolares

se ha utilizado en programas de tratamiento. Este componente

también se puede utilizar junto a otras estrategias de mejora de

la fluidez o en circunstancias concretas. En los niños mayores, y

desde que saben leer, es un recurso muy útil para entrenar la

lectura en voz alta dentro de la clase, situación que suele ser

una dificultad muy generalizada en esa edad.

10.27. Aumento de la longitud y la complejidad

La manipulación sistemática de la complejidad lingüística y el

efecto que tiene sobre la fluidez es algo muy conocido. Se observa

que en la medida que se disminuye la longitud y la complejidad de

las frases, es menor la probabilidad de que aparezcan los bloqueos

en el habla del paciente.

Este resultado parece que incide en la producción del habla,

aumentando también la programación motora necesaria para decir

estas frases. Con el aumento de la complejidad verbal, por un

lado, la coordinación de la respiración, la fonación y la

articulación se hace más compleja, y por otro lado, aumenta el

nivel de exigencia al proceso cognitivo. Por tanto, si se reducen

las demandas que se realizan al sistema de producción de habla del

niño se disminuirá la probabilidad de que se bloquee apareciendo

un habla fluida.

En función de estos aspectos, en la evaluación y durante la

intervención en problemas de fluidez, se debe manejar por el

terapeuta la dificultad psicolingüística de la actividad que se

está realizando. En la expresión verbal se irá de lo simple a lo

complejo. En una primera instancia se pide al niño que realice

actividades de una palabra y después seguir avanzando hacia una

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30

frase, luego varias frases, una historia, una conversación, etc.

No es lo mismo decir una palabra o secuencia de palabras

aprendidas, que recordar y expresar una secuencia de hechos y

palabras en una narración.

Es importante recordar que, dentro de las habilidades

terapéuticas del clínico, en trastornos de disfluencia, está la de

controlar qué nivel de exigencia implica la tarea en el lenguaje

del niño y en la planificación motora, ya que ambos son factores

que pueden influir en su fluidez. Este recurso lingüístico se

puede utilizar también junto a otras estrategias de mejora de la

fluidez, como disminuir la tasa de habla, la planificación oral

motora y la automonitorización.

10.28. Cancelación

El procedimiento se basa en que cuando el paciente dice una

palabra presentando bloqueos debe parar intencionadamente,

examinar sus sentimientos y conducta, intentar decirla de nuevo y

continuar hablando. La cancelación da la oportunidad de revisar el

momento de tartamudeo y analizar lo que está ocurriendo, para que

se pueda modificar la conducta. La atención que se pone en la

falta de fluidez ayuda a que el tartamudo sea más consciente de

los elementos que la provocan y pueda así mejorar su capacidad

para modificar el habla.

Estos procedimientos se han utilizado con niños mayores y requiere

tener un conocimiento de la actitud y características personales

del niño. Es necesario que el terapeuta aplique esta técnica con

cautela y con una actitud afectiva y afable para no generar en el

niño frustración ante las interrupciones, especialmente al

comienzo del tratamiento.

En la misma línea también se ha utilizado la técnica de

congelación, en la que el hablante debe percibir el tartamudeo que

produce, en el momento en que está fallando la fluidez, suspender

ese momento y comenzar a modificar el error antes de terminar. En

ese momento el terapeuta se centra en el bloqueo, detiene la

emisión y muestra al paciente como ir relajando despacio el habla,

mediante una prolongación o repetición sencilla. Con esta técnica

se enseña al niño a cambiar de una forma de hablar brusca a una

sencilla y le ayuda a conocer cómo se bloquea y cómo puede

desbloquearse. El terapeuta muestra al tartamudo a practicar

Page 31: Espasmofemia

31

dentro de la sesión para pasar gradualmente a situaciones de habla

espontánea.

XI. CONSEJO A LOS PADRES

En los niños que parece ser una disfluencia dentro de lo normal

del desarrollo del lenguaje, se les debe informar que forma parte

de la normal adquisición del lenguaje. Se les aconseja que los

padres deben aceptar estas disfluencias sin hacer comentarios o

reacciones notorias para el niño.

A los padres muy aprehensivos se les indica que ellos deben bajar

la velocidad con que hablan, usar frases cortas y simples, y

reducir el número de preguntas que hacen, y tratar de lograr un

ambiente tranquilo cuando están hablando con su hijo.

No deben darle instrucciones de hablar más lento o repetir

nuevamente la palabra que dijo mal, por lo contrario, deben

esperar pacientemente que su hijo termine de hablar.

En los niños con tartamudez leve los padres no deben alarmar al

niño y ser lo más atentos posible a lo que el niño habla. Su tarea

es hacer el ambiente del niño lo más relajado posible y minimizar

la situación, evitando que sienta vergüenza. Si el niño siente que

su tartamudez es aceptable para sus padres, puede ayudar a que el

lenguaje se desarrollesin tensión física. Deben, además, bajar la

velocidad de su lenguaje. Esto suele ser difícil para los padres y

se debe mantener en el tiempo, luego de una prueba inicial, los

niños que tartamudean pueden sentir así menos necesidad de apurar

su lenguaje si sus padres hablan más lento, y evitan decirle que

él lo haga, o critican su lenguaje. Es importante tener espacios

de conversación a solas en ambientes tranquilos a diario. Si el

niño pregunta sobre su habla, se le debe informar que es algo

dentro de lo normal y que el desarrollo del lenguaje suele ser

algo dificultoso.

Si a pesar de estas indicaciones el niño persiste igual, o si los

padres no pueden implementar estas medidas, el niño debe ser

referido a un fonoaudiólogo.

En resumen el tratamiento de un niño con una tartamudez leve debe

ser indirecto y enfocado a crear un ambiente en que se sienta

relajado en relación con el habla, si es necesario tratamiento más

directo, el fonoaudiólogo deberá mostrar al niño cómo hablar más

Page 32: Espasmofemia

32

fácil, sin tensión física, de manera que la tartamudez lentamente

disminuya.

En los casos de tartamudez severa debe referirse al niño

inmediatamente al fonoaudiólogo, quien lo evaluará, dará

indicaciones a los padres y tratamiento al niño. Ya que la

tartamudez severa parece desarrollarse cuando el niño “pelea” y se

siente asustado, con su habla en la etapa de tartamudez leve,

cualquier cosa que logre relajarlo y espaciar los períodos de

disfluencia puede ser beneficioso.

Los padres deberán poner atención a lo que el niño dice, NO cómo

lo dice. Suele ser muy importante que el niño sea capaz de decirle

a sus padres la frustración o sentimientos que tiene en relación

con su tartamudez y para ello, que no siempre resulta fácil, la

atención y evaluación de un psicólogo con entrenamiento en el tema

es muy importante, y fundamental para el tratamiento.

El tratamiento generalmente consiste en ayudar al niño a

sobreponerse al miedo de tartamudear y al mismo tiempo enseñar al

niño a hablar, a pesar de tartamudear, de una manera más lenta y

relajada. Adicionalmente, el tratamiento se enfoca a crear una

atmósfera de aceptación de la tartamudez.

El médico le indica a los padres que registren las respuestas del

niño al tratamiento y además monitorea el tratamiento.

Durante el periodo de un año la tartamudez probablemente mejorará,

en algunos casos se podrá recobrar completamente. Los resultados

del tratamiento dependerán del origen del problema, de la

presencia de otras patologías, del tratamiento.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Page 33: Espasmofemia

33

Guía de Intervención Logopédica en tartamudez infantil, Alicia

Fernandez Zuñiga

La tartamudez y su niño: preguntas y respuestas, Stuttering

Foundation of América

Tartamudez: una disfluencia con cuerpo y alma, Beatriz Biain de

Touzet

Intervención Fonoaudiológica en las Disfluencias, Mg. David

Parra Reyes

www.clinicalascondes.cl/.../486_ESPASMOFEMIA-13.pd...

http://translate.google.com/translate?sl=en&tl=es&u=http%3A%2F%

2Fwww.scielo.br%2Fscielo.php%3Fscript%3Dsci_arttext%26pid%3DS01

04-56872007000300011%26lng%3Dpt%26nrm%3Diso%26tlng%3Den&skpa=on

http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&nrm=iso&lng=

pt&tlng=pt&pid=S0370-41061987000600005