Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

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    VI. INTERLUDIO SEGUNDO

    SISTEMA Y MUNDO DE LA VIDA

    Sirvindonos como hilo conductor de la teora de la

    acc on

    de Mead hemos seguido el cambio de paradigma que de la acti-

    vidad teleolgica a la accin comunicativa se produce en teora

    de la accin, hasta un punto en el que se nos ha vuelto a impo-

    ner el tema intersubjetividad y autoconservacin. Pero con el

    cambio de paradigma que

    se

    produce

    dentro

    de la teora de la

    accin, slo se ha tocado uno de los problemas fundamentales

    con que nos dej la discusin aportica acerca de la crtica de la

    razn instrumental. El otro problema es el de la relacin, an

    por aclarar, entre teora de la accin y teora de sistemas, es de-

    cir, la cuestin de cmo poner en relacin e integrar entre s

    estas dos estrategias conceptuales que discurren en sentidos con-

    trarios tras el desmoronamiento de la dialctica idealista. Con la

    respuesta provisional que voy a desarrollar en este captulo, tra-

    tar de establecer una conexin con la problemtica de la cosifi-

    cacin, con la cual nos topamos al considerar la recepcin mar-

    xista de las tesis weberianas acerca del proceso de racionalizacin.

    La

    teora durkheimiana de la divisin del trabajo social ofrece

    para ello el punto de engarce adecuado.

    Durkheim menciona ciertamente

    los

    fenmenos de

    desmenu

    z miento de los procesos de trabajo

    1

    , pero emplea la expresin

    divisin del tr b jo

    en el sentido de una diferenciacin estruc-

    tural de los sistemas sociales. Desde el punto de vista de la his-

    toria de la teora sociolgica la expresin divisin del tr b jo

    1

    DURKHEIM

    1978), l

    6

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    social

    se

    explica por

    la

    circunstancia de que

    los

    procesos de

    diferenciacin sistemtica fueron estudiados por J hn Millar y

    Adam Smith, por Marx y por Spencer recurriendo preferente

    mente al sistema del trabajo social, es decir, a la diferenciacin

    de estamentos profesionales y clases socioeconmicas. Tambin

    para Durkheim cobra una significacin ejemplar

    la

    diferencia

    cin funcional de los grupos profesionales. Mas, por otro lado ,

    se

    inclina a medir la complejidad de una sociedad recurriendo a

    indicadores demogrficos, por ms que stos slo resulten con

    cluyentes cuando

    se

    trata de los procesos de diferenciacin que

    tienen lugar en las sociedades arcaicas

    3

    En la dimensin de la divisin social del trabajo Durkheim

    introduce la distincin tipolgica entre sociedades diferenciadas

    segmentariamente y sociedades diferenciadas funcionalmente;

    para ello

    se

    vale como criterio de la similitud o disimilitud de

    las unidades diferenciadas.

    El

    modelo biolgico del que echa

    mano para aclarar esta tipologa explica tambin por qu Durk

    heim llama orgnicas a las sociedades funcionalmente diferen

    ciadas: Estn constituidas no por una repeticin de segmentos

    similares y homogneos, sino por un sistema

    de

    rganos diferen

    tes, cada uno de los cuales tiene un papel especial y est forma

    do a su vez por partes diferenciadas. Y as como los elementos

    sociales no son de la misma naturaleza, tampoco estn dispues

    tos de la .misma manera. No estn ni yuxtapuestos linealmente

    como los anillos de un anlido ni embutidos los unos en los otros,

    sino coordinados y subordinados los unos a los otros en tomo

    a un mismo rgano central que ejerce sobre el resto del organis

    mo una accin moderadora. Este rgano no tiene

    ya

    el mismo

    carcter que en el caso precedente, pues si los otros dependen

    de l, l, por su parte, depende de ellos. No cabe duda de que,

    pese a ello, an sigue teniendo una situacin particular

    y

    si

    se

    quiere , privilegiada

    4

    Durkheim identifica el Estado como rga-

    2 La

    divisin del trabajo no es peculiar al mundo econmico;

    se

    puede observar su creciente influencia en las ms apartadas regiones de

    la

    sociedad. Las funciones polticas, administrativas, judiciales

    se

    especiali

    zan cada vez ms. URKHEIM 1978), 2.

    3

    La divisin del trabajo vara en razn directa del volumen y

    la

    densidad de la sociedad; y

    si

    progresa de forma continua en

    el

    curso del

    desarrollo social,

    es

    que las sociedades

    se

    van haciendo regularmente ms

    densas y muy generalmente cada vez ms voluminosas .

    URKHEIM

    1978), 244.

    4 URKHEIM 1978),

    157

    .

    162

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    no central; por este lado se sigue moviendo en el mbito de

    representaciones viejoeuropeas acerca de las sociedades pol-

    ticamente organizadas. Con Spencer y las recientes teoras fun-

    cionalistas de la evolucin) comparte, en cambio, la idea de que

    la divisin del trabajo no

    es

    un fenmeno sociocultural, sino que

    representa un fenmeno de biologa general, cuyas condicio-

    nes hay que buscarlas, segn parece, en las propiedades esencia-

    les de la materia organizada

    5

    Con ello obtiene Durkheim un plano analtico de socialidad

    exenta de contenido normativo

    6

    ,

    que hay que separar, lo mis

    mo del plano en que se mueve el anlisis reconstructivo de la

    accin orientada al entendimiento y el anlisis reconstructivo del

    mundo de la vida que del plano en que

    se

    mueve el anlisis

    reconstructivo del cambio de forma de la solidaridad social.

    Parece como si Durkheim quisiera asegurarse por separado de

    los tipos de solidaridad social, de un lado, y de las etapas de

    diferenciacin sistmica, de otro, para asignar despus la solida-

    ridad mecnica a las sociedades segmentaras y la orgnica a las

    sociedades funcionalmente diferenciadas. Y en tal intento podra

    quedar en principio abierta la cuestin de si entre el grado de

    diferenciacin sistmica y el tipo de interaccin social existe un

    nexo causal lineal o si las estructuras de la conciencia y las de

    la sociedad remiten internamente las unas a las otras como mo

    mentos de un todo. Pero con este planteamiento interfiere una

    idea distinta, a saber: la idea de Durkheim de que a las socie-

    dades arcaicas les es constitutiva la conciencia colectiva, mientras

    que en las sociedades modernas el plexo de vida social se cons-

    tituye por divisin del trabajo: La vida social deriva de una

    doble fuente: de la similitud de las conciencias y de la divisin

    del trabajo social

    7

    El

    trnsito desde una forma de solidaridad

    social a la otra significa, segn esto, un cambio en las bases de

    la integracin de l sociedad. Mientras que las sociedades primi-

    tivas se integran a travs de un consenso normativo bsico en

    las sociedades desarrolladas la integracin se cumple a travs

    de

    la

    conexin sistmica de mbitos de accin funcionalmente

    especificados.

    5

    DURKHEIM

    1978), 3.

    6

    Cfr.

    LuHMANN,

    Introduccin a la versin alemana de

    DURKHEIM

    1978), Francfort 1977), 17-34.

    7 DURKHEIM 1978), 205.

    163

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    Esta concepcin Durkheim la encuentra radicalmente enfati

    zada en Spencer. Este estima que, como toda vida en general,

    la vida social no puede organizarse naturalmente ms que por

    una adaptacin inconsciente y espontnea, bajo la presin inme

    diata de las necesidades, y no segn un plan meditado de la inte

    ligencia reflexiva. No piensa, pues, que las sociedades superiores

    pudieran construirse segn un plan solemnemente debatido . [

    ...

    ]

    La solidaridad social no sera, pues, otra cosa que la coinciden

    cia espontnea de intereses individuales, coincidencia de la que

    los contratos constituiran la expresin natural.

    El

    tipo de las

    relaciones sociales sera la relacin econmica, exenta de toda

    reglamentacin y tal como resulta de la iniciativa enteramente

    libre de las partes. En una palabra, la sociedad

    no

    sera otra

    cosa que la relacin creada entre los individuos por l intercam

    bio de los productos de su trabajo, y sin que ninguna accin

    propiamente social viniera a regular ese intercambio

    8

    Spencer

    explica el carcter unificador de la divisin del trabajo con la

    ayuda de un mecanismo sistmico, a saber: del mercado . A tra

    vs de ste se establecen relaciones de intercambio en que los

    individuos entran segn los clculos egocntricos que realizan de

    sus utilidades en el marco del derecho privado burgus.

    El

    mer

    cado es el mecanismo que produce espontneamente la integra

    cin de la sociedad, armonizando entre s no orientaciones de

    accin por va de reglas morales, sino efectos agregados de las

    acciones a travs de nexos funcionales . A la pregunta de Durk

    heim de cmo la divisin del trabajo puede ser una ley natural

    de la evolucin a la vez que mecanismo generador de una deter

    minada forma de solidaridad social

    9

    Spencer da una respuesta

    clara . La divisin del trabajo social regida a travs del mecanis

    mo no-normativo que es el mercado encuentra en el vasto siste

    ma de contratos privados simplemente su expresin normativa.

    Pero al considerar esta respuesta Durkheim se da cuenta de

    que l haba entendido su pregunta en sentido

    distinto.

    En su

    discusin con Spencer

    se

    ve claro que Durkheim no trata de

    explicar

    la

    solidaridad orgnica en trminos de una integracin

    sistmica de la sociedad, desligada de las orientaciones valorati

    vas de los actores, es decir, en trminos de un mecanismo regu

    lativo exento de contenido normativo

    del

    intercambio de

    8 DURKHEIM 1978), 179 s

    9 DURKHEIM 1978), 4.

    164

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    informaciones que incesantemente

    se

    produce de un lugar a otro

    sobre el estado de la oferta y la demanda

    1

    Pues en las relacio-

    nes de intercambio Durkheim no encuentra nada que se parezca

    a la accin reguladora de una

    norma. Incluso en las sociedades

    funcionalmente diferenciadas ese efecto, piensa Durkheim, slo

    puede producirse merced a

    la

    fuerza integradora que poseen las

    reglas morales. Refirindose a la imagen que Spencer proyecta

    de una sociedad de mercado integrada de forma exclusivamente

    sistmica, Durkheim

    se

    hace esta pregunta retrica: Pero es

    ste el carcter de las sociedades cuya unidad es producto de

    la

    divisin del trabajo?

    Si

    as fuera,

    se

    podra dudar con razn de

    su estabilidad. Pues si el inters acerca a los hombres, nunca lo

    hace sino

    por

    unos instantes; no puede anudar entre ellos ms

    que un lazo externo. En el acto del intercambio los distintos

    agentes permanecen fuera los unos de los otros

    y

    concluida la

    operacin, cada cual

    se

    reencuentra y

    se

    recobra por entero a s

    mismo. Las conciencias slo

    se

    ponen en contacto superficial-

    mente; ni se compenetran ni

    se

    adhieren con fuerza las unas a

    las otras. Y si se presta atencin al fondo de las cosas,

    se

    encon-

    trar que toda armona de intereses encubre un conflicto latente

    o simplemente aplazado. Pues donde slo rige el inters, al no

    haber nada que frene los egosmos que

    se

    enfrentan, cada yo

    se

    encuentra en pie de guerra frente al otro, y toda tregua en

    este eterno antagonismo no podra ser de larga duracin. Pues el

    inters es una de las cosas menos constantes que hay en este

    mundo

    11

    Tambin

    la

    forma orgnica de solidaridad social tiene que

    venir asegurada por medio de normas y valores; sigue siendo,

    lo mismo que la mecnica, expresin de una conciencia colecti-

    va, aunque se trate de una conciencia colectiva transformada en

    sus estructuras. Esa conciencia no puede sustituirse por un

    me-

    canismo sistmico como es el mercado, el cual coordina efectos

    agregados de las acciones regidas por el inters particular: Es,

    pues, un error oponer la comunidad que

    se

    origina en

    la

    comu-

    nidad de creencias a la que tiene por base la cooperacin, atri-

    buyendo un carcter moral slo a la primera y no viendo en

    la

    segunda otra cosa que una agrupacin econmica. En realidad

    tambin la cooperacin tiene su moralidad intrnseca

    12

    10

    URKHEIM (1978), 196.

    11 URKHEIM (1978) , 180.

    12

    URKHEIM (1978), 208.

    165

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    Segn esto, tendra que existir una conexin causal entre la

    progresiva diferenciacin del sistema social y la formacin de

    una moral capaz de servir autnomamente de base a la integra-

    cin social. Pero para esta tesis apenas

    si se

    encuentran eviden-

    cias empricas. Las sociedades modernas ofrecen una imagen

    bien distinta. La diferenciacin del sistema de economa de mer-

    cado, con la complejidad que comporta, destruye formas tradi-

    cionales de solidaridad sin generar al propio tiempo orientacio-

    nes normativas que pudieran asegurar la forma orgnica de soli-

    daridad. Las formas democrticas de formacin de la voluntad

    poltica y la moral universalista son, segn el propio diagnstico

    de Durkheim, demasiado dbiles para poner coto a los efectos

    desintegradores de la divisin del trabajo. Durkheim observa c-

    mo las sociedades capitalistas industriales

    se

    ven arrastradas a

    un estado de anoma. Y esta anoma

    se

    origina, segn l, en esos

    mismos procesos de diferenciacin de los que deba surgir, con

    la necesidad de una ley natural, una nueva moral. Este dilema

    responde en cierto modo a la paradoja weberiana de la raciona-

    lizacin social.

    Durkheim trata de resolver la paradoja distinguiendo entre

    los fenmenos normales de la divisin del trabajo y la divisin

    anmica del trabajo. Su ejemplo central de divisin anmica

    del trabajo es la hostilidad entre trabajo y capital

    13

    Pero los

    anlisis que Durkheim lleva a cabo en el libro tercero ponen de

    manifiesto el crculo vicioso en que

    se ve atrapado. Por una

    parte, se atiene a la tesis de que las reglas morales que hacen

    posible la solidaridad orgnica, en el estado normal, dimanan

    por s solas de la divisin del trabajo

    14

    Pero, por otra, explica

    el carcter disfuncional de determinadas formas de divisin del

    trabajo por la ausencia de tales regulaciones normativas; lo que

    se

    echa en falta es la sujecin de los mbitos de accin funcio-

    nalmente especificados a normas moralmente vinculantes: En

    todos estos casos, si la divisin del trabajo no produce la solida-

    ridad es que las relaciones entre los rganos no estn regladas,

    es que

    se

    encuentran en un estado de

    nom

    15

    Durkheim no pudo resolver esta paradoja. Opta por huir ha-

    cia adelante

    y

    como demuestra el prlogo a la segunda edicin

    13 uRKHEIM

    1978), 345.

    14

    uRKHEIM

    1978), 357.

    is

    uRKHEIM

    1978), 360.

    166

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    y las posteriores lecciones sobre tica profesional plantea la

    exigencia

    de que la estructuracin del moderno sistema de ocu

    paciones por profesiones

    debera

    constituirse en punto de partida

    de unas regulaciones normativas justificadas en trminos univer

    salistas.

    No

    es

    la respuesta de Durkheim

    lo

    que resulta instructivo

    sino su planteamiento. Hace que volvamos la atencin sobre las

    relaciones empricas existentes entre las etapas de la diferencia

    cin sistmica y las formas

    de

    integracin social.

    El

    anlisis de

    esas relaciones slo es posible

    si

    se

    distingue entre los mecanis

    mos

    de

    coordinacin de la accin que armonizan entre s las

    orientaciones de accin

    de los participantes y aquellos otros

    me-

    canismos que a travs de un entrelazamiento funcional de las

    consecuencias agregadas

    de

    la accin estabilizan

    plexos de c-

    cin

    no-pretendidos. La integracin de un sistema de accin

    es

    producida en el primer caso por medio de un consenso asegu

    rado normativamente o alcanzado comunicativamente

    y en el

    segundo mediante una regulacin no-normativa de decisiones

    particulares que

    se

    sita allende la conciencia de los actores.

    La

    distincin entre una

    integracin social,

    que se apoya en las pro

    pias orientaciones de accin y una

    integracin sistmica

    de la

    sociedad

    es

    decir una integracin que se cumple asiendo a

    travs de o atravesando esas orientaciones de accin nos obliga

    a introducir la correspondiente diferenciacin en el concepto

    mis-

    mo de sociedad. Ya

    se

    parta con Mead de categoras relativas a

    la interaccin social o con Durkheim de categoras relativas a

    las representaciones colectivas en ambos casos se est concibien

    do la sociedad desde la perspectiva de los sujetos agentes que

    participan en ella como

    mundo de l vida de un grupo social.

    Por el contrario desde la perspectiva de un no-implicado la

    so-

    ciedad slo puede ser concebida como

    un sistema de acciones

    en

    el

    que stas cobran un valor funcional segn sea su contribu

    cin

    al

    mantenimiento de

    la

    integridad o consistencia

    Bestand)

    sistmica.

    Ahora bien

    se

    puede poner en relacin el concepto

    de

    socie

    dad como sistema y el concepto de sociedad como mundo

    de

    la

    vida

    de

    forma parecida a como Mead pone en relacin los

    sig-

    nificados naturales u objetivos que el bilogo atribuye a las

    for-

    mas de comportamiento de un organismo

    en el marco de referen

    cia del entorno propio de la especie y los significados semantizii:

    dos de las

    acciones

    que cumplen funciones similares significados

    67

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    que resultan accesibles al propio ctor dentro de su mundo de

    la vida. Mead reconstruye como hemos visto la emergencia del

    mung9 socio-cultural como_trnsito.. a una etapa de -interaccin

    primero mediada por smbolos y despus lingsticamente. En

    ese trnsito los significados naturales que derivan de la posicin

    que algo ocupa en el complejo de funciones del comportamiento

    animal

    se

    transforman en significados simblicos en significados

    de los que intencionalmente pueden disponer los participantes en

    la interaccin. Por medio de este proceso de semantizacin el

    mbito objetual se transforma de suerte que el modelo etolgico

    de un sistema autorregulado segn el cual a todo suceso o esta

    do

    se le

    puede atribuir un significado en virtud de su posicin

    funcional es sustituido gradualmente por un modelo estructura

    do en trminos de teora de la comunicacin conforme al cual

    los actores orientan sus acciones segn sus propias interpretacio

    nes de la situacin. Sin embargo esta nocin de mundo de la

    vida slo

    b st r

    a conceptuar las sociedades humanas

    si

    ese

    proceso de semantizacin hubiera consumido tod s las significa

    ciones naturales es decir:

    si todos

    los plexos sistmicos en que

    en cada caso est inserta la interaccin hubieran quedado inte

    grados en el horizonte del mundo de la vida

    y

    con ello en el

    saber intuitivo de los participantes en la interaccin. Esto es una

    hiptesis aventurada pero al fin y al cabo una hiptesis empri

    ca que como tal no es lcito decidir afirmativamente de antema

    no en el plano analtico mediante una concepcin de la sociedad

    planteada puramente en trminos de teora de la accin.

    Toda teora de la sociedad que se reduzca a teora de la

    comunicacin est sujeta a limitaciones que es menester tener

    muy presentes. La concepcin de la sociedad como mundo de la

    vida que es

    la

    que ms obvia resulta desde

    la

    perspectiva con

    ceptual de la accin orientada al entendimiento slo tiene un

    alcance limitado para la teora de la sociedad. Por eso voy a pro

    poner que entendamos las sociedades simultne mente como sis

    tema y como mundo de la vida [1] . Este concepto dual de socie

    dad

    se

    acredita en una teora de la evolucin social que distin

    gue entre racionalizacin del mundo de la vida y aumento de

    complejidad de los sistemas sociales con la finalidad de captar

    debidamente

    es

    decir de hacer accesible a un anlisis emprico

    la conexin que Durkheim tiene a la vista entre formas de inte

    gracin social

    y etapas de diferenciacin sistmica

    [2]

    En analo

    ga con el concepto lukacsiano de forma de objetividad desarro-

    68

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    Har un concepto de forma de entendimiento que nos permitir

    recobrar la problemtica de la cosificacin, plantendola ahora

    en trminos de teora de la comunicacin. Con este utillaje con

    ceptual retomar en las Consideraciones Finales el diagnstico

    que

    Weber

    hace de nuestro tiempo, proponiendo una nueva

    formulacin de la paradoja de la racionalizacin.

    1. EL CONCEPTO DE

    MUNDO

    DE LA VIDA Y EL

    IDEALISMO

    HERMENUTICO DE LA SOCIOLOGA COMPRENSIVA

    Voy a

    tratar

    de desarrollar el concepto de mundo de la vida,

    retomando a tal fin el hilo de nuestras consideraciones relativas

    a teora de la comunicacin. Mi intencin no es proseguir el

    anlisis pragmtico-formal de la accin comunicativa, sino ms

    bien construir sobre

    lo ya

    desarrollado y explorar la cuestin de

    cmo el mundo de la vida en tanto que horizonte en que los

    agentes comunicativos se mueven ya siempre queda por su

    parte delimitado en conjunto

    por

    el cambio estructural de la

    sociedad y cmo se transforma a medida que se produce ese

    cambio. El concepto de mundo de la vida lo introduje provisio

    nalmente,

    y

    por cierto, desde la perspectiva de una investigacin

    reconstructiva. Constituye un concepto complementario del de

    accin comunicativa. Este anlisis del mundo de la vida efectua

    do en trminos de pragmtica formal, al igual que el anlisis

    fenomenolgico del mundo de la vida que lleva a cabo el ltimo

    Husserl

    16

    ,

    o el anlisis de la forma de vida que aunque no con

    intencin sistemtica) lleva a cabo el ltimo Wittgenstein tiene

    16

    Sobre

    el concepto fenomenolgico de

    mundo cfr.

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    1955;

    H.

    HOHL Lebenswelt und Geschichte Friburgo 1962; W.

    PlPPITZ,

    Der phiinomenologische Begriff

    der

    Lebenswelt, Z. f. Phi/os. Forschung

    32, 416

    ss.;

    K.

    ULMER Philosophie der modernen Lebenswelt

    Tubinga

    1972.

    7 Sobre este anlisis sociolgicamente

    orientado de

    formas de

    vida

    cfr. P.

    WINCH 1959);

    R.

    RHEES Without Answers Nueva York 1969;

    D. L. PHILIPPS, H.

    O.

    MouNCE, Moral Practices

    Londres 1970;

    H. P1T-

    KIN Wittgenstein and fustice Berkeley,

    1972;

    P. McHuGH et al. n the

    Beginning of Social lnquiry

    Londres,

    1974.

    169

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    10/19

    por objeto aprehender estructuras que frente a las acuaciones

    histricas de los mundos de

    la

    vida y de las formas de vida par

    ticulares se presentan como invariantes. En este primer paso

    se

    est suponiendo pues una separacin de forma y contenido . De

    modo que mientras nos atengamos a una perspectiva de investi

    gacin proyectada en trminos de pragmtica formal podremos

    retomar problemas que hasta aqu

    se

    haban tratado en el marco

    de la filosofa trascendental y en este caso concreto enderezar

    nuestra atencin hacia las estructuras del mundo de la vida en

    general.

    En primer lugar

    voy a tratar de clarificar cmo

    se

    relaciona

    el

    mundo de

    la

    vida con aquellos tres mundos que en la accin

    orientada al entendimiento los sujetos ponen a la base de las de

    finiciones comunes que hacen de la situacin [

    1]

    . En segundo

    lugar desarrollaremos el concepto de un mundo de la vida pre

    sente como contexto en la accin comunicativa sirvindonos para

    ello como hilo conductor de los anlisis fenomenolgicos del

    mundo de la vida y pondremos ese concepto en relacin con el

    concepto durkheimiano de conciencia colectiva [2] Mas ese

    concepto no resulta til sin ms para la investigacin emprica .

    Los conceptos de mundo de la vida usuales en sociologa com

    prensiva parten de representaciones cotidianas que en principio

    slo sirven a

    la

    exposicin narrativa de acontecimientos histricos

    y de situaciones sociales [3] . De este horizonte

    se

    desliga la in

    vestigacin de las funciones que la accin comunicativa desem

    pea para el mantenimiento de un mundo de la vida estructural

    mente diferenciado. Analizando esas funciones pueden clarifi

    carse las condiciones necesarias para una racionalizacin del

    mundo de la vida [4] . Pero aqu nos topamos con los lmites de

    los planteamientos tericos que identifican sociedad y mundo de

    la vida. Por eso propondr concebir la sociedad simultneamente

    como sistema y como mundo de la vida

    [5]

    [

    1] Al

    analizar en

    la

    introduccin los presupuestos ontol

    gicos de la accin teleolgica de la accin regulada por normas

    y de la accin dramatrgica distingu tres distintas relaciones

    actor-mundo que

    el

    sujeto puede entablar con algo en un mun

    do:

    el

    sujeto puede relacionarse con

    al go

    que tiene lugar o puede

    ser producido en

    l

    mundo objetivo; con algo que es reconocido

    como debido en un mundo social compartido por todos los miem

    brs de un colectivo; o con algo que los otros actores atribuyen

    170

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    11/19

    al mundo subjetivo del hablante, al que ste tiene un acceso pri

    vilegiado. Esas relaciones actor-mundo vuelven a aparecer en los

    tipos puros de accin orientada al entendimiento. Analizando los

    modos de empleo del lenguaje puede aclararse qu significa que

    un

    hablante, al ejecutar uno de los actos de habla estndar, en

    table un relacin pragmtica

    con algo

    en

    el mundo objetivo como totalidad de las en

    tidades sobre las que son posibles enunciados verda

    deros); o

    con algo

    en

    el mundo social como totalidad de las rela

    ciones interpersonales legtimamente reguladas); o

    - con algo en el mundo subjetivo como totalidad de las

    propias vivencias a las que cada cual tiene

    un

    acceso pri

    vilegiado y que el hablante puede manifestar verazmente

    ante

    un

    pblico), relacin en la

    que

    los referentes del

    acto de habla aparecen al hablante como algo objetivo,

    como algo normativo o como algo subjetivo.

    Cuando introduje el concepto de accin comunicativa

    8

    in

    diqu

    que

    los tipos puros de accin orientada al entendimiento

    representan solamente casos lmites. En realidad las manifesta

    ciones comunicativas estn insertas

    a un mismo tiempo

    en diver

    sas relaciones con el mundo. La accin comunicativa se basa

    en

    un

    proceso cooperativo de interpretacin en

    que

    los participan

    tes se refieren

    simultneamente

    a algo

    en

    el

    mundo

    objetivo, en

    el mundo social y en el mundo subjetivo un cuando en su mani

    festacin

    slo subrayen

    temticamente

    uno

    de estos tres compo

    nentes. Hablantes y oyentes emplean el sistema de referencia que

    constituyen los tres mundos como marco de interpretacin dentro

    del cual elaboran las definiciones comunes de su situacin de

    accin. No hacen referencia sin ms a algo en

    un

    mundo, sino

    que relativizan su manifestacin contando con la posibilidad de

    que su validez quede puesta en tela de juicio por otro actor.

    Entendimiento Verstiindigung)

    significa la obtencin de un

    acuerdo

    Einigung)

    entre los participantes en la comunicacin

    acerca de la validez de

    un

    emisin;

    acuerdo Einverstiindnis),

    el

    reconocimiento intersubjetivo de la pretensin de validez que

    el hablante vincula a ella. Aun cuando un manifestacin slo

    8

    Vase, ms arriba, Interludio Primero.

    7

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    12/19

    pertenezca unvocamente a un modo de comunicacin y slo te-

    matice con claridad la pretensin de validez correspondiente a

    ese modo, los modos comunicativos y sus correspondientes pre-

    tensiones d validez forman entre s una urdimbre de remisiones

    que no sufre quebranto por esa tematizacin. As, en la accin

    comunicativa rige la regla de que un oyente que asiente a la

    pretensin de validez que en concreto

    se

    tematiza, reconoce tam-

    bin las otras dos pretensiones de validez que slo se plantean

    implcitamente; y si no es as, es menester que explique su di-

    sentimiento. Un consenso no puede producirse cuando, por ejem-

    plo, un oyente acepta la verdad de una afirmacin pero pone

    simultneamente en duda la veracidad del hablante o la adecua-

    cin normativa de su emisin; y lo mismo vale para el caso en

    que, por ejemplo, un oyente acepta la validez normativa de un

    mandato

    pero pone en duda la seriedad del deseo que en ese

    mandato se expresa o las presuposiciones de existencia anejas

    a la accin que se le ordena

    y

    con ello la ejecutabilidad del

    mandato).

    Este ejemplo de un mandato que el destinatario considera no

    cumplible nos trae a la memoria que los participantes en la in-

    teraccin hacen siempre sus emisiones en una situacin, de la

    que, en la medida en que acten orientados al entendimiento,

    es

    menester que tengan una definicin comn. El albail vete-

    rano que manda a un colega ms joven, recin contratado , a

    buscar cerveza y le pide que se d prisa y est de vuelta en un

    p r de minutos, parte de que los implicados, aqu el destinatario

    y los que le escuchan, tienen clara la situacin: la proximidad

    de la hora del almuerzo

    es

    el tema; el ir a buscar la bebida, un

    fin

    relacionado con ese tema; uno de los colegas ms viejos con-

    cibe el

    plan

    de mandar por bebida al nuevo, que, dado su

    status difcilmente puede sustraerse a esa exigencia. La jerarqua

    informal del grupo de trabajadores ocupados en la obra

    es

    el

    marco normativo en que uno puede exigir a otro que haga algo.

    La situacin de accin viene definida por la pausa para el al-

    muerzo en lo que toca al tiempo y por la distancia entre la obra

    y el puesto de bebidas ms prximo en lo que se refiere al

    espacio.

    Pero si ocurre que al puesto de bebidas ms prximo

    no se puede llegar en un p r de minutos,

    es

    decir, que el plan

    que ha concebido uno de los trabajadores veteranos, a lo menos

    dada esa condicin, slo se puede poner en prctica

    contando

    con un coche u otro vehculo), el interpelado tal vez responda:

    172

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    13/19

    Pero

    si

    yo no tengo coche.

    El

    trasfondo de una emisin comu

    nicativa lo constituyen pues definiciones de la situacin que

    han de solaparse suficientemente para cubrir la necesidad actual

    de

    entendimiento. Si esta comunidad no puede ser presupuesta

    los

    actores tienen que intentar llegar a una definicin comn de

    la situacin recurriendo para ello a medios de accin estratgica

    empleados con finalidad comunicativa

    o

    lo que en la prctica

    comunicativa cotidiana slo acontece casi siempre en forma de

    faenas de reparacin negociar directamente. Pero aun en los

    casos

    en

    que esto no sea necesario cada nueva emisin constitu

    ye un

    test

    la definicin de la situacin de accin que implcita

    mente propone el hablante o queda confirmada o

    es

    modificada

    o queda parcialmente en suspenso o

    es

    puesta decididamente en

    cuestin. Este incesante proceso de definiciones y redefiniciones

    implica una atribucin

    de

    contenidos a los distintos mundos s -

    gn

    lo

    que en cada caso concreto

    s repute

    perteneciente al mun

    do objetivo como componente en cuya interpretacin se coincide

    al

    mundo subjetivo como componente normativo intersubjetiva

    mente reconocido o al mundo subjetivo como componente priva

    do

    al

    que cada cual tiene un acceso privilegiado--. Simultnea

    mente

    los

    actores

    se

    deslindan frente a esos tres mundos. Con

    cada definicin comn de la situacin los actores determinan

    cmo discurren los lmites entre la naturaleza externa la sociedad

    y la naturaleza interna a la

    vez

    que renuevan el deslinde entre

    ellos mismos como intrpretes por un lado y

    el

    mundo externo

    y el propio interno por otro.

    As

    por ejemplo

    el

    colega

    ms

    veterano cuando oye la

    res-

    puesta del nuevo

    se

    da cuenta de que tiene que revisar su

    supuesto implcito de que

    el

    quiosco ms prximo est abierto

    los lunes. Cosa distinta

    es

    la que ocurre

    si el

    colega interpelado

    responde: Yo hoy

    no

    tengo ganas de cerveza. De la reaccin

    de perplejidad de los otros podr colegir que la cerveza para

    el

    almuerzo

    es

    una norma que ha de observarse con independencia

    de que subjetivamente uno tenga o no tenga ganas de beber

    cerveza. Quiz

    el

    nuevo tampoco entienda

    el

    contexto normativo

    en que el colega ms veterano le da

    la

    orden y

    se

    atreva a pre

    guntar que entonces a quin

    le

    toca ir por cerveza al da siguien

    te. O no acierte con el tema por proceder de otra regin y desco

    nocer

    el

    ritmo local de trabajo por ejemplo la costumbre de un

    segundo desayuno y por eso replique: Y por qu tengo

    yo

    que interrumpir

    hor mi

    trabajo? Podemos imaginarnos con-

    73

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    14/19

    tinuaciones del dilogo que indican que en cada caso concreto

    cada uno de los participantes modifica su definicin inicial de la

    situacin y la pone en concordancia con las definiciones que los

    otros participantes dan de ella. En los dos primeros casos tiene

    lugar una reagrupacin de distintos elementos de la situacin un

    cambio de forma: el supuesto de que el quiosco ms prximo

    se

    encuentra abierto queda rebajado a una opinin subjetiva que

    resulta ser falsa; el supuestamente mero deseo de tomar cerve

    za en el almuerzo resulta ser una norma de comportamiento

    colectivamente reconocida. En los otros dos casos la interpreta

    cin de la situacin

    es

    objeto de una ampliacin en relacin con

    elementos del mundo social: va por cerveza quien tiene el status

    ms bajo y a las nueve horas aqu se toma un segundo desayuno.

    A estas rede/ iniciones

    le

    subyacen las presuposiciones formales

    de comunidad o intersubjetividad Gemeinsamkeitsunterstellun

    gen) que son el mundo objetivo

    el

    mundo social y un mundo

    subjetivo propio de cada cual. Con este sistema de referencia

    los participantes en la comunicacin suponen que las definicio

    nes de la situacin que en cada caso constituyen el trasfondo de

    una emisin concreta rigen intersubjetivamente.

    Ciertamente que las situaciones no quedan definidas en el

    sentido de un deslinde neto. Las situaciones poseen siempre un

    horizonte que

    se

    desplaza con el tema. Una situacin

    es

    slo un

    fragmento que los temas los fines y los planes de accin realzan

    y articulan en cada caso dentro de los plexos o urdimbres de

    remisiones que constituyen el mundo de

    l

    vida, y esos plexos

    estn dispuestos concntricamente y

    se

    tornan cada vez ms an

    nimos y difusos al aumentar la distancia espacio-temporal y la

    distancia social. As por ejemplo en el caso de nuestra pequea

    escena de albailes la finca en que

    se

    est construyendo y que

    est situada en una determinada calle; el punto en

    el

    tiempo

    que representa supongamos un determinado lunes poco antes

    de la pausa para

    el

    almuerzo; y el grupo de referencia que re

    presentan los colegas que trabajan en ese momento en la obra

    constituyen el punto cero de un sistema de referencia espacio

    temporal y social de un mundo que los participantes abarcan

    en acto. El entorno urbano de la finca la regin el pas el con

    tinente etc. constituye por lo que hace al espacio un mundo

    accesible en potencia; a lo cual corresponden por el lado del

    tiempo el discurrir del da la propia historia personal la poca

    etc.

    y

    por el lado social los grupos de referencia que son la

    fa-

    174

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    15/19

    milia, la comunidad local, la nac10n, etc., hasta la sociedad

    mundial. Alfred Schtz describi una y otra vez con abundantes

    ejemplos esta articulacin espacio-temporal y social del mundo

    de la vida cotidiana

    9

    El tema constituido por la inminente pausa para el almuerzo

    y el plan de ir por cerveza, en relacin con el cual se aborda

    el

    tema, delimitan una situacin en el mundo de la vida de los di-

    rectamente implicados. Esta situacin de accin se presenta como

    un mbito de necesidades actuales de entendimiento y de posibi-

    lidades actuales de accin: las expectativas que los colegas vincu

    lan a la pausa para el almuerzo, el status de un colega ms joven

    recin contratado, la distancia entre la obra y el puesto de bebi

    das ms prximo, el tener o el no tener coche, etc., figuran entre

    los componentes de la situacin. El que aqu se est construyen

    do una vivienda unifamiliar, el que

    el

    nuevo trabajador, un

    extranjero, no tenga seguridad social, el que otro colega tenga

    tres hijos y el que la obra est sujeta a las regulaciones que rigen

    en los municipios de Baviera son circunstancias que no son rele-

    vantes para la situacin dada.

    Pero los lmites son fluidos. Esto queda de manifiesto en

    cuanto aparece

    el

    dueo

    de

    la casa en construccin con una caja

    de cervezas para mantener

    de

    buen humor a los trabajadores;

    en cuanto el trabajador extranjero, al aprestarse a ir a buscar

    cerveza cae de la escalera; en cuanto surge el tema de la nueva

    regulacin del subsidio familiar; o en cuanto aparece el arqui

    tecto con un funcionario de urbanismo para inspeccionar el n

    mero de plantas de la vivienda. En estos casos el tema se despla

    za y con l el horizonte de la situacin,

    es

    decir: el fragmento

    de mundo

    e

    la

    vida relevante para

    la

    situacin para el que sur

    ge una necesidad de entendimiento en relacin con las posibili

    dades actualizadas de accin; las situaciones tienen unos lmites

    que pueden traspasarse en todo momento; de ah la imagen in-

    trducida por Husserl de un horizonte

    20

    que se desplaza al cam

    biar el lugar en que uno se sita, y que cuando uno se mueve

    en un paisaje que no

    es

    llano puede dilatarse o contraerse.

    La situacin de accin constituye en cada sazn para los par

    ticipantes el centro de su mundo de la vida; esa situacin tiene

    9 SCHTZ 1971 a .

    20 Cfr. H. KUHN, The Phenomenological Concept of Horizon, en

    M F BER

    ed.),

    Philosophical Essays in Memory of E Husserl

    Cambridge

    Mass.), 1940, 106 ss.

    75

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    16/19

    un horizonte mvil,

    ya

    que remite a la complejidad del mundo

    de la vida. En cierto modo, el mundo de

    la

    vida

    al

    que los parti-

    cipantes en la interaccin pertenecen est siempre presente; pero

    slo a la manera de

    o

    suministrando el trasfondo de una esce-

    na actual. En cuanto tal

    plexo de remisiones

    queda incluido en

    una situacin, en cuanto

    se

    torna en ingrediente de una situa-

    cin, pierde su trivialidad y su solidez incuestionada . Cuando el

    hecho de que el colega recin llegado no est asegurado contra

    accidentes de trabajo penetra de sbito en el mbito de relevan-

    cia de un campo temtico, puede venir explcitamente

    al

    lengua-

    je, y ello en diversos papeles ilocucionarios: un hablante puede

    constatar que

    p

    puede lamentar u ocultar que

    p;

    puede hacer

    el reproche de que

    p

    etc. En cuanto el asunto se convierte en

    ingrediente de una situacin, puede devenir sabido y ser proble-

    matizado como hecho, como contenido de una norma, como con-

    tenido de una vivencia. Antes de hacerse relevante para una

    si-

    tuacin, esa misma circunstancia slo est dada en el modo de

    una

    autoevidencia del mundo de l vida con la que el afectado

    est familiarizado intuitivamente sin contar con la posibilidad

    de una problematizacin. Ni siquiera

    es algo sabido en senti-

    do estricto, si el saber se caracteriza por poder ser fundamenta-

    do y puesto en cuestin. Slo los limitados fragmentos del mundo

    de la vida que caen dentro del horizonte de una situacin cons-

    tituyen un contexto de accin orientada al entendimiento que

    puede ser tematizada y aparecer bajo la categora de saber Des-

    de la perspectiva centrada en la situacin,

    el

    mundo de la vida

    aparece como un depsito de autoevidencias o de convicciones

    incuestionadas, de las que los participantes en la comunicacin

    hacen uso en los procesos cooperativos de interpretacin. Pero

    slo cuando se tornan relevantes p r una situacin puede este

    o aquel elemento, pueden determinadas autoevidencias ser movi-

    lizadas en forma de un saber sobre el que existe consenso y que

    a

    l

    vez es susceptible de problematizacin

    Si ahora abandonamos las categoras de la filosofa de la

    conciencia en que Husserl trata la problemtica del mundo de

    la vida, podemos representarnos ste como un acervo de patro-

    nes de interpretacin transmitidos culturalmente y organizados

    lingsticamente. Entonces para explicar qu son esos plexos de

    remisiones que vinculan entre s a los elementos de la situacin

    y a la situacin con el mundo de la vida, ya no es menester per-

    manecer en el marco de una fenomenologa y de una psicologa

    76

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    17/19

    de la percepcin Los plexos de remisiones pueden entenderse

    ms bien como plexos semnticos que establecen

    una

    mediacin

    entre una emisin comunicativa dada , su contexto inmediato

    su horizonte de connotaciones semnticas.

    Los plexos de remisio

    nes

    derivan de las relaciones

    gramaticalmente reguladas

    que se

    dan entre los elementos de un acervo de saber organizado /in

    gsticamente.

    Si, como es habitual en la tradicin que se remonta a Hum

    boldt

    22

    ,

    suponemos una conexin interna entre las estructuras

    del mundo de la vida

    y

    las estructuras de la imagen lingstica

    del mundo, al lenguaje y a la tradicin cultural les compete en

    cierto modo un papel trascendental frente a todo aquello que

    puede convertirse en componente de

    una

    situacin. El lenguaje

    y la cultura, ni coinciden con los conceptos formales de mundo,

    de que se sirven los participantes en la interaccin para definir

    en comn su situacin, ni tampoco aparecen como algo intra

    mundano. El lenguaje

    y

    la cultura son elementos constitutivos

    del mundo de la vida mismo. Ni representan uno de los mundos

    formales en que los participantes en la comunicacin sitan los

    ingredientes de la situacin, ni nos topamos con ellos como algo

    en el mundo objetivo, en el mundo social o en el mundo subje

    tivo.

    Al

    realizar o al entender un acto de habla, los participantes

    en la comunicacin se estn moviendo tan dentro de su lenguaje ,

    que no pueden

    poner ante s

    como algo intersubjetivo la emi

    sin que estn realizando; al modo en que pueden hacer expe

    riencia de un suceso como algo objetivo, en que pueden toparse

    con una expectativa de comportamiento como algo normativo,

    o en que pueden vivir o adscribir un deseo o un sentimiento

    como algo subjetivo. El medio del entendimiento permanece en

    una

    peculiar

    semitrascendencia.

    Mientras los participantes en la

    interaccin mantengan su actitud realizativa, el lenguaje que

    actualmente estn utilizando permanece a sus espaldas. Frente

    a l los hablantes no pueden adoptar

    una posicin extramunda

    na Y lo mismo cabe decir de los patrones de interpretacin cul-

    21 E.

    HUSSERL

    , Erfahrung und Urteil

    Heidelberg

    1948; vase la cr

    tica

    de

    A.

    THEUNISSEN

    1965) , 406

    ss

    .

    a la ontologa social fenomenol

    gica de A. Schtz

    y

    a los fundamentos de teora de la conciencia en los

    que se asienta.

    22 L. WEISGERBER ,

    Die Muttersprache im

    ufbau

    unserer Kultur

    Dsseldorf 1957; R.

    HoBERG Die Lehre vom Sprachlichen Feld

    Dssel

    dorf

    1970;

    GIPPER

    1972).

    177

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    18/19

    tural que en ese lenguaje son transmitidos.

    Ya

    que desde un

    punto de vista semntico el lenguaje guarda una peculiar afini-

    dad con la imagen del mundo articulada lingsticamente.

    Los

    lenguajes naturales conservan los contenidos de tradiciones, que

    slo pueden tener existencia en forma simblica y en

    la

    mayora

    de los casos slo en encarnaciones lingsticas. Mas

    la

    cultura

    pone tambin su sello en el lenguaje ; pues

    la

    capacidad semn-

    tica de un lenguaje tiene que ser proporcionada a

    la

    complejidad

    de los contenidos culturales, de los patrones de interpretacin,

    evaluacin y expresin que ese lenguaje acumula.

    Este acervo de saber provee a

    los

    participantes en

    la

    comu-

    nicacin de convicciones de fondo aprob/emticas de conviccio-

    nes

    de

    fondo que ellos suponen garantizadas; y

    de

    esas convic-

    ciones de fondo

    se forma en cada caso el contexto de los proce-

    sos de entendimiento, en

    los

    que los participantes hacen uso de

    definiciones acreditadas de la situacin o negocian definiciones

    nuevas.

    Los

    participantes en la interaccin se encuentran

    ya in-

    terpretada, en lo que a su contenido

    se

    refiere, la conexin entre

    mundo objetivo, mundo subjetivo y mundo social , con la que en

    cada caso

    se

    enfrentan. Cuando sobrepasan

    el

    horizonte de una

    situacin dada,

    no

    por eso

    se

    mueven en el vaco ; vuelven a

    encontrarse de inmediato en otro mbito, ahora actualizado, pero

    en todo caso

    ya

    interpretado de lo culturalmente autoevidente.

    En la prctica comunicativa cotidiana no hay situaciones abso-

    lutamente desconocidas. Incluso las nuevas situaciones emergen

    a partir de un mundo de

    la

    vida que est construido a partir de

    un acervo cultural de saber que

    ya

    nos

    es

    siempre familiar. Fren-

    te a ese mundo los agentes comunicativos no pueden adoptar

    una posicin extramundana, al igual que tampoco pueden hacer-

    lo

    frente

    al

    lenguaje como medio de los procesos de entendimien-

    to

    merced a

    los

    que el mundo de la vida

    se

    mantiene.

    l

    hacer

    uso de una tradicin cultural, tambin la estn prosiguiendo.

    La

    categora de mundo de la vida tiene, pues, un status dis-

    tinto

    que

    los

    conceptos formales

    de

    mundo de que habamos

    hablado hasta aqu. Estos constituyen, junto con las pretensiones

    de

    validez susceptibles de crtica, el armazn categorial que sirve

    para clasificar en el mundo de la vida,

    ya

    interpretado en cuanto

    a sus contenidos, situaciones problemticas, es

    decir, situaciones

    necesitadas de acuerdo. Con los conceptos formales de mundo

    hablante y oyente pueden cualificar los referentes posibles de sus

    178

  • 7/23/2019 Habermas Sistema y Mundo de La Vida 1992

    19/19

    actos de haba de modo que les sea posible referirse a ellos como

    a algo objetivo, como a algo normativo o como a algo subjetivo.

    l

    mundo de la vida, por el contrario, no permite cualificaciones

    anlogas; con su ayuda hablante y oyente no pueden referirse a

    algo como algo intersubjetiva. Antes bien, los agentes comuni-

    cativos

    se

    mueven siempre

    dentro

    del horizonte que

    es

    su mundo

    de la vida; de l no pueden salirse. En tanto que intrpretes per-

    tenecen, junto con sus actos

    de

    habla, al mundo de la vida, pero

    no pueden establecer una relacin con algo en el mundo de la

    vida de la misma manera que pueden establecerla con hechos,

    normas o vivencias. Las estructuras del mundo de la vida fijan

    las formas de la intersubjetividad del entendimiento posible. A

    ellas deben los participantes en la comunicacin su posicin

    extramundana frente a lo intramundano sobre que pueden enten-

    derse.

    l

    mundo de la vida es, por as decirlo, el lugar trascen-

    dental en que hablante y oyente se salen al encuentro; en que

    pueden plantearse recprocamente la pretensin de que sus

    emi-

    siones concuerdan con el mundo con el mundo objetivo, con el

    mundo subjetivo y con el mundo social); y en que pueden criti-

    car y exhibir los fundamentos de esas pretensiones de validez,

    resolver sus disentimientos y llegar a un acuerdo. En una pala-

    bra: respecto al lenguaje y a la cultura los participantes no pue-

    den adoptar

    n actu

    la misma distancia que respecto a la totalidad

    de

    los

    hechos, de las normas o de las vivencias, sobre que

    es

    posible el entendimiento.

    La figura 20 puede ayudar a ilustrar cmo el mundo de

    la vida

    le es

    constitutivo al entendimiento

    como tal

    mientras

    que los conceptos formales de mundo forman un sistema de refe-

    rencia para aquello

    sobre que

    el entendimiento

    es

    posible: ha-

    blante y oyente se entienden desde, y a partir de, el mundo de

    la vida que les es comn, sobre algo en el mundo objetivo, en el

    mundo social y en el mundo subjetivo.

    179