HERENCIA-AMBIENTE EN LA TEMPRANA INFANCIA

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    Estudios sobre la relacin herencia-ambiente en la temprana infanciaPublicado en la revista n017

    Autor: Dio Bleichmar, Emilce

    Versin ampliada de la conferencia pronunciada en el Congreso Internacional "Herencia y ambiente en psiquiatra delnio y del adolescente". Hospital General Universitario Gregorio Maran, Madrid (Mayo 2004)

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    Gentica de la conducta versus parentalizacin?

    Cunto juegan el cdigo gentico por un lado y la influencia del ambiente, por el otro, en moldear eldesarrollo del cerebro es una de las cuestiones que ha polarizado a los cientficos. Las posicioneshan estado determinadas ms por preferencias ideolgicas que por slidos datos que permitiesenestudiar la complejidad de la influencia de uno y otro de los factores. A lo largo de la ltima dcadadel siglo XX, provocado tal vez por la excitacin del proyecto del genoma humano pero, tambin, por

    los diseos de investigacin con una sofisticacin estadstica cada vez mayor, la investigacinevolutiva ha estado dominada por ideas provenientes de la gentica cuantitativa de la conducta. Noshan llevado a un estado de la cuestin en el que se considera que ms o menos todas lascapacidades psicolgicas relevantes, as como sus disfunciones, son innatas, y en las que sesupone que la parentalidad apenas importa. Si bien es importante definir los lmites de la influenciaparental sobre el desarrollo del nio y relativizar radicalismos como el que llev a Watson el fundadordel conductismo escribir aquello de: "Dadme una media docena de nios sanos... dejadme elegir elmundo en que los educara y os garantizo que podra tomar uno al azar y ensearle a ser un expertoen una especialidad de mi eleccin -mdico, artista, comerciante o cocinero e incluso mendigo-

    independientemente de su talento, inclinaciones, tendencias, capacidades, raza o antepasados",nuevamente asistimos a otro de los momentos en el que el pndulo entre natura y cultura corre elriesgo de oscilar demasiado hacia el otro lado, el biolgico.

    Afortunadamente, esta reflexin -que podra entenderse como un comentario ms pero sinfundamento- empieza a cobrar peso ya que la experimentacin en animales comienza a demostrarla necesidad de contar con modelos relacionales, interactivos, de causalidad en que los factoresgenticos y ambientales aparecen operando en conjuncin.

    Las investigaciones actuales muestran al cerebro como operando de forma plstica yautoorganizada y estando menos constreido por lmites predeterminados de lo que se habapensado previamente. La informacin en el cerebro es representada y procesada por grupos deneuronas que mantienen una interconexin funcional basada ms en las exigencias de laexperiencia que en estrictos esquemas genticamente determinados.

    La comprensin de los fenmenos del desarrollo requiere conceptos relacionales o co-activos de lacausalidad en oposicin a causas nicas que operan en un supuesto aislamiento (Gottlieb, G. &Tucker Halpern, C. ,2002). El concepto llave es entender que lo que hace que el desarrollo sucedaes la relacin entre los dos componentes, y no los componentes en s (persona-persona, organismo-organismo, organismo-ambiente, clula-clula, gen-gen. actividad-conducta motora). Cuando sehabla de co-accin como el corazn de la causalidad evolutiva lo que se quiere enfatizar es quenecesitamos especificar alguna relacin entre al menos dos componentes del sistema del desarrollo.El concepto usado ms frecuentemente para designar la co-accin es el relativo a la

    experiencia.

    Voy a mencionar en primer lugar algunos trabajos sobre la influencia del medio en la modificacin delcerebro en animales en perodos crticos y en segundo trmino estudios en la relacin temprana enhumanos que van en la misma lnea.

    Influencia del medio externo en la modificacin del cerebro

    En el n 404 de la revista Naturede Abril de 2000 aparecen dos artculos en cuya presentacin seseala: "Sur y sus colegas proveen la evidencia ms demostrativa existente hasta ahora sobre laexquisita sensibilidad a los estmulos externos del desarrollo cortical" (Merzenich M., 2000, P. 820).

    Mriganka Sur y colaboradores (Massachussets Institute of Technology, USA) han perfeccionado unatcnica que les permite redirigir quirrgicamente hacia qu parte de la corteza cerebral se dirigirnlos nervios en el roedor hurn de un da. Ms especficamente, las conexiones de la retina quenormalmente llegan a la corteza visual son redireccionadas para mandarlas hacia la corteza auditiva.Esto determina que la corteza que estaba genticamente preparada para ser sensible a losestmulos auditivos pase a ser capaz de captar y de organizar percepciones visuales.

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    Eso no es todo: la corteza de la regin que hubiera tenido una estructura anatmica de cortezaauditiva pasa a poseer una disposicin de sus clulas correspondientes a la corteza visual (con unaorganizacin neuronal -ubicacin en molinillo- que le permite convertirse en un mapa de las distintaszonas de la retina y de la sensibilidad de sta frente a formas en el espacio). Pero los experimentosde Sur y col. van ms all de contentarse con probar que la corteza preparada genticamente paraestar organizada con cierto tipo de disposicin celular adquiere los caracteres de la corteza visual alrecibir los estmulos visuales: el animal, una vez crecido, pasa a ser capaz de responder

    conductualmente a los estmulos visuales en la corteza que genticamente estaba predeterminadapara ser rea auditiva.

    Es decir, si la corteza cerebral de una determinada zona recibe estmulos de un tipo dado, son estosestmulos los que ocasionan la organizacin y la funcionalidad que tendr y no la predisposicingentica. En otras palabras, es la naturaleza del estmulo externo el factor decisivo de cmo seterminar organizando una cierta zona cortical.

    Cierpial & Mc Carty (1987) encontraron que ratas con hipertensin espontnea (SHR) usadas comomodelo animal para el estudio de la hipertensin humana se vuelven hipertensas por co-accin conlas madres despus del nacimiento. Cuando las ratitas SHR son amamantadas y criadas por madresnormales desde el nacimiento no desarrollan hipertensin. Pareciera que hay un componentehiperactivo en la conducta de las madres que induce a las ratitas SHR a desarrollar hipertensin. Lanaturaleza interactiva de la articulacin entre gen y crianza del desarrollo de la hipertensin en ratasSHR es demostrada por el hecho que ratas que genticamente son normotensas no desarrollanhipertensin cuando son amamantadas y criadas por madres que son genticamente hipertensas(SHR). De modo que aunque las ratitas genticamente hipertensas (SHR) difieren de las normales,el desarrollo de la hipertensin requiere la co-accin con las madres hiperactivas, no es resultadoinevitable del hecho que son gentica, anatmica y fisiolgicamente diferentes de las normales. Esun buen ejemplo de los aspectos relacionales de la definicin de la experiencia y de la causalidad deldesarrollo. La causa de la hipertensin no reside en la gentica de las ratas SHR o en las de lasmadres SHR sino en la relacin que se establece entre ellas.

    La breve separacin de sus madres en el perodo previo al destete produce en ratitas cambios en eleje hipotlamo-hipfisis-adrenal en las respuestas a estmulos estresantes (Plotsky & Meaney 1993).Cabib et al. (2000) demostraron que la respuesta a las anfetaminas puede ser alteradadramticamente en ratas adultas ante un acontecimiento como la escasez de alimento, un cambiomediado por la secrecin de glucocorticoides y liberacin de dopamina. En la discusin sobre lainevitable interaccin entre diferencias genticas y factores ambientales estresantes, estosinvestigadores explcitamente sealan que "el intento de identificar una causalidad gentica oambiental como factores independientes es probablemente lgica pero procedimentalmenteerrnea" (p. 464-465).

    Una de las dimensiones humanas que goza de mayor crdito gentico es la agresin. Hood & Cairns(1989) examinaron la influencia del medio de crianza en el desarrollo del fenotipo agresivo en dos

    razas de ratones. El medio habitual de crianza es el aislamiento social desde la terminacin deldestete al final de la 3 semana. Al someterlos a una primera prueba a la 6 semana de edad -comoaparece en la lmina- cuando los ratones son criados como es habitual, en aislamiento, hay una grandiferencia en la frecuencia de los ataques entre las dos razas. En cambio, si la crianza se realiza engrupos las diferencias desaparecen, mostrando la influencia del medio social en el desarrollo de laagresin, aun en ratones.

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    Hallazgos todos que apoyan la idea que es la co-accin de estrs, trauma y otro tipo de factorespatgenos externos junto con configuraciones genticas lo que en ltima instancia da como

    resultado diferentes perfiles patolgicos. Se subraya el punto que ni un genotipo particular ni unfactor traumtico externo estn inevitablemente vinculados a un resultado patolgico. Es la

    particular combinacin de factores genticos y ambientales y probablemente el factortemporal de la interaccin que provoca resultados patolgicos.

    Con todo, se podra argumentar que esta plasticidad cerebral se da slo en roedores, que no tienenada que ver con lo que sucede en humanos. Sin embargo, Sadato (1996) y Rauschecker (1995) yahaban mostrado cmo en sujetos ciegos desde muy temprano la corteza visual pasaba a respondera estmulos tctiles, siendo activada, por ejemplo, cuando se lea en sistema Braille. Estosexperimentos dieron lugar a que un equipo integrado por investigadores del National Institute ofHealth (USA) y de la Facultad de Medicina de Fukui (Japn) desearan poner a prueba la hiptesis de

    que la plasticidad cerebral -cambios producidos por una actividad especfica- requera que sehubiera producido en una poca muy temprana de la vida, es decir, en aquellas personas que eranciegas de nacimiento o poco despus del nacimiento. Repitieron los experimentos tendentes a ver sila corteza visual en ciegos despus de los 14 aos responda a estmulos tactiles al leer en Braille yconstataron que esa capacidad de la corteza occipital (visual) de reconocer estmulos tctiles ya noexista cuando la ceguera haba ocurrido despus de esa edad.

    Los hallazgos conducen a la idea cada vez ms fundamentada que en humanos hay un

    perodo en que el cerebro es plstico, durante el cual se organiza la funcionalidad y que,superada esa "ventana" durante la cual el cerebro se puede modificar en una direccindeterminada por el estmulo externo, despus ya resulta mucho menos factible.

    El efecto del nio sobre los padres

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    Los estudios sobre gemelos realizados en los Estados Unidos, Escandinavia, el Reino Unido y otroslugares se han tomado como punto de referencia y a partir de ellos se ha extendido la idea que losgenes son ms importantes que el entorno en casi todas las enfermedades psicolgicas. Gemelosidnticos que haban sido criados por separado revelaron semejanzas llamativas en sus conductas,personalidad y formas de pensar (Reiss y col., 1995; Neubauer, 1996; Plomin y col., 1997; Reiss ycol., 2000). Es bastante probable que pueda haberse exagerado la importancia de los padres para eldesarrollo: los estudios sobre adopcin, concretamente, muestran que mucha de esa influencia

    parental es ilusoria. Es tambin probable que las caractersticas de personalidad del nio que sehan considerado como reaccin a la conducta parental sean en muchos casos predisposicionesgenticas y que el rasgo de la personalidad y la forma de parentalidad -crtica, clida o inclusoabusadora- sean consecuencias de los mismos genes en los padres y en el nio. Del mismo modo,los estudios sobre adopcin sugieren que los nios con tendencias genticas hacia la agresinprovocarn una parentalidad ms hostil y coercitiva (Ge y col., 1996).

    De modo que, si bien los estudios sobre adopcin y gemelos demuestran que el trastorno psicolgicotiene races genticas, los efectos genticos son en su mayor parte indirectos ms que directos.Incluso una carga gentica alta para un riesgo ambiental no significa que el resultado asociado setransmita genticamente de forma necesaria. Por ejemplo, aun en el caso que se hallara que un

    abuso infantil y sus secuelas tienen base gentica, el trastorno de un nio que ha sufrido abusosseguira comprendindose mejor en trminos de la destruccin de la confianza que el nio tiene en elmundo. La prdida de confianza es la que tendra que encararse en cualquier intervencinteraputica. Los datos conductuales genticos no nos ayudan demasiado en la situacin clnicaindividual.

    Los trabajos en la denominada interaccin gen-ambiente en animales nos van ayudando a sabercmo funcionan los genes. Al menos parte de cada gen es un mecanismo de control para elproceso de transcripcin, en otras palabras, determina si un gen se expresaro no en ciertosrasgos observables fsicos o psquicos. Las experiencias internas y externas, las hormonas, elestrs, el aprendizaje y la interaccin social alteran la unin de los reguladores de transcripcin

    (Kandel, 1998). Por ejemplo, las cras de ratas separadas de sus madres en las dos primerassemanas de vida muestran un incremento permanente en la expresin (manifestacin en rasgos) degenes encargados de controlar la secrecin de FLC (factor liberador de corticotropina), una de lashormonas del estrs (Plotsky y Meaney, 1997). Sin embargo, esta vulnerabilidad al estrs, que duratoda la vida, se invierte si las madres demuestran un mayor cuidado fsico a las cras una vez que selas rene (Liu y col., 1997).

    De modo que la cuestin es saber cules de los aspectos del entorno influyen en estos mecanismosde control en los humanos. Existen unos pocos ejemplos importantes en este sentido, pero aislados.Los hijos de padres/madres esquizofrnicos que son adoptados lejos de ellos desarrollan laenfermedad si su familia adoptiva es disfuncional (Tienari y col., 1994). Se han hecho observaciones

    similares en cuanto a la conducta criminal (Bohman, 1996). De modo que el riesgo gentico puedehacerse realidad o no, dependiendo del entorno familiar.

    Pero los genetistas conductuales se encuentran con un problema. A pesar de su aceptacin de unmodelo de interaccin gen-entorno, ha habido pocos hallazgos que demuestren el efecto moderadordel entorno en la expresin del gen en los humanos (Plomin, DeFries y col., 1997). La gentica de laconducta humana estudia en su mayor parte el entorno objetivo, externo, familiar. El entorno queestimula la expresin de un gen no es objetivo, no es observable. La distincin de Freud entre lasdos superficies de la conciencia -una vuelta hacia dentro y otra vuelta hacia fuera- proporciona lapista: es la experiencia del entorno lo que produce interacciones entre la herencia y lacircunstancia, no el hecho de esa circunstancia en s misma. La interaccin es entre el gen y

    el entorno subjetivo.

    El modo en que se experimenta al entorno acta como filtro en la expresin del genotipo en elfenotipo, la traduccin del potencial gentico en personalidad y conducta. Como sostiene Fonagy,aqu tocamos la importancia del psicoanlisis para la comprensin de las influencias genticas sobre

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    la mente. Como psicoanalistas, nuestra preocupacin principal es la interaccin de las mltiplescapas de representaciones para generar la experiencia subjetiva en relacin con el mundo externo,esto es, la realidad psquica. Los datos provenientes de la gentica requieren precisamente esasofisticacin. Para comprender el modo en que la mayora de los genes pueden o no ser expresadosen individuos concretos, necesitamos comprender el mundo interno del nio o del adulto, ya que esuna suposicin comn pero errnea que las influencias genticas son ms fuertes en la infanciatemprana. La expresindel gen (produccin de efectos en rasgos fsicos o psicolgicos) contina alo largo de la vida y puede desencadenarse al final de sta, en la muerte. A un nivel molecular, las

    pruebas sugieren que los ambientes positivos y negativos pueden alterar la expresin del gen y, almenos en principio, pueden influir en muchos aspectos de la estructura y el funcionamiento delcerebro humano, el cuerpo de la mente (Elman y col., 1996).

    El que un factor ambiental desencadene o no la expresin de un gen puede depender del modo enque el individuo interprete esa experiencia, determinada a su vez por significados conscientes oinconscientes atribuidos a la misma (Kandel, 1998). As, los procesos representacionalesintrapsquicos no son slo consecuencia de los efectos ambientales y genticos, sino que esprobable que sean moduladores vitales de dichos efectos. El ganador del Premio Nobel del 2000,Eric Kandel, lleg a sugerir que los cambios ms profundos y a ms largo plazo asociados con laterapia psicoanaltica pueden sobrevenir mediante los cambios en la expresingentica provocados

    por las transformaciones intrapsquicas que se operan en el transcurso de una psicoterapia queapunte a la subjetividad consciente e inconsciente.

    En un programa de tratamiento psicoanaltico preescolar en la Clnica Menninger (Fonagy, Stein yWhite, 2001) dirigido por la Dra. Helen Stein, estudian el segundo gen receptor de la dopamina(DRD2), una variante que se ha vinculado con numerosos trastornos psicolgicos. En un anlisispreliminar de los datos, encuentran una interaccin entre la presencia de esta variante y lasusceptibilidad a traumas del apego: se hall que aquellos que posean esta variante padecan untrastorno mayor cuando eran adultos si presentaban tambin experiencias tempranas tales comoabuso pero, junto a esto, los mismos individuos mostraron serios dficits tanto en la expresin comoen la comprensin emocional, lo que se sabe que es caracterstico de los trastornos de la

    personalidad. Por el contrario, los ndices objetivos del ambiente familiar y el maltrato,documentados en los registros de la infancia, guardaban poca relacin con el funcionamiento adulto.

    Fonagy (2003) sostiene que incrementar la conciencia emocional, como lo hace la psicoterapiaexitosa, podra haber reducido la expresin de esta vulnerabilidad gentica a los problemaspsiquitricos adultos mediante la elaboracin de la representacin mental de las relacionesintersubjetivas. Enfatiza que se trata de resultados muy preliminares pero lo que quiere resaltar serefiere a una cuestin conceptual: que los genetistas conductuales, los que toman en cuenta sloacontecimientos, tendrn ms dificultadoes para otorgar un sentido a los datos que recojan sobre lamente a menos que incluyan en sus estudios sobre el entorno o ambiente el significado subjetivo

    consciente e inconsciente- que poseen los acontecimientos, especialmente aquellos que, una vez

    realizadas ciertas interpretaciones, podran tener un impacto emocional importante desencadenandoansiedad o depresin sostenidas.

    Importancia de la intersubjetividad y de la capacidad reflexiva en los perodos crticos deplasticidad cerebral

    Si algo tan rgidamente predeterminado como la corteza cerebral depende para su desarrolloanatmico y funcional del estmulo externo, y existen perodos crticos para que esta influencia seejerza, ello aporta datos coincidentes con la importancia que en psicoanlisis se otorga al desarrollo

    de los sistemas motivacionales -apego, sensual/sexual, narcisista, autoconservacin, regulacinpsicobiolgica- en los perodos iniciales de la vida y, especialmente, a los estmulos de las figurassignificativas en moldearlos. En el interjuego entre lo genticamente determinado -el instinto- y lainfluencia de las figuras externas -la realidad-, stas ltimas resultan trascendentes para reorientar loinstintivo en una direccin u otra. Es aqu donde el concepto psicoanaltico de pulsin/motivacin

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    como algo diferente del instinto adquiere su valor. La pulsin ser el principio motivacionalorganizador de la conducta, con igual fuerza que un instinto, incluso con la perentoriedad con la quese sigue rgidamente un esquema determinado de accin, pero que ya no es el instinto simplementepredeterminado por el programa gentico sino la reorientacin que la experiencia, en losintercambios con las figuras significativas, le imprime a ste.

    La capacidad para la interpretacin, que el filsofo Bogdan (1997) ha definido recientemente comoorganismos que se otorgan sentido entre s en contextos donde esto tiene importanciabiolgicamente, es una caracterstica de todas las especies complejas y se convierte en algonicamente humano cuando la materia de la interpretacin pertenece al dominio de los estadosmentales. Esta capacidad es la que proporcionara el paso final en la trascripcin de la influenciagentica en un patrn de conducta. El mecanismo interpretativo codifica la informacin gentica enforma de tendencias, pero tambin modera la influencia gentica modificando la percepcin que elnio tiene de su mundo de objetos.

    Sabemos que este modulador entre genotipo y fenotipo es una capacidad que depende de formacrucial de la respuesta sensible de los cuidadores tempranos a los estados emocionales del beb.Una funcin vital de la relacin temprana -que se suele sumar al concepto de apego cuando enrealidad lo sobrepasa- es el contexto que la relacin infante-madre provee para la adquisicin de lacomprensin de los estados mentales: los componentes bsicos de la autoorganizacin y lasubjetividad. Existe una amplia literatura emprica que traza el desarrollo de esta capacidad en lasprimeras relaciones objetales (Jaffe y col., 2001).

    Existen estudios que relacionan dficits concretos en la sensibilidad parental con formas depsicopatologa posterior. Uno de los aspectos ms intrigantes y aparentemente paradjicos de laespecularizacin afectiva parental durante las interacciones de regulacin afectiva es el hecho deque cuando el beb se halla en un estado negativo, la figura parental presenta el reflejo de unaemocin negativa al tiempo que consuela adecuadamente al beb. Cmo interpreta el beb laexpresin de afecto negativo por parte de una figura parental y cmo es posible que la manifestacinde una emocin negativa desempee un papel decisivo en la contencin/modificacin del estadoemocional del beb?

    Gergely y Watson (1996), analizando en una microestructura relacional la as llamada sensibilidadmaternasugieren contundentemente que la respuesta parental sensible implica en la prctica dosparmetros: uno de correspondencia o contingencia entre lo que siente el nio y lo que respondeemocionalmente la madre; el otro parmetro, es la comunicacin de la diferencia entre lo que sientela madre y el nio. Acuan el trmino marcacinpara designar al hecho de que cuando una madreest especularizando acciones del infante, las acciones maternas que comunican al infante tienen lacualidad de que lo que est mostrando no es su propio sentimiento sino una representacin de lapercepcin que ella tiene de la experiencia del infante -por ejemplo, cuando el nio siente dolor, lamadre puede decir con un rostro que simula parte de la expresin del bebe pero acompaado de un"pobrecito, cmo te duele!", dicho con tono carioso no sufriente. Las madres que pueden marcar osealar su expresin emocional aaden as un conjunto especial de atributos a la expresin delafecto del nio que las diferencia claramente de su propia expresin de afecto, y esto parece ser elfactor clave que permite consolar al infante con bastante ms rapidez. El infante capta que el estadoemocional que la madre muestra tiene relacin con el que l siente y no que la madre sientaexactamente lo mismo que l.

    Los autores sugieren que la especularizacin del afecto por parte del adulto que refleja el sentimientodel infante pero carece de esta marcacin genera problemas evolutivos dentro del espectroborderline. Este patrn de especularizacin puede esperarse en madres que, debido a sus propiasdificultades con la regulacin emocional, se ven abrumadas por la angustia de sus infantes. Puestoque la especularizacin del afecto no est marcada, sta no se desconectar del cuidador y sepercibir como correspondiente a una emocin parental real. El infante sentir que su estadoemocional es ms peligroso y atemorizante puesto que parece contagioso. Dado que el infanteatribuye el afecto especularizado a la figura parental, sentir que su propia angustia est ah fuera,que pertenece al otro ms que a s mismo. A corto plazo, la percepcin de la angustia

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    correspondiente en la figura parental no regular sino que aumentar el estado negativo del beb,pudiendo dar lugar a la traumatizacin ms que a la contencin emocional.

    Otro tipo importante de estructura especularizante desviada se producira por la dominancia de unaespecularizacin marcadapero incongruente. Pensemos en un infante cuya excitacin ertica por elcontacto fsico induce en la madre angustia y enojo defensivo debido a sus conflictos en relacin conla sexualidad. La madre puede proyectar su hostilidad defensiva sobre el infante y percibir laexcitacin libidinal del beb como si fuera una agresin. Entonces podra modular el afecto (mal)percibido en su beb: en vez de especularizar erotismo especularizar lo que es su propiaagresividad, y la marcar con alguna modificacin pero hacindole sentir al beb que ella estespecularizando una conducta agresiva de ste. Debido a la marcacin de la agresinespecularizada, sta se desconectar de la figura parental, y el infante sentir que el afectoespecularizado est vinculado con su propio estado emocional originario. Sin embargo, puesto que laagresin especularizada es incongruente con el estado afectivo real de excitacin sexual del infante,la representacin secundaria de esta emocin primaria se ver distorsionada. Llegar a percibir suexcitacin como hostilidad. Para decirlo de un modo ms general, la especularizacin marcadaperoincongruente -no correspondiente al estado emocional del lactante- dara lugar a representacionesdel self patolgicamente distorsionadas.

    El significado subjetivo en la transmisin intergeneracional

    Los estudios de la regulacin afectiva del beb por parte del adulto, incluida su reactividadneurovegetativa, no dejan lugar a dudas acerca de que las interacciones tempranas moldean,modulan dimensiones que tienen un claro componente gentico. Esto sucede tambin con lasmodalidades de apego para las cuales se ha evidenciado la importancia de componentes cerebralesinnatos (Insel, 1997; Leckman y col., 2004).

    Uno de los mayores mritos de la Entrevista de Apego para Adultos desarrollada por Mary Main(AAI) -el procedimiento que permiti a la teora del apego dar un giro desde lo puramente etolgico y

    conductual hacia el nivel representacional- fue el de mostrar cmo un tipo de apego del adulto tieneuna alta probabilidad de reproducirse en la siguiente generacin. La entrevista hecha a la madre (uncuestionario sobre su propia experiencia de apego) se ha evidenciado como un excelenteprocedimiento para la prediccin del sistema de cuidado que luego sta emplear en la crianza delnio. Esta correlacin es la que ha permitido entrever los mecanismos de la transmisinintergeneracional y ha sido empleada por numerosos investigadores en distintos pases (Hesse,1999). En el estudio de Fonagy y col. (1991) se mostr que la AAI aplicada a mujeres embarazadastiene una alta capacidad predictiva del tipo de apego que presentar su hijo/a a los 12 y 18 mesesde edad. Madres que antes del nacimiento de su hijo manifestaron desapego en la narracin de supropia infancia, tendieron en su mayor parte a tener bebs que se comportaban hacia ellas de formanotoriamente evitativa al reencontrarse en la condicin experimental conocida como situacinextraa. Los valores que aportan estos autores son muy impresionantes: un 75 % de concordanciaentre lo que se detecta en la entrevista con la madre sobre cmo fue su apego y el tipo de apego quemostrarn luego sus hijos. Encontraron tambin relacin entre la seguridad del apego del infante alpadre a los 18 meses y la entrevista realizada al padre antes del nacimiento del hijo

    A diferencia de la clasificacin sobre los patrones de apego en el infante, a quien se lo consideraseguro o inseguro con respecto a uno de los padres, en particular con quien se lo est observando(un infante puede mostrar un apego seguro con la madre y evitativo con el padre), la ubicacin deladulto dentro de la categora seguridad en la Entrevista de Apego para Adultosno se identifica conninguna relacin en particular. No se evala el apego de un adulto con relacin a ninguna figura, nidel pasado ni del presente, y por lo tanto el anlisis de la entrevista no permite clasificar al adultocomo teniendo un apego seguro o inseguro. La entrevista del adulto con el instrumento AAI, aun sinfamiliares vivos o despus de un amargo divorcio, puede ser clasificada como segura/autnoma yaque lo que se codifica son estados de la mente con respecto a su historia global de los vnculos de

    apego, tal como se manifiesta en el contexto de la entrevista.

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    Como queda demostrado en la prueba de la Entrevista de Apego para Adultos, lo importante en unarelacin no es tanto el grado de sufrimiento o frustracin vivido sino si este hecho se constituye enmuro de piedra emocional, retenido como gesto o memoria corporal, o ha pasado a un registrosimblico que permite su circulacin y transformacin. De ah que nos interese discernir en la medidade lo posible las modalidades fantasmticas a partir de las cuales la madre ha dado significado a losacontecimientos de la crianza.

    De acuerdo a los resultados de la aplicacin de la prueba los padres pueden ser clasificadoshabiendo tenido una historia de apego: a) segura/autnoma; b) desentendida o despreocupada (nose enteran o no le dan importancia a los temas de apego); c) preocupada. La valoracin comoapego seguro no depende de la normalidad y ausencia de trastornos psicolgicos delenunciante y de las vicisitudes de su infancia sino de la coherencia, autenticidad emocional ycomprensin psicolgica de su relato sobre la relacin con sus padres. Puede ser un adultoque haya pasado situaciones traumticas y no obstante ser categorizado como seguro/autnomo.Otro ejemplo ilustrativo de que la valoracin no depende de factores objetivos, sino de la capacidaddel sujeto de otorgar sentido y comprender contextualmente lo sucedido.

    De modo que la prediccin del tipo de cuidado que, de acuerdo a la AAI, se dar al infante va adepender no de la historia de la vida de la madre en s sino de la forma en que es contada, o sea,cmo ha sido procesada la experiencia, y no la experiencia en s misma. Mientras la historia de lavida de un individuo no puede cambiar, no obstante puede ser contada o reconstruida en muchasformas diferentes y este procesamiento diferente constituye la capacidad de modificacin del destino.

    La regulacin bidireccional de la conducta

    Estudios empricos sobre microinteracciones cara a cara en la dada madre-infante muestran cmola accin y la informacin es conjuntamente construida, esto quiere decir, regulada

    bidireccionalmente (Beebe y col. 1997). La experiencia se realiz con madres y bebs de 4 mesesfilmados en dos tipos de observaciones:

    a) la regulacin bidireccional del reflejo facial;

    b) estructuras de interaccin de descarrilamiento (Chase-and-dodge)

    Para el reflejo facial la escala est basada en la orientacin, la mirada y las expresiones faciales. Porla velocidad del cambio se deduce que antes que el comportamiento del compaero est terminado,

    el otro est empezando a hacerlo, de modo que ya se han creado esquemas anticipatorios faciales-visuales (la duracin de los comportamientos est en el rango de 1/4 a 1/3 a 1/2 de segundos). Elreflejar facialmente la cara del otro se considera un precursor de la empata y una de las estructurasde interaccin que contribuye a la organizacin presimblica de las representaciones del s mismoy del otro.

    Ekman (1983) y Zajonc (1985) muestran que en el entonamiento emocional la expresin del otro estaltamente correlacionada con el patrn de activacin fisiolgica. Una expresin particular de la caraest asociada a un modo particular de actividad autonmica, y reproduciendo la expresin de otrapersona se produce un estado fisiolgico similar en el espectador. Tronick (1989) aporta datosdemostrando que en el transcurso de una interaccin exitosa madre-hijo se corresponden slo

    aproximadamente un 30% del tiempo, el resto del tiempo pueden estar ligeramente desentonados.

    La segunda parte del estudio de Beebe encara las estructuras de ruptura y reparacin delentonamiento interactivo. Cada madre puede sobrepasar as como no llegar a un ptimo nivel deestimulacin. La instruccion que se le da a la madre es: "juega con tu beb como lo haras en casa".

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    La estructura de la interaccin documentada a travs de secuencias estadsticamente significativases como sigue: mientras la madre se acerca a la cabeza del beb, el beb se mueve hacia atrs yhacia fuera. La madre despus "persigue" moviendo su cabeza y su cuerpo hacia el beb. Al mismotiempo que le persigue, el beb simultneamente mueve la cabeza hacia fuera todava ms lejos.Estos ajustes mutuos son semisincronizados.

    El beb tiene poder de "veto", l puede impedir totalmente un encuentro visual con la madre. Aunquesta es una interaccin aversiva, su regulacin es todava bilateral, el movimiento de la madre haciala cara del beb influye en el movimiento de alejamiento del beb, y los movimientos de alejamientode cabeza y cuerpo del beb de la madre influyen en la persecucin de sta. Se ha llamado al juego"perseguir y esquivar" pero tambin podra llamarse "esquivar y perseguir". La retirada del bebprovoca la intrusin de la madre y la intrusin de la madre influye en la retirada del nio.

    Los sistemas didicos desde el punto de vista de la comunicacin son la base del concepto deorganizacin interactiva de la experiencia y de las representaciones (Beebe y col. 1992). Madre-hijoconstruyen conjuntamente un patrn secuencial de movimientos y reglas para regular estosmovimientos a travs de las dimensiones de tiempo, espacio, afecto y activacin. Por repeticin secrea la expectativa de un patrn caracterstico de secuencias didicas, junto con las consecuenciasde la autorregulacin que es el contenido de las representaciones del infante. Entonces lo que esinicialmente representado no es una persona, un otro, sino una relacin: el s mismo y el otro.

    Lo que es representado es un fenmeno emergente de la diada que no puede ser descrito en base acada compaero solo (Beebe y Stern, 1977). La estructura didica inherente de estasrepresentaciones implica que ambos roles en la interaccin han sido experimentados. Esto puedeexplicar por qu en la vida adulta estas posiciones pueden ser intercambiables en la intimidad:masoquismo-sadismo, depredador-vctima, perseguidor-evitativo, abandonado-abandonador. Lasestructuras de interaccin son un cdigo mutuamente organizado y mutuamente entendido en el cualcada rol implica su recproco y ninguno puede ser representado sin el otro.

    Conclusiones

    Las comprobaciones de laboratorio van indicando una direccin en torno a la causalidad de losfennenos del desarrollo como un sistema de influencias bidireccionales de mltiples niveles enconstante interaccin.

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    Desde hace unos aos venimos trabajando en un enfoque del desarrollo psquico al quedenominamos modular-transformacional en torno a la articulacin de diversos sistemasmotivacionales. Modelo complejo que rompe con explicaciones dinmicas monocordes yreduccionistas de la psicopatologa y que trabaja en la prctica clnica con una concepcin ampliadadel paciente. ste deja de ser el nio o el adolescente aislado y pasa a ser enfocada la relacinparento-filial como la unidad de estudio y de transformacin (Dio Bleichmar, 2000 y en prensa). Nose trata de un enfoque familiar sino de la relacin entre padres e hijos, lo que implica que se tendren cuenta cmo el mundo interno del nio ha sido configurado en el seno de la intersubjetividad conlos padres. No obstante, este modelo ambientalista de la causalidad del trastorno psquico no eliminael trabajo con la particularidad de la codificacin de la experiencia que el nio o adolescente haga,sino todo lo contrario. Pero ser esta interpretacin o codificacin infantil de la experiencia de larelacin -que se expresa por medio de comportamientos de todo tipo- el foco del trabajo con los

    padres. Ellos deben adquirir la capacidad de otorgar significado relacional a la conducta de sus hijos.La terapia de padres e hijos restituye un desarrollo del nio que se halla detenido o perturbado yotorga a los padres herramientas para cumplir su papel de padres. Un enfoque teraputico centradoen la co-accin no puede eludir la ampliacin de las capacidades de parentalizacin.

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