I N D I C E - Diócesis de Bilbao - Bilboko Gotzaitegia · • Homilía del Obispo en el IV Domingo...

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BOLETÍN OFICIAL / ALDIZKARI NAGUSIA (n. 661. zk.) (apirila-maiatza 2015 abril-mayo) I N D I C E IGLESIA. BIZKAIA. ELEIZEA Documentos. Agiriak “El día en que actuó el Señor”. Carta mensual del Obispo (Abril 2015) “El Amor derramado en nuestros corazones”. Carta mensual del Obispo (Mayo 2015) Homilía del Obispo de Bilbao en el Viernes Santo (3 de abril de 2015) Homilía del Obispo de Bilbao en la Vigilia Pascual (4 de abril de 2015) Homilía del Obispo en el Domingo de Resurrección (5 de abril de 2015) Homilía del Obispo en el III Domingo de Pascua (19 de abril de 2015) Homilía del Obispo en el IV Domingo de Pascua (26 de abril de 2015) Homilía del Obispo en el V Domingo de Pascua (3 de mayo de 2015) __________ Decreto de Erección de la Unidad Pastoral (UP) “Entre Ríos-Errekarte” (16 de mayo de 2015) Información. Albisteak SECRETARÍA GENERAL Nombramientos Fallecimiento CRÓNICA DIOCESANA Semana de Vida Religiosa La Diócesis celebra el centenario de Arizmendiarrieta

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BOLETÍN OFICIAL / ALDIZKARI NAGUSIA (n. 661. zk.) (apirila-maiatza • 2015 • abril-mayo)

I N D I C E

IGLESIA. BIZKAIA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

• “El día en que actuó el Señor”. Carta mensual del Obispo (Abril 2015) • “El Amor derramado en nuestros corazones”. Carta mensual del Obispo (Mayo 2015) • Homilía del Obispo de Bilbao en el Viernes Santo (3 de abril de 2015) • Homilía del Obispo de Bilbao en la Vigilia Pascual (4 de abril de 2015) • Homilía del Obispo en el Domingo de Resurrección (5 de abril de 2015) • Homilía del Obispo en el III Domingo de Pascua (19 de abril de 2015) • Homilía del Obispo en el IV Domingo de Pascua (26 de abril de 2015) • Homilía del Obispo en el V Domingo de Pascua (3 de mayo de 2015) __________ • Decreto de Erección de la Unidad Pastoral (UP) “Entre Ríos-Errekarte” (16 de mayo

de 2015)

Información. Albisteak

SECRETARÍA GENERAL • Nombramientos • Fallecimiento CRÓNICA DIOCESANA • Semana de Vida Religiosa • La Diócesis celebra el centenario de Arizmendiarrieta

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• Presentación del Directorio de Iniciación Cristiana • Colectivos de Iglesia se adhieren a la campaña a favor de la RGI promovida por cien

entidades • Gesto Diocesano de Solidaridad • Jornada sobre Arizmendiarrieta, Rovirosa y Bellosillo • Txemi Aranburu, nombrado Director del Servicio de Educación • Encuentro Misionero en Urkiola • Continúa el Gesto Diocesano • La Diócesis se sumó a las oraciones por los cristianos perseguidos • El Consejo Pastoral Diocesano retoma el tema del laicado • Constituida la Unidad Pastoral “Entre Ríos-Errekarte” • Premio ‘Koopera’ para la Diócesis de Bilbao • Bodas de Diamante y Oro sacerdotales • Otros actos ELEIZBARRUTIKO BARRIAK • Biziera erlijiosoaren astea • Arizmendiarrietaren mendeurrenaren ospakizuna Eleizbarrutian • Kristinau Sarbidearen Direktorioaren aurkezpena • Eleizako hainbat taldek bat egin eban ehun erakundek suspertutako DBEren al-

deko kanpainagaz • Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinua • Arizmendiarrieta, Rovirosa eta Bellosillori buruzko jardunaldia • Txemi Aranburu, Hezkuntzarako Zerbitzuko Zuzendari izendatu dabe

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• Misiolari topaketa Urkiolan • Eleizbarrutiko Zeinuari buruzko saio barriak • Eleizbarrutiak bat egin eban jazarpena jasaten daben kristinauen aldeko otoitzakaz • Laikotzaren gaia landu zan barriro be Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluan • “Entre Ríos-Errekarte” Pastoral Barrutia eratu da • ‘Koopera’ saria Bilboko Eleizbarrutiarentzat • Abadegintzen Diamante eta Urrezko Ezteguak • Beste jarduera batzuk

IGLESIA. ESPAÑA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak • CV Asamblea de la Conferencia Episcopal Española: Instrucción Pastoral “Iglesia,

servidora de los pobres” (Ávila, 24 de abril de 2015) • Mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social con motivo de la festividad del

Corpus Christi-Día de la Caridad: “La Eucaristía, antídoto frente a la indiferencia” (Madrid, 15 de mayo de 2015)

Información. Albisteak • Nota final de la CV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (Ma-

drid, 24 de abril de 2015)

IGLESIA. ROMA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak • Mensaje del Santo Padre para la 89ª Jornada Mundial de las Misiones que se celebra

el 18 de octubre de 2015 (Vaticano, 24 de mayo de 2015, Solemnidad de Pentecostés)

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IGLESIA. BIZKAIA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

Carta mensual del Obispo (Abril 2015)

EL DÍA EN QUE ACTUÓ EL SEÑOR

Queridos hermanos y hermanas: El mes de abril ha comenzado con la celebración de la Semana Santa. El Triduo Pascual, que hemos celebrado desde la tarde del Jueves santo hasta el domingo de Re-surrección, constituye el fundamento de nuestra fe: es la “Pascua”, el “paso del Se-ñor”. Este paso ya fue anunciado proféticamente en la Escritura. La Pascua judía es imagen y figura de esta Pascua definitiva que el Señor realiza en sí mismo. Él, en cuan-to hombre, ha asumido nuestra humanidad, con sus luces y sus sombras y ha realizado en nosotros el paso definitivo hacia una humanidad nueva. Desde la humanidad enve-jecida y caduca se nos ofrece la posibilidad de acceder a esta humanidad renovada por el Espíritu, resucitada en la carne de Cristo, transida por la gracia, recreada en la en-trega amorosa y hasta el extremo de Jesús, reconciliada con el Padre, con nosotros y con la entera creación. Por eso, la liturgia de la Iglesia emplea con frecuencia durante el tiempo pascual el salmo 117, salmo que expresa la victoria del Señor, el triunfo de la vida sobre la muerte, un salmo de gozo y esperanza: “Este es el día en que actuó el Señor”. Sí, la Pascua es el día, el tiempo del Señor, en el que no actuamos nosotros —somos tan débiles y limitados— sino que es Él quien actúa y nos comunica su vida y su acción. Así mismo, el término día es empleado en la tradición de la Iglesia como un tiempo nuevo y definitivo. El mismo tiempo pascual que acabamos de comenzar es concebido como un único día que no conoce ocaso, un día perenne, abierto a la eternidad. Este es el día en el que actúa el Señor, todo tiempo es transido por la acción de Dios, sostenido por su amor providencial. También el profeta Isaías (Is 2,5) nos invita a dejar las tinieblas y caminar en la luz. Y esta luz es Cristo, luz del día, para que caminemos en Él (cfr. 1 Jn 1,5). Ya no necesitamos lámpara porque es Cristo mismo quien irradia su luz (Ap 21,23). Dejemos que el Señor actúe en nosotros, que haga luz de mediodía nuestra os-curidad, que muriendo al hombre viejo podamos caminar según el hombre nuevo, a la imagen y medida de Cristo. Esta es la invitación de la Pascua. La acción del Señor se prolonga en un modo nuevo de concebir las relaciones humanas, haciendo presente su Reino. Superando odios y divisiones, la Pascua nos posibilita vivir en la fraternidad que Cristo nos ofrece: somos discípulos, hermanos, testigos y misioneros. El libro de los Hechos de los Apóstoles, atribuido a San Lucas, nos acompañará durante el tiempo de Pascua. En él se nos relata los primeros compa-

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ses de la vida de la Iglesia. Hay un párrafo muy conocido que describe los rasgos esen-ciales de la comunidad de creyentes seguidores del Señor: “Perseveraban en la ense-ñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno” (Hch 2,42-45). Este texto bien puede servir para contrastar si nuestras comunidades y cada uno de nosotros vivimos según este primer testimonio de los cristianos, según esta nueva existencia en el Espíritu. Durante este mes de abril celebraremos el gesto diocesano de solidaridad. Preci-samente el lema ha sido tomado de este fragmento de libro de los Hechos de los Após-toles: “Tenían todo en común”. En esta jornada queremos subrayar el destino univer-sal de los bienes y la actitud fundamental del cristiano de compartir y compartirnos. En estos tiempos de dificultad económica, las acciones concretas de distribuir los bie-nes para que a nadie falte lo necesario, es particularmente imperiosa. A este fin no solo se dirige la promoción de una responsabilidad fiscal justa, equitativa y distributi-va por parte de las administraciones públicas, sino tantas iniciativas de carácter social, civil, eclesial y comunitario que nacen en el seno de la sociedad. La comunión eucarís-tica, el Cuerpo del Señor repartido entre nosotros que nos hace uno en Él, debe refle-jarse en nuestra vida. Esta comunión eucarística debe sostener el compartir nuestra vida y aquellas dimensiones y elementos que construyen una fraternidad verdadera, de modo particular con los más necesitados no solo en las cuestiones materiales y de primera necesidad, sino también en los necesitados de amor, de afecto, de cuidado, de fe, de amor de Dios, de esperanza. No solo es compartir, sino, según la lógica eucarísti-ca, estamos llamados a compartirnos. Con afecto, os deseo un santo y feliz tiempo de Pascua en la vida nueva que el Señor nos ha ganado.

+ Mario Iceta Gabicagogeascoa

Obispo de Bilbao

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Carta mensual del Obispo (Mayo 2015)

EL AMOR DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES

Queridos hermanos y hermanas: Durante el mes de mayo continuamos viviendo la plenitud de la Pascua. La Igle-sia nos anima a vivir el tiempo pascual como si se tratase de un gran domingo, el día en que actuó el Señor. Es la fiesta central de la experiencia cristiana. Cristo vivo en medio de nosotros, invitándonos a participar de su vida y abriéndonos un camino nuevo en la nueva creación. Una antigua oración cristiana, que recoge San Pablo en su carta a los Efesios, nos dice: “Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz” (Ef 5,14). Ser despertados, ser levantados y ser iluminados. Este es el sentido profundo de la Pascua. En primer lugar, tomar conciencia de los dones que Dios nos da. Muchas veces vivimos como anestesiados por las cosas, o en lo superficial o lo que no tiene importancia, sin caer en la cuenta en las cuestiones fundamentales de nuestra exis-tencia. Así como Jesús fue despertado del sepulcro para vivir la vida nueva plenificada por el Espíritu, también nosotros estamos llamados a despertarnos a la gracia, a la vida verdadera, a lo que llena de sentido nuestra existencia, a una vida renovada por el don del Espíritu. Levantarse de entre los muertos, es propiamente el sentido de la resurrección. Los mismos discípulos, nos dice el Evangelio, no sabían qué quería decir Jesús cuando hablaba de su propia resurrección (Mc 9,10). Jesús no vuelve a la vida del mismo modo como volvió Lázaro, sino que resucita a una vida nueva. No es una reviviscencia. Es una resurrección, una vida trasformada totalmente por el Espíritu que vivifica y glori-fica también su cuerpo dotándole de propiedades nuevas. Levantarse de entre los muertos es la capacidad de acceder a una vida nueva de la que nos hablaba en el dis-curso del Buen Pastor: tengo poder para dar la vida y tengo poder para recuperarla (Jn 10,18). También nosotros tenemos que ser recuperados en nuestra propia existencia, ir adquiriendo esta vida del resucitado por medio del Espíritu Santo que fue derrama-do en nuestros corazones el día de nuestro Bautismo. Y ser iluminados. Curiosamente, los primeros cristianos también llamaban al bautismo iluminación. Incorporados a Cristo, a su vida plena, en el sacramento del bautismo, somos iluminados por Él para que caminemos en una vida nueva. Así Cristo, luz del mundo, será también nuestra luz. En esas tinieblas propias de la noche, la luz de Cristo resplandece y muestra un camino nuevo que Él ha inaugurado. Es el camino de la fe que ilumina nuestra noche. Es la luz de la noche de Pascua, cuando hemos bendecido el fuego. Es la noche también de Belén, en que los Magos fueron guiados por una estrella y ya, al contemplar la luz en el pesebre, volvieron por un camino nue-vo llenos de alegría. Cristo es capaz de iluminar no solo nuestra existencia, sino toda actividad humana. Todo adquiere un sentido mucho más profundo, percibiendo una maravillosa armonía propia de la verdad que siempre es sinfónica. La razón, la fe, el

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conocimiento científico, el conocimiento experiencial, el conocimiento que da el amor… no se oponen sino que maravillosamente se complementan e iluminan mu-tuamente, ya que es la misma Sabiduría quien las ha plasmado. No quisiera concluir estas líneas sin pedir el don del Espíritu Santo para tantos hermanos y hermanas nuestras en la fe que en países de Oriente, Siria, Irak, Afganistán, Pakistán, Libia… o en África, como en Nigeria, Kenia…, están dando un verdadero testi-monio martirial al ser perseguidos, masacrados, expulsados de su tierra, humillados a causa de su fe en Cristo. Pidamos para ellos los dones de Dios y mostrémosles nuestra fraternidad operativa por medio de la oración y la comunión de bienes, así como la de-nuncia ante la pasividad de la comunidad internacional y de los organismos internacio-nales. Ellos son los nuevos mártires del siglo XXI. Pidamos ardientemente que cesen estas situaciones de terror y desprecio por la dignidad humana. También quiero traer a nuestro recuerdo a tantos niños y niñas que recibirán por vez primera la Eucaristía, así como a los jóvenes que recibirán el don del Espíritu Santo por medio del sacramento de la Confirmación. Son los dones preciosos que Dios nos da por medio del ministerio de la Iglesia. Que María, en este mes dedicado particu-larmente a su memoria, acompañe a estos niños y jóvenes y que nosotros podamos ser confortados por su presencia materna. Con afecto, pido a Dios que os bendiga.

+ Mario Iceta Gabicagogeascoa

Obispo de Bilbao

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Homilía del Obispo de Bilbao en el Viernes Santo

Muy queridos hermanos y hermanas: Celebramos hoy el misterio de la Pasión y Muerte del Señor. No podemos sepa-rar este hecho de la totalidad del misterio Pascual de Cristo, un misterio de entrega, de muerte y también de resurrección, de vida nueva. Quisiera centrarme hoy en tres aspectos fundamentales para intentar profundi-zar en lo que hoy celebramos. En primer lugar, nos encontramos ante el misterio de la Persona del Hijo, de Jesucristo, que es Dios verdadero, hijo de Dios como rezamos en el credo y también hombre verdadero, como nosotros. Dios de Dios, luz de luz, Dios ver-dadero de Dios verdadero; Engendrado, no creado. Es la divinidad del misterio de Cris-to y, por otro lado, su humanidad como la nuestra. Es uno de nosotros, uno de nuestra carne. El que Cristo sea al mismo tiempo Dios y hombre le permite que lo universal, que la historia de toda la humanidad se concrete también en su tiempo y en su histo-ria entre nosotros, es decir, la pasión de Jesús que acabamos de escuchar no solo es su pasión: en su pasión también está nuestra pasión, la de toda la historia de la humani-dad, la de todos los tiempos. La pasión de Cristo continúa hoy en los que sufren y tam-bién en nosotros cuando sufrimos. Esto es para nosotros un motivo de gran consuelo porque ya se sufre de otro modo. No sufrimos solos. Alguien ha abrazado nuestro su-frimiento, nuestras pasiones. Y de este modo, el sufrimiento alcanza un sentido total-mente nuevo. Hemos escuchado el relato de la pasión, un relato tremendo al que no nos po-demos acostumbrar. Son los sufrimientos físicos terribles de Jesús, un hombre joven que muere con 33 años que desde la víspera no había probado bocado, no le habían dado de beber. Sufre los latigazos de la flagelación, las bofetadas, la corona de espinas, pasar la noche preso sin dormir, el sufrimiento de ser clavado en la cruz, alzado du-rante tres horas en la agonía sufriendo una tremenda hipovolemia, falta de sangre en sus arterias y venas, muriendo asfixiado y extenuado en la cruz. En esos sufrimientos están nuestros sufrimientos físicos. Me gustaría traer en estos momentos a los herma-nos que sufren enfermedad, que están en los hospitales, los que mueren de muerte violenta en accidentes de tráfico, en el trabajo o víctimas de tantas formas de violen-cia; todos estos aspectos físicos del sufrimiento son iluminados en la muerte de Jesús. En ellos están todos acogidos y abrazados. También los sufrimientos morales cuando sufrimos desprecios y tradiciones de los enemigos, o los más dolorosos, de los amigos o familiares, como Jesús traicionado por los discípulos, por uno de ellos. En ocasiones tampoco somos preferidos; tuvo que ser tremendo para Jesús cuando oyó: a quién pre-ferís, ¿a Jesús o a Barrabás? Quizá pensáramos que en algún momento íbamos a ser preferidos en alguna cosa, llamados para algo y han llamado a otro... Y nos hemos re-velado; nos hemos desilusionado. Continuamos con el juicio tremendamente injusto y falto de verdad tanto del Sumo Sacerdote como del cobarde de Pilatos. También noso-tros hemos sufrido esa cobardía de la gente que no ha dado la cara por nosotros y que en un momento de debilidad, necesitando de alguien, no lo hemos encontrado. Cada uno piense sus propias pasiones y que sepa que esos padecimientos ya han sido abra-zados, acompañados con una luz nueva que se desprende de esta pasión de Jesús.

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Cuando dentro de un momento vengamos a besar la cruz, a adorar a Quien cuelga de ella, demos gracias al Señor porque en esos brazos abiertos nos está siempre abrazan-do y sosteniendo. El segundo aspecto que me gustaría destacar es el sufrimiento del justo. Cuando vemos cosas tremendas en los medios de comunicación; ayer, por ejemplo, en una universidad en Nigeria mataron gratuitamente a ciento cuarenta y siete personas, por el mero hecho de ser cristianos. También vemos cómo mueren tantos niños de ham-bre, de violencia. Y la pregunta surge: ¿Dónde está Dios? Es el escándalo del sufrimien-to del justo. ¿Por qué sufren los justos? Pero en la cruz, aquí tenéis a Jesús, el justo sufriente. No tenemos razones para entender este tipo de sufrimiento, pero Dios nos da una respuesta: —Mirad a mi Hijo, Él que no cometió pecado. Centro de la saña y del odio de toda la humanidad. La respuesta a ese sufrimiento está en Cristo. Él nos dice: yo soy el justo, el justo traicionado. Yo también abrazo esas injusticias, esos inocentes, muertos de modo tan tremendo. Muertos en mí, y acogidos en mí. ¿Quién es la causa de estos sufrimientos? También nosotros. Antes hemos seña-lado que muchas veces hemos sido objeto de injusticias, pero también nosotros las hemos causado. ¿Cuántas veces nosotros hemos hecho daño a los demás? ¿Cuántas veces hemos pasado de largo sin atenderles? ¿Cuántas veces nos hemos peleado, ren-dido, escurrido el bulto ante los problemas? De nuestro corazón también ha salido el odio. Sí, odio, orgullo, desprecio, falta de misericordia... La causa de esos clavos y esa pasión de Cristo, Señor, soy yo también. Yo estaba ahí, en esos soldados, en ese Pilato, yo estaba con Herodes. Seguramente diría yo también cuando pregunto Pilato a quién preferís: —¡A Barrabás. No tenemos más rey que al César! Hoy en día también vemos cuánta mofa de Jesús, de la fe cristiana... Se quiere hacer uno el gracioso, congracián-dose con lo políticamente correcto, con lo más fácil: arremeter contra la fe. No tene-mos más rey que el César, curiosamente el que nos saquea y nos somete. Todo esto ha sido limpiado, barrido, renovado por la muerte del Señor. Vemos hoy este espectáculo inenarrable, como decía la primera lectura de Isaías “contemplaron algo inaudito”. Mañana contemplaremos con fe cómo el amor vence a la muerte, cómo el amor vence el temor. El amor que abre el sepulcro. Cristo volverá glorioso a nuestra vida para llevarnos de la mano. Pero hoy es el día en que Cristo quiere descender a los infiernos, a nuestros infiernos, a nuestras soledades, a nuestros miedos, para anunciar su gracia y su luz. A continuación haremos la oración universal por todas las necesidades de los hombres y mujeres del mundo y posteriormente adoraremos la cruz. Aprovechemos el momento para agradecer al Señor que haya abrazado nuestros sufrimientos y pedir perdón, que también he sido yo el soldado romano, Herodes y Pilatos, el pueblo burdo y vengativo. Y así, pedir humildemente perdón y abrirnos a su perdón y a su miseri-cordia. Así acudimos hoy a Él, que en los brazos de la cruz quiso ser ese cauce de la misericordia y el perdón infinito de Dios. Acojámonos a esos brazos de amor, perdón y misericordia. Amén.

Bilbao, 3 de abril de 2015

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Homilía del Obispo de Bilbao en la Vigilia Pascual

Muy queridos hermanos y hermanas: Cuando Jesús les hablaba de que tenía que padecer, morir y resucitar de entre los muertos, los discípulos no entendían lo que les quería decir, señalan los evangelios. De hecho, el evangelio nos dice que esa noche fueron las santas mujeres a embalsamar el cuerpo de Jesús porque el día de la Pascua no habían tenido tiempo. Se encuentran con estos seres vestidos de blanco, los ángeles, que les dicen que ha resucitado; en griego significa “ha sido alzado, levantado”. Todas las lecturas que hemos escuchado esta noche en el Antiguo Testamento, cinco lecturas a las que hemos respondido con el salmo cantado y con una oración sálmica, cinco palabras, son profecía de la resurrección. La primera lectura del Génesis indicaba cómo al comienzo de la creación aleteaba el Espíritu, y Dios pidió que se hiciera la luz: Espíritu y luz; Cristo es la luz. Por eso, en el principio de la creación está ya Cristo y el mundo se hace en el Espíritu Santo que es la Persona amor. Por ello mismo, la resurrección es obra del Espíritu que vivifica a Cristo, lo levanta de los muertos, el amor levanta a Cristo de entre los muertos siendo así nuestra luz. Hay una antigua oración de los primeros cristianos que recoge san Pablo en la Carta a los Efe-sios que dice: “Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz”. Despertar, levantarse y ser iluminado. Es lo que le ocurre a Cristo esta noche y lo que nos ocurre a nosotros también. Así nos lo ha dicho la carta de San Pablo a los Romanos: “Por el bautismo fuimos incorporados a Cristo”. Estamos llamados también nosotros a despertar de nuestra modorra, de las cosas que nos distraen de lo esencial. Muchas veces vivimos en lo periférico, en lo superficial. Despierta tú que duermes, resucita, levántate de entre los muertos para que Cristo sea luz para tu caminar. La segunda lectura del Antiguo Testamento nos hablaba de una llamada; Abra-ham fue llamado. Nosotros también somos llamados. No estamos aquí por propia ini-ciativa, alguien nos ha llamado, curiosamente el mismo significado que la vocación, y que el término ecclesia que significa “los convocados, los llamados”. Abraham fue lla-mado de su tierra y nosotros hemos sido llamados. Cristo también fue llamado del se-pulcro. En la tercera lectura del libro del Éxodo hemos escuchado cómo el pueblo hebreo sale de la esclavitud. Ser llamados para salir a la vida, a la luz, para dejar las tinieblas, para volver a Cristo, para volver a nuestra vida, a nuestra verdad. Los profetas, en la cuarta y quinta lectura, nos han hablado de un camino: “Co-mo distan el cielo de la tierra, así mis caminos no son vuestros caminos, ni mis planes son vuestros planes”. Vuestros caminos son pequeños y mis planes son amplios y diá-fanos, caminos de vida. Jesús nos dirá: Yo soy el camino. Caminemos con el Señor con el corazón nuevo. De la misma manera nos lo ha dicho en la quinta lectura el profeta: “Os arran-caré el corazón de piedra” duro, orgulloso, cerrado, mezquino, incapaz de perdonar, siempre buscándose a sí mismo, buscando las propias cosas y “os daré un corazón

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nuevo” para que ames al otro, para que hagas feliz al otro, para que te entregues al prójimo. Esto lo hace Cristo, como dice San Pablo, no resucitó para sí mismo, sino para nosotros. Alcanzó la vida para nosotros, para llamarnos y hacernos salir y caminar. Para vivir con un corazón nuevo. Para que el amor sea el motor en nuestra vida. Para que vivamos en la luz. Por eso, esta celebración se realiza en la noche cerrada. Hemos pasado un día sin liturgia, en silencio, el sábado Santo pero en esta noche brilla la luz pascual que la hemos tomado de Cristo, el Señor. Ha iluminado nuestra vida y nuestra historia y ahora nos va a entregar su Cuerpo y su Sangre en la Eucaristía. Pidamos en esta noche santa que el Señor nos llene de su alegría y de su esperanza. Os decía hace un par de días que el papa usa esa palabra especial “balconear”. El papa dice “no balconeen la vida”. No balconeemos tampoco la Pascua de Cristo, hagá-mosla nuestra. Unámonos a esta vida que Cristo esta noche nos entrega y alegrémonos con el gozo de la Iglesia, con el gozo de la Virgen María. Amén.

Bilbao, 4 de abril de 2015

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Homilía del Obispo en el Domingo de Resurrección

Queridos hermanos y hermanas: Todos hemos oído hablar del documento quizá más importante que el Papa Fran-cisco ha escrito hasta ahora, la Exhortación apostólica Evangelii gaudium (la alegría del evangelio); todos se hacen eco de este texto. Son dos palabras fundamentales: Evangelio, Buena Nueva. ¿Cuál es el Evangelio, la Buena Nueva? La que hoy celebramos: Jesucristo resucitado. ¿Qué produce esta noticia? Alegría, gozo, la alegría del Evangelio. Y ¿por qué el Evangelio es capaz de suscitar alegría? Porque Cristo resucitado rompe todos los lími-tes humanos. Nuestro corazón es muy grande, a imagen de Dios y quiere hacer cosas infinitas. Pronto aparecen los límites. Es cierto que queremos amar a nuestras familias, nuestros hijos, los amigos... Cuántas veces nos encontramos con que no sabemos amar, discuti-mos, reñimos... Quisiéramos un mundo justo y echamos la culpa a los demás sin perca-tarnos que cada uno somos parte de esta injusticia que genera el mundo que no acaba de arreglarse. ¿Cómo poder arreglar el mundo? Quisiéramos vivir para siempre. Nos encontramos que ya desde que nacemos comienza el reloj en contra de nosotros, acercándonos hacia la muerte, es decir, per-cibimos una enorme desproporción entre lo que el corazón quiere y lo que nuestra vida realiza; nos sentimos realmente limitados. Esto me recuerda cómo los judíos en-terraban a sus difuntos totalmente atados: los envolvían en vendas, los pies y las ma-nos atadas, la cabeza cubierta por el sudario. Por eso, la primera expresión de la resu-rrección es ser desatados. Cristo es desatado de la tumba y nosotros somos desatados de nuestros límites. Por eso, la resurrección tiene que ver con cada uno de nosotros porque si alguien no nos resucita, nuestra vida es muy limitada y, por tanto, es una vida en el fondo frustrada pues no acaba de alcanzar lo que desea en el fondo del co-razón. Alguien tiene que romper esos límites; es Cristo, el Señor quien los rompe. Los propios discípulos, los apóstoles, no acababan de entender lo que significaba resucitar. De hecho, es una palabra nueva para ellos. Cuando Jesús decía tengo que morir y tengo que resucitar como dicen las Escrituras ellos no entendían. Ellos pensa-ban que Jesús era el Mesías, por tanto no podía morir, vendría con todos los ángeles y ellos, los discípulos, gobernarían con Cristo para siempre. Resulta que el Señor es eje-cutado y en medio de un profundo desconcierto aparece María Magdalena diciendo que Jesús no estaba en el sepulcro. Hemos escuchado en el evangelio que Pedro y Juan salen corriendo hacia el sepulcro y descubre que Él no está, solamente están las ven-das y el sudario. El Señor se va apareciendo y ellos no saben todavía lo que pasa. El Señor aparece, los discípulos se sumergen en un mar de dudas: ¿Será o no será el Se-ñor? Tomás no cree. Ciertamente debían construir la palabra resucitar que significa “ser levantado de la tierra, ser alzado”. Poco a poco van entendiendo que es Cristo, el Señor, quien les va llenando de alegría y de esperanza pues se han roto todos los lími-tes. Empiezan una vida nueva, un camino nuevo que podemos recorrer.

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En esta vida hay dos modos de caminar: uno por el camino viejo —este lo tene-mos muy experimentado con sus límites, celos, orgullos, injusticias, faltas de perdón— otro, el camino nuevo que el Señor nos posibilita. Él es la luz para el camino, la espe-ranza. Esto es lo que genera alegría en nosotros pues los límites han sido rotos y po-demos caminar de un modo nuevo. Podemos albergar la vida de un modo nuevo, aun-que sigamos en el mismo lugar, pero la percibimos de un modo distinto porque Cristo está con nosotros y nos acompaña. Ayer por la noche leíamos la Carta a los Romanos donde se nos decía que noso-tros, por el bautismo, participamos ya de Cristo, de su vida. La segunda lectura hoy también nos dice: “Ya que habéis resucitado con Cristo”, es decir, ya que se os ha co-municado la vida de Cristo —el día de nuestro bautismo que hoy hemos recordado con la aspersión del agua bendita—, “aspirad a los bienes de arriba”. El Señor solo pide una cosa de nosotros: confianza y fe. Por eso el Señor se deja ver, da signos, pero no se im-pone. Si el Señor nos diera una muestra innegable de que ha resucitado, sería insensa-to no creer. El Señor pide la fe. Por eso le dirá a Tomás cuando aparece por segunda vez puesto que no había creído el anuncio a los apóstoles. Le dice a Tomás: —“¿Por qué has visto has creído? Dichosos los que sin ver van a creer”. El Señor jamás se impone, siempre respeta nuestra libertad. Quiere esa entrega de nuestra libertad y esa con-fianza en Él. Esta es la grandeza de nuestra libertad; somos la criatura junto al ángel y al demonio que podemos alzarnos ante Dios y decir: —Me planto frente a ti, no quiero. O bien podemos aceptar al Padre como hijos suyos quien nos ha entregado a su Hijo único, el Señor, nuestro hermano, y nos ha dado el don del Espíritu Santo. Hoy también se nos presenta a nosotros la posibilidad de elegir: aceptar la alegría del evangelio, el camino de luz y de vida, o continuar tristes y vagando erráticos per-diendo la vida por caminos que nos sabemos a dónde nos llevan. Cristo hoy se nos ofrece como fin y plenitud de nuestra existencia, desatando todos nuestros límites, como vida nueva, como eternidad, capaz de colmar todos los deseos que se encuentran en nuestro corazón. Ojalá hoy, como Pedro y Juan —como dice el evangelio que Pedro vio las ven-das y el sudario; vio y creyó— aunque no veamos las vendas y el sudario pero percibi-mos a Cristo presente en nuestra vida, lo aceptemos y lo hagamos Señor, esperanza y alegría de nuestra vida. Se lo pedimos esta mañana al Señor para todos nosotros y para todos los que sufren. Cristo es la esperanza y la vida. Pidamos por los enfermos, los ancianos, los que sufren, los que no encuentra trabajo, los desesperanzados, los desahuciados —para el Señor nadie hay desahuciado— pues ha dado la vida por nosotros y nos comunica su vida eterna y su gloria, su esperanza. Que con María nos alegremos en este gozo infini-to de la resurrección de Cristo que hoy queremos celebrar. Amén.

Bilbao, 5 de abril de 2015

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Homilía del Obispo en el III Domingo de Pascua

Muy queridos hermanos y hermanas: Tres lecturas nos ofrece hoy la liturgia de este tercer domingo de Pascua. Yo quisiera compartir tres reflexiones sobre las lecturas que hemos escuchado. El evangelio es de San Lucas. No era uno de los doce apóstoles; acompañaba a San Pablo en la predicación. San Lucas se propone, pues, recoger todo lo que los Após-toles habían experimentado y vivido con Jesús. Por ello escribe dos libros: el Evangelio atribuido a Lucas y los Hechos de los Apóstoles. Al comienzo del evangelio explica co-mo él ha querido informarse de todo lo que ha pasado para dar testimonio de ello. La segunda parte de su obra son estos Hechos de los Apóstoles que nos relatan las viven-cias de los primeros años de vida de la Iglesia. Así pues, hoy San Lucas relata el episodio de los testigos de Emaús. Dice que los Apóstoles estaban todavía perplejos; recordemos que ellos eran judíos. Para los judíos la venida del Mesías, que para ellos era Jesús, debía venir con el poder de todas las tribus de Israel. No comprendieron cuando Él les hablaba de su pasión y su muerte, aún menos de la resurrección. Y precisamente, al Mesías esperado lo matan, lo cuel-gan de la cruz como un malhechor y los discípulos viven un profundo desconcierto. ¿Qué es lo que ha pasado? Todo se ha venido abajo. Pero Jesús, en esa confusión, se aparece en medio de ellos. Todavía los discípulos no acababan de creerlo; pensaban, más bien, que era un fantasma. Jesús les dice tres cosas para que vean que no es un fantasma. Primero les dice: mirad mis pies. Mirad los agujeros que dejaron los clavos en mis manos y el costado abierto, soy yo, es mi cuerpo ya glorificado. También hoy nosotros necesitamos ver las llagas de Jesús, su cuerpo glorioso. No solamente les dice “mirad”, también les dice “tocadme” para que veáis que un fantasma no tiene carne y huesos como yo tengo. Así les muestra su cuerpo porque la resurrección es, de modo muy importante, cuestión del cuerpo ya que el alma es inmortal. La cuestión es qué ocurre con el cuerpo. Cristo resucita con su cuerpo ya glorioso, glorificado, con nuevas propiedades. No es como el caso de Lázaro que volvió a la vida; lo de Lázaro podríamos decir que es una reviviscencia. Jesús también les dice: “dadme de comer”, soy yo en persona, soy yo que está vivo, he recuperado con mi poder una vida nueva, definitiva, que os la comunico para siempre. San Lucas relata: “entonces se les abrió el entendimiento”, esta es la clave. Notemos cómo siempre aparece en los relatos de la resurrección el binomio cerrado - abierto. Estaban los discípulos con las puertas “cerradas” y Jesús “las abre”. Así pues, “les abre el entendimiento” para que comprendieran las Escrituras como una profecía de Cristo muerto y resucitado. También nosotros necesitamos que el Señor nos abra el entendimiento, nuestra existencia, cerrada por nuestros problemas y prejuicios, por nuestra falta de fe y nuestra cortedad de miras, cerrada porque pensamos que más allá de nuestra cabeza no existe nada, cerrada porque pensamos que somos la norma de todo... Jesús pide humildad y nos abre el entendimiento.

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La segunda reflexión que quiero compartir con vosotros es que todo esto se ha hecho “para la conversión y el perdón de los pecados”. Es la primera lectura que hemos escuchado de los Hechos de los Apóstoles. Cuando vemos cómo Pedro predica quedamos ciertamente sorprendidos pues no era un hombre de letras... Pedro ha cam-biado, se le ha abierto el entendimiento, ha recibido el Espíritu Santo. Dice y hace lo que le pide el Señor: “Vosotros sois testigos de esto para el perdón de los pecados y para la conversión”. Así, Pedro lo explica todo de modo diáfano, sin medias tintas: “Vosotros rechazasteis a Jesús y elegisteis a Barrabás, vosotros lo asesinasteis pero Él está glorioso y os comunica su vida”, y os ofrece el cambio de vuestra vida, la conver-sión y el perdón de los pecados, si queréis, si os dejéis tocar y abrir por Él. Es por ello que la Pascua no puede dejarnos indiferentes, como si hubiese pasado un año más; ya es primavera, qué bonito está todo, no. Se predica la conversión. Es una llamada fuerte y urgente a la conversión para abrir nuestra mente y cambiar el corazón, abrirnos a la esperanza y construir un mundo nuevo porque las cosas no pueden seguir así. No puede ser que casi 1.000 personas se ahoguen en el Mediterráneo. No puede ser que casi cinco millones de personas entre nosotros no encuentren trabajo. No puede ser que a 100.000 niños no se les deje nacer. No pueden ser las guerras y las injusticias. El cambio comienza con la conversión del corazón, recibiendo el Espíritu Santo y el perdón de los pecados. Nosotros, hoy, tenemos que pedir al Señor que nos abra el en-tendimiento, que nos dé ese don de lo alto. La tercera reflexión es lo que recoge San Juan en su carta: “Os digo todo esto para que no pequéis, pero si alguno peca, tenemos a Jesucristo, el justo, que intercede por nosotros”. Este es nuestro consuelo. Somos conscientes de nuestra debilidad, de nuestras caídas. Conscientes de que hoy podemos estar bien y servir a Dios y a los de-más, pero mañana todo cambia, nos volvemos ansiosos, nerviosos y hacemos mal las cosas... Tenemos a Jesucristo, el justo, que intercede por nosotros. Si alguno peca, Él está para interceder por nosotros. Por eso hoy, vamos a pedir al Señor que nos muestre sus manos y sus pies, que podamos ver y palpar. Comamos con Él el pan de vida en esta mesa, su Cuerpo y su Sangre de los cuales vamos a participar. Él nos dará de comer y nos lava nuestros pe-cados. Él abre nuestro entendimiento y llena nuestra vida de esperanza, de un sentido nuevo... Cuando salgamos de esta Eucaristía vivamos de esta Palabra, de esta fuerza que nos comunica. Si alguno cae —caemos— el Señor está para levantarnos e interce-der por nosotros. Con esta confianza acudimos a María; que Ella nos ponga ante el Se-ñor y nos acompañe y alegre con la certeza de la resurrección. Que con Ella, Jesús abra nuestro entendimiento, cambie nuestras vidas e iniciemos un camino nuevo hacia la patria del cielo. Amén.

Bilbao, 19 de abril de 2015

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Homilía del Obispo en el IV Domingo de Pascua

Muy queridos hermanos y hermanas, especialmente, queridos seminaristas que vais a ser instituidos acólitos y lectores: Celebramos el domingo del Buen Pastor, Cristo Buen Pastor. Es curioso que se celebre en Pascua, porque Jesús resucitado no habla del buen pastor. Lo había dicho anteriormente, en el capítulo 10 del Evangelio de San Juan. Si Jesús no habla del buen pastor después de resucitar, ¿por qué la Iglesia en este cuarto domingo de Pascua nos propone esta imagen de Cristo Buen Pastor? Es así porque en la Pascua de Cristo ya se ha producido la condición que ponía Jesús para ser el buen pastor: el buen pastor da la vida por las ovejas; el pastor que ha dado la vida por las ovejas en el misterio pascual. Él ha entregado su vida por nosotros. Después nos ha dicho lo que no es un buen pas-tor: al asalariado no le importan las ovejas. Aquel que es pagado para cuidarlas no le importan las ovejas, aquel que no busca servirlas sino lucrarse a partir de ellas. Cier-tamente, hablar hoy de pastor choca con nuestra mentalidad postmoderna. Queremos vivir una vida autónoma. Eso de que alguien se erija como quien quiere guiar nuestra vida puede ser considerado incluso objeto de mofa: ¡Qué se habrá pensado ese Jesús que quiere dirigir mi vida! ¡Yo no necesito nadie que la guíe, me basto a mí mismo! Este es el gran error fruto, en el fondo, de la soberbia humana obstinados en construir nuestra propia vida independiente, al margen de Dios. Nuestra vida tiene que ser construida, ciertamente, pero puede ser malograda. El Señor, al fin y al cabo, ha puesto la vida en nuestras manos, pero me pregunto qué hago yo con mi vida, cómo puedo construir mi vida. Esto es algo complejo: cómo dar respuesta a aquellos deseos más profundos de mi corazón. Podemos pasar la vida y acabar diciendo que mi vida ha sido un desastre. No solo tengo que construir mi vida sino que tengo que ayu-dar a construir la vida de los demás y ayudar a construir la vida del mundo, un mundo más justo y un mundo fraterno. Jesús, el Señor, nos da la clave; Él se ofrece como buen pastor, como guía. Él nos da su amor y su vida, su luz, y sale a buscarnos para que nuestra vida no sea fallida, para que nuestra vida no sea un desastre. Hay algo que me llama la atención cuando iniciamos la procesión de entrada para celebrar la Eucaristía y que refleja precisamente el misterio del Buen Pastor en medio de nosotros. Los signos de la liturgia tienen un sentido profundo. Cuando sali-mos hacia el altar en procesión donde nos precede una cruz iluminada por dos ciria-les, manifestamos precisamente el signo del Pastor que nos guía por delante, y noso-tros vamos tras Él. Así nos conduce hacia las fuentes tranquilas, hacia la mesa que nos ha preparado y donde se nos reparte su cuerpo. El Pastor nos conduce crucificado, es decir, una vida entregada que conlleva siempre sacrificio. Va, además, iluminado por-que Él es nuestra luz, el pastor que nos ama, y nos ilumina con su amor, el pastor en la cruz, el pastor que ha dado la vida y nos trae a su Palabra, a su mesa... Nos trae a su morada, a las fuentes tranquilas, para habitar en su presencia por días sin término; Él es nuestra vida. Por ello, los que participamos de este ministerio vamos detrás de Él. Así, la liturgia nos dice que si uno es pastor, debe imitar a Quien sigue. Para poder pas-torear hay que imitar a Jesús que entregó la vida. Notemos cómo el evangelio nos ha dicho que a los asalariados no les importan las ovejas; ellos trabajan por su salario. Sin

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embargo, el buen pastor da la vida por sus ovejas. Nosotros no estamos en el ministe-rio sacerdotal por nuestro salario; nos hubiéramos dedicado a otra cosa. Alguien nos ha llamado a participar de este ministerio; la iglesia nos da lo que necesitamos para vivir con honestidad y con austeridad porque Él nos ha llamado a hacer lo mismo, a entregar la vida con el sacrificio que ello conlleva. Esto sucede en todas las vocaciones. ¡Cuántos sacrificios en los matrimonios! ¡Cuántos sacrificios los padres y las madres por sus hijos! ¡Cuántos sacrificios en la vida consagrada! ¡Cuánto sacrificio en el traba-jo! Se trata de entregar la vida, renunciar a uno. Entonces es así como aparece la luz en la vida y así puedo ser constituido luz para los demás y ser enviado a los demás. Es por ello que en el evangelio hemos escuchado cómo Jesús dice que también hay otras ove-jas que no son de este redil. También a ellas he sido enviado para apacentarlas. Hoy, queridos seminaristas, vais a dar un paso muy significativo en este tiempo que os lleva a recibir la ordenación diaconal y presbiteral. Recibir la Palabra es adqui-rir el compromiso de que la Palabra sea la lámpara de mi vida; como dice el salmo 118: “Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero”. A partir de hoy, recibiendo el ministerio del lectorado, os comprometéis a que la Palabra sea vuestro alimento y la escrutéis cada día para conformar vuestra vida con la Palabra de Dios, que os ilumine y que podáis llevarla a los hermanos que tanto la necesitan. Los que vais a ser instituidos acólitos se os confía un ministerio de servicio. La Eucaristía es servir. Acercarse al altar es servir. ¡Qué daño hace esa mentalidad de quien piensa que es dueño de la Eucaristía, de que pueda manipular la Eucaristía como si fuera posesión, propiedad mía! Es justo lo contrario; nos acercamos a un misterio de amor, que no nos pertenece, que se nos regala como inmenso don, para servirlo con humildad y sencillez, con temor y temblor; el don de Cristo que se pone en nuestras manos para que lo repartamos a los hermanos y participemos de él con humildad. Pa-ra que podamos experimentar el amor de Dios que se nos entrega en el altar. Por eso hoy, al recibir este ministerio de acólitos, que el Señor imprima esa sencillez y humil-dad en vuestro corazón para acercaros al altar y tratar la Eucaristía con amor. Me da pena cuando veo, a veces, cómo entra la rutina y ya la Eucaristía da la sensación de que es una cosa más del día, sin ningún relieve, sin importancia, incluso por obliga-ción. Eso mata el amor y el sentido profundo de la Eucaristía. Hoy, queridos hermanos y hermanas, acojamos a Cristo Pastor, dejémosle entrar en nuestras vidas. Él viene a entregarnos su vida, a ser luz y a acompañarnos en las angustias y oscuridades por las que atravesamos. Es capaz de construir una humani-dad nueva, una sociedad justa donde los unos nos preocupemos de los otros y donde a nadie le falte lo necesario. Pedimos hoy, de manera particular, por estos hermanos nuestros. Que el Señor les mantenga y les sostenga en este camino hasta el día en que puedan recibir el don de la ordenación sacerdotal. Que el Señor vaya configurándoles con paciencia y afecto su corazón de buen pastor al servicio de nuestros hermanos y hermanas. Lo pedimos esta tarde por intercesión de la Virgen María. Amén.

Bilbao, 26 de abril de 2015

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Homilía del Obispo en el V Domingo de Pascua

Muy queridos hermanos y hermanas, hoy de modo particular queridos padres y padrinos que traéis a estos hijos vuestros a bautizar: Tened la seguridad que hoy es el día más importante de su vida porque nacen con Cristo a la vida eterna, porque hoy adquieren la vida del resucitado y a partir de hoy estarán para siempre unidos a Él. Las lecturas que hemos proclamado iluminan la realidad de este sacramento del Bautismo. En la primera lectura de los Hechos de los Apóstoles hemos visto cómo San Pablo, después de haber sido tocado por el Señor y bautizado por Ananías, predicando el evangelio, se dirige a Jerusalén para estar con los apóstoles y comprobar si la fe que testimonia es la fe de la Iglesia. En esta lectura encontramos varios elementos que se manifiestan en el Bautismo: En primer lugar, Pablo es llamado de un modo nuevo; an-tes se llamaba Saulo pero el Señor le llama Pablo. Al comienzo de esta celebración os hemos preguntado cómo se llaman vuestros hijos; el nombre nuevo que a partir de hoy Dios les da. Después del Bautismo a Pablo —relatan los Hechos de los Apóstoles— se le cayeron como una especie de escamas de los ojos y comenzó a ver. El sacramento del Bautismo también fue llamado por los primeros cristianos “Iluminación” porque comenzamos a ver con ojos nuevos, Cristo es nuestra luz e ilumina nuestra vida. Además se realizó por el ministerio de un sacerdote, Ananías, como hoy también —en este caso por el ministerio del Obispo— es Cristo quien bautiza y nos da la vida nueva. También aparece en la primera lectura la dimensión eclesial: Pablo, en esa comproba-ción que hemos señalado, se une a los apóstoles, predica en comunión con ellos y en el seno de la Iglesia se ve fortalecido y confirmado. A partir de hoy estos niños van a per-tenecer, van a ser miembros de pleno derecho de este pueblo de Dios, de esta familia que se llama Iglesia. El misterio que se produce en ellos es lo que nos ha relatado el evangelio. Jesús nos pone el ejemplo de la vid y los sarmientos. Nos ha dicho: —“Yo soy la vid y voso-tros lo sarmientos... Si no estáis unidos a mí no podéis hacer nada”. La vida de quien no está unido a Cristo es estéril y no produce fruto. Si, por el contrario, está unida a Cristo se convierte en una vida apasionante que produce frutos de eternidad; precisa-mente somos unidos al Señor en el sacramento del Bautismo. A partir de hoy, estos niños y niñas van a ser unidos e injertados en Cristo para participar de su Vida, la de los hijos e hijas de Dios, hermanos de Cristo, templos del Espíritu Santo para que su vida no se malogre sino que sea grande y santa. Esto nos recuerda la segunda lectura que hemos escuchado. San Juan nos dice que no amemos de palabra. ¡Cuánta gente ama de palabra en nuestra sociedad! Nos dice San Juan: “amemos de obra”, con obras de un amor nuevo, que el amor de Dios nos comunica. Hoy estos niños están capacitados para amar de un modo nuevo reci-biendo el don del Espíritu Santo, entregando la vida, cuidando de los demás, realizan-do una humanidad nueva.

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Termino recordando unas palabras que pronunció el papa Benedicto XVI en el último Bautismo que realizó en la capilla Sixtina: “El Bautismo es una opción educati-va. Por medio del Bautismo nos comprometemos a que nuestros hijos e hijas sean edu-cados con una perspectiva de fe, desde Cristo, verdad y vida”. Por eso los padres y pa-drinos os habéis comprometido al comienzo de esta celebración a educarlos en la fe, según el modelo y la perspectiva de Cristo. Todos los que estamos aquí reunidos recibimos este santo don del Bautismo. Pedimos hoy que renueve en nosotros nuestra gracia bautismal. Que sigamos unidos a Él. Es probable que hayamos sufrido en nuestra vida la poda. En el evangelio Jesús nos ha dicho que a quien da fruto mi Padre lo poda para que dé más fruto. Agradecemos hoy la presencia del Señor en nuestras vidas y pedimos que unidos a Él demos frutos de santidad. Lo pedimos por medio de la intercesión de María de modo particular, hoy en este mes de mayo, encomendamos a estos niños al cuidado maternal de la Virgen María, que es también su Madre y desde el cielo cuidará y les acompañará en el cami-no de la vida. Amén.

Bilbao, 3 de mayo de 2015

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Decreto de Erección de la Unidad Pastoral (UP) “Entre Ríos-Errekarte”

MARIO ICETA GABICAGOGEASCOA, POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SEDE APOSTÓLICA, OBISPO DE BILBAO

DECRETO

Desde mucho antes que se planteara el ser Unidad Pastoral, ya había un trabajo conjunto entre varias parroquias favorecido por la casa común de los presbíteros de Zorroza, Cruces y Burceña. Antes del 2000 ya estaban trabajando conjuntamente en la repartición de misas y en ciertas áreas. Además, se realizó la unificación en una única comunidad de las parroquias de San José Obrero y de la Medalla Milagrosa. A partir del año 2002 se suceden diversos hechos que son pasos importantes hacia la creación de una Unidad Pastoral: se crea el grupo de adolescentes de Gaztena-hia, el paso de un Equipo de Curas a un Equipo Ministerial, la experiencia de “Otro domingo es posible”, la creación del Consejo del Sector y el Consejo de Asuntos Económicos. En el año 2010 ya hay una mesa de Cáritas del Sector y poco a poco, se van unificando los proyectos y las formas de trabajar. En el año 2012, se unifican crite-rios de la Catequesis Infantil con mismos materiales y recorridos. Un representante de cada parroquia y de las comunidades religiosas de Salesianos y Dominicas de la Anun-ciata empiezan a trabajar conjuntamente en proyectos puntuales. Por fin, se pide a todos los consejos de la zona que se pronuncien explícitamente sobre si quieren ser Unidad Pastoral y, por unanimidad, se decide que sí. Teniendo en cuenta lo dispuesto en el Decreto de fecha 2 de febrero de 2009 (BO, n. 604) por el que se crea y reconoce oficialmente la Unidad Pastoral como nueva rea-lidad diocesana al servicio de la evangelización, por el presente CREO la Unidad Pasto-ral ENTRE RÍOS-ERREKARTE. Esta Unidad Pastoral queda constituida por la unión es-table de las parroquias San José Obrero de Zorroza, Nuestra Señora de la Medalla Mi-lagrosa de Zorroza, Inmaculado Corazón de María de Cruces, La Natividad de Nuestra Señora de Burtzeña, Nuestra Señora de la Paz de Cruces, Sagrado Corazón de Jesús de Retuerto, El Buen Pastor de Lutxana y San Roque de El Regato. Asimismo, se vinculan a la Unidad Pastoral las comunidades religiosas de Salesianos y Dominicas de la Anun-ciata con sus respectivos colegios. La Unidad Pastoral tendrá personalidad jurídica propia y no se modificará la per-sonalidad jurídica de cada parroquia. La Unidad Pastoral estará confiada a un Equipo Ministerial. Formarán parte de él uno o varios presbíteros, mediante nombramiento del Obispo diocesano. Si fuera con-fiada a varios presbíteros in solidum, uno de ellos será nombrado moderador (cf. c. 517 § 1 CIC). Al párroco o moderador corresponde, bajo la autoridad del Obispo, la direc-ción de la actividad pastoral y coordinación de las tareas de la Unidad. El Obispo dio-

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cesano nombrará también a diáconos, personas consagradas, laicas y laicos para for-mar parte del Equipo Ministerial de la Unidad Pastoral. Como órgano de comunión y corresponsabilidad para recoger y alentar la res-ponsabilidad en la misión común, la Unidad Pastoral formará un Consejo presidido por el párroco o moderador al que pertenecerán todos los presbíteros y miembros del Equipo Ministerial, así como representantes de todas las parroquias y demás realida-des presentes en la Unidad. Dicho consejo será el órgano de comunión y corresponsa-bilidad para recoger y alentar la responsabilidad en la misión común. Teniendo siempre presente el principio de la comunicación de bienes, cada pa-rroquia que forma la Unidad de Pastoral será titular de los bienes propios, presentes y futuros, respetando en todo caso los derechos adquiridos. El Consejo de Asuntos Económicos, formado por miembros de cada una de las comunidades parroquiales, y presidido por el Moderador o párroco, practicará el prin-cipio de la comunicación cristiana de bienes para toda la Unidad Pastoral, y velará por el patrimonio de cada una de las parroquias, que mantendrán su titularidad y los de-rechos adquiridos. Lo dispuesto en este Decreto entra en vigor en el día de la fecha y tendrá una validez de tres años, al final de los cuales se revisará lo aquí establecido. Dado en Bilbao, a dieciséis de mayo de dos mil quince.

+ Mario Iceta Gabicagogeascoa Obispo de Bilbao

Por mandato del Sr. Obispo

Félix Mª Alonso Alonso Canciller

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Información. Albisteak SECRETARÍA GENERAL

Nombramientos El día 26 de abril en la Misa Estacional presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Mario Iceta Gabicagogeascoa, Obispo de la Diócesis, en la iglesia catedral del Señor Santiago de Bilbao, recibieron el ministerio laical del Lectorado los seminaristas dioce-sanos: • Miguel Ángel ESNAOLA VILLANUEVA • Carlos OLABARRI ECHEVARRÍA • Miguel VERA ARTAZCOZ Recibieron el ministerio laical del Acolitado los seminaristas diocesanos: • Alberto SERGIO FERNÁNDEZ • Borja URIARTE CORRAL _____ MIEMBROS COLABORADORES DEL IDTP (4.05.2015) • ASENJO ECHÁNIZ, Jaime • BILBAO ALBERDI, Galo • GARTZIA TRUJILLO, Sebastián • MARTÍNEZ FERNÁNDEZ DE LARRINOA, Gaspar • MORENO LAIZ, Estrella • PÉREZ MAYO, Eusebio • VIGURI AXPE, Miguel Ramón _____ UNIDAD PASTORAL “ENTRE RÍOS-ERREKARTE” • INCIERTE CALVEIRA, José Manuel: Miembro del Equipo Ministerial y Responsable

de la Pastoral de Adultos en Movimientos, Grupos y Comunidades, de la UP ‘Entre Ríos-Errekarte’ (16.05.2015).

• VÁZQUEZ TOJO, María Mar: Miembro del Equipo Ministerial y Responsable de Ca-

tequesis Infantil, de la UP ‘Entre Ríos-Errekarte’ (16.05.2015).

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• NAVARRO VILLAMANDOS, Enriqueta: Miembro del Equipo Ministerial y Responsa-ble de Cáritas, de la UP ‘Entre Ríos-Errekarte’ (16.05.2015).

• BRACERAS GAGO, Eloísa: Miembro del Equipo Ministerial y Responsable de Pasto-

ral Familiar, de la UP ‘Entre Ríos-Errekarte’ (16.05.2015). • CAMARENA ARENAS, Sarai: Miembro del Equipo Ministerial y Responsable de Pas-

toral de Juventud, de la UP ‘Entre Ríos-Errekarte’ (16.05.2015). _____ OTROS NOMBRAMIENTOS • MORAL SANTAMARÍA, José Joaquín: Secretario Técnico del Plan Económico Dioce-

sano a título de Voluntario (21.05.2015). • MORAL SANTAMARÍA, José Joaquín: Coordinador del Voluntariado del Departa-

mento de Economía de la Curia Diocesana a título de Voluntario (21.05.2015).

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Fallecimiento • Rvdo. D. Luis ETXEBERRIA AREJOLA, jubilado, falleció en Bilbao, el día 1 de abril de

2015, a los 87 años de edad.

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Crónica Diocesana∗

Semana de Vida Religiosa En abril tuvo lugar la XXXIII edición de la Semana de Vida Religiosa, en Arrupe Etxea. Con el título “Un encuentro personal para entregar la vida” se celebró en el marco del Año de la Vida Consagrada, proclamado por el papa Francisco, que comenzó el 30 de noviembre de 2014. Las conmemoraciones se prolongarán hasta el 2 del fe-brero de 2016. La primera de las ponentes fue Mª Dolores Górriz, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, que pronunció una conferencia titulada “Actitudes a cuidar en nuestras dis-minuciones”. El martes, día 14 de abril, “¿Cómo acompañar los procesos de seguimien-to?”, fue el título de la intervención de Lola Arrieta, religiosa vedruna, terapeuta y ex-perta en acompañamiento. El miércoles, día 15, el jesuita Vicente Marcuello ofreció una reflexión sobre los retos de la vida religiosa desde la visión del papa Francisco y, el programa concluyó con la Mesa Redonda “Experiencias de Religiosas y Religiosos: Nuevas generaciones”.

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La Diócesis celebra el centenario de Arizmendiarrieta

Markina-Xemein, la localidad natal del sacerdote diocesano en proceso de cano-nización José María Arizmendiarrieta, acogió en abril diversos actos para conmemorar el centenario de su nacimiento. El domingo, día 19, el Obispo presidió dos eucaristías. En la parroquia Andra Mari de Markina-Xemein y en el templo San Pedro de Barinaga. Días antes, Lea-Artibai Ikastetxea acogió un acto de reconocimiento a J.M. Arizmendia-rrieta en el que se recordó, además, la labor que realizó a favor del proyecto educativo y desarrollo económico de la comarca el sacerdote diocesano, Julián Olazabalaga. La Comisión Postuladora ha organizado diversos actos religiosos y actividades para reconocer el trabajo del sacerdote vizcaíno, coadjutor de la parroquia de Mon-dragón, que adelantándose a su tiempo “inventó” un modelo de empresa que aúna la eficacia empresarial y los valores del humanismo cristiano.

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∗ La información de esta Crónica Diocesana está elaborada por el Servicio Diocesano de Comuni-

cación.

BOLETÍN OFICIAL / ALDIZKARI NAGUSIA (n. 661. zk.) (apirila-maiatza • 2015 • abril-mayo)

Presentación del Directorio de Iniciación Cristiana El 16 de abril, la Delegación de Evangelización y Catequesis y el Instituto Dioce-sano de Teología y Pastoral (IDTP) presentaron, en Bilbao, el marco de posibilidades del nuevo Directorio y las claves pastorales para su aplicación. En mayo se presentó en Orue y en Durango. Los encuentros estuvieron dirigidos especialmente a los agentes de pastoral (ca-tequistas, animadores, monitores, etc.) que trabajan en los espacios afectados por las indicaciones del Directorio (prebautismal, despertar religioso, catequesis infantil, pre-adolescencia, adolescencia, juventud y catecumenado de adultos) y abiertos a todas las personas interesadas en la cuestión. Los dos últimos planes de Evangelización de la diócesis de Bilbao han recogido la necesidad de renovar la iniciación cristiana. Reconociendo el trabajo que se ha realiza-do en este sentido en las décadas precedentes, se pedía la puesta al día de los itinera-rios. Los motivos para solicitar esta renovación han sido diversos, tal y como explica el vicario general, Félix Alonso: “la llegada de personas adultas de otros países que de-mandan una iniciación parcial o completa; la conciencia compartida de que el camino en vigor adolece de carencias y desajustes o la emergencia de personas que conside-ran que habiendo recorrido el camino iniciático, lo perciben como inacabado”. En este contexto, la Diócesis ha elaborado un Directorio de Iniciación Cristiana con la intención de atender a las diversas situaciones de las personas y sus biografías que desean ser iniciadas.

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Colectivos de Iglesia se adhieren a la campaña a favor de la RGI

promovida por cien entidades

Un centenar de entidades se han sumado a la campaña en defensa de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) impulsada por la Red Europea de Lucha contra la Pobre-za y la Exclusión Social en Euskadi (EAPN). La Delegación de Caridad y Justicia de la diócesis de Bilbao, Cáritas Bizkaia, Ac-ción Católica General (EKO-ACG), Fundación Gizakia o la Asociación de Comunidades Cristianas de Fe y Justicia, entre otras entidades eclesiales, se han adherido a la cam-paña porque ven “con preocupación el aumento de la vulnerabilidad social, la pobreza y la exclusión en Euskadi”. Las entidades han elaborado un decálogo en el que razonan sobre la importancia de mantener la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) “porque la sociedad vasca entien-de que la pobreza y la exclusión son responsabilidad de toda la sociedad”.

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Enmarcado dentro del Gesto Diocesano de Solidaridad 2015 “Todo en común / Batu eta banatu” y de la Campaña de Cáritas Diocesana “Diginidad se escribe con D de Derechos”, las delegaciones de Caridad y Justicia y de Misiones, así como Cáritas Dio-cesana de Bilbao han elaborado un documento que trata sobre Preguntas y respuestas acerca de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI). En el texto, responden, entre otras cosas, a la cuestión de porqué la Iglesia debe valorar sistemas de protección social. “Porque la opción por las personas y colectivos más desfavorecidos y empobrecidos se encuentra en la entraña del Evangelio”, señalan.

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Gesto Diocesano de Solidaridad

El viernes 17 de abril se celebró el Gesto Diocesano de Solidaridad que, este año, quiso poner en valor el principio cristiano “del destino universal de los bienes”, desde el lema: “Batu eta Banatu / Todo en común”. Más de mil jóvenes de centros educativos de Bizkaia participaron en la sesión de la mañana. El Gesto Diocesano de Solidaridad volvió a salir a la calle para mostrar públicamente la importancia de compartirse con los demás, aunque parte del progra-ma previsto para la mañana se vio alterado por la lluvia, la marcha de escolares tuvo que ser suspendida y la catedral de Santiago acogió a los participantes. Por la tarde cientos de personas participaron en la oración que se celebró en la parroquia de El Carmen y una vez finalizado ese acto realizaron el recorrido entre la plaza Indautxu y Moyúa portando la pancarta en la que se podía leer el lema del día: “Batu eta banatu / Todo en común”. Este año se ha enfatizado la cuestión del “crecimiento en equidad”. La Evangelii

gaudium del papa Francisco y sus citas sobre la cuestión de los excluidos que “ahora no son explotados, sino desechos, sobrantes”, se sucedieron a lo largo de la celebra-ción. Por otra parte, se recordaron algunos datos sobre exclusión que se recogen en el informe Cáritas-Foessa 2013. Un 16% de la población de Euskadi se encuentra en ex-clusión aunque, comparativamente, afecta a menos población que en el resto del es-tado “por la existencia de políticas públicas como la Renta de Garantía de Ingresos (RGI)”.

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Jornada sobre Arizmendiarrieta, Rovirosa y Bellosillo

En el aniversario del nacimiento del sacerdote impulsor de las cooperativas, José María Arizmendiarrieta, el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP) organizó una jornada denominada “Santos de lo Social” centrada en tres personas muy relevan-

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tes para la Iglesia Católica del pasado siglo XX: Pilar Bellosillo, auditora en el Concilio Vaticano II, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Católicas Femeninas y promotora de Manos Unidas; Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC (apóstol del mundo obrero) y el propio José María Arizmendiarrieta, fundador del movimiento cooperativo de Arrasate/Mondragón (apóstol de la cooperación). En el acto intervinieron: Eva Gómez Pina, expresidenta de Acción Católica y cola-boradora en la Causa de Pilar Bellosillo; Pino Trejo, militante de HOAC, colaboradora en la Causa de Guillermo Rovirosa y Xabier Retegi, exrector de Mondragon Unibertsita-tea y colaborador en la Causa de José María Arizmendiarrieta.

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Txemi Aranburu, nombrado Director del Servicio de Educación

Tras 25 años como Delegado de Educación de la diócesis de Bilbao, Goyo Ponce de León se jubila al finalizar el presente curso. José Miguel (Txemi) Aranburu será quien ocupe el nuevo cargo de Director del Servicio vinculado a la Delegación de Evan-gelización y Catequesis. Nacido en Donostia en 1965, Txemi Aranburu reside en Bilbao desde 1991. Es Licenciado en Ciencias por la Universidad del País Vasco y Diplomado en Teología por la Universidad de Deusto. Comenzó su labor docente en el colegio La Merced ikaste- txea de Gernika. Desde 1993 ha ejercido como profesor de religión de secundaria de la enseñanza pública en diversos institutos como Basauri, Ondarroa, Bermeo, Gallarta o Portugalete. Txemi Aranburu es miembro del Consejo pastoral Diocesano (CPD) y de los Foco-lares, desarrollando labores pastorales en la sección infantil y juvenil de dicho movi-miento. Ha colaborado en distintas iniciativas ecuménicas locales. Su tarea principal será la de asegurar y coordinar el servicio a los profesores de religión además del asesoramiento pedagógico y pastoral en relación con el profesora-do de religión de las redes pública y concertada y de agentes pastorales de los centros educativos.

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Encuentro Misionero en Urkiola

En Urkiola, tuvo lugar el tradicional encuentro que cada 1º de mayo reúne a la familia de las Misiones Diocesanas Vascas. La cita comenzó con una oración a cargo del presbítero Josu López Villalba, actual responsable del santuario, “Es bueno saber de dónde venimos, —dijo— para saber dónde estamos y hacia dónde vamos”.

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En la jornada participaron unas 80 personas y pudieron conocerse numerosos testimonios llegados desde Ecuador, Congo, Ruanda y Angola. En ellos, los interlocuto-res fueron expresando sus inquietudes y vivencias en base a lo acontecido en este último año. En el encuentro también se presentó a Begoña Kareaga como nueva direc-tora de la revista Los Ríos. Mons. Asurmendi, que por motivos de edad —cumplió 75 años en marzo— ha presentado ya su renuncia al papa Francisco, recordó sus 15 años como obispo dele-gado de Misiones Diocesanas Vascas, título que ostenta en la actualidad el obispo de Bilbao, Mons. Mario Iceta. Mons. Asurmendi presidió la Eucaristía del encuentro, en la que, a pesar de encontrarse delicado de salud, también participó Mons. Víctor Garai-gordobil, que en el encuentro del 1º de mayo del pasado año 2014 recibió un cálido homenaje, por sus 70 años de sacerdote y 50 años desde su ordenación episcopal en Ecuador.

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Continúa el Gesto Diocesano Entre los días 11 y 13 de mayo, tuvo lugar la Semana Social-Gizartean, organizada por el Instituto Diocesano de Teología y Pastoral (IDTP) y la Delegación de Caridad y Justicia. Con estas jornadas, se pretendía dar continuidad al Gesto Diocesano de Soli-daridad de este año: “Todo en común / Batu eta Banatu”. Carmen Bernabé, de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto e Igor Irigoyen, de Itaka, trataron el tema “La comunicación cristiana de bienes en la historia de la Iglesia”. F. Javier Arellano, del centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deus-to, pronunció una ponencia titulada “Todo en común. Sus implicaciones hoy” y, el pro-grama concluyó con una Mesa Redonda titulada “Una economía al servicio del bien común” en la que participaron Guillermo Dorronsoro (Decano de la Facultad de CC.EE. y Empresariales de la Universidad de Deusto), Ángel Toña (Consejero de Empleo y Polí-ticas Sociales del Gobierno Vasco) y Nerea Basterra (Directora territorial de Oxfam-Intermón para la Zona Norte) y estuvo moderada por el periodista de Radio Popular, Koldo Campo. Los asistentes tuvieron la oportunidad de reflexionar y escuchar a distintas per-sonas sobre cómo era la experiencia de compartir en las primeras comunidades. En las jornadas se habló de cómo actualizar hoy el destino universal de los bienes. “Dios nos ha dado esta tierra y estos talentos para compartirlos”.

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La Diócesis se sumó a las oraciones por los cristianos perseguidos El Obispo, haciéndose eco del compromiso adoptado por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, celebrada recientemente en Madrid, invitó a la Diócesis a realizar una intención por los cristianos perseguidos en las celebraciones que se lleva-ron a cabo desde el día de la Ascensión —14 de mayo— hasta el día 24 del mismo mes. Ese mismo día la Eucaristía presidida por Mons. Mario Iceta, en la Catedral, fue ofreci-da a favor de “los nuevos mártires del siglo XXI”.

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El Consejo Pastoral Diocesano retoma el tema del laicado Los miembros del Consejo Pastoral Diocesano (CPD) celebraron el 16 de mayo el último encuentro de este curso. Cuatro fueron las ponencias en las que se profundizó sobre la realidad del laicado en la Diócesis. En la sesión, Estrella Moreno, responsable del Secretariado de laicado, debutó como vicepresidenta del Consejo sucediendo en el cargo a Ana Berrizbeitia. La sesión continuó la reflexión sobre el laicado acercándose a cuatro cuestiones específicas surgidas en el encuentro anterior: laicado y modelo de Iglesia, la seculari-dad del laicado, la mujer, y la corresponsabilidad. La aportación de Carlos García de Andoin, Pedro Luis Arias, Eloisa Larrea y Carlos Bargos abrió la reflexión que culminó con un trabajo en grupos por parte de la asamblea. El Obispo inició la sesión dando cuenta de algunos asuntos de interés para la Diócesis como son el proceso de discernimiento, en el que están participando más de tres mil personas o algunos cambios que tendrán lugar a partir del próximo año. El mismo Consejo Pastoral Diocesano cambiará de miembros al ponerse en vigor los nue-vos estatutos. Por otra parte, el año que viene comenzarán las consultas para la desig-nación de los vicarios. El Sínodo sobre la familia, que se celebrará en octubre y los últimos nombramientos llevados a cabo en la Diócesis fueron también algunos puntos a los que se refirió monseñor Mario Iceta. “El laicado y modelo de Iglesia” fue el tema que dio inicio a la intervención de los invitados. Carlos García de Andoin, profesor del IDTP, reflexionó sobre los criterios y líneas de acción que, a su modo de ver, deben primar en la Iglesia actual. Se refirió a la revalorización del Bautismo y la Confirmación, a la centralidad del cristiano laico en la vida cotidiana o a la familia “no solo destinataria, sino como sujeto de la acción”. El profesor de la Universidad del País Vasco, Pedro Luis Arias, centró la atención en el compromiso “culturalmente significativo” de todo cristiano que intenta “unir Evangelio y situación actual”. Eloisa Larrea habló desde su experiencia como mujer dentro de la Iglesia para reivindicar, entre otras cuestiones, la participación de las mu-jeres en los órganos de dirección y de decisión. El director de Cáritas, Carlos Bargos,

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por su parte, reflexionó sobre el significado de la corresponsabilidad que no es “un simple reparto de tareas o delegación equivocada de funciones”, sino que debe ser “una manera de implicarse e ilusionarse en la misión”.

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Constituida la Unidad Pastoral “Entre Ríos-Errekarte” El sábado 16 de mayo la parroquia de Cruces acogió la creación canónica de la Unidad Pastoral (UP) “Entre Ríos-Errekarte”, hasta ahora conocido como sector Bara-kaldo-Periférico. Los ríos Castaños y Cadagua dan el nombre a la nueva UP, formada por las parroquias de Burtzeña, Cruces, La Paz, Lutxana, Retuerto, El Regato y las dos iglesias de Zorroza, además de las comunidades de los colegios de Salesianos y Domi-nicas de la Anunciata.

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Premio ‘Koopera’ para la Diócesis de Bilbao La cooperativa, en la que participan Cooperativas de Iniciativa Social y Empresas de Inserción impulsadas por Cáritas, reconoció el pasado mes de mayo el trabajo de algunas personas y entidades que fomentan la economía solidaria y sostenible y que apuestan por promover nuevas fórmulas que “ponen a la persona en el centro”. Uno de los galardones de la segunda edición del Premio recayó en la Iglesia de Bizkaia “para poner en valor su línea de trabajo desde los años 90. Por su lucha contra la pobreza, superando el mero asistencialismo, en clave de promoción integral de las personas en situación o riesgo de exclusión social”. Recogieron el premio el Obispo diocesano monseñor Mario Iceta y el Obispo auxiliar en aquellos momentos, Mons. Juan María Uriarte. En la entrega del galardón destacaron el papel central que tuvo la diócesis de Bilbao en el nacimiento y en el im-pulso de Koopera “la cual trabaja actualmente con otras 8 diócesis”. El premio ‘Koopera a la Sostenibilidad’ recayó en el equipo de técnicos de IHOBE, la sociedad pública de gestión ambiental del Gobierno Vasco. El premio ‘Koopera al Compromiso Social’ lo recibió Concha Guillén, que ha sido la primera mujer en dirigir Cáritas diocesana de Valencia desde su constitución. Por último, el premio ‘Koopera al Consumo Responsable’ fue a manos de Banca Ética Fiare.

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Bodas de Diamante y Oro sacerdotales El jueves, 28 de mayo, tuvo lugar la celebración de las Bodas de Diamante y Oro sacerdotales del presbiterio diocesano. Correspondía este año a los sacerdotes orde-nados en 1955, que celebraban las Bodas de Diamante, y a los ordenados en 1965, que celebraban sus Bodas de Oro. El programa comenzó en el centro de Espiritualidad de Begoña, con una charla sobre Santa Teresa de Jesús, impartida por el Carmelita Mauricio Martín del Blanco, profesor de Teología de la Facultad de Teología del Norte de España, Sede de Burgos. A las 12 y media, el Obispo presidió la Eucaristía en la basílica de Begoña y posteriormen-te tuvo lugar una comida en el Centro de Espiritualidad, a la que acudieron más de 100 personas. Este año celebran sus Bodas de Diamante: José Luis Urrutia Yurrebaso y Juan José Rodríguez Ugarte. Las Bodas de Oro: Jesús Zalbidea Alcibar; Fernando Díez Villa-rroel; Ángel Romero García; Francisco Jaime Larrinaga Yurrebaso; Juan Mari Lechosa González; Dionisio Borobio García; Francisco Javier Berasaluce Bilbao; José María Re-menteria Ibarlucea; Martin Arambarri Etxaburu. Además dos religiosos —jesuitas— también celebran sus Bodas de Oro: Gerardo Laibarra Azcarate y José Ignacio Garaugir-ta Artiach.

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Otros actos

El Obispo presidió, a principios del mes de abril, las celebraciones de Semana Santa en la catedral de Bilbao. En este Boletín se publican los textos de sus homilías de Viernes Santo, Vigilia Pascual y Domingo de Resurrección. Mons. Iceta participó, además, en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episco-pal, en la que como presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Mons. Mario Iceta, informó a la plenaria sobre las respuestas de las diócesis a los “Lineamenta” del Sínodo de los Obispos para la XIV Asamblea General Ordinaria que tendrá lugar en octubre en Roma con el título “La Vocación y la misión de la fami-lia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. En dicha plenaria —cuya nota final se publica íntegramente en este Boletín— se aprobó además, el Leccionario en euskera que, junto al Misal, se han enviado a la San-ta Sede para recibir la recognitio previa a su publicación. Y, coincidiendo con su estancia en Madrid, los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria, acudieron al acto central del III centenario de la “Real congregación de naturales y oriundos de las 3 provincias vascongadas”, al que también habían sido invitados algu-nos presbíteros de la diócesis de Bilbao que habían colaborado con dicha parroquia.

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Los días 23 y 24 de abril el Obispo participó en algunos de los actos organizados en las Jornadas Católicos y Vida Pública, que bajo el lema “Hacia las periferias existen-ciales, tras el papa Francisco” se celebraron en el Palacio Euskalduna, de Bilbao. El fun-dador de la Comunidad de San Egidio, de Roma, Andrea Riccardi, fue uno de los invita-dos. Riccardi, pronunció una conferencia sobre “Cristianismo y globalización” y el acto estuvo presidido por Mons. Mario Iceta, así como la Hora Santa y la Misa de clausura. En el marco de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tuvo lugar el 26 de abril, la capilla del Seminario de Bilbao acogió “12 horas de oración por las vocaciones”, desde las 9:00 h., hasta las 21:00 h. Al finalizar, a las 21:00 h., el Obispo presidió una eucaristía. Al día siguiente, presidió la celebración de Ministerios de Lec-torado y Acolitado, en la catedral de Santiago. El 26 de abril, el Obispo presidió el responso que tuvo lugar en el cementerio de la villa foral, en el 78º aniversario del bombardeo de Gernika. El 6 de mayo, el Obispo presidió, en Derio, en el monasterio de Lañomendi, el inicio de la conmemoración del 800º aniversario de la Fundación de la orden de San Pedro Nolasco. El día 9, concelebró el funeral por Mons. Luis María Pérez de Onraita, en la Catedral Nueva de Vitoria y, el día 18, presidió la eucaristía en las Siervas de Jesús de la Naja, en la festividad de Santa María Josefa del Corazón de Jesús, fundadora de la Congregación. El 28 de mayo, Mons. Iceta presidió, en Begoña, la celebración de Bodas de Diamante y Oro presbiterales y al día siguiente, también en Begoña, la celebración de Bodas de Oro y Plata de matrimonios de la Diócesis. El día 30, Mons. Iceta, acompañó el encuentro de monaguillos en Loiola y Aran-zazu y, por la tarde, presidió, en la parroquia de Las Mercedes de Las Arenas el 75º aniversario de Adoración Nocturna en dicha parroquia. El día 31 acudió a Baiona a la beatificación de Luis Eduardo Cestac, fundador de las Siervas de María de Anglet, co-nocidas como las francesas o Religiosas de Notre Dame.

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Eleizbarrutiko Barriak∗

Biziera erlijiosoaren astea

Apirilean ospatu zan Biziera erlijiosoaren XXXIII. astea Arrupe Etxean. “Bategite pertsonala bizia emoteko” goiburupean ospatu zan aste hau, aurton, Frantzisko Aita Santuak aldarrikatuta, Biziera kontsakratuaren urtean. 2014.eko azaroaren 30ean emon jakon hasierea urte horri eta ospakizunak 2016.eko otsailaren 2ra arte luzatuko dira. Mª Dolores Gorriz Jesusen Bihotza ordenako monja izan zan lehenengo hizlaria eta “gure murrizketetan zaindu beharreko jarrerak” gaiaren inguruan jardun eban. Apirilaren 14an, martitzenez, “Zelan lagun egin jarraipen-prozesuetan?” galderari eran-tzuten saiatuko zan Lola Arrieta monja bedruna, terapeuta eta laguntzan aditua. Ekai-naren 15ean, eguaztenez, Vicente Marcuello jesuiteak, Frantzisko Aita Santuaren ikus-pegitik bizitza erlijiosoaren erronkak zeintzuk diran bere eretxian azaldu eban. Amai-tzeko, eguenez, apirilak 16, mahai-ingurua ospatu zan: “Lekaime eta lekaideen esperi-entziak: belaunaldi barriak”.

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Arizmendiarrietaren mendeurrenaren ospakizuna Eleizbarrutian Jose Maria Arizmendiarrieta altarara goratzeko prozesuan dagoan eleizbarrutiko abadearen jaioterria dan Markina-Xemeinen hainbat ekitaldi ospatuko zan apirilean haren jaiotzaren mendeurrena gogoratzeko. Apirilaren 19an, domekaz, gotzaina buru izan zan Eukaristia bitan. Markina-Xemeineko Andra Mari parrokian eta Barinagako San Pedro eleizan. Egun batzuk aurretik, Lea-Artibai ikastetxean egin jakon autortza J.M. Arizmendiarrietari eta ekitaldi berean, eskualdeko hezkuntza egitasmoaren eta gara-pen ekonomikoaren alde lan eskerga egin eban Julian Olazabalaga eleizbarrutiko aba-dea gogoratu eben. Altarara goratze hori bultzatzen dauan batzordeak hainbat ekitaldi erlijioso eta jarduera antolatu dau Arrasateko parrokiako abade lagunkide izan zan bizkaitar honen lana autortzeko; bere sasoian aitzindari izanda, enpresa-eraginkortasuna eta kristinau humanismoaren balioak buztartzen dituan enpresa-eredua “asmatu” eban.

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∗ Eleizbarrutiko Barriak egitea Komunikazinorako Eleizbarrutiko Zerbitzua ardurea da.

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Kristinau Sarbidearen Direktorioaren aurkezpena Ebanjelizazino eta Katekesirako Ordezkaritzak eta Eleizbarrutiko Teologia eta Pastoraltza Institutuak (ETPI) Direktorio barriaren aukerak eta bere ezarpenerako pas-toral giltzak aurkeztu ebezan apirilaren 16an Bilbon. Maiatzean Oruen eta Durangon aurkeztu zan. Batzarrak, Direktorioan jasoten diran jarraibideek eragina daben eremuetan (ba-teo-aurreko prozesuak, erlijino esnatzea, umeen katekesia, gaztetxoak, gazteak eta helduen katekumenotza) jarduten daben pastoral eragileentzat (katekistak, ekintzai-leak, begiraleak, e.a.) izan ziran batez be eta, orokorrean, gai honen inguruan jakin-mina eben persona guztientzat. Bilboko Eleizbarrutian garatu izan diran azken ebanjelizatze-egitasmo biek jaso izan dabe kristinau sarbidea barritzeko beharrizana. Aurreko hamarkadetan arlo hone-tan egin izan dan lana autortzeaz batera, ibilpideak eguneratzea eskatzen zan. Hainbat arrazoi izan da barritzea eskatzeko, Felix Alonso bikario nagusiak azaltzen dauanez: “sarbide partzial edo osoa eskatzen daben beste herrialde batzuetako gizon eta ema-kume helduen etorrera; gehiengo batek indarrean dagoan bideak gabeziak eta orekarik eza erakusten dituala uste izatea eta, sarbideko ibilpidea egin ondoren, amaitu bako bide lez antzematen daben personak agertzea”. Testuinguru honetan, Eleizbarrutiak Kristinau Sarbidearen Direktorioa prestatu dau, sarbideko ibilpideari ekin gura deutsen personen era bateko eta besteko egoerei eta biografiei erantzuna emoteko asmoagaz.

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Eleizako hainbat taldek bat egin eban ehun erakundek

suspertutako DBEren aldeko kanpainagaz

Ehun erakunde inguruk bat egin eban Diru-sarrerak Bermatzeko Errentaren (DBE) aldeko kanpainagaz. Honako hau, Pobreziaren eta Gizarte Bazterketaren aurkako Bu-rrukarako Europar Sarearen Euskadiko ordezkaritzak bultzatu eban. Bilboko Eleizbarrutiko Karidade eta Zuzentasunerako Ordezkaritzak, Bizkaiko Ca-ritasek, Ekintza Katoliku Orokorra (EKO-ACG) mobimentuak, Gizakia Fundazinoak eta Fedea eta Zuzentasuna Kristinau Komunidadeen Alkarteak, eleizako beste erakunde batzukaz batera, bat egin eben kanpainagaz “kezkatuta dagozalako Euskadin gizarte ahulezia, pobrezia eta bazterketa gehitu egin diralako”. Erakundeek, dekalogo baten bitartez, Diru-sarrerak Bermatzeko Errenta (DBE) jasoteak dauan garrantzia azaldu gura izan eben, “euskal gizartearen ustez, pobrezia eta bazterketa gizarte osoaren erantzukizuna diralako”. “Todo en común / Batu eta banatu” 2015eko Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinuaren eta “Alkarbanatu. Duintasunerako bidea, eskubideak” Eleizbarrutiko Caritasen kanpai-

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naren barruan, Bilboko Eleizbarrutiko Misinoetarako Ordezkaritzak eta Caritasek Diru-sarrerak Bermatzeko Errentaren (DBE) inguruko galdera eta erantzunen agiria prestatu eben. Idazkian, besteak beste, kontu honi heltzen eutsen: zer dala-eta baloratu behar ditu Eleizeak gizarte babeserako sistemak. “Gizabanako eta gizatalderik kaltetuenen eta txirotuenen aldeko aukerea Ebanjelioaren erraietan dagoalako”, inoen erakundeo-tako kideek.

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Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinua Apirilaren 17an, barikuz, ospatu zan Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinua. Aurtengo ekitaldian, “Batu eta banatu / Todo en común” goiburuaren haritik, “ondasunen uni-bersaltasunaren” kristinau oinarria nabarmendu zan. Bizkaiko ikastetxeetako mila gazte inguruk parte hartu eban goizeko saioan. Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinua kalera atera zan barriro be, nork bere burua bestea-kaz alkarbanatzeko garrantzia jentaurrean erakusteko baina goizerako aurreikusitako egitaraua aldatu egin behar izan eben euriaren eraginez. Eskola-umeen ibiltaldia ber-tan behera geratu zan eta partaideak Santiago katedralean batu ziran. Arratsaldez, ehunka lagunek parte hartu eban Karmeneko Ama parrokian egin zan otoitzaldian eta hau amaitu zanean, parte hartzaileek Indautxuko plazatik Moyua-raino dagoan bidea egin eben eguneko goi-burua idatzita eukan pankartearen atzetik: “Batu eta Banatu/ Todo en Común”. Aurton “zuzentasunean oinarritutako hazkundea” nabarmendu izan da. Fran-tzisko aita santuaren Evangelii gaudium aholku hitza eta, orain, “zapalduak ez ezik, hondakinak, soberakinak” diran baztertuen inguruko aitamen ugari egin zan ospakizu-nean. Beste alde batetik, ‘Caritas-Foessa 2013’ txostenean jasoten diran bazterketari buruzko datuak gogoratu ziran. Euskadin, herritarren %16ak bazterketa jasaten dau; datu hau larria bada be, ez da hain txarra estadukoagaz alderatzen badogu eta hori “Diru-sarrerak Bermatzeko Errenta lako politika publikoak” dagozalako gertatzen da.

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Arizmendiarrieta, Rovirosa eta Bellosillori buruzko jardunaldia Jose Maria Arizmendiarrieta abade eta kooperatiben sustatzailearen jaiotzaren mendeurrenaren inguruan, Eleizbarrutiko Teologia eta Pastoraltza Institutuak (ETPI) jardunaldia ospatu eban, ‘sozial arloko santuak’ goiburupean, joan dan XX. gizaldian Eleiza katolikuarentzat garrantzitsu eta esanguratsu izan ziran hiru persona gogoan hartuz: Pilar Bellosillo auzi-entzule Vatikanoko II. Kontzilioan, Emakume-erakunde Ka-tolikuen Mundu Batasuneko presidente eta Esku Elkatuak erakundearen sorburua;

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Guillermo Rovirosa HOAC mobimentuaren suspertzaile eta lehenengo militantea (lan-gileriaren apostolua) eta Jose Maria Arizmendiarrieta Arrasate/Mondragon mobi-mentu kooperatiboaren sortzailea (lankidetzaren apostolua). Ekitaldian esku-hartu eben: Eva Gomez Pina Ekintza Katolikua mobimentuko pre-sidente ohi eta laguntzailea Pilar Bellosilloren kausan; Pino Trejo HOAC mobimentuko militante eta laguntzailea Guillermo Rovirosaren kausan eta Xabier Retegi Mondragon Unibersidadeko errektore ohi eta laguntzailea Jose Maria Arizmendiarrietaren kausan.

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Txemi Aranburu, Hezkuntzarako Zerbitzuko Zuzendari izendatu dabe

Hogeta bost urtez Hezkuntzarako Eleizbarrutiko Ordezkari lez jardun ondoren, Goyo Ponce de Leon kurso amaieran jubilatuko da. Jose Miguel (Txemi) Aranburuk har-tuko dau bere gain Ebanjelizazino eta Katekesirako Ordezkaritzari atxikitako Zerbitzuko Zuzendari kargu barria. 1965ean Donostian jaioa, Txemi Aranburu Bilbon bizi da 1991etik. Zientzietan Lizentziaduna da Euskal Herriko Unibersidadetik eta Teologian Diplomaduna Deustuko Unibersidadetik. Gernikako Mesedeetako Ama ikastetxean hasi zan irakasle lanetan. 1993tik aurrera, irakaskuntza publikoko bigarren hezkuntzako erlijinoko irakaslea izan da hainbat institutuan, besteak beste, Basaurin, Ondarroan, Bermeon, Gallartan edo Portugaleten. Txemi Aranburu ‘Focolares’ izeneko komunidadeko kidea da eta pastoral egite-koak garatzen ditu mobimentu horretako umeen eta gazteen sailean. Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluko kidea da eta lekuko hainbat ekimen ekumenikotan lagundu izan dau. Bere egiteko nagusia erlijinoko irakasleei emon beharreko zerbitzua ziurtatzea eta koordinatzea izango da; horrezaz ganera, aholkularitza pedagogiko eta pastorala emongo deutse sare publiko eta itundutako erlijinoko irakasleei eta ikastetxeetako pastoral eragileei.

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Misiolari topaketa Urkiolan Urkiolan ospatu zan maiatzaren lehenengo egunez ohikoa dan euskal misiolarien topaketea. Josu Lopez Villalbak, santutegiko arduradunak zabaldu eban ekitaldia otoitz bategaz. “Garrantzitsua da nondik gatozen jakitea —esan eban— non gagozan eta no-rantz goazen jakiteko”.

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Larogei bat lagunek hartu eben parte topaketan. Ekuador, Kongo, Ruanda eta Angolako testigantza batzuk entzun ziran. Urtean zehar nazino horreetan bizi izandako esperientziak emon ebezan jakitera misiolariek. Topaketan Begoña Kareaga, misioe-tako aldizkariko zuzendari barriaren aurkezpena egin eben. Asurmendik, 75 urte egin ebazan martxoan eta Frantzisko Aita Santuari ordezkoa izentetako eskabidea egin deutso. Hamabost urtez Misioetako ordezkari gisara izan dauan zeregina gogoratu eban. Gaur egun, erantzukizun hori Mario Izeta gotzainak daroa. On Bittor Garaigordobili igazko ekitaldian omenaldia eskeini eutsen, 70 urte bete ebazalako abade modura eta 50 Ekuadorren gotzain izentau ebenetik. Osasunez makalik egon arren, aurtengo ekitaldietan be hartu dau parte eta meza ospakizunean be egon zan.

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Eleizbarrutiko Zeinuari buruzko saio barriak

Maiatzaren 11tik 13ra, Eleizbarrutiko Teologia eta Pastoraltza Institutuak (ETPI) eta Karidade eta Zuzentasunerako Ordezkaritzak antolatutako ‘Semana social – Gizar-tean’ jardunaldiak ospatu ziran. Honeen bitartez, jarraipena emon gura izan jakon “Todo en común – Batu eta banatu” aurtengo Eleizbarrutiko Alkartasun Zeinuari. Deustuko Unibersidadeko Teologia fakultadeko Carmen Bernabek eta Itakako Igor Irigoienek, “ondasunen kristinau banaketa Eleizaren historian” gaiaren inguruan jardun eben. Deustuko Unibersidadeko Etika Aplikaturako Zentroko F. Javier Arellanok “Batu eta banatu. Gaur egun dakarzan konpromisoak” gaiaz jardun eban bigarren egu-nean eta egitarauari amaierea emoteko mahai-ingurua ospatu zan: “Ekonomia guztion ongizatearen esanetara”. Bertan, Gillermo Dorronsorok (Deustuko Unibersidadeko Ekonomia eta Enpresa Zientzietako Fakultadeko Dekanoa), Angel Toñak (Lan eta Gi-zarte Politiketarako Eusko Jaurlaritzako Sailburua) eta Nerea Basterrak (Oxfam-Intermoneko Ipar eremurako lurralde zuzendaria) esku hartu eben eta Koldo Campo Herri Irratiko kazetariak egin ebazan moderatzaile-lanak. Partaideek arlo desbardinetako gizon eta emakumeengandik entzun eben ze es-perientzia eben banatzearen inguruan hasierako alkarteetako kideek. Baina, batez be, ondasunen unibersaltasunaren oinarria eguneratzeko zer egin beharko geunken az-tertu zan. “Jaungoikoak emon deusku lur hau eta talentu honeek alkarbanatu daigu-zan”.

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Eleizbarrutiak bat egin eban jazarpena jasaten daben

kristinauen aldeko otoitzakaz

Gotzainak, Madrilen ospatutako Gotzainen Batzarraren Osoko Bilkurak hartu-tako konpromisoaren haritik, dei egin eutsan Eleizbarrutiari, Igokundearen egunetik —maiatzak 14— maiatzaren 24 bitarteko ospakizunetan jazarpena jasaten daben kristinauen alde otoitz egiteko. Maiatzaren 24n bertan, on Mario Izeta buru zala, “XXI. gizaldiko martiri barrien” aldeko Eukaristia ospatu zan katedralean.

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Laikotzaren gaia landu zan barriro be

Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluan

Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluko (EPK) kideek ekiturte honetako azken saioa ospatu eben maiatzaren 16an. Lau txostenen bidez sakondu eben Eleizbarrutiko laiko-tzaren gaian. Estrella Moreno laikotzarako idazkaritzako arduradunak Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluko presidenteorde lez jardun eban lehenengo aldiz, Ana Berrizbeitia-ren lekua hartu ondoren. Aurreko saioan sortutako berariazko lau alderdiren inguruan hausnartzen jarraitu eben: laikotza eta eleiz eredua, laikotzaren sekulartasuna, emakumezkoa eta arduraki-detasuna. Carlos Garcia de Andoin, Pedro Luis Arias, Eloisa Larrea eta Carlos Bargosen aurkezpenek bide emon eutsen hausnarketari eta batzarkideen garatu eben talde-lanagaz burutu zan. Gotzainak emon eutsan hasierea saioari Eleizbarrutian interesgarri eta esangura-tsuak diran gain batzuen inguruan jardunez: hiru mila lagun ingururen partaidetzagaz egiten ari dan bereizketa-prozesua eta datorren urtetik aurrera izango diran aldaketa batzuk. Eleizbarrutiko Pastoral Kontseiluan bertan be aldaketa izango da kideei jagoke-nez, estatutu barriak indarrean sartzeaz batera. Beste alde batetik, datorren artean bikarioen izendapenerako azterraldiak martxan jarriko dira. Urrian ospatuko dan fami-liari buruzko Sinodoa eta Eleizbarrutian egin diran azken izendapenak be aitatu ebazan on Mario Izeta gotzainak. ‘Laikotza eta eleiz eredua’ gaiak emon eutsan hasierea konbidatuen jardunari. Carlos Garcia de Andoin ETPIko zuzendariak bere ustez gaur egungo Eleizan lehenetsi behar diran erespide eta jardunbideen inguruan hausnartu eban. Bateoari eta Sendo-tzari barriro balioa emotea, kristinau laikoak eguneroko bizitzan dauan nagusitasuna eta familia “ekintzaren hartzaile ez ezik eragile lez”, izan ebazan, besteak beste, azter-gai. Pedro Luis Arias unibersidadeko irakasleak “Ebanjelioa eta gaurko egoera lotzen” saiatzen dan kristinau orok dauan konpromisoan jarri eban arreta, “kultura arloan esanguratsua” dan konpromisoan hain zuzen be. Eloisa Larreak emakume lez Eleizan

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bizi dauan esperientziaz jardun eban, besteak beste, zuzendaritzarako edo erabagiak hartzeko erakundeetan emakumeen partaidetza aldarrikatzeko. Carlos Bargos Carita-seko zuzendariak, azkenik, ardurakidetasunaren esanguraren inguruan hausnartu eban: “ez da egitekoen banaketa hutsa edo eginkizunen eskuordetze erratua”; “misi-noan esku-hartzeko eta ilusionatzeko bidea” izan behar dau.

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“Entre Ríos-Errekarte” Pastoral Barrutia eratu da Maiatzaren 16an, zapatuz, Gurutzetako parrokian ospatu zan orain arte Bara-kaldo-Kanpoaldea eskualdea izan dan Entre Ríos-Errekarte Pastoral Barrutiaren (PB) izendapen kanonikoa. Castaños eta Cadagua errekek emoten deutse izena PB barriari. Burtzeña, Gurutzeta, Bakea, Lutxana, Retuerto, El Regato parrokiek eta Zorrotzako eleiza biek eta Salestarren eta Anunziatako Domingotarren ikastetxeetako alkarteek osatzen dabe Pastoral Barruti hau.

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‘Koopera’ saria Bilboko Eleizbarrutiarentzat Gizarte ekimenerako kooperatibak eta Caritasek suspertutako gizarteratzerako enpresak batzen dituan kooperatibak ekonomia solidario eta jasangarria sustatzen daben eta “gizakiari nagusitasuna emoten deutsen” formula barriak garatzearen alde dagozan gizabanako eta erakunde batzuen lana autortu eban joan dan maiatzean. Sa-riaren bigarren ekitaldiko autormenetako bat Bizkaiko Eleizearentzat izan zan, “90eko hamarkadatik aurrera egiten diharduan lanari jagokon balioa emoteko; sorospen hu-tsaren gainetik, gizarte bazterketa jasaten daben edo egoera horretan jausteko arris-kua daben personen osoko suspertzea bilatuz, pobretasunaren alde jardun izan daua-lako”. On Mario Izeta eleizbarrutiko gotzainak eta sasoi haretan gotzain laguntzailea zan on Joan Maria Uriartek jaso eben saria. Sari banaketan, Bilboko Eleizbarrutiak gaur egun “beste zortzi eleizbarrutigaz alkarlanean diharduan” ‘koopera’ erakundearen sor-kundean eta bultzadan izan eban zerikusi nabarmena azpimarratu eben. Jasangarritasunaren ‘koopera’ saria IHOBE ingurumen-kudeaketarako Eusko Jaur-laritzako alkarte publikoko teknikoen taldeari emon eutsen. Gizarte konpromisoaren ‘koopera’ saria, eratu zanetik Valentziako eleizbarrutiko Caritas zuzendu izan dauan lehenengo emakumeak, Concha Guillenek jaso eban. Azkenik, kontsumo arduratsuaren ‘koopera’ saria Fiare banka etikoak eskuratu eban.

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Abadegintzen Diamante eta Urrezko Ezteguak Maiatzaren 28an, eguenez, eleizbarrutiko abade batzuek euren abadegintzaren Diamantezko, Urrezko eta Zidarrezko Ezteguak ospatuko ebezan. Aurton, 1955. urtean abade egin ziranek Diamantezko Ezteguak ospatu dabez eta 1965. urtean abade egin-dakoek Urrezko Ezteguak. Jardunaldiari hasierea emoteko, goizeko hamarrak eta erdietan, egoitza Burgo-sen dauan Ipar ingururako Teologiako Fakultadeko irakaslea dan Mauricio Martin del Blanco karmeldarrak berbaldia eskaini eban Jesusen Teresa Doneari buruz. Eguerdiko hamabiak eta erdietan, Eukaristia ospatu zan, Gotzaina buru zala,Begoñako basilikan eta, ondoren, bazkaria gogarte etxean, ehun lagunetik gora batu zalarik. Diamantezko Ezteguak ospatzen dabez aurton: Jose Luis Urrutia Yurrebasok eta Juan Jose Rodriguez Ugartek. Eta Urrezko Ezteguak: Jesus Zalbidea Alcibarrek; Fer-nando Diez Villarroelek; Angel Romero Garciak; Francisco Jaime Larrinaga Yurrebasok; Juan Mari Lechosa Gonzalezek; Dionisio Borobio Garciak; Francisco Javier Berasaluce Bilbaok; Jose Maria Rementeria Ibarluceak; Martin Arambarri Etxaburuk. Abade ho-rreez ganera, jesuita bik be Urrezko Ezteguak ospatzen dabez: Gerardo Laibarra Azca-ratek S.J. eta Jose Ignacio Garaugirta Artiachek S.J.

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Beste jarduera batzuk

Gotzaina izan zan buru, apirilaren hasieran, Aste Santuko ospakizunetan Bilboko Katedralean. Aldizkari Nagusi honetan jasoten dira Bariku Santuz, Pazko Gauez eta Pazko Egunez eskaini ebazan homiliak.

On Mario Izeta gotzainak Gotzainen Batzarren Osoko Bilkuran be parte hartu eban. Familiaren eta Biziaren Defentsarako Gotzain Azpibatzordeko presidente lez, on Mario Izeta gotzainak urrian, Erroman, “Familiaren bokazinoa eta misinoa Eleizan eta gaurko munduan” goiburupean osptatuko dan Ohiko XIV. Batzar Nagusirako Gotzainen Sinodorako “Lineamenta” dalakoei eleizbarrutietan emon jakezan erantzunen barri emon eban. Aitatutako osoko bilkura horretan —azken oharra osorik jasoten da Aldizkari Na-gusi honetan— euskerazko irakurgai-liburua onartu zan. Liburu hau eta meza-liburua Vatikanora bialdu dira, argitaratu aurreko recognitioa jaso daien. Eta, Madrilen egozala aprobetxatuz, Bilbao, Donostia eta Gasteizko gotzainak “Araba, Bizkaia eta Gipuzkoan jaiotakoen edo jatorriz hiru probintziotakoak diranen errege kongregazinoaren” III. mendeurreneko ekitaldi nagusian izan ziran. Parrokia ho-rretan lagundu izan daben Bilboko eleizbarrutiko abade batzuei be egin eutsen konbitea.

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Apirilaren 23 eta 24an, Gotzainak ‘katolikuak eta bizitza publikoa’ jardunaldie-tako ekitaldi batzuetan parte hartu eban. Saioak Bilboko Euskalduna jauregian ospatu ziran, “bizitzako kanpoaldeetara Frantzisko aita santuaren atzetik” goiburupean. An-drea Riccardi Erromako San Egidio komunidadearen sortzailea izan zan konbidatuetako bat. Riccardik “kristinautasuna eta globalizazinoa” gaiari buruzko hitzaldia emon eban, on Mario Izeta buru zala egin zan saioan. Gero, ordu santuan eta amaierako mezan be Bilboko gotzaina izan zan buru. Joan dan apirilaren 26an, Bokazinoen aldeko Munduko Otoitz Egunaren ingu-ruan, “bokazinoen aldeko 12 orduko otoitzaldia” ospatu zan Seminarioko kaperan, goi-zeko 9:00etatik gaueko 21:00ak arte. Amaieran, Eukaristia ospatu zan, gotzaina buru zala. Biharamonean, irakurle eta akolito ministerioen ospakizunean izan zan buru San-tiago katedralean. Apirilaren 26an, Gotzaina buru izan zan Gernikako kanposantuan, bonbardaketa-ren 78. urteurreneko ekitaldian egin zan errespontsuan. Maiatzaren 6a, Gotzaina buru izan zan Derioko Lañomendiko monasterioan, San Pedro Nolasko ordenaren sorreraren 800. urteurreneko ospakizunen hasieran. Maia-tzaren 9an, Gasteizko Katedral barrian on Luis Maria Perez de Onraita gotzainaren al-deko hileta eleizkizunean buru izan zan eta maiatzaren 18an, Najako Jesusen Mirabeen egoitzan ospatu zan eukaristian izan zan buru, kongregazinoaren sortzailea dan Jesu-sen Bihotzaren Santa Maria Josefaren egunean. Gotzaina buru zala ospatu ziran maia-tzaren 28an abadeen Diamantezko eta Urrezko Ezteguak Begoñan eta biharamonean, leku berean, Eleizbarrutiko senar-emazteen Urrezko eta Zidarrezko Ezteguak. Maiatzaren 30ean, on Mario Izeta gotzainak Loiola eta Arantzazun pasatu eban eguna mezalagunakaz eta arratsaldez buru izan zan Areetako Mesedetako Ama parro-kian bertoko gaueko gurtzaren 75. urteurrenean. Maiatzaren 31n Baionan izan zan frantsesak edo Notre Dameko monjak lez ezagunak diran Maria de Angleten Mirabeak ordenaren sortzailea dan Luis Eduardo Cestacen beatifikazioan.

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IGLESIA. ESPAÑA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

CV ASAMBLEA PLENARIA DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

IGLESIA, SERVIDORA DE LOS POBRES

Instrucción Pastoral

INTRODUCCIÓN 1. En los últimos años, especialmente desde que estalló la crisis, somos testigos del grave sufrimiento que aflige a muchos en nuestro pueblo motivado por la pobreza y la exclusión social; sufrimiento que ha afectado a las personas, a las familias y a la misma Iglesia. Un sufrimiento que no se debe únicamente a factores económicos, sino que tiene su raíz, también, en factores morales y sociales. Es de justicia, sin embargo, reconocer que este mismo sufrimiento ha generado un movimiento de generosidad en personas, familias e instituciones sociales que es obligado poner de manifiesto y agradecer en nombre de todos, en especial de los más débiles. Dicha generosidad nos ha recordado la promesa de Dios a través del profeta Elías cuando afirma que no le faltará ni el aceite ni la harina a la pobre viuda que supo compartir con el profeta lo poco que le quedaba para subsistir1. La Iglesia nos invita a todos los cristianos, fieles y comunidades, a mostrarnos solidarios con los necesitados y a perseverar sin desmayo en la tarea ya emprendida de ayudarles y acompañarles. El papa Francisco nos dice: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el jubileo sobre las obras de misericordia corpora-les y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces ale-targada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina”2. Las comunidades cristianas, Institutos de Vida Consagrada y otras instituciones, están escribiendo entre nosotros una hermosa página de solidaridad y caridad. Basta recordar cómo Cáritas el año 2013 atendió en sus programas a casi dos millones de personas, y cuenta en la actualidad con más de 71.000 voluntarios. 2. Como pastores de la Iglesia, queremos compartir con los fieles y con cuantos quie-ran escucharnos nuestras preocupaciones ante la difícil situación que estamos viviendo

1 Cf. 1 R 17,14. 2 FRANCISCO, Bula Misericordiae vultus, 15 (2015).

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y que a tantos afecta3. Algunos datos esperanzadores nos llevan a pensar que la crisis, poco a poco, se está superando; pero, hasta que no se haga efectiva en la vida de los más necesitados la mejoría que los indicadores macroeconómicos señalan, no podremos con-formarnos. Percibimos, por otra parte, que en este período de crisis se han ido acrecen-tando las desigualdades sociales, debilitando las bases de una sociedad justa. Esta reali-dad nos está señalando la tarea: nuestro objetivo ha de ser “vencer las causas estructu-rales de las desigualdades y de la pobreza”, como pide el papa Francisco4. Para contribuir a alcanzar esta meta tan deseable, ofrecemos modestamente estas reflexiones basadas en la Doctrina Social de la Iglesia; en ellas tratamos de apor-tar motivos para el compromiso y la esperanza, y colaborar con nuestro grano de are-na a la inclusión de los necesitados en la sociedad. Intentamos “mirar a los pobres con la mirada de Dios, que se nos ha manifestado en Jesús”5. Secundamos así la especial atención que muestra el papa Francisco a la dimensión social de la vida cristiana6. Quiera el Señor que nuestra palabra sirva de luz orientadora en el compromiso carita-tivo, social y político de los cristianos y que nuestro aliento acreciente en todos una solidaridad esperanzada. 1. LA SITUACIÓN SOCIAL QUE NOS INTERPELA 1.1. Nuevos pobres y nuevas pobrezas Familias golpeadas por la crisis 3. Nos encontramos ante una sociedad envejecida como consecuencia de nuestra baja tasa de natalidad y del escandaloso número de abortos. La familia, ya afectada como tantas instituciones por una crisis cultural profunda, se ve inmersa actualmente en serias dificultades económicas que se agravan por la carencia de una política de decidido apoyo a las familias. Un elevado número de ellas ha visto disminuida su capa-cidad adquisitiva, lo que ha generado, al carecer de la protección social que necesitan y merecen7, un incremento de desigualdades y nuevas pobrezas8. Situación esta que

3 Documentos de la CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA: Instrucción pastoral “La verdad os

hará libres” (1990). “La caridad en la vida de la Iglesia. Propuestas de acción pastoral” (1994). Declara-ción “Crisis económica y responsabilidad moral” (1984). Declaración ante la crisis moral y económica (2009). Nota sobre la legislación familiar y la crisis económica (2012). Nota “Los obispos invitan a una mayor solidaridad con las víctimas de la crisis económica” (2014).

4 FRANCISCO, Discurso a la Plenaria del Pontifico Consejo “Justitia et Pax” (2014). 5 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, “La caridad en la vida de la Iglesia”, Introducción, p. 11. 6 Especialmente en el documento que es programático: en el cap. 4 de la Exhort. ap. Evangelii gau-

dium.

7 Un 43,2% están excluidas. FUNDACIÓN FOESSA, “Análisis y perspectivas”, Madrid, Cáritas, 2014. 8 Estas han pasado de 17.042 euros por unidad de consumo en 2009 a 15.635 en 2013. Cf. Encuesta

de Condiciones de Vida (ECV) 2012 y 2013, INE, Madrid, agosto de 2014.

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aflige de un modo especial a los hogares que han de cuidar de alguna persona discapa-citada o sufren la pérdida de empleo de alguno de sus miembros9 e incluso de todos. 4. Nos resulta especialmente dolorosa la situación de paro que afecta a los jóvenes: sin trabajo, sin posibilidad de independizarse, sin recursos para crear una familia y obligados muchos de ellos a emigrar para buscarse un futuro fuera de su tierra. Asi-mismo, resulta doloroso el paro que afecta a las personas mayores de 50 años, que apenas tienen esperanza de reincorporarse a la vida laboral. San Juan Pablo II enume-raba las dramáticas consecuencias de un paro prolongado: “La falta de trabajo va con-tra el ‘derecho al trabajo’, entendido —en el contexto global de los demás derechos fundamentales— como una necesidad primaria, y no un privilegio, de satisfacer las necesidades vitales de la existencia humana a través de la actividad laboral. (...) De un paro prolongado nace la inseguridad, la falta de iniciativa, la frustración, la irrespon-sabilidad, la desconfianza en la sociedad y en sí mismos; se atrofian así las capacidades de desarrollo personal; se pierde el entusiasmo, el amor al bien; surgen las crisis fami-liares, las situaciones personales desesperadas y se cae entonces fácilmente —sobre todo los jóvenes— en la droga, el alcoholismo y la criminalidad”10. 5. También nos duele la situación de la infancia que vive en pobreza11, que sufre privaciones básicas, que carece de un ambiente familiar y social apto para crecer, edu-carse y desarrollarse adecuadamente. Y no podemos olvidar los niños, inocentes e indefensos, a los que se les niega el derecho mismo a nacer12. Como nos recuerda el papa Francisco “mientras se dan nuevos derechos a la persona, a veces incluso pre-suntos, no siempre se protege la vida como valor primario y derecho básico de todos los hombres”13. 6. Nos preocupa la situación de los ancianos, en épocas de bienestar olvidados por sus familias, pero que ahora se han convertido en el alivio de muchas de ellas; con sus escasas pensiones, contribuyen al sustento de sus hijos y, con su esfuerzo personal, cuidan de sus nietos; pero ello les sobrecarga de trabajo y reduce su bienestar empeo-rando ostensiblemente sus condiciones de vida. Los abuelos, junto con los jóvenes y niños, “son la esperanza de un pueblo. Los niños y los jóvenes porque sacarán adelan-te a ese pueblo; los abuelos porque tienen la sabiduría de la historia, son la memoria de un pueblo. Custodiar la vida en un tiempo donde los niños y los abuelos entran en esta cultura del descarte y se piensa en ellos como material desechable ¡No! Los niños y los abuelos son la esperanza de un pueblo”14.

9 De una tasa de paro cercana al 8% en 2007 se ha llegado al 23,78% en el primer trimestre de

2015. Fuente: INE. Encuesta de población activa (EPA), 23 de abril de 2015. 10 San JUAN PABLO II, Mensaje a los trabajadores y empresarios durante su viaje apostólico a Es-

paña, 5, Barcelona (1982). En Juan Pablo II en España, edición especial de la CEE, 1983. 11 Cf. UNICEF. Informe “La Infancia en España 2014” (2014). 12 108.690 abortos. Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios sociales e Igualdad, 2013. 13 FRANCISCO, Audiencia a los ginecólogos católicos que participaron en el encuentro de la Fede-

ración Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas (2013). 14 FRANCISCO, Discurso al Movimiento por la Vida Italiano (2014).

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7. Asimismo nos aflige el incremento del número de mujeres afectadas por la penu-ria económica pues, no sin razón, se habla de ‘feminización de la pobreza’. Algunas de ellas incluso son víctimas de la trata de personas con fines de explotación sexual, par-ticularmente las extranjeras, engañadas en su país de origen con falsas ofertas de tra-bajo y explotadas aquí en condiciones similares a la esclavitud. Igualmente nos duele sobremanera la violencia doméstica que tiene a las muje-res como sus principales víctimas. Resulta necesario incrementar medidas de preven-ción y de protección legal, pero sobre todo fomentar una mejor educación y cultura de la vida que lleve a reconocer y respetar la igual dignidad de la mujer. Las pobrezas del mundo rural y de los hombres y mujeres del mar 8. Muchas veces pensamos en la pobreza en nuestras ciudades pero atendemos me-nos, por no tener tanta resonancia en los medios de comunicación, a la pobreza de los hombres y mujeres del campo y del mar. La articulación actual de la economía ha desplaza-do a muchas personas del mundo rural, incidiendo gravemente en su despoblación y envejecimiento. Los labradores y ganaderos han visto incrementados extraordinaria-mente los gastos de producción, sin que hayan podido repercutirlos en el precio de sus productos. Los pueblos más pequeños son habitados mayoritariamente por ancianos y personas solas. Todo ello plantea problemas sociales de un profundo calado. La pobreza del mundo rural, a veces, puede ser alimentada también por las mis-mas políticas de subsidios, que llegan a convertirse en una verdadera cultura de la subvención y que priva a las personas de su dignidad. Algunos obispos ya denunciaron esta situación: “Frente a la mentalidad tan extendida del derecho a la dádiva y de la subvención, se hace necesario promover la estima del trabajo y del sacrificio como medio justo de crecimiento personal y colectivo para el logro del bienestar”15. La emigración, nueva forma de pobreza 9. En la actualidad los flujos migratorios y sus efectos están reconfigurando Euro-pa. La migración debe ser entendida como el ejercicio del derecho de todo ser humano a buscar mejores condiciones de vida en un país diferente al suyo. Hay un amplio con-senso respecto al hecho de encontrarnos en un nuevo ciclo migratorio. Ahora es el momento del asentamiento, de la integración, de trabajar en el logro de la conviven-cia, sobre todo con las nuevas generaciones. Ha llegado la hora de reconocer la apor-tación que han hecho los inmigrantes a nuestra sociedad. Hemos de valorar la riqueza de los otros, cultivando la actitud de acogida y el intercambio enriquecedor, a fin de crear una convivencia más fraternal y solidaria. En un futuro próximo nuestra socie-dad será, en mayor medida, multiétnica, intercultural y plurirreligiosa. Los inmigrantes son los pobres entre los pobres. Los inmigrantes sufren más que nadie la crisis que ellos no han provocado. En estos últimos tiempos, debido a la pre-ocupación del momento económico que vivimos, se han recortado sus derechos. Los

15 OBISPOS DEL SUR DE ESPAÑA, Nota ante las elecciones autonómicas, 8 (2012).

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más pobres entre nosotros son los extranjeros sin papeles, a los que no se les facilita servicios sociales básicos, olvidando así aquellas palabras de san Juan Pablo II: “La per-tenencia a la familia humana otorga a cada persona una especie de ciudadanía mun-dial, haciéndola titular de derechos y deberes, dado que los hombres están unidos por un origen y supremo destino comunes”16. Además, son necesarios programas que vayan más allá de la protección de fron-teras17, así como el compromiso por parte de los responsables de la Unión Europea, de cuyo territorio somos una frontera más. Exhortamos a las autoridades a ser generosas en la acogida y en la cooperación con los países de origen en orden a lograr unas so-ciedades más humanas y más justas. 1.2. La corrupción, un mal moral 10. Los procesos de corrupción que se han hecho públicos, derivados de la codicia financiera y la avaricia personal, provocan alarma social y despiertan gran preocupa-ción entre los ciudadanos. Esas prácticas alteran el normal desarrollo de la actividad económica, impidiendo la competencia leal y encareciendo los servicios. El enrique-cimiento ilícito que supone constituye una seria afrenta para los que están sufriendo las estrecheces derivadas de la crisis; esos abusos quiebran gravemente la solidaridad y siembran la desconfianza social. Es una conducta éticamente reprobable, y un grave pecado. 11. La corrupción política, como enseña el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, “compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados; introduce una creciente desconfianza res-pecto a las instituciones públicas, causando un progresivo menosprecio de los ciuda-danos por la política y sus representantes, con el consiguiente debilitamiento de las instituciones”18. Es de justicia reconocer que la mayoría de nuestros políticos ejerce con dedica-ción y honradez sus funciones públicas; por eso resulta urgente tomar las medidas adecuadas para poner fin a esas prácticas lesivas de la armonía social. La falta de energía en su erradicación puede abrir las puertas a indeseadas perturbaciones políti-cas y sociales. Como pastores de la Iglesia que peregrina en España, consideramos esta situación como una grave deformación del sistema político19. Es necesario que se produzca una verdadera regeneración moral a nivel personal y social y, como consecuencia, un mayor

16 San JUAN PABLO II, Mensaje para la Jornada Mundial de la paz, 6 (2005). 17 Cf. FRANCISCO, Homilía en Lampedusa (2013). BLÁZQUEZ, R. Discurso a la CV Asamblea Plena-

ria (2015). 18 Pontificio Consejo “JUSTITIA ET PAX”, Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, 411. Cf. Bula

Misericordiae vultus, 19. 19 Cf. Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, n. 411.

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aprecio por el bien común, que sea verdadero soporte para la solidaridad con los más pobres y favorezca la auténtica cohesión social. Dicha regeneración nace de las virtudes morales y sociales, se fortalece con la fe en Dios y la visión trascendente de la existencia, y conduce a un irrenunciable compromiso social por amoral prójimo20. 1.3. El empobrecimiento espiritual 12. Por último, y determinando las pobrezas anteriores, nos referimos al empobre-cimiento espiritual. Como pastores de la Iglesia pensamos que, por encima de la pobreza material, hay otra menos visible, pero más honda, que afecta a muchos en nuestro tiempo y que trae consigo serias consecuencias personales y sociales. La indiferencia religiosa, el olvido de Dios, la ligereza con que se cuestiona su existencia, la despreocupación por las cuestiones fundamentales sobre el origen y destino trascendente del ser humano no dejan de tener influencia en el talante personal y en el comportamiento moral y social del individuo. Lo afirmaba el beato Pablo VI citando a un importante teólogo conciliar: “Ciertamente, el hombre puede organizar la tierra sin Dios, pero, al fin y al cabo, sin Dios no puede menos de organizarla contra el hombre”21. La personalidad del hombre se enriquece con el reconocimiento de Dios. La fe en Dios da claridad y firmeza a nuestras valoraciones éticas. El conocimiento del Dios amor nos mueve a amar a todo hombre; el sabernos criaturas amadas de Dios nos con-duce a la caridad fraterna y, a su vez, el amor fraterno nos acerca a Dios y nos hace semejantes a Él. Es Jesucristo quien nos ha dado a conocer el rostro paternal de Dios. Ignorar a Cristo constituye una indigencia radical. Como cristianos nos duele profun-damente la pobreza de no conocerle22. Pero quien le conoce de verdad, inmediatamen-te lo reconoce en todos los pobres, en todos los desfavorecidos, en los “pordioseros” de pan o de amor, en las periferias existenciales. Como señala el Concilio Vaticano II, “el misterio del hombre solo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado”23. 13. Somos conscientes de que el empobrecimiento espiritual se da también en mu-chos bautizados que carecen de una suficiente formación cristiana y vivencia de la fe; esta falta de base les convierte en víctimas fáciles de ideologías alicortas, tan propaga-das como inconsistentes, que les conducen a veces a una visión de las cosas y del mundo de espaldas a Dios, a un agnosticismo endeble. Nos están reclamando a gritos el beneficio de una nueva evangelización.

20 Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Nota pastoral “Una llamada a la solidaridad y a la es-

peranza”. CIV Asamblea Plenaria (2014). 21 PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio, 42. Cf. H.DE LUBAC, Le drame de l’humanisme athée, 3a.

Ed., Paris, Spes, 1945, 10. 22 Cf. FRANCISCO, Mensaje para la Cuaresma, 2014. 23 CONC. ECUM. VAT. II, Gaudium et spes, 22.

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Cuando los cristianos tienen la experiencia gozosa del encuentro con Jesucristo, alimentada por la oración, la Palabra de Dios y la participación fructuosa en los sacra-mentos, se acercan a la madre Iglesia deseosos de amarla más y de hacerla crecer, se empeñan en su edificación, viven una fe comprometida socialmente, y aprenden a encontrar y a servir a Cristo en los pobres. 14. Los pobres también están necesitados de nuestra solicitud espiritual. Compro-bamos con dolor que “la peor discriminación que sufren es la falta de atención espiri-tual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebra-ción de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria”24. 2. FACTORES QUE EXPLICAN ESTA SITUACIÓN SOCIAL 2.1. La negación de la primacía del ser humano 15. En el origen de la actual crisis económica hay una crisis previa25: “La negación de la primacía del ser humano”26. Esta negación es consecuencia de negar la primacía de Dios en la vida personal y social. San Juan Pablo II habló de estructuras de pecado. Di-chas estructuras se fundan en el pecado personal y se refuerzan, se difunden y son fuente de otros pecados, condicionando la conducta de las personas y de los pueblos27. Un orden económico establecido exclusivamente sobre el afán del lucro y las ansias desmedidas de dinero, sin consideración a las verdaderas necesidades del hom-bre, está aquejado de desequilibrios que las crisis recurrentes ponen de manifiesto. El hombre no puede ser considerado como un simple consumidor, capaz de alimentar con su voracidad creciente los intereses de una economía deshumanizada. Tiene nece-sidades más amplias. Sin olvidar que “el objetivo exclusivo del beneficio, cuando es obtenido mal y sin el bien común como fin último, corre el riesgo de destruir riqueza y crear pobreza”28. Hoy imperan en nuestra sociedad las leyes inexorables del beneficio y de la competitividad. Como consecuencia, muchas personas se ven excluidas y mar-ginadas: sin trabajo, sin horizontes, sin salida. Parecía que todo crecimiento económi-co, favorecido por la economía de mercado, lograba por sí mismo mayor inclusión social e igualdad entre todos. Pero esta opinión ha sido desmentida muchas veces por la realidad. Se impone la implantación de una economía con rostro humano.

24 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 200. 25 Cf. OBISPOS DE NAVARRA Y DEL PAÍS VASCO, Carta conjunta de Cuaresma-Pascua “Una eco-

nomía al servicio de las personas” (2011). 26 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 55. 27 Cf. San JUAN PABLO II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 36. 28 BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, 21.

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16. Urge recuperar una economía basada en la ética y en el bien común por encima de los intereses individuales y egoístas. El papa Francisco ilumina el contenido de esta primacía: “Afirmar la dignidad de la persona significa reconocer el valor de la vida humana, que se nos da gratuitamente y, por eso, no puede ser objeto de intercambio o de comercio (...) preocuparse de la fragilidad, de la fragilidad de los pueblos y de las personas. Cuidar la fragilidad quiere decir fuerza y ternura, lucha y fecundidad, en medio de un modelo funcionalista y privatista que conduce inexorablemente a la ‘cul-tura del descarte’. Cuidar de la fragilidad, de las personas y de los pueblos significa proteger la memoria y la esperanza; significa hacerse cargo del presente en su situa-ción más marginal y angustiante y ser capaz de dotarlo de dignidad”29.

2.2. La cultura de lo inmediato y de la técnica 17. La inmediatez parece haberse apoderado de la vida pública, de la vida privada, de las relaciones sociales y de las instituciones. Como denuncia el papa Francisco, “en la cultura predominante, el primer lugar está ocupado por lo exterior, lo inmediato, lo visible, lo rápido, lo superficial, lo provisorio. Lo real cede el lugar a la apariencia”30. En la cultura del aquí y del ahora, no hay espacio para la solidaridad con los otros, con los que se encuentran lejos o con los que vendrán más adelante. Incluso nos mostra-mos comprensivos, por no decir permisivos, con decisiones que no responden a crite-rios éticos pero que son acordes con la lógica pragmática que parece inundar nuestro día a día. Ese pragmatismo nos invita a no asumir proyectos que conlleven renuncia, salvo que el esfuerzo invertido tenga una compensación rápida y suficiente. 18. En la “sociedad del conocimiento”, la técnica parece ser la razón última de todo lo que nos rodea. La misma crisis actual no es entendida como un fenómeno de carác-ter moral, sino como una crisis de crecimiento, de aplicación correcta de las reformas, en definitiva, como un problema de orden exclusivamente técnico. El desarrollo técnico parece ser la panacea para resolver todos nuestros males. Pero la técnica no es la medida de todas las cosas, sino el ser humano y su dignidad. En efecto, sin un fortalecimiento de la conciencia moral de nuestros ciudadanos, el con-trol automático del mercado siempre será insuficiente, como se viene demostrando repetidamente. En este sentido, resultan difíciles de justificar apuestas educativas que privilegian lo científico y lo técnico en detrimento de contenidos humanistas, morales y religiosos que podrían colaborar a la solución31.

2.3. Un modelo centrado en la economía 19. Gran parte de la pobreza que actualmente existe en nuestro pueblo tiene que ver con la crisis que estamos viviendo y con la vigente situación social. Esta crisis es difícil-mente explicable sin adoptar una perspectiva global que se extienda más allá de nues-

29 FRANCISCO, Discurso al Parlamento Europeo, n. 8 (2014). 30 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 62. 31 Cf. BENEDICTO XVI, Mensaje a la diócesis de Roma sobre la tarea urgente de la educación (2008).

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tras fronteras, pero algunas características de la misma son específicas de nuestro país. Entre nosotros, las causas de la actual situación, según los expertos, son, entre otras, la explosión de la burbuja inmobiliaria, un endeudamiento excesivo, y, también, la insufi-ciente regulación y supervisión que han conducido a efectuar recortes generalizados en los servicios, al asumir el endeudamiento público y privado, por lo que las pérdidas se han socializado, aunque los beneficios no se compartieron. Lo que la crisis ha puesto de manifiesto es que, en nuestra economía, en época de recesión, se acrecienta la pobreza, sin que llegue a recuperarse en la misma medida en épocas expansivas. La crisis no ha sido igual para todos. De hecho, para algunos, apenas han cam-biado las cosas32. Todos los datos oficiales muestran el aumento de la desigualdad y de la exclusión social, lo que representa sin duda una seria amenaza a largo plazo. 20. Aspectos como la lucha contra la pobreza, un ideal compartido de justicia social y de solidaridad —que deberían centrar nuestro proyecto como nación—, se sacrifican en aras del crecimiento económico. Tanto el diagnóstico explicativo de la crisis como las propuestas de solución provenientes de la política económica se nos han presenta-do en un marco de funcionamiento económico inevitable, cuando, en realidad, ha sido el comportamiento irracional o inmoral de los individuos o las instituciones la causa principal de la situación económica actual. Ante este “mal funcionamiento”, la única solución aplicada ha sido la de las reformas y los reajustes. Si la crisis se ha desencadenado entre nosotros con rapidez, ha sido en gran me-dida por dar prioridad a una determinada forma de economía basada exclusivamente en la lógica del crecimiento, en la convicción de que “más es igual a mejor”. Sin duda, es el modelo mismo el que corresponde revisar.

2.4. La idolatría de la lógica mercantil 21. La extensión ilimitada de la lógica mercantil se acaba convirtiendo en una “ido-latría” que tiene consecuencias no solo económicas, sino también éticas y culturales; en lugar de tener fe en Dios, se prefiere adorar a un ídolo que nosotros mismos hemos hecho33. Es la nueva versión del antiguo becerro de oro, el fetichismo del dinero, la dictadura de una economía sin un rostro y sin un objetivo verdaderamente humano34. La realidad ha puesto ante nuestros ojos la lógica económica en su dimensión idolátri-ca35. La ideología que defiende la autonomía absoluta de los mercados y de la actividad financiera instaura una tiranía invisible que impone unilateralmente sus leyes y sus reglas36. “Cuando esto sucede estamos ante una verdadera idolatría en la que al dinero se le rinde culto y se le ofrecen sacrificios; a la postre, es el rendimiento económico el que da fundamento a nuestra existencia y dictamina la bondad o maldad de nuestras

32 Cf. OCDE, “Income Inequality Update-June 2014”. Según este informe el 10% de las rentas más al-tas de España se ha librado de los efectos de la crisis.

33 Cf. FRANCISCO, Carta enc. Lumen Fidei, 13. 34 Cf. FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 55. 35 Cf. San JUAN PABLO II, Carta enc. Centesimus annus, 40. 36 Cf. FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 56.

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acciones e incluso la actividad política se convierte en una tecnocracia o pura gestión y no en una empresa de principios, valores e ideas”37. 22. Se dice que la economía tiene su propia lógica que no puede mezclarse con cues-tiones ajenas, por ejemplo, éticas. Ante afirmaciones como esta es necesario reaccio-nar recuperando la dimensión ética de la economía, y de una ética “amiga” de la per-sona, pues “la ética lleva a un Dios que espera una respuesta comprometida que está fuera de las categorías del mercado”38. “La exigencia de la economía de ser autónoma, de no estar sujeta a injerencias de carácter moral, ha llevado al hombre a abusar de los instrumentos económicos incluso de manera destructiva”39. ¿No es eso destruir y sa-crificar al ser humano en aras de intereses perversos? La actividad económica, por sí sola, no puede resolver todos los problemas socia-les; su recta ordenación al bien común es incumbencia sobre todo de la comunidad política, la que no debe eludir su responsabilidad en esta materia. “Por tanto, se debe tener presente que separar la gestión económica, a la que correspondería únicamente producir riqueza, de la acción política, que tendría el papel de conseguir la justicia mediante la redistribución, es causa de graves desequilibrios”40. Esta tarea de restablecer la justicia mediante la redistribución está especialmen-te indicada en momentos como los que estamos viviendo. Es importante para la ar-monía de la vida social. “La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica, pero a veces parecen sólo apéndices agregados desde fuera para completar un discurso político sin perspec-tivas ni programas de verdadero desarrollo integral”41. 3. PRINCIPIOS DE DOCTRINA SOCIAL QUE ILUMINAN LA REALIDAD La Iglesia, maestra de humanidad, ha venido elaborando a lo largo de los siglos un corpus doctrinal cuyos principios nos orientan en la recta ordenación de las rela-ciones humanas y de la sociedad, y nos permiten formar un juicio moral sobre las rea-lidades sociales. Para evaluar la actual situación evocamos algunos.

3.1. La dignidad de la persona 23. La primacía en el orden social la tiene la persona. La economía está al servicio de la persona y de su desarrollo integral42. El hombre no es un instrumento al servicio de

37 BLÁZQUEZ R., Discurso inaugural de la CV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Es-

pañola (20-4-2015). 38 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 57. 39 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 34. 40 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 36. 41 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 203. 42 Cf. ibíd., 55.

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la producción y del lucro. Detrás de la actual crisis, lo que se esconde es una visión reduccionista del ser humano que lo considera como simple homo oeconomicus, capaz de producir y consumir. Necesitamos un modo de desarrollo que ponga en el centro a la persona; ya que, si la economía no está al servicio del hombre, se convierte en un factor de injusticia y exclusión. El hombre necesita mucho más que satisfacer sus ne-cesidades primarias. 24. El documento “La Iglesia y los pobres” recordaba hace 20 años que nuestro ser-vicio a la liberación del pobre debe ser integral y, en consecuencia, “lo que debemos evitar siempre es hacer un uso parcial y exclusivista del concepto de liberación redu-ciéndolo solamente a lo espiritual o a lo material, a lo individual o a lo social, a lo eterno o a lo temporal”43.

3.2. El destino universal de los bienes 25. En una cultura que excluye y olvida a los más pobres, hasta el punto de conside-rarlos un desecho para esta sociedad del consumo y del bienestar, es urgente tomar conciencia de otro principio básico de la Doctrina Social de la Iglesia: el destino uni-versal de los bienes. “No se debe considerar a los pobres como un ‘fardo’, sino como una riqueza incluso desde el punto de vista estrictamente económico”44. En la Sagrada Escritura se afirma repetidamente que la tierra es creación de Dios, que desea que todos sus hijos disfruten de ella por igual45. Se dictan leyes para que, pe-riódicamente, en los años jubilares, se restablezca la igualdad y todos tengan acceso a los bienes46 y se recuerda que la tierra debe tener una función social47. En ocasiones se ve como Dios levanta su voz, por medio de los profetas, contra la acumulación de los bienes en pocas manos48. Y Jesús se aplica a sí mismo la misión de proclamar un año de gracia del Señor, es decir, la tarea de implantar la justicia rehaciendo la igualdad49. Los Padres de la Iglesia, inspirados en la Biblia, denunciaron la acumulación de bienes por parte de algunos mientras otros vivían en la pobreza. San Juan Crisóstomo afirmaba que “no hacer participar a los pobres de los propios bienes es robarles y qui-tarles la vida. Lo que poseemos no son bienes nuestros sino los suyos”50 y san Agustín decía que cuando tú tienes y tu hermano no, ocurren dos cosas: “Él carece de dinero y tú de justicia”51. San Gregorio Magno concluía que “cuando suministramos algunas

43 COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL SOCIAL (CEE), “La Iglesia y los pobres”, 144 (1994). 44 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 15. 45 Cf. Lev 25,23; Jos 22,19; Os 9,3; Ez 36,5. 46 Cf. Lev 25,8-13 y 23-28. 47 Cf. Lev 19,9-10; 23,22. 48 Cf. Is 5,8-9; Am 8,4-7. 49 Cf. Lc 4,18-19. 50 In Lazarum, concio 2,6. En: Catecismo de la Iglesia Católica, 2446. 51 Sermón 239, 4: PL 38,1126.

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cosas necesarias a los indigentes, les devolvemos lo que es suyo, no damos generosa-mente de lo nuestro: satisfacemos una obra de justicia, más que hacer una obra de misericordia”52. 26. La Doctrina Social de la Iglesia, arraigada en esta tradición, ha afirmado clara-mente el destino universal de los bienes: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella con-tiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos de forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad”53. Igualmente ha recordado que la propiedad privada no es un derecho absoluto e intocable, sino subordinado al destino universal de los bienes54. Como ex-presó tan claramente san Juan Pablo II, sobre toda propiedad privada “grava una hipo-teca social”55. El destino universal de los bienes hay que extenderlo hoy a los frutos del recien-te progreso económico y tecnológico, que no deben constituir un monopolio exclusivo de unos pocos sino que han de estar al servicio de las necesidades primarias de todos los seres humanos. Esto nos exige velar especialmente por aquellos que se encuentran en situación de marginación o impedidos para lograr un desarrollo adecuado.

3.3. Solidaridad, defensa de los derechos y promoción de deberes 27. Necesitamos repensar el concepto de solidaridad para responder adecuadamente a los problemas actuales. Nos ayudarán dos citas. La primera está tomada de san Juan Pablo II: “La solidaridad no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos”56. La segunda es del papa Francisco: “La palabra ‘solidaridad’ está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear una nueva mentalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos”57. 28. Debemos recordar que es la comunidad política —por la acción de los legislado-res, los gobiernos y los tribunales— la que tiene la responsabilidad de garantizar la realización de los derechos de sus ciudadanos; a sus gestores, en primer lugar, les in-cumbe la tarea de promover las condiciones necesarias para que, con la colaboración de toda la sociedad, los derechos económico-sociales puedan ser satisfechos, como el derecho al trabajo digno, a una vivienda adecuada, al cuidado de la salud, a una educa-

52 Regula pastoralis 3,21: PL 77,87. 53 CONC. ECUM. VAT. II, Gaudium et spes, 69. 54 Cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 111 (2005). 55 San JUAN PABLO II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 42. 56 San JUAN PABLO II, Carta enc. Sollicitudo rei socialis, 38. 57 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 188, 189.

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ción en igualdad y libertad. La implantación de un sistema fiscal eficiente y equitativo es primordial para conseguirlo. Para garantizar otros derechos fundamentales, como la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte natural, es necesario, además, la efectiva voluntad política de establecer la legislación pertinente y, en espe-cial, la referida a la protección de la infancia y la maternidad. 29. El ser humano no es solo sujeto de derechos, también lo es de deberes; al derecho de uno responde el deber correlativo de otro. En particular, los derechos económico-sociales no pueden realizarse si todos y cada uno de nosotros no colaboramos y acep-tamos las cargas que nos corresponden; requieren de bienes materiales para satisfa-cerlos, y estos son fruto del trabajo diligente del hombre. Debemos advertir que “lamentablemente, aun los derechos humanos pueden ser utilizados como justificación de una defensa exacerbada de los derechos individuales o de los derechos de los pueblos más ricos (...) Hay que recordar siempre que el planeta es de toda la humanidad y para toda la humanidad, y que el solo hecho de haber naci-do en un lugar con menores recursos o menor desarrollo no justifica que algunas per-sonas vivan con menor dignidad. Hay que repetir que los más favorecidos deben re-nunciar a algunos de sus derechos para poner con mayor liberalidad sus bienes al ser-vicio de los demás”58.

3.4. El bien común 30. Una exigencia moral de la caridad es la búsqueda del bien común. Este “es el bien de ese ‘todos nosotros’, formado por individuos, familias y grupos intermedios que se unen en comunidad social. (...) Desear el bien común y esforzarse por él es exigencia de justicia y caridad. Trabajar por el bien común es cuidar, por un lado, y utilizar, por otro, ese conjunto de instituciones que estructuran jurídica, civil, política y culturalmente la vida social, que se configura así como polis, como ciudad. Se ama al prójimo tanto más eficazmente, cuanto más se trabaja por un bien común que responda también a sus ne-cesidades reales. Todo cristiano está llamado a esta caridad, según su vocación y sus posibilidades de incidir en la polis. Esta es la vía institucional —también política, podría-mos decir— de la caridad”59. Una caridad que, en una sociedad globalizada, ha de buscar el bien común de toda la familia humana, es decir, de todos los hombres y de todos los pueblos y naciones. “No se trata solo ni principalmente de suplir las deficiencias de la justicia, aunque en ocasiones es necesario hacerlo. Ni mucho menos se trata de encubrir con una supuesta caridad las injusticias de un orden establecido y asentado en profun-das raíces de dominación o explotación. Se trata más bien de un compromiso activo y operante, fruto del amor cristiano a los demás hombres, considerados como hermanos, en favor de un mundo justo y más fraterno, con especial atención a las necesidades de los más pobres”60.

58 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 190. 59 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 7. Cf. Concilio Vat. II. Const. Gaudium et spes, 26. 60 CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, “Los católicos en la vida pública”, 61 (1986).

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3.5. EI principio de subsidiariedad 31. Este principio regula las funciones que corresponden al Estado y a los cuerpos sociales intermedios permitiendo que estos puedan desarrollar su función sin ser anu-lados por el Estado u otras instancias de orden superior61. Y, al distribuir la compleja red de relaciones que forman el tejido social, la subsidiariedad nos hace sentirnos co-mo personas activas y responsables que viven y se realizan en las distintas comunida-des y asociaciones, de orden familiar, educativo, religioso, cultural, recreativo, depor-tivo, económico, profesional o político. Estas instituciones surgen espontáneamente como resultado de las necesidades del hombre y de su tendencia asociativa y verte-bran la necesaria sociedad civil que todos estamos llamados a promover y fortalecer. El principio de subsidiariedad establece un contrapunto a las tendencias totali-tarias de los Estados y permite un justo equilibrio entre la esfera pública y la privada; reclama del Estado el aprecio y apoyo a las organizaciones intermedias y el fomento de su participación en la vida social. Pero nunca será un pretexto para descargar sobre ellas sus obligaciones eludiendo las responsabilidades que al Estado le son propias; fenómeno que está comenzando a suceder en la medida en que los organismos públi-cos pretenden desentenderse de los problemas transfiriendo a instituciones privadas, servicios sociales básicos, como, por ejemplo, la atención social a transeúntes. 3.6. El derecho a un trabajo digno y estable 32. La política más eficaz para lograr la integración y la cohesión social es, cierta-mente, la creación de empleo. Pero, para que el trabajo sirva para realizar a la perso-na, además de satisfacer sus necesidades básicas, ha de ser un trabajo digno y estable. Benedicto XVI lanzó un llamamiento para “una coalición mundial a favor del trabajo decente”62. La apuesta por esta clase de trabajo es el empeño social por que todos pue-dan poner sus capacidades al servicio de los demás. Un empleo digno nos permite des-arrollar los propios talentos, nos facilita su encuentro con otros y nos aporta autoes-tima y reconocimiento social. La política económica debe estar al servicio del trabajo digno63. Es imprescindi-ble la colaboración de todos, especialmente de empresarios, sindicatos y políticos, para generar ese empleo digno y estable, y contribuir con él al desarrollo de las perso-nas y de la sociedad. Es una destacada forma de caridad y justicia social.

61 Cf. PÍO XI, Carta enc. Quadragesimo anno, 79. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1883-1885 y

Compendio de la Doctrina social de la Iglesia, 160. 185. 62 Cf. BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 63. 63 Cf. San JUAN PABLO II, Carta enc. Laborem exercens, 63.

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4. PROPUESTAS ESPERANZADORAS DESDE LA FE 33. Ante la ardua tarea que debemos afrontar, necesitamos levantar la mirada y acudir a Dios para que Él nos inspire. Estamos convencidos de que la apertura a la trascendencia puede formar una nueva mentalidad política y económica que ayude a superar la dicotomía absoluta entre la economía y el bien común social64. En la Palabra de Dios encontramos luz suficiente para ordenar las cuestiones sociales. El Evangelio ilumina el cambio e infunde esperanza. Ofrecemos algunas pautas para el compromiso caritativo, social y político en el momento histórico que nos toca vivir. Deseamos que estas propuestas sirvan para avi-var la esperanza en los corazones y para ayudar a construir juntos espacios de solida-ridad, tanto en nuestra sociedad como, especialmente, en el interior de nuestras co-munidades eclesiales, que han de ser casas de misericordia65. La Iglesia ha sido desde su nacimiento una comunidad que ha vivido el amor. En ella se ha amado y servido a todos, especialmente a los más pobres a quienes ya los Santos Padres consideraban el ‘tesoro de la Iglesia’. Los monasterios han socorrido siempre a las personas necesitadas y han transmitido gratuitamente la cultura y el cultivo de la tierra. Las primeras universidades, al igual que los primeros hospitales y centros de atención sanitaria, han nacido de la mano de la Iglesia. Las diversas con-gregaciones religiosas, las cofradías y, en general, todas las instituciones eclesiales tienen como fin el ejercicio de la caridad. La Iglesia es caridad. Lo ha sido, lo es y será siempre, si quiere ser la Iglesia de Cristo que dio su vida por todos. Cáritas, Manos Unidas y otras organizaciones de la Iglesia especialmente vinculadas a Institutos de Vida Consagrada, gozan de un bien ganado prestigio por su cercanía, atención y pro-moción de los más pobres. 4.1. Promover una actitud de continua renovación y conversión 34. La solidaridad de Jesús con los hombres y, sobre todo, con los pobres de su tiem-po, le llevó a comenzar su misión invitando a la conversión: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio” (Mc 1,15). También nosotros, si queremos ser hoy buena noticia para los pobres y hacerles presente el Evangelio del amor compasivo y misericordioso de Dios, tenemos que ponernos en actitud de conversión, tal como nos lo propone el papa Francisco: “Espero que todas las comunidades procuren poner los medios necesarios para avanzar en el camino de una pastoral de conversión y misionera que no puede dejar las cosas como están”66. Esta llamada a cambiar nos afecta a todos, personas e instituciones, y en todos los ni-veles de la existencia: personales, sociales e institucionales.

64 Cf. FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 205. 65 Cf. FRANCISCO, Mensaje para la Cuaresma, 2015, nº 2. 66 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 25.

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La conversión, si es auténtica, trae consigo una esmerada solicitud por los po-bres desde el encuentro con Cristo. En la medida en que nos adhiramos más a Cristo, en la medida en que nos conformemos más a Él, de manera que veamos con sus ojos, escuchemos con sus oídos y sintamos con su corazón, nuestra caridad será más activa y más eficaz. Cuanto más identificados estemos con los sentimientos de Cristo Jesús67, más encendido será nuestro amor a los hermanos. La conversión a Cristo ha de ir de la mano de un retorno solícito a los que necesitan nuestro auxilio. Por otro lado, al con-templar las penurias y estrecheces de los desfavorecidos con los ojos de Cristo, se re-aviva nuestra caridad y crece nuestra identificación con Él. 35. Cada cristiano y cada comunidad estamos llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse ple-namente en la sociedad. Esto nos obliga a cambiar, a salir a las periferias para acom-pañar a los excluidos, y a desarrollar iniciativas innovadoras que pongan de manifies-to que es posible organizar la actividad económica de acuerdo con modelos alternati-vos a los egoístas e individualistas. Sin la opción preferencial por los más pobres, “el anuncio del Evangelio, aun siendo la primera caridad, corre el riesgo de ser incomprendido o de ahogarse en el mar de palabras al que la actual sociedad de la comunicación nos somete cada día”68. Si el Evangelio que anunciamos no se traduce en buena noticia para los pobres, pierde autenticidad y credibilidad. El servicio privilegiado a los pobres está en el corazón del Evangelio. Pero, si realmente los pobres ocupan ese lugar privilegiado en la misión de la Iglesia, nuestra programación pastoral no podrá hacerse nunca al margen de ellos; han de ser, no solo destinatarios de nuestro servicio, sino motivo de nuestro compro-miso, configuradores de nuestro ser y nuestro hacer. Deseamos una sociedad que se preocupe de todas las personas, y que muestre especial interés por los más débiles. Una sociedad que se esfuerce por acabar con las pobrezas, antiguas y nuevas. “El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura” nos dice el papa Francisco69. 4.2. Cultivar una sólida espiritualidad que dé consistencia y sentido a nuestro compromiso social 36. La caridad “es una fuerza que tiene su origen en Dios, Amor eterno y Verdad absoluta”, “de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección”70. Como dice san Juan, es la experiencia de ser amados

67 Cf. Flp 2,5. 68 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 199. 69 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 88. Cf. también 270, 274, 279, 288. 70 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 1.

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por Dios la que nos posibilita amar a los hermanos71. Por eso, la caridad hunde sus raí-ces en la fe en Dios: “La experiencia de un Dios uno y trino, que es unidad y comunión inseparable, nos permite superar el egoísmo para encontrarnos plenamente en el ser-vicio al otro”72. 37. Nuestras instituciones de caridad y de compromiso social, como Cáritas y Manos Unidas y otras asociaciones eclesiales están llamadas a vivir una profunda espirituali-dad. Por eso, en el documento “La Iglesia y los pobres” se advirtió ya que “más de una vez, dentro de la Iglesia, hemos caído en la tentación de contraponer la vida activa y la contemplativa, el compromiso y la oración y, más concretamente, hemos considerado la lucha por la justicia social y la vida espiritual como dos realidades no solo diferentes —que sí lo son en cuanto a su objeto inmediato—, sino independientes y hasta contra-rias, cuando no lo son en modo alguno, sino más bien complementarias y vinculadas entre sí”73. Es el Amor personificado de Dios, —el Espíritu Santo— “el que transforma y purifica los corazones de los discípulos, cambiándolos de egoístas y cobardes en gene-rosos y valientes; de estrechos y calculadores, en abiertos y desprendidos; el que con su fuego encendió en el hogar de la Iglesia la llama del amor a los necesitados hasta darles la vida”74. Es muy importante no disociar acción y contemplación, lucha por la justicia y vida espiritual. Estamos llamados a ser evangelizadores con Espíritu, evange-lizadores que oran y trabajan. “Siempre hace falta cultivar un espacio interior que dé sentido al compromiso”75. En el compromiso caritativo y social hemos de estar muy atentos al Espíritu que lo anima y alienta: “El Espíritu es también la fuerza que transforma el corazón de la Comunidad eclesial para que sea en el mundo testigo del amor del Padre, que quiere hacer de la humanidad, en su Hijo, una sola familia”76. Y es este mismo Espíritu, el que obró la encarnación del Verbo en las entrañas de María, el artífice de la encarnación del amor de Dios en la Iglesia77. La Iglesia puede y debe hacer suya la proclamación de Jesús en la sinagoga de Nazaret, al comienzo de su vida pública. Comentando el texto de Isaías dice: “El Espíri-tu del Señor está sobre mí, / porque me ha ungido / para anunciar a los pobres la Bue-na Nueva, / me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos / y la vista a los ciegos, / para dar la libertad a los oprimidos / y proclamar un año de gracia del Se-ñor”. Y añadió después, al comenzar su comentario: “Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”78.

71 Cf. 1 Jn 4,10.16. 72 CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, “Aparecida.

Documento conclusivo”, 240 (2007). 73 COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL SOCIAL (CEE), “La Iglesia y los pobres”, 130. 74 Ibíd.

75 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 262. 76 BENEDICTO XVI, Carta enc. Deus caritas est, 19. 77 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL SOCIAL (CEE), “La Iglesia y los pobres”, 23. 78 Lc 4,18-21.

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38. La espiritualidad que anima a los que trabajan en el campo caritativo y social no es una espiritualidad más. Posee unas características particulares que nacen del Evan-gelio y de la realidad en que se vive y actúa, y que hemos de cultivar: una espirituali-dad trinitaria que hunde sus raíces en la entraña de nuestro Dios, una espiritualidad encarnada y de ojos y oídos abiertos a los pobres, una espiritualidad de la ternura y de la gracia, una espiritualidad transformadora, pascual y eucarística. La unión con Cristo que se realiza en el sacramento de la Eucaristía es al mismo tiempo unión con todos los hermanos. Cristo refuerza la comunión y apremia a la re-conciliación y al compromiso por la justicia. La vivencia del misterio de la Eucaristía, alimento de la verdad, nos capacita e impulsa a realizar un trabajo audaz y comprome-tido para la trasformación de las estructuras de este mundo79.

4.3. Apoyarse en la fuerza transformadora de la evangelización 39. Los problemas sociales tienen, como ya hemos señalado, causas más profundas que las puramente materiales. Tienen su origen “en la falta de fraternidad entre los hombres y los pueblos”80. Derivan de la ausencia de un verdadero “humanismo que permita al hombre hallarse a sí mismo, asumiendo los valores espirituales superiores del amor, de la amistad, de la oración y de la contemplación”81. Por eso la proclama-ción del Evangelio, fermento de libertad y de fraternidad, ha ido acompañado siempre de la promoción humana y social de aquellos a los que se anuncia. El Evangelio afecta al hombre entero, lo interpela en todas sus estructuras: personales, económicas y so-ciales. Entre la evangelización y la promoción humana existen lazos muy fuertes. La evangelización —la proclamación de la buena noticia del Reino de Dios— tiene una clara implicación social82. 40. El papa Benedicto XVI nos explica claramente la interrelación entre las funcio-nes de la Iglesia: «La naturaleza íntima de la Iglesia se expresa en una triple tarea: anuncio de la Palabra de Dios (kerygma-martyria), celebración de los Sacramentos (lei-turgia) y servicio de la caridad (diakonia). Son tareas que se implican mutuamente y no pueden separarse una de otra. Para la Iglesia, la caridad no es una especie de actividad de asistencia social que también se podría dejar a otros, sino que pertenece a su natu-raleza y es manifestación irrenunciable de su propia esencia. La Iglesia es la familia de Dios en el mundo. En esta familia no debe haber nadie que sufra por falta de lo necesa-rio. Pero, al mismo tiempo, la caritas-agapé supera los confines de la Iglesia»83. El com-promiso social en la Iglesia no es algo secundario u opcional sino algo que le es con-sustancial y pertenece a su propia naturaleza y misión. El Dios en el que creemos es el defensor de los pobres.

79 Cf. BENEDICTO XVI, Exhort. ap. postsinodal Sacramentum caritatis, 89-91. 80 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 19. 81 PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio, 20. 82 Cf. FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 176. 83 BENEDICTO XVI, Carta enc. Deus caritas est, 25.

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La Iglesia nos llama al compromiso social. Un compromiso social que sea trans-formador de las personas y de las causas de las pobrezas, que denuncie la injusticia, que alivie el dolor y el sufrimiento y sea capaz también de ofrecer propuestas concre-tas que ayuden a poner en práctica el mensaje transformador del Evangelio y asumir las implicaciones políticas de la fe y de la caridad84.

4.4. Profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social

41. La Iglesia existe para evangelizar, nuestra misión es hacer presente la buena noticia del amor de Dios manifestado en Cristo; estamos llamados a ser un signo en medio del mundo de ese amor divino. El servicio caritativo y social expresa el amor de Dios. Es evangelizador y muestra de la fraternidad entre los hombres, base de la con-vivencia cívica y fuerza motriz de un verdadero desarrollo. Si Dios es amor, el lenguaje que mejor evangeliza es el del amor. Y el medio más eficaz de llevar a cabo esta tarea en el ámbito social es, en primer lugar, el testimonio de nuestra vida, sin olvidar el anuncio explícito de Jesucristo. “Hablamos de Dios cuando nuestro compromiso hunde sus raíces en la entraña de nuestro Dios y es fuen-te de fraternidad; cuando nos hace fijarnos los unos en los otros y cargar los unos con los otros; cuando nos ayuda a descubrir el rostro de Dios en el rostro de todo ser humano y nos lleva a promover su desarrollo integral; cuando denuncia la injusticia y es transformador de las personas y de las estructuras; cuando en una cultura del éxito y de la rentabilidad apuesta por los débiles, los frágiles, los últimos; cuando se vive como don y ayuda a superar la lógica del mercado con la lógica del don y de la gratui-dad; cuando se vive en comunión, cuando contribuye a configurar una Iglesia samari-tana y servidora de los pobres y lleva a compartir los bienes y servicios; cuando se hace vida gratuitamente entregada, alimentada y celebrada en la Eucaristía; cuando nos hace testigos de una experiencia de amor de la que hemos sido hechos protagonis-tas, y abre caminos, con obras y palabras, a la experiencia del encuentro con Dios en Jesucristo»85. 42. No podemos olvidar que la Iglesia existe, como Jesús, para evangelizar a los po-bres y levantar a los oprimidos y que, evangelizar en el campo social, es trabajar por la justicia y denunciar la injusticia86. Nuestra caridad no puede ser meramente paliativa, debe de ser preventiva, cura-tiva y propositiva. La voz del Señor nos llama a orientar toda nuestra vida y nuestra ac-ción “desde la realidad transformadora del Reino de Dios”87. Esto implica que el amor a

84 Cf. PABLO VI, Carta enc. Populorum progressio, 75. 85 Aportación de CÁRITAS INTERNATIONALIS al Sínodo sobre la Nueva Evangelización para la

transmisión de la fe, 2012. 86 Cf. COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL SOCIAL (CEE), “La Iglesia y los pobres”, 46. 87 CONFERENCIA GENERAL DEL ESPISCOPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, “Aparecida.

Documento conclusivo”, 382 (2007).

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quienes ven vulnerada su vida, en cualquiera de sus dimensiones, “requiere que soco-rramos las necesidades más urgentes, al mismo tiempo que colaboramos con otros organismos e instituciones para organizar estructuras más justas”88. 43. El acompañamiento es otra forma muy válida de presentar el Evangelio. No todos tenemos posibilidad de anunciar a Jesucristo promoviendo grandes obras sociales, pero sí que podemos hacerlo en el encuentro con el hermano, acompañándolo en sus dificultades, compartiendo con él sueños y esperanzas, haciendo juntos el camino del crecimiento humano integral y liberador; obrando así hacemos presente la buena no-ticia del amor del Padre. 44. El recto ejercicio de la función pública representa una forma exquisita de caridad. Es preciso que el impulso de la caridad se manifieste eficazmente en el modo justo de gobernar, en la promoción de políticas fiscales equitativas, en propiciar las reformas necesarias para una razonable distribución de los bienes, en la efectiva supervisión de las instituciones bancarias, en la humanización del trabajo industrial, en la regulación de los flujos migratorios, en la salvaguardia del medioambiente, en la universalización de la sanidad y la educación, protección social, pensiones y ayuda a la discapacidad. Que mueva a los depositarios del poder político a colaborar estrechamente con otros gobiernos para resolver aquellos problemas que, en una economía globalizada, supe-ran el control de los Estados particulares. Y a cooperar en el pronto establecimiento de una autoridad política mundial, reconocida por todos y dotada de poder efectivo capaz de garantizar a cada uno la seguridad, el cumplimiento de la justicia y el respeto de los derechos y de la paz89. 45. Tenemos, además, el reto de ejercer una caridad más profética. No podemos callar cuando no se reconocen ni respetan los derechos de las personas, cuando se permite que los seres humanos no vivan con la dignidad que merecen. Debemos elevar el nivel de exigencia moral en nuestra sociedad y no resignarnos a considerar normal lo inmo-ral. Porque la actividad económica y política tienen requerimientos éticos ineludibles, los deberes no afectan solo a la vida privada. La caridad social nos urge a buscar pro-puestas alternativas al actual modo de producir, de consumir y de vivir, con el fin de instaurar una economía más humana en un mundo más fraterno. 4.5. Promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las

pobrezas 46. El aumento de la pobreza en esta crisis ha obligado a las instituciones de la Igle-sia a dar una respuesta urgente de primera asistencia —reparto de comida, ropa, pago de medicamentos, de alquileres y otros consumos— que considerábamos ya superadas en nuestro país. Estos servicios de beneficencia se han multiplicado tanto que en oca-siones han restado tiempo y disponibilidad para poder atender a tareas tan importan-tes como el acompañamiento y la promoción de la persona. Este segundo nivel de asis-

88 Ibíd., 384. 89 Cf. BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 67.

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tencia, junto con la erradicación de las causas estructurales de la pobreza, constituyen las metas superiores de nuestra acción caritativa. 47. El acompañamiento a las personas es básico en nuestra acción caritativa90. Es ne-cesario “estar con” los pobres —hacer el camino con ellos— y no limitarnos a “dar a” los pobres recursos (alimento, ropa, etc.). El que acompaña se acerca al otro, toca el sufrimiento, comparte el dolor. “Los pobres, los abandonados, los enfermos, los mar-ginados son la carne de Cristo”91. La cercanía es auténtica cuando nos afectan las pe-nas del otro, cuando su desvalimiento y su congoja remueven nuestras entrañas y su-frimos con él. Ya no se trata solo de asistir y dar desde fuera, sino de participar en sus problemas y tratar de solucionarlos desde dentro. Por eso, si queremos ser compañe-ros de camino de los pobres, necesitamos que Dios nos toque el corazón; solo así sere-mos capaces de compartir cansancios y dolores, proyectos y esperanzas con la con-fianza de que no vamos solos, sino en compañía del buen Pastor. 48. La pobreza no es consecuencia de un fatalismo inexorable, tiene causas respon-sables. Detrás de ella hay mecanismos económicos, financieros, sociales, políticos...; nacionales e internacionales. “Un enfrentamiento lúcido y eficaz contra la pobreza exige indagar cuáles son las causas y los mecanismos que la originan y de alguna ma-nera la consolidan”92. Debemos hacerlo movidos por la convicción de que la pobreza hoy es evitable; tenemos los medios para superarla. Los principales obstáculos para conseguirlo no son técnicos, sino antropológicos, éticos, económicos y políticos. “Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo y en definitiva ningún problema. La inequidad es raíz de los males sociales”93. Debemos asumir todos la propia responsabilidad, a nivel individual y social, las naciones des-arrolladas y las naciones en vías de desarrollo. 49. Hemos de trabajar con tesón para alcanzar esta ambiciosa meta de eliminar las causas estructurales de la pobreza. Los objetivos han de ser:

• Crear empleo. Las empresas han de ser apoyadas para que cumplan una de sus finalidades más valiosas: la creación y el mantenimiento del empleo. En los tiempos difíciles y duros para todos —como son los de las crisis económi-cas— no se puede abandonar a su suerte a los trabajadores pues solo tienen sus brazos para mantenerse94.

90 Cf. CÁRITAS ESPAÑOLA, Modelo de Acción social, Madrid, Cáritas, 2009, 31-36. 91 FRANCISCO, Misa de Canonización de la Santa mexicana María Guadalupe García Zabala (2013). 92 COMISIÓN EPISCOPAL DE PASTORAL SOCIAL (CEE), “La Iglesia y los pobres”, 28. 93 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 202. 94 Cf. San JUAN PABLO II, Mensaje a los trabajadores y empresarios durante su viaje apostólico a

España, Barcelona (1982).

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• Que las Administraciones públicas, en cuanto garantes de los derechos, asu-man su responsabilidad de mantener el estado social de bienestar, dotándolo de recursos suficientes.

• Que la sociedad civil juegue un papel activo y comprometido en la consecu-

ción y defensa del bien común.

• Que se llegue a un Pacto Social contra la pobreza aunando los esfuerzos de los poderes públicos y de la sociedad civil.

• Que el mercado cumpla con su responsabilidad social a favor del bien común

y no pretenda solo sacar provecho de esta situación.

• Que las personas orientemos nuestras vidas hacia actitudes de vida más aus-teras y modelos de consumo más sostenibles.

• Que, en la medida de nuestras posibilidades, nos impliquemos también en la

promoción de los más pobres y desarrollemos, en coherencia con nuestros valores, iniciativas conjuntas, trabajando en “red”, con las empresas y otras instituciones; apoyando, también con los recursos eclesiales, las finanzas éti-cas, microcréditos y empresas de economía social.

• Que la dificultad del actual momento económico no nos impida escuchar el

clamor de los pueblos más pobres de la tierra y extender a ellos nuestra soli-daridad y la cooperación internacional y avanzar en su desarrollo integral.

• Cultivar con esmero la formación de la conciencia sociopolítica de los cris-

tianos de modo que sean consecuentes con su fe y hagan efectivo su com-promiso de colaborar en la recta ordenación de los asuntos económicos y so-ciales.

4.6. Defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales 50. La familia ha sido la gran valedora social en estos años. ¡Cuántos han podido subsistir ante la crisis gracias al apoyo moral, afectivo y económico de la familia! Este hecho nos tiene que llevar a valorar la vida y la familia como bienes sociales funda-mentales y superar lo que san Juan Pablo II llamó la cultura de la muerte y de la desin-tegración. También el papa Francisco nos exhorta en este sentido al recordarnos que no hay una verdadera promoción del bien común ni un verdadero desarrollo del hom-bre cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación, sus bienes inmateriales, como lo son la vida y la familia95.

95 Cf. Discurso a la comunidad de Varginha, Río de Janeiro (25-7-2013).

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Tenemos una sociedad demográficamente envejecida a la vez que empobrecida en el orden moral y cada vez más limitada para mantener determinados servicios so-ciales: pensiones, subsidios por desempleo, atención a la dependencia, etc. 51. Nos preocupan las desigualdades que sufren las mujeres en el ámbito familiar, laboral y social. Es preciso aceptar las legítimas reivindicaciones de sus derechos, con-vencidos de que varón y mujer tienen la misma dignidad. Debemos reconocer que la aportación específica de la mujer, con su sensibilidad, su intuición y capacidades pro-pias, resulta indispensable y nos enriquece a todos. Es urgente crear cauces para “acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras porque el aborto se les presenta como una rápi-da solución a sus profundas angustias ¿Quién puede dejar de comprender esas situa-ciones de tanto dolor?”96. Nuestras instituciones sociales deben movilizarse para asis-tir, acompañar y ofrecer respuestas suficientes a las mujeres que se encuentran en estas difíciles situaciones. 4.7. Afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión 52. “No a la economía de la exclusión”97, a esta economía que olvida a tantas perso-nas, que no se interesa por los que menos tienen, que los descarta convirtiéndolos en “sobrantes”, en “desechos”98. No a la indiferencia globalizada, que nos lleva a perder la capacidad de sentir y sufrir con el otro, a buscar nuestro propio interés de manera egoísta, y a apoyar el sistema económico vigente pensando que el crecimiento, cuando se logra, beneficia a todos de forma automática. Es preciso superar el actual modelo de desarrollo y plantear alternativas válidas sin caer en populismos estériles. No podemos seguir confiando en que el crecimiento económico, por sí solo, vaya a solucionar los problemas; esto no sucederá si el comportamiento económico no tie-ne en cuenta el bien de todos y cada uno de los ciudadanos, si no considera que todos importan, que ninguno nos resulta indiferente. La búsqueda del verdadero desarrollo implica dar relevancia a los pobres, valorarlos como importantes para la sociedad y para las políticas económicas. 53. La reducción de las desigualdades —en el ámbito nacional e internacional— debe ser uno de los objetivos prioritarios de una sociedad que quiera poner a las personas, y también a los pueblos, por delante de otros intereses. Para ello necesitamos tomar conciencia de que no es deseable un mundo injustamente desigual y trabajar por su-perar esta inequidad, bien conscientes de que la solución no puede dejarse en manos de las fuerzas ciegas del mercado99.

96 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 214. 97 Ibíd., 53. 98 Cf. Ibíd. 99 Cf. FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 204.

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Es preciso dar paso a una economía de comunión, a experiencias de economía social que favorezcan el acceso a los bienes y a un reparto más justo de los recursos; llevar a cabo lo que ya nos pedía Benedicto XVI: “No solo no se pueden olvidar o debi-litar los principios tradicionales de la ética social, como la transparencia, la honesti-dad y la responsabilidad, sino que en las relaciones mercantiles el principio de gratui-dad y la lógica del don, como expresión de fraternidad, pueden y deben tener espacio en la actividad económica ordinaria. Esto es una exigencia del hombre en el momento actual, pero también de la razón económica misma”100. 4.8. Fortalecer la animación comunitaria 54. La caridad es una dimensión esencial, constitutiva, de nuestra vida cristiana y eclesial, que compete a cada uno en particular y a toda la comunidad. Así lo dice Be-nedicto XVI: “El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial...También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia, el amor nece-sita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario orde-nado”101. Y amplía: “Cuando la actividad caritativa es asumida por la Iglesia como ini-ciativa comunitaria, a la espontaneidad del individuo debe añadirse también la pro-gramación, la previsión, la colaboración con otras instituciones”102. El documento “La Iglesia y los pobres”, refiriéndose a la Iglesia servidora que encarna el rostro misericordioso de Dios manifestado en Cristo, afirmaba que en la Iglesia de hoy debemos adquirir “una conciencia más honda” de esta misión recibida del Espíritu Santo para dar testimonio de la misericordia de Dios. Se trata de un deber de toda la comunidad, y no solamente de unos pocos, digamos, especializados en este ministerio. Es necesario que la comunidad cristiana sea el verdadero sujeto eclesial de la caridad y toda ella se sienta implicada en el servicio a los pobres; toda la comunidad ha de estar en vigilancia permanente para responder a los retos de la marginación y la pobreza103. 55. La acción social en la Iglesia no es labor de personas inmunes al cansancio y a la fatiga, sino de personas normales, frágiles, que también necesitan de cuidado y acom-pañamiento. Han de prestarse mutuamente asistencia y ayuda para poder cumplir la noble tarea en la que están comprometidos. En servir a los demás ponen su alegría. Las organizaciones han de cuidar con solicitud de sus agentes; también a ellos se ex-tiende el deber de la caridad. Son instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, signos e instrumentos de su presencia salvadora. Pero tienen sus limita-

100 BENEDICTO XVI, Carta enc. Caritas in veritate, 36. 101 BENEDICTO XVI, Carta enc. Deus caritas est, 20. 102 Ibíd., 31 b). 103 Cf. CÁRITAS ESPAÑOLA, Marco de Acción en los Territorios, Madrid, Cáritas, 2013, 7-9.

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ciones, necesitan ayudarse unos a otros para más saber y mejor hacer, para crecer en formación y en espiritualidad. CONCLUSIÓN 56. “He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas”, dijo el Señor a Moisés (Ex 3,7). También nosotros Pastores del Pueblo de Dios hemos contemplado cómo el sufrimiento se ha cebado en los más débiles de nuestra sociedad. Pedimos perdón por los momentos en que no hemos sabido responder con prontitud a los cla-mores de los más frágiles y necesitados. No estáis solos. Estamos con vosotros; juntos en el dolor y en la esperanza; juntos en el esfuerzo comunitario por superar esta situa-ción difícil. Juntos, hermanos en Jesucristo, debemos edificar la casa común en la que todos podamos vivir en dichosa fraternidad. Pedimos al Padre que nos colme de inteli-gencia y acierto para construir una sociedad más justa en la que los anhelos y necesi-dades de los más desfavorecidos queden satisfechos. Las víctimas de esta situación social sois nuestros predilectos, como lo sois del Señor. Queremos, con todos los cristianos, ser signo en el mundo de la misericordia de Dios. Y queremos hacerlo con la revolución de la ternura a la que nos convoca el papa Francisco. “Todos los cristianos estamos llamados a cuidar a los más frágiles de la Tie-rra”104. 57. No podemos dejar de agradecer el esfuerzo tan generoso que, en medio de estas dificultades, están haciendo las instituciones de Iglesia como Cáritas, Manos Unidas, Institutos de Vida Consagrada —que realizan una gran labor en el servicio de la cari-dad con niños, jóvenes, ancianos, etc.—; y otras muchas. Hemos podido comprobar con gran satisfacción el ingente trabajo llevado a cabo por voluntarios, directivos y contratados en la atención a las personas y en la gestión de recursos. Tras ellos están las comunidades cristianas, tantos hombres y mujeres anónimos que responden con su interés y preocupación, con su oración y su aportación de socios y donantes. 58. A pesar de las crecientes desigualdades sociales y económicas que advertimos y de las demandas cada día mayores que los pobres nos presentan, os pedimos a todos que continuéis en el esfuerzo por superar la situación y mantengáis viva la esperanza. La caridad hay que vivirla no solo en las relaciones cotidianas —familia, comuni-dad, amistades o pequeños grupos—, sino también en las macro-relaciones —sociales, económicas y políticas—. Necesitamos imperiosamente “que los gobernantes y los poderes financieros levanten la mirada y amplíen sus perspectivas, que procuren que haya trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos”105. Es preciso que todos seamos capaces de comprometernos en la construcción de un mun-do nuevo, codo a codo con los demás; y lo haremos, no por obligación, como quien soporta una carga pesada que agobia y desgasta, sino como una opción personal que

104 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 209. 105 Ibíd., 205.

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nos llena de alegría y nos otorga la posibilidad de expresar y fortalecer nuestra identi-dad cristiana en el servicio a los hermanos. Recordamos frecuentemente con el papa Francisco que “el tiempo es superior al espacio”106. “Este principio permite trabajar a largo plazo sin obsesionarse por resul-tados inmediatos. Ayuda a soportar con paciencia las situaciones difíciles y adversas. [...] Darle prioridad al espacio lleva a enloquecerse para tener todo resuelto en el pre-sente. [...] Darle prioridad al tiempo es ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios”107. Por eso, no nos quedemos en lo inmediato, en los limitados espacios so-ciales en que nos movemos, en lo que logramos aquí y ahora. Demos prioridad a los procesos que abren horizontes nuevos y promovamos acciones significativas que hagan patente la presencia ya entre nosotros del Reino de Dios que se consumará en la vida eterna108. 59. Con María cantamos que Dios “derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”109. Es el canto de la Madre que lleva en su seno la esperanza de toda la humanidad. Y es el canto de la comunidad creyente que siente cómo el Reino de Dios está ya entre nosotros transformando desde dentro la historia y alumbrando un mun-do nuevo y una nueva sociedad, asentados no en la fuerza de los poderosos, sino en la dignidad y los derechos inalienables de los pobres. El canto de María es nuestro canto, un canto que es llamada a la esperanza, canto que nos apremia a ser luz alentadora, soplo vivificante para todos, de manera especial para aquellos que más hondamente están sufriendo los efectos devastadores de la pobreza y la exclusión social. Que santa María, Virgen de la Esperanza y Consoladora de los afligidos, ruegue por nosotros hoy y siempre. Que ella consiga que no nos falte nunca en el corazón la necesaria y urgente solidaridad con los más pobres. A nuestra Madre del Cielo unimos la intercesión de Santa Teresa de Jesús, bajo cuya protección, en el V Centenario de su nacimiento, ponemos también nuestro ser-vicio a los más pobres.

Ávila, 24 de abril de 2015

106 FRANCISCO, Exhort. ap. Evangelii gaudium, 222. 107 Ibíd., 223. 108 Cf. CONCILIO VAT. II, Gaudium et spes, 39. 109 Lc 1,52.

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LA EUCARISTÍA, ANTÍDOTO FRENTE A LA INDIFERENCIA

Festividad del Corpus Christi, Día de la Caridad (7 de junio de 2015)

El papa Francisco ha denunciado con frecuencia la indiferencia como uno de los grandes males de nuestro tiempo. El olvido de Dios y de los hermanos está alcanzando dimensiones tan hondas en la convivencia social que podemos hablar de una “globali-zación de la indiferencia”1. Ante esta dolorosa realidad, los obispos de la Comisión Episcopal de Pastoral So-cial os invitamos a contemplar, celebrar y adorar a Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía como el medio más eficaz para vencer y superar la indiferencia. La Eucaristía tiene el poder de transformar el corazón de los creyentes, haciendo así posible el paso de la “globalización de la indiferencia” a la “globalización de la caridad”, impulsándonos a la vivencia de la comunión fraterna y del servicio a nuestros semejantes.

1. La Eucaristía, sacramento de comunión con Dios y los hermanos: “Si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Cor 12,26) El apóstol Pablo les decía a los cristianos de Corinto que la recepción del Cuerpo y la Sangre de Cristo tiene el poder de establecer una comunión tan fuerte entre quie-nes creen en Él que aleja del corazón humano la indiferencia y la división: “El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión del cuerpo de Cristo? Porque el pan es uno, nosotros, sien-do muchos, formamos un solo cuerpo, pues todos comemos del mismo pan” (1 Cor 10,16-17). Esta comunión eucarística, que nos transforma en Cristo y nos permite crecer como miembros de su cuerpo, nos libera también de nuestros egoísmos y de la búsqueda de los propios intereses. Al entrar en comunión con los sentimientos de Cristo, muerto y resucitado por nuestra salvación, se nos abre la mente y se ensancha el corazón para que quepan en él todos los hermanos, especialmente los necesitados y marginados. “Quien reconoce a Jesús en la Hostia santa, lo reconoce en el hermano que sufre, que tiene hambre y sed, que es extranjero, que está desnudo, enfermo o en la cárcel; y está atento a cada persona, se compromete, de forma concreta, a favor de todos aquellos que padecen necesidad”2. “Nuestra participación en el cuerpo y la sangre de Cristo solo tiende a conver-tirnos en aquello que recibimos” (San León Magno)3: cuerpo de Cristo entregado y sangre derramada para la vida del mundo. Desde la comunión con Cristo llegamos a

1 FRANCISCO, Mensaje para la Cuaresma “Fortalezcan sus corazones (St 5,8)”, 2015. 2 BENEDICTO XVI, Homilía en la Basílica de San Juan de Letrán, 23 de junio de 2011. 3 Sermón 12, De Passione 3, 7: PL 54.

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ser siervos de Dios y de los hombres. De este modo, La Eucaristía constituye, en pala-bras de Benedicto XVI, “una especie de antídoto”4 frente al individualismo y la indife-rencia, y nos impulsa a lavar los pies a los hermanos5.

2. La Eucaristía, sacramento que nos compromete con los hermanos: “¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4,9) De la Eucaristía derivan el sentido profundo de nuestro servicio y la responsabi-lidad en la construcción de una Iglesia fraterna y esperanzada, así como de una socie-dad solidaria y justa. Esta sociedad no se constituye ni se impone desde fuera, sino a partir del sentido de responsabilidad de los unos hacia los otros. Como miembros del Cuerpo de Cristo descubrimos que el gesto de compartir y la vivencia del amor es el camino más adecuado para superar la indiferencia y globalizar la solidaridad. En este mismo sentido, la campaña de Cáritas nos plantea este año una pregunta muy directa y concreta: “¿Qué haces con tu hermano?”6. A esta pregunta, no podemos responder como Caín: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?” (Gn 4,9). Hoy y siempre estamos llamados a preguntarnos dónde está el hermano que sufre y necesita nuestra presencia cercana y nuestra ayuda solidaria. La solidaridad, como nos recuerda el papa Francisco, es “más que algunos actos de generosidad esporádicos. Es pensar y actuar en términos de comunidad (…), es lu-char contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra, la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales”7. Ante esa multitud de hermanos que sufren, debemos mostrar nuestra especial cercanía y afecto hacia quienes claman y esperan de nosotros una mayor solidaridad. No podemos ser indiferentes:

— Ante la muerte violenta de miles de cristianos, en distintos países de la tie-rra, por el simple hecho de mostrar el amor de Dios a sus hermanos y por confesar a Jesucristo como único salvador de los hombres.

— Ante la situación de tantos cristianos y no cristianos que, a pesar de la co-

rrupción y de las dificultades de la vida diaria, actúan con honestidad, traba-jan por la justicia y se esfuerzan por atender a las necesidades más inmedia-tas de los empobrecidos. Hemos de colaborar en la promoción de su desarro-llo integral y en la transformación de las estructuras sociales injustas8.

4 BENEDICTO XVI, Mensaje en el rezo del Ángelus, 26 de junio de 2011. 5 Cf. Jn 13,8. 6 Cf. Cáritas Española, ¿Qué haces con tu hermano? Campaña institucional 2014-2015. 7 FRANCISCO, Discurso a los participantes en el Encuentro Mundial de Movimientos Populares,

28 de octubre de 2014. Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Instrucción Iglesia, servidora de los po-bres, 48.

8 Cf. Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, 188.

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— No podemos ser indiferentes ante los millones de hermanos nuestros que si-guen sin acceso al trabajo, tienen puestos de trabajo que no les permiten vi-vir con dignidad y se ven abocados a la emigración. Pensamos de manera es-pecial en los jóvenes, en los parados de larga duración, en los mayores de 50 años a los que se les cierra el acceso a un puesto de trabajo y en las mujeres víctimas de discriminación laboral y salarial9.

— Tampoco podemos pasar por alto a los que no tienen vivienda o se ven priva-

dos de ella por los desahucios. Esta es otra de las muchas heridas sociales que acentúa la precariedad y la desesperación de miles de personas y familias.

— Nos duele y nos debe seguir doliendo la pobreza y el hambre en el mundo,

sobre todo cuando la humanidad dispone de los medios y recursos necesarios para acabar con ella, como nos recuerda Cáritas Internationalis en la campaña “Una sola familia. Alimentos para todos”.

— No queremos acostumbrarnos a las historias de sufrimiento y de muerte que

se repiten en nuestras fronteras. A las de los miles de hombres y mujeres que huyen de las guerras, del hambre y la pobreza y no ven respetados sus dere-chos ni encuentran en el camino políticas migratorias que respeten su digni-dad y su legítima búsqueda de mejores condiciones de vida10.

— Particular preocupación deben suscitar entre nosotros los miles de personas

que en nuestra propia tierra son objeto de trata, así como las que se ven abo-cadas a situaciones de prostitución, en su mayoría mujeres, y que constitu-yen la nueva esclavitud del s. XXI11.

3. Transformados en Cristo, globalicemos la misericordia Ante los planteamientos culturales y sociales del momento presente, que gene-ran tanta marginación y sufrimiento, estamos llamados a dejarnos afectar por la reali-dad y por la situación social que sufren nuestros hermanos más débiles y necesitados. Es urgente romper el círculo que nos aísla llevándonos a un individualismo que hace difícil el desarrollo del amor y la misericordia en nuestro corazón. Como nos recuerda Jesucristo, la salvación y la realización personal y comunitaria pasan por el riesgo de la entrega: “El que quiera ganar su vida la perderá y el que esté dispuesto a perderla la ganará” (Mc 8,35). La clave para salir de la indiferencia está en entregarse a los demás como lo hace Jesús. Él sigue partiendo su Cuerpo y derramando su Sangre en la Eucaristía para que nadie pase hambre ni tenga sed. Por eso, mientras veneramos y adoramos solemne-

9 Cf. CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA, Instrucción Iglesia, servidora de los pobres, 48. 10 Nota de prensa de Cáritas, Secretariado de la Comisión Episcopal de Migraciones, CONFER, Jus-

ticia y Paz, “No queremos acostumbrarnos”, 13 de febrero de 2015. 11 Cf. FRANCISCO, Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2015.

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mente en nuestros templos, plazas y calles a Jesús Eucaristía en la fiesta del Corpus Christi, le decimos: Gracias, Señor, por este don admirable, sacramento de tu presencia viva entre nosotros y de comunión con Dios y los hermanos. No permitas que nos dejemos vencer por la indiferencia. Que nadie tenga la tentación de estar contigo, de amarte y de servirte, sin estar con los pobres, amar a los que sufren y servir a los necesitados. Que nuestra contemplación, adoración y participación en el misterio de la Eucaristía nos identifique contigo, nos ayude a superar la indiferencia y a globalizar tu amor y tu misericordia.

Madrid, 15 de mayo de 2015

Comisión Episcopal de Pastoral Social

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Información. Albisteak CONFERENCIA EPISCOPAL ESPAÑOLA

Nota final de la CV Asamblea Plenaria

La Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha celebrado su 105º reunión del 20 al 24 de abril. Como es habitual, la Plenaria se inauguraba el lunes 20 con el discurso del presidente de la CEE, cardenal Ricardo Blázquez, y el saludo del nuncio apostólico en España, Mons. Renzo Fratini. Sin embargo, la clausura tenía lugar el viernes 24 de abril en el seminario de Ávila, donde la CEE ha peregrinado con moti-vo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Participación en la Asamblea Han participado en la Asamblea los 79 obispos con derecho a voto, además del administrador diocesano de Santander, P. Manuel Herrero Fernández, OSA. Ha asistido por primera vez, tras su consagración episcopal el 22 de febrero, el obispo de Barbas-tro-Monzón, Mons. Ángel Pérez Pueyo. El nuevo prelado ha quedado adscrito a las Comisiones Episcopales de Pastoral Social y de Seminarios y Universidades. De esta última, fue director del secretariado de 2008 a 20013. También se ha contado con la presencia de varios obispos eméritos, que participan en la Asamblea con voz pero sin derecho a voto. Los obispos han tenido un recuerdo especial para el obispo emérito de Málaga, Mons. Antonio Dorado Soto, fallecido el 17 de marzo. La CEE destina 250.000 euros a los cristianos perseguidos de Siria e Irak El presidente de la CEE, en el discurso de apertura, repasó algunos de los temas de actualidad social y eclesial: el Año de la Vida Consagrada y el V Centenario del na-cimiento de Santa Teresa de Jesús; la dimensión misionera de la Iglesia; la situación social de España; la persecución de los cristianos; y el drama de la inmigración. En este punto pidió a la Asamblea un minuto de silencio “por esos hermanos nuestros perse-guidos e inmigrantes en peligro” con un recuerdo especial por los 700 desaparecidos el domingo anterior frente a la costa de Libia y por los más de 400 inmigrantes desapa-recidos unos días antes cuando trataban de llegar a las costas italianas. Además, el cardenal Blázquez informó que la Conferencia Episcopal va a destinar 250.000 euros para ayudar a los cristianos perseguidos de Siria e Irak.

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Al mismo tiempo, la CEE pide a todas las parroquias y comunidades cristianas que, a juicio del ordinario, hagan desde la solemnidad de la Ascensión hasta Pente-costés, súplicas especiales a Dios por los cristianos perseguidos en diversas partes del mundo. El nuncio apostólico en España, Mons. Renzo Fratini, subrayó en su saludo la importancia de los temas que se han tratado en la Plenaria: la iglesia al servicio de los pobres, familia y vida, el nuevo Plan Pastoral y el año Teresiano. “Iglesia, servidora de los pobres” La Asamblea Plenaria ha aprobado el documento “Iglesia, servidora de los po-bres” redactado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social que preside Mons. Juan José Omella Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño. Con este texto, los obispos españoles pretenden ofrecer, desde la Doctrina Social de la Iglesia, una ilumi-nación realista, pero a la vez esperanzada, sobre la situación social y política de Espa-ña (se publica en este boletín el documento íntegro). La Plenaria también ha aprobado el Leccionario en euskera que ha elaborado la Comisión Episcopal de Liturgia que preside Mons. Julián López. Otros documentos estudiados por la Asamblea Plenaria Los obispos han repasado y avanzado en la elaboración del Plan Pastoral de la CEE para el período 2016-2020, que ha presentado Mons. Adolfo González Montes. También se ha trabajado el informe sobre Distribución del Clero en España, rea-lizado por la Comisión Episcopal del Clero que preside Mons. Jesús Catalá. Los obispos han pedido que se estudien en profundidad los rasgos más sobresalientes del mismo. Los dos documentos se volverán a presentar en la próxima reunión de la Comi-sión Permanente, una vez incorporadas las aportaciones de la Plenaria. Familia y Vida y Encuentro Europeo de Jóvenes El Presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida, Mons. Mario Iceta, ha informado a la Plenaria sobre las respuestas de las diócesis a los “Lineamenta” del Sínodo de los Obispos para la XIV Asamblea General Ordinaria que tendrá lugar en octubre en Roma con el título, “La Vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo contemporáneo”. La síntesis elaborada por la citada Subcomisión con las respuestas que se han recibido se ha remitido a la Secretaría General del Sínodo.

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Por su parte, Mons. Xavier Novell, obispo responsable del departamento de Pas-toral de Juventud, ha sido el encargado de explicar cómo van los preparativos del En-cuentro Europeo de Jóvenes que se celebrará en Ávila del 5 al 9 de agosto. Otros temas del orden del día El lunes 20, al terminar la sesión de la tarde, se reunió la comisión asesora del Fondo de Nueva Evangelización. En el capítulo de informaciones, ha intervenido en la Plenaria el Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, Ángel Galindo. Además, en el capítulo dedicado a la información económica, entre otros temas, se ha presen-tado el Plan de transparencia y Modernización de los sistemas de gestión de la Iglesia en España que tuvo el visto bueno de la Comisión Permanente en su última reunión. En este Plan, que contempla un conjunto de actuaciones a distintos niveles, han traba-jado el vicesecretario para asuntos económicos de la CEE, Fernando Giménez Barrio-canal, y el Consejo de Economía. Como es habitual en la Plenaria del mes de abril, se han aprobado las intenciones de la CEE para el año 2016 por las que reza el Apostolado de la Oración. Se ha aprobado la erección canónica de la Fundación Mater Clementissima. También se han aprobado los cambios propuestos en la Asociación Católica de Propagandistas, la Acción Católica General y de la Federación de Scouts Católicos de Andalucía. Además los obispos han tratado diversos asuntos de seguimiento y han repasado las actividades de las distin-tas Comisiones Episcopales. Peregrinación y clausura de la Asamblea Plenaria en Ávila La Asamblea Plenaria se clausuró el viernes 24 de abril en el seminario de Ávila. 78 obispos españoles, entre ellos cinco cardenales: Rouco Varela, Amigo Vallejo, Cañi-zares Llovera, Martínez Sistach y Blázquez Pérez; además del nuncio apostólico en España, Mons. Renzo Fratini, y el Secretario General de la CEE, José Mª Gil Tamayo, peregrinaron hasta la capital abulense para rendir homenaje a Santa Teresa de Jesús, en el V centenario de su nacimiento. La primera parada fue en el monasterio de la Encarnación, en el que santa Tere-sa profesó como carmelita y pasó la mayor parte de su vida. El obispo de Salamanca, Mons. Carlos López, natural de Papatrigo (Ávila), presidió la Hora Tercia. Junto a los peregrinos de la CEE, estuvieron representantes de numerosas comunidades de vida consagrada de la diócesis. Después se trasladaron al convento de la Santa y en la iglesia que se levantó en el emplazamiento de su casa natal, el cardenal Ricardo Blázquez presidió la Misa Jubi-lar, centrada en la figura de Teresa de Cepeda y Ahumada. Antes de la celebración eu-carística, el alcalde de Ávila, Miguel Ángel García Nieto, daba la bienvenida a los pere-grinos de la CEE. En nombre de los anfitriones, el Vicario General del Carmelo, P. Emi-lio Martínez, entregó al presidente de la CEE una réplica del Bastón de Santa Teresa.

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Al terminar la Eucaristía y tras la Bendición Apostólica para lucrar la Indulgen-cia Plenaria por el Año Jubilar, el presidente de la CEE, el obispo de Ávila y los cinco cardenales que han participado en la peregrinación, se dirigieron a la capilla natal para realizar una breve oración final en el mismo lugar que en el que nació hace 500 años Santa Teresa. En el seminario de Ávila se celebró la última sesión de la Plenaria y una comida de fraternidad. La última parada fue el monasterio de San José, primera fundación de Santa Teresa, con la adoración al Santísimo. Las madres carmelitas del convento acompañaron con sus cantos y la lectura de diversos escritos de la Santa. Con unas emotivas palabras del obispo de Ávila terminó la peregrinación a la cuna de Santa Te-resa. En el libro del convento han quedado las firmas de los peregrinos para recordar su paso por el mismo.

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IGLESIA. ROMA. ELEIZEA

Documentos. Agiriak

Mensaje del Santo Padre para la 89ª Jornada Mundial de las Misiones

que se celebra el 18 de octubre de 2015

Queridos hermanos y hermanas: La Jornada Mundial de las Misiones 2015 tiene lugar en el contexto del Año de la Vida Consagrada, y recibe de ello un estímulo para la oración y la reflexión. De hecho, si todo bautizado está llamado a dar testimonio del Señor Jesús proclamando la fe que ha recibido como un don, esto es particularmente válido para la persona consagrada, porque entre la vida consagrada y la misión subsiste un fuerte vínculo. El seguimiento de Jesús, que ha dado lugar a la aparición de la vida consagrada en la Iglesia, responde a la llamada a tomar la cruz e ir tras Él, a imitar su dedicación al Padre y sus gestos de servicio y de amor, a perder la vida para encontrarla. Y dado que toda la existencia de Cristo tiene un carácter misionero, los hombres y las mujeres que le siguen más de cerca asumen plenamente este mismo carácter. La dimensión misionera, al pertenecer a la naturaleza misma de la Iglesia, es también intrínseca a toda forma de vida consagrada, y no puede ser descuidada sin que deje un vacío que desfigure el carisma. La misión no es proselitismo o mera estrategia; la misión es parte de la “gramática” de la fe, es algo imprescindible para aquellos que escuchan la voz del Espíritu que susurra “ven” y “ve”. Quien sigue a Cristo se convierte necesariamente en misionero, y sabe que Jesús “camina con él, habla con él, respira con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera” (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 266). La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene; y en ese mismo momento percibimos que ese amor, que nace de su corazón traspasado, se extiende a todo el pueblo de Dios y a la humanidad entera. Así redescubrimos que Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado (cf. ibíd., 268) y de todos aquellos que lo buscan con corazón sincero. En el mandato de Jesús: “id” están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia. En ella todos están llamados a anunciar el Evangelio a través del testimonio de la vida; y de forma especial se pide a los consagrados que escuchen la voz del Espíritu, que los llama a ir a las grandes periferias de la misión, entre las personas a las que aún no ha llegado todavía el Evangelio.

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El quincuagésimo aniversario del Decreto conciliar Ad gentes nos invita a releer y meditar este documento que suscitó un fuerte impulso misionero en los Institutos de Vida Consagrada. En las comunidades contemplativas retomó luz y elocuencia la figura de santa Teresa del Niño Jesús, patrona de las misiones, como inspiradora del vínculo íntimo de la vida contemplativa con la misión. Para muchas congregaciones religiosas de vida activa el anhelo misionero que surgió del Concilio Vaticano II se puso en marcha con una apertura extraordinaria a la misión ad gentes, a menudo acompañada por la acogida de hermanos y hermanas provenientes de tierras y culturas encontradas durante la evangelización, por lo que hoy en día se puede hablar de una interculturalidad generalizada en la vida consagrada. Precisamente por esta razón, es urgente volver a proponer el ideal de la misión en su centro: Jesucristo, y en su exigencia: la donación total de sí mismo a la proclamación del Evangelio. No puede haber ninguna concesión sobre esto: quien, por la gracia de Dios, recibe la misión, está llamado a vivir la misión. Para estas personas, el anuncio de Cristo, en las diversas periferias del mundo, se convierte en la manera de vivir el seguimiento de Él y recompensa los muchos esfuerzos y privaciones. Cualquier tendencia a desviarse de esta vocación, aunque sea acompañada por nobles motivos relacionados con las muchas necesidades pastorales, eclesiales o humanitarias, no está en consonancia con el llamamiento personal del Señor al servicio del Evangelio. En los Institutos misioneros los formadores están llamados tanto a indicar clara y honestamente esta perspectiva de vida y de acción como a actuar con autoridad en el discernimiento de las vocaciones misioneras auténticas. Me dirijo especialmente a los jóvenes, que siguen siendo capaces de dar testimonios valientes y de realizar hazañas generosas a veces contra corriente: no dejéis que os roben el sueño de una misión auténtica, de un seguimiento de Jesús que implique la donación total de sí mismo. En el secreto de vuestra conciencia, preguntaos cuál es la razón por la que habéis elegido la vida religiosa misionera y medid la disposición a aceptarla por lo que es: un don de amor al servicio del anuncio del Evangelio, recordando que, antes de ser una necesidad para aquellos que no lo conocen, el anuncio del Evangelio es una necesidad para los que aman al Maestro. Hoy, la misión se enfrenta al reto de respetar la necesidad de todos los pueblos de partir de sus propias raíces y de salvaguardar los valores de las respectivas culturas. Se trata de conocer y respetar otras tradiciones y sistemas filosóficos, y reconocer a cada pueblo y cultura el derecho de hacerse ayudar por su propia tradición en la inteligencia del misterio de Dios y en la acogida del Evangelio de Jesús, que es luz para las culturas y fuerza transformadora de las mismas. Dentro de esta compleja dinámica, nos preguntamos: “¿Quiénes son los destina- tarios privilegiados del anuncio evangélico?”. La respuesta es clara y la encontramos en el mismo Evangelio: los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados, aquellos que no tienen como pagarte (cf. Lc 14,13-14). La evangelización, dirigida preferentemente a ellos, es signo del Reino que Jesús ha venido a traer: “Existe un vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres. Nunca los dejemos solos” (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 48). Esto debe estar claro especialmente para las personas que abrazan la vida consagrada misionera: con el voto de pobreza se escoge seguir a Cristo en esta preferencia suya, no ideológicamente, sino como Él,

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identificándose con los pobres, viviendo como ellos en la precariedad de la vida cotidiana y en la renuncia de todo poder para convertirse en hermanos y hermanas de los últimos, llevándoles el testimonio de la alegría del Evangelio y la expresión de la caridad de Dios. Para vivir el testimonio cristiano y los signos del amor del Padre entre los pequeños y los pobres, las personas consagradas están llamadas a promover, en el servicio de la misión, la presencia de los fieles laicos. Ya el Concilio Ecuménico Vaticano II afirmaba: “Los laicos cooperan a la obra de evangelización de la Iglesia y participan de su misión salvífica a la vez como testigos y como instrumentos vivos” (Ad gentes, 41). Es necesario que los misioneros consagrados se abran cada vez con mayor valentía a aquellos que están dispuestos a colaborar con ellos, aunque sea por un tiempo limitado, para una experiencia sobre el terreno. Son hermanos y hermanas que quieren compartir la vocación misionera inherente al Bautismo. Las casas y las estructuras de las misiones son lugares naturales para su acogida y su apoyo humano, espiritual y apostólico. Las Instituciones y Obras misioneras de la Iglesia están totalmente al servicio de los que no conocen el Evangelio de Jesús. Para lograr eficazmente este objetivo, estas necesitan los carismas y el compromiso misionero de los consagrados, pero también, los consagrados, necesitan una estructura de servicio, expresión de la preocupación del Obispo de Roma para asegurar la koinonía, de forma que la colaboración y la sinergia sean una parte integral del testimonio misionero. Jesús ha puesto la unidad de los discípulos, como condición para que el mundo crea (cf. Jn 17,21). Esta convergencia no equivale a una sumisión jurídico-organizativa a organizaciones institucionales, o a una mortificación de la fantasía del Espíritu que suscita la diversidad, sino que significa dar más eficacia al mensaje del Evangelio y promover aquella unidad de propósito que es también fruto del Espíritu. La Obra Misionera del Sucesor de Pedro tiene un horizonte apostólico universal. Por ello también necesita de los múltiples carismas de la vida consagrada, para abordar al vasto horizonte de la evangelización y para poder garantizar una adecuada presencia en las fronteras y territorios alcanzados. Queridos hermanos y hermanas, la pasión del misionero es el Evangelio. San Pablo podía afirmar: “¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!” (1 Cor 9,16). El Evangelio es fuente de alegría, de liberación y de salvación para todos los hombres. La Iglesia es consciente de este don, por lo tanto, no se cansa de proclamar sin cesar a todos “lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos” (1 Jn 1,1). La misión de los servidores de la Palabra —obispos, sacerdotes, religiosos y laicos— es la de poner a todos, sin excepción, en una relación personal con Cristo. En el inmenso campo de la acción misionera de la Iglesia, todo bautizado está llamado a vivir lo mejor posible su compromiso, según su situación personal. Una respuesta generosa a esta vocación universal la pueden ofrecer los consagrados y las consagradas, a través de una intensa vida de oración y de unión con el Señor y con su sacrificio redentor.

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Mientras encomiendo a María, Madre de la Iglesia y modelo misionero, a todos aquellos que, ad gentes o en su propio territorio, en todos los estados de vida cooperan al anuncio del Evangelio, os envío de todo corazón mi Bendición Apostólica.

Vaticano, 24 de mayo de 2015, Solemnidad de Pentecostés