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Por Prof. Juan Waldemar WallyIglesia hoy

l mensaje de nuestro papa Francisco del pasado 1º de enero por la celebración de la 50 Jornada Mundial de la Paz, ha puesto en primer plano, en un mundo cargado de confl ictos, el hacer «de

la no violencia activa, nuestro estilo de vida»; y esto vale para la totalidad de las relaciones humanas y especialmente en el campo político, sea nacional o internacional.

Desde la creación del hombre, tras el pecado original, aparece la vio-lencia, Caín y Abel, el hermano mata al hermano. A lo largo de la historia de la humanidad, salvo honrosas excepciones, la guerra entre países y las guerras civiles han sido constantes: guerras de conquista, religiosas, étnicas, por las fronteras territoriales; todo ello con su secuela de mi-llones de víctimas humanas, destrucción de bienes culturales, carrera armamentista y el odio y la venganza enseñoreándose de los corazones.

Francisco pone un especial énfasis en que en el siglo XX, dos guerras mundiales ensan-grentaron el mundo, donde genocidios y bom-bardeos nucleares señalaron los aspectos más dramáticos, «pero hoy lamentablemente estamos ante una terrible guerra mundial por partes», donde los enfrentamientos armados en diver-sos lugares del planeta, los atentados terroris-tas cada vez más frecuentes y las poblaciones enteras impulsadas a un injusto exilio, nos es-tán marcando la evidencia que la tercera gue-rra mundial ya está en pleno desarrollo.

En los días previos a la asunción de la Pre-sidencia de los Estados Unidos por Donal

«(…) pido a Dios que se conformen a la no violencia

nuestros sentimientos y valores personales más profundos.

Que la caridad y la no violencia guíen el modo de tratarnos

en las relaciones interpersonales, sociales e internacionales»

(Papa Francisco).

NO VIOLENCIAACTIVA

Trump, estas aseveraciones han tenido una dramática afi rmación: la rivalidad entre Estados Unidos y China por el liderazgo mundial y la competencia geopolítica y eco-nómica, amenaza con un confl icto de consecuencias imprevisibles. Es difícil imaginar que la insensa-tez en la lucha por el poder lleve a una guerra abierta, pero lo que se avizora es la entrada en una zona de “guerra fría” entre las dos grandes potencias.

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“PAZ!”- Plasticina - www.fl ickr.com

“PAZ”-Víctor Gutierrez Navarro-www.fl ickr.com

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La violencia no es una solución

Nuestro Papa nos dice que la violencia no es una solución,

pues la espiral de ataques y contraataques se incrementa día a día, la violencia engendra más violencia. La respuesta está en el Evangelio, Jesús nos enseñó que el verdadero campo de batalla está en el corazón humano: «Porque de dentro, del co-razón del hombre, salen los pensamientos perversos» (Mc 7,21). Enseñó a sus discípulos a amar a los enemigos (Mt 5,44) y a poner la otra mejilla (Mt 5,39). La noche antes de morir, dijo a Pedro que envainara la espada (Mt 26,52). El rol de la familia es fundamental, pues es allí donde aprendemos a comunicarnos y cuidarnos de modo desinteresado y donde «los desacuerdos o incluso los confl ictos deben ser superados no con la fuerza, sino con el diálogo, el respeto, la búsqueda del bien del otro, la misericordia y el perdón».

La no violencia es el único camino posible hacia una paz basada en la solidaridad y la justicia. Pero se trata de una no violencia activa; no de una actitud pasiva y resignada ante el mal. Santa Teresa de Calcuta es quien nos señala con el ejemplo de su vida, cuál debe ser la actitud cristiana, la fuerza de las armas es engañosa. «Mientras los trafi cantes de armas hacen su trabajo, hay pobres, constructo-res de la paz, que dan la vida solo por ayudar a una persona, a otra, a otra».

Francisco menciona ejemplos de no violencia activa que han produ-cido magnífi cos resultados: Mahatma Gandhi en la India, quien con su resistencia no violenta obtuvo la independencia de su patria. Gandhi tenía una formación básica brahamánica, pero estaba abierto a otros credos, principalmente al cristianismo, cuyo Evangelio admiraba. El pakistaní Khan Abdul Ghafar Khan, musulmán, fue amigo de Gandhi, y se opuso a la segregación entre Pakistán y la India; su empeño no fue exitoso en este aspecto y sufrió persecuciones y exilio, pero el ejemplo de su vida si-gue teniendo vigencia en momentos que los confl ictos de Cachemira por proble-mas fronterizos sigue vigente entre dos países (India y Pakistán) que cuentan con armamentos nucleares. También mencio-na el Papa a una mujer liberiana, Leymah Gbowee, que con encuentros de oración y protesta no violenta, ha obtenido avan-ces hacia la paz en Liberia.

Martín Luther King, pastor evangéli-co estadounidense, encabezó multitu-dinarias marchas no violentas contra la segregación racial. Murió asesinado, pero su martirio fue semilla fructífera para el dictado de leyes igualitarias y un cambio cultural, siempre trabajoso, que tuvo su manifestación en la elección de Obama como presidente.

Hay que evitar el riesgo, como señalaba Benedicto XVI, de utilizar la no violencia solo como un comportamiento táctico, no, se debe ir mu-cho más allá hacia un compromiso profundo, de corazón, hacia la paz.

Santa Teresa de Calcuta

Mahatma Gandhi

Khan Abdul Ghafar Khan

Leymah Gbowee

Martín Luther King

Papa Francisco