iso-8859-1''TA5_Ciencia, Tecnología e Innovción para el desarrollo y la cohesión social

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Ciencia, tecnología e innovación para el desarrollo y la cohesión social Programa iberoamericano en la década de los bicentenarios

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  • Ciencia, tecnologa e innovacinpara el desarrollo y la cohesin social

    Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios

  • Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (OEI), 2012Bravo Murillo, 3828015 Madrid, [email protected]://www.oei.es

    @cienciadelaoei | @espacioIBC

    ISBN: 978-84-7666-240-3

    Este documento ha sido encargado a un grupo de trabajo convocado por el Observatorio Iberoamericano de la Ciencia, la Tecno-loga y la Sociedad del Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI. El documento ha sido coordinado por Mario Albornoz. Han colaborado en su redaccin Rodolfo Barrere, Elena Castro Martnez, Ignacio Fernndez de Lucio, Ariel Gordon, Pablo Jacovkis y Carmelo Polino, con el apoyo de Guillermo Anll y Mnica Silenzi. Agradecimientos a Javier Lpez Facal por su minuciosa lectura y por la formulacin de sugerencias.

  • Presentacin

    A modo de sntesis

    1. Ciencia, tecnologa y desarrollo 1.1. Decisiones estratgicas1.2. Un viejo anhelo de Amrica Latina1.3. Crisis y nueva oportunidad

    2. Desafos para el desarrollo iberoamericano2.1. Desarrollo productivo2.2. Equidad distributiva2.3. Cohesin, ciudadana y participacin2.4. Educacin de calidad y amplia cobertura2.5. Cooperacin y contruccin de espacios internacionales2.6. Madurez cientfica y tecnolgica

    3. Capacidades 3.1. La inversin en I+D3.2. Los recursos humanos para la I+D3.3. Las reas estratgicas 3.4. Otras reas y temas estratgicos3.5. Situacin de gnero3.6. Capacidades institucionales3.7. Articulacin de polticas

    4. Repensar la ciencia y la tecnologa en Iberoamrica 4.1. Estilos4.2. Excelencia y relevancia4.3. Ciencia, tecnologa e inters social4.4. Cooperar: transformar las diferencias en oportunidad4.5. Investigacin universitaria

    5. Innovacin

    5.1. Adaptacin acrtica del concepto de sistema de innovacin5.2. Patrones de innovacin de las empresas no basadas en I+D5.3. Concepcin amplia de la innovacin5.4. Vinculacin entre los agentes de los sistemas de innovacin

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    6. Objetivos, estrategias y propuestas de accin6.1. Estrategia para fortalecer la innovacin y el desarrollo tecnolgico6.2. Estrategia para orientar la I+D con criterios de excelencia y relevancia6.3. Estrategia para vincular la I+D con las demandas sociales6.4. Estrategia para el fomento de la investigacin en ciencias sociales6.5. Estrategia para mejorar la calidad educativa y promover las carreras cientficas6.6. Estrategia para fomentar la cultura cientfica y la percepcin pblica de la ciencia y la tecnologa6.7. Estrategia para integrar el Espacio Iberoamericano del Conocimiento6.8. Estrategia para aumentar la inversin en I+D6.9. Estrategia para aumentar el nmero de investigadores y tecnlogos6.10. Estrategia para mejorar la gestin de las instituciones cientficas

    7. Hacia la consolidacin de un programa

    Bibliografa

    AnexosAnexo IAnexo IIAnexo IIIAnexo IV

  • PresentacinEl conocimiento cientfico y tecnolgico es una de las principales riquezas de las sociedades contem-porneas y un elemento indispensable para impulsar el desarrollo econmico y social. La ciencia, la tecnologa y la innovacin se han convertido en herramientas necesarias para la transformacin de las estructuras productivas, la explotacin racional de los recursos naturales, el cuidado de la salud, la alimentacin, la educacin y otros requerimientos sociales.

    Los pases de Iberoamrica tienen hoy la oportunidad de consolidar avances logrados en los ltimos aos y enfrentar los desafos pendientes en el plano de la economa, la sociedad, la educacin y la cultura. El conocimiento cientfico y tecnolgico puede contribuir en gran medida a que ello sea posible. Los desafos deben ser enfrentados con una mirada estratgica, de largo plazo y en pro-fundidad, fortaleciendo los lazos comunes. Vincular las instituciones de ciencia y tecnologa con las demandas sociales conlleva un proceso que moviliza, no solamente a la comunidad cientfica, sino a muchos otros actores de la vida social.

    Un programa de ciencia y tecnologa para el desarrollo sostenible, la equidad y la cohesin social, aplicable a escala iberoamericana, sera una herramienta de gran ayuda para el logro de objetivos de cada pas y del conjunto de ellos. Un programa de tales caractersticas debe reconocer la diver-sidad de realidades nacionales y ser capaz de convertirla en una riqueza que fortalezca al conjunto, abriendo las puertas a la cooperacin entre los pases de Iberoamrica.

    El fortalecimiento institucional, la formacin de investigadores y tecnlogos, la creacin de instru-mentos de vinculacin y la difusin social de los conocimientos constituyen rasgos centrales de un programa de ciencia y tecnologa para el fortalecimiento de la cohesin social y la ciudadana, que pueda ser adoptado por la comunidad iberoamericana. No se trata de crear un programa ms, sino de generar un marco de consensos que, con una mirada estratgica, facilite la sinergia y la conver-gencia de muchas de las iniciativas existentes, complementndolas con otras nuevas que surjan del diagnstico y de los objetivos que se acuerden.

    El documento que aqu se presenta tiene el propsito de constituir un aporte para una discusin amplia y generosa, cuyo resultado sea un diagnstico compartido y un conjunto de propuestas que puedan transformarse en un programa comn, en este momento histrico en el que se conme-moran los bicentenarios. El texto inicial ha sido elaborado por un grupo de expertos convocados por la Organizacin de Estados Iberoamericanos para la Educacin, la Ciencia y la Cultura (OEI) a travs del Observatorio de la Ciencia, la Tecnologa y la Sociedad, dependiente del Centro de Altos Estudios Universitarios. A lo largo de los prximos meses ser enriquecido, corregido y ajustado siguiendo las sugerencias que sean formuladas por un amplio nmero de colegas de Iberoamrica que sern invitados a emitir su opinin.

    El Espacio Iberoamericano del Conocimiento ofrece el marco adecuado para este debate, as como para establecer estrategias de accin conjunta en el plano de la educacin superior, la investigacin, el desarrollo tecnolgico y la innovacin, con la mirada puesta en el desarrollo productivo y la equi-dad social.

    lvaro Marchesi UllastresSecretario General de la OEI

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    A modo de sntesisLa historia cientfica iberoamericana indica que nuestros pases han producido menos premios Nobel en ciencias que varias de las universidades ms prestigiosas del mundo desarrollado, y que nuestros escasos premios Nobel se concentran en pocos pases; ms an, en algunas de esas uni-versidades trabajan actualmente ms laureados con el Premio Nobel que la totalidad de los que produjo Iberoamrica. Anlogamente, la historia tecnolgica indica que algunas grandes empresas han registrado muchas ms patentes en las oficinas de Estados Unidos o de Europa que el total de las empresas de Iberoamrica en su conjunto; patentes cuyo desarrollo, valga la irona, en algunos casos provienen de investigaciones realizadas en Iberoamrica.

    Es preciso reconocer que no disponemos hoy de la ciencia y la tecnologa que nos sirvan como he-rramienta indispensable para el desarrollo. Para contar con ellas deberamos adoptar polticas ade-cuadas a corto, mediano y largo plazo, que debern adems aprovechar la rica experiencia adquirida por los pases iberoamericanos a lo largo de su historia.

    Si bien la palabra desarrollo puede ser considerada como un tanto vaga, en el sentido de no tener un significado nico y una definicin completamente clara, as y todo permite plantear los desafos que se le presentan a Iberoamrica. Necesitamos alcanzar un desarrollo productivo con mayor valor agregado y lograr una mayor equidad distributiva, as como un aumento significativo de la cohesin social y de la inclusin ciudadana. Es preciso garantizar el acceso igualitario a una educacin de cali-dad, disminuyendo desequilibrios, superando los problemas de desercin y exclusin, mejorando la enseanza de la ciencia y favoreciendo las vocaciones cientficas.

    Debemos disponer de un nmero ms amplio de profesionales altamente capacitados; cientficos y tecnlogos en condiciones de crear nuevo conocimiento a travs de la I+D y de obtenerlo tambin de fuentes externas. En ambos casos, se trata de apropiarlo, adaptarlo y transferirlo a los actores de las tramas productivas y sociales. Es importante sealar que una cultura cientfica y tecnolgica ampliamente extendida en la poblacin es tambin una condicin necesaria para dar impulso a la vinculacin entre quienes producen, identifican, adaptan y aplican los conocimientos. Una sociedad innovadora es aquella en la cual la bsqueda de nuevas soluciones ms eficientes comienza en la base misma de la organizacin social.

    Para poder llevar a cabo todo esto es preciso estimar los recursos cientficos y tecnolgicos con los que cuentan los pases de Iberoamrica. Cul es el panorama en ciencias bsicas, en ciencias sociales, en tecnologa? El sostenido crecimiento econmico de los ltimos aos ha permitido devolver cierto auge a las polticas de ciencia y tecnologa, al tiempo que se incorporaba a la agenda el tema de la innovacin. Los resultados, sin embargo, ms parecen haber consolidado las capacidades cientficas tradicionales, que generado un impulso determinante para la modernizacin del sistema productivo.

    Pese a la tendencia al crecimiento, un rasgo comn a la mayor parte de los pases iberoamericanos es que los recursos asignados la ciencia y a la tecnologa son todava escasos. La inversin en I+D es claramente inferior a la de los pases ms desarrollados. Sobre todo en ciertas disciplinas, la menor cantidad de recursos afecta necesariamente el grado de novedad de la I+D que se realiza en la re-gin, muchas veces asociada a la disponibilidad de equipamientos de alto costo. Al mismo tiempo, si se forman nuevos investigadores pero no se incrementa el nivel de gasto por investigador, la atrac-cin de los pases de mayor desarrollo hara que la fuga de cerebros contine pudiendo incremen-tarse amenazando seriamente la evolucin del sistema de ciencia y tecnologa.

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    Es fundamental definir las reas estratgicas, teniendo en cuenta que la consolidacin de nuevos pa-radigmas tecnocientficos con capacidad de penetracin horizontal est trasformando la produccin en casi todos los sectores. En ese sentido, es posible asignar carcter estratgico a la investigacin en TIC, nanotecnologa, biotecnologa, tecnologa de alimentos, biodiversidad, descontaminacin, energa, explotacin sustentable de recursos naturales, forestacin, recursos hdricos y transporte, entre otras.

    Es necesario repensar la ciencia y la tecnologa en Iberoamrica, lo que equivale a pensar en los es-tilos de ciencia ms adecuados y en la definicin correcta de lo que entendemos por excelencia y re-levancia. Una pregunta debe ser formulada: dadas estas necesidades nacionales e iberoamericanas, que ciencia y qu tecnologa pueden contribuir ms a la solucin de los problemas? Las polticas implementadas tienen que estar pensadas como polticas de Estado. En este anlisis debemos incre-mentar la cooperacin internacional como instrumento fundamental para fortalecer y complemen-tar las capacidades nacionales de investigacin, desarrollo tecnolgico e innovacin.

    Pensar una estrategia para la ciencia y la tecnologa en Iberoamrica supone abordar tambin la cuestin del papel de la universidad; potenciar las capacidades en I+D de los centros universitarios de excelencia con los que cuenta la regin y pensar estrategias para ampliar las oportunidades edu-cativas de calidad para todos los sectores de la poblacin. Para esto se requieren polticas especficas para cada uno de los distintos tipos de universidad. La heterogeneidad del panorama universitario iberoamericano demanda estrategias diferenciadas que contemplen potencialidades y limitaciones de las distintas realidades que configuran a la regin. No hay que olvidar, adems, que las univer-sidades iberoamericanas han cumplido y deben seguir hacindolo un papel fundamental en la ampliacin de los derechos de ciudadana a partir de la extensin del acceso a la educacin.

    Es importante tambin analizar el concepto de innovacin, lo que significa que no hay que adoptar acrticamente dicho concepto, sino adaptarlo a nuestras realidades y nuestras culturas, reconociendo los patrones de innovacin de las empresas no basados en la I+D. Se debe evitar el seguidismo marca-do a lo que se hace en los pases ms avanzados y vincular los agentes de los sistemas de innovacin.

    A partir de todo ello, es necesario entonces definir objetivos, estrategias y propuestas de accin para lograr estimular la innovacin y el desarrollo tecnolgico; orientar la investigacin con criterios de excelencia y relevancia; mejorar la calidad educativa y fomentar la cultura cientfica; aumentar la in-versin en I+D y el nmero de investigares y tecnlogos; en suma, integrar el Espacio Iberoamerica-no del Conocimiento. Este documento sugiere algunas acciones concretas para transitar ese camino.

  • 1. Ciencia, tecnologa y desarrollo

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    El conocimiento cientfico y tecnolgico es hoy una de las principales riquezas de las sociedades contemporneas y se ha convertido en un elemento indispensable para impulsar el desarrollo eco-nmico y social. Para denominar a este proceso se han acuado expresiones como sociedad del conocimiento y economa del conocimiento. Con ellas se describen fenmenos que caracterizan a la poca actual, pero que adems tienen un carcter emblemtico, por cuanto muestran un camino al que todos los pases han de ajustarse en la medida de sus posibilidades. Sealan un rumbo y las oportunidades disponibles. La prosperidad de los pases ha quedado as asociada con el valor que agrega el conocimiento a los productos con los que se posiciona en el mercado y a los servicios que brinda a sus ciudadanos. El xito en el camino de desarrollo de los pases depende en buena medida de la capacidad de gestionar el cambio tecnolgico y aplicarlo a la produccin, la explotacin racio-nal de recursos naturales, la salud, la alimentacin, la educacin y otros requerimientos sociales.

    1.1. Decisiones estratgicas

    Son varios los pases que han logrado dar un salto en su economa, logrando que sus empresas ocu-pen destacadas posiciones en el mercado internacional. Es cierto que algunos de ellos no han es-capado a los sobresaltos de la crisis que golpea la economa mundial, pero su capacidad cientfica y tecnolgica es uno de los principales recursos a los que pueden apelar para recuperar la produccin, ganar mercados, fortalecer el empleo y lograr una respuesta socialmente cohesionada a las severas condiciones que la crisis impone.

    Capacidad cientfica y tecnolgica. Una primera decisin estratgica remite a la necesidad de forta-lecer la capacidad cientfica y tecnolgica de los pases de Iberoamrica. Disponer de las capacidades necesarias para crear conocimiento y gestionar su incorporacin a las actividades productivas es algo que no se logra por arte de magia ni en un plazo corto; se requieren decisiones estratgicas, de largo plazo. Tampoco se resume todo en fortalecer la investigacin y desarrollo (I+D). Para im-pulsar la sociedad y la economa del conocimiento es preciso contar con instituciones educativas capaces de formar profesionales de muy alto nivel, sistemas de informacin cientfica y tecnolgica, mecanismos de vinculacin entre los centros de I+D y el sector productivo, incentivos eficaces y empresarios innovadores, adems de un clima cultural que favorezca la libre circulacin de ideas, la originalidad, la racionalidad y la independencia de criterios.

    La innovacin. Otra decisin estratgica de fundamental importancia se refiere al estmulo a la inno-vacin. La innovacin es la meta hacia la que se orientan muchos de los esfuerzos y polticas pblicas en ciencia y tecnologa. La innovacin es el proceso que conduce a mejorar la posicin competitiva de las empresas mediante la generacin e incorporacin de nuevas tecnologas y conocimientos de distinto tipo. Este proceso consiste en un conjunto de actividades no solamente cientficas y tecno-lgicas, sino tambin organizacionales, financieras y comerciales, capaces de transformar las fases productiva y comercial de las empresas. La innovacin es la base de la economa del conocimiento y es tambin uno de los motores de la globalizacin.

    Siendo esto as, los pases de Iberoamrica deben aplicar polticas que conduzcan a impulsar la inno-vacin, crear e incorporar conocimiento cientfico y tecnolgico de calidad y socialmente relevante, difundirlo y aplicarlo en las empresas y otras instituciones. En este proceso deben colaborar, tanto los investigadores, los tecnlogos y los gestores, como los empresarios, los gobiernos, las institucio-nes educativas, la opinin pblica y otros actores de la sociedad. Todos ellos han de estar involucra-dos en un proceso de aprendizaje que requiere cambios profundos de mentalidad y de conductas.

    Oportunidades. Adoptar una mirada estratgica permite detectar las oportunidades que pueden ser aprovechadas en funcin de las capacidades bsicas disponibles. Sin embargo, cabe preguntarse si todos los pases tienen la mismas oportunidades para acceder a este nuevo modelo de sociedad y

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    de economa, pero sobre todo corresponde formular la pregunta acerca de todo cul es el camino: hay una sola ruta que conduce al xito, que todos deben seguir, o los pases iberoamericanos en conjunto y cada uno de ellos individualmente deben construir un camino propio, acorde con sus capacidades, sus debilidades, sus valores culturales y su propia historia?

    Riesgos. Es tambin estratgica la necesidad de analizar los riegos implcitos en los distintos estilos de desarrollo cientfico y tecnolgico. En un plano, cada vez ms presente tambin se platean el in-terrogante acerca de si la ola tecnolgica que da sustento al modelo optimista tiene algn grado de responsabilidad en la profundizacin de la exclusin social y del deterioro ambiental.

    Hay que llamar la atencin sobre el hecho de que, casi al mismo tiempo que se creaba la expresin sociedad del conocimiento, en otros foros se acuaba la expresin sociedad de riesgo para ad-vertir sobre algunas consecuencias no deseables del modelo de desarrollo imperante. La ciencia y la tecnologa dan muchas respuestas a los problemas que nuestras sociedades deben enfrentar, pero tambin crean riesgos que no es posible ignorar. Es pertinente, entonces, la pregunta acerca de si la crisis que est conmoviendo a las grandes economas en estos aos es exclusivamente financie-ra, como se seala con insistencia, o si se trata de la crisis global de un modelo de desarrollo, que se expresa tambin en el calentamiento global, el desempleo, la reconfiguracin de las relaciones internacionales y el despertar de pueblos que reclaman democracia y condiciones de vida dignas.

    La tarea. Las preguntas anteriores deben ser respondidas por quienes toman decisiones en los pa-ses de Iberoamrica, al buscar senderos que conduzcan al desarrollo, no solamente econmico, sino tambin a la mejor calidad de vida de la poblacin, y a la igualdad de oportunidades para todos. Esta tarea depende cada vez ms de la capacidad de articular alianzas en el plano internacional y de generar espacios basados en la solidaridad y en problemticas comunes, as como en identidades culturales bsicas. La sociedad del conocimiento es cada vez ms una sociedad regional. El Espacio Iberoamericano del Conocimiento brinda la oportunidad de dar expresin a este proyecto.

    1.2. Un viejo anhelo de Amrica Latina

    No es la primera vez que en Amrica Latina se registra consenso, tanto a nivel de los gobiernos como de la opinin pblica, acerca de que las polticas de ciencia, tecnologa e innovacin constituyen un instrumento estratgico que los pases deben cuidar y utilizar para poder transitar un sendero de desarrollo sustentable. En tanto la brecha entre pases ricos y pobres no es slo una brecha de ri-queza, sino tambin de conocimiento, estas polticas se han convertido en herramientas necesarias para la transformacin de la estructura productiva, as como para la mejora de la gestin pblica y las polticas educativas y sociales orientadas al fortalecimiento de la ciudadana.

    La preocupacin por aprovechar las oportunidades que el conocimiento cientfico y tecnolgico ofrece ha sido un viejo anhelo presente en las polticas desarrollistas que los pases de Amrica Latina iniciaron en la segunda mitad del siglo veinte. El pensamiento acerca del desarrollo, que fue madurando en la segunda posguerra, identific como una de sus metas principales la lucha contra la pobreza e instal la idea de que el xito en tal empeo trasciende el mero crecimiento de la eco-noma, ya que conlleva esencialmente la modernizacin de las estructuras sociales y el desarrollo humano integral (Prebish, 1986; Sunkel y Paz, 1970).

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    Las ciencias sociales iberoamericanas han acumulado una importante tradicin terica en el estudio de la problemtica del desarrollo. El estructuralismo latinoamericano desde las ciencias econ-micas- y la teora o enfoque de la dependencia desde la sociologa poltica y la economa poltica- aportaron el horizonte de sentido a partir del cual se comprenda el problema del desarrollo en las dcadas de los sesenta y los setenta, no slo en Iberoamrica, sino tambin en otras regiones del entonces denominado Tercer Mundo. La ciencia y la tecnologa ocupaban un lugar destacado en el marco de esta reflexin y eran comprendidas desde distintas posiciones ideolgicas, tanto como reproduccin de la relacin dependiente que estableca la regin con los pases centrales, como as tambin como una herramienta indispensable para transitar un sendero de desarrollo.

    Algunas personalidades relevantes creyeron en la capacidad local para alcanzar el desarrollo y regu-lar los flujos de tecnologa extranjera. La inexistencia o la extrema fragilidad de los vnculos e influen-cias recprocas entre el estado, la sociedad y la comunidad cientfica constituan un problema cuya importancia fue claramente percibida por Jorge Sabato, uno de los pioneros latinoamericanos en estos temas, quien propuso, como modelo orientador de las estrategias de desarrollo, un "tringulo de interacciones entre los vrtices correspondientes al gobierno, el sector productivo y las institu-ciones cientficas y acadmicas (Sabato, J. y Botana, N. 1968).

    En forma paralela, hacia finales de los aos sesenta, comenz a gestarse en el seno de la comunidad cientfica de algunos pases latinoamericanos una actitud crtica respecto al modelo seguido hasta entonces en la investigacin cientfica, al que se cuestionaba como centrado sobre s mismo. Se pro-dujo entonces un giro hacia la relevancia social que, en algunos casos, adquiri la forma de un nuevo modo de vida, en laboratorios abiertos a las necesidades sociales, como expresin de la bsqueda de un estilo de sociedad ms equitativo. Se descubra en la ciencia el valor de un instrumento de transformacin social.

    No cualquier estilo cientfico es compatible con un estilo de sociedad determinada, afirmaba el qu-mico y matemtico Oscar Varsavsky (1969) en un libro muy controvertido, en el que realizaba un cuestionamiento radical que le llevaba a distinguir entre la ciencia importada, copiada o gene-rada localmente, en funcin de su orientacin a demandas sociales, y caracterizaba el modelo de pas que a cada una de ellas corresponda.

    Amlcar Herrera (1995), pionero de los estudios prospectivos en Amrica Latina, vinculaba el carc-ter marginal de la ciencia en la regin con la dependencia de los centros de poder mundial y sea-laba que la investigacin cientfica tena ms relacin con las necesidades internas del grupo social que las generaba que con los requerimientos propios del desarrollo de cada pas. De este modo, la ciencia quedaba reducida a un artculo de consumo, y nunca era considerada desde las polticas de promocin, como un activo econmico y un campo de inversin.

    Por su parte, el destacado economista Celso Furtado (1970) afirmaba que era necesario que Amrica Latina para su desarrollo alcanzara un mnimo de autonoma tecnolgica. Dadas las particularidades de las materias primas de la regin y teniendo en cuenta los aspectos sui generis de la economa latinoamericana, el desarrollo exige un esfuerzo concertado en la promocin de la investigacin tec-nolgica y de las ciencias bsicas, afirmaba.

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    1.3. Crisis y nueva oportunidad

    El modelo desarrollista basado en la industrializacin sustitutiva de importaciones que fuera impul-sado por CEPAL durante dcadas entr en crisis en la mayor parte de los pases de Amrica Latina, en un contexto de convulsiones internas, presiones externas, gobiernos autoritarios y democracias debilitadas, despus de haber tenido un xito parcial. La regin vivi a partir de entonces uno de sus perodos histricos ms difciles.

    Muchos gobiernos inspirados en el consenso de Washington pusieron en prctica un replantea-miento del papel del estado que condujo a que ste viera reducido su mbito de accin, abandonan-do sectores de actividad que hasta entonces le eran indiscutiblemente propios para adoptar otras funciones, supuestamente vinculadas con las regulaciones y el control de la calidad, pero que en la prctica muchas veces conllevaron un retroceso en la financiacin pblica a muchas actividades; entre ellas, las acadmicas, cientficas y tecnolgicas.

    En los primeros aos del siglo XXI la situacin ha dado indicios de revertirse. La poltica cientfica y tecnolgica est siendo progresivamente incorporada a la agenda de los pases de Iberoamrica. La inversin en ciencia, tecnologa y educacin superior ha aumentado en casi toda Iberoamrica. La mayor parte de los pases han comenzado a formular y aplicar polticas de estmulo a la innova-cin. La cooperacin internacional en ciencia y tecnologa ha crecido y nutre las relaciones entre Iberoamrica y el resto del mundo. La creacin de un espacio comn destinado a fortalecer la edu-cacin superior, la investigacin, el desarrollo tecnolgico y la innovacin es la tarea que se impone.

  • 2. Desafos para el desarrollo iberoamericano

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    Los pases de Iberoamrica tienen en el presente la oportunidad de redefinir su presencia en la escena internacional, en un momento en el que emergen nuevos actores y los bloques que han prevalecido se estn reconfigurando. Brasil ha alcanzado ya uno de los principales lugares entre las economas ms poderosas. Los precios internacionales de las materias primas han permitido a los pases de Amrica Latina crecer a altas tasas en los ltimos aos y parecen asegurar un crecimiento no tan pronunciado, pero continuado en el futuro. Con todo, tales condiciones no parecen asegurar que los beneficios de esta relativa prosperidad vayan a ser continuados, independientemente del precio de las materias primas, y se vayan a distribuir en forma equitativa. Restan desafos a enfren-tar, en los planos de la economa, la sociedad, la educacin y la cultura, as como en la insercin en el plano internacional de un modo que permita sostener, por la va del comercio y de la cooperacin, los esfuerzos por alcanzar un desarrollo con el rostro de la equidad. Algunos de estos desafos son:

    1. Desarrollo productivo.2. Equidad distributiva. 3. Cohesin, ciudadana y participacin. 4. Educacin de calidad y con amplia cobertura. 5. Cooperacin y construccin de espacios internacionales.6. Madurez cientfica y tecnolgica.

    Estos desafos deben ser enfrentados con una mirada estratgica, de largo plazo y en profundidad, con el apoyo del conocimiento cientfico y tecnolgico que sea posible crear u obtener, aplicndolo con inteligencia a la resolucin de las tareas pendientes.

    2.1. Desarrollo productivo

    Los pases de Iberoamrica afrontan el desafo de desarrollar un perfil productivo con mayor valor agregado, cambiando la composicin de las exportaciones hacia productos con mayor complejidad tecnolgica, aprovechando la oferta de conocimientos generada localmente y administrando el flujo de la tecnologa importada.

    El problema del desarrollo ha atravesado la discusin poltica e intelectual de Amrica Latina durante el siglo veinte y permanece en la agenda como uno de los desafos pendientes que enfrenta la regin en el siglo veintiuno. Luego de agotado el perodo de industrializacin sustitutiva de importaciones -orientado casi exclusivamente al mercado interno- y despus del perodo de apertura irrestricta al mercado internacional, en el marco del denominado consenso de Washington, que impulsaba polti-cas de reduccin del Estado, la regin avanza en la bsqueda de caminos que conduzcan a potenciar el crecimiento y mejorar su calidad, en lo que se refiere a niveles de empleo e integracin social.

    La ltima dcada ha presentado importantes avances en las polticas macroeconmicas de la mayor parte de los paises de Amrica Latina. Durante el perodo previo a la crisis internacional de 2008, la combinacin de un entorno internacional muy favorable y una mejor administracin de las polticas macroeconmicas permitieron, con diferencias entre los distintos pases, sostener el crecimiento, controlar la inflacin, disminuir la deuda pblica y aumentar las reservas internacionales mediante el logro de un supervit fiscal y en cuenta corriente (Ocampo, 2007, 2009). Este escenario macroeco-nmico favorable permiti refinanciar la deuda pblica y ampliar el gasto social (CEPAL, 2010). Sin embargo, el desarrollo de un perfil productivo con mayor valor agregado, cambiando el perfil de las exportaciones, contina siendo un desafo en la regin.

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    Existe un debate en la literatura econmica acerca de los alcances y lmites de las transformaciones producidas en los trminos de intercambio del comercio internacional iberoamericano que permi-tieron revertir el endmico problema de restriccin externa. Hay consenso acerca de que algunas economas emergentes estn desempeado un cierto papel como agentes dinamizadores del cre-cimiento mundial, en particular los pases del grupo denominado BRIC (Brasil, Rusia, India, China), lo cual estara reconfigurando los polos del comercio internacional. En este sentido, la CEPAL (2010) prev que el mayor peso de los pases emergentes en el comercio internacional incrementar la demanda mundial de energa, alimentos, metales y minerales, lo que impulsar las cifras relativas al volumen y el valor de las exportaciones de la regin (CEPAL, 2010).

    La diversificacin productiva, sin embargo, se ve amenazada por el efecto inverso de una re-primari-zacin de las exportaciones regionales, con la consecuente vulnerabilidad a las fluctuaciones de los precios de los bienes primarios, perpetuacin de la heterogeneidad estructural y lmites en cuanto a la capacidad de aumentar el empleo de calidad e impulsar una redistribucin ms equitativa del ingreso. Este es el momento para que los pases de Amrica Latina, con los agregados macroecon-micos relativamente equilibrados y con ingentes ingresos de divisas fruto de los favorables trminos de intercambio, hagan el esfuerzo por aprovechar esos excedentes y los inviertan de tal forma que se modifique su estructura productiva y, por ende, su oferta de productos al mundo.

    Corregir los sesgos del comercio exterior y fortalecer la capacidad productiva local, por parte de los pases iberoamericanos, demanda determinadas polticas econmicas que estimulen la actitud innovadora de las empresas. Esto implica, adems, disponer de la capacidad de crear conocimiento cientfico u obtenerlo de distintas fuentes, transferirlo para su aplicacin como conocimiento tecno-lgico, formar profesionales altamente capacitados y facilitar el acceso a fuentes de informacin tec-nolgica. Un programa para la ciencia y la tecnologa en Iberoamrica debe contener, por lo tanto, acciones de apoyo a la I+D y la formacin de recursos humanos, as como tambin a la informacin, la vinculacin y la transferencia de los conocimientos. 2.2. Equidad distributiva

    La equidad, como dimensin intrnseca del desarrollo, es una antigua aspiracin nunca satisfecha de los pases de Amrica Latina. Fue muy destacada la contribucin hecha a finales de los ochenta por la CEPAL, vinculando estrechamente el crecimiento y la equidad. La grfica expresin de Fernando Fajnzylber acerca del casillero vaco en Amrica Latina, aquel en el que tanto el crecimiento como la equidad adquiriran signo positivo, sigue teniendo vigencia actualmente. Veinte aos despus de haber sido formulado un diagnstico tan sinttico, el casillero que vincula el crecimiento econmico con la equidad sigue vaco para amplios sectores sociales, en los pases de la regin.

    La existencia de una brecha social muy profunda en el acceso a los bienes materiales y culturales, as como a los servicios bsicos, constituye un apelativo tico al conjunto de la sociedad y una tarea que desde la poltica debe ser abordada con urgencia, a riesgo de que se produzca una deslegitimacin generalizada del orden poltico democrtico.

    Un proceso de modernizacin construido sobre la base de la peor distribucin de riqueza del mundo configur la historia latinoamericana. Durante el siglo pasado, la alta volatilidad de los ciclos econ-micos y la inestabilidad poltica de los regmenes democrticos configuraron un crculo vicioso de alta pobreza y desigualdad.

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    Como contracara de la sociedad del conocimiento, muchos problemas sociales acuciantes esperan todava hoy ser resueltos. La pobreza y la marginacin que afectan los derechos bsicos de educa-cin, salud y vivienda, entre otros, hacen que la equidad constituya una meta an no alcanzada en Iberoamrica y para cuyo logro es necesario realizar renovados esfuerzos. Las nuevas tecnologas, de por s, no tienen la capacidad de solucionar la brecha social (de hecho, podran aumentarla). Lo que s pueden hacer es brindar nuevas herramientas y oportunidades para contribuir a disminuirla; pero para que eso pase es imprescindible que los gobiernos y las sociedades pongan en prctica polticas en tal sentido.

    A ello se agrega la brecha social, como expresin de la inequitativa distribucin del ingreso. El es-trato conformado por el 40% de los hogares latinoamericanos ubicados en el extremo inferior de la estructura de distribucin capta en promedio apenas un 14% del ingreso total. Ms de doscientos millones de habitantes de Iberoamrica son pobres y ms de ochenta millones son indigentes. La tasa de desempleo juvenil de la regin es de 13% (6,7 millones), cifra 2,5% veces mayor a la tasa de los adultos, ha sealado la Oficina Internacional del Trabajo de la OIT. En 2007 esa tasa se haba ubicado en 11%.

    El 20% de los jvenes no estudia ni trabaja y de ese grupo la mayora son mujeres (67%). La tasa de desempleo de las mujeres jvenes es de 17%, mientras que la de los hombres de 11%. Entre los que trabajan, 16 millones de jvenes tienen ocupaciones precarias, 5,1 millones son emprendedores y 7 millones trabajan como independientes. Slo el 37% de los ocupados cuenta con seguro de salud y un mismo porcentaje tiene un seguro de pensiones. El porcentaje de trabajadores jvenes que parti-cipan en la economa informal en las zonas urbanas creci 5,4% entre mediados de 2007 y mediados de 2009, para llegar a 51,4%; mientras que una cuarta parte adicional de los trabajadores jvenes estaba empleada de manera informal por empresas que operan en la economa formal.

    Las ltimas dcadas exhiben la consolidacin de la democracia, mientras que en el plano econmico durante el perodo 2003-2008 se logr la fase ms larga e intensa de crecimiento econmico de la re-gin desde los aos setenta, en el marco de una fuerte expansin econmica internacional. Aunque estas cifras han comenzado a disminuir levemente a partir de 2002 y se registr un ligero avance en la lucha contra la pobreza, como resultado del crecimiento que registran las economas regionales desde aquel ao, la fragilidad estructural de los pases de la regin no permite considerar que ese crecimiento habr de ser sostenido en los prximos aos. Por el contrario, se han acentuado algunos rasgos de vulnerabilidad de la regin frente a las perturbaciones econmicas del contexto mundial.

    En efecto, el reciente periodo de crecimiento econmico permiti mejorar los indicadores sociales y reducir el desempleo. Durante el sexenio 2003-2008 la pobreza se redujo del 44% al 33%, mientras que la pobreza extrema disminuy del 19,4% al 12,9%. A su vez, la creacin de empleo por la mayor actividad econmica permiti reducir el desempleo al 7,5% en 2008 (CEPAL, 2010). Sin embargo, en el contexto de la crisis econmica y financiera internacional, el crecimiento econmico iberoame-ricano dista de estar consolidado, y la pobreza y la desigualdad continan recordando las grandes deudas sociales de la regin.

    En 2009 los indicadores sociales revirtieron la tendencia a la mejora que exhiban en los aos anterio-res, aumentando la pobreza al 34,1%, mientras que la indigencia aument al 13,7%. La destruccin de empleo por la crisis aument el desempleo al 8,3% a fines de 2009. Detrs de estas estadsticas hay nueve millones ms de personas en situacin de pobreza en 2009, lo que incluye un aumento de cinco millones de personas en situacin de indigencia (CEPAL, 2010).

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social20

    En definitiva, las brechas econmica y social no se han cerrado, excepto para un tercio de la po-blacin iberoamericana, y ello a costa de una polarizacin sin precedentes de la riqueza, lo que ha multiplicado la pobreza y la exclusin social. Ello da cuenta de desajustes entre el escenario de la democratizacin y de la satisfaccin de las necesidades sociales. Es ilusorio pensar que Amrica La-tina habr de tolerar un nuevo aplazamiento de la equidad distributiva, supeditando a que se hayan alcanzado ciertas metas de crecimiento que alguna instancia tcnico poltica hubiera determinado como la condicin necesaria de un derrame social igualitario. Para seguir creciendo se requiere in-clusin social, no declamada, sino eficaz en facilitar el acceso de los hoy marginados, a los beneficios del desarrollo.

    La inequidad distributiva es un problema cuya solucin depende principalmente de las configuracio-nes del poder poltico en cada sociedad. Hay, sin embargo, un gran espacio para la ciencia: compren-der la magnitud del problema de la inequidad en la distribucin del ingreso, caracterizarlo correc-tamente, desentraar los mecanismos y relaciones de poder que estn en juego y proponer lneas de accin posibles es un campo abierto al estudio emprico y la conceptualizacin por parte de las ciencias sociales.

    2.3. Cohesin, ciudadana y participacin

    La idea de cohesin social aspira a ser superadora de otras miradas que focalizan la dinmica entre inclusin y exclusin slo bajo una ptica de distribucin inequitativa del ingreso. Es un concepto abierto, que contiene aspectos referidos a la cobertura de las necesidades bsicas y agrega otros de ndole poltica y cultural que tienen que ver con la pertenencia a la comunidad nacional. La cohesin social se nutre de elementos materiales, como la distribucin del ingreso y de la fuerza de trabajo, de polticas sociales (fundamentalmente, las de educacin, salud y otras ligadas al bienestar) y de aspectos culturales, tales como el sentido de pertenencia y de respeto a las normas. Apunta tambin a la constitucin misma de las sociedades nacionales en el contexto de sus relaciones en el plano internacional. La cohesin, as concebida, se juega en diversos niveles: comunidades, pases y espa-cios internacionales.

    La CEPAL ha definido la cohesin social como la dialctica entre mecanismos instituidos de inclusin y exclusin sociales y las respuestas, percepciones y disposiciones de la ciudadana frente al modo en que ellos operan. Esta definicin se caracteriza por incluir la referencia a la ciudadana. En tal sentido, se seala que las polticas de largo plazo que aspiran a igualar oportunidades requieren un contrato social que les otorgue fuerza y continuidad, y un contrato de tal naturaleza supone el apoyo de una amplia gama de actores, dispuestos a negociar y consensuar amplios acuerdos. Con tal fin, los actores deben sentirse parte del todo y estar dispuestos a ceder en sus intereses personales en aras del beneficio del conjunto (CEPAL; 2007).

    La aspiracin al logro de una comunidad iberoamericana dotada de mayor cohesin, en trminos de relaciones sociales ms equitativas, con un grado ms alto de pertenencia, depende en gran medida de la activa participacin ciudadana. Ello supone la existencia de una comunidad poltica, de marcos institucionales y normativos que den garantas y de un espacio pblico en el que se ejerzan los dere-chos y obligaciones (CEPAL, 2010). La ciudadana remite, por lo tanto, a los derechos y a los deberes sociales y requiere la consolidacin de la democracia, en tanto rgimen que garantice las libertades civiles, el acceso plural al gobierno, la transparencia informativa y la participacin. Asimismo, para el ejercicio de la ciudadana es preciso que los ciudadanos cuenten con los recursos necesarios para el pleno ejercicio de sus derechos.

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 21

    Consecuentemente, las instituciones ms estrechamente conectadas con la cohesin social y la ciu-dadana son el sistema educativo, el sistema pblico de salud y los servicios sociales. Las institucio-nes educativas tienen la oportunidad de formar ciudadanos como sujetos capaces de pensar por s mismos en un contexto plural y procesar crticamente la informacin que reciben. La problemtica de la seguridad social aparece desde esta perspectiva como una garanta que los ciudadanos deben recibir frente a la pobreza extrema, la enfermedad, la ignorancia y la falta de informacin. Ambas ideas, estrechamente vinculadas entre s, se apoyan en la ciencia bajo dos perspectivas di-ferentes: por un lado, como sustento racional ltimo de la organizacin social y de la relacin con la naturaleza; por otro lado, como instrumento para el logro de objetivos materiales de la sociedad. Los avances en salud, alimentos, telecomunicaciones y transportes, entre otros, contribuyen a ele-var la calidad de vida de poblaciones en buena parte del planeta. En esta perspectiva, el dominio de los conceptos y los productos del trabajo cientfico resulta un elemento clave para el logro de una sociedad cohesionada, compuesta por ciudadanos.

    La ciudadana, con su componente de aceptacin responsable de la pertenencia a la comunidad, re-fuerza la necesidad de la intervencin activa de los ciudadanos en los procesos de toma de decisin en temas que el avance del conocimiento torna cada vez ms sensibles. Las consecuencias de los avances de la ciencia y la tecnologa para la vida cotidiana agregan una carga de necesidad y urgencia a la capacidad de manifestacin de los ciudadanos acerca de las opciones que ataen a los estilos de desarrollo tecnolgico, a las cuestiones ticas relacionadas con la vida, a la salud y al cuidado de la naturaleza y el ambiente, entre otros aspectos.

    El buen ciudadano es hoy un ciudadano consciente, informado acerca de los avances cientficos y tecnolgicos, as como de sus eventuales consecuencias y riesgos, deseoso de manifestar su opi-nin. La participacin ciudadana es as, un elemento imprescindible de control social acerca de la toma de decisiones que involucran al mundo cientfico, las empresas, los gobiernos y las organiza-ciones sociales en materias que comprometen el presente y el futuro de la humanidad. Informacin y participacin responsable son dos rasgos esenciales de la ciudadana y de la cohesin social.

    2.4. Educacin de calidad y amplia cobertura

    La mejora de la calidad de la educacin y la ampliacin del acceso y las oportunidades educativas a toda la poblacin constituyen requisitos fundamentales para el fortalecimiento de la ciudadana. Garantizar el acceso igualitario a una educacin de calidad constituye un requisito indispensable no slo en trminos ciudadanos y de cohesin social, sino tambin de cara al desarrollo de un perfil productivo con mayor valor y conocimiento agregado, que permita aumentar el empleo de calidad. Tanto la mejora de la calidad, como el aumento de las oportunidades educativas son desafos pen-dientes para Iberoamrica de cara al desarrollo econmico y la cohesin social. La evolucin de los sistemas educativos, originariamente pensados como paradigmas de integracin y movilidad social, plantean actualmente varias encrucijadas especialmente crticas. Las Metas Educativas 2021 (OEI, 2010) dejan en claro que, aun considerando las significativas diferencias entre pases, o entre dis-tritos y regiones en el interior de cada pas, hay problemas de amplio calado compartidos, especial-mente, por los pases de Amrica Latina. Entre ellos cabe destacar cuestiones relativas a la debilidad de los estados para intervenir, los desequilibrios entre la educacin pblica y privada, o los proble-mas de desercin y exclusin, asociados a los impactos que las transformaciones y los desequilibrios sociales tienen en el contexto escolar.

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social22

    De igual manera, la educacin se enfrenta a retos con respecto a su propia identidad y funcin so-cial: desafos de autoridad pedaggica, de formacin y actualizacin docente, de relacin entre los distintos segmentos educativos (con especial referencia a la vinculacin entre la educacin media y la universitaria), de articulacin con las necesidades del mercado de trabajo y de comprensin de las culturas juveniles. A ello hay que agregar una crisis de infraestructura y equipamiento, muy acentuada en algunos pases. Este es el horizonte en el cual las Metas 2021 sealan crticamente el problema de la insuficiente calidad de la formacin que brinda hoy, por ejemplo, la escuela media. Entre los principales retos se destaca la fragmentacin del sistema educativo, no solamente entre las instituciones educativas pblicas y las privadas, sino en el interior de cada conjunto, dando lugar a la existencia de distintos tipos de escuelas, con diferentes oportunidades educativas. La fragmentacin es hija de la desigualdad instalada en el seno de las sociedades latinoamericanas.

    Educacin primaria y secundaria. Distintos estudios permiten apreciar que los estudiantes ibe-roamericanos tienen un importante dficit de aprendizaje, adquisicin de capacidades bsicas (como, por ejemplo, en matemticas) y capacidad lectora. Asimismo, como dato significativo para las polticas pblicas nacionales y regionales, se puede destacar que los logros alcanzados por los alumnos de Iberoamrica estn por debajo de los valores obtenidos por los jvenes de los pases desarrollados de la OCDE. Segn se consigna en el documento Metas Educativas 2021 (OEI, 2010), entre el 40% y el 60% de los alumnos latinoamericanos participantes en las pruebas PISA no alcanza los niveles de rendimiento que se consideran imprescindibles para incorporarse a la vida acadmica, social y laboral como ciudadanos. Y agrega: puesto que la posicin relativa en SERCE es similar, puede concluirse que es un reto para la regin elevar el nivel de rendimiento de todos los alumnos.

    Enseanza de la ciencia y vocaciones cientficas. El mejoramiento de la calidad educativa est aso-ciado adems a otra problemtica que cada vez se vuelve ms crtica para los desafos que plantea la gestin de la sociedad y de la economa del conocimiento regional: se trata de la necesidad de promover vocaciones cientficas y tecnolgicas en las nuevas generaciones. En reiteradas oportuni-dades, durante los ltimos aos, las instituciones cientficas y educativas iberoamericanas -siguien-do una tendencia de alcance internacional- han venido planteando este problema. Las Metas Edu-cativas 2021 (OEI, 2010) se hacen eco de esta preocupacin y sealan claramente la importancia de aumentar el porcentaje de jvenes que optan por una formacin cientfica o tcnica al finalizar sus estudios obligatorios. El nivel de logro para esta meta estipula que para el ao 2015 esta proporcin de estudiantes debera aumentar en un diez por ciento y duplicarse para el ao 2021.

    El problema de las vocaciones cientficas es particularmente agudo en el caso de las reas de las ciencias exactas y naturales y en ciertas ramas de las ingenieras, fuertemente asociadas por ejem-plo con demandas concretas de la industria que hoy permanecen insatisfechas. Las estadsticas edu-cativas de Iberoamrica muestran que estas reas han venido experimentando un declive o estanca-miento relativo en la evolucin de sus matrculas y titulaciones universitarias. De acuerdo con datos proporcionados por la RICYT, durante el perodo 1990-2008 se observa un despegue de las ciencias sociales respecto al resto de las reas del conocimiento, con un aumento en su participacin que fue del 50% al 56%. En cambio, las ciencias exactas y naturales, as como las ciencias agrcolas (asociadas con el perfil productivo de la regin) sufrieron disminuciones en la participacin total (Grfico 1).

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 23

    Grfico 1. Evolucin por rea del conocimiento de los titulados universitarios en Iberoamrica

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    Ciencias Agrcolas

    Humanidades

    Ingeniera y Tecnologa

    Ciencias Mdicas

    Ciencias Sociales

    Fuente: Red de Indicadores de Ciencia y Tecnologa (RICYT)

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    clara, la situacin tampoco es uniforme. Una desagregacin de estos datos, considerando slo a los

    Al inicio de la dcada de 1990, las ciencias sociales en Espaa estaban por encima de todas las -

    tas y naturales crecieron entre 1991 y 2001, pero luego comenzaron a decrecer. Las ingenieras y tecnologas, con un menor nmero absoluto de graduados, mantuvo una tendencia en alza a lo largo de la misma dcada.

    Los datos de Portugal muestran que las ciencias sociales tambin crecieron de forma pronuncia-da entre los aos 1990 y 2003 muy por encima del resto de las reas del conocimiento- pero luego comenzaron a retroceder. Las ciencias exactas y naturales tambin tuvieron una tendencia en alza, pero ms discreta. Las ingenieras y tecnologas crecieron un poco, pero con un leve re-

    En Mxico y Brasil tambin las ciencias sociales tuvieron un fuerte incremento durante todo el perodo considerado. En lo que respecta a las ingenieras y tecnologas, Mxico tuvo un incre-mento fuerte, mientras que en Brasil el crecimiento fue ms discreto. En lo que respecta a las

    Brasil crecieron un poco, pero en Mxico, por el contrario, se mantuvieron en una meseta duran-te todo el perodo.

    Un estudio del Observatorio de la Ciencia, la Tecnologa y la Sociedad, del Centro

    de Altos Estudios Universitarios (CAEU) de la OEI, sobre una poblacin de estudiantes de secundaria -

    Cs. Naturales y Exactas

    Fuente: Red de Indicadores de Ciencia y Tecnologa (RICYT)

    Este perfil educativo tambin pone de manifiesto la existencia de cuellos de botella para la repro-duccin futura de las estructuras cientficas y tecnolgicas. Sin embargo, aunque la tendencia es clara, la situacin tampoco es uniforme. Una desagregacin de estos datos, considerando slo a los pases con la proporcin ms alta de investigadores y tecnlogos, pone esto en evidencia.

    Al inicio de la dcada de 1990, las ciencias sociales en Espaa estaban por encima de todas las reas y crecieron de forma sostenida hasta 1998. A partir de ah retrocedieron. Las ciencias exac-tas y naturales crecieron entre 1991 y 2001, pero luego comenzaron a decrecer. Las ingenieras y tecnologas, con un menor nmero absoluto de graduados, mantuvo una tendencia en alza a lo largo de la misma dcada.

    Los datos de Portugal muestran que las ciencias sociales tambin crecieron de forma pronuncia-da entre los aos 1990 y 2003 muy por encima del resto de las reas del conocimiento- pero luego comenzaron a retroceder. Las ciencias exactas y naturales tambin tuvieron una tendencia en alza, pero ms discreta. Las ingenieras y tecnologas crecieron un poco, pero con un leve re-troceso sobre el final del ciclo.

    En Mxico y Brasil tambin las ciencias sociales tuvieron un fuerte incremento durante todo el perodo considerado. En lo que respecta a las ingenieras y tecnologas, Mxico tuvo un incre-mento fuerte, mientras que en Brasil el crecimiento fue ms discreto. En lo que respecta a las ciencias exactas y naturales, con pocos titulados en comparacin con las ciencias sociales, en Brasil crecieron un poco, pero en Mxico, por el contrario, se mantuvieron en una meseta duran-te todo el perodo.

    Las expectativas. Un estudio del Observatorio de la Ciencia, la Tecnologa y la Sociedad, del Centro de Altos Estudios Universitarios (CAEU) de la OEI, sobre una poblacin de estudiantes de secundaria de grandes ncleos urbanos de Iberoamrica, pone de manifiesto que las preferencias de los jve-nes acompaan en lneas generales las tendencias estadsticas educativas de la regin (Grfico 2).

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social24

    Grfico 2. Titulados y eleccin de estudios

    Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social24

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    Fuente: elaboracin en base a datos de RICYT y de la Encuesta iberoamericana a estudiantes de nivel medio, Observatorio-OEI (2009).

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    gustara estudiar una carrera del rea de las ciencias sociales. Las carreras vinculadas a las ingenie-ras y tecnologas fueron elegidas por un 16%. Las ciencias exactas y naturales slo alcanzan al 2,7% de estos alumnos, mientras que las ciencias agrcolas apenas fueron mencionadas.

    Tampoco las ciencias fueron vistas por estos jvenes como opciones profesionales. Slo uno de cada

    jvenes de su generacin. Otro tercio seal que no saba si podan serlo. La ingeniera queda mejor posicionada en las preferencias de los jvenes. En trminos generales, algo ms de un cuarto de

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    RICYT, OEI, 2009).

    mitad de los alumnos del grupo alta valoracin. Esta proporcin decrece a la mitad en el estrato intermedio y cae casi otro tanto entre los estudiantes que menos valoran las clases de ciencias

    Proporcin de titulados en Iberoamricapor rea de conocimiento (promedioentre 1990-2008)

    Eleccin de estudios futuros segnpreferencia de rea de conocimiento(encuesta iberoamericana aestudiantes, 2009)

    Porcentaje sobre el total de matriculas.Fuente: elaboracin en base a datos de RICYT y de la Encuesta iberoamericana a estudiantes de nivel medio, Observa-torio-OEI (2009).

    As como, en promedio, ms de la mitad de los ttulos universitarios expedidos en Iberoamrica co-rrespondi a las ciencias sociales, tambin los alumnos participantes de la encuesta se decantaron principalmente por las carreras de esta rea del conocimiento como las de mayor atractivo: un tercio de los estudiantes iberoamericanos que dijeron que querran asistir a la universidad asegur que le gustara estudiar una carrera del rea de las ciencias sociales. Las carreras vinculadas a las ingenie-ras y tecnologas fueron elegidas por un 16%. Las ciencias exactas y naturales slo atraen al 2,7% de estos alumnos, mientras que las ciencias agrcolas apenas fueron mencionadas.

    Tampoco las ciencias fueron vistas por estos jvenes como opciones profesionales. Slo uno de cada diez de los estudiantes que particip de la encuesta dijo que el trabajo cientfico podra interesarle. De la misma manera, un tercio opin que las carreras cientficas no eran opciones atractivas para los jvenes de su generacin. La ingeniera queda mejor posicionada en las preferencias de los jvenes. En trminos generales, algo ms de un cuarto de la muestra se siente inclinado hacia esta profesin (Anexo, Tabla I). Estos indicios tienen rplica en otros estudios regionales llevados a cabo en el mar-co de los trabajos de la OEI y otras instituciones. En la encuesta iberoamericana de 2007, realizada con muestras representativas de poblacin adulta urbana en siete grandes conglomerados urbanos, tambin se not un desinters relativamente elevado por las profesiones cientficas, sobre todo en el segmento de poblacin ms joven (FECYT, RICYT, OEI, 2009).

    La encuesta de estudiantes ofrece otros indicios acerca de la influencia que en todas las ciudades tiene el contexto escolar en la valoracin de las profesiones cientficas. Por ejemplo, se observa que la escuela cumple una importante funcin catalizadora: ciertos indicadores que miden actitudes de los alumnos frente a las clases de matemticas, qumica, biologa o fsica muestran que la profesin cientfica recibe una mejor valoracin entre los estudiantes que a su vez ms reconocen el aporte de las materias cientficas de la escuela. Se observa tambin que la ciencia es atractiva para casi la mitad de los alumnos del grupo alta valoracin. Esta proporcin decrece a la mitad en el estrato intermedio y cae casi otro tanto entre los estudiantes que menos valoran las clases de ciencias (Grfico 3).

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 25

    Grfico 3. Atractivo de la profesin cientfica en funcin de la valoracin de las clases de ciencias

    Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 25

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    Valoracin "baja" delas clases de

    ciencias

    Valoracin "media" delas clases de

    ciencias

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    ciencias

    Fuente: Encuesta iberoamericana a estudiantes de nivel medio, Observatorio-OEI (2009).

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    Tabla II).

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    -rios de trabajo). A ello habra que sumar el que la mitad de los adolescentes tampoco parece creer

    de solucin para problemas de su vida diaria, aunque en cambio consideran que han tenido una mayor incidencia en el cuidado de su propia salud.

    clases de ciencias son limitados. Por un lado, la mayora de ellos reconoci la importancia de que

    siete de cada diez seal que nunca o casi nunca realizan viajes de estudios, visitas a laboratorios o

    Es claro que hay una enorme responsabilidad de la escuela secundaria en la mejora de la percepcin --

    sariamente apuntar a la ampliacin de la base social de los jvenes que puedan optar por el estudio

    casos excepcionales completamente fuera de la media. Se necesita, por una parte, una adecuada

    La profesin cientfica ESatractiva para los jvenes de mi edad.

    La profesin cientfica NO esatractiva para los jvenes de mi edad.

    Porcentaje dentro de los grupos de valoracin.Fuente: Encuesta iberoamericana a estudiantes de nivel medio, Observatorio-OEI (2009).

    Tambin las clases de ciencias parecen tener una incidencia negativa fuerte cuando se evalan los factores que desalientan la eleccin de una profesin cientfica: seis de cada diez jvenes en pro-medio seal que las materias cientficas son difciles de entender, mientras que la mitad tambin dijo que las materias cientficas les parecen aburridas o no se adecuan a sus expectativas. Hicieron especialmente referencia a las matemticas, pero tambin a la fsica, la qumica y la biologa (Anexo, Tabla II).

    Los factores mencionados estn por encima de los relativos a las oportunidades, estabilidad o re-muneraciones que podra ofrecer el mercado laboral, o con algunas de las caractersticas que po-dran asociarse a la actividad cientfica (estudio indefinido, regularidad de los horarios de trabajo). A ello habra que sumar el que la mitad de los adolescentes tampoco parece creer que las materias cientficas hayan aumentado su apreciacin por la naturaleza, ni que sean fuentes de solucin para problemas de su vida diaria, aunque en cambio consideran que han tenido una mayor incidencia en el cuidado de su propia salud.

    Adicionalmente, tambin los alumnos sealaron que los recursos didcticos que se emplean en las clases de ciencias son limitados. Por un lado, la mayora de ellos reconoci la importancia de que sus profesores utilizaran recursos pedaggicos y nuevas estrategias para ensearles y motivarlos. Pero, por contrapartida, esta valoracin contrasta con lo que dijeron que ocurre en las aulas o como parte de la planificacin escolar: cuatro de cada diez manifestaron que nunca o casi nunca se utilizan la-boratorios o se hacen experimentos; seis de cada diez dijeron que nunca o casi nunca se utiliza una biblioteca; la mitad dijo que nunca o casi nunca se utilizan computadoras o se miran pelculas; seis de cada diez dijeron que nunca o casi nunca se preparan trabajos para ferias u olimpadas cientfi-cas; y siete de cada diez sealaron que nunca o casi nunca han realizado viajes de estudios, visitas a laboratorios o instituciones cientficas.

    Es claro que hay una enorme responsabilidad de la escuela secundaria en la mejora de la percepcin de las ciencias por parte de los estudiantes. Por eso, el incremento de las vocaciones cientficas re-quiere un conjunto de estrategias articuladas en distintos niveles. Dichas estrategias debern nece-sariamente apuntar a la ampliacin de la base social de los jvenes que puedan optar por el estudio de una carrera cientfico-tecnolgica. De otra manera, los nicos estudiantes interesados en ciencias seguirn siendo aquellos que tienen el suficiente capital simblico en sus hogares, o bien los casos excepcionales completamente fuera de la media. Se necesita, por una parte, una adecuada inversin

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social26

    presupuestaria para que las escuelas dispongan de laboratorios y se pueda as ensear las ciencias naturales (fsica, qumica y biologa) incluyendo la experimentacin. La existencia del instrumental adecuado debe acompaarse adems de una poltica institucional que induzca su utilizacin.

    Es necesario un currculo actual y ms flexible que permita conectar las grandes preguntas de la cien-cia con sus implicaciones prcticas y, al mismo tiempo, con las expectativas de los jvenes. Adems, la escuela secundaria deber tratar de presentar, en la forma ms atractiva posible, un panorama ciencias que usualmente no se estudian en el secundario y probablemente por eso los estudiantes ignoren su existencia: geologa, meteorologa, oceanografa, ciencias de la alimentacin, entre otras.

    Educacin superior. Las instituciones de educacin superior, en particular las universidades, son instituciones clave de la sociedad del conocimiento. La universidad es la nica capaz de cubrir todas las fases del proceso del conocimiento, desde su creacin a su atesoramiento, su transmisin y su difusin social. El modelo ya clsico de docencia, investigacin y extensin se refiere exactamente a tal capacidad. Cuenta adems con la capacidad de sustentar una mirada crtica frente al optimismo epistemolgico y el optimismo tecnolgico.

    Las universidades han sido instituciones fundamentales a lo largo de la historia de Iberoamrica. La creacin de las casas de altos estudios iberoamericanas antecedi por varios siglos a la conformacin de los estados nacionales independientes, en un proceso que comenz tempranamente, despus de la conquista, propiciado por la corona espaola. Portugal, por el contrario, impuso la obligacin de estudiar en la metrpolis a aquellos quienes quisieran acceder a los estudios superiores y hubieran nacido en las colonias.

    Las universidades, junto con la Iglesia, fueron de las primeras instituciones en ser implantadas en las nuevas sociedades coloniales. Si en Europa la construccin de las universidades fue un proceso endgeno y paulatino que otorgaba sancin a una comunidad acadmica prexistente, en Amrica Latina se trat de un modelo trasplantado, como la mayora de las instituciones en base a las cuales se organizaron los diferentes virreinatos. Una particularidad de las colonias espaolas americanas es que las universidades fueron creadas antes que el resto de las instituciones educativas.

    En relacin con la escasa difusin del pensamiento cientfico en las colonias espaolas, resulta im-portante detenerse en las caractersticas del modelo de universidad que fue adoptado. Si en un primer momento el modelo de la Universidad de Salamanca, ms abierto al pensamiento cientfico, haba influido en la creacin de las universidades de Mxico y Lima, luego sera hegemnico el mo-delo de Alcal, universidad centralmente preocupada por la teologa (Sutz y Arocena, 2001).

    Durante el siglo XIX la creacin de universidades, nuevas o sobre la base de las fundadas en la poca colonial, estuvo ntimamente ligada a los proyectos de establecimiento de las nuevas repblicas. La construccin del estado y la modernizacin requera de las universidades para la formacin de la nueva elite poltica y econmica local. El modelo de universidad napolenica, de tipo profesionalis-ta, marcara la identidad de gran parte de las universidades creadas durante ese perodo. El modelo napolenico de universidad conjugaba, por una parte, la concepcin ilustrada emanada de la revo-lucin francesa, con la voluntad poltica del estado de tomar a su cargo, en forma absoluta y exclu-siva, la responsabilidad por la educacin superior y por la regulacin de las profesiones. Asimismo, supone a la ctedra como ncleo bsico de la estructura organizacional y como unidad mnima de docencia, a la vez que separa a la investigacin de la enseanza.

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 27

    Un acontecimiento decisivo en la conformacin de la identidad de las universidades iberoameri-canas fue la reforma de 1918. El movimiento reformista supuso la crtica moderna, ilustrada, y ra-cionalista a estructuras sociales y polticas arcaicas, en sociedades que experimentaban profundos procesos de modernizacin que hacan tambalear sus viejas estructuras (Brunner, 1990). No es ca-sualidad, entonces, que el movimiento haya surgido en la Universidad de Crdoba, la ms tradicio-nal y conservadora de las universidades argentinas en aquel momento. Se trataba de un movimiento de estudiantes bajo la influencia del iluminismo, que se expres en una reaccin crtica contra el conservadurismo catlico que se viva en los claustros. La importancia del movimiento de reforma excedi con creces a la Universidad de Crdoba, tanto por su impacto a lo largo de las universidades de la regin, como por su impronta en los movimientos polticos y sociales de democratizacin que se suceden en la poca.

    La Reforma marc la concepcin de la universidad iberoamericana, forjando su identidad en torno a tres misiones: docencia, investigacin y extensin. Adems de reclamos relativos a la propia vida universitaria, tales como los principios de la autonoma universitaria y del autogobierno con repre-sentacin de estudiantes, graduados y profesores, la libertad de ctedra, el acceso a los cargos do-centes por concurso y el vnculo entre la docencia y la investigacin, la Reforma estableci un fuerte compromiso universitario con la cuestin poltica y social. Este compromiso poltico y social caracte-rizara al desarrollo posterior del movimiento estudiantil en toda la regin, con excepcin de Brasil. La excepcionalidad brasilea se explica por la particular relacin que este pas estableci con la me-trpolis portuguesa, que deriv en la tarda creacin de universidades en este pas, y bajo un modelo universitario diferente. Desde su creacin en 1931, la Universidad de San Pablo (USP) se caracteri-z por su vnculo con la investigacin cientfica, y por contar con profesores de jornada completa. Este rasgo la diferenci del resto del sistema universitario brasileo por muchas dcadas. Incluso actualmente, a pesar de las enormes transformaciones que ha sufrido el sistema, y del surgimiento de otras universidades de investigacin de punta, la USP sigue siendo el buque insignia del sistema de educacin superior brasileo (Schwartzman, 2007). El sistema universitario brasileo se ha ca-racterizado por la segmentacin entre universidades orientadas a la investigacin y al posgrado de excelencia, y universidades de menores recursos orientadas a la docencia exclusivamente.

    Una de las caractersticas histricas de las universidades en Iberoamrica ha sido la amplia prepon-derancia de las universidades pblicas. Esto ha ido cambiando en tiempos ms recientes. Si bien las instituciones pblicas siguen teniendo una participacin mayoritaria sobre el total de la matrcula universitaria a nivel regional, las universidades privadas se han desarrollado ampliamente en las ltimas dcadas, llegando a ser dominantes, en cuanto al nmero de alumnos, en ciertos pases. Asimismo, se ha pasado de un sistema universitario que era dominado por las grandes universidades pblicas tradicionales hacia un sistema de educacin superior complejo, heterogneo, y segmen-tado socialmente (Didriksson, 2008). La conformacin de un sistema heterogneo y diversificado tambin est marcada por la expansin de la educacin superior no universitaria en los ltimos aos. En la actualidad coexisten una pluralidad de instituciones de educacin superior, universitarias y no universitarias, pblicas y privadas, instituciones de excelencia orientadas a la investigacin y al posgrado, e instituciones orientadas a la docencia y a la educacin de grado.

    En las ltimas dcadas, las universidades se han visto confrontadas con la necesidad de redefinir su lugar en el contexto del cambio tecnolgico acelerado. La formacin de graduados para una so-ciedad en proceso de transformacin requiere nuevos diseos curriculares, nuevos mtodos peda-ggicos y nuevas habilidades a adquirir por parte de los estudiantes. Al mismo tiempo, el auge de los procesos de innovacin ha dado a las universidades un papel destacado como productoras de conocimiento valioso para la economa y la vida social. Para dar respuesta a ello han desarrollado nuevas formas estructuradas y no estructuradas de vinculacin con el entorno.

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social28

    El ideal de una universidad identificada con la ciencia a travs de la investigacin y la docencia, abierta a la sociedad y sus demandas, as como a sus expresiones culturales, es todava una tarea pendiente en Iberoamrica, si bien es cierto que muchas iniciativas en marcha tienen el propsito de estimular la reflexin acerca de las implicancias de la revolucin cientfica y tecnolgica sobre las instituciones de educacin superior e impulsar transformaciones de fondo.

    2.5. Cooperacin y construccin de espacios internacionales

    La construccin de espacios internacionales para la cooperacin en torno a metas de desarrollo y equidad es una tarea de importancia estratgica para los pases de Iberoamrica y ocupa un lugar prioritario en la agenda poltica. No es una tarea sencilla, por cuanto la heterogeneidad estructural, que ha sido histricamente sealada como un rasgo caracterstico de Amrica Latina plantea dificul-tades que deben ser salvadas. En el plano industrial, la regin cuenta con empresas de clase mundial en ciertos sectores como biotecnologa, agroindustria, petrleo y aeronutica, pero ellas mismas no son representativas del conjunto ni logran derrames de conocimientos e innovacin al resto del entramado productivo. La heterogeneidad estructural se presenta tanto entre pases, como dentro de pases y provincias o estados.

    Las problemticas son muy dispares si se toma en cuenta que cinco pases acumulaban, en el ao 2010, el 80% del producto regional. Hasta once pases cubran el 95% del total, por lo que otros diez se distribuan el restante cinco por ciento. Persisten, adems, importantes brechas de productividad entre sectores y dentro de ellos, como as tambin en el empleo (CEPAL, 2008, 2010). Las brechas de productividad tambin se manifiestan entre Iberoamrica como regin y los pases desarrollados. Asimismo, el patrn de especializacin productiva en la exportacin de recursos naturales en los pases del cono sur, y en la maquila en Mxico y Amrica Central, plantea riesgos acerca de la sus-tentabilidad del proceso de crecimiento. Esta especializacin productiva supone lmites en cuanto a la capacidad de generar empleo de calidad y revertir el problema de la heterogeneidad estructural.

    La diversidad de tamao, niveles de desarrollo, perfil productivo y calidad de vida de los pases de Iberoamrica es, por lo tanto, un dato de la realidad que constituye una limitacin inicial para el logro del desarrollo y la cohesin social en la regin, pero que tambin brinda oportunidades si se la procesa adecuadamente. En tal sentido, tal heterogeneidad es una buena base para ejercitar la cooperacin horizontal, ya que brinda la posibilidad de que los pases de mayor tamao y de trayec-toria ms consolidada en ciencia, tecnologa e innovacin sean solidarios con los ms pequeos o de menores capacidades relativas.

    La cooperacin internacional ha sido una de las ideas fuerza dominantes en el mundo de la segun-da posguerra. Uno de los propsitos con los que fue concebido el propio sistema de las Naciones Unidas fue el de estimular la cooperacin para el desarrollo. La evolucin seguida por las acciones realizadas a favor de estimular la cooperacin internacional en Amrica Latina ha estado fuertemen-te vinculada a la evolucin de la visin estratgica prevaleciente, tanto en los propios pases, como en los organismos internacionales. En un primer momento se privilegi el crecimiento econmico, al que se consideraba como un sinnimo del desarrollo. Ms tarde, el concepto de desarrollo fue enriquecido con el de modernizacin. Desde esta nueva perspectiva, la creacin de una capacidad cientfica en los pases y la regulacin de los procesos de transferencia e incorporacin de tecnologa fueron accediendo al centro de la escena. La cooperacin internacional orient esfuerzos y recursos en el sentido de fortalecer dichos procesos. En el presente, la idea orientadora es el desarrollo sus-tentable, tanto desde el punto de vista econmico, como social y ambiental.

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 29

    La cooperacin iberoamericana en el campo de la ciencia y la tecnologa es imprescindible para el abordaje de problemas comunes (estudio de ciertas enfermedades propias de estos pases, margi-nacin juvenil y delincuencia, transportes y energa, entre otros problemas), consolidar capacidades y abordar proyectos de cierta envergadura.

    Un programa iberoamericano de ciencia y tecnologa para el desarrollo y la cohesin social debe propiciar la integracin de los sistemas nacionales y de la cooperacin iberoamericana en su conjun-to para sostener acciones de creacin, difusin y aplicacin de los conocimientos a las prioridades que surjan del logro de la cohesin social y la ciudadana como meta. El Espacio Iberoamericano del Conocimiento ofrece el marco para fortalecer las estrategias de cooperacin universitaria, cientfica y tecnolgica.

    2.6. Madurez cientfica y tecnolgica

    Una condicin necesaria para que los pases de Iberoamrica puedan hacer frente con xito a los de-safos antes mencionados es que hayan alcanzado una cierta madurez cientfica y tecnolgica. Tanto el desarrollo productivo, como la equidad en la distribucin del ingreso, la educacin de calidad con amplia cobertura y la cohesin social demandan insumos de conocimientos cientficos y tecnol-gicos que los pases de Iberoamrica deben adquirir y fortalecer. Los procesos de innovacin, an aquellos caracterizados como innovacin social a escala comunitaria, implican la incorporacin de conocimientos a las actividades de que se trate. La madurez cientfica y tecnolgica es la capacidad de obtener y aplicar los conocimientos necesarios, crendolos o adaptndolos, segn el caso. No es un concepto equivalente al de I+D, ya que muchas veces el conocimiento ms adecuado no proviene de la investigacin, o no proviene de la investigacin local.

    Ningn pas es autosuficiente en ciencia y tecnologa. Por este motivo, la trama de redes que invo-lucren a compatriotas que residan en otros pases y aporten su experiencia, la cooperacin interna-cional, los acuerdos de licencias y muchas otras formas de acceder al conocimiento son igualmente necesarias. Gestionar estas posibilidades con un sentido estratgico, sobre la base de un profundo conocimiento de las necesidades locales, es la madurez cientfica y tecnolgica. Ella implica la ca-pacidad de elegir aquellos conocimientos ms adecuados y adaptarlos a las condiciones locales. El diseo de la poltica cientfica ha de tener un sentido abierto y estimular a los centros de I+D para que el conocimiento que produzcan sea puesto al servicio de los desafos estratgicos de cada pas, en trminos econmicos y de inters social. Tambin es necesario que contemple la disponibilidad de sistemas avanzados de informacin cientfica y tecnolgica, a fin de hacer tareas de inteligencia estratgica que permitan evaluar tendencias e identificar nuevas tecnologas disponibles.

    Nada de esto sera posible si los pases iberoamericanos no dispusieran de profesionales altamente capacitados, cientficos y tecnlogos en condiciones, tanto de crear nuevo conocimiento a tra-vs de la I+D, como de obtener conocimiento de fuentes externas y, en ambos casos, apropiarlo, adaptarlo y transferirlo a los actores de las tramas productivas y sociales para que lo apropien y lo apliquen adecuadamente; de all el importante papel que a este respecto juegan las instituciones educativas y, en particular, las universidades. Una cultura cientfica y tecnolgica ampliamente ex-tendida en la poblacin es tambin una condicin necesaria para dar impulso a la vinculacin entre quienes producen, identifican, adaptan y aplican los conocimientos. Una sociedad innovadora es aquella en la cual la bsqueda de nuevas soluciones ms eficientes comienza en la base misma de la organizacin social.

  • 3. Capacidades

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 33

    Cules son los recursos cientficos y tecnolgicos con los que cuentan los pases de Iberoamrica? Cul es el panorama en ciencias bsicas, en ciencias sociales, en tecnologa? El sostenido creci-miento econmico de los ltimos aos ha permitido devolver cierto auge a las polticas de ciencia y tecnologa, al tiempo que se incorporaba a la agenda el tema de la innovacin. Los resultados, sin embargo, ms parecen haber consolidado las capacidades cientficas tradicionales, que generado un impulso determinante para la modernizacin del sistema productivo.

    Los pases de mayor desarrollo -adems de Espaa y Portugal- son Brasil, Mxico y Argentina, aun-que con grandes diferencias entre ellos. Entre los restantes destaca Chile, que ha experimentado un sostenido avance en muchas reas, aunque un informe de 2005 (REUNA, 2005) indica que el ritmo de avance en ciencia y tecnologa es claramente insuficiente para lograr la meta del desarrollo de Chile en la prxima dcada. Este diagnstico puede ser aplicado a los sistemas de I+D e innovacin de muchos pases de Iberoamrica. Colombia y Venezuela tambin tienen un desarrollo mediano, en tanto que Cuba es muy exitosa en varias reas.

    Tomando en cuenta algunos de los productos de la actividad cientfica y tecnolgica, pocos pases concentran la mayor parte de las publicaciones cientficas que contribuyen a la corriente principal de la ciencia mundial. En 2009 el Science Citation Index registraba 34.243 artculos de Brasil, 9.778 de Mxico, 7.739 de Argentina y 4.952 de Chile. Luego seguan Colombia (2.386), Venezuela (1.400), Cuba (950), Per (761) y Uruguay (686). Teniendo en cuenta que la poblacin de Uruguay es mucho menor que la de los otros pases, este dato ltimo es significativo. A pesar de esta concentracin, Amrica Latina en conjunto mostr un crecimiento muy significativo en la dcada del 2000, pasando de participar en el 5,9% de los artculos registrados en SCI en 2000, al 8,2% en 2009.

    3.1. La inversin en I+D

    Durante los ltimos aos, la inversin en I+D de los pases de Iberoamrica creci a un ritmo superior al de los pases de Europa, Estados Unidos y Canad; slo por debajo de Asia (RICYT, 2011). El Grfico 4 muestra la evolucin de estos recursos en los cuatro pases de mayor volumen (Argentina, Brasil, Espaa y Mxico) en el perodo de 2000 a 2009, tomando el primer ao de la serie como valor 100.

    El Grfico 4 muestra una tendencia de crecimiento, con una pausa en Argentina por la crisis del 2001 y otra en Mxico en 2008. Las conclusiones optimistas deben moderarse, sin embargo, si se toma en cuenta que datos ms recientes hablan de una profundizacin general de la crisis en Europa, con repercusiones inevitables en Iberoamrica. En tal contexto, es sabido que tanto Espaa como Brasil han reducido su inversin en I+D, lo que seguramente se reflejar en las series futuras.

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social34

    Grfico 4. Evolucin de la inversin en I+D en cuatro pases

    Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social34

    En dlares PPP.Fuente: RICYT.

    -blemente ms bajos. En realidad, un rasgo comn a la mayor parte de los pases iberoamericanos

    y desarrollo (I+D) es claramente inferior a la de los pases ms desarrollados. En efecto, mientras que en 2009 el gasto de los pases de Iberoamrica fue equivalente al 0,86% de su PBI (0,69% para

    Fuente: RICYT y OCDE.

    tan solo el 2,4% de la inversin mundial en I+D, en tanto que Estados Unidos y Canad contribuyen con el 37,5%, la Unin Europea con el 32,1% y Asia con el 25,4%. A su vez, la inversin en I+D de Bra-

    300,00

    250,00

    200,00

    150,00

    100,00

    50,002000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

    Espaa

    2007 2008

    Brasil

    Mxico Argentina

    4,28%

    3,96%

    3,33%

    3,04%

    2,78%

    2,23%

    2,05%

    1,92%

    1,85%

    1,70%

    1,38%

    1,19%

    0,86%

    0,69%

    0,64%

    0,60%

    0,54%

    0,52%

    0,40%

    0,21%

    0,00%

    Panam

    Israel

    Finlandia

    Japn

    USA

    Alemania

    Francia

    U. Europea

    Canad

    Reino Unido

    China

    Espaa

    Brasil

    Iberoamrica

    ALC

    Cuba

    Argentina

    Costa Rica

    Uruguay

    Mxico

    0,50% 1,00% 2,00% 3,00% 4,00%1,50% 2,50% 3,50% 4,50%

    En dlares PPPFuente: RICYT.

    Este dato, no obstante, puede provocar un espejismo, ya que los niveles de partida son considera-blemente ms bajos. En realidad, un rasgo comn a la mayor parte de los pases iberoamericanos es que los recursos asignados a la ciencia y a la tecnologa son escasos. La inversin en investigacin y desarrollo (I+D) es claramente inferior a la de los pases ms desarrollados. En efecto, mientras que en 2009 el gasto de los pases de Iberoamrica fue equivalente al 0,86% de su PBI (0,69% para Amrica Latina), en la Unin Europea esta relacin alcanz el 2,05%, en Estados Unidos el 3,04% y en Japn, el 3,96%. Israel, en aquel mismo ao, superaba el cuatro por ciento (4,28%) (Grfico 5).

    Grfico 5. Inversin en I+D en relacin al PBI (2009)

    Porcentaje de inversin en I+D en relacin al PBIFuente: RICYT y OCDE.

    Los resultados son an ms elocuentes, si se analizan los valores absolutos. Amrica Latina aporta tan solo el 2,4% de la inversin mundial en I+D, en tanto que Estados Unidos y Canad contribuyen con el 37,5%, la Unin Europea con el 32,1% y Asia con el 25,4%. A su vez, la inversin en I+D de Bra-sil representaba en 2009 el 66% del total de Amrica Latina en dlares corrientes y el 62% en paridad

  • Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 35

    de poder de compra. Le seguan Mxico con el 12% y 16% respectivamente, y tercero Argentina con el 7% y 8% respectivamente.

    Otra caracterstica particular de Iberoamrica se observa en la participacin del sector empresas en la inversin en I+D, que en 2009 alcanz al 43% del total. Este valor resulta bajo en comparacin con los pases de mayor grado de industrializacin a nivel mundial. Por ejemplo, en EEUU el sector em-presarial represent el 68% del total en ese ao. En 2009, Mxico, Espaa y Brasil fueron los pases de Iberoamrica que registraron mayor participacin del sector empresas en el financiamiento de la I+D. En argentina, en cambio, no super el 25% del total del pas (Grfico 6).

    Grfico 6. Inversin en I+D financiada por empresas (%)

    Programa iberoamericano en la dcada de los bicentenarios 35

    la inversin en I+D, que en 2009 alcanz al 43% del total. Este valor resulta bajo en comparacin con los pases de mayor grado de industrializacin a nivel mundial. Por ejemplo, en EEUU el sector em-presarial represent el 68% del total en ese ao. En 2009, Mxico, Espaa y Brasil fueron los pases

    Fuente: RICYT

    -

    privado en la I+D. Prueba de ello es que, con frecuencia, los valores que surgen de las encuestas de innovacin son poco consistentes con los datos de inversin en I+D realizada por las empresas, que proporcionan los ONCYT.

    3.2. Los recursos humanos para la I+D

    -1. En 2009 se doctoraron

    Colombia y 19 en Venezuela.

    Las proporciones observadas en el apartado anterior sobre la distribucin de la inversin en I+D

    1 un cambio metodolgico en la recoleccin de informacin por parte de China.

    0,0%Argentina Mxico Iberoamrica Espaa Brasil Estados

    Unidos

    10,0%

    20,0%

    30,0%

    40,0%

    50,0%

    60,0%

    70,0%

    21,4%

    43,2% 43,4% 43,4%46,4%

    68,1%

    Fuente: RICYT

    Este indicador, sin embargo, debe ser tomado con precaucin, dado que en muchos pases latinoa-mericanos existen dificultades en la cobertura de la informacin referida al desempeo del sector privado en la I+D. Prueba de ello es que, con frecuencia, los valores que surgen de las encuestas de innovacin son poco consistentes con los datos de inversin en I+D realizada por las empresas, que proporcionan los ONCYT.

    3.2. Los recursos humanos para la I+D

    El esfuerzo realizado por los pases de Iberoamrica en la regin es tambin relativamente bajo si se lo analiza en funcin de los recursos humanos dedicados a actividades de ciencia y tecnologa. Sin embargo, los pases de Amrica Latina vienen aumentando sostenidamente el nmero de sus inves-tigadores y tecnlogos, llegando a duplicar el total en diez aos (Grfico 7)1. En 2009 se doctoraron 11.368 personas en Brasil, 2.724 en Mxico, 937 en Argentina, 645 en Cuba, 395 en Chile, 152 en Colombia y 19 en Venezuela.

    Las proporciones observadas en el apartado anterior sobre la distribucin de la inversin en I+D cambian tambin al considerar el nmero de investigadores en equivalencia jornada completa (EJC). En este caso, las proporciones eran 49% para Brasil, 21% para Mxico y 16% para Argentina. Estos tres pases disponan en 2009 de ms del 85% de los investigadores latinoamericanos.1 La cada en el nmero de investigadores de Asia en 2009, segn informacin publicada por la OCDE, es consecuencia de un cambio metodolgico en la recoleccin de informacin por parte de China.

  • Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social36

    Grfico 7. Evolucin del nmero de investigadores y tecnlogos

    Ciencia, tecnologa e innovacin para el desarrollo y la cohesin social36

    * Base Ao 2000= 100 Fuente: RICYT, OCDE y UNESCO.

    Por otra parte, es importante considerar que los datos ya presentados ponen en evidencia otro fac-

    Fuente, RICYT y OCDE

    posibilidades de desarrollo de los pases iberoamericanos. En primer lugar, y sobre todo en ciertas

    se realiza en la regin, muchas veces asociada a la disponibilidad de equipamientos de alto costo.

    pudiendo incrementarse- amenazando seriamente la evolucin del sistema de ciencia y tecnologa.

    Ahora bien, si se abandona la comparacin internacional y se concentra el anlisis en la trayectoria

    -lucin reciente de los principales indicadores conduce a preguntarse respecto de la posibilidad de estar ante un escenario completamente diferente al que se enfrentara unos aos atrs.

    200,00

    180,00

    160,00

    140,00

    120,00

    100,00