JamesValender CERNUDA SUS POEMAS PARA UN … · Cuando se es joven sólo se siente el fin del ... O...

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James Valender CERNUDA y SUS "POEMAS PARA UN CUERPO" Como han observado muchos críticos, el tema del amor ocu- pa un lugar destacado en la poesía de Luis Cernuda . Está presente en su primer libro, Perfil del aire (1924-27) , como sueño todavía por definirse. Reaparece, ya con mayor defini- ción, en Un río, unamor (1929), en Losplaceres prohibidos (1931) yen Donde habite el olvido (1932-33), tres libros que cantan, respectivamente, la nostalgia de un amor imposible, la liber- tad que proporciona el placer sexual, y el terrible vacío que deja tras sí el amor una vez que se ha terminado. En Invoca- ciones (1934-35) resurge en forma nueva, como cifra de una armonía cuasi-mística con el mundo de la naturaleza. Y, después del lapso que marcan los años de la Guerra Civil, vuelve a aparecer en sus Cuatro poemas a una sombra (1944), donde, al admitir una visión trascendente de la vida, el amor es considerado eterno. A pesar de todos estos antecedentes, resulta sorprendente, para el mismo poeta si no para el lec- tor, el que, en 1951 y teniendo él 48 años, Cernuda haya es- crito otra serie de poesías de amor, sus Poemas para un cuerpo. 1 Después de la breve experiencia que le inspiró sus Cuatro poe- mas a una sombra, el poeta pensaba que nunca más volvería a enamorarse. En una carta a su amiga Nievesde Madariaga, escrita por aquellas fechas, declaró: Ahora, como tarde o temprano debemos pagar un precio por todo, ha llegado para mí la hora del pago, y es amarga en extremo. Cuando se es joven sólo se siente el fin del amor, pero yo ahora, aunque con alegría grande veo que mis arrebatos actuales no quedan atrás de los de mijuven- tud, veo no sólo el fin del amor sino el fin del tiempo que la vida nos concede para el amor." Unos siete años después de escribir esta carta, Cernuda se dio cuenta de que esta visión del futuro pecaba por pesimis- ta: en su caso todavía no se había cancelado ese "tiempo que la vida nos concede para el amor". Y es en este contexto que hay que entender los profundos sentimientos -de recelo y fervor, de sorpresa y agradecimiento, de desesperación y ter- nura- que despertó en él esta nueva experiencia. Como él mismo había de confesar más tarde en su "Historial de un li- bro": Dados los años que ya tenía yo, no dejo de comprender que mi situación de viejo enamorado conllevaba algún ri- dículo. Pero también sabía, si necesitara excusas para conmigo, cómo hay momentos en la vida que requieren de nosotros la entrega al destino, total y sin reservas, el salto al vacío, confiando en lo imposible para no rompernos la cabeza. Creo que ninguna otra vez estuve, si no tan ena- morado, tan bien enamorado, como acaso pueda entrever- se en los (Poemas para un cuerpo), que dieron expresión a di- cha experiencia tardía. Mas al llamarla tardía debo aña- dir que jamás en mi juventud me sentí tan joven como en aquellos días en México; cuántos años habían debido pa- sar, y venir al otro extremo del mundo, para viviresos mo- mentos felices. (PR, 933) Del misterioso "X" que fue la inspiración de estos Poemas se sabe muy poco, aparte de que probablemente se llamaba Salvador. En los poemas no hay ninguna descripción de él, ni de su apariencia física, ni de sus atributos morales; en la mayoría de los poemas tampoco hay una dramatización de las peripecias por las cuales los dos amantes pudieran haber pasado durante el curso de su relación (la única excepción es el poema I1, "Despedida", que evoca muy brevemente el momento en que los dos se despidieron por última vez). Como ha sugerido José Olivio Jiménez, lo que ofrecen los textos parece más bien "una teoría intelectual del amor"." Es decir, y como en gran parte de su obra de madurez, Cer- nuda se expresa aquí en poemas de tipo meditativo, comuni- cando su experiencia al lector en forma de pensamiento y sentimiento, entendimiento y emoción. En la primera estrofa del poema XV, "Divinidad celosa", Cernuda se describe a sí mismo como " un cuerpo sometido al tiempo" (PC, 457). Esta presión del tiempo se ejerce de . dos maneras: primero, como aguda conciencia de la propia vejez, conciencia que se traduce en temor de caer en el ri- dículo. Este es el tema implícito en el poema VII, " Hacién- dose tarde" , en donde Cernuda logra vencer sus temores , ar- gumentandoque el amor siempre rejuvenece al enamorado. Esta actitud vital le permite al poeta gozar más plenamente de su amor . Pues la alondra con su canto Siempre puebla la mañana Y la rosa y el racimo Siempre llenan la mirada, Entonces, deja, no pienses En que es tarde. ¿Hubo tardanza Jamás para olor y zumo O el revuelo de algún ala? Fuerza las puertas del tiempo, Amor que tan tarde llamas. (PC , 448) Como en los mejores poemas meditativos, el proceso de en- tendimiento se convierte, casi imperceptiblemente, en una expresión de la voluntad: el poeta quiere que el amor sea tal como él lo entiende, y de ahí el modo imperativo de los dos últimos versos. Resulta que el amor sí " fuerza las puertas del tiempo" en cuanto rejuvenece al enamorado; pero esta tras- cendencia del tiempo no deja de ser, ella misma, una expe- riencia transitoria. Y en esto consiste la segunda presión 30

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James Valender

CERNUDA y SUS "POEMASPARA UN CUERPO"

Como han observado muchos críticos, el tema del amor ocu­pa un lugar destacado en la poesía de Luis Cernuda. Estápresente en su primer libro, Perfil del aire (1924-27) , comosueño todavía por definirse. Reaparece, ya con mayor defini­ción, en Un río, unamor (1929), en Losplaceres prohibidos (1931)yen Donde habite el olvido (1932-33), tres libros que cantan,respectivamente, la nostalgia de un amor imposible, la liber­tad que proporciona el placer sexual, y el terrible vacío quedeja tras sí el amor una vez que se ha terminado. En Invoca­ciones (1934-35) resurge en forma nueva, como cifra de unaarmonía cuasi-mística con el mundo de la naturaleza. Y,después del lapso que marcan los años de la Guerra Civil,vuelve a aparecer en sus Cuatro poemas a una sombra (1944),donde, al admitir una visión trascendente de la vida, el amores considerado eterno. A pesar de todos estos antecedentes,resulta sorprendente, para el mismo poeta si no para el lec­tor, el que, en 1951 y teniendo él 48 años, Cernuda haya es­crito otra serie de poesías de amor, sus Poemas parauncuerpo.1

Después de la breve experiencia que le inspiró sus Cuatro poe­mas a una sombra, el poeta pensaba que nunca más volvería aenamorarse. En una carta a su amiga Nieves de Madariaga,escrita por aquellas fechas, declaró :

Ahora, como tarde o temprano debemos pagar un preciopor todo, ha llegado para mí la hora del pago, y es amargaen extremo. Cuando se es joven sólo se siente el fin delamor, pero yo ahora, aunque con alegría grande veo quemis arrebatos actuales no quedan atrás de los de mijuven­tud, veo no sólo el fin del amor sino el fin del tiempo que lavida nos concede para el amor."

Unos siete años después de escribir esta carta, Cernuda sedio cuenta de que esta visión del futuro pecaba por pesimis­ta: en su caso todavía no se había cancelado ese "tiempo quela vida nos concede para el amor". Y es en este contexto quehay que entender los profundos sentimientos -de recelo yfervor, de sorpresa y agradecimiento, de desesperación y ter­nura- que despertó en él esta nueva experiencia. Como élmismo había de confesar más tarde en su "Historial de un li­bro":

Dados los años que ya tenía yo, no dejo de comprenderque mi situación de viejo enamorado conllevaba algún ri­dículo. Pero también sabía, si necesitara excusas paraconmigo, cómo hay momentos en la vida que requieren denosotros la entrega al destino, total y sin reservas, el saltoal vacío, confiando en lo imposible para no rompernos lacabeza. Creo que ninguna otra vez estuve, si no tan ena­morado, tan bien enamorado, como acaso pueda entrever­se en los (Poemas para un cuerpo), que dieron expresión a di-

cha experiencia tardía . Mas al llamarla tardía debo aña­dir que jamás en mi juventud me sentí tan joven como enaquellos días en México; cuántos años habían debido pa­sar , y venir al otro extremo del mundo, para viviresos mo­mentos felices. (PR, 933)Del misterioso "X" que fue la inspiración de estos Poemas

se sabe muy poco, aparte de que probablemente se llamabaSalvador. En los poemas no hay ninguna descripción de él,ni de su apariencia física, ni de sus atributos morales; en lamayoría de los poemas tampoco hay una dramatización delas peripecias por las cuales los dos amantes pudieran haberpasado durante el curso de su relación (la única excepción esel poema I1, "Despedida", que evoca muy brevemente elmomento en que los dos se despidieron por última vez).Como ha sugerido José Olivio Jiménez, lo que ofrecen lostextos parece más bien " una teoría intelectual del amor "."Es decir, y como en gran parte de su obra de madurez, Cer­nuda se expresa aquí en poemas de tipo meditativo, comuni­cando su experiencia al lector en forma de pensamiento ysentimiento, entendimiento y emoción.

En la primera estrofa del poema XV, "Divinidad celosa",Cernuda se describe a sí mismo como " un cuerpo sometidoal tiempo" (PC, 457). Esta presión del tiempo se ejerce de .dos maneras : primero, como aguda conciencia de la propiavejez, conciencia que se traduce en temor de caer en el ri­dículo . Este es el tema implícito en el poema VII, " Hacién­dose tarde", en donde Cernuda logra vencer sus temores , ar­gumentandoque el amor siempre rejuvenece al enamorado.Esta actitud vital le permite al poeta gozar más plenamentede su amor.

Pues la alondra con su cantoSiempre puebla la mañanaY la rosa y el racimoSiempre llenan la mirada,Entonces, deja, no piensesEn que es tarde. ¿Hubo tardanzaJamás para olor y zumoO el revuelo de algún ala?

Fuerza las puertas del tiempo,Amor que tan tarde llamas . (PC , 448)

Como en los mejores poemas meditativos, el proceso de en­tendimiento se convierte, casi imperceptiblemente, en unaexpresión de la voluntad: el poeta quiere que el amor sea talcomo él lo entiende, y de ahí el modo imperativo de los dosúltimos versos. Resulta que el amor sí " fuerza las puertas deltiempo" en cuanto rejuvenece al enamorado; pero esta tras­cendencia del tiempo no deja de ser, ella misma, una expe­riencia transitoria. Y en esto consiste la segunda presión

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temporal a la cual está sujeto el poeta ya que, tarde o tem­prano, el tiempo se lleva todo amor al olvido. La concienciaque tiene Cernuda de este hecho le resulta doblemente an-

.gustiosa, puesto que, además del amor, con e! tiempo pierdetambién su "yo" rejuvenecido, volviendo a caer en la vejezdela cual aquél lo había rescatado. Este es el tema del poemaXII, "La vida":

Como cuando el sol enciendeAlgún rincón de la tierra,Su pobreza la redime,Con risas verdes lo llena,

Así tu presencia vieneSobre mi existencia oscuraA exaltarla, para darleEsplendor, gozo, hermosura.

Pero también tú te ponesLo mismo que el sol, y crecenEn torno mío las sombrasDe soledad, vejez, muerte. (PC, 454)

Frente a esas presiones la actitud de Cernuda se caracterizapor su vitalidad y desprendimiento. "Al amor", había de de­clarar en su "Historial de un libro", "no hay que pedirlesino unos instantes, que en verdad equivalen a la eternidad,aquella eternidad profunda a que se refirió Nietzsche. ¿Pue­de esperarse más de él? ¿Es necesario más?" (PR, 938). Lamisma actitud se expresa en estos poemas: lo que importa esla profunidad de la experiencia y no su duración. Esto es loque argumenta en el poema XV, "Divinidad celosa":

Por el tiempo de amor nos valeToda una eternidad

Donde ya e! hombre no va solo,y Dios celoso está .

Cernuda y Garefa Lorea (1931)

Déjame amarte ahora. Un día,Temprano o tarde, Dios

Dispone que e! amante debaRenunciar a su amor. (PC, 457)

La mención de Dios, dada la antipatía que solía expresarCernuda por el cristianismo, introduce un elemento inespe­rado (aunque no sin precedentes, por cierto, en su obra). Elpoema V, que adopta la forma de una oración al Señor, asícomo e! poema 1, que constituye una invocación a un Salva­dor,' confirman e! mismo enfoque cristiano. En "Historialde un libro", al comentar esta contradicción y otras pareci­das, Cernuda explicó cómo cierta ortodoxia, "tras de largosperíodos inoperantes", surgla a veces "en momentos deStUTm und Drang" (PR, 936). Además de la experiencia cele­brada en Poemas para un cuerpo, Cernuda dio como ejemplo laguerra civil española - comparación que deja bien clara laprofundidad de los sentimientos que le inspira aquélla. Estasituación de StUTm und Drang en el amor es consecuencia di­recta de la actitud vitalista de Cernuda, de su deseo dearriesgar e! todo por e! todo. Cueste lo que cueste, él está dis­puesto a pagar e! precio; para él, como para Heráclito, aquien cíta," "El camino que sube/ Y el camino que baja/Uno y el mismo son" ("El amante divaga", PC,453). Unamor tan profundo, por muy doloroso que sea (y para quesea profundo tiene que ser doloroso), siempre vale la pena.En el poema XVI Cernuda insiste:

Si todo fuera dichoy entre tú y yo la cuentaSe saldara, aún tendríaCon tu cuerpo una deuda.

Pues ¿quién pondría precioA esta paz, olvidadoEn tí, que al fin conocenMis labios por tus labios? (PC, 458)

El precio que el poeta tiene que pagar es esencialmente laangustia de saber aquello que había formulado muchos añosantes: "Que el amor es lo eterno y no lo amado" ("Veredade! cuco", PC, 341). No hay posibilidad de reconciliar elamante con el amado, el Deseo con la Realidad: lo que e!amante desea es algo eterno- e!amor y no el amado. De ahlque e! amante se enamora de un sueño proyectado sobre elcuerpo del amado. Sin embargo, al hacerlo, descubre que elamado no se conforma del todo a este patrón ideal. Sabe queel amado tiene su propia voluntad, su propio modo de ser; deser afirmados, destruirlan e! sueño acariciado por el aman­te. "Así", dice en el poema XIV "por cada instante/ De go­ce, el precio está pagado ./ Este infierno de angust ia y de de­seo" (PC, 456). "La violencia/ De no ser uno en ti", pide enel poema 1, "aquiétala" (PC, 442).

En Variaciones sobre tema mexicano Cernuda observa que e!amor no necesita correspondencia para existir (PR, 161).Los Poemas para un cuerpo demuestran hasta qué punto esacertada esta observación. Como indica el título de! libro, e!amor de Cernuda se dirige hacia e! cuerpo y no hacia la per­sona del amado. No hay ninguna comunicación, ningún en­tendimiento intelectual entre los dos ("Si yo te hablase", es­cribe en el poema XIV, "Cómo e! amor depara/ Su razón alvivir y su locura.j' Tú no comprenderías.Z Por eso nada di­go" (PC, 456). Sólo hay la contemplación de un cuerpo, con­templación que , a fuerza de intensidad, vuelve irreal al cuer­po, levantándolo a la esfera pura de las ideas :

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En el poema IV Cernuda vuelve a tocar el mismo tema, re-oconociendo con gratitud

Que sin ti, sin el raroPretexto que me diste,Mi amor, que afuera está con su ternura,Allá dentro de mí hoy seguiríaDormido todavía y a la esperaDe alguien que, a su llamada,Le hiciera al fin latir gozosamente.

Si alguna vez te oigoHablar de padre, madre, hermanos,Mi imaginar no vence a la extrañeza

De que sea tu existir originado en otros,En otros repetido,Cuando único me pareceCreado por mi amor; igual al árbol ,A la nube o al aguaQue están ahí, mas nuestrosSon y vienen de nosotrosPorque una vez les vimos.Como jamás les viera nadie antes.

El sólo informa un mitoEn tu hermosa materia. (PC, 458)

Un puro conocer te dio la vida.

("De dónde vienes", PC, 450)6

Aquí se ve claramente cómo para Cernuda el amor es unprincipio activo: la mente crea lo que está viendo. En estesentido la facultad contemplativa del amante es parecida alpoder creador de un dios, aunque no empieza desde cero ; adiferencia del dios, necesita algún estímulo, algún pretextosin el cual su creatividad no puede ejercerse. Por eso Cernu­da se ve obligado a reconocer la necesidad de una mínimacorrespondencia para que el amor exista : la presencia o dis­p~nibilidad del cuerpo ajeno. "T u presencial Y mi amor",dice en el poema XVI. " Eso basta". Luego aclara cómo

mi amor nada puedeSin que tu amor acceda:

Aquí vemos confirmada la base narcisista del amor de Cer­nuda. Lo que el amante busca no es el amado per se, sino unaocasión que le permita a su amor expresarse ; es decir , quepermita que el Amor, despertándose dentro de él, le despier­te a la vida , vigorizándolo con la presencia de una fuerza vi­tal. En efecto, si el amor es una fuerza creati va, no crea alamado sino al mismo amante. Infundiéndole nueva vida, elamor crea (o recrea) la personalidad de Cernuda, resolvien­do aquella dicotomía que antes le había caracterizado: lacontradicción entre lo que soñaba ser (el sueño de la juven­tud) y lo que era (la realidad de la vejez}' . Reju venecido porel amor, Cernuda goza de una reintegración de su personali­dad. Y es qu izás esta cuest ión de la recuperación de la pro­pia identidad la que explica la profunda gratitud que se ex­presa en estos poemas. Después de tantos años de " vivir sinestar viviendo", por medio de esta experiencia de amor Cer­nuda por fin se había encontrado a sí mismo.

ENCUENTROS Y DESENCUENTROSENTRE JIMENEZ y CERNUDA

El mayor homenaje que puede recibir un poeta es la presen­cia de su obra en la .poesía de los poetas venideros. En esesentido, es sabida la influencia de Jiménez en la llamada ge­neración española del 25. Es indudable que los poetas que sehabían reunido alrededor de la revista Litoral, y que habríande convertirse en los próximos años en la vanguardia de supaís, tenían todos ellos como modelo la poesía de Jiménez asícomo su apoyo personal. Y en el día de hoy nos vamos a refe­rir a la influencia que ejerció Jiménez en Cernuda, poeta quea su vez ha sido esencial para la nueva poesía escrita en espa­ñol.

En los distintos escritos sobre Jiménez, Cernuda nos ha­bla de la admiración que tenía por él en aquellos años deju­ventud. Llega a decir que "Era mi delicia y mi guía".' Y enun párrafo posterior evoca el primer encuentro que tuvieronen el alcázar de Sevilla gracias a la presentación de PedroSalinas:

"Quienes conozcan el lugar podrán suponer lo que su fon­do añadirla, en la imaginación de un poeta mozo, a la pre­sencia casi mítica del gran poeta, el maestro consideradocomo algo divino. (. . .) Era yo un chico provinciano, sincostumbre, no digo de tratar a gentes comoJiménez (por-

Trabajo leido en la Universidad de Vale en noviembre de 1981 en la celebra­ción del Centenario del nacimiento de J. R. J.

que las gentes como Jiménez no abundan), sino de tratar acualquier cIase de gente, tímido por sí y entonces atadoaún más por la timidez, y aún encima de todo eso el fardode una admiración quintaesencia y absurda. (.. .) No obs­tante me sentía como el creyente a quien en un trance so­brenatural se permite vislumbrar un rincón de paraíso. "2

Desde las primeras reseñas que aparecieron sobre Perfil delaire la crítica señaló la influencia de J iménez en Cernuda.Estudios posteriores han tratado este asunto con deteni­miento. Cernuda no sólo encuentra enJiménez un tono, unaforma de decir las cosas, sino que también se identifica conciertos temas que tocaría el maestro. Cernuda encuentra enla obra de Jiménez aquellos estados de melancolía afines alsuyo adolescente que plasmaría en su primer libro. En su es­tudio titulado La poesía de Luis Cemuda, Elizabeth Mullerobserva que la melancolía está ligada -como enJiménez- aimágenes otoñales, donde las hojas, el frío, la niebla se pre­sentan para expresar estados de ánimo. La crítica alemanacompara ciertas composiciones de Cernuda como" iInstan­te! Como pasado" con "Parque viejo" de Rimas de sombra y"La otra tarde se ha llevado" de Arias tristes. El tema de lamelancolía aparece en ese poema de Cernuda ligado al olvi­do. Muller atribuye este tema a Jiménez,5 mientras que De­rek Harris opina que es de origen mallarmeano.!

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Cernuda

Antes de seguir hablando de las influencias, es preciso re­cordar que la huella que deja un poeta en otro no se presentaaislada , sino acompañada de los innumerables tejidos de latradición (o tradiciones) de la cual es parte. En este caso, lahuella de Jiménez está fortalecida por la lectura que Cernu­da había hecho de Mallarmé, lo mismo que los elementos ro­mánticos de Jiménez fueron fortalecidos por la lectura deBécquer. Es interesante observar que Cernuda encuentra enJiménez el cruce de dos tradiciones que serían importantísi­mas para él : el simbolismo y el romanticismo- mientras quenunca se presenta en su obra la huella modernista.

Por otra parte, el tema de la melancolía es localizable,como el mismo Cernuda nos dice en "Historial de un libro",en la obra de André Gide . El poeta sevillano cita una frasedel autor francés para ofrecernos una clave más para el en­tendimiento de la cuestión: "la melancolía no es sino fervorcaído" .5Sabemos que la lectura de Gide le había servido, en­tre otras cosas , para aceptar su homosexualidad, con lo cualla melancolía en este su primer libro aparece como productode su incertidumbre sexual. Un crítico de Cernuda nos diceque su melancolía es de orden vitalista, mientras que la deJiménez es de orden cósmico."

Otro tema común en ambos poetas es el del "jardín", aun­que diversos estudios han mostrado, cada uno a su modo, eldistinto significado que tiene en la obra de cada poeta. Sinembargo Derek Harris da varios ejemplos donde encuentraciertos paralelos, tales como el poema "Los árboles al po­niente" de Perfil delaire y " El viaje definit ivo" de Jiménez.7

Se podría agregar que el tema del jardín también aparece enpoetas contemporáneos a Jiménez, como es el caso de Anto­nio Machado.

Para Cernuda el amor es equivalente a vida, y vida equiva­le a identidad. Pero también hay otra correlación: la queexiste entre amor y poesía. La relación que une a Cernudacon su amigo es breve, pero los efectos de esta amor, una vezdespierto, son duraderos, perdurando como recuerdos. Sinembargo, como dice Cernuda en el poema HI , a veces "nobasta el recuerdo"; por lo tanto acude al poema meditativo,cuya recreación de experiencia, cuando está bien lograda,llega a constituir un equivalente poético de la contemplaciónamorosa anterior. "Estas líneas escribo", dice 'Cernuda al fi­nal del mismo poema, " Únicamente por estar contigo"(PC,444). Es decir, el amado sigue estando aliado de Cernu­da toda vez que el amor siga existiendo dentro de él. Comoconsecuencia, lo que intenta Cernuda en sus poemas es en­sanchar esta presencia, hacerla más inmediata, más plena:en fin, eternizarla mediante la palabra.

Aunque todos los poemas dan testimonio de esta búsque­da de permanencia, quizá donde mejor se ejemplifique es en

.el "Epílogo" escrito varios años después de terrrrinarse la re­lación (y, por esta razón u otras, nunca incluido en el libro) .El poema empieza describiendo cómo de repente el poetaencuentra una foto de su antiguo amigo, y cómo esta foto letrae a la memoria aquellos días privilegiados de amor. Medi­tando sobre esta experiencia, Cernuda llega de alguna ma­nera a revivirla ; y, reviviéndola, vuelve a tomar concienciadel valor inapreciable que el amor sigue teniendo para él,ahora como antes: .

La tentación me rondaDe pensar, ¿para qué todo aquello:El tormento de amar, antiguo como el mundo,

A pesar de las repetidas semejanzas entre las Primeras poe­síasde Jiménez y el primer libro de Cernuda, hay diferenciasnotables que hacen cada obra distinta. Mientras que las pri­meras poesías de Jiménez están cargadas de elementos im­presionistas (elementos de los que nunca terminaría de des­hacerse), los poemas del primer libro de Cernuda (por la in­fluencia de Reverdy) tienen un sello cubista. Ya el título, Per­fil del aire, nos remite a ello. El título indica -señálese- elperfil de una calle sevillana llamada Aire . Otros elementosdel libro dan la visión fragmentada de la pequeña ciudad, talcomo el poema "Urbano y dulce revuelo", que es un poemaobjeto de raíz malallarmeana. Así, mientras las primeras poe·sías de Jiménez ofrecen imágenes estilizadas, las de Cernudase descomponen en planos.

Con la publicación de su segundo libro, Égloga, elegla, oda,Cernuda se desprende de la influenciajimeneana -sin negarlas raíces que ésta le ha dado- para profundizar en la tradi­ción literaria - aquí en la obra de Mallarmé y Garcilaso. Apartir del tercer libro, Un no, unamor, Cernuda comparte elmovimiento surrealista no sólo como estética sino como unaforma de liberación de sí mismo -como ha dicho Octavio Pazen un revelador ensayo. De ahí que con su acercamiento al su­rrealismo (cuyos cimientos ya había encontrado Cernuda enLautréamont y Reverdy) se desprenda del concepto de poesía"pura"para acercarse más a la noción de la poesía "impura".

Ahora bien: si Litoral había sido la revista cuyo contenidoencerraba muchos de los ideales de la poesía " pura", en unarevista posterior, Héroe, se plantean los inicios del conflictocon Jiménez. Esta última revista reflejaba el espíritu de la é­poca: la transición. Estaba abierta a distintas tendencias: el

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Que unos pocos instantes rescatar consiguen?Trabajos del amor perdidos .No. No reniegues de aquello.Al amor no perjures .Todo estuvo pagado, sí, todo bien pagado,Pero valió la pena,La pena del trabajoDe amor, que a pensar ibas hoy perdido .

En la hora de la muerte(Si puede el hombre para ellaHacer presagios, cálculos),Tu imagen a mi ladoAcaso me sonría como hoy me ha sonreído ,Iluminando este existir oscuro y apartadoCon el amor, única luz del mundo. (PC,518-9)

En " Historial de un libro", al hablar de sus Poemas para uncuerpo y de otros poemas escritos por las mismas fechas, entrelas diferentes características Cernuda había de subrayar subrevedad, sobre todo cuando se les compara con las compo­siciones de las colecciones anteriores. Esto, explicará, no eraresultado de una decisión voluntaria, sino que partía de unimpulso subconsciente: "la búsqueda, acaso no del todoconsciente, de cómo concentrar el tema , más bien que la deexplorar sus ramificaciones " (PR, 936). Aunque Cernuda noofrece más explicación al respecto, parece probable que esteanhelo inconsciente se derive del inusitado estado anímicoen que se encuentra a la hora de escribir estos versos y la pro­fundidad de sus sentimientos, que exigen esta expresión másconcentrada e intensa.

surrealismo francés (una selección de poemas gnósticos deJules Supervielle); aJuan RamónJiménez, a través de la se­rie de retratos líricos de " héroes" españoles (uno de ellos esel de Cernuda); a la poesía religiosa de Unamuno; a poetaslatinoamericanos como Alfonso Reyes; a los poetas españo­les de la vanguardia. El primer conflicto que se plantea es lanegativa de Emilio Prados a colaborar en la revista ante lapresencia de Jiménez. Prados, en 1929, y después de haberpasado por un "trance místico", abraza la causa marxista.Las diferencias se agudizan en el número 6, en el que RafaelAlberti publica su conocido poema "Un fantasma recorreEuropa", cuyo título alude a una frase famosa de CarlosMarx. Manuel Altolaguirre se traslada a Londres donde em­pieza la edición de la revista 1616, que continúa la línea deLitoral, tratando de unir la tradición inglesa con la española.En ella aparecen poemas de Eliot, Lorca, Aleixandre y Cer­nuda, entre otros. Las circunstancias determinan entoncesque los intelectuales se radicalicen en vísperas de la guerra yante la amenaza del fascismo.

Al llegar Pablo Neruda a España, en 1934, los poetas jóve­nes lo reciben con gran entusiasmo. La publicación de Resi­dencia enla tierra creó un gran revuelo. Este libro, como obser­va Emir Rodríguez Monegal en Neruda: el viajero inmóvil,"contiene un programa para la poesía nueva: una poesía quese afirma en los contenidos emocionales y mágicos, que des­deña la asepsia y el frío intelectualismo".' Programa que seestaba ya dando en la obra de Cernuda (entre otros) desdeUn no, un amor. Neruda intuye los signos de su tiempo yobserva qué paralelos había entre la poesía española y la su­ya, para poder darle así una dirección unificadora.

Esta interpretación parece aún más aceptable si se tomaen cuenta otra de las características del libro indicadas por elpropio Cernuda: " la tendencia al canto, al poema-canción"(PR,936). Otra vez se trataba, según parece, de escogeraquella forma que mejor expresara el estado lírico del poeta.Como ejemplo de esta tendencia, Cernuda cita el uso de larima asonante, que, aunque raras vecesausente de sus colec­ciones, nunca había sido empleada con tanta frecuenciacomo aquí'. De los dieciséis poemas de que consta el libro,nueve se conforman a uno que otro esquema de rima asonan­te, sea del tipo abb, acc, add (poema 1), abcb , defe, ghih(poemas 11, VI, XII, XV, XVI), aa, bb , cc (poema 111),abcbdbeb (poema VII) , o finalmente aba , cdc, efe (poemaVIII). La rima proporciona su propio ritmo al poema, un rit­mo mucho más eficiente por ser sutil ydiscreto . (" Sienelversohay música" , escribe en "Historial de un libro ","mi preferen­cia se orientó hacia la 'música callada ' del mismo", PR, 927).

Lo que Cernuda deja de mencionar en su ensayo es que eluso de la rima implica a su vez el retorno a formas métricasregulares, lo que en el libro se traduce en el empleo del hep­tasílabo (en poemas XIII y XVI) Yel octasílabo (en poemas11, VI, VII , VIII y XII). Estas formas regulares, con su es­tructura fija, ayudan enormemente al poeta a concentrar suexpresión. En efecto, tan fuerte es esta tendencia a la concre­ción y concisión que, aun en los poemas de mayor extensión,donde no hay rima, las estrofas suelen constar de versos desiete y once sílabas (los versos de catorce sílabas constando,en realidad, de dos versos de siete sílabas cada uno). Estos

Por lo demás, conviene advertir aquí que un aspecto de laestética de Juan Ramón Jiménez está ligado a la concepciónde una "pureza" poética derivada del simbolismo y del mo­dernismo expresada en el famoso poema:" Vino primero, pu­ra,/ vestida de inoscencia;/ y la amé como un niño, .. . etc.

Con la aparición de la revista Caballo verde para la poesía,'Neruda utiliza los editoriales que allí se publican para lan­zar cuatro manifiestos y así fundar "una estética anti­juanramoniana".? Sólo vamos a repetir algunas de sus defi­niciones, que coincidirían con la estética manifestada en lapoesía de Cernuda:

" Una poesía impura, como un traje, como un cuerpo, conmanchas de nutrición, y actividades vergonzosas, conarrugas, observaciones, sueños y vigilias, profecías, decla­raciones de amor y de odio, bestias sacudidas, idilios,creencias políticas , negociaciones, deudas, afirmaciones,impuestos."

"La sagrada ley y los decretos del tacto, olfato, gusto,vista, oído, el deseo dejusticia, el deseo sexual, el ruido delocéano, etc., etc. 10

Hay que observar en los fragmentos citados la presenciade ciertos elementos que serían afines con la obra de Cernu­da hasta ese momento , como los sueños, las declaraciones deamor , el idilio, el decreto de los sentidos, el deseo sexual , en­tre otros, elementos básicos que aparecen desde su tercer li­bro. Por ejemplo, en Un río, un amor:

"La noche, la noche deslumbranteQue junto a las esquinas retuerce sus caderas,

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Carnuda

Aguardando, quien sabe,como yo, como todos."1 1

o en Los placeres prohibidos (1931):

"Cuerpos gritando bajo el cuerpo que les visitay sólo piensan en la caricia,sólo piensan en el deseo ... " 12

Desde 1932, Cernuda había dejado atrás la poesía france­sa para volver a una lectura del romanticismo en general. Esuna huella que se percibe desde los primeros poemas de Don­dehabiteel olvido, algunos de ellos publicados por esas fechas .

En el cuarto editorial de Caballo verdepara lapoesía, Nerudaescribe un manifiesto titulado " G. A. B.", dedicado al cente­nario del nacimiento de B écquer, y a celebrar, como diceRodríguez Monegal , a " un poeta que no temió incorporar asus rimas todas las impurezas del corazón apasionado.?"

En 1936 Cernuda publica la primera edición de La realidady el deseo. El libro tiene una gran repercusión. Los poetas leofrecen un homenaje, donde García Lorca pronuncia un dis­curso que dice:

" No me equivoco. Lo que voy a decir es verdad y está en laconciencia de toda persona sensible. La aparición del li­bro La realidad y el deseo es una efemérides importantísimaen la gloria y el paisaje de la literatura española. No meequivoco, porque para decir esto aquí yo he luchado abrazo partido con el libro, leyéndolo sin gana al acostar­me, al levantarme; leyéndolo con dolor de cabeza, sacan­do ese poquito de odio que sentimos todos contra autores

dos ritmos -el del verso y el de la rima - son en gran parteresponsables de la música engañosamente sencilla que segoza al leer los poemas. Pero son responsables sólo en parte,porque hay un tercer componente todavía por considerar: elritmo del pensamiento.

En otra página de "Historial de un libro ", Cernuda expli­có cómo en su obra de madurez, y más concretamente a raízde su descubrimiento de la poesía de Hülderlin en 1935, élhabía buscado cada vez más establecer

.. .un ritmo doble, a manera de contrapunto: el del verso yel de la frase. A veces ambos pueden coincidir, pero otrasdiferir, siendo en ocasiones más evidente el ritmo del versoy otras el de la frase . Este último , el ritmo de la frase, seiba imponiendo en algunas composiciones, de maneraque, para oídos inexpertos, podía prestar a aquéllas aireanómalo.

(PR,927)

Este ritmo doble se conseguía, dijo, mediante el uso del en­jambemen; ("el deslizarse la frase de unos versos a otros").Como ejemplo de este procedimiento en Poemas para uncuerpopodríamos citar, entre otros muchos versos , estos de la pri­mera estrofa del poema XI, "El amante divaga ": "Acaso enel infierno el tiempo tenga/ La ficción de medida que le da­mos/ Aquí, o acaso tenga aquella desmesura/ De momentospreciosos en la vida" (PC, 452). En este ejemplo se ve clara­mente cómo el enjambement permite mayor soltura al pensa­miento del poeta (factor importante en poemas, como lo sonestos, de tipo meditativo). El pensamiento establece su pro­pio ritmo -lo que yernuda llama el ritmo de la frase . Pero

de obras perfectas; pero ha sido inútil. La realidady el deseome ha vencido con su perfección sin mácula, con su amo­rosa agonía encadenada, con su ira y sus piedras de sorn­bra."u

Por las mismas fe~has en que aparece el libro de Cernuda,Vicente Huidobro acusa de plagio a Neruda. Los poetas deCaballo verde se solidarizan en un documento con su compa­ñero. Jiménez se mantiene al margen, negándose a firmarlo.La poesía "impura" que Neruda unifica en España triunfacomo movimiento. A partir de ese momento, Jiménez empie­za una serie de ataques beligerantes. El primero es contraNeruda, calificándolo de un "gran poeta, un gran mal poeta,un gran poeta de la desorganización" y aclara que es "elpoeta dotado que no acaba de comprender ni de emplear susdotes naturales. Neruda me parece un torpe traductor de símismo y de los otros, un pobre explotador de sus filones pro­pios y ajenos, que a veces confunde el orijinal con la traduc­ción ; que no supiera completamente su idioma ni el idiomaque traduce.t"!

Al terminar la guerra, los poetas en su mayoría toman elcamino del exilio. Cernuda se refugia en Inglaterra donde daclases y sigue escribiendo. En 1940 publica en México la se­gunda edición de La realidady eldeseo. En 1941 escribe Las nu­bes y entre 1942 y 1943 Como quien espera el alba. En 1942 apa·rece un ensayo sobreJuan RamónJiménez; es un ensayo crí­tico donde expone sus ideas sobre la obra del maestro, defi­niéndola como la que resuelve felizmente el conflicto que nohabía resuelto el modernismo.16 Jiménez responde con otroensayo dirigido a Cernuda, donde aclara los puntos en losque no está de acuerdo. En ambos escritos son visibles cier­tas reticencias. Cernuda exp~esa en el suyo la dificultad en

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I

. 1este ritmo no borra el otro, el del verso; simplemente, rompecon su monotonía. Así, el metro sigue ,en pie- en este casoson tres versosde once sílabas más uno de catorce (compues­to de dos hemistiquios de siete sílabas cada uno). De estemodo se establece la relación de contrapunto a que se refiereCernuda, siendo más evidente aquí (así como en los otrospoemas de mayor extensión) el ritmo de la frase, y en lospoemas más breves (que son la mayoría) el ritmo del verso.

En lo que respecta a la dicción, los poemas se acercan bas­tante al ideal de Cernuda de emplear palabras de uso diario,evitando casi por completo el lenguaje "inusitado" o "sucu­lento". Aunque no siempre acierta; a veces, más que captarel ritmo del lenguaje hablado, Cernuda " habla como un li­bro" yeso al seguir el ritmo del discurso intelectual yem­plear palabras poco coloquiales (como, por ejemplo, "moti­vo", "circunloquio", "incógnito" y "deparar"). Pero loslapsus son infrecuentes. Más característica es su preferenciapor la sencillez, por la palabra llana y precisa, que sea capazde comunicar la experiencia directamente al lector. Comoconsecuencia de este mismo anhelo de comunicación, habríaque subrayar, también, la relativa ausencia de imágenes.Las que existen (" la rosa", "la alondra " y " el ramo " delpoema VII) , por ejemplo, o " el sol" y "la tierra" del poemaXII, no podríanser más tradicionales; es decir, allí no hayvirtuosidad metafórica que desvíe el desarrollo de la medita­ción. Igualmente austero y parco es su uso de adjetivos ; losque aparecen tienden a denotar cualidades abstractas ("vi­vo", " libre", "hondo", "raro", "tarde", "solo", etc.) másque visuales (hay un solo adjetivo de color: "verde"). Otravez se trata, según parece, de sacrificar toda consideracióndecorativa a' un principio de sencillez y concisión.

tratar como persona a Jiménez, a pesar del valor de su obra;yJiménez manifiesta una vanidad controlada.

Es posible encontrar en los últimos libros citados de Cer­nuda algunos paralelos con la obra de Jiménez. A la huellahonda que Jiménez había dejado en el primer libro de Cer­nuda , se suman las circunstancias de que Cernuda habíavuelto a la lectura de los románticos españoles, como ya dije,ya la profundización de la tradición inglesa; tradiciones queel mismo Jiménez había ahondado. El caso es claro. Cernu­da cita en el ensayo antes mencionado dos estrofas de Au­gusto Ferrán, diciéndonos que algunos especialistas en Ji­ménez podrían atribuírselas.

"Oigo a veces entre sueñosQue alguién me dice : "tú mueresPara que yo viva eterno""Alta es del ciprés la copaPero también sus rafeesAunque no se ven, son hondas." 17

En el ensayo Jimlnez y Teats, Cernuda habría de señalar lainfluencia del poeta irlandés sobre el andaluz, a partir de unfamoso poema de Jiménez:

"Vino primero, pura,vestida de inoscencia;y la amé como un niño .Luego se fue ~stiendode no se qué ropajes;y la fuí odiando sin saberlo... 11

Como indica Cemuda ya en 1914, Yeats publica en su li-

A diferencia de lo q~e 'p?sa en colecciones anteriores , aquíCernuda no busca objetivizar su experiencia en circunstan­cias concretas. Por lo tanto, los vocablos tienden a referirsearealidades abstractas. La situación del amante, por ejemplo,se presenta como " tiempo", " amor", "vida", "s ilencio"" I d d" " " " I id " '" fi '" 'so e a , muerte , o VIO , m terno y 'paraíso" (en-tre otras abstracciones). Cernuda tampoco intenta objetivi­zar la figura del amado, quien está presente simplemente I

como " cuerpo". En realidad, lo que le interesa a Cernuda esfijar su atención en s).l propia percepción del amor y en susintentos por darle expresión; de ahí la sorprendente frecuen­cia con que usa verbos como " oír", " imaginar", "ver", "mi­rar", "comprender", " parecer", " pensar", "conocer" , " sa-:ber ", " creer", " crear", " escribir", " divagar", " hablar"," decir", " animar" e " informar". Es como si en estos poe­mas Cernuda estuviera mirándose, como si estuviera con­templando su propia manera de verse y de expresarse.

En " H istorial de un libro", y con una reticencia que segu­ramente ocultaba sentimientos mucho más vivos, Cernudaconfesó que sus Poemas para un cuerpoconst ituían, entre todossus versos, " unos de aquellos a los que tengo algún afecto".Luego añadió la siguiente reserva :

Al decir eso comprendo que yo mismo doy ocasión para unade las objeciones más serias que pueden hacerse a mi traba­jo : la de que no siempre ha sabido, o podido, mantener ladistancia entre el hombre que sufre y el poeta que crea.10

(PR, 938)

Cernuda se refiere aquí, sin duda, al hecho, algo insólito enm obra de madurez, de presentar su experiencia en primera

bro Responsabilities la composición titulada A coat:

I'made my song a coatCovered of old MythologiesFrom heel to throat ;But the rools caught it,Wore it in the world's eyesAs thugh they 'd wrougth it.Song, let them take it,For there's is more enterpriseIn walking naked."

La semejanza entre una pieza y otra es evidente.Paralelamente a la polémica estética hubo, y no .siempre

de manera subterránea, una polémica " moral". Aquí hayque recordar la censura del poema que Cernuda le dedica aGarcía Lorca, poema donde se habla abiertamente del temasexual:

" Mira los radiantes mancebosQue vivo tanto amasteEfímeros pasar juntos al fulgor del mar .Desnudos cuerpos bellos que se llevanTras de sí los deseos... %0,

En 1947, después de haber pasado la segunda guerra en In­glaterra y Escocia, Cernuda llega a los Estados Unidos, don­de no es bien recibido por los exiliados españoles -salvo es­casas excepciones. La causa de esas hostilidades, como sesabe, es su homosexualidad, que él no escondió. Harto de in­trigas, en 1952 se translada a México, donde es acogido por

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persona ; antes hab ía preferido objetivarla mediante el usode la segunda persona " tú", procedimient o que creaba esadistancia entre el poeta y sus sentimientos que él, como T. S.Eliot, creía necesari a. Este cambio del " tú" al " yo", evidenteen doce de los dieciséis poemas, probablemente era resulta­do de la recup eración de su ident ida d mediante el amor; siquería habl ar en p.r,imera ~ersona , era porq~e estaba ahoramás seguro de qUIen era. 1 El habl ar en primera persona,desde luego , no constituye nin gún defecto ; pero lo es en cuan­to facilita al poeta una mayor complacencia con sus propiossentimi entos. Cern uda qui zá cae en esta tentación en " Elamante espera ", poema que sólo "con bastant e recelo " , di­ce, se atrevió a inclu ir en la ser ie : "es como si me pre sentaradesnudo en medio de un corro; sensación no muy agrada­ble"; '" T odo depende de la sen sibilidad de cada lector, claroestá -pero par a mí este es el ún ico caso de complacenciasentimental que de alguna man era result a chocante, y aúnasí el defecto no es notorio. En los demás poemas la distanciaes suficiente; el rigor del pensamient o, al someter la expre­sión de los sentimientos a su propia disciplina, los rescata desu cont,xto puramente personal y la expresión del poeta ad­quiere así universalidad. En efecto , es esta transformaciónde la experiencia en pensamiento la que quizás hace que ellibro sea más atractivo.

Notas1. El libro fue pub licado por primera vez, en edición limitada, en Má laga

en 1957 (Edi torial Caracola). Fue luego incorporado a la tercera edición delas poesías completas del auto r : La realidady el deseo (Fondo de Cult ura Eco­nómica , México, 1958). En este trabajo sigo el texto establecido por DerekHar ris y Luis Marist any en su edición de la Poesía completa de Cern uda (2a.ed., Barral, Barcelona, 1977): sigla PC. El ensayo autobiográfico " Historialde un libro" , al cual me refiero más adelante, fue escrito en México en 1958.

sus antiguos amigos y por los mejores poetas mexicanos­como Octavio Paz. Allí publica nuevos libros y se crea unbuen número de lectores. Simultánea mente, Vicente Alei­xandre se convertía en la figura centra l de los poetas que per­mane cieron en la península . J iménez , que nunca había so­portado qu e se destacara otro poeta a su lado , empieza a ata­car indiscriminadamente tanto a Cern uda como a Aleixan­dre- que compartía con el primero la misma singularidadsexual. Es curioso señalar que Jiménez nunca atacó a Lorca,tal vez porque ya muerto se había convertido en un mito. Elúltimo de los ataques deJiménez a los poetas del2S aparecióen la revista Asomante poco antes de su muerte. Allí califica aAleixa ndre (al qu e le faltaba un riñón) de poeta " mutilado"y a Cernuda de poeta "encorseta do". Jiménez no neces ita­ba, para defender sus posiciones y concepciones, echarmano a esos " argumentos". Por su parte, Cernuda respon­dió con un fuert e contrataque que no vamos a analizar porquemerecería mucho más tiempo. Hay puntos interesantes ensu artículo, como el hecho de destac ar la influencia de la pro­pia generación del 2S en el maestro .

En el retrato que traza Cernuda deJiménez, lo caracterizasegún los personajes de R. Loui s Stevenson, Dr.Jekyll y Mr.Hyde- y subraya que , en el caso , la monstruosidad de Dr .Jekyll termina dominando a la de Mr. Hyde. Tal vez Cernu­da exagerab a. A pesar de todo, y de tanto, hoy día vamos aquedarnos con otra imagen de Jiménez : la que celebró Cer­nuda en un poema sin identificar al personaje. Sólo a lamuerte de Jiménez - y para que descansara al fin en paz - ,Cernuda reconoció la identidad del anónimo maestro:

" Agradécelo pues, que una palabraAmiga mucho vale

Mis citas de este está n toma das de la Prosa completa de Cernuda, también acargo de Ha rris y Maristan y (Barra l, Barcelona , 1975): sigla PR o

2. Carla inédita fechada 20-V II.( 1944). Conservada en los archivos deNieves de Madariaga,

3. J. O. J iménez, " Emoción y trascendencia del tiempo en la poes ía deLuis Cernuda ". La Caña Gris (Valencia), n úms, 6-8 (1962). p. 77.

4. El "Salvador" del título podrla ser igualmente el ama do del poeta (su­poniendo, claro está , que así se llamara el muchacho). Ya que se trata delprimer poema del libro, seria una manera muy discreta de dedicar sus poe·mas a su amigo.5. Otra huella de la influencia de los filósofos presocráticos se deja vis­

lumbrar en la pr imera estrofa del poema XV, " Divinidad celosa " : " Loscuatro elementos pr imarios/ Dan forma a mi exist ir " (PC, 457). Durante suesta ncia en Nueva Inglaterra (1947-1952), Cernuda hab la de recordar, " hi­ce una (lectura) en extremo reveladora: la de Diels, Die Fragmente der Vorso.kratiker, ayudado por una tradu cción inglesa de los mismos textos; más tar­de, ya viviendo en México, leería tamb ién la obra de Burnet, EarlyGmk Phi­losph)'. Los fragment os de filosofía presocrática que en una y otra obra cono­cí, sobre todo, quizá, los de Héraclito, me parecieron lo más profundo y poé­tico que encontra ra en filosofía" (" Historial de un libro", PR, 934).

6. Véaseel comentario a este poema que incluye Jaime Gil de Biedma ensu ensayo "Como en sí mismo, al fin", Vuelta (México), núm. 22 (septiem-bre de 1978), pp. 24-29. •

7. Esta interpreta ción es la que propone Derek Harr is, Luis Cemuda: Astudy 01the poetry, T ámesis Books Ltd. , Londres , 1973, p. 142.

8. Desde muy temprano en su carrera, explica Cernuda, " fui siguiendoun camino que me llevaba hacia un tipo de poesía en la cual lo que yo queríadecir me parecía más urgent e que lo que resultara al seguir los laberintos dela rima " (" Historial de un libro" PR, 910).

9. Véase Octavio Paz, " La palabra edificante " , Cuadrivio, 3a. ed., Joa­quín Mort iz, México , 1976, p. 182.

10. Alusión, sin duda , a la observación de T. S. Eliot : " the more perfectthe artist, the more completely sepa rate in him will be the man who sufTersand the mind which crea tes". CL "Traditio n and the individual ta lent " , Se­lected essays. Fabe r an d Faber, Londres, 1972, p. 18.

11. Véase Harris, p. 145.12. De una carta a Eugénio de Andrade, fechada 17-VIII-S8. Reproduc i­

da por Angel Cres po en su edición de Luis Cernuda, Cartas a Euginio deAn­drade, Olifa nte, Zaragoza, 1979, p. 35.

En nuestra soledad, en nuestro bre ve espacioDe vivos, y nadie sino tú puede decirle,A aquél que te enseñara adónde y cómo crece :Gracias por la rosa del mundo."

Manuel UlaciaNotas

1. Cernuda, Luis, Prosas Completas, Barcelona : Barral editores, 1974p.l019.

2. Ibidem3. Elizab eth Muller , Die Diecñ tung Luis Cernuda Ginebra : L962

p. 100-103.4. Derek Harr is, Perfil delaire: Con otras obras olvidadase inéditas, Documentos

y Epistolario, London: Tá mes is Books Ltd. 1971 p. 57.5. Luis Cernuda , Prosas Completas, p. 901.6. J osé Mar ía Ca pote , El periodosevillano deLuis Cernuda,Madrid : Gredos,

1971. p. 86-88.7. Derek Harris, Perfil del aire.. . p. 57.8. Rodrlguez Mo negal, Emir, Neruda: el viajero inmóvil, Caracas: Monte

Avila edito res, 1977. p. 105.9. Ibidem. p. 111.10. lbidem. p. 111.11. Luis Cern uda, Poesías Compleas, Barcelona : Barra l editores, 1977.

p. l03.12. Ibidem. p. 120.13. Rodrlguez Monegal, Emir, op. cit. p. 113.14. García Lorca , Feder ico. Obras Completas, Madrid: Aguilar, 1973

p. 1193.15. Rodrlguez Monegal, Emir, op. cit. p. 108.16. Luis Cernuda , "J uan Ramón J iménez" " Bulletin 01 Spanish Studies",

Liverpool: Octubre 1942. Reimpreso en El Hijo Pródigo. México: Junio de1943.

17. Ibidem. p. 149.18. Luis Cernuda, Prosas Completas, p. 1117.19. Ibidem. p. 1118.20 Luis Cernuda, Poesías completas p. 209.21 Ibidem. p. 373.

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