Juegos y juguetes de nuestros abuelos

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Algunos de los juegos o juguetes de sus abuelos que han descrito son estos:

El fútbol: Ponían piedras, palos, ropas,… para marcar la portería. Escogían a sus amigos para formar los equipos, y con una pelota de trapos atados con cuerdas jugaban hasta que sus madres los llamaban para ir a casa. Los niños usaban pantalones cortos y se raspaban las rodillas con la tierra.

El burro (también llamado churro o marro): Se formaban dos equipos con varios jugadores cada uno. Un jugador de uno de los equipos que se queda, apoyaba su espalda en una pared y el resto de sus compañeros se colocaban en fila y en posición de ‘burro’, es decir, una persona detrás de otra formando una fila, agarrándose fuertemente las piernas y con la cabeza entre las piernas de la persona que está delante. Los miembros del otro equipo saltaban por turnos sobre esta fila, dejando sitio a sus compañeros para que quepan todos.

El pañuelo: Se formaban dos equipos con el mismo número de jugadores y se colocan a una distancia determinada el uno del otro situándose tras una línea. A cada jugador de cada equipo se le asignaba un número diferente. En el centro del campo de juego se pintaba una línea separadora y se colocaba una persona que mantenía un pañuelo colgando de su mano y que decía en voz alta un número. El miembro de cada equipo que tenía dicho número debía correr para coger el pañuelo y llevarlo de vuelta al lugar en el que estaba. El primero que lo conseguía ganaba la ronda, quedando el participante del equipo contrincante sin punto.

El aro: Se jugaba con un aro de metal y una varilla, que en muchas ocasiones fabricaba el mismo jugador. La varilla tenía en una de sus puntas una forma de arco para sujetar el aro al principio y poder hacerlo rodar. El juego consistía en rodar por el suelo el aro ayudándose de la varilla. El juego tenía muchas

variantes, por ejemplo, se marcaba un recorrido para ver quien llegaba antes, se competía para ver quien aguantaba más tiempo rodando el aro sin que se caiga. Se hacían pruebas de habilidad entre varios jugadores que tenían que sortear varios obstáculos e incluso cronometrar el tiempo que se tardaba en recorrer una determinada distancia.

Balones de trapo: Los fabricaban con tiras de trapo y goma. Empezaban a enrollar las tiras en forma de pelota e iban añadiendo hasta que conseguían tener el tamaño de un balón.

Las canicas: Se hacía un agujero en la tierra y a una distancia se marcaba la línea de salida, y desde esa línea intentaban introducir la canica en el agujero. El objeto del juego de las canicas era ganarle canicas a los oponentes. Hay varias formas de jugar a las canicas. Una era lanzar la canica y procurar introducirla en el hoyo, si lo conseguía, perfecto. El siguiente jugador tratara de hacer lo mismo. En caso de colarla también en el hoyo había empate, si no, este jugador que no la introdujo en el hoyo perdía una canica.

Repión, trompo o peonza: Es un objeto de madera con forma de pera que termina en una punta de acero por donde se hace girar.

Se jugaba enrollándole una cuerda bien apretada. Lo soltaban contra el suelo y giraba sobre la punta. Si jugaban varios niños, se hacía un círculo grande y se colocaban todos los repiones en el centro del círculo, y uno tiraba su repión contra los demás para sacarlos del círculo antes de que el suyo dejase de girar.

Chapas: Se conseguían en las tabernas. Se lanzaban las chapas a la pared y la que estaba más cerca empezaba a jugar. Se formaba una torre con las chapas y se tiraba una piedra. Todas las chapas que se caían se las llevaba el jugador que tiraba la piedra. Las chapas se podían decorar interiormente con fotografías recortadas de revistas, cromos, o dibujos en papel representando, por ejemplo, al equipo al que pertenecen.

La bilarda: Se ponía un trozo de palo afilado por los dos lados entre dos piedras. Cada niño con otro palo más largo intentaba darle para que saltara y el que más lejos la lanzara era el ganador del juego.

Los zancos: Se jugaba con dos latas de conserva vacías con dos cuerdas largas con las cuales los participantes intentaban desplazarse sin caerse.

El escondite: Era un juego en el que unos niños se escondían y otro niño tenía que buscar a los que se

habían escondido. Antes de comenzar a jugar se delimitaba la zona donde se iba a jugar y se sorteaba para ver quien empezaba a contar. Un niño contaba hasta el número que decidían y los otros niños se escondían. Cuando terminaba de contar salía a buscar a los otros niños. El juego terminaba una vez que todas las personas eran encontradas y el juego volvía a repetirse.

Algunos de los juegos o juguetes de sus abuelas que han descrito son estos:

Saltar a la comba: El salto a la comba habitualmente consistía en que una o más participantes saltaban sobre una cuerda que se hacía girar de modo que pasase debajo de sus pies y sobre su cabeza. Si el juego era individual, era una persona la que hacer girar la cuerda, y salta utilizando un saltador. Si el juego es en grupo, al menos eren tres personas las que participaban: dos que volteaban la cuerda mientras que una tercera saltaba. Era habitual saltar al ritmo de sencillas canciones populares que entonaban las participantes.

El yoyó: El yoyó era un juguete formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrollaba un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente. Se manejaba el disco mediante sacudidas hacia arriba y hacia abajo.

Las tabas: Las tabas eran huesos de la rodilla de los corderos, que en ocasiones se pintaban de diferentes colores. Para jugar se utilizaban cinco tabas y una canica. Cada uno de sus cuatro lados recibía un nombre diferente: hoyo, panza, pico y fondo. El juego consistía en lanzar al mismo tiempo la canica a lo alto y dejar caer las tabas, recogiendo la canica antes de que cayese al suelo. A continuación se volvía a lanzar la canica al tiempo que se intentaba mover las tabas de manera que quedara arriba el lado que se quería, todo ello muy rápido para recoger la bola antes de que tocara el suelo. En una segunda tirada se recogían las tabas que estaban del lado correspondiente y se intentaba volver los

huesos que no mostraban el lado correcto. Esta operación se repetía por cada uno de los cuatro lados de la taba. Si la canica caía al suelo, la niña perdía la jugada y comenzaba a jugar otra. El juego terminaba cuando una de las participantes realizaba todas las jugadas.

El diábolo: Era un juguete que consiste en dos semiesferas huecas, unidas con un eje metálico y una cuerda atada a dos palillos, uno en cada mano. Se juega de pie con el diábolo y se lanza hacia arriba, se recoge y se continúa bailando el diábolo. No se puede caer al suelo y debe estar girando de forma constante.

El elástico: Para jugar se necesitaba una goma elástica de unos cuatro o cinco metros de largo aproximadamente anudada en sus extremos. Se necesitaban 3 personas como mínimo, 2 para sujetar el elástico y la otra para saltar, pero si había una sola tampoco había problema, se podía poner el elástico entre dos sillas y... ¡a

jugar! Dos de las participantes se situaban frente a frente en el interior del elástico sujetándolo con las piernas abiertas de modo que quedase un espacio en el medio para saltar. El resto de las jugadoras iban saltando por turnos realizando determinados ejercicios al ritmo de “cancioncillas”.

Rayuela: Dibujaban en el suelo casillas numeradas del 1 al 10. El juego comenzaba tirando una piedra pequeña en el cuadrado número 1, intentando que la piedra cayese dentro del cuadrado sin tocar las rayas externas. Se comenzaba a recorrer la rayuela a la pata coja sin pisar las rayas, guardando el equilibrio hasta que se llegaba al cuarto piso donde había dos casillas y podían apoyar los dos pies. Seguían el número 6 a pata coja y nuevamente en el 7 y el 8 apoyaban los dos pies. Ahora había que

volver al número 1. Debían saltar y darse la vuelta sin pisar las rayas y deshacer el mismo camino hasta el número 1 donde se agachaban a por la piedra sin apoyar el otro pie. Si no pisaban la raya continuaban el juego ahora tirando la piedra en la casilla número 2 y repitiendo lo mismo. Si la piedra no caía en la casilla número 2 o tocaba la raya pasaría el turno a la siguiente jugadora. El objetivo era tirar la piedra en las demás casillas sucesivamente.

Hula – hop: El hula hoop o aro era un juego que consistía en hacer girar un aro alrededor de la cintura o de otro miembro del cuerpo como brazos o piernas para lo que era necesario mantener los dos pies fijos en el suelo. Para jugar al hula-hop primero hay que meterse dentro del aro y sostenerlo en la cintura. Luego, al soltar la mano,

se iniciaba simultáneamente un movimiento circular de cintura que debía mantener el aro en posición horizontal alrededor del cuerpo.

La cuna o los nudos: Se jugaba con una cuerda de poco grosor o lana. Consistía en ir creando diversas figuras entrelazando la cuerda entre las manos. Se podían hacer figuras como la cuna, la camita, la araña,… La mosca: Una jugadora la queda y debe pasar por un pasillo hecho por las demás participantes. Al principio y al final del pasillo debe decir “mosca” y su objetivo es detectar algún movimiento; al que vea moverse lo nombra y pasa corriendo el pasillo. El objetivo de las demás es tocarla sin ser detectada (y sin hacer daño).

Muñecas de trapo: Las niñas disfrutaban con las muñecas que les hacían sus madres o sus abuelas rellenando la cabeza y las extremidades con trapos, que después unían cosiendo. Los ojos, la nariz y la boca los pintaban o le pegaban botones. El pelo, hecho

con lana, se cosía a la cabeza. También cosían los vestiditos. El padre, el abuelo, el tío,… le hacían de madera la cunita, la panera, Jugaban con ellas a las casitas, a las maestras,…

Juego de palmas: Se colocaban dos participantes, sentadas o paradas, la palma de la mano izquierda de ambas jugadoras mirando hacia arriba y la palma de la mano derecha mirando hacia el suelo. Se encuentran las manos y se daban un golpeteo con las manos en forma horizontal, luego en forma vertical y luego cada jugador golpea sus manos . Se repetían las palmas hasta que terminaban la canción que ambas jugadoras recitaban.

Las mariquititas: Eran unos recortables en los que había muñecas de papel, vestidos y accesorios: Se recortaban y vestían de maneras diferentes a las muñecas. Los vestidos tenían unos trozos pequeños de papel que se doblaban y se colocaban en las muñecas. Había también sombreros, zapatos, bolsos,…