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^ í í V v r l ^ \ ; L ^ > > J ^ ^ ^ v ^ V ^ l ' ^ ' í l ' . l . -"í^-i'g ¿'' ••'••'• . > .'•"'•.: r . í l ".• r, 1 ; • • S- La libertad do Impronta no tlens mía limites qus «1 respeto 4 la vida privada, la moral y á la paz piibllca.—Art. 7 o do la Constitución. Periódico Independiente de combate. Direotor: RICARDO FLORES MAGON Cuando la República pronuncie su voz soborann, jori tonoso somotorso (, ditnltlr.-GAMBETTA. do Redacción: Oficinas! 505 W. Nueva Street.—-JP. O.'Box:, II33.-OW PJione. 384-3 R., ,„„„„ AÑO L-fl* ÉPOCA. '"'"" * Administra Enrique Flor¿& Magon SAN ANTONIO, TBX. E. U. A.—Enero 7 de 1905. TOMO III.-No 10. Enteced as secón d-class uiatter Novciiiber 5,1904, office at San Antonio, Xexas, under tUe Act oí CouirreBB of Mareta s, I87O. La herencia la Dictadura. Inevitable caos. los Estados Unidos no es de temer- se. Los Estados Unidos no están ya para aventuras. La política im- perialista extremada por Teodoro Roosevelt tiene irritado al pueblo americano, que ve pasar sus econo- mías al tonel sin fondo de un enor- me y costoso Ejército. El pueblo americano no es amigo de la guerra; es un pueblo esencialmente trabaja- dor. " E n este mismo número inserta- mos un hermoso artículo de nuestro querido colega El Colmillo, Publico, titulado: «¿La muerte del Gral. Díaz traerá una revolución?» En dicho artículo nuestro colega andina la actual situación política del país, situación anormal que no ofrece garantía alguna de paz para cuando la Naturaleza se apiade del pueblo mexicano cortando la estéril vida del Dictador. . , s Nosotros, como el colega,, nos he- k mos preguntado más de una vez: ¿será inevitable el caos? Para contestarnos procuramos que nuestro ánimo esté trasquilo; examinamos nuestra conciencia, y convencidos de su serenidad, anali- zamos la situación política del país. No vemos partidos políticos organi- zados, ni hombres de! Gobierno'que descuellen por sus virtudes cívicas, ni por su honradez, ni vislumbra- mos un^resquicio de libertad para poder organizar u'n'"partui6,' "que pa- ra nosotros no podría ser otro que _el liberal, y después de haber he-- _ cho el análisis de nuestra situación política, viene á nuestra^-me¥te la respuesta en sentido afirmativo; res- puestajunargay-pero faíal. Ninguno que dirija la mirada ha- da el porvenir de^5a-Patria, á no ser que trate de engañarse á sí miS' mo, podrá encontrar otra cosa que la revolución después de la muerte del Dictador. ' Ante la proximidad de la catás- trofe nuestro querido colega excla- ma: «Hay todavía una esperanza de salvación: la ley. Hay todavía un baluarte contra la revuelta: él su- fragio.» En efecto; la ley podría salvarnos de la catástrofe, j)ero veintiocho años de tiranía nos han convencido de que la ley no será respetada por el Dictador mientras viva. La ley continuará siendo burlada por el Gobierno, por necesidad para soste- nerse contra la voluntad del pueblo. El sufragio sería otra salvación, pe- ro á las bolecas de los ciudadanos libres las reciben las balas de la Dictadura. No quiere decir esto que conside- mos 'estéril la lucha cívica, por el contrario la creemos importantísima para despertar el espíritu público, para despertar interés por los asun- tos políticos y para que los ciudada- nos vuelvan á tener conciencia de su valer, de su dignidad y de su fuerza. , La inminencia de la catástrofe que tardará en llegar solamente el tiempo que le quede de vida al Dic tador, nos ha hecho redoblar nues- tros esfuerzos para que el pueblo se decida á ejercitar sus derechos elec- torales y todos los demás que la Constitución nos otorga. Qtiere=. mos que el pueblo tenga siquiera conciencia de su soberanía en el momento del conflicto, y que el es- píritu publico esté despitrto á la ho- ra de la conflagración para que el caos no encuentre dormidos á los ciudadanos, ni fe declare el incen- dio sobre multitudes siu voluntad, sin ideales y tal vez sin patriotis- mo. Es urgente, pues, que los buenos ciudadanos ejerciten «us derechos, para que á stí ejemplo los remisos, los indiferentes, Los escépticos, sa- cudan indiferencia, su pereza ó su prevención, contagiados por el entusiasmo cívico de los que consi- deran como una obligación intere- sarse en los asuntos políticos de la Patria. Ya que la catástrofe es inevitable, porque así io ha querido el Dicta- dor que en su criminal egoísmo no ha preparado al país para, que efec- túe una evolución pacífica, sin convulsiones que lo desangren, sin revueltas que detengan por un momento su marcha, hagamos cuan- to esté de nuestra parte por desper- tar el espíritu público, cuya robus- tez impedirá que un nuevo tirano recoja el ensangrentado sable de Porfirio Día¿. Por eso es por lo que encontra- mos importancia suma á la lucha cí- vica. Ella es eficaz para despertar en los¡ciudadanos la conciencia de su dignidad. Es triste nuestro porvenir, pero ya que-es inevitable, veámoslo de •frente, no-nos-engañemos solos con esperanzas vanas que "provocarán tristezas más acerbas cuando sean desvanecidas. " Solo sí. es bueno que no olvidemos la dura lección que hemos recibido, para que en el futuro no entreguemos nuestro po- der al primer ambicioso que nos sal- ga al paso prometiéndonos los es- plendores de un porvenir glorioso, para que confiados é inermes nos en- treguemos á la abyección y á la des- honra. Porfirio Díaz nos ha engañado. Hace veintiocho años que nos pro- metió la felicidad de la Patria. En- sangrentó el país para llegar al Po- der, y cuando se derrumbe la exis- tencia de ese hombre funesto nos dejará un legado de incendio y de matanza. Perp de ese caos saldrá nuestra li- bertad si para entonces estamos pre- parados los liberales, los que tent- ¡ mos fe en los principios redentores ' que guardamos con cariño. Pense- mos, pues, seriamente en el porve- nir, y reorganicémonos con la tran- quilidad que la gravedad del caso requiere. De ese modo, cuando nuestros enemigos jurados inicien la disolución, los liberales forma- remos un cuerpo compacto que la evitará por la sola virtud de una cohesión hecha efectiva por el sen- timiento patriótico de nuestros co- rreligionarios y por el solo prestigio de nuestra solidaridad. Se derramará sangre, eso es in- dudable; pero si somos tuertes se derramará menos porque sabremos restablecer el orden constitucional. Se ha heeho vulgar la creencia de 3que los Estados Unidos ó cualquie- ra otra Potencia, ó varias Potencias unidas, intervendrían en los nego- cios de nuestro país en caso de gue rra intestina. Las Potencias sólo intervendrán cuando la Deuda enormemente au- mentada por el Dictador nos sea exigida y no podamos pagarla, pero ese peligro lo corremos aun en vida del tirano. En cuanto á la intervención de serio leí Presi- dente Díaz en lüiico. De «The Dallas Morning News,» oo- r-espondiente al 9 de Dbre. de 1904, temamos el siguiente artículo. «La reelección del Presidente Díaz do México para el T? periodo ha moti- vndo de parte de la prensa ydel pue- blo de nuestro propio país muchas ex- presiones de felicitación. Se oree ge- neralmente que es un bien para Méxl- co.que Díaz continúe á BU cabeza. Ha llamado la atención que algunos de loa más entusiastas mensajes [de feli< citación al pueblo de la «República hermana* fueron inviados por algu- nos da nuestros más ardientes parti- darios de la política de un solo perio- do presidencial, ahora generalmente profesada en nuestro propio país. /Ror supuesto, que los que aparecen inconsecuentes con sus propias ideas, E'íh capaces, á su modo, de explicar su' inconsecuencia. Están listos para decir que noso- tras, 'siendo un'pueblo totalmente dis- tinto de les mexicanos ó de cua'quier otro pueblo, la scu fflet azúcar de la tie- 7ra,como somos, estamos en condi- ciones de pasarla mejor con frecuen t..s cambios de hombres, mientras que r;ingúa otro pueblo de la tierra puede c'-iperar recibir tales bendiciones, i Habiendo á"n lado nuestras incon- sscuencias, (y ellas forman una mon- taña capaz de asustar á un automó- vil) la reelección del Presidente Díaz sa presenta como habiendo sido la co- sa, más sabia que el pueblo mexicano pudo aceptar. La Constitución mexicana prescri- b a originariamente que el Presídante dos periodos cons£e»fcrTOS-, 1887 por una La guerra contra España, la ofen- sa inferida á la soberanía de Colom- bia arrancándole una parte de su territorio, el sostenimiento del cos- toso Ejército, la* pacificación nunca efectuada en Filipinas y la abruma- dora tiranía de los trusts, tienen in- dignado al pueblo americano contra la política imperialista. Por lfl';deníá's u ; >< e'í : '¿bl6só está por desmoronarse. Su aparente fuerza está profundamente minada por in- finidad de problemas interiores su- mamente graves, y por la oposición dé irreconciliables intereses y el fer- mento de odios añejos que corroen al gigante. Una guerra prolongada, costosa, formidable, como la que tendría que entablarse entre el México del si- glo XX y los" Estados Uuidos, pre- cipitaría la disolución que se anun- cia para dentro de pocos años de es- ta gran nación. Los Estados del Norte y del Sur no han olvidado sus querellas y no está lejano otro rompimiento. Los Estados del Occidente hace tiempoJTwttera conservar el poder por solo que desean formar nación aparte. Los intereses más encontrados pro- vocan un "estado de hostilidad sorda de unos Estadps~p"ará"Ios otros se- gún las regiones en que se encuen- tran en tarrgasto país. Los once mi- llones dejiegros millones dg^ unidades^frisolventés que debilitan la cohesión del vasto edificio próximo á derrumbarse. Y la antipatía general por el imperia- lismo, el mortecino amor que el ame- ricano tiene per la patria, la existen- cia de más de diez millones de seres humanos que viven en la más abso- luta miseria, debilitan sin cesar las fuerzas de la nación como. Potencia conquistadora, encaminándose rápi- damente al socialismo que no admi- ta ejércitos ni conquistas. Como se ve, el peligro del Norte es menos serio de lo que general- mente se cree El Gobierno ameri- cano pesaría bien las circunstancias antes de emprender la guerra, y aun cuando se decidiese, el pueblo no se lo permitiría. Hay que saber que en los Estados Unidos-el pueblo no le guarda al Gobierno las mismas consideraciones pue nosotros tene- mos para el tirano. En los Estados Unidos el pueblo se hace respetar. El peligro del Norte es más apa' rente que real. Lo que en realidad tenemos que considerar es nuestro peligro interior. Para salvarlo hay que ser fuertes ción. por la reorganiza- reproducirlos todos, pero el inserto, como otro cualquira que hubiéramos tomado alazar, demuestra que el odia- do Dictador de Méxioo no tiene en el extrangero el prestigio que él se pro- oura en vano gastando los fondos de la Nación en anunciarse como un gran gobernante. El pueblo america- no no se deja engaQar: juzga de los hechos y les damás valor que á las alabanzas pagadas; y comparando las inmensas libertades que en una Repú- blica deben disfrutarse con la incon- mensurable opresión que ya exaspera al pueblo mexicano, aoaba por com- prender, y declara por su voz, la prensa, que Díaz es un monarca y cen- sura acremente su conducta. A NUESTROS SUBSCRIPTORES. Suplicamos á las personas que re- ciban REGENERACIÓN, se sir- va?i enviar desde luego el precio que ppt sus subs- cripciones, teniendo en cuenta qíi£ si no mandan pagar, les haremos el re- cargo de un ts&s* veinte por ciento como gastos de cobranza y giraremos contra ellas con el recargo indicado. A las personas que reciban RE- GENERACIÓN y no deseen subs- cribitse, les agradeceremos que nosde vuelvan los ejemplares que hayan re- cibido, para evitamos el que les gire- mos por el valor de ellos. pero en ¡y funda 7 ' tino a ser elegiblepor .reelección, umiámer© indefinido de-pe- riodos consecutivos^ La ocupación del puesto fue así asegurada para él y por tanto tiempo como quisiese ó pu- desempeñar sus La Constitución anjig.ua no" decía nada respecto á un Viceppesidente, pe- ro por una reforma hedía el aSo pa- sado, el puesto se creó, y Ramón Co- rral fue electo por Díaz como un su c»sor en quien poder confiar, para continuar su política. Aií es que encontramos al curio- so Presidente de la curiosa Repúbli- ca, capaz no sólo de hacerse reelegir sin oposición, sino investido de un po- der absoluto para elegir su propio sucesor. Por supuesto que un hombre eon tal poder es algo más que un Presi- dente de una República libre. Es esen- cialmente un monarca, de cualquier modo que sea denominado por el pue- blo ¡ Y sin embargo, esta monarquía mexicana ésta modelada en sus bases fundamentales según' nuestro mismo sistema de gobierno! En Julio último los colegios electo- rales eligieron á Díaz y á Corral, co- mo Presidente y Vice Presidente, sin oposición. Esta ea un mal si gao en ua país que se supone libre y aun la popularidad y el poder de un nombra no alteran este hecho. Aun cuando fuera Díaz el hombre más bueno y más apti es claro suponer que debido á su extraordinaria influencia sobre su pueblo, tanto sus virtudes como su poder se exagerarían: y no es ua Jor- Washington,ó hubiera rehusádose á ^amblar la Constitución con el objeto de asegurarse sin límites la Presiden- cia. Es más generoso en otorgar con- cesiones á corporaciones y capitalis- tas, de lo que se lo podría permitir á cualquier Presidente de los Estados Unidos. Ha cometido algunos graves errores; sin embargo, es tal su poder, que sus críticos han sido suprimidos y aplastados. Este hecho es sin du- da contra él, demostrando qué no to- lera siquiera las críticas usuales y prueb»B._ expuestas para exhibir'" su maldad y la injusticia de ía-que ha si- do acusado. El Presidente Díaz se oresenta como un hombre bueno y apto, pero queda p~r ver si su ambi- ción no se ha erguido como un serio obstáculo en el desarrollo de las ideas republicanas y de una concepción pro- pia de La libertad humana en México. *** Artículos semejantes al anterior aparecen con frecuencia en los p»rio dicos americanos; nos sería imposible LA MUERTE DEL ALEMÁN BEHN. ENÉRGICA ACTITUD DEL CÓNSUL ALEMÁN. En una corrida de toros efectuada el dom'ngo pasado en Monterrey Be suscitó un eseándalo por el disimulo de la autoridad para todo aquello que lastime los intereses del público en be- neficio de empresa? bribonas. Es el caso que los toros destinados para esa corrida no dieron juego, y el público protestó contra la burla de que se le hizo objeto, pidiendo alJuez de plaza que obligase á la Empresa á devolver la tercera parte del precio de entrada al espectáculo. El Juez, por .todo castigo, impuso 6, la Empresa u na multa úe $200, con lo que aumentó el escándalo por creer~ fundadamente el público que la autoridad que presi- día la lidia se habí» dejado comprar porjla Empresa ladrona. El Juez se marchó, dejaedo en su lu- gar á Ignacio Mprejos Zaragoza, Coj: mandante do Policía odiado -por el pueblo por habef azuzado á los ¥sf>i- rros á acuchillar á los ciudadanos el \£~áe Abril de 1903, por orden de Ber- nardo Reyes;—Morelos Zarag' za fuó befado por el pueblo con una lluvia de naranjazos, y su presencia causó un escándalo todavía, mayor, perqué ni se dio paso á devolver las- entra- das, y sí se avivaron los recuerdos de la hecatombe en la quedesempeñó Mo- relos Zaragoza el papel de verdugo asalariado por Reyes. De millares de pechos se escaparon robustos gritos de mueras contra el Dictador Porfirio Díaz, .contra . Ber- nardo Reyes y el Presidente Municipal Pedro Martínez. Una de las personas que con más energía reclamaban sus derechos, fue el Sr. Benjamín Burchard. hermano del Cónsul Alemán Don Pablo Bur- chard. Rafael Dávila, yerao del sanguina- rio Gobernador y Diputado á la Le- gislatura del Estado, conocido en to do Monterrey como camorrista de ofi- cio, quiso imponer silencio al Sr. Burchard empleando su acostumbra- da altanería. El Sr. Burehard contes- con caballerosidad á la grasera exigencia de Dávila, y éste, furioso, trató de golpearlo, cosa que le valió un soberbiu bofetón en la boca que lo hizo roáar por tierra desangrándose. Ante la actitud enérgica del Sr. Bur- chard, Dávila no quiso recibir otro bofetón y optó por qu c ja.rse á la poli- cía á la que ordenó, como yerno Bernardo Reyes, que condujese á la cárcel á, su viril contriccante. Dávila inició la riña ytambién fue el primero en quejarse. Si el Sr. Bur- chard hubiera^ resultado golpeado, á Dávila nada se le hubiera hecho. El Cónsul Alemán, Don Pablo Bur- chard, se dirigió á la Comandancia, doDde reclamó la libertad de su her- mano, alegando justamente que Dávi- la prevocó la riña por su insolencia, y que, por lo mismo, si no se encarce- laba á Dávi'a, debía de ponerse en li bertad á Don Beoiamíu. La*indígnación del Cónsul fue cre- ciendó'onte"el cinismjde las autorida des y declaró alfin,que se estaba co metiendo uno de tantos abusos &que se entregan las autoridades. Dijo que si por orden de Reyes se había asesi- nado cobardemente al súbaito alemán Befan porel solo hecho de haber to- mado dicho sellar algunas fotografías de la hecatombe del 2 d*> A bril de 1U03 y no 6e había hecho justicí», ahora está decidido á que se haga justicia en si asunto del señor su hermano. Don Pablo es hijo político del Sr. Gral Trevlflo. Al Sr. Benjamín Burchard lo pasa- ron ala. Penitenciaria ocasionando el atropello gran escándalo entre el pue- blo honrado. La codicia de Molina. En uno de los últimos números de nuestro estimado colaga El Com- bate, que ve la luz pública en Mé- rida, vemos que Olegario Molina desde que se presentó al Congreso de la Unión el proyecto para la erección del Territorio Quitana Roo, estaba dispuesto á apoyar el proyec- to. Sabía, además, que ese hecho iba á causar una pena general á los yucatecos, según se desprende de las siguientes palabras vertidas en el Mensaje que leyó ante la Legisla- tura del Estado: «Por dolorosaque pueda ser para los corazones yuca- tecos la idea de estrechar los anti- guos límites del Estado;» pero no lo detuvo ninguna consideración. Olegario Molina iba á su negocio. No paró mientes en las protestas que la prensa honrada de Yucatán formulaba contra el atentado de le- sa soberanía cometido por el Dicta- dor; no se detuyo ante la indigna- ción que el proyecto de la erección del Territorio produjo en todo yu- cateco patriota; el lucro sin freno, sin límite, lo arrastraron hasta ha- cer traición al sentimiento sano y sagrado y noble que los hombres tienen por su tierra'Üatajj, *^^.Z~- -En-su.~Mensaje~ aseguró Molina que no=podía «desconocerse la con- veniencia y clarísima ventaja del proyecto,» y, en efecto, hoy nadie desconoce- que á Molina le corivino el pjcSgfecto por las clarísimas venta- jas pecuniarias que ha obtenido con suTealización, Olegario Molina puso cuanto es- tuvo de su parte porque la Sobera- nía de Yucatán resultase ultrajada. Cuando leyó su Mensaje fungía de Presidente de la Legislatura el Lie. Agustín Vadillo Cicero, y este fun- cionario, al contestar al Gobernador lo hizo en términos que no dieron lugar á duda sobre la oposición que el Sr. Vadillo Cicero haría al pro- yecto cuando se presentase á la Le- gislatura. El gobernante científico, para evitar esa oposición honrada y pa- triótica, removió de su puesto al Sr. Cicero. Solo así pudo consumarse el atentado, según el sentir de yu- catecos honrados. El Estado de Yucatán está pro- fundamente indignado contra Ole- gario Molina y principalmente con- tra el Dictador, que por su prurito de elevar nulidades codiciosas que le sean fieles, hacausado la ruina de Yucatán y la evidente desventura de la Patria. Como el Gobernador de Yucatán son los Gobernadores de los demás Estados. Todo lo sacrifican en aras de su egoísmo y de su sed de rique- zas. Los intereses de los ciudada- nos, la vida y la segundad de los mismos, son vistos con desprecio por los sátrapas que, en su megalo- manía, no conciben que la oveja puede tornarse en leóu. Matrimonio. 1 En atenta esquela que tenemos á la i vista, se DOS participa que el día ¡(del 'corriente contraerán matrimonio ci- vilmente en Santa Bárbara, Chin, nuestro apreciable &migo, el intacha- ble liberal Sr Miguel Borrego, hijo, y la distieguida Señorita María Gua- dalupe GúLzález. Deseamos ardientemente que la feli- cidad no se aparte nunca de) nuevo bogar.

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La libertad do Impronta no tlens mía limites qus «1 respeto 4 la vida privada,la moral y á la paz piibllca.—Art. 7 o do la Constitución.

Periódico Independiente de combate.

Direotor: RICARDO FLORES MAGONCuando la República pronuncie su voz soborann, jori tonoso somotorso (,

ditnltlr.-GAMBETTA.

f© do Redacción: Oficinas! 505 W. Nueva Street.—-JP. O.'Box:, II33.-OW PJione. 384-3 R., ,„„„„

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Administra

Enrique Flor¿& MagonSAN ANTONIO, TBX. E. U. A.—Enero 7 de 1905. TOMO I I I . - N o 10.

Enteced as secón d-class uiatter Novciiiber 5,1904,

office at San Antonio, Xexas, under tUe Act oí CouirreBB of Mareta

s, I87O.

La herenciala Dictadura.

Inevitable caos.

los Estados Unidos no es de temer-se. Los Estados Unidos no estánya para aventuras. La política im-perialista extremada por TeodoroRoosevelt tiene irritado al puebloamericano, que ve pasar sus econo-mías al tonel sin fondo de un enor-me y costoso Ejército. El puebloamericano no es amigo de la guerra;es un pueblo esencialmente trabaja-dor.

" E n este mismo número inserta-mos un hermoso artículo de nuestroquerido colega El Colmillo, Publico,titulado: «¿La muerte del Gral. Díaztraerá una revolución?»

En dicho artículo nuestro colegaandina la actual situación políticadel país, situación anormal que noofrece garantía alguna de paz paracuando la Naturaleza se apiade delpueblo mexicano cortando la estérilvida del Dictador. . ,

s Nosotros, como el colega,, nos he-kmos preguntado más de una vez:¿será inevitable el caos?

Para contestarnos procuramosque nuestro ánimo esté trasquilo;examinamos nuestra conciencia, yconvencidos de su serenidad, anali-zamos la situación política del país.No vemos partidos políticos organi-zados, ni hombres de! Gobierno'quedescuellen por sus virtudes cívicas,

• ni por su honradez, ni vislumbra-mos un^resquicio de libertad parapoder organizar u'n'"partui6,' "que pa-ra nosotros no podría ser otro que

_el liberal, y después de haber he--_ cho el análisis de nuestra situación

política, viene á nuestra^-me¥te larespuesta en sentido afirmativo; res-puestajunargay-pero faíal.

Ninguno que dirija la mirada ha-da el porvenir de^5a-Patria, á noser que trate de engañarse á sí miS'mo, podrá encontrar otra cosa quela revolución después de la muertedel Dictador. '

Ante la proximidad de la catás-trofe nuestro querido colega excla-ma: «Hay todavía una esperanza desalvación: la ley. Hay todavía unbaluarte contra la revuelta: él su-fragio.»

En efecto; la ley podría salvarnosde la catástrofe, j)ero veintiochoaños de tiranía nos han convencidode que la ley no será respetada porel Dictador mientras viva. La leycontinuará siendo burlada por elGobierno, por necesidad para soste-nerse contra la voluntad del pueblo.El sufragio sería otra salvación, pe-ro á las bolecas de los ciudadanoslibres las reciben las balas de laDictadura.

No quiere decir esto que conside-mos 'estéril la lucha cívica, por elcontrario la creemos importantísimapara despertar el espíritu público,para despertar interés por los asun-tos políticos y para que los ciudada-nos vuelvan á tener conciencia desu valer, de su dignidad y de sufuerza. ,

La inminencia de la catástrofeque tardará en llegar solamente eltiempo que le quede de vida al Dictador, nos ha hecho redoblar nues-tros esfuerzos para que el pueblo sedecida á ejercitar sus derechos elec-torales y todos los demás que laConstitución nos otorga. Qtiere=.mos que el pueblo tenga siquieraconciencia de su soberanía en elmomento del conflicto, y que el es-píritu publico esté despitrto á la ho-ra de la conflagración para que elcaos no encuentre dormidos á losciudadanos, ni fe declare el incen-dio sobre multitudes siu voluntad,sin ideales y tal vez sin patriotis-mo.

Es urgente, pues, que los buenos

ciudadanos ejerciten «us derechos,para que á stí ejemplo los remisos,los indiferentes, Los escépticos, sa-cudan sü indiferencia, su pereza ósu prevención, contagiados por elentusiasmo cívico de los que consi-deran como una obligación intere-sarse en los asuntos políticos de laPatria.

Ya que la catástrofe es inevitable,porque así io ha querido el Dicta-dor que en su criminal egoísmo noha preparado al país para, que efec-túe una evolución pacífica, sinconvulsiones que lo desangren, sinrevueltas que detengan por unmomento su marcha, hagamos cuan-to esté de nuestra parte por desper-tar el espíritu público, cuya robus-tez impedirá que un nuevo tiranorecoja el ensangrentado sable dePorfirio Día¿.

Por eso es por lo que encontra-mos importancia suma á la lucha cí-vica. Ella es eficaz para despertaren los¡ciudadanos la conciencia desu dignidad.

Es triste nuestro porvenir, peroya que-es inevitable, veámoslo de•frente, no-nos-engañemos solos conesperanzas vanas que "provocarántristezas más acerbas cuando seandesvanecidas. " Solo sí. es buenoque no olvidemos la dura lecciónque hemos recibido, para que en elfuturo no entreguemos nuestro po-der al primer ambicioso que nos sal-ga al paso prometiéndonos los es-plendores de un porvenir glorioso,para que confiados é inermes nos en-treguemos á la abyección y á la des-honra.

Porfirio Díaz nos ha engañado.Hace veintiocho años que nos pro-metió la felicidad de la Patria. En-sangrentó el país para llegar al Po-der, y cuando se derrumbe la exis-tencia de ese hombre funesto nosdejará un legado de incendio y dematanza.

Perp de ese caos saldrá nuestra li-bertad si para entonces estamos pre-parados los liberales, los que tent-

¡ mos fe en los principios redentores' que guardamos con cariño. Pense-mos, pues, seriamente en el porve-nir, y reorganicémonos con la tran-quilidad que la gravedad del casorequiere. De ese modo, cuandonuestros enemigos jurados inicienla disolución, los liberales forma-remos un cuerpo compacto que laevitará por la sola virtud de unacohesión hecha efectiva por el sen-timiento patriótico de nuestros co-rreligionarios y por el solo prestigiode nuestra solidaridad.

Se derramará sangre, eso es in-dudable; pero si somos tuertes sederramará menos porque sabremosrestablecer el orden constitucional.

Se ha heeho vulgar la creencia de3que los Estados Unidos ó cualquie-ra otra Potencia, ó varias Potenciasunidas, intervendrían en los nego-cios de nuestro país en caso de guerra intestina.

Las Potencias sólo intervendráncuando la Deuda enormemente au-mentada por el Dictador nos seaexigida y no podamos pagarla, peroese peligro lo corremos aun en vidadel tirano.

En cuanto á la intervención de

s e r i o leí Presi-dente Díaz en lüiico.

De «The Dallas Morning News,» oo-r-espondiente al 9 de Dbre. de 1904,temamos el siguiente artículo.

«La reelección del Presidente Díazdo México para el T? periodo ha moti-vndo de parte de la prensa y del pue-blo de nuestro propio país muchas ex-presiones de felicitación. Se oree ge-neralmente que es un bien para Méxl-co.que Díaz continúe á BU cabeza. Hallamado la atención que algunos deloa más entusiastas mensajes [de feli<citación al pueblo de la «Repúblicahermana* fueron inviados por algu-nos da nuestros más ardientes parti-darios de la política de un solo perio-do presidencial, ahora generalmenteprofesada en nuestro propio país./Ror supuesto, que los que aparecen

inconsecuentes con sus propias ideas,E'íh capaces, á su modo, de explicarsu' inconsecuencia.

Están listos para decir que noso-tras, 'siendo un'pueblo totalmente dis-tinto de les mexicanos ó de cua'quierotro pueblo, la scu fflet azúcar de la tie-7 ra, como somos, estamos en condi-ciones de pasarla mejor con frecuent..s cambios de hombres, mientras quer;ingúa otro pueblo de la tierra puedec'-iperar recibir tales bendiciones,i Habiendo á"n lado nuestras incon-

sscuencias, (y ellas forman una mon-taña capaz de asustar á un automó-vil) la reelección del Presidente Díazsa presenta como habiendo sido la co-sa, más sabia que el pueblo mexicanopudo aceptar.

La Constitución mexicana prescri-b a originariamente que el Presídante

dos periodos cons£e»fcrTOS-,1887 por una

La guerra contra España, la ofen-sa inferida á la soberanía de Colom-bia arrancándole una parte de suterritorio, el sostenimiento del cos-toso Ejército, la* pacificación nuncaefectuada en Filipinas y la abruma-dora tiranía de los trusts, tienen in-dignado al pueblo americano contrala política imperialista.

• Por lfl';deníá'su;><e'í:'¿bl6só está pordesmoronarse. Su aparente fuerzaestá profundamente minada por in-finidad de problemas interiores su-mamente graves, y por la oposicióndé irreconciliables intereses y el fer-mento de odios añejos que corroenal gigante.

Una guerra prolongada, costosa,formidable, como la que tendría queentablarse entre el México del si-glo XX y los" Estados Uuidos, pre-cipitaría la disolución que se anun-cia para dentro de pocos años de es-ta gran nación.

Los Estados del Norte y del Surno han olvidado sus querellas y noestá lejano otro rompimiento. LosEstados del Occidente hace tiempoJTwttera conservar el poder por soloque desean formar nación aparte.Los intereses más encontrados pro-vocan un "estado de hostilidad sordade unos Estadps~p"ará"Ios otros se-gún las regiones en que se encuen-tran en tarrgasto país. Los once mi-llones dejiegrosmillones dg^ unidades^frisolventésque debilitan la cohesión del vastoedificio próximo á derrumbarse. Yla antipatía general por el imperia-lismo, el mortecino amor que el ame-ricano tiene per la patria, la existen-cia de más de diez millones de sereshumanos que viven en la más abso-luta miseria, debilitan sin cesar lasfuerzas de la nación como. Potenciaconquistadora, encaminándose rápi-damente al socialismo que no admi-ta ejércitos ni conquistas.

Como se ve, el peligro del Nortees menos serio de lo que general-mente se cree El Gobierno ameri-cano pesaría bien las circunstanciasantes de emprender la guerra, y auncuando se decidiese, el pueblo no selo permitiría. Hay que saber queen los Estados Unidos-el pueblo nole guarda al Gobierno las mismasconsideraciones pue nosotros tene-mos para el tirano. En los EstadosUnidos el pueblo se hace respetar.

El peligro del Norte es más apa'rente que real. Lo que en realidadtenemos que considerar es nuestropeligro interior. Para salvarlo hayque ser fuertesción.

por la reorganiza-

reproducirlos todos, pero el inserto,como otro cualquira que hubiéramostomado alazar, demuestra que el odia-do Dictador de Méxioo no tiene en elextrangero el prestigio que él se pro-oura en vano gastando los fondos dela Nación en anunciarse como ungran gobernante. El pueblo america-no no se deja engaQar: juzga de loshechos y les da más valor que á lasalabanzas pagadas; y comparando lasinmensas libertades que en una Repú-blica deben disfrutarse con la incon-mensurable opresión que ya exasperaal pueblo mexicano, aoaba por com-prender, y declara por su voz, laprensa, que Díaz es un monarca y cen-sura acremente su conducta.

A NUESTROS SUBSCRIPTORES.

Suplicamos á las personas que re-ciban REGENERACIÓN, se sir-va?i enviar desde luego el precio que

ppt sus subs-cripciones, teniendo en cuenta qíi£ sino mandan pagar, les haremos el re-cargo de un ts&s* veinte por cientocomo gastos de cobranza y giraremoscontra ellas con el recargo indicado.

A las personas que reciban RE-GENERACIÓN y no deseen subs-cribitse, les agradeceremos que nosdevuelvan los ejemplares que hayan re-cibido, para evitamos el que les gire-mos por el valor de ellos.

pero en¡y funda7'

tino a ser elegiblepor.reelección, umiámer© indefinido de-pe-riodos consecutivos^ La ocupacióndel puesto fue así asegurada para él ypor tanto tiempo como quisiese ó pu-

desempeñar sus

La Constitución anjig.ua no" decíanada respecto á un Viceppesidente, pe-ro por una reforma hedía el aSo pa-sado, el puesto se creó, y Ramón Co-rral fue electo por Díaz como un suc»sor en quien poder confiar, paracontinuar su política.

Aií es que encontramos al curio-so Presidente de la curiosa Repúbli-ca, capaz no sólo de hacerse reelegirsin oposición, sino investido de un po-der absoluto para elegir su propiosucesor.

Por supuesto que un hombre eontal poder es algo más que un Presi-dente de una República libre. Es esen-cialmente un monarca, de cualquiermodo que sea denominado por el pue-blo ¡ Y sin embargo, esta monarquíamexicana ésta modelada en sus basesfundamentales según' nuestro mismosistema de gobierno!

En Julio último los colegios electo-rales eligieron á Díaz y á Corral, co-mo Presidente y Vice Presidente, sinoposición. Esta ea un mal si gao enua país que se supone libre y aun lapopularidad y el poder de un nombrano alteran este hecho. Aun cuandofuera Díaz el hombre más bueno ymás apti es claro suponer que debidoá su extraordinaria influencia sobresu pueblo, tanto sus virtudes como supoder se exagerarían: y no es ua Jor-g» Washington,ó hubiera rehusádose á^amblar la Constitución con el objetode asegurarse sin límites la Presiden-cia. Es más generoso en otorgar con-cesiones á corporaciones y capitalis-tas, de lo que se lo podría permitir ácualquier Presidente de los EstadosUnidos. Ha cometido algunos graveserrores; sin embargo, es tal su poder,que sus críticos han sido suprimidosy aplastados. Este hecho es sin du-da contra él, demostrando qué no to-lera siquiera las críticas usuales yprueb»B._ expuestas para exhibir'" sumaldad y la injusticia de ía-que ha si-do acusado. El Presidente Díaz seoresenta como un hombre bueno yapto, pero queda p~r ver si su ambi-ción no se ha erguido como un serioobstáculo en el desarrollo de las ideasrepublicanas y de una concepción pro-pia de La libertad humana en México.

* * *Artículos semejantes al anterior

aparecen con frecuencia en los p»rio

dicos americanos; nos sería imposible

LA MUERTE DELALEMÁN BEHN.

ENÉRGICA ACTITUDDEL CÓNSUL ALEMÁN.

En una corrida de toros efectuadael dom'ngo pasado en Monterrey Besuscitó un eseándalo por el disimulode la autoridad para todo aquello quelastime los intereses del público en be-neficio de empresa? bribonas.

Es el caso que los toros destinadospara esa corrida no dieron juego, y elpúblico protestó contra la burla deque se le hizo objeto, pidiendo alJuezde plaza que obligase á la Empresa ádevolver la tercera parte del precio deentrada al espectáculo. El Juez, por.todo castigo, impuso 6, la Empresa una multa úe $200, con lo que aumentóel escándalo por creer~ fundadamenteel público que la autoridad que presi-día la lidia se habí» dejado comprarporjla Empresa ladrona.

El Juez se marchó, dejaedo en su lu-gar á Ignacio Mprejos Zaragoza, Coj:mandante do Policía odiado -por elpueblo por habef azuzado á los ¥sf>i-rros á acuchillar á los ciudadanos el

\£~áe Abril de 1903, por orden de Ber-nardo Reyes;—Morelos Zarag' za fuóbefado por el pueblo con una lluviade naranjazos, y su presencia causóun escándalo todavía, mayor, perquéni se dio paso á devolver las- entra-das, y sí se avivaron los recuerdos dela hecatombe en la que desempeñó Mo-relos Zaragoza el papel de verdugoasalariado por Reyes.

De millares de pechos se escaparonrobustos gritos de mueras contra elDictador Porfirio Díaz, .contra . Ber-nardo Reyes y el Presidente MunicipalPedro Martínez.

Una de las personas que con másenergía reclamaban sus derechos, fueel Sr. Benjamín Burchard. hermanodel Cónsul Alemán Don Pablo Bur-chard.

Rafael Dávila, yerao del sanguina-rio Gobernador y Diputado á la Le-gislatura del Estado, conocido en todo Monterrey como camorrista de ofi-cio, quiso imponer silencio al Sr.Burchard empleando su acostumbra-da altanería. El Sr. Burehard contes-tó con caballerosidad á la graseraexigencia de Dávila, y éste, furioso,trató de golpearlo, cosa que le valióun soberbiu bofetón en la boca que lohizo roáar por tierra desangrándose.Ante la actitud enérgica del Sr. Bur-chard, Dávila no quiso recibir otrobofetón y optó por qucja.rse á la poli-cía á la que ordenó, como yerno d«Bernardo Reyes, que condujese á lacárcel á, su viril contriccante.

Dávila inició la riña y también fueel primero en quejarse. Si el Sr. Bur-chard hubiera^ resultado golpeado, áDávila nada se le hubiera hecho.

El Cónsul Alemán, Don Pablo Bur-chard, se dirigió á la Comandancia,doDde reclamó la libertad de su her-mano, alegando justamente que Dávi-la prevocó la riña por su insolencia,y que, por lo mismo, si no se encarce-laba á Dávi'a, debía de ponerse en libertad á Don Beoiamíu.

La*indígnación del Cónsul fue cre-ciendó'onte"el cinismjde las autoridades y declaró al fin, que se estaba cometiendo uno de tantos abusos & quese entregan las autoridades. Dijo quesi por orden de Reyes se había asesi-nado cobardemente al súbaito alemánBefan porel solo hecho de haber to-mado dicho sellar algunas fotografíasde la hecatombe del 2 d*> A bril de 1U03y no 6e había hecho justicí», ahoraestá decidido á que se haga justiciaen si asunto del señor su hermano.

Don Pablo es hijo político del Sr.Gral Trevlflo.

Al Sr. Benjamín Burchard lo pasa-ron ala. Penitenciaria ocasionando elatropello gran escándalo entre el pue-blo honrado.

La codiciade Molina.

En uno de los últimos númerosde nuestro estimado colaga El Com-bate, que ve la luz pública en Mé-rida, vemos que Olegario Molinadesde que se presentó al Congresode la Unión el proyecto para laerección del Territorio Quitana Roo,estaba dispuesto á apoyar el proyec-to. Sabía, además, que ese hechoiba á causar una pena general á losyucatecos, según se desprende de lassiguientes palabras vertidas en elMensaje que leyó ante la Legisla-tura del Estado: «Por dolorosaquepueda ser para los corazones yuca-tecos la idea de estrechar los anti-guos límites del Estado;» pero no lodetuvo ninguna consideración.

Olegario Molina iba á su negocio.No paró mientes en las protestasque la prensa honrada de Yucatánformulaba contra el atentado de le-sa soberanía cometido por el Dicta-dor; no se detuyo ante la indigna-ción que el proyecto de la ereccióndel Territorio produjo en todo yu-cateco patriota; el lucro sin freno,sin límite, lo arrastraron hasta ha-cer traición al sentimiento sano ysagrado y noble que los hombrestienen por su tierra'Üatajj, *^^.Z~-

-En-su.~Mensaje~ aseguró Molinaque no=podía «desconocerse la con-veniencia y clarísima ventaja delproyecto,» y, en efecto, hoy nadiedesconoce- que á Molina le corivinoel pjcSgfecto por las clarísimas venta-jas pecuniarias que ha obtenido consuTealización,

Olegario Molina puso cuanto es-tuvo de su parte porque la Sobera-nía de Yucatán resultase ultrajada.Cuando leyó su Mensaje fungía dePresidente de la Legislatura el Lie.Agustín Vadillo Cicero, y este fun-cionario, al contestar al Gobernadorlo hizo en términos que no dieronlugar á duda sobre la oposición queel Sr. Vadillo Cicero haría al pro-yecto cuando se presentase á la Le-gislatura.

El gobernante científico, paraevitar esa oposición honrada y pa-triótica, removió de su puesto al Sr.Cicero. Solo así pudo consumarseel atentado, según el sentir de yu-catecos honrados.

El Estado de Yucatán está pro-fundamente indignado contra Ole-gario Molina y principalmente con-tra el Dictador, que por su pruritode elevar nulidades codiciosas quele sean fieles, ha causado la ruinade Yucatán y la evidente desventurade la Patria.

Como el Gobernador de Yucatánson los Gobernadores de los demásEstados. Todo lo sacrifican en arasde su egoísmo y de su sed de rique-zas. Los intereses de los ciudada-nos, la vida y la segundad de losmismos, son vistos con despreciopor los sátrapas que, en su megalo-manía, no conciben que la ovejapuede tornarse en leóu.

Matrimonio.1 En atenta esquela que tenemos á lai vista, se DOS participa que el día ¡(del'corriente contraerán matrimonio ci-vilmente en Santa Bárbara, Chin,nuestro apreciable &migo, el intacha-ble liberal Sr Miguel Borrego, hijo,y la distieguida Señorita María Gua-dalupe GúLzález.

Deseamos ardientemente que la feli-cidad no se aparte nunca de) nuevobogar.

Page 2: l S-archivomagon.net/wp-content/uploads/e2n10.pdf · 2014. 2. 19. · ¡ mos fe en los principios redentores ' que guardamos con cariño. Pense-mos, pues, seriamente en el porve-nir,

" / • •

Nuestro puejblo es aptoparala Democracia.

Los hechos son irrefutables: noadmiten réplicas, no toleran dudas,y se imponen despiadadamente so-bre todos los razonamientos y sobretodas las negaciones.

La Dictadura del Gral Díaz es unhecho generalmente reconocido ynegado sólo por algunos aduladorescretinos que con un émpeehiamieiitotan grande como su imbecilidad, seempeñan en sostener el constitucio-nalismo del actual Gobierno. Para ta-les cretinos el público tiene u»a sonrisa de lástima 6 de desprecio. Lasafirmaciones rotundas de que eu Mé-xico reina la democracia, solo pue-den considerarse como el productode una lamentable ceguedad ó deuna desvergüenza inaudita. De to-dos modos, están muy lejos deapro1

vechar al Gobierno que las inspiray que las paga.

Los menos torpes de los que porsalario defienden al Dictador, hancomprendido que ya no pueden elo-giarlo, presentándolo como gober-nante demócrata, y han resuelto nonegar el hecho patente de la Dicta-dura, sino confesarlo y justificarlo.La tarea es ardua, y superior á lasfuerzas de los lacayos intelectualesdel Autócrata; pero es la que esohlacayos necesitan hacer si no quie-ren que la Dictadura sucumba sindefensa ante las acusaciones de laopinión pública.

Cuando la Dictadura se inició,fue fácil desmentir á los que co-menzaron á señalarla. Los pri-meros actos tiránicos no afecta-ron ante todas las conciencias lafama del Gobierno, y los adu-ladores pudieron, con cierta na-turalidad, preconizar por algúntiempo el republicanismo de la ad-ministración porfirista. Pero tras-currieron los años, sin que la situa-ción política se modificara; las ree-lecciones se sucedieron hasta llegará un número alarmante; el sufragiollegó á no ser practicado por un solociudadano; los actos electorales de§_'cendieron á la categoría de recuerdohistórico; el pueblo fue alejado porla fuerza de la palestra cívica, y enla conciencia nacional, que 'contem-plaba ei SÜsastre de la democracia,se levantó una interrogación ._±re

menda que difícilmentecontestar laTDictadura.

habría * de

Ya entonces no fue posible, ócuando menos prudente, sostener elconstitucionalismo del Gobierno.Los intelectuales puestos al serviciode la tiranía, no recayeron ya en elabsurdo de negarla: buscaron par;ella justificaciones y disculpas. Só-lo algunos idiotas de solemnidadcontinuaran proclamando que vivía-mos en plena democracia, y hoy si-guen sosteniendo su aberración conla terquedad estúpida de los ebrios

El hecho se había impuesto, y'losmenos torpes de los aduladores tuvieron que aceptarlo. Confesaronpaladinamente que la Dictadura existía, pero agregaron que la Dictadura era benéfica; convinieron enque el Gral. Díaz era un tirano; pero juraron que era nu tirano bueno,Dijeron que nuestro pueblo no er;apto para, la democracia y que necesitaba ser educado para que supierahacer uso de sus libertades y atribuyeron al Gral. Díaz el papel deeducador de los mexicanos.

Examinados esos razonamiento:á la luz del sentido común, ¿ququeda de ellos?

No abundan en estos tiempos loimbéciles que creen en la bondad dde los tiranos. La civilización y la

' enseñanzas de la historia han estereotipado en todos los cerebros humanos el axioma de que todas latiranías son malas, y tal axioma nohabía de ser destruido por la sola a-firrnación de un eunuco. Decir,además, que la Dictadura del Gral

descamisados, derrotaba á las hues-

tes de los monarcas Ext ran je ros , y

la Francia de Napoleón el Pequeño,

con sus Ejércitos, sucumbía vergon-

zosamente ante las bayonetas pru-

sianas Es que la Francia de los

descamisados era libre, mientras que

la Francia de loa Ejércitos napoleó™

nipos estaba encadetiada¿ •••'' * '••*•

Si en México ''para algo nos ha

preparado el Gral Díaz, ha sido pa-

a un desastre. ¡Ment i raque el Dic

ador eduque! Los pueblos no se

ducan con tiranos, como las escue-

as no se dirigen con eapitacees.

as hecatombes y las cárceles, las

íordazas y las bayonetas, los crí

menes y las brutalidades, no edu-

:an sino aterrorizan; no forman ciu-

adanos, sino eunucos, y lejos de

ortalecer á los pueblos, los dcbil i -

an y los corrompen.

va ineptitud de los mexicanos

iara !a democracia,—dicen los ser-

iles,—justifica y hace necesaria la

Dictadura del Gral Díaz. E l argu-

mento es menguado.

Si nuestra pueblo no es apto pa-

a IR democracia, ¿como la practica-

a bajo los honrados Gobiernos de

uárez 'y Lerdo de Tfjada? Prec i -

;axnente el Gral . Díaz se sublevó

ontra Lerdo, porque consideró que

ste ilustre c iudadano no era bas-

ante demócrata para ser digno de

istar al frente de nuestra nación. El

(ral, Diaz quería más democracia

f consideraba excepcionales las ap-

itudes cívicas del pueblo, que hoy

niega para disculpar su despotismo.

Es extraño que el Autócrata noubiera reconocido nuestra decan-

:ada ineptitud, sino hasta que sehubo encaramado á la Silla Presi-dencial. Este reconocimiento de úl-tima hora, es casi chusco, y sirveuando menos para desmentir la sa-gacidad que se le atribuye al Dicta-

dor, ya que al hacer su revoluciónno se había dado cuenta de la famo';a ineptitud. Si la conocía, y á pe-sar de ello obró como todos sabe-

mos, fue un falsario digno de losmayores anatemas. _ . •*

Por lo demás, poca fuerza puedeener la afirmación de que somosueptos para la libertad, lanzada en

las actuales circunstancias. Llegar,al Poder pasando sobre los cadáve-res de los compatriotas; imponersepor la fuerza sobre un pueblo; en-gañarlo, diezmarlo, encadenarlo, yproclamar en seguida que ese pue-blo no es apto para la democracia,es un sarcasmo horrible que hacemás ©diosa á la tiranía, lejos de dis-culparla. El asesino que despuésde sacrificar á un ser inerme, lo de-clarara inepto para la vida, no se-ría visto con menos repugnanciaque los miserables que calumnianal pueblo para defender el despotis-

cayos en defensa, de la Dictadura,no resisten el más ligero análisis, yuna vez destruidos, solo quedan dela argumentación de los serviles,dos aürmacione» que despojabas detodo ^adorno retórico, vienen á sig-nifienrestos dos'hechos innegable*:que en México existe una Dictadu-ra y que Porfirio Díaz es un tirano.

LO QUE DICE ."THE GAZETTE."

De un artículo de «The San An-tonio Gazette»,i tr£|/d,ncinios Jos si-guientes párrafos "nlB ya co'mp","ü'riade tantas muestras de la opinión dela prensa extranjera respecto al ti-rano Díaz, bino para dar las graciaspor los favorables conceptos con quese juzga nuestra publicación. Diceel articulo; «REGENERACIÓN esun periódico sostenida por el partdo liberal y las clases más inteligen-tes del pueblo mexicano, y su mi-sión es combatir al actual gobiernotiránico de nuestra República her-mana. El periódico fue antes pu-blicado en la ciudad de México, pe-ro se suprimió más tarde y los edí'tores fueron encarcelados y sus pro-piedades confiscadas por orden delgobierno. Los editores una vez h<bres, vinieron á Texas,' y aquí, lalucha por la noble causa ha continuado con nuevo vigor.

«Como es perfectamente sabido, elPresidente Díaz y el GobernadorReyes de Nuevo León tienen mibien organizado sistema de espías $de asesinos alquilados, no solo enMéxico sino también en Texas, ylos movimientos de los liberales me-xicanos aquí, han sido vigiladosmuy de cérea poniéndoseles en sucamino todo obstáculo posible.

«REGENERACIÓN tiene unacirculación de 10.000 ejemplares enMéxico y ha venido á ser una espi-na para el déspota que impera eiiaquella infortunada, tierra. Díasestá, por consiguiente, empleandotodo los medios posibles, legítimosó infames, pero lamayor parte infa-mes, para suprimir REGENERA-CIÓN aun en este país.»

Utr pueblo liberal.

mo.También es curioso que el Gral.

Díaz, y no otro, haya sido quiencalificara nuestra cacareada inepti-tud, ciudadana. ¿Quién es PorfirioDíaz para calificarnos, y lo que espeor, para aplicarnos su odiosa Dic-tadura como salvación de no sabe-mos qué males? No es un infali-ble, ni muchos menos es nuestrodueño. Es sencillamente un tira1

Serafini silbadoestrepitosamente.

— El famoso Inspector Apostólico Domingo Serafina, que fue á México á.hurgar en les aTconesdel clero calólico y á arrancar á la frailería sórdidael óbolo que voluntariamente no en-viaba al Papv, el Inspector Apostólico, al que los curas y los beatos hanagasajado, recibió en Guadalajarauna buena lección del pueblo.

El pueblo mexicano, no obstanteque por veintiocho aBos ha estado ámerced del clero y de la tirada, amay recuerda siempre la gloriosa Refor-ma, y á veces tiene debbordannVntosque hacen sospechar el poca airosoque desempeñarán las sotana.!, cuando la Dictadura clerical imperante ceda su puesto á, un régimen áe libertady democraeia.

Con gran anticipación se anunció lallegada de Dondomitg-o Serañni áGuadalajara para el día 20 de tjiciem-bre próximo pasado. Loa mochos irataron de preparar una entrada triunfal al enviado de Pió X, y anduvieronhaciendo invitaciones á las familia:que viven en la Avenida Colón paraque alumbraran y adornaran la facha-da de sus casas. Desde BUS prim-rasgestiones hubie-an podido prever su

no que pretende el imposiblede jus-tificar su opresión.

Contra los que vociferan que elpueblo mexicano es inepto para lasprácticas democráticas, tenemos al-go más convincente que todas lasargumentaciones: los hechos. EnCoahuila y en Oaxaca estamos pre-senciando una resurrección grandio-sa del civismo Allí los ciudadanoshan probado tener conciencia de susderechos y han verificado eleccio-nes con envidiable corrección. Nohan sido ellos, sino las autoridades,las que han cometido infracciones,'las que han desconocido la ley y las

A tus Kioto de la nooho entró Soraíl-il on UQ lujoso otimiujo, BO^uldo deitros ouuronta ó euuroota y oiaoo c«-hes oa loa quo lbudlzquo lu. mtgor So

os doolr, Iti urletooruola Lnsor-lu burguesía oropelada que

iompvo bukctv la alianza dol trullopura ullruiiir , bu <luinialo.8obre lospuoblos embrutecidos por el fanatis-mo. Lu multitud oi'u louiecBay elospeutor Apostó!lob la. mir&bu coaruloi<5n y esperaba oooontrar en ellu

un humilde rebano ontólioo quo pos-rndo y desoüb'erto veneraría ni en-riado del Pontííloo. Poro Serafltii BU

No hubo quton pensara enarrudlllars»; rió que todos los capeo-adores permanecieron oon el sombre-'o calado, y ouál no sería «1 asombrodel ínfel'lz' Italiano aj, osouohnr qüopor'dónde quiera' vibraban atronado-ros, Imponentes, los gritos de [VivaJuározl |Vivala Constltucióni |Mue-a el Papal ¡Muera ol Clerol ¡Muera

Serulinl!í'arii salvarse de tan inesperadas

manifostaeiocps, el desdichado Insppetor Apostólico ordeDÓ a 9u coche*ro quoee lanzara á toda velocidad, loque fue obedecido. Cuando pasaba olarruaje por frente de la Ferretería

«La Palma» se esouohó entre la multl-expectante un Bordo murmullo

que Serafial, en su titurdlruiento, tomópor halngudora BcUmaoIóu, Agra-decido el Inspector deoidió obsequiaral pueb'o con una geni-rusa bendición,puso rostro beatifico, levantó lama-no derecha, comenzó & masoullar )a-ln».jos y tuvo que detenerse aso-lado, porque déla musa del pueblo ácuyo freate marchaban nlgui-os estu-diantes, surgieron poderosos y distlntos nuevos gritos de ¡Muera ol Papal

la Reforma! ¡No necesitamosbendiciones! y otros por el estilo.

Decepcionado i;orapl«-tameate Sera-flni y rabioso y dtíspeohado por e) r«:ibimiento que merecidumente le hlz«

el pueblo, no pa ó hasta el PalacioArsobispal, donde lo esperaba unabien preparada, mesa. Ya se disponíaSerafiui & buscar consuelo en laa su-ulentas viandas y en el chanpagrte,

cuando el Arzobispo y otros cretino»e regaron que, antes de comeazar el

banquete, saliera al balcón á dar subendición al pueblo. El infeliz que,al parecer, estaba famélido, j que noolvidaba lo que le había pasado, 86rehusaba á salir; pero tanto le rogn-ron sus compinches y tales segurida-des le dieron de que los ¡ mueras.! nose repetirían, qua al fin. ee presentó enel balcón. El últirro chasco tuvo lu-gar. Una rechifla formidable saludól i presentación de Seriflni, que, másfurioso y corrido que nunca, be metióá toda prisa, jurando no volver áaparecer ante el pueblo. •-

Así lo hizo. Los demás festejos quejrecibió Serafiai, fueron enterameateprivados y a ellos no concurrieron si-.no los- mochos. El puebloy-después dela silba que propia ó al Inspector, nose ha vuelto á ocupar de él.

Felicitamos al pueblo ja.lisciense-1

que no tiene señalada ninguna re-tribución /

El principal garito de Hickinaaestá instalado, en el, Hotel .de ,.Arse-nio Cubil fas Gutiérrez, á dónde to-dOsv los gobiernistas .concurren, '4desplumarse mutuamente. ' >

Desde que en las elecciones mu-nicipales se vio la popularidad delpartido independiente y el absolutodesprestigio de los gobiernistas, es-tos están furipsos y tratan de mo-lestar á los miembros de la oposi-ción encarcelando á algunosé insul-tando á todos desde las columnasdel papasal veiftlido «Las Noticias.?

• Han puesto como,, dir|g<SJjfj(r del. pa-pel uchp á José M. MendíyiL qu$'«suu insignificante firmón, ineptohasta para escribir sandeces. Quiénlas escribe es Hickman. Este es elautor de las pedestres chocarreríascon que se engalanan «Las Noti-cias, » y si no da su nombre, es porcobardía.

Mendívil es insignificante comofirmón, pero no como rapaz. Alempezar la campaña política en S.Pedro, Mendívil se presentó antevarios de los oposicionistas, fingién-dose honrado é independiente y so-licitando dinero para el fomento desu periódico. Consiguió una.buenasuma, que se embolsó tranquila-mente,, yendo después a vendersecon los gobiernistas." • Recordamosestos hechos, , porque Mendívilanuncia en su papasal que tiene unaagencia de cobros y no nos parecemuy de confiar un individuo queha cometido estafas á sangre "fría.Cierto que dá la referencia de Ar-Senio Cubillas Gutiérrez, pero esono eatisface; hubiera podido dar lade Rouviar 6 el Mallorquino. An-tes, de meterse á cobrador, debíaMendívil pagar lo que adeuda álos oposicionistas.

Una prueba del descaro con quelos gobiernistas persiguen^ los ciu-dadanos dignos, lo encontramos enel mismo papelucho de que Mendí-vel es firmón, en un suelto que di-<.e: «El Sr x Melquíades Contreras,Lerma, escribiente del Juzgado 20Menor y Manuel Z. Salazar, con-serje de la Presidencia, fueron des-tituidos de sus empleos, por haberabrazado la carrera política, lo que'es incompatible.con los empleos....»

En ningún-país civilizado se pre-tendería como en México, que losempleados del Gobierno, por solo elhecho de serlo, perdieran sus dere-

por su liberalismo^ Io_~pres6i.tamo8:j~chos de ciudadanos -y- no pudieranocuparse en política. Esto solo séve en las satrapías que se han for-

neta ción_ Jamtary 7th 1905. '•

Subscription ratea:) Per nnnvtrh.. . : . .* 2. 00 gold.

Per 6 montas. . . 1, 10 ,,Director y Propietario Ricardo

Flores Magón.

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Pava todo asunto dirijirsc al Director.

Ei/ SE . FRANCISCO FINNEY BS

NUESTRO AGENTB BN MÉXICO

cxmo ejemplo S otros pueblos que aunno se atreven á. sacudirte el yugo cle-rical.

CORTE DELOS MILñGROS.

El Presidente Municipal de SanPedro. Coah., y sus hambrientospaniaguados,' constituyen'una ver-dadera Corte de los Milagros, quecon sus procederes truhanescos tie-ne escandalizada á la sociedad.

El más distinguido bribón de es-ta hampa pestilente es un tal Ricar-do Hickman, politicastro, tahúr 'yfoliculario de último orden que, sinpiedad para el idioma, garrapateasandeces contra la oposición en elpapasalillo asalariado «Las Noti-cias. »

Los antecedentes de Hickman sonnauseabundos. Aparte de ser unvago que siempre ha vivido en can-

ciendo á los trabajadores grandesventajas y magníficos sueldos, que'á ultima hora se convierten en la-bores pesadísimas y ti atamientosinquisitoriales.

Ett Noviembre del'año pasado es-tuvieron en esta ciudad unos engan-chadores, que cou sus patrañas lo-graron llevar uu buen número detrabajadores mexicanos á las 'labo-res algodoneras de MississlpJ^ Losenganchadores aseguraban que eltrabajador percibiría un buen suel-do; que sé le prestarían toda clasede garantías; que se les pagaríansus pasajes y al concluir el términodel contrato se les volvería á su ca-sa; que se les darían utensilios parasus habitaciones y que disfrutaríande una envidiable posición. Contales promesas se entusiasmaron al-gunos mexicanos pobres, que care-cían de trabajo, y se engancha-ron, saliendo para Hollywood eldía 15 de Noviembre próximo pasa-do.' " No necesitaron más que lle-gar á ese punto, para convencersede-qúe habían.sidQ_yjctHna!r_derun:engaño. Allí los enganchadores

jjps entregan, vendiéndolos _ comocarneros, con el- Patrón con quiénvan á trabajar. Todas" las prome-sas-resultan mentira. No sólo no-se les dan utensilios para que ins-

fracaso los clericales, si no fueran tan j tinas y garitos, este degenerado lle-eretinos. Al invitar á un joven á que , 6 , g u n a v e z s u maldad hasta el

extremo de dirigir á las familiasmás respetables de San Pedro anó-nimos ultrajantes y calumniososque justamente alarmaron á las víc-timas de tan cobarde procedimien-to. El imbécil anonimista fue des-cubierto al fin, y la sociedad indig-nada trató de expulsarlo de su seno,pero el Presidente Municipal Viez-ca, por razones de parentesco y decomplicidad, protegió abiertamenteal bellaco y lo sigue protegiendo

Díaz educa y prepara al pueblo pa- i qu e n 0 h a n estado á la altura de lara la democracia, es el mayor de los j democracia.absurdos ¿Quién puede admitir queuna tiranía eduque al pueblo parala libertad? ¿Quién puede creeT quelos buenos ciudadanos se forman enla escuela de la abyección.' ¿Dondeestá el ejemplo del pueblo que sehaya salvado por la opresión en vezde salvarse por la libertad? La Fran-cia de la Gran Revolución, con BUS

Y M bajo la misma tiranía, que to-do lo atropella y todo lo ultraja, hasido apto el pueblo para obrar de-mocráticamente, ¿como no lo serácuando viva al amparo de un Gobierno honrado que respete al ciu-dadano y le garantice el ejerciciode sus inviolables prerrogativas?

Los sofismas que esgrimen los la-

adornara su casa, éste les contestóque con mueno gusto lo haría; quealumbraría con profusión la fachada,formando con los focos un letrero quedijera «Remember,» colocando debajoun retrató de D. Fenito Juárep, y másabajo esta inscripción: «Artículo 33de la Constitución » Por supuesto quplos infelices beatos acabaron por ro-gar al joven que no adornara su casa.Con bastantes trabajos logró la comisión que algunos adornaran las fa-chadas de sus habitacionps, y por estono dejó de estar iluminada la Aveni-da Colón ni dejó de ostentar colgajesde mal gusto y cursis ornamentacio-nes de sacristía La multitud hacíaoleaje del Palacio Arzobispal á la Estaclóa, y los clericales se frotaban lasmanos, creyendo que aquella multitudse indiciaría reverente al paso de Serafini y lo aclamaría pidiendo su bendición como si ella constituyera la gapan tía más segura para obtener laGloria Eterna. Los desventuradosmochos no sospechaban que el pueblojaüsciense iba & dar una prue.ba so-lemne de su liberalismo y una sobar-la lección á loa imbéciles que espera-ban que e»e digno pueblo recibiría conaplauso al representante de la faoclon retrograde..

mado á la sombra derlaZCíctaduraiporfirista. Los Sres. Lerma y Sa-lazar fueron destituidos de sus em-pleos sencillamente porque son hon-rados, porque son dignos, porqueen las elecciones sostuvieron la can-didatura popular y no la oficial. Sise hubieran portado como los pa-niaguados de Viezca, no se les hu-biera tenido á irial que hicieran pó-'lítica.- v

Da asco hablar del círculo oficialde San Pedro; es tanto como remo-ver un estercolero, pero es precisohacerlo para que todos conozcan esahampa nauseabunda que se atreve álevantar la voz ante los oposicionis-tas que con toda honradez y justi-cia atacan la corrompida .Adminis-tración cardeoista.

Malos trata-mientos á los

mexicanos.pueden hacer

algo nuestros Consales?

aun.Viezca ha concedido á Hickman

la exclusiva del juego, recibiendoen cambio $200 mensuales, que noingresan, por cierto, á la TesoreríaMunicipal. En cambio salen de di-cha Tesorería $&o 00 mensualesque Viezca se ha asignado comosueldo, ya que la Ley nada le asig-na, y que sumados con los $200. ycon otras buscas á que da lugar laelasticidad del Presupuesto, hacenuna renta nada despreciable paraquien desenipefia un cargo concejil

Son ya proverbiales los malos tra-tamientos que se dan á los mexica-nos en este país. Como nuestroGobierno para nada se preocupa denuestros compatriotas que viven enlos Estados Unidos y aun ha dadoconsigna á les Cónsules para queno presenten ninguna reclamaciónante el Gobierno americano, resul-ta que los meiicariojs están enteraméate desamparados en este país, yprecisamente por eso son buscadoscon prefefencia por algunos contra-tistas rapaces que los explotan im-punemente, como no explotarían áindividuos de otras nacionalidades.cuyos Gobiernos son honrados ycuyos Cónsules velan por ios inte-reses de sus compatriotas.

Con frecuencia llegan á San An-tonio y á otras poblaciones dondebey bastantes mexicanos, Indivi-duos que organizan enganches, ofre-

talen su casa, sino que ni_ siquierase les proporcionan sacos para ha-cer la pizca del algodón. Esos sa-cos los tienefn-que comprar los tra-bajadores de su propio peculio.Apenas se les paga á $0.60 cts. elquintal de algodón pizcado, y comoel algodón pesa tan poco, se necesi-ta todo un día de ímprobo trabajopara-reunir siquiera ese quintal.- Aesto se agrega que el tiempo es muymalo; hace un frío excesivo y casicontinuamente está lloviendo, porlo.cual sólo se puede trabajar dos ótres días de cada semana. Las pro-visiones se venden á precios muyelevados en la tienda de raya, y lasexiguas ganancias del trabajador,que no le alcanzan ni para .vivir élmismo, menos le permiten enviarlendos á su familia, que sufre enotra parte las consecuencias de lamiseria. Si alguno, desesperadode tan horrible situación, se atreveA huir en busca de mejores condi-ciones, es perseguido, se le traeamarrado y se le impone una multade $25.00, y si no puede pagarla,la desquita en los trabajos del Con-dado.

¿No habrá en Mississipi un Cón-sul de México que toma nota de es-tos hechos y procure que los con-tratistas cumplan á los trabajadoreslas promesas que les hacen al en-gancharlos? ¿Nuestro Gobierno seha desligado por completo de todovínculo con los mexicanos que vi-ven fuera de la patria? ¿No hayuna.voz que se levante en.- defensade los derechos de esos pobres tra-bajadores inicuamente explotados?

Cuando la Dictadura de PorfirioDíaz sea sustituida por un Gobier-no honrado, nuestra nacionalidad,en los Estados Unidos y en cual-quier parte del mundo, tendrá queser respetada y no vista, como boy,con menosprecio y con desdén.

LÉASE. REGENERACIÓN.

Page 3: l S-archivomagon.net/wp-content/uploads/e2n10.pdf · 2014. 2. 19. · ¡ mos fe en los principios redentores ' que guardamos con cariño. Pense-mos, pues, seriamente en el porve-nir,

REGENERACIÓN

¿La muerte de) Oral, Díaz

Un<$ dolo1» problemas qu<> mia hon«damento preocupa»,,,»n 1¿¿, aofciV&loscircunstancias, a todos los que so in-teresan por el porvenir <lo ,1a, purria,os ol enunciado en la pregunta que sir-ve da título á estas líneas,

Políticos 6 iüdifewmtes¡ patriotas yserviles, retrógrados y'jacobinos, to-do8 so ocupan de ¿1. Es que de Ja rosoluolóii que' tenga en lo futuro, de-pende y coa mucho, nuestra vida na-oioaal, < • '

Una, convulsión inteBíinifc .próxima," dados nuestros millones do deuda, esdados nuestros millo ,

la ptt'grti¿' r*n<itt IS'itt inlterveriol&o extranjera. £1 aserto brota do oaBi to-dos los 1 tibios. *"

Un soolólogo ha dicho ion verdud,que la historia se reproduce: Jilcerpuede reencarnar en Spyet* y en oh si-tial ae la «Whlte House> pueden r-esu-oitar laí ambiciones de Napoleón III,De aquí que la Interrogación dol futu-ro do la patria sea un problema inte-resantísimo para los mexicanos. Tra-temos de finalizarlo siquiera sea so-meramente.

221 Gra.1. Díaz con su refinado eguíí-mo de Caudillo vencedor, ha suprimi-do de su. testamento político todo ellegado da pt>z y de tranquilidad. Susmanos, m¿s diestras en el manejo dela tizona que en el de los códigos, -vi-gorizadas con el hierro de • las motrarlias.y caldeadas, en el luego de loscotnbftteB, han convertida la d'caata-,da oliva en cadeca para el" civismo yariete para la ciudadanía, oreando dee9te JBOÓO un medio estéril y árido pa-Va todo lo que s'gnifique Ubertad ydemocracia. , ,

«No tenemos partidos políticos» cla-man con gozosa désvergü-nsu, los ab-yeotos; y por desdicha de la patria.,es cierta, tal afirmación, repugnanteen una República y fuente de venide-ros disturbios. Desde que las balasde Tecoac hirieron de muerte las li-bertades nacionales, basta \hoy qu& lasexta reelección ha conmovido & laciudad con el estrépito de su champa-fia, en México no ha podido hombrealguno descollar en política,-captán-dosele!'afectó de las más as; pues siem-pre el Gral. Presidente lo impidió,•con no desmentidas energías y prodi-giosa, sagacidad.

Después de nuestro legendario Cau-dillo, sólo un hombre popular entra-ría i>n el caso, pero ese h mbre noexiste por ahora.

En valde se pretende por algunos«rear prestigio á determinadas persontüitiaáoa-- cuyos nombres circulanvergonzantemente. v •*

El vOto^de4os que quieren apagar su.sed de lucro en el rio de plata de latesorería, no es el voto del pueblo.

El voto de los que anhelan amaman-tar la truhanería en los sen' s exúberosdel Poder, no es el voto del.pueblo: '

El voto de los^qúe-sutñan trocar la^Constitución por la=BiWsTy disfrazaral empecinado. Juan Diego con las pa-tillas rubiaB de Maximilia.L>o, no es elvoto-del pueblo.

El pueblo, el verdadererpuebíp, hoypor hoy, no tiene un hombre.

Limantpur vio fracasar su prestigio,ante la traidora, indiscreción de unapartida de nacimiento.

Baranda pugna en vano por disiparla espasa sombra de olvido que lo ro-dea.

La pólvora sin humo de los Reser-vistas, fué.'ima mina de "ridiculo" quedio al traste con la ambición', tantotiempo elaborada, del Sral. Beyes.

Los héroes soportan su senectud enel indiferentismo de la vida privada.

Quadó eolo Corrtl con notoriedadrepantina de BU juventud relativa.

¿Será esto una garantía de la paz?no tal; el noTel "Viceprecidente no sa-tisface lae aspiraciones del pueblo.

El pueblo quiere libertad; exige li-bertad; espera libertad; y Corral tieneactos de tirano y ha prometido en SO'lemne ocasión continuarla actual po-lítica de centralismo

Entretanto, los militares ávidos depoder y de gloria, se ejercitan afanosot, pensando en el motín y enel cuartelazo; y - en la tenebrosi-dad de las sacristías, los frailes, trá-gicamente meditabundos, aliaban elmomsHto de^profanar nuevamente labeatitud del divino Jesucristo, colócandólo sobre el sillón guerrero delcorcel de un Miramón ódeua Zuloa

¿Será inevitable el caos? ¿Tendráque ser fatalmente una reyuelta?

Comprenda el pueblo su peligro yreaccione. H .y todavía una esperan-za de salvación: la ley. Hay todavíaun baluarte contra la revuelta: el su-fragio.

Despierten los ciudadanos á lasprácticas demócratas. Que se.forme unpartido sostenedor de un hombre quenos garantice libertades y ese partidoeerá sin duda el de 'a NaciÓD, pudien-do evitarla sangre y la contienda.

ENJOLRAS.

«El Colmillo Público.»—México,D. F.

BUSQUESEEl próximo Humara de "Re

generación."

El XSnctErFrancia.

.1,03 Jesuítas fueron sus maestros •y sus admiradores;,bajó sus negra?alas emplumó aquel buitre, llamado José Gaspar Rodríguez de Fran-cia, que tanto tiempo había de te-ner trajo sus férreas garras la noblelibertad de Paraguay.

Había en su temperamento algodel cenobita y del César, del ascetay del filósofo.

Era una conciencia inmensa, perooscura.

Aquella &lma'"eT& levautada, perotenebrosa, como el firmamento enlas noches del polo, que no tiene as-tros.

Ilustrado, pensativo, dominante,frugal,, era un déspota cuyo perfiltenía algo de la horrible austeridadde Robespierre: era como éste, se-vero y feroz, implacable y duro.Estos déspotas así, tienen la castaferocidad de la Diana Mitológica.

Son como las nieves de las altu-ias, inmaculadas, pero inclementes.

Había estudiado para cura, siullegar á ser,ío; pero llevó siempre ensu alma ese tinte sombrío de todoel que ha meditado largo tiempo ála Sombra de los claustros.

Esa tendencia monacal se exten-dió á su política, haciendo del Ptfraguay' un inmenso monasterio.

Su siniestra aspiración fue el des-potismo; su único ideal él silencio.

Tirano marmóreo, rígido,sin com-,pasión y sin entrañas, puede decir-se de él lo que Paul d.e Saint Víctordecía de Carlos XII de Suecia;«Examinadle bien, y no encontra-réis ni una sola vena de carne enaquel hombre de bronce: para él noexistía ni la mesa, ni el lecho, nilos placeres.»

Para este otro no había más queel poder. Detener el progreso: hé ahísu aspiración. Tuvo la manía delobstruccionismo. Jerjes azotaba elocéano; él quería abofetear la civi-lización. Igualdad de locuras; re-producción de neurosis á través delos siglos. x

Era sin embargo, puro y honra-do. ' "¿Las altas móntalas tienen^esavirginidad siniestra.»

Blancura sombría como la de uncadáver, palidez de espectro, purezade sudario." . " •

No tuvo más amor que el de laautoridad y se abrazó á ella con fre-nesí.

Se desposó con la tiranía y le fueferozmentéTfiel.

Era el bus*-o de Marat hecho aus-tero.—_ Inaccesible á la corrupción como

á la piedad, era estoicamente impla-cable.

Odiaba á la civilización como elbuho á la claridad.

Cual un aguilucho salvaje en lagrieta-de'una-roca; inmóvil' la rojapupila, crispadas las garras, y eri-zado el plumaje; así, hosco irritado,vivió veinticinco años aquel dicta-dor sombrío en el fondo de su casaen la Asunción, lleno de sueños,desconfianzas y temores, desespera-do al ver corno á su despecho seaclaraba lentamente el horizonte.

Cuando, sin avanzar todavía biensu espantosa figura en el escena-rio político, se hizo nombrar cónsul,con et inmaculado ^patriota Yeros,estableció dos curules, llamadas de«César» y de «Pompeyo,» y él ocu-pó la de «César.»

Yeros que ocupaba la de Pompe-yo, no tardó eu desaparecer, no co-mo aquel otro vencido en Farsalia,siendo fusilado con cuarenta com-pañeros por aquel «César» asustadi-zo y deforme.

Los jesuitas fueron su gran fuer-za. ^

Su despotismo místico los tuvopor columnas y sostén.

Ellos hacían la noche en la con-ciencia del pueblo para que aquelvampiro, harto de sangre, pudieravivir y revolotear á su antojo sobreaquel pueblo asustado. •

Su aislamiento lo condujo á lamisantropía, su misticismo al deli-rio, su temor á la alucinación.

Sólo pensaba en la muerte y veíapor todas partes conjurados y puña-les.

Había llegado al último gradodel despotismo: la locura.

Aquel elefanciaco del poder huíadel contacio humano: él mismo sebacía justicia.

Así transcurrieron los últimos

años de su gobierno para aquel mi-sántropo horrible.

Un día hubo más silencio que decostumbre en las habitaciones delsombrío alucinado. . . . • '

No se vio salir á nadie; pero nadie se atrevió a entrar tampoco.

Los guardias se relevaron en si-lencio.

Al mediar el día siguiente se no<taba un mal olor en las habitacio-nes presidenciales.

Al fin fue preciso entrar.El déspota hacía muerto.Al pié de su lecho, rígido, frío,

cotí ademán sontbríoy yacía el octo-genario dictador.

Había* muerto como había vivido:sólo en su celda, como un escita,pobre como un filósofo.

Para Francia no quedó tumbadonde ponerle un epitafio.

Los tiranos osan soñar con la glo-ria y piensan en la inmortalidad desu miseria.

Mas pasa la justicia de los siglosy la tempestad de la historia, y de-rribándolo tedo, sólo dejan en des-cubierto sobre la piedra desnuda:TIRANO.

Para todas las tumbas tiene lahumanidad una lágrima; para éstasno tienen más que un anatema.

Sería un sacrilegio llorar á unmuerto, que ha hecho tanto llorarvivo.

La tiranía es un delito que noprescribe ni con la muerte.

LOB tiranos son -desertores de lahumanidad, que ni muertos tienenderecho á refugiarse bajo el perdónde la clemencia humana.

• J. M. VARGAS VILA.

• » I ^ » t • ; .

Keyes no uniere marcharse.Pasó ya el mes de Diciembre y

Nuevo León continúa bajo la garracrispada de Bernardo Reyes.

Se tenía la esperanza de que elfatídico impulsivo se marcharía áEuropa con un cargo diplomático,pero tan bella esperanza se ha frus-trado : Bernardo Reyes no se mar-cha.

* El Dictador nombró á BernardoReyes Ministro de México en Ber-lín, pero como Reyes no tiene de-seos de dejar el puesto que actual-mente ocupa, se negó—á~ aceptar—elcargo. _ .__

Lo que desea Bernardo Reyes esescalar la Presidencia de la Repú-blica-y por esa razón no aceptó elnombramiento. ComprendéoslePorfirio Díaz quiere alejarlo delpaís para evitar sus intrigas y nu-lificarlo quitándole el poder quehoy tiene, y por eso se rehusa ámarchar.

Reyes es un enemigo hipócrita dePorfirio Díaz. Es hipócrita porqueostentosamente declara en toda oca-sión qué es incondicional servidordel Autócrata, y recomienda, comolo hizo en la circular que mandó ádiferentes personas de Coahuila yque reprodujimos en el número an-terior, que se siga la política deDíaz.

Se ve que, por jiña parte, Reyesfinge adhesión al Presidente, y porotra, sosteniendo periódicos venalescomo El Occidente, El DemócrataFronterizo y otros igualmente he-diondos y cobardes que se arrastrany muerden al mismo tiempo al Dic-tador, hace una labor oposicionistaque repugna por su tartufería.

El hecho de haberse negado Re-yes á aceptar el cargo que le enco-mendó el Autócrata, es grave, por-que significa que el héroe del 2 deAbril en Monterrey conserva intac-tas sus odiosas ambiciones de man-do.

Reyes solo escarmentará cuandoel pueblo lo haga sentir su poder.

El Sr. Juan de la Rosa, que está ra-dicado en Zaratoga, Tex, iba á con-traer matrimonio con la Srita. Eulo-gia Rodríguez, de New Berlin, y deacuerdo con dicha Stílorita y con suspadres Don Francisco Rodríguez yDona Lazara Sánchez de Rodríguez,baMa hecho les preparativos y gastosnecesarios para que el enlace tuvieralugar.

A ultima ñora, y cuando todo esta-ba arreglado, la Srita. Rodríguezrompió su compromiso DO decidiendo-se al fin á casarse.

Lamentamos lo que ba pasado al Srde la Rosa,

del Dr. P. E. Rodríguez L. para enfermedades de las Señoras, curamejor que ningún otro remedio el Infarto, la Hipertrofia, Ulcerado-ues. Flujo blanco, Cáncer, «los trastornos de la Menopausia 6 edadcrítica y en general todas las afecciones de la cintura.

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recazLDCBr ni aperar!Tómese antes «LA SALVADORA.,» con la seguridad de encontrar

la salud.—En Droguerías y Boticas, á un peso el pomo. —Los pedidosal por mayor, diríjanse al Consultorio del Dr. P . E Rodríguez L.,2<> de Santa Catarina número g.•+•Dirección por Correo, Apartado"1187.—México—.El Dr Rodríguez no atenderá pedidos menores deuna docena.

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Uáa comunicacióndel Gobierno.

Amenazas embozadas

Las elecciones Municipales recientennnte verificadas en Coahuila, handLdo lugar para que las autoridades,comenzando por el- Gobernador, ha-gan alarde de despreciar la ley.

Nuestoos lectores recordarán que enSjn Pedro, Coah, el Presidente Mu-nicipal y sus paniaguados cometieroninfinidad de infracciones: triplicaronla- fuerza pública, contraviniendo loque previene el Artículo 28 de la LeyElectoral: instalaron casillas en ca-sias de empleados del G obierno, violan-do el Artículo 30; no abrieron el re-gistro que manda el Art. 20, para losque han de formar la Junta de Escru-tinio", el Presidente Municipal no con-currió á presidir dicha Junta, comolo preceptúa el Art 21, ni avisó donSSiba U-eelebrartía, sino que d8 un modomisterioso, la verificó con algunos desus manequíes, en UE despepitador si-tuado en los suburbios de la pobla-ción.. Ea vista de todas estas circunstan-cias, los independientes celebraron suJunta de Escrutinio en la Plaza deSan Pedro, siendo hostilizados por lapolicía, y una vez terminados sus tra-bajos, enviaron á la Secretaría delGobierno del Estado los expedientesrespectivos, denunciando los abusosde las autoridades locales y justifi-cando enteramente su conducta.

La Secretaría del Gobierno de Coa-huila contestó á los electores de SanPedro con la siguiente comunicación,

«Dada cuenta al Superior Gobiernodel Estado con la ÜBta y nota '.oficialsuscrita por Ud. y demás firmantes,cuyas piezas se recibieron en esta Se-cretaría bajo cubierta certificada el 23del eorríente ó sea el día de ayer, enrespuesta ha tenido S, bien disponerse diga á Uds. que dadas las prescrip-ciones del Art 30 de la Ley Electora]reformada por el decreto K"? 286 de 17de Agosto de 18«9 cuya parte finalpreceptúa, que las Juntas de Escruti-nio se reunirán en el local que desig-ne la primera autoridad política lo-cal; y en vista además de lo dispuestopor el Art. 33 de la citada Ley Electoral de 17. de Mayo de 1884", ya se con-signa el hecho á la autoridad judicialrespectiva para los efectos á que hu-biere lugar »

Nada tenemos que observar en cuan-to al final de esta comunicación: esprocedente qu*e se consigue el asuntoá un Juez para que se abra la averi-guacióa respectiva; paraquelos Inde-pendientes puedan exhibir los abusosé infraccioces cometidos por las au-toridades, y para que estas sean cas-tigadas conforme al Art 33 de la LeyElectora], citado en el oficio Lo quesi nos llama, la atención es la cita quese hace también del Art. 30, cita inmo-tivada, que parece envolver una ame-naza. Se dice allí que ese artículopreceptúa que la Junta de Escrutiniose reunirá en un local designado porla au;oridad, y eso no es exacto. Loque dice á la letra el Art. 30 es lo si-guiente

cNinguna asamblea electoral podráabrirse en un edificio público, ni enlas casas de los empleados en cual-quier ramo de administración. Lasjuntas de escrutíoío' se reunirán don-de fuera posible, ea uo local indepen-diente á toda autoridad.»

Los oposicionistas DO infringieroneste artículo, como pretende darlo á

entender la comunicación del Gobier-no, y este artículo tiene un espíritumuy distinto al que parece atribuirledicha comunicación. Bie precepto nomanda que los dudados se sometan ála autoridad, sino precisamente quetrabajen con independencia de todaautoridad. Los oposicionistas no in-fringieron el Art. 30 de la Ley Electo-ral, porque se reunieron donde les fue•posible,-ye. que el Presidente Municipalno les indicó el loca.1 de la junta, á.pesar de las múltiples y tenaces inte-rrogaciones que SB 16 hicieron.

Se ve COD claridad que los dudadanos independientes de San Pedro lianmarchado siempre apegados á la Ley,siendo las autoridades las que han a-tropellado descaradamente los precep-tos legales. Hoy Be ha abierto una averiguación, y es tan patente la razónque asiste á los oposicionistas, que,-aunque nos es conocido el cinismo de-|los funcionarios coahuilenses, no nosatrevernos á creer que lleguen al exce-so de liaoer responsables á los inde-pendientes de las faltas que han come-tido precisamente las autoridades. E-sas autoridades deben ser castigadas;pero si no lo son, si se dejan impunessus atentados, si se legalizan sus cbicanas, sfcse declara triunfante la can-didatura oficia], que fue derrotada porel pueblo, si se persigue á los ciudadanoe después de,haber ultrajado susderechos,podremos, con más razón quenunca, proclamar que el Gobierno deMiguel Cárdenas 6s un Gobierno li-berticida que solo se sostiene sobrelos fraudes más burdos y los más escandaloros atropellos,

Gran oportunidad,Minas de carbón.

Recientemente se ha abierto una mi-na nueva en Cannel, Tasas, 24 millasal N O. de Laredo, que ofrece másventajas que ninguna otra de las co-nocidas. £1 carbón es sumamentegrueso. Cualssquiara hombre traba-j ador puede ganarse de í l 50 á $2 00oro por dia pues se paga la Toneladaá $1.00 oro. La maquinaria es la másmoderna que se ha conocido, puedesacar 300 6 400 Toneladas por día.

Al contratista que saque más de 65Toneladas por mes sa le paga á 75 cts.yarda de cuele y alguna.» otras garan-tías.

La tiraníaes la muerte,

Los oropeles déla Dictadura

Míeutras el pueblo perece dehambre, los gobernantes procuranatesorar millones, -y-o-féírden la mi-sena y la desnudez del ."pueblo conlos esplendores de un lujoescanda-loso, y los derroches criminales deldinero arrancado á la fatiga denuestros compatriotas.

Cada moneda que cae á los sórdi-dos arcoues de los gobernantes tieneuna historia de lágrimas, perqué ácada moneda corresponde una mul-ta injusta que ha tenido que pagar-se con el mezquino haber de unafamilia desvalida, ó bien correspon-de á la contribución personal hecha

efectiva por medio de amenazas decárcel, de persecuciones y de otrosatropellos. Cada moneda con quese enriquecen los gobernantes sig-nifica: la venta que hace un hombrede su trabajo por un año, para pa-gar su rescate en el Ejército; el ra-quitismo en las familias privadas debuena alimentación porque las con-tribuciones son enermes y los jor-nales son misérrimos y los alimentoscarísimos; la desnudez y el desam-paro de pobres personas desalojadasde sus propiedades, como en el Ya-qui, como en el Fuerte, como en Pa-pantla, como en toda la Regública,por aventureros de corazón encalle-cido y autoridades dignas de la hor-ca; 4a prostitución de jóvenes muje-,.res que venden sus gracias, queofrecen sus pudores, para llevar ásus familias paupérrimas un pan a-margado por_el vicio y condenadopor los criminales tartufos que consus rapiñas, que con sus exacciones,que con su explotación inmodorada,procuran la miseria, el hambre, elraquitismo, la degeneración de laraza, el vicio, la prostitución.

Todo esto acontece, mientras enlas arcas nacionales hay un super-ávit, según el último Informe, deveinticuatro millones y medio de pe-sos, superávit que representa la sa-lud del pueblo quebrantada por laexacción, por la contribución exor-bitante, y que pasará á los bolsillosde los gobernantes y de la turba deparásitos que se redondean de grasamientras el pueblo suda y se agotaen el trabajo y las mujeres sin panse prostituyen.'

Este infortunio y esta miseria u-nidos á la absoluta carencia de jus-ticia, forman el bagajeque como he-rencia maldita pasará á las futurasgeneraciones de ilotas si no hace-mos un esfuerzo por ser viriles, sihemos perdido por completo elamor por la Patria*

La tiranía nos desTSmt5ra con su-perávits que significan la extorsión,y los gobernantes se oropelan conel dinero arrancado por medio de laamenaza, de la explotación y de lainfamia, mientras quedan para < 1pueblo el pndrajo, la cárcel, elgarrote, el prostíbulo y el cuartel.

En Zacatecas se ha aumentadoel impuesto sobre propiedad raiz ála exorbitante taxa del veinticincoal millar. Los agricultores tratande vender sus propiedades, y unamiseria tadavía más tn.ste y un des-amparo todavía más ctuel se esperaen ese desventurado Estado.

Si Genaro García fue un mal go-bernante, Eduardo G. Paukhur?tes un gobernante pésimo

García gastaba su tiempo entrebeatos y frailes Pankhurst gasta sutiempo y el dinero del pueblo entrebeatos, frailes, periodistas alquila-dosy una legión de truhanes quepasan la vida en el ocio y tn lasprácticas úe la adulación más ab-yecta.

Paukliurst Leeebita dinero para

Page 4: l S-archivomagon.net/wp-content/uploads/e2n10.pdf · 2014. 2. 19. · ¡ mos fe en los principios redentores ' que guardamos con cariño. Pense-mos, pues, seriamente en el porve-nir,

61 y para sus lacayos y de ahí pro-vleneel impuesto brutal del' Veinti-cinco al millar. Pankhurst se hahecho aumentar el sueldo de $4.000anuales que ganaba á $8.000, Gas-tó $4.000 en adular á Porfirio Díazcon motivo de la nueva toma de pp-sesión del Gobierno. La Legislatu-ra del Estado .obsequió á Pank-hurst coa la suma de $1^500. Porel estilo, se ha derrochado el dineroen banquetes, én subvenciones á Jo-sé Manuel Villa y otros foliculariosde alquiler, y en favorecer á indivi-duos que chupan la savia del pue-blo prendidos á los empleos públi-cos, de los que se sirven para envi-lecer al ciudadano, azotarlo y des-pojarlo.

Lo gue ocurre en Zacatecas pasaen <l6s° demás Estados de nuestrainfortunada Patria. Eí ambiente devandalismo y de truhanería que hacreado la funesta Dictadura de Por-firio Díaz, necesita la sangre delpueblo para poder existir, y la so-ciedad mexicana pierde su fuerza ysu energía estrangulada por la tira-nía, que, como los tentáculos visco-sos de uu pulpo ó los belfos insacia-bles de un vampiro, agota y matatraidora y cobardemente.

La tiranía es la muerte y haráque perdamos hasta nuestra nacio-nalidad si no nos hacemos el propó-sito viril de exigir á nuestros gober-nantes estrec&a cuenta de sus actos.

Ridiculecesde TPimentel

Los tiranos siempre encuentran ála mano rufianes que les sirvan deinstrumentos, siendo reclutados és-tos entre los vagos y los perdulariosde la peor ralea.

Famoso es ya, Bernardo Reyespor el tino que tiene para escogerentre la escoria y entre la canalla loque más se distingue por su bella-quería, haciendo que esa podredum-bre humana formule protestas, es-criba periódicos, maneje el puñal,mande en jefe Acordadas, sirva dejuez 6 de esbirro.

Emilio Pimentel, de quien por sucalidad de intelectual podría espe-rarse más cordura, ó al menos,más talento, que del impulsivo Go-bernador de Nuevo León, comienzaá seguir los pasos del desprestigia-

do JR,eyes, y lo que es peor, lo imi-ta'servilmente.

Bernardo Reyes ordenó á varioábadulaques de Doctor Arroyo queprotestaran coutra los justificadosataques que le dirijimos y lo mismoacaba de hacer Emilio Pimentel enOaxaca.

Tenemos á la vista una Protestafirmada por varios infelices por me-dio de la cual se trata de defender áPorfirio Díaz, á Emilio Pimentel yá Tirso Inurreta, el bandolero quedesempeña el cargo de Jefe Políticodel Centro en Oaxaca.

Firman la Protesta, Manuel R.Canseco, José Quiroz, SebastiánLópez, "Fidel Canseco y ManuelMartínez Mont, individuos profun-damente despreciados "en Oaxacapor su mala fe como comercianteslos tres primeros; los dos últimosson acreedores á la conmiseraciónpor su extravío mental. Luis yManuel Bustamante son los indivi-duos que con su sistema de tranvíashan destruido el pavimento de laciudad. A. Rueda Camacho es uneunuco, empleado de la administra-ción de Pimentel, bastante,conocidopor su repugnante servilismo. Jo-sé S. González es Diputado al Con-greso de la Unión, y por lo mismo,no hay que esforzarse para compren-der su abyección. Tomás Heredia,es uno de los más adictos á Pimen-tel, de quien recibe constantementemuestras de afecto, es conocido enOaxaca por los vicios repugnantesá que se entrega en la Alameda de¿León, dende ha sido varias vecessorprendido por la policía. Fran-cisco Murguía es un ebrio consue-tudinario que aspira á la Presiden-cia Municipal. Wenceslao García,Guillermo A. Esteva y GuillermoTrinker son tres enriquecidos conla miseria del pueblo; el último esextranjero. Anselmo Cortés, conel apoyo de las autoridades explotaá la gente pobre á la que engañaprometiendo librar del servicio delas armas mediante cierta cantidadde dinero á los infelices que salensorteados. Muchas familias de Te-huantepec se han quedado sin panpor entregar á Anselmo las cantida-des que ese pillo les pide para res-catar á los sorteados, sin obtener unresultado satisfactorio. G. L- Dar-tnelí, Adrián Spitalier, FedericoHoltz y otros, son extranjeros en-

trometídqs c^e, buscar» Mapoy^idMGobernador científico, como habríanbuscado el de Martín tíuaVachiío,El resto de firmantes lo componenindividuos bastante conocidos enlas antesalas del Gobierno 6 en lassacristías, ó como empleados inúti-les que tratan de afianzar,el puesr,to, \ •"' i > y ' v ! ' « -

Los oaxaquefios honrados, losque hacen, honor al Estado que tu-vo la gloria de haber sido la cutadel Benemérito de América, no fir-maron la Protesta. Cincuenta fir-mas solamente pudieron reunir losserviles. En los talleres, los obre-ros, indignados por la abyección delos que deshonran al Estado con ac-tos de adulación, se rehusaron á fir-mar. Las personas independientesy de elevada posición sodátno qui-sieron unir sus nombres á las firmasdeshonradas de los serviles.

La Protesta fue impresa por or-den de Pimentel y costeada por laTesorería del Estado. \

Tirso Inurreta mandó colocar e»los aparadores de las casas de co-mercio ejemplares de la Protesta,amenazando á los comerciantes quese resistieron á dar su consenti-miento.

Damos las gracias al insigne ban-dolero por el reclamo.

Pimentel se ha puesto en ridículo.

U n libro imbécil.

Un tal Bernardo M alien, perfecta-mente desconooido en el mundo de lasletras, está regalando á todo mundoun papasal, ouya impresión en variaslenguas pagó el Gobierno, de' que esautor. El mamarracho se titula «México ayer y hoy» y está inspirado porei más repugnante servilismo, pues sepropone presentar como ineptos y re-trógrados los gobiernos habidos has-ta antes de 1876 y como único pr»*resista y benéfico, el del Gral. Díaz.

El sistema empleado para deturpará los honrados Gobiernos que preee*dieron á la Dictadura actual, es dig-no de los rufianes de pluma. Se toman las cifras que corresponden ¿Fe-rrocarriles, Comercio, Industrias yhasta población en 1876 y junto á ellossé ponen los que corresponden á lomismo en 1904, y como la diferencia áfavor de esta última fecha es grande,de allí deduce el estulto Mellen queDíaa ha sido nuestro mejor gobernaréte.

Con ese sistema los más grandeshombres de la Historia pueden empe-queñecerse fácilmente. Tomando por

: u l , ; t . | . l . . . w ; i •';,""^ f!'1"':'" ! lV'¡"-'"^"•"i'T ! ' '?"••'•"!%'! • Í . ' * . ' 1 ' * ' * < ' M '[•••""'"•''"^''''^í' >'•*'}} y h*i<"'' . • ' • ' , " * ' " ' ' Í , •", >< " ¡ " . , \ • • } ' " ' ! ' f

dft eompB*6fli6B los kilómetro!d», fía férrea habidos bajo el, Gobier.no'áe'W&Bhington^ pot1 ejemplo, y lo»que hay bajo el Gobioreo de Roos-volt, Washington resalta una nulidadnato el actual Presidente de los Esta-do» Unidos, como resuUai* insignifi-cantes ante Díaz, Juárez y Lerdo, oom.parando la población que México to-qíti,antes de 76 con la quohoy tiene.

Dentro de' treinta áflós que habrámáa exportación y más Ferrocarrilesy más Comeroio,' Díaz podrá ser con-siderado una nulidad en oomparaoióncon el que entonces, gobierne, aunqueBea—cosa.difícil—peor que Díaz;

El ílbraoo de MaIlé¡vBolo podrá im-presionar á los necios. Todos sabemosque la acción del Progreso se cumpleá pesar de los malos gobernantes, ycomprendemos qué nuestro relativoadelanto es obra del tiempo avanzadoen que vivimos, y no dal Dictador, co-mo lo pretenden loa serviles. ' - •

Por lo demás, en la conciencia detodos los mexicanos está la convicciónde que el Autócrata, con todos sus oro-pelea y sus alardes de progreso, nun-oa' podráy compararse con los buenoshonrados gobernantes, con los ilus-tres, cuanto modestos demócratas Be-nito Juárez y Sebastián Lerdo de Te-jada.

Lo pe É6 la Prensa tarta.REGENERACtCXH.

Ha visitado nuestra'mesa de redac-ción, el poderoso paladín con cuyonombre epigrañamos estas líneas.

Lo redactan los hermanos FloresMagón, periodistas templados en laliza y el no menos apto y valienteDon Juan Sarabla.

Es Bemanario de combate; su mate-rial se conoreta á exhibir vicios déadministración; promete ser el másleído de los periódicos escritos pormexicanos.'

Agradecemos la visita, establecemosel canje, y le deseamos ielioidád en suardua, empresa. ,' El Cañón —C. Lerdo, Dgo,

R1G1NERACION.

. Tenemos el gusto de haber recibidopor primera vez en nuestra redacción,esto ilustrado Bemanario que se ha co-menzado á publicar en San' Antonio,Texas, siendo sus editores los valien-tes y sufridos seflores Ricardo FloresMagón, Juan Sarabia y Enrique Fiores Magón, Dicho periódico está muybien escrito,,con abundante, y esoogidomaterial y muy buena tipografía.

Con sumo gusto mandamos nuestrohumilde cange al ilustrado colega, de-seándole buen éxito en suaobleempresa y muchos pagadores subscriptores.

M Apathito.— St. Johns, Ariz.

REGENERACIÓN.

Eate es el título de un valiente sema-nario que publican en Sau Antonio",Texas, l^s ilustrados periodistas D.Ricardo Flores Magón y D. Juan Sa-rab! a,^•Paladines del honor y de lajiígpi-dad nacional, se ostentan

honradez defensores, del dorooho y lajÜStlc'iil'í' -\ ; ; ' • •j S t l c i i l í ,, \ ,;, . ;•;,.,,., ,, -,,.v, ; . , -

Agradecemos •' el o&bja q'iie se Hanservido enviarnos, deseando sincera-mente que su labor, por todos concep-tos beüefloloBa para la^sooledad me-xioana» sea coronada por el mejor, é x ) t o X®1 triunfo máa.hermoso. :

Los defensores déla» libertades pú-blicas, han sido siempre loa verdade-ros mártiresde la, Idea ¿Pero, qué im-portal1 Los hombres honrados que-»dan suficientemente satisfechos onn lacondenóla del deber cumplido.

Reoibaa los campeones de tan va-liente colega un fraternal y estrechoapretón de manos, deseándole todogénero de prosperidades en su nbbletarea. „' . , , • , • , . ' -.. ' •

El Combaú.—SJérida, Yuc.

^ ', ***Damos las gradas á nuestros ama-

bles oolfgas por BU atenoión.

El Tercer Imperio.Ofrece enviaiycxWo prima la'obrá

«JUÁREZ como lo descrlbe.la Historiay como lo pinta el Diputado BulneB»por el Lio R. Prlda, & toda personaque se suscriba al periódico, Estaobra vale en las librerías $1 76.

El Precio de la suscripción & cElTercer Imperio» es $1.76 por, semestrey todo pedido, debe hacerse" al Api2176 ó al Chapitel de Monserrate, n<?4, y precisamentaá I. Arriola.—Méxi-co,—D. F.

Testimonio

Con sumo placer daré testimonio acomo puedo decir,'milagroso'poderpara sacar, que la doctora AlressaMattfeews posee.' Fui' afligida de en-fermedad femanina desde hace, tresaños. Tomé varias medicinas sin re-sultado ninguno, pues mi enfermedadse iba naciendo más grave hasta quela vida era intolerable. Entonces- medirigí á asta señora de la cual yo ha-bía oido hablar antes. Ella,me curóen 15 dias enteramente por medio de«tratamiento ausente.» Nunca roa diomedicine, alguna ni me tocó, Esto fuehace cuatro meses y degde entoncesno me he sentido nial y 'añora puedotrabajar como en los aBos pasados-

Contestaré con gusto cualquierapregunta acerca de mi enfermedad ycura, porque sé que debo mi vida á ladoctora.

Floreace Douglass, 214 Arsenal St.San Antonio, Texas.

A nuestros colegas

liemos visto que á. fresar de enviarnuestro periódico á todos nuestroscolegas, algunos de ellos no se kandignado visitarnos.

En tal virtud, con pena'anuncia'mos que si no recibimos su visita, nosveremos en el caso de no continuarenviáñioles nuestro periódico.'

i\r*,,-*¡ii(^t'* v *'•

•M ^i I M . ^<'' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' ' 'l ' l( > * I .

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Cuya reputación es"bien conocida entodo este país, acaba de establecerse 'permanentemente en San Antonio; Te- •> \xas. Sana todas Jas enfermedades,sin aplicar drogas, taméién cura &cualquiera, dístanqia. por- medio del |maravilloso poder del 'Espíritu coa elúual fue naolda.

Ella es la mejor adivinadora en elSur, siendo la séptima hija de la sép-tima hija. ,. ,' . i

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Agradeceremos á nuestros nuevos subs-criptores se sirvan, perdonar el qw'no lesenviemoslimpios "los ejemplares délos nú-meros ly 2, pues en virtud de haberseagotado las ediciones de dichos números,solo podemos servir ejemplares ya usa-dos. En virtud de la carencia de los nú'meros ly-2, algunas personas no recibi-rán dichos númeto» inm&diatawi?iysl&p.qwt~hagan sus pedidos;'pero pueden"estar sé- •guras de que se los enviaremos .

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Mexicana y en el sur de los

ESTADOSIUNIDOS.

Testimonio.- Hoy testifico que estoy perfecta-mente sana, después de haber sidocurada por los doctores y tomadomedicinas sin resultado.

Tengo 49 años de edad. Mi malfue «cambio de vida.» Mis.cabellos

-•Se volvieron blancos durante losúltimos 4 años.

Mi esposo supo de la gran docto-ra Alvessa Matthews hace cosa de6 semanas, tenía mucha fé en ellaal principio, pero fue persuadido áponerme bajo su cura. Los dolo-res en mi cabeza eran terribles. Lehe hecho 24 consultas y hoy me en-cuentro enteramente sana sin tomarmedicinas.

En efecto, mi curación fue hechaabsolutamente por consultas, sinque jamás estuviera yo en su pre-¡¡encia.

TOMASA GUBRRHE,O DS LÓPEZ.

Arroyo de León, Condado de Me-dina.

fl QUIEN INTERESÉ-Con sumo placer daré testimonio

al gran poder para sanar enfermeda.des, que posee la Drá. AlvessaMatthews. Ella curó á mi esposamilagrosamente después de que yohabía gastado centenares de pesossin resultado. Había tenido variasoperaciones en San AntqniOj, perosúJ enfermedad creció hasta que supeso llegó á ser de 115 libras cuan-do la traje á la Dra. Alvessa Mafthews. Ahora pesa 170 libras. Lagran Doctora nunca la dio alguna'medicina.

Yo soy un ranchero bien cono'cido y con gusto contestaré cual"quier pregunta á cualquier tiempoacerca de la enfermedad de mi es*posa.

Falls City, Tex.THBODOR KNIEYSKY.

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