UNIDAD 1:

OBJETIVOS, FUNDAMENTOS, VALORES Y PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN POPULAR Y COMUNITARIA

CLASE 9:

Objetivos:

Comprendan de una forma teórico-operativa los principios fundamentales sobre los que se deben pensar, planificar, elaborar, negociar, implementa y evaluar los proyectos y programas educativo-sociales.

Que los participantes:

Se sientan motivados para encarar una reflexión profunda respecto de dichos principio, a partir de haber comprendido la importancia que ello tiene respecto de poseer una toma de posición propia en lo político, social y pedagógico, para la planificación, elaboración, negociación, implementación y evaluación de los proyectos y programas.

ÍNDICEÍNDICE

I.1. Los objetivos de la educación popular o comunitaria

I.2. Fundamentos axiológicos. El marco de valores y las opciones ético-políticas de los educadores.

I.3. Principios éticos, teórico-políticos, gnoseológicos, pedagógicos y metodológicos.

I.4. Conclusiones.

I.1. Los objetivos de la educación popular o comunitaria

La educación popular o comunitaria tiene por principal objetivo, mediante acciones principalmente socio-formativas, promover la organización socio-política de los sectores populares, es decir, de los colectivos más vulnerables de las sociedades.

La “asistencialización”

Recordemos aquella clarísima diferenciación de Paulo Freire: “Asistir no es asistencializar”

Lo primero es, muchas veces, imprescindible respecto de los sectores más carenciados y vulnerables de las sociedades. Pero lo segundo es ciertamente un peligro, ya que se generan vínculos de subsidiariedad permanentes con dichos sectores, con lo cual se los convierte en un objeto de dádivas continuas.

Pero debemos estar alertas respecto de dos grandes peligros que acechan a la educación popular:

La “clientelización”

Nos referimos a las relaciones clientelísticas en lo político. Aquí se crean vínculos de sujeción y cautiverio de los sectores populares respecto de los diferentes grupos políticos oficiales y opositores.

Ambas amenazas deben poder ser percibidas por los educadores populares y animadores socioculturales.

Nos son pocos los programas de educación popular que vienen disfrazados de verdaderas experiencias, cuando sus reales objetivos son asistencializadores y/o clientelísticos.

Los educadores populares y animadores socioculturales deberían tomar muchas precauciones para no caer en estas trampas, ni prestarse y ser utilizados en este tipo de experiencias.

Las acciones educativas deberán apuntar a la reivindicación de los derechos de la población más vulnerable (indigentes, pobres estructurales, pauperizados, poblaciones originarias, minorías étnicas, inmigrantes, refugiados políticos, etc. ), de las sociedades, devolviéndoles su dignidad de personas y permitiendo y promoviendo su evolución hacia instancias cada vez mayores de participación social y política en las decisiones de los gobiernos.

Teniendo en cuenta la pirámide de Maslow, los educadores populares deberán ponderar correctamente cada una de las situaciones concretas cuando les toque diseñar, elaborar e implementar sus proyectos y programas educativos, ya que existen prioridades que están antes que la educación, y sin cuya solución la educación no tiene sentido. Por ejemplo, una persona con hambre deberá primero satisfacer esa imperiosa necesidad para luego poder abrirse a un proceso educativo.

Pirámide de MaslowEl psicólogo Abraham Maslow, desarrolló dentro su la Teoría de la Motivación, una jerarquía de las necesidades que los hombres buscan satisfacer. Estás necesidades se representan en forma de una pirámide que se denominó:

La interpretación de la pirámide nos proporciona la clave de su teoría: Un ser humano tiende a satisfacer sus necesidades primarias (más bajas en la pirámide), antes de buscar las de más alto nivel.

Por ejemplo, una persona no busca tener satisfechas de seguridad (por ejemplo, evitar los peligros del ambiente) si no tiene cubiertas sus necesidades fisiológicas, como comida, bebida, aire, etc.

La educación popular requerirá frente a las diferentes situaciones existentes posibles, el desarrollo de las siguientes acciones formativas:

Sensibilizar

Concientizar

Educar

Enseñar

Instruir

Promover el conocimiento crítico

Promover la participación

Promover la solidaridad y la cooperación

Promover la organización de los sectores y grupos

Promover el trabajo decente

Promover la actitud ciudadana

I.2. Fundamentos axiológicos. El marco de valores y las opciones ético-políticas de los educadores

El marco de valores y las opciones ético-políticas de los promotores, líderes y educadores son un aspecto esencial de la práctica y desarrollo de la educación popular o comunitaria.

Sería contradictorio con su esencia, desarrollar instancias de educación popular desde valores antidemocráticos y opciones socialmente descomprometidas y conservadoras.

El compromiso con la transformación del mundo, con la lucha por convertirlo en un lugar menos feo, menos malo y menos injusto, es una de las opciones más claras e insoslayables de la educación popular o comunitaria.

¡¡Si perdemos esta brújula, las posibilidades de la educación popular se desdibujan completamente!!

I.3. Principios éticos, teórico-políticos, gnoseológicos, pedagógicos y metodológicos

En el marco de los valores y opciones realmente éticas y democráticas, la educación socio-comunitaria requiere tener en claro un conjunto de saberes teórico-políticos, gnoseológicos, pedagógicos y metodológicos. Diríamos algo así como los “principios” desde los cuales deberemos, al actuar en todo momento, buscar la máxima coherencia posible entre lo que decimos y lo que hacemos. Pero ¿cuáles son esos principios?:

Humanismo radical:

Los hombres y la mujeres debe ser entendidos como fines en sí mismos. Lo que inhibe y prohíbe éticamente cualquier situación o instancia en la que sean considerados esencialmente como objetos o instrumentos, discriminados, manipulados o usados para fines inconfesables.

Criticidad y subjetividad transformadora:

La idea de que el mundo no es, sino que está siendo, es el supuesto fundamental de la criticidad y sustenta la idea del papel decisivo y transformador de la subjetividad en la historia.

“El mundo no es, el mundo está siendo”

Paulo Freire

El mundo está siendo hecho por alguien. Sus características actuales tienen que ver con una voluntad humana transformadora. Si el mundo es injusto, feo y malvado es porque están triunfando los designios de quienes manejan el poder e imponen su visión de la realidad a los demás como la única posible.

Si quienes estamos siendo oprimidos, discriminados y manipulados de diferentes formas en este mundo y deseamos uno mejor, nos quedamos quietos y no intervenimos de alguna manera para cambiarlo, no nos quedará otra solución que adaptarnos pasivamente a lo dado.

Si somos plenamente concientes de que el mundo está “siendo”, entonces, sabremos buscar las formas de intervenir en él para transformarlo.

La politicidad de la educación:

La educación no es el factor determinante del cambio, sino uno interviniente, muy importante, pero interviniente. A partir de aquí deberíamos percibir con claridad los errores de las posiciones “educacionistas”.

No existe la posibilidad de una educación neutra, ya que siempre está pensada y realizada desde determinados intereses, valores y visiones del mundo. Por eso, no podrá ser utilizada como motor esencial del cambio si no se toman en cuenta las fuerzas que la orientan y dirigen.

Los cambios verdaderamente transformadores siempre nacen de los proyectos y programas socio-políticos sustantivamente democráticos, y en dichos marcos la educación puede convertirse en un extraordinario factor de cambio.

La sustantividad democrática:

La democracia, fundada en los principios de la libertad y la igualdad, debe ser entendida sustantiva y radicalmente, por lo que no puede estar supeditada ni determinada por prejuicios ideológicos, posiciones fanáticas o dogmas, del tipo que sean.

No nos vamos a poner a definir ahora la idea de democracia, ya que no es este el lugar ni tenemos el espacio para hacerlo, pero sí podemos adelantar algún criterio de análisis. Una democracia plena, es decir, sustantiva, requiere hacer lugar a dos ideas fundamentales:”Igualdad” y “Libertad”.

La comprensión del mundo como actitud gnoseológica y crítica fundamental para comprender y transformar el mundo:

“La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra”

Paulo Freire

Si reflexionamos con fuerza sobre esta idea, comprenderemos que la lectura de la palabra (el estudio a partir de textos), para ser realmente valiosa y transformadora, debe estar precedida por la lectura continua del mundo.

Si no tenemos una posición tomada sobre el mundo, será difícil que podamos apropiarnos realmente de los saberes que pueden encerrar las palabras.

La posición constructivista en el conocimiento:

El conocimiento no se trasmite, sino que se construye, ya que conocer es una tarea de sujetos y no de objetos.

La comprensión profunda de esta idea es el criterio metodológico maestro para transformar nuestras prácticas educativas como educadores y educadoras.

Si no somos capaces de movilizar a nuestros educandos para que sean ellos mismo los sujetos del saber que necesitan para afirmarse en el mundo, deberemos revisar a fondo nuestros presupuestos filosóficos, teóricos, políticos y pedagógicos.

El filósofo chino Confucio decía:

“No enseño a quien no tiene deseos de aprender”

El carácter gnoseológico de la educación:

La educación es una situación gnoseológica, un acto de conocimiento. Educar es, por parte de los educadores, facilitar, promover y guiar el proceso de aprendizaje de los educandos, pero son los propios educandos quienes deberán realizar el esfuerzo de conocer para aprender. Si ellos no se movilizan con sus propios recursos, es decir, poniendo en juego sus valores, motivación, determinación, actitud, capacidad de análisis y decisión, intuición y objetividad, no alcanzarán el conocimiento. Porque conocer es una tarea de “sujetos”, no de objetos en los que se depositan mediante una transferencia paquetes de datos previamente elaborados por expertos y educadores.

Y si conocer es una tarea de sujetos, los educandos no pueden, en ninguna circunstancia, ser pensados, utilizados ni tratados como objetos.

La intencionalidad de ser coherentes con este principio, será una de las actitudes más valiosas de educadores y educadoras, ya que las consecuencias y réditos metodológicos y pedagógicos de poner en juego esta idea son enormes.

Tratándose de la valorización de la posición constructivista en los procesos de enseñanza-aprendizaje, no podíamos dejar de presentarles estos maravillosos versos del libro “El Profeta” de Khalil Gibran:

"Entonces dijo un Profesor: "Háblanos de la Enseñanza":Y él repuso:

Nadie puede revelaros nada sino lo que yace en medio dormido en el alba de vuestro conocimiento.

El maestro que, entre sus discípulos, pasea a la sombra del templo, no da de su sabiduría, sino más bien de su fe y de su aptitud para amar. Si es en verdad sabio, no os invita a entrar a la casa de su sabiduría, sino que más bien os conduce al umbral de vuestro propio espíritu. El astrónomo puede hablaros de su comprensión del espacio, pero no puede daros su comprensión".

El músico puede cantaros con el ritmo que reside en todo espacio, pero no puede daros el oído que retiene el ritmo ni la voz que le da eco. Y aquél que es versado en la ciencia de los números, puede hablar de las relaciones del peso y la medida, pero no puede conduciros hasta allá.

Porque la visión de un hombre no presta sus alas a otro hombre.

Y así como cada uno de vosotros está sólo en el conocimiento de Dios, así debe cada uno de vosotros estar solo en su conocimiento de Dios y en su entendimiento de la tierra.

No pocas veces el arte tiene un poder de análisis y comunicación de ideas que supera al de la ciencia.

La asunción de las contradicciones:

El mundo está lleno de contradicciones con las que nos debemos enfrentar continuamente. Pero ¿cuál debe ser la posición correcta frente a ellas? Lo que debemos hacer es asumirlas, intentando lograr el máximo de coherencia entre los que decimos y lo que hacemos, a sabiendas de que conseguirlo implica tensiones y, principalmente, el desafío de luchar y tener que superar distintos tipos de problemas y conflictos.

Las contradicciones son un dato ineludible de la realidad. Por ejemplo, intentar poner en juego los principios de la educación popular en el marco de un modelo educativo tradicionalmente autoritario, enciclopedista y homogeneizante como el que tenemos, es toda una contradicción. Pero es aún más contradictorio practicar la educación popular en una sociedad básicamente consumista y exitista, donde la ética es prácticamente letra muerta.

La búsqueda de coherencia:

Por eso, en vez de hablar de “ser” coherentes, hablaremos mejor de la “intencionalidad” de ser coherente. Si bien no es posible ser coherentes y mantenernos en la coherencia (ser coherentes siempre), ya que el camino está plagado de dificultades, si podemos “intentar” serlo, para lo cual la “coherencia” debe convertirse en un valor para nosotros.

¿Qué significa ser coherente? En primer lugar, que nuestros actos coincidan con nuestros principios. Si estamos realmente convencidos de que el conocimiento no se transmite sino que se construye, luego nuestras acciones, métodos y procesos de enseñanza-aprendizaje deberán responder a esa idea, deberá haber un acuerdo entre dicho principio y las acciones que supuestamente pretendemos derivar de él.

Pero ser y mantenerse coherente no es algo fácil, ya que hay muchos obstáculos para lograrlo, por ejemplo, las contradicciones en las cuales estamos inevitablemente inmersos. Además, aunque lo queramos no podremos ser coherentes las veinticuatro horas del día.

Ahora bien, “intentar” ser coherentes, “buscar” la coherencia, tampoco es una tarea fácil, sino que deberemos soportar tensiones, dificultades y sortear muchos obstáculos.

Pero si nos mantenemos tenazmente en su búsqueda, si luchamos por conseguirla, cada paso que demos será una gran conquista, aunque muchas veces debamos reconocer situaciones de fracaso.

El trasfondo teórico-ideológico de los métodos:

Tenemos que tener claro que los métodos son instrumentos, herramientas y, en tanto tales, dependen completamente de los objetivos. Esta es una primera reflexión fuerte que debemos hacer.

Por eso decimos que los métodos tienen siempre un trasfondo teórico-ideológico, es decir, responden a determinadas posiciones y enfoques sociales y de la realidad. Esto nos debe permitir comprender los errores del “metodologismo”.

Pero, ¿qué es el “metodologismo”, pariente muy cercano del “didactismo”?

En primer lugar, es un enfoque pedagógico que se basa en la creencia equivocada de que la solución está en los métodos, cuando en verdad ésta comienza cuando se tienen claros los objetivos. Esto lleva a que muchos educadores y educadoras pretendan conseguir la “receta” metodológica y/o didáctica para resolver todos sus problemas pedagógicos.

Paulo Freire, en sus charlas y conferencias, como siempre intuía esta actitud en sus auditorios, invariablemente habría sus exposiciones diciendo lo siguiente: “En primer lugar les digo que yo no les vengo a traer recetas, sino que les voy a sugerir mi reinvención”

En segundo lugar, se sostiene en otra idea errónea, la de que los métodos son “neutros” desde el punto de vista teórico-ideológico y aplicables sin distinción a cualquier situación o contexto. Pero es evidente que los métodos para enseñar a ganar dinero tendrán poco que ver con los que se requieren para ayudar a que los sectores populares asuman la defensa de sus derechos y afirmen así, su dignidad de personas.

Pero ¿qué es “reinventar”?

Elaborar soluciones pedagógicas, didácticas y metodológicas innovadoras y originales para cada uno de los diferentes contextos, situaciones y problemas que se nos presenten.

Pero esto no lo lograremos extrapolando métodos y didácticas de otros contextos, situaciones y problemas, sino “reinventándolos” en el marco de los objetivos y metas que nos hayamos propuesto en cada circunstancias concreta en que nos toque actuar.

I.4. Conclusiones

Los principios no son sólo enunciados que debemos aceptar por qué sí, sino que frente a ellos tenemos dos tareas:

1) Reflexionar en profundidad sobre ellos, porque con seguridad extraeremos ricas consecuencias y pautas para la acción, porque sabemos por experiencia que estos principios son una fuente inagotable de saberes.

2) Intentar en todo momento ser coherentes con ellos.

Ejercicio de aplicación del conocimiento

Reflexionar sobre los diez principios expuestos, elaborando un ejemplo vinculado a una situación socio-educativa o cultural concreta para cada uno de ellos, que demuestre que se los ha comprendido e internalizado constructivamente.

El ejemplo puede construirse imaginativamente (aunque a partir de situaciones reales) o estar basarlo en la interpretación de una nota periodística, artículo o relato de una situación, suceso o problemática real y concreta.

Ejemplos:

Para ilustrar el principio del Humanismo radical existen una innumerable cantidad de ejemplos. Cada vez que estemos frente a proyectos o programas elaborados desde el poder político (en el marco del oficialismo o la oposición) deberemos desconfiar de sus verdaderos objetivos socio-educativos. Ya que en no pocas ocasiones podremos, mediante un análisis crítico, mostrar el carácter clientelístico del proyecto o programa.