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1. TEXTO Y ENCICLOPEDIA Teorías textuales de primera y segunda generación En el desarrollo de la semiótica se perfilaron dos tendencias: Teorías de Primera y Segunda generación (pero no se tratará de una distinción cronológica). Teorías de Primera generación: extremista y muy polémica respecto de la lingüística de la oración (y del código) Teorías de Segunda Generación: fijaba puntos de enlace entre un estudio de la lengua como un sistema estructurado y un estudio de los discursos o texto como producto de una lengua destinada a ser hablada. Por ejemplo: la semiótica de Peirce es un ejemplo de segunda generación. Existe un debate entre una teoría de los códigos y de la competencia encocloédica (i), según la cual una lengua (sistema de códigos interconectados) permite prever todas sus posibles actualizaciones discursivas, todos sus usos posibles en contextos específicos; y una teoría de las reglas de generación e interpretación de las actualizaciones discursivas (ii). Ambas teorías admiten que la interpretación de un texto depende de ciertos factores pragmáticos, además de sintácticos y semánticos. Pragmática: “estudio de la dependencia esencial de la comunicación, en el lenguaje natural, respecto del hablante y del oyente, del contexto ligüístico y extralingüístico”. Existen expresiones que adquieren significados distintos de acuerdo con las distintas situaciones de enunciación. Los intentos de análisis componencial elaborados en forma de diccionario (perteneciente a la primera generación), se nuega a incluir dentro del marco teórico la formación enciclopédica. Una teoría semántica en forma de diccionario parece postular una especie de competencia extraléxica. Selecciones contextuales y circunstanciales Un hablante normal tienen la posibilidad de infereir, a partir de la expresión aislada, su posible contexto lingüítico y sus posibles circunstancias de enunciación. El contexto y la circunstancia son indispensables para poder conferir a la expresión su significado pleno y completo, pero la expresión posee un significado virtual que permite que el hablante adivine su contexto. Las teorías de segunda generación tratan de construir (o de postular) un análisis semántico que analice los términos aislados como sistemas de instrucciones orientadas hacia el texto. Para esto es evidente que esas teorías deben pasar de un análisis en forma de diccionario a un análisis en forma de enciclopedia. Un análisis componencial en forma de enciclopedia está fundamentalmente orientado hacia el texto porque considera tanto las selecciones contextuales como las selecciones circunstanciales. Hay una oposición entre el par contexto / circunstancia, y el par cotexto / contexto. El cotexto de las teorías textuales corresponde a lo que en el Tratado se llamaba contexto, mientras que lo que allí se llamaba circunstancia de enunciación sería, en las teorías textuales, el contexto. En el Tratado se definía como contexto la posibilidad abstracta, registrada por el código, de que determinado término aparezca en conexión con otros términos pertenecientes al mismo sistema semiótico. Una selección contextual registra los casos generales en que determinado término podría aparecer en concomitancia (y, por consiguiente, coaparecer) con otros términos pertenecientes al mismo sistema semiótico. Cuando la selección contextual se actualiza, tenemos precisamente un cotexto. Las selecciones contextuales prevén posibles contextos: cuando éstos se realizan, se realizan en un cotexto. En cuanto a las selecciones circunstanciales, ésta representa la posibilidad abstracta (registrada por el código) de que un término aparece en conexión con 1

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1. TEXTO Y ENCICLOPEDIA

Teorías textuales de primera y segunda generaciónEn el desarrollo de la semiótica se perfilaron dos tendencias: Teorías de Primera y Segunda ge -neración (pero no se tratará de una distinción cronológica).Teorías de Primera generación: extremista y muy polémica respecto de la lingüística de la ora-ción (y del código)Teorías de Segunda Generación: fijaba puntos de enlace entre un estudio de la lengua como un sistema estructurado y un estudio de los discursos o texto como producto de una lengua destina-da a ser hablada. Por ejemplo: la semiótica de Peirce es un ejemplo de segunda generación.Existe un debate entre una teoría de los códigos y de la competencia encocloédica (i), según la cual una lengua (sistema de códigos interconectados) permite prever todas sus posibles actuali-zaciones discursivas, todos sus usos posibles en contextos específicos; y una teoría de las reglas de generación e interpretación de las actualizaciones discursivas (ii). Ambas teorías admiten que la interpretación de un texto depende de ciertos factores pragmáticos, además de sintácticos y semánticos.Pragmática: “estudio de la dependencia esencial de la comunicación, en el lenguaje natural, res-pecto del hablante y del oyente, del contexto ligüístico y extralingüístico”.Existen expresiones que adquieren significados distintos de acuerdo con las distintas situaciones de enunciación. Los intentos de análisis componencial elaborados en forma de diccionario (perte-neciente a la primera generación), se nuega a incluir dentro del marco teórico la formación enci-clopédica. Una teoría semántica en forma de diccionario parece postular una especie de compe-tencia extraléxica.

Selecciones contextuales y circunstancialesUn hablante normal tienen la posibilidad de infereir, a partir de la expresión aislada, su posible contexto lingüítico y sus posibles circunstancias de enunciación. El contexto y la circunstancia son indispensables para poder conferir a la expresión su significado pleno y completo, pero la ex-presión posee un significado virtual que permite que el hablante adivine su contexto. Las teorías de segunda generación tratan de construir (o de postular) un análisis semántico que analice los términos aislados como sistemas de instrucciones orientadas hacia el texto. Para esto es eviden-te que esas teorías deben pasar de un análisis en forma de diccionario a un análisis en forma de enciclopedia. Un análisis componencial en forma de enciclopedia está fundamentalmente orien-tado hacia el texto porque considera tanto las selecciones contextuales como las selecciones cir-cunstanciales. Hay una oposición entre el par contexto / circunstancia, y el par cotexto / contex-to. El cotexto de las teorías textuales corresponde a lo que en el Tratado se llamaba contexto, mientras que lo que allí se llamaba circunstancia de enunciación sería, en las teorías textuales, el contexto. En el Tratado se definía como contexto la posibilidad abstracta, registrada por el códi -go, de que determinado término aparezca en conexión con otros términos pertenecientes al mis-mo sistema semiótico. Una selección contextual registra los casos generales en que determinado término podría aparecer en concomitancia (y, por consiguiente, coaparecer) con otros términos pertenecientes al mismo sistema semiótico. Cuando la selección contextual se actualiza, tene-mos precisamente un cotexto. Las selecciones contextuales prevén posibles contextos: cuando éstos se realizan, se realizan en un cotexto. En cuanto a las selecciones circunstanciales, ésta re-presenta la posibilidad abstracta (registrada por el código) de que un término aparece en cone-xión con ciertas circunstancias de enunciación. Por ejemplo: el lexema “ballena” puede ser des-ambiguado como pez o como mamífero, según la selección contextual que supone su aparición en dos clases destintas de cotextos posibles. En una representación en forma de enciclopedia puede tener en cuenta, en el nivel del código, una variedad de contextos y, por consiguiente, de posibles apariciones cotextuales en las que el lexema aparece como realización concreta. Debe-mos aclarar, además, que una competencia enciclopédica se basa sobre datos culturales acepta-dos socialemente debido a su “constancia· estadística. (Ver ej. león)

El semema como instrucción orientada hacia el textoTodo enunciado requiere siempre un cotexto. Ningún término puede adquirir un significado satis-factorio fuera de contexto. Existen operadores cotextuales que funcionan semánticamente sólo en relación con sus respectivos cotextos, pero cuyo destino contextual puede determinarse so-bre la base de un análisis componencial en forma de enciclopedia.La expresión en una representación enciclopédica se asume al plantearse precisamente como un puente entre el lexema aislado y su inserción textual. Según Shmidt, un lexema puede concebir-se teóricamente como una regla (en sentido amplio) o una instrucción para un determinado

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“comportamiento” verbal y/o no verbal. El campo-contexto (el campo lexemático) asigna al lexe-ma sus posibilidades generales de funcionamiento en los textos.

El semema como texto virtual y el texto como expansión de un sememaLa teoría de los códigos y la teoría del texto resultan estrechamente interrelacionadas: en una semántica orientada hacia sus actualizaciones textuales, el semema debe aparecer como un tex-to virtual, y el texto no es más que la expansión de un semema (en realidad, es el resultado de la expansión de muchos sememas, pero desde el punto de vista teórico conviene suponer que se le puede reducir a la expansión de un solo semema central). Una vez adoptada la noción, muy am-plia, de competencia enciclopédica, la noción de Sistema Semántico Global, como conjunto es-tructurado de informaciones enciclopédicas, se vuelve muy abstracta y se convierte en un postu-lado de la teoría y en la hipótesis regulativa del análisis. Este Sistema solo puede construirse, ac-tivarse y postularse parcialmente en los momentos concretos en que nos disponemos a interpre-tar determinado fragmento de texto. Los mismos cuadros hipercodificados son el resultado de la circulación intertextual previa. La enciclopedia o el thesaurus son el destilado (en forma de ma-croproposiciones) de otros textos. La semiótica del código y la semiótica del texto son dialéctica-mente interdependientes.

Sobre la palabra “saco” (presuposición)Presuposición, se trata de un término genérico (término saco), al igual que iconismo e isotopía. El texto es una máquina perezosa que exige del lector un arduo trabajo cooperativo para colmar espacios de “no dicho” o de “ya dicho”, espacios que, por así decirlo, han quedado en blanco, entonces el texto no es más que una máquina presuposicional. El texto es siempre, de alguna manera, reticente. Para concluir resumimos, diciendo que la presuposición es una modalidad de-terminada de cooperación interpretativa; y que el semema es un texto virtual, y un texto es un semema expandido.

3. EL LECTOR MODELOEl papel del lectorUn texto representa una cadena de artificios expresivos que el destinatario debe actualizar. De ahora en adelante no hablaremos tanto de destinatario como de “lector”, así como usaremos in-diferentemente la denominación de Emisor y de Autor para definir al productor del texto. En la medida en que debe ser actualizado, un texto está incompleto. El destinatario se postula siem-pre como el operador capaz, por decirlo así, de abrir el diccionario a cada palabra que encuentra y de recurrir a una serie de reglas sintácticas preexistentes con el fin de reconocer las funciones recíprocas de los términos en el contexto de la oración. Todo mensaje postula una competencia gramatical por parte del destinatario, incluso si se emite en una lengua que sólo el emisor cono-ce. Un término sigue estando esencialmente incompleto aún después de haber recibido una defi-nición formulada a partir de un diccionario mínimo. Sin embargo, un texto se distingue de otros tipos de expresiones por su mayor complejidad. El motivo principal de esa complejidad es preci-samente el hecho de que está plagado de elementos no dichos. “No dicho” significa no manifies-to en la superficie, en el plano de la expresión: pero precisamente son esos elementos no dichos los que deben actualizarse en la etapa de la actualización del contenido. Para ello, un texto re-quiere ciertos movimientos cooperativos, activos y conscientes, por parte del lector. Así, pues, el texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellenar; por-que un texto es un mecanismo perezoso o económico que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él. En segundo lugar, un texto quiere dejar al lector la iniciativa inter-pretativa, aunque normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente de univocidad; un texto requiere que alguien lo ayude a funcionar. Un texto se emite para que alguien lo actuali-ce; incluso cuando no se espera (o no se desea) que ese alguien exista concreta y empíricamen-te.

Cómo el texto prevé al lectorExiste una ley pragmática que puede formularse fácilmente mediante el lema: la competencia del destinatario, no coincide necesariamente con la del emisor. Podemos decir, que el código no es una entidad simple, sino a menudo un complejo sistema de sistemas de reglas; que el código lingüístico no es suficiente para comprender un mensaje lingüístico. Así pues, para “descodificar” un mensaje verbal se necesita, además de la competencia lingüística, una competencia circuns-tancial diversificada, un capacidad para poner en funcionamiento ciertas presuposiciones, para reprimir idiosincrasias, etc.

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En la comunicación cara a cara intervienen infinitas formas de reforzamiento extralingüístico e infinitos procedimientos de redundancia y feedback que se apuntalan mutuamente; lo que revela que nunca se da una comunicación meramente lingüística, sino una actividad semiótica en senti -do amplio, en la que varios sistemas de signos se complementan entre sí. Un texto es un produc-to cuya suerte interpretativa debe formar parte de su propio mecanismo generativo: generar un texto significa aplicar una estrategia que incluye las previsiones de los movimientos del otro.Para organizar su estrategia textual, un autor debe referirse a una serie de competencias capa-ces de dar contenido a las expresiones que utiliza. El Autor deberá prever un Lector Modelo ca-paz de cooperar en la actualización textual de la manera prevista por él y de moverse interpreta-tivamente, igual que él se ha movido generativamente. Muchos textos señalan cuál es su lector modelo presuponiendo una competencia enciclopédica específica. Prever el correspondiente Lec-tor Modelo no significa solo “esperar” que éste exista, sino también mover el texto para cons-truirlo. Un texto no solo se apoya sobre una competencia: también contribuye a producirla.

Textos “cerrados” y textos “abiertos”Ciertos autores apañarán para que cada término, cada modo de hablar, cada referencia enciclo-pédica sean los que previsiblemente puede comprender su lector. Pero también puede ocurrir al-go pero: que la competencia del Lector Modelo no haya sido adecuadamente prevista, ya sea por un error de valoración semiótica, por un análisis histórico insuficiente, poer un prejuicio cultural o por una apreciación inadecuada de las circunstancias de destinación. No hay nada más abierto que un texto cerrado; pero lo que aquí nos interesa es la cooperación textual como una actividad promovida por el texto. Una sola cosa tratará de obtener con hábil estrategia: que, por muchas que sean las interpretaciones posibles, unas repercutan sobre las otras de modo tal que no se excluyan, sino que, en cambio, se refuercen recíprocamente. Cuando el texto se dirige a unos lectores que no postula ni contribuye a producir, se vuelve ilegible (más de lo que ya es), o bien se convierte en otro libro.

Uso e interpretaciónHay que fijar ciertos límites y que, con todo, la noción de interpretación supone siempre una dia-léctica entre la estrategia del autor y la respuesta del Lector Modelo. Además de una práctica, puede haber una estética del uso libre, aberrante, intencionado y malicioso de los textos. Como nos ha mostrado Peirce, la cadena de las interpretaciones puede ser infinita, el universo del dis-curso introduce una limitación en el tamaño de la enciclopedia. Un texto no es más que la estra-tegia que constituye el universo de sus interpretaciones, si no “legítimas”, legitimables. Por últi-mo, decimos que los textos cerrados son más resistentes al uso que los textos abiertos. Concebi -dos para un Lector Modelo muy preciso.

Autor y Lector como estrategias textualesCuando un texto se considera como texto, y sobre todo en los casos de textos concebidos para una audiencia bastante amplia (como novelas, discursos políticos, informes científicos, etc.) el Emisor y el Destinatario están presentes en el texto no como polos del acto de enunciación, sino como papeles actanciales del enunciado. Todos los pronombres personales (implícitos o explíci-tos) representan puras estrategias textuales. Cada vez que se utilicen términos como Autor y Lector Modelo se entenderá siempre, en ambos casos, determinados tipos de estrategia textual. El Lector Modelo es un conjunto de condiciones de felicidad, establecidas textualmente, que de-ben satisfacerse para que el contenido potencial de un texto quede plenamente actualizado.

El autor como hipótesis interpretativaEl autor empírico, en cuanto sujeto de la enunciación textual, formula una hipótesis de Lector Modelo. Pero, por otro lado, también el lector empírico, como sujeto concreto de los actos de co-operación, debe fabricarse una hipótesis de Autor, deduciéndola precisamente de los datos de la estrategia textual. La hipótesis que formula el lector empírico acerca de su Autor Modelo parece más segura que la que formula el lector empírico acerca de su Lector Modelo. Pero no siempre el Autor Modelo es tan fácil de distinguir: con frecuencia, el lector empírico tiende a rebajarlo al pla-no de las informaciones que ya posee acerca del autor empírico como sujeto de la enunciación.Por cooperación textual no debe entenderse la actualización de las intenciones del sujeto empíri -co de la enunciación, sino de las intenciones que el enunciado contiene virtualmente. Insistamos en que la cooperación textual es un fenómeno que se realiza entre dos estrategias discursivas, no entre dos sujetos individuales. Es evidente que existen estructuras semánticas profundas que el texto no exhibe en su superficie, sino que el lector propone hipotéticamente como claves para la actualización completa del texto: estructuras actanciales y estructuras ideológicas. Podemos

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hablar de Autor Modelo como hipótesis interpretativa cuando asistimos a la aparición del sujeto de una estrategia textual tal como el texto mismo lo presenta.

LA TEORÍA SEMIOLÓGICA DE GREIMAS

¿Qué estudia la Semiótica?Ya Peirce había dicho que la semiótica es sólo otro nombre que se le da a la lógica de sentido. La semiótica es la disciplina que intenta explicar cómo se produce y como se capta el sentido. To -dos sabemos que se produce y se recepciona sentido a partir del contacto con múltiples mate-rias significantes. Llamamos materia significante a cualquier cosa que, en contacto con ella, sig-nifica algo para nosotros, es decir, tiene significado. Decimos que es materia porque la produc-ción y recepción del sentido necesita de un soporte material que pueda ser percibido por los sen-tidos. Decimos que es significante porque esa materia, para significar debe tener una forma y un contenido que represente algo para alguien. A ese encadenamiento, a esa combinación que sig-nifica algo, le llamamos lógica del sentido.

1. Greimas y los discursosLa corriente semiótica desarrollada por Greimas se ocupó de un determinado tipo de materia sig-nificante: los discursos narrativos. Un discurso es una forma textual en la que se ponen en rela-ción distintos componentes que se articulan con una determinada coherencia. Se llama semióti-ca narrativa a la semiótica que investiga la lógica del sentido de ese tipo particular que adquiere la forma del relato. La narratividad se constituye en el principio organizador de cualquier discurso. Por eso, la semió-tica narrativa busca poder explicar las leyes y recursos que permiten que el contar algo se cons -tituya en una de las formas más importantes de construir sentido.

2. ¿Qué es el sentido?A la semiótica narrativa le interesa poder describir y explicar cómo se produce y recepciona sen-tido, a partir de un tipo específico de discursos que toman la forma del relato. El sentido está an-tes de cualquier producción discursiva. Tanto a lo que hacemos como a lo que padesemos le bus-camos un sentido, a veces dándole una intención, otras veces imprimiéndoles una finalidad. El sentido es anterior a la producción semiótica. La semiótica no produce sentido sino que reformu-la el sentido ya dado procurando dotarlo de significación. Es como si la semiótica tratara de ha-cer comprensible, la estructura misma del sentido de cualquier objeto cultural.

3. ¿De qué está compuesto el sentido? La semántica fundamental de las estructuras semionarrativas

Un objeto semiótico es cualquier cosa, cualquier producción cultural en su condición significante. En el nivel profundo del análisis se procura proveer al analista de las unidades mínimas que ha -cen posible el sentido (semántica fundamental) y la forma como se articulan esas unidades para producir sentido (sintaxis fundamental). Es en este nivel donde se definen las condiciones de existencia de los objetos semióticos.La semántica fundamental se ocupa del análisis del plano del contenido y se caracteriza por su alto nivel de abstracción. La significación existe, adquiere presencia, de dos maneras: de manera inmanente y de manera manifiesta. Los términos que se manifiestan en los discursos de Greimas los denomina fonemas o lexemas. Pero lo que liga a esos términos dentro de esa producción cul-tural, dentro de ese discurso, no se percibe, es abstracto. Ese es el nivel inmanente de la signifi -cación. En el nivel inmanente, el contenido de cada uno de esos términos se llama semema, que es el sentido de los lexemas y se presenta como una organización sintáctica de las propiedades que componen o dan sentido a ese término.El semema es la acepción o el sentido particular de una palabra. Lo que articula a las propieda-des en común de los sememas son categorías sémicas que permiten vincular los términos del discurso y darnis cuenta de que dentro de esa producción son tomados como equivalentes.Las propiedades de los términos, Greimas las llama semas. Los semas, entonces, son las unida-des elementales de la significación, son propiedades o elementos de los términos y éstos pueden definirse como una colección de semas. El sema es de naturaleza relacional; esto quiere decir que cada sema aislado no significa nada, pero en relación con otro sema perteneciente a la mis-ma red relacional produce un determinado resultado que adquiere un determinado contenido en el acto de la articulación. Una vez que el lexema forma parte de un enunciado puede producir

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uno o más afectos de sentido, significados o sememas. Esto depende de la presencia de semas contextuales que son variables y que nos permiten darnos cuenta de los cambios de los significa-dos que se registran dentro del discurso. Según Greimas, el sema es un elemento tanto del lexe-ma como del semema, y por lo tanto, está relacionado con los dos niveles de la significación: el de la inmanencia y el de la manifestación.

4. ¿Cómo se articulan los componentes semánticos del sentido? Sintaxis fundamen-tal de las estructuras narrativasLa sintaxis fundamental, se concibe como un conjunto de operaciones lógicas que ponen en rela-ción los elementos semánticos que configuran un determinado universo discursivo. La sintaxis fundamental descubre el modo de existencia y el modo de funcionamiento de la significación. Tenemos, según Greimas, dos operaciones fundamentales que ponen en marcha la operatoria de la sintaxis fundamental: la negación y la aserción. La negación es la operación que se utiliza para manifestar una contradicción lógica. La forma que asume es la de oponer a un término (vivo), su negación (no vivo). La aserción, en cambio, vincula afirmativamente dos términos que son con-trarios pero que pueden cohabitar en el mismo eje semántico (vivo-muerto). La sintaxis funda-mental es el aporte lógico relacional a la construcción del sentido.La representación visual de la estructura elemental de la significación se hace a través de lo que los semiólogos denominan cuadro semiótico. Es un esquema lógico de cuatro posiciones, repre-sentado según dos ejes de términos contradictorios (representados por las diagonales del cua-dro) y dos de implicaciones (representado por las líneas verticales). Las líneas horizontales repre-sentan las relaciones entre contrarios.El esquema permite visualizar tanto las oposiciones semánticas como las oposiciones lógico-gra-maticales. Al mismo tiempo, el cuadrado representa también:

- las implicaciones que se dan entre los componentes semánticos, mediante el uso de las dos operaciones fundamentales, la aserción y la negación.

- las contrariedadesEl cuadro semiótico de Greimas representa un sistema de relaciones binarias; se trata de una re-gla de construcción de las unidades de sentido: lo que está en relación binaria son los rasgos ele -mentales del sentido, que son construidos por medio de este mecanismo. Sirve, además, para expresar visualmente la lógica (de oposición o acercamiento) que se da entre los componentes semánticos de un determinado relato. Esos componentes se pueden traducir en valores, creen-cias, o propiedades de los objetos semióticos. Greimas observa que cualquier relato pondrá en relación componentes vinculados dentro de un mismo eje semántico: vida-muerte, libertad-es-clavitud, luminosidad-oscuridad, placer-dolor, riqueza-pobreza, etc. Cualquiera de ellas sirve para elaborar cualquier proyecto narrativo que imaginemos. El sentido se construye lógicamente a partir de relaciones de oposición.

a) La negación, al anular uno de los contrarios, hace posible la existencia del otro.b) Los contrarios (eje horizontal) pueden coexistir, los elementos situados en el eje de las

contradicciones (las diagonales).c) Los términos que componen la relación principal de contrarios (línea horizontal de arriba)

presupone la relación de los elementos subordinados (representados en la línea horizon-tal de abajo), que da lugar a la relación de subcontrarios.

d) Las líneas verticales representan relaciones lógicas de implicación: blanco implica no ne-gro y negro implica no blanco.

5. ¿Cómo se representa el sentido? El nivel de superficie de las estructuras semionarrativas

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Contrarios

Subcontrarios

ImplicaciónImplicación

Blanco Negro

No BlancoNo Negro

Contradictorios

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El nivel de análisis de superficie de las estructuras semionarrativas es un nivel intermedio entre la estructura profunda y las estructuras discursivas. En el ámbito de la sintaxis narrativa las ope-raciones se realizan sobre los enunciados del relato. De este modo, de lo conceptual se pasa a lo figurativo, dándole la forma de las vicisitudes humanas a los componentes del nivel anterior.El nivel superficial del análisis semionarrativo nos permite captar la esencia de un esquema na-rrativo básico. Según Greimas, todo esquema narrativo puede reducirse a la tensión o confronta-ción entre dos sujetos que pugnan por un objeto de valor. A la presentación de este nivel de ana-lisis Greimas la divide en tres grandes partes:

a) en primer lugar hay un conjunto de componentes figurativosb) en segundo lugar, están las fases del programa narrativoc) y por último, el componente estructural, es decir, el elemento que relaciona los com-

ponentes dentro de cada una de las fases, vincula las fases entre sí y nos permite enten-der cómo es el desarrollo y la generación del recorrido narrativo de los relatos.

Componentes figurativosLa categoría del actanteTal vez la figura central de este nivel alrededor de la cual giran todos los otros aspectos del mis-mo, es la figura de lo que Greimas denomina actante. Es como una especie de molde de la es-tructura semionarrativa de superficie que en el nivel de la discursividad puede adquirir la investi -dura de múltiples formas de sujetos u objetos específicos. La categoría de actante es una catego-ría formal, que en la estructura semionarrativa se divide en seis modelos, moldes o formas. Un actante es lo que es (su ser) más lo que hace (su hacer). En este nivel se formulan dos tipos de enunciados elementales: enunciados de estado que ponen de manifiesto el ser del actante, y enunciados de hacer, que explicitan el conjunto de acciones de los actantes que les siren para transformar sus estados (o los estados de otros actantes). Lo que Greimas pretende, es dejar constancia de que detrás de cualquier relato siempre se esconde un intento de búsqueda de sen-tido a la forma de actuar de las personas. Los actantes pueden estar representados por indivi-duos o grupos. Pero, a los efectos de la forma que adquiere su ser má su hacer, sólo son recono-cibles dos formas (la de sujeto y objeto). El ser y el hacer de los actante es la punta a partir de la cual se puede comenzar a desplegarse, en forma de un esquema narrativo, la actividad humana, dotada de sentido. A los seis roles actanciales, Greimas los divide en tres pares de dos roles cada uno.

Sujeto-objeto: Toda narración está sustentada sobre la acción de un sujeto que desea es-tablecer un tipo de relación con un objeto. El nexo, es el deseo. Existen dos tipos de sujetos: los sujetos de estado cuya propiedad determinante es la de unirse con el objeto deseado; y los sujetos de hacer que son aquellos que realizan transformaciones en los estados de otros sujetos u objetos (o de sí mismos). El objeto, se viste con el ropaje de una cosa, una situa-ción o un hecho que son signos del valor que el sujeto, con su hacer, desea alcanzar, vencer, conquistar, etc. Greimas se refiere a los objetos como actantes, es decir, como moldes de contenidos múltiples, y de tal o cual tipo de objeto particular. Esta categoría puede ser afec-tada tanto por el objeto de hacer, como por el objeto de estado. Destinador-destinatario: Este par de actantes está unido por el nexo del mandato. Grei-mas llama destinador a aquel actante que induce o manda a otro a cumplir una determinada misión o tarea. Siempre es destinador aquel que tiene la capacidad de mandar, y, al mismo tiempo, está jerárquicamente por encima de los demás actantes particulares. El destinatario es el que recibe el mandato, y, por lo general, este rol se funde con el del sujeto. Ayudante-oponente: Serán aquellos sujetos u objetos que en el transcurso del relato sir-ven a los propósitos del destinatario-sujeto. La función del ayudante consiste en operar en el sentido del acercamiento del destinatario-sujeto al objeto de deseo, facilitando la comunica-ción entre ambos (sujeto-objeto). La función de los moponentes, consiste en crear obstácu-los, oponiéndose a la realización del deseo o a la comunicación con el equipo.

Tipos de enunciados

Los actantes en el transcurso de la narración son de una determinada manera y hacen deter-minadas cosa.Las propiedades que configuran su ser definen su “estado” mientras que las acciones que llevan a cabo definen su “hacer”. Respecto de los actantes, el discurso narrativo genera 2 ti-pos de enunciados:- De estado: funciones entre actantes sujeto – objeto.- De hacer: expresan las transformaciones, el paso de un estado a otro de un actante o de

una situación.

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El análisis narrativo se fundamenta en a distinción entre estados, dependientes del ser y de transformaciones, que dependen del hacer.

Tipos de relación.

Nivel de la manifestación discursiva – los actantes pueden tener múltiples relaciones.En el nivel de superficie del análisis narrativo, todas las relaciones se construyen solo en 2 contextos: la conjunción y la disyunción. Mediante el uso lógico-sintáctico de estos 2 nexos se construyen 2 clases de enunciados de estado: enunciados conjuntivos y disyuntivos.Las funciones son las que actualizan a los sujetos y a los objetos. - Si la función se adosa al sujeto o al objeto mediante una disyunción – función de actualiza-ción.- Si se lleva a cabo mediante un nexo de la conjunción – función de realización.

Tipos de transformaciones.

Los enunciados de hacer aluden a las transformaciones que resultan de las acciones de los actantes y pueden ser de 2 tipos:

- Reflexivas: repercuten sobre el ser mismo del actante. Relación de conjunción, expresan una apropiación. Relación de disyunción expresan una renuncia.

- Transitivas: son producto de la acción del actante sobre otro sujeto u otro objeto. Las ac-ción tiene su resultado en otro. Relación de conjunción, expresa una atribución. Relación de disyunción, expresa un despojo.

Fases del programa narrativo

- Competencia – Performance – Manipulación – Sanción/reconocimiento.

Manipulación y sanción son las fases extremas del programa narrativo, sus límites. La competencia y la performance aparecen entre los otros dos.

Competencia: condición de ser de una determinada manera que le permite realizar al ac-tante determinadas acciones. (el ser que hace ser)

La competencia y la performance son las fases centrales del esquema narrativo,, en relación con el actante que es depositario de esa competencia que tiene a su cargo llevar a cabo de-terminadas acciones.Cuando la acción del actante recae sobre otro sujeto con el propósito de hacerle hacer algo, esa forma particular de performance se denomina Manipulación.Sensación/Reconocimiento: es la fase en donde se evalúa el nuevo estado producido y se sanciona la operación del sujeto.Si la performance es positiva, la sanción asume la forma de premio.Si el juicio sobre la acción es negativo, la sanción recibe la forma de castigo.

Las dimensiones de las fases.

- Dimensión pragmática: descripciones de los comportamientos.- Dimensión que corresponde a la fase de manipulación y sanción: corresponde al hacer cog-noscitivo y comprende 2 tipos de hacer: el hacer persuasivo y el hacer interpretativo. Esta di-mensión es jerárquicamente superior a la pragmática. La diferencia es que la pragmática no necesariamente requiere de la cognoscitiva, mientras que ésta presupone siempre aquella.

Las modalidades.

Modalidades: modo como quedan afectados el ser y las acciones de los actantes.Las modalidades afectan a las acciones que un actante ejecuta con respecto a otro, a las re-laciones que el sujeto puede entablar consigo mismo respecto de lo que es y respecto de lo que puede ser.

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Tanto el ser (competencia) del sujeto, como el hacer (performance) de éste se constituyen en las modalidades básicas con las que se “modelizan” las acciones de los actantes.La competencia podría definirse como “el ser que modeliza al hacer” y la performance como el “hacer que modeliza al ser”.

Estructuras modales:- Básicas: competencia y performance.- Traslativas: supone la presencia de un sujeto modalizador diferente del sujeto moraliza-

do y pueden dividirse en: Veridictorias: ser que moraliza al ser.Factitivas: hacer (de uno) que moraliza al hacer (de otro)

- Transitivas: las acciones del sujeto recaen sobre las cosas.

Ser y hacer terminan siendo dos modalidades básicas donde recaen 4 predicados modales: saber, querer, deber y poder.

Componente estructural.

El sentido se estructura y se expresa en la realización de un programa narrativo (PN) que despliega la performance de los actantes competentes.

- PN: es la unidad elemental de la sintaxis narrativa y el análisis del mismo consiste en describir su organización y despliegue.

Dentro de la narración hay un programa narrativo principal, llamado programa narrativo de base que se compone de otros programas narrativos relacionados entre si, dando lugar a un PN complejo. Estos PN complejos están sostenidos sobre PN que cumplen relaciones parcia-les, que dan como resultado la realización de un PN principal. A ese conjunto de PN parciales que componen el PN complejo, se los llama PN de uso y su principal característica es la de oficiar como realizaciones parciales necesarias para que se puedan cumplir otros PN más amplios, hasta llegar a la culminación del PN principal.

¿Cómo se manifiesta el sentido?La estructura discursiva.

Plano discursivo: donde se manifiestan los contenidos del relato, mediante la enunciación.Se observa la presencia de: Sintaxis discursiva - Semántica discursiva.

- Mediante la autorización toman cuerpo y entidad tanto los actores como los ámbitos temporales y espaciales en donde se inscribe el conjunto de secuencias que dan lugar a los programas narrativos.

- Dentro de la sintaxis discursiva se llevan a cabo los procedimientos de discursivización llamados embrague y desembrague.

- La semántica discursiva cuenta con 2 procedimientos: la tematización y la figurativiza-ción.

Lo que se hace en el discurso es componer distintas configuraciones discursivas. En cada configuración los actantes del plano narrativo se transforman en actores.Actor: figura con caracteres, modos de hacer y ser concretos.

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