jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de...

22
MODULO 3: Del desanclaje de las interacciones tradicionales a la confianza en el conocimiento especializado Ficha N° 3 – Seguridad y peligro, fiabilidad y riesgo. Modernidad, tiempo y espacio. Contenido 1. Fiabilidad y confianza.......................................1 2. Fiabilidad en la modernidad..................................5 2.1 Fiabilidad interpersonal.................................5 2.2 Fiabilidad de los sistemas abstractos....................6 3. Riesgo y peligro en la sociedad contemporánea................8 4. Modernidad, tiempo y espacio................................11 Bibliografía...................................................14 1. Fiabilidad y confianza El tipo de modernidad que Giddens, y su idea particular de sistema experto, están caracterizados y atravesados por un uso particular de la idea de fiabilidad y confianza no del todo coincidentes con las de otros contemporáneos. En el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo tiene respecto al sistema en el que vive. La expectativa de no ser decepcionado, y la necesidad de no considerar la decepción como algo probable, son las que rigen el mantenimiento de estas expectativas. La fiabilidad, en cambio, remite más a la consideración de las alternativas: “Según Luhmann, donde quiera que vaya implicada la fiabilidad, la persona, al optar por una acción, conscientemente tiene en cuenta las alternativas. Así, quien compra un coche de segunda mano en lugar de uno nuevo, se arriesga a adquirir una chatarra; pero para evitar esta incidencia la persona se fía del vendedor de turno o de la

Transcript of jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de...

Page 1: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

MODULO 3: Del desanclaje de las interacciones tradicionales a la confianza en el conocimiento especializado

Ficha N° 3 – Seguridad y peligro, fiabilidad y riesgo. Modernidad, tiempo y espacio.

Contenido 1. Fiabilidad y confianza..............................................................................................................1

2. Fiabilidad en la modernidad....................................................................................................5

2.1 Fiabilidad interpersonal......................................................................................................5

2.2 Fiabilidad de los sistemas abstractos..................................................................................6

3. Riesgo y peligro en la sociedad contemporánea.....................................................................8

4. Modernidad, tiempo y espacio.............................................................................................11

Bibliografía....................................................................................................................................14

1. Fiabilidad y confianza

El tipo de modernidad que Giddens, y su idea particular de sistema experto, están caracterizados y atravesados por un uso particular de la idea de fiabilidad y confianza no del todo coincidentes con las de otros contemporáneos.

En el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo tiene respecto al sistema en el que vive. La expectativa de no ser decepcionado, y la necesidad de no considerar la decepción como algo probable, son las que rigen el mantenimiento de estas expectativas. La fiabilidad, en cambio, remite más a la consideración de las alternativas:

“Según Luhmann, donde quiera que vaya implicada la fiabilidad, la persona, al optar por una acción, conscientemente tiene en cuenta las alternativas. Así, quien compra un coche de segunda mano en lugar de uno nuevo, se arriesga a adquirir una chatarra; pero para evitar esta incidencia la persona se fía del vendedor de turno o de la reputación de la agencia. Por tanto, un individuo que no considera las alternativas, entra en una situación de confianza, mientras que alguien que reconoce esas alternativas e intenta contrarrestar los consabidos riesgos, participa en una situación de fiabilidad” (Giddens 1993: 40).

En definitiva, la confianza remite para Luhmann a un consenso menos reflexivo respecto a las circunstancias que atañen a cualquier riesgo, pero la fiabilidad responde a un análisis más específico de los pros y contras de cada elección. Respecto de esta separación de términos, Giddens toma una postura más

Page 2: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

homogénea al sostener que, en realidad, la fiabilidad se transforma en algo continuo en la sociedad moderna. La gente, en general, no evalúa pros y contras de cada acción que toma cuando está bajo las reglas de cualquier sistema experto. Ahora bien, ¿qué características tiene la fiabilidad en la sociedad moderna a partir de su vínculo más general con la idea de confianza? (Giddens Ibidem: 42)

1- Antes que nada, la fiabilidad está relacionada con la ausencia en el tiempo y en el espacio en la medida en que no hay motivos para desconfiar de alguien cuyas actividades fuesen visibles y sus procesos mentales transparentes. Esto aplica tanto a una persona como a un sistema de cualquier tipo en funcionamiento.

2- La fiabilidad no está centrada en el riesgo, sino más bien en la contingencia. Implica que, más allá de circunstancias afectadas por el azar, se puede creer en la acción indefectible de aquel en quien confiamos. La fiabilidad, en algún sentido, neutraliza o minimiza los efectos de lo aleatorio.

3- De manera general, la confianza no es equiparable a la fé, ya que la fiabilidad última es concebida más bien el eslabón o el punto de unión entre la fé y la confianza.

4- Giddens separa claramente la idea de fiabilidad de las cuestiones morales. La fiabilidad no se conforma en base a la expectativa en las buenas intenciones de los demás.

5- La fiabilidad descansa, entonces, en la confianza en una persona o sistema, pero centrada en un conjunto específico de resultados. Esta confianza no excluye el afecto o la cercanía a una persona en particular, pero eso no es un requisito necesario para que la fiabilidad tenga efectos.

6- En la modernidad, la fiabilidad asume condiciones especiales que se sustentan en creencias no religiosas sino técnicas. Esta transformación hace que pierda sentido la noción de suerte o fortuna, y en lugar de ella surja la noción clave de “riesgo”, que se constituye como parte de un sistema integrado además por la determinación y la contingencia. La noción de azar surge al mismo momento que la idea de riesgo, y es interesante pensar, incluso, en la creación de la misma disciplina de la estadística como gestionadora de una idea de riesgo escindida de su matriz teológica1. Si las posibilidades de error en una estimación pueden ser calculadas, los riesgos de fallar, que pueden ser representados como una forma de error, también se pueden predecir.

7- Giddens diferencia entre riesgo y peligro atribuyéndole al riesgo la existencia general de algún peligro, pero no el conocimiento preciso del peligro mismo. El riesgo calculado implica una conciencia de las amenazas que afectan a algún curso de acción, pero también es posible asumir acciones que se suponen arriesgadas sin ser poder estimar en qué medida lo son.

1 Sin bien las civilizaciones antiguas utilizaron durante mucho tiempo métodos de recolección de datos asimilables a lo que hoy en día se conoce como estadística descriptiva, no es hasta mediados del siglo XVII, con la correspondencia entre Pascal y Pierre de Fermat (1654), que lo que se conoce como moderna teoría de la probabilidad, en la que se basa la estadística inferencial, empieza a tomar cuerpo.

Page 3: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

8- La relación entre fiabilidad y riesgo forma parte de un sistema intervinculado de expectativas. La fiabilidad sirve para reducir los peligros a que se supone nos expone cierta actividad. Si la fiabilidad decrece, la estimación del riesgo necesariamente aumenta. En muchas circunstancias, lo que denominamos “azar” y la habilidad personal son factores que cuentan al momento de estimar el riesgo en un ámbito específico (por ejemplo la bolsa de valores), pero normalmente el riesgo es conscientemente calculado. Lo que definimos como “riesgo aceptable” también se puede definir como “conocimiento inductivo débil”. Si la relación inversa entre riesgo y fiabilidad se instala en un punto en el que la fiabilidad es demasiado baja y la estimación de riesgo demasiado alta, la sustentabilidad de la confianza puede derrumbarse y afectar el funcionamiento del sistema.

Sobre esta cuestión sostiene Giddens:

“Así, viajar en avión podría parecer como una actividad intrínsecamente peligrosa dado que aparentemente desafía las leyes de gravedad, pero quienes se dedican al negocio del viaje aéreo contrarrestan esta opinión al mostrar estadísticamente lo bajos que son los índices de riesgo en el viaje aéreo si se comparan con el número de muertes de pasajeros en relación a los kilómetros recorridos.” (Giddens Ibidem: 44)

¿Puede la fiabilidad sufrir un golpe definitivo en un área tan sensible como el transporte aéreo? Dos observaciones en torno a este punto:1- Si la fiabilidad “forma sistema”, debemos contemplar la posibilidad de que,

en el caso del accidente aéreo ocurrido en Etiopía el 10 de Marzo de 2019 por ejemplo, la estimación de riesgo no aumente parejamente para todo el transporte aéreo de pasajeros, sino para la marca y modelo afectada en este caso, que es el avión Boeing 737 MAX. Volviendo a la idea del sistema experto, podemos pensar que no hay un único sistema experto con una confiabilidad homogénea, sino que existen subsistemas o subáreas con grados diferenciales de ella.

2- Si bien la fiabilidad puede decrecer, también es posible que se recupere en virtud del carácter dinámico ya señalado.

Page 4: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

Figura 1: Consecuencias del accidente del Boeing 737 MAX

9- La idea de seguridad no es para Giddens una cuestión individual, ya que existen los “ambientes de riesgo” que pueden afectar a un gran conjunto de individuos. Un desastre ecológico o una guerra nuclear representan a este tipo de riesgos.De ese modo, la seguridad se configura como un principio activo capaz de contrarrestar la incidencia de los peligros, no como la mera ausencia de peligros. Podríamos decir, en ese sentido, que la experiencia de la seguridad se conforma en base al equilibrio entre la fiabilidad y la noción de riesgo aceptable.

Page 5: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

2. Fiabilidad en la modernidad

Para Giddens, la modernidad implica, luego de un desanclaje, un reanclaje de las nociones carentes de tiempo y espacio local con las condiciones locales de tiempo y lugar. Esto implica la consideración de dos tipos distintos de interacciones de las personas con los sistemas expertos y señales simbólicas, por un lado, con compromisos de presencia, y por el otro, con compromisos anónimos.

2.1 Fiabilidad interpersonal

Los compromisos de presencia son relaciones de fiabilidad sostenidas por presencia mutua, como sucedía en los tiempos premodernos, pero los compromisos anónimos están centrados en la fé tanto en los sistemas expertos como en las señales simbólicas, los que genéricamente se denominan, en la terminología de Giddens, “Sistemas abstractos”.

En definitiva, ambos tipos de compromisos, los presenciales y los anónimos, se entrelazan en el periodo de “reanclaje” de la acción humana. Sin embargo, el significado de “extraño” no es el mismo en una sociedad moderna que en una premoderna. (Giddens Ibidem: 81).En el pasado, un extraño lo era en función de una condición de extranjero que se cumplía de manera absoluta, reduciendo los márgenes de fiabilidad. En la modernidad, interactuamos regularmente con extraños a quienes no conocemos, pero la fiabilidad en su conducta obedece a factores que exceden la relación interpersonal.

Es aquí en donde el modo en que interactuamos, como usuarios o clientes, con un sistema experto, cobra una importancia central que no depende de relaciones personales previas.

La forma en que por ejemplo nos desempeñamos en un encuentro callejero con alguien que no conocemos, lejos de ser trivial, se transforma en eje de un análisis revelador. La desatención en el otro no es, para Giddens, señal de desinterés o indiferencia, sino lo que se puede denominar “distanciamiento cortés”. Durante un lapso determinado, en el cual una persona escruta a la otra, no se plantea ni se niega una interacción potencial. Este momento de reconocimiento mutuo, justamente, es el momento en el cual la fiabilidad abstracta entra en juego y se personaliza repentinamente.

La presunción de fiabilidad se mantiene por la desatención cortés . Más específicamente, es interesante considerar que esta actitud puede quebrarse por deficiencia o exceso. Si el distanciamiento de la mirada es demasiado elevado, se puede producir una colisión física desagradable, pero si es demasiado bajo y una de las personas fija la atención desmesuradamente en otra, la actitud puede ser vista como una clara amenaza. De hecho, prestar demasiada atención a lo que otra persona hace siendo desconocidos puede ser interpretado como una acción ampliamente hostil en distintos contextos.

Page 6: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

Es interesante pensar en cómo se reestablece la fiabilidad si un extraño captura nuestra atención, por ejemplo, en una situación callejera. El único modo posible en que aceptemos su irrupción es si lo podemos incluir en un rol o categoría previamente conocida, como la de vendedor ambulante o promotor de un local comercial. Si no es en esos términos claramente identificables, cualquier irrupción puede ser amenazante.

En general, en contextos hostiles donde la fiabilidad no está garantizada, las personas tratan de no establecer contacto visual con quienes la rodean.

Sin embargo, la lógica de la desatención cortés no tiene nada que ver con la de los encuentros, que son otras de las formas de contacto básicas. Desde la desatención hasta que el encuentro se hace posible, una serie de posibilidades adversas amenazan a los involucrados. La categoría de las personas que participan en los encuentros determina, en parte, la manera en que la fiabilidad, el tacto y el poder van a expresarse en la interacción, generando posibilidades de relativo éxito o fracaso que tienen una base no personal.

Los rituales de cortesía, en los términos en los que el antropólogo Erving Goffman los entiende, son mecanismos protectores de la imagen de quienes interactúan. Ante la ausencia de instrucciones específicas respecto al modo de actuar, conviene mantenerlos. Solo el diferencial de poder o la extrema camaradería entre los interactuantes puede contravenir o tergiversar las normas de tacto social involucradas2.

2.2 Fiabilidad de los sistemas abstractos

Giddens reserva, para la interacción con los sistemas expertos y las señales simbólicas, el uso de la noción de credibilidad, y la subdivide en dos tipos específicos:

-Credibilidad entre personas que se conocen: sustentada en una amistad de una duración más o menos extendida.

-Credibilidad con personas desconocidas: en estos casos, estas personas desempeñan el papel de actores en determinados roles clasificables como “puntos de acceso” a los sistemas abstractos. No existe en este caso el conocimiento previo, sino que lo que importa es el papel institucional que esas personas cumplen.

La credibilidad en los sistemas expertos, clave en la vida de las instituciones modernas, permite entender la relación entre los usuarios y cada uno de estos sistemas expertos como una cuestión de cálculo de beneficio y riesgo que deviene del conocimiento del sistema sobre sí mismo a partir de la reflexividad, que es otra condición específica que se cumple en la modernidad. Para Giddens, en la etapa premoderna la gente podía hacer oídos sordos a los pronunciamientos de sacerdotes y sabios, y esto no generaba ningún efecto en su vida cotidiana. En la modernidad, en cambio, el conocimiento de los sistemas expertos sobre si mismos alcanza una gran tasa de difusión en la

2 Conviene tener presente, sin embargo, que la ruptura de las convenciones de cortesía es bastante distinta en ambos casos. Ante el diferencial de poder, la convención se rompe de manera “descendente”. Quien más poder tiene rompe la norma de cortesía unilateralmente, condición que no puede ser imitada por quien está desposeído de ese atributo. En el caso de la extrema camaradería, la ruptura de la cortesía puede ser bilateral.

Page 7: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

población y ningún usuario puede permanecer indiferente frente a las consecuencias de este proceso.

Algo que señala Giddens, y con lo cual coincido bastante, es que, a pesar de que los compromisos presenciales con los sistemas expertos están marcados por el denominador común de la credibilidad abstracta, el factor de la credibilidad personal sigue siendo un elemento relevante en la mantención de la fiabilidad.Ahora bien, como los contactos se establecen con personas de carne y hueso, no solo es necesario creer abstractamente en la fiabilidad del sistema con el que interactuamos, sino que también necesitamos creer que las personas con las que tenemos contacto representan adecuadamente esos valores. No solo en las situaciones límite este requisito es necesario (las actitudes de calma en coyunturas de catástrofe o peligro inminente son un aspecto central a considerar), sino que en las interacciones que podemos considerar “regulares” con los sistemas expertos, en los momentos de presentación de nuestra situación, consulta, planteo de dudas etc, el experto debe presentarse como tal y hasta su vestimenta y etiqueta deben reforzar este rol. Poca credibilidad nos brindaría un profesional de la medicina, por ejemplo, en un estado inconveniente de asepsia y limpieza, aunque no demandaríamos este requisito de limpieza absoluta de parte de quien trabaja en un taller de reparación de automóviles. Es más, es probable que si la segunda persona se presentase con el aspecto de un médico, su fiabilidad técnica disminuya ante nosotros.

En los llamados puntos de acceso que vinculan a las personas y los sistemas expertos, otro rasgo necesario para resguardar la fiabilidad que requiere la labor del especialista es la distinción entre la actuación “en el escenario” y “entre bastidores”. Los expertos se sienten en general más seguros, y sienten que generan más confiabilidad, si no exponen de modo sistemático y claro las posibilidades de error que afectan el desempeño potencial de sus funciones. La distinción entre lo que se muestra y se oculta resulta clave, por lo tanto, al momento de reducir el impacto de los conocimientos imperfectos y la falibilidad personal.

Figura 2: Espacios de encuentro entre usuarios y sistemas expertos

Page 8: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

Otros aspectos complementan la visión de Giddens sobre la fiabilidad, pero se deducen de lo dicho anteriormente:

La suposición de competencia técnica, transformada en expectativa de fiabilidad, puede sufrir fuertes vaivenes en su status debido a experiencias negativas en los puntos de acceso.

Otro aspecto central de la fiabilidad es la seguridad ontológica, que tiene un alcance mucho más global y existencial que la confianza en un sistema experto en particular.

Si bien es claro que el período conceptualizado por Giddens como “modernidad” es demasiado amplio como para concebirlo de manera homogénea, no resulta del todo obvia la manera en que los llamados “espacios de encuentro” o “puntos de acceso” han ido evolucionando en la actualidad.Según Honorio Velasco, han incorporado rasgos de una aparente y progresiva personalización:

“En las sociedades actuales, sin embargo, se ha producido un cambio de signos y los puntos de acceso se han hecho más abiertos. La situación de encuentro se aproxima a la personalización. Además los puntos de acceso, como muestran los “mostradores” de las compañías aéreas, la oficina de información o la sucursal bancaria o los despachos del ayuntamiento, han asumido el papel de representación de las entidades abstractas, ya no como una actividad menor sino como si sus acciones activaran mensajes publicitarios.” (Velasco 2010: 6)

En estas circunstancias, factores como el creciente feedback propiciado por las empresas e instituciones, la mayor exhibición de la compleja operatoria tecnológica que genera el dato ofrecido al usuario, han producido, para Velasco, una reformulación de la manera en que cada usuario interactúa en el escenario específico de los puntos de encuentro más que en sus espacios internos ajenos a la mirada del profano. La dinámica ha sido, según esta visión, la fachada de una exteriorización personalizada hacia el cliente, más allá de que, tras bambalinas, la gestión sigue siendo ocultada en el mismo modo en que antes lo era.

3. Riesgo y peligro en la sociedad contemporánea

A pesar de que la idea de fiabilidad en los sistemas expertos, y todos sus correlatos, reconocen un ámbito de aplicación que podemos denominar “individual”, también afectan de un modo evidente las políticas públicas y las acciones y percepciones sociales. No está de más insistir en que los señalamientos de Giddens pueden tener una pertinencia general para describir un modo ser de la modernidad, pero no dan

Page 9: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

cuenta de momentos y etapas de desarrollo mucho más específicas dentro de un lapso tan amplio como 200 años.

En este contexto, una muestra interesante y modélica de la historicidad de estas ideas en una sociedad y un país concreto lo constituye el volumen “Governing Risks in Modern Britain: Danger, Safety and Accidents, c.1800–2000” que tiene como compiladores y autores a Tom Crook (Profesor de Historia Británica Moderna en Oxford Brookes University) y Mike Esbester (Profesor de Historia en University of Portsmouth).

El volumen historiza un fenómeno que ya conocemos en nuestra época, en el que todo, desde el terrorismo hasta el consumo de carne roja, ha sido identificado como una amenaza para sí mismo o para la sociedad. Uno de los principales aportes es demostrar cómo la gobernanza o gobernabilidad no solo incluye actos de personas respecto de otras personas, sino que también implica un conjunto de tecnologías, objetos, máquinas, sustancias e infraestructuras.

La "sociedad del riesgo", del sociólogo alemán Ulrich Beck, es el texto contra el cual se reacciona en gran parte de esta obra, destacando importantes continuidades y puntos en común, a nivel histórico, que la postura de este autor no pone en primer plano.

¿Qué plantea Ulrich Beck? Básicamente que:

Podemos distinguir algunas características destacadas de la sociedad del riesgo:

1. Los riesgos producen daños sistemáticos y casi siempre irreversibles.2. El reparto e incremento de los riesgos sigue un proceso de desigualdad social y

no se distribuye uniformemente por la sociedad.3. El riesgo genera un negocio con doble causa; por un lado riesgo y por el otro

oportunidades de mercado.4. Hay un vacío político e institucional en la regulación de estos procesos. Si los

estados nacionales no se hacen cargo, los movimientos sociales se conforman como la nueva legitimación.

5. Las fuentes que daban significado colectivo a los ciudadanos están en proceso de "desencantamiento". Esto está muy en línea con las ideas posmodernas en general, aunque Beck no acuerde con ellas.

6. En las nuevas sociedades recae en el individuo un proceso de "individualización" a través de una desvinculación de las formas tradicionales de la sociedad industrial y una re-vinculación con otro tipo de modernización. Esta idea es equivalente a la de desanclaje y reanclaje de Giddens, pero aplicada dentro del espacio de la modernidad.

7. Las fuentes colectivas que dan significado a la sociedad se agotan y el individuo, busca de forma independiente, una identidad en la nueva sociedad. Una curiosa inversión hegeliana de la determinación marxista tiene lugar en este marco teórico: "En situaciones de clase el ser determina la conciencia, mientras que en situaciones de riesgo es al revés, la conciencia determina el ser".

8. Se plantea de algún modo un retorno de la incertidumbre; el riesgo emerge como un reconocimiento de lo impredecible y de las amenazas de la sociedad

Page 10: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

industrial. En la sociedad reflexiva, que es la que describe Giddens, la sociedad se convierte en un problema para sí misma.

Como lineamientos de análisis a destacar de “Governing Risks”, priorizamos los siguientes:

1) Francis Dodsworth, por ejemplo, en su estudio sobre prevención del delito, acepta que la vigilancia se alejó de los modelos de aplicación de la ley estilo "lucha contra el crimen" característicos del siglo XIX, hacia la prevención de daños a través de la "vigilancia, prevención y la anticipación" propios del siglo XX (p. 34). Su argumento, sin embargo, es que, en contra de lo que sostenía Beck, esto fue un producto menos de la modernidad en sí misma que del crecimiento de la industria de seguros, el pánico social por la delincuencia y la rápida urbanización.

2) Ryan Vieira analiza informes de prensa centrados en accidentes ocurridos a principios del siglo XIX y sugiere que estos informes eran, sobre todo, un medio para manejar las ansiedades producidas por la modernidad tecnológica.

3) En su estudio de los materiales sintéticos, Chris Otter reafirma la importancia de lo local sobre lo global, en una posición que también es una crítica adicional de Beck, mientras que al mismo tiempo subraya el impacto material de las nuevas tecnologías en los cuerpos, aquellos cuerpos que ahora son quemados, sacudidos, envenenados, aplastados y asfixiados con mayor regularidad que en el pasado. Los desarrollos tecnológicos crearon nuevas y más peligrosas relaciones entre actores humanos y no humanos, un punto que es desarrollado en dos capítulos adicionales de Tom Crook y Rebecca Whyte.

4) Tom Crook llama la atención sobre el crecimiento del "gas de alcantarillado" de las tuberías interiores, tal como se acumuló en las cavidades de las casas victorianas durante la última mitad del siglo XIX. La ironía o la paradoja de esto, como explica Crook, es que el problema del gas de alcantarillado surgió a medida que las clases medias instalaron sistemas de plomería más complejos de agua en lugar de pozos interiores, lo cual creó un nuevo riesgo en la misma medida en que se afrontó uno antiguo.

5) Rebecca Whyte desarrolla un punto similar con respecto a los desinfectantes químicos, mostrando cómo el ácido carbólico, en la medida en que fue considerado de inmediato como un desinfectante doméstico efectivo, generó también un problema de salud en la década de 1890, ya que su disponibilidad se terminó relacionando directamente con un aumento de los suicidios.

6) Timothy Cooper, adoptando un enfoque marxista respecto al tiempo y las políticas ambientales, y privilegiando las palabras habladas de los actores en lugar de las fuentes de archivo, sugiere que los riesgos ambientales desestabilizan los ritmos naturales y cíclicos de la vida, y que un enfoque temporal en el riesgo puede mostrar cómo el tiempo une a los actores a través de la memoria, la repetición y la resistencia.

7) Bill Luckin destaca la inutilidad de la ley para proteger a los peatones de la conducción bajo los efectos del alcohol, y explora las dificultades de los médicos y la policía para identificar correctamente el punto en el que un conductor se encuentra demasiado ebrio para conducir.

Page 11: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

8) Chris Williams, en un estudio de accidentes de tráfico en el siglo XX, señala cómo la policía, mediante la recopilación de estadísticas y compilación de ‘Mapas de causalidad’, pudo posicionarse como experta en la prevención de colisiones de tráfico y a partir de este rol, ganar un papel único en la planificación de la ciudad y el diseño de carreteras.

9) Glen O’Hara documenta el papel de los funcionarios de políticas y otros actores en los debates sobre los riesgos, especialmente respecto del ahogamiento, de la natación en general y de otras actividades de ocio acuáticas. Aquí, sin embargo, su exigencia es menor en el desarrollo de experiencia profesional que en la difusión, y la consolidación eventual de asesoramiento ofrecido a nadadores, amantes de la playa y padres respecto de los riesgos que generan las actividades del juego cerca del agua.

10) Christopher Sirrs aborda las diversas respuestas de los ministros y el trabajo organizado a la Comité de Robens, que en 1972 recomendó el establecimiento de la Ley de Seguridad y Salud.

11) Paul Almond y Mike Esbester subrayan la variedad de actores involucrados en la legislación de salud y seguridad posterior a 1970, que los autores conectan al panorama cambiante del empleo, así como al crecimiento del neoliberalismo.

12) El capítulo final, co-escrito por Crook y Esbester con Arwen P. Mohun y Thomas Le Roux, atestiguan el potencial continuo del estudio de riesgo. Los autores apuntan a dos áreas en crecimiento, como son las comparaciones nacionales, el papel del estado y su posible imbricación mutua. Este desarrollo ha servido para involucrarse más profundamente con cuestiones conceptuales o teóricas y para que, según la visión de Cooper, en el futuro los historiadores puedan desarrollar un tema que hasta ahora ha permanecido en gran medida ignorado.

Del planteo original de Giddens y las inquietudes de Beck, quedan planteadas aquí conclusiones que atañen a varios puntos críticos:

Las políticas públicas respecto del riesgo, que son un componente central de los sistemas expertos contemporáneos, admiten un gran abanico de posibilidades que tiene consecuencias nada triviales respecto de los efectos producidos. La idea genérica de prevención del delito puede asumir formas más autoritarias y punitivas o más focalizadas en una gestión reflexiva de los riesgos, pero no es fácil crear una cultura de prevención del riesgo que tenga bases racionales y que desplace completamente a las visiones más tradicionales del peligro.

Las acciones privadas de reducción del riesgo pueden tener efectos positivos al corto plazo, pero pueden crear peligros equivalentes o superiores que actúen a futuro. La gestión del gas de alcantarillado y los desinfectantes en Londres son una demostración de que la solución a viejos problemas puede acarrear nuevos inconvenientes similares o peores a los anteriores3.

3 El problema del alcantarillado y los hedores públicos fueron críticos en Londres hasta que no se emprendió una solución definitiva que dependió de un sistema experto en todo su esplendor. Joseph Bazalgette, ingeniero jefe del flamante “Metropolitan Board of Works”, fue el encargado de diseñar una red de alcantarillado de 133 kilómetros de alcantarillas principales y 1770 kilómetros de cloacas más pequeñas, procesando las deposiciones humanas que antes se vertían en 200.000 fosas sépticas ( https://www.yorokobu.es/maravillas-de-la-ingenieria-el-sistema-que-rescato-a-londres-de-sus-excrementos/

Page 12: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

Existe una temporalidad y una memoria inherentes al riesgo y al recuerdo individual y comunitario que de él se tiene. Los riesgos se viven con, y son recordados por individuos y comunidades, incluso cuando son invisibles o olvidados por el estado. Los recuerdos de riesgo perturban la normalidad, atormentándola con el recuerdo de que lo normal es la consecuencia de una catástrofe.

Los sistemas expertos no son pasivos frente al cambio tecnológico y la evolución del conocimiento. La recopilación masiva de estadísticas, y la confección de “mapas de causalidad” presentables en formato interactivo, por ejemplo, generan herramientas de gestión del riesgo de antes inexistentes. La policía, además de ser una institución preparada para la acción, incorpora aspectos de esta reflexividad atribuida por Giddens a las instituciones típicas de la modernidad.

4. Modernidad, tiempo y espacio

La relación entre tiempo y espacio, según Giddens, sufre en la modernidad una transformación radical. En el mundo premoderno, la estimación del tiempo, representada por la invención del calendario, fue un rasgo tan característico como la invención de la escritura, pero ese tiempo no estaba considerado de manera separada de los componentes socio-espaciales. El “cuando” estaba conectado al “donde”, y ligado necesariamente a acontecimientos naturales.

La creación del reloj mecánico y su difusión entre todos los miembros de la sociedad (más o menos hacia fines del siglo XVIII), fue un hito en la separación del tiempo y el espacio. El reloj empezó a establecer una dimensión fija del tiempo, independiente del espacio e incluso subdividible en zonas temporales, como la jornada laboral.

La homologación internacional de los calendarios es un aspecto de este proceso, de modo comparable a la homogeneización del tiempo a través de distintas regiones dentro de un mismo país.

Giddens llama a este proceso “vaciado temporal”, y lo considera, a su vez, como la precondición para el “vaciado espacial”, ya que la coordinación a través de espacios de tiempo diferenciados es el fundamento del control del espacio.

A su vez, es importante aquí diferenciar el espacio del lugar. En las sociedades premodernas, casi siempre coinciden el lugar y el espacio, puesto que las actividades están caracterizadas por la localización específica. Con el advenimiento de la modernidad, progresivamente se van separando el espacio del lugar, al fomentarse las relaciones establecidas entre los “ausentes”, que están ubicados de manera separada de cualquier interacción cara a cara.

La forma visible de lo local es, en este contexto, solo la apariencia “fantasmagórica” o encubridora de un fenómeno mucho más amplio que opera con nexos espacialmente remotos.

¿Cómo se puede pensar, por ejemplo, la espacialidad de las tareas que se distribuyen por internet entre un conjunto de investigadores pertenecientes a una red de trabajo?

Page 13: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

La universidad no es la sede de estos procesos, y tampoco lo es la casa de cada investigador. Ni siquiera lo es el espacio en el que se pueden reunir presencialmente para coordinar el trabajo. La comunicación remota de bajo costo (Skype, Hangout o similares) y el funcionamiento de internet profundizan dramáticamente la deslocalización de muchos procesos de trabajo elementales. En ese proceso deslocalizador, sigue teniendo preeminencia, sin embargo, la regla temporal. Más allá de los espacios separados incluso por miles de kilómetros, existe la posibilidad de acordar que determinada tarea será terminada, por ejemplo, a las 17 horas de Argentina, que son las 15 de Colombia. La apelación a un tiempo común es posible porque existen reglas de conversión de un tiempo local a otro, apelando a un tiempo universal y aplicando un factor fijo de conversión para cada zona.

Figura 3: Delimitación de una Zona Horaria uniforme para Colombia en base a un factor de conversión que en este caso es UTC -5 (http://www.horamundial.com/paises.php)

En el caso del espacio, la separación entre espacio y lugar no está relacionada con la aparición de métodos uniformes de medición, ya que las formas de medirlo uniformemente siempre fueron más sencillas que las aplicables al tiempo.

Dos procesos hicieron posible tempranamente, en términos históricos, la aparición de la homogeneidad en la medición del espacio:

1) La representación del espacio sin centrarse en un lugar privilegiado (planisferio o globo terráqueo)

2) La reemplazabilidad de diferentes unidades espaciales entre si (millas, kilómetros, etc.)

Aunque resulte curioso, el primer factor de estandarización señalado por Giddens no resulta aplicable, sin embargo, a cualquier proyección aún aplicando técnicas modernas y uniformes de mapeo.

Como se ve en la Figura 4, es posible crear una proyección de azimut equidistante en la cual las distancias medidas desde el centro del mapa son todas verdaderas.

Si se dibuja un círculo desde el centro de la proyección, todos los puntos son equidistantes respecto del centro de dicho círculo, que en este caso es la ciudad de

Page 14: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

Buenos Aires. Aunque este principio de uniformidad es respetado, las zonas más alejadas del centro de la proyección y ubicadas en el borde de la misma, como en este caso China y Mongolia, muestran una superficie descomunalmente grande en relación a los espacios de la zona central. Esto apunta a una conclusión no tan obvia; no existe una forma correcta de representar la geografía del planeta sin priorizar unos espacios a expensas de otros4.

Figura 4: Proyección central equidistante del mundo con centro en Buenos Aires

¿Qué consecuencias tiene esta separación del tiempo y el espacio, la concepción de que existe un tiempo universal y abstracto, “desespacializado”, y un espacio general y uniforme, comparable y medible?

La separación del tiempo y el espacio permite el desanclaje, que comentamos en la Ficha 2, y permite insertar estas dimensiones en un dispositivo “vacío” y uniforme, con la posibilidad de reconstituirlos en relación a la actividad social. EL despliegue de una temporalidad uniforme “desconecta” las referencias a acontecimientos específicos de la vida de las personas (nacimientos, muertes, hechos sociales específicos), y los remite a una condición impersonal que puede usarse para ordenar los comportamientos cíclicos o repetitivos. De manera análoga,

4 La página https://geogragift.com/cartografia-y-distorsion-geopolitica explora bastante bien los sesgos inherentes a las distintas representaciones del espacio, desde la archiconocida de Mercator, creada en 1959 y que privilegia las zonas geopolíticamente más favorecidas del mundo, hasta de Winkel Tripel, bastante más equilibrada, o la Dimaxion, bien novedosa y justa en los tamaños, pero incapaz de generar una representación proporcionada de las distancias entre lugares.

Page 15: jorgemiceli.files.wordpress.com · Web viewEn el caso de Niklas Luhmann, por ejemplo, su idea de confianza se sitúa más en el plano de las expectativas de estabilidad que un individuo

el espacio homogéneamente concebido permite “despegar” las referencias a lugares de la significación individual que ellos tienen para las personas. Por ejemplo, la distancia que separa en kilómetros a dos ciudades muy importantes para la vida de una persona es la misma que se puede registrar entre dos locaciones sin importancia emocional alguna. Esto es lo que permite organizar los horarios del transporte o de cualquier actividad de manera impersonal.

La organización racionalizada de las actividades, su inserción en un calendario común no sensible a hábitos locales, es para Giddens la clave para la organización a distancia de la acción humana. Junto a la historicidad radical propia de la modernidad, construida alrededor de ese tiempo uniforme, estos rasgos configuran una reapropiación del pasado unificado, concebido a imagen y semejanza de una historia estandarizada.

Si bien este es el “relato” planteado por Giddens del espacio-tiempo moderno, no se pueden perder de vista fuertes objeciones a estas asunciones si son consideradas literalmente:

1) Como ha demostrado abundantemente toda la corriente vinculada a los mapas cognitivos, el desanclaje de los espacios con significado emocional nunca es absoluto, y le gente no trata del mismo modo, ni en su intelecto ni en la acción, a los espacios con diferente significado histórico y biográfico.

2) Aún las referencias espaciales más simples, como la distancia entre dos lugares expresada en kilómetros, no resultan válidas en cualquier contexto como estimación de distancia. En una geografía de montaña, sobre todo, el tiempo que nos lleva recorrer el espacio no es linealmente dependiente de la separación física, sino que está ligado al grado de sinuosidad del espacio local.

Referencias bibliográficas

Bonilla Loyo, Elizabeth (2011). ANTHONY GIDDENS: CONSECUENCIAS DE LA MODERNIDAD. Una interpretación de las transformaciones Asociadas a la Modernidad. Libros Básicos en la Historia del Campo Iberoamericano de Estudios en Comunicación - NÚMERO 75 FEBRERO - ABRIL 2011.

Crook, T., y Esbester, M. O. (Eds.) (2016). Governing risks in modern Britain: danger, safety and accidents, c. 1800–2000. Palgrave: Macmillan.

Giddens, A. (1993). Consecuencias de la modernidad. 1a. edición en Alianza Universidad: Madrid. (SECCION I)

Velasco, H. (2010). Puntos de acceso. Anthropos . Nº 227, pp. 54-6.