No hay sustituto para la obediencia(Mateo 7.21—8.1)
La Biblia enseña que somos salvos por gracia(Efesios 2.8, 9).
Al mismo tiempo, enseña que la gracia de Dios llega solamente a los que le obedecen.
Jesús dijo que «el que rehúsa creer1 en el Hijo no verá la
vida, sino que la ira de Dios está sobre él» (Juan 3.36b)
Expresamos nuestra fe mediante la obediencia ( Santiago 2.14–26) y expresamos nuestro amor mediante la
obediencia (vea Juan 14.15).
La persona sabia es la que oye y hace lo que dice Jesús (Mateo 7.24).
las Palabras no son sustituto(7.21–23)
«No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino
de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que
está en los cielos» (verso 21)
¿Cómo pasamos por esa puerta y entramos al reino? Entramos al reino de los cielos haciendo
la voluntad del Dios que está en los cielos.
Sin embargo, a medida que el sermón llegaba a su fin, Jesús centró Su atención en el Día del
Juicio ( 22, 23).
La palabra que se traduce como «Señor» ( kurios) se utiliza aquí como una designación divina.
el llamar a Jesús «Señor» jamás puede ocupar el lugar de una entrega sincera a Jesús como
Señor.
Los demonios reconocían a Jesús como «el Santo de
Dios» (Marcos 1.24; vea Santiago 2.19), sin embargo, después de haber hecho tal confesión, seguían siendo
demonios.«¿Por qué me llamáis,
Señor, Señor, y no hacéis
lo que yo digo?» (Lucas 6.46).
«la obediencia, en la medida de nuestras posibilidades, en medio de la debilidad de la carne y acompañada por el
cumplimiento diario de las condiciones del perdón de nuestros pecados diarios. Hechos 8:22 Arrepiéntete, pues,
de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizás te sea
perdonado el pensamiento de tu corazón;
Mateo 7:22-23 Muchos me dirán en aquel día: Señor,
Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre
echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos
milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí;
apartaos de mí, hacedores de maldad.
Jesús dijo: «Muchos me dirán en aquel día» (énfasis
añadido). «Muchos» están en el camino espacioso a la
perdición (Mateo 7.13); trágicamente, la mayoría no
se da cuenta de que así es.
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán
reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de
los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá
las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda
(Mateo 25.31–33).
Sus oyentes estaban decidiendo si lo aceptaban a Él y a Su enseñanza, sin embargo, en «aquel día», Él decidirá si
los acepta a ellos. Jesús continuó diciendo:Judas, Balaam
«las personas pueden vivir engañadas, morir engañadas y venir engañadas delante de Dios en el juicio».
«Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, […] ayuno dos
veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano»
(Lucas 18.11, 12).
«Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad» (vers.º 23).
Jesús luego dijo estas desgarradoras palabras: «apartaos
de mí, hacedores de maldad». En el Día del Juicio, Jesús dirá a los de Su izquierda: «Apartaos de mí, malditos, al
fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles»
(Mateo 25.41). Luego, «… irán éstos al castigo eterno»,
«excluidos de la presencia del Señor y de la gloria
llamarle «Señor» a Jesús es inútil cuando la confesión no es respaldada con un compromiso a hacer Su voluntad. Tanto los labios como la vida
tienen que estar dedicados a Él.
El Oír no es un sustituto(7.24–27)
Jesús se refirió a los que obedecen Sus palabras y a los que no las obedecen.
Dijo que los primeros permanecerán de pie
cuando las tormentas del tiempo y la eternidad
golpeen, mientras que los otros serán destruidos.
Oír la Palabra de Dios es importante.
«Oye, Israel» (Deuteronomio 6.4).
«El que tiene oídos para oír, oiga» (Mateo 11.15)
«Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de
Dios» (Romanos 10.17).
El constructor prudente (versos 24, 25)Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le
compararé a un hombre prudente, que edificó su casa
sobre la roca» (Mateo 7.24).
El constructor insensato (vers.os 26, 27)
«Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las
hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó
su casa sobre la arena»
1 Pedro 2:8: “Piedra de tropiezo, y ROCA que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a
lo cual fueron también destinados”
En la ilustración de Jesús, la única diferencia entre las dos casas es el fundamento.
Su interés no era la construcción de viviendas,
sino la construcción de vidas.
«No hay nada peor que oír y no hacer; el oír solamente agrava la culpa; entre más sepa el oyente de su deber,
más culpable es si no obedece»28 (Santiago 4.17 y
al que sabe hacer lo bueno, y
no lo hace, le es pecado)
«En ninguna de las lenguas existe un discurso que se pueda comparar con este sermón en pureza, verdad,
belleza y dignidad
«Y cuando terminó Jesús estas palabras30, la gente se
admiraba de su doctrina» (Mateo 7.28).
«… porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y
no como los escribas» (7.29).
La gente estaba admirada y asombrada de Su doctrina. ¿Se ha sorprendido y asombrado usted?
Cuando le oyeron enseñar, las multitudes lo seguían. ¿Y usted? Después de haber estudiado Su gran sermón,
¿está usted dispuesto a seguirle? ¿Está listo para comprometerse a hacer Su voluntad?
Solamente los que le obedecen serán bendecidos. Solamente los que escuchan Sus palabras y las hacen
podrán