Introducción a la filosofía 3

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INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA 3 Dr. Javier Aldama La Filosofía Moderna (el tema del conocimiento) Francis Bacon Rene Descartes John Locke George Berkeley David Hume Immanuel Kant

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INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFÍA 3Dr. Javier Aldama

La Filosofía Moderna (el tema del conocimiento):Francis Bacon

Rene DescartesJohn Locke

George BerkeleyDavid Hume

Immanuel Kant

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Francis Bacon (1561- 1626, Inglaterra)

Barón de Verulam

El Novum organum (1620) se presenta en principio comouna crítica a la dialéctica aristotélica que pretendeimpedir que la inteligencia quede abandonada asímisma, lo cual supone una regulación: el uso deinstrumentos.Si se quiere ir más allá de la dialéctica (que sirve paravencer al adversario, mas no a la Naturaleza), serequiere un nuevo método diferente al de la Anticipaciónde la inteligencia, y este es la Interpretación de lanaturaleza.

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(Libro primero)

(1)El hombre, servidor e interprete de la naturaleza,ni obra ni comprende más que en proporción de susdescubrimientos experimentales y racionales sobrelas leyes de esta naturaleza; fuera de ahí, nada sabeni nada puede.

(2)Ni la mano sola ni el espíritu abandonado a símismo tienen gran potencia; para realizar la obrase requieren instrumentos y auxilios que tannecesarios son a la inteligencia como a la mano (…)

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(8) Hasta aquí todos nuestros descubrimientos sedeben más bien a la casualidad y a las enseñanzasde la práctica que a las ciencias; pues las cienciasque hoy poseemos no son otra cosa que ciertoarreglo de descubrimientos realizados. Las cienciashoy no nos enseñan ni a hacer nuevas conquistas nia extender nuestra industria.

(11) De la propia suerte que las ciencias en su estadoactual no pueden servir para el progreso de laindustria, la lógica que hoy tenemos no puede servirpara el adelanto de la ciencia.

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(13) No se pide al silogismo los principios de laciencia; en vano se le pide las leyes intermedias,porque es incapaz de abarcar la naturaleza en susutilidad; liga el espíritu, pero no las cosas.

(14) El silogismo se compone de proposiciones, lasproposiciones de términos; los términos no tienenotro valor que el de las nociones. He aquí por qué silas nociones (y este es un punto fundamental), sonconfusas debidas a una abstracción precipitada, loque sobre ellas se edifica carece de solidez; notenemos, pues, confianza más que en una legítimainducción.

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19. Ni hay ni puede haber más que dos vías para lainvestigación y descubrimiento de la verdad: unaque partiendo de los hechos, se remonta en seguidaa los principios más generales, y en virtud de esosprincipios que adquieren una autoridadincontestable, juzga y establece las leyessecundarias (cuya vía es la que ahora se sigue), yotra, que de la experiencia y de los hechos deducelas leyes, elevándose progresivamente y sinsacudidas hasta los principios más generales quealcanza en último término. Esta es la verdadera vía;pero jamás se la ha puesto en práctica.

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25. Los principios hoy imperantes tienen origen en unaexperiencia superficial y vulgar, y en el reducidonúmero de hechos que por sí mismos se presentan ala vista; no tienen otra profundidad ni extensiónmás que de la experiencia; no siendo, pues deextrañar que carezcan de virtud creadora (…)

26. Para hacer comprender bien nuestro pensamiento,damos a estas nociones racionales que setransportan al estudio de la naturaleza, el nombrede Prenociones de la naturaleza (porque son modosde entender temerarios y prematuros), y a la cienciaque deriva de

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la experiencia por legítima vía, el nombre deInterpretaciones de la naturaleza.

28. (…) las prenociones subyugan nuestroasentimiento con más imperio que lasinterpretaciones, porque recogidas sobre unreducido número de hechos, y sobre aquellos quemás familiares nos son, hieren in continenti elespíritu y llenan la imaginación, mientras que lasinterpretaciones, recogidas aquí y allí sobre hechosmuy variados y diseminados, no puedenimpresionar súbitamente el espíritu, y debensucesivamente parecernos muy penosas y extrañasde recibir (…)

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38. Los ídolos y las nociones falsas que han invadidoya la humana inteligencia, echando en ella hondasraíces, ocupan la inteligencia de tal suerte, que laverdad solo puede encontrar a ella difícil acceso; yno solo esto: sino que, obtenido el acceso, esasfalsas nociones, concurrirán a la restauración de lasciencias, y suscitarán a dicha obra obstáculos mil, amenos que, prevenidos los hombres, se pongan enguardia contra ellos (…)

39. Hay cuatro especies de ídolos que llenan elespíritu humano. Para hacernos inteligibles, losdesignamos con los siguientes nombres: la primeraespecie de

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ídolos, es la de los de la tribu; la segunda, los ídolosde caverna; la tercera, los ídolos del foro; la cuarta,los ídolos del teatro.

41. Los ídolos de la tribu tienen su fundamento en lamisma naturaleza del hombre, y en la tribu o elgénero humano.Se afirma erroneamente que elsentido humano es la medida de las cosas; muy alcontrario, todas las percepciones, tanto de lossentidos como del espíritu, tiene más relación connosotros que con la naturaleza. El entendimientohumano es con respecto a las cosas, como un espejoinfiel, que, recibiendo sus rayos, mezcla su propianaturaleza a la de ellos, y de esta suerte los desvía ycorrompe.

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42. Los ídolos de la caverna tienen su fundamento en la naturaleza individual de cada uno; pues todo hombre independientemente de los errores comunes a todo el género humano, lleva en sí cierta caverna en que la luz de la naturaleza se quiebra y es corrompida, sea a causa de disposiciones naturales particulares de cada uno, sea en virtud de la educación y del comercio con los otros hombres, sea a consecuencia de las lecturas y de la autoridad de aquellos a quienes cada uno reverencia y admira, ya sea en razón de la diferencia de las impresiones, según que hiera un espíritu prevenido y agitado, o un espíritu apacible y tranquilo y en otras circunstancias; de suerte que el espíritu humano, tal como está dispuesto en cada uno de los hombres, es cosa en extremo variable (…9

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43. Existen también ídolos que provienen de la reunión yde la sociedad de los hombres, a los que designamoscon el nombre de ídolos del foro, para significar elcomercio y la comunidad de los hombres de que tienenorigen. Los hombres se comunican entre sí por ellenguaje; pero el sentido de las palabras se regula por elconcepto del vulgo. (…) las palabras hacen violencia alespíritu y lo turban todo, y los hombres se ven lanzadospor las palabras a controversias e imaginacionesinnumerables y vanas.

44. Hay, finalmente, ídolos introducidos en el espíritupor los diversos sistemas de los filósofos y los malosmétodos de demostración, llamémosles ídolos delteatro, porque cuantas filosofías hay hasta la fechainventadas o acreditadas, son, según nosotros, otras

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tantas piezas creadas y representadas cada una delas que contiene un mundo imaginario y teatral. Nohablamos solo de los sistemas actualmenteextendidos, y de las antiguas sectas de filosofía.45. El espíritu humano se siente inclinadonaturalmente a suponer en las cosas más orden ysemejanza del que en ella encuentra; y mientrasque la naturaleza está llena de excepciones y dediferencias, el espíritu ve por doquier armonía,acuerdo y similitud. De ahí la ficción de que todoslos cuerpos celestes describen al moverse círculosperfectos (…) De ahí la introducción del elementodel fuego y de su órbita, para completar la simetríacon los otros tres que descubre la experiencia. Deahí también la suposición

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de que son los elementos , siguiendo una escala deprogresión ascendente, diez veces más ligeros unosque otros (…)46. El espíritu humano, una vez que lo han reducidociertas ideas, ya sea por su encanto, ya por elimperio de la tradición y de la fe que se le presta, seve obligado a ceder a esas ideas poniéndose deacuerdo con ellas ; y aunque las pruebas quedesmienten esas ideas sean muy numerosas yconcluyentes, el espíritu o las olvida, o lasdesprecia, o por una distinción las aparta y rechaza,no sin grave daño; pero preciso le es conservarincólume toda autoridad de sus queridos prejuicios.Me agrada mucho la respuesta de aquel a quienensenándole colgados en la pared de un templo los

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los cuadros votivos de los que habían escapado delpeligro de naufragar, como se le apremiara adeclarar en presencia de tales testimonios sireconocía la providencia de los dioses, contestó:«Pero dónde se han pintado los que, a pesar de susoraciones, perecieron?» Así es como procede todasuperstición, astrología, interpretación de losensueños, adivinación, presagios; los hombres,maravillados de esas especies de quimeras, tomannota de las predicciones realizadas; pero de las otrasmás numerosas, en que el hecho no se no serealizan, prescinden por completo . Y aun cuando elespíritu no tuviere ni ligereza, ni debilidad, conservasiempre una

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Peligrosa propensión a ser más vivamenteimpresionado por un hecho positivo, que por unexperimento negativo, mientras que regularmentedebería prestar tanto crédito a uno como a otro, yque por lo contrario, es principalmente en laexperiencia negativa donde se encuentra elfundamento de los verdaderos principios.

47. Maravillase el espíritu humano sobre todo de loshechos que se le presentan juntos einstantáneamente, y que de ordinario está llena laimaginación; una tendencia cierta, peroimperceptible, le inclina a suponer y a creer quetodo lo demás se asemeja a aquellos hechos que leasedian; por naturaleza es

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poco afecto a abordar aquellos experimentosdesusados y que se apartan de las sendas trazadasen que los principios vienen a probarse como alfuego; es además poco hábil para tratarlos a menosque reglas de hierro, y una autoridad inexorable nole obliguen a ello.

48. El espíritu humano se escapa sin cesar y jamáspuede encontrar ni descanso ni límites; siemprebusca más allá, pero en vano. Por eso es por lo queno puede comprenderse que el mundo termine enalguna parte, e imaginar límites sin concebir algunacosa al otro lado. (…) al dirigirse a las causasdesciende hacia el hombre, al dirigirse a las causasfinales, causas que existen más en nuestras menteque en la realidad, y cuyo estudio ha corrompido derara manera la filosofía.

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49. El espíritu humano no recibe con sinceridad la luzde las cosas, sino que mezcla a ella su voluntad y suspasiones; así es como se hace una ciencia a sugusto, pues la verdad que más fácilmente admite elhombre, es la que desea. Rechaza las verdadesdifíciles de alcanzar, a causa de su impaciencia porllegar el resultado; los principios que le restringenporque ponen límites a su esperanzas, las más altasleyes de la naturaleza, porque contrarían sussupersticiones; la luz de la experiencia, por lasoberbia, arrogancia, porque no aparezca suinteligencia ocupándose en objetos despreciables yfugitivos; las ideas extraordinarias, porque hierenlas opiniones vulgares; en fin, innumerables ysecretas pasiones llegan

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Al espíritu por todas partes y corrompen al juicio.

50. Pero la fuente más grande de errores y dificultades para el espíritu humano se encuentra en la grosería, la imbecilidad y las aberraciones de los sentidos, que dan a las cosas que les llama la atención más importancia que a aquellas que no se la llaman inmediatamente, aunque las últimas la tengan en realidad mayor que las otras. . No va más allá el espíritu que el ojo, también la observación de lo que es invisible es completamente nula o poco menos (…) No advertimos tampoco en las cosas visibles los cambios insensibles de estado, que de ordinario llamamos alteraciones, y que son en efecto un transporte de las partes más tenues. Y sin embargo,

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si no se conoce y saca a luz esas operaciones y esoscambios , nada grande puede producirse en lanaturaleza en materia de industria. Por otra parte, lanaturaleza del aire y de todos los cuerpos másligeros que el aire (y hay muchos) nos es casi porcompleto desconocida. Los sentidos por sí mismosson muy limitados y con frecuencia nos engañan, ylos instrumentos no pueden darles mucho alcance yfinura, pero toda verdadera interpretación de lanaturaleza descansa sobre el examen de los hechosy sobre las experiencias preparadas y concluyentes;en este método, los sentidos juzgan de laexperiencia solamente, y la experiencia de lanaturaleza y del objeto por conocer.

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51. El espíritu humano por naturaleza , es inclinado alas abstracciones y considera como estable lo queestá en continuo cambio. Es preferible fraccionar lanaturaleza que abstraerla; esto es lo que hace laescuela de Demócrito, que ha penetrado mejor quecualquier otro en la naturaleza. Lo que hayconsiderar es la materia, sus estados y sus cambiosde estado, sus operaciones fundamentales y lasleyes de la operación o del movimiento; en cuanto alas formas, son invenciones del espíritu humano, amenos que se quiera dar el nombre a formas a esasleyes de las operaciones corporales.

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52. He ahí los ídolos que nosotros llamamos de latribu, que tienen su origen o en la regularidadinherente a la esencia del humano espíritu, en susprejuicios, en su limitado alcance, en su continuainestabilidad, en su comercio con las pasiones, en laimbecilidad de los sentidos, o en el modo deimpresión que recibimos de las cosas.

53. Los ídolos de la caverna provienen de laconstitución de espíritu y de cuerpo particular acada uno, y también de la educación de lacostumbre, de las circunstancias. Esta especie deerrores es muy numerosa y variada (…)

54. Gustan los hombres de las ciencias y los estudios

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especiales, bien porque se crean sus autores oinventores, o bien porque les hayan consagrado muchosesfuerzos y se hayan familiarizado particularmente conellos. Cuando los hombres de esta clase se inclinan haciala filosofía y las teorías generales, las corrompen yalteran a consecuencia de sus estudios favoritos,observase esto claramente en Aristóteles, que esclavizóde tal suerte la filosofía natural a su lógica, que hizo dela primera una ciencia poco menos que vana y un campode discusiones.

Los químicos, con algunos ensayos en el hornillo, hanconstruido una filosofía imaginaria y de limitadoalcance; aún más, Gilberto, después de haber observadolas propiedades las propiedades del imán con atenciónexquisita, se hizo in continenti una

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filosofía en armonía perfecta con el objeto de que suespíritu estaba poseído.

55. (…) en las inteligencias (…)unos tienen mayoractitud y habilidad para apreciar las diferencias delas cosas, y otros para apreciar las semejanzas (…)

56. Hay espíritus llenos de admiración por todo loantiguo, otros de pasión y arrastrados por lanovedad; pocos hay de tal suerte constituidos quepuedan mantenerse en un justo medi y que novayan a batir en brecha lo que los antiguos fundaronde bueno y se abstengan de despreciar lo que derazonable aportan a su vez los modernos.

57. El estudio exclusivo de la naturaleza y de loscuerpos

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y de los cuerpos en su composición y en su disposicióngeneral, sume al espíritu en una admiración que leenerva. Esto se ve bien claro comparando la escuela deLeucipo y Demócrito con las otras sectas filosóficas:aquella se preocupa de modo tal de los elementos de lascosas, que olvida los compuestos; las otras, tanextasiadas se quedan ante los compuestos, que nopueden llegar a los elementos. Conviene, pues, queestos estudios sucedan unos a otros y cultivarlosalternativamente , para que la inteligencia sea a la vezvasta y penetrante (…)

58. He aquí las precauciones que es necesario tomarpara alejar y disipar los ídolos de la caverna, queprovienen ante todo del predominio de ciertos gustos

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, de la observación excesiva de las desemejanzas ode las semejanzas, de la excesiva admiración aciertas épocas; en fin, de considerar demasiadoestrechamente , o de un modo con exceso parciallas cosas. En general, toda inteligencia, al estudiarla naturaleza, debe desconfiar de sus tendencias yde sus predilecciones, y poner en cuanto a ellas serefiera, extrema reserva, para conservar a lainteligencia toda su sinceridad y pureza.

59. Los más peligrosos de todos los ídolos, son los delforo, que llegan al espíritu por su alianza con ellenguaje. Los hombres creen que su razón mandaen las palabras; pero las palabras ejercen a menudoa su

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una influencia poderosa sobre la inteligencia, lo quehace la filosofía y las ciencias sofisticadas y ociosas.El sentido de las palabras es determinado según elalcance de la inteligencia vulgar, y el lenguaje cortala naturaleza por las líneas que dicha inteligenciaaprecia con mayor facilidad (…) valdría mucho máscomenzar siguiendo la prudente costumbre de losmatemáticos, por cerrar la puerta a toda discusión,definiendo rigurosamente los términos. Sinembargo, en cuanto a las cosas materiales, lasdefiniciones no pueden remediar este mal, porquelas definiciones se hacen con palabras , y laspalabras engendran las palabras; de tal suerte, quees necesario recurrir a los hechos, a sus

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a sus series y a sus órdenes (…)

60. Los ídolos que son impuestos a la inteligencia por ellenguaje, son de dos especies: o son nombres de cosasque no existen (…hay nombres que carecen de cosa y nodesignan más que sueños de nuestra imaginación), oson nombres de cosas que existen, pero confusas y maldefinidas, que reposan en una apreciación de lanaturaleza demasiado ligera e incompleta; de laprimera especie son las expresiones siguientes: fortuna,primer móvil, orbes planetarios(…) y otras ficciones deidéntica naturaleza (…)

Esta especie de ídolos, es la que con mayor facilidad sedestruye, pues se puede la puede reducir a la nada,permaneciendo resuelta y constantemente alejada delas teorías.

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Pero la otra especie, formada por una abstraccióntorpe y viciosa, ata más perfectamente nuestroespíritu en el que tiene hondas raíces. Escojamos,p.e., esta expresión, lo húmedo, y veamos querelación existe entre los diversos objetos quesignifica; veremos que esa expresión es el signoconfuso de diversas acciones que no tienen relaciónverdadera y no pueden reducirse a una sola.

Pues entendemos con ella, lo que en sí esindeterminado y carece de consistencia; lo que seextiende fácilmente alrededor de otro cuerpo, loque fácilmente cede de todos lados, lo que se dividey se dispersa con facilidad; lo que se une y se reúnefácilmente, lo que fácilmente corre y se pone en

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movimiento; lo que se adhiere fácilmente a otrocuerpo y lo humedece; lo que se funde fácilmente yse reduce a líquido, cuando ha tomado una formasólida. He aquí por qué cuando se aplica estaexpresión, si la tomáis en un sentido, la llama eshúmeda, si en otro, el aire no es húmedo; en untercero, el polvillo es húmedo; en otro, el vidrio eshúmedo; de manera que se reconoce sin esfuerzoque esta noción ha sido tomada del agua y de loslíquidos comunes y vulgares, precipitadamente y sinninguna precaución para comprobar su propiedad.

En las palabras hay ciertos grados de imperfección yde error. El género menos imperfecto de todos es elde los

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nombres que designan alguna substanciadeterminada , sobre todo en las especies inferiores,y cuya existencia está bien establecida [ejm. creta];una clase más imperfecta es la de los nombres deacciones, como engendrar, corromper (…); la másimperfecta de todas es la de los nombres decualidades (a excepción de los objetos inmediatosde nuestras sensaciones) como lo grave, lo blando,lo ligero, etc. Sin embargo, entre todas esasdiversas clases, no es difícil encontrar nocionesmejores unas que otras, según la extensión de laexperiencia que ha impresionado los sentidos.

61. En cuanto a los ídolos del teatro, no son innatos ennosotros, ni furtivamente introducidos en elespíritu,

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sino que son las fábulas de los sistemas y los malos métodos de demostración los que nos los imponen. (…) Y en nada atacamos su mérito, puesto que aquí se trata exclusivamente de una cuestión de método. (…)Es tal nuestro método de descubrimiento científicos, que no deja gran cosa a la penetración y al vigor de las inteligencias, antes bien las hace a todas aproximadamente iguales. Para trazar una línea recta o describir un círculo perfecto, la seguridad de la mano y el ejercicio, entran por mucho en ello, si nos servimos de la mano sola; pero son de poca o ninguna importancia si empleamos la regla o el compás: así ocurre en nuestro método (…).

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62. Los ídolos del teatro, o de los sistemas, sonnumerosos (…) Así, pues, todas las falsas filosofíasse reducen a tres clases: la sofística, la empírica y lasupersticiosa.

63. un ejemplo muy manifiesto del primer género,se observa en Aristóteles que ha corrompido lafilosofía natural por su dialéctica; construye elmundo con sus categorías (…) Siempre ha atendidomás a dar cierto aparato de lógica a sus respuestas ydar al espíritu algo de positivo en los términos, quede penetrar en la realidad, esto es lo que más llamala atención comparando su filosofía con los otrossistemas en predicamento entre los griegos (lospresocráticos).

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64. Pero la filosofía empírica ha dado a luz opiniones más extrañas y monstruosas que la filosofía sofística y racionalista [pues se fundan ] en los límites estrechos y oscuros de un reducido número de experimentos (…) Encontramos de ello un ejemplo notable en los sistemas de los químicos; pero en la época presente en parte alguna se encontraría, a no ser en la filosofía de Gilberto.

65. La filosofía corrompida por la superstición e invadida por la teología, es el peor de todos los azotes, y el más temible para los sistemas en conjunto o para sus diversas partes. El espíritu humano no es menos accesible a las impresiones de la imaginación que a las de las nociones vulgares [con esto se refiere a la fil. Racionalista]. La filosofía sofística es

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otra filosofía, hinchada de imaginación, y que seasemeja a la poesía, engaña mucho más elespíritu (…) Se encuentran en Grecia ejemplospalpables de ese género de filosofías,particularmente en Pitágoras, en el que lasuperstición es de las más grandes y groseras; enPlatón y en su escuela, en que es a la vez másmanifiesta y peligrosa.

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René Descartes (1596, La Haye-1650, Estocolmo)

René Descartes es considerado como el iniciadorde la filosofía moderna así como del idealismomoderno. Lo primero se explica con relación alenfoque que plantea, mientras que en la filosofíaantigua el tema principal es el tema del ser (asípara Platón la pregunta por el ser lleva a lapresentación de las Ideas y en Aristóteles alanálisis de la substancia), en la filosofía modernael tema principal es el tema del conocimiento ycon esto adquiere especial relevancia el papel delsujeto

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cognoscente (yo).

El idealismo moderno ya no se refiere a entidadessubsistentes por sí mismas, sino a las ideas de unamente, como las ideas del calor, del frío o de Dios.

Para conocer se requiere averiguar cuál es el medioy los pasos a seguir, para Descartes el medio (elúnico medio) es la razón, la cual es una capacidadque está en todos los seres humanos: «El buensentido es la cosa mejor repartida del mundo, puescada cual piensa que posee tan buena provisión deél que aun los más descontentadizos respecto acualquier otra cosa, no suelen apetecer más de loque ya tienen.

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En lo cual no es verosímil que todos se engañen,sino que más bien esto demuestra que la facultadde juzgar y distinguir lo verdadero, que espropiamente lo que llamamos buen sentido o razón,es naturalmente igual en todos los hombres, y, porlo tanto, que la diversidad de nuestras opiniones noproviene de que unos sean más razonables queotros, sino tan solo de que dirigimos nuestrospensamientos por derroteros diferentes y noconsideramos las mismas cosas. No basta, enefecto, tener el ingenio bueno: lo principal esaplicarlo bien.» (Discurso del método, Primeraparte). Por tanto, es posible conocer, siempre ycuando

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nuestra razón esté bien orientada, esto lo lleva aevaluar aquellas ciencias a las que consideraba másfiables: «Había estudiado un poco, cuando era másjoven, de las partes de la filosofía, la lógica, y de lasmatemáticas, el análisis de los geómetras y elálgebra, tres artes o ciencias que debían, al parecer,contribuir algo a mi propósito. Pero cuando lasexaminé, hube de notar que, en lo tocante a lalógica, sus silogismos y la mayor parte de las demásinstrucciones que da, más sirven para explicar aotros las cosas ya sabidas o incluso, como el arte deLulio, para hablar sin juicio de las ignoradas, quepara aprenderlas.Y si bien contiene,

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en verdad, muchos buenos y verdaderos preceptos,hay, sin embargo, mezclados con ellos, tantos otrosnocivos o superfluos, que separarlos es casi tandifícil como sacar una Diana o una Minerva de unbloque de mármol sin desbastar. Luego, en lotocante al análisis de los antiguos y al álgebra de losmodernos, aparte de que no se refieren sino a muyabstractas materias, que no parecen ser de ningúnuso, el primero está siempre tan constreñido aconsiderar las figuras, que no puede ejercitar elentendimiento sin cansar grandemente laimaginación; y en la segunda, tanto se han sujetadosus cultivadores a ciertas reglas y a ciertas cifras,

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que han hecho de ella un arte confuso y oscuro,bueno para enredar el ingenio, en lugar de unaciencia que lo cultive.» (Discurso del método,Segunda Parte)Debido a que la evaluación que ha realizadoDescartes de las ciencias más fiables ha sidonegativa, considera la necesidad de un método quetomase la ventajas de las tres ciencias vistas, peroque excluyese sus defectos. Así plantea lassiguientes cuatro reglas o preceptos:«…el primero, no admitir como verdadera cosaalguna como no supiese con evidencia que lo es; esdecir evitar

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cuidadosamente la precipitación y la prevención, yno comprender en mis juicios nada más que lo quese presentase tan clara y distintamente a miespíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerloen duda. El segundo, dividir cada una de lasdificultades que examinare, en cuantas partes fuereposible y en cuantas requiriese su mejor solución.El tercero, conducir ordenadamente mispensamientos, empezando por los objetos mássimples y más fáciles de conocer, para irascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta elconocimiento de los más compuestos, e inclusosuponiendo un orden entre los que no precedennaturalmente.

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Y el último, hacer en todos unos recuentos tanintegrales y unas revisiones tan generales, quellegase a estar seguro de no omitir nada.» (Discursodel método, Segunda Parte).

Toda vez que el propósito de Descartes es lograr elconocimiento que se caracterice por su certeza va abuscar aquel fundamento indubitable que lepermita levantar “el edificio del conocimiento”, todavez que considera que lo aprendido hasta entoncesdebe ser derruido: «Hace ya mucho tiempo que mehe dado cuenta de que, desde mi niñez, he admitidocomo verdaderas una porción de opiniones falsas, yque todo

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lo que después he ido edificando sobre tan endeblesprincipios no puede ser sino muy dudoso e incierto;desde entonces he juzgado que era precisoseriamente acometer, una vez en mi vida, laempresa de deshacerme de todas las opiniones aque había dado crédito, y empezar de nuevo, desdelos fundamentos , si quería establecer algo firme yconstante en las ciencias.» Para esta labordestructiva no requiere ir a examinar opinión poropinión, sino dirigirse a los cimientos del edificio:«puesto que la ruina de los cimientos arrastranecesariamente consigo la del edificio todo, bastaráque dirija primero mis ataques contra los principiossobre que descansaban mis

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opiniones antiguas».

Así en primer lugar somete a cuestionamiento losdatos de los sentidos, estos datos cuando se tratade cosas remotas es fácil ponerlos en duda, no así sise trata de datos referidos a cosas cercanas: «¿cómonegar que estas manos y este cuerpo sean míos… »De todas maneras encuentra Descartes un resquiciode duda cuando considera que el ver sus manos yotros cosas semejantes podría ser un sueño y que nohay indicios ciertos para distinguir el sueño de lavigilia, sin embargo, aunque cosas (compuestas)como las manos y la cabeza sean imaginarias, estosupone que hay otras cosas más simples yuniversales que sí serían

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verdaderas y existentes, tales como la extensión, lafigura, la cantidad , el número, el lugar y el tiempo.Estas consideraciones lo llevan a pensar a Descartesque hay ciencias como la aritmética y la geometríaque contienen algo cierto e indudable: «puesduerma yo o esté despierto, siempre dos y tressumarán cinco y el cuadrado no tendrá más decuatro lados; y no parece posible que unasverdaderas tan claras y tan aparentes puedan sersospechosas de falsedad o de incertidum-bre». Detodas maneras, hay una forma de poner en dudaesto y ocurre en cuanto considera que no conoce lavoluntad de Dios: «¿qué se yo si Dios no ha queridoque yo también me engañe cuando

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adiciono dos o tres, o enumero los lados de uncuadrado…?» Incluso, Dios mismo, es puesto enduda antes del término de la Primera MeditaciónMetafísica: «hagamos, en su obsequio (de losateos), la suposición de que todo cuanto se ha dichoaquí de Dios es pura fábula». Posteriormente, paramantener la creencia en Dios como un enteperfecto, bondadoso y fuente suprema de la verdad,plantea Descartes la hipótesis del genio maligno,está hipótesis le permite mantener la radicalidad dela duda y el cuestionamiento de todo cuanto antescreía ser verdadero: «Supongo, pues, que todas lascosas que veo son falsas; estoy persuadido de quenada de lo que mi memoria, llena de mentiras, me

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representa, ha existido jamás; pienso que no tengosentidos; creo que el cuerpo, la figura, la extensión,el movimiento y el lugar son ficciones de miespíritu. ¿Qué, pues, podrá estimarse verdadero?Acaso nada más sino esto: que nada hay cierto en elmundo» (Meditación Segunda). Mas llevada a estepunto la duda, Descartes encuentra el punto deapoyo firme e inmóvil, lo cierto e indudable, lo quele permitiría reconstruir “el edificio delconocimiento”: «¿Soy yo tan dependiente delcuerpo y de los sentidos que, sin ellos, no pueda ser?Pero ya estoy persuadido de que no hay nada en elmundo: ni cielos, ni tierra, ni tierra, ni espíritu, nicuerpos; ¿estaré, pues, persuadido también

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de que yo no soy? Ni mucho menos; si he llegado apersuadirme de algo o solamente se he pensadoalguna cosa, es sin duda porque yo era. Pero haycierto burlador muy poderoso y astuto que dedicasu industria toda a engañarme siempre. No cabe,pues, duda alguna de que yo soy, puesto que meengaña, y, por mucho que me engañe, nuncaconseguirá hacer que yo no sea nada, mientras yoesté pensando que soy algo. De suerte que,habiéndolo pensado bien y habiendo examinadocuidadosamente todo, hay que concluir por último ytener por constante que la proposición siguiente:“yo soy, yo existo”, es necesariamente verdadera,mientras la estoy pronunciando o concibiendo en miespíritu.

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John Locke (1632-1704, Inglaterra)

Antes de ver la crítica de Locke a Descartes y elplanteamiento del empirismo, señalaremos la división deque hace Descartes con respecto a las ideas según suorigen:

- Ideas innatas: Ideas que ya vienen en la mentehumana como la idea del yo, de Dios, de que el todo esmayor que la parte o que es imposible que una cosa seay no sea a la vez.- Ideas adventicias. Ideas que provienen de fuera delsujeto como la idea de un color, un sabor , un olor o unatextura determinada.

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Ideas facticias . Son ideas producidas por nuestra propiamente (por nuestra imaginación) a partir de otras ideas,por ejemplo, la idea de una sirena o un hipogrifo.

Locke cuestiona el planteamiento de las “ideasinnatas”. Así en Ensayo sobre el entendimientohumano escribe:

No hay principios innatos en la mente:

-Esta es una opinión mantenida por algunos queexisten en el entendimiento ciertos principiosinnatos, algunas nociones primarias, que el almarecibe desde el primer momento de su existencia ytrae al mundo con ella. Sin embargo, se puedesuponer que los hombres por el sólo

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uso de sus facultades naturales, puede adquirir losconocimientos que tienen, sin la ayuda de ningunaimpresión innata; por ejemplo, las ideas de loscolores.

- “Lo que es, es” y “es imposible que una misma cosasea y no sea” no son proposiciones universalmenteaceptadas. El mismo argumento del consentimientouniversal no demuestra nada porque no hayprincipio que se acepte universalmente. Es el casode los principios especulativos citados (principio deidentidad y de no contradicción), estasproposiciones gran parte de la humanidad nisiquiera los conoce.

- (Otro argumento) Estos principios no estángrabados en la

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mente, pues es evidente que todos los niños y losidiotas no tienen la menor aprehensión opensamiento de ellos. De ninguna proposición sepuede decir que está en la mente si esta no laconoce, si nunca es consciente de ella. Se dicetambién que la capacidad es innata, pero elconocimiento adquirido; en este caso: si hayverdades que pueden ser impresas en elentendimiento sin ser percibidas, entonces ¿quédiferencia puede haber, en cuanto su origen, entreellas y otras verdades que la mente es capaz deconocer? Así todas tendrían que ser innatas oadventicias, en vano se pretendería distinguirlas.

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¿Cómo llega la mente a conocer?

Al principio, los sentidos reciben ideasparticulares y proveen de ellas a la mente, vacíade ellas, y, haciéndoselas poco a poco familiares,las va colocando en la memoria y les imponenombres; después, avanzando más, las haceabstractas y aprende gradualmente el uso de losnombres generales. De esa manera la mentellega a estar provista de ideas y palabras, queson los materiales sobre los que ejercita sufacultad discursiva; y el uso de la razón se hacepor días más visible a medida que vaacrecentándose esos

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materiales sobre los que se ejercita. El conocimientode algunas verdades se halla en la mente muytemprano, pero se trata de ideas adquiridas, pueslas primeras ideas que ocupan a los niños son lasque son impresas por las cosas exteriores y quehacen más frecuentes impresiones en sus sentidos.Antes de que un niño aprenda a hablar, conoce ladiferencia entre lo dulce y lo amargo.

Las ideas en generalSiendo todo hombre consciente de que él piensa ysiendo las ideas que están en su mente aquello enque, cuando piensa, se ocupa, está fuera de todaduda que el

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hombre tiene en su mente muchas ideas,expresadas en los términos: dureza, dulzura,movimiento, elefante, ejército, etc. Lo primero quehay que inquirir es cómo llega el hombre tener estarideas.Supongamos pues que la mente es como un papelen blanco, de dónde entonces provienen las ideas?De la experiencia, en ella se funda todo nuestroconocimiento, este es su origen.-Existen dos fuentes de las que dimanan todas lasideas que tenemos:a) Adquirimos las ideas de amarillo, blanco, calor,frío, blando, amargo, y todas aquellas que llamamoscualidades sensibles. Como esta gran fuentedepende

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de nuestros sentidos se le denomina sensación.b) Nuestros sentidos, puestos en comunicación conlos objetos particulares sensibles, transmiten a lamente muchas percepciones distintas de las cosas.Así la otra fuente es la percepción de lasoperaciones de nuestra mente cuando se ocupa delas ideas que ha recibido; operaciones que, cuandoel alma se pone a considerarlas o a reflexionar sobreellas, suministra al entendimiento otra clase deideas que no las había podido recibir de los objetosexteriores; y tales son la percepción, el pensar, eldudar , el creer, el razonar, el conocer, el querer, ytambién ciertas pasiones como el placer y eldesagrado. A esta otra fuente se le denominareflexión.

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Las ideas simples

Aunque las cualidades que afectan a nuestrossentidos se hallan tan unidas y combinadas entre síque no hay ninguna separación ni distancia entreellas, sin embargo, es evidente que las ideas queellas producen en la mente entran por los sentidosde una manera simple y sin mezcla alguna. Porque,aunque la vista y el tacto excitan del mismo objetodiferentes ideas al mismo tiempo, como cuandouno ve a la vez el movimiento y el color, y la manosiente la blandura y el calor en el mismo pedazo decera, Sin embargo, las

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ideas simples, unidas así en el mismo sujeto, son tanperfectamente distintas como las que vienen pordiversos sentidos; y así, el frío y dureza que sesienten en un trozo de hielo son ideas tan distintascomo el olor y la blancura de un lirio, o como elsabor del azúcar o el olor de una rosa, y nada haymás evidente para un hombre que la percepciónclara y distinta que él tiene de esas ideas simples,cada una de las cuales está exenta de composición.

La idea, cualidades primarias y secundariasLlamo idea a todo lo que la mente percibe en símisma,

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o es objeto inmediato de percepción, delpensamiento , o del entendimiento; y al poder deproducir alguna idea en nuestra mente lo llamocualidad del sujeto en el cual reside ese poder. Sellama cualidad al poder que tiene una bola de nievede producir en nosotros las ideas de blanco, frío yredondo, como se hallan en la bola misma; y encuanto que son sensaciones o percepciones ennuestro entendimiento, las llamo ideas.

Cualidades primarias. Establecidas así lascualidades en los cuerpos, las hay, en primer lugar,tales que son inseparables del cuerpo en cualquierestado en que se

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halle; de suerte que las conserva siempre. Y son detal naturaleza, que los sentidos las encuentransiempre en cada partícula de materia que tenga elsuficiente tamaño para poder ser percibida, y lamente ve que son inseparables de cada partícula demateria. Tomad, por ejemplo, un grano de trigo ydivididlo en dos partes; cada parte tiene todavíasolidez, extensión, figura y movilidad.Son cualidades primarias u originarias de loscuerpos, que producen en nosotros ideas simples, laextensión, la figura, el movimiento, el reposo y elnúmero.Cualidades secundarias. Llamo cualidadessecundarias a aquellas que no están exactamente enlos objetos

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pero que tienen el poder de producir en nosotrosdiversas sensaciones por medio de las cualidadesprimarias, esto es, por el tamaño, figura, contexturay movimiento de sus partes insensibles, como sonlos colores, sonidos, sabores, etc. Son comopoderes que tienen que tienen los cuerpos. Lasideas de las cualidades primarias de lo cuerpos seasemejan a ellas, pero las cualidades secundarias nose asemejan. No hay nada en los cuerpos mismosque se asemeje a esas ideas. En los cuerpos, a losque damos las denominaciones

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provenientes de ellas, no hay más que el poderde producir esas sensaciones en nosotros; desuerte que lo que es dulce, azul o caliente en laidea, no es más que un cierto tamaño, figura ymovimiento de las partes insensibles de loscuerpos mismos.

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George Berkeley (1685, Irlanda- 1735,Oxford)

En los Comentarios filosóficos (1707-1708, publicadorecién en 1871)Berkeley nota que las matemáticastienen la ventaja sobre la metafísica y la ética deque sus definiciones definen palabras no conocidasde antemano por el lector, pero los términos de lametafísica y la ética son conocidos por la mayoríapor lo que se tiene que vencer ideas preconcebidas yprejuicios acerca de sus significados, Berkeleyatribuye la dificultad para definir y hablar conclaridad acerca

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de los entes a la “insuficiencia del lenguaje” y ala confusión de la inteligencia. Por lo tanto, elanálisis lingüístico reviste gran importancia parala filosofía, no son términos como “sustancia” o“ente” los que han dado lugar a errores, sino “lafalta de reflexión acerca de sus significados.Pretendo conservar las palabras y solo deseoque los hombres piensen antes de hablar yestablezcan con precisión el significado de laspalabras que utilizan”. Algunas palabras notienen ningún significado, su pretendidosignificado se desvanece cuando se analiza.

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Berkeley aplicó así el análisis a la doctrina de Lockesobre la sustancia material y sostuvo que el análisisdel significado de las proposiciones con términosque designen objetos sensibles rechaza laconcepción según la cual existiría un sustrato ocultoe incognoscible. Los entes son solamente lo quepercibimos que son. Para Berkeley los entessensibles son “ideas”, no niega que haya cosas, perosi niega que haya la sustancia en sentido filosófico.En cuanto al análisis de la palabra “existencia”referido a los entes sensibles señala que suexistencia consiste en ser percibidos (“esse estpercipi”), este es el

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significado de decir que los entes sensibles existen.

En la introducción a los Principios (Tratado sobre losprincipios del conocimiento humano , 1710) destacaque la función del lenguaje no es solo lacomunicación de ideas, sino que existen otros fines:la manifestación de una pasión, el impulsar odisuadir a alguien a una acción. Por lo que esnecesario distinguir entre las funciones o fines dellenguaje y las categorías especiales de palabras. Esen este marco que cuestiona y niega las llamadasideas generales abstractas, aunque acepta que hayideas generales, este también es un ataque contraLocke.

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No formamos imágenes generales abstractas. “Laidea de hombre que construyo debe ser de unhombre blanco o negro, firme o encorvado, alto,bajo o de mediana estatura. Yo no puedo, por másque me esfuerce de todas las maneras posibles,construir la idea abstracta a que me refiero” Esdecir, no puedo construir una imagen de un hombreque omita o incluya a la vez todas las característicassingulares de los hombres reales individuales. Igualocurre con la idea general de triángulo, no puedopensar en un triángulo que no sea ya oblicuo,rectángulo, equilátero, isósceles o escaleno; nopuedo tener una idea

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(una imagen) de un triángulo que incluya todas lascaracterísticas de los diferentes tipos de triángulo yque al mismo tiempo no pueda ser clasificada comola imagen de un tipo particular de triángulo. Encuanto a la idea general se trata de una idea que ensí misma es particular, se convierte en generalcuando es construida para representar o significartodas las demás ideas particulares de la mismaespecie.

Si no hay ideas generales abstractas, es obvio queel razonamiento se realiza sobre ideas particulares.El geómetra construye un triángulo particular para

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significar o representar a todos los triángulos,atendiendo a su triangularidad más que a suscaracterísticas particulares. Y en este caso laspropiedades demostradas en este triánguloparticular valen para todos los triángulos.

También en el comienzo de los Principios planteaque los objetos sensoriales del conocimiento son“ideas”. Toda persona puede darse cuenta deque los entes sensibles no existen ni puedenexistir con independencia del ser percibidos. “Lamesa sobre la que escribo digo que existe, estoes, que la veo y la

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toco”. Berkeley desafía al lector a que encuentre unsignificado para la proposición “la mesa existe” queno equivalga a “la mesa es percibida o perceptible”.Es cierto que puede decirse que la mesa existecuando no hay nadie en la habitación, pero con estose quiere decir que si yo u otra persona entrara en lahabitación, percibiría la mesa. Incluso cuandointento imaginar la mesa existiendo fuera de todapercepción, imagino necesariamente que yo mismoo algún otro la percibe, es decir, introduzcosubrepticiamente un sujeto perceptor. Por tanto,

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“la existencia absoluta de entes no pensantessin relación alguna con el ser percibido, es…ininteligible. Su esse es percipi, y no es posibleque puedan tener existencia alguna fuera de lasmentes o de los entes espirituales que losperciben”. Decir de un ente u objeto sensible queexiste equivale a afirmar que es percibido operceptible, pero aclara en los Comentarios “Nodebe afirmarse que rechazo la Existencia. Sólointento aclarar el sentido del término en lamedida de mi comprensión”.

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Además considera que su análisis de lasproposiciones de existencia sobre los entessensibles, está de acuerdo con el punto de vistacomún que no ha sido seducido por lasabstracciones metafísicas.Hay otros dos puntos relacionados con lomanifestado. Cuando Berkeley dice esse est percipise refiere solo a los entes u objetos sensibles. Lafórmula completa es esse est aut percipi autpercipere, la existencia es ser percibido o percibir.Aparte de los entes sensibles, cuya existenciaconsiste en ser percibidos, hay mentes o sujetos dela percepción, que son activos y cuya existenciaconsiste más bien en percibir que en ser

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percibidos.En los Comentarios se encuentra una formulación dela teoría de que los entes sensibles son ideas ocolecciones de ideas, y que por tanto no puedenexistir independientemente de las mentes. “Todaslas palabras significantes significan ideas. Todoconocimiento (versa) sobre nuestras ideas. Todas lasideas vienen del interior o del exterior”. En el primercaso, las ideas reciben el nombre de sensaciones, yen el segundo, de pensamientos. Percibir es teneruna idea. Cuando percibimos colores, por ejemplo,estamos percibiendo ideas, y como esas mismasideas nos vienen de fuera

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son sensaciones. Pero “no puede haber ningunasensación en un ente no dotado de sensación”. Porconsiguiente, las ideas que son los colores nopueden estar radicadas en la sustancia material, quees un sustrato inerte. De aquí se sigue el carácterinnecesario del postulado de la sustancia. “Nadasemejante a una idea puede ser un enteimperceptivo”. Ser percibido implica la dependenciade un perceptor. Y existen significa o percibir o serpercibido. “Nada existe con propiedad salvo laspersonas, es decir, los entes conscientes; todos losotros entes no son tanto existencia como modos deexistencia de las personas”.

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La noción de que los entes (sensibles) puedan existirpor sí mismos, independientemente de lapercepción, “depende en el fondo de la doctrina delas ideas abstractas”. Se distingue entre cualidadessecundarias y primarias, se acepta la subjetividad delas primeras, pero se sostiene que nuestras ideas delas cualidades primarias son patrones e imágenes decosas que existen sin la mente en una sustancia no-pensante llamada materia. Por consiguienteentienden por materia una sustancia inerte, privadade sensación en la que subsisten realmenteextensión, forma y movimiento. Pero esta distinciónno es válida, es imposible concebir cualidadesprimarias enteramente separadas de lassecundarias. La extensión

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,la forma, el movimiento, abstraídas de las demáscualidades, son inconcebibles.La forma o figura, por ejemplo, depende de laposición del perceptor mientras que el movimientoes lento o rápido, términos que son relativos. Laextensión en general y el movimiento en generalson términos sin significado, ambas son ideas y sison ideas no pueden existir o radicar en un sustratoo sustancia no pensante. Luego, no existencualidades en general por encima o fuera de lascualidades particulares. [Esta parte sobre Berkeleyes un resumen del capítulo XII (Berkeley II) del vol. Vde la obra de F. Copleston. Historia de la Filosofía].

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David Hume (1711-1776,

Edimburgo)A continuación presentaremos algunos extractos deInvestigación sobre el entendimiento humano(1748)que nos permitirá establecer la continuidad deHume con los empiristas anteriores (Locke yBerkeley), así como establecer el puente con elcriticismo (Kant).

Sección 2. El origen de las ideas

Así es que podemos dividir las percepciones de lamente en dos clases, con base en los distintos gradosde su fuerza y vivacidad. Las menos fuertes y vivaces

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son comúnmente llamados ‘pensamientos’ o ‘ideas’.Las otras no tienen un nombre específico en nuestralengua o en la mayoría de las otras,presumiblemente porque no se necesita de untérmino general para ellas salvo cuando se estáhaciendo filosofía. Permitámonos, pues, la libertadde llamarlas ‘impresiones’, utilizando esa palabra enun sentido ligeramente inusual. Con el término‘impresión’, pues, me refiero a todas nuestraspercepciones más vivaces cuando oímos o vemos osentimos o amamos u odiamos o deseamos. Éstasdeben ser distinguidas de las ideas, que son laspercepciones más débiles o menos intensas de las

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que tenemos conciencia una vez que reflexionamossobre nuestras impresiones.A primera vista puede parecer que el pensamientohumano es totalmente ilimitado: no sólo escapa atodo poder humano y a toda autoridad, comocuando un hombre pobre piensa en convertirse enrey de la noche a la mañana, o cuando un ciudadanoordinario piensa en que es un rey, sino que ademásno está confinado dentro de los límites de lanaturaleza y la realidad.Pero aunque nuestro pensamiento parece ser tanlibre, cuando observamos más atentamenteencontraremos que en realidad está confinadodentro de límites bastante

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estrechos, y que toda la potencia creativa de la menteconsiste meramente en su habilidad de combinar,trasponer, agrandar o encoger los materiales que le sonprovistos por los sentidos y la experiencia. Cuandopensamos en una montaña dorada, lo único quehacemos es combinar dos ideas consistentes –oro ymontaña– con las que ya estamos familiarizados.

En suma, todos los materiales del pensar son derivadoso bien de nuestros sentidos externos o bien de nuestrossentimientos internos: todo lo que la mente y lavoluntad hacen es mezclar y combinar dichosmateriales. Puesto en terminología filosófica: todasnuestras ideas o percepciones endebles son copias de

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nuestras impresiones, o percepciones más vivaces.

He aquí dos argumentos que espero seansuficientes para demostrar esto. (1) Cuandoanalizamos nuestros pensamientos o ideas —noimporta qué tan complejas o elevadas sean—siempre encontramos que están compuestas porideas simples que fueron copiadas de sentimientoso sensaciones previas. Incluso las ideas que aprimera vista parecen estar alejadas en gradomáximo de ese origen resultan haber derivado de élsi se les examina más de cerca. La idea de Dios —esdecir un Ser infinitamente inteligente, sabio ybueno— viene de extender más allá de todo límitelas cualidades de la

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bondad y la sabiduría que encontramos en nuestraspropias mentes. No importa qué tan lejos llevemosesta pesquisa, encontraremos que toda idea queexaminemos fue copiada de una impresión similar.

(2) Si un hombre no puede tener un tipo desensación porque ocurre algo malo con sus ojos,oídos, etc., jamás tendrá ideas correspondientes. Unhombre ciego no puede formarse una noción de loscolores, o un hombre sordo de los sonidos. Si algunose cura de su sordera o su ceguera, tal que lassensaciones puedan entonces llegarle, las ideaspodrán también llegarle; y entonces se le hará fácilconcebir aquellos objetos.

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Lo mismo pasa con alguien que nunca haya tenidoexperiencia de un objeto que dé un cierto tipo desensación: un lapón o un negro no tienen noción delsabor del vino porque nunca han tenido la sensacióndada al saborear el vino. Es similar el caso de lossentimientos internos. Muy pocas veces, si acaso,sucede que una persona nunca haya sentido o sea

enteramente incapaz de algún sentimiento oemoción humanos, pero el fenómeno que estoydescribiendo sí ocurre de igual manera con lossentimientos, si bien en un grado menor. Unapersona mansa no puede formarse ninguna idea devenganza empecinada o crueldad; tampoco puedeuna egoísta concebir

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fácilmente los alcances de la amistad y lagenerosidad. Todos están de acuerdo en que losseres no-humanos pueden tener muchossentidos de los cuales no podemos tenerconcepción alguna, puesto que la idea de ellosjamás nos ha sido introducida mediante la únicamanera en que una idea puede entrar a lamente, a decir, a través del sentimiento y lasensación efectivos.

Así es que se tiene aquí una proposición que nosólo parece ser simple e inteligible por sí sola,sino que podría además, si se le utilizaadecuadamente, hacer que toda disputa

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se haga igualmente inteligible, aboliendo toda esajerga sin sentido que por tanto tiempo ha dominadolos razonamientos metafísicos. Esos razonamientosestán agobiados por tres problemas(1) Todas lasideas, sobre todo las abstractas, son naturalmentepálidas y obscuras, tal que la mente sólo ejerce undominio débil sobre ellas. (2) Las ideas sonpropensas a ser confundidas con otras ideas que seles parecen. (3) Tendemos a asumir que una ciertapalabra dada está asociada con una determinadaidea solamente porque la hemos usado muy amenudo, incluso si al usarla no hemos tenido unsignificado distinto y claro para ella.

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En contraste con esto, (1) Todas nuestrasimpresiones –esto es todas nuestras sensacionesinternas o externas– son fuertes y vivaces. (2) Lasfronteras entre ellas están puestas de forma másexacta, y (3) es más difícil cometer errores cuandose trata de ellas. Así es que cuando llegamos asospechar que un determinado término filosóficoestá siendo usado sin un significado o idea de fondo(como sucede tantas veces), tan sólo necesitamospreguntarnos: ¿De qué impresión se derivó esasupuesta idea? Si no se puede señalar ninguna pararesponder, eso confirmará nuestra sospecha de queel término carece de significado,

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esto es, de que no tiene una idea asociada a él.Trayendo de esta manera a las ideas a la luz y laclaridad, podemos esperar razonablemente resolverlas disputas que se originen con respecto a si existeny cómo son.Sección III. La asociación de ideasLos pensamientos o ideas de la mente obviamente

están interconectados de alguna manerasistemática: existe un cierto orden y regularidad encómo, en la memoria y la imaginación, una ideaconduce a otra. Esto es tan claramente verdaderoen nuestro pensamiento o discurso más serios quecuando un pensamiento particular irrumpe en lasecuencia

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regular de ideas, inmediatamente es identificado yrechazado como irrelevante. Incluso en nuestrasmás locas y errantes fantasías y sueñosencontraremos, si reflexionamos en torno a ello,que la imaginación no corre enteramente según sucapricho, sino que las distintas ideas que la ocupanse siguen unas a otras de una manera hasta ciertopunto regular, o siguiendo un cierto orden.

El hecho de que distintas ideas están conectadas esdemasiado obvio para ser pasado por alto; y sinembargo no he encontrado ningún filósofo quehaya intentado clasificar o hacer un listado de todaslas fuentes y tipos de asociación.

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Esa tarea parece valer la pena. En lo personal, meparece que sólo hay tres factores que conectanideas las unas con las otras, a decir, la semejanza, lacontigüidad [proximidad] en el tiempo o el espacio,y la causa o el efecto.No creo que vaya a haber mucha duda de quenuestras ideas están conectadas por estos factores.Una pintura de manera natural conduce nuestrospensamientos a la cosa que está en ella plasmada; lamención de un cuarto o habitación naturalmenteintroduce comentarios o preguntas sobre los otroscuartos que pertenecen al mismo edificio; y sipensamos en una herida, difícilmente podemosabstenernos de pensar en el dolor que procede deella.

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Sección IV. Dudas escépticas sobre las operacionesdel entendimiento

Todos los objetos de la razón o preguntar humanoscaben ser divididos naturalmente en dos tipos, asaber: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. Laprimera clase incluye la geometría, el álgebra y laaritmética, y efectivamente toda demostración quees intuitivamente o demostrativamente cierta. Queel cuadrado de la hipotenusa equivale a la suma delos cuadrados de los catetos es una proposición queexpresa cómo es la relación entre aquellas partesdel triángulo. Que tres veces cinco equivale a lamitad de treinta expresa una relación entre esosnúmeros.

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Proposiciones de esta clase se pueden descubrirmeramente pensando, sin necesidad alguna deatender a algo que de hecho exista en alguna partedel universo. Las verdades que Euclides demostróseguirían siendo ciertas y autoevidentes aun sijamás hubieran existido un círculo o un triángulo enla naturaleza.

En cambio las cuestiones de hecho, que son losobjetos de la razón humana del segundo tipo, no seestablecen de la misma manera; y no podemostener bases tan sólidas para considerarlasverdaderas. Lo contrario de toda cuestión de hechosigue siendo posible, porque no implica unacontradicción y puede ser concebido

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por la mente tan fácil y claramente como si seajustara perfectamente a la realidad. Que el sol nose levantará el día de mañana es tan inteligiblecomo –y para nada más contradictorio que– laproposición que el sol se va a levantar el día demañana. Por lo tanto sería una pérdida de tiempointentar demostrar su falsedad. Si fuerademostrativamente falso, implicaría unacontradicción y entonces jamás podría serconcebido de forma clara por la mente.

Todos los razonamientos sobre las cuestiones dehecho parecen estar basados sobre la relación decausa y efecto, que es la única relación que nospuede llevar

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más allá de la evidencia dada por nuestra memoria ynuestros sentidos. Si se le pregunta a alguien porqué cree en cierta cuestión de hecho que no está enese momento presente para él –por ejemplo que suamigo está en ese momento en Francia– teproporcionará una razón; y esta razón será otrohecho, tal como que acaba de recibir una carta de suamigo, o que su amigo había planeado ir a Francia.Alguien que encuentre un reloj o alguna otramáquina en una isla desierta concluirá que hahabido hombres en la isla. Todos nuestrosrazonamientos acerca de hechos son de tal suerte.Cuando razonamos de esta manera, suponemosque el hecho presente está conectado con aquél queinferimos a partir de él. Si no hubiera nada

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que ligara los dos hechos, la inferencia de uno a otrosería totalmente endeble. Escuchar el sonido dealguien hablando racionalmente en la oscuridad nosasegura que existe la presencia de otra persona.¿Por qué? Porque tales sonidos son efectos de laconstitución humana, y están íntimamente ligadoso conectados a ella.

Todos nuestros demás razonamientos de este tipo,si se les considera detalladamente, resultan estarbasados en la relación de causa y efecto. La cadenacausal que va de la evidencia a la conclusión de la‘cuestión de hecho’ puede ser corta o larga. O puedeser que la conexión causal entre ellas no sea directasino colateral

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–como cuando uno ve luz e infiere calor, no porqueninguno de los dos cause al otro, sino porque ambosson los efectos colaterales de una única causa, adecir: el fuego.

Así, si queremos entender la base y fuente denuestra confianza acerca de cuestiones de hecho,debemos descubrir cómo llegamos a saber sobrecausas y efectos.

Me atrevo a afirmar, como verdadero sin excepción,que el conocimiento sobre las causas nunca seadquiere a través del razonamiento a priori, y quesiempre viene de haber encontrado en nuestraexperiencia que determinados objetos particularesestán constantemente asociados el uno con el otro.

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Preséntesele un objeto a un hombre cuya habilidade inteligencia sea tan grande como se quiera; si elobjeto es de tal clase que sea totalmente nuevopara él, ningún estudio de sus cualidadesperceptibles le permitirá descubrir ninguna de suscausas o efectos. Adán, incluso si sus habilidades derazonamiento fueran perfectas desde el principio,no pudo haber inferido a partir de la transparencia yfluidez del agua que podía ahogarse en ella; o apartir de la luz y el calor del fuego que éste lo podíaquemar. Las cualidades de un objeto que se lepresentan a los sentidos jamás revelan las causasque produjeron el objeto ni los efectos que éstetendrá; tampoco puede nuestra razón, sin ayuda dela experiencia, llegar a cualquier

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conclusión acerca de la existencia real y de lascuestiones de hecho.

La proposición de que las causas y efectos son sujetosde ser descubiertos no por la razón sino por laexperiencia será libremente admitida (1) con respecto aobjetos sobre los cuales nos acordemos haber estadoalguna vez completamente sin conocimiento de ellos;pues en esos casos nos acordamos de cuando éramoscompletamente incapaces de decir qué procedería detales objetos. Preséntesele dos piezas lisas de mármol aun hombre que no tiene conocimientos de física –nopodrá saber que los pedazos se mantendrán juntos detal forma que será muy difícil y requerirá mucha fuerzasepararlos tirando de cada uno directamente en

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sentidos opuestos, mientras que será fácilsepararlos si se les desliza el uno sobre el otro, unopara un lado y el otro para el otro lado. (2) Tambiénlos eventos que no se adecuan mucho al cursonormal de la naturaleza son fácilmente aceptadoscomo cosas que sólo puede conocerse mediante laexperiencia; y nadie piensa que la explosión de lapólvora, o la atracción de un imán, podrían llegar aser descubiertas por medio de argumentos a priori,esto es, simplemente pensando sobre la pólvora olos imanes, sin traer a colación nada que haya sidoaprendido en la experiencia. (3) De igual forma,cuando consideramos que un efecto depende

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de una maquinaria intrincada, o una estructura secretade partes, no dudamos en atribuir todo nuestroconocimiento de ello a la experiencia. Nadie afirmaríapoder ofrecer la razón última por la cual la leche o el panson nutritivos y provechosos para el hombre pero no asípara un león o un tigre.

Pero esta misma proposición –que las causas y efectosno pueden ser descubiertas por la razón– puede resultarmenos obvia cuando se le aplica a eventos del tipo (1)con el que hemos estado familiarizados toda nuestravida, (2) que son muy semejantes o acordes al cursogeneral de la naturaleza, y (3) que se supone quedependen de las simples cualidades perceptibles de losobjetos y no de alguna estructura secreta de partes.

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Somos susceptibles de imaginar que podemosdescubrir estos efectos meramente con la razón, sinexperiencia alguna. Creemos que si hubiéramos sidotraídos repentinamente al mundo, podríamos habersabido de inmediato en ese instante que cuandouna bola de billar golpea a otra provocará que estaúltima se mueva –saberlo con certeza, sin tener queensayarlo con las bolas de billar. ¡Y es que qué graninfluencia ejerce el hábito! Cuando más fuertementeactúa, no sólo esconde nuestra natural ignorancia,sino que incluso se tapa él mismo; justo porque elhábito funciona de manera tan potente, no nosdamos cuenta en lo absoluto de que estáfuncionando.

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Immanuel Kant (1724-1804, Königsberg)

De Kant consideraremos la Introducción a la Crítica deRazón Pura (1781).

I. De la distinción del conocimiento puro y el empírico

“No hay duda alguna de que todo nuestro conocimien-to comienza con la experiencia.”

Pero si todo nuestro conocimiento comienza con laexperiencia, no por eso originase todo él en laexperiencia.

Habría conocimientos a priori, distintos de los empíri-cos que tienen sus fuentes a posteriori.

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Se puede llamar a priori a un conocimientoderivado de una regla universal, obtenida a suvez de la experiencia, por ejemplo, sabemos quesi se debilita los cimientos de un edifico, este secaerá. Pero esto no es totalmente a priori.

Por tanto, Kant considera un conocimiento apriori, absolutamente libre de toda experiencia;a los conocimientos a priori de esta condición losdenomina puros, por ejemplo, todo cambiotiene su causa, es una proposición a priori, masno es pura, porque el cambio es un concepto queno puede ser sacado más que de la experiencia.

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II. Estamos en posesión de ciertos conocimientos a prioriSe trata de buscar una característica (método) quepermita distinguir un conocimiento puro de unoempírico. Si se encuentra una proposición que seapensada al mismo tiempo con su necesidad, es apriori.La experiencia no da jamás a sus juiciosuniversalidad verdadera o estricta, por ejemplo,cuando decimos: “todos los cuerpos son pesados”.Cuando un juicio tiene universalidad estricta, estaseñala una fuente de conocimiento: una facultad deconocimiento a priori. Los conocimientos a prioripresentan necesidad y universalidad.

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Un ejemplo del uso ordinario del entendimiento:todo cambio tiene que tener una causa. Aquí elconcepto de causa conlleva la necesidad del enlacecon un efecto, así como la universalidad de la regla.Esto se perdería si como hizo Hume derivase lacausa de una conjunción frecuente entre lo queocurre y lo que precede, y de una costumbre nacidade enlazar representaciones(una necesidadmeramente subjetiva). ¿De dónde iba a sacar laexperiencia su certeza si todas las reglas, por lascuales progresa, fueran empíricas y por endecontingentes?

No sólo en juicios, sino también en los conceptos se

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nota que algunos tienen un origen a priori. Si seprescinde poco a poco, en el concepto que laexperiencia ofrece de un cuerpo, de todo lo quees en él empírico: color, dureza o blandura, peso,impenetrabilidad; siempre queda el espacio queaquel cuerpo ocupaba, de este no se puedeprescindir. De igual modo, si en el conceptoempírico de todo objeto, corporal o incorporal,se prescinde de todas las propiedades que nosenseña la experiencia, no se puede ,sinembargo, suprimir aquella por la cual se lopiensa como sustancia o como adherente a unasustancia.

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III. La filosofía necesita una ciencia que determine losconocimientos a priori.

Hay conceptos para los cuales no puede ser dado enla experiencia ningún objeto correspondiente y queamplificarían la extensión de nuestros juicios porencima de todos los límites de la experiencia. Estees el tema de la investigación, pero se presentanaquí problemas inevitables como Dios, la libertad yla inmortalidad. La ciencia que pretende darsolución a estos problemas es la metafísica, cuyoproceder, al comenzar es dogmático, es decir, quesin previo examen de la capacidad o incapacidad dela razón pura emprende la tarea.

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Primero, entonces, se debe ver lo de la fundamenta-ción del edificio: “cómo el entendimiento puedellegar a todos esos conocimientos a priori, y quéextensión, validez y valor pueden tener.” Pero, estoes lo que no se ha hecho.

[Cómo se ha procedido]El encanto que nos produceampliar nuestros conocimientos es tan grande, queno nos detiene en nuestra marcha más que eltropiezo con una contradicción clara. Esta, empero,puede evitarse; basta con hacer cuidadosamente lasinvenciones, que no por eso dejan de serinvenciones. La matemática nos da un brillanteejemplo de cuán lejos podemos ir en elconocimiento a priori. Ella se ocupa sólo de

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objetos y conocimientos que se pueden exponer en laintuición. Pero esta circunstancia pasa fácilmentedesapercibida, porque esta intuición puede ella mismaser dada a priori y por tanto se distingue apenas de unmero concepto puro.

IV. De la distinción de los juicios analíticos y sintéticosEn todos los juicios en donde se piensa la relación de unsujeto con el predicado es esa relación posible de dosmaneras. O bien el predicado B pertenece al sujeto Acomo algo contenido (ocultamente) en ese concepto A;o bien B está enteramente fuera del concepto A, si bienen enlace con el mismo.

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1) S es P ( P ⊂ S): juicio analítico. El enlace espensado mediante identidad, es un juicio deexplicación, no añade nada el predicado. Ejemplo:Todos los cuerpos son extensos. Es una proposiciónque subsiste a priori , antes de ir a la experiencia,tengo ya en el concepto todas las condiciones parami juicio, y del concepto puedo sacar el predicadopor medio del principio de contradicción, pudiendoasimismo tomar conciencia al mismo tiempo, de lanecesidad del juicio.

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2) S es P ( P ⊄ S) : juicio sintético, es un juicio deampliación, añade al concepto del sujeto unpredicado que no estaba pensado en él y no hubierapodido sacarse por análisis alguno. Ejemplo: todoslos cuerpos son pesados. Puedo conocer antesanalíticamente el concepto de cuerpo, mediante loscaracteres de la extensión, de la figura, etc. …quetodos son pensados en ese concepto. Ahora bien, siamplifico mi conocimiento y me vuelvo hacia laexperiencia de donde había separado ese conceptode cuerpo, encuentro unida siempre con lasanteriores caracteres también la pesantez, y laañado, pues, como predicado,

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sintéticamente a aquel concepto. Es pues en laexperiencia en donde se funda la posibilidad dela síntesis del predicado de la pesantez con elconcepto de cuerpo, porque ambos conceptos ,aun cuando el uno no está contenido en el otro,sin embargo como partes de un todo pertenecenuno a otro, si bien sólo por modo contingente.

Pero en los juicios sintéticos a priori faltaenteramente esta ayuda. Si he de salir delconcepto A para conocer otro B, como enlazadocon él, ¿en qué me apoyo? ¿Mediante qué esposible la síntesis, ya que aquí no

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tengo la ventaja de volverme hacia el campo de laexperiencia para buscarlo? Tómese estaproposición: todo lo que sucede tiene una causa. Enel concepto de algo que sucede pienso ciertamenteuna existencia, antes de la cual precede un tiempo,etc.… Pero el concepto de una causa me ofrece algodistinto del concepto de lo que sucede y no está portanto contenido en esta última representación.¿Cuál es aquí la incógnita x, sobre la cual se apoya elentendimiento cuando cree encontrar fuera delconcepto A un predicado B extraño a aquelconcepto y lo considera, sin embargo, enlazado conél? La experiencia no puede

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ser, porque el principio citado añade esta segundarepresentación a la primera, no sólo con másuniversalidad de la que la experiencia puedeproporcionar, sino también con la expresión de lanecesidad y, por tanto, enteramente a priori y pormeros conceptos. Ahora bien, en semejantesprincipio sintéticos, es decir, de ampliación,descansa todo el propósito último de nuestroconocimiento especulativo a priori; pues losanalíticos, si bien altamente importantes ynecesarios, lo son tan sólo para alcanzar aquellaclaridad de los conceptos, que se exige para unasíntesis segura y extensa, que sea una adquisiciónverdaderamente nueva.

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V. En todas las ciencias teóricas de la razón están losjuicios sintéticos a priori

Los juicios matemáticos son todos ellos sintéticos.Esta proposición parece haber escapado hastaahora a los analíticos de la razón humana. Pueshabiendo encontrado que las conclusiones de losmatemáticos se hacen todas según el principio decontradicción, persuadiéronse de que también losprincipios eran conocidos por el principio decontradicción; en lo que anduvieron errados, puesuna proposición sintética, si bien puede serconocida por medio del principio de contradicción,no lo es nunca en sí misma, sino sólo

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presuponiendo otra proposición sintética de la cualpuede ser deducida.Hay que notar que las proposiciones matemáticasson siempre juicios sintéticos a priori, pues llevanconsigo necesidad.Podría pensarse al principio que 7 + 5 = 12, es unaproposición meramente analítica, que se sigue delconcepto de una suma de siete y cinco, según elprincipio de contradicción. Pero, cuando seconsidera más de cerca, se encuentra que elconcepto de la suma de 7 y 5 no encierra nada másque la reunión de ambos números en uno solo, conlo cual no se piensa de ningún modo cuál sea esenúmero único que

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comprende los otros dos. Que 5 ha de añadirse a 7,es cierto que lo he pensado en el concepto de unasuma= 7+ 5 ; pero no que esa suma sea igual al número12. La proposición aritmética es, por tanto, siempresintética.De igual modo, ningún principio de la geometríapura es analítico. Que la línea recta es la más cortaentre dos puntos, es una proposición sintética. Puesmi concepto de recta no encierra nada de magnitud,sino sólo una cualidad. El concepto de lo más cortoes enteramente añadido y no puede sacarse pormedio de ningún análisis, del concepto de línearecta.

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Algunos pocos principios que los geómetraspresuponen, son ciertamente analíticos y descansanen el principio de contradicción; pero, como lasproposiciones idénticas, tampoco sirven más quecomo cadena de método y no como principios, porejemplo, a=a, el todo es igual a sí mismo, o bien(a+b) > a…Y aun estos mismos, aunque valen segúnmeros conceptos, no son admitidos en lamatemática más que porque pueden ser expuestosen la intuición.Lo que comúnmente nos hace creer aquí que elpredicado de esos juicios apodícticos está ya ennuestro concepto y que el juicio es, por tanto,analítico,

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es tan sólo la ambigüedad de la expresión. Lacuestión no es qué debemos pensar en el conceptodado, sino qué es lo que pensamos realmente en él; yentonces se muestra que el predicado pende deaquel concepto necesariamente, pero no comopensado en el concepto mismo, sino por medio deuna intuición, que tiene que añadirse al concepto.La ciencia de la naturaleza (physica) contiene juiciossintéticos a priori como principios. Ejemplos: “ Entodas las transformaciones del mundo corporal lacantidad de materia permanece inalterada” y “Entoda comunicación del movimiento tienen que sersiempre iguales la acción y la reacción.” En amboscasos, no

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sólo la necesidad y por ende el origen a prioriestá claro, sino que se ve claramente tambiénque son proposiciones sintéticas. Pues en elconcepto de materia no pienso la permanencia,sino sólo la presencia de la materia en el espacio,llenándolo. Así, pues, salgo realmente delconcepto de materia, para pensar a priori unido aél, algo que no pensaba en él.