Poesía / artes visuales en la obra de José Isaacson artes visuales... · mentaria porque han...

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161 Poesía / artes visuales en la obra de José Isaacson Beatriz Curia Conicet-UBA- USal J osé Isaacson –nacido en Buenos Aires en 1922, Premio Nacional en Cien- cias del Lenguaje– se erige como un poeta excepcional de la literatura argentina, en un nivel comparable al de Borges y el de un brevísimo grupo de escritores. 1 Sus obras presentan particulares dificultades desde el punto de vista crítico: engloban una concepción del mundo, una gnoseología, una antropología, una sociología, una política y una metafísica. Se acerca a las artes plásticas, a la música, a la historia, a la mitología y a la realidad de su entorno socio histórico. Poeta de su tiempo, arraigado en su país, no da las espaldas al mundo. Los grandes temas y problemas de la modernidad y pos- modernidad le son familiares y movilizan su impulso creador. Los poemas de Isaacson, lejos de constituir glosas de obras filosóficas, científicas, musicales o plásticas, fueron concebidos como convergencia de estas disciplinas y su poética. No se trata de una referencialidad circunstancial a otros campos culturales sino de un factor intrínseco a la esencia de cada poema. La raíz de esta actitud es su idea de la cultura como reunión de las actividades poiéticas del hombre y de la poesía como forma emocional del conocimiento. Poema y teorema son las dos caras del conocimiento humano. La ponencia se centra en la relación poesía / artes visuales en la obra del autor. El pensamiento de José Isaacson está estructurado por una concepción dialógica de la persona. “El hombre concreto –cada uno de nosotros– histó- ricamente situado se convierte en hombre total cuando se asume como sujeto dialógico. Es decir, cuando se convierte en interlocutor” (Isaacson, 1980, 4). El hombre es el natural sujeto conocedor de la realidad, de la cual –para conocerla realmente– debe separarse de modo dialéctico y convertirse en observador. Es decir que, una realidad que en un comienzo se presentaba al 1 Coinciden en esta afirmación los críticos norteamericanos Thorpe Running (1999, 11) y Marina Martín (2012, 26). La crítica sobre Isaacson en la Argentina es muy extensa. Entre los autores: Carlos Mastronardi, Francisco Luis Bernárdez, Bernardo Canal Feijóo, Antonio Pagés Larraya, Gregorio Weinberg, Alfredo de la Guardia, Zulma Palermo, Hebe Beatriz Molina. Yo misma he realizado trabajos sobre Isaacson.

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Poesía / artes visuales en la obra de José Isaacson

Beatriz Curia Conicet-UBA- USal

José Isaacson –nacido en Buenos Aires en 1922, Premio Nacional en Cien-cias del Lenguaje– se erige como un poeta excepcional de la literatura

argentina, en un nivel comparable al de Borges y el de un brevísimo grupo de escritores.1 Sus obras presentan particulares dificultades desde el punto de vista crítico: engloban una concepción del mundo, una gnoseología, una antropología, una sociología, una política y una metafísica. Se acerca a las artes plásticas, a la música, a la historia, a la mitología y a la realidad de su entorno socio histórico. Poeta de su tiempo, arraigado en su país, no da las espaldas al mundo. Los grandes temas y problemas de la modernidad y pos-modernidad le son familiares y movilizan su impulso creador. Los poemas de Isaacson, lejos de constituir glosas de obras filosóficas, científicas, musicales o plásticas, fueron concebidos como convergencia de estas disciplinas y su poética. No se trata de una referencialidad circunstancial a otros campos culturales sino de un factor intrínseco a la esencia de cada poema. La raíz de esta actitud es su idea de la cultura como reunión de las actividades poiéticas del hombre y de la poesía como forma emocional del conocimiento. Poema y teorema son las dos caras del conocimiento humano. La ponencia se centra en la relación poesía / artes visuales en la obra del autor.

El pensamiento de José Isaacson está estructurado por una concepción dialógica de la persona. “El hombre concreto –cada uno de nosotros– histó-ricamente situado se convierte en hombre total cuando se asume como sujeto dialógico. Es decir, cuando se convierte en interlocutor” (Isaacson, 1980, 4). El hombre es el natural sujeto conocedor de la realidad, de la cual –para conocerla realmente– debe separarse de modo dialéctico y convertirse en observador. Es decir que, una realidad que en un comienzo se presentaba al

1 Coinciden en esta afirmación los críticos norteamericanos Thorpe Running (1999, 11) y Marina Martín (2012, 26). La crítica sobre Isaacson en la Argentina es muy extensa. Entre los autores: Carlos Mastronardi, Francisco Luis Bernárdez, Bernardo Canal Feijóo, Antonio Pagés Larraya, Gregorio Weinberg, Alfredo de la Guardia, Zulma Palermo, Hebe Beatriz Molina. Yo misma he realizado trabajos sobre Isaacson.

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hombre como un “tú” se transforma en un “ello”. Lo que Isaacson denomina “sujeto dialógico” se traduce en la “ecuación verbal de la persona”: Yo-Tú.2

En Antropología literaria: Una estética de la persona (1982) Isaacson propone “una metodología crítica capaz de evaluar un texto en función de su carácter dialógico”, por cuanto la ‘literaturidad’ de un texto depende de su carácter dialógico (1982, 2). A esto debe agregarse que, como escribe a renglón seguido, las conclusiones obtenidas en el campo de la antropología literaria pueden extenderse a cualquier otra textualidad artística. De donde surge que es posible hablar de una antropología del arte.

La póiesis resulta, para el autor, de relaciones personales que se concretan en el objeto estético, es decir, en el testimonio del encuentro que tales rela-ciones hicieron posible (Isaacson 1982, 3). Así, la póiesis es el denominador común de todas las artes.

Por lo demás, en este tiempo resulta imprescindible destacar que todas las actividades científicas y tecnológicas del hombre quedan incluidas, junto con las artísticas, en una idea englobante de la cultura (Isaacson, 1982, 6). La cultura debe verse como una integración de todas las actividades creadoras del hombre. Esta idea se reitera en diversas obras del autor.

Inicialmente, mi trabajo fue concebido como una visión panorámica de la presencia, importante sin duda, de las artes visuales en la obra de Isaac-son. Sin embargo, a medida que iba investigando, advertí que en dos de sus poemas, incluidos en el imprescindible libro Poemas del conocer (1984) –“verdadera cima” en la obra Isaacson (Martin, 2012, 151)– se establecía una relación con la obra de Paul Klee que trascendía la pintura en sí e invo-lucraba al pintor en su pensamiento, en su hacer y en la totalidad de su vida.

Volviendo a los Poemas del conocer: el libro se estructura de una manera singular: quince poemas y quince pre-textos. Isaacson ha descubierto este original modo de revelar al lector la génesis de sus poemas: cada poema recrea, comenta, corrobora o se distancia de su respectivo pre-texto. El poema VIII –“Bauhaus”– forma con el IX –“Pequeño señor acorralado”– una compleja e indisoluble composición. La lectura de ambos resulta comple-mentaria porque han nacido de una misma experiencia: la visita del autor a la exposición Paul Klee, efectuada en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, el 15 de julio de 1970.

“Bauhaus” sienta los principios que guiaron el hacer del grupo de ese nombre, encabezado por Gropius y que también integró Paul Klee.3 Los “pretextos” permiten asomarse a la motivación fructificada en poesía y al

2 Isaacson exhibe continuamente en La Revolución de la Persona (1980) el soporte buberiano desde el cual elabora su propio pensamiento.

3 Literalmente Bauhaus se traduce como ‘casa de construcción’. Fue una escuela de construcción fundada en Weimar por Walter Gropius en 1919. En ella confluyeron diversas artes.

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contexto del tema abordado. El lector puede así, en un juego de vaivenes, intensificar su percepción intelectual y su vibración afectiva. En el caso de “Bauhaus”, se incluyen un texto de Luwig Grote, dos de Gropius y un tercero formado por la mención de tres cuadros expuestos en la muestra de 1970: La bailarina hace equilibrio sobre la ciénaga y Pequeños mundos (1922), de Vassily Kandinsky; Tiene cabeza, mano, pie y corazón (1930), de Paul Klee.

Duramentefueron descubriendoque los bailarineshacían equilibrio sobre la ciénaga.

Tener cabeza,pie, mano y corazónno bastabapara para identificar a un hombre.Ni los órganos sumados,ni los órganos reunidosson un hombre. (Isaacson 1984, 60)…………………….La ciénaga era la base, el sostén imposible.……………………

Los artesanos Elaboraron cubos,Pirámides y esferas.DentroQuedaron, tan solo,Los maniquíes.Los robots se sentían cómodosy hasta se creyeron inteligentes,ellos,que apenas eran el reflejode un reflejo.

Los pequeños mundos,Imaginados como islas,No podían existirsobre la ciénaga viscosae inasible. (Isaacson, 1984, 61) 4

4 Las cursivas en los textos de Isaacson me pertenecen. Destacan las coincidencias con títulos de cuadros.

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Gropius proclamaba un arte nacido de la perfección artesanal, anclado socialmente. A partir de esa perfección, era posible –aunque no necesaria-mente– trascender hacia el arte.

La ciénaga representa el mundo durante el poder omnímodo del nazismo. Ese poder va abarcando progresivamente toda la realidad. Los hombres sometidos –también los artistas– se tornan autómatas y pierden todo vestigio de personas, aunque tengan forma de hombre: cabeza, pie, manos, corazón. Los pequeños mundos, los precarios equilibrios, se derrumban cuando la ciénaga emite

el dictamen de su pestilencia:¡Basta de arte judío degenerado!

Las cenizassobrevolando la ciénagafueron el último testimoniode esos locos bailarinesque creyeron posible construirun mundo fuera del mundo. (Isaacson, 1984, 62)

Los hornos devoraron a los artistas y las hogueras sus obras. Latrocinios impunes permitieron que se esfumara como por arte de magia el resultado de tantas labores y tanta creatividad.

En el poema IX, “Pequeño señor acorralado”, el pre-texto reconstruye las circunstancias de su elaboración. Se trata de dos fragmentos, uno de Paul Klee, otro de su crítico Werner Schmalenbach y de una nota del autor que, aunque muy extensa para ser transcripta en su totalidad, dice mucho acerca de la génesis del poema:

El poema que sigue pudo llamarse “Cuadros de una exposición” [alude a la suite de Mussorgsky que dibujó con música los cuadros de su amigo Hartmann]; lleva, en cambio, el nombre de uno de los cuadros que erigió en su tema central. Debería decir que los poemas pintados por Klee fueron escribiendo mi poema. A continuación transcribo algunos títulos de sus cuadros que, implícita o explícitamente, se han incorporado a mis versos. Más correcto hubiese sido escribir “nuestros versos”; no he querido hacerlo sin autorización de Klee. (Isaacson, 1984, 66-67).

Enumera a continuación los cuadros con sus respectivas fechas y agrega: “(15 de agosto de 1970, en la exposición Paul Klee realizada en Buenos Aires)”.

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Aquí viene a nuestro encuentro una información notable, que comple-menta las palabras de Isaacson y plenifica su sentido: según cuenta su hijo Félix, Klee pasaba noches enteras en vela, creando los títulos de las obras ya terminadas. Asegura que daba tanta o mayor importancia a los títulos que a la obra misma. Los libros de José Isaacson suelen llevar en la tapa la reproducción de una pintura o dibujo de artistas como Belvello de Pavía, Leonardo, Chagall, Miguel Ángel, Brueghel y el propio Klee. Soy testigo de las búsquedas previas a cada elección. En el caso de Amor y amar (1960), la tapa, que incorpora algunos versos, fue elaborada por Rafael Alberti (fig. 1). Así como para Isaacson la imagen en la tapa completa la palabra, para Klee la palabra completa la imagen.

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Ocurre que también para el artista suizo todas las artes convergen: pin-tura, literatura, música. Él mismo era violinista y poeta. Durante su primera juventud había experimentado una indecisión vocacional que llegaba a tor-turarlo (lo menciona reiteradamente en sus diarios) (Klee, 1968, 26, 42, 43).

Indagando más profundamente la concepción del artista, la relación con la obra es entendida como resultado de una intuición de la totalidad a través del diálogo entre el artista y lo real, entre el “Yo y el Tú” (Klee, 1979, 68).5 El artista no copia ni reproduce la realidad, sino que establece, entre el Yo y el Tú, “una relación por resonancia que trasciende toda relación óptica” (70). Se trata de una participación cósmica de índole metafísica. Las realidades del arte “amplían la vida tal como ésta se presenta de ordinario […]. Hacen visible una realidad secreta” (51).

Y escribe Isaacson: “La pureza de la poesía consiste en que es la mani-festación de la multiplicidad de lo existente. Todo en ella está en la medida en que ella es la manifestación de todo” (Isaacson, 1982, 218).

Volviendo a los títulos de la exposición de 1970 en Buenos Aires, me limito a consignar el paralelo entre algunos de ellos y los versos generados:

Klee Isaacson

“Los idiotas que se ríen” [L]os idiotas que se ríen“En el erial” en los eriales “La que se desploma” ante quienes se desploman. (67)

“Pequeño señor acorralado” El pequeño señor acorralado mira sin entender los caminos posibles. (69)

“Crítico” Y a los críticos Que escriben con sus garras hundidas en el polvo. (69)

El dibujo al que alude el título se recorta sobre el trasfondo convulsionado de la Primera Guerra Mundial: el “Pequeño señor acorralado” fue trazado por Klee, con pluma violeta sobre papel de carta, en 1919. Sin embargo, la obra se convierte para Isaacson en epítome del siglo XX, en especial del nazismo.

5 No ha de soslayarse el influjo de Martín Buber, quien había publicado su célebre Yo y Tú en 1922. El texto transcripto es del año siguiente.

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Para ello se va deslizando de título en título, de verso en verso. El yo poético se proyecta a los discursos de Trotsky en 1922 (“Habría

que nombrar/ los mensajes al proletariado en 1922”), versos en los que permanecen latentes el ascenso de Stalin al poder y la creación de la Unión Soviética en 1924 (“y creíste posible/ ser un ermitaño en 1924”). En un mundo devastado por la crisis económica, el nacionalsocialismo triunfa en Alemania y en 1933 Hitler llega al poder. En 1937 se dictan las leyes

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antijudías de Núremberg: “[…] el paisaje azufrado de 1937/ con su menorá volteada/ iluminando/ las imposibles ermitas” (pág. 68) y “x C3/ fue el único diálogo posible en 1938” (69). Los años que transcurren comprenden la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto:

El pequeño señor quedó acorralado en el entrecruce de las señales que lo arrinconan y lo inmovilizan.

La rosa de los vientos perdió todos sus pétalos.

La revertida rosa le apunta con todas sus espinas y él, pobre señor acorralado, en el centro indeseable de las dudas fuera de todos los esquemas, nos mira desesperado, y nada podemos hacer por él junto a él, con él.

Nosotros mismos, ya él mismo, fuera de los gozosos caminos caminando en una sola dirección imposible.

Pobre señor acorralado, desde aquel bosque y aquella viva luz, reverberando como una canción que no declina, hasta esta sola, única, despojada hoja consumiéndose. (71)

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Asumidos dialógicamente los títulos de las obras, el poema se abre a una intuición abarcadora del mundo pintado por Klee, aprehende emocionalmente la realidad poética del artista suizo y nos convierte también a nosotros, sus lectores, en pequeños y patéticos señores acorralados por el ominoso mundo que revelan los cuadros.

El poeta busca despojar a la realidad “de sus máscaras/ fundir el sujeto y el objeto, /la sensibilidad con el entendimiento (1984, 78) y esta relación Yo-Tú , el “entre” que así aparece, incorpora dialógicamente al lector en la realidad intuida del mundo visual ofrecido por Klee y la Bauhaus.

Bibliografía

Isaacson, José, 1960. Amor y amar. Buenos Aires: Américalee.

Isaacson, José, 1984. Poemas del conocer. Buenos Aires: Marymar.

Isaacson, José,1980. La revolución de la per-sona. Buenos Aires, Marymar.

Isaacson, José, 1982. Antropología literaria. Una estética de la persona. Buenos Aires: Marymar.

Catálogo de la exposición Paul Klee. 15 de julio al 15 de agosto de 1970, 1970. Bue-nos Aires: Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.

Klee, Paul, 1979. Teoría del arte moderno, trad. de Hugo Acevedo. Buenos Aires: Tie-rra Firme.

Klee, Paul, 1968. The Diaries of Paul Klee (1898-1918), edited with an Introduction by Felix Klee. Berkeley, Los Angeles, London: University of California Press.

Martín, Marina, 2012. José Isaacson y la poética del encuentro. Buenos Aires: Teseo.

Running, Thorpe, 1999. José Isaacson: poeta crítico. Buenos Aires: Nuevo Hacer.

Resumen:La ponencia examina la obra de uno de los grandes poetas argentinos, José Isaacson (Buenos Aires, 1922, Premio Nacional de Ciencias del Lenguaje), en particular su libro Poemas del Conocer (1984; 2004 ed. bilingüe francés/español), y establece relaciones entre artes visuales y poesía. Un análisis pormenorizado permite detectar notables correspondencias de estos textos con la producción de la Bauhaus. Sorprenden los paralelismos de pensamiento y ejecución entre José Isaacson y Paul Klee. En ambos autores, la raíz se encuentra en una particular y compartida visión del mundo.

Palabras clave:José Isaacson, poesía argentina, poética, artes visuals, Paul Klee, Bauhaus.

Abstract:The paper examines the work of a major contemporary Hispanic poet and philosopher, José Isaacson (Buenos Aires 1922, Premio Nacional de Ciencias del Lenguaje, National Award of Language Sciences). The current paper focuses particularly on his book Poemas del conocer (1984; 2004 bilingual ed. French/Spanish), and establishes the relationship between specific visual art productions and Isaacsonʼs poetry. A detailed analysis detects significant correlations

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between this collection of poems and the Bauhaus. The paper illustrates surprising conceptual and technical affinities between José Isaacson and Paul Klee, revealing a worldview that is shared by both.

Keywords:José Isaacson, Argentinian poetry, poetics, visual arts, Paul Klee, Bauhaus.