Segregación Residencial en el Espacio Turístico de...
Transcript of Segregación Residencial en el Espacio Turístico de...
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DE ARTE, ARQUITECTURA Y DISEÑO
Segregación Residencial en el Espacio Turístico
de Puerto Vallarta, Jalisco: 2001-2007
TESIS PARA OBTENER EL GRADO DE:
DOCTOR EN CIUDAD, TERRITORIO Y SUSTENTABILIDAD
DOCTORANDO:
José Alfonso Baños Francia
DIRECTOR DE TESIS:
Dra. Silvia Arias Orozco
Guadalajara, Jalisco agosto 2 0 0 9
INTRODUCCIÓN.
JUSTIFICACIÓN ……………………….………..………..………….....……. 4
OBJETIVOS ….………..……………………………..……………….....……. 6
OBJETIVO GENERAL ………………………………….………….......…. 6
OBJETIVOS ESPECÍFICOS ………………………….….…………….…. 6
HIPÓTESIS …………………………………………..…….….…..…….....…. 6
I.- MARCO CONCEPTUAL …..……..................................................…. 7
I.1.- SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL (RESIDENCIAL) …................…. 7
I.2.- TERRITORIO, CIUDAD Y TURISMO …......................................…. 16
I.3.- LA VIVIENDA SECUNDARIA ….................................................…. 18
II.- METODOLOGÍA de TRABAJO ....................................................…. 20
II.1.- EL CONCEPTO CENTRAL …………………………………....…. 21
II.2.- TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN EMPÍRICA .. 23
III.- APORTACIONES …..…….............................................................…. 28
III.1.- APORTACIÓN TEÓRICA ….....................................................…. 28
III.2.- APORTACIÓN AL MÉTODO ….................................................…. 30
III.3.- APORTACIÓN EMPÍRICA …....................................................…. 31
PARTE I. ACERCAMIENTO TEÓRICO AL CONCEPTO
CENTRAL Y COMPLEMENTARIOS.
CAPITULO 1.- LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
1.1.- CARACTERÍSTICAS Y TENDENCIAS DE LA
SEGREGACIÓN RESIDENCIAL …………………………….………… 33
1.1.1.- PATRÓN TRADICIONAL DE
SEGREGACIÓN RESIDENCIAL SOCIO-ECONÓMICA ….............. 33
1.1.2.- LA ESCALA DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL …………..…. 35
1.1.3.- PRINCIPALES MODALIDADES
DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL ………………………….……….. 37
1.1.4.- CAMBIOS EN EL PATRÓN TRADICIONAL DE
DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN AMÉRICA LATINA ……... 43
1.2.- FACTORES EXPLICATIVOS
DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL ………………………..….…. 46
1.2.1.- FACTORES DE LA OFERTA ……………………..……….………. 46
1.2.2.- FACTORES DE LA DEMANDA ………………….………..….…. 55
1.2.3.- FACTORES SOCIALES ………………….……………….…..…. 61
1.2.4.- FACTORES ECONÓMICOS …………….………….………..…. 63
1.2.5.- FACTORES INSTITUCIONALES …….………….….………..…. 64
1.3.- EFECTOS DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL .………..…..…. 67
1.3.1.- EFECTOS URBANO-TERRITORIALES ……………………..…. 67
1.3.2.- EFECTOS SOCIALES …………………………………….…..…. 77
1.4.- IMPACTOS DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL .………… ..…. 78
1.4.1.- SEGREGACIÓN VOLUNTARIA (POSITIVA)
Y FORZADA (NEGATIVA) ………………………………………..… 79
1.4.2.- INFLUENCIA DE LA ESCALA DE LA SEGREGACIÓN ……..…. 84
1.4.3.- AUMENTO EN LA MALIGNIDAD DE LA SEGREGACIÓN ….…. 85
1.4.4.- FIJACIÓN DE ESTIGMAS TERRITORIALES ….…………….…. 86
1.5.- ESPACIO URBANO DUAL: FORMAL E INFORMAL .…………….… 90
1.6.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO …………………………………….…....…. 92
CAPITULO 2.- CIUDAD, TURISMO Y VIVIENDA SECUNDARIA.
2.1.- LA CIUDAD TURÍSTICA ….………………………………..….....…... 95
2.1.1.- ORIGENES DE LA CIUDAD TURÍSTICA …....………………..…. 96
2.1.2.- CONSOLIDACIÓN DE LA CIUDAD TURÍSTICA ………..........…. 98
2.1.3.- LA CIUDAD TURÍSTICA ACTUAL ...……………………….....…. 99
2.2.- LA CIUDAD TURÍSTICA EN MÉXICO …..…………………...…..…. 101
2.2.1.- LA ACTIVIDAD TURÍSTICA EN MÉXICO …....…….……………. 105
2.2.2.- ACTIVIDAD TURÍSTICA EN CIUDADES MEXICANAS ….…..…. 111
2.2.3.- CIUDAD TURÍSTICA DE LITORAL TRADICIONAL ……….….…. 116
2.2.4.- CENTROS INTEGRALMENTE PLANEADOS –CIP- ……….……. 118
2.3.- EL ESPACIO TURÍSTICO …..………………………..……….....……. 122
2.3.1.- TIPOLOGÍA DEL ESPACIO FÍSICO ………………..……….…. 123
2.3.2.- TIPOLOGÍAS DE CENTROS TURÍSTICOS …….…………….…. 124
2.3.3.- OTRA APROXIMACIÓN
AL CONCEPTO DE ESPACIO TURÍSTICO ………………….. 125
2.4.- EL MODELO DE TURISMO RESIDENCIAL ……………………….. 127
2.4.1.- LA VIVIENDA SECUNDARIA …………………………..….….…. 129
2.4.2.- LA VIVIENDA SECUNDARIA DE LITORAL …..………..…….…. 133
2.4.3.- LA VIVIENDA SECUNDARIA DE LITORAL EN MÉXICO …....…. 134
2.4.4.- LA VIVIENDA SECUNDARIA EN PUERTO VALLARTA ..………. 139
2.5.- MODELOS TURÍSTICOS EN PUERTO VALLARTA …..…………… 144
2.5.1.- MODELO EXCLUSIVO, 1948-1970 …....………..………………. 144
2.5.2.- MASIFICACIÓN TEMPRANA, 1971-1980 …………………….…. 151
2.5.3.- MASIFICACIÓN EN EXPANSIÓN, 1981-1990 …………..…....…. 155
2.5.4.- DIVERSIFICACIÓN TURÍSTICA, 1991-2000 ……………..….…. 158
2.5.5.- MODELO INMOBILIARIO RESIDENCIAL, 2001-2007 ……..….…. 164
2.6.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO …..……………....................…………… 167
PARTE II. LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA.
CAPÍTULO 3.- SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN EL ESPACIO
TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA.
3.1.- ESTRUCTURA SOCIO-ESPACIAL EN PUERTO VALLARTA …... 171
3.1.1.- EL ESPACIO CENTRO ……………………………….………..... 173
3.1.2.- EL ESPACIO PERIFERIA ….……………………….………….... 175
3.1.3.- EL ESPACIO TURÍSTICO ......................................................... 176
3.2.- SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL EN PUERTO VALLARTA ..… 180
3.2.1.- ESTATUS LEGAL DE LA COLONIA (FORMAL E INFORMAL) ….. 181
3.2.2.- INGRESOS ECONÓMICOS DE LOS RESIDENTES ……………. 183
3.2.3.- CONDICIONES FÍSICAS DE LAS VIVIENDAS .…..………….…. 184
3.2.4.- DISPONIBILIDAD DE SERVICIOS PÚBLICOS BÁSICOS .….…. 186
3.2.5.- LOCALIZACIÓN DENTRO DE LA TRAZA URBANA …….…...…. 188
3.3.- DIMENSIÓN SOCIAL EN LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN EL
ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA ..……………...... 191
3.3.1.- ESTATUS FAMILIAR EN EL ESPACIO TURÍSTICO
DE PUERTO VALLARTA ....………………….………………..…. 191
3.3.2.- RELACIÓN SOCIAL ENTRE GRUPOS EN PUERTO VALLARTA .. 206
3.3.3.- DISTINCIÓN TERRITORIAL EN PUERTO VALLARTA …….….. 212
3.3.4.- COMENTARIOS SOBRE LA
DIMENSIÓN SOCIAL EN PUERTO VALLARTA ……….……..…. 217
3.4.- DIMENSIÓN FÍSICA DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN EL
ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA ..……………...... 219
3.4.1.- CARACTERÍSTICAS URBANAS EN EL ESPACIO TURÍSTICO
DE PUERTO VALLARTA ....………………………………………. 220
3.4.2.- DESARROLLOS DE VIVIENDA SECUNDARIA EN
EL ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA ....……..…. 244
3.5.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO ..…………………………………..……..... 261
PARTE III. INTEGRACIÓN URBANA EN LA CIUDAD TURÍSTICA.
CAPÍTULO 4.- MODELO DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL PARA LA
CIUDAD TURÍSTICA DE LITORAL.
4.1.- PRINCIPIOS GENERALES DE LA INTEGRACIÓN RESIDENCIAL 268
4.1.1.- MARCO NORMATIVO URBANO VIGENTE ……………….……. 272
4.2.- ESTRATEGIAS DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL …….….….... 274
4.3.- POLÍTICAS y PROGRAMAS DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL …. 276
4.3.1.- MOVILIDAD SOCIAL EN COLECTIVOS URBANOS ……………. 276
4.3.2.- CONTROL DE PROCESOS URBANOS,
USOS Y MERCADO DE SUELO ……………………………….……. 286
4.3.3.- PROYECTOS URBANOS DE INTEGRACIÓN Y
MEJORAMIENTO DE BARRIOS ……………………………….……. 296
4.4.- INSTRUMENTACIÓN DEL MODELO DE
INTEGRACIÓN RESIDENCIAL …….…………………………… 302
4.4.1.- INTERACCIÓN ENTRE GRUPOS SOCIALES
Y/O NACIONALES …………………………………………………... 302
4.4.2.- INTEGRACIÓN ESPACIAL DE DIFERENTES GRUPOS …...….. 307
4.4.3.- DEBILITAMIENTO DE ESTIGMAS TERRITORIALES ….……….. 311
4.4.4.- GUÍA PARA DAR SEGUIMIENTO AL
MODELO DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL ………..………….. 315
4.5.- EVALUACIÓN DEL MODELO DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL . 318
4.5.1.- MONITOREO DE POLÍTICAS Y PROGRAMAS ……..………….. 318
4.5.2.- MONITOREO DEL MODELO ORGANIZACIONAL …..…….…….. 319
4.5.3.- MONITOREO DE RESULTADOS ………………………………….. 320
4.6.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO ……………………………..…………..…. 321
CAPÍTULO 5.- CONCLUSIONES.
5.1.- PROCESO METODOLÓGICO …………………………………….... 324
5.2.- EVALUACIÓN DE LAS CONCLUSIONES …..…………………….... 333
5.3.- PROSPECTIVA DE TRABAJO …..…………………………….……... 337
1
INTRODUCCIÓN.
La ciudad es la forma más habitual de vida en la sociedad contemporánea y el
lugar de asentamiento espacial de más de la mitad de la humanidad en el
planeta (ONU Hábitat, 2006). En los últimos treinta años, esta dinámica se ha
fortalecido debido a los procesos de globalización y a los avances tecnológicos,
lo que ha generado profundas transformaciones que acentúan la complejidad y
multi-dimensionalidad de las entidades urbanas.
Tres elementos caracterizan el proceso de urbanización a nivel mundial:
primero, una fuerte concentración demográfica y de movimientos migratorios en
fragmentos de territorios nacionales e internacionales; segundo, profundos
cambios generados por los adelantos tecnológicos y por la mundialización
económica; y tercero, la agravación de la segregación social en el espacio, con
sus tendencias discriminatorias hacia los grupos sociales desfavorecidos, cada
vez más numerosos (Solinís, 2002b:3).
De esta manera, se agudiza la división entre lo formal y lo informal, lo legal e
ilegal, lo rico y lo pobre, presentándose una fragmentación espacial que
profundiza la exclusión social, particularmente en ciudades latinoamericanas y
mexicanas, las que históricamente se ha formado en base a desigualdades
territoriales y urbanas (Sánchez, 2002).
Estos procesos generan nuevos patrones de segregación socio-espacial
surgiendo técnicas refinadas de exclusión expresadas en la creación de
enclaves fortificados, espacios privatizados, amurallados y fragmentados
destinados a la residencia, al consumo, el entretenimiento y al trabajo, con
accesos controlados, en donde se contradice el ideal de apertura,
heterogeneidad, accesibilidad e igualdad de la democracia urbana moderna
(Caldeira, 2000).
2
El turismo, por su parte, se consolida como una de las actividades más
rentables en la economía actual y es un potente transformador del territorio por
su dimensión eminentemente espacial, ocupando suelo, modificando el paisaje
y transformando los recursos naturales. Así, la actividad turística genera
profundos impactos económicos, sociales, culturales y ambientales en los
lugares de acogida (Méndez, 2008; Gómez Nieves, 2005; César y Arnaiz,
2002), particularmente en países como México, en donde el turismo se
estableció como un instrumento de desarrollo, a partir de la generación de
divisas, la creación de empleo y el fomento del crecimiento regional en zonas
desfavorecidas (Brenner, 2007).
Puerto Vallarta es el segundo destino de litoral más visitado por turistas
extranjeros en México (Fonatur, 2002) y una centralidad de servicios de alcance
regional; fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara –ZMG-, es la ciudad
con mayor número de habitantes en el estado de Jalisco (César y Arnaiz,
2006:67). En 1970, la población ascendía a 57,028 habitantes y en el año 2005
se registraban 220,368 pobladores, lo que representa una tasa de crecimiento
mayor al 4% anual, superior a la media nacional (Inegi, 2001 y 2007). Ello ha
favorecido una acelerada expansión urbana e incremento en la demanda del
hábitat: en 1972, el centro de población tenía una superficie aproximada de 600
hectáreas, mientras que a fines del año 2006 se contabilizan más de 5,000
hectáreas1, en 1970 se registraban 6,323 viviendas y para el año 2005 eran
más de 55,000.
El patrón de crecimiento urbano en Puerto Vallarta presenta una marcada
segregación a partir de la aglomeración de segmentos de población de una
misma o similar condición socioeconómica, étnica, y/o cultural en el territorio.
1 La cuantificación del área de la zona urbana de 1972 se tomó de una fotografía aérea del INEGI,
mientras que el cálculo del año 2006 se sacó de la cartografía digital proporcionada por la Dirección de
Planeación Urbana del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta a este autor. Los cálculos son propios.
3
Ello se expresa en el proceso de estructuración del espacio urbano en dos
dimensiones contrastantes: por un lado, la producción formal del orden urbano y
por otro, la urbanización producida fuera de los circuitos profesionales,
denominada informal, en una dinámica que coincide con procesos de ocupación
irregular del suelo en América Latina (Schteingart, 2007; Bazant, 2001;
Clichevsky, 2001; Jaramillo, 1999).
Si bien la segregación residencial en Puerto Vallarta no es un fenómeno nuevo
y sus manifestaciones se presentan desde la década de 1960 (Munguía, 1997),
en los últimos años asistimos a modalidades renovadas de división social en el
espacio, particularmente con la masiva edificación de conjuntos de vivienda
secundaria, lo cual posiciona al destino como el principal receptor de inversión
inmobiliaria de este segmento en destinos de playa en México, reflejado en la
construcción de unas 9 mil unidades.
El espectacular crecimiento del modelo de vivienda secundaria se debió a una
gran disponibilidad de crédito a nivel mundial, la existencia de mercados
inmobiliarios fuertemente especulativos y al impulso institucional por diversificar
la oferta en los destinos turísticos (Soros, 2008; Hiernaux, 2005). Ello generó
una reconfiguración en el patrón tradicional de ocupación del espacio turístico,
originalmente hotelero, al reemplazarse por conjuntos de vivienda secundaria,
generándose nuevas manifestaciones de la división social en el espacio urbano.
De esta manera, el tema central del presente trabajo es conocer las nuevas
modalidades de segregación residencial en el espacio turístico, proceso que se
expresa en la disminución de la interacción entre grupos sociales y el
incremento de la distribución desigual en el espacio urbano.
Para ello, tomamos como estudio de caso a Puerto Vallarta, Jalisco en un
periodo comprendido entre los años 2001 y 2007, etapa en la que se asiste a un
explosivo crecimiento de vivienda para residentes temporales. Finalmente, se
4
plantea una aproximación de un modelo de integración residencial que
contribuya a disminuir los efectos negativos de la segregación residencial y
favorezca la vivencia de una ciudad turística incluyente y democrática en
México para los ciudadanos locales y los visitantes.
JUSTIFICACIÓN.
La acelerada urbanización y las grandes transformaciones en la sociedad
global, hace necesario replantear el estudio de la ciudad con enfoques teóricos
renovados que permitan comprender y explicar los nuevos paradigmas y
dinámicas urbanas.
Las innovaciones recientes vienen acompañadas de fuertes contradicciones;
por un lado, los procesos de globalización y competitividad económica han
permitido un gran dinamismo productivo y el aumento de la riqueza, y por otro,
se presentan nuevas formas de pobreza y exclusión social, acrecentando la
desigualdad estructural, particularmente en sociedades en desarrollo. La
ciudad, lejos de ser una esfera de integración social, se presenta como una
suma de espacios fragmentados y divididos (Ziccardi, 2004), fortaleciéndose el
concepto de ciudad dual, resultado de una polarización contrastante en la
compleja realidad intra-urbana (Borja y Castells, 1997).
Estas contradicciones se agudizan en ciudades con vocación turística, en
donde el desarrollo urbano y el turismo se han constituido como dos
paradigmas del crecimiento económico actual (Campos, 2007; César, 2006).
Dentro de las nuevas tendencias del turismo destaca el incremento de
desarrollos de vivienda secundaria, surgiendo nuevas modalidades de
segregación residencial expresadas en el incremento de la separación entre
grupos sociales y la desigual distribución en el espacio físico, particularmente
en la zona turística.
5
Desde la perspectiva teórica, esta tesis contribuye a los planteamientos de la
Segregación Residencial Socio-económica (SRS), corriente de pensamiento
desarrollada predominantemente en América Latina, región que se caracteriza
por la velocidad en el crecimiento y la desigualdad de las ciudades, con una
fuerte concentración espacial de las elites y grupos medios en zonas
favorecidas y una aglomeración de la pobreza en las periferias. Si bien los
postulados de la Segregación Residencial Socio-económica han abordado el
estudio en diferentes ámbitos de la complejidad latinoamericana, hay escasas
aportaciones que aborden las dinámicas de la ciudad turística y menos aún, que
se detengan a estudiar las nuevas modalidades de división socio-espacial
alentadas por el aumento de la oferta de vivienda secundaria.
En cuanto a la aportación empírica, se busca formular nuevos indicadores para
medir la interacción entre grupos sociales así como de integración física en el
espacio turístico. Posteriormente, se plantea un modelo de integración
residencial para la ciudad turística, que permita reducir las manifestaciones
negativas de la segregación residencial así como alentar la vivencia de un
entorno urbano integrado e integrador.
Las contribuciones teóricas y empíricas de la tesis tendrá trascendencia para la
comunidad científica al aportar postulados teóricos e instrumentos empíricos
que contribuyen en la comprensión de los procesos de segregación residencial
en ciudades turísticas de litoral. Por lo que respecta a la relevancia social, los
resultados abonan con la formulación de un modelo de integración residencial
para la ciudad turística, a partir de la puesta en marcha de políticas y
programas, respaldados por instrumentos y métodos de evaluación que
coadyuven en la construcción de una ciudad turística incluyente y democrática.
6
OBJETIVOS.
Se propone un objetivo general y cinco objetivos específicos:
Objetivo General.
Estudiar las nuevas modalidades de segregación residencial en el espacio
turístico y formular un modelo de integración socio-espacial en ciudades
turísticas de litoral en México, tomando como estudio de caso a Puerto Vallarta,
Jalisco, entre los años 2001 y 2007.
Objetivos Específicos.
Contribuir al concepto de segregación residencial, estudiando los nuevos
procesos y modalidades a nivel mundial, regional y nacional.
Establecer la relación entre segregación residencial, actividad turística y
el modelo de vivienda secundaria.
Describir el proceso de desarrollo turístico en ciudades de litoral y la
conformación del espacio turístico, particularmente en Puerto Vallarta.
Documentar la segregación residencial en el espacio turístico de Puerto
Vallarta, a partir de las manifestaciones en el espacio social y físico.
Formular un modelo de integración residencial para la ciudad turística de
litoral en México, a partir del estudio de caso Puerto Vallarta.
HIPÓTESIS.
En la ciudad turística de litoral en México se presenta una marcada división
socio-espacial, dinámica reforzada por la implementación del modelo de
vivienda secundaria, apareciendo nuevas modalidades de segregación
residencial en el espacio turístico. Estos procesos se manifiestan con el
incremento de la exclusión social, la disminución de la interacción entre grupos,
la fragmentación y separación espacial, así como la fijación de estigmas
territoriales.
7
La desigual distribución de los grupos sociales continuará en aumento en la
ciudad turística si no se establecen acciones que promuevan la integración
residencial para acceder a una vivencia urbana democrática para residentes y
visitantes.
I.- MARCO CONCEPTUAL.
El marco conceptual aborda tres ejes temáticos: en el primero, se establece el
concepto central, que es la segregación residencial; en el segundo, se discurre
en la relación entre la ciudad y turismo; y, en el tercero, se analiza el modelo de
la vivienda secundaria. Se subraya que los dos últimos son conceptos
complementarios al central.
I.1.- SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL (RESIDENCIAL).
De acuerdo a la Real Academia Española2, segregación es la acción y efecto de
segregar (del latín segregāre), es decir: 1) separar o apartar algo de otra u otras
cosas; 2) separar y marginar a una persona o a un grupo de personas por
motivos sociales, políticos o culturales.
La segregación urbana o residencial es un fenómeno espacial con complejas
conexiones con las diferencias y desigualdades sociales. Sabatini (2006) señala
que “la segregación residencial corresponde a la aglomeración en el espacio de
familias de una misma condición social, más allá de cómo definamos las
diferencias sociales. Puede ser según condición étnica, origen migratorio, etaria
o socioeconómica” (pág. 7). Así, se presentan tres dimensiones principales de
la segregación residencial: i) el grado de concentración espacial de los grupos
sociales; ii) la homogeneidad social que presentan distintas áreas al interior de
las ciudades; y, iii) la percepción subjetiva, expresada en el prestigio o
desprestigio social de las distintas áreas o barrios de cada ciudad.
2 Tomado de la página de Internet: www.rae.es
8
Las dos primeras son dimensiones objetivas de la segregación que pueden
expresarse en planos temáticos, con la obtención de índices estadísticos3
pudiéndose medir la segregación. La tercera dimensión es subjetiva: se refiere
al grado de prestigio de los barrios y la formación de estigmas territoriales
asignados por la población de la ciudad a algunos de sus vecindarios.
De esta manera, la segregación residencial presenta los siguientes elementos:
Es un fenómeno, no un problema.
Forma parte constitutiva de la realidad social. El espacio adquiere
significación y juega distintos roles en los procesos sociales. Ayuda a: 1) la
formación de identidades sociales; 2) determina un acceso socialmente
diferenciado de la población; 3) es parte de la formación de estilos
comunitarios de vida social, ayudando a la formación de capital social.
Es un proceso, no una situación.
La escala geográfica en que la segregación ocurre es de gran importancia
en sus efectos (Sabatini, 2006).
Para Castells (1974) la segregación es “la tendencia a la organización del
espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y de fuerte disparidad
social entre ellas, entendiéndose esta disparidad no sólo en términos de
diferencia, sino de jerarquía” (pág. 203). Por ello, había una interacción entre
determinantes económicas, políticas e ideológicas en la composición
residencial, expresadas en una articulación de lucha de clases en la vivienda a
través de la utilización simbólica de una zona o el fortalecimiento de la
comunidad por fronteras territoriales.
La segregación residencial urbana también se presenta como el “conjunto de
procesos que resultan de una creciente polarización en la distribución territorial
de hogares que pertenecen a categorías socioeconómicas distintas” (Kaztman,
3 Como el Índice de disimilaridad de Duncan, que se explicará con precisión más adelante.
9
2003: págs. 19-20), donde la composición social de cada vecindario tiende a ser
cada vez más homogénea y más heterogénea entre barrios, reduciéndose las
oportunidades de interacción entre clases. Así, la segregación se ve
determinada por una suma de factores como regulaciones en el uso de suelo,
impuestos inmobiliarios, políticas de ordenamiento territorial y provisión de
infraestructura. Con el aumento en la densidad urbana, se potencia el impacto
de la ampliación de las brechas de ingreso sobre la segregación residencial, así
como el incremento de la distancia físicas entre clases sociales.
Esta desigual distribución de pobladores en el territorio se manifiesta de varias
maneras, tales como: i) la proximidad física entre los espacios residenciales de
los diferentes grupos sociales; ii) la homogeneidad social de las distintas
subdivisiones territoriales; y, iii) la concentración de grupos sociales en zonas
específicas de la ciudad (Arriagada y Rodríguez Vignoli, 2003).
Villaca (2001) plantea que la segregación espacial es la “concentración dentro
de una misma área residencial de personas que comparten características
similares” (pág. 2). Si bien la segregación étnica ha sido la forma más
reconocida y estudiada del fenómeno en el caso de Brasil, la segregación de
clases sociales es una constante en América Latina, ya que la división social del
espacio ha jugado un papel decisivo en la formación de la estructura espacial
de las áreas metropolitanas latinoamericanas, al tomar las clases dominantes el
control del proceso de producción del espacio urbano.
Rodríguez Vignoli (2001) aclara que hay dos tipos de segregación: 1) en
términos sociológicos, significa la ausencia de interacción entre grupos sociales;
2) en sentido geográfico o territorial, representa desigualdad en la distribución
de los grupos sociales en el espacio físico (págs. 9-15). Sin embargo, la
presencia de un tipo de segregación no asegura la existencia del otro aunque
en la práctica ambos tipos de segregación suelen estar relacionados. Por ello,
la segregación “sin apellido” remite a la existencia de diferencias o
10
desigualdades dentro de un colectivo y a la separación de los sujetos en
categorías que tienen cierto grado de distinción jerárquica o valorativa.
De esta manera, se presentan categorías que separan a los individuos en su
localización geográfica, donde los grupos de población tienen localizaciones
diferentes. En ellas se encuentran dos líneas de atributos: a) por un lado la
relacionada con la estratificación socioeconómica (ingreso, educación,
condiciones materiales de la vivienda) y; b) por el otro, la vinculada con la
segmentación bio-sociocultural (color de piel, idioma, nacionalidad, etnia,
religión, casta).
Clichevsky (2000) por su parte, define la segregación residencial como el
“distanciamiento y separación de grupos de población de una comunidad;
puede concertarse en segregación localizada, cuando un sector o grupo social
se halla concentrado en una zona específica de la ciudad, conformando áreas
socialmente homogéneas, o excluyente, que implica la ausencia de integración
de grupos sociales en espacios comunes a varios grupos” (págs. 8-9).
La segregación residencial también se entiende como el “proceso por el cual un
grupo de población es forzado, por ejemplo, de manera involuntaria, a
encerrarse en un área socialmente definida” (Marcuse, 2001: pág. 3). Se
plantea una caracterización de espacios segregados como: 1) agrupaciones
(clusters); 2) congregación; 3) distritación (quartering); 4) amurallamiento
(walling out); 5) desagregación; y, 6) fortificación.
Para Machado (2001), la segregación espacial urbana es “la ocupación del
espacio urbano por diferentes grupos sociales, o más precisamente, por el
hecho que no se encuentran homogéneamente distribuidos, al contrario, que
tienden a agruparse de acuerdo a elementos comunes como el estatus, etnia,
origen (pág. 5). En sentido amplio, se habla de una diferenciación residencial o
división social del espacio al tiempo que en sentido estricto se refiere a
11
aspectos como localización o acceso inadecuado a recursos urbanos y
servicios públicos. Uno de los usos más populares del término aplica a
situaciones en los que grupos desfavorecidos ocupan determinados territorios
como los guetos.
A pesar de que la segregación urbana es una categoría descriptiva, análisis
sociológicos revelan sus múltiples implicaciones, como cuando se refieren a los
procesos estructurales de diferenciación espacial. Así, la segregación espacial
urbana debe ser vista como un complejo “efecto de efectos” y por ello no debe
ser tratado en singular, sino en plural. En la ciudad no hay una segregación
espacial sino múltiples y constantes segregaciones.
Alegría (2006) refuerza este planteamiento al señalar que la segregación socio-
espacial es un proceso que se manifiesta de muchas maneras y está presente
en todas las ciudades, sin embargo, para el análisis se pueden agrupar en dos
tipos: i) como mecanismo de exclusión espacial de algunos grupos sociales con
respecto a los recursos urbanos; y, ii) como exclusión espacial entre grupos
sociales. Al primer tipo lo define como segregación por localización o entre
zonas, y al segundo, como segregación por diferenciación o dentro zonas.
El renovado interés por estudiar la segregación residencial se acompaña de una
polivalencia que conduce a una constante aplicación confusa del término, lo
cual impide identificar el fenómeno desde sus múltiples dimensiones y ante ello,
la definición del concepto suele ser imprecisa. Normalmente se confunde el
término con desigualdad, polarización social y/o pobreza urbana.
También es recurrente que los estudios sobre segregación estén inspirados por
un ánimo de denuncia de las estructuras sociales que se expresan en el
espacio urbano, sin embargo, la segregación es un proceso mucho más
complejo cuya variedad de efectos no necesariamente resultan siempre
perjudiciales. De esta manera, podemos distinguir que hay: a) segregación
12
positiva, que permite conservar costumbres y enriquecer a la sociedad; y, b)
segregación negativa, cuando se observa el confinamiento exclusivo y
excluyente, en medio de una alta homogeneidad social (Sabatini, 2006).
Así, las aportaciones enumeradas anteriormente reconocen a la segregación
residencial como un proceso bidimensional en donde las principales
dimensiones de análisis son el espacio físico y el espacio social, representado
en la distribución y aglomeración de grupos sociales en el espacio geográfico
(Bournazou, 2006; Rodríguez Vignoli, 2001).
Al completar esta aproximación sobre definiciones y precisiones de enfoque
para la segregación, encontramos conceptos que aparecen comunes entre los
autores citados: a) dimensión espacial (Sabatini, 2006; Villaca, 2001;
Rodríguez, 2001; Clichevsky, 2000) o territorial (Kaztman, 2003, 2001;
Arriagada y Rodríguez, 2003) es decir, la segregación tiene un componente
fundamental de localización geográfica; b) separación (Clichevsky, 2000)
expresada como aglomeración (Sabatini, 2006), polarización (Kaztman, 2003,
2001), concentración (Villaca, 2001), distribución (Rodríguez Vignoli, 2001) que
refiere a diferentes formas de localización; c) grupos sociales, definidos como
familias de una misma condición social (Sabatini, 2006), hogares (Kaztman,
2003, 2001), grupos de población (Arriagada y Rodríguez, 2003; Clichevsky
2000), personas que comparten características similares (Villaca, 2001),
estratos diferentes (Rodríguez, 2001) es decir, colectivos de población que
comparten condiciones similares; d) diferencias socioeconómicas (Sabatini,
2006; Kaztman, 2003, 2001; Rodríguez, 2001), siendo un componente
característico de la segregación en América Latina, a diferencia de otros
contextos, donde suelen ser las diferencias étnicas o raciales las causas más
frecuentes de segregación; e) la segregación socio-espacial se presenta como
un proceso complejo (Sabatini, 2006; Machado, 2001).
13
En esta tesis, nos identificamos con la acotación que hace Rodríguez Vignoli
(2001) respecto a la segregación residencial de origen socio-económico, cuya
definición se expresa como la segmentación del espacio urbano entre estratos
socioeconómicos diferentes, lo cual nos parece un enfoque adecuado para la
construcción teórica y conceptual de nuestro ámbito de estudio, ya que el autor
enfatiza el aspecto residencial que pretendemos abarcar en este trabajo.
De esta manera, nuestra definición de segregación residencial se asume como
el complejo proceso de división en el espacio urbano de grupos sociales cuya
principal determinante en la aglomeración territorial diferenciada es motivada
principalmente por razones socio-económicas, subrayando que la segregación
es una manifestación compleja de las relaciones sociales en el territorio, de
particular incidencia y presencia en las ciudades latinoamericanas y mexicanas.
I.1.1.- PANORAMA HISTÓRICO DE LA SEGREGACIÓN.
La segregación en el espacio urbano parece inherente a la vida humana. En la
Grecia Clásica, Roma Imperial o en civilizaciones tan antiguas como Egipto,
Mesoamérica y Perú ya se presentaba esta dinámica de ocupación
diferenciadas del territorio (Arriagada y Rodríguez, 2003; Villaca, 2001). Las
ciudades han estado divididas y han presentado variados patrones de
localización desde su formación, donde el rango de categorías posibles de
segregación es casi infinito, sin embargo se distinguen tres grupos y tipos
recurrentes: 1) la separación por razones culturales; 2) por roles económicos; y,
3) por la posición en la jerarquía de poder.
La segregación por razones culturales se expresa históricamente, ya que la
ciudad implica la presencia de una gran diversidad social y cultural que se
manifiesta en expresiones como el lenguaje, vestido, estilos arquitectónicos,
etnicidad, etc., las cuales conforman valores, ideales y formas de organización
materializadas en el espacio urbano. Con ello, la localización diferenciada de
grupos sociales en el espacio urbano sucede de manera natural.
14
La división en el espacio urbano por cuestiones económicas es resultado de la
lógica funcional de localización de actividades productivas en el territorio. A
partir de la Revolución Industrial se acentúa la localización diferenciada de
viviendas y fábricas debido a la división del trabajo, que se traduce en nuevas
modalidades de segregación, favorecidas por la lógica de la eficiencia
económica. Así, el suelo se convierte en objeto de tratamiento mercantil,
sustituyéndose el objetivo social del mismo, predominando el beneficio privado
sobre el interés público.
En la actualidad, se reestructuran los patrones espaciales con el predominio de
actividades terciarias (servicios), la ocupación de las periferias urbanas (edge
cities) y el incremento de la desigualdad intra-urbana, consolidándose áreas
divididas social y espacialmente en dos extremos que también se separan a la
ciudad (Marcuse y van Kempen, 2000).
En cuanto a la segregación residencial por jerarquía de poder, diferentes
estatus reflejan y refuerzan relaciones de poder, dominación o explotación del
Estado. Por tanto, edificios simbólicos como iglesias, palacios de gobierno, etc.
constituyen nodos estratégicos que se transforman en centralidades a partir de
las cuales se genera la aglomeración social diferenciada.
I.1.2.- ANTECEDENTES DE ESTUDIOS DE LA SEGREGACIÓN.
El estudio de la segregación residencial ha sido un tema prominente en las
ciencias sociales; como disciplina científica surgió al seno de la escuela
sociológica de Chicago, siendo la causa racial el motivo original de análisis. En
1926, Robert Park estableció una relación directa entre los procesos sociales de
asimilación y los patrones espaciales de dispersión, argumentando que las
relaciones sociales frecuentemente se correlacionaban en el espacio urbano y
que las distancias físicas expresaban las distancias sociales. También destacan
las aportaciones de Ernest Burgess en la formalización teórica de la
segregación (Peach, 2001).
15
El proceso clave para entender el proceso era la interacción social; la conducta
cultural se modificaba si se interactuaba más con alguien de su propio grupo
étnico o con el conglomerado de la población. Esta mezcla estaba controlada
por la proximidad hacia y con los grupos respectivos. La hipótesis era que la
separación residencial expresaba una interacción social mínima con otros
grupos, al tiempo que se promovía la convivencia grupal. La interacción dentro
del grupo social reforzaba la identidad del grupo, la conservación del lenguaje y
los matrimonios internos.
En 1955, Otis y Beverly Duncan señalaron que había poca información
relevante en los índices de segregación prevalecientes en su época. Así,
desarrollaron el Índice de Disimilaridad –D- para medir los porcentajes de la
población que tendría que cambiar su lugar de residencia para replicar la
distribución de la población con la cual era comparada. Por más de 20 años,
esta medida fue empleada por la oficina de Censos de los Estados Unidos
(OCGEU). Como índice estándar de segregación residencial, el Índice de
Disimilaridad –D- es una medida de desigualdad con similares características y
valores que el índice Gini de los economistas (Frank, 2001).
En América Latina, los estudios formales sobre segregación residencial datan
de la década de 1970, con las aportaciones de Peter Amato4, Paul van Lindert y
Otto Verkoren5, Francisco Sabatini6 y Armando de Ramón7. En el segundo
lustro de los años noventa, se publican los primeros artículos sobre el fenómeno
de ciudad amurallada y los barrios cerrados para explicar el fortalecimiento de
esta dinámica de exclusión urbana; en el año 2000, Teresa Caldeira da a la luz
4 Con el artículo El papel de la elite y patrones de asentamiento en la ciudad latinoamericana, publicado
en el Vol. IV, #13 y 14 de la Revista Interamericana de Planificación. 5 Quienes publican en 1982 el artículo Segregación residencial y política urbana en La Paz, Bolivia en el
No. 33 del Boletín de Estudios Latinoamericanos y del Caribe. 6 A partir de la publicación Santiago: Sistemas de producción de viviendas, rentas de la tierra y
segregación urbana, 1870-1980. Documento de trabajo # 128 del Instituto de Estudios Urbanos en la
Universidad Católica de Chile
16
Ciudad de muros; crimen, segregación y ciudadanía en Sao Paulo, una lectura
antropológica de los enclaves fortificados, análisis que asume como ejes
articuladores la violencia y la inseguridad en la ciudad paulista.
En 2001, Maristella Svampa publica Los que ganaron: la vida en los countries y
barrios privados, libro que se acerca a las voces de los residentes de la ciudad
cerrada en Argentina. Posteriormente, se realizan una serie de debates
científicos, como el Seminario Internacional de Segregación en la Ciudad,
organizado por el Instituto Lincoln de Políticas de Suelo –LILP- en el año 2001,
el Coloquio Latinoamérica: Países Abiertos, Ciudades Cerradas, organizado por
el Departamento de Geografía de la Universidad de Guadalajara en 2002, el
curso Segregación Social del Espacio: nuevos enfoques y patrones emergentes
en México y Chile, patrocinado por la Universidad Nacional Autónoma de
México en 2006. En estos encuentros se generó abundante material producto
de las reflexiones teóricas de los diversos participantes.
De esta manera, se coincide en la emergente presencia del tema de la
segregación residencial en los debates académicos y en las agendas públicas
en América Latina, dinámica favorecida por el incremento en la brecha entre los
grupos sociales y la vivencia de la ciudad, cada vez más excluyente y
fragmentada (Sabatini, 2006; Arriagada y Rodríguez, 2003; Cabrales, 2002).
I.2.- TERRITORIO, CIUDAD y TURISMO.
El turismo es un complejo fenómeno de profundas consecuencias económicas,
sociales, culturales y ambientales. Como dinámica masiva se desarrolla en la
última etapa del capitalismo industrial, en medio de grandes cambios sociales y
tecnológicos (César y Arnaiz, 2002), principalmente por los avances de la
revolución informacional (Borja y Castells, 1997).
7 Quien da a conocer Santiago de Chile: 1541-1991; historia de una sociedad urbana.
17
La actividad turística es una de las más dinámicas, redituables y de mayor
crecimiento a nivel mundial. En México, las condiciones geográficas, la riqueza
de la historia y la cultura, la diversidad de ambientes y la puesta de valor de los
recursos, han favorecido que el país se encuentre dentro de los primeros
destinos visitados por visitantes extranjeros en el mundo (Brenner, 2007).
Los impactos del turismo en el ámbito territorial y urbano son diversos; el
paisaje natural y construido constituye el soporte de la actividad, por lo que la
promoción y puesta en valor es esencial para el mantenimiento de las ciudades
turísticas. Sin embargo, en muchas ocasiones se ha impuesto una visión
capitalista que ha favorecido el uso intensivo del territorio, explotándose
irracionalmente los recursos disponibles y ocasionando daños irreversibles que
afectan la viabilidad de las regiones turísticas (César, 2006).
El modelo de desarrollo turístico en México se caracteriza por la concentración
de infraestructura y servicios en áreas geográficas acotadas, así como la
operación de los destinos por grupos empresariales específicos. Asistimos a un
patrón consistente y sistemático denominado Modelo de Enclave o Modelo
Dominante mismo que se escenifica en sitios específicos, particularmente en
las costas del país. En ellas destacan dos modalidades de destinos de litoral en
el país: a) ciudad turística de litoral tradicional; y, b) Centros Integralmente
Planeados –CIP´s- (Sánchez y Propin, 2004).
Aunque la actividad turística en México se considera prioritaria para el
desarrollo nacional, en la práctica, el turismo no ha servido como mecanismo de
desarrollo compartido y más bien ha reproducido las asimetrías existentes, a
veces profundizándolas y en ocasiones acentuándolas. Los principales destinos
turísticos de litoral como Acapulco, Cancún o Puerto Vallarta presentan fuertes
problemáticas urbanas y sociales (Ruz y Carrillo, 2007; Castillo, 2007; César,
2006; Gómez Nieves, 2005; Ocampo, Pont y Naú, 2005; Mantilla, 2004) y los
18
beneficios del crecimiento no se reflejan positivamente en la ciudad que la
alberga, ni en la sociedad que la vive ni en el medio natural que la contiene.
Estas contradicciones urbanas se agudizan con el incremento en la oferta de
desarrollos de vivienda secundaria turística, modificando el patrón tradicional de
ocupación en el espacio urbano con el surgimiento de nuevos conjuntos
habitacionales para residentes temporales, fortaleciéndose la segregación
residencial y la localización social diferenciada en el territorio.
I.3.- LA VIVIENDA SECUNDARIA.
La vivienda es un espacio delimitado por elementos constructivos para el uso
estable de sus habitantes. La estabilidad en el uso se refiere a sus condiciones
de refugio para el cumplimiento de las funciones vitales de los moradores. Así,
la vivienda es una necesidad básica y constituye una unidad socio-espacial
fundamental para el individuo y la sociedad en general. Sin embargo, en
algunas condiciones se presentan viviendas cuyo uso no es cotidiano ni
esencial sino que cumple con funciones recreativas, de inversión u otras.
Para conceptualizar a la vivienda secundaria, mencionamos que es: 1) un lugar
para dormir que no sea una vivienda primaria; 2) una finca en propiedad o
alquilada por un periodo largo como residencia ocasional de un hogar que
normalmente vive en cualquier otro lugar; 3) una residencia que es exclusiva o
principalmente ocupada por alguien que la considera como diferente a su
primera residencia.
El Censo español señala que una vivienda es “secundaria cuando es utilizada
solamente una parte del año, de forma estacional, periódica o esporádicamente,
y no constituye residencia habitual de una o varias personas. Puede ser, por
tanto, una casa de campo, playa o ciudad que se emplee en vacaciones,
verano, fines de semana, trabajos temporales o en otras ocasiones” (López
Colás, 2003: pág. 29). Para ello, tres atributos deben presentarse: i) el tiempo
19
que se utiliza la vivienda; ii) el tipo de propiedad; iii) el carácter recreativo de
esta unidad espacial.
Para Llauguer y Omberg (citado por del Pino, 2003) las principales tipologías
de vivienda secundaria encontramos manifestaciones enfatizadas por: a) la
frecuencia de su uso -fin de semana, vacaciones, estancias breves, etc.-; b) la
situación geográfica (ciudades, zonas rurales, montañas, litoral); c) su
morfología -departamentos, vivienda unifamiliar, unidades dispersas, etc.-; d) la
relación con las poblaciones existentes (dentro o fuera del centro de población);
e) el sistema de propiedad -propia, rentada, etc.-; f) el origen de su promoción
(asentamientos planificados, dispersos, espontáneos, etc.); y, g) el origen de los
habitantes -regional, nacional o extranjero-).
Considerando la localización geográfica de la vivienda secundaria se proponen
tres categorías: 1) vivienda secundaria urbana; 2) vivienda secundaria rural; 3)
vivienda secundaria de litoral. Para efectos del presente trabajo abundaremos
en la última modalidad, procurando evitar la confusión conceptual entre
residencias secundarias y alojamientos turísticos extra-hoteleros.
El litoral costero presenta cualidades paisajísticas que lo hacen particularmente
atractivo para la industria turística; a medida que el turismo masivo cobró mayor
relevancia, la modalidad de alojamiento hotelero se constituyó en la forma más
recurrente de hospedaje para los turistas, sin embargo, en tiempos recientes, se
consolidan nuevas formas de alojamiento residencial en el espacio turístico
como la emergencia de la vivienda secundaria, elemento clave en la
comprensión del turismo residencial.
En México, el fenómeno de la vivienda secundaria ha sido parcialmente
inexplorado a pesar del auge en los últimos años; en el año 2007 se vendieron
20
unas 50 mil unidades de esta modalidad en destinos turísticos lo que representó
montos de inversión aproximados de 6 mil millones de dólares8.
A pesar de que la edificación de conjuntos de vivienda turística se presenta en
los destinos de litoral desde hace varias décadas, en los últimos años se ha
tenido un aumento considerable de la oferta en este segmento, generándose
una transición del modelo hotelero dominante a uno residencial. Este fenómeno
coincide en destinos consolidados como Acapulco, Cancún, Mazatlán y Puerto
Vallarta así como en centros en expansión como Puerto Peñasco, Huatulco o
San Carlos.
Con el fin de la burbuja inmobiliaria, tras la crisis hipotecaria en los Estados
Unidos, el mercado de vivienda secundaria de litoral ha entrado en un proceso
de recomposición cuya dinámica y conclusión está por ser revelada en fechas
por llegar. Para el año 2008, las ventas en unidades de esta categoría habían
disminuido en 15 por ciento y los compradores extranjeros (particularmente
norteamericanos) detuvieron la adquisición de residencias y departamentos en
Los Cabos, Cancún, Playa del Carmen y Puerto Vallarta9.
II.- METODOLOGÍA DE TRABAJO.
La metodología de trabajo de la tesis se dividió en: i) establecer los
fundamentos de la tesis –justificación, objetivos, hipótesis, marco teórico
conceptual-; ii) identificar los conceptos centrales (segregación residencial,
ciudad turística y vivienda secundaria); iii) realizar el abordaje teórico de los
conceptos centrales y analizar conceptualmente sus principales componentes;
iv) desarrollar el trabajo empírico para contrastar y/o validar la teoría; y v)
proponer un modelo de integración residencial.
8 Datos tomados del el periódico “Tribuna de la Bahía”, 2 de enero del 2008, página 27.
9 Datos tomados del periódico Tribuna de la Bahía de Puerto Vallarta, 2 enero 2008, página 27.
21
Cuadro I.1 Metodología del trabajo de la Tesis.
Fundamentos
Parte I
Antecedentes teóricos de los conceptos
centrales
Parte II
Investigación
Empírica
Parte III
Aportación y
Modelo
Introducción. Capítulo 1.- Segregación
Residencial y Ciudad.
Capítulo 2.- Ciudad, Turismo y
vivienda Secundaria.
Capítulo 3.- Segregación Residen-
cial en el Espacio
Turístico de Puerto
Vallarta.
Capítulo 4.- Modelo de
Integración Residencial para
la ciudad turística
de litoral.
Justificación.
Objetivos.
Hipótesis.
Marco Teórico
y Conceptual.
Metodología.
Aportaciones
Conocer y explicar:
a) características; b)
tendencias; c)
factores explicativos;
d) efectos; y e)
impactos de la
Segregación
Residencial.
Conocer y explicar:
i) Ciudad Turística;
ii) Ciudad Turística
en México; iii)
Espacio Turístico;
iv) Modelo de
Turismo
Residencial; y; v)
Modelos Turísticos
en Puerto Vallarta.
Indagar la:
1) Estructura Socio-
Espacial en PV; 2)
Segregación Socio-
Espacial en PV; 3)
Dimensión Social
de la SR en PV; y,
4) Dimensión Física
de la SR en PV.
Proponer:
a) Principios
generales; b)
Estrategias; c)
Políticas y
Programas; d)
Instrumentación;
y, e) Evaluación
del Modelo
II.1.- EL CONCEPTO CENTRAL.
El concepto central de la tesis es la segregación residencial, proceso de
aglomeración social diferenciada en el espacio urbano, que en el caso de
México y Latinoamérica se presenta por causas socio-económicas,
principalmente. Adicionalmente, se analizaron otros dos conceptos auxiliares,
referidos a la ciudad turística y al modelo de vivienda secundaria. La integración
de estos conceptos centrales constituyó el cuerpo teórico del trabajo.
Con ello, se estudiaron las nuevas modalidades de segregación residencial en
destinos turísticos, particularmente por la masiva edificación de vivienda
secundaria en el espacio turístico entre 2001 y 2007. Este proceso ha generado
implicaciones que se observan en el aumento de la división social entre grupos
así como en la distribución desigual en el espacio físico.
Para sostener la tesis, se tomó como estudio de caso a Puerto Vallarta, Jalisco,
uno de los principales destinos turísticos de playa y líder en la construcción de
vivienda secundaria en ciudades turísticas de México.
22
II.1.1.-DEFINICIÓN DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
Para efectos de este trabajo la segregación residencial fue formulada como el
complejo proceso de división en el espacio urbano de grupos sociales cuya
principal determinante en la aglomeración territorial diferenciada es motivada
principalmente por razones socio-económicas
Así, se identifican las principales dimensiones de estudio: i) espacio social; y, ii)
espacio físico. Con ello construimos las categorías, variables e indicadores.
II.1.2.- DIMENSIONES DE ESTUDIO, CATEGORIAS, VARIABLES E INDICADORES.
Las dos dimensiones principales de la segregación residencial son el espacio
social y físico. Las categorías del espacio social establecidas son 3 (estatus
familiar, relación social y estigmas territoriales) y del espacio físico 2
(características urbanas y de la vivienda secundaria).
Cuadro I.2 Dimensiones, categorías, variables e indicadores.
Dimensión Categoría Variables Indicadores
Espacio Social
Estatus familiar Residentes en el espacio
turístico
* Composición etaria.
* Composición social.
* Composición económica.
* Nacionalidad
* Residencia habitual
Relación social Interacción entre grupos * Encuentros entre grupos
* Áreas de contacto
Distinción territorial Estigmas territoriales
*Barrios con prestigio social
*Barrios con desprestigio
social.
* Percepción de igualdad-
desigualdad.
Espacio Físico
Características urbanas en el Espacio Turístico
Superficie urbanizada Áreas urbanizadas
Vocación de uso de
suelo
Vivienda unifamiliar, Depar-
tamento, Hotel, Comercio,
Otros
Intensidad edificada Mínima, baja, media y alta
densidad.
Superficie construida Superficie construida
Características de la vivienda secundaria
Vivienda Secundaria Turística
* Localización y tipología de
vivienda secundaria.
23
Las variables en la dimensión del espacio social son: a) residentes en el
espacio turístico; b) interacción entre grupos; y, c) estigmas territoriales. Para el
espacio físico se considera: d) superficie urbanizada; e) vocación de uso de
suelo; f) intensidad edificada; g) superficie construida; y, h) conjuntos de
vivienda secundaria.
II.2. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE INVESTIGACIÓN EMPÍRICA.
En este apartado se incluyó la delimitación del universo de estudio, la muestra y
el diseño de los instrumentos de la investigación empírica.
II.2.1.- DELIMITACIÓN DEL UNIVERSO DE ESTUDIO.
El universo de estudio incluye a toda la zona urbana de Puerto Vallarta, en
particular al espacio turístico (Gómez Nieves, 2005), una continuidad urbana
lineal de unos 25 kilómetros, que inicia en la desembocadura del río Ameca (en
el norte), hasta el río de los Horcones (al sur), en una superficie aproximada de
750 hectáreas10, en donde se llevan a cabo de manera predominante las
actividades turísticas y prácticas asociadas.
II.2.2.- INSTRUMENTOS DE LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA.
En cuanto a los instrumentos empíricos empleados en el desarrollo de la
investigación, se anotan:
II.2.2.1.- Acercamiento a la segregación residencial en Puerto Vallarta.
Para caracterizar la expansión en Puerto Vallarta se realizó un mapa del
proceso de crecimiento urbana basado en fotos aéreas de los años 1972,
1993, 1999 y 2004 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), así como la cartografía del Plan General Urbano
10
Donde se incluyen las colonias: Marina Vallarta, Zona Hotelera Norte, 5 de diciembre, Centro
Histórico, Emiliano Zapata, Olas Altas, Altavista, Amapas, Amapas Sur, Conchas Chinas, Zona Hotelera
Sur, Mismaloya y Boca de Tomatlán. Se incorporan 13 AGEB´S (Áreas Geo-Estadísticas Básicas) del
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática –INEGI-. correspondientes a las: 072-6, 029-A,
009-2, 010-5, 018-1, 019-6, 021-3, 022-8, 169-2, 024-7, 027-0, 067-5 y 034-0.
24
(1975), del Plan de Desarrollo Urbano (1982 y 1989), del Plan de
Desarrollo Urbano de centro de Población (1997, vigente) y de las
propuestas de actualización del mismo en 2002, 2006 y 2008.
Para realizar el acercamiento al proceso de segregación residencial en
Puerto Vallarta se llevó a cabo una revisión de cada colonia en la zona
urbana para conocer las condiciones urbanas existentes, considerando:
1) estatus legal (regular o irregular); 2) ingresos económicos de los
residentes; 3) condiciones físicas de las viviendas; 4) disponibilidad de
servicios públicos básicos; y 5) localización dentro de la traza urbana.
Así, se establecieron 2 unidades de estudio: i) colonias formales –alta,
media y baja renta-; ii) colonias informales –alta, media y baja renta-.
La delimitación del espacio turístico en Puerto Vallarta se apoyó en el
conocimiento empírico de la zona, apoyado en Áreas Geo-Estadísticas
Básicas (AGEB´s) del INEGI, expresándose en cartografía específica.
Así se establecieron las unidades de estudio.
Con ello, se identificaron las manzanas y predios a estudiar, proceso que
incorporó análisis territorial con planos catastrales actualizados y de
restitución cartográfica, creando una base de datos obtenidos en una
hoja de cálculo.
II.2.2.2.- Espacio Social
Para conocer la composición etaria de los residentes dentro del espacio
turístico se revisaron las cuentas catastrales por vivienda.
La determinación de la composición social y económica se realizó
mediante encuesta en 3 colonias seleccionadas (Marina Vallarta,
Amapas y Conchas Chinas).
Para conocer la nacionalidad de los habitantes y la temporada de
residencia se consultó información bibliográfica, particularmente de tesis
de maestría sobre vivienda secundaria en Puerto Vallarta.
25
El reconocimiento de los encuentros entre grupos nacionales y
extranjeros, así como la determinación de áreas de contacto se realizó
mediante encuesta a personas que viven dentro y fuera del espacio
turístico.
La identificación de estigmas territoriales se llevó a cabo por medio de
una encuesta de percepción entre los habitantes locales. Adicionalmente
se cuestionó sobre el sentimiento de desigualdad y sobre el modelo de
ciudad abierta-cerrada.
II.2.2.3.- Espacio Físico
Las características urbanas en el espacio turístico se determinaron por
medio de: a) superficie urbanizada; b) vocación de uso de suelo; c)
intensidad edificada; y, d) superficie edificada. Para ello se realizó base
de datos con estudios cartográficos obtenidos de planos catastrales
(2006) y de restitución cartográfica (2007).
Se localizaron los principales desarrollos de vivienda secundaria en el
espacio turístico, expresándose en cartografía y comparándolos con
otros usos, en particular el turístico hotelero.
Se caracterizaron las principales tipologías de emprendimientos de
vivienda secundaria, sugiriéndose 6 modalidades predominantes. El
manejo de esta información se llevó a cabo con una ficha tipo
considerando: i) datos generales; ii) datos del predio; iii) datos técnicos;
iv) observaciones; v) croquis de localización; y, vi) fotografía.
Se obtuvo la intensidad edificada por medio del conocimiento de los
coeficientes de Uso y Ocupación del Suelo –COS y CUS-, el volumen
construido, el número de unidades, etc. considerándose 4 niveles de
intensidad: mínimo, bajo, medio y alto.
Los instrumentos metodológicos para acercarnos a la segregación residencial
en Puerto Vallarta fueron los siguientes:
26
Se realizó un mapa de intensidad construida con colores para su
identificación en cartografía, visualizando la aglomeración de desarrollos
construidos en función de su uso y con ello identificar el patrón de
aglomeración-dispersión de la segregación residencial.
Cuadro I.3 Instrumentos metodológicos para la Segregación Residencial.
Dimensión Categoría Variable Indicador Instrumento
Acercamiento
a la
Segregación
Socio-espacial
en Puerto
Vallarta
Estatus legal del barrio
-formal o informal-;
Colonias
formales e
informales
Tenencia del suelo.
Acciones urbanísticas
Servicios básicos de infraestructura.
Proceso de edificación.
Datos proporcionados
por la dirección de
Planeación Urbana de
Puerto Vallarta.
Ingresos económicos de los
residentes
Distribución del
ingreso
económico
Hasta 1 smm (salario
mínimo)
De 1 a 2 smm.
De 2 a 5 smm.
De 5 a 10 smm
Más de 10 smm
Nivel de ingreso (XII
censo General de
Población y Vivienda),
INEGI.
Condiciones físicas de las
viviendas
Material en piso
Piso de tierra.
Firme de cemento
Cerámica vitrificada
Otros
Condiciones de Vivienda
(XII censo General de
Población y Vivienda,
INEGI).
Material en
muro
Cartón.
Block sin enjarre.
Madera.
Block enjarrado
Ladrillo aparente.
Otros.
Material
cubierta
Cartón.
Madera.
Losa de concreto.
Teja.
Otros.
Disponibilidad de Servicios Públicos.
Agua potable
entubada Disponibilidad agua
potable II Conteo General de
Población y Vivienda,
INEGI (2005). Alcantarillado
Disponibilidad
alcantarillado
Energía
eléctrica Disponibilidad energía
eléctrica.
Localización Concentración
espacial Espacio Centro, Periferia y
Turístico. Mapa Temático.
Los instrumentos metodológicos para conocer el espacio Social en la zona
turística de Puerto Vallarta fueron:
27
Cuadro I.4 Instrumentos metodológicos para el espacio Social.
Dimensión Categoría Variable Indicador Rangos Instrumento
Espacio
Social
Estatus Familiar
Residentes en
el Espacio
Turístico
Composición Etaria
40-50 años.
51-60 años.
61-70 años.
71 o más años.
Registro Catastral,
H. Ayuntamiento
PV
Composición Social
Ejecutivo y/o empleado.
Empresario.
Profesionista independiente.
Funcionario gubernamental
Jubilado.
Encuesta aplicada a
214 personas en 3
colonias
seleccionadas.
Composición
Económica
Bajo ($ 25-50 K dólares)
Medio ($ 50-100 K dólares)
Medio-alto ($ 100-150 K dólares).
Alto ($ más de 150 K dlls)
Encuesta aplicada a
214 personas en 3
colonias
seleccionadas.
Nacionalidad Nacional.
Extranjero.
Tesis Maestría y
listado de CCHA
Residencia Habitual Porcentaje de residencia Tesis maestría
Relación
Social
Interacción
entre grupos
Encuentro entre grupos
(nacionales y
extranjeros)
Mucho.
Medio.
Poco.
Nada.
Encuesta aplicada a
214 personas en el
ET y 419 fuera de
ET
Áreas de contacto
Vivienda.
Comercio.
Restaurante.
Equipamiento.
Espacios Públicos
Encuesta aplicada a
214 personas en el
ET y 419 fuera de
ET
Distinción Territorial
Estigmas
Territoriales
Barrios con prestigio
social
Barrio donde viviría Encuesta aplicada a
419 personas
Barrios con
desprestigio
Barrio donde no viviría Encuesta 419
Percepción de
Igualdad-Desigualdad
Territorial.
Económica.
Educativa
Social
Encuesta aplicada a
419 personas
28
Los instrumentos metodológicos para conocer el espacio Físico fueron:
Cuadro I.5 Instrumentos metodológicos para el espacio Físico.
Dimensión Categoría Variable Indicador Rangos
Espacio
Físico
Características urbanas en el
Espacio Turístico
Delimitación del
Espacio Turístico Límite del Espacio
Turístico No aplica
Localización
Superficie Urbanizada Superficie Lotificada
Vocación de uso de suelo
Vivienda unifamiliar.
Departamento.
Hotel.
Comercio.
Otros
Intensidad de Uso
de Suelo Densidad edificada
Densidad mínima.
Densidad baja.
Densidad Media.
Comercio.
Otros
Superficie edificada Superficie por predios
Vivienda unifamiliar.
Departamento.
Hotel.
Comercio.
Otros
Características de la Vivienda
Secundaria Turística
Modalidades Tipología de vivienda
secundaria turística
enclaves cerrados de baja densidad.
departamentos de baja densidad con frente de playa.
departamentos verticales con frente
de playa.
departamentos con frente a Marina.
departamentos en zona de montaña.
departamentos de lujo en la zona
turística.
III.- APORTACIONES.
Dentro de las aportaciones realizadas se cuentan:
III.1.- APORTACIÓN TEÓRICA.
La Teoría de la Segregación Residencial Socio-económica (SRS) se ha venido
construyendo en ámbitos académicos en América Latina desde la década de
1970. Las principales aportaciones de esta línea de pensamiento han sido: i)
identificar las principales modalidades de SRS; ii) explicar el patrón tradicional
de SRS; iii) evaluar la escala de SRS; iv) medir la SRS; v) explicar las causas de
la SRS; vi) abundar en los efectos de la SRS.
29
Los estudios de Segregación Residencial Socio-económica (SRS) se han dado
principalmente en: a) metrópolis latinoamericanas; b) ciudades intermedias de
América Latina; c) ciudades de frontera (caso México-Estados Unidos); d)
barrios cerrados, una de las modalidades más investigadas; e) la relación con el
mercado de suelos; f) relación al capital social; g) ámbitos educativos.
Si bien se identificaron algunas aportaciones en el análisis de la Segregación
Residencial Socio-económica (SRS) en ciudades turísticas (Gallegos, 2008;
Enríquez, 2008; Méndez, 2008; Gallegos y López, 2006; Gómez Nieves, 2005;
López Colás, 2003), los estudios no abundan en las implicaciones que el
reciente modelo de vivienda secundaria ha tenido en la reconfiguración de la
segregación residencial en el espacio turístico de ciudades de litoral mexicanas,
geografía que históricamente ha sido excluyente y profundamente dual.
De esta manera, la principal aportación teórica de la tesis doctoral es abonar a
la Teoría de la Segregación Residencial Socio-económica (SRS) a partir del
conocimiento de la compleja dinámica de división social en el espacio turístico,
proceso que se manifiesta en nuevas modalidades de segregación residencial
caracterizada por la separación social entre grupos y la distribución espacial
desigual en el territorio, dinámica inducida principalmente por la masiva
edificación de vivienda secundaria.
Esta reformulación conceptual permitirá explicar algunas dinámicas urbanas
recientes en las ciudades turísticas de litoral y contribuir con elementos teóricos
en la geografía del turismo, en particular a las implicaciones socio-espaciales
generadas por el modelo de vivienda secundaria en ciudades turísticas de
litoral.
30
III.2.- APORTACIÓN al MÉTODO.
La Segregación Residencial Socio-económica (SRS) se ha venido estudiando
principalmente desde una metodología numérica y cuantitativa, basada en
instrumentos de medición como el Índice de Disimilaridad de Duncan (D), el
Índice de Exposición (P), con Análisis de Varianza, con el método de
Homogeneidad/Heterogeneidad y con Análisis Factorial. Con los datos
obtenidos los científicos han venido explicando las dinámicas de segregación
residencial en el ámbito latinoamericano.
Sin demeritar estas contribuciones científicas, en nuestro trabajo nos interesó
comprender los cambios sociales generados por los procesos de división social
en el espacio urbano en ciudades turísticas de litoral en México. Por ello,
decidimos utilizar un enfoque menos numérico y más centrados en las
manifestaciones sociales y territoriales de la segregación residencial,
basándonos en una combinación de metodologías y obtención de información
más de orden cualitativo.
Los métodos que nos permitieron identificar las nuevas modalidades de
segregación residencial en Puerto Vallarta fueron producto de una combinación
de procedimientos. Una vez identificado el concepto central se trabajó en su
conceptualización teórica que nos permitió conocer las principales dimensiones
de estudio: i) el espacio social; y, ii) el espacio físico.
En cuanto al espacio Social se utilizaron indicadores demográficos, catastrales
y socioeconómicos, generados por diferentes agencias estatales e instituciones
académicas, así como indagando fuentes históricas. Adicionalmente se
integraron listado de inmigrantes extranjeros, entrevistas, encuestas, visitas de
campo y llenado de fichas.
31
Para el espacio Físico se realizó un mapa de expansión urbana en Puerto
Vallarta, se obtuvo una primera aproximación de la segregación socio-espacial
a nivel de centro de población, se delimitó el espacio turístico, se localizaron los
principales desarrollos de vivienda secundaria en el espacio turístico, se
caracterizaron las principales tipologías de emprendimientos de vivienda
secundaria, se obtuvo la intensidad edificada y finalmente se conoció el grado
de concentración espacial de los grupos sociales en el espacio turístico.
Esta combinación de métodos aporta a la Teoría de la Segregación Residencial
Socio-económica (SRS) en particular en el análisis de los procesos en
ciudades turísticas de litoral como Puerto Vallarta.
III.3.- APORTACIÓN EMPÍRICA.
En cuanto a la aportación empírica, se formula para el espacio social
indicadores que permiten establecer el grado de interacción entre los diferentes
colectivos y, en cuanto al espacio físico, se identifica la localización de los
grupos sociales en la zona turística y en relación con otras zonas de la ciudad.
Posteriormente, se plantea un modelo de integración residencial para la ciudad
turística de litoral, por medio de la determinación de estrategias, políticas y
programas, así como sugiriendo la adecuada instrumentación y formulando
mecanismos de evaluación constante.
Esta aproximación al modelo de integración residencial es una aportación
empírica para promover la vivencia democrática en las ciudades turísticas de
litoral y reducir, en lo posible, la segregación residencial cuyas manifestaciones
más negativas se expresan en la exclusión social y la fragmentación espacial.
32
PARTE I.- ACERCAMIENTO TEÓRICO AL CONCEPTO
CENTRAL Y COMPLEMENTARIOS.
CAPITULO 1.- LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
El desarrollo urbano, metástasis de la desigualdad: crecen
los suburbios, y en los suburbios hay tugurios y jardines.
Los suburbios ricos suelen no estar demasiado lejos de
los arrabales que los abastecen de mucamas, jardineros y
guardianes… en los espacios del privilegio, los ricos viven
en arresto domiciliario.
Eduardo Galeano
En el presente capítulo se analizan diversos planteamientos que nos acercan al
concepto central de la tesis, que es la segregación residencial.
En un primer momento se discurre en las características y tendencias de la
segregación residencial, principalmente en lo referente al patrón tradicional, la
escala, las principales modalidades, los cambios recientes y la reconfiguración
del concepto en América Latina.
Posteriormente, nos detenemos a analizar los factores explicativos de la
segregación, estudiando los componentes de la oferta y demanda, así como
elementos sociales, económicos e institucionales que intervienen en su
formación.
La tercera revisión se refiere a los efectos que produce la segregación
residencial, particularmente en las dinámicas urbano-territoriales y sociales. El
cuarto punto se enfoca a indagar los impactos que la segregación genera, tanto
en sus manifestaciones positivas y negativas, en la influencia expresada, en el
aumento en la malignidad así como la fijación de estigmas territoriales. Y por
33
último, nos detenemos a hacer consideraciones sobre la estructuración del
espacio urbano dual, tanto en su componente formal como informal.
Con esta aproximación a los antecedentes que integran el concepto de
segregación residencial, nos ubicamos en el debate sobre las modalidades de
división social del espacio urbano, particularmente en la región latinoamericana,
al tiempo que imaginamos formas renovadas de vivir la ciudad, apostando por
la integración social y espacial de sus integrantes. Finalmente, dejamos abierta
la discusión sobre la incidencia de la segregación en la ciudad turística, donde
históricamente la exclusión social y la fragmentación han estado presentes.
1.1.- CARACTERÍSTICAS Y TENDENCIAS DE LA SEGREGACIÓN
RESIDENCIAL.
Acto seguido, procedemos a indagar las principales características y tendencias
de la segregación residencial.
1.1.1.- PATRÓN TRADICIONAL DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL SOCIO-
ECONÓMICA.
En el caso de las ciudades latinoamericanas, la principal modalidad de
segregación es causada por razones socio-económicas, aunque también
aparecen en menor medida las de índole racial, étnica y etaria. El patrón de
segregación tradicional consiste en una fuerte concentración espacial de las
elites y grupos medios ascendentes, así como una aglomeración de la pobreza.
Originalmente, los grupos pudientes se localizaban en el área central de la
ciudad y los pobres se trasladaban a la periferia, donde se daba una evidente
decadencia social y física en el entorno (Sabatini, 2006). A diferencia del patrón
norteamericano o inglés, donde los suburbios son ocupados por las clases
adineradas en detrimento de los sectores pobres que residen en el centro
urbano, las ciudades latinoamericanas no presentan de forma pura esta
modalidad (Villaca, 2001; Clichevsky, 2000).
34
De acuerdo a Sabatini, los principales rasgos del patrón tradicional de
segregación (2006) son:
Marcada concentración espacial de grupos altos y medios ascendentes en
el extremo en una sola zona de la ciudad con vértice en el Centro y una
dirección de crecimiento definida hacia la periferia; éstas unidades se
denominan como barrios de alta renta.
Conformación de amplias áreas de grupos pobres, mayoritariamente en
periferia lejana y mal servida, pero también en sectores deteriorados
cercanos al centro.
Significativa diversidad social de los barrios de alta renta, en los que viven,
además de la virtual totalidad de las elites, grupos medios e incluso bajos.
Formación de una ciudad dual que favorece la estigmatización de parte
importante de la ciudad y la tendencia a destacar solamente las porciones
más modernas de ellas.
La gran escala geográfica en que se manifiesta con fuerza la segregación
social del espacio.
Jaramillo señala tres rasgos característicos de la segregación socio-espacial en
las ciudades latinoamericanas (1997:109):
La manera peculiar de segregación de las elites, caracterizada por la
emigración excluyente hacia la periferia, generalmente en una sola
dirección;
los procesos de mutación del centro de las ciudades, que usualmente se
deterioran, presentándose un exceso de actividades (o una falta) y una
especialización en su utilización por parte de grupos populares; y,
la superposición de una abierta heterogeneidad en el contenido de estos
espacios a la nítida separación de los distintos grupos sociales en
diferentes secciones del territorio: diferentes características físicas,
distintos procesos de equipamiento y construcción, distintas pautas de
35
comportamiento socio-espacial de la población que las habita, distinto
estado jurídico (legal-ilegal).
Así, la segregación se da en una concentración territorial de grupos de altos
ingresos en zonas integradas y bien conectadas con la ciudad, mientras que las
de menores ingresos tienden a distribuirse en la periferia. Con ello, se favorece
la reproducción de las desigualdades sociales, espaciales y económicas en la
región latinoamericana (Arriagada y Rodríguez, 2003:7).
1.1.2.- LA ESCALA DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
Una de las principales cuestiones en el estudio de la segregación residencial se
refiere a la escala que se presenta en los procesos. En función de los patrones
de segregación ya señalados, podemos visualizar una segregación del espacio
de gran escala, lo cual no es exclusivo de las ciudades latinoamericanas y se
manifiesta en ciudades de otras latitudes –como las norteamericanas-, pero lo
significativo es que si se fija la vista en escalas geográficas menores, se podría
concluir que los barrios de alta renta son poco segregados por la diversidad
social que presentan.
Sin embargo, surge la pregunta: ¿cómo se congenian la condición de diversidad
en estos barrios con la segregación de alta escala que exhiben las ciudades
latinoamericanas?. La clave estaría en que los barrios de alta renta excluyen a
los grupos pobres, debido a dos factores principales: la preponderancia de una
cultura urbana europea, más que anglo-americana, entre las elites
latinoamericanas, donde todos, menos los pobres informales son admitidos en
este proyecto; y al funcionamiento altamente especulativo de los mercados de
suelo, donde los propietarios fijan el precio del suelo siendo los grupos con
mayor capacidad los que los adquieren (Sabatini, 2006).
36
Al respecto, Villaca (2001) marca una diferencia, al apartase del estudio sobre
segregación a nivel barrio y enfocarse en lo que denomina áreas de alta
concentración de clases de altos ingresos, que son grandes áreas que incluyen
varios barrios y que no muestran altos grados de homogeneidad interna (pág.
4). Los barrios de las clases altas han mostrado un patrón de movimiento,
siempre en la misma dirección y mientras más grande es la brecha (económica
y política) más fuerte será la segregación socio-económica y mayor el rol que
juegan en la conformación de la estructura espacial urbana y el dominio del
Estado. Las áreas de alta concentración de clases de altos ingresos presentan
las siguientes características:
a) Se incluyen múltiples barrios que contienen varias clases sociales. En
Brasil muchos de ellos tienen incluso favelas.
b) La mayoría de las familias en esas áreas no son de clase alta o de altos
ingresos.
c) La mayoría de familias de clase alta viven en estas áreas, pero no al
revés.
d) Dichas áreas concentran más del 50% de familias de clase alta. El resto se
reparten en tres cuartas partes del área urbana. La tendencia es hacia la
concentración en una sola gran área.
Resaltando el valor de la escala en la segregación, Rodríguez (2001) menciona
que la zona de una ciudad habitada sólo por miembros de un grupo social sería
evidentemente segregada (bajo el supuesto de que en la ciudad hay otros
grupos sociales), sin embargo, para los residentes de aquella zona la idea de
segregación dentro de su zona carecería de sentido, pues socialmente están
todos en igualdad de condiciones y no hay nadie que pueda segregar o ser
segregado (pág. 12-13). La diferente evaluación de una misma situación
objetiva obedece sólo al nivel de análisis escogido (escala). Si se adopta una
óptica de conjunto, la unidad de referencia aparecerá como una zona
homogénea y contrastante con las otras zonas de la ciudad, por lo que puede
37
concluirse que la población residente es segregada (o segrega) en el marco de
la ciudad. En cambio, si se adopta una óptica de menor nivel de agregación con
índices altos de segregación, no hay mayores diferencias sociales que puedan
ser expresadas en la forma de segregación en este caso, residencial.
1.1.3.- PRINCIPALES MODALIDADES DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
Las modalidades de segregación residencial en la ciudad son variadas,
polivantes y multidimensionales, sin embargo se distinguen tres vertientes
principales: 1) culturales y étnicas; 2) jerarquía de poder; y, 3) socio-económicas
(Arriagada y Rodríguez, 2003; Villaca, 2001).
1.1.3.1.- Segregación por razones Culturales y Étnicas.
La segregación por razones culturales y étnicas se presenta como un
mecanismo de diferenciación e identidad con determinado grupo. Algunos
ejemplos relevantes son la conformación de guetos judíos en Europa,
duramente atacados en la Segunda Guerra Mundial o en la separación de
espacios para pobladores de raza blanca y negra (asientos de autobús1,
sanitarios, escuelas, etc.) en algunas entidades de los Estados Unidos en la
segunda mitad del siglo XX.
La segregación étnica se vivió con particular virulencia en Sudáfrica durante el
régimen del apartheid, al estar divididas las actividades para blancos y negros
(Borja y Castells, 1997). En algunas ciudades se presenta segregación de
minorías raciales como en el barrio japonés de Sao Paulo, el chino de Nueva
York, el barrio turco de Berlín, los barrios árabes de París o de homosexuales
en San Francisco (Villaca, 2001). Estos enclaves étnicos son positivos para la
preservación de las culturas de grupos minoritarios y para el enriquecimiento de
las ciudades que se tornan más cosmopolitas (Sabatini, 2006: 8)
1 En Montgomery, Alabama, Rosa Parks fue arrestada porque se negó a ceder su asiento a un pasajero
blanco, en la década de 1960. Ello inició un boicot contra la compañía de autobuses y fue una de las
causas por las cuales, Martin Luther King comenzara su movimiento en defensa de los derechos de los
negros. Tomado de Espejos, una historia casi universal de Eduardo Galeano (2008).
38
La diversidad racial en Estados Unidos ha motivado la ocupación del espacio
por diferentes razas, destacando la formación de guetos como mecanismo de
dominación racial y opresión económica (Wacquant, 2007; Goldsmith, 2000;
Massey y Denton, 1993). Los centros urbanos se encuentran segregados por
raza y clase y ante ello, los guetos son expresiones de la desigualdad,
discriminación, miseria humana y crisis social de la sociedad norteamericana
(Castells, 1999:163-165).
El gueto es, no solo una entidad geográfica o una agregación de familias e
individuos pobres, sino una forma institucional basada en el control etno-racial.
Así, el gueto puede caracterizarse como una forma socio-espacial restringida,
racial y/o culturalmente uniforme, fundada en la relegación forzada de una
población negativamente tipificada en un territorio reservado en el cual esa
población desarrolla instituciones específicas que actúan como sustituto
funcional y escudo protector de las instituciones dominantes de la sociedad
general. Además, el gueto no padece una desorganización social sino que está
organizado de diferente manera, con un tipo particular de orden social.
La formación de guetos se agudizó con la mecanización de la agricultura del sur
y movilización de mano de obra industrial durante la Segunda Guerra Mundial,
así como la emigración de jornaleros negros concentrados en barrios centrales
abandonados durante el proceso de suburbanización de los blancos. La
localización de los proyectos de vivienda social contribuyó a la segregación, lo
que generó revueltas sociales y propuestas políticas en la década de 1960. Si
bien, algunos negros de la elite ascendieron socialmente, la mayoría de los
residentes en guetos han visto como se deterioran sus condiciones de vida de
manera dramática (Massey y Denton, 1993).
Esta problemática aumentó con la transformación en las condiciones de trabajo
y el empleo al final de la era fordista definida por la producción industrial
estandarizada, el consumo masivo y un contrato social keynesiano que
39
vinculaba ambos aspectos bajo la tutela del Estado de Bienestar Social
(Wacquant, 2007). Así, en Estados Unidos se presentó un aumento en el
número de trabajos más calificados pero no en la mano de obra de baja
cualificación, que se traslada a países con donde los sueldos son menores. Al
darse una reducción de los puestos de trabajo industriales, se fortaleció el
trabajo de la economía informacional, los cuales requieren de un nivel educativo
y capacidades verbales y relacionales que las escuelas públicas de los guetos
rara vez proporcionan.
A pesar de que se han implementado instrumentos normativos para desalentar
la formación de guetos, como la Fair Housing Act en Estados Unidos, el gueto
no desapareció y de muchas maneras el problema se multiplicó. Ello, aunado al
racismo generalizado de la población blanca, son factores en la consolidación
de barreras raciales de interacción con el consiguiente deterioro de las redes
sociales, dando origen a la llamada infra-clase (Massey y Denton, 1993).
La estructura espacial interactúa de forma decisiva con los procesos
económicos, sociales y culturales. El gueto está más confinado en su pobreza y
marginación y ante el confinamiento espacial de los negros pobres se
reprodujo la exclusión creciente del mercado laboral formal, disminuyendo las
oportunidades educativas, arruinando sus viviendas y el entorno urbano,
dejando los barrios bajo la amenaza de las bandas criminales y deslegitimando
sus opciones políticas (Obama, 2009).
Los guetos en las ciudades estadounidenses, y sobre todo el gueto habitado
por negros, se han convertido en un mecanismo para castigar a las clases
peligrosas y se están reproduciendo de forma sistemática su modelo más
profundo de exclusión social, hostilidad interracial y violencia interpersonal
(Castells, 1999:166-171). Con el tiempo, se ha pasado del gueto “comunitario”
de los años cincuenta a un hiper-gueto, sobre todo a partir de 1980 (Wacquant,
40
2007), en proceso tan intensos que se denominan hiper-segregación (Massey y
Denton, 1993).
Las condiciones sociales, económicas y de vivienda han empeorado
considerablemente en las últimas décadas pese al esfuerzo de programas para
reducirlo por lo que se podría suponer que hay una relación sistémica entre las
transformaciones estructurales de la nueva sociedad red y el abandono
creciente del gueto. En principio, la discriminación racial y la segregación
espacial siguen siendo importantes factores en la formación/reforzamiento de
los guetos como sistemas de exclusión social. Sus efectos adquieren nuevos
significados y se vuelven cada vez más devastadores.
De esta manera, se establece que: i) la segregación residencial continúa sin ser
abatida en las comunidades negras de las metrópolis estadounidenses y su
aislamiento espacial no puede ser atribuido a causas de clase, más bien de
raza; ii) a pesar de que los residentes blancos ahora aceptan la vivienda abierta
(open housing) como principio, ello no se ha reflejado en la práctica ya que
todavía se albergan fuertes sentimientos anti-negros y no se está dispuestos a
tolerar más que un pequeño porcentaje de gente de color en sus barrios; iii) la
discriminación contra los negros está ampliamente difundida y continúa a altos
niveles en el mercado urbano de viviendas.
1.1.3.2.- Segregación por Jerarquías de Poder.
La división en el espacio urbano por jerarquía de poder se produce por la
asignación de diferentes valores simbólicos que socialmente se transfieren a
actividades y edificios que reflejan y/o refuerzan relaciones de poder,
dominación, explotación, etc. al servicio del Estado u otros entes públicos como
organismos financieros, religiosos, comerciales, etc. Estos sitios se convierten
en centros de gobierno y de toma de decisión, de los cuales son excluidos o
parcialmente integrados la mayoría de ciudadanos.
41
En las ciudades contemporáneas se concentran las funciones de mando y
control al servicio del capital global, y con ello se establece una red de ciudades
globales entrelazadas, en donde se localizan las áreas de ejercicio de poder
(Sassen, 1998). Ello se expresa en complejos residenciales fuertemente
custodiados, en centros de negocios y circuitos financieros, en tiendas y
complejos comerciales utilizados por las clases dominantes mientras que los
dominados se limitan a sobrevivir en los espacios periféricos.
Estos nuevos espacios centrales suelen ubicarse en las periferias de la zona
urbana, formando procesos que algunos autores denominan como
deslocalización. La modificación en el concepto de localización se da tanto en el
origen de los inversionistas como en la ubicación física de tales
emprendimientos. Con ello, empresas que operan transnacionalmente van
creando los nuevos polos de control a nivel mundial produciendo formas
renovadas de división socio-espacial. Un ejemplo lo constituye el proyecto Jin
Mao en Shanghai (China), en el cual participaron arquitectos y diseñadores de
interiores norteamericanos, constructores de China, Francia y Hong Kong,
ingenieros de estructuras e instalaciones de Japón, Alemania y Francia. Sin la
participación internacional, este tipo de proyectos no se hubieran fabricado
(Beauregard y Haila, 2000).
La edificación de estos renovados centros de poder en las ciudades actuales
genera implicaciones significativas en la trama urbana, destacando la ocupación
de zonas periféricas y con ello, en modalidades inéditas de segregación
residencial.
1.1.3.3.- Segregación por Causas Socio-Económicas.
La segregación por causas socio-económicas es resultado de la localización en
el territorio de diferentes grupos sociales, envueltos en dinámicas de exclusión
debido al diferencial de renta entre los grupos y que se refuerza con el ánimo de
asegurar seguridad y distinción social. Ésta es la modalidad de segregación
42
residencial más frecuente en América Latina, región que se caracteriza por la
velocidad en el crecimiento de las ciudades y la desigualdad de su formación.
Hay un coincidencia generalizada en América Latina que da por asentada que
la segregación socio-espacial está determinada por la histórica y profunda
desigualdad social en la región, misma que se ha agudizado en los últimos años
por el incremento en la magnitud de la informalidad, el aumento en la
desocupación laboral, los bajos ingresos, el estancamiento de la actividad
económica, y que en este sentido, el espacio urbano reflejaría como un espejo,
las intensas desigualdades sociales.
Una segregación fuerte de gran escala, resulta consistente con las marcadas
desigualdades prevalecientes. Esta visión poderosa ha llegado a conformar un
verdadero paradigma intelectual en el estudio de la segregación social del
espacio en la región latinoamericana (Sabatini, 2003; Arriagada y Rodríguez,
2003; Kaztman, 2003; Villaca, 2001; Clichevsky, 2000).
La afirmación parece consistente pero resulta simplista, ya que la segregación
residencial es un fenómeno que incluye múltiples causas de fondo, que se
desarrolla en la dinámica compleja de la ciudad y que afecta la localización de
todos los grupos sociales (Arriagada y Rodríguez, 2003:35-38). También es
necesario analizar la producción del marco construido, la lógica del sector
inmobiliario, las políticas habitacionales del Estado para los diferentes grupos,
la expansión de la urbanización irregular, los instrumentos de planeación
urbana y la generación de grandes proyectos promovidos por los distintos
niveles de gobierno (Schteingart, 2007:13-14).
Las principales variables empleadas para comprender el origen socio-
económico de la segregación residencial han sido: ingreso económico, nivel de
educación, condiciones de vida material, acceso a la salud, educación, etc. Sin
embargo, para explicar la segregación dentro de una perspectiva más compleja
43
y dinámica, es necesario llevar a cabo abordajes más cualitativos, para
profundizar en el conocimiento de las diferencias socio-económicas, en donde
se incluyan dinámicas más integradoras, como el análisis de la movilidad
residencial intra-urbana, la percepción de los residentes sobre su entorno y los
estigmas territoriales asociados a tales barrios y unidades de vivienda.
1.1.4.- CAMBIOS EN EL PATRÓN TRADICIONAL DE SEGREGACIÓN RESIDENCIAL
EN AMÉRICA LATINA.
La novedad en el estudio de la segregación en fechas recientes radica en la
mayor visibilidad y virulencia con que se presenta el fenómeno en comparación
con etapas anteriores; así, la segregación es un fenómeno social en aumento
(Arriagada y Rodríguez, 2003:10-12; Rodríguez, 2001:9).
Se afirma que hay un patrón segmentado en la localización de los diferentes
grupos socio-económicos en las ciudades latinoamericanas, lo cual resaltan en
las adversidades cuando se trata de una segregación residencial por razones
socio-económicas en comparación a la generada por otras fuentes, como la
racial o étnica. Se cuestionan las causas del predominio de las adversidades de
la segregación residencial socio-económica sobre los beneficios de la misma,
sugiriendo cinco posibles explicaciones:
a) La segregación residencial socio-económica actúa como mecanismo de
reproducción de las desigualdades. Como fenómeno, fortalece el
aislamiento de los pobres, quienes en un contexto cotidiano de pobreza y
pares en la misma condición, limitan sus horizontes de posibilidades, sus
contactos y sus probabilidades de lograr una movilidad social ascendente.
Por otro lado, se amplía la clausura de los ricos, quienes en sus intentos
por lograr exclusividad2 y distinción residencial tienden a concentrar los
2 Dicha “exclusividad” se basa en las tradicionales pretensiones de demostrar la movilidad social
ascendente por parte de los grupos socialmente emergentes y se refuerza por las crecientes condiciones de
inseguridad en las ciudades, lo cual origina una búsqueda de lugares protegidos por parte de los grupos
con más recursos.
44
servicios y actividades laborales en su entorno, lo cual inhibe la interacción
con grupos sociales de nivel socio-económico inferior.
b) Dichos ámbitos de interacción de los diferentes grupos socio-económicos
se reduce, particularmente en la segmentación educativa, con lo que se
debilitan los contrapesos a la brecha física entre grupos3.
c) La descentralización político-administrativa basada en el fortalecimiento de
los gobiernos municipales hace depender los recursos de los ingresos de
la población de su jurisdicción; por tanto, índices altos de segregación
residencial socio-económica agudizan las diferencias entre los servicios
básicos ofrecidos por zona, perjudicando a las comunidades pobres y
desfavorecidas.
d) Hay indicios para afirmar que la agrupación territorial de los más pobres
puede generar externalidades negativas que se expresan en que hogares
y personas de condiciones similares tengan ingresos distintos,
dependiendo de si residen en zonas pobres o no pobres, estigmatizadas o
no; ante ello, los residentes en zonas pobres suelen tener ingresos
económicos menores4.
e) Se dan señales de deterioro de la vida comunitaria en los vecindarios
pobres, los que han perdido parte de su capacidad de acción colectiva y
están envueltos en actividades nocivas, como la violencia y la
desconfianza.
Adicionalmente, se muestran cambios en el patrón tradicional de segregación,
sobre todo a partir de la década de 1980 cuando aparecen dinámicas
novedosas (Sabatini, 2006) como:
3 Como lo demuestra Carla del Cueto en el libro Los únicos privilegiados. Estrategias educativas de
familias residentes en countries y barrios cerrados. Argentina: Prometeo Libros, 2007. ISBN 978-987-
574-143-0. 4
Como sucede en Río de Janeiro, donde se desarrolla un mercado de rentas ficticias para los jóvenes que
quieren acceder al mercado laboral, de manera que pongan como lugar de residencia, una colonia fuera de
la favela.
45
Nuevas alternativas residenciales para las elites o grupos medios, fuera de
los tradicionales barrios de alta renta, particularmente en medio de
asentamientos de bajos ingresos.
Emergencia de sub-centros comerciales, de oficinas y servicios fuera del
Centro y de los barrios de barrios de alta renta, usualmente en el cruce de
las principales avenidas, adaptadas con buena accesibilidad para cubrir
extensas áreas de mercado.
Generalización de la tendencia alcista de los precios del suelo, con el
objetivo de hacer más inaccesible la localización de nuevas viviendas para
grupos de ingresos bajos, intentando ubicarlos fuera de la ciudad, en la
región circundante.
Aparición de formas de crecimiento residencial diferentes del resto de la
ciudad, tanto a favor de centros urbanos menores como de la ocupación
rural con viviendas campestres, utilizadas tanto como residencias de
descanso y permanentes, agregando alternativas al crecimiento dominante
en forma de mancha de aceite.
Renovación urbana en áreas centrales deterioradas, por medio de la
recuperación de casas antiguas para usos residenciales o de servicios,
como la edificación residencial de alturas para grupos medios.
Formación y consolidación de nuevas centralidades o proyectos
detonadores como centros de negocios y financieros, rodeados de
universidades, zonas residenciales de lujo, etc. (Valenzuela, 2002).
Caldeira (2000) afirma que los profundos cambios sociales en la ciudad
contemporánea, genera nuevas formas de segregación espacial y
discriminación social, a partir de técnicas renovadas de exclusión y el retiro de
los barrios tradicionales, apareciendo los enclaves fortificados (residencia,
trabajo, entretenimiento y consumo) como espacios privatizados que
promueven la vivencia de ciudades exclusivas, transformando la noción de lo
público y amplificando las dificultades para los grupos marginados.
46
Las formas de exclusión son tan generalizadas que pareciera ser la fórmula
adoptada por las elites en todo el mundo; si bien los muros han existido desde
siempre, el nuevo modelo de segregación separa a los grupos sociales con una
explicitud que transforma la calidad del espacio público urbano y lo vuelve
fragmentado y desigual. Así, asistimos a formas renovadas en el patrón de
segregación residencial, particularmente en el contexto latinoamericano.
1.2.- FACTORES EXPLICATIVOS DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
Ante la afirmación de que la segregación residencial es un fenómeno complejo,
polivalente y en aumento, presentamos algunos factores explicativos de los
procesos de división social del espacio urbano, apuntando cinco elementos
causales: 1) por la oferta; 2) por la demanda; 3) por razones sociales; 4) por
elementos económicos; y, 5) por elementos institucionales.
1.2.1.- FACTORES DE LA OFERTA.
Dentro de los factores que causan la segregación por la oferta son: i) promoción
inmobiliaria; ii) mecanismo de precios; iii) mercado de suelo urbano; iv)
liberalización de mercado de suelo; v) inversiones inmobiliarias globales.
1.2.1.1.- Promoción Inmobiliaria.
Las acciones de los agentes inmobiliarios impactan en los procesos de
segregación del espacio urbano ya que la maximización de la ganancia que
provene del suelo favorece la diferenciación de áreas para apreciar o depreciar
bienes inmuebles de algún barrio o sector de la ciudad. Se distinguen tres
formas principales de obtención de utilidades en el sector inmobiliario: a) la
utilidad del capital que se invierte en la edificación; b) el interés financiero; y, c)
la renta de la tierra, que es la forma de ganancia propia de los mercados de
bienes inmuebles (Sabatini y Cáceres, 2005a).
Sin embargo, también surgen contradicciones de los intereses inmobiliarios en
el proceso de segregación del espacio, debido a:
47
La densificación de barrios de elite –tanto antiguos como nuevos- a través
de la construcción de vivienda en altura para familias de ingresos menores
que el promedio de los residentes del área.
Estos proyectos permiten a los promotores obtener considerables
ganancias y su efecto secundario es reducir la segregación residencial.
Considerando la fuerte concentración de los equipamientos y servicios de
mejor calidad en estos barrios, la demanda por vivir en dichas viviendas de
altura es muy alta. Ello demuestra que la verticalización y la reducción de
la segregación son procesos importantes, y que en el ámbito
latinoamericano, no hay una resistencia a esta mezcla social en el espacio
como la que existe en los suburbios de las ciudades norteamericanas.
La dispersión de condominios cerrados para familias de ingresos medios y
altos en la periferia urbana, muchos en zonas de asentamiento de
población de escasos recursos.
Se está produciendo una aproximación de los diferentes grupos sociales
en el espacio, pudiendo esto relacionarse con las tendencias regresivas en
la distribución del ingreso, lo cual genera una expansión de la pobreza en
las ciudades. Dicho cambio se interpreta como una tendencia emergente
generalizada causadas principalmente por transformaciones en el sector
inmobiliario privado.
La difusión de condominios ha promovido una intensificación de la
segregación residencial y una reducción de la escala geográfica. Los
guardias armados y las rejas aparecen al mismo tiempo que disminuye la
distancia física entre ricos y pobres (Sabatini, 2006:13; Caldeira, 2000).
Las rentas del suelo que buscan capitalizar los agentes inmobiliarios no
dependen tanto del nivel socio-económico de los residentes sino más bien de la
capacidad de pago del suelo edificado o habilitado. En ocasiones, la forma de
incrementar la utilidad se logra con la edificación en altura, densificando la
demanda por superficie de suelo edificado. De esta manera, se mantiene una
48
relación de conveniencia con la segregación, pudiendo acumular ganancias
aumentándola o reduciéndola.
1.2.1.2.- Mecanismo de Precios.
Al abordar la renta de suelos urbanos, Jaramillo (2003) señala que hay una
modalidad ligada a la segregación residencial que consiste en que los
diferentes grupos sociales tienden a ocupar lugares separados y diferenciados
en el espacio. Así, surge el llamado gasto conspicuo referido a los consumos
que se hacen no para satisfacer una necesidad “natural” sino para evidenciar
que se tiene el ingreso necesario para incurrir en esos gastos, y por tanto, que
se pertenece a determinado grupo social. Esta diferenciación se establece
mediante la exclusión lograda a través de la solvencia.
Si los grupos sociales de mayor rango ubican su vivienda en determinados
lugares de los que se excluye a otros grupos de menor condición, entonces
para un individuo localizarse en esos sitios se convierte en un signo de
pertenencia al grupo mencionado. La exclusión se da como una referencia a la
solvencia a través de un mecanismo de mercado: el individuo que quiera gozar
de esta “distinción” debe estar dispuesto a pagar un sobre-precio por los
predios ahí localizados y quienes no tienen esa solvencia se verán excluidos.
Este sobre-precio, es una especie de impuesto privado por la diferenciación
social que se convierte en renta por circunstancias emparentadas con otras
modalidades de renta urbana.
Así, la asignación concreta de ciertos espacios a determinados grupos sociales
no es algo que surja por la acción unilateral de los individuos, es más bien un
proceso colectivo y complejo de naturaleza convencional a la cual se someten
los individuos. Por ello, los propietarios de lugares que gozan de una
identificación social positiva pueden, a través de la competencia entre los
consumidores de vivienda, apropiarse de por medio de estos sobre-precios. A
esta dinámica, el autor denomina la Renta de Monopolio de Segregación, que
49
parece responder directamente a la disposición a pagar un “extra” por parte de
los demandantes. Esta cualidad es importante en las ciudades contemporáneas
ya que el rango social de los barrios y el estrato es uno de los factores que
están estrechamente asociados a la diferenciación de los precios del suelo
urbano (Jaramillo, 2003).
Otro elemento relevante para asignar valor en el mecanismo de precios es la
distinción entre valor de uso y valor de cambio. Marx, citado por Harvey señala
que el valor de uso no tiene más valor más que por su utilidad y no adquiere
realidad más que en el proceso de consumo, sugiriendo que es una relación
cuantitativa en la que los valores de uso son intercambiables (1979). En
cambio, la creación del valor de cambio reside en el proceso social de aplicar
trabajo socialmente necesario a objetos de la naturaleza para producir objetos
materiales (mercancías) aptos para el consumo (de uso) humano.
De esta manera, los seres humanos compiten con los demás en vez de
cooperar con ellos. La explicación de Marx para poner al valor de uso y al valor
de cambio en mutua relación dialéctica aporta una mayor consideración porque
ofrece la doble posibilidad de contribuir a los estudios sociológicos y
geográficos sobre el uso del suelo como lazo de unión entre los planteamientos
espaciales y económicos de los problemas del uso de suelo urbano.
1.2.1.3.- Mercado de Suelo Urbano.
El mercado de suelos opera bajo reglas que no necesariamente siguen los
postulados ortodoxos de la economía del mercado aplicable a otras
mercancías. No es que el mercado de suelo no funcione correctamente, más
bien las características de la mercancía misma no permiten una oferta y
demanda plenamente competitiva y racional. Los efectos de este mercado
peculiar se manifiesta en desarreglos expresados en dispersión urbana, falta de
servicios públicos de calidad o segregación socio-espacial (Morales, 2005).
50
También se presentan restricciones de oferta, niveles de precios, lógicas de
localización de actividades comerciales y residenciales, lo que propicia que
zonas centrales permanezcan baldías, favoreciendo que los propietarios
accedan a un plusvalor que propicia la expulsión de los pobres y la exclusividad
residencial a distinta escala. Además, la falta de reservas territoriales intra-
urbanas, con el consiguiente aumento de valor en el centro, favorece la
dinámica de desplazamiento de los sectores más pobres hacia las periferias.
En fechas reciente, el Estado dejó el mercado de suelo en manos de los
agentes inmobiliarios quienes definieron los productos y precios a ofertar,
imposibilitando a grandes segmentos de población acceder a él de manera
formal, al tiempo que el aumento en la densidad urbana favorece la
diferenciación de los precios de propiedad en diferentes localizaciones y que a
su vez, los pobladores se van ubicando donde los precios se adecuan a su
capacidad de pago empujados por la lógica propia de los mercados
inmobiliarios, lo cual se traduce en una correlación mucho más estrecha entre el
valor del suelo y el nivel socio-económico de la población que lo ocupa
(Kaztman, 2003; Rodríguez, 2001; Clichevsky, 2000).
En el caso mexicano, las modificaciones constitucionales al artículo 27 en el
año 1992, alentaron la urbanización de parcelas ejidales, sobre todo aquellas
localizadas dentro de zonas urbanas, las cuales se volvieron accesibles para un
sector de población de bajos ingresos quienes se fueron asentando en tales
territorios (Baños, 2005; Jiménez, 2000; Rébora 2000).
Villaca (2001) en su análisis de la metrópolis brasileña pone especial énfasis en
el valor del centro de la ciudad o la centralidad principal (pág. 5-6). Ello tendría
inferencia con el mercado de suelo por la dificultad para localizar las principales
actividades urbanas en el espacio central, donde las clases altas han
concentrado comercio, oficinas y entretenimiento, básicamente. Con el tiempo
se da la salida de las elites del Centro debido a los procesos de deterioro,
51
impuestas por otros uso, más populares, altamente rentables, trasladándose las
actividades de los grupos dominantes a nuevas zonas o centralidades. Ello ha
influido en el precio del suelo y en la posterior segregación del espacio.
Dentro de las particularidades del mercado de suelos en países
latinoamericanos, destacan las profundas desigualdades sociales favorecidas
por un régimen de bajos salarios, rapidez en el crecimiento urbano, obstáculos
para la homogeneización capitalista de la producción del espacio construido y
debilidad del aparato estatal en sus diversos niveles. En este sentido, un
instrumento de exclusión de las clases altas sería el mecanismo de precios de
los terrenos. Al garantizarse el acceso exclusivo de los mejores lugares para los
grupos privilegiados, se logra una nítida separación entre las diversas esferas
sociales, particularmente en ciudades tan polarizadas como las actuales, donde
se ha perdido el tradicional uso compartido del espacio central y la localización
de diferentes grupos en espacios relativamente contiguos (Jaramillo, 1999).
También encontramos dos relaciones importantes entre mercados de suelos y
segregación residencial: la primera aborda la modificación de la relación entre el
uso de suelo y el precio del mismo, ya que, dentro del carácter especulativo de
dichos mercados y debido a las particularidades del suelo (bien diferenciado,
parcialmente sustituible, de uso imprescindible y no reproducible), se tiene una
relación causal entre uso y precio que suele invertirse. El precio del suelo, al
estar determinado por el uso, se convierte en un factor que excluye y segrega.
Es sabido que cuando un barrio es ocupado por residentes de mayores
ingresos, se favorece el alza en el precio de los demás terrenos del entorno
inmediato. Este mecanismo ha sido denominado propagación espacial de la
especulación con suelos (Sabatini 2006:14-15).
La segunda relación entre mercados de suelo y patrón de segregación se
refiere a la subordinación de las conductas de localización de los constructores
a la estructura de precios del suelo. Dicha dinámica fue importante en la
52
consolidación del patrón tradicional de segregación en el siglo XX, cuando, por
ejemplo, los invasores ilegales de predios escogían los suelos más baratos para
disminuir el riesgo de evasiones, originando que los pobres se asienten donde
están los pobres. En ambas dinámicas, la lógica espacial del mercado de tierras
se ha sumado a favor del patrón tradicional de segregación.
1.2.1.4.- Liberalización del Mercado de Suelo Urbano.
En los últimos años, se ha favorecido la liberalización del mercado de suelo
urbano con el objetivo de ampliar la oferta e incidir en la disminución del precio
del suelo. Sin embargo, estas iniciativas han sido rebasadas por la dinámica de
especulación y se han fortalecido nuevas modalidades de segregación
residencial.
Sabatini al revisar la reforma del mercado de suelo en Chile entre 1980 y 1985,
comenta que se favoreció una radical liberalización del mercado ampliando la
oferta ante el convencimiento que la escasez de suelo urbanizado a precios
accesibles era la razón por la que las familias pobres no podían acceder a un
sitio para edificar sus viviendas y por tanto, al ampliar la cantidad de suelo
urbanizable se podría controlar las tendencias alcistas de precios (2000).
Contra lo que pudiera esperarse, en el caso estudiado (Santiago de Chile), el
precio del suelo aumentó pero la escala geográfica de la segregación declinó.
En este sentido, se pone en evidencia una paradoja, ya que los precios de
suelo pueden alcanzar, en la ciudad latinoamericana, niveles comparables a las
ciudades de naciones desarrolladas. La explicación a ello estaría en las
particularidades de los mercados de suelo en América Latina, al darse un alto
valor simbólico a la tierra, lo que se explica en tres fenómenos:
Economías inflacionarias y preponderancia de inestabilidad laboral, lo cual
significa una inseguridad económica muy extendida socialmente, aún para
familias de ingresos medios y altos.
53
Altas tasas de urbanización y altos niveles de concentración urbana, lo que
sostiene niveles expansivos por demanda de suelo.
Masiva preferencia por capitalizar en bienes inmuebles en función de
expectativas respaldadas por los hechos.
Las tendencias hacia la liberalización de los mercados de tierras permitieron
una correlación mucho más estrecha entre el valor del suelo y el nivel socio-
económico de la población que lo ocupa. De esta manera, surgieron desarrollos
de alta densidad poblacional dirigidos a grupos medios y medio-bajos en zonas
de alto valor del suelo, habitadas tradicionalmente por grupos altos y medios-
altos (Rodríguez, 2001:9). De modo inverso, se observan acciones para edificar
vivienda de alto nivel en zonas desvaloradas, en donde se aumenta la ganancia
del promotor, debido a la plusvalía que se extrae el suelo, cuyo precio inicial es
muy bajo (Bournazou, 2006).
1.2.1.5.- Inversiones Inmobiliarias Globales.
El nuevo capitalismo mundial se desarrolló en una dimensión financiera y
especulativa de alcance global que, a partir del inicio del siglo XXI generó una
disponibilidad de recursos y de enorme liquidez, orientada en muchos países
del mundo hacia el sector inmobiliario (Fernández Durán, 2006). Esta burbuja
especulativa favoreció el fuerte dinamismo de la oferta habitacional, debido a
que las entidades financieras globales encontraron en los desarrollos
residenciales una forma relativamente segura de retorno de capital (Soros,
2008). Esto planteó una diversificación de la oferta inmobiliaria, con la aparición
de nuevos productos, como los desarrollos de vivienda para residentes
temporales en ciudades turísticas, ejemplificado en el modelo denominado
turismo residencial (César, 2006).
De esta manera, se generó un boom en la industria de la construcción que,
junto con la expansión del consumo, generó la disponibilidad de dinero y la
revalorización inmobiliaria con renovados efectos territoriales al demandar y
54
consumir porciones del medio natural y construido. Aunado a ello, los fondos de
pensiones y las compañías aseguradoras en su afán por capitalizar de forma
rápida la inversión, participaron en la construcción de infraestructura
(carreteras, oleoductos, gaseoductos, etc.) así como obras para la movilidad de
personas, productos e ideas.
Tales inversiones inmobiliarias globales fueron altamente selectivas y se
concentraron en aquellas ciudades más significativas y dentro de ellas en
determinados enclaves altamente centrales, simbólicos y rentables. El resto,
quedó fuera de estas dinámica, con lo que podemos hablar de espacios
ganadores y perdedores (Svampa, 2001). Esta diferenciación espacial produjo
asimetrías sociales y distorsiones en los niveles de renta que paulatinamente
impulsaron procesos de segregación residencial.
Los emprendimientos de carácter transnacional también se presentan en
ciudades de países desarrollados, donde el capital internacional deslocaliza sus
inversiones. Un estudio señala que 209 de las principales torres de oficinas en
16 ciudades estadounidenses, sus propietarios eran extranjeros, con el 60 por
ciento en manos de inversionistas canadienses y japoneses, con otro 20 por
ciento adquirido por ingleses, alemanes y holandeses. En el caso de Los
Ángeles, el 46 por ciento de la oferta de oficinas estaban en manos extranjeras,
seguido por Houston (39%), Minneapolis (32%) y Nueva York con 21 por ciento
(Beauregard y Haila, 2000:31).
Sin embargo, la burbuja inmobiliaria no pudo sostenerse y terminó por estallar
con la crisis hipotecaria en Estados Unidos de América, caracterizada por la
contracción de la liquidez en los mercados de crédito y en los sistemas
bancarios debido las deficiencias de las compañías hipotecarias, firmas de
inversión y compañías estatales que invirtieron de manera agresiva en la
compra de bonos de deuda hipotecaria. La debacle expuso la fragilidad del
sistema financiero y del marco regulatorio global (Soros, 2008).
55
Un factor importante de esta crisis fue la alta especulación en bienes raíces.
Durante el año 2006, el 22% de los hogares adquiridos en Estados Unidos
(equivalentes a 1.65 millones de unidades) se destinaron a inversión con un
14% adicional (1.07 millones de viviendas) adquiridas como viviendas
secundarias. En otras palabras, el 40% de los hogares adquiridos no fueron
viviendas de necesidad primaria. Por otro lado, a pesar de que las viviendas
tradicionalmente no se han considerado como elementos de especulación, este
comportamiento cambió durante el boom habitacional. Así, en Miami se calcula
que el 85% de los condominios adquiridos se realizaron con la intención de
especular, siendo vendidos, inclusive por sus propietarios sin haber habitado
nunca tales espacios. De esta manera, la lógica especulativa fue un factor clave
en la crisis hipotecaria mundial5.
1.2.2.- FACTORES DE LA DEMANDA.
Las nuevas realidades sociales se manifiestan en demandas en la utilización
del espacio urbano. Tras el análisis, se enumeran tres factores explicativos de
la demanda en la segregación residencial: a) distinción social; b) seguridad; c)
imitación de patrones extranjeros.
1.2.2.1.- Distinción Social.
Una de las nuevas modalidades de organización de las diferencias sociales en
el espacio urbano es la aglomeración de grupos homogéneos en porciones
definidas de la ciudad, lo cual genera pautas y prácticas sociales y culturales
que otorgan status a los residentes. Vivir entre iguales es una estrategia de
distinción que satisface la pretensión y aspiración de apropiación de uno de los
símbolos de consagración social contemporánea, como es el lugar donde se
vive (Svampa, 2001). En el caso de los enclaves fortificados, se refuerzan los
elementos simbólicos de separación, proceso que refuerza las diferencias
sociales y fortalece la desigualdad (Caldeira, 2000).
5 Datos tomados de Subprime Mortgage Crisis. Disponible en World Wide Web:
http://en.wikipedia.org/wiki/Subprime_mortgage_crisis; consultado el 28 octubre del 2008
56
Estos mecanismos de diferenciación generan estrategias de distinción social y
nuevas formas de socialización con pautas de comportamiento que presentan
una tendencia a la homogeneidad social y generacional dentro del colectivo
territorial. Se busca de manera deliberada afinidades así como sentimientos de
pertenencia y arraigo entre los residentes dejando fuera a los “otros”, a los
seres diferentes que no aparecen captados como personas sino como
categorías sociales. El pobre es, antes que nada, una clasificación y la pobreza
se convierte en un estigma social.
Pareciera que la aspiración por diferenciarse socialmente es más intensa en los
procesos de segregación socio-espacial que en las diferencias sociales per se.
Incluso la relación entre las diferencias sociales y la segregación espacial sería
inversa más que directa, como se asume normalmente. Los grupos que están
construyendo su nueva identidad -como los inmigrantes- o los grupos existentes
que sienten amenazada su condición, suelen recurrir a la segregación
residencial como instrumento para afirmar o reafirmar su existencia como tales.
Por el contrario, cuando las diferencias sociales son claras y profundas, como
sucede en las distinciones de rango de las sociedades latinoamericanas, los
grupos pueden compartir el espacio urbano. Esta interpretación surge de un
enfoque de la segregación como algo dinámico en donde lo espacial está
dentro de las estructuras sociales y no fuera de ellas a manera de reflejo, lo
cual da importancia a las motivaciones de las personas en la modificación del
patrón de segregación (Sabatini, 2003).
El deseo de auto-representarse como perteneciente a una condición social más
elevada se configura como un factor determinante en los procesos de
segregación residencial, dinámica basada en la segmentación del consumo,
donde los bienes no solo satisfacen las necesidades básicas sino
mayoritariamente simbólicas, en medio de un individualismo y competencia
57
exacerbada. De esta manera, aumenta la distancia física y social de los actores
involucrados en la auto-exclusión territorial.
La búsqueda de distinción social es evidente en países en vías de desarrollo,
en especial en América Latina, región que tras la conquista europea fue
modelando claras distinciones entre grupos sociales (Galeano, 1971). El caso
argentino ha sido debidamente documentado (Del Cueto, 2007; Thuillier, 2005;
Bragos, Mateos y Pontoni, 2002; Carballo, 2002; Janoschka, 2002; Vidal-
Koppmann, 2002; Svampa, 2001), en donde el mundo privado hace referencia
al imaginario colectivo de vida en el campo, el estilo country.
Con cerca de seiscientos emprendimientos cerrados repartidos en todo el
territorio argentino, el ideal de seguridad y distinción emergen como los
principales incentivos de jóvenes parejas con niños pequeños para residir en
estos countries, barrios y ciudades cerradas. A pesar de que muchos residentes
son conscientes de que vivir “dentro” es como una burbuja que tiende a
aislarlos de la realidad, ello se compensa con la distinción de saberse en un
espacio diferente al de la mayoría, en estos mundos modernos en tiempos cada
vez más privados (Rojas, 2007).
1.2.2.2.- Percepción de Seguridad.
El aumento del crimen y la inseguridad urbana, particularmente en contextos
desiguales como el de la región latinoamericana, ha puesto en marcha
procesos de separación física y auto-exclusión de las elites y grupos
dominantes con el fin de obtener protección y seguridad ante las prácticas
delictivas. Si bien la solución definitiva a la criminalidad no pasa por la erección
de bardas sino por la generación de oportunidades para todos, se popularizan
los fraccionamientos cerrados (Rojas, 2007; Svampa, 2001).
En el caso de grandes ciudades metropolitanas como Sao Paulo, el crimen ha
favorecido la implantación de formas de segregación urbana que se expresan
en estrategias de protección donde la separación física es la más emblemática,
58
sobre todo con la edificación de los llamados enclaves fortificados, que
constituyen un nuevo orden urbano. Dichos enclaves, caracterizados
mayoritariamente por condominios cerrados, son la modalidad de vivienda
fortificada más popular de la elite paulista.
Surge, al mismo tiempo, una nueva estética de la seguridad en donde las rejas,
barrotes y muros son esenciales por cuestiones de seguridad, estéticas y de
estatus. Los residentes hacen de sus casas prisiones, dinámica que también
habla también de su posición social. Estos elementos, junto con la
revalorización del aislamiento y encerramiento y las nuevas prácticas de
clasificación y exclusión, está creando una ciudad en la cual las separaciones
vienen en primer plano y donde la calidad del espacio público y la posibilidad de
encuentros sociales han cambiado considerablemente (Caldeira, 2000).
Las urbanizaciones cerradas expresan nuevos procesos de privatización del
espacio urbano que ilustra de manera emblemática la transformación de un
modelo de relaciones sociales en una lógica que incluye la incertidumbre, la
inestabilidad y el escenario turbulento en el que se desarrolla la vida. De esta
manera, el crimen sería una de las manifestaciones más virulentas de una
sociedad en constante riesgo y una muestra de la crisis del Estado al no
garantizar un derecho básico como es la seguridad.
Los peligros del mundo y el futuro incierto favorece el encerramiento en muros,
la clausura de accesos, la instalación de cámaras de vigilancia, el monitoreo por
vigilantes armados y el uso de vehículos blindados, creándose verdaderas
burbujas defensivas. Para Bauman (2005), “protegerse del peligro fue uno de
los incentivos principales para la construcción de las ciudades, cuyos límites
quedaban a menudo definidos por grandes murallas o vallas: desde los
antiguos pueblos de Mesopotamia hasta las ciudades medievales (…). Las
murallas, los fosos y las empalizadas marcaban la frontera entre el nosotros y el
ellos” (pág. 93).
59
Sin embargo, de ser un lugar relativamente seguro, la ciudad ha pasado más a
relacionarse con el peligro que con la seguridad. Así, las actuales tendencias
apuntan a que los límites urbanos estarán delimitados por murallas o vallas y
que estas trincheras serán uno de los aspectos más relevantes de las ciudades
contemporáneas. Sin embargo, esta auto-exclusión ha venido a reconfigurar el
sentido de lo “público” y de la heterogeneidad, perdiéndose el atractivo de la
vida urbana. Con ello, la tendencia a retirarse de los espacios públicos hacia las
islas de uniformidad, se convierte, con el tiempo en el mayor obstáculo a la
convivencia con la diferencia.
La búsqueda de seguridad al vivir en espacios cerrados tampoco queda
garantizada y se generan contrastes que marcan las debilidades en el modelo
de la ciudad privada. Por ejemplo, se vive con el constante temor a sufrir alguna
agresión fuera de los límites del barrio cerrado, situación que se acentúa por los
contrastes con el entorno inmediato, que en la mayoría de los casos suele ser
desventajoso en relación con el propio. Por otro lado, la tranquilidad bucólica al
interior de los barrios cerrados, se ve alterada por acciones de los mismos
residentes, al presentarse casos internos de vandalismo infantil y juvenil,
resultando en destrozos a las viviendas de los vecinos, drogadicción,
alcoholismo, etc. (Rojas, 2007; Svampa, 2001).
En un mundo que prefiere la seguridad a la justicia, se va fortaleciendo una
industria del miedo como materia prima de prósperas industrias de seguridad
privada y control social, donde los ciudadanos se vuelven vigilantes del prójimo
y prisioneros del miedo. Según Galeano (2004), surgen las “paradojas del afán
exhibicionista: la opulencia está cada vez más obligada a recluirse tras altas
murallas, en casas sin cara, invisible a la envidia y la codicia de los demás. Se
alzan micro-ciudades en las afueras de las grandes ciudades. Allí se agrupan
las mansiones, protegidas por complejos sistemas electrónicos de seguridad y
por guardias armados que custodian sus fronteras” (pág. 112).
60
De esta manera, a pesar de que el discurso de la seguridad está presente en
las motivaciones de segregación residencial y auto-exclusión de los grupos
dominantes, otros valores subyacen en esta lógica como la formación de
nuevas modalidades de socialización que aspiran a la homogeneidad social
como fórmula para evitar el encuentro con el otro. Así, se establecen nuevas
relaciones entre lo público y lo privado, con la emergencia de un renovado
anhelo de ciudadanía privada y una progresiva recomposición de una cultura
individualista en detrimento de formas tradicionales de solidaridad social.
La verdadera seguridad solo podrá lograrse cuando se reduzcan las intensas
desigualdades socio-económicas a nivel global y local. La separación social y el
aislamiento físico dificultan el entendimiento mutuo, ese que nace de la fusión
de intereses que solo puede provenir de la experiencia compartida, experiencia
inconcebible si antes no se comparte el espacio.
1.2.2.3.- Imitación de Patrones Culturales Extranjeros.
La imitación de patrones culturales y de consumo de naciones desarrolladas ha
favorecido la suburbanización de las elites en América Latina. Originalmente se
habían imitado ejemplos europeos y, para el siglo XX se habría volteado hacia
los modelos formulados en Estados Unidos. Esta explicación del aumento de la
segregación socio-espacial es la más vaga de las esgrimidas con anterioridad y
es imprecisa al atribuir a los afanes extranjerizantes de los grupos pudientes la
causa del aumento en la segregación, sin distinguir entre formas espaciales
urbanas y estilos arquitectónicos, por ejemplo (Sabatini, 2006: 12-13).
Sin embargo, aparece un hecho innegable: las elites latinoamericanas han sido
culturalmente dependientes y han buscado con afán recrear las realidades de
países desarrollados en el contexto local. Esta dinámica permite visualizar una
identidad social débil y cuando esto sucede, los grupos recurren a la
segregación espacial como un recurso para ganar una identidad pluriclasista de
un país rico en un ámbito que no lo es.
61
Los mencionados barrios de alta renta se presentan como trozos de ciudades
de naciones industrializadas, donde caben todos los grupos de la estructura
social (como sucede en Europa o Estados Unidos), excluyendo a aquellos que
no coincidan con la identidad e imagen de ciudad de un país desarrollado que
tanto se ha buscado construir. Debido a la pobreza de las economías, estos
esfuerzos se concentran en fragmentos pequeños y ello permite explicar la
marcada concentración de las elites en el espacio de la ciudad.
Una muestra de la imitación de patrones culturales extranjeros está en el
nombre que se le asigna a los fraccionamientos privados. En el caso argentino,
los principales countries se llaman Highland Park, Mayling, Martindale, Farm
Club, Club Newman, Dalvian, etc. (Rojas, 2007). Además, se copian prácticas
sociales como jugar golf o ”la caza del zorro” que imita las expediciones de
cacería inglesa en algunos countries argentinos6. Adicionalmente, los estilos
arquitectónicos tienden a imitar la tipología de edificios extranjeros,
particularmente en el estilo victoriano, colonial californiano, minimalista, etc.
1.2.3.- FACTORES SOCIALES.
Las profundas transformaciones recientes al seno de la sociedad han incidido
en renovados patrones de ocupación territorial con implicaciones en los
procesos de segregación residencial. De esta manera, apuntamos el
resurgimiento de la desigualdad social como el principal elemento a considerar.
1.2.3.1.- Resurgimiento de la Desigualdad Social.
Se están difundiendo nuevas formas de desigualdad y marginalidad urbana
particularmente en las últimas tres décadas, donde el final de la era fordista,
caracterizada por la producción industrial estandarizada, el consumo masivo y
el contrato social keynesiano, impulsó la reconfiguración del Estado de
6 La realización de cacerías al estilo inglés es una práctica común en emprendimientos cerrados
argentinos. Patricia Rojas señala que se realiza la Gran Cacería del Zorro en el Hípico de Mar del Plata,
así como en Highland Park, en Lagartos, llegándose al extremo de organizar una Cacería de Niños en el
Club de Campo La Martona, en Cañuelas (2007:165).
62
Bienestar Social (Wacquant, 2007). Algunos autores definen a estas renovadas
formas de desigualdad como nueva pobreza, cuyo ámbito y fuente es la ciudad,
ya que la modernización económica, provocada por la reestructuración global
del capitalismo, aunado a una nueva división internacional del trabajo y el
desarrollo de industrias de uso intensivo del conocimiento, basadas en las
tecnologías de la información, ha permitido el ascenso de un nuevo régimen de
desigualdad y marginalidad urbana. De esta manera, se profundiza el abismo
entre los grupos sociales y se manifiesta una creciente separación espacial y
social al interior de los grandes centros urbanos.
Lo contradictorio de esa nueva marginalidad es que se da en medio de un
creciente avance y prosperidad económica mundial, en donde la opulencia y la
indigencia, el lujo y la penuria, la abundancia y la miseria, florecen lado a lado
(César, 2006). Así, ciudades como Nueva York, verdaderos nodos estratégicos
de la economía global, presentan asimetrías contrastantes, siendo el hogar de
la clase social más rica del planeta pero también el escenario de mayor número
de indigentes y personas sin vivienda (homeless).
Aunque esta dinámica pareciera contradictoria, en realidad ambos fenómenos
están relacionados, ya que la modernización post-industrial significa la creación
de puestos altamente calificados para el personal profesional y, por el otro, en
la descalificación y eliminación de trabajadores sin preparación adecuada a las
nuevas modalidades laborales (Sassen, 2006).
Cuanto más avanza la economía global, más amplio y profundo aparece el
incremento de la desigualdad y marginalidad. Las perspectivas indican a que un
mayor crecimiento económico generará inevitablemente mayor dislocación
urbana e incremento en la vivencia diferenciada de los territorios.
63
1.2.4.- FACTORES ECONÓMICOS.
Un factor que incide en la agravación de la segregación residencial es la
dinámica económica de transformación en la esfera de trabajo, la cual se
presenta en esferas cuantitativas y cualitativas.
1.2.4.1.- Transformación en el Mercado de Trabajo.
Desde una perspectiva cuantitativa, las transformaciones económicas implican
la eliminación de millones de empleos semi-calificados, bajo la presión de la
automatización y la competencia laboral extranjera. En el ámbito cualitativo,
implica la degradación de las condiciones básicas de empleo, remuneración y
derechos sociales a los trabajadores, especialmente los más desprotegidos.
La ampliación de las diferencias de ingreso en la población urbana alarga las
distancias sociales, al localizarse hogares favorecidos con servicios de calidad y
otros que no los tienen. Así, se presenta un creciente aislamiento de los pobres
urbanos y se producen tres cambios en la estructura social: 1) aumento de la
proporción de la población económicamente activa que muestra un vínculo
precario e inestable con el mundo de trabajo; 2) progresiva reducción de los
espacios públicos que posibilitan el establecimiento de contactos informales
entre las clases en condiciones de igualdad; 3) creciente concentración de los
pobres en espacios urbanos segregados (Katzman, 2001: 173).
Mientras no se tenga una estabilidad laboral y un incremento sustancial en los
ingresos económicos, la desigualdad en el espacio urbano continuará y tenderá
a ampliarse en el contexto latinoamericano, donde se presentan las siguientes
dinámicas laborales: a) un pequeño sector ocupa los principales puestos
directivos en empresas corporativas, como empresarios independientes o de
alta calificación, quienes cuentan con altos ingresos económicos; b) los mandos
medios y bajos se enfrentan a una alta rotación laboral y exigencia por
actualizarse ante los rápidos cambios, lo que fortalece la inestabilidad en el
empleo; c) segmentos de población con baja calificación laboral dedicados al
64
sector informal de la economía. Esta radical modificación en el mercado de
trabajo contribuye en la conformación de procesos de segregación socio-
espacial en las ciudades.
1.2.5.- FACTORES INSTITUCIONALES.
Los procesos de segregación residencial se han visto modelados por razones
institucionales, particularmente en la región latinoamericana, expresados en:
1.2.5.1.- Instrumentos Normativos Urbanos.
Los instrumentos normativos urbanos se establecen para conducir el
crecimiento urbano de manera armónica. En relación con el fortalecimiento de
la segregación residencial se identifican acciones tanto de actuación como de
omisión: respecto a lo primero, existe el acuerdo de que los sistemas
convencionales de clasificación de usos de suelo (zonificación) promueven la
segregación social y funcional del territorio, mientras que en el segundo,
destaca al problema del suelo vacante (Arriagada y Rodríguez, 2003:36).
El instrumento de zonificación, utilizado como pieza central de la planeación
urbana consiste en la separación de actividades y en la consolidación de áreas
urbanas homogéneas. A nivel urbano, comenzaron a implementarse en
Alemania a fines del siglo XIX y fue adoptado en diferentes contextos para
enfrentar los problemas sociales y ambientales surgidos por la rápida
urbanización e industrialización (Chueca, 2005).
En las ciudades modernas, la práctica de la zonificación ha generado
problemáticas, afectación al tráfico, aumento en la contaminación del aire,
deterioro ambiental y surgimiento de guetos urbanos, entre otros. El deseo de
una zonificación exclusiva ha sido un componente de la segregación
residencial, donde las familias de bajos ingresos han sido, con frecuencia,
considerados indeseables y políticamente amenazantes (Sabatini, 2004).
65
Otros elementos normativos, como el establecimiento de impuestos
inmobiliarios (predial, participación por plusvalías, etc.), han favorecido el
asentamiento diferenciado de poblaciones, provisión de elementos de
infraestructura habitacional y modalidades de transferencias de distinto tipo
para la construcción o adquisición de viviendas (Kaztman, 2003:20).
Por el lado de los predios vacantes, la segregación fue dirigida con el ánimo de
crear unidades espaciales más sofisticadas, dinámica reforzada por el Estado a
través de la reglamentación urbana. La exclusión se logró entonces mediante la
exigencia de lotes mucho más grandes, de inmuebles de cierto tamaño mínimo
y de exclusividad muy estricta para uso residencial (Jaramillo, 1999).
La falta de flexibilidad y adecuación de los planes de desarrollo urbano o
instrumentos similares, inhiben la provisión de igualdad de oportunidades en la
conformación del territorio y ante ello los grupos sociales se aglomeran de
manera diferenciada, resultando en el fortalecimiento de aquellos elementos
que favorecen los aspectos más negativos de la segregación socio-espacial
como el surgimiento de barrios cerrados, la ocupación de la periferia por grupos
de bajos ingresos y la escasa interacción social y física entre grupos.
1.2.5.2.- Reconfiguración del Estado.
En los últimos años asistimos al achicamiento y desarticulación del Estado de
Bienestar, lo que se traduce en el deterioro e indigencia social manifestada en
el entorno urbano. La paulatina desaparición de conquistas sociales aquilatadas
con el paso del tiempo, como el acceso universal a la salud, los sistemas de
pensiones para el retiro o la provisión de suelo urbano para los ciudadanos ha
generado la persistencia de la pobreza, el deterioro en la calidad de vida y el
incremento de la distancia entre los residentes urbanos.
66
Todos los países, incluidos los desarrollados, tuvieron que enfrentar las
políticas de ajuste estructural lo cual significó asumir programas de austeridad
en todas las esferas, bajo el liderazgo del Fondo Monetario Internacional
(Goldsmith, 2000). En el caso de los países europeos, con una larga tradición
redistributiva, se efectuaron modificaciones generales o graduales en los
sistemas de transferencias sociales destinados a reducir el sostenimiento
público y contener el crecimiento de los gastos sociales. En Estados Unidos, a
decir de Wacquant (2007), “la población cubierta por los planes de seguridad
social se redujo progresivamente durante dos décadas, en tanto que los
programas dirigidos a los pobres fueron recortados y convertidos cada vez más
en instrumentos de vigilancia y control" (pág. 176). Además, se disminuyeron
de manera drástica los fondos de asistencia y se establecieron topes para la
cobertura de seguridad social a los que puede tener acceso el ciudadano.
En el caso latinoamericano, los Estados nacionales fueron incapaces de dar
respuesta a los retos de la sociedad y comenzaron por transferir la
responsabilidad administrativa del gobierno federal a los estatales (provinciales)
y locales. Por otro lado, los requerimientos de políticas fiscales sanas
favorecieron una masiva privatización de entidades públicas y sociales.
Asistimos al strip tease del Estado, donde éste se desprende de todo, salvo de
su condición de ente represor (Galeano, 2004:96).
Como el crecimiento de las ciudades debe ser conducido con la participación
del Estado para asegurar la promoción de un verdadero desarrollo urbano, ésta
nueva lógica de reconfiguración estatal, deja desprovista a la sociedad de
herramientas que garanticen la ocupación del territorio con objetivos sociales y
de acceso igualitario entre ciudadanos. El énfasis reciente en el modelo de
mercado, individualista, desregulado y privatizador ha favorecido a nuevas
modalidades de segregación residencial.
67
1.3.- EFECTOS DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
La división social en el espacio urbano genera efectos de variada repercusión
en la ciudad. De ellos, señalamos: 1) efectos urbano-territoriales; y, 2) sociales.
1.3.1.- EFECTOS URBANO-TERRITORIALES.
Los elementos conceptuales para analizar los efectos urbano-territoriales de la
segregación residencial son: i) dispersión de las élites; ii) disminución de la
escala de la segregación; iii) barreras físicas y dispositivos de seguridad; iv)
expansión de la periferia; v) infraestructura y servicios; vi) procesos de
gentrificación; y, vii) estratificación del espacio público.
1.3.1.1.- Dispersión de las Élites.
Un rasgo que caracteriza a la segregación residencial en América Latina es la
fuerte concentración espacial de las elites y clase media en sectores
específicos de la ciudad, con un vértice que inicia o cercano a las zonas
centrales y en una dirección expansiva hacia la periferia, en donde se
aglomeran los grupos de bajos recursos.
La localización de barrios residenciales y comerciales en estas porciones
urbanas han formado áreas homogéneas que algunos autores denominan de
barrios de alta renta, fenómeno que presenta un cono de concentración de los
grupos de mayores ingresos en una dirección geográfica definida (Sabatini,
2006; Villaca, 2001). Sin embargo, recientemente los grupos de élite han venido
abandonando esta zona de alta renta inspirados en el patrón anglo-americano
de suburbanización de las clases altas urbanas.
Con ello surge el concepto de edge city, es decir, la suma de aglomeraciones
de oficinas, tiendas comerciales y vivienda en departamentos que se
encuentran alejadas de los centros tradicionales y que entran en competencia
con los centros de negocio centrales, los CBD (en inglés, Central Business
District). Este modelo de nodos periféricos, que integran descentralización con
68
desconcentración se ubican en ciudades tan dispares y diferentes como
Phoenix, Toronto o Helsinki (Beauregard y Haila, 2000:27)
El grado y periodo histórico en el cual los grupos de élite han abandonado el
Centro varían de acuerdo a cada ciudad, contexto nacional y cultural, sin
embargo, se advierte una constante dispersión de grupos favorecidos hacia las
periferias de la ciudad, a partir de la apertura de desarrollos residenciales,
comerciales y de servicios fuera de estos barrios de alta renta, muchas veces
en medio de asentamientos de bajos ingresos (Sabatini, 2006).
A pesar de que los grupos sociales altos y medios continúan concentrándose
en una porción limitada de la ciudad, esta modificación del modelo “centro-
periferia”, implica una movilización sin precedentes de residentes de alta
capacidad económica a zonas otrora vedadas, en un fenómeno que está
reconfigurando el patrón social de segregación residencial.
Este nuevo esquema de dispersión espacial se expresa en algunas ciudades
como Sao Paulo, Brasil en el modelo de condominio cerrado caracterizado por
el desarrollo de residencias múltiples, mayoritariamente de varios niveles,
invariablemente amurallado, con accesos controlados, que ocupan extensas
áreas ajardinadas e incluyendo toda clase de amenidades para uso colectivo.
Estos condominios cerrados no se construyen únicamente en las áreas
centrales, también en la periferia, al tiempo que esta modalidad de dispersión
de las élites se complementa con la urbanización de complejos de oficinas y
comercios igualmente cerrados. El nuevo patrón de organización espacial
favorece la mezcla residentes pobres y ricos sin que ello se traduzca en un
incremento en la interacción entre grupos, prevaleciendo, en su caso, la
vivencia diferenciada del territorio (Caldeira, 2000).
69
1.3.1.2.- Disminución de la Escala de la Segregación.
Para comprender los efectos de la segregación residencial intra-urbana es
importante establecer la escala de análisis, pudiéndose ser por zonas, barrios o
vecindarios individuales. Ejercicios empíricos han demostrado que la
segregación depende de la escala de estudio; amplias zonas pueden presentar
una segregación moderada, mientras que el análisis detallado puede resultar en
altos índices de división social en el espacio urbano (Rodríguez Vignoli, 2001).
La relativa dispersión de desarrollos residenciales, comerciales y de oficinas
fuera de las áreas tradicionales de concentración de grupos de alta renta y
actividades de mayor categoría en América Latina, pareciera estar acortando
las distancias físicas entre grupos sociales, disminuyendo la homogeneidad por
aglomeración de barrios más que por barrios en sí mismos.
Por ello, si los procesos de segregación residencial se presentan en una escala
geográfica reducida, como en ciudades pequeñas o medianas, o a través de la
conformación de vecindarios socialmente homogéneos, los efectos negativos
de la segregación pueden ser menores, o no existir (Sabatini, 2006).
1.3.1.3.- Barreras Físicas y Dispositivos de Seguridad.
En América Latina, han surgido nuevas modalidades de segregación
residencial, expresadas por medio de refinadas técnicas de exclusión y el retiro
de los barrios tradicionales, surgiendo los enclaves fortificados, donde el acceso
es controlado, el perímetro se encuentra dividido por muros y las áreas se
mantienen separadas por barreras físicas y dispositivos de identificación y
control (Caldeira, 2000). Los espacios interiores están vigilados por guardias
armados de corporaciones privadas, los cuales son responsables de resguardar
el orden público y hacer valer los reglamentos internos, en una especie de
nueva ciudadanía privada (Del Cueto, 2007; Rojas, 2007; Svampa, 2001).
70
Estos profundos cambios impulsan a los residentes a incorporar barreras físicas
que separan el espacio privado del público. Así, las elites se retiran a sus
enclaves y dejan la ciudad abierta a los grupos desfavorecidos o de bajos
recursos, disminuyendo el número de interacciones entre grupos sociales y
aumentando la segregación y fragmentación del espacio urbano.
Este urbanismo defensivo (Enríquez, 2008) es literal en su afán de separación y
las barreras físicas están claramente señaladas. De esta manera, se comparten
características comunes expresadas en: a) son demarcaciones separadas por
barreras físicas como muros, rejas y mecanismos de seguridad; b) son
propiedad privada para uso colectivo y se enfatiza el valor de lo que es privado
y restringido al mismo tiempo, devaluando el sentido de lo público y abierto en
la ciudad; c) la urbanización se ha vuelto al interior, alejada de la calle, donde la
vida pública es explícitamente rechazada; d) los espacios están controlados por
guardias armados y sistemas de seguridad, lo que fortalece la exclusión; e) son
flexibles y pueden situarse en localizaciones diversas; y, f) los enclaves tienden
a ser ambientes socialmente homogéneos, en donde los residentes se alejan de
las interacciones indeseadas.
Si bien las barreras físicas han existido desde siempre, el nuevo patrón de
segregación residencial separa a los grupos sociales con una explicitud que
implica una ruptura en el uso del espacio urbano, en donde las barreras físicas
como la erección de muros, expresan física y simbólicamente las estrategias
para marcar diferencias, imponer distancias, multiplicar reglas de exclusión y
restringir el movimiento.
1.3.1.4.- Expansión de la Periferia.
En la dimensión espacial, se asiste a un aumento de los espacios marginales,
los cuales se han ubicado históricamente en los límites urbanos, en las
comúnmente llamadas periferias, y que hoy se distribuyen en cualquier punto
del espacio urbano. De esta manera, la periferia ha modificado su connotación
71
geográfica original, para convertirse en un concepto que expresa formas
marginales de habitar el territorio (Olivares, 2002:90).
La ocupación de zonas centrales por los grupos de élite y medios ascendentes
favorecen el asentamiento de las clases marginadas en la periferia urbana, la
cual se distribuye de manera difusa, sin lograr un grado de consolidación
relevante, dejando amplias zonas baldías, terrenos sin construir como se
comprueba en estudios empíricos recientes (Baños, 2005).
La expansión de la periferia está asociada a la ocupación informal, proceso en
donde el acceso al suelo urbano se da mediante la informalidad inmobiliaria y
urbanística, atendiendo a tres grandes lógicas de acción social: la primera,
referida a la lógica del Estado, en donde la sociedad civil y los individuos se
someten a la decisión del poder público, que asume la responsabilidad de
definir la forma, la localización y el objetivo que facilite el acceso y usufructo del
suelo urbano; la segunda, es la lógica del mercado, en donde el suelo, como
objeto de transacción, tiene que cumplir con la normatividad jurídica y
urbanística en cada ciudad y país; y, la tercera, es la lógica de la necesidad,
donde existe una motivación condicionada por la pobreza, es decir, por la
incapacidad de suplir la necesidad de suelo urbano a partir de los recursos
económicos que permitirían el acceso a dicho mercado (Abramo, 2001).
Se calcula que más de mil millones de personas (equivalentes a una tercera
parte de los habitantes urbanos mundiales) viven en condiciones precarias, con
viviendas inadecuadas y careciendo de servicios básicos como agua entubada,
alcantarillado, luz eléctrica. La dimensión de este problema ha motivado que
dentro de los Objetivos del Milenio, iniciativa liderada por la Organización de las
Naciones Unidas, se incluya el mejoramiento de la calidad de vida de 100
millones de tugurios para el 2020 (ONU Hábitat, 2006).
72
La expansión de las periferias constituye uno de los efectos más evidentes de la
segregación residencial en la ciudad. La aglomeración diferenciada de grupos
sociales en el espacio físico disminuye las posibilidades de acceder a una vida
urbana con criterios de igualdad, justicia y democracia.
1.3.1.5.- Infraestructura y Servicios en la Periferia.
Una de las manifestaciones más evidentes de la segregación residencial en el
mundo y en especial en América Latina se relaciona con la provisión de
infraestructura y acceso a los servicios públicos básicos en la periferia. Destaca
que los servicios colectivos -agua potable, drenaje, luz eléctrica-, los
equipamientos (salud, educativos, culturales, recreativos, etc.) y el transporte
público suelen ser de mala calidad o inexistentes y se presenta una falta de
seguridad en la tenencia de la tierra, particularmente (Baños, 2005; Bazant,
2001; Jiménez, 2000).
Los asentamientos irregulares o informales en el mundo en desarrollo no
cumplen con las disposiciones normativas urbanas ni con los códigos de
construcción, calculándose que entre el 30 y 40% de las viviendas en los países
en desarrollo son susceptibles a inundaciones, deslizamientos y otros riesgos
naturales. A pesar de ello, en América Latina el número de viviendas con
materiales no durables es relativamente bajo, a pesar de que el hacinamiento
permanece como un elemento más significativo (ONU Hábitat, 2006).
En cuanto a la disponibilidad de agua potable, la distribución entre poblaciones
rurales y urbanas es diferenciada, así como el consumo per cápita,
encontrándose disparidades en la provisión en la cantidad y calidad del líquido,
que en un porcentaje importante no cumple con los estándares higiénicos
aceptables para los asentamientos humanos. Se calcula que cerca de la mitad
de las poblaciones urbanas de África, Asia y América Latina sufren de una o
más enfermedades transmisibles asociadas a la mala calidad del agua y a la
carencia de alcantarillados conectados a la red pública.
73
De acuerdo a evidencias empíricas, más de una cuarta parte de la población
urbana en el mundo en desarrollo adolece de drenajes adecuados, lo cual
presenta afectaciones en la salud. El número de muertes atribuibles a malos
drenajes e higiene se calcula en 1.6 millones por año –cinco veces más de las
personas que murieron en el tsunami del Océano Indico en 2004-. También se
presenta una gran brecha entre la provisión de agua potable y el acceso al
drenaje en el mundo: 83% tiene acceso a agua pero sólo 58% a drenaje
adecuado. Hoy, uno de cada tres niños en el mundo en desarrollo no tiene
acceso a drenajes adecuados y se estima que el 10% de la población urbana
mundial -unos 300 millones- defecan al aire libre o en letrinas inadecuadas.
Adicionalmente, diversos estudios señalan que mientras más pequeños los
centros urbanos, la proporción de hogares sin drenaje adecuado son más altos
(Onu Hábitat, 2006:88).
En relación a la tenencia segura del suelo, se reconoce que el titulo de
propiedad no es siempre símbolo de seguridad de posesión del suelo. En varios
países o regiones (como en Europa Central) más de la mitad de los habitantes
rentan la casa donde viven. A pesar de ello, la tenencia es segura. En el mundo
contemporáneo, el suelo y la vivienda son percibidos como un patrimonio, por
tanto, el acceso a ambas depende ahora de las fuerzas del mercado y
capacidad de pago. Los programas extensivos de titulación plena en la
propiedad han contribuido a legitimar y exacerbar los sistemas desiguales de
suelo y distribución apropiada (Maldonado, 2006). A pesar de ello, organismos
oficiales estiman que en países en desarrollo, menos de la tercera parte del
suelo está debidamente formalizado (ONU Hábitat, 2006).
1.3.1.6.- Procesos de Gentrificación.
Una expresión renovada de la segregación residencial se refiere al incremento
de la gentrificación, dinámica entendida como el proceso de desplazamiento de
población de zonas degradadas o de la periferia popular para ser sustituidas por
desarrollos para las elites o grupos medios, a partir de mejoras físicas o
74
materiales que tienen lugar en tales barrios, los cuales experimentan una
apreciable elevación de su estatus (Sargatal, 2000:1).
El desplazamiento de los grupos populares se da principalmente, por la acción
de las fuerzas económicas o de mercado, más que forzadas por expulsiones o
evasiones. Es común observar que zonas de baja renta pero bien localizadas,
se vuelven atractivas para la promoción de desarrollos inmobiliarios y se
acompaña de inversiones y mejoras, particularmente en viviendas, pero
también en comercios, equipamientos y servicios.
Esto ha sucedido con especial incidencia en Centros Históricos de grandes
ciudades latinoamericanas (como en la Ciudad de México), promoviéndose la
reconversión de viviendas en edificios patrimoniales para reactivar el uso
habitacional y asegurar el dinamismo; ello implicó el desplazamiento de
población de bajos ingresos por nuevos inquilinos de mayor ingreso económico.
Esta revalorización de ciertos barrios tradicionales es un proceso altamente
diversificado que pone en entredicho las teorías sobre localización residencial y
estructura social urbana, que al menos en la literatura sociológica
norteamericana daba por descontado el desplazamiento de grupos de alta renta
a los suburbios, sin embargo, la gentrificación demuestra una movilidad
espacial en sentido contrario a lo expuesto en dichas teorías. Una explicación
posible de la gentrificación, podría ser la llamada teoría del ciclo de vida de los
barrios, que asume esta condición como inherente a la vida de las comunidades
y se expresa en la manifestación física y en el precio de las viviendas.
Una discusión importante en relación a la gentrificación y la segregación tiene
que ver con la homogeneidad de los residentes en barrios, toda vez que está
demostrada la riqueza que implica la heterogeneidad socio-cultural en la ciudad.
A pesar de los beneficios que puedan obtener los grupos populares al convivir
75
con grupos de mayor estatus y viceversa, la cuestión es evitar posibles
conflictos sociales derivados del contraste socio-económico al interior del barrio.
Un factor para la comprensión de los procesos de gentrificación se refiere a las
nuevas pautas culturales de consumo de las elites en la configuración del
paisaje urbano, a partir del deseo de los gentrificadores de distinguirse de otros
grupos sociales, es decir, hablamos de una distinción cultural, lo cual supone
una re-estructuración del paisaje cultural, social y económico (Sargatal, 2001).
Finalmente, para que ocurra la gentrificación, han de presentarse dos
condiciones: en primer lugar, tienen que existir zonas gentrificables en la zona
urbana, así como instrumentos financieros para apoyar la reconversión de tales
áreas. En segundo lugar, es necesario un colectivo de gentrificadores
potenciales, constituido por elites y grupos medios ascendentes cuyo perfil
asegure los procesos descritos anteriormente.
1.3.1.7.- Estratificación del Espacio Público.
El ideal moderno de la vida urbana estaba representado en el espacio público a
partir de calles abiertas para la libre circulación de personas y vehículos. El
concepto de vida pública se relacionaba con dos conceptos: el espacio de la
ciudad es abierto para ser usado y gozado por todos; y, la sociedad de
consumo es accesible a todos.
Los ideales de democracia habían encontrado algunas de sus mejores
expresiones en el espacio público de las ciudades modernas. Dichos espacios
promovían la interacción entre personas que eran forzadas a confrontarse en el
anonimato bajo el principio de ciudadanía y de esta manera reconocer y
respetar los derechos de los demás; de esta manera, el espacio público era
definido como lugar de construcción de ciudadanía y encuentro social (Salcedo,
2002). En el espacio de la ciudad moderna, diferentes ciudadanos negocian los
términos de sus interacciones y formas de socialización, a pesar de sus
76
diferencias y desigualdades. Este ideal de ciudad abierta, tolerante a las
diferencias sociales y su negociación en encuentros anónimos, cristalizan el
espacio público moderno y democrático (Caldeira, 2000).
Sin embargo, la vivencia diferenciada del territorio propicia que surja una
transformación en la noción de lo público al interior de la ciudad
contemporánea. Las formas nuevas de organizar las diferencias sociales,
genera otro tipo de espacio público y de interacción entre ciudadanos, por
medio de la creación de espacios públicos fragmentados, articulados en
términos de separaciones rígidas, donde la desigualdad es el valor
organizacional y en donde se pone en entredicho los valores y aspiraciones
democráticos y ciudadanos propios de las sociedades contemporáneas. Se
tiende a la privatización generalizada de los servicios y de los espacios al
interior de la ciudad. Por ejemplo, las plazas, lugares públicos por antonomasia
ceden su lugar a las plazas comerciales, conjuntos privados de acceso público
para satisfacer el consumo de masas (Augé, 1992).
Esta reconfiguración de la noción del espacio público se relaciona con la
formación de los enclaves fortificados, que han venido cambiando carácter del
espacio público y la interacción entre sectores sociales diversos, en donde las
restricciones, la sospecha y el miedo estarían marcando las interacciones
sociales (Caldeira, 2000).
Así, Boggs (citado por Salcedo, 2002), sostiene que la privatización del espacio
público y el decaimiento de la esfera de libertad existente entre el Estado y los
privados conllevan una privatización de la esfera política, la que introduce
nuevas reglas del juego para los actores públicos, no adecuadas plenamente a
las instituciones democráticas contemporáneas, como sucede con los enclaves
fortificados, en donde al interior de estos recintos, las normas de convivencia
democrática como la libertad de expresión y de asociación son restringidas por
convenios privados entre los desarrolladores y los propietarios, los que en
77
muchos casos los propietarios no están en condiciones de discutir ni negociar
(Rojas, 2007).
De esta manera, asistimos a una estratificación y privatización de la esfera
pública representada por enclaves fragmentarios como los centros comerciales,
los barrios cerrados o las ciudades turísticas.
1.3.2.- EFECTOS SOCIALES.
Dentro de los efectos sociales de la segregación residencial mencionaremos: a)
alejamiento-acercamiento entre grupos sociales; y, b) formas renovadas de
discriminación.
1.3.2.1.- Alejamiento-Acercamiento entre Grupos Sociales.
Los procesos de segregación residencial se expresan en la localización
diferenciada de grupos sociales, en donde los extremos (alta y baja renta) se
alejan con mayor intensidad en el tejido de la ciudad. Así, se incrementa el
alejamiento físico pero también simbólico; se sofistican las técnicas de
separación social y creación de distancias, por medio de la erección de bardas,
rejas y otros elementos de disuasión, que incrementan la sensación de
presenciar realidades alternas, vivencias de la ciudad que no se tocan.
Se asiste a una relativa aproximación espacial que se está produciendo entre
distintos grupos sociales en las principales ciudades o en latinoamericanas
(Villaca, 2001). Originalmente se atribuía este fenómeno a las tendencias
regresivas en la distribución del ingreso, las cuales estaban generando una
expansión de la pobreza en las ciudades. Posteriormente, el cambio se
interpretó como una tendencia emergente generalizada en las ciudades,
causada por las transformaciones en el sector inmobiliario privado, que
comenzó a ocupar y transformar espacios urbanos periféricos. Recientemente,
se reconoce una disminución en la interacción entre grupos sociales y un
incremento en la distancia física intra-urbana (Sabatini y Brain, 2008).
78
1.3.2.2.- Formas Renovadas de Discriminación.
Las profundas transformaciones recientes, como la mundialización económica y
los avances en la tecnología de la información, coinciden con el incremento de
la discriminación urbana ejercida sobre grupos sociales desfavorecidos, como
los pobres, los inmigrantes o los extranjeros.
Está debidamente documentado que en los países desarrollados se han
fortalecido las estrategias de exclusión para inmigrantes, como sucede en los
barrios periféricos de París, habitados por africanos (Borja y Castells, 1997); de
igual manera, en España se tienen documentadas las vejaciones residenciales
ejercidas principalmente contra inmigrantes islámicos (Martínez, 1999); en el
caso norteamericano, los guetos lejos de desaparecer, siguen siendo el lugar
de residencia habitual de los negros (Castells, 1999; Massey y Denton, 1993).
En el contexto latinoamericano, la discriminación es fundamentalmente
asociada a causas socio-económicas y se presenta en forma velada o explícita.
Se refiere a la localización geográfica en el contexto urbano, a la homogeneidad
social y a las prácticas, que en casos se expresa en rituales de identificación y
humillación, llegándose a extremos como la revisión física y de pertenencias de
las trabajadoras domésticas que laboran en viviendas de las élites (Caldeira,
2000). Así, la vivencia urbana se vuelve una suma de diferencias sociales,
separaciones, exclusiones para recordar las limitaciones individuales en el
contexto colectivo, lo cual favorece la descomposición social (Rojas, 2007).
1.4.- IMPACTOS DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL.
La segregación residencial presenta dos dimensiones objetivas que difieren en
lo relativo a sus efectos: positivos y negativos. Si bien hay una inclinación
generalizada a considerar la segregación como algo “malo”, asociado a
injusticias sociales (Arriagada y Rodríguez, 2003; Machado, 2001) y a las
consecuencias adversas que genera –reproducción de la pobreza y
desigualdades, agudización de problemas sociales, etc.- (Clichevsky, 2000), en
79
situaciones específicas tiene funciones positivas que se dan cuando la
concentración espacial de un grupo social, ya sea por razones étnicas o
socioeconómicas, permite preservar costumbres, identidades 7 e incluso
seguridad física8 de los grupos que las conforman y así, las minorías logran un
empoderamiento social y político (Boal, 2001; Peach 2001).
Los efectos negativos aparece cuando la homogeneidad social del espacio es
fuerte y se presentan procesos de desintegración social, ya que los grupos
pobres y discriminados son excluidos de ciertos barrios y áreas de la ciudad y
empujados a localizarse en las áreas rechazadas por el mercado de suelo
(zona de riesgo, insalubres, con problemas de tenencia, etc.) sin políticas de
vivienda social y bajo la amenaza de, una vez aglomerados, sufrir de desalojos
forzados (Sabatini, 2006; Kaztman, 2003:20).
1.4.1.- SEGREGACIÓN VOLUNTARIA (POSITIVA) Y FORZADA (NEGATIVA).
La distinción entre segregación positiva y negativa radica en que la primera se
basa en el carácter voluntario de la separación, la cual está asociada con el
ejercicio de la libre voluntad de las personas o grupos sociales, mientras que la
segunda es forzada ya que no hay grupo social que desee tener un estatus
menor; los grupos dominantes imponen la separación a los grupos más débiles,
aún en contra de su voluntad (Marcuse, 2001; Massey y Denton, 1993).
La forma voluntaria de segregación es comprensible, al estar ligada a la
afirmación de identidades y diferenciación social, a la búsqueda de una mayor
7 Machado afirma que una necesidad social humana tan importante como el sentido de protección y
defensa lo constituye la generación del sentido de grupo y para ello se hace conciencia de las diferencias y
distancias de los fuereños, quienes se convierten en “ellos”, surgiendo lo que Luhmann llama la “paradoja
de la identidad” cuando se afirma ésta a través de las diferencias. 8 En ocasiones la segregación residencial ha jugado un papel muy positivo en el resguardo físico de grupos
sociales, étnicos y/o religiosos en conflictos donde la violencia es un tema recurrente. Boal (2001:3-5) al
describir las profundas diferencias entre las comunidades católicas y protestantes en Irlanda del Norte,
abunda que situaciones conflictivas conduce a las personas a sentirse amenazadas y dicha percepción
puede materializarse en forma de violencia física, permanece un temor psicológico. En dichos escenarios
es razonable que los individuos o grupos hagan lo posible por protegerse ante tales amenazas.
80
calidad de vida, de seguridad personal, de auto-estima individual, de
construcción de comunidades entre gente con intereses y estilos de vida
comunes. En contraparte, los grupos discriminados o pobres también se
concentran espacialmente pero esta dinámica no es el resultado de una
elección o de la preferencia de localización ya que en dichas áreas no se
advierte presencia de grupos de otra condición social, con lo cual la interacción
entre individuos y grupos es nula, limitándose la formación de relaciones
sociales, de redes de ayuda y solidaridad laboral, etc. En el caso de la ciudad
latinoamericana, la homogeneidad social del espacio es la característica más
sobresaliente de la situación de segregación de los grupos de menor categoría
social, los que mayoritariamente se localizan dispersos en distintas zonas de la
periferia urbana (Sabatini, 2006).
La homogeneidad y el mantenimiento de estatus sociales en el espacio
requieren directa o indirectamente el uso de la fuerza y que en una sociedad
civilizada el uso de esa fuerza (al menos en teoría) corresponde al Estado,
quien ejerce el monopolio del uso legítimo de la fuerza en la sociedad. Es poco
probable que se lleguen a conformar barrios altamente homogéneos como
efecto de la suma de decisiones personales y ello se consigue mediante el uso
del poder (Marcuse, 2001).
Para fundamentar su afirmación, Marcuse presenta la experiencia en los
Estados Unidos, particularmente en la formación de guetos para población
negra, espacio creado e impuesto por instrumentos como la división entre
blancos y negros en el empleo, las ventajas económicas para algunos blancos,
los patrones de comportamiento racista de los blancos dominantes y las
continuas desventajas sufridas por las minorías negras (2001).
El fortalecimiento de los guetos impulsado por el gobierno norteamericano se
expresó en ordenamientos de zonificación en gobiernos locales determinando
que ciertas áreas fueran ocupados exclusivamente por población de raza
81
blanca9, en criterios urbanísticos (dimensión de lotes, prohibición para
construcción de multifamiliares, etc.) que desalentaron el desarrollo de zonas
para negros, las prohibiciones para vender a ciudadanos “de color”, que se
expresaban en testamentos y herencias, financiamiento para construcción de
vivienda para blancos, etc.
La segregación étnica y el modelo del gueto apuntan a que si un grupo
hegemónico desea separarse de los que percibe como inferiores, hará lo
posible por reforzar la segregación hacia estos grupos. Por ello hay dos razones
diametralmente diferentes en la dinámica de segregación: la adoptada
voluntariamente como una estrategia de supervivencia del grupo o la impuesta
de manera negativa a los grupos más débiles (Peach, 2001:3-4). A pesar de
que hay dos diferentes modelos de localización, los puntos clave de la
interpretación de los niveles de integración social representados por el nivel de
segregación espacial de un grupo a otro permanecen igual. Bajos niveles de
segregación indican grados altos de interacción social, mientras que altos
niveles de segregación representan grados bajos de interacción social.
Con ello, se ha propuesto un instrumento de codificación tipológica para
comparar la segregación voluntaria y forzada que va más allá de la segregación
residencial; lo hace por medio de una matriz que aglutina la combinación entre
cuatro factores (Machado, 2001):
a) Origen estructural, señalando ubicación, escala y nivel de complejidad en
la que la segregación es generada; sus protagonistas principales,
clasificados como individuos, grupos o instituciones; y efectos
estructurales.
9 Dicho criterio fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso
Buchanan vs. Warley en 1917, pero que en la práctica aumentó de manera sostenida, como lo afirma
Massey y Denton en el libro American Apartheid (1993).
82
b) Intencionalidad, referida exclusivamente a las intenciones de los
protagonistas a segregarse de ellos mismos u otros, es decir, tomar
distancia de los otros, y no a las oportunidades de localización donde la
principal razón es estar juntos, convivir con otros, sin reparar en el hecho
que la decisión quizá genere segregación.
c) Carácter voluntario o forzado de la segregación, relacionado con el tipo
de experiencia, activa o pasiva, negativa o positiva, del protagonista
sujeto de la segregación.
d) Distinción entre aquellos que promueven y los que son sujetos de la
segregación –para diferenciar la auto-segregación- y otros casos.
Estos criterios se combinan en una matriz y se identifican tres patrones de
acuerdo con los protagonistas, niveles donde la segregación es generada así
como la intencionalidad de quienes la producen o son sujetos de ella: i) decisión
voluntaria; ii) obligación autoritaria; y, iii) obligación estructural.
El patrón de decisión voluntaria corresponde a tres modelos de segregación: 1)
opciones individuales, como el cercado de áreas; 2) opciones de vida
comunitaria por grupos; y, 3) opciones institucionales, como la vivienda
segregada ofrecida en el mercado o en áreas construidas por compañías para
sus empleados, por ejemplo. Este es un patrón puro, ya que los actores que la
producen son los mismos que son sujetos de ellos.
El patrón de obligación autoritaria es exclusivamente institucional y mixto, y es
intencional por aquellos que la producen y obligatoria para todos aquellos sujeta
a ella. Este es el caso de políticas donde la dominación política de ciertos
grupos poblacionales por otros es explícita, como el apartheid.
El patrón de obligación estructural también es puro y comprende situaciones en
las cuales dos efectos estructurales producen segregación, a pesar de que no
haya una intención explícita, cuando: 1) los efectos colectivos de las acciones
83
individuales como en el caso del llamado vuelo blanco americano, causado por
la llegada de inmigrantes o gente negra en algunas áreas, y en aquellos que
tienen la posibilidad del poder de compra para tomar decisiones residenciales;
y, 2) la lógica del empleo y distribución del ingreso, por ejemplo, que deja a
ciertos grupos sin opciones residenciales donde la diferenciación residencial se
impone por el poder de compra. De esta manera, hay una relación de
dominación estructural.
Algunos principios de la matriz tipológica deben ser tomados con cuidadosa
consideración. La importancia dada a la intencionalidad y al carácter voluntario
o involuntario del proceso de segregación es una consecuencia del hecho que
tales características son vistas no solo como dicotomías, más bien, son factores
con un importante efecto político y simbólico para el debate del proceso y
aceptando o rechazando las políticas relacionadas.
También hay sólidos argumentos que denotan el lado negativo de la
segregación. Uno de los más evidentes es el fuerte desequilibrio local, donde
los barrios ricos cuentan con abundancia de recursos mientras que los pobres
carecen de ellos, agravando la ya difícil situación de sus pobladores (Rodríguez
Vignoli, 2001:73).
En el caso de la segregación educativa en Santiago de Chile, su manifestación
era menor a lo esperado, lo cual es alentador, pues la separación y eventual
intercomunicación entre estratos educacionales entraña riesgos y pérdidas
sociales por el encapsulamiento del capital educativo, la reducción de las
opciones de aprendizaje no formal, la clausura de códigos y estructuras
comunicativas, y la disminución de la diversidad cotidiana que suele favorecer
la tolerancia y el pluralismo.
84
1.4.2.- INFLUENCIA DE LA ESCALA DE LA SEGREGACIÓN.
Una de las cuestiones claves en la comprensión de la segregación residencial
es la escala. Boal al revisar aspectos de la segregación étnica urbana comenta
que un aspecto crítico es la escala de unidades espaciales que deberán usarse
en el análisis (que tan grande, como definir las fronteras, etc.), toda vez que los
índices de segregación tienden a ser dependientes a la escala: mientras más
pequeño sea el tamaño de las unidades espaciales usadas, más altos serán los
índices y viceversa. A nivel general se utilizan tres grandes zonas de análisis:
central, periféricas y los suburbios (2001:3).
Otros autores insisten en la necesidad de definir la segregación residencial
socio-económica en relación a la escala; si se trata de segregación sobre
individuos –trayectoria de vida, inserción laboral, etc.- lo más probable es que la
indagación se haga a nivel vecindario, contrastando unidades pobres
homogéneas y heterogéneas, en el proceso conocido como efecto vecindario
(Arriagada y Rodríguez, 2003; Massey y Denton 1993). En cambio, si se trata
de examinar ciudades, la segregación relevante es la que sugieren indicadores
agregados, como el de disimilitud o el porcentaje de la varianza total explicado
por la varianza entre subdivisiones territoriales.
En el caso de Santiago de Chile, se presenta un ejercicio de construcción
tipológica cuya principal pretensión es subrayar el contrapunto entre la
segregación a gran escala y de baja escala geográfica y discutir el uso de las
nociones entre homogeneidad/heterogeneidad para identificar condiciones de
segregación residencial en diferentes escalas geográficas. Para ello, se miden
las jerarquías entre comunas tomando tres categorías de nivel educacional: a)
alto nivel educativo; b) nivel medio; y, c) bajo nivel educativo. Posteriormente
hace una comparación entre comunas (Rodríguez Vignoli, 2001).
Para que exista segregación a gran escala geográfica, se requiere que las
comunas se diferencien entre ellas no sólo socialmente, sino que dentro de
85
ellas haya relativa homogeneidad. El primer resultado indica que prácticamente
todas las comunas de alto nivel educativo registran alta homogeneidad
intracomunal y todas las comunas de bajo nivel educacional presentan alta
heterogeneidad interna. Se advierte, una segregación-exclusión de los grupos
que residen en las comunas del sector oriente, donde se concentran los grupos
de altos ingresos y alto nivel educacional, pues hay pocos hogares
encabezados por un jefe de familia con bajo nivel educacional. Se concluye que
la población pudiente, la de mayor nivel educativo, no sólo segrega a gran
escala sino que también segrega a microescala y limita a la población de menor
nivel socio-económico a sectores específicos de la comuna, probablemente
devaluados, menos atendidos y más riesgosos (Rodríguez Vignoli, 2001).
1.4.3.- AUMENTO EN LA MALIGNIDAD DE LA SEGREGACIÓN.
Diversos autores han venido insistiendo en que la segregación es un fenómeno
que está en aumento. Rodríguez Vignoli menciona una combinación de causas:
1) los cambios estructurales ocurridos desde la década de 1980 –globalización,
desregulación de los mercados, etc.- que han beneficiado a algunos segmentos
de población y perjudicado a otros, presentándose un aumento en las
disparidades económicas; 2) la liberalización de los mercados de tierras, que
permitieron una relación más estrecha entre el valor del suelo y el nivel socio-
económico de la población; 3) las crecientes condiciones de inseguridad en las
ciudades y la búsqueda de lugares protegidos por parte de la población de altos
ingresos; 4) las tradicionales pretensiones de exclusividad y distinción de los
grupos sociales dominantes; y, 5) los aspectos negativos de la
descentralización administrativa, donde los gobiernos locales invierten en las
zonas donde residen los grupos de altos ingresos (2001:9-10).
Sabatini, Cáceres y Serda, al estudiar la segregación residencial en ciudades
chilenas encontraron una acentuación en la malignidad del proceso y un
significativo crecimiento entre el nivel de segregación residencial en los barrios
pobres y las tasas de desempleo, las proporciones de desafiliación institucional
86
de los jóvenes, el rezago escolar y el embarazo adolescente. Lo novedoso en el
argumento de su investigación es que el aislamiento social resulta de la mezcla
de segmentaciones en distintas esferas y cuyo centro ocupa la segmentación
del mercado laboral (2000a).
Este aislamiento social facilita la emergencia y consolidación de culturas
marginales, que surgen como respuestas al cúmulo de factores negativos que
confluyen en un medio precario, al reconocimiento colectivo de las barreras a la
movilidad social y a la necesidad de construir o reconstruir autoestimas
severamente dañadas por la experiencia de exclusión. La reacción del resto de
la ciudad ante los hábitos y comportamientos que se generan en dichas
subculturas es estigmatizarlos, apartándose de esos vecindarios considerados
como el lugar donde residen las clases peligrosas (Kaztman, 2003:21-23)
Sin embargo, diversos autores sostienen que la segregación residencial
motivada por razones socio-económicas en América Latina está lejos de
alcanzar los niveles de segregación racial que se aprecia en las áreas
metropolitanas de los Estados Unidos de América (Sabatini y Brain, 2008;
Rodríguez Vignoli, 2001; Villaca, 2001)
1.4.4.- FIJACIÓN DE ESTIGMAS TERRITORIALES.
El estigma territorial se refiere al prestigio o desprestigio social de las distintas
áreas o barrios de una ciudad, siendo su apreciación de carácter subjetiva. Se
refiere a las imágenes, percepciones y reputación asignada por la población de
la ciudad a algunos de sus vecindarios (Sabatini, 2006).
La fijación de estigmas territoriales se establece por estereotipos acerca de los
comportamientos típicos de los habitantes dependiendo del barrio en que
residen y que comparten características de ingresos y niveles de empleo
similares. En un extremo, el prestigio social de los barrios suele ser base de
negocios inmobiliarios para los promotores que capitalizan las plusvalías y en el
87
otro extremo de la escala social, la estigmatización de los barrios contribuye a
formas variadas de desintegración del cuerpo social.
La nueva pobreza urbana en la sociedad capitalista occidental se relaciona con
el poderoso estigma asociado a la residencia en espacios restringidos y
segregados donde quedan cada vez más relegadas las poblaciones
marginadas por la reorganización postfordista de la economía y del Estado. Así,
los moradores tienen la vívida conciencia de estar exiliados en un espacio
degradado que los descalifica colectivamente (Wacquant, 2007:124-125).
Habitar en un barrio segregado (homogéneamente pobre, aislado, con mala
reputación, etc.) es una barrera de entrada y un factor de depreciación en el
mercado de trabajo. Es común que los pobladores tengan que ocultar su lugar
de residencia como condición básica para estar en posibilidades de conseguir
un empleo. En Río de Janeiro se ha conformado un mercado de arrendamiento
de direcciones formales al que acuden las capas pobres de la población que
habitan en favelas10 para aparentar que viven en zonas no estigmatizadas
(Sabatini, 2006:22) al tiempo que en los guetos norteamericanos y en las
periferias parisinas, los moradores son concientes de que el hecho de vivir en
un sector estigmatizado de la ciudad significa una penalización en el mercado
laboral, donde el lugar de residencia es una marca para el acceso al empleo
(Wacquant, 2007:137).
Los estereotipos llegan a influir en la identificación colectiva social de aquellos
que, expuestos a experiencias de discriminación, van descubriendo una penosa
comunidad de problemas y de destinos con sus vecinos. Además, los
habitantes de las ciudades utilizan un código común para identificar los lugares
10
El caso de las favelas brasileñas ha sido ampliamente estudiado; estas unidades territoriales forman
parte del paisaje de las grandes urbes brasileñas y constituye un referente en el paradigma de los
asentamientos informales. La territorialidad de la favela se transforma en un verdadero capital social
donde se desarrollan fuertes lazos de relación, se amplía el sentimiento identificado con la idea de
88
de residencia y de localización de personas, establecimientos e instituciones.
Dichos nombres suelen ser incorporados por los residentes de esos lugares
como una de las dimensiones de su presentación pública y de su identidad
social (Kaztman, 2003).
Un aspecto importante en la formación de estigmas territoriales se relaciona con
la percepción que tenga la población viviendo en un ambiente informal o
marginal, además de la población de afuera, así como de las organizaciones
sociales y el Estado, sus objetivos y políticas. Influye también la propia
organización espacial, condicionando la forma física que adopta la ciudad,
implantada en un determinado medio ambiente natural y los asentamientos
mismos. Las asentamientos informales en Buenos Aires, Río de Janeiro,
Bogotá o Cali significan territorios (en términos de espacio social) muy
diferentes que los loteos clandestinos o irregulares de Quito o las barriadas de
Lima. Sin embargo, en estos espacios marginales se lucha por quitarse el
estigma de la segregación (Clichevsky, 2000).
La estigmatización territorial retroalimenta el aislamiento social de los pobres en
la ciudad. Una vez que los pobres se instalan de manera aislada a las
corrientes principales de la sociedad, se crean condiciones fértiles para la
emergencia y perpetuación de subculturas marginales. Los círculos viciosos de
la reproducción del aislamiento social se activan una vez que la opinión pública
estigmatiza esos barrios el espacio donde se congregan las clases peligrosas.
Así, las tres dimensiones más conocidas que se presentan son: i) los
habitantes, especialmente los jóvenes, suelen ser víctimas de la discriminación
estadística, en virtud de la cual la sola consideración de su lugar de residencia
es suficiente para que algunos empleadores rechacen sus postulaciones de
trabajo; ii) los residentes que pueden hacerlo, abandonan sus hogares hacia
pertenecer a una comunidad y se constituyen economías de solidaridad, sin embargo, el estigma sobre las
externalidades urbanas negativas de los favelistas continúa en el imaginario social (Abramo, 2001).
89
otros barrios, lo que priva al vecindario de posibles modelos de rol, de personas
que tienen voz y que habrían servido de transmisores de los patrones, de
contactos e información para la obtención de empleos, acceso a servicios a
ambas cosas a la vez; iii) las personas de fuera evitan entrar en esos barrios, lo
que redunda en la falta de contactos e interacción, además se reduce la
frecuencia con que algunos nuevos residentes entran en relación con familiares
y amigos que viven en otras partes de la ciudad (Kaztman, 2001).
De esta manera, la formación de estigmas territoriales se relaciona con la
desintegración social y contrastan con otras formas de segregación objetiva,
como los enclaves étnicos, como son los barrios bohemios o de artistas, los
barrios de restaurantes, o de grupos étnicos significativos como barrios chinos,
de italianos, etc. que suelen asociarse con la condición cosmopolita de cada
ciudad y como parte de sus atractivos turísticos (Sabatini y Cáceres, 2005b).
En el caso de los barrios de inmigrantes en ciudades europeas, se presentan
problemas de violencia y desintegración social. Dichos barrios, sin embargo, no
son enclaves de segregación y no corresponden a la concentración espacial de
un sólo grupo étnico que comparte el espacio con personas de otro origen.
Corresponden, más bien, a guetos de pobreza, es decir, a la concentración
espacial de los pobres, inmigrantes o locales, que está produciendo el modelo
de crecimiento actual, soliendo aglomerarse una población pobre muy diversa
étnicamente, incluyendo a no pocos pobres nacionales (Wacquant, 2007).
La homogeneidad de la pobreza, más que la concentración de inmigrantes es lo
que está produciendo los problemas. La condición de inmigrantes y de
extranjeros agrava el aislamiento social originado en los mercados de trabajo y
reforzado por la segregación espacial así como por la fijación de estigmas
territoriales en ascenso (Sabatini, 2006; Goldsmith, 2000).
90
La persistencia de los estigmas territoriales es una de las facetas más
preocupantes de la segregación residencial y debe ser abordada en cualquier
política de integración que se pretenda aplicar. El principal efecto de la
estigmatización territorial consiste en las prácticas de diferenciación y
distanciamiento social. Antes que etiquetar a ciertos grupos sociales por el lugar
donde residen, deben darse las condiciones para promover la integración sobre
la base de la equidad, la construcción de ciudadanía y el fortalecimiento del
tejido social.
1.5.- ESPACIO URBANO DUAL: FORMAL E INFORMAL.
La desigualdad persistente se manifiesta en la profunda dualidad en la
estructuración del espacio urbano, fenómeno observado particularmente en
América Latina y en México. Así, asistimos a la conformación de dos esferas
diferentes y contrastantes: el espacio formal y el espacio informal.
Por espacio formal nos referimos a la dimensión del orden urbano que remite a
un conjunto de normas jurídicas de variada jerarquía que pueden ser dividas en
tres grandes conjuntos: el primero, corresponde a las normas relacionadas con
los derechos de propiedad; el segundo, a las normas orientadas a la regulación
de la apropiación del suelo, usos y a la producción de la ciudad en cuanto
conjunto de edificaciones, infraestructuras y equipamiento; y, tercero, a las
normas orientadas a las prácticas urbanas, como reglamentos de tránsito,
transporte público, etc. (Duhau, 2003; Clichevsky, 2001).
La ciudad formal es un conjunto de reglas que en México, a decir de Gónzáñez
Santos (2006), “la etapa de integración del derecho urbanístico como
paradigma de un sistema de planeación se inició en 1976 con la publicación de
la Ley General de Asentamientos Humanos, reformada en 1983” (pág.15).
Adicionalmente se han transferido atribuciones en materia urbana a los
91
ayuntamientos11, quienes son los responsables de conducir la expansión
territorial y el crecimiento urbano.
Al espacio formal se contrapone la ocupación informal, entendida como el
proceso específico de producción urbana caracterizada por: 1) es resultado de
procesos más o menos azarosos de parcelación y apropiación del suelo, con
una traza de estructura regular y donde el espacio público tiende a ser reducido;
2) en su mayoría, las construcciones se desarrollan con un saber empírico y
tienden a ocupar toda el área disponible del terreno; 3) los usos de suelo
evolucionan de acuerdo con las necesidades de comercio y servicios de
proximidad y la aparición de centralidades locales; 4) la práctica urbana incluye
la aceptación pragmática de múltiples formas de apropiación y usufructo del
espacio público para fines privados (Duhau, 2003).
Algunos rasgos del espacio informal son: i) expansión urbana hacia las
periferias; ii) realizada –mayoritariamente- por pobladores de bajos ingresos; iii)
en suelo cuya tenencia o propiedad es, en algún sentido, ilegal y/o irregular; iv)
donde las acciones urbanísticas se realizan al margen de la legislación
competente; v) no se dispone de servicios básicos de infraestructura (agua
potable, drenaje, luz eléctrica, etc.) o es deficiente la calidad de los mismos; vi)
las construcciones están sujetas a riesgos de vulnerabilidad; vii) suelen ser
espacios inseguros; y viii) donde las viviendas son auto-producidas en forma
progresiva, utilizando materiales y procedimientos elementales, sin asistencia
técnica ni apoyo financiero, sin permisos oficiales de construcción, en un
proceso que dura varios años (Bazant, 2001; Iracheta, 2000).
11
Las modificaciones constitucionales en 1983 al artículo 115, fracciones II, III, V y VI, otorgan a los
municipios la facultad para formular, aprobar y administrar la zonificación y planes de desarrollo urbano
municipal; participar en la creación y administración de sus reservas territoriales; controlar y vigilar la
utilización del suelo en sus jurisdicciones; intervenir en la regularización de la tenencia de la tierra
urbana; otorgar permisos para construcciones y participar en la creación y administración de zonas de
reservas ecológicas, expidiendo para tal efecto los reglamentos y disposiciones administrativas necesarios.
92
La discusión sobre la dualización urbana es relevante por dos razones: en
primer lugar, porque esta dinámica es parte de la realidad y de los procesos de
expansión en los países, con especial énfasis en lugares en vías en desarrollo,
como Latinoamérica y en segundo lugar, porque la vivencia contradictoria en la
ciudad permite visualizar más claramente el fenómeno de segregación
residencial. La magnitud de la división social en el espacio da cuenta de la
fuerte polaridad intra-urbana, fenómeno exacerbado en fechas recientes.
1.6.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO.
Una vez realizado el análisis de la segregación residencial así como de algunos
componentes, factores explicativos, efectos, impactos y su relación con la
estructuración dual de la ciudad, ofrecemos algunas reflexiones y síntesis.
La segregación residencial ha existido desde el origen de la ciudad y ha servido
para el resguardo físico, la formación de identidad y la promoción económica,
sin embargo, en los últimos años asistimos a una agravación de las facetas más
negativas de la segregación, expresada en la separación física y espacial.
Esta nueva división social en el espacio urbano responde a una diversidad de
razones, por lo cual su revisión, análisis y comprensión implica un enfoque
complejo. Dentro de las principales razones explicativas se anotan las
relacionadas con la oferta (promoción inmobiliaria, mecanismos de precios,
mercado de suelos, etc.) así como los efectos de las inversiones globales a
nivel mundial. En cuanto a los factores de la demanda, se reconoce el deseo de
distinción social, la búsqueda de seguridad y la imitación de patrones
extranjeros, en medio del incremento en la desigualdad. Finalmente, la
transformación en el mercado de trabajo y la implementación de instrumentos
normativos urbanos inciden en la formación de formas renovadas de
segregación.
93
Algunos de los efectos más visibles de la segregación residencial se refieren al
componente urbano territorial, observándose una dispersión de las élites y
grupos medios ascendentes hacia las mejores porciones de la ciudad,
localizados en una especie de cono; también se da cuenta de una disminución
en la escala y el fortalecimiento de barreras físicas y dispositivos de seguridad.
Además, se presenta una fuerte expansión de grupos de bajos ingresos hacia la
periferia, quienes carecen de servicios e infraestructuras básicos para el
desarrollo de las actividades humanas en medio de dinámicas de gentrificación,
es decir, de ocupación de grupos altos y medios en espacios periféricos.
Adicionalmente, se comenta la modificación en el concepto de espacio público,
en medio de una sociedad que aspira a la privatización, antes que a promover
el lugar de encuentro entre todos. En cuanto a los efectos sociales, se subrayan
los relativos al alejamiento entre grupos sociales de variada jerarquía así como
a las renovadas formas de discriminación.
Dentro de los principales impactos de la segregación residencial se anotan lo
relativo a la división social positiva y negativa, a la influencia en la escala, al
aumento en las manifestaciones negativas y, particularmente, en la fijación de
marcas o estigmas territoriales, las cuales influyen en el prestigio o desprestigio
de ciertas unidades geográficas.
En relación con la estructuración dual en el espacio urbano, se comenta que en
fechas recientes ha aumentado la polarización intra-urbana y la vivencia
diferenciada del espacio, en donde los grupos de elite van conformando las
áreas formales mientras que los grupos de ingresos menores se limitan a residir
en los lugares no deseados por el mercado inmobiliario.
Con todo ello, asistimos al fortalecimiento de la segregación residencial y a la
aparición de formas renovadas de división social en el espacio urbano, lo cual
se pone de evidente manifestación en la ciudad.
94
CAPITULO 2.- CIUDAD, TURISMO y VIVIENDA SECUNDARIA.
En el presente capítulo se hace una revisión de la relación que se establece
entre la ciudad, el turismo y el modelo de vivienda secundaria. El turismo es una
de las actividades más importantes y rentables de la economía global y es un
potente transformador del territorio, gracias a su dimensión eminentemente
espacial, ocupando suelo, consumiendo entornos, modificando el paisaje y
transformando los recursos naturales. Así, la dinámica turística genera
profundas implicaciones económicas, sociales, culturales y ambientales en los
lugares de acogida (Gómez Nieves, 2005; César y Arnaiz, 2002),
particularmente en países en vías de desarrollo.
El turismo en México se estableció como un instrumento de desarrollo a partir
de la generación de divisas, la creación de empleo y el fomento del crecimiento
regional (Brenner, 2007). La actividad turística nacional ha tenido diversas
etapas en su evolución, que van desde la gestación a mediados del siglo XX, la
consolidación, la adopción del modelo de enclave, una etapa de transición y la
situación actual. El país se ubica dentro de los primeros diez destinos más
visitados a nivel mundial, gracias a la variedad de recursos, el valor de su
historia y a la buena calidad en la infraestructura turística.
El modelo mexicano de turismo favoreció el desarrollo de ciudades de litoral y
fortaleció a la industria hotelera como puntal del crecimiento. De esta manera se
apoyó a ciudades turísticas tradicionales mientras que el Estado desarrolló los
Centros Integralmente Planeados (CIP´s) en diversas zonas del país. Sin
embargo, en fechas recientes, esta dinámica se ha modificado por el
espectacular aumento de desarrollos de vivienda secundaria, en sintonía con la
enorme disponibilidad de crédito a nivel mundial, en un proceso denominado
burbuja inmobiliaria. Este nuevo modelo ha venido a reconfigurar la geografía
del turismo, particularmente en ciudades turísticas de litoral tradicional como
Puerto Vallarta.
95
Puerto Vallarta es el segundo destino de litoral más visitado por turistas
extranjeros en México (Fonatur, 2002) y una centralidad de servicios de alcance
regional; fuera de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), es la ciudad
con mayor número de habitantes en el estado de Jalisco. El crecimiento
poblacional ha sido intenso, pasando de los 57 028 habitantes en 1970 a 220
368 pobladores en el año 2005. Ello ha generado un fuerte proceso de
expansión, que para fines del año 2006 significaba la ocupación de unas 5,000
hectáreas de suelo urbano.
El patrón de crecimiento en Puerto Vallarta presenta una división del espacio
urbano a partir de la ocupación de la zona costera y de montaña para el
desarrollo de las actividades turísticas, al tiempo que la población local se
aglomera en el espacio urbano restante. Esta dinámica se expresa en el
proceso de estructuración del espacio urbano en dos dimensiones diferentes y
duales: el espacio formal e informal.
Si bien el fenómeno de la segregación residencial en el espacio urbano en
Puerto Vallarta no es nuevo y sus manifestaciones se presentan desde la
década de 1960 (Munguía, 1997), en los últimos años asistimos a nuevas
modalidades de segregación residencial con a la emergencia de grandes
conjuntos habitacionales de vivienda secundaria para residentes temporales,
fortaleciéndose la ocupación diferenciada en el territorio. Esto se discurre en la
última parte del capítulo.
2.1.- LA CIUDAD TURÍSTICA.
Por ciudad turística entendemos a aquella en la que la actividad predominante
está vinculada a la práctica del turismo. El proceso de especialización de la
ciudad turística es relativamente reciente y coincide con la consolidación del
turismo como fenómeno masivo a partir de la segunda mitad del siglo XIX, en
medio de grandes cambios sociales y tecnológicos a nivel global (César y
Arnaiz, 2002; de la Torre, 1997).
96
Los atractivos, planta e infraestructura turística tienen una presencia física y una
ubicación en el territorio, por lo cual la dimensión espacial es fundamental en la
práctica del turismo y en la conformación de las ciudades turísticas.
Tradicionalmente, la dimensión espacial se ha conceptualizado como soporte
de las prácticas sociales, como el lugar donde el ejercicio turístico ocurre. Sin
embargo, renovados planteamientos críticos sugieren que el turismo es más
que un simple desplazamiento físico entre dos lugares (emisor y receptor) y
más bien se visualiza como una compleja suma de prácticas sociales con
implicaciones territoriales específicas (Almirón, 2004).
Judd (2003) señala que al interior de la ciudad turística se generan enclaves
turísticos, los que facilitan el control del espacio urbano, modificando el
consumo y suprimiendo la cultura local (pág. 52). Con el ánimo de ofrecer un
escenario que responda a los imaginarios del turista, el espacio turístico se
planifica para satisfacer tales deseos, generándose una geografía de la
diferencia y la separación, a través de instrumentos de segregación del paisaje
en el contexto urbano circundante.
Esta dinámica es particularmente evidente en países del Tercer Mundo, donde
las ciudades turísticas ofrecen un panorama contrastante, de extremos
irreconciliables, en medio de afectaciones medio-ambientales, disolución de
lazos de cohesión social y ampliación de la desigualdad (Méndez, 2008).
2.1.1.- ORIGENES DE LA CIUDAD TURÍSTICA.
En la antigüedad, los viajes eran poco frecuentes debido a la falta de medios de
transporte eficientes, la carencia de recursos turístico puestos en valor y
prácticas sociales poco relacionadas con los traslados. Sin embargo, ya se
contaba con desplazamientos de personas por motivos religiosos, de
proselitismo, comercio o conquista destacando, en un primer momento, los
recorridos de peregrinos, estimulados por causas piadosas o de viajeros
impulsados por espíritu de aventura.
97
En el siglo VIII a.C en Grecia se acostumbraba la participación en las
Olimpiadas cada cuatro años, la que contaba con la presencia de numerosos
asistentes venidos de poblaciones lejanas. Los intercambios comerciales y en
menor medida, la asistencia a sitios con propiedades curativas, incentivaron el
desplazamiento a diferentes territorios hasta que en la Edad Media, el
veneciano Marco Polo emprendió una serie de recorridos que han quedado
inscritos en la historia del turismo mundial (de la Torre, 1997).
Entre los siglos XV y XVIII, se incrementó el número de visitantes a centros
culturales y grandes poblaciones europeas. Las clases altas de Inglaterra
realizaban el llamado Grand Tour visitando ciudades históricas -París, Génova,
Roma, Florencia, Venecia y Nápoles, principalmente- para completar su
formación humana al admirar, de primera mano, los sitios y obras de arte de la
antigüedad. Las ciudades no tenían una infraestructura confortable y los
viajeros soportaban incomodidades como recorrer caminos intransitables,
peligrosos y molestos (Judd, 2003:53). Así, el origen de la palabra turista o
turismo surge en Francia para designar a toda persona que viajaba por placer,
curiosidad o motivos culturales (López Colas, 2003:31-33; de la Torre, 1997:11).
Con el fortalecimiento de la Revolución Industrial, los medios de transporte se
volvieron más eficientes y accesibles para la población; la puesta en marcha del
ferrocarril provocó un incremento notable de viajeros y con ello, las ciudades
crecieron rápidamente surgiendo problemas como marginación e insalubridad.
Se puso en boga la visita a zonas rurales, de montaña y de valor paisajístico, en
donde la naturaleza fue revalorizada como un sitio para reposar y aprovechar
los panoramas y vistas del paisaje.
En Estados Unidos, de acuerdo a Whitey (citado por Judd, 2003), al finalizar la
Guerra Civil, se estableció el Grand Tour americano, que incluía recorridos a los
valles de los ríos Hudson y Connecticut como ejemplos de lo pintoresco y las
montañas Catskill y las cataratas del Niágara como símbolos de lo sublime.
98
2.1.2.- CONSOLIDACIÓN DE LA CIUDAD TURÍSTICA.
Para mediados del siglo XIX, Thomas Cook organiza el primer viaje colectivo en
Inglaterra y al advertir el potencial de la actividad, inicia la venta de paquetes
turísticos al continente europeo y con ello se establecen las bases iniciales de lo
que conocemos ahora como turismo masivo. Los viajes de Cook incluían la
visita a sitios históricos y atracciones culturales, disponiendo de alojamiento y
dotando de información y asistencia básica a los usuarios de sus servicios. Para
1869, condujo a los primeros turistas a Jerusalén y Tierra Santa, logrando
desplazar a unos cinco mil visitantes por año en una década (Judd, 2003:54).
La experiencia de conocer otros sitios y culturas levantó un genuino interés por
viajar y desplazarse. Esto se se complementa con la participación en ferias y
exposiciones universales organizadas en diferentes ciudades 1 para participar de
los avances tecnológicos y el progreso de la industria.
Las actividades turísticas iniciales no lograron modificar la estructura
fundamental de las ciudades visitadas y al interior de las zonas urbanas
continuaron los problemas asociados a la actividad industrial. Un visitante de la
época enfrentaba diversas experiencias poco relacionadas con la noción de
comodidad del turista actual.
En la segunda mitad del siglo XX se presenta una extraordinaria expansión del
turismo debido a los siguientes factores:
1) El adelanto industrial y el aumento en los ingresos de amplias capas de
población.
2) La expedición de leyes para asegurar el bienestar de los trabajadores,
incluyendo vacaciones pagadas y días de descanso obligatorio.
1 Destacando las Ferias Universales del Palacio de Cristal en Londres (1851), las exhibiciones mundiales
en París (1855, 1867, 1878 y 1889), la Feria Mundial de Chicago (1893), de San Luis (1904) y Nueva
York (1853 y 1938). Tomado de Benevolo (1998).
99
3) El incremento en la educación y medios de divulgación que promovieron
el conocimiento e interés por conocer sitios, lugares y manifestaciones
culturales ajenas.
4) El avance en los medios de transporte, particularmente el aéreo que
permite recorrer grandes distancias en poco tiempo con altos niveles de
comodidad.
5) La ampliación en la diversidad de los servicios turísticos, lo que facilita la
práctica de viajes.
6) La disponibilidad de crédito que permite a sectores sociales más
extensos la posibilidad de viajar (de la Torre, 1997:12).
Ello generó que la actividad turística dejara de ser un consumo suntuario y se
convirtiera en una práctica masiva, emergiendo nuevos actores, escenarios y
estrategias que representan una radical transformación de la sociedad y del
peso que el turismo tiene en ella (César y Arnaiz, 2006).
2.1.3.- LA CIUDAD TURÍSTICA ACTUAL.
El turismo se consolida como parte del proceso de reproducción y expansión
del sistema capitalista global y es una de las fuerzas económicas, sociales y
políticas más importantes en el mundo contemporáneo en medio de ciudades
que crecen, se dividen, se hacen difusas; la división tradicional entre espacios
rurales y urbanos se desvanece, la ruralidad se integra a la urbe global
(Bauman, 2005). Los sistemas urbanos se vuelven transnacionales y las
ciudades son los nodos de mando de la sociedad global al servir como centros
de flujo de dinero, empleos e información (Sassen, 2006).
En esta dinámica de profunda transformación, la actividad turística re-configura
las prácticas urbanas tanto en los sitios de emisión como en las poblaciones de
acogida. En primer lugar, el imaginario urbano de los turistas tiene que ser
cumplido y por otro, el ambiente físico de las ciudades requiere ser convertido
en lugares de belleza, interés y emoción. Los enclaves turísticos se consolidan
100
en islas y espacios fortificados, en una atmósfera de simulacro para satisfacer
la emoción y el entusiasmo. Los espacios se conforman para garantizar el
espectáculo y el consumo, en una puesta en escena diseñada para regular al
visitante en cuatro aspectos: alentar el deseo, favorecer el consumo, restringir
el movimiento y regular el tiempo. Con ello, se logra una geografía que
proporciona al visitante la oportunidad de escapar por un tiempo de su realidad
cotidiana (Judd, 2003). Ejemplos paradigmáticos lo constituyen ciudades como
Las Vegas y Dubai, verdaderas expresiones de la ciudad-espectáculo.
Al respecto, Méndez sugiere una analogía entre los espacios del turismo y el
tinglado de un escenario teatral, edificados ambos para la experiencia efímera,
con permanencias que soportan actividades temporales y cambiantes (2008).
Los enclaves turísticos han de cumplir con eficacia las expectativas publicitarias
confirmando a los visitantes que cumplen con la cristalización de sus sueños.
La actuación debe realizarse en dos lugares dotados de signos específicos y
diferenciados. El primero se denomina “región frontal o delantera”, donde el
actor y/o el espacio asumen su fachada personal ante el auditorio, sostienen la
“máscara” y se presentan como “escenario”. El segundo espacio, separado y
diferente del anterior, es la región “posterior o trasera”, en donde el actor deja
provisionalmente el personaje, la máscara, consiguiendo el descanso y refugio,
informalizando la interacción con los demás actores.
Estas diferenciaciones se dan con especial evidencia en países como México,
donde la separación entre el espacio turístico y el espacio no turistificado es
profunda, asistiendo a una dualización espacial y social. En el enclave turístico
se privatiza el espacio, se levantan cortinas de edificios (hoteles y
departamentos), se construyen marinas y campos de golf, se transforma el
territorio, mientras en la ciudad local los problemas crecen, con renovadas
modalidades de segregación residencial, aumento de la exclusión social y
101
fragmentación del espacio (Enríquez, 2008; Méndez, 2008; Campos, 2007;
Gómez Nieves, 2005; César y Arnaiz, 2002).
2.2.- LA CIUDAD TURÍSTICA EN MÉXICO.
México se encuentra dentro de los países más visitados del mundo debido a
las condiciones geográficas, la riqueza de la historia y la cultura, la diversidad
de ambientes y la puesta de valor de los recursos (Brenner, 2007).
El modelo de desarrollo turístico mexicano se caracteriza por la concentración
de infraestructura y servicios en áreas geográficas acotadas, así como la
operación de los destinos por grupos empresariales específicos. Asistimos a un
patrón consistente y sistemático denominado Modelo de Enclave o Modelo
Dominante cuyas principales características son:
a) Modelo centrado en la generación de divisas, aunque estuvieron
presentes otros dos elementos adicionales: la creación de empleos y el
desarrollo regional.
b) Percepción generalizada de que los recursos naturales son un capital
“dado” e inagotable y por tanto, no se considera la protección y cuidado
ambiental.
c) Prioridad al turismo internacional – especialmente norteamericano-, lo
que origina una dependencia de este mercado, restando importancia al
turismo nacional.
d) Privilegio de los destinos de playa, tanto los tradicionales (Acapulco,
Mazatlán, Puerto Vallarta, etc.) como los planeados por el estado
(Centros Integralmente Planeados –CIP-), generándose enclaves
turísticos específicos.
e) Políticas de inversión focalizadas hacia el desarrollo urbano, la
construcción de infraestructura y el fomento de hotelería de tipo
internacional.
102
f) Instrumentos de mercadotecnia institucional, enfocadas al mercado
internacional con dos prioridades principales: publicidad y propaganda; y,
distribución a través de grandes mayoristas.
g) Co-inversión pública y privada con roles claramente definidos (Brenner
2007; Fonatur, 2000:18-20)
La actividad turística en México es prioritaria para el desarrollo nacional y se
escenifica en enclaves específicos, particularmente en el litoral. Esta condición
asegura la vigencia de los destinos turísticos de playa y la pertinencia de
abundar en su estudio para la comprensión de su dinámica compleja.
El predominio del modelo de enclave en los destinos turístico mexicanos ha
generado incidencias territoriales en el entorno urbano que son distintivas a lo
sucedido en ciudades turísticas de otros contextos, caracterizándose por:
i) Localización de la zona turística en espacios privilegiados dentro de la
estructura urbana, principalmente a lo largo del litoral y/o en espacios
de valor ambiental, paisajístico y artificial.
ii) Estructuración diferenciada del territorio, resultando en zonas
“escenario” para los turistas y lugares “tramoya” para los habitantes.
iii) Acceso desigual a los recursos urbanos (servicios públicos e
infraestructura) entre el espacio turístico y el resto de la ciudad.
iv) Afectaciones y modificaciones al medio ambiente circundante por la
edificación de la planta turística e infraestructura de apoyo.
v) Fuerte especulación inmobiliaria con una diversidad y especialización
de agentes participantes.
vi) Privatización del espacio público, tanto físico como simbólico.
vii) Activa participación estatal en la formación de enclaves turísticos.
viii) Permisividad a la intervención privada en el espacio turístico, tanto de
manera institucional como ilegal (corrupción).
103
ix) Incongruencia entre los instrumentos de ordenación territorial y
planeación urbana como las dinámicas reales en la ciudad.
x) Discontinuidades espaciales en la zona turística, con intersticios y
huecos, no siempre llenados.
xi) Dinámicas de gentrificación en colonias populares y espacios
periféricos.
xii) Severos contrastes sociales entre los turistas y los residentes, aunado
a fuertes homogeneidad entre grupos al interior del espacio urbano.
xiii) Intensa dualización del espacio intra-urbano; convivencia entre estratos
ricos y pobres y formación de grandes espacios periféricos.
xiv) Ampliación de la fragmentación del espacio y segregación social.
En México se encuentran cinco macro-regiones turísticas de acuerdo a su
singularidad geográfica (Sánchez y Propin, 2004), señalando:
1.- Macro-región turística de acentuada polarización territorial; incluye a la
península de Yucatán y Tabasco, con sitios como Cancún, Cozumel y la
Riviera Maya.
2.- Macro-región turística del reacomodo global sucesivo; localizada en el
sur del Pacífico mexicano, incluye a Acapulco, Ixtapa, Bahías de
Huatulco, Manzanillo y Puerto Escondido.
3.- Macro-región del turismo estadounidense predominante; localizada en el
frente marítimo sobre el océano Pacífico desde la costa de Jalisco hasta
la península de Baja California, incluyendo destinos como Los Cabos, La
Paz, Loreto, Mazatlán y Puerto Vallarta.
4.- Macro-región del turismo fronterizo del norte; ubicada en la frontera con
Estados Unidos destacando el corredor Tijuana-Rosarito-Ensenada,
Ciudad Juárez, Reynosa, Saltillo y Monterrey, entre las principales.
5.- Macro-región turística central; la más extensa y homogénea, incluye diez
entidades y destacan ciudades coloniales y la capital país, con sitios
como Zacatecas, Morelia, Puebla, Guanajuato y la ciudad de México.
104
En cuanto al análisis de los principales destinos turísticos de México, se
sugieren once tipologías de ciudades (Sánchez y Propin, 2007), destacando:
a) Muy dinámicos con preferencia del turismo extranjero; incluyendo
solamente al corredor Los Cabos, en Baja California Norte.
b) Dinámicos con preferencia del turismo extranjero; resaltando Cancún y
Cozumel.
c) Muy dinámicos con preferencia moderada del turismo extranjero;
incluyendo la ciudad de México, San Cristóbal de las Casas, San Miguel
de Allende y Loreto.
d) Dinámicos con preferencia moderada del turismo extranjero;
mencionando a Puerto Vallarta, Ixtapa-Zihuatanejo y Mérida.
e) Muy dinámicos, con preferencia discreta del turismo extranjero;
incluyendo a Hermosillo, Oaxaca y Manzanillo.
f) Dinámicos con preferencia discreta del turismo extranjero; señalando a
Monterrey, Querétaro, Cuernavaca, Mazatlán, Chihuahua, Saltillo,
Campeche Huatulco, Tlaxcala, Taxco y La Paz.
g) Muy dinámicos con preferencia del turismo nacional; mencionando a
Reynosa, Tuxtla Gutiérrez, Tepic, Tequisquiapan y San Juan del Río.
h) Dinámicos con preferencia del turismo nacional; incluyendo a
Guadalajara, Veracruz, Puebla, León, Villahermosa, Morelia, Puerto
Escondido, etc.
i) Decrecientes con preferencia discreta del turismo extranjero; señalando
únicamente a Rosarito y Ensenada.
j) Decrecientes con preferencia del turismo extranjero; mencionando a
Tijuana y Ciudad Juárez.
k) Decrecientes con preferencia del turismo nacional; mencionando a
Colima, Durango y la costa Alegre de Jalisco.
105
Ante la complejidad de la industria turística en México, así como el peso de esta
actividad en la vida nacional, asistimos a complejas implicaciones territoriales
del turismo, generando desigualdades abruptas (Méndez, 2008; Gallegos y
López, 2006; Campos, 2007; César, 2006; César y Arnaiz, 2002).
2.2.1.- LA ACTIVIDAD TURÍSTICA EN MÉXICO.
Las primeras actividades turísticas comenzaron en México durante el gobierno
de Porfirio Díaz cuando diversos científicos se dieron a la tarea de estudiar y
dar a conocer la cultura del país. Una vez concluida la Revolución Mexicana, se
crearon dependencias gubernamentales para fomentar el turismo como una
actividad para limpiar la imagen del país y promocionar las riquezas culturales
de la nación. Para la década de 1930, México participó y suscribió diversos
acuerdos para institucionalizar la práctica turística y preparar el despegue
turístico que inició una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, gracias a las
mejoras en las vías de transporte y a la intensa movilidad social que a nivel
mundial significó el término de las acciones bélicas (Machuca y Ramírez, 1994).
El proceso evolutivo del desarrollo del turismo en los últimos cincuenta años en
México se puede clasificar en cinco grandes etapas: 1) periodo de Gestación
del Modelo de Enclave (1945-1958); 2) periodo de Consolidación (1958-1974);
3) Culminación del modelo de Enclave (1974-1986); 4) etapa de Transición
(1986-1992); y, 5) Situación Actual (Sectur, 2000).
2.2.1.1.- Periodo de Gestación (1945-1958).
Al término de la Segunda Guerra Mundial inicia el desarrollo del turismo de
masas, teniendo como primer objetivo la recreación y el encuentro con lo
desconocido, por lo que los destinos de playa se ponen en boga. En el
gobierno de Miguel Alemán (1946-1952), se impulsaron grandes proyectos
turísticos para destinos de litoral, destacando Acapulco y en menor medida
Veracruz y Mazatlán. En 1949 se expide la primera Ley de Turismo y para 1956
se crea, por Decreto Presidencial, el Fondo de Garantía y Fomento de Turismo
106
(FOGATUR), con el objeto de otorgar créditos para estimular la inversión
turística nacional. A ello contribuyeron las políticas de fortalecimiento del sector
comunicaciones y transportes, estimulando de manera adicional, el crecimiento
del turismo nacional (Sectur, 2000; de la Torre, 1997)
2.2.1.2.- Periodo de Consolidación (1958-1974).
La década de 1960 se caracteriza por una intensa lucha ideológica a nivel
mundial, teniendo como extremos la Revolución Cubana y el ideal del american
way of life. El paradigma de la modernidad norteamericano se expresó en
avances tecnológicos, de comunicaciones así como un imaginario de consumo
que identificaba al turismo como parte del bienestar deseable. Contribuyó,
además la disponibilidad de créditos a nivel internacional y la idea de que el
turismo era un factor de promoción de la paz entre las naciones.
Por el lado de la demanda, asistimos a un incremento importante de
desplazamientos y viajes, sobre todo de ciudadanos norteamericanos a
destinos de playa. La oferta se acrecienta impulsada por el incremento de rutas
aéreas en el mundo y la edificación masiva de infraestructura hotelera de
calidad. Los principales destinos turísticos en México en ese periodo fueron
Acapulco en el Pacífico, Mazatlán en el Noroeste y Cozumel en el Sureste.
El esfuerzo más importante de planificación turística de la historia de México
inició al final de 1960 con el estudio de los Centros Integralmente Planeados –
CIP- como ”polos de desarrollo” a cargo del Banco de México. Además, en
1969, se constituyó el Fondo de Promoción e Infraestructura Turística
(INFRATUR), cuyos objetivos eran la promoción y realización de obras de
infraestructura para el desarrollo de nuevos centros turísticos de importancia y
la mejora sustancial de aquellos que habían mostrado su potencialidad como
centros de atracción turística2.
2 Tomado de World Wide Web: www.fonatur.gob.mx/es/fonatur/decreto.asp (consultado en octubre
2008).
107
La adopción de programas para potenciar polos de desarrollo turístico
generaron implicaciones positivas al fomentar la ocupación de zonas alejadas
del país y promover el empleo pero también se dieron impactos negativos
alentando la especulación territorial y la corrupción en los tres niveles de
gobierno. En el caso de los Centros Integralmente Planeados –CIP-, se les
confirió un carácter predominantemente económico, orientado nuevamente a la
búsqueda de divisas y marginando otros factores económicos, sociales y
políticos como fueran el empleo y el desarrollo regional (César y Arnaiz, 2006).
La consolidación del modelo de Enclave se potenció a partir el boom petrolero
mundial que se produjo a partir de la década de 1970. Una parte del ingreso de
capitales por este concepto se enfocó al fortalecimiento del turismo; en 1974 se
publica la Ley Federal de Fomento al Turismo y se eleva a rango de Secretaría
de Estado al Departamento de Turismo, otorgándole una mayor estructura para
atender las nuevas atribuciones, así como mayores recursos presupuestales,
destinados a la planeación y desarrollo de la actividad turística. Adicionalmente
se crea el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) como
instrumento del Estado para coordinar la creación y consolidación de enclaves
mediante la participación del sector público y privado3.
2.2.1.3.- Culminación del Modelo de Enclave (1974-1986).
Este periodo es fundamental en el desarrollo del turismo nacional. Se crean
diversos mega-proyectos a partir de la apertura de los CIP´s y la consolidación
de los centros turísticos tradicionales de playa, lo que implicó importantes
tareas de planeación territorial y la masiva inversión en infraestructura hotelera
y urbana, principalmente. Comienzan a darse los primeros signos de saturación
del modelo, al observarse impactos sociales y ambientales.
3 Operación que implicó la fusión de INFRATUR, constituido para el desarrollo físico y la planeación al
fin de 1960; y a FOGATUR, constituido para el financiamiento a mediados de 1950. El Fondo tomó un
papel relevante en el impulso a la actividad turística, principalmente del crecimiento de la oferta hotelera.
Tomado de: http://www.turismo.gob.mx/wb/sectur/sect_Antecedentes_Historicos_de_la_Secretaria_de_T/_rid/14941?page=3
(consultado en octubre 2008).
108
En 1975 se ponen en operación los primeros CIP´s en el país: Cancún e Ixtapa.
En ambos destinos, el sector privado (principalmente hotelero) se sumó al
crecimiento turístico gracias a la disponibilidad crediticia y a la posibilidad de
obtener importantes rendimientos por esta actividad. Se consolidan las cadenas
hoteleras, tanto extranjeras como nacionales, las que participan en la
construcción y operación de las instalaciones de hospedaje. La visión de
“mercado” de las empresas hoteleras propició la edificación masiva que, en
muchos casos, afectaron la identidad de las poblaciones receptoras y la pérdida
de “sentido del lugar” (Munguía, 1997).
El crecimiento de la oferta hotelera fomentó la necesidad de atraer turismo a
gran escala los destinos de playa, por lo que se surgen nuevos agentes como
los tour-operadores, que unificaban los principales servicios de viaje (como
avión, hotel, alimentación, renta de autos y otros servicios adicionales) y las
líneas aéreas, quienes realizaban las principales actividades de transporte.
A principios de la década de 1980, la crisis petrolera produjo desestabilización
en los flujos de capital en México, ya que el país había aumentando su
endeudamiento externo como parte de su proceso de industrialización y los
bajos precios del petróleo no permitían hacer frente a los compromisos
financieros pactados. Ello propició políticas de redimensionamiento del sector
público, provocando el adelgazamiento del Estado e imponiendo severas
limitaciones crediticias, que impactaron en la actividad turística nacional.
Adicionalmente, se presentó una sobre-oferta y falta de diferenciación en los
destinos de playa resultando en una disminución de las tarifas hoteleras que
ocasionó la escasa inversión en hoteles, la pulverización de mercados y el
deterioro de la planta hotelera. Desde el punto de vista social, la actividad
turística no generó los beneficios esperados a la comunidad y las altas tasas de
crecimiento urbano, aunado a la constante migración ocasionaron desajustes
estructurales que desembocaron en un deterioro de la calidad de vida y el
109
medio ambiente. Tal escenario de crisis expresa la culminación del modelo de
enclave aplicado hasta entonces (Sectur, 2000).
2.2.1.4.- Etapa de Transición (1986-1992).
Las profundas transformaciones mundiales producto del fortalecimiento de la
globalización y de los avances en las tecnologías de la información, incidieron
en la reconfiguración de la práctica turística en México, expresadas en nuevas
condiciones estructurales.
En este periodo se reconoce que, si bien el turismo ha sido un mecanismo
importante para la creación de empleos y la generación de actividades
económicas en diversas regiones del país, también se generan impactos
sociales y ambientales en las comunidades de acogida. Surge nuevas
inquietudes para que los beneficios del turismo se distribuyan de manera
equitativa, intenciones que, sin embargo, no permearon en el colectivo social.
También destaca la presencia de empresas multinacionales del turismo en
alianza estratégica o fusiones con socios nacionales, proceso favorecido por las
políticas de apertura y desregulación a escala mundial. Algunas de estas firmas
han asumido diversas actividades que antes eran provistas por entidades
diferentes, como líneas aéreas, hoteleras, transportadoras, etc4.
El negocio turístico, lejos de diversificarse y expandirse entre varios operadores,
se queda en las manos de estas grandes empresas turísticas trasnacionales y
los beneficios económicos en los destinos de acogida se reducen o son
marginales. La estrategia de fusión también incluye a líneas aéreas o cadenas
4 Un ejemplo lo constituye la empresa tour-operadora Apple Vacations, con sede en Chicago, que ahora
organiza los paquetes completos a partir del arrendamiento de aviones bajo su operación, la gestión de la
transportación local y la adquisición de hoteles para alojar en ellos a sus huéspedes. Para ello, adquirieron
el hotel Camino Real en Puerto Vallarta; dichas instalaciones cambiaron su nombre a Dreams y en ellas, la
empresa aloja a la mayoría de sus turistas en la localidad, dejando de utilizar miles de habitaciones
hoteleras contratadas con anterioridad en otras empresas de alojamiento.
110
hoteleras globales, las cuales han monopolizado el crecimiento de la oferta de
hospedaje.
Paradójicamente, surge el discurso de la sustentabilidad, tanto en esferas
gubernamentales como empresariales y ciudadanas. Se acepta que el
crecimiento turístico sin límites lleva irremediablemente a la depredación del
medio natural y social de las ciudades en donde se desarrolla la actividad
recreativa. Se plantean estrategias globales de evaluación de la sustentabilidad
en el turismo como la Agenda Local 215, así como modelos de certificación de
turismo sustentable como Green Globe o Bandera Azul (César y Arnaiz, 2002).
A pesar de que dichas iniciativas se han implementado en diversas lugares, los
cambios en el modelo turístico depredador aún son escasos y las implicaciones
para la comunidad local siguen siendo fuertes e inciertas.
Otra dinámica observada se relaciona con los patrones de consumo de los
turistas, quienes se han vuelto mucho más selectivos en los sitios a visitar. El
modelo tradicional de turismo de sol y playa sigue siendo importante pero se
nota un desgaste en este segmento debido a las modificaciones en el perfil del
visitante, ahora más experimentado y exigente a la hora de decidir por el sitio
para vacacionar. Evoluciona el concepto de “turista tradicional” con hábitos
pasivos y se refuerza el de “nuevo turista” quien practica deportes extremos,
gusta de conocer el medio natural y expresa inquietudes culturales.
2.2.1.5.- Situación actual (1992-2007).
La evolución de la práctica turística se inscribe en las complejas realidades de
la sociedad global, expresada en la diversificación de la oferta y la demanda.
Surgen diferentes modalidades de turismo que podemos englobarlas en dos
grandes dinámicas: a) turismo masivo; y b) turismo alternativo. Dentro de la
5 La Agenda Local 21 tiene como objetivo promover el desarrollo turístico sustentable. Su origen se
remonta a 1996, cuando la Organización Mundial de Turismo, el Consejo Mundial de Viajes y el Consejo
de la Tierra elaboraron mecanismos para disminuir los impactos del turismo en el territorio. El programa
ha sido adoptado por 182 países.
111
primera estarían los segmentos tradicionales como sol y playa, recreativo,
social, etc. En los segundos se introduce el turismo rural, de aventuras, de
vivienda secundaria, de golf, hospitalario, de negocios, sexual, gay, etc.
En las ciudades turísticas de litoral mexicanas, destaca la paulatina
modificación del modelo de desarrollo turístico basado en la hotelería tradicional
por la edificación masiva de conjuntos de vivienda secundaria (César, 2006).
2.2.2.- ACTIVIDAD TURÍSTICA EN CIUDADES MEXICANAS.
En México la actividad turística se ha venido desarrollando mayoritariamente en
los destinos de litoral. Sin embargo, también se presenta una activa presencia
de turistas en otros destinos, principalmente en: i) grandes ciudades (ciudad de
México, Guadalajara y Monterrey); ii) ciudades fronterizas (Tijuana, Ciudad
Juárez, etc.); y, iii) ciudades del interior, particularmente las que tienen algún
pasado colonial (Morelia, Zacatecas, Guanajuato, etc.).
2.2.2.1.- Actividad Turística en Grandes Ciudades.
Las principales motivaciones de los turistas en las grandes ciudades se
relacionan con los negocios, actividades gubernamentales y/o visita a familiares
y amigos. En el caso de la ciudad de México, el turismo de negocios genera la
ocupación de 64% de los cuartos de hotel de la capital que registra más de 11
millones de pernoctaciones en el año 20076, lo cual significa alrededor de 10 mil
millones de dólares por año7. Además, el perfil principal del turista está
vinculado predominantemente con actividades de trabajo y/o negocios8, lo cual
6 Datos tomados de la página 2 de los Cuadros Estadísticos Segundo Informe 2008 de la Secretaría de
Turismo del Gobierno del Distrito Federal, tomado de la Web World Wide:
http://www.mexicocity.gob.mx/contenido.php?cat=40700&sub=6, consultado el 2 febrero 2009.
7 Información expresada por Alejandro Rojas, titular de la Oficina de Congresos y Convenciones de la
ciudad de México, al diario El Universal con fecha 1 septiembre 2008. Página World Wide Web:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/534657.html, consultado el 3 de febrero 2009
8 El 35% de los turistas encuestados en el Informe Mensual de Perfil de Turistas (noviembre del 2008),
mencionaron la variable “trabajo/negocios” como la motivación principal de su viaje a la ciudad de
México. Datos tomados de la Web World Wide:
http://www.mexicocity.gob.mx/contenido.php?cat=40800&sub=10, consultado el 6 de febrero 2009.
112
se confirma con el hecho de que el Distrito Federal ocupa en la actualidad el
cuarto lugar en América Latina en materia de congresos y convenciones.
Monterrey también destaca por el fomento de turismo de negocios. Cuenta con
una planta turística conformada por más de 100 hoteles de reconocidas
cadenas y 11,000 habitaciones con los estándares necesarios para atender al
turista de negocios y convenciones. En cuanto a la infraestructura de soporte,
dispone del Parque Fundidora, complejo que alberga a dos de los principales
recintos para eventos: Cintermex, con capacidad de 5,500 m2 para
convenciones y 18,380 m2 para exposiciones, así como Arena Monterrey con
una capacidad de 17,600 personas. Estas fortalezas se complementan con la
ubicación estratégica de la ciudad, la cual se encuentra a sólo dos horas por
tierra de la frontera con Texas, y por avión a 75 minutos de la Ciudad de
México, Houston y Atlanta, así como a la localización de importantes
universidades como la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) e Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM)9.
La Zona Metropolitana de Guadalajara es la más visitada en el estado de
Jalisco al recibir el 45.48% del total de visitantes. En el caso de los turistas
nacionales, el 28.34 % manifestaron que la principal motivación para
desplazarse a Guadalajara era por negocios, la cifra más alta de todas las
razones de viaje10. Dentro de la infraestructura de turismo de negocio destaca la
Expo Guadalajara, reciento ferial que cuenta con más de 15,000 m2 de
exhibición con la posibilidad de dividirse en cinco espacios para exposiciones.
En la zona aledaña se localizan una importante planta hotelera de soporte a
esta actividad.
9 Datos tomados de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Monterrey, Nuevo León; página Web
World Wide: http://www.ocvmty.com/. Información consultada en enero de 2009. 10
Datos obtenidos de la Secretaría de Turismo del estado de Jalisco; página Web World Wide:
http://visita.jalisco.gob.mx/espanol/dependencia/estadisticas.html, consultado el 23 de enero 2009.
113
La motivación turística principal en las grandes ciudades se vincula a los
negocios y las convenciones, también aparece como causa relevante la visita a
familiares y/o el descanso y la recreación.
2.2.2.2.- Actividad Turística en Ciudades Fronterizas.
Las actividades turísticas en las ciudades fronterizas de México podemos
dividirlas por su posición geográfica en norte y sur. Ambos casos presentan
dinámicas vinculadas a las condiciones particulares de cada región.
De acuerdo a Bustamante (citado por Bringas, 2004) la curiosidad turística es
una de las motivaciones principales para cruzar la frontera y esta interacción
cobra especial relevancia por la naturaleza simbólica de los espacios turísticos
donde el turista busca en el otro lado, una “alteridad espacial”, vinculada
fuertemente al mito, al “escape de lo cotidiano”.
A pesar de que la frontera no se percibe como un destino turístico, múltiples
causas originan el desplazamiento y la intensidad de los flujos: económicas, de
trabajo, de salud, entretenimiento, familiares y sociales. Un elemento esencial
para comprender la intensidad del turismo fronterizo tiene que ver con la
interacción entre turistas y anfitriones, en un espacio caracterizado por una
profunda asimetría de poder en la relación bilateral.
El turismo fronterizo se caracteriza por un gasto medio bajo. En 1999 el gasto
promedio de los turistas fronterizos fue $54.80 por persona. Se pronostica que
dicho gasto medio se reducirá para el año 2020, cuando sólo llegue a $50.40
de las personas que se proyecta cruzarán la frontera con fines turísticos
(Sectur, 2000:152).
En el caso de la frontera norte de México, la importancia turística es primordial
debido a la extensión y complejidad en las relaciones con los Estados Unidos
de América, el país que representa el mercado turístico más importante del
mundo. En el año 2003, arribaron unos 77 millones de visitantes fronterizos,
114
equivalentes al 82% del total de la captación nacional de visitantes
internacionales y que representa el 33% de las divisas generadas.
Las cinco principales ciudades que reciben flujos turísticos en la frontera norte
son Tijuana, Nogales, Ciudad Juárez, Piedras Negras y Matamoros. En ellas, el
74% eran visitantes que residen en las áreas contiguas al sitio de cruce, un
22% pertenecían al estado por donde cruzaron y el restante 4% procedía de
otros estados (Bringas, 2004:13).
La percepción de inseguridad y la deficiente imagen urbana de las ciudades
fronterizas del norte del país son los frenos principales para el desarrollo de la
actividad turística fronteriza. Aunado a ello, se presentan debilidades como las
severas medidas de seguridad para la cruzar hacia los Estados Unidos de
América (prácticas reforzadas tras los ataques terroristas del 11 de septiembre
de 2001), la problemática en la funcionalidad de las garitas y puertos
fronterizos, la ineficiencia en las aduanas, el constante trámite para la
importación temporal de vehículos y la seguridad y protección al turista en
ambos lados de la frontera.
Uno de los Programas Regionales de la Secretaría de Turismo Federal es el
Programa México Norte, que está orientado a promover el tránsito del turismo
de internación en el país. Los segmentos de mercado a los cuales se dirigen las
acciones institucionales se encauzan al turismo cinegético, deportivo, de salud,
de aventura, de negocios, náutico y de sol y playa, principalmente. Para ello se
proponen una serie de medidas estratégicas para fortalecer el producto turístico
de la frontera norte por medio del mejoramiento de los servicios al turista,
actualización de infraestructura, protección del medio ambiente, entre otros11.
11
Datos obtenidos de la Secretaría de Turismo Federal; página Web World Wide:
http://www.sectur.gob.mx/wb/sectur/sect_Programa_Mexico_Norte , consultado el 23 de enero 2009.
115
En el caso de la frontera sur, se tiene el programa institucional Mundo Maya,
como parte de una alianza multinacional donde participan los países
centroamericanos de Belice, El Salvador, Guatemala y Honduras, herederos
también del legado de la civilización Maya. Los segmentos que se busca
potenciar son: sol y playa, cultural, ecoturismo y aventura, buceo, cruceros,
negocios y convenciones, principalmente.
De esta manera, se fortalece la integración del producto turístico regional
fomentando la sustentabilidad y desarrollo de la región y se promueve la calidad
y excelencia en la prestación de los servicios turísticos. Para ello, se coordinan
acciones de promoción y comercialización del multi-producto turístico regional,
apoyando la consolidación del programa Mundo Maya y fortaleciendo los
vínculos con los países centroamericanos pertenecientes a la misma12.
2.2.2.3.- Actividad Turística en Ciudades del Interior (coloniales).
En el interior de México se localizan ciudades con una importante riqueza
patrimonial e histórica, así como ciudades medias de gran pujanza económica,
en medio de entornos naturales atractivos que disponen de infraestructuras de
transporte como carreteras, aeropuertos, etc. Ello permite ofrecer productos
turísticos diferenciados en los segmentos de cultura, negocios y alternativo. Si
bien, el mercado de origen principalmente nacional, se complementa con
turismo extranjero.
Dentro de esta categoría destacan ciudades de origen colonial, particularmente
las que cuentan con declaratoria de Patrimonio Mundial de la Humanidad
decretado por la UNESCO13 como los centros históricos de Oaxaca, Puebla,
12
Información obtenida de la Secretaría de Turismo Federal; página Web World Wide:
http://www.sectur.gob.mx/wb/sectur/sect_Programa_Mundo_Maya (consultado el 26 de enero 2009). 13
Un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad, es un sitio específico de importancia cultural o natural
excepcional para la herencia común de la humanidad, que ha sido nominado y confirmado para su
inclusión en la lista mantenida por el Programa Patrimonio de la Humanidad, administrado por el Comité
del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Tomado de página Web World Wide:
http://es.wikipedia.org/wiki/Patrimonio_de_la_Humanidad.
116
Guanajuato, Morelia, Zacatecas, Querétaro, Tlacotalpan (Veracruz), Campeche
y San Miguel de Allende (Guanajuato). Para ello, la Secretaría de Turismo
federal impulsa el programa regional Tesoros Coloniales, con el objetivo de
ofrecer destinos culturalmente ricos para vacacionar y aprovechar la variedad
de los atractivos existentes.
Otra iniciativa gubernamental para la puesta en valor turístico de poblaciones en
el interior del país es el programa Pueblos Mágicos que pretende estructurar
una oferta turística innovadora y original para atender una demanda creciente
de cultura, tradiciones, aventura y deporte extremo en escenarios naturales o la
cotidianidad de la vida rural. Dentro de las poblaciones seleccionadas en el
programa destacan Pátzcuaro, Taxco, Tequila, San Cristóbal de las Casas,
Valle de Bravo, entre otras.
De las acciones realizadas en el programa Pueblos Mágicos destaca el
mejoramiento de la imagen urbana, infraestructura y servicios en las localidades
seleccionadas. Para ello se han rehabilitado pisos, guarniciones, camellones y
se han renovado plazas cívicas, recuperado espacios públicos, así como
regenerado fachadas y elementos contextuales. Los beneficios de tales
acciones no sólo se enfocan a los turistas sino que ha generado positivos
procesos de re-utilización de espacios urbanos en las poblaciones14.
2.2.3.- CIUDAD TURÍSTICA DE LITORAL TRADICIONAL.
Los destinos turísticos de litoral tradicional han jugado un papel fundamental en
la industria turística en México, debido al apoyo institucional y a la promoción
que se ha dado al segmento de sol y playa. La principal característica de estas
ciudades es que no fueron creadas específicamente para la práctica del
turismo, sino que durante su desarrollo histórico fueron adaptando su estructura
14
Datos obtenidos de la Secretaría de Turismo Federal; página Web World Wide:
http://www.sectur.gob.mx/wb/sectur/sect_Pueblos_Magicos, consulta realizada en enero del 2009.
117
social y física para albergar a los visitantes. Actualmente, más de la mitad de
los turistas extranjeros que llegan al país se hospedan en este tipo de ciudades
(Sectur, 2000:64).
A pesar de que en los destinos tradicionales de litoral las inversiones en la
planta turística fueron aportadas por capital predominantemente privado, el
Estado mexicano jugó un papel fundamental en su promoción y consolidación,
al habilitar, con recursos públicos, la infraestructura de apoyo necesaria como
aeropuertos, marinas, vialidades, servicios básicos (agua, alcantarillado, luz)
para el desarrollo turístico. Adicionalmente se subvencionó la construcción de
cuartos hoteleros en estos destinos (Brenner, 2007:18).
En algunos casos se crearon fideicomisos para expropiar tierras con el objetivo
de convertirlas en espacios para la promoción turística. Un ejemplo de ello es la
expropiación en 1973 de 1,026 hectáreas del ejido Puerto Vallarta para integrar
las tierras al uso turístico, introducirlas al mercado inmobiliario y dar mayor
certeza al problema de la tenencia, estableciéndose para tales efectos el
Fideicomiso Puerto Vallarta (César y Arnaiz, 2002:201).
Las principales ciudades turísticas de litoral tradicional son: Acapulco, Mazatlán,
Puerto Vallarta, Manzanillo, Cozumel y Veracruz (César y Arnaiz, 2006:16). El
peso del turismo en la base económica en cada ciudad es variada; en algunas,
representa casi la totalidad de la actividad mientras que en otras desempeña un
papel complementario y/o marginal.
En menor o mayor medida en todos las ciudades turísticas de litoral tradicional
se ha contado con instrumentos normativos para promover un crecimiento
urbano planificado. Dentro de las iniciativas pioneras destaca lo realizado en
Acapulco desde la década de 1930, sin embargo en la mayoría de los casos la
experiencia empírica demuestra un deterioro de la calidad de vida en las
118
comunidades receptoras, dinámica fuertemente vinculada al usufructo privado
del territorio, en detrimento de los valores urbanos colectivos.
Los destinos de litoral enfrentan en la actualidad una diversidad de
problemáticas expresadas en el incremento de vehículos y congestión vial, el
auge de viviendas en condominio y tiempo compartido, la masificación de
viviendas construidas en serie, el fortalecimiento de la división social en el
espacio urbano, el recrudecimiento de la violencia, la vulnerabilidad ante
fenómenos naturales (como los efectos por el paso de huracanes, etc.).
La estigmatización del crecimiento turístico sin control se acuñó con la
expresión acapulquización, concepto que hace referencia a la marginación
poblacional y los problemas de deterioro ambiental de los destinos turístico y en
donde no han permeado los beneficios multiplicadores que el turismo
supuestamente debería generar (César y Arnaiz, 2002; Sectur, 2000:56).
2.2.4.- CENTROS INTEGRALMENTE PLANEADOS –CIP-.
Los Centros Integralmente Planeados (CIP´s) fueron desarrollados por el
Estado mexicano, a través del Fondo Nacional de Fomento al Turismo
(FONATUR), creado en 1974, como parte de una estrategia para crear y
consolidar diversos mega-proyectos en centros de playa, a partir de una política
articulada y deliberada de mejoramiento territorial y físico, asociado con su
crecimiento. El impulso principal se dio en la urbanización y en la creación de
infraestructura (principalmente hotelera y de transporte aéreo) apoyadas en un
esfuerzo institucional de promoción y publicidad (Sectur, 2000:52).
Los cinco CIP´s promovidos y concluidos son: Cancún (iniciado en 1970),
Ixtapa-Zihuatanejo (1972), Los Cabos (1975), Loreto (1975) y Bahías de
Huatulco en 1984 (Brenner, 2007:17). Para el año 2000, más de la mitad de los
turistas extranjeros que llegaban al país se hospedaron en destino de playa, de
119
los cuales el 54 por ciento lo hicieron en CIP´s, lo que representa casi el 37 por
ciento del total de extranjeros que llegan al país (Sectur, 2000:64).
En los últimos años se han venido promoviendo nuevos CIP´s como polos de
desarrollo turístico. El primero de ellos, Riviera Nayarit se localiza en el corredor
Turístico Bahía de Banderas-Compostela, en la costa sur de Nayarit. El CIP
está compuesto por dos diferentes secciones: El Capomo y la primera etapa
Litibú. En este CIP ya se han realizado las obras de urbanización y se cuenta
con infraestructura turística terminada15.
Adicionalmente se proyectan tres CIP´s que destacan por el giro en la política
de promoción turística, dejando los destinos masivos de playa y apoyando sitios
con valor ambiental y cultural, en donde se pretende realizar desarrollos de bajo
impacto y densidad. Los CIP´s contemplados son: 1) Barrancas del Cobre, que
constituye el primer proyecto turístico planificado de montaña, enclavado en la
sierra Tarahumara, en el estado de Chihuahua donde se promoverá el turismo
especializado de aventura, ecológico y de contacto con las culturas de la región;
2) Palenque, como puerta de entrada al Mundo Maya, orientado al turismo
cultural y de naturaleza, aprovechando el valor de la zona arqueológica del
mismo nombre; y, 3) Costa Maya, localizado al sur del estado de Quintana Roo,
propuesta de muy baja densidad, integrado a la naturaleza y rodeado por cinco
Áreas Naturales Protegidas (ANP) de excepcional belleza.
Para la edificación de los CIP,s el Estado adquiere o expropia las porciones de
suelo en el área que pretende desarrollar, elabora un Plan Maestro de
Desarrollo Urbano y planifica el crecimiento turístico. El Estado participa del
proyecto y realiza las primeras inversiones para dotar de servicios (agua
potable, alcantarillado, luz eléctrica, etc.), infraestructura (aeropuertos, marinas,
carreteras, etc.) y equipamientos (hospitales, escuelas, etc.).
15
Datos tomados de World Wide Web: http://www.fonatur.gob.mx/es/Des_Nayarit/des-nayarit.asp
(consultado el 30 de enero del 2009).
120
Una vez que se cuenta con la planta física, las empresas turísticas entran en
acción para edificar hoteles, unidades departamentales, restaurantes, marinas,
etc., (César y Arnaiz, 2006:16) obteniendo, en muchas ocasiones, apoyos
adicionales como: i) líneas de crédito para financiar proyectos de inversión; ii)
co-inversiones, mediante la aportación de recursos en especie; iii) calificación
de proyectos, para realizar estudios de viabilidad y riesgos que garanticen la
factibilidad de la propuesta.
Si bien el modelo de CIP´s pretendió ser ejecutado bajo una cuidadosa
planeación de cada desarrollo y partes del sistema turístico, su presencia ha
tenido implicaciones positivas y negativas en las regiones de acogida. Dentro
de los aspectos favorables encontramos:
Desarrollo de regiones del país que se encontraban abandonadas o en
situación desventajosa, principalmente en el sur de México, en la costa
de Quintana Roo, Oaxaca y Guerrero.
Generación de empleos tanto directos como indirectos, particularmente
en el sector de servicios.
Fortalecimiento de la capacidad hotelera nacional, en donde la tercera
parte del total de cuartos hoteleros se encuentra en estos centros.
Dotación de equipamientos de carácter regional a las comunidades
locales (hospitales, escuelas, comunicaciones, etc.).
Incremento en la competitividad turística nacional, al ofrecer productos de
calidad para competir ante otros destinos en diversos países del mundo.
Consolidación de México como uno de los principales destinos turísticos
a nivel global.
Sin embargo, la existencia de los CIP´s también desencadenaron una serie de
inconvenientes socio-económicos causados por el crecimiento urbano
acelerado de los centros turísticos. Dentro de las problemáticas principales
mencionamos:
121
Escaso impulso a la economía regional y la agudización de
desigualdades existentes en las comunidades de acogida, formándose
enclaves económica y socialmente separados de su hinterland.
Baja calidad y seguridad en el empleo creado, donde las plazas laborales
suelen estar mal remuneradas, son de carácter temporal, sin derecho
legal a las prestaciones que otorga la ley y sin que se favorezca el
crecimiento humano o socio-económico en los trabajadores.
Crecimiento urbano anárquico y formación de asentamientos marginados,
debido a los fuertes flujos de migración, compuestos mayoritariamente
por población de bajo nivel educativo y con rudimentarios conocimientos
profesionales, lo cual ha impulsado el crecimiento en zonas no aptas
para la urbanización y la formación de enclaves y guetos profundamente
segregados al interior de la zona urbana.
Degradación del medio físico natural, particularmente en los ecosistemas
costeros y de selva anexa a dichos centros turísticos, donde se observan
afectaciones a los arrecifes, infiltración de aguas negras, intensificación
del tráfico naval, acumulación de basura inorgánica, etc.
Incremento en el consumo de drogas, alcohol, prostitución y violencia
intra-familiar asociada a la provisión de tales vicios a los turistas.
Generación de enclaves turísticos marginando a otros destinos similares,
particularmente los tradicionales de litoral (Brenner, 2007; César, 2006;
César y Arnaiz, 2006: 14 y 15; Sectur, 2000).
A pesar de las debilidades en la puesta en operación de los CIP´s, el modelo ha
sido valioso dentro de las estrategias estatales para promover y consolidar
destinos turísticos en México, particularmente en destinos de litoral bajo la
modalidad de sol y playa.
122
2.3.- EL ESPACIO TURÍSTICO.
Por espacio turístico entendemos toda aquella porción del territorio en la que se
desenvuelven predominantemente actividades turísticas o prácticas vinculadas
a ella. Supone la adaptación del espacio físico para poner en valor los atractivos
turísticos, mismos que originalmente se mantenían en estado original o
inalterado y que tras modificarlos se incorporan al sistema turístico.
La formación del espacio turístico se debe a una compleja interrelación entre
diversos sistemas turísticos, que se manifiestan en varias facetas y
modalidades (Boullón, 1997:31-55), destacando:
1) Demanda turística, el interés que despierta determinado sitio para ser
visitado y que puede ser contabilizado por el número total de turistas
que concurren y los niveles de ingresos generados.
2) Oferta turística, entendida como la posibilidad para otorgar un servicio
al mercado consumidor a un precio dado, por un periodo determinado.
3) Proceso de venta, referido al encuentro de la oferta con la demanda,
realizada a través del proceso de compra-venta.
4) Producto turístico, aquel que permite pasear, visitar los atractivos,
hacer deporte o divertirse.
A estos sistemas principales se añaden una serie de sub-sistemas que
complementan al espacio turístico, señalando:
a) Planta turística, integrada por: equipamiento turístico, como alojamiento
(hoteles, moteles, etc.), alimentación (restaurantes, cafeterías, etc.),
esparcimiento (discotecas, bares, casinos, etc.) y otros servicios
(agencias de viajes, guías, comercios, etc.); y las instalaciones
turísticas: de litoral y playa (marinas, espigones, muelles, etc.), de
montaña (miradores, senderos, teleféricos, etc.) y generales (piscinas,
vestuarios, golf, tenis, etc.).
123
b) Atractivos turísticos, clasificados por categoría en: sitios naturales
(montañas, costas, ríos, parques nacionales, etc.), museos y
manifestaciones culturales históricas (museos, lugares históricos,
ruinas y sitios arqueológicos, etc.), folklore (ferias, mercados,
manifestaciones religiosas o populares, comidas típicas, etc.),
realizaciones técnicas, científicas o artísticas contemporáneas
(explotaciones mineras, agropecuarias, industriales, obras de artes,
etc.), acontecimientos programados (artísticos, deportivos, ferias,
exposiciones, carnavales, etc.).
c) Infraestructura turística destacando: transporte (terrestre, aéreo y
acuático), comunicaciones (postal, telegráfica, telefónica, Internet),
sanitaria (red de agua, desagües, basura y salud), energía (electricidad
y combustible).
d) Super-estructura turística, que comprende todos los organismos
especializados del sistema, tanto públicos como privados.
Tanto la planta turística como los atractivos e infraestructura tienen una fuerte
presencia física y una ubicación en el territorio. Sin embargo, el espacio del
turismo no es un mero soporte físico donde la práctica turística ocurre y a la
dimensión territorial deben incorporarse el análisis de las prácticas sociales que
ahí se desarrollan, mismas que producen y transforman al lugar de acogida. El
complemento entre espacio físico y social en el turismo es vital para la
comprensión integral de la complejidad turística (Almirón, 2004).
2.3.1.- TIPOLOGÍA DEL ESPACIO FÍSICO.
El espacio físico tiene diversas acepciones y categorías, encontrando al menos
siete tipologías, algunas como calificaciones conceptuales (real y potencial),
otras como expresiones materiales del espacio físico (cultural, natural, virgen y
artificial) y finalmente, las ecológicas (Boullón, 1997:61-65). De ellas,
enfatizamos:
124
i) Espacio real, aquel que es tangible, recorrible y modificable; referido a
la superficie del planeta y a la capa de la biósfera que lo integra, mismo
que puede ser captado por el ser humano a través de los sentidos.
ii) Espacio potencial, que no existe en el presente y se presenta como
posibilidad de destinar el espacio real a algún uso diferente al actual,
tras un periodo de reconversión del mismo.
iii) Espacio cultural, porción que ha cambiado su fisonomía original debido
a la acción deliberada del ser humano para adaptar el espacio a las
necesidades colectivas e individuales.
iv) Espacio natural, pudiendo ser original o adaptado, en el cual
predominan las especies del reino vegetal, animal y mineral, mismas
que son aprovechadas por el ser humano para su superviviencia.
v) Espacio virgen, aquellas áreas donde el espacio se mantiene en forma
natural y no ha sido modificado por la acción del hombre.
vi) Espacio artificial, donde predominan los elementos construidos por el
hombre, teniendo como expresión más significativa la edificación de la
ciudad.
vii) Espacio vital, referida no sólo a la tierra sino a todo ser vivo que
requiere de un entorno favorable para existir.
Los componentes del espacio turístico presentan niveles y escalas en relación
al tamaño de su superficie y área de acción, anotando de manera descendente
las siguientes: zona, área, centro (distribución, estadía, escala y excursión),
complejo, núcleo, conjunto y corredor (de traslado y estadía).
2.3.2.- TIPOLOGÍAS DE CENTROS TURÍSTICOS.
Recuperando la propuesta de Boullón (1997), los centros turísticos pueden ser
de cuatro tipos, de acuerdo con la función que desempeñan:
1) Centro turístico de distribución; son aquellos conglomerados urbanos
que sirven de base para que los turistas visiten los atractivos incluidos
125
en su radio de influencia y regresen a ellos a dormir. Los equipamientos
de alojamiento deben ubicarse en la ciudad, pero algunos otros
(alimentación, comercio, guías, etc.) pueden estar ubicados en los
atractivos turísticos.
2) Centro turístico de estadía; bajo esta modalidad comenzó a
desarrollarse el turismo, a partir de la explotación de un atractivo único,
como sucede en las playas o en centros invernales; la característica
fundamental es el tiempo de estadía, que oscila entre 3 y 7 días, y para
ello, se requiere contar con un equipamiento de esparcimiento más
diversificado y ofrecer opciones variadas durante el tiempo de la
permanencia, alternando actividades durante el día.
3) Centro turístico de escala; no son tan comunes como los centros de
distribución y estadía; su localización coincide con centros neurálgicos
en las redes de transporte (marinas, hubs aeroportuarios, etc.) y en las
etapas intermedias de recorridos de larga distancia entre una plaza de
mercado emisor y otra de mercado receptor. Difícilmente la estadía en
un centro de escala se extiende por más de una noche, sobre todo en
los centros localizados en las carreteras. En estos centros se carece de
atractivos turísticos relevantes y su función es la de servir a los
pasajeros en una etapa intermedia de un viaje.
4) Centro turístico de excursión; son aquellos que reciben por menos de
24 horas turistas procedentes de otros centros. En el caso de México,
este tipo de centro tiene relevancia para la actividad turística, al
registrarse una gran cantidad de incursiones de turistas de excursión,
particularmente en la frontera norte del país.
2.3.3.- OTRA APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE ESPACIO TURÍSTICO.
Algunas aportaciones recientes sugieren que el espacio turístico no es un mero
escenario donde la práctica turística ocurre aunque los actores sociales se
desenvuelven en ese espacio real.
126
Recientemente se ha propuesto otra aproximación al espacio turístico al
cuestionar el concepto de espacialidad, que no se limita solamente a la parte
física sino que incorpora la interacción y relación social (Almirón 2004:172-175).
Para ello, se propone una triple dialéctica, entre espacio, tiempo y ser social,
relacionando el espacio y la espacialidad crítica en lo que el autor denomina el
“tercer-espacio”, comprendiendo lo real y lo imaginario, lo abstracto y lo
concreto, lo objetivo y lo subjetivo, lo conocible y lo inimaginable, la vida
cotidiana y la historia a largo plazo, etc.
En la trialéctica propuesta se diferencian tres espacios cuyas dinámicas se
interconectan. El primer espacio se refiere al espacio físico, a la materialidad
concreta de las formas espaciales, al espacio que puede ser percibido por los
sentidos. El segundo espacio, es el concebido, el pensado en ideas, en
representaciones reflexivas de la espacialidad humana bajo formas mentales o
cognitivas, lo cual permite que las prácticas sociales se comprendan, tanto con
el sentido común como con disciplinas académicas. Finalmente, el tercer
espacio es el espacio vivido, significado e imaginado, lo cual implica la
construcción simbólica del espacio que imagina nuevos sentidos o nuevas
posibilidades de las prácticas sociales, como espacios de representación.
Tales espacios están llenos de elementos imaginarios y simbólicos, construidos
y modificados en el transcurso del tiempo por los actores sociales. Así, la
espacialidad entendida como trialéctica, incluye el espacio físico, el espacio
concebido y el espacio vivido. Además, la espacialidad no es resultado de la
sumatoria independiente de los tres momentos o espacios sino la interrelación,
superposición e interdependencia de los mismos.
Así, se propone una mirada nueva sobre el espacio turístico que trascienda la
conceptualización del espacio como un simple escenario contenedor de las
prácticas sociales ligadas al turismo y en cambio, replantearlo como un lugar
127
construido por la sociedad, en donde espacio y turismo interactúan, se
entretejen e influencian uno sobre el otro.
De esta manera, el espacio turístico es más que un simple ámbito de
interacción y acción social. Con ello, se pone el énfasis no en el espacio
turístico en sí mismo sino en el proceso de construcción geográfica e histórica,
como producto de procesos sociales, subjetivos y cambiantes en el que se
articulan intereses, valores e imágenes. Dicho esto, se plantea la posibilidad de
pensar al espacio turístico como un lugar complejo que articula diversas
dimensiones, tanto objetivas como subjetivas.
2.4.- EL MODELO DE TURISMO RESIDENCIAL.
El turismo residencial es una especialización de la actividad turística que se
caracteriza por el desarrollo de alojamiento permanente o semi-permanente en
un destino, en contraposición con el modelo hotelero de alojamiento temporal.
Esta modalidad está fuertemente vinculada con el mercado inmobiliario, mismo
que funciona con la misma lógica del turismo minero, en donde se extrae el
material de la tierra hasta que se agota o cuando las zonas urbanas entran en
crisis (César y Arnaiz, 2006:14).
En la última década, el turismo residencial se ha expandido espectacularmente
presentando condiciones renovadas, como resultado de una fuerte expansión
crediticia mundial, la existencia de mercados inmobiliarios especulativos y del
impulso institucional por diversificar la oferta en los destinos turísticos
(Hiernaux, 2005:2).
Dentro de las causas que favorecieron el fortalecimiento del modelo de turismo
residencial en fechas recientes, encontramos:
i) Expansión crediticia a nivel mundial sin precedentes entre los años
2001 y 2007, tras los ataques terroristas en septiembre del 2001 en
128
Estados Unidos, donde la Reserva Federal norteamericana, en un
intento por reactivar la economía, estableció el tipo de interés en 1 por
ciento y lo mantuvo en ese nivel hasta junio de 2004. El dinero barato
generó condiciones globales de enorme liquidez, lo que impulsó un
crecimiento sostenido en los préstamos bancarios, desencadenándose
el fenómeno denominado burbuja inmobiliaria (Soros, 2008: 125-126;
Fernández Durán, 2006: 4-5).
ii) Dinámicas de alta especulación inmobiliaria; el crecimiento hasta de
dos dígitos en el precio de la vivienda favoreció la especulación, ya que
cuando el valor se incrementa más que el costo de pedir prestado,
tiene sentido poseer más propiedad de la que se desea ocupar16
(Soros, 2008:19). Especialistas señalan que la burbuja inmobiliaria fue
el mayor proceso especulativo de la historia del capitalismo17.
iii) Desregulación urbanística a todos los niveles de gobierno,
particularmente en la escala local, favoreciéndose la implementación de
medidas liberalizadoras del suelo, eliminando restricciones al mercado
y posibilitando re-calificaciones urbanísticas generalizadas. En algunos
casos, la falta de adecuación de los instrumentos normativos urbanos
favoreció la corrupción, en particular en países con poca tradición
institucional como México.
iv) Frenesí constructor, tanto para la edificación de viviendas como en la
creación de redes de infraestructura de transporte (autopistas, trenes
de alta velocidad, aeropuertos, mega-puertos, etc.), introducción de
servicios públicos (agua, alcantarillado, luz, tecnologías de la
información, etc.) y de equipamientos como hospitales, escuelas,
centros deportivos, entre otros.
16
Simplemente, en Estados Unidos de América en 2005, el 40 por ciento de todas las viviendas adquiridas
no pretendía servir como residencia habitual sino como instrumento de inversión o vivienda secundaria,
tomado de Soros, 2008. 17
Como lo mencionaba la publicación financiera especializada The Economist, el 18 de junio del 2005;
citado por Fernández Durán (2006: 5).
129
v) Especialización de los promotores y desarrolladores inmobiliarios, al
ofertar productos de alta calidad, con variables que incluyen todo el
proceso de edificación, como el sistema “llave en mano”.
vi) Demanda renovada de vivienda, en particular de personas retiradas de
países desarrollados quienes encuentran conveniente adquirir
unidades de vivienda secundaria, debido al diferencial de renta entre
sus destinos de origen y los de acogida, las bondades climáticas, la
oferta cultural y hospitalaria, en procesos sociales de geografías
compartidas.
Si bien el modelo de turismo residencial se ha presentado en casi todas las
ciudades turísticas desde su origen, la novedad de los últimos años radica en la
transformación inédita de su dimensión, reconfigurando los territorios del
turismo, aumentando la polarización social y constituyendo una dinámica
insostenible, en lo que algunos autores han denominado el tsunami urbanizador
(Fernández Durán, 2006).
La principal modalidad del turismo residencial se expresa en la edificación de
vivienda secundaria, unidad que se caracteriza por la temporalidad en su uso,
sin constituirse en el lugar de residencia habitual de los propietarios. A este
fenómeno también se le denomina con categorías como segunda residencia,
second homes, résidencies secondaires o vivienda alternativa. Para nuestro
trabajo, lo denominaremos como vivienda secundaria.
2.4.1.- LA VIVIENDA SECUNDARIA.
La vivienda es un espacio delimitado por elementos constructivos para el uso
estable de sus habitantes, constituyendo un refugio para el cumplimiento de las
funciones vitales. Así, la vivienda es una necesidad básica de los seres
humanos siendo una unidad socio-espacial fundamental para el individuo y la
sociedad. Sin embargo, en algunas condiciones se presentan viviendas cuyo
130
uso no es cotidiano ni habitual sino que cumple con funciones recreativas, de
inversión u otras (Del Pino, 2003).
Dentro de las características para conceptualizar a la vivienda secundaria,
mencionamos: 1) un lugar para dormir que no sea una vivienda primaria; 2) una
finca en propiedad o alquilada por un periodo largo como residencia ocasional
de un hogar que normalmente vive en cualquier otro lugar; 3) una residencia
que es exclusiva o principalmente ocupada por alguien que la considera como
diferente a su primera residencia.
Al respecto, la definición de vivienda secundaria del Censo español parece
apropiada, tras señalar la condición de secundaria cuando es utilizada
solamente una parte del año, de forma estacional, periódica o esporádicamente,
y no constituye residencia habitual de una o varias personas. Puede ser, por
tanto, una casa de campo, playa o ciudad que se emplee en vacaciones,
verano, fines de semana, trabajos temporales o en otras ocasiones (López
Colás, 2003:29). Para ello, tres atributos deben presentarse: i) el tiempo que se
utiliza la vivienda; ii) el tipo de propiedad; iii) el carácter recreativo de la unidad.
En cuanto al perfil de propietarios de vivienda secundaria, destacan elementos
como: a) disponen en propiedad de otra vivienda que constituye la residencia
habitual, denominada vivienda primaria; b) heterogeneidad étnica, racial y
nacional de los residentes; c) nivel de renta superior al de los vecinos locales; d)
fuerte ó mayoritaria composición de propietarios extranjeros; e) debilidad o
inexistencia de lazos de vecindad o redes comunitarias con el contexto
inmediato; f) cambio frecuente de propiedad entre viviendas; g) usuarios en
fases maduras del ciclo de vida familiar (Jurdao, 1990).
Con ello, se reconfigura el sentido del lugar y del estar, expresada por los
residentes múltiples es decir, usuarios que viven geografías compartidas,
transcurriendo algunas temporadas en uno u otro sitio. Con ello surge el
131
concepto de territorios residencialmente compartidos, elemento de análisis
relevante en medios académicos (López Colás y Módenes, 2004).
Según Llauguer y Omberg, (citado por del Pino, 2003, pág. 9).Dentro de las
principales tipologías de vivienda secundaria encontramos una diversidad de
manifestaciones enfatizadas por: 1) la frecuencia de su uso -fines de semana,
vacaciones, estancias breves, etc.-; 2) la situación geográfica (grandes
ciudades, zonas rurales, montañas, litoral); 3) su morfología -torres de
departamentos, vivienda unifamiliar, unidades dispersas, etc.-; 4) por su relación
con las poblaciones existentes (dentro o fuera del centro de población); 5) por el
sistema de propiedad -propia, rentada, etc.-; 6) por el origen de su promoción
(asentamientos planificados, dispersos, espontáneos, etc.); y, 7) por el origen
de los habitantes -regional, nacional o extranjero-
Algunos factores explicativos del proceso de vivienda secundaria se relaciona
con: i) la teoría de la compensación, que establece una relación entre la calidad
del entorno de la vivienda principal y la propensión a disponer de una residencia
secundaria de carácter recreativo, como válvula de escape a la densidad alta, la
falta de oportunidades de ocio y elementos de calidad en el contexto inmediato;
ii) la búsqueda de distinción social, al demostrar que se pertenece socialmente
a una élite capaz de poseer y mantener más de un espacio residencial; iii) como
instrumento de inversión y generación de plusvalía económica; iv) como
herramienta de incentivo fiscal, ya que en muchos lugares, el pago de hipotecas
a la propiedad raíz es deducible de impuestos; v) como parte de una cultura
recreativa y lúdica, vinculada a la disponibilidad de mayor tiempo libre, mejoras
en los sistemas de comunicación y transporte, así como imaginarios culturales
de desplazamientos constantes.
En Europa, el origen de la vivienda secundaria se remonta a las casas que las
clases opulentas de los pueblos griego y romano construían en el campo para
huir de los problemas de la ciudad. Hasta el siglo XIX, la aristocracia fue la
132
única capaz de mantener dos viviendas, situación que se fue modificando con la
factibilidad de acceso a la vivienda masiva. En 1999, en Francia la proporción
de viviendas secundarias era del 9.2% de su inventario residencial, en Holanda
de menos del 5%, mientras que en Inglaterra y Alemania, menos del 1% se
disponía de una residencia secundaria.
En el caso español, la expansión de la vivienda secundaria ocurre más tarde
que en los países europeos, sin embargo ha tenido un crecimiento sostenido,
equivaliendo en el año 2001 el 16% del total de viviendas familiares (López
Colás, Módenes y Yepes, 2007). Destacan las diferencias regionales en los
factores que influyen en la propensión individual para disponer de una vivienda
secundaria, donde las comunidades autónomas de Valencia, Madrid, País
Vasco y Cataluña encabezan esta dinámica, coincidiendo con el mayor
desarrollo económico e importancia de la industria turística en estas regiones.
En Estados Unidos, la oferta de vivienda secundaria ha tenido un aumento
sostenido, ya que de acuerdo con la Asociación Nacional de Desarrolladores ,
en 2006 se edificaron 1.07 millones de unidades en este segmento, con un
precio promedio de 195,000 dólares por espacio. En cuanto a la localización,
destacan los destinos que ofrecen clima adecuado, opciones de esparcimiento
y ocio, centros de consumo, etc., destacando el estado de Florida, Lake Tahoe,
Vail y los suburbios de grandes ciudades18.
Considerando la localización geográfica de la vivienda secundaria proponemos
tres categorías de análisis: a) vivienda secundaria urbana; b) vivienda
secundaria rural; c) vivienda secundaria de litoral. Para efectos del presente
trabajo abundaremos en la última modalidad, procurando evitar la confusión
conceptual entre residencias secundarias y alojamientos turísticos extra-
18
Datos tomados del artículo America´s Top Second-Home Spots, disponible en World Wide Web:
http://www.forbes.com/2008/04/02/home-property-vacation-forbeslife-cx_ls_0402realestate.html
(consultado el 9 febrero 2009).
133
hoteleros, ya sean fijos o móviles tales como tiendas de campaña, caravanas
fijas, cabañas auto-construidas, bungalows, tráiler parks, etc.
2.4.2.- LA VIVIENDA SECUNDARIA DE LITORAL.
El litoral costero presenta cualidades paisajísticas que lo hacen particularmente
atractivo para la industria turística y por ello, este espacio se relaciona con el
crecimiento del sector desde el siglo XVIII. A medida que el turismo masivo
cobró mayor relevancia, la modalidad de alojamiento hotelero se constituyó en
la forma más recurrente de hospedaje para los turistas, sin embargo, en
tiempos recientes, se consolidan nuevas formas de alojamiento residencial en la
ciudad de litoral como la emergencia de la vivienda secundaria, elemento clave
en la comprensión del turismo residencial.
La relevancia del estudio de la vivienda secundaria de litoral forma parte de un
fenómeno residencial de gran peso en esta clasificación de albergue. Dentro de
las particularidades principales mencionamos: 1) la juventud de las
edificaciones, de manera que muchas de las residencias son de reciente
construcción; 2) la intensidad en la edificación de unidades, las cuales superan
significativamente las densidades de la planta hotelera; 3) los importantes
impactos socio-espaciales que este modelo implica en los destinos de acogida;
4) el incremento de la división social del espacio, principalmente en el espacio
turístico, con la conformación de enclaves separados física y socialmente de la
estructura urbana; 5) expresiones arquitectónicas novedosas que suelen no
respetar ni tomar en consideración el contexto urbano circundante.
Así, la edificación de vivienda secundaria litoral es una tendencia mundial que
se expresa en la transacción de propiedades, fenómeno que ha tenido un fuerte
crecimiento en los destinos turísticos. En la mayoría de los casos, los
adquirientes de estas unidades son personas con edad superior a los cincuenta
años y que están retiradas de sus actividades laborales. Esta dinámica de
134
movilidad residencial trasciende las barreras nacionales y se caracteriza por la
estacionalidad de la estancia, al no ser de tiempo completo.
2.4.3.- LA VIVIENDA SECUNDARIA DE LITORAL EN MÉXICO.
En México, el fenómeno de la vivienda secundaria ha sido parcialmente
inexplorado, a pesar del auge en los últimos años; en el año 2007 se vendieron
unas 50 mil unidades de esta modalidad en destinos turísticos lo que representó
montos de inversión aproximados de 6 mil millones de dólares 19.
El mercado de vivienda de uso temporal en el país se calcula en el orden de
600 mil unidades, equivalente al 3 por ciento del parque habitacional nacional,
cifra relativamente baja si la comparamos con países con una larga tradición en
esta forma de alojamiento como España con 32.2 por ciento de viviendas
secundarias, Portugal con 26.90 por ciento, Grecia con 22.7 por ciento o Italia,
con un 17.7 por ciento (Hiernaux, 2005: 5).
En el caso mexicano, el modelo de turismo dominante favoreció la edificación
de hoteles, particularmente en destinos de litoral. Esta dinámica se ha venido
modificando y aparece nuevo segmentos de alojamiento, destacando la
vivienda secundaria de litoral. Con ello se presenta una transición de un modelo
dominantemente hotelero a uno residencial. Este cambio radical ha estado
orientado por imaginarios de individualidad, tranquilidad y alejamiento de la vida
urbana y se expresa en un modelo de mayor densidad, consumismo y pérdida
del sentido de evasión y descanso.
Para Hiernaux (2005), la vivienda secundaria turística es aquella “por el cual
las personas acuden a un destino o una localidad que no es forzosamente
turística per se, donde tienen la posesión por compra, renta o préstamo de un
inmueble en el cual pernoctan y realizan actividades de ocio y esparcimiento”
(pág. 3). Sin embargo, se presenta cierta dificultad para caracterizar este
19
Datos tomados del periódico “Tribuna de la Bahía” de Puerto Vallarta, 2 de enero de 2008, página 27.
135
segmento debido a la emergencia de nuevos y diferentes tipos de alojamiento,
como los condo-hoteles, apart-hoteles o las unidades de tiempo compartido.
Con ello, se distinguen dos modalidades principales de alojamiento: i) colectivo,
expresado en la planta hotelera; y, ii) privado, representado por la vivienda
secundaria turística. La principal diferencia entre ambas es la prestación de
servicios turísticos complementarios, que en el primer caso se cumplen
(alimentación, recreación, deportes, etc.) y en el segundo se dan de manera
complementaria o reducida.
De acuerdo a la Encuesta Urbana de Turismo Doméstico en Hogares del 2001,
en México, el 39.4 por ciento de las familias tienen capacidad de viajar y de
ellas, el 8.46 por ciento se hospedan en una vivienda secundaria (no
necesariamente en propiedad, pudiendo alojarse con familiares, por ejemplo).
Por su parte, con cifras de la Encuesta de Satisfacción del Turista (2001), se
sabe que el 7% del total de turistas extranjeros que llegan a México se albergan
en una vivienda secundaria (Hiernaux, 2005:5).
La distribución geográfica de la vivienda secundaria está vinculada a la
presencia de grandes concentraciones urbanas, particularmente la ciudad de
México, Guadalajara y Monterrey. Con ello, en poblados como Valle de Bravo,
Malinalco, Tequisquiapan, Chapala, Cuernavaca, San Miguel de Allende, etc. se
localiza una gran cantidad de desarrollos de esta modalidad de alojamiento
semi-permanente.
En cuanto a la vivienda secundaria en destinos turísticos de litoral, estas
unidades se han edificado desde hace muchos años, sin embargo, se tiene un
aumento sostenido de la oferta en el último lustro, principalmente. El fenómeno
coincide en aquellos destinos consolidados de gran escala como Acapulco,
Cancún, Mazatlán y Puerto Vallarta así como en centros en expansión como
Puerto Peñasco, Huatulco o San Carlos.
136
Cuadro 2.1 Oferta hotelera y residencial en destinos de litoral seleccionados.
Destino Oferta Hotelera Oferta Residencial
(unidades)
Proporción
Residencia/total
Acapulco 16,587 40,000 70.7
Cancún y Riviera Maya 49,453 8,199 14.2
Manzanillo 3,861 6,462 62.6
Mazatlán 6,713 468 6.5
Puerto Peñasco 2,000 5,058 71.7
Puerto Vallarta 10,702 15,417 59.0
Fuente: Datos tomados de Hiernaux, 2005
Al analizar la relación entre oferta hotelera y de vivienda secundaria
encontramos casos en los que la oferta de alojamiento permanente en destinos
de litoral es mayor a la hotelera. Como observamos en el cuadro anterior, en
Acapulco se tiene una oferta hotelera de 16,587 habitaciones y una
disponibilidad residencial de 40 mil unidades. En el caso de Puerto Peñasco, se
contabilizan 5,058 unidades de vivienda secundaria contra 2,000 cuartos
hoteleros. En Puerto Vallarta, la distribución es mayoritaria para la vivienda
secundaria con 15,417 unidades contra 10,702 de la planta hotelera.
La tipología de vivienda secundaria es diversa y responde a la complejidad de
la industria turística en México. Una primera clasificación es diferenciar entre
viviendas unifamiliares independientes y unidades plurifamiliares, sobre todo en
condominio. Por razones tradicionales, la vivienda unifamiliar es la modalidad
más popular que prevalece en el país y su edificación es más recurrente,
particularmente en ciudades que no son de litoral. Dentro de esta clasificación
anotamos: a) casa tradicional adaptada como segunda residencia; b) vivienda
tradicional en centros históricos o de valor patrimonial; c) casas nuevas
edificadas por un particular; d) y, casas individuales en fraccionamiento
construidas por un promotor.
137
La edificación de conjuntos plurifamiliares de vivienda secundaria es una
particularidad que ha crecido a nivel mundial. Dentro de las razones que
favorecen esta tipología residencial destacan: 1) el alto costo del suelo urbano
en ciudades turísticas, por lo que se re-densifican los desarrollos con el objetivo
de ofertar precios accesibles y asegurar el retorno de la inversión a los
promotores; 2) la creciente aceptación por residir en conjuntos plurifamiliares,
siendo más fácil proporcionar seguridad, principalmente cuando la unidad se
encuentra desocupada; 3) el abatimiento de costos de los servicios colectivos
proporcionados como mantenimiento, piscina, áreas comunes, etc.; 4) el
manejo de la propiedad puesta en el mercado de renta temporal, debido a que
muchas unidades constituyen una inversión inmobiliaria susceptible de ser
rentada o vendida posteriormente con un margen de plusvalía importante.
En cuanto al perfil de compradores, destaca el alto nivel de ingresos percibidos,
la flexibilidad de tiempo para viajar a diferentes destinos, la edad promedio
superior a los cincuenta años, el origen predominantemente extranjero, la
disponibilidad para re-vender la unidad con el ánimo de obtener una plusvalía
en la transacción, la forma de pago diferida o en crédito, etc.
Otro elemento de análisis es la especialización de la labor de los promotores
inmobiliarios, ya que estos agentes se convierten en gestores del crecimiento
residencial, particularmente de la vivienda turística. Esta tendencia se fortalece
con la modernización del sector de la construcción, que reformulan las labores
de producción y comercialización tradicionales. Otro incentivo lo constituye la
implementación de nuevas políticas de vivienda y apertura al capital privado en
México, que representan el acceso al crédito (fondos de vivienda públicos,
SOFOLES20, fondos de inversión de capital extranjero, etc.) y permiten opciones
como que la vivienda nueva pueda ser adquirida como vivienda secundaria.
20
Las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (SOFOLES) son sociedades anónimas autorizadas por
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con el propósito de captar recursos provenientes de la
colocación de instrumentos inscritos en el Registro Nacional de Valores e Intermediarios para otorgar
138
La implementación del modelo de vivienda secundaria de litoral tiene profundas
implicaciones sociales y territoriales en la geografía del turismo, dentro de las
que podemos señalar: i) aumento de la segregación residencial en el espacio
turístico; ii) dualización del espacio intra-urbano; iii) abandono parcial de
unidades que cuentan con localización privilegiada y disponen de todos los
servicios, al utilizarse en promedio 40 días al año21; iv) incremento de
percepción de desigualdad en las comunidades de acogida; v) incremento de la
especulación inmobiliaria, reduciendo la posibilidad de los residentes locales
para acceder a una vivienda por el incremento de costos; vi) fuertes presiones a
los gobiernos locales, los que se ven forzados a desarrollar infraestructura y
servicios para satisfacer las necesidades de crecimiento; vii) tendencia a la
homogeneización arquitectónica y pérdida de identidad en la imagen urbana
local; viii) incremento de fragmentación urbana y dispersión territorial; y, ix)
reconversión del modelo hotelero a residencial, afectando en algunas ocasiones
a las empresas hoteleras, particularmente pequeñas, entre otras.
La modificación que implica el modelo de vivienda secundaria de litoral obedece
a un imaginario colectivo asociado al descanso, al retorno a la naturaleza, al
reencuentro con la familia y los amigos y al abandono del stress urbano. Esta
modalidad habitacional se fortaleció con la disponibilidad de créditos a escala
mundial y el mejoramiento en los sistemas de transporte, en especial la
industria de aviación y de las tecnologías de la información.
créditos a determinada actividad o sector: consumo, crédito automotriz, educación, servicios financieros e
hipotecarias, entre otras. Datos tomados de World Wide Web:
http://estadistica.conafovi.gob.mx/simula5/glosario.php#sociedad-financiera-de-objeto-limitado
(consultado el 11 de febrero 2009).
21 El dato sobre la estancia promedio de propietarios de vivienda secundaria turística de 40 días al año fue
proporcionada por el secretario de Turismo de Jalisco, señor Aurelio López Rocha, en entrevista con el
periódico Vallarta Opina de Puerto Vallarta en su edición de17 de junio 2008, página 3.
139
A partir de la ruptura de la burbuja inmobiliaria, tras la crisis hipotecaria sub-
prime en los Estados Unidos, el mercado de vivienda secundaria de litoral
entrará en una nueva etapa cuya dinámica y conclusión se revelará en el futuro
próximo. Por ejemplo, para inicios del año 2008, las ventas en unidades de esta
categoría habían disminuido en 15% y los compradores extranjeros
(particularmente norteamericanos) detuvieron la compra de residencias y
departamentos en Los Cabos, Cancún, Playa del Carmen y Puerto Vallarta,
debido al efecto sub-prime22, a los efectos de la desaceleración económica
mundial entre otros factores.
2.4.4.- LA VIVIENDA SECUNDARIA EN PUERTO VALLARTA.
En Puerto Vallarta se presenta la edificación de conjuntos de vivienda
secundaria desde las primeras etapas de consolidación del destino. Entre 1950
y 1970, las residencias de este tipo se localizaban en las cercanías del Fundo
Legal (Centro) como la colonia Gringo Gulch y Emiliano Zapata, destacando las
edificaciones proyectadas por Freddy Romero, Guillermo Wulff, Luis Álvarez o
José Díaz Escalera, la cuales incorporaban elementos arquitectónicos
armónicos con el estilo del caserío existente y respetuosas de los valores
imperantes (Baños, 2008).
Tras el establecimiento del Fideicomiso Puerto Vallarta en la década de 1970,
comenzó el proceso de ocupación de la Zona Hotelera Norte y Conchas Chinas,
espacios que albergarían desarrollos de vivienda secundaria como Los Tules y
8 Cascadas. Para 1980, aumenta la demanda de bienes raíces en la ciudad,
desarrollándose condominios de gran tamaño, particularmente en la playa de
Los Muertos. Con la urbanización de Marina Vallarta se fortalece y consolida el
modelo de construcción masiva de unidades de uso temporal, al consignarse en
el Plan Maestro de este conjunto, el uso residencial turístico y de condominios
en grandes extensiones del territorio.
22
Datos tomados del periódico Tribuna de la Bahía de Puerto Vallarta, 2 enero 2008, página 27.
140
En el periodo comprendido entre 1990 y el año 2000, la actividad inmobiliaria en
Puerto Vallarta resintió los efectos de la crisis económica en México desatada
en 1994. La dinámica de crecimiento resurgiría a partir del siglo XXI, con la
implementación de la burbuja inmobiliaria, que favoreció el repunte del destino
en el mercado inmobiliario nacional, constituyéndose en el líder y principal
destino de inversión de vivienda secundaria en ciudades de litoral en México,
gracias a la construcción de unas 9 mil unidades condominiales lo que significa
ventas mensuales promedio de 258 departamentos23.
Para el año 2007, se reportaba un crecimiento anual del 5 por ciento en el
mercado de vivienda secundaria turística en Puerto Vallarta, mientras que la
demanda de créditos para adquirir bienes inmuebles se disparaba al 40 por
ciento. Además, la ciudad atravesaba por uno de sus mejores momentos en el
sector de la industria inmobiliaria nacional al registrarse al menos siete grandes
desarrollos localizados en Marina Vallarta y la Zona Hotelera Norte (Grand
Venetian, Punta Península, Nima Bay, Icon, Deck 12 y Tres Mares).
El boom inmobiliario era tal, que el desarrollo Icon Vallarta vendió 130
departamentos en tres días, representando operaciones con valor de 70
millones de dólares americanos24. De acuerdo a expertos en el sector
inmobiliario, se edificaban 147 proyectos residenciales turísticos en ese año25 y
en la región de la Bahía de Banderas se concentraba el 30 por ciento de las
ventas de residencias turísticas26 significando el negocio de bienes raíces un
mercado de mil millones de dólares norteamericanos27.
23
Nota aparecida en el periódico Vallarta Opina, martes 28 agosto 2007, página principal y 3. 24
Datos tomados del periódico Vallarta Opina, lunes 9 julio 2007, página principal y 3. 25
Nota aparecida en el periódico Vallarta Opina, jueves 13 septiembre 2007, página 5. 26
De acuerdo a la nota aparecida en el periódico Vallarta Opina, martes 29 abril 2008, página 3. 27
De acuerdo a lo señalado por Tere Kimball, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales
Inmobiliarios de Bahía de Banderas (AMPI) al periódico Vallarta Opina, viernes 9 mayo 2008, página 3.
141
El crecimiento explosivo de la vivienda secundaria en Puerto Vallarta ha
motivado el inicio de una etapa de desarrollo turístico nueva, que representa
una ruptura con el modelo hotelero, predominante hasta los albores del siglo
XXI. Un dato que confirma esta reconfiguración turística es que el número de
condominios alcanzó al número de cuartos de hotel en 2008, en medio de una
caída del 8 por ciento en la ocupación promedio en el sector hotelero.28
En el año 2000, el mercado de los bienes raíces en Puerto Vallarta apenas
superaba los 50 millones de dólares en ventas y rara vez se vendía una
propiedad en más de 1 millón de dólares norteamericanos. Para el año 2004 se
invirtieron en Puerto Vallarta cerca de 400 millones de dólares americanos en
bienes raíces, particularmente en desarrollos adquiridos mayoritariamente por
extranjeros en el segmento de vivienda secundaria. En 2005, el valor del
mercado se incrementó a 550 millones de dólares americanos y en 2006 los
flujos de inversión fueron similares29.
A pesar del boom inmobiliario, los precios eran accesibles para los
compradores; en el año 2003, el condominio promedio costaba $ 196,000
dólares norteamericanos y para el 2007 se había elevado a $ 351,000 dólares.
Para las casas, el aumento ha sido mayor: en el 2003, la casa promedio fue
comprada en $ 256,000 dólares y en el 2007 el precio había aumentado a $
693,000 dólares norteamericanos30.
En cuanto al perfil de los compradores, la mayoría son extranjeros
(principalmente norteamericanos), quienes adquieren propiedades alentados
por: a) estabilidad macroeconómica en México; b) cercanía física con Estados
Unidos, el mayor mercado mundial en este segmento; c) jubilación de la
28
Dato tomado del periódico Vallarta Opina de Puerto Vallarta, martes 17 junio 2008. 29
Datos tomados de Vallarta Real Estate Guide, año 07, número 9, septiembre 2007, publicada por
Vallarta Lifestyles Publishing Group. 30
De acuerdo a Multi-List Vallarta, citados en la página 24 de “Vallarta Real Estate Guide”, año 08,
número 4, abril 2008, publicada por Vallarta Lifestyles Publishing Group.
142
generación de baby boomers, las personas norteamericanas nacidas después
de la Segunda Guerra Mundial, con alto poder adquisitivo; d) accesible precio
de las viviendas, menor a destinos como Hawai, Dubai, Florida o California; e)
la certeza jurídica de los fideicomisos, como figura para la propiedad de
extranjeros en México, así como por los seguros de propiedad –title insurance-;
f) la oferta de productos de calidad, tanto arquitectónica como
constructivamente; g) el medio ambiente natural privilegiado y atractivo de la
región; h) la hospitalidad del mexicano.
La localización de los principales conjuntos de vivienda secundaria en Puerto
Vallarta se da en el espacio turístico, una franja que se desarrolla de manera
lineal al litoral costero desde la desembocadura del rio Ameca hasta Boca de
Tomatlán, en una extensión aproximada de 25 kilómetros y una extensión
cercana a las 750 hectáreas. Dos unidades de paisaje son las principales
receptoras de estos desarrollos: i) el espacio litoral; y ii) el espacio de montaña.
En el primer espacio destacan las colonias Marina Vallarta, Zona Hotelera
Norte, Emiliano Zapata y Zona Hotelera Sur como las zonas destinatarias,
mientras que en el segundo espacio resaltan Altavista, Amapas y Conchas
Chinas. También se presentan edificaciones residenciales turísticas en otras
zonas, incluyendo colonias de baja y mediana renta como las colonias Agua
Azul, El Caloso y El Remance, en medio de procesos de gentrificación alentado
por la escasez de terrenos en la zona turística.
La tipología de vivienda secundaria comprende un amplio repertorio, producto
de la evolución del sistema urbano y de la maduración del negocio inmobiliario
local. Dentro de las principales tipologías, destacan: 1) enclaves cerrados de
baja densidad; 2) departamentos de baja densidad con frente de playa; 3) torres
de departamentos verticales con frente de playa; 4) departamentos con frente a
Marina; 5) departamentos de lujo en zona de montaña; 6) departamentos de lujo
en la zona turística; y 7) departamentos en zonas de media y baja renta. En las
modalidades descritas se presentan una tendencia a la privatización del espacio
143
urbano y a la fragmentación del territorio, resultando en una exclusión social y
formas renovadas de segregación residencial.
La rapidez en la implementación del modelo de vivienda secundaria turística en
Puerto Vallarta ha tenido implicaciones socio-espaciales relevantes. Algunos
impactos sociales advertidos son: a) incremento en la percepción de
desigualdad por parte de la población residente en relación con la ocupación
territorial por parte de los residentes temporales; b) fallas institucionales de los
organismos responsables de la planeación urbana, al violentar la normatividad
urbana, alterando al alza los coeficientes edificatorios, en prácticas destinadas a
favorecer a los desarrolladores inmobiliarios y adquirientes; c) movilizaciones
ciudadanas ante abusos de autoridades y desarrolladores, promoviéndose
juicios de nulidad administrativa contra licencias de construcción violatorias a
las normas urbanas, así como actuaciones de menor escala de residentes de
algunos barrios afectados.
Dentro de los principales efectos espaciales se reconoce: i) fragmentación
urbana y tendencia a la privatización del espacio público; ii) incremento en la
verticalidad de los desarrollos; iii) aumento en la densidad de los
emprendimientos; iv) ampliación en la superficie total edificado de las unidades
de vivienda secundaria, misma que supera el monto total construido de la planta
hotelera, y v) uso intensivo del suelo, en procesos de ubicuidad territorial,
urbanizando todo el territorio, inclusive en zonas no aptas al asentamiento
como las zonas susceptibles a riesgos.
Sin embargo, el modelo de vivienda secundaria en Puerto Vallarta ha dejando
de crecer a partir del 2008, iniciando una disminución en las ventas cercano al
15 por ciento del volumen operado en relación con el año anterior31.. El fin de la
burbuja inmobiliaria global y de la enorme disponibilidad de crédito mundial ha
31
Como se lee en la primera página del periódico Tribuna de la Bahía de Puerto Vallarta, 2 enero 2008.
144
impactado ya en el destino vallartense. El modelo de turismo residencial local
parece haber llegado a su fin o al menos se encuentra en un proceso de
recomposición cuyo epílogo está aún por develarse.
2.5.- MODELOS TURÍSTICOS EN PUERTO VALLARTA.
A lo largo de su evolución como ciudad turística, Puerto Vallarta ha pasado por
diferentes etapas que coinciden con el ciclo de vida de un destino. Los primeros
visitantes provenían de poblaciones aledañas, encontrando atractivo el litoral y
el entorno natural de la Bahía de Banderas (Munguía, 1997). Con el paso de los
años, la actividad turística se fue profesionalizando, los servicios de transporte
se volvieron más eficientes y aumentó el número de turistas en la localidad.
La mejora continua en la planta hotelera así como la promoción a nivel
internacional perfilaron a Vallarta como un destino turístico exclusivo en la
década de 1970, hasta que, víctima de su propio éxito, la actividad se masificó
impulsado por la construcción de grandes hoteles de cadena y el incremento de
la infraestructura de soporte. En los inicios del siglo XXI, el destino se enfrenta a
una modificación en el modelo turístico debido a la adopción del turismo
residencial mediante la masiva edificación de vivienda secundaria en detrimento
de la hotelería tradicional.
El proceso de consolidación turística en Puerto Vallarta se desarrolló en
diferentes etapas, de las cuales identificamos cinco grandes momentos:
2.5.1.- MODELO EXCLUSIVO, 1940-1970.
El primer antecedente de establecimiento de hospedaje formal en Puerto
Vallarta corresponde al hotel Gutiérrez, cuyo dueño era don Manuel Gutiérrez y
su esposa Rosa, quien atendía el comedor. Según Andrade (2006) “a este
hotel llegaban los dueños de las corridas de Compostela; también llegaban
personas de Mascota, Talpa, San Sebastián y Guadalajara (pág. 18). El edificio
se localizaba en la calle Morelos esquina con Galeana; posteriormente en 1955
145
cambiaría su nombre por hotel Océano, espacio que se convertiría en el centro
de reunión de la comunidad vallartense y de turistas.
En 1948 se inaugura el hotel Rosita, el primer establecimiento con las funciones
y requerimientos al servicio de los visitantes foráneos; el promotor y propietario
fue don Salvador González Gutiérrez, quién había comprado un solar en la
esquina de la avenida México y la calle 31 de octubre, aledaño a la playa y
enfrente de la gasolinera propiedad de don Salvador Solórzano. El inmueble se
fue construyendo en etapas y en su ejecución se utilizaron sistemas
constructivos innovadores en su tiempo como el colado en concreto armado
(columnas, vigas y losas), la utilización de herrería estructural y el empleo de
celosías industrializadas, etc.
El estilo arquitectónico del hotel Rosita se inspira en el funcionalismo, cuya
influencia se remite a la arquitectura en boga en esa época a nivel mundial y
nacional y que utilizaba como formas de expresión vanos con forma horizontal,
balcones volados hacia las banquetas, cubiertas planas, bajantes de aguas
pluviales canalizadas e incremento en el número de niveles.
Imagen 2.1 Hotel Rosita en sus inicios
Fuente: La Magia de Puerto Vallarta de Marilú Suárez-Murias, ed. Mardeki (1995).
146
En 1949, se edifica el hotel Paraíso, cercano a la Plaza principal, en la esquina
de la calle Morelos y Zaragoza, propiedad de don Antonio Güereña. Las
habitaciones ya disponían de baño completo en cada habitación, servicio de
restaurante y de bar, con un generador eléctrico y con una caldera para que no
faltara agua caliente. El proyecto y la construcción estuvieron a cargo del
ingeniero Rafael Flores, quien tenía poco tiempo de vivir en Vallarta (Munguía,
1997:172). El edificio presenta 5 niveles, destacando la planta baja, cuyo
mezzanine es de doble altura; en su momento fue la estructura más alta de la
ciudad (exceptuando a la Iglesia de Guadalupe) y se presentó como un
elemento discordante por su arquitectura funcionalista que parece fuera de
contexto en relación a las fincas tradicionales de arquitectura serrana.
Imagen 2.2 Hotel Paraíso en sus inicios visto desde el Malecón
Fuente: Revista Vallarta Lifestyles.
Al respecto, Munguía (1997) comenta que “en el centro de la población algunos
tejados cedieron su lugar a las azoteas. Los balcones, con sus barandillas de
fierro vaciado que apenas asomaban en las fachadas, se convirtieron en
147
balcones de ladrillo y en marquesinas sobre el ancho de las aceras. Las puertas
y ventanas de madera se hicieron de herrería. La arquitectura de la ciudad se
importó a Vallarta en forma de una modesta copia” (pág. 179).
Posteriormente abrirían sus puertas el hotel Central y el hotel Chulavista,
ambos en la calle Juárez para completar la incipiente oferta de alojamiento en el
puerto. Si bien estos primeros hoteles no eran lujosos, eran cómodos y limpios,
suficientes para satisfacer la demanda de los viajeros, quienes recibían una
atención más amable y personalizada.
Para 1950, comenzaron a arribar turistas de manera regular gracias a los
avances en los sistemas de transporte, el mejoramiento en la infraestructura
local y la puesta en valor de atractivos locales. Con ello se inició el
asentamiento parcial o definitivo de extranjeros, en su mayoría pensionados
norteamericanos; algunos rentaban casas modestas en el Fundo Legal (Centro)
y otros se fueron estableciendo como residentes, construyendo sus villas a lo
largo de la ribera norte del río Cuale, desarrollando con el tiempo la colonia
Gringo Gulch (Munguía, 1997).
Se incorporan a la escena arquitectónica autores venidos de otras latitudes y no
solamente constructores locales como venía sucediendo. Una aportación fue la
recuperación de la tradición arquitectónica local, de pueblo serrano, pero
incorporando materiales y sistemas constructivos contemporáneos, en una
mezcla afortunada entre tradición y modernidad.
Destaca, en este periodo la obra de Fernando Romero Escalante, quien habría
de ser el artífice de una nueva etapa en la arquitectura vallartense. Freddy
Romero, no era arquitecto de profesión pero tenía una sensibilidad artística
refinada, producto de su experiencia cosmopolita; al llegar a Puerto Vallarta
quedó maravillado con la belleza de la región y comenzó la edificación de
casas, combinando su experiencia y talento con los valores constructivos
148
locales, generando una nueva postura en la manera de concebir la vivienda
vallartense. Su acción es doblemente importante, ya que aporta y reincorpora a
la arquitectura popular, que para entonces estaba relegada por la edificación de
edificios funcionalistas.
Imagen 2.3 Conjunto Las Campanas
Fuente: propia, tomada en 1997.
Una obra relevante de Freddy Romero fue el conjunto de bungalows llamados
Las Campanas, localizado en la calle Matamoros y Miramar, en una localización
privilegiada para observar el mar y el paisaje circundante. Este desarrollo fue
habitado por residentes extranjeros que pasaban algunas temporadas en
Puerto Vallarta. La arquitectura del sitio incorpora arcos de ladrillo, empleo de
azulejos, cubiertas de teja tradicional, botellones en los muros, etc.
A partir de la experiencia constructiva de Freddy Romero, nuevos constructores
como Luis Favela, Guillermo Wulff y José Díaz Escalera, retoman estos
elementos formales y los transforman de acuerdo con su particular forma de
proyectar, pero sin abandonar la influencia que Romero les dejara. Así, se
incorporan nuevos elementos constructivos como cúpulas, arcos de medio
punto y punto buscado, muros de ladrillo aparente, etc., mismos que serían muy
149
utilizados en estilos arquitectónicos posteriores y que formarían parte del legado
arquitectónico vallartense (Baños, 2008).
Con el correr del tiempo el número de hoteles que operaban en el pueblo se
incrementó con la apertura de la Posada de la Selva, el Marsol y Playa de Oro
(Munguía, 1997:193). En 1964 se inaugura el hotel Posada Vallarta, primer
establecimiento hotelero destinado a una clientela exclusiva y considerado
como el parte-aguas en la historia de la industria hotelera en Puerto Vallarta y
en la región. El conjunto fue promovido por los señores Suña Gershenson y
José Steider, proyectado por el arquitecto Francisco Artigas y construido por
José Díaz Escalera. La extensión del terreno suma 16 hectáreas
estableciéndose en parte de una fracción de la ex-hacienda del Coapinole.
La edificación se realizó en etapas: la primera constaba de un edificio de tres
niveles con 142 habitaciones así como 3 restaurantes; la segunda realizada en
1968 incluía 108 villas con 36 albercas y dos canchas de tenis (proyectadas por
el arquitecto Luis Álvarez); la tercera, consistente en el centro comercial, así
como la recepción, zona de reservaciones, oficinas administrativas y un salón
para grupos y convenciones; la cuarta incluyó el edificio Air France con 18
habitaciones, cuya apertura en 1974 fue para albergar a la tripulación de esa
aerolínea en sus viajes a Vallarta; la quinta, realizada en 1979 incluyó la
operación de cuatro edificios de condominios con 9 suites de 147 metros
cuadrados cada una y 90 habitaciones hoteleras, albercas y restaurante-bar; la
sexta, edificada en 1981, incluyó restaurantes, plaza de toros, tres salones de
juntas y el Salón Jalisco con capacidad para 1,200 asistentes. En su tiempo de
mayor actividad, el hotel Posada Vallarta contaba con 520 habitaciones y
empleaba unos 600 trabajadores (Gómez Encarnación, 2008:183-190).
El estilo del hotel incorporó elementos de la arquitectura tradicional vallartense,
pero adaptada a los nuevos usos funcionales y simbólicos, para transmitir la
sensación de estar en un pueblito típicamente mexicano. De esta manera, se
150
emplearon cúpulas, arcos de ladrillo aparente, cubiertas con teja de barrio
tradicional, etc. Otro elemento distintivo fue la horizontalidad del conjunto, con
edificios que no sobrepasaban los cuatro niveles, con la intención de adecuarse
al contexto natural existente.
Otra aportación relevante del hotel Posada Vallarta a la industria turística local
fue la formación de recursos humanos vallartenses, muchos de los cuales se
formaron en escuelas de turismo en el extranjero y quienes regresaron más
preparados para trabajar en el hotel. También destacó por ser el lugar de
lanzamiento del famoso cantante Víctor Iturbe, mejor conocido como El Pirulí
(Gómez Encarnación, 2008:189).
En diciembre de 1969 abre sus puertas el hotel Camino Real, localizado en la
playa Las Estacas en el sur de Puerto Vallarta, siendo el primer hotel manejado
a nivel cadena en la localidad, con una visión de negocios y gestión empresarial
como la utilización de manuales de operación para cada puesto (Gómez
Encarnación, 2008:191-192).
Imagen 2.4 Vista del hotel Camino Real, hoy Dreams
Fuente: propia, tomada en 2008.
151
La arquitectura del Camino Real fue innovadora en su momento, con un edificio
principal de planta semicircular, que incorporaba elementos locales
adaptándose a las condiciones del contexto, particularmente conservando una
privacidad en el conjunto debido a las condiciones topográficas. La nota
discordante la daría, sin embargo, la altura de las torres al edificarse 12 niveles,
los cuales obstruyen la panorámica del litoral en la carretera federal no. 200.
De acuerdo a Munguía (1997), “el crecimiento en los dos últimos años de los
sesenta fue vertiginoso. En 1968 la población urbana era de 17,740 habitantes,
la oferta de los hoteles era de 749 cuartos y el número de turistas que arribaron
fue de 55,451” (pág. 198). Destaca en este periodo que los visitantes eran de
alta capacidad económica y que el destino era muy exclusivo, a pesar de las
dificultades para acceder al puerto, principalmente por la poca frecuencia de
vuelos comerciales. De esta manera, estaban dadas las condiciones para el
despegue en la actividad turística masiva en Puerto Vallarta.
2.5.2.- MASIFICACIÓN TEMPRANA, 1971-1980.
En esta etapa, desarrollada entre 1971 hasta 1980, se dan los primero pasos
para la masificación de la actividad turística en Puerto Vallarta, amparado en el
modelo de sol y playa, respaldados por la puesta en operación de hoteles de
cadena, así como por la actuación de líneas aéreas, tour-operadores y otros.
A partir de 1970, llegan a Puerto Vallarta fuertes inversiones en la industria
hotelera, las cuales se localizan principalmente en la Zona Hotelera Norte,
gracias a la disponibilidad de terrenos por las obras de urbanización
desarrolladas por el Fideicomiso Puerto Vallarta. A diferencia de otros destinos
turísticos que le otorgan un valor relevante a la vivencia colectiva del espacio
turístico, en el caso vallartense el modelo implementado promovió que los
hoteles se instalaran a borde del litoral, por lo que la estructuración del espacio
urbano favoreció la exclusión de la población local en relación con el acceso a
la playa. En 1973 había en la ciudad 59 hoteles y moteles con 1,760
152
habitaciones, que representaban 14% del total disponible en el estado
(Munguía, 1997:199).
En 1975 se construye el hotel Las Palmas, cercano a la vena de Los Tules y un
año después se edifica el hotel Plaza Las Glorias en la zona conocida con el
mismo nombre. Ambos emprendimientos eran de media densidad, con una
altura máxima de 6 niveles por lo que se integraban adecuadamente con el
contexto natural (Gómez Encarnación, 2008:192). En 1979 se construye el hotel
Fiesta Americana, edificio que toma en cuenta aspectos formales de la
arquitectura serrana tradicional y que, sin embargo, marcó un precedente por
sus dimensiones, los diez niveles de altura y que fue pintado enteramente de
color ocre, diferente a la tonalidad blanca, tradicional en la arquitectura local.
Para entonces, el Holiday Inn hacia acto de presencia en su primera etapa
mientras que en la playa de Los Muertos hoteles como el Delfín, Tropicana y
Eloísa ya operaban de manera regular. En la oferta extra-hotelera destaca la
edificación de Los Tules en la zona norte, La Siesta y Puesta del Sol en el
Fundo Legal, Ocho Cascadas en Conchas Chinas, mientras que las cuatro
torres de Las Gemelas y las villas Palo María completaban el cuadro.
Imagen 2.5 Vista del hotel Fiesta Americana
Fuente: propia, tomada en 2007.
153
Para 1975 se contaba con 2,687 habitaciones hoteleras, mismas que en 1980
registraban 4,590. El crecimiento de los cuartos en el periodo fue de 1,903
unidades de alojamiento temporal, destacando que en los dos últimos años se
dio el mayor incremento al contabilizar 1,267 unidades.
Cuadro 2.2 Oferta hotelera en Puerto Vallarta (1975-1980)
Año Número de
habitaciones
Incremento
Neto
1975 2,687 --
1976 2,974 287
1977 3,099 125
1978 3,323 224
1979 3,976 653
1980 4,590 614
Fuente: Gómez Encarnación (2008); César y Arnaiz (2006b).
La urbanización de Conchas Chinas por parte del Fideicomiso Puerto Vallarta,
favoreció la construcción de viviendas exclusivas como Quinta Laura, donde se
hospedaría el presidente Nixon en su visita al puerto en 1970, o Casa
Guillermo, Casa Conchas Chinas, Casa Pedro y otras.
Imagen 2.6 Vista de Ocho Cascadas
Fuente: Edward Giddings architecture.
154
Estas residencias fueron adquiridas principalmente por extranjeros quienes las
utilizaban de manera temporal, con lo que asistimos a las primeras
manifestaciones de segregación socio-espacial en Vallarta. Uno de los primeros
constructores en esta zona fue Edward Giddings, arquitecto californiano, quien
utilizara un lenguaje personal que supo ser, al mismo tiempo, extranjero y
profundamente vallartense.
La puesta en operación del aeropuerto y la demanda por visitar el destino,
permitió aumentar las frecuencias de vuelos de las compañías existentes y la
llegada de nuevas aerolíneas, particularmente extranjeras. Así, se logró una
comunicación constante con las principales ciudades de México, Estados
Unidos, Canadá y hasta Europa, con el vuelo que operaba Air France entre
París y Puerto Vallarta, con escala en Nueva York (Munguía, 1997:200-201).
Cuadro 2.3 Visitantes en Puerto Vallarta (1975-1980)
Año Número de
visitantes
Incremento
Neto
1975 278,200 --
1976 294,000 15,800
1977 315,100 21,100
1978 353,700 38,600
1979 426,100 72,400
1980 456,600 30,500
Fuente: Gómez Encarnación (2008).
En cuanto al número de turistas que llegaron a Puerto Vallarta, en 1975 lo
visitaron 278,200 turistas y al fin de la década lo hicieron 456,600 equivalente a
un crecimiento cercano al doble en un lustro.
Un elemento interesante en el despegue y masificación temprana de Puerto
Vallarta fue el clima de unión y solidaridad entre la comunidad de prestadores
turísticos. De acuerdo a don Juan José Loredo León (entrevistado por Gómez
Encarnación, 2008:184-186), si alguno de los hoteles o restaurantes de la
155
localidad tenía carencia de algún producto o dificultades de otro tipo, recibía el
apoyo para solucionar los problemas cotidianos de la operación turística. Esa
falta de egoísmo también se aplicaba en la sobre-ventas de cuartos hoteleros,
compartiendo huéspedes entre los principales hoteles de la localidad. Esta
interacción turística era viable por la dimensión del mercado turístico, aún de
dimensiones reducidas.
2.5.3.- MASIFICACIÓN EN EXPANSIÓN, 1981-1990.
El proceso de masificación turística en expansión se desarrolla entre los años
1981 y 1990; en este periodo se presenta el mayor crecimiento proporcional en
Puerto Vallarta, tanto en materia turística, urbana y poblacional. La
consolidación del modelo de sol y playa aunado a las ventajas económicas para
el turismo extranjero tras la devaluación del peso en 1982, y el mejoramiento de
atractivos, planta turística y facilidades en los sistemas de transporte,
permitieron que en el año 1983 se registrara una bonanza nunca antes vista.
La oferta hotelera pasó de 4,783 a 8,805 habitaciones en el periodo, lo cual
representa un aumento de casi el doble de la capacidad de hospedaje en una
década, equivalente a un promedio de 402 unidades por año.
Cuadro 2.4 Oferta hotelera en Puerto Vallarta (1981-1990)
Año Número de
habitaciones
Incremento
Neto
1981 4,783 --
1982 5,595 812
1983 5,706 111
1984 6,224 518
1985 6,517 293
1986 6,804 287
1987 6,985 181
1988 7,035 50
1989 7,217 182
1990 8,805 1,588
Fuente: Gómez Encarnación (2008); César y Arnaiz (2006b).
156
Un dato interesante es el fuerte incremento de 1,588 cuartos entre 1989 y 1990;
ello se debe principalmente a la construcción de cuatro nuevos hoteles (Westin
Regina, Marriot Casa Magna, Vidafel y Meliá) en el desarrollo Marina Vallarta.
Esta dinámica atípica no volvería a presentarse en el destino.
En 1980 se inaugura el hotel Buganvilias Sheraton en una porción de terreno de
casi 6 hectáreas, promovido por el empresario Abelardo García Arce y otros
inversionistas; el conjunto se ubica en la porción sur de la Zona Hotelera Norte
cercano a la colonia 5 de diciembre, donde se localizaba el Lienzo Charro. Para
1982 se edifica el hotel Buenaventura, localizado en la entrada a Puerto
Vallarta, complejo impulsado por los ingenieros Godofredo Núñez y Abel Villa
(Gómez Encarnación, 2008:192).
La edificación del complejo Marina Vallarta iniciada a mediados de la década
fue un proyecto detonador que vino a replantear la práctica urbanística y
arquitectónica local. El Plan Maestro fue realizado bajo la normativa de la Ley
de Estatal de Fraccionamientos entonces vigente. El conjunto consideraba una
diversidad de usos como hotelero, residencial turístico, residencial permanente,
equipamientos (escolares, clubes deportivos), comercial, condominal, campo de
golf, marina para veleros recreativos, dársena, servicios y otros. La escala e
importancia de este conjunto cambiaría la escala urbana y turística del destino,
al tiempo que comienzan a sentirse signos de saturación en Puerto Vallarta.
En julio de 1985 se realiza la venta del Posada Vallarta a la escritora Yolanda
Vargas Dulché y su esposo don Guillermo de la Parra, quienes cambian el
nombre original por el de Krystal Vallarta. Cabe mencionar que el dueño
original, don Suña Gershenson, quería que si algún día se vendía su hotel,
fuera adquirido por una persona física o moral mexicana (Gómez Encarnación,
2008:186-187). Contra su voluntad, años después sería adquirido por la cadena
española de hoteles NH. Para 1987 se da la apertura del hotel Qualton en la
Zona Hotelera Norte, desarrollado por el empresario Arcadio Valenzuela.
157
En cuanto a la edificación de oferta extra-hotelera, se presentan principalmente
en la modalidad de departamentos. En 1988 se tienen registrados 3,386
unidades y para 1990 se contabilizan 5,295 destacando un incremento neto de
1,909 unidades en solamente dos años. Este fuerte incremento se explica por la
aparición de Marina Vallarta y la múltiple edificación de conjuntos
departamentales en este conjunto como Puesta del Sol, Marina Las Palmas, El
Embarcadero, etc.
Ahora bien, si comparamos el número de unidades extra-hoteleras en relación
con las hoteleras en ese momento, las primeras equivalen a casi la mitad de los
cuartos hoteleros, confirmándose la primacía del modelo de desarrollo hotelero
en detrimento del condominal.
Cuadro 2.5 Oferta extra-hotelera en Puerto Vallarta (1988 y 1990)
Año Número de
unidades
Incremento
Neto
1988 3,386* --
1990 5,295* 1,909
*se incluyen apartamentos, bungalow, condominio, suites y trailer park.
Fuente: César y Arnaiz (2006b).
Otras dos características relevantes de la oferta extra-hotelera que se
identifican son: i) el perfil de compradores, cuya mayoría no residen de tiempo
completo en Puerto Vallarta y utilizan estas unidades como residencia
secundaria para ser habitadas en temporadas vacacionales, etc., ii) la densidad
media de los conjuntos, no sobrepasando los 6 niveles de altura y conservando
amplias zonas abiertas, principalmente de área verde.
El número de visitantes también mostró un incremento relevante en este
periodo. Para 1981 se tienen registrados 421,300 turistas y para 1990 eran
687,877 viajeros lo cual representa un incremento de 266,577 personas, un
incremento promedio de 26,650 visitantes por año.
158
Cuadro 2.6 Visitantes a Puerto Vallarta (1981-1990)
Año Número de visitantes
Incremento
Neto
1981 421,300 --
1982 502,100 80,800
1983 589,500 87,400
1984 618,200 28,700
1985 584,200 -34,000
1986 623,933 39,733
1987 724,825 100,892
1988 596,509 -155,316
1989 611,708 15,199
1990 687,877 76,169
Fuente: Gómez Encarnación (2008).
Sin embargo, se advierte un comportamiento atípico, ya que en 1987 se registra
la visita de 724,825 turistas y un año después el ritmo de crecimiento disminuye
en más de 150,000 visitantes. Otro dato interesante es que en dos años de la
década (1985 y 1988) se presenta decrecimiento en el número de turistas.
Concluimos que en este periodo se dio el mayor crecimiento proporcional en la
oferta hotelera, extra-hotelera y de número total de visitantes en Puerto Vallarta.
Adicionalmente, la apertura de nuevos desarrollos como Marina Vallarta
contribuiría en la consolidación de la masificación turística local, la cual se
encontraría en una etapa de franca expansión.
2.5.4.- DIVERSIFICACIÓN TURÍSTICA, 1991-2000.
A partir de 1991, la actividad turística en Puerto Vallarta entra en un periodo de
desgaste dentro del modelo masivo de sol y playa, víctima del aparente éxito de
su propio crecimiento turístico. Con ello, se experimenta una desaceleración en
el ritmo de visitantes, de construcción de cuartos hoteleros al tiempo que se
fortalecen nuevas modalidades turísticas expresadas en el incremento en la
oferta extra-hotelera, la aparición del tiempo compartido y de los paquetes
denominados todo incluido.
159
A pesar de que a principios de esta década abren sus puertas hoteles
importantes como La Jolla de Mismaloya, el hotel Marriot Casa Magna, Westin
Regina y Presidente Intercontinental, al analizar el comportamiento de la oferta
hotelera comprobamos que el crecimiento fue prácticamente cero e incluso,
decreciente. Así, el número total de cuartos hoteleros pasó de 8,848 unidades
en 1991 a 9,896, es decir, un incremento de tan solo 1,048 cuartos en diez
años, promediando un incremento de unas 100 unidades por año. Si ello lo
comparamos con la década anterior, cuando el crecimiento de la oferta hotelera
era cercano a 400 cuartos anuales, encontramos un profundo estancamiento y
una disminución en el crecimiento cercano al 300 por ciento.
Cuadro 2.7 Oferta hotelera en Puerto Vallarta (1991-2000)
Año Número de
habitaciones
Incremento
Neto
1991 8,848 --
1992 9,233 385
1993 8,993 -240
1994 8,943 -50
1995 8,957 14
1996 8,424 -533
1997 8,328 -96
1998 8,558 230
1999 9,703 1,145
2000 9,896 193
Fuente: Gómez Encarnación (2008); César y Arnaiz (2006b).
Dos elementos destacan en el periodo: a) en cuatro años se presenta un
decrecimiento de la oferta hotelera (1993, 1994, 1996 y 1997); ello se explica
porque dichas unidades se convirtieron en espacios extra-hoteleros, así como
unidades de tiempo compartido; b) en 1999 el número de unidades hoteleras
presenta un crecimiento inesperado, de 1,145 cuartos, equivalentes a todo el
crecimiento promedio mostrado en la década.
160
Cuadro 2.8 Oferta extra-hotelera en Puerto Vallarta (1992-2000)
Año Número de
unidades
Incremento
Neto
1992 4,998* --
1994 6,212* 385
1995 6,262* -240
1996 5,647* -50
1997 6,950* 14
1998 7,057* -533
1999 7,100* -96
2000 7,781* 193
*se incluyen apartamentos, bungalow, condominio, suites y trailer park.
Fuente: César y Arnaiz (2006b).
En cuanto a la oferta extra-hotelera se tiene un incremento notable en el
periodo. En 1992, se presentaban 4,998 unidades y para el año 2000 eran
7,781, lo cual equivale a un incremento de 2,783 espacios, promediando un
aumento de 278 unidades en la década. Ello supone un aumento casi tres
veces mayor si lo comparamos con el crecimiento de la oferta hotelera.
Con ello comprobamos el estancamiento del crecimiento en la oferta hotelera y
el fortalecimiento de las opciones extra-hoteleras, representadas por el uso
mayoritario de condominios y departamentos.
Cuadro 2.9 Visitantes a Puerto Vallarta (1991-2000)
Año Número de
visitantes
Incremento
Neto
1991 755,712 --
1992 797,636 41,924
1993 841,167 43,531
1994 897,544 56,377
1995 829,409 -68,135
1996 876,176 46,767
1997 934,330 58,154
1998 963,174 28,844
1999 1´100,362 137,188
2000 1´383,191 282,829
Fuente: Gómez Encarnación (2008).
161
En cuanto al número de visitantes en Puerto Vallarta, en 1991 se contabilizaban
755,712 turistas y para el 2000 habían aumentado a 1´383,191, cifra que
equivale a un aumento promedio de 62,750 viajeros por año.
En el periodo destaca el modesto crecimiento hasta el año 1998 así como
fuerte incremento en los dos últimos años de la década, cuando se reciben
más de 420,000 visitantes. Además, por primera vez se rompe la barrera
simbólica del millón de turistas visitando Puerto Vallarta.
Las dificultades para re-posicionarse en la escena turística con tasas igual a las
de la década anterior motivaron una diversificación en la oferta como estrategia
para competir en un mercado turístico cada vez más desafecto del modelo
masivo de sol y playa. Con ello se promueven nuevos segmentos de negocio
como: i) turismo de golf, construyéndose el campo Vista Vallarta y manteniendo
el de Marina Vallarta; ii) turismo de crucero, observándose un crecimiento en la
recepción de cruceristas y ampliación de los muelles portuarios; iii) turismo de
pesca deportiva, aprovechando la gran variedad de especies en la bahía; iv)
turismo alternativo, aquel que busca el contacto con la naturaleza, atractivo
existente en la región; v) turismo rural, promoviendo la adecuación y visita de
ambientes agropecuarios en la zona; vi) turismo gastronómico, con la
ampliación de la oferta restaurantera; y, vii) turismo residencial, por medio de la
edificación de masivos conjuntos de vivienda secundaria.
Otro síntoma del desgaste del modelo turístico masivo en Puerto Vallarta fue el
abaratamiento de las tarifas hoteleras, dinámica promovida por un esquema de
venta de unidades al mayoreo entre empresarios turísticos (mayoritariamente
extranjeros) y los propietarios y administradores de hoteles. A finales de la
década de 1980 la tarifa promedio en un hotel de 5 estrellas era de unos $ 100
dólares norteamericanos y para finales de los 90, se cotizaban hasta en $ 40
dólares norteamericanos. Esta sensible disminución en los ingresos originó un
deterioro en las instalaciones hoteleras, alta rotación laboral, pérdida de
162
competitividad y dificultades para re-invertir, con lo cual el negocio hotelero dejó
de ser atractivo para la inversión.
Además, algunos hoteles tradicionales se transformaron en la modalidad de
tiempo compartido, segmento turístico que se caracteriza porque las unidades
son adquiridas en co-propiedad durante un tiempo determinado (una semana al
año principalmente) en un periodo de varios años (desde 5 a 99 años). Vale la
pena aclarar que en algunos casos se presenta una oferta mixta, es decir de
hospedaje tradicional combinado con el tiempo compartido.
La creciente oferta de tiempos compartidos generó implicaciones en otros
segmentos como la industria gastronómica que se vio afectada ya que las
habitaciones del tiempo compartido suele contar con cocineta, con lo cual los
usuarios preparan sus alimentos mayoritariamente ahí y no consumen o
disminuyen su presencia en restaurantes. Dentro de los principales exponentes
del tiempo compartido destacan el hotel Villa del Palmar, Villa del Mar y en
cuanto a la oferta mixta, hoteles de cadena tradicionales como Westin Regina y
Buganvilias Sheraton también optaron por esta modalidad.
Ante la pérdida de competitividad en el mercado turístico local, en 1996 se
constituye el Fideicomiso de Turismo, encargado de administrar los recursos
económicos provenientes del cobro del impuesto del dos por ciento por
concepto de hospedaje de habitaciones ocupadas. A diferencia de otros
centros vacacionales, en Puerto Vallarta se decidió emplear la totalidad de
estos fondos en la promoción del destino. Los esfuerzos individuales de los
diferentes prestadores de servicios turísticos habrían de rendir frutos
lográndose una mejora en la captación de visitantes en los años siguientes.
163
En 1998 inicia la construcción de Bay View Grand, uno de los primeros
conjuntos masivos de vivienda secundaria localizada en el litoral de Marina
Vallarta. El desarrollo que tiene 600 unidades privativas, se localiza en un
terreno de más de 8 hectáreas, en una superficie construida de 116,713.36
metros cuadrados y con una altura máxima de 15 niveles32 . Llama la atención
que el edificio se ubique en un terreno que el Plan Maestro de Marina Vallarta
destinaba para uso hotelero. Este paulatino proceso de modificación de uso
hotelero a habitacional plurifamiliar vertical se volvería un evento constante en
los siguientes años.
Imagen 2.7 Vista del desarrollo Bay View Grand
Fuente: propia, tomada en 2008.
Como conclusión a esta etapa de diversificación turística anotamos que el
crecimiento urbano continuó consumiendo suelo y ocupando áreas naturales,
en algunos casos de valor ecológico. La mancha urbana se expandió hasta los
poblados de Las Juntas e Ixtapa integrándose casi de manera funcional con la
zona norte de El Pitillal. Por otro lado, la densidad de habitantes por superficie
32
Datos propios elaborados con planos catastrales (2006) y de restitución cartográfica (2007)
proporcionados por la Dirección de Planeación Urbana del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta.
164
es baja y se mantienen amplias zonas baldías, sin ocupar o sub-ocupadas. En
este periodo, Puerto Vallarta comienza a presentar la problemática de una
ciudad media en expansión caracterizada en la falta de servicios públicos e
infraestructura de calidad, una red vial saturada, aumento de la segregación
socio-espacial, formas renovadas de violencia y crimen, aparición de
fragmentación al interior del tejido urbano, entre otras razones.
2.5.5.- MODELO INMOBILIARIO RESIDENCIAL, 2001-2007.
A partir del año 2001 asistimos a una nueva etapa en el desarrollo de la
actividad turística en Puerto Vallarta debido a la intensa edificación de
desarrollos habitacionales para residentes temporales en el espacio turístico,
fenómeno conocido también como vivienda secundaria, dinámica que coincide
con otros destinos similares a Puerto Vallarta y que se inscribe en la burbuja
inmobiliaria, tendencia de especulación mundial (Soros, 2008; Virgen, 2008;
Fernández Durán, 2006; Hiernaux, 2005). Estos conjuntos se caracterizan por
no coincidir con los requerimientos urbanos expresados en la normatividad
urbana alterando al alza las superficies edificables, en medio de sospechosas
acciones gubernamentales33.
El número de visitantes a Puerto Vallarta tuvo un crecimiento espectacular a
partir del año 2001 cuando se llegaba a una cifra cercana a los tres millones, a
pesar de la disminución generalizada en los destinos turísticos a nivel mundial
como resultado de los atentados terroristas en Estados Unidos el 11 de
septiembre de ese año. Un año más tarde se supera la barrera de los tres
millones y para el año 2007 el número de visitantes casi llega a los 4 millones.
Con ello, se demuestra la consolidación del modelo masivo turístico en Vallarta,
particularmente si lo comparamos con treinta años antes, cuando la cifra de
visitantes era de cercano a los 725,000 turistas.
33
Particularmente durante la administración municipal 2004-2006 se incrementaron las prácticas
sospechosas al interior de la Dirección de Planeación Urbana. Se tiene documentados casos de ilegalidad
165
Cuadro 2.10 Visitantes a Puerto Vallarta (2001-2007)
Año Número de visitantes
Incremento
Neto
2001 2´957,261 --
2002 3’032,443 75,182
2003 3,140,774 108,331
2004 3’373,567 232,793
2005 3´736,462 362,895
2006 3´868,152 131,690
2007 3´798,171 -69,981
Fuente: Secretaría de Turismo del Gobierno de Jalisco.
Anuarios Estadísticos (2001-2007)
Al revisar el comportamiento de la oferta en unidades hoteleras se advierte que
se mantiene estancado el crecimiento y que de hecho se presenta una
disminución de 358 unidades entre 2001 y 2007. El nulo crecimiento en la oferta
hotelera a pesar del crecimiento del número de visitantes tampoco asegura
mayores índices de ocupación hotelera, antes bien un trasvase de estos turistas
a otras modalidades de hospedaje, particularmente extra-hoteleras. Para esta
época, la oferta de unidades hoteleras se mantiene sin variación importante en
el rango de las diez mil habitaciones.
Cuadro 2.11 Oferta hotelera en Puerto Vallarta (2001-2007)
Año Número de
habitaciones
Incremento
Neto
2001 10,254 --
2002 10,240 -14
2003 10,622 382
2004 10,622 0
2005 11,119 497
2006 10,360 -533
2007 9,896 193
Fuente: Gómez Encarnación (2008); César y Arnaiz (2006b).
en la autorización de cambios de uso de suelo, como se demostró en el desarrollo Grand Venetian o en la
autorización indiscriminada de permisos durante los últimos días de la administración en 2006.
166
En cuanto la oferta extra-hotelera entre 2001 y 2007, las cifras presentadas
parecerían demostrar que no ha aumentado el número de unidades e incluso
que ha disminuido consecutivamente en cuatro años (ver cuadro 3.12). Sin
embargo es importante aclarar que en los datos expuestos no se ha
contabilizado el número de nuevos departamentos de vivienda secundaria ya
que a la fecha no han sido oficialmente inaugurados e incorporados al parque
habitacional. Sin embargo, como lo reconoció el secretario de Turismo del
estado de Jalisco (Setujal), el número de condominios alcanzó al número de
cuartos de hotel en 2008, en medio de una caída del 8 por ciento en la
ocupación promedio en el sector hotelero34.
Cuadro 2.12 Oferta extra-hotelera en Puerto Vallarta (2001-2007)
Año Número de
unidades
Incremento
Neto
2001 7,716* --
2002 7,724* 8
2003 7,403* -321
2004 7,402* -1
2005 7,717* -315
2006 7,707* -10
2007 7,747* 40
*se incluyen apartamentos, bungalow, condominio, suites y trailer park.
Fuente: César y Arnaiz (2006b).
Destaca el fortalecimiento de Vallarta como una centralidad de servicios de
alcance regional, gracias al fortalecimiento de actividades educativas, de salud,
financieras, comerciales así como equipamientos hospitalarios o como nodos
de transporte.
34
Dato tomado del periódico Vallarta Opina, martes 17 junio 2008, página principal y 3.
167
2.6.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO.
La actividad turística se constituye como una de las principales manifestaciones
sociales, económicas y culturales en el mundo contemporáneo. Comenzó a
popularizarse como fenómeno masivo a mediados del siglo XIX y se consolidó
gracias al avance en los sistemas de transporte, a las transformaciones en el
mercado de trabajo, al incremento generalizado del ingreso y, más
recientemente por las tendencias surgidas con la globalización económica y la
revolución informacional.
Con ello, se fortalecen ciudades cuya principal vocación está vinculada con el
turismo. Dentro de ellas, hay zonas en las que preferentemente se desarrollan
las actividades propias de los visitantes, como las playas, corredores turísticos,
zonas hoteleras, conjuntos restauranteros, centros comerciales, etc. A estos
conglomerados los inscribimos en este trabajo dentro del espacio turístico.
En el caso de México, el turismo se convirtió en una de las ramas más
importantes para la generación de divisas, la creación de empleos y el fomento
al desarrollo regional. Con ello, el país se ubica dentro de los primeros diez
sitios más visitados por turistas extranjeros a nivel mundial desde hace varias
décadas. Una característica del modelo mexicano lo constituye el respaldo a las
ciudades de litoral, al sistema de sol y playa, dentro de las que distinguimos dos
variables: las ciudades tradicionales de litoral (como Acapulco, Puerto Vallarta,
Mazatlán) y los Centros Integralmente Planeados (Cancún, Ixtapa, Los Cabos),
creados y respaldados por el Estado. Por su parte, un puntal para el crecimiento
de la industria turística lo constituyó el alojamiento en hoteles, para lo cual se
adaptó una planta turística de soporte a nivel nacional.
En fechas recientes, y como resultado de la masiva disponibilidad de crédito a
nivel mundial, se populariza la edificación de conjuntos de vivienda secundaria
en ciudades turísticas, unidades dirigidas a perfiles de clientes extranjeros, de
presencia estacional, con fuertes impactos socio-espaciales en los lugares de
168
acogida. Esta tendencia si bien ya existía en diversas zonas turísticas, encontró
renovados bríos y se distingue por la intensidad de su presencia, al tiempo que
se presentó en los principales destinos turísticos del mundo y de México. En el
caso de Puerto Vallarta, este modelo inmobiliario se constituyó en el eje del
boom constructor de los últimos ocho años.
Al abordar los principales ciclos de vida de Puerto Vallarta, encontramos que el
génesis de su vocación turística se encuentra hacia mediados del siglo XX.
Gracias a sus bondades naturales, como la existencia del litoral y del contexto
de serranía, el sitio se popularizó como lugar de recreo entre los habitantes de
la región quienes lo visitaban de manera regular en ciertas épocas del año. Con
ello se dieron iniciativas emprendedoras de inversionistas locales con lo cual la
infraestructura turística fue creciendo debido a la habilitación de los primeros
hoteles formales, la puesta en valor de los atractivos turísticos y las mejoras en
las vías de comunicación. Esta primera etapa, a la cual denominamos del
modelo exclusivo perduró hasta 1970.
Posterior a ello, el mercado turístico se fue expandiendo, primero en un proceso
de masificación temprana respaldado por la habilitación de suelo para uso
turístico (gracias a la expropiación de suelo ejidal y la formación del Fideicomiso
Puerto Vallarta), la urbanización de la Zona Hotelera Norte y la llegada de los
primeros hoteles de cadena, como el Camino Real o Posada Vallarta. En la
década de 1980, asistimos a un proceso de masificación en expansión que se
refleja en la creación del conjunto Marina Vallarta y en la disponibilidad de
oferta en los cuartos hoteleros, que pasan de 4,783 en 1981 a 8,805 en 1990.
Nunca más en la historia turística se presentarían estos niveles de expansión.
En la década de 1990 se experimentan tiempos difíciles para la industria
turística local debido al desgaste del modelo de sol y playa y al crecimiento
anárquico de Puerto Vallarta. Se plantean estrategias de diversificación en la
industria turística lo cual motiva la fundación del Fideicomiso de Turismo para
169
administrar el impuesto de hospedaje dirigido a la promoción del destino.
Finalmente, identificamos el último gran ciclo turístico que comienza con el siglo
XXI y en donde asistimos al fortalecimiento de la rama inmobiliaria del turismo,
caracterizada por la masiva construcción de conjuntos de vivienda secundaria,
modelo que se sobrepone al hotelero tradicional. Si bien este fenómeno no es
exclusivo de Puerto Vallarta, la intensidad del proceso ha tenido impactos
sociales y externalidades en el espacio físico.
Con el fin de la burbuja inmobiliaria a nivel global y el advenimiento de una de
las mayores crisis económicas en la historia de la humanidad, las ciudades
turísticas, particularmente de litoral, enfrentarán una reconfiguración en el
modelo de desarrollo local. Aventuramos que el modelo de turismo residencial
sufrirá una transformación radical en sus componentes, cuyo epílogo está aún
por develar.
170
PARTE II.- LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA.
CAPITULO 3.- SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN EL ESPACIO
TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA.
En el presente capítulo se describe el trabajo empírico realizado en Puerto
Vallarta, como estudio de caso; con la interpretación de los datos recabados,
pudimos contrastar y poner a debate los fundamentos teóricos de la
segregación residencial, los conceptos principales de la ciudad turística y las
características de la vivienda secundaria en destinos de litoral mexicano.
El capítulo se divide en cuatro partes: en la primera, se analiza la estructura
socio-espacial local para comprender la distribución de la población y las
modalidades de división intra-urbana; de esta manera, se distinguen tres
grandes espacios que conviven con fuertes contradicciones: centro, periferia y
turístico. Para efectos de la investigación, nos concentramos en lo acontecido
en el espacio turístico, principalmente.
En la segunda parte, se hizo un acercamiento al comportamiento de la
segregación socio-espacial en la localidad de Puerto Vallarta; para ello se
consideraron 5 variables en una escala barrial: i) estatus legal –formal e
informal-; ii) nivel de ingreso de los residentes; iii) condiciones físicas de las
viviendas; iv) disponibilidad de servicios básicos; y, v) localización dentro de la
traza urbana. Con ello se comprobaron algunas tendencias descritas en los
antecedentes teóricos como el grado de concentración de grupos sociales en
zonas de la ciudad, donde los de alta renta se asientan preferentemente en una
especie de “cono”, con acceso a los mejores recursos de la ciudad.
La tercera parte se realizó para conocer la dimensión social de la segregación
residencial en el espacio turístico vallartense. Estos trabajos incluyeron a) el
estatus familiar; b) la relación social entre grupos; y, c) la distinción territorial (o
marcas) de las distintas colonias locales. Se encontró que los residentes en la
171
zona turística son mayoritariamente extranjeros, que las viviendas se utilizan
parcialmente durante el año y que no todas las colonias con mayor prestigio
social se localizan dentro del espacio turístico.
Finalmente, en la cuarta parte se estudió la dimensión física de la segregación
residencial en el espacio turístico, revisándose las características urbanas así
como los desarrollos de vivienda secundaria, pudiéndose comprobar los
intensos impactos de tal modelo en la estructura urbana local.
3.1.- ESTRUCTURA SOCIO-ESPACIAL EN PUERTO VALLARTA.
La estructura espacial Puerto Vallarta combina el modelo de ciudad tradicional,
basado en una estructura mono-céntrica, de ciudad media en expansión
incipiente y en plena expansión como producto de su evolución. La traza urbana
se estructura a lo largo del litoral costero y se expande en el nororiente,
mientras que por el sur se limita el crecimiento debido a la formación
montañosa de la Sierra Madre. De esta manera, se combina una estructura
lineal en la costa y zona de montaña con una poli-nuclear en las zonas planas.
Los primeros asentamientos se dieron en el Centro (Fundo Legal), anexo al río
Cuale; adicionalmente los poblados de Ixtapa, Las Juntas, El Pitillal y
Mismaloya se formaron como unidades aisladas, aunque con el tiempo se han
venido anexando espacial y funcionalmente en un proceso de conurbación
intra-urbana. Por ejemplo, la delegación El Pitillal se ha expandido e integrado
con el Centro tradicional; similares dinámicas se observan entre Ixtapa y Las
Juntas, localidades que por encontrarse en las zonas con tendencia de
crecimiento, enfrentan fuertes dinámicas de integración (ver mapa 3.1).
Gómez Nieves distingue tres grandes zonas urbanas en Puerto Vallarta que
conviven con fuertes contradicciones: 1) el espacio Centro, con el núcleo
original de población y donde se ofrece una diversidad de servicios; 2) el
espacio Periferia, localizado principalmente en el norte y oriente de la ciudad,
172
Mapa 3.1.- Estructura urbana en Puerto Vallarta (2006)
Fuente: propia, tomada de mapas catastrales proporcionados por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (2006)
173
donde se concentra una porción importante de la población residente y donde
persisten profundas contradicciones sociales; y, 3) el espacio Turístico (ó de la
oferta hotelera y recreativa), que incluye el litoral y la zona de montaña,
principalmente (2005). Para explicar la estructura socio-espacial en Puerto
Vallarta, nos basaremos en el análisis de estos tres espacios.
3.1.1.- EL ESPACIO CENTRO.
En el espacio Centro se dio el crecimiento urbano inicial prevaleciendo un
patrón de expansión marcadamente concéntrico. En la actualidad se presenta
como una zona compacta, unida e interrelacionada cuya localización es
privilegiada en la mancha urbana, contando con una superficie aproximada de
1,171 hectáreas y conformada por unas 60 colonias.
Dentro de las condiciones que destacan en este espacio se subraya: i) relativa
heterogeneidad en la composición poblacional, ii) cierta homogeneidad socio-
económica encontrándose principalmente clase media, desde media alta a
media baja; iii) condiciones geográficas adecuadas, prevaleciendo las zonas
planas, lo cual ha facilitado la urbanización; iv) diversidad de servicios,
equipamientos y satisfactores urbanos que generan centralidades; y, v) patrón
de expansión concentrado, tanto urbana como funcionalmente.
Una característica relevante en el espacio Centro es el papel que desempeña El
Pitillal, toda vez que este poblado creció independiente de la zona central
tradicional y en algún sentido conservó características propias que definieron
una identidad particular. Debido a condiciones propias como su localización,
topografía poco accidentada, acceso a cauces de agua, etc., se facilitó una
enérgica expansión urbana que se tradujo en un aumento significativo de
habitantes y en el desarrollo de un sub-centro urbano de importancia municipal.
El uso predominante en el espacio Centro es habitacional, siendo la modalidad
unifamiliar la más socorrida. A ello se agregan usos complementarios como
174
servicios, comerciales y de equipamientos. El mercado de suelos se da
mayoritariamente sobre predios de propiedad privada, en medio de procesos de
urbanización que cumplen con lo establecido por la normatividad urbana
vigente, el pago de impuestos, etc. En cuanto al valor del predio, en la zona se
cotizan dentro de altos márgenes por las bondades descritas.
En fechas recientes se han desarrollado nuevos fraccionamientos dirigidos a
residentes de alta y media renta, destacando Fluvial Vallarta con más de cien
hectáreas de superficie vendible; este espacio se mantuvo desocupado hasta
que las condiciones del mercado facilitaron su comercialización. El principal
atractivo radica en su localización, rodeada de zonas habitacionales
consolidadas, centros comerciales, instituciones educativas, entre otras. Fluvial
Vallarta ha sido un éxito comercial y se observa una incesante construcción de
viviendas de medio y alto valor. La apuesta fue ofertar suelo para cubrir las
funciones habitacionales y comerciales, sin embargo un predio con tantas
cualidades pudo haber tenido un uso de mayor valor agregado: destino
recreativo, cultural, recinto ferial o de especialidades médicas, entre otros.
Adicionalmente se ofertan nuevos barrios cerrados, fenómeno relativamente
reciente en la localidad. Destaca el caso de Las Moras Privada Residencial
ubicada en la avenida Prisciliano Sánchez entre la zona turística y El Pitillal, con
una superficie aproximada de 8.60 hectáreas y en donde se urbanizaron y
comercializaron 401 predios1 protegidos por bardas perimetrales.
En el espacio Centro de Puerto Vallarta se manifiesta una marcada
concentración espacial de los grupos altos y los medios ascendentes,
conformándose lo que algunos autores denominan como Barrios de Alta Renta
(Sabatini, 2006; Villaca, 2001), es decir espacios en el extremo en una sola
zona de la ciudad con vértice en el Centro y una dirección de crecimiento
1 Datos tomados de la página web: www.lasmoraspv.com, consultado el 11 de marzo del 2009.
175
definida hacia la periferia. Esta dinámica coincide con lo observado en ciudades
de países en vías en desarrollo, particularmente en América Latina. De esta
manera se produce una fuerte concentración espacial de las elites y grupos
medios ascendentes, así como una aglomeración de la pobreza en las
periferias, como se verá con mayor detalle a continuación.
3.1.2.- EL ESPACIO PERIFERIA.
El espacio Periferia en Puerto Vallarta se compone de fragmentos urbanizados
en diferentes porciones, particularmente en el nor-oriente de la zona urbana. Es
la superficie de mayor dimensión de los espacios analizados, al contabilizar
unas 2,313.65 hectáreas aproximadamente, repartidas en 5 aglomeraciones
principales: Ixtapa, Las Juntas, Las Mojoneras, El Progreso y la zona oriente de
El Pitillal y Paso Ancho.
En esta zona, el patrón de ocupación se mantiene en las márgenes del espacio
Centro, alejado física y funcionalmente del resto de la ciudad. Dentro de las
características particulares destaca: a) fuerte fragmentación urbana al
presentarse como unidades divididas dentro de la zona urbana; b) la mayoría de
colonias que la integran surgieron en tierras de origen ejidal, en procesos de
urbanización que no respetaron la normativa urbana local, las condiciones de
diseño urbano y/o la introducción de servicios públicos básicos; c) los residentes
tienen una composición socio-económica mayoritariamente baja y en casos
extremos, muy baja (Mantilla, 2004); d) una marcada sub-utilización del suelo
urbanizado, con grandes fragmentos de lotes baldíos, aún en colonias que
tienen más de 15 años de antigüedad (Baños, 2005); e) sobresale una baja
densidad de construcción, a pesar del tamaño reducido de los lotes; f) fuerte
presencia de materiales durables en pisos, muros y cubiertas; g) exceptuando la
zona de Paso Ancho, en la zona sur no aparecen espacios periféricos, debido a
que las condiciones geográficas de sierra han desalentado la edificación.
176
La presencia de un gran espacio Periférico en Puerto Vallarta confirma la
vivencia diferenciada en el territorio y expresa un fenómeno de dualización
urbana característico de las ciudades mexicanas y latinoamericanas. Sin
embargo, esta polarización se acentúa en ciudades turísticas de litoral, ya que
mientras segmentos reducidos de la población tiene acceso a todos los
recursos urbanos de la ciudad (principalmente en el espacio turístico), ello no se
refleja en otras zonas, principalmente las de nueva creación y ocupadas por
segmentos de población de bajos recursos.
De acuerdo a investigaciones empíricas recientes en el espacio Periférico de
Puerto Vallarta (Baños, 2005) se advierte una agudización en las condiciones
de vida en las colonias precarias, expresado en: 1) los barrios fueron relegados
por el mercado inmobiliario al presentar problemas o limitaciones para uso
urbano; 2) se mantiene la indefinición legal respecto a la acreditación definitiva
de los predios a sus propietarios individuales, siendo terrenos con alguna
modalidad de irregularidad; 3) las acciones urbanísticas fueron realizadas al
margen de la normatividad urbana; 4) se carece de algún servicio de
infraestructura básica, predominantemente el alcantarillado conectado a la red
pública; 5) se presentan riesgos de vulnerabilidad ante fenómenos naturales y/o
artificiales; 6) la urbanización se da por medio de la edificación de viviendas
auto-producidas en procesos progresivos; y, 7) bajo índice de consolidación
urbana, expresado en una marcada sub-utilización y/o abandonado de lotes.
Con el paso del tiempo, las colonias periféricas aledañas al espacio Centro se
irán integrando, toda vez que resuelvan las deficiencias originales o por medio
de procesos de gentrificación.
3.1.3.- EL ESPACIO TURÍSTICO.
En Puerto Vallarta, el espacio Turístico (oferta Hotelera y Recreativa) se
desarrolla de manera lineal al litoral costero en una extensión aproximada de 25
kilómetros y una superficie cercana a las 1,080 hectáreas.
177
Esta porción urbana tiene dos componentes principales: por un lado, el litoral
costero, en el que se privilegia el uso privado en detrimento del
aprovechamiento público, al localizar lotes a borde de playa, sin accesos
adecuados, visuales atractivas y favoreciendo el uso a usuarios temporales
(turistas y residentes no permanentes)2; por el otro, la zona de montaña,
ubicada mayoritariamente en la zona sur, en donde se aprovechan las
cualidades paisajísticas para la edificación de viviendas unifamiliares así como
conjuntos de vivienda secundaria plurifamiliar.
La ocupación formal del espacio Turístico comenzó a fines de 1960 con la
edificación de los hoteles Posada Vallarta en el norte y Camino Real en el sur.
Al expropiarse en 1973, 1,026 hectáreas al ejido Puerto Vallarta y crearse el
Fideicomiso Puerto Vallarta (César y Arnaiz, 2002), se completó la urbanización
de la zona turística, particularmente en la llamada Zona Hotelera Norte y en las
colonias Amapas y Conchas Chinas. Posterior a ello, se construirían los hoteles
Holiday Inn, Fiesta Americana, Sheraton Bugambilias y el conjunto habitacional
Los Tules, a los que se sumarían diversos establecimientos turísticos. A
mediados de 1980 se urbaniza Marina Vallarta y con la llegada del modelo de
turismo residencial, la expansión urbana se daría en varias direcciones.
La zona norte del espacio Turístico se conforma por las colonias Marina Vallarta
y Zona Hotelera, destacando: i) la combinación de actividades turísticas con
servicios y comercios de alcance regional; ii) la fuerte intensidad en el uso, tanto
por contener centralidades importantes como por la localización próxima al
municipio vecino de Bahía de Banderas (Nayarit); iii) se encuentran dos de los
principales equipamientos de transporte, el aeropuerto internacional Gustavo
Díaz Ordaz y la Terminal Marítima de la Administradora Portuaria Integral (API),
2 A diferencia de lo que sucede en otros destinos turísticos del mundo, como en Río de Janeiro (Brasil),
Niza (Francia) o San Sebastián (España), en donde la traza urbana favorece la percepción de la playa
como espacio público, al delimitar el litoral por un paseo lineal, dejando las vialidades y los conjuntos
hoteleros en un segundo plano.
178
ambas de alcance regional; iv) la función de “bisagra” que cumple como
integrador entre el espacio Centro y Periferia.
En la zona central del espacio Turístico encontramos porciones del Fundo Legal
y de las colonias 5 de diciembre, Emiliano Zapata y Altavista, destacando
particularidades como: a) el valor de la fisonomía urbana gracias a la
arquitectura serrana tradicional, -principalmente en el Fundo Legal-; b) la
concentración de actividades de gobierno y simbólicas para el imaginario del
residente local, como la sede de la Presidencia Municipal y la iglesia de
Guadalupe; c) la localización de uno de los principales espacios públicos
locales, el Malecón, sitio de encuentro para residentes y turistas; d) el gradual
abandono de la función habitacional ante la oferta comercial y de servicios; y, e)
la conflictividad vial generada por la diversidad de actividades y la carencia de
una red vialidad eficiente.
En la porción sur encontramos colonias como Amapas, Amapas Sur, Conchas
Chinas, Zona Hotelera Sur y los poblados de Mismaloya y Boca de Tomatlán.
Esta porción territorial sobresale por: 1) la complicada topografía y fuertes
pendientes que se encuentran; 2) el alto costo de edificación debido a las
dificultades constructivas asociados a la topografía; 3) la relativa baja densidad
de casas y departamentos; 4) las dificultades en la accesibilidad al contar
solamente con la carretera federal no. 200; y, 5) el incremento de la
segregación residencial y la separación física y social entre residentes locales y
turistas.
El espacio Turístico en Puerto Vallarta ha experimentado fuertes cambios
urbanos recientes, destacando la diversidad de usos, la alta especulación, la
utilización extensiva del territorio y particularmente la modificación en el patrón
de ocupación al pasar de hotelero a habitacional secundario (temporal).
179
Mapa 3.2.- Espacio Centro, Periferia y Turístico (2007)
Fuente: propia, basada de mapas catastrales proporcionados por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (2006)
180
3.2.- SEGREGACIÓN SOCIO-ESPACIAL EN PUERTO VALLARTA.
Para explicar la dinámica de segregación socio-espacial en Puerto Vallarta, se
llevó a cabo una aproximación al proceso, revisando las condiciones urbanas
existentes en cada colonia, considerando las siguientes variables: i) estatus
legal del barrio -formal o informal-; ii) ingresos económicos de los residentes; iii)
condiciones físicas de las viviendas; iv) disponibilidad de servicios públicos
básicos; y v) localización dentro de la traza urbana.
La determinación del estatus legal y la localización de la colonia dentro de la
traza se realizó con información proporcionada por el H. Ayuntamiento de
Puerto Vallarta; en cuanto a los ingresos económicos se tomaron los datos del
XII Censo General de Población y Vivienda (2000) generados por el Instituto
Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI); las condiciones
físicas y disponibilidad de servicios en las viviendas se formularon con los datos
del II Conteo de Población y Vivienda (2005) del mismo INEGI3.
Con las variables seleccionadas y los datos encontrados se establecieron las
siguientes unidades o rangos de estudio: a) colonias formales –alta, media y
baja renta-; b) colonias regularizada –alta, media y baja renta-; c) colonias
informales –alta, media y baja renta-; d) colonia o barrio cerrado; e) colonia con
uso turístico hotelero; f) barrio con equipamiento turístico; g) colonia con
equipamiento institucional; y, h) colonia con predominante uso comercial.
Posteriormente la información se incorporó en un mapa temático para estar en
condiciones de identificar la dinámica de segregación socio-espacial a nivel de
centro de población en Puerto Vallarta, obteniéndose los datos que a
continuación se presentan.
3 Se aclara que los límites de las colonias no necesariamente coinciden con los perímetros de las Áreas
Geo Estadísticas Básicas (AGEB´s), que es la delimitación territorial usada por INEGI. Para ello se tuvo
que adecuar el mapa y facilitar que la información coincidiera. .
181
3.2.1.- ESTATUS LEGAL DE LA COLONIA (FORMAL e INFORMAL).
Por colonia o barrio formal nos referimos las condiciones jurídicas del orden
urbano, que en este caso fueron dos: la primera, correspondiente a la
normatividad relacionada con los derechos de propiedad del suelo, que se
refiere a que el propietario cuente con la tenencia segura del mismo (disponer
de escritura pública, principalmente); y, la segunda, a las normas orientadas a
la regulación de la apropiación del suelo, usos y a la producción de la ciudad en
cuanto al conjunto de edificaciones, infraestructuras y equipamiento, es decir,
adecuarse a la normativa urbana correspondiente (Duhau, 2003).
Para evaluar las características de informalidad, se tomaron las siguientes
variables: 1) tenencia del suelo cuya propiedad sea, en algún sentido, ilegal y/o
irregular; 2) acciones urbanísticas realizadas al margen de la legislación urbana;
3) disposición de servicios básicos de infraestructura, o deficiencia en la
prestación y calidad de los mismos; y 4) viviendas auto-producidas en forma
progresiva, utilizando materiales y procedimientos constructivos elementales,
sin asistencia técnica ni apoyo financiero, sin permisos oficiales de construcción
o uso de suelo (Bazant, 2001; Iracheta, 2000).
Históricamente, la expansión urbana se ha venido dando en parcelas ejidales,
lo que ha propiciado la modificación del uso de suelo ejidal a urbano. Se
determinó que de las 274 colonias contabilizadas dentro del Límite de Centro de
Población (LCP)4 en Puerto Vallarta en diciembre de 2007, 193 se incluían
dentro de la categoría formal y 81 se consideraban informales.
4 El Límite de Centro de Población (LCP) comprende las áreas dentro de las que se aplica el Plan de
Desarrollo Urbano de centro de Población. En el caso de Puerto Vallarta, el LCP fue aprobado por el H.
Congreso del Estado a propuesta del Ayuntamiento local (Decreto 16669), expedido el 17 de Septiembre
de 1997, ampliado en abril de 2002 y que incluye una superficie aproximada de 10,518 hectáreas.
182
Cuadro 3.1 Colonias formales e informales en Puerto Vallarta (2007)
Colonia Cantidad (%)
Formal 193 70.44
Informal 81 29.56
Total 274 100.00
Fuente: Dirección de Planeación Urbana del H. Ayuntamiento (2007-2009)
Se comprobó que casi el 30 por ciento de las colonias existentes dentro del
LCP de Puerto Vallarta conservan alguna condición de informalidad. Destaca,
además que un porcentaje importante de las colonias irregulares se encuentran
en los 4 principales núcleos ejidales en la localidad5, siendo el ejido Ixtapa el
que mayor número de unidades contempla, seguido por el ejido Las Juntas y
marginalmente los ejidos Coapinole y Puerto Vallarta. Este proceso coincide
con que las dos zonas con mayor número de colonias informales son las que
presentan una mayor dinámica de expansión urbana reciente.
Cuadro 3.2 Colonias informales y localización en Ejidos (2007)
Ejido Cantidad (%)
Ixtapa 42 51.85
Las Juntas 26 32.10
Coapinole 9 11.10
Puerto Vallarta 4 4.95
Total 81 100.00
Fuente: Dirección de Planeación Urbana del
H. Ayuntamiento (2007-2009)
Sin embargo, si consideramos a las colonias informales que se localizan fuera
del LCP, se tienen que agregar 23 barrios informales, con lo cual la superficie
total de unidades informales llega a las 1,333.22 hectáreas, una cuarta parte de
la superficie total urbanizada en Puerto Vallarta.
5 Siendo los ejidos principales: Puerto Vallarta, Coapinole, Las Juntas e Ixtapa los que conforman el
núcleo ejidal local.
183
A nivel general, se distinguen 4 grandes zonas de asentamientos irregulares. La
primera, ubicada en la zona de Ramblases; la segunda, abarca una gran
extensión y se extiende en la zona de El Progreso y Volcanes; la tercera,
localizada en torno al centro de Ixtapa; y la cuarta zona, se encuentra en las
proximidades de El Colorado, fuera del Límite de Centro de Población (LCP)6.
Adicionalmente, no se presentan asentamientos informales en predios de
propiedad privada y los principales promotores de suelo informal están en los
núcleos ejidales. Quizá la carencia de políticas públicas para crear reservas
urbanas y proveer de suelo urbano a los habitantes de bajos recursos, hayan
favorecido estas dinámicas de ocupación irregular.
3.2.2.- INGRESOS ECONÓMICOS DE LOS RESIDENTES.
Al indagar los ingresos económicos de los residentes en las colonias revisadas,
se obtuvo que la Población Económicamente Activa (PEA) consistía en 68,041
personas (36.83% de los habitantes); el porcentaje mayoritario se encuentra en
un rango de percepción entre los 2 y 5 salarios mínimos mensuales.
Cuadro 3.3 Distribución del ingreso (2000)
Hasta 1 smm* De 1 a 2 smm* De 2 a 5 smm* De 5 a 10 smm* Más de 10 smm*
2,847 16,290 34,196 9,946 4,762
4.18 % 23.94% 50.26% 14.62% 7.00%
*smm: salarios mínimos mensuales.
Fuente: XIII Censo General de Población y Vivienda, INEGI (2000).
Si bien los datos están un tanto descontextualizados por el paso del tiempo, nos
dan una idea del comportamiento en el ingreso de los habitantes. Al hacer el
análisis por zonas, distritos y colonias, se encuentra que las colonias
localizadas en el espacio Periferia son aquellas con menores niveles de
6 Datos tomados del Diagnóstico para la actualización del Plan de Desarrollo Urbano de centro de
población (Pladucep), elaborado por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta, 2008. Los datos se toman del
apartado 4.7 denominado Tenencia del Suelo y Formación de Asentamientos Irregulares.
184
ingreso. Pero a la inversa sucede con colonias de alta renta, como Marina
Vallarta o Conchas Chinas donde se reportan niveles de ingreso muy
superiores, donde en el primer caso se reporta que el 97.50% percibió más de 5
salarios mínimos, mientras que en el segundo, el 70.10% contabilizó en el
mismo sentido.
Se demuestra, por tanto una estrecha correlación entre el ingreso económico y
el lugar de residencia, tanto en localización como en las condiciones físicas de
las viviendas como se verá a continuación.
3.2.3.- CONDICIONES FÍSICAS DE LAS VIVIENDAS.
Un indicador para evaluar la calidad de la vivienda se refiere a las condiciones
físicas; para ello se consideraron tres variables: i) material de construcción
predominante en el piso de las viviendas; ii) material de construcción en muros;
y, iii) material de construcción predominante en cubiertas.
En cuanto al material de construcción predominante en el piso, se propusieron 4
opciones: a) tierra; b) firme de cemento; c) cerámica vitrificada; y, d) otros. Se
obtuvo que la mayoría de las casas tienen como elemento predominante el
firme de cemento, al computarse el 63.40 por ciento del total, mientras que los
pisos de tierra constituyeron el 11.10%. A pesar de que se presentan
predominantemente materiales durables, llama la atención el alto número de
viviendas con piso de tierra.
Cuadro 3.4 Material predominante en piso de viviendas (2005)
Piso de tierra Firme de cemento Cerámica vitrificada otros
11.10 % 63.40% 19.50% 6.00%
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
185
Para revisar el material predominante en los muros de las viviendas se
propusieron 6 opciones (cartón, block sin enjarrar, madera, block enjarrado,
ladrillo aparente y otros). Es significativo conocer el material de construcción
predominante en los muros ya que la edificación de los sistemas de apoyo en
las fincas implica un nivel de especialización más complejo para su erección.
Cuadro 3.5 Material predominante en muros de viviendas (2005)
Cartón Block sin enjarre Madera Block enjarrado Ladrillo aparente Otros
4%* 18%* 3%* 39%* 27%*
9%*
*los números están redondeados.
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
Se encontró que el material predominante corresponde al block enjarrado con
39 por ciento de las opciones y los menores índices corresponden a materiales
provisionales como cartón y madera. También se señala que en las colonias de
alta renta es donde predominan los muros construidos con materiales durables,
situación que disminuye en colonias periféricas.
Finalmente, al revisar el material predominante en cubiertas, se tomó en cuenta
que la edificación del techo representa para una inversión considerable –de
tiempo y dinero- para los moradores y de alguna manera, es un elemento que
expresa la jerarquía social y económica alcanzada dentro del imaginario
colectivo de los habitantes, particularmente aquellos de escasos recursos
económicos. De esta manera, en las colonias del espacio Periferia, es
costumbre celebrar el “echado del colado”, acto en el que participan familiares,
amigos, compadres, colaboradores (albañiles o asesores), vecinos, etc. La
cubierta permanente representa la última fase dentro del lento proceso
progresivo en la construcción de las viviendas de las familias de bajos ingresos.
Para efectos de este trabajo se plantearon 5 indicadores que tienen que ver con
los materiales y sistemas frecuentemente empleados en Puerto Vallarta, los que
son: 1) cartón; 2) madera; 3) losa de concreto; 4) teja; y, 5) otros.
186
Cuadro 3.6 Material predominante en cubiertas de viviendas (2005)
Cartón Madera Losa concreto Teja Otros
3%* 5%* 44%* 36%* 12%*
*los números están redondeados.
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
De esta manera, el material predominante para las cubiertas es la losa de
concreto, seguido por la teja (con viga de madera y medio pliego). Respecto al
concepto de otro que representó el 12 por ciento del total, se tuvo que la lámina
de asbesto y metálica eran los materiales predominantes en este sector.
3.2.4.- DISPONIBILIDAD DE SERVICIOS PÚBLICOS BÁSICOS.
Por servicios públicos básicos se entiende aquellos que facilitan la vida humana
y que deben ser provistos por el Estado de manera universal; para efectos de
nuestro trabajo se consideraron los siguientes accesos: i) agua potable
entubada; ii) alcantarillado; y, iii) energía eléctrica.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la Agencia Hábitat
(2006) considera el acceso al agua potable, al saneamiento básico y a la
tenencia segura como tres de las variables fundamentales para mejorar los
asentamientos, particularmente los precarios en los próximos años 7.
En relación a la disponibilidad de agua potable, el servicio es proporcionado por
el Sistema de los Servicios de Agua Potable, Drenaje y Alcantarillado de Puerto
Vallarta (SEAPAL) organismo operador paraestatal, que para finales del 2006,
contaba con un sistema compuesto por 25 pozos profundos, 3 galerías y 27
tanques de regulación ubicados en distintas partes de la ciudad.
7 La importancia que la ONU otorga a los servicios e infraestructura básica en las viviendas se expresan
dentro de la Meta 11 del Objetivo 7 expresados en los Objetivos del Milenio, programa adoptado por todos
los estados miembros del Organismo en el año 2000. Se contempla mejorar sustancialmente la calidad de
vida de, por lo menos, 100 millones de habitantes de asentamientos precarios para el año 2020 mediante la
puesta en marcha de cinco líneas de trabajo: acceso al agua potable, acceso al saneamiento básico,
tenencia segura, durabilidad de la vivienda y contar con área suficiente para vivir.
187
Cuadro 3.7 Viviendas con agua potable entubada en Puerto Vallarta (2005)
Total
Viviendas
Viviendas con
agua entubada (%)
55,710 50,655 90.93
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
La capacidad de abastecimiento actual es de 1,175 litros por segundo para dar
abasto al requerimiento de 250 litros por habitante al día así como de turistas,
los que tienden a gastar más agua por día que un habitante regular promedio8.
En cuanto al acceso a red de alcantarillado conectado a plantas de tratamiento,
se sabe que un porcentaje mayoritario si dispone de este servicio.
Cuadro 3.8 Viviendas con alcantarillado en Puerto Vallarta (2005)
Total
Viviendas
Viviendas con
alcantarillado (%)
55,710 51,984 93.31
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
Las zonas donde no se dispone de drenaje conectado a red se localizan
mayoritariamente en colonias del espacio Periferia, en particular en la zona de
El Progreso debido a la falta del Colector Oriente que integre las aguas servidas
de esa porción con la Planta de Tratamiento Norte I.
Al analizar la disponibilidad de energía eléctrica en las viviendas, se obtuvo que
un porcentaje mayoritario cuenta con este servicio. La Comisión Federal de
Electricidad (CFE), es la entidad responsable de suministrar el servicio eléctrico,
respondiendo a políticas sectoriales que no incorporan las prerrogativas
municipales. Así, indirectamente han incentivado la ocupación informal de suelo
al proveer el servicio, aún en colonias sin adecuación urbana mínima.
8 Datos tomados de la página web del SEAPAL: http://www.seapal.gob.mx/home.asp, consultados el 14
de marzo del 2009.
188
Cuadro 3.9 Viviendas con energía eléctrica en Puerto Vallarta (2005)
Total
Viviendas
Viviendas con
energía eléctrica (%)
55,710 52,300 93.88
Fuente: II Conteo General de Población y Vivienda, INEGI (2005).
La revisión de la disponibilidad de servicios públicos básicos9 permitió
determinar el grado de segregación socio-espacial como un proceso de
exclusión de algunos grupos sociales con respecto a los recursos urbanos, algo
que Alegría (2006) define como segregación por localización o entre zonas.
3.2.5.- LOCALIZACIÓN DENTRO DE LA TRAZA URBANA.
El estudio de la localización de colonias en la traza urbana permitió identificar
algunas dinámicas de segregación socio-espacial a nivel del centro de
población vallartense. Con ello se comprobaron algunas aseveraciones
conceptuales de trabajos teóricos sobre segregación residencial, con especial
énfasis en América Latina (Sabatini y Brain, 2008; Sabatini, 2006; Bournazou,
2006; Rodríguez Vignoli, 2001; Caldeira, 2000).
La primera se refiere al grado de concentración espacial de los grupos sociales,
en donde los de alta y media renta se ubican en zonas específicas de la ciudad,
las que, generalmente cuentan con las mejores condiciones de habitabilidad
(servicios públicos, infraestructura, materiales de calidad, óptimos ambientes
naturales y paisajísticos, etc.), lugares que se conectan con el Centro a través
de un vértice o “cono”, dejando fuera de ella a los grupos de menores ingreso,
los que se ubican en la periferia. En el caso local, este esquema se produce en
dos sentidos: un cono grande hacia la parte norte y un cono de más pequeño
hacia la sur, en donde el espacio Periferia queda fuera de esta dinámica.
9 Los datos del II Conteo General de población y Vivienda se tomaron de la página World Wide Web:
http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/espanol/sistemas/conteo2005/iter2005/consultafiltro.aspx
189
La segunda comprobación tiene que ver con el grado de homogeneidad social
que presentan distintas áreas al interior de la ciudad. En el caso local, se
observa que en el espacio Centro se ubican los grupos sociales de alta y media
renta, en el espacio Periferia, grupos mayoritariamente de baja y muy baja
renta, al tiempo que en el espacio Turístico se localizan de alta renta, con la
particularidad de ser residentes temporales, principalmente.
La tercera aseveración se refiere al predominio de tres grandes zonas
claramente identificadas en la traza urbana (espacios Centro, Periferia y
Turístico), en las que se desarrollan dinámicas disímiles y particulares. Esta
condición confirma la vivencia diferenciada del territorio cuya manifestación se
presenta con particular virulencia en las ciudades turísticas. Adicionalmente, la
dinámica descrita confiere la percepción de desigualdad y diferenciación en la
vida intra-urbana.
Finalmente, la última comprobación se refiere al acceso de los grupos sociales
a los recursos urbanos en la ciudad. Al respecto señalamos que en general se
tienen un acceso mayoritario a los servicios públicos básicos (agua potable,
drenaje y energía eléctrica) y que en este apartado, la malignidad de la
segregación residencial es menos intensa en el caso de Puerto Vallarta.
190
Mapa 3.3.- Segregación Socio-Espacial en Puerto Vallarta (2007)
Fuente: propia, tomada de mapas catastrales proporcionados por el H. Ayuntamiento
de Puerto Vallarta (2006)
191
3.3.- DIMENSIÓN SOCIAL DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN
EL ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA.
La dimensión social de la segregación residencial en el espacio Turístico en
Puerto Vallarta, se estudió considerando 3 categorías analíticas principales.
La primera se refiere al estatus familiar de los residentes al interior del espacio
turístico; para ello nos abocamos a conocer tres indicadores principales: la
composición demográfica, el nivel socio-económico y la nacionalidad. La
segunda categoría se refiere a las relaciones sociales, es decir, a la interacción
entre grupos y se elaboró considerando los encuentros entre grupos y a las
áreas de contacto. Finalmente, el tercer elemento lo constituyó la distinción
territorial, es decir, las consideraciones simbólicas sobre el lugar donde se vive,
tomando en cuenta los estigmas territoriales a partir del reconocimiento de los
barrios con prestigio y desprestigio social, así como la percepción de igualdad o
desigualdad en la residencia.
3.3.1.- ESTATUS FAMILIAR EN EL ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA.
El conocimiento del componente familiar de los habitantes en el espacio
Turístico en Puerto Vallarta se realizó para identificar el perfil de propietario y/o
usuario de las viviendas, particularmente bajo la hipótesis inicial de que un
porcentaje mayoritario era retirado, con altos niveles de ingreso y de
procedencia extranjera. Este supuesto a su vez tocaba un elemento conceptual
clave al analizar la modalidad de residencia en las ciudades turísticas de litoral
y que se refiere a la temporalidad en el uso (López Colás, 2003), suponiendo
que la mayoría de las unidades serían de vivienda secundaria y utilizadas
parcialmente a lo largo del año.
3.3.1.1.- Composición Etaria de Propietarios en el Espacio Turístico.
Para conocer la composición etaria de propietarios en el espacio Turístico
vallartense, se procedió a integrar datos obtenidos de la Sub-dirección de
Catastro del H. Ayuntamiento en tres de las colonias más representativas de
192
esta zona: a) Marina Vallarta; b) Amapas; y, c) Conchas Chinas. Los datos
obtenidos no son absolutos, pero dan una imagen de la estratificación
demográfica en esta zona.
El proceso consistió en crear una base de datos con los nombres de
propietarios, tanto nacionales como extranjeros. A partir de ello se indagó la
edad y al advertir que la mayoría se ubicaba en rangos mayores a los 45 años,
se procedió a calificar en 4 categorías: 1) de 40 a 50 años; 2) de 51 a 60 años;
3) de 61 a 70 años; y, 4) 71 años o más10.
En el caso de Marina Vallarta, de los 285 casos registrados, la mayoría de los
propietarios se ubica en el rango entre 51 a 60 años; destaca que los residentes
son más jóvenes que sus contrapartes de Conchas Chinas aunque no de
Amapas, donde los porcentajes son relativamente similares.
Cuadro 3.10 Composición Etaria en Marina Vallarta (2007)
40-50 años 51-60 años 61-70 años 71 años o más Total
analizado
63 122 73 27 285
22.11% 42.81% 25.61% 9.47% 100%
Fuente: Trabajo de gabinete con datos de la Sub-dirección de Catastro del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (207-2009).
La composición etaria en Amapas es interesante porque se advierte un perfil
más joven a pesar de que el mayor componente en el segmento de 51 a 60
años; a ello habría que resaltar que en esta zona se localiza un porcentaje
importante de enclaves gay, zonas exclusivas para segmentos con inclinación
homosexual y entre quienes la juventud es un componente importante.
10
La obtención de esta información fue una ardua labor; por diversas razones se negaba el acceso a tales
datos, salvo en el caso de Conchas Chinas, donde la Asociación de Colonos nos brindó todo el apoyo.
193
Cuadro 3.11 Composición Etaria en Amapas (2007)
40-50 años 51-60 años 61-70 años 71 años o más Total analizad
o 106 128 74 31 339
31.27% 37.76% 21.83% 9.14% 100%
Fuente: Trabajo de gabinete con datos de la Sub-dirección de Catastro
del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (207-2009).
Finalmente, al revisar los datos que se aportan en la colonia Conchas Chinas se
observa que el perfil de propietarios aumenta en edad, con un notable
incremento en la categoría de 61 a 70 años. Ello demuestra un perfil de mayor
edad vinculado, quizá, con la antigüedad de esta unidad residencial.
Cuadro 3.12 Composición Etaria en Conchas Chinas (2007)
40-50 años 51-60 años 61-70 años 71 años o más Total analizad
o 59 115 163 108 445
13.26% 25.84% 36.63% 24.27% 100%
Fuente: Trabajo de gabinete con datos de la Sub-dirección de Catastro
del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (207-2009).
Al realizar el resumen de las tres colonias revisadas, se obtiene que el
porcentaje mayoritario corresponde al rango de edad entre los 51 a 60 años con
un 34.14%, lo cual coincide con los márgenes en los cuales muchos pobladores
se retiran de sus actividades profesionales, fenómeno que a su vez se asocia
con la obtención de mayores ingresos económicos, lo cual facilita la adquisición
de viviendas de alto valor, como las que se encuentran en el espacio Turístico.
Cuadro 3.13 Composición Etaria en las tres colonias seleccionadas (2007)
40-50 años 51-60 años 61-70 años 71 años o más Total analizad
o 228 365 310 166 1,069
21.33% 34.14% 29.00% 15.53% 100%
Fuente: Trabajo de gabinete con datos de la Sub-dirección de Catastro
del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (207-2009).
194
La revisión de la composición etaria plantea algunas consideraciones: primero,
la ausencia de propietarios menores a los cuarenta años de edad; segundo, el
comportamiento etario no es homogéneo en las diferentes unidades territoriales
en el espacio Turístico vallartense; tercero, hay una relación entre la edad de
los habitantes y las condiciones para adquirir una propiedad en la zona turística.
3.3.1.2.- Composición Social de Residentes en el Espacio Turístico.
Antes de comenzar con este apartado, es necesario comentar la dificultad
técnica que representó indagar el nivel social y de ingreso económico de los
propietarios de viviendas en el espacio Turístico. Las complicaciones surgen
ante la falta de información oficial sobre estos sujetos y ante una comprensible
desconfianza por parte de los residentes para proporcionar dichos datos.
El proceso para obtener los indicadores socio-económicos fue realizar
encuestas entre residentes, en una muestra representativa en las tres colonias
ya analizadas, Marina Vallarta, Amapas y Conchas Chinas.
Ante la diversidad de opciones sociales y en el ánimo de que la información se
mantuviera en niveles manejables, se determinó considerar 6 categorías que
incluyeran a la mayoría, subrayando que se vinculó el concepto social con la
actividad económica predominante, resultando en: i) ejecutivo y/o empleado; ii)
empresario; iii) profesionista independiente; iv) funcionario gubernamental; v)
jubilado; y vi) otros.
Para realizar el análisis de la composición social en Marina Vallarta se
realizaron 57 encuestas, equivalentes al 20% de los vecinos registrados como
propietarios. De ello se desprende que la categoría de mayor peso son los
jubilados (35.09%), seguido de empresarios, profesionistas independientes,
ejecutivos, otros y por último, funcionarios gubernamentales.
195
A pesar de que los jubilados son la opción más frecuente, su valor es
relativamente bajo, particularmente porque partimos del supuesto de que la
mayoría de propietarios serían retirados. Sin embargo, ello se puede deber a un
perfil de residentes más jóvenes en la colonia.
Cuadro 3.14 Composición Social en Marina Vallarta (2007)
Ejecutivo y/o
empleado Empresario Profesionista
Funcionario
gubernamental Jubilado Otros Total
7 12 10 3 20 5 57
12.28% 21.05% 17.55% 5.26% 35.09% 8.77% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
En cuando a la colonia Amapas se realizó el mismo procedimiento anterior,
basado en aplicar encuestas al 20 por ciento de los residentes. Se encontró que
los valores se parecen en relación a Marina Vallarta, aumentando ligeramente
los jubilados, empresarios y profesionistas independientes y disminuyendo los
ejecutivos, funcionarios y otros.
Cuadro 3.15 Composición Social en Amapas (2007)
Ejecutivo y/o
empleado Empresario Profesionista
Funcionario
gubernamental Jubilado Otros Total
6 16 13 2 26 5 68
8.82% 23.53% 19.12% 2.94% 38.24% 7.35% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Llama la atención que el rango jubilados no haya disminuido a pesar de que la
composición demográfica mayoritaria en Amapas sea de individuos menores a
60 años de edad, equivalente al 69.03 por ciento. Ello quizá se deba a dos
razones principales: el retiro prematuro debido al éxito de sus empresas (hecho
comentado por un residente en una entrevista), así como a la preferencia
homosexual –gay- de muchos integrantes.
196
Por la información recabada en Conchas Chinas, se supo que la mayoría de los
habitantes son jubilados, superando la marca de más de la mitad (52.81%). A
primera vista no parecen ser muchos los que ostentan la condición de jubilados,
pero por entrevistas personales realizadas a algunos de ellos se supo que
muchos mantienen una relación de semi-jubilación, es decir, siguen
manteniendo algún control sobre sus empresas y/o oficinas de profesionistas, y
por ello, a la hora de responder a la encuesta, decidieron marcar la opción de
empresario y/o profesionistas11.
Cuadro 3.16 Composición Social en Conchas Chinas (2007)
Ejecutivo y/o
empleado Empresario Profesionista
Funcionario
gubernamental Jubilado Otros Total
6 14 13 4 47 5 89
6.74% 15.73% 14.61% 4.49% 52.81% 5.62% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
La suma de datos en las tres colonias representativas (Marina Vallarta, Amapas
y Conchas Chinas), arrojan un promedio en la composición social, la cual está
encabezada por jubilados con el 43.34 por ciento de las opciones. Le siguen los
empresarios, profesionistas, ejecutivos y/o empleados, otros y en última opción
funcionarios gubernamentales.
Cuadro 3.17 Composición Social en las tres colonias seleccionadas (2007)
Ejecutivo y/o
empleado Empresario Profesionista
Funcionario
gubernamental Jubilado Otros Total
19 42 36 9 93 15 214
8.88% 19.63% 16.82% 4.21% 43.45% 7.01% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
11
Como comentaban en entrevista personal dos residentes de Villa Sierra Mar, en Conchas Chinas. En
sendas ocasiones, los sujetos comentaron estar en permanente retiro, sin embargo, siguen a cargo de sus
empresas. Uno de ellos tiene una pequeña cadena de clínicas dentales en Nueva York y el otro es
psicólogo en Chicago. Ambos adquirieron sus unidades hace más de 20 años.
197
La estructura social nos marca el alto nivel simbólico de sus actividades y en
consecuencia de ingreso económico. Finalmente, se comenta que la aplicación
de encuestas en las colonias seleccionadas pudiera generar datos un tanto
débiles para determinar la composición social de los residentes; lo ideal hubiese
sido aplicar instrumentos de medición en cada colonia de esta zona, evento que
dadas las carencias técnicas, no se realizó.
3.3.1.3.- Composición Económica de Propietarios en el Espacio Turístico.
Para conocer la composición económica de propietarios en el espacio Turístico
se revisó el nivel de ingreso económico, aplicándose 214 encuestas en las tres
colonias ya mencionadas (Marina Vallarta, Amapas y Conchas Chinas),
reduciendo a cuatro las categorías de análisis. Se aclara que los datos se
registraron en dólares norteamericanos y no en moneda nacional por
cuestiones de manejo de la información, de estandarización económica y de
adecuación comercial local.
Los niveles de percepción económica se contabilizan por todo el año e incluyen
los ingresos netos12 obtenidos por pareja (esposo-esposa) y en el caso de
personas solteras, únicamente el registro individual13. Las categorías de trabajo
son: a) bajo (de 25,000 a 50,000 dólares norteamericanos); b) medio (de 50,000
a 100,000 dólares); c) medio-alto (100,000 a 150,000 dólares norteamericanos);
y d) alto (más de 150,000 dólares).
El primer caso estudiado lo constituye la colonia Marina Vallarta, en donde el
rango de mayor aparición fue el medio-alto, (58.88%), integrado por residentes
con ingresos superiores a los $10 mil dólares estadounidenses por mes.
Destaca que los rangos extremos, tanto bajo como alto sean los de menor
incidencia, particularmente en la medida bajo, que seguramente se encontrará
12
Sin descontar los impuestos pagados, ya sea en territorio nacional o en otros países. 13
Al respecto hay que aclarar que la decisión de considerar el ingreso por pareja (esposo-esposa) se tomó
ya que en las entrevistas y encuestas, toda vez que los sujetos analizados insistína en esta consideración.
198
dificultades para cubrir las expensas de mantener viviendas y un nivel de vida
acorde a las expectativas en esta zona.
Cuadro 3.18 Composición Económica en Marina Vallarta (2007)
Bajo
(25-50 mil dólares)
Medio
(50-100 mil dólares)
Medio-alto
(100-150 mil dólares) Alto
(+ de 150 mil dólares)
7 15 29 6
12.28% 26.32% 50.88% 10.52%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
En cuanto al ejemplo de Amapas, se observa una tendencia al aumento en el
rango de residentes con mayores ingresos económicos, disminuyendo la
categoría bajo y aumentando el alto. Una posible explicación se debe a que
muchos desarrollos habitacionales en esta zona son de reciente construcción y
se ha venido conformado como un enclave gay, en donde los residentes se
caracterizan por contar con altos niveles de ingreso aunado a que tienen
menores gastos ante la ausencia de familia nuclear tradicional.
Cuadro 3.19 Composición Económica en Amapas (2007)
Bajo
(25-50 mil dólares)
Medio
(50-100 mil dólares)
Medio-alto
(100-150 mil dólares) Alto
(+ de 150 mil dólares)
5 16 26 21
7.35% 23.53% 38.24% 30.88%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
El margen más socorrido se ubica en el medio-alto, al igual que en Marina
Vallarta, sin embargo disminuye porcentualmente, mientras la opción de alto,
aumenta más de 20 por ciento, en relación con el caso anterior.
199
Al revisar el caso de Conchas Chinas, se advierte que el segmento alto se
mantiene prácticamente igual que en Amapas (30.33%), lo mismo que la
variable medio-alto, que sigue siendo predominante (35.96%), llamando la
atención la mínima disminución de los considerandos bajo y medio.
Cuadro 3.20 Composición Económica en Conchas Chinas (2007)
Bajo
(25-50 mil dólares)
Medio
(50-100 mil dólares)
Medio-alto
(100-150 mil dólares) Alto
(+ de 150 mil dólares)
19 23 32 27
8.88% 25.84% 35.96% 30.33%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Una posible causa de la similitud entre los niveles de ingreso de los residentes
de Amapas y Conchas Chinas pudiera ser la localización geográfica, ya que
ambas colonias se encuentran relativamente cerca, en la Zona Sur. Queda por
comprobar una potencial correlación entre esta condicionante.
Finalmente, al realizar la comparativa entre el nivel de ingreso en las tres
colonias muestra, se observa que el margen predominante se ubica en medio-
alto correspondiendo al 40.65 por ciento de los residentes. Coincidentemente,
los valores medio y alto presentan el mismo porcentaje, equivalente a la cuarta
parte de las opciones (25.74 por ciento), relegándose a la cuarta posición el
indicador bajo con un marginal 7.87 por ciento.
Cuadro 3.21 Composición Económica en las tres colonias seleccionadas
Bajo
(25-50 mil dólares)
Medio
(50-100 mil dólares)
Medio-alto
(100-150 mil dólares) Alto
(+ de 150 mil dólares)
7 54 87 54
7.87% 25.74% 40.65% 25.74%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
200
De esta manera se concluye que la composición económica de los residentes
en las tres unidades geográficas analizadas (Marina Vallarta, Amapas y
Conchas Chinas) es una variable crucial para comprender los procesos de
segregación residencial en el espacio Turístico en Puerto Vallarta.
La alta capacidad económica de los residentes en este espacio favorece el alza
en el valor del suelo, no solo en la franja turística sino en toda la ciudad, con lo
cual se presenta un encarecimiento del recurso suelo. Con ello, los residentes
de altos ingresos se apropian de los mejores territorios, se rodean de servicios
públicos de calidad y se excluyen del resto de la zona urbana, favoreciendo la
fragmentación de la ciudad turística.
3.3.1.4.- Nacionalidad de los Residentes en el espacio Turístico.
Otra variable necesaria en el análisis es el origen de los residentes por
nacionalidad. Ello se debe a que uno de los supuestos iniciales, identificados
por el conocimiento empírico de la realidad local, nos sugería que la mayor
parte de los propietarios en esta zona eran extranjeros. Sin embargo, la
respuesta seguía sin ser resuelta, así que la revisión detallada de porcentajes y
modalidades de origen resultó un componente de alto valor analítico para
despejar dudas supuestamente ya resueltas.
Para conocer el origen nacional se decidió revisar las tres colonias
representativas anteriormente indagadas (Marina Vallarta, Amapas y Conchas
Chinas) y se obtuvieron los datos consultando dos fuentes. La primera, de
carácter documental es la tesis de Huízar (2005), quien se abocó a conocer el
impacto de la vivienda secundaria en Puerto Vallarta; la segunda, fue producto
de la base de datos proporcionada por la Asociación de Colonos de Conchas
Chinas. Adicionalmente se elaboró un listado de las principales nacionalidades
de los residentes en las unidades consultadas, resultando mayoritaria, la
estadounidense.
201
En Marina Vallarta, de acuerdo a Huízar, el 35 por ciento de las propiedades
están a nombre de fideicomisos14 para extranjeros, si bien la autora aclara que
un porcentaje importante de unidades sin comercializar se encuentran a nombre
de empresas de origen mexicano, por lo cual los datos deben tomarse con
cierta reserva (2005:139-141). Sin embargo, el dato es significativo porque la
mayor parte de propietarios son de origen nacional, supuesto que parecía
contradictorio a lo supuesto inicialmente.
Cuadro 3.22 Origen nacional de propietarios en Marina Vallarta (2005)
Nacional Extranjero
65% 35%
Fuente: Huízar (2005).
En cuanto al origen de los propietarios extranjeros en Marina Vallarta, el
porcentaje mayoritario lo componen estadounidenses con un 75%, seguidos por
canadienses, británicos, italianos, alemanes y otros.
Cuadro 3.23 Origen nacional de propietarios extranjeros en Marina Vallarta
Estado-
unidense Canadiense Británico Italiano Alemán Otros
75% 12% 3% 3% 2.00% 5.00%
Fuente: Huízar (2005).
En Amapas, la mayor cantidad de residentes en la colonia son extranjeros. Con
ello, el 62 por ciento son propietarios ´no nacionales´ y el restante 38% sí lo son
(Huízar, 2005:125-127). Por sus condiciones geográficas, la colonia se
14
La figura del Fideicomiso es implementada por el Estado mexicano para estimular el usufructo de
propiedades por parte de extranjeros, toda vez que las leyes prohíben la adquisición de bienes
inmobiliarios por extranjeros en 100 kilómetros en las fronteras y 50 kilómetros en las costas. Si bien
legalmente la propiedad pertenece a una entidad fiduciaria, el Fideicomiso otorga a los extranjeros todos
los derechos de un propietario (residir, rentar, modifica, heredar) durante 99 años a partir de la creación
del fideicomiso, prorrogables por otros 99 años (datos tomados de la página World Wide Web:
http://www.nuwireinvestor.com/wiki/pages/fideicomiso.aspx) consultada el 8 de marzo del 2009.
202
mantiene excluida de la estructura urbana, fortaleciéndose su vocación de
enclave. Aunado a ello, se localiza cerca de la Zona Romántica, por lo cual se
han establecido este tipo de residentes.
Cuadro 3.24 Origen nacional de propietarios en Amapas (2005)
Nacional Extranjero
38% 62%
Fuente: Huízar (2005).
La composición de los propietarios extranjeros en Amapas vuelve a estar
encabezada por estadounidenses, pero esta vez en una proporción mayor, al
82 por ciento. Le siguen canadienses, españoles, alemanes, australianos y
francés (Huízar, 2005:126).
Cuadro 3.25 Origen nacional de propietarios extranjeros en Amapas (2005)
Estado-
unidense Canadiense Española Alemana Australiana Francesa
82% 7% 3% 3% 2% 5%
Fuente: Huízar (2005).
Finalmente, la relación entre propietarios nacionales y extranjeros en Conchas
Chinas confirmó la tendencia mostrada en el caso anterior. Con ello se supo
que la mayoría son de origen extranjero al contabilizarse el 69.01%.
Cuadro 3.26 Origen nacional de propietarios en Conchas Chinas (2007)
Nacional Extranjero No especificado Total
121 314 20 455
26.59% 69.01% 4.40% 100%
Fuente: Asociación de Colonos de Conchas Chinas, A.C. (2007).
203
Al revisar el componente de origen nacional, se confirma que la mayoría son
estadounidenses con el 87 por ciento, seguido de canadienses, alemanes,
británicos y de otras nacionalidades (Huízar 2005:133).
Vale la pena aclarar que se consideró la variable ´extranjero´ a pesar de que
contaran con su calidad migratoria de residentes FM-3, provista por el Instituto
Nacional de Migración, dependiente de la Secretaría de Gobernación.
Cuadro 3.27 Origen nacional de propietarios extranjeros en Conchas Chinas (2005)
Estado-
unidense Canadiense Alemana Británica Otros
87% 7% 1% 1% 4%
Fuente: Huízar (2005).
Con los datos anteriormente expuestos podemos concluir que salvo en el caso
de Marina Vallarta, los propietarios de origen extranjeros son mayoritarios en
relación con los nacionales. Los porcentajes son elevados en el caso de
Amapas (con 62%) y Conchas Chinas, con casi 70 por ciento.
Llama la atención el elevado porcentaje de propietarios provenientes de
Estados Unidos de América, que suma el 81.33 por ciento en promedio en las
tres colonias revisadas, seguido por los canadienses. Ésta dinámica se explica
por una diversidad de factores como: 1) cercanía física con Estados Unidos; 2)
relativa estabilidad macroeconómica en México; 3) jubilación de los Baby
Boomers, la generación de estadounidenses nacidos después de la II Guerra
Mundial, caracterizados por su alto nivel de ingresos económicos; 4) el precio
de las viviendas, menor a otros destinos competitivos como Miami o Hawai; 5)
certeza jurídica de los fideicomisos, como figura para la propiedad de
extranjeros en México, así como por los seguros de propiedad –title insurance-;
6) oferta de productos arquitectónicos de calidad; 7) el medio ambiente natural
privilegiado y atractivo de la región; 8) la hospitalidad del mexicano.
204
Con ello se confirma que la principal nacionalidad de residentes extranjeros en
Puerto Vallarta corresponde a los residentes estadounidenses.
3.3.1.5.- Temporalidad en la Residencia en el Espacio Turístico.
Como complemento al análisis de los residentes en el espacio Turístico de
Puerto Vallarta, se indagó la temporalidad en el uso de la vivienda por parte de
los propietarios y así, poder determinar la frecuencia de la vivienda, ya sea de
uso cotidiano o temporal.
En el caso de Marina Vallarta, 55 por ciento de los residentes manifestaron que
las viviendas eran utilizadas como residencia secundaria, mientras el resto lo
hacía de forma permanente (Huízar, 2005:140). Al cuestionarse sobre el uso
dado a los espacios durante la ausencia, señalaron que la mayor parte del
tiempo se mantenían desocupados (65%) y que algunos rentaban las unidades,
principalmente durante las vacaciones.
Cuadro 3.28 Temporalidad en la Residencia en Marina Vallarta (2005)
Residencia Permanente
Vivienda secundaria
45% 55%
Fuente: Huízar (2005).
La situación en la colonia Amapas es similar, en donde el 60 por ciento de los
residentes utiliza las viviendas en forma temporal (Huízar, 2005:126), y que en
los periodos de ausencia de los propietarios, las unidades se rentaban o
prestaban. Esto se debe a que la zona es muy popular, céntrica y solicitada, por
lo cual es atractiva su utilización con valor comercial.
205
Cuadro 3.29 Temporalidad en la Residencia en Amapas (2005)
Residencia Permanente
Vivienda secundaria
40% 60%
Fuente: Huízar (2005).
Finalmente, en Conchas Chinas la dinámica es más extrema pues el 89 por
ciento de los propietarios no vive de forma permanente en sus viviendas
(Huízar, 2005:133). Al respecto, se comenta que la mayoría de estas unidades
son habitadas en la temporada invernal o durante periodos vacacionales
principalmente, aunque también se presenta un mercado de rentas de las
unidades habitacionales en otras temporadas del año.
Cuadro 3.30 Temporalidad en la Residencia en Conchas Chinas (2005)
Residencia
Permanente Vivienda secundaria
11% 89%
Fuente: Huízar (2005).
La utilización temporal de las viviendas en las tres colonias analizadas nos
plantea una reflexión en el acceso a los recursos urbanos, situación planteada
por Alegría (2006). Por lo analizado hasta el momento, se puede concluir que
asistimos a una forma particular de segregación residencial, toda vez que los
residentes permanentes de Puerto Vallarta no pueden acceder a los barrios en
el espacio Turístico, y quienes si lo hacen, utilizan parcialmente sus unidades,
abandonándolas principalmente durante la temporada de verano.
Estas viviendas disponen de servicios públicos, se localizan en zonas
privilegiadas en cuanto a recursos naturales y paisajísticos, conservan un alto
valor comercial, son relativamente seguras y sin embargo, durante largas
temporadas del año permanecen vacías. Al hacer el análisis de la dimensión
física en el espacio Turístico, se retomará esta discusión.
206
3.3.2.- RELACIÓN SOCIAL ENTRE GRUPOS EN PUERTO VALLARTA.
Un elemento básico para comprender la segregación residencial es la relación
intra-urbana entre grupos sociales (Sabatini, 2006; Alegría, 2006). Para
Rodríguez Vignoli, la falta de interacción entre colectivos sociales es el
componente sociológico básico para identificar la existencia de segregación
residencial y por tanto, interpretar su dinámica (2001).
Este trabajo se ha basado en el estudio de la segregación residencial en
ciudades turísticas de litoral mexicano, tomando como estudio de caso a Puerto
Vallarta. Para ello, se identificaron dos tipos de espacio: i) el Turístico, es decir,
el área donde se desarrolla principalmente la práctica del turismo y actividades
vinculadas; y ii) el externo (Centro y Periferia) donde se realizan actividades que
no necesariamente tienen relación con el turismo. De esta manera se evaluó la
interacción entre los grupos sociales que están dentro del espacio Turístico y
los que están fuera de él, mediante la medición de encuentros entre grupos y
los lugares donde se llevan a cabo.
Para medir la interacción inter-grupal se realizaron dos actividades: la primera,
para conocer el encuentro entre grupos, tarea ejecutada mediante la aplicación
de dos encuestas, tanto para residentes dentro del espacio Turístico (214
encuestas) y fuera de este espacio (419 encuestas); la segunda, conocer las
áreas o lugares de encuentro, proceso realizado por el mismo procedimiento.
Los resultados obtenidos se presentan a continuación.
3.3.2.1.- Encuentros entre residentes nacionales y extranjeros.
Para evaluar los encuentros entre grupos se aplicó una encuesta dirigida a
residentes locales (nacionales) y otra a extranjeros propietarios de viviendas en
las tres colonias anteriormente seleccionadas como muestra (Marina Vallarta,
Amapas y Conchas Chinas).
207
En el caso de los residentes locales, se cuestionó si tenían contacto habitual
con extranjeros que radicaran o tuvieran una propiedad en la localidad, ello para
no confundir con el segmento turistas, mientras que la pregunta dirigida a los
extranjeros era igual pero en sentido contario. Para ello, se formularon cuatro
categorías de contacto: a) mucho; b) medio; c) bajo; y, d) sin contacto. Se
aclara que las respuestas corresponden a la percepción de los encuestados y
por tanto, es una muestra subjetiva de esta dinámica social de interacción.
Las respuestas dadas por los residentes locales muestran una percepción de
poco contacto habitual con habitantes extranjeros al computar un 41.29%,
seguido de la categoría medio. Destaca que casi el 20 por ciento de la
población manifiesta no tener ningún tipo de contacto con extranjeros.
Cuadro 3.31 Contacto de residentes locales con extranjeros en Puerto Vallarta (2008)
Mucho Medio Bajo Nada Total
52 121 173 73 419
12.41% 28.88% 41.29% 17.42% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
En el caso de Marina Vallarta, aumenta la percepción de contacto que los
extranjeros tienen; una posible explicación de estos datos se deba a la
localización de la colonia, la cual se encuentra territorialmente integrada a la
zona urbana y por tanto la posibilidad de contacto sea mayor.
Cuadro 3.32 Contacto de extranjeros con nacionales en Marina Vallarta (2008)
Mucho Medio Bajo Nada Total
5 22 28 2 57
8.77% 38.60% 49.12% 3.51% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
208
En Amapas se advierte una disminución de contacto entre extranjeros y
nacionales al registrar la categoría bajo un mayoritario 60.29 por ciento; además
aumenta nada hasta un 7.36 por ciento. Esta situación puede mostrar una
tendencia a la formación de enclave urbano, particularmente por su vocación
como colonia gay, es decir, de residentes con esa tendencia sexual, quienes
por su misma condición buscan la estancia entre pares.
Cuadro 3.33 Contacto de extranjeros con nacionales en Amapas (2008)
Mucho Medio Bajo Nada Total
8 14 41 5 68
11.76% 20.59% 60.29% 7.36% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Lo encontrado en Conchas Chinas se ubica en una media entre los resultados
obtenidos en los dos casos anteriores, ni se dan tantos contactos ni permanece
como enclave, ya que la categoría medio es la principal al registrar un 47.19 por
ciento, casi la mitad. Se nota una mayor integración con residentes locales,
muchos de los cuales se desempeñan laborando en sus viviendas, como
mozos, personal de limpieza, asistentes, etc.
Cuadro 3.34 Contacto de extranjeros con nacionales en Conchas Chinas (2008)
Mucho Medio Bajo Nada Total
16 42 29 2 89
17.98% 47.19% 32.58% 2.25% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Al realizar la sumatoria en la percepción de contacto de los habitantes
extranjeros en relación con los locales, se advierte que los porcentajes se
parecen a lo expuesto por los residentes nacionales, sin embargo, destaca el
bajo porcentaje de bajo, casi inexistente en los extranjeros.
209
Cuadro 3.35 Contacto de extranjeros con nacionales
en tres colonias seleccionadas (2008)
Mucho Medio Bajo Nada Total
29 78 98 9 214
13.55% 36.45% 45.79% 4.21% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Con los datos aportados podemos concluir que la percepción de contacto entre
residentes nacionales y sus contrapartes extranjeros es media y baja,
registrándose una tendencia a mantenerse un tanto distanciados. Si bien en
este trabajo ya no indagaron las causas de los bajos contactos entre residentes,
aventuramos tres razones principales.
La primera causa tiene que ver con la barrera del idioma, destacando que los
extranjeros (particularmente estadounidenses) no hablan ni les es necesario
comunicarse en castellano, ya que, como muestra de la dependencia a estos
grupos nacionales, los habitantes locales se comunican con ellos en inglés.
La segunda razón radica en las diferencias culturales, en donde ambos grupos
conservan costumbres e identidad. Si bien se advierte un interés de los
extranjeros por respetar y adoptar costumbres locales15, en términos generales
se mantiene una barrera de prácticas culturales por grupos.
Y la tercera posible razón es el sentimiento de cercanía lejana16; a pesar de que
se tienen relaciones entre residentes locales y extranjeros, queda la sensación
de que no se rompe esa barrera infranqueable entre el “ellos” y “nosotros”.
15
Dentro de la adopción de costumbres locales destaca la asistencia de extranjeros a las peregrinaciones
en honor de la Virgen de Guadalupe, evento celebrado anualmente en el mes de diciembre. También se
resalta las activa participación de extranjeros en actos comunitarios y de ayuda social. 16
Concepto vertido por un residente extranjero en Conchas Chinas en entrevista celebrada el 17 de julio
del 2008.
210
3.3.2.2.- Lugares de contacto entre residentes nacionales y extranjeros.
Otra variable relevante a conocer era el lugar donde mantienen contacto los
habitantes nacionales y extranjeros. Para ello se preguntó solamente a los que
respondieron afirmativamente que existía algún contacto entre grupos. Por
razones de facilidad metodológica, se consideró como válida solo una
respuesta, factor que se convirtió en una debilidad en etapas posteriores de la
tesis, al no tenerse una imagen más completa de las áreas de contacto.
Se plantearon cinco sitios de encuentro: i) vivienda; ii) comercio; iii) restaurante;
iv) equipamiento; v) espacio público. Los residentes nacionales expresaron que
la principal área donde se encuentran con los extranjeros es en la vivienda al
computar el 34.97 por ciento, seguido por el espacio público (28.33%). De esta
manera los encuestados confirman que hay relación con extranjeros en la
esfera íntima, que es el hogar.
Cuadro 3.36 Áreas de contacto entre residentes nacionales y extranjeros
en Puerto Vallarta (2008)
Vivienda Comercio Restaurante Equipamiento Espacio Público Total
121 68 40 19 98 346
34.97% 19.65% 11.56% 5.49% 28.33% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
En cuanto a los lugares donde se encuentran los extranjeros con los residentes
locales, se aplicó el mismo procedimiento de selección de las tres colonias
representativas que hemos venido trabajando, para obtener los datos. En el
primer ejemplo, los residentes extranjeros de Marina Vallarta señalaron que la
vivienda es el lugar más frecuente de contacto con los vallartenses (30.91 por
ciento), seguido de comercio y restaurante. Llama la atención que disminuya la
opción espacio público en relación con lo señalado por los residentes
nacionales.
211
Cuadro 3.37 Áreas de contacto entre residentes nacionales y extranjeros
en Marina Vallarta (2008)
Vivienda Comercio Restaurante Equipamiento Espacio Público Total
17 13 11 5 9 55
30.91% 23.64% 20.00% 9.09% 16.36% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
El área de contacto más popular entre los habitantes extranjeros en Amapas
fue el restaurante, con el 30.16%, seguido de vivienda, comercio y espacio
público. Este dato revela que se mantiene una intimidad en cuanto a la vivienda
y que, por otro lado, se le da un valor relevante a las relaciones públicas. Habrá
que recordar que esta zona es reconocida como enclave gay y que este
segmento no tiene familia nuclear y por tanto dispone de tiempo y dinero para
otro tipo de convivencias.
Cuadro 3.38 Áreas de contacto entre residentes nacionales y extranjeros
en Amapas (2008)
Vivienda Comercio Restaurante Equipamiento Espacio Público Total
17 14 19 2 11 55
26.98% 22.22% 30.16% 3.17% 17.46% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Lo expresado por los residentes extranjeros en Conchas Chinas en relación con
los lugares donde interactúan con personajes locales, abundó como primera
opción la vivienda (35.63%), seguido de comercio y espacio público. Este dato
nos muestra un patrón en el cual los extranjeros tienen contacto con gente local
y realizan actividades normales como comprar.
212
Cuadro 3.39 Áreas de contacto entre residentes nacionales y extranjeros
en Conchas Chinas (2008)
Vivienda Comercio Restaurante Equipamiento Espacio Público Total
31 21 16 1 18 87
35.63% 24.14% 18.39% 1.15% 20.69% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Sumando las áreas de contacto entre habitantes nacionales y extranjeros en las
tres colonias seleccionadas, encontramos que en la vivienda fue el sitio donde
más contacto se dio entre residentes nacionales y extranjeros, con un 31.71 por
ciento, dentro de las 205 opciones consultadas.
Cuadro 3.40 Áreas de contacto entre residentes nacionales y extranjeros
en tres colonias seleccionadas (2008)
Vivienda Comercio Restaurante Equipamiento Espacio Público Total
65 48 46 8 38 87
31.71% 23.41% 22.44% 3.90% 18.54% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
De esta manera, la opción vivienda se convirtió en el área de contacto más
socorrido para residentes nacionales y extranjeros. Ello comprueba que se
tienen relaciones de afinidad entre ambos grupos sociales. Sin embargo, no
queda del todo claro en que otras esferas de actuación se encuentran.
3.3.3.- DISTINCIÓN TERRITORIAL EN PUERTO VALLARTA.
La distinción territorial se refiere al prestigio y/o desprestigio asignado por la
población de una ciudad a algunos de sus vecindarios. En un extremo, el
prestigio social contribuye al mejoramiento de los barrios y suele ser la base de
negocios inmobiliarios al capitalizar la plusvalías obtenida por la rentas del
suelo; y en el otro extremo, la estigmatización de los barrios contribuye a formas
variadas de desintegración del cuerpo social (Sabatini, 2006:7).
213
En el caso vallartense, se revisaron tres elementos clave: en el primero se
abocó a determinar los barrios con mayor prestigio social; el segundo, a indagar
las colonias más desprestigiadas; finalmente, se revisó la percepción ciudadana
sobre igualdad y desigualdad urbana. El ejercicio se llevó a cabo con la
aplicación de una encuesta en el centro de población (419 encuestas), por
medio de la cual se obtuvieron los datos a continuación presentados.
3.3.3.1.- Barrios con Prestigio Social en Puerto Vallarta.
La identificación de los barrios con mayor prestigio social se realizó mediante la
aplicación de una encuesta. Al cuestionar este apartado17 se obtuvo que las
colonias mejor evaluadas fueron: 1) Fluvial Vallarta -14.80%-; 2) Marina Vallarta
-11.93%-; 3) Conchas Chinas -8.59%-; 4) Centro Histórico -7.88%-; 5) Las Aralias
-6.88-; 6) Las Gaviotas -5,73%-; 7) Versalles -5.25%-; 8) Las Moras -5.01%-; 9) El
Pitillal Centro -3.82-; 10) 5 de diciembre -3.10%-; 11) Emiliano Zapata -2.63%-; 12)
Palmar de Aramara -2.15%-; 13) Las Arboledas -1.67-; 14) Ixtapa Centro -1.67%-;
15) El Coapinole -1-19%-; 16) ´otros´ con el 17.90% restante.
Gráfico 3.1 Colonias con mayor prestigio territorial (estigma positivo) Colonias con Mayor Prestigio (Estigma Positivo)
Otros17.90%
Coapinole1.67%
Ixtapa (Centro)1.67%
Las Arboledas1.67%
Palmar Aramara2.15%
Fluvial Vallarta14.80%
Marina Vallarta11.93%
Conchas Chinas8.59%
Centro PV7.88%Las Aralias
6.88%Las Gaviotas
5.73%
Versalles5.25%
Las Moras5.01%
El Pitillal (Centro)3.82%
5 de Diciembre3.10%
Emiliano Zapata2.63%
Fluvial Vallarta
Marina Vallarta
Conchas Chinas
Centro PV
Aralias, Las
Gaviotas, Las
Versalles
Moras, Las
Pitillal, El
5 de diciembre
Emiliano Zapata
Palmar de Aramara
Arboledas, Las
Ixtapa, Centro
Coapinole, El
Otros
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
17
Al respecto la pregunta decía textualmente: ¿en caso de poder elegir, en cuál colonia de Puerto Vallarta,
usted viviría?. La respuesta era abierta.
214
Destaca que 15 colonias son preferidas por más del 80% de los encuestados y
que solamente tres de las colonias mencionadas, se localizan en el espacio
Turístico, en este caso referido a Marina Vallarta (en segundo lugar), Conchas
Chinas (tercera opción) y Emiliano Zapata (décima primera opción). Para el
imaginario urbano local, hay otros barrios en las cuales les gustaría residir antes
que dentro de la zona turística. Por otro lado, se observa que el espacio Centro
se consolida como la zona de mayor preferencia residencial en el puerto.
3.3.3.2.- Barrios con Desprestigio Social en Puerto Vallarta.
En cuanto a los barrios con mayor desprestigio social en Puerto Vallarta,
referida también como estigma negativo, la información obtenida nos permite
contar con los siguientes datos18: a) La Aurora -13.60%-; b) El Caloso -9.55%-; c)
El Progreso -9.55%-; d) López Mateos -6.44%-; e) El Pitillal Centro -5.97%-; f)
Infonavit -5.25%-; g) Las Mojoneras -5.25%-; h) Los Volcanes -5.01%-; i) El
Magisterio -4.06%-; j) Los Ramblases -4.06%-; k) Ixtapa Centro -3.10%-; l) Agua
Azul -2.63%-; m) Centro Histórico -2.63%-; n) El Coapinole -2.63%-; o) Buenos
Aires -2.14%-; p) ´otros´ con el 18.14% restante.
Gráfico 3.2 Colonias con menor prestigio territorial (estigma negativo) Colonias con menor Prestigio (Estigmas Negativos)
Los Volcanes5.01%
Las Mojoneras5.25%
Infonavit5.25%
El Pitillal (Centro)5.97%
López Mateos6.44%
El Progreso9.55%
El Caloso9.55%
La Aurora13.60%
Magisterio4.06%
Los Ramblases4.06%
Ixtapa (Centro)3.10%
Agua Azul2.63%
Centro (PV)2.63%
El Coapinole2.63%
Buenos Aires2.15%
Otros18.14%
Aurora, La
Caloso, El
Progreso, El
López Mateos
Pitillal -centro-
Infonavit
Mojoneras, Las
Volcanes, Los
Magisterio, El
Ramblases, Los
Ixtapa
Agua Azul
Centro PV
Coapinole, El
Buenos Aires
Otros
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
18
Al respecto la pregunta decía textualmente: ¿en cuál colonia de Puerto Vallarta, usted definitivamente
no viviría?. La respuesta era abierta.
215
Se subraya que 15 colonias concentran más del 80% del prestigio social
negativo y que de ellas, la mayoría sean formales, aunque de baja renta. Por
otro lado, solamente 6 de las primeras quince colonias desprestigiadas se
localizan en el espacio Periferia y las 9 restantes están en el espacio Centro.
Con ello podemos visualizar que el componente localización no necesariamente
influye en la percepción ciudadana sobre la reputación que tienen los barrios en
la zona urbana y que más bien factores como la seguridad, la convivencia, etc.
influyen en la vivencia al interior de las colonias vallartenses.
3.3.3.3.- Percepción de Igualdad y Desigualdad en Puerto Vallarta.
Al cuestionar sobre la percepción de desigualdad en la ciudad, se obtuvo que
un porcentaje mayoritario opina afirmativamente en la presencia de fenómenos
de desigualdad (91.89%) al interior de la ciudad.
Cuadro 3.41 Percepción de Desigualdad y Desigualdad en Puerto Vallarta
(2008)
Total de
Encuestas
Hay
Desigualdad
% con
Desigualdad
No hay
Desigualdad
% sin
Desigualdad
419 385 91.89 34 8.11
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
Los valores obtenidos expresan un fuerte sentimiento de desigualdad al interior
de la comunidad vallartense, al computar arriba del 90 por ciento. Este dato
podrá señalar una debilidad estructural de la sociedad mexicana y que se
refiere a la desigualdad, la cual se puede medir con instrumentos como el
coeficiente Gini. Pero también pueden indicar que en las ciudades turísticas de
litoral mexicano se exacerba la desigualdad al darse una convivencia con
turistas y/o extranjeros con mayor capacidad económica y por tanto con niveles
de vida que los que difícilmente tendrá acceso un residente local.
216
Además, si el extremo más alto de los residentes locales señala que solamente
el 7% percibe más de 10 salarios mínimos mensuales son (ver cuadro 4.3), sus
contrapartes extranjeros señalan que el 25.74% tiene ingresos superiores a los
$ 150 mil dólares estadounidenses (ver cuadro 4.21), por lo que el diferencial de
renta es 9 veces más alto entre extranjeros. Con esto queda comprende el
fuerte sentimiento de desigualdad intra-urbana y por tanto, una marcada
percepción de su vivencia en Puerto Vallarta.
Sin embargo, de acuerdo a experiencias empíricas, en Puerto Vallarta no se
expresa de manera tan radical los extremos de desigualdad en comparación
con otras ciudades turísticas de litoral como Acapulco, Cancún o Los Cabos.
3.3.3.4.- Modalidades de Desigualdad en Puerto Vallarta.
Al cuestionar sobre las principales modalidades en que se expresa la
desigualdad en Puerto Vallarta, se propusieron 4 categorías de análisis: i)
territorial; ii) económica; iii) educativa; y, iv) social. De ellas, la opción
mayoritaria correspondió a la modalidad ´económica´ con el 43.90%, seguido
por la ´social´ equivalente al 32.21%; las variables ´territorial´ y ´educativa´
aparecen marginalmente.
Cuadro 3.42 Modalidad de Desigualdad en Puerto Vallarta (2008)
Territorial Económica Educativa Social Total
48 169 44 124 385
12.47% 43.89% 11.43% 32.21% 100%
Fuente: Propia, por medio de encuesta.
De esta manera se aclara lo expuesto anteriormente en relación con el
componente económico como posible causa para explicar el sentimiento de
desigualdad en Puerto Vallarta.
217
Mientras el diferencial de ingreso económico siga siendo tan pronunciado entre
los residentes locales y los extranjeros, difícilmente se reducirá el sentimiento
de desigualdad, lo que se traduce también en una división social en el espacio
urbano y en un incremento de la segregación residencial en ciudades turísticas
de litoral, como Puerto Vallarta.
3.3.4.- COMENTARIOS SOBRE LA DIMENSIÓN SOCIAL EN PUERTO VALLARTA.
Tras analizar la dimensión social en Puerto Vallarta nos permitimos hacer
algunos comentarios sobre lo encontrado.
Primero, la composición etaria mayoritaria de residentes extranjeros en el
espacio Turístico se ubicó en el rango entre 51-60 años (34.14%). Se advierte
una ausencia de propietarios menores a los cuarenta años, con rangos de edad
que no son homogéneos entre las unidades territoriales analizadas; se visualiza
una correlación entre la edad de los habitantes y las condiciones económicas
para adquirir una propiedad en la zona turística.
Segundo, la composición social la encabezan los jubilados, registrando el
43.45%; del resto, quienes trabajan se desempeñan en actividades de alto nivel
simbólico y en consecuencia de ingreso económico (empresarios,
profesionistas, etc.).
Tercero, destacan los altos ingresos económicos de los residentes en el
espacio Turístico, con ingresos medios-altos predominantes (de 100 a 150 mil
dólares estadounidenses al año). Ello favorece el alza en el valor del suelo, no
solo en la franja turística sino en toda la ciudad, por lo que los habitantes de
altos ingresos se apropian de los mejores territorios, con servicios públicos de
calidad y se excluyen del resto de la zona urbana, favoreciendo la segregación
residencial y la fragmentación urbana en la ciudad turística de litoral.
218
Cuarto, el origen nacional de residentes en el espacio Turístico correspondió a
extranjeros, con el 55.33 por ciento, y de ellos, la mayoría son estadounidenses,
asistiéndose en la práctica a una ocupación territorial mayoritariamente en
manos extranjeras. Cabe mencionar que en los postulados iniciales de este
trabajo, se asumía una mayor presencia extranjera en la zona turística,
situación que se matizó con los datos obtenidos.
Quinto, en relación con la temporalidad en el uso de viviendas dentro del
espacio Turístico se obtuvo que solamente el 32% de los habitantes la utiliza
como vivienda permanente. El resto lo hace solamente por temporadas
(particularmente invernal) y en periodos vacacionales. El abandono transitorio
de estas unidades plantea una reflexión sobre una modalidad de injusticia
urbana que repercute en una forma de segregación residencial en estas zonas.
Sexto, los residentes nacionales manifestaron tener poco contacto con
extranjeros, situación también replicada por aquellos. Algunas razones de este
distanciamiento pudieran ser la barrera de idioma, las diferencias culturales y la
"cercanía lejana", una barrera que no termina de ser superada entre ambos
grupos.
Séptimo, la ´vivienda´ se convirtió en el área de contacto más socorrido tanto
para los residentes nacionales como para los extranjeros. Se comprueba que se
tienen relaciones de afinidad entre ambos grupos sociales, sin embargo, no
queda tan claro en que otras esferas de actuación se encuentran.
Octava, tres colonias localizadas dentro del espacio Turístico aparecen como
lugares con prestigio social, ocupando esas posiciones Marina Vallarta,
Conchas Chinas y Emiliano Zapata. En el imaginario urbano vallartense, hay
otras colonias de mayor preferencia residencial antes que dentro de la zona
turística.
219
Novena, de las colonias mencionadas como desprestigiadas (estigma negativo)
ninguna corresponde a unidades dentro del espacio Turístico, aunque muchas
si se localizan en el espacio Centro.
Décima, se presenta una alta percepción de desigualdad en Puerto Vallarta,
siendo la causa económica la principal modalidad de esta manifestación.
3.4.- DIMENSIÓN FÍSICA DE LA SEGREGACIÓN RESIDENCIAL EN
EL ESPACIO TURÍSTICO DE PUERTO VALLARTA.
La dimensión física en la cual se manifiesta la segregación residencial en el
espacio Turístico de Puerto Vallarta fue otro de los componentes de estudio
para este trabajo. Como se ha mencionando con anterioridad, diversos autores
subrayan el enfoque bidimensional (social-espacial) de la segregación
residencial (Bournazou, 2006; Sabatini, 2006; Rodríguez Vignoli, 2001). Si bien
la presencia de un tipo de segregación no asegura la presencia del otro, en la
práctica ambos tipos de segregación suelen estar relacionados.
En este sentido geográfico, la segregación residencial se manifiesta en la
desigualdad distribución territorial de los grupos sociales en el espacio físico. En
el caso de Puerto Vallarta, en este apartado nos dedicamos a investigar en
dónde y cómo se asientan las nuevas modalidades de división social en el
espacio urbano, particularmente con la masiva edificación de vivienda
secundaria en la zona turística a partir del año 2001.
Con ello, nos abocamos a comprender y posteriormente explicar dos categorías
principales. La primera, referida a las características urbanas del espacio
Turístico, analizando: 1) superficie urbanizada; 2) vocación de uso de suelo; 3)
intensidad edificada –densidad-; y, 4) superficie construida. La segunda,
dedicada a las unidades de vivienda secundaria turística, revisando: a)
concentración espacial de unidades; y; b) tipología de los desarrollos.
220
Estas labores se realizaron mediante el análisis espacial detallado en las
unidades geográficas que integran el espacio Turístico vallartense, siendo las
colonias Marina Vallarta, Zona Hotelera Norte, 5 de diciembre (una porción),
Emiliano Zapata (una parte), Amapas, Amapas Sur, Conchas Chinas y Zona
Hotelera Sur las entidades revisadas, las cuales se extienden en una longitud
aproximada de extensión de 25 kilómetros y se asientan en una superficie
aproximada de 750 hectáreas.
El método de trabajo consistió en elaborar bases de datos de 1,295 proyectos
dentro del espacio Turístico incluyendo la vocación del desarrollo, la superficie
de desplante y construida, alturas, principalmente. De especial ayuda fue contar
con cartografía catastral digital del año 2006 así como planos de restitución
cartográfica proporcionada por la sub-dirección de Catastro y la dirección de
Planeación Urbana del H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta.
Con los datos obtenidos, completamos una visión general sobre las formas en
que se desarrolla y manifiesta la segregación residencial en el espacio Turístico
de Puerto Vallarta, Jalisco.
3.4.1.- CARACTERÍSTICAS URBANAS EN EL ESPACIO TURÍSTICO
EN PUERTO VALLARTA.
La revisión de las características urbanas que integran el espacio Turístico en
Puerto Vallarta se realizó para vislumbrar la relación que la estructura urbana
tiene en la formación de segregación residencial, particularmente en las nuevas
manifestaciones y modalidades surgidas tras la emergencia de desarrollos de
vivienda secundaria turística. Para ello, se realizó el análisis por zonas y
posteriormente se integraron los datos globales. A continuación presentamos la
información obtenida.
221
3.4.1.1.- Superficie urbanizada en el Espacio Turístico.
La revisión de la superficie urbanizada en el espacio Turístico se ejecutó en las
unidades geográficas que la integran, por lo cual se muestran inicialmente los
datos individuales, integrando al final los resultados.
En el caso de Marina Vallarta, se distribuye en una superficie aproximada de
216-38-96.92 hectáreas. Presenta una variedad de usos de suelo incluyendo
hotelero, habitacional, comercial, equipamientos, etc. en diferentes densidades.
El 77.33% del territorio está lotificado (167-34-30.78 hectáreas); el resto se
distribuye en vialidades y áreas de cesión. El porcentaje representa altos
niveles de consolidación urbana.
Cuadro 3.43 Superficie urbanizada en Marina Vallarta
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
216-38-96.92 167-34-30.78 77.33
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Los datos de la Zona Hotelera Norte se dividieron en dos porciones, debido a la
extensión y características particulares de cada una. En la porción “A”, se
cuenta con una variedad de usos de suelo que incluye, equipamientos (XII Zona
Naval Militar, Terminal Marítima, etc.) hotelero, habitacional, comercial, etc. en
diferentes densidades.
Cuadro 3.44 Superficie urbanizada en Zona Hotelera Norte, porción “A”
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
32-72-70.63 31-95-71.84 82.50
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
222
Se revisaron 41 predios, en una superficie aproximada de 38-72-70.63
hectáreas, de las cuales el 82.50% está lotificado (31.95-71.84 hectáreas); el
porcentaje representa altos niveles de consolidación urbana.
En la porción “B” de la Zona Hotelera Norte, se revisaron 62 lotes en una
superficie aproximada de 71.80 hectáreas, de las cuales el 65% está lotif icado.
Cuadro 3.45 Superficie urbanizada en Zona Hotelera Norte, porción “B”
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
71-80-63.09 46-66-40.01 65.00*
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En cuanto a la colonia 5 de diciembre nos limitamos a la porción que tiene
actividad o relación con la actividad turística.
Cuadro 3.46 Superficie Urbanizada en colonia 5 de diciembre
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
9-18-41.15 5-36-06.45 58.37
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Se estudiaron 112 lotes en una superficie aproximada de 9-18-41.15 hectáreas,
de las cuales el 58.37% está lotificado (5-36-06.45 hectáreas) y el restante
41.63% se distribuye en vialidades y áreas de cesión.
En el caso de la porción turística de la colonia Emiliano Zapata se revisaron 145
lotes en 18 manzanas en una superficie aproximada de 15-18-21.51 hectáreas,
de las cuales el 69.97% está lotificado (10-62-24.10 hectáreas) y el 30.03%
sobrante se distribuye en vialidades y áreas de cesión.
223
Cuadro 3.47 Superficie Urbanizada en colonia Emiliano Zapata
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
15-18-21.51 10-62-24.41 69.97
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Los datos obtenidos en la colonia Amapas señalan que 307 lotes estudiados en
36 manzanas se expanden en una superficie aproximada de 31-22-69.82
hectáreas, de las cuales el 79.16% está lotificado (24-71-87.56 hectáreas) y el
restante 20.84% se distribuye en vialidades y áreas de cesión. Se subraya el
alto nivel de consolidación en la zona.
Cuadro 3.48 Superficie Urbanizada en colonia Amapas
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
31-22-69.82 24-71-87.56 79.16
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Cabe mencionar que Amapas se localiza en la Zona Sur de Puerto Vallarta y ha
sido una de las áreas de mayor expansión en el modelo de vivienda secundaria
turística en los últimos años, proceso favorecido por su consolidación como
enclave gay gracias a su cercanía con la Zona Romántica en la colonia
Emiliano Zapata.
En cuanto a la colonia Amapas Sur se estudiaron 27 lotes en 5 manzanas en
una superficie aproximada de 6-84-42.81 hectáreas, de las cuales el 84.63%
está lotificado (5-79-21.79 hectáreas) y el restante 15.37% se distribuye en
vialidades. Destaca la ausencia de áreas de cesión y no se cuenta con espacios
públicos, ni equipamientos, ni zonas comerciales.
224
Cuadro 3.49 Superficie Urbanizada en colonia Amapas Sur
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
6-84-42.81 5-79-21.79 84.63
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En Conchas Chinas encontramos que la superficie urbanizada asciende a 40-
54-18.20 hectáreas, estando lotificadas 20-87-85.46 hectáreas, equivalente al
51.50% del área total, constituyendo un índice de baja consolidación urbana. El
número total de predios analizados asciende a 225, incluyendo las áreas
construidas y baldías.
Cuadro 3.50 Superficie Urbanizada en colonia Conchas Chinas
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
40-54-18.20 20-87.85.46 51.50
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Finalmente, en la Zona Hotelera Sur tras analizar 55 desarrollos se supo que el
área incluye 51-63-01.48 hectáreas de las que están urbanizadas 29-46-24.42
hectáreas, lo cual constituye el 57.06% de área urbanizada.
Cuadro 3.51 Superficie Urbanizada en Zona Hotelera Sur
Total superficie (Hectáreas)*
Superficie lotificada (Hectáreas)*
% lotificado
51-63.01-48 29-46.24.42 57.06
* Números redondeados.
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
225
De lo anteriormente expuesto se concluye que las características de la
superficie urbanizada dentro del espacio Turístico muestra un patrón
diferenciado por áreas. Mientras que en la porción norte y centro (Marina
Vallarta, Zona Hotelera Norte, 5 de diciembre, Emiliano Zapata y Amapas)
presentan niveles de urbanización altos, en la Zona Sur (Conchas Chinas y
Zona Hotelera Sur) se observan bajos niveles de urbanización, solo por encima
del cincuenta por ciento.
Esta situación se debe principalmente a las condiciones geográficas de las
zonas, que en el primer caso tiende a ser plano, mientras que en el sur
destacan las fuertes pendientes. Otro dato que refuerza este análisis es que
desde el año 1997, el Plan de Desarrollo Urbano de centro de población
(Pladucep) contempla la Zona Sur con un uso turístico, en la cual se pueden
desarrollar potencialmente hasta 30 mil cuartos hoteleros. Sin embargo, una
mínima fracción de este espacio ha sido urbanizado en el periodo debido a los
altos costos que implican la edificación en estas condiciones topográficas.
3.4.1.2.- Vocación de uso de suelo en el Espacio Turístico.
Indagar sobre la vocación del suelo en el espacio Turístico fue otra variable a
revisar en el curso de la investigación. Consideramos relevante conocer que
modalidades de uso se presentan y poder contrastar nuestro supuesto inicial
que en la zona turística se desarrollaban actividades predominantemente
vinculado al turismo y prácticas asociadas.
Un primer acercamiento nos motivó a proponer 5 categorías de análisis: i)
vivienda unifamiliar; ii) departamentos; iii) hotel; iv) comercio; y, v) otros. Con
esta tipología revisamos cada una de las unidades geográficas expuestas en el
punto anterior.
226
En el caso de Marina Vallarta, el porcentaje mayoritario corresponde vivienda
unifamiliar (79.74 %), seguido por departamentos con 11.64%; el uso hotelero
corresponde al 3.38 %, comercial 1.29% y otros equivalen al 3.45%.
Vale la pena aclarar que si bien los porcentajes mayoritarios corresponde al
uso habitacional unifamilar, si comparamos la superficie utilizada para usos
hoteleros y condominales, es mayoritaria en ambos casos a la casa habitación
individual. De esta manera, los predios de vivienda unifamiliar “consumen” más
unidades privativas individuales pero no más superficie bruta de terreno.
Cuadro 3.52 Vocación de Uso de Suelo en Marina Vallarta
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros
Unidades 185 27 9 3 8
% 79.74 11.64 3.88 1.29 3.45
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Para efectos de este análisis, la Zona Hotelera Norte se volvió a dividir en dos
porciones, “A” y “B”. En la primera se encontró que el porcentaje mayoritario
correspondió a usos comerciales (34.38%), seguido de departamentos con el
28.12%; a continuación se tienen otros con el 21.88%, terminando con el uso
hotelero (12.50%) y vivienda unifamiliar con el 3.12%.
Cuadro 3.53 Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Norte, porción “A”
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros
Unidades 1 9 4 11 7
% 3.12 28.12 12.50 34.38 21.88
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
227
Esto conduce a una situación un tanto contradictoria ya que el uso hotelero es
mínimo, apenas un 12.50%, siendo que la zona se conoce como “hotelera”. En
la práctica es una zona mixta, encabezada por usos comerciales.
En cuanto a la Zona Hotelera Norte, porción “B”, el porcentaje mayoritario
correspondió a hoteles con el 40.55%, seguido por comercios (29.70%),
departamentos con el 24.30%; a continuación se tienen otros con el 5.45% y el
uso de vivienda unifamiliar no aparece. Al menos en este caso, el uso hotelero
corresponde con el nombre de la zona. También se advierte de un intenso uso
mixto, principalmente comercial.
Cuadro 3.54 Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Norte, porción “B”
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros
Unidades 0 9 15 11 2
% 0.00 24.30 40.55 29.70 5.45
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En la parte turística de la colonia 5 de diciembre, el porcentaje mayoritario
correspondió a vivienda unifamiliar con el 48.21%, seguido por comercios
(25.89%), departamentos con el 8.93%; a continuación se tienen otros con el
6.25%, finalizando con uso de hotel, equivalente al 4.46%. Tampoco es
predominante el uso hotelero y marginalmente aparecen departamentos. Vuelve
a aparecer el uso comercial como un elemento importante en la zona.
Cuadro 3.55 Vocación de Uso de Suelo en la colonia 5 de diciembre
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros Baldíos
Unidades 54 10 4 29 7 7
% 48.21 8.93 4.46 25.89 6.25 6.26
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
228
El uso de suelo dominante en la porción turística de la colonia Emiliano Zapata
correspondió a vivienda unifamiliar con el 48.28%, seguido por comercios
(26.90%); a continuación los hoteles con 11.03%, departamentos con el 8.28%;
finalizando con otros, representando el 2.76%. Los predios baldíos presentan el
2.76% del total.
Cuadro 3.56 Vocación de Uso de Suelo en Emiliano Zapata
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros Baldíos
Unidades 70 12 16 39 4 4
% 48.28 8.28 11.03 26.90 2.76 2.76
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En el caso de la colonia Amapas, el porcentaje mayoritario de uso de suelo en
los predios construidos, correspondió a viviendas unifamiliares con el 72.76%,
seguido por departamentos (19.84%), comercios con 3.50% y hoteles con el
2.72%; finalizando con otros, representando el 1.18%. De esta manera se
comprueba el carácter predominantemente habitacional de la zona.
Cuadro 3.57 Vocación de Uso de Suelo en Amapas
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros
Unidades 187 51 7 9 3
% 72.76 19.84 2.72 3.50 1.18
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En la colonia anexa, Amapas Sur se encontró que el porcentaje mayoritario en
lo que respecta a la vocación de usos de suelo, correspondió a vivienda
unifamiliar con el 52.17%, seguido por departamentos (47.83%). Llama la
atención la ausencia de otros usos del suelo en la zona.
229
Cuadro 3.58 Vocación de Uso de Suelo en Amapas Sur
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros
Unidades 12 11 0 0 0
% 52.17 47.83 0.00 0.00 0.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En cuanto a Conchas Chinas, se encontró que la principalidad modalidad de
uso corresponde a vivienda unifamiliar con el 44.45%, seguido de
departamentos con el 30.66% y baldíos con 23.57%. Destaca el marginal uso
hotelero y comercial, al tiempo que una superficie importante de la colonia
continúa como predios baldíos, sin edificarse.
Cuadro 3.59 Vocación de Uso de Suelo en Conchas Chinas
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros Baldíos
Unidades 100 69 2 1 0 53
% 44.45 30.66 0.88 0.44 0.00 23.57
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
La última unidad revisada, correspondiente a la Zona Hotelera Sur presentó
que el uso de suelo predominante corresponde a vivienda unifamiliar con el
45.45%, seguido por baldíos con 30.91% y finalizando con departamentos
(12.73%) y hotel (10.91%). Llama la atención el nulo uso comercial y otros.
Cuadro 3.60 Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Sur
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros Baldíos
Unidades 25 7 6 0 0 17
% 45.45 12.73 10.91 0.00 0.00 30.91
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
230
Al concluir con la revisión de la vocacionalidad del suelo en el espacio Turístico
vallartense, se encontró que el uso predominante en los predios analizados
corresponde a vivienda unifamiliar (56.76 por ciento), seguido por
departamentos (18.35%), comercio (9.22%), hotel (5.64%), baldíos (7.25%) y
otros (2.78%). Estos datos generan cierta discordancia ya que, en primera
instancia, parecería que el uso hotelero es francamente marginal en una zona
que se supone es primordialmente turística. La explicación a esta distorsión
está en que se consideran los usos de suelo por lote y en este caso, el hotel se
desarrolla en pocos terrenos pero de gran tamaño. Esta explicación quedará
parcialmente resuelta cuando revisemos la superficie construida por tipología.
Lo mismo aplica al uso de departamento.
Cuadro 3.61 Vocación de Uso de Suelo en el Espacio Turístico de Puerto Vallarta
Modalidad Vivienda
Unifamiliar Departamentos Hotel Comercio Otros Baldíos
Unidades 634 205 63 103 31 81
% 56.76 18.35 5.64 9.22 2.78 7.25
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Con esta revisión de los usos de suelo queda explicada la distribución territorial
de actividades en el espacio Turístico de Puerto Vallarta.
A continuación se presenta un mapa con la síntesis de la vocación del suelo en
el espacio Turístico. En la parte norte, destaca Marina Vallarta y la Zona
Hotelera, donde se combinan el uso hotelero, habitacional y comercial. En la
zona Centro, conformada por las colonias 5 de diciembre y Emiliano Zapata,
llama la atención la diversidad de usos, mientras que en la zona Sur (Amapas,
Amapas Sur, Conchas Chinas y Zona Hotelera Sur), predomina el uso
habitacional, tanto en su versión unifamiliar como plurifamiliar vertical.
231
Mapa 3.4.- Vocación de uso de suelo en el Espacio Turístico de
Puerto Vallarta (2008)
Fuente: propia, tomada de mapas catastrales proporcionados por el H. Ayuntamiento
de Puerto Vallarta (2006)
232
3.4.1.3.- Intensidad Edificada (Densidad) en el Espacio Turístico.
El estudio de la intensidad edificada, basado en el conocimiento de la densidad
por desarrollo, fue otro elemento esencial en el estudio de la manifestación
física de la segregación residencial en el espacio Turístico de Puerto Vallarta y
con ello, complementar la comprensión sobre el uso del territorio.
Para ello se crearon 4 categorías de análisis: 1) densidad mínima integrada por
un coeficiente de ocupación del suelo (COS)19 de 0.40 y un coeficiente de
utilización del suelo (CUS) 20 de 0.80; 2) densidad baja, con un COS de 0.60 y
CUS de 1.20; 3) densidad media, con COS de 0.70 y CUS de 1.40; y; 4)
densidad alta, con COS de 0.80 y CUS de 2.10. Con estos indicadores, se
revisó el estado de de las unidades geográficas que integran la zona turística.
Cuadro 3.62 Intensidad Edificada en Marina Vallarta
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 145 76 11 0 68
% 48.33 25.33 3.66 0.00 22.68
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En el caso de Marina Vallarta, se advierte una baja densidad generalizada en la
colonia, al ser el valor que más aparece la densidad mínima, equivalente al
48.33% De igual manera, destacan dos fenómenos: primero, la ausencia de
19
Por Coeficiente de Ocupación de Suelo (COS) entendemos “el factor que multiplicado por el área total
de un lote o predio, determina la máxima superficie edificable del mismo; excluyendo de su cuantificación
las áreas ocupadas por sótanos” (artículo 3, inciso VIII, del Reglamento Estatal de Zonificación de Jalisco,
vigente -2001-). En otras palabras el COS es la superficie máxima de desplante de una construcción. 20
Por Coeficiente de Utilización de Suelo (CUS) entendemos “el factor que multiplicado por el área total
de un lote o predio, determina la máxima superficie construida que puede tener una edificación, en un lote
determinado; excluyendo de su cuantificación las áreas ocupadas por sótanos; (artículo 3, inciso IX, del
Reglamento Estatal de Zonificación de Jalisco, vigente -2001-). Así, el CUS es la superficie máxima de
construible de un predio.
233
desarrollos de alta densidad y segundo, el alto número de lotes baldíos, al
computar 22.68 por ciento.
La Zona Hotelera Norte (porción “A”) muestra una relativa homogeneidad, al
presentar índices similares o en proporción. La intensidad predominante
corresponde a desarrollos con densidad mínima, D1 (26.83%), seguido por
predios baldíos que contabilizan el 21.95%; los desarrollos de densidad baja
(D2) y alta (D4) significan el 19.51%, finalizando con edificios en densidad
media –D3- con 12.20% del total.
Cuadro 3.63 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Norte, porción “A”
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 11 8 5 8 9
% 26.83 19.51 12.20 19.51 21.95
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Por su parte, en la Zona Hotelera Norte, parte “B”, se observan índices similares
o en proporción; destaca que la intensidad predominante corresponde a predios
baldíos, contabilizando en 40.30%, seguido por los desarrollos en densidad
mínima -D1- (19.25%), por predios en densidad alta –D4- con 17.75% y
finalizando con construcciones en densidad baja –D2- y media –D3-
contabilizan ambos el 11.30% del total.
Cuadro 3.64 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Norte, porción “B”
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 12 7 7 11 25
% 19.25 11.30 11.30 17.75 40.40
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
234
En la parte turística de la colonia 5 de diciembre, la intensidad predominante
corresponde a predios densidad alta D4, contabilizando el 41.07%, seguido por
los desarrollos en densidad baja D2 (26.79%), por predios con densidad mínima
D1 con 16.96%, por desarrollos en densidad media D-3 equivalente al 8.93% y
finalizando con lotes baldíos con 6.25%.
Cuadro 3.65 Intensidad Edificada en 5 de diciembre
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 19 30 10 46 7
% 16.96 26.79 8.93 41.07 6.25
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Estos datos nos muestran el alto nivel de consolidación urbana en la zona y el
uso intensivo del suelo, eventos expresados en la alta densidad y la mínima
presencia de lotes desocupados (baldíos).
En el caso de la porción turística de la colonia Emiliano Zapata, la intensidad
más alta es de predios densidad alta D4, contabilizando en 34.48%, seguido por
los desarrollos en densidad baja D2 (28.79%), por predios con densidad Media
D3 con 20%, por desarrollos en densidad mínima D-1 equivalente al 13.79% y
finalizando con lotes baldíos con 2.76%.
Cuadro 3.66 Intensidad Edificada en Emiliano Zapata
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 20 42 29 50 4
% 13.79 28.97 20.00 34.48 2.76
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
235
Se tienen altos niveles de ocupación de suelo que coincide con las tasas altas
de consolidación urbana, con mínima superficie baldía (2.76%). También se
distingue una diversidad de usos y heterogeneidad en la vocación del suelo.
En la colonia Amapas, la intensidad predominante corresponde a predios
densidad mínima D1, contabilizando el 30.94%, seguido por los desarrollos en
densidad alta D4 (23.78%), por predios con densidad baja D2 con 15.64% y por
desarrollos en densidad media D3, equivalente al 13.36%. Los predios baldíos
equivalen al 16.28%, con lo cual aún queda suelo potencial para edificar.
Cuadro 3.67 Intensidad Edificada en Amapas
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 95 48 41 73 50
% 30.94 15.64 13.36 23.78 16.28
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Llama la atención que en Amapas los dos extremos sean tan contrastantes, es
decir, se tengan densidades mínimas y altas al mismo tiempo. Ello sugiere una
utilización un tanto anárquica del territorio sobre todo porque de acuerdo al
Plan de Desarrollo Urbano de centro de población (Pladucep), se determina
que esta zona es densidad mínima, situación que no se respetó.
En Amapas Sur, se supo que se presenta un fenómeno de intensidades en
sentidos extremos, ya que los mayores valores corresponden a predios con
densidad baja D1, contabilizando el 25.93% y de densidad alta D4 con los
mismos valores (25.93%). Posteriormente se presentan lotes con densidad
media D3 con 22.22% y se concluye con desarrollos en densidad baja D2
equivalente al 11.11%. Los predios baldíos equivalen al 14.81%.
236
Cuadro 3.68 Intensidad Edificada en Amapas Sur
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 7 3 6 7 4
% 25.93 11.11 22.22 25.93 14.81
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Los siguientes datos muestran una tendencia por elevar la intensidad de suelo
en una zona que pretendía conservarse como de baja densidad, debido a sus
condiciones topográficas, de valor paisajístico y natural, que sin embargo, se
enfrenta a procesos de especulación urbana por medio de desarrollos de
vivienda secundaria.
En Conchas Chinas, la mayor parte de desarrollos son densidad mínima D1
(36.89%), seguido por predios baldíos, contabilizando el 23.55% del total. La
densidad baja D2 cuenta en 19.56%, seguido por densidad alta D4 con 14.22%,
terminando con 5.78%, correspondiente a densidad media D3. Destaca que la
cuarta parte de la colonia permanece como superficie baldía.
Cuadro 3.69 Intensidad Edificada en Conchas Chinas
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 83 44 13 32 53
% 36.89 19.56 5.78 14.22 23.55
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Finalmente, en Zona Hotelera Sur destaca la predominancia de la densidad
mínima D1, al contabilizar el 23.64%, seguido por un empate en baja y media
(16.36%), concluyendo con 12.73% de densidad alta D4. Llama la atención la
gran cantidad de lotes inutilizados, correspondiendo al 30.91%.
237
Cuadro 3.70 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Sur
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 13 9 9 7 17
% 23.64 16.36 16.36 12.73 30.91
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Al realizar el resumen de la intensidad edificada en el espacio Turístico en
Puerto Vallarta se encontró que la intensidad predominante corresponde a
densidad mínima D1 con el 31.74%, seguido de densidad baja D2 (20.62%).
Posteriormente se dan lotes baldíos con 18.45% para terminar con densidad
alta D4 (18.22%) y media D3 (10.97%).
Cuadro 3.71 Intensidad Edificada en el Espacio Turístico
Densidad
Mínima D1
Densidad
Baja D2
Densidad
Media D3
Densidad
Alta D4 Baldíos
Predios 411 267 142 236 239
% 31.74 20.62 10.97 18.22 18.45
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo
Si bien en primera instancia se advierte una baja densidad en la utilización del
suelo en la zona turística vallartense, en realidad se observa la recurrencia de
densidades diferenciadas, en donde se presentan al menos tres dinámicas: a)
una zona donde la densidad alta es predominante, situación que sucede en
colonias céntricas ya consolidadas, en este caso la porción turística de las
colonias 5 de diciembre y Emiliano Zapata; b) 3 colonias se caracterizan por
mostrar valores extremos, al mismo tiempo de alta como mínima densidad; las
áreas donde ello ocurre es Zona Hotelera Norte, Amapas y Amapas Sur; y, c)
finalmente, tres zonas donde predomina la baja densidad, Marina Vallarta,
Conchas Chinas y Zona Hotelera Sur, espacios que se localizan en los
extremos norte y sur del área estudiada.
238
Finalmente, se presenta una gran cantidad de lotes inutilizados (baldíos) que
representan un 18.45 por ciento. Ello es particularmente claro en la porción “B”
de la Zona Hotelera Norte y en Conchas Chinas. La posible razón sea la
especulación urbana, donde los propietarios esperan hasta que la venta capture
las mayores plusvalías por cada predio. Esta dinámica se acentúa en la zona
donde se desarrolla predominantemente la actividad turística.
3.4.1.4.- Superficie Construida en el Espacio Turístico.
El conocimiento de la superficie construida en las unidades que conforman la
zona turística fue una parte medular en el proceso de comprensión del proceso
de segregación residencial en el espacio Turístico en Puerto Vallarta, ya que
inicialmente aventurábamos una modificación en el modelo turístico local, que
tradicionalmente se basaba en la hotelería.
El boom constructor reciente, motivado por la burbuja inmobiliaria a nivel
mundial, habría reconfigurado el territorio turístico con la edificación masiva de
conjuntos de vivienda secundaria en Puerto Vallarta. Con ello, indagar la
superficie construida se convertía en un elemento explicativo clave en el
desarrollo de la investigación.
Para ello, se determinaron cinco categorías de análisis, mismas que se había
utilizado para identificar la vocación del suelo, resultando: 1) hotel; 2)
departamentos; 3) vivienda unifamiliar; 4) comercios; y, 5) otros. El cálculo de
las áreas construidas incluyó la revisión de 1,295 desarrollos en el espacio
Turístico mediante el análisis de mapas catastrales del año 2006 y contrastado
con un plano de restitución cartográfica del año 2007, ambos proporcionados
por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (2007-2009).
En el caso de Marina Vallarta, el porcentaje mayoritario corresponde a
departamentos con el 50.72 %; seguido por la superficie de hoteles con 32.30
%, de casa unifamiliar (9.47%), comercios con 6.98% y otros, 0.53 %.
239
Cuadro 3.72 Superficie Construida en Marina Vallarta
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 336,006.36 527,537.09 98,513.53 72,651.92 5,292.24 1,040,001.14
% 32.30 50.72 9.47 6.98 0.53 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
En la Zona Hotelera Norte, porción “A”, la superficie construida mayoritaria
corresponde a hoteles con el 42.83 %; seguido por condominios con el 41.12%,
de comercios (8.50%), otros con 7.31% y casa habitación con el 0.24 %.
Cuadro 3.73 Superficie Construida en Zona Hotelera Norte, porción “A”
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 122,325.09 117,626.38 693.55 24,289.32 20,656.24 285,588.58
% 42.83 41.12 0.24 8.50 7.31 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Se advierte que los usos hoteleros y condominales están prácticamente
empatados en esta zona, destacando comercios como actividad de apoyo al
tiempo que prácticamente no existen casas unifamiliares. Por su parte, en la
porción “B” de la Zona Hotelera Norte, se observa que el porcentaje mayoritario
corresponde a hoteles con el 55.82%, seguido por la superficie de comercio con
el 24.21%, de departamentos (19.73%) y otros con 0.24%, con una suma total
de casi 700 mil metros cuadrados construidos.
Cuadro 3.74 Superficie Construida en Zona Hotelera Norte, porción “B”
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 376,384.55 133,073.72 0 163,238.21 1,627.57 674,324.05
% 55.82 19.73 0.00 24.21 0.24 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
240
Mapa 3.5.- Densidad en el Espacio Turístico de Puerto Vallarta (2008)
Fuente: propia, tomada de mapas catastrales proporcionados por el H. Ayuntamiento de Puerto Vallarta (2006)
241
La dinámica en la colonia 5 de diciembre muestra que la superficie construida
predominante corresponde a hoteles con el 42.69%, seguido por la superficie
de comercio con el 22.86%, de casa unifamiliar (18.04%), departamentos con
9.79% y finalmente, otros con 6.62%.
Cuadro 3.75 Superficie Construida en 5 de diciembre
Hoteles Departamentos
Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 33,699.80 7,725.53 14,240.42 18,046.17 5,228.83 674,324.05
% 42.69 9.79 18.04 22.86 6.62 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Llama la atención que, en el análisis de vocación de suelo, el uso hotelero en
esta colonia era el mínimo con 4.46% (ver cuadro 4.55), sin embargo, en la
superficie construida es la mayor. Ello se debe a que el hotel consume grandes
superficies para el desarrollo de sus actividades.
En cuanto a la parte turística de la colonia Emiliano Zapata, la mayor superficie
construida se refiere a departamentos con el 49.67%, seguido por la superficie
de hoteles con el 26.66%, de casa habitación (12.28%), comercio (10.24%) y
finalmente, otros con 1.15%.
Cuadro 3.76 Superficie Construida en Emiliano Zapata
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 53,516.16 99,694.94 24,639.26 20,547.47 2,320.92 200,718.75
% 26.66 49.67 12.28 10.24 1.15 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
242
Estos datos muestran que la vocación de la zona está más relacionada con la
oferta de vivienda secundaria, la cual se ha venido dando históricamente pero
en fechas recientes ha aumentado la intensidad.
Mientras tanto, en Amapas el porcentaje mayoritario corresponde a
departamentos con el 56.07%, seguido por la superficie de casas unifamiliares
con el 32.37%, de hoteles (9.34%), así como comercios (1.80%).
Cuadro 3.77 Superficie Construida en Amapas
Hoteles Departamentos
Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 25,684.67 154,121.62 88,981.52 4,945.23 1,127.78 274,860.82
% 9.34 56.07 32.37 1.80 0.42 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Se confirma un intensivo uso habitacional, equivalente al mayoritario 88.44%,
afirmándose que en Amapas no se da la práctica turística tradicional basada en
la hotelería, sino que recae en otra rama, la inmobiliaria.
En relación con Amapas Sur, en esta zona se observa que el porcentaje
mayoritario corresponde a departamentos con el 90.81% seguido por la
superficie de casas unifamiliares con el 9.19%, sin darse ninguna otra opción
construida. De esta manera se comprueba la fuerte presencia de oferta de
desarrollos plurifamiliares, principalmente en la modalidad de vivienda
secundaria dirigida a residentes temporales.
Cuadro 3.78 Superficie Construida en Amapas Sur
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 0 91,583.69 9,264.42 0 0 100,848.11
% 0.00 90.81 9.19 0.00 0.00 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
243
Por su parte, en Conchas Chinas la superficie que alberga la mayor superficie
construida son los departamentos con casi la mitad (49.75%), seguido por casa
unifamiliar con 41.20%, hoteles (5.99%), otros (2.85%) y comercio (0.21%).
Destaca que la colonia es mayoritariamente habitacional (sumando 90.95%) y
marginalmente se desarrollan otros usos.
Cuadro 3.79 Superficie Construida en Conchas Chinas
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 11,186.69 92,967.50 76,991.35 398.84 5,336.80 100,848.11
% 5.99 49.75 41.20 0.21 2.85 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
La última unidad analizada fue la Zona Hotelera Sur, cuya principalidad
modalidad construida se refiere a hoteles con el 62.80%, seguido por
departamentos (23.77%) y casa unifamiliar (13.43%). Ello nos muestra una
diversidad de actividades en esta zona predominando la hotelería.
Cuadro 3.80 Superficie Construida en Zona Hotelera Sur
Hoteles Departamentos
Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 97,813.93 37,028.93 20,921.34 0 0 100,848.11
% 62.80 23.77 13.43 0.00 0.00 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Finalmente, haciendo un resumen en el espacio Turístico se encuentra que la
mayor superficie construida se refiere a departamentos (41.98%), seguido de
hotel con 35.09%, casa unifamiliar (11.46%), comercio (10.10%) y otros (1.37%).
El volumen total construido supera los tres millones de metros cuadrados y se
distribuye en diferentes maneras, siendo Marina Vallarta la unidad que más
área construida alberga con casi la tercera parte del total.
244
De esta manera, se advierte que se tiene mayor superficie construida de
departamentos que de hoteles, en una relación superior de casi 7 puntos
porcentuales.
Cuadro 3.81 Superficie Construida en el Espacio Turístico
Hoteles Departamentos Casa
Unifamiliar Comercio Otros Total
Superficie
construida m2 1´056,617.25 1’264,027.70 344,978.56 304,117.16 41,629.08 3´011,369.12
% 35.09 41.98 11.46 10.10 1.37 100.00
Fuente: propia, basada en cartografía catastral y trabajo de campo.
Con ello se confirma el supuesto inicial de la transformación en el modelo
turístico en Puerto Vallarta, el cual pasó de ser predominantemente hotelero a
habitacional, principalmente en la modalidad de vivienda secundaria. Esta
modificación se acentuó en los últimos años, debido al boom constructor
motivado por la burbuja inmobiliaria global.
3.4.2.- DESARROLLOS DE VIVIENDA SECUNDARIA EN EL ESPACIO TURÍSTICO
EN PUERTO VALLARTA.
Con el inicio del siglo XXI, se presenta un boom en la construcción en Puerto
Vallarta. Este proceso se vio favorecido por la amplia disponibilidad de crédito
resultante de los intentos por reactivar la economía mundial tras los ataques
terroristas a los Estados Unidos, el 11 de septiembre del 2001 (Soros, 2008).
El acceso al crédito en buenas condiciones de pago, provocó una burbuja
inmobiliaria global (Fernández Durán, 2006), que en el caso local, se enfocó al
desarrollo de conjuntos de vivienda temporal. Llama la atención la modificación
en el objeto a invertir, que ya no es el sector hotelero, tradicionalmente el
destino de los recursos, por lo que se asiste a una modificación en el desarrollo
turístico, denominado el modelo de turismo residencial.
245
Para completar el análisis sobre las nuevas modalidades de segregación
residencial en el espacio Turístico de Puerto Vallarta presentaremos las zonas
donde se concentra espacialmente los desarrollos de vivienda secundaria y
posteriormente revisaremos una tipología propuesta de tales emprendimientos.
3.4.2.1.- Localización de desarrollos de Vivienda Secundaria Turística.
Para facilitar la comprensión de la localización de los principales desarrollos de
vivienda secundaria en el espacio Turístico, se propusieron 3 unidades de
estudio: i) unidad norte, incluyendo Marina Vallarta y Zona Hotelera Norte; ii)
unidad centro, con las colonias 5 de diciembre y Emiliano Zapata; y, iii) unidad
sur, contemplando Amapas, Amapas Sur, Conchas Chinas y Zona Hotelera Sur.
En la primera unidad revisada se presenta un notable incremento de edificios
departamentales en toda la zona. En el caso de Marina Vallarta, el frente de
playa estaba considerado en el Plan Maestro (1985) para uso hotelero, sin
embargo esto ya no se respetó, teniendo que de los 11 lotes principales, 6
corresponden a vivienda pluri-familiar vertical, caracterizados por Bay View
Grand, Caracoles, PortoFino, Shangri-La, Pacífico Azul y Tres Mares.
Imagen 3.1 Desarrollos con frente de playa en Marina Vallarta
Fuente: propia, julio 2008.
246
Vale la pena mencionar tres aspectos: a) de esos seis desarrollos, cinco fueron
construidos en los últimos 10 años; b) ninguno respetó la altura máxima
permitida en el Plan Maestro, que era de 14 niveles y se elevaron a un
promedio de 18 niveles, es decir, cuatro pisos más; y, c) se contravinieron los
Coeficientes de Ocupación del Suelo (COS) y Utilización del Suelo (CUS),
incrementando la densidad a conveniencia del desarrollador, con anuencia de la
administración municipal en turno.
Un ejemplo de lo mencionado lo constituye el desarollo Shangri-Lá, localizado
en el litoral costero de Marina Vallarta, en una zona consignada como Turístico
densidad media (T3), en el Plan de Desarrollo Urbano vigente (1997), con lo
cual la intensidad es menor en el desplante pero mayor en la superficie
construida con cerca de veinte mil metros cuadrados extras. De igual manera se
alteró el Índice de Edificación21 al contar con más unidades de las permitidas y
se elevaron en 4 los pisos, en contraste con sus vecinos.
Imagen 3.2 Desarrollo Shangri-Lá en Marina Vallarta
Fuente: propia, marzo 2008.
21
Por Índice de Edificación (IdE) se entiende “la unidad de medida que sirve para conocer cuantas
viviendas o unidades privativas pueden ser edificadas dentro de un mismo predio o lote en las zonas
habitacionales”; tomado del artículo 3, inciso XXIV del Reglamento Estatal de Zonificación de Jalisco,
vigente (2001). Así, el IdE es la cantidad máxima de viviendas en un desarrollo determinado.
247
Como se observa, el desarrollo Shangri-Lá optó por un modelo de baja
intensidad en el desplante pero de intenso uso en la superficie total construida.
Cuadro 3.82 Desarrollo Shangri Lá
Superficie
terreno
(m2)
Superficie
desplante (m2) COS
COS
original
Superficie
construida (m2) CUS
CUS
original
Altura
máxima
(niveles)
Altura
real
(niveles)
45,206.50 5,782.43 0.13 0.25 64,480.30 1.43 1.00 * 14 18
* De acuerdo al Plan Maestro de Urbanización de Marina Vallarta (1985).
Fuente: Planos Catastrales de la zona 11 -2006 y análisis en campo.
La Zona Hotelera Norte es otro de los espacios en los que se edificaron de
manera intensiva conjuntos de vivienda secundaria en los últimos cinco años.
Esta zona fue urbanizada por el Fideicomiso Puerto Vallarta en la década de
1970, dejando grandes porciones de predios al frente de playa, excluyéndose
del resto de la estructura urbana. Esta consideración favoreció la construcción
de tales conjuntos habitacionales pluri-familiares verticales.
Cuadro 3.83 Desarrollos principales en Zona Hotelera Norte
Grand
Venetian
Punta
Península
Icon
Vallarta Total
Unidades en departamento 420 300 408 1,128
Unidades en Villa 56 0 7 63
Superficie de terreno 71,397.00 56,800.00 14,634.20 142,831.20
Superficie construida 128,514.60 102,240.00 67,737.06 298,491.66
Fuente: Planos Catastrales de la zona 11 -2006, Plano de restitución cartográfica
2007, copias de licencias de construcción de Grand Venetian y Punta
Península, www.iconvallarta.com y trabajo de campo.
Al respecto destacan Grand Venetian, Punta Península e Icon Vallarta unidades
que en conjunto representan una oferta de 1,128 unidades en condominio y 63
villas, en una superficie de 142,831.20 metros de terrenos con frente a playa y
con casi trescientos mil metros cuadrados construidos. Ello representa más del
10% del parque habitacional total de vivienda secundaria en todo Puerto
248
Vallarta, al tiempo que la superficie construida representa casi el 10 por ciento
del total construido en el espacio Turístico en Puerto Vallarta y el 23 por ciento
de los condominios en la zona turística vallartense.
Imagen 3.3 Desarrollo Punta Península
Fuente: propia, marzo 2008.
Analizando detalladamente los emprendimientos Punta Península y Grand
Venetian, encontramos que el uso de suelo consignado en el Plan de Desarrollo
Urbano (1997) era Turístico densidad media T3, cuyo coeficiente de ocupación
de suelo (COS) máximo es 0.25 y el coeficiente de utilización del suelo (CUS)
de 1. Sin embargo, la autoridad municipal modificó el uso de suelo por
Habitacional Plurifamiliar Vertical densidad baja (H2-V), con lo cual se autorizó
la edificación de más del doble originalmente señalado.
249
Cuadro 3.84 Coeficiente uso Turístico densidad media (T3)
Desarrollo Superficie
terreno (m2) COS
Superficie
maxima
desplante (m2)
CUS
Superficie
maxima
construible (m2)
Grand Venetian 71,397.00 0.25 17,849.25 1.00 71,397.00
Punta Península 56,800.00 0.25
14,200.00 1.00 56,800.00
Fuente: Reglamento Estatal de Zonificación, Jalisco (2001), cuadros 8 y 12.
La superficie máxima construible no pasaba de 72,000 metros cuadrados para
el caso del desarrollo Grand Venetian, ni de 57,000 metros cuadrados en Punta
Península, intensidad que guardaba relación con el contexto urbano construido.
Sin embargo, con la modificación por Habitacional Plurifamiliar Vertical
densidad baja H2-V se obtiene que:
Cuadro 3.85 Coeficientes resultantes de la modificación al uso de suelo
Desarrollo Superficie
terreno (m2) COS
Superficie maxima
desplante (m2) CUS
Superficie maxima
construible (m2)
Grand Venetian 71,397.00 0.60 42,838.20 1.80 128,514.60
Punta Península 56,800.00 0.60
34,080.00 1.80 102,240.00
Fuente: Reglamento Estatal de Zonificación, Jalisco (2001), cuadros 8 y 12.
El área construible se eleva en más de 102,500 metros cuadrados,
confirmándose el uso intensivo del suelo y excediendo las densidades
establecidas de manera natural y normativa en la Zona Hotelera Norte y en el
corredor turístico de la av. Francisco Medina Ascencio. Además, durante el
proceso de modificación al uso del suelo en los desarrollos mencionados, se
omitieron estudios urbanos como manifestación de impacto ambiental, de carga
vehicular o de vulnerabilidad ante riesgos urbanos. Aún así, las autoridades se
limitaron a avalar los intereses de los promotores inmobiliarios e inversionistas,
en detrimento de la comunidad.
250
Ante ello, la Asociación de Hoteles y Moteles así como otros organismos
empresariales locales interpusieron un juicio de nulidad al procedimiento de
cambio de uso de suelo y a la licencia de construcción aprobada. En marzo del
2008, la Quinta Sala del Tribunal de lo Administrativo en el Estado de Jalisco
dictó sentencia en primera instancia decretando la ilegalidad y nulidad del
proceso de cambio de uso de suelo para el caso del Grand Venetian, con lo
cual potencialmente procede la demolición de este desarrollo.
Imagen 3.4 Desarrollo Grand Venetian
Fuente: tomado de página web: www.bvg.com
En la unidad Centro, no se presentan ejemplos relevantes en la colonia 5 de
diciembre, sin embargo en Emiliano Zapata destaca la edificación de Molino de
Agua, en la desembocadura del río Cuale, donde se ubicaba el hotel del mismo
nombre, el cual se caracterizaba por su baja densidad construida y por ser un
reducto de valor ambiental en la zona urbana.
251
Imagen 3.5 Hotel Molino de Agua antes de su remplazo
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
Sin embargo, en el año 2006 se vendió la propiedad y se edificó una torre con
110 condominios, confirmándose una vez más la modificación en el modelo de
ocupación en el espacio turístico, pasando de hotelero a habitacional.
Cuadro 3.86 Coeficientes en Molino de Agua
Superficie
terreno (m2)
Superficie
desplante
(m2)
COS COS
original
Superficie
construida
(m2)
CUS CUS
original
Altura
máxima
(niveles)
Altura
real
(niveles)
16,894.90 3,102.19 0.18 0.30 38,123.58 2.25 1.20 5 12
Fuente: Planos Catastrales de la zona 02 -2006-, copia de Licencia de Construcción 1940/06.
Imagen 3.6 Departamentos Molino de Agua
Fuente: propia, mayo 2008.
252
Para desplantar el edificio se derribaron una gran cantidad de árboles de valor
ambiental y se afectó la escala urbana de la zona Centro de Puerto Vallarta, al
autorizarse una altura de 12 niveles, a pesar de que el Plan Parcial de
Desarrollo Urbano de Los Muertos (vigente) marcaban 3 y 5 niveles máximos
permitidos (cuadro 3.86 e imagen 3.6 y 3.7).
Imagen 3.7 Departamentos Molino de Agua en el contexto
Fuente: propia, junio 2009.
En cuanto a la unidad sur, se menciona que ha sido otra de las áreas de mayor
expansión de la vivienda secundaria turística, debido a su relativo aislamiento, a
la calidad paisajística de su entorno, a la formación de zonas atractivas en la
montaña, etc. Esta dinámica se presenta con la masiva edificación de
departamentos en Amapas y Conchas Chinas, principalmente.
253
Imagen 3.8 Conjuntos de Vivienda Secundaria en Amapas
Fuente: propia, mayo 2008.
En esta zona se revisaron dos casos paradigmáticos de ocupación del suelo por
estos desarrollos de vivienda secundaria: Paramount Bay y Avalón. El
desarrollo Paramount Bay se localiza en Amapas, al sur de Puerto Vallarta.
Para edificar este conjunto, fue necesario alterar la conformación topográfica
del terreno, en una operación que duró varios meses, representando impactos
ambientales considerables. El uso de suelo consignado en el Plan de Desarrollo
Urbano vigente corresponde a habitacional densidad mínima (H1), sin embargo,
la intensidad es equivalente a densidad alta H4. La superficie de desplante es
cercana a los 3,800 metros cuadrados y el área total construida supera los 30
mil metros cuadrados edificados, casi la cuarta parte del Grand Venetian.
Cuadro 3.87 Desarrollo Paramount Bay
Superficie
terreno
(m2)
Superficie
desplante
(m2)
COS COS
original
Superficie
construida
(m2)
CUS CUS
original
Altura
máxima
(niveles)
Altura
real
(niveles)
6,241.50 3,779.59 0.61 0.40 30,831.83 4.94 1.20 * R 13
* R: Resultante de aplicar los coeficientes de ocupación y utilización del suelo.
Fuente: Planos Catastrales de la zona 02 -2006- y copias de planos del desarrollador.
254
De igual manera, el conjunto altera la escala urbana en el contexto por la
intensidad de su construcción.
En cuanto al desarrollo Avalón se ubica en la parte alta de Amapas. Para su
construcción también se eliminó una porción importante de selva media
subcaducifolia de alto valor ambiental; adicionalmente se alteró la conformación
topográfica del terreno en un proceso que duró varios meses y representó una
constante molestia para los vecinos y residentes vallartenses, debido al
incesante movimiento de tierras en el predio.
Imagen 3.9 Paramount Bay en el contexto de la playa de Los Muertos
Fuente: propia, mayo 2008.
El uso de suelo consignado en el Plan de Desarrollo Urbano vigente (1997) es
habitacional densidad mínima (H1), sin embargo, la intensidad del desarrollo es
equivalente a densidad alta (H4). Si bien el predio tiene una extensión
considerable la presencia urbana es importante, donde la superficie de
255
desplante supera los 5 mil metros cuadrados de construcción y el área total
construida tiene más de 40 mil metros cuadrados edificados.
Cuadro 3.88 Desarrollo Avalon
Superficie
terreno (m2)
Superficie
desplante
(m2)
COS COS
original
Superficie
construida
(m2)
CUS CUS
original
Altura
máxima
(niveles)
Altura
real
(niveles)
17,061.77 5,115.39 0.30 0.40 40,545.51 2.38 1.20 * R 16
* R: Resultante de aplicar los coeficientes de ocupación y utilización del suelo.
Fuente: Planos Catastrales de la zona 02 -2006- y planos proporcionados por la
empresa constructora.
Imagen 3.10 Departamentos Avalon en el contexto de Amapas
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
Al concluir el análisis de la dinámica de vivienda secundaria en el espacio
Turístico así como la revisión de algunos de los desarrollos más emblemáticos,
llegamos a ciertas conclusiones que confirman las nuevas modalidades de
segregación residencial en Puerto Vallarta.
256
La primera se refiere al incremento en la densidad construida en todos los
nuevos emprendimientos de este tipo. A diferencia de los primeros conjuntos
habitacionales turísticos como Los Tules caracterizados por la baja densidad,
en la actualidad, la búsqueda por incrementar la ganancia económica de los
inversionistas, ligado a la complicidad gubernamental, han explotado el territorio
turístico en aras de obtener el máximo provecho del suelo. Las implicaciones
son diversas, como pérdida de escala urbana, exclusión del colectivo social y
fragmentación urbana, entre otros.
Lo segundo está vinculado con el punto anterior y se refiere a la alteración de la
normatividad urbana impulsando al alza el potencial edificable. Esta dinámica
se realiza con el ánimo de favorecer al inversionista, quien bajo el pretexto de
que traerá empleos e inversión a la ciudad, obtiene privilegios ilegales. Algunos
casos en Puerto Vallarta han sido particularmente descarados y debidamente
documentados, como el cambio de uso de suelo en Grand Venetian y Punta
Península o el quebranto a la altura máxima permitida en Molino de Agua.
La tercera variable se refiere al poco respeto de los desarrolladores
inmobiliarios y proyectistas por el contexto natural de la zona. Esto ha sucedido
principalmente en zonas de alto valor y fragilidad ambiental, como el litoral y la
zona de montaña. Algunos casos dolorosos lo representan los conjuntos
Avalón, Paramount Bay, Molino de Agua, Vistas de la Colina II, etc.
La cuarta conclusión se refiere a que dos grandes zonas han sido las
receptoras de los nuevos edificios de vivienda secundaria: el litoral y la
montaña. Se anota que la zona norte y sur del espacio Turístico albergan los
mayores emprendimientos de este tipo.
El quinto elemento de análisis se refiere a la modificación en el modelo de
crecimiento turístico, antes basado en la hotelería y ahora expresado en los
masivos conjuntos de vivienda secundaria. Se observa que antiguos hoteles
257
cedieron su lugar a la vivienda pluri-familiar, como el caso de Molino de Agua,
Posada Río Cuale y una porción del NH Krystal, donde se edificó Icon Vallarta.
Finalmente, estos elementos han venido a reconfigurar la actividad turística
local y de alguna manera, a la ciudad misma, fortaleciéndose nuevas
modalidades de segregación residencial y de división en el espacio urbano.
3.4.2.2.- Tipología de Vivienda Secundaria en el Espacio Turistico.
La oferta de vivienda secundaria en el espacio Turístico comprende un amplio
repertorio, producto de la evolución del sistema urbano y de la maduración del
negocio inmobiliario. De las principales tipologías presentadas en los últimos
años, consideramos 6 categorías que abarcan las principales manifestaciones,
destacando: a) urbanizaciones cerradas de baja densidad; b) departamentos de
baja densidad con frente de playa; c) departamentos verticales con frente de
playa; d) departamentos con frente a Marina; e) departamentos en zona de
montaña; y, f) departamentos en la zona turística.
En cuanto a las urbanizaciones cerradas de baja densidad, son
emprendimientos que se caracterizan por delimitar físicamente su presencia en
el tejido urbano, con accesos controlados y fincas individuales con amplias
áreas verdes.
Imagen 3.11 Fraccionamiento cerrado Las Moras
Fuente: propia, mayo 2008.
258
Esta modalidad urbana es relativamente reciente en Vallarta, ampliándose el
radio de localización y desempeñando un papel suburbial del territorio. Los
ejemplos más significativos son los fraccionamientos Las Moras, El Encanto,
Privada Las Gaviotas, Grupo San Carlos, Marina Yubarta, Coto San Xoaquín,
Sierra del Mar, Garza Blanca, entre otros.
Los primeros desarrollos de departamentos de baja densidad con frente de
playa comenzaron con Los Tules, que se caracteriza por la baja densidad y
altura de los edificios sin sobrepasar la altura de las palmeras del terreno. La
arquitectura se inspira en elementos mediterráneos y fue construida a fines de
1970. Algunos otros desarrollos de este tipo que también podemos mencionar
son: Embarcadero Pacífico, Malecón II, Villa Verano, Las Brisas, Casa
Guillermo, Club Alejandra, Playa Esmeralda, etc.
Imagen 3.12 Departamentos Los Tules
Fuente: propia, agosto 2008.
En cuanto a los emprendimientos de departamentos verticales con frente de
playa surgen a mediados de la década de 1970 con la edificación del desarrollo
Las Gemelas en la zona sur.
259
Imagen 3.13 Departamentos Las Gemelas
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
En los últimos años, esta tipología ha sido la modalidad más socorrida, ya que
permite maximar las ganancias de los inversionistas al utilizar intensivamente el
suelo. Los ejemplos se localizan principalmente en Marina Vallarta y la Zona
Hotelera Norte, sobresaliendo Bay View Grand, Los Caracoles, Porto Fino,
Shangri Lá, así como Punta Península, Grand Venetian, Icon Vallarta, Molino de
Agua y Tres Mares, actualmente en construcción.
Imagen 3.14 Torres Icon Vallarta
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
260
Imagen 3.15 Departamentos Nima Bay
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
En cuanto a departamentos con frente a Marina, este género inmobiliario se
localiza en las cercanías de la Terminal Marítima así como de la Marina
Vallarta; se anotan conjuntos como Marina Sol, Puesta del Sol, condominios La
Marina y nuevos conjuntos en construcción como Nima Bay y Deck 12.
Los departamentos de lujo en zona de montaña son una modalidad de
emprendimiento muy utilizada en Puerto Vallarta, aprovechando las
características geográficas que presenta amplias zonas del territorio en escarpe
y montaña, lo cual permite disfrutar el paisaje circundante del entorno.
Entre los primeros ejemplos de esta modalidad anotamos 8 Cascadas,
proyectada por el arquitecto Edward Giddings. Actualmente, La Pechuga
(colonia 5 de diciembre), Agua Azul, Amapas, Gringo Gulch y Conchas Chinas
albergan la mayoría de conjuntos condominales, resaltando Vista Bahía II, La
Cima I, La Cima II, La Cima III, Paramount, Villas de la Colina, Miramar, etc. Se
resalta que este género ha sido muy socorrido en los últimos años.
261
Imagen 3.16 Panorámica de Amapas y Conchas Chinas
Fuente: revista Vallarta Lifestyles.
Fuera de la zona de litoral, de montaña y de marina se localizan departamentos
en la zona turística para residentes locales y temporales, destacando unidades
de vivienda a lo largo de la avenida de ingreso Francisco Medina Ascencio, en
la zona de Las Glorias, en el Centro Histórico y la colonia Emiliano Zapata.
3.5.- SÍNTESIS DEL CAPÍTULO.
El presente capítulo se realizó para interpretar los datos de la investigación
empírica y aportar elementos para sostener la hipótesis inicial que se refiere a
la existencia de nuevas modalidades de segregación residencial en el espacio
Turístico de ciudades turísticas de litoral en México, tomando como estudio de
caso a Puerto Vallarta.
La primera parte consistió en el análisis de la estructura socio-espacial en
Puerto Vallarta, lo cual nos llevó a identificar tres espacios principales: el
espacio Centro, Periferia y Turístico. Los tres se integran funcionalmente,
destacando las profundas contradicciones urbanas que presenta cada uno. No
se tiene igualdad en el acceso a los recursos urbanos, resultando que los
262
espacios Centro y Turístico cuentan con todos, evento que no sucede en el
espacio Periferia. Con ello, se comprueba la vivencia dual y fragmentada de la
ciudad turística.
Se anotó que para este trabajo se trabajaría en el espacio Turístico, el cual se
desarrolla de manera lineal al litoral costero en una extensión aproximada de 25
kilómetros y una superficie cercana a las 1,080 hectáreas. Las principalidades
unidades de paisaje con las que cuenta son el litoral y la zona de montaña y
entre ellas se seleccionaron las colonias Marina Vallarta, Zona Hotelera Norte, 5
de diciembre, Emiliano Zapata, Amapas, Amapas Sur, Conchas Chinas y Zona
Hotelera Sur para realizar las indagaciones.
La segunda parte incluyó un acercamiento para determinar la segregación
residencial en la ciudad, es decir, las manifestaciones de la división social del
espacio a nivel centro de población. Para ello se emplearon una gama diversa
de instrumentos como datos censales de población, vivienda y económicos,
encuestas a residentes locales y extranjeros, entrevistas, análisis cartográficos,
revisión de cuentas catastrales, creación de bases de datos, principalmente.
Las manifestaciones de segregación residencial a nivel centro de población
mostraron que casi la tercera parte de las colonias son informales, que el
ingreso de los habitantes es mayoritariamente bueno, que las viviendas están
construidas con materiales durables en casi todos los casos y que se presenta
un “cono” de colonias con residentes de altos y medios ingresos, las que
convergen en el espacio Centro.
La tercera parte consistió en la revisión de la dimensión social en el espacio
Turístico de Puerto Vallarta, lo cual arrojó que la composición etaria mayoritaria
se da en el rango entre 51 a 60 años, los jubilados encabezan la composición
social, destacando el alto nivel de ingresos económicos de los residentes y
263
donde el origen nacional de residentes correspondió a extranjeros, con el 55.33
por ciento, siendo la mayoría estadounidenses. En la temporalidad en el uso de
viviendas se obtuvo que solamente el 32 por ciento de los habitantes la utiliza
como vivienda permanente; el resto lo hace solamente por temporadas
(particularmente invernal) y en periodos vacacionales, además, entre residentes
nacionales y extranjeros hay poco contacto con entre ellos, siendo la vivienda el
área de contacto más socorrida. En relación con los estigmas territoriales, se
conoció que tres colonias localizadas dentro del espacio Turístico aparecen
como lugares con prestigio social (Marina Vallarta, Conchas Chinas y Emiliano
Zapata) mientras que ninguna de las mencionadas como desprestigiadas está
dentro de la zona turística. Finalmente, se presenta una alta percepción de
desigualdad en Puerto Vallarta, siendo la causa económica la principal
modalidad de esta manifestación en la ciudad.
Como última tarea, se estudió la dimensión física en el espacio Turístico
vallartense. La superficie urbanizada presenta en la porción norte y centro altos
niveles de urbanización, mientras que en la Zona Sur son más bajos; en la
vocación de uso de suelo, se encontró que el uso predominante es de vivienda
unifamiliar, seguido por departamentos, comercio, hotel, baldíos y otros. En
cuanto a la intensidad edificada, se sabe que la variable predominante
corresponde a densidad mínima, mientras que la mayor superficie construida es
de departamentos, seguido de hoteles; con ello se confirma el supuesto inicial
de la transformación en el modelo turístico en Puerto Vallarta, el cual pasó de
ser predominantemente hotelero a habitacional, principalmente en la modalidad
de vivienda secundaria. Finalmente, se presentaron 6 tipologías principales de
desarrollos de vivienda secundaria.
Con la información anteriormente citada comprobamos que en los últimos años
asistimos a una ruptura en el modelo de ocupación del espacio Turístico con el
auge de desarrollos de vivienda secundaria, proceso favorecido por la burbuja
264
inmobiliaria, una fase constructiva expansiva excepcional a nivel mundial, en
detrimento de la infraestructura hotelera.
De esta manera, se presenta nuevas modalidades de segregación residencial
en el territorio. De ellas destacamos los enclaves de exclusión en zonas de alta
renta, principalmente en el litoral y la montaña, cuya oferta se enfoca a sectores
de fuerte capacidad económica –mayoritariamente extranjeros-, quienes
adquieren como residencia total y/o parcial o como instrumento de inversión,
especulación y generación de plusvalía.
Con el ánimo de lograr la máxima rentabilidad de las unidades residenciales
turísticas, se proyectan conjuntos con una fuerte verticalidad y uso intensivo del
suelo. Ejemplos paradigmáticos lo constituyen los desarrollos Grand Venetian y
Punta Península, para los cuales la autoridad municipal modificó el uso de suelo
y la densidad de construcción en una controvertida maniobra política para
asegurar a los inversionistas la obtención máxima de ganancias.
Se conforman enclaves para grupos con preferencia sexual específica, en este
caso referida a la comunidad homosexual –gay-, quienes se han venido
asentando en las colonias Amapas y Emiliano Zapata en la Zona Romántica. La
oferta de unidades residenciales a la comunidad gay viene precedida por el
reconocimiento de Puerto Vallarta como destino amigable para este segmento
de población así como por la alta capacidad de compra que los caracteriza.
Destaca la diversidad de viviendas parcialmente ocupadas por inmigrantes
climáticos, quienes residen en Vallarta en los meses de invierno y primavera,
ausentándose durante el verano y otoño. Un número importante de unidades
con servicios e infraestructura de calidad en zonas privilegiadas de la ciudad,
265
permanecen abandonadas22, mientras que los segmentos de población local
pauperizada tiene que limitarse a residir en zonas desfavorecidas, sin servicios
adecuados o inexistentes.
Asistimos a procesos de gentrificación23 de la periferia popular con la edificación
de unidades residenciales en medio de asentamientos de bajos ingresos,
fenómeno que se presenta en diversas colonias de la ciudad. Destaca el hecho
que una porción importante de los nuevos propietarios son ciudadanos
extranjeros de media renta con residencia temporal o de tiempo completo.
Entre los factores detonadores de la vivienda secundaria turística en Puerto
Vallarta encontramos: i) disponibilidad de créditos a nivel mundial; ii) estabilidad
macroeconómica en México; iii) cercanía física con Estados Unidos de América,
el mayor mercado mundial en este segmento; iv) la jubilación de los llamados
“Baby Boomers”, las personas norteamericanas nacidas después de la
Segunda Guerra Mundial, con alto poder adquisitivo; v) el precio de las
viviendas, menor a destinos como Hawai, Dubai, Florida o California; vi) la
certeza jurídica de los fideicomisos, como figura para la propiedad de
extranjeros en México, así como por los seguros de propiedad –title insurance-;
vii) la oferta de productos de calidad, tanto arquitectónica como
constructivamente; viii) el medio ambiente natural privilegiado y atractivo de la
región; ix) la hospitalidad del mexicano. De acuerdo a información local, Puerto
Vallarta encabezó el boom inmobiliario turístico en México con la construcción
de unas 9 mil unidades condominiales lo que significó ventas mensuales de 258
departamentos24.
22
De acuerdo a lo expresado por el Secretario de Turismo del estado de Jalisco, Aurelio López Rocha, la
ocupación promedio de los condominios es de 40 días. Nota aparecida en la página 3 del periódico
Vallarta Opina, martes 17de junio del 2008, año 30, número 10,587.
23 La “gentrificación” entendida como el proceso de expulsión de población de las zonas de la periferia
popular para ser sustituidas por desarrollos para las elites o grupos medios. La expulsión se da
principalmente por las fuerzas económicas o de mercado, más que forzadas por expulsiones o evasiones.
24 Nota aparecida en el periódico “Vallarta Opina”, martes 29 agosto 2007, año 30, número 10,327..
266
Con mayor frecuencia aparecen conjuntos cerrados –cotos-, fenómeno
relativamente reciente en Vallarta. Esta modalidad de urbanización coincide con
procesos similares en ciudades mexicanas y latinoamericanas y constituyen
una forma particular de urbanismo que se caracteriza por una concentración
selectiva de grupos sociales, en una dinámica de segregación voluntaria en
aras de conseguir seguridad y distinción (Cabrales, 2002; Solinís, 2002;
Svampa, 2001). En el caso vallartense, los cotos se localizan en zonas de alta
renta, como Marina Vallarta o la Zona Sur, pero también en medio de barrios
populares con lo que se obtiene una significativa diversidad social.
Como contraparte a la dinámica del turismo residencial y a la urbanización
legal, encontramos la formación de asentamientos precarios 25 al margen del
sector formal de la vivienda, principalmente en la periferia, tanto en el norte y
oriente de la zona urbana de Puerto Vallarta. En las colonias informales se
repite el patrón de localización periférica de los segmentos desfavorecidos de
población pero con una dinámica paradójica: por un lado, aparecen colonias
marginales en las afueras de la zona urbana y por otro, se contabiliza una gran
cantidad de predios baldíos dentro de las colonias precarias ya consolidadas, lo
cual vislumbra elementos de especulación con el suelo urbano informal.
25
La urbanización informal se concretiza en Puerto Vallarta con la existencia de 81 colonias asentadas
irregularmente y que albergan a una tercera parte de la población urbana.
267
PARTE III.- INTEGRACIÓN URBANA EN LA CIUDAD TURÍSTICA.
CAPITULO 4.- MODELO DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL PARA LA
CIUDAD TURÍSTICA DE LITORAL.
Podemos ser diferentes y vivir juntos, y podemos aprender el
arte de vivir con la diferencia, respetándola, salvaguardando la
diferencia de uno y aceptando la diferencia del otro (…)
Y quizá, por tanto, estaremos más preparados para afrontar la
enorme tarea que, nos guste o no, tenemos por delante, y que
ha de marcar por completo nuestra vida: el deber de dotar de
humanidad a la comunidad de los hombres.
Zygmunt Bauman
Una vez que se han estudiado los procesos de división social en el espacio
turístico y tras estudiar a detalle el caso de Puerto Vallarta, se propone la
formulación de un modelo que favorezca la integración residencial y que
permita disminuir y revertir la segregación socio-espacial en la ciudad turística
de litoral, fortaleciendo la interacción social y la integración espacial. Por tanto,
en este capítulo se abundará en tales acciones.
Durante el desarrollo del trabajo, comentamos que en las ciudades turísticas de
playa mexicanas se ha promovido institucionalmente una fuerte división socio-
espacial; en un primer momento con el impulso a la edificación de la planta
hotelera y en una segunda etapa con el boom del turismo residencial. Con ello,
las ciudades turísticas se presentan como espacios profundamente duales,
excluyentes y fragmentados, en donde se exacerban las inequidades.
Así mismo, aventuramos que se presentan nuevas modalidades de segregación
residencial en el espacio turístico partir de la masiva edificación de vivienda
secundaria en los últimos años, reforzándose la vivencia diferenciada en el
268
territorio. Con ello, los mejores territorios son ocupados por grupos de alta y
media renta, con el disfrute de los recursos naturales y urbanos, mientras los
pobladores de bajos ingresos se limitan a subsistir en la periferia.
De esta manera, consideramos pertinente intervenir en las ciudades turísticas
con una postura decidida para disminuir la segregación residencial,
particularmente en los aspectos más negativos, como es la separación social y
física de los diversos colectivos. Esta integración difícilmente se dará si
dejamos que los individuos o las fuerzas del mercado libremente reviertan las
dinámicas de exclusión y fragmentación. Por tanto, es necesario proponer
medidas de aplicación general para acceder a la vivencia de una ciudad
turística en donde se eliminen las fronteras simbólicas y físicas que mantienen a
los ciudadanos separados unos de otros.
Para ello, se propone un modelo de integración residencial que se estructura en
cuatro partes: la primera, establece las estrategias a seguir; la segunda,
incorpora una serie de políticas y programas que permitan acceder a una
integración residencial; la tercera, se enfoca a la instrumentación del modelo; y,
la cuarta se refiere a la evaluación de las propuestas.
Esta aportación surge tras haber analizado los elementos teóricos de la
segregación residencial, de la ciudad turística y de la vivienda secundaria. Se
refuerza, a su vez con el trabajo empírico llevado a cabo en el espacio turístico
de Puerto Vallarta, como estudio de caso. A continuación se presentan los
principales elementos.
4.1.- PRINCIPOS GENERALES DE LA INTEGRACIÓN RESIDENCIAL.
La integración residencial surge para dar respuesta a las dinámicas de
segregación en las ciudades turísticas de litoral, a partir de la generación de
iniciativas para controlar y en su momento, disminuir los efectos negativos de la
división del espacio. El objetivo principal es promover una mayor interacción
269
social y reforzar la integración espacial, particularmente a favor de los
pobladores de escasos recursos, tradicionalmente los más segregados. De esta
manera, formulamos un modelo de Integración Residencial, cuyos cinco
principios generales se describen a continuación.
El primer principio se refiere a la viabilidad y pertinencia de disminuir la
segregación social del espacio en las ciudades turísticas de litoral. Si bien esta
afirmación parece difícil de conseguir, creemos que es enteramente posible y
manifiestamente imperativo democratizar la vivencia urbana, impulsando la
integración entre los diferentes grupos en el entorno de la ciudad.
Como segundo principio, sugerimos que para lograr la integración residencial
será necesario establecer políticas públicas para controlar y en su momento,
atenuar las manifestaciones negativas de la segregación. Por tanto, es un
asunto crítico establecer límites y controles a las fuerzas del mercado en los
procesos de expansión urbana, particularmente en lo referente al mercado de
suelos, cuya liberalización reciente ha promovido la conformación de zonas
contrastantes, con barrios de alta renta por un lado, y de guetos por el otro.
El tercer principio de integración residencial apunta a mayores grados de
mezcla social en el espacio, favoreciendo una mayor interacción entre los
distintos grupos sociales y/o nacionales en la ciudad turística, desalentando la
exclusión y homogeneidad social, así como la separación física y simbólica
entre los diferentes colectivos. Para ello, deberá promoverse la movilidad social
mediante el reforzamiento de la identidad entre grupos, el fortalecimiento de la
heterogeneidad barrial, la reducción del número de urbanizaciones informales,
la dispersión espacial de grupos de bajos ingresos y la concentración de grupos
con similar origen étnico y/o nacional.
270
En el cuarto principio se busca facilitar la integración espacial de los diferentes
segmentos de población, particularmente aquellos de bajos ingresos. Para ello,
se estimulará la proximidad física, de manera que pueda alcanzarse niveles
significativos de cercanía a pesar de las persistentes desigualdades sociales. Al
respecto, será deseable controlar los procesos de expansión urbana, así como
de usos y mercados de suelo, toda vez que una de las principales causas de la
segregación se vincula con el usufructo, especulación y obtención de plusvalías
del suelo.
Finalmente, en el quinto principio se pretende fomentar el debilitamiento de los
estigmas territoriales, particularmente en la versión más negativa del fenómeno
que se refiere al establecimiento de “etiquetas” que denigran a los residentes de
ciertos barrios. El descrédito por el lugar donde se vive limita la movilidad social,
reduce la oportunidad de inserción en el mercado laboral, promueve la
exclusión del “otro” y opera como una suerte de “blindaje social”.
Ahora bien, surge la pregunta ¿cómo se podría aplicar la integración social de
las diferencias en las ciudades turísticas, donde la forma más clara de
segregación residencial es predominantemente socio-económica? Como las
diferencias socio-económicas son de naturaleza jerárquica, asistimos al
incremento de la desigualdad social y de la diferenciación espacial, así como al
reforzamiento de barreras físicas y simbólicas en la estructura urbana,
particularmente en el espacio turístico, el cual se convierte en una expresión
clara del urbanismo defensivo.
También constituye un reto promover la integración de las diferencias cuando
se presentan una diversidad de barreras culturales, lingüísticas, religiosas, etc.
en los residentes de la ciudad turística, debido a la naturaleza cosmopolita en la
relación entre nativos y extranjeros. Con ello se dificulta el establecimiento de
consensos entre actores venidos de diferentes latitudes y por tanto, la
271
instrumentación de políticas para lograr la integración residencial plantea
desafíos importantes y de compleja solución.
La implementación del modelo de integración residencial debe ser planteada
adecuadamente y sobre todo, bien ejecutada porque de otra manera, podría
favorecer actitudes xenófobas, el fortalecimiento de la desigualdad por grupos e
inclusive la formación de castas étnicas y/o sociales. Ante ello, la integración
debe darse conociendo las características de los principales colectivos,
respetando su identidad y tradiciones y sobre todo, promoviendo la movilidad
social en cada esfera social. Se trata de tender puentes entre grupos, en un
dinamismo intra-clase y disminuyendo el concepto de ellos y nosotros.
Así, la combinación acertada entre estrategias de integración social, movilidad y
diversidad deberá ser parte constitutiva de las políticas de integración
residencial y de control de la segregación. Esto es particularmente relevante en
la ciudad turística de litoral, la cual históricamente se ha formado en base a
separaciones, a divisiones y mosaicos de difícil unificación.
En este sentido vale la pena insistir en la dificultad que entraña la búsqueda de
integración residencial en ciudades turísticas, particularmente porque el modelo
de vivienda secundaria ha exacerbado la segregación residencial en los últimos
años al asentarse en los territorios más aptos y al consumir los mejores
recursos urbanos y naturales. En contraparte, se ha incrementado de forma
notable las colonias informales, con malas condiciones de vida y alejados de las
bondades espaciales. Por ello, los esfuerzos de integración deben ser dirigidos
por el Estado, particularmente por el gobierno municipal, pero en conjunto con
los principales actores urbanos, disminuyendo el poder del mercado y
promotores inmobiliarios en la expansión territorial. Una vez más, el escenario
es complicado ya que está demostrado que los intereses económicos son más
poderosos en la ciudad turística que los intentos ciudadanos por la vivencia de
una ciudad igualitaria y democrática.
272
4.1.1.- MARCO NORMATIVO URBANO VIGENTE.
Al proponer el modelo de integración residencial consideramos relevante revisar
el marco normativo urbano vigente como punto de partida y como elemento
comparativo para el conjunto de políticas públicas que se pretende desarrollar
en las ciudades turísticas de litoral.
México fue pionero en América Latina en el campo de la planeación territorial, al
consagrarse en la Constitución de 1917 la intervención del Estado en la gestión
urbana, generándose las condiciones para proveer infraestructura de impacto
regional con la construcción de obras carreteras, sistemas de riego, etc (García
Casteñada, 2006).
En la década de 1970, se formalizan las políticas para los asentamientos
humanos en el país, el cual se encontraba en una etapa de elevado crecimiento
económico, caracterizado por una acelerada expansión en las ciudades y
precedido de iniciativas normativas para formular nuevos instrumentos de
gestión urbana; aunado a ello, México participaba en encuentros
internacionales sobre el tema1, con lo cual se promulga en 1976, la Ley General
de Asentamientos Humanos (LGAH).
La LGAH es considerada la mayor iniciativa legislativa en la historia de las
ciudades del país; el objetivo principal era racionalizar el ordenamiento y
regulación de las localidades urbanas y rurales en el territorio nacional,
constituyéndose en la superestructura legal sobre la cual descansaría la
planificación futura del desarrollo de los centros de población a nivel nacional,
estatal y municipal (González Santos, 2006; Garza, 2003). Adicionalmente, se
estableció la concurrencia de la Federación, de las entidades federativas y de
los municipios, para la ordenación y regulación de los asentamientos humanos
en el territorio nacional, fijando las normas básicas para planear y regular el
1 Como la participación nacional en la Primera Conferencia Mundial sobre Asentamientos Humanos -
Hábitat I- desarrollada en Vancouver, Canadá en 1976.
273
ordenamiento territorial de los asentamientos humanos y la fundación,
conservación, mejoramiento y crecimiento de los centros de población.
En 1983 se pone en marcha el Sistema Nacional de Planeación y se reforma la
LGHA con una perspectiva de desconcentración, transfiriéndose facultades de
ordenamiento urbano de los gobiernos estatales a los municipales. En 1993 se
emite una nueva Ley General de Asentamientos Humanos (González Santos,
2006).
En el caso de Jalisco, la entidad ha manifestado gran interés en resolver los
problemas del crecimiento urbano y ha sido pionera en la formulación e
implementación de la planeación territorial en México, expidiendo leyes y
reglamentos para normar la urbanización y las instituciones que asumen, tanto
la planeación urbana, como la acción urbanística; sus antecedentes se
remontan al año 1933 (González Santos, 2006).
Actualmente, se dispone del Código Urbano, como principal instrumento
normativo para controlar el crecimiento en las ciudades. Esto se refuerza con el
Reglamento Estatal de Zonificación (REZ), que establece el conjunto de normas
técnicas y de procedimiento para realizar las acciones urbanísticas mediante la
definición de criterios, normas y lineamientos, precisándose la exacta
observancia para la formulación de los planes de desarrollo urbano así como
las normas técnicas a que se sujetan los proyectos urbanos y arquitectónicos
(González Santos, 2006:89 y 90).
En cuanto a los niveles de planeación urbana en Jalisco, se consideran: i)
Programa Estatal de Desarrollo Urbano; ii) Programa Municipal de Desarrollo
Urbano; iii) Plan de Desarrollo Urbano de Centro de Población; y, iv) Plan
Parcial de Desarrollo Urbano2.
2 Datos tomados del Título Quinto, Capítulo I, Sección Primera a Sexta, del Código Urbano para el Estado
de Jalisco (vigente).
274
A nivel municipal, los principales instrumentos de planeación urbana son el
Programa Municipal de Desarrollo Urbano, el Plan de Desarrollo Urbano de
Centro de Población (Pladucep) y el Plan Parcial de Desarrollo Urbano. En el
caso de Puerto Vallarta, como estudio de caso, se dispone de un Pladucep
aprobado en 1997, el cual está claramente superado por el crecimiento urbano
explosivo. A pesar de que se han tenido 3 intentos por actualizar el Pladucep
(en los años 2002, 2006 y 2008), una suma de intereses ha impedido que esta
iniciativa llegue a buen puerto.
A pesar de contar con un sólido marco normativo de la planeación urbana tanto
a nivel nacional, estatal y local, en la práctica los instrumentos existentes han
servido más bien para reforzar la segregación residencial, particularmente por el
énfasis que se tiene en la “zonificación”, como herramienta para “controlar” el
crecimiento. Estudios empíricos señalan la ineficiencia de esta medida debido a
su origen parcial y sectorial, evento que se comprueba con el fortalecimiento de
nuevas modalidades de división social en el espacio.
Es por ello que deben plantearse medidas innovadoras que promuevan la
integración urbana y reduzcan los efectos negativos de la segregación
residencial.
4.2.- ESTRATEGIAS PARA LA INTEGRACIÓN RESIDENCIAL.
Para acceder a una integración residencial en la ciudad turística de litoral se
proponen tres estrategias específicas que ayudarán a disminuir la segregación
socio-espacial, mencionándose:
• Favorecer una mayor interacción entre los distintos grupos sociales y/o
nacionales.
• Facilitar la integración espacial de los diferentes segmentos de
población, particularmente aquellos de bajos ingresos.
• Fomentar el debilitamiento de los estigmas territoriales.
275
Para alcanzar dichas estrategias, se plantean acciones encaminadas a
disminuir y evitar los siguientes procesos:
• Que la concentración espacial de algún grupo social se transforme en
homogeneidad socio-espacial generalizada;
• el incremento de la escala geográfica de la segregación, particularmente
entre los grupos de bajos ingresos; y,
• la formación de estigmas territoriales o la persistencia de los existentes.
Con ello, la estrategia promueve el incremento de la diversidad social en el
espacio urbano, la reducción de la escala geográfica de la segregación y la
creación de ambientes que disminuyan las marcas urbanas negativas o
estigmas territoriales.
Es difícil encontrar barrios socialmente homogéneos y en el caso de las
ciudades turísticas esta situación es aún más compleja, toda vez que en ciertos
barrios (principalmente dentro del espacio turístico) se encuentra una gran
diversidad social y de origen nacional, sin embargo, esta heterogeneidad
tampoco se integra en un proyecto consensuado de barrio ni en la práctica de
condiciones igualitarias de vida urbana. Lo mismo sucede con los estigmas
territoriales, ya que ciertas colonias en la zona turística tienen altos niveles de
prestigio, sin embargo permanecen parcialmente abandonados por sus
residentes (extranjeros, mayoritariamente) muchos meses al año.
Las políticas propuestas está dirigidas a lograr una integración residencial entre
los diversos grupos sociales, controlando los efectos perniciosos de la
segregación socio-espacial, particularmente en las ciudades turísticas de litoral.
Si bien las políticas específicas, programas y medidas tienen que incluir
acciones de aplicación para todos los grupos sociales, dadas las
particularidades de la ciudad turística, consideramos que dos grupos deberían
ser incorporados prioritariamente en tales iniciativas: por un lado, los
276
pobladores de escasos ingresos que habitan los barrios marginales y por otro,
los residentes de altos ingresos en el espacio turístico, la mayoría de ellos de
origen extranjero y que permanecen por temporadas en la ciudad. La razón de
esta medida es disminuir las abruptas desigualdades que se presentan entre
dichos colectivos.
En el mismo sentido deberá buscarse la reducción de la escala geográfica de la
segregación incentivando la dispersión de conjuntos residenciales de altos y
medios ingresos en el espacio de la ciudad, así como promover la habilitación
de espacios públicos para el encuentro de todos los ciudadanos.
4.3.- POLÍTICAS y PROGRAMAS DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL.
El establecimiento del modelo de integración residencial para las ciudades
turísticas de litoral estaría respaldado por un conjunto de políticas y programas,
orientados hacia la consecución de los objetivos señalados anteriormente. De
ellos, se proponen:
1.- Movilidad social en colectivos urbanos.
2.- Control de procesos urbanos, usos y mercado de suelo.
3.- Proyectos urbanos de integración y mejoramiento de barrios.
4.3.1.- MOVILIDAD SOCIAL EN COLECTIVOS URBANOS.
En las ciudades turísticas de litoral los contrastes residenciales son agudos. Por
un lado, se presenta un reducido número de barrios y viviendas que gozan de
todos los recursos urbanos (servicios, infraestructura, equipamientos, etc.) y
naturales (paisaje, playa, montaña, etc.) y por el otro, se tienen amplias zonas
habitacionales localizadas en las periferias, donde los servicios, transporte
público o equipamientos son escasos, de mala calidad o inexistentes.
Este proceso sui géneris de expansión urbana en la ciudad turística se ha dado
en dos esferas contrastantes: por un lado, el espacio formal, integrado por las
urbanizaciones que se realizaron en cumplimiento de las disposiciones oficiales
277
y, por el otro, el espacio informal, que conjunta barrios construidos en tierras
mayoritariamente de origen ejidal, en zonas de riesgos o aquellas desechadas
por el mercado inmobiliario. Esta dualización urbana debe ser atendida y
atajada mediante instrumentos que promuevan la movilidad residencial,
buscando el mejoramiento en la calidad de vida urbana, particularmente de los
grupos de escasos ingresos, muchos de los cuales migraron a la ciudad
turística atraídos por la disponibilidad de empleo, opciones educativas o
equipamientos de calidad, como los de salud, etc.
Para ello se sugieren la puesta en marcha de los siguientes programas:
a).- Disminución de urbanizaciones informales;
b).- dispersión espacial de grupos sociales de bajos ingresos;
c).- concentración de grupos sociales con similar origen étnico y/o nacional; y,
d).- mejoramiento del transporte público.
4.3.1.1.- Disminución de urbanizaciones informales.
Una de las principales explicaciones de la presencia de segregación residencial
en ciudades turísticas está vinculada a la escasez de suelo urbanizado con
estándares urbanísticos de calidad para residentes de bajos ingresos,
particularmente aquellos que han migrado recientemente en busca de mejores
expectativas de vida.
Este déficit se ha venido supliendo con la urbanización informal de suelo
periférico, dinámica debidamente documentada en los países de América Latina
(Maldonado, 2008; Schteingart 2007; Sabatini 2006; Duhau, 2003; Abramo,
2001; Clichevsky, 2001; Jaramillo, 1999) en donde, de acuerdo a ONU-Hábitat
el 30.8 por ciento de los residentes urbanos latinoamericanos viven en
condiciones de informalidad, sumando más de 134 millones de personas
(2006:16). En el caso de México se desarrolla principalmente en parcelas de
278
origen ejidal (Baños, 2005; Duhau, 2005; Morales, 2005; Ziccardi, 2004; Solinís,
2002a; Bazant, 2001; Jiménez, 2000).
Dentro de los factores que explican la perpetuación de las urbanizaciones
informales se citan: a) altas tasas migratorias hacia la ciudad y crecimiento
poblacional; b) escasez de suelo urbanizado a precios accesibles para
pobladores de bajos ingresos; c) amplia oferta de suelo irregular e informal
proporcionado por urbanizadores pirata (en el caso mexicano, por ejidatarios
principalmente); d) modelo económico en la región que favorece las actividades
rentistas y la concentración de los medios de producción; e) bajos ingresos
económicos de amplios sectores de la población debido a malas condiciones de
empleo (empleo informal, desempleo, subempleo); f) prácticas especulativas y
patrimonialistas; g) mercados de suelo escasamente regulados; y, h) escasa
aplicación de la normatividad urbana existente.
En la mayoría de ciudades latinoamericanas y mexicanas, la administración
pública y la sociedad en general aceptan pasivamente la urbanización ilegal
como un problema prácticamente sin solución. Con ello, parte de la acción
estatal se reduce a la gestión de la irregularidad lo cual implica enormes costos
y escasos resultados. Además, las políticas tradicionales de producción de
vivienda social han girado en tres ejes principales: i) construcción estatal de
vivienda; ii) otorgamiento de subsidios directos a la demanda; y, iii) programas
paliativos de regularización de asentamientos informales, así como de
mejoramiento barrial.
Para asegurar la integración residencial, con especial énfasis en las ciudades
turísticas de litoral, deberán disminuirse el número de urbanizaciones
informales, a partir de acciones innovadoras y pro-activas que se anticipen al
surgimiento de tales espacios. Se trata de desarrollar estrategias preventivas (a
priori) más que de solución a los hechos urbanos consumados (a posteriori).
279
Un ejemplo interesante y de posible réplica en el caso de ciudades turísticas se
refiere a la operación urbanística en Nuevo Usme (Bogotá, Colombia), enfocado
a resolver el problema de los desarrollos urbanos ilegales. El proceso propuso
alternativas concretas de inversión de recursos públicos para generar suelo
urbanizado de calidad (con disponibilidad de servicios públicos, vialidades,
áreas verdes, equipamientos, etc.) de acceso universal, cuyo financiamiento fue
amortizado con el incremento en los precios de suelo durante el proceso de
urbanización (Maldonado, 2008; Maldonado, 2006).
Cabe aclarar que la legislación colombiana contempla el esquema de la
participación de plusvalías (iniciativa respaldada en la Ley 388 del año 1997),
en la cual se permite al municipio recuperar entre un 30% y un 50% producto
del incremento en el precio de la tierra originado de los cambios normativos
para hacer usos de suelo más rentable o de mayor edificabilidad (Maldonado,
2006:17). Otro esquema atractivo es la declaratoria de desarrollo prioritario
sujeta a enajenación forzosa en subasta pública3, con lo cual se asegura la
ocupación de predios en zonas urbanas consolidadas (Maldonado, 2008:1).
Lo relevante es que el municipio asegura el cumplimiento de la función social
del suelo urbano, previendo la urbanización para viviendas de interés social,
canalizando recursos para su adecuación y con ello, anticipándose a la
edificación ilegal en una proporción suficientemente amplia como para regular
los precios de las posibles zonas de expansión (Maldonado, 2006).
Así, el municipio realiza la urbanización, con estándares urbanísticos de
calidad, de tal forma que la inversión pública se concentra en lo colectivo, a la
vez que se convierte en el mecanismo para adquirir suelo necesario para uso
3 La declaratoria de desarrollo prioritario sujeta a enajenación forzosa en subasta pública aplica a todos
aquellos terrenos, de propiedad pública o privada que son: a) localizados en suelo de expansión que no se
urbanicen dentro de los 3 años siguientes a su declaratoria; b) terrenos urbanizables no urbanizados
localizados en suelo urbano, que no se construyan dentro del año siguiente a su declaratoria; y, c) los
terrenos o inmuebles urbanizados sin construir, localizados en suelo urbano, que no se construyan dentro
del año siguiente a su declaratoria (tomado de: Maldonado, 2008)
280
público y social. Esta iniciativa puede ser respaldada con la generación de
bancos de tierra o la adquisición de reservas urbanas por parte del
Ayuntamiento local4 a fin de aumentar la oferta e incidir a la baja con el precio
del suelo.
La aplicación de estos instrumentos en contextos turísticos permitiría que
ciudades turísticas como Puerto Vallarta, amplíen la oferta de suelo para
residentes de bajos ingresos, lo que aunado a la combinación de políticas que
ofrezcan nuevas opciones de suelo barato desalienten la acción de
urbanizadores “piratas”, toda vez que el gobierno local ofrecerá un mejor
producto urbano por el mismo precio de un lote informal. Ello redundaría en
mejores condiciones residenciales en barrios, particularmente los marginales.
4.3.1.2.- Dispersión espacial de grupos sociales de bajos ingresos.
La promoción de la dispersión espacial de sectores de bajos ingresos en la
ciudad turística debe ser parte de las políticas de vivienda social y servir de
complemento al programa citado anteriormente. Esta iniciativa no sólo puede
contribuir a la integración residencial sino revertir las consecuencias más
negativas de la segregación, como lo es la exclusión territorial, al ampliar las
opciones para residir en diferentes zonas a las familias de escasos recursos.
Una dificultad que aparece con la dispersión espacial de grupos sociales tiene
que ver con las necesidades y perspectivas de cada entidad. Para los
residentes de alta y media renta, no aparece como prioritaria la integración
residencial, ya que se concede que la segregación es natural, particularmente
entre colectivos pobres, quienes prefieren vivir en barrios socialmente
homogéneos. Por el lado de los habitantes de bajos ingresos, está demostrado
4 En el caso del estado de Jalisco, el Código Urbano (vigente en el año 2009) facilita el ejercicio del
derecho de preferencia para generar reservas urbanas por parte del gobierno municipal o estatal, con el
ánimo de constituir reservas territoriales, o su transferencia para quienes realicen acciones urbanísticas en
sus diferentes modalidades (privadas, concertación, contribución por mejoras, asociación de interés
público, objetivo social y pública).
281
que las personas espacialmente más segregadas manifiestan su preferencia
por residir en barrios más integrados, a pesar de que en el contexto precario
encuentran una red de apoyo y solidaridad vecinal necesaria para subsistir
(Abramo, 2001).
La dispersión de familias de escasos ingresos podría implementarse por medio
de proyectos de vivienda social localizados en las barrios de alta renta
(Sabatini, 2006; Villaca, 2001), a través del impulso al subsidio para la
adquisición de vivienda o por medio del arrendamiento, tendencia menos
utilizada por las familias mexicanas que, sin embargo pudiera permitir a esas
familias acceder a otros sub-mercados residenciales. Esta última opción se
presentó en las llamadas vecindades en las grandes ciudades, conjuntos
localizados en las zonas centrales, muy accesibles y con servicios públicos
disponibles aunque también presentaban debilidades como el fuerte
hacinamiento, la mala calidad de unidades, la escasez de infraestructura, etc.
Una ventaja de este programa es que las familias que se trasladan de un barrio
marginal a una zona con mayores recursos urbanos contribuyen a disminuir la
concentración espacial de grupos de pares sociales, al tiempo que facilitan la
heterogeneidad social del espacio, componente necesario para el
enriquecimiento colectivo gracias al cúmulo de minúsculas interacciones
cotidianas que allanan las ásperas aristas de la vida urbana.
Sin embargo, la idea de dispersar a los grupos sociales en el espacio turístico
también enfrenta obstáculos, particularmente en cuanto al costo de los
programas de vivienda social y a la gran cantidad de potenciales solicitantes, ya
que estas iniciativas sólo podrían beneficiar a una proporción baja de los
muchos pobres en la ciudad turística de litoral. En contraparte, la dispersión de
familias de altos ingresos parece una política más realista en términos de
conseguir cambios al patrón de segregación.
282
Esta dinámica que en principio suena poco factible por la resistencia de estas
familias a trasladarse a zonas de menores ingresos, recientemente ha sufrido
modificaciones, al advertirse una renovada dispersión de familias de ingresos
medios y altos a zonas periféricas y marginales, situación inédita y que
corrobora la modificación en el patrón tradicional de segregación residencial por
causas socio-económicas.
En Estados Unidos se han dado pasos importantes en lo referente a la
dispersión espacial de familias pobres a través de subsidios que permite a los
hogares de escasos recursos arrendar en barrios de ingresos medios,
destacando también los programas de de-segregación aplicado en distintas
ciudades del país (Sabatini 2006:27 y 28). Para ello, se edifican conjuntos de
vivienda pública de tamaño reducido y de baja densidad en barrios de ingresos
medios en los suburbios. Tales acciones se complementan con labores de
demoliciones de edificios públicos antiguos.
4.3.1.3.- Concentración de grupos sociales con similar origen étnico y/o nacional.
Una tendencia natural de los grupos étnicos minoritarios en contextos urbanos
ha sido la auto-segregación, la búsqueda por residir entre pares, dinámica
positiva que permite preservar la cultura, reforzar la identidad y hacer frente a
situaciones ajenas. Por ello, en diversas ciudades del mundo se presenta una
constante segregación de minorías raciales, como el barrio chino en Nueva
York, el japonés en Sao Paulo, el barrio turco en Berlín, los árabes en París o
de homosexuales en San Francisco.
Hay ciudades en las cuales la composición de grupos es muy diversa, con
diferentes orígenes nacionales. Un caso relevante es Singapur, donde se
presenta una población étnica heterogénea constituida por chinos, con un 76%
del total, malayos (15%), hindúes sumando un 6% y “otros” con el restante
porcentaje. Durante la dominación inglesa se impuso un patrón de localización
profundamente segregado, sin embargo, a partir de la independencia se
283
visualizó la importancia de favorecer la integración residencial de todos los
grupos étnicos, principalmente por razones políticas y de estabilidad social.
Para ello se creó una entidad pública, la Junta de Vivienda y Desarrollo (HDB,
por sus siglas en inglés), la cual ha asumido un rol fundamental en la provisión
de vivienda, particularmente de origen y carácter público. Uno de los pilares de
la HDB ha sido asegurar la integración residencial y la desegregación socio-
espacial, por tanto, ningún bloque de viviendas o manzana puede ser ocupada
únicamente por un grupo étnico (van Grunsven, 2000).
En el caso de Singapur, la integración residencial se pudo implementar gracias
a una decidida participación del Estado en el mercado de suelos, por medio de
un brazo operativo asegurado por el HDB. Otra particularidad del modelo
singapurense es que el suelo urbano fue considerado un activo social, antes
que una mercancía para la generación de plusvalías de los entes privados.
Cuando se presentan altos contingentes de ciudadanos extranjeros o grupos de
origen indígena, la riqueza cultural que ellos representan debe ser conservada y
potenciada; de otra manera, probablemente se disolvieran los esfuerzos si se
encontraran dispersos espacialmente. Así, en caso de contar con cierto grado
de concentración espacial se puede agregar diversidad e identidad a ciertos
barrios con características específicas. Estos espacios pueden convertirse en
hitos, en referentes dignos de ser visitados, en zonas atractivas que despierten
inclusive el interés de habitantes locales y turistas.
En el caso de las ciudades turísticas de litoral mexicana se presenta un alto
componente de residentes (de tiempo completo o temporal) de origen
extranjero, mayoritariamente estadounidense. Estos colectivos suelen
interactuar con sus pares nacionales y localizan sus viviendas en el espacio
turístico, generalmente con buenas condiciones de vida urbana. En contraparte,
muchos habitantes locales no pueden acceder al nivel de renta de los
extranjeros y quedan excluidos de la posibilidad de interactuar con ellos. Lo
284
mismo sucede con grupos indígenas, la mayoría de los cuales migran a las
ciudades turísticas para desenvolverse como comerciantes de los productos
que ellos mismos fabrican. Al establecerse, se integran con sus paisanos y se
fortalecen las redes de apoyo y solidaridad con el ánimo de progresar.
4.3.1.4.- Mejoramiento del Transporte Público.
La disponibilidad de buenos servicios de transporte público en las ciudades, en
particular en las de vocación turística, es un componente importante para las
políticas de integración residencial. Antes de que el automóvil se convirtiera en
el medio de transporte más popular a nivel intra-urbano, los grupos sociales se
mantuvieron relativamente cercanos, al menos físicamente. Los grupos de alta
renta no se alejaban mucho de los otros grupos sociales, mientras que las
familias modestas que no tenían acceso al transporte público, no pudieron
aglomerarse en los espacios periféricos.
Las modificaciones en los sistemas de transporte tuvieron más efectos en los
grupos pobres que en los de élite, al menos en el ámbito latinoamericano. Esto
se explica porque el concepto de lo público se vio rebasado por la privatización
generalizada ocurrida en los grupos de alta renta. Ello significó un mayor
aislamiento físico de los grupos desfavorecidos en relación con los grupos altos.
Además, hay que agregar que los barrios de alta renta, suelen ser más variados
socialmente que aquellos localizados en las periferias.
Sin embargo, también ha habido iniciativas de mejoramiento en los transportes
colectivos lideradas por gobiernos locales en países de América Latina. Como
ejemplo mencionamos, la habilitación de varios kilómetros de metro en Ciudad
de México, Sao Paulo, Río de Janeiro, Buenos Aires, etc. Ello se complementa
con innovadores sistemas para autobuses, como el caso de Curitiba, el
TransMilenio en Bogotá, el MetroBus en México, D.F. o el MacroBus en
Guadalajara, México. Pero quizá el caso más interesante se refiere al
MetroCable, iniciativa del gobierno de Medellín (Colombia) para unir físicamente
285
a barrios marginales con las zonas centrales, por medio de teleféricos. Estas
acciones han venido a modificar el concpeto de centro y periferia, acercando
simbólica y geográficamente a colectivos sociales anteriormente divididos.
En el caso de las ciudades turísticas de litoral mexicano la situación del
transporte público no está resuelta, toda vez que los gobiernos locales han
transferido su atribución a concesionarios particulares del transporte, para
quienes la principal motivación al ofertar el servicio es la obtención de las
máximas ganancias económicas. Es por ello que las unidades están en mal
estado, el servicio ofertado es de baja calidad, las rutas se concentran en
puntos conflictivos, sin embargo, también sirven como instrumento de
disminución de distancias, ya que, al menos en el caso de Puerto Vallarta, la
mayoría de rutas llegan hasta las colonias más marginadas socialmente y más
alejadas espacialmente, contribuyendo a disminuir la sensación de división
social en el espacio urbano.
Por lo comentado anteriormente, las políticas encaminadas a mejorar el servicio
de transporte público para el grueso de la población, es vital en la intención de
lograr una integración residencial y disminuir la segregación socio-espacial. Sin
embargo, se aventura que habrá resistencias, sobre todo porque en el
imaginario colectivo, la adquisición de un vehículo particular representa una
forma de distinción social. Por ello, habrá que aplicar instrumentos
complementarios que desalienten el uso del automóvil, en el ánimo de dar
mayor peso al transporte colectivo, reducir los tiempos de traslado y
descongestionar las zonas centrales. Una medida en este sentido podría ser el
cobro, a vehículos particulares, del acceso a ciertas zonas, como Centros
Históricos, iniciativa que ya se aplica en ciudades como Londres (Inglaterra).
El mejoramiento del transporte público permitirá un mayor acceso de los pobres
a la ciudad, alentando una mayor interacción con otros grupos sociales. Buenos
sistemas de transporte facilitan la accesibilidad en la ciudad y hacen menos
286
negativa la percepción de desigualdad, reduciendo la segregación residencial
de una determinada escala geográfica. Ejemplos exitosos, como el MetroCable
de Medellín, dan cuentan de lo planteado.
4.3.2.- CONTROL DE PROCESOS URBANOS, USOS Y MERCADO DE SUELO.
Diferentes entidades intervienen en los procesos de expansión urbana. En
primera instancia, corresponde al Estado, en sus diferentes niveles de gobierno
(nacional, estatal o local) intervenir y conducir el crecimiento de las ciudades, ya
que al ser una actividad compleja, debe ser regulada esencialmente para el
beneficio colectivo y no exclusivamente para el usufructo privado.
En los procesos urbanos coinciden el Estado y los ciudadanos impulsados por
el crecimiento poblacional que demanda territorio para asentarse, ya sea por la
tasa natural de reproducción o por efectos migratorios. La asignación de usos
de suelo es una tarea principalmente estatal, realizada por medio de Planes de
Ordenamiento Territorial y/o Urbano, instrumentos en los que se establecen las
condiciones particulares de cada zona para ser edificada; en su elaboración y
seguimiento también intervienen organismos privados. En cuanto al mercado de
suelo, su funcionamiento es complicado ya que opera bajo reglas que no siguen
los postulados heterodoxos de la economía de mercado, como lo aplicable a
otras mercancías, donde el precio y las condiciones de transacción se dictan
principalmente por las leyes de la oferta y la demanda.
Las ciudades turísticas de litoral, particularmente en México, han asumido un
proceso de expansión urbana modelado por el interés particular en detrimento
del bien colectivo. Esta condición ha favorecido el fortalecimiento de la
segregación residencial, particularmente en los últimos años.
De esta manera, para poder acceder a una integración residencial efectiva en
las ciudades y disminuir los efectos perniciosos de la segregación en destinos
287
turísticos proponemos el siguiente paquete de políticas y programas
encaminados a lograr tal fin.
1).- Planeación Urbana con criterios de Integración.
2).- Control de la especulación del suelo urbano.
3).- Establecimiento de cuotas de vivienda social.
4).- Dispersión espacial de conjuntos residenciales y centros comerciales.
4.3.2.1.- Planeación urbana con criterios de Integración.
La planeación urbana es una disciplina que tiene como objetivo ordenar y
prever el crecimiento del territorio y de las ciudades a partir de la combinación
armónica entre las diferentes necesidades humanas (vivienda, recreación,
trabajo, traslado) y su localización en áreas dispuestas de la manera más
efectiva y económica. Se convierte en un instrumento de participación entre la
sociedad y el Estado cuando se trata de establecer las líneas de actuación para
la problemática urbana mediante la concertación de intereses, el diseño de
propuestas y las estrategias concretas para llevarlas a cabo (Ducci, 1989).
En las ciudades turísticas de litoral se implementaron diversos planes de
ordenamiento territorial y urbano, destacando el caso de Acapulco, en donde
desde 1930 se formuló el primer Plan de Desarrollo Urbano, realizado por
Carlos Contreras, considerando la vocación turística del puerto (Garza, 2003).
En Cancún, también se tuvieron instrumentos normativos desde las primeras
fases del crecimiento elaborados por Agustín y Enrique Landa Verdugo. En
Puerto Vallarta, en 1975 se elabora el Plan General Urbano, primera
herramienta normativa en donde se reconocía la importancia de la actividad
turística y de la identidad urbana.
A pesar de contar con estos instrumentos destinados a favorecer un desarrollo
urbano integral, la realidad muestra que las ciudades han crecido al amparo de
muchos intereses que no necesariamente coinciden con el bien colectivo. Esto
288
es particularmente evidente en las ciudades turísticas de litoral mexicanas, en
donde las extraordinarias ganancias económicas que reportan ciertos sectores
de la industria turística (como la hotelería, desarrollos inmobiliarios, comercio,
etc.) facilitan la falta de observancia y cumplimiento a la norma urbanística
existente, presentándose constantemente actos ilegales que atentan contra el
crecimiento mismo de la ciudad.
Esta suma desafortunada de eventos en materia urbanística han profundizado
la segregación residencial en el espacio turístico, ya que el ciudadano queda al
margen de las decisiones tomadas en las cúpulas del poder para favorecer el
excesivo crecimiento de ciertas zonas. Además, se ha promovido la exclusión
social con la creación de barrios y conjuntos cerrados del resto del colectivo
urbano. También se ha logrado una fragmentación territorial, debido a la
urbanización de masivos conjuntos habitacionales de vivienda social, el
incremento en la densidad construida, la existencia de grandes porciones de
suelo urbano sub-utilizado y la ocupación de baja densidad, principalmente en
la periferia.
En Puerto Vallarta, como estudio de caso, se supo que el instrumento urbano
normativo más reciente, el Plan de Desarrollo Urbano de centro de población
(Pladucep) fue aprobado en 1997, aunque técnicamente elaborado en 1994. Es
decir, no se ha actualizado el principal instrumento urbanístico en 12 años,
mientras la tasa de crecimiento poblacional es superior al 4 por ciento anual.
Más grave aún es saber que se han propuesto 3 actualizaciones al Pladucep en
últimos siete años (2002, 2006 y 2008), ejercicios que han quedado abortados
por la intervención de fuertes intereses y por la falta de consensos respecto al
proyecto de ciudad planteada, a pesar de que la rapidez y profundidad de la
expansión urbana supera la capacidad de asimilación de los cambios ocurridos.
289
Ante la necesidad de actualizar los fundamentos del ordenamiento en el
desarrollo urbano municipal para adecuarla a las profundas transformaciones
territoriales, es favorable establecer instrumentos de planeación innovadora, lo
cual requiere: i) una participación ciudadana más activa; ii) orientación a la
construcción de consensos entre los actores urbanos; iii) predominio del
proceso de planeación y no tanto del producto final; iv) políticas integradas y
programas coordinados; v) buscando el costo-beneficio; vi) procurando atender
las demandas urbanas prioritarias; y, vii) superando las limitantes
administrativas. Una metodología de trabajo de posible aplicación en la ciudad
turística lo constituye la Planeación Estratégica de Ciudades, proceso aplicado
en diversas ciudades del mundo y que ha demostrado la viabilidad de su
utilización (Férnandez Guell, 1997).
Dentro de las principales acciones de normatividad urbana para favorecer la
integración residencial en ciudades turísticas de litoral y evitar que los
instrumentos urbanísticos se conviertan en prácticas legitimadores de la
separación social y la división territorial, se sugiere que se adecue la
zonificación, declarando nuevos usos de suelo, como:
que el uso de suelo turístico y turístico hotelero sea compatible con el
uso habitacional, comercial y de servicios. Ello podría generar un nuevo
uso denominado Turístico Mixto, garantizando la actividad hotelera pero
posibilitando otros usos (habitacional plurifamiliar y/o comercial);
incrementar las superficies de contacto entre los usos turísticos y otros,
generando zonas de transición con la utilización de usos mixtos. Ello
facilitaría la consolidación de distritos turísticos urbanos, la reutilización y
generación de espacios atractivos, rutas obligadas, corredores, uniendo
desarrollo urbano y promoción económica. El principal objetivo es servir
de “sutura”, de unión entre el espacio turístico y el no turístico,
desalentando la formación de segregación residencial;
290
re-densificar zonas consolidadas para generar barrios con diversidad,
favorecer las redes de apoyo social, promover la vivienda accesible,
mejorar el transporte público y alentar la ocupación de zonas baldías;
aplicar las Transferencias de Derechos de Desarrollo, con el ánimo de
proteger áreas estratégicas, particularmente en el litoral y en algunos
casos en zonas de montaña; además generar y promover un mercado de
derechos de suelo transparente evitando la especulación;
delimitar los polígonos para la declaratoria de desarrollo prioritario sujeta
a enajenación forzosa en subasta pública, herramienta para asegurar la
ocupación de predios baldíos en zonas urbanas consolidadas en plazos
de tiempo relativamente cortos, favoreciendo la concentración urbana y
desalentando la fragmentación urbana.
Estas disposiciones institucionales formarían parte de los instrumentos de
planeación urbana en ciudades turísticas, contribuyendo en el logro de una
mayor integración residencial en estos destinos.
4.3.2.2.- Control de la especulación del suelo urbano.
Uno de los principales factores explicativos de la segregación residencial en
América Latina y en México se relaciona con los intensos procesos de
especulación del suelo urbano. En ciudades con vocación turística, la dinámica
especulativa se acentúa, ya que las porciones de terreno donde puede llevarse
a cabo la actividad recreativa es reducida, limitándose a las zonas aledañas al
litoral costero, a montaña o ríos. Por tanto, la oferta de suelo en el espacio es
limitada y con ello el precio se mantiene en niveles altos.
Por ello, si proponemos una ciudad turística que adopte la integración
residencial para evitar los efectos negativos del mercado de suelo, deberán
plantearse políticas para controlar los procesos de incorporación de suelo al
área urbana, evitando la especulación y favoreciendo la recuperación de
plusvalías en tales operaciones. De hecho, la lógica de especulación es
291
inherente a la propiedad misma y la gestión del suelo impulsa constantemente
el crecimiento de precios. Con ello, a los habitantes en la menor escala
económica se les dificulta el acceso a los predios más caros, aquellos que
suelen estar localizados en zonas centrales y que cuentan con los mejores
recursos urbanos.
Una dinámica reciente es la periferización de actividades (oficinas, comercios,
viviendas) que antes se ubicaban en las zonas centrales. Este proceso, también
conocido como edge city, ha venido a estimular la especulación urbana, ya que
anteriormente la lejanía del suelo respecto a las principales centralidades
permitía una disminución en el precio del suelo. Esta dispersión de grandes
emprendimientos urbanos genera incremento en el valor del predio por la
demanda presentada, lo cual tiene efectos negativos al impedir el acceso de los
pobres a estos espacios, estimulando un incremento en la escala de la
segregación residencial.
Dejar al libre albedrío el mercado de suelos en América Latina y en particular en
las ciudades turísticas ha significado una anarquía que se expresa en múltiples
impactos indeseables, como la reproducción de la segregación residencial a
escalas espaciales mayores. Por ello, se debe enfrentar las acciones
especulativas con medidas prácticas y eficientes que permitan una racionalidad
en el mercado de suelo urbano.
Para que el Estado y la sociedad ejerzan un relativo control sobre la
especulación del suelo se debe trabajar en dos frentes: el primero, referido a
controlar el crecimiento urbano (en manos de las fuerzas del mercado, en estos
momentos) y el segundo en asegurar la recuperación de plusvalías.
Los instrumentos para controlar el crecimiento urbano están contemplados en el
marco legal urbano. Para ello se establecen límites dentro de los cuales el suelo
presenta condiciones de urbanizable o no urbanizable, como sucede en la
292
legislación española. En el caso mexicano, los límites de crecimiento se
especifican en los Planes de Ordenamiento Territorial o en Planes de Desarrollo
Urbano. En Puerto Vallarta se estableció un Límite de Centro de Población
integrado por un polígono decretado por la autoridad municipal que incluye una
superficie aproximada de 10,518 hectáreas y dentro del cual el gobierno local
se compromete a hacer cumplir el Plan de Desarrollo Urbano y dotar de
servicios públicos a quien lo solicite, siempre y cuando cumpla con la
normatividad urbana.
Ahora bien, el crecimiento urbano no puede controlarse solamente con
instrumentos normativos ya que aparecen procesos de otra naturaleza que
influyen en la expansión urbana (tasas de natalidad, migración, disponibilidad
de empleo, etc.), sin embargo es necesario insistir en que sí se puede normar el
crecimiento siempre y cuando se tengan reglas y límites coherentes y que ellos
se cumplan.
En cuanto a la participación de plusvalías, este es un concepto innovador que
puede convertirse en un gran apoyo para las políticas de integración
residencial. Además, tiene una razón ética y de justicia urbana, al cobrar un
porcentaje del beneficio que todo promotor obtiene por razón del incremento de
precios de suelo por la ejecución de acciones urbanísticas. Para su ejecución
deben buscarse incentivos propositivos, antes que punitivos. Colombia ha sido
un país de avanzada con este instrumento, respaldado en la Ley 388, sin
embargo, tampoco se asegura una implementación perfecta o eficiente como se
ha demostrado empíricamente (Maldonado, 2008).
La recuperación de plusvalías es también, un excelente instrumento para
debilitar las prácticas especulativas en el mercado de suelo. Por ejemplo,
algunas familias de ingresos medios y altos optan por localizaciones
residenciales más segregadas, no tanto en función de sus preferencias, sino
por la expectativa de que ese predio se valorizará en el futuro. Tales prácticas
293
favorecen la integración residencial y permite alcanzar mayores niveles de
mezcla social en el espacio.
La determinación de la ejecución de obra pública y las modificaciones a las
normas de uso de suelo son las principales causas en el incremento del valor
del suelo y específicamente, sobre los procesos de apreciación del suelo. Por
tanto, estas dos acciones deberían ser prioritarias en la recuperación de
plusvalías. Por tanto, el Estado debe ser particularmente cuidadoso en aplicar el
cobro de plusvalías en iniciativas en este sentido.
Finalmente, insistimos que el instrumento de participación de plusvalías es
novedoso y de potencial utilidad para facilitar la mezcla social en el territorio y
que si bien no ha demostrado su aplicación perfecta en ciudades
latinoamericanas, puede favorecer la integración residencial, particularmente en
ciudades turísticas de litoral como Puerto Vallarta.
4.3.2.3.- Establecimiento de cuotas de vivienda social.
Enfoques más recientes dentro de la disciplina urbanística sugieren que en las
ciudades contemporáneas, el uso mixto representa la modalidad más habitual
de zonificación intra-urbana. Bajo esta premisa, se ha venido promoviendo el
acceso de vivienda de interés social en conjuntos residencial o en áreas de
ingresos medios e inclusive alto (Ascher, 2004).
Fuera del contexto latinoamericano, esta mezcla entre diferentes usos de suelo,
intensidades y grupos sociales ha sido práctica común, como ha acontecido en
Suecia (Bauman, 2006:53-54) o Singapur (van Grunsven, 2000). En ocasiones,
se considera un porcentaje del suelo o de la superficie edificada al interior de
los nuevos conjuntos residenciales, otras veces, se expresa como un objetivo
referido a la composición social de ciertos distritos o zonas internas de la
ciudad.
294
Sin embargo, si la mezcla residencial es realizada de manera sectorial o desde
las esferas gubernamentales, se pueden cometer errores urbanísticos
contrarios al objetivo de reducir la segregación residencial. Un ejemplo lo
constituye la localización de barrios, ya que si se ubican muy alejados de las
áreas centrales, el costo del traslado y transporte será tan alto que pudiera
ocasionar externalidades a las familias residentes, particularmente las de bajos
ingresos. Por otro lado, si la mezcla de grupos se inclina más hacia familias
pobres, ello podría ahuyentar a familias de otra condición, incentivando un
proceso de homogeneización social en el barrio, justamente la dinámica que se
intenta modificar. En ciertas ciudades europeas, esta situación ocasionó el
fracaso de varios programas habitacionales de integración social.
El establecimiento de cuotas de vivienda social también podría replicarse al
espacio turístico. Si bien la propuesta suena desatinada en primera instancia,
ya que el precio del suelo en este lugar impusla a los promotores a ofertarlo
siempre a familias de altos ingresos, debería decretarse como política de
Estado la obligatoriedad de conceder un porcentaje de unidades privativas para
familias de escasos recursos. Para asegurar que cualquier ciudadano pudiera
acceder a estos sitios, la autoridad, a través de los organismos respectivos
llevaría a cabo un proceso transparente y democrático.
La fijación de cuotas de incorporación de vivienda social deben ser universales
para evitar distorsiones adicionales a las ya existentes en los tradicionales
mercados urbanos. Por lo tanto, no se aconseja la fijación de cuotas de manera
rígida, sino atendiendo las condiciones sociales y físicas de cada desarrollo.
4.3.2.4.- Dispersión espacial de conjuntos residenciales y centros comerciales.
Recientemente se advierten nuevas dinámicas de dispersión espacial,
particularmente de desarrollos privados como conjuntos residenciales y centros
comerciales dirigidos a grupos de media y alta renta que se van localizando en
las periferias urbanas, lo cual representa un giro en el patrón tradicional de
295
ocupación territorial y de segregación residencial. Esta aparente distorsión se
explica por el aprovechamiento de predios de menor valor para ser
incorporados plenamente al mercado de suelos formal.
En las ciudades turísticas de litoral esta tendencia no es tan evidente como en
otros contextos, ya que el valor simbólico y real del suelo ubicado en el espacio
turístico es mucho mayor al del espacio periférico. Sin embargo, también
participa en el cambio sustantivo en el patrón de localización de centralidades,
en particular en lo referente a ciertos conjuntos de vivienda secundaria, los que,
ante la escasez de suelo en la zona turística se ubican en otros lugares.
Dentro de los efectos de las políticas y programas de integración residencial, es
importante asumir dos situaciones: en primer lugar, promover la reducción de la
distancia física entre grupos sociales que se está produciendo en sectores de la
periferia urbana, y por el otro, reducir la separación física en ciertos barrios, los
cuales se dividen a partir de la incorporación de muros, rejas y sistemas de
vigilancia. De alguna manera se comprueba que la escala de la segregación
residencial está disminuyendo mientras las desigualdades sociales y el espíritu
de exclusión están en aumento (Sabatini, 2006).
Para los residentes de bajos ingresos en las periferias, la incorporación de
estos nuevos desarrollos es una señal que es percibida positivamente, gracias
a los beneficios otorgados, tanto simbólicos como materiales. Un elemento
importante es que se contribuye a revertir la estigmatización social de la zona,
pero también a que la localización de nuevos desarrollos mejora la calidad de
los servicios y equipamientos urbanos, forjándose la consolidación de sub-
centros urbanos. Finalmente, otra ventaja práctica es la reducción en los
tiempos de traslado de residentes pobres a sus espacios de trabajo, los que se
localizan cada vez más cerca de sus barrios.
296
En este sentido, la dispersión espacial de conjuntos residenciales y centros
comerciales puede favorecer la integración residencial y convertirse en una
buena estrategia de acercamiento social entre grupos.
4.3.3.- PROYECTOS URBANOS DE INTEGRACIÓN Y MEJORAMIENTO DE
BARRIOS.
La última de las políticas y programas sugeridos para acceder a la integración
residencial, se relaciona con el acondicionamiento del espacio físico para
favorecer el encuentro de los ciudadanos en la ciudad. Por ello, se promueve la
generación de proyectos urbanos que faciliten la integración a través del
mejoramiento de barrios, particularmente aquellos degradados o con
desprestigio territorial. Esto implica apostar por la inversión pública en la ciudad,
antes que en el beneficio privado, dinámica que no ha sucedido en ciudades
turísticas de litoral como Puerto Vallarta.
Se busca reducir el mapa de las diferencias, del miedo, de la inseguridad, de
las fronteras intra-urbanas, físicas y simbólicas. Hablamos de generar espacios
públicos que reconozcan el valor original y enriquecedor de la diversidad, y
animen a las personas diferentes a entablar el diálogo (Bauman, 2006:56 y 57).
De esta manera, se proponen los siguientes programas:
i).- Proyectos urbanos de Integración;
ii).- combate a los estigmas territoriales; y,
iii).- mejoramiento de barrios.
4.3.3.1.- Proyectos urbanos de integración.
La promoción de proyectos urbanos de Integración deberá darse considerando
las dimensiones físicas y sociales, con el objetivo de mejorar las condiciones de
vida de ciertas zonas en beneficio de los habitantes. Para lograrlo, deberá
implementarse un modelo de intervención integral corresponsable entre
ciudadanos y autoridades por medio de la participación comunitaria y la
coordinación inter-institucional con metas tangibles y realizables.
297
Desde la perspectiva social, deberá desarrollarse una metodología para lograr
una intensa participación ciudadana, fortalecer la organización comunitaria y
promover el liderazgo, para permitir la integración y la recuperación del tejido
social. La comunidad deberá participar activamente en todas las etapas del
proceso, desde la identificación de problemáticas y oportunidades, hasta la
formulación y aprobación de los proyectos mediante la utilización de prácticas
de diseño participativo.
Por el lado institucional, se lograrará una coordinación integral en las acciones
de las dependencias municipales involucradas en los proyectos de integración.
También se promoverán alianzas con el sector privado (participaciones mixtas),
Organismos No Gubernamentales (ONG´s), entidades nacionales e
internacionales y organizaciones comunitarias.
La concretización de estos proyectos de integración se dará en el espacio
físico. Las principales acciones a desarrollar son de carácter público e incluyen:
promoción de vivienda adecuada, generación y mejoramiento del espacio
público, contribuciones a la movilidad, adecuación de equipamientos, apertura
de sitios culturales (bibliotecas barriales, casas de cultura, etc.), así como la
recuperación del medio ambiente natural.
Estas iniciativas son de particular relevancia en las ciudades turísticas, las
cuales han sido modeladas para el beneficio privado en detrimento del valor
colectivo de las poblaciones de acogida. Aunado a ello, sirven como estrategias
para reducir la profunda desigualdad que en ella pervive, al promover el sentido
de comunidad, principalmente en las colonias marginales.
Un ejemplo que puede servir como modelo a la ciudad turística es lo realizado
en la comunidad de Calviá (España), donde las autoridades promovieron y
lograron el consenso empresarial y ciudadano para derribar edificios hoteleros
en desuso con frente de playa para generar espacios públicos (plazas,
298
corredores turísticos, balnearios públicos) en un proceso denominado de
esponjamiento. El argumento de la iniciativa se basaba en que la masificación
del turismo se había convertido en la principal debilidad del destino. Estos
planteamientos difícilmente se asumen en contextos latinoamericanos o en
México, en donde el aprovechamiento público es visto como una “pérdida”,
antes que una ganancia.
En el caso de Puerto Vallarta se propone la inversión pública para adecuar
espacios públicos actualmente inutilizados, sugiriéndose tres proyectos: el
primero, la adecuación y apertura del estero El Salado, Área Natural Protegida
(ANP) con decreto y Fideicomiso propio, que sin embargo, sigue cerrado y sin
acceso para la población y sus visitantes; el segundo, el establecimiento de un
parque lineal a lo largo del río Pitillal, que permita unir, “suturar” el espacio
turístico con el espacio centro y periferia, a través de la creación de caminos,
ciclo-vías, parques, etc.; y, tercero, la habilitación del parque Agua Azul, de
propiedad municipal y con alto valor medio-ambiental, zona que actualmente se
encuentra en permanente abandono.
Si bien se subraya la escasez de recursos financieros para llevar a cabo estos
proyectos y la resistencia de la clase empresarial, se insiste en los beneficios de
la integración, tanto para el mejoramiento de la calidad de vida ciudadana como
de ventaja competitiva de los mismos destinos turísticos.
4.3.3.2.- Combate a los Estigmas Territoriales.
Como se ha comentado anteriormente, la fijación de estigmas territoriales es
una de las manifestaciones más negativas de la formación de áreas
socialmente homogéneas al interior de las ciudades. El hecho de etiquetar o
conferir una marca a ciertos barrios (particularmente en su faceta de
desacreditación), atenta contra el valor simbólico de dichas unidades urbanas y
una vez que se ha consolidado en el imaginario colectivo, es difícil de erradicar.
299
Por tanto, para lograr la implementación de un modelo de integración
residencial en ciudades turísticas, se requiere aplicar una combinación de
políticas sociales para disminuir dichos estigmas.
Surgen las preguntas: ¿porqué se estigmatizan ciertos barrios? Y ¿por qué a
algunos se les confieren valores negativos?. Dentro de las causas para explicar
el estigma se mencionan: a) malas condiciones urbanas de dichos espacios,
expresado en hacinamiento, insuficiencia de espacios públicos, escasez de
equipamientos adecuados; b) falta de cobertura de servicios públicos básicos,
como agua, alcantarillado y energía eléctrica; c) incidencia criminal, asociada a
violencia y actos criminales –robos, violaciones, tráfico de drogas, etc.-; d)
inseguridad laboral y precariedad de los puestos de trabajo; y, e) mala fortuna,
el acontecimiento de algún suceso inesperado, etc.
El estigma territorial también limita las posibilidades de movilidad social, toda
vez que ha quedado debidamente demostrado que ciertos puestos laborales
son negados a personas que residen en estas unidades desprestigiadas
simplemente por el hecho de vivir allí (Sabatini, 2006; Abramo, 2001). Se ha
llegado al extremo de que los solicitantes deban ocultar su lugar de residencia y
aparentar que viven en otros barrios, mediante el arrendamiento “fantasma”
para que aparezca esa dirección en sus solicitudes y contar con mayores
posibilidad de acceder al empleo.
Con ello, la persistencia del estigma territorial se convierte en foco de
desintegración social, en donde la aglomeración de la pobreza se traduce en
una desventaja común. En un ambiente urbano donde los pares ven limitadas
sus posibilidades de ascenso social, se reproducen las prácticas negativas y
desalentadoras.
En el caso de las ciudades turísticas de litoral, el estigma también se da en
sentido positivo. Para ello, los promotores inmobiliarios re-valorizan zonas para
300
aumentar el precio de los lotes. La estrategia está perfectamente orquestada y
gracias a estas maniobras se aseguran el incremento mediante una
especulación “simbólica”. Vivir en determinado barrio se convierte en una
distinción social que aumenta el status personal y colectivo.
En la investigación empírica de este trabajo quedó demostrado que en el caso
de Puerto Vallarta, los estigmas territoriales están claramente establecidos. Las
zonas de prestigio se relacionan con el espacio turístico y ningún barrio
desprestigiado se localiza en la zona turística. Además, solamente 15 colonias
concentran más del 80 por ciento del desprestigio social.
Se concluye insistiendo en la necesidad de disminuir los estigmas territoriales,
particularmente los de naturaleza negativa, promoviendo las ventajas positivas
que cada barrio tiene y favoreciendo la movilidad social colectiva.
4.3.3.3.- Mejoramiento de barrios.
El mejoramiento de barrios implica un proceso de intervención en la estructura
física, social, económica y jurídica de un asentamiento humano que se formó a
través de mecanismos espontáneos y procesos no planificados de ocupación
de tierras (Acioly, 2001:7). Estas actividades se han venido presentando en
vecindades tradicionales, centros históricos y colonias informales y han
adquirido importancia estratégica para los gobiernos de ciudades
latinoamericanas con el ánimo de mejorar la calidad de vida en las colonias,
principalmente marginales.
Para lograr una integración residencial en las ciudades turísticas de litoral se
debe trabajar en las zonas que presenten mayor grado de degradación con
tareas de mejoramiento en varias esferas, destacando la parte física (servicios,
infraestuctura, catastro), social -por medio de programas para atender las
necesidades de la comunidad-; y, jurídica, mediante la titulación de lotes.
301
En la década de 1990 se llevaron a cabo varios proyectos de mejoramiento
barrial en América Latina que se convirtieron en un modelo, dadas las
bondades de su constitución, mencionando el caso de Favela Bairro5 en Río de
Janeiro (Somekh, Malta y van Wilderode, 1999) y el Programa de Mejoramiento
de Barrios en Medellín –Colombia-. Las actividades incluyeron la mejora de la
infraestructura combinando con la provisión de servicios públicos básicos (agua,
alcantarillado, luz eléctrica), la reestructuración físico-espacial y la
regularización de la tenencia del suelo y de los derechos de propiedad.
Para las ciudades turísticas, los programas de mejoramiento de barrios deberán
promover la inserción de barrios marginales en las principales actividades
económicas, obteniendo beneficios tangibles del turismo. Para ello se sugiere
vincular las características sociales y físicas entre las zonas de alta y baja renta,
por medio de la habilitación de espacios públicos, el mejoramiento de vialidades
y accesos, la introducción generalizada de servicios públicos, el reforzamiento
de actividades económicas y de servicios, principalmente.
Estas acciones requieren de una decidida acción gubernamental apoyando la
inversión y el mejoramiento de los barrios marginales. Si bien los recursos son
escasos, algunas iniciativas innovadoras podrían ser incorporadas. Los
beneficios de tales medidas se reflejarían en la calidad de vida de los
pobladores y en la competitividad misma del destino turístico.
5 Favela-Bairro fue un proyecto de mejoramiento para favelas promovido por la Municipalidad de Río de
Janeiro con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que contó con cuatro fases: la primera,
iniciada en 1994 favoreciendo a 19 núcleos favelas, totalizando 55,000 habitantes; la segunda, puesta en
marcha en 1995, con 27 núcleos y 98,000 habitantes; la tercera, realizada en 1997 con 24 favelas y 84,000
residentes; y, la cuarta, iniciada en 1998 con 20 favelas conteniendo 79,000 pobladores. Tomando de:
Somekh, Malta y van Wilderode (1999).
302
4.4.- INSTRUMENTACIÓN DEL MODELO DE INTEGRACIÓN
RESIDENCIAL.
Una vez que se han visualizado las estrategias para reducir la segregación
socio-espacial y tras proponer una serie de políticas y programas específicos,
se procede a establecer los mecanismos que será necesario instrumentar para
que el modelo de integración residencial sea operativo en las ciudades
turísticas de litoral.
Para ello, se considera formalizar un plan de acción que implemente las
políticas del modelo, resultando en los siguientes temas generales: 1)
interacción entre grupos sociales y/o nacionales; 2) integración espacial de
diferentes segmentos de población; y, 3) debilitamiento de los estigmas
territoriales. Para cada tema, se delinea una visión, se establecen líneas
estratégicas y se plantean la consecución de resultados y formas de medición.
Se subraya la importancia de la instrumentación, como una etapa vital dentro
del modelo de integración residencial, ya que de acuerdo a experiencias
previas, se reconoce que la falta de aplicación ha llevado al fracaso a iniciativas
innovadoras encaminadas a mejorar la vida urbana a nivel mundial.
4.4.1.- INTERACCIÓN ENTRE GRUPOS SOCIALES Y/O NACIONALES.
Uno de los elementos más negativos de la segregación residencial se refiere a
la nula o escasa interacción entre diferentes grupos sociales, con lo cual se
acentúa la homogeneidad social y se dificulta el enriquecimiento de la trama
social. En este sentido, todas las acciones que faciliten el encuentro entre los
“diversos” se hace necesaria en los intentos por lograr una integración
residencial más vigorosa.
En el caso de las ciudades turísticas de litoral, se agrega la interacción entre
diferentes grupos de origen nacional, particularmente entre población local y
extranjera, encuentro que suele ser escaso. Con ello, cualquier iniciativa de
303
integración residencial en estos sitios deberá agregar este componente para su
viabilidad y puesta en marcha.
4.4.1.1.- Visión de la Interacción entre Grupos.
En las ciudades turísticas de litoral se incrementará la interacción entre los
diferentes grupos sociales por medio de la reducción de la desigualdad intra-
urbana. Se dará especial énfasis a la relación de pobladores locales con
residentes extranjeros, ya sean turistas ocasionales o habitantes de tiempo
parcial y/o completo. La diversidad social y nacional se constituirá en una
fortaleza para el crecimiento individual y colectivo.
4.4.1.2.- Líneas Estratégicas para la Interacción entre Grupos.
Dentro de las acciones para asegurar la interacción entre grupos se anotan:
Favorecer el crecimiento de la oferta cultural, tanto en manifestaciones
de arte refinado como de expresiones populares, buscando de manera
especial, la práctica de idiomas diferentes al oficial (en el caso de
México, el castellano).
Patrocinar la realización de acciones de promoción comunitaria, por
medio de asociaciones de vecinos, grupos de asistencia social,
organismos no gubernamentales, etc.
Asegurar la vivencia plena de los derechos ciudadanos, inclusive de
extranjeros radicados de tiempo completo en la ciudad turística,
realizando las modificaciones legales respectivas.
4.4.1.3.- Perfil de los Proyectos de Interacción entre grupos.
Para la implementación de las líneas estratégicas esbozadas deberán
desarrollarse los siguientes proyectos:
a.- Se promoverá la habilitación de infraestructura cultural (museos,
bibliotecas, talleres de arte, casas de la cultura, etc.) principalmente en el
304
espacio Turístico y en barrios de baja renta, con el ánimo de potenciar el
desarrollo personal y colectivo de estas unidades urbanas.
b.- Se incentivará la realización de talleres de creación artística (pictórica,
escultórica, musical y literaria) y se buscará reproducir iniciativas de
fomento artístico para residentes de bajos ingresos, con el ánimo de
ofertar actividades de desarrollo humano en un contexto de poco
reconocimiento social por estas acciones.
c.- Se motivará la realización de talleres literarios en idiomas diversos
(particularmente entre castellano e inglés), favoreciendo el
enriquecimiento cultural y lingüístico. Se promoverá que los residentes que
hablan correctamente alguna lengua diferente a la materna, puedan
incorporarse al mundo laboral, social, económico, etc. en un contexo de
respeto y aprendizaje mutuo.
d.- Se impulsarán iniciativas de participación ciudadana a nivel barrial,
estableciendo tareas concretas que requieran la acción vecinal, como
limpieza del frente de vivienda, separación de basura, mantenimiento de
espacios públicos, etc.
e.- Se alentará la introducción de la figura del presupuesto participativo
descentralizado, es decir, que el gobierno local conceda un porcentaje
relevante del gasto corriente a los barrios, con especial énfasis a las
unidades con residentes de bajos ingresos. Estos ingresos serán
utilizados en acciones de mejoramiento barrial y la decisión de aplicación
será tomada en consenso con los vecinos, en procesos democráticos.
f.- Se realizarán talleres participativos, principalmente con niños, para
identificar la percepción que los vecinos tienen respecto a su propio barrio
y en relación con la ciudad.
g.- Se promoverán acciones para lograr la titulación de predios en colonias
con alguna condición de irregularidad. El costo de tales tareas será
compartido entre los propietarios y el gobierno local.
305
h.- Se facilitará que ciudadanos extranjeros que residan en la ciudad turística
en un plazo mayor seis meses por año, tengan derechos ciudadanos (voto
en asociaciones vecinales, toma de decisión del presupuesto participativo,
ejercicios de percepción barrial) plenos.
i.- Se garantizará en todo momento el derecho a la libre expresión de las
ideas aunque ello implique la movilización ciudadana física en la ciudad,
expresada en manifestaciones, discusiones, encuentros en espacios
públicos, etc. siempre y cuando no se afecten los derechos de terceros, se
ofenda a las personas y se ataque la moral pública.
4.4.1.4.- Resultados esperados e instrumentos de medición.
La realización de los proyectos y líneas estratégicas esbozadas deberán dar
resultados en un horizonte temporal de corto (inmediato a 2 años), mediano (de
3 a 5 años) y largo plazo (de 6 a 15 años). Las modalidades de medición se
expresan posteriormente. Dentro de las acciones a corto plazo se enlistan:
Cuadro 4.1 Resultados a corto plazo e
instrumentos de medición en la Interacción entre Grupos.
Resultados esperados Instrumento de medición
Habilitación de oferta cultural, primordialmente a nivel barrial.
1 equipamiento cultural de nivel barrial por cada 15 colonias.
Incremento de talleres de creación artística. Se contará al menos con 1 taller de creación artística por cada 2 barrios.
Titulación plena de predios irregulares. Los predios irregulares no podrán ser mayores al 15% del total de lotes en la ciudad turística.
Promoción de participación ciudadana en la toma de decisiones urbanas.
Conceder el 10% del egreso total del gobierno local a presupuesto participativo. Aprobación democrática en cada colonia.
Las actividades de mediano plazo están relacionadas con el incremento del
equipamiento cultural en los barrios, acción fundamental en el mejoramiento
personal y colectivo de los residentes, particularmente en aquellas zonas de
baja renta, en donde la falta de instrucción escolar y de opciones culturales se
306
convierte en un lastre para abandonar la condición de marginación. Se sugieren
la consecución de los siguientes resultados.
Cuadro 4.2 Resultados a mediano plazo e
instrumentos de medición en la Interacción entre Grupos.
Resultados esperados Instrumento de medición
Incremento del equipamiento cultural en barrios.
Deberá localizarse una biblioteca pública por cada 10 barrios; una casa de la cultura por cada 25 barrios y un museo por cada 50 barrios.
Las actividades de largo plazo sugeridas implican modificaciones a un nivel
superior que la localidad, como adecuaciones a la Constitución mexicana,
principalmente en lo referente a los derechos de ciudadanos extranjeros. Con
ello se visualizan los siguientes resultados.
Cuadro 4.3 Resultados a largo plazo e
instrumentos de medición en la Interacción entre Grupos.
Resultados esperados Instrumento de medición
Se contará con talleres literarios en lengua extranjera.
Realización de talleres en lengua extranjera en 20% de los barrios.
Derechos ciudadanos para extranjeros con
residencia y semi-residencia en la localidad.
Que los ciudadanos extranjeros tengan
derechos para la participación ciudadana plena.
La suma de estas acciones permitirá el incremento en la interacción entre
grupos de diferente condición social o de origen nacional en las ciudades
turísticas de litoral. La identificación de actividades a realizar, así como el
establecimiento de líneas estratégicas con objetivos esperados e instrumentos
de medición favorecen la puesta en marcha de tales acciones.
307
4.4.2.- INTEGRACIÓN ESPACIAL DE DIFERENTES GRUPOS DE POBLACIÓN.
El componente espacial es relevante en las ciudades turísticas al servir como
soporte para la realización de las actividades del turismo. Por ello, aunado a las
acciones de interacción social deben corresponderse tareas que aseguren la
integración espacial entre los diferentes segmentos de población.
Esto es particularmente pertinente en los destinos turísticos de playa, en donde,
históricamente se ha favorecido una fuerte división social en el espacio,
separando y alejando el área turística del restante tejido urbano. Por ello, en la
instrumentación del modelo de integración residencial, es esencial promover
que el espacio urbano se convierta en un facilitador de la vivencia en común,
disminuyendo y evitando hasta donde sean posible, las separaciones físicas o
simbólicas en la ciudad.
4.4.2.1.- Visión de la Integración Espacial entre Grupos.
En las ciudades turísticas de litoral se promoverá la integración espacial entre
los diferentes grupos sociales, facilitando el libre acceso de los residentes y
turistas en el tejido urbano, reduciendo la división física o simbólica entre zonas,
particularmente entre el espacio Turístico y el espacio Periferia.
4.4.2.2.- Líneas Estratégicas para la Integración Espacial entre Grupos.
Para asegurar la interacción entre grupos se sugiere:
Facilitar el acceso al suelo urbano a todos los grupos sociales,
particularmente dentro del espacio Turístico, desalentando a nivel macro
y micro, que un grupo social mayoritario se aglomere
predominantemente en cierta zona.
Gestionar instrumentos de planeación urbana innovadores que faciliten
un funcionamiento más equitativo del mercado de suelos.
Promover la habilitación de espacios de encuentro, preferencialmente de
carácter público, de acceso ilimitado, atemporal y sin restricciones.
308
4.4.2.3.- Perfil de los Proyectos para la Integración Espacial entre Grupos.
Para la implementación de las líneas estratégicas esbozadas deberán
desarrollarse los siguientes proyectos:
1.- Se integrarán en la normatividad urbana local, polígonos de actuación que
faciliten la integración residencial y el acceso al suelo urbano para los
diferentes grupos sociales. Se propone que tales áreas se denominen
como áreas prioritarias de mixtura social (APMS), modalidad de uso de
suelo similar al uso mixto, pero haciendo énfasis no tanto en la actividad
desarrollada sino en las características particulares de los grupos sociales
mayoritariamente residentes.
2.- Las grandes acciones urbanísticas, como las desarrolladas por empresas
inmobiliarias y que superen una superficie de una hectárea o superior, no
podrán utilizar un solo uso de suelo y deberán integrar al menos el 25% de
otras modalidades de uso y atender los nuevos requerimientos familiares
(familias mono-parentales, solteros, divorciados, madres solteras).
3.- Deberán establecerse cuotas de vivienda social dentro de colectivos
urbanos particularmente dentro del espacio Turístico. Para ello, el
gobierno municipal utilizará las áreas de cesión para destinarlas al
establecimiento de zonas residenciales, con especial énfasis en los grupos
de bajos ingresos.
4.- Se gestionará el cobro de participación de plusvalías, incorporando esta
figura en el marco normativo urbano local; así, el desarrollador tendrá que
realizar una aportación para mejorar la infraestructura, servicios públicos,
vialidades, etc. Adicionalmente, las plusvalías generadas por las
transacciones del suelo podrán convertirse en una fuente de ingresos para
el desarrollo de la ciudad.
5.- Se cobrará un Impuesto Progresivo de Terrenos Urbanizados (IPTU) en
aquellos predios localizados en áreas urbanas consolidadas y que
permanezcan vacantes. Para ello, se delimitarán estos polígonos en los
309
instrumentos de planeación urbana y tras la determinación de un plazo
perentorio, se cobrará una tasa progresiva que aliente al propietario a su
edificación. En caso de que dichos predios no hayan sido edificados en un
plazo mayor a 5 años, procederá la expropiación por utilidad pública.
6.- Se instrumentarán las Transferencias de Derechos de Desarrollo (TDD),
con el ánimo de proteger áreas estratégicas (montaña, litoral, centros
históricos, etc.) y facilitar un crecimiento urbano más ordenado,
estableciendo claramente las áreas generadoras (G) y receptoras (R) de
tales actividades.
7.- Se promoverá la adecuación de espacios públicos, predominantemente en
la zona de litoral por medio de la habilitación de playas públicas, lugares
de recorridos, adecuación de unidades deportivas, integración de
equipamientos de apoyo (baños públicos, albercas, etc.), adecuación de
parques naturales, mejoramiento en la accesibilidad, creación de zonas de
estacionamiento, acceso al transporte público, etc. Se dará especial
énfasis a aquellos proyectos urbanos que faciliten la integración entre el
espacio Turístico y Periferia como parques lineales.
8.- Se identificarán los espacios susceptibles de enajenación pública que
puedan ser habilitados como lugares de encuentro, principalmente dentro
del Espacio Turístico. Los predios de uso privado que no ofrezcan garantía
de ser de acceso público en un plazo perentorio de tres años, serán
sujetos de expropiación para asegurar su uso colectivo.
9.- Se fortalecerá la creación de espacios deportivos, principalmente en
colonias periféricas o de baja renta. Estas unidades podrán ser de
dimensión distrital, barrial o vecinal y contarán con los principios de
accesibilidad universal, utilización constante y mantenimiento requerido.
4.4.2.4.- Resultados esperados e instrumentos de medición.
Dentro de las acciones para asegurar la integración espacial entre los diferentes
colectivos sociales, se enlistan en un primer momento:
310
Cuadro 4.4 Resultados a corto plazo e
instrumentos de medición en la Integración Espacial.
Resultados esperados Instrumento de medición
Determinar polígonos de predios susceptibles de cobro de IPTU
Determinar polígonos en instrumentos de planeación urbana.
Decretar áreas generadores y receptoras de Transferencias de Derechos de Desarrollo.
Decretar áreas y plasmarlas en instrumentos de planeación urbana.
Incremento de espacios públicos de acceso universal para los ciudadanos.
Relación de m2 de espacio público por
habitante, considerando estándares internacionales
Aumento de espacios deportivos, principalmente a nivel barrial.
Cantidad de espacios deportivos.
Posteriormente se procede a obtener los resultados de mediano plazo, siendo
los principales los siguientes:
Cuadro 4.5 Resultados a mediano plazo e
instrumentos de medición en la Integración Espacial.
Resultados esperados Instrumento de medición
Integración de áreas prioritarias de mixtura social.
Porcentaje de mixtura social por polígono.
Diversificación de zonificación y usos de suelo en grandes acciones urbanísticas.
Porcentaje de usos de suelo por desarrollo. Revisión de modalidades de uso habitacional.
Cobro de participación de plusvalías. Porcentaje de cobro de participación de plusvalías.
Promover el cobro de IPTU. Verificar el cobro del IPTU.
Generar mercado de Transferencias de Derechos de Desarrollo.
Verificar los valores de áreas generadoras y receptoras de Derechos de Desarrollo.
Espacios susceptibles de enajenación
pública, principalmente en el Espacio Turístico.
Identificar el 100% de las áreas susceptibles de enajenación.
Una vez asegurados los resultados esperados en las dos etapas previas, se
estará en posibilidad de contar con cuotas de vivienda social dentro del Espacio
Turístico, acción que facilitará la integración residencial.
311
Cuadro 4.6 Resultados a largo plazo e
instrumentos de medición en la Integración Espacial.
Resultados esperados Instrumento de medición
Cuotas de vivienda social en el Espacio Turístico.
25% del total de la oferta habitacional en el espacio Turístico será vivienda de interés
social y/o similar.
La implementación adecuada de estas medidas y la consecución de resultados
tangibles de integración espacial entre la población local, permitirá generar un
proceso virtuoso que favorezca la percepción de integración en el tejido urbano
replicable a los diferentes colectivos sociales. Con ello se estaría disminuyendo
de forma sustancial las manifestaciones más negativas de la segregación
residencial y alentando la integración espacial de los diferentes grupos sociales.
4.4.3.- DEBILITAMIENTO DE ESTIGMAS TERRITORIALES.
El último tema para la instrumentación del modelo de integración residencial en
ciudades turísticas de litoral se refiere a la disminución de los estigmas
territoriales, es decir al prestigio o desprestigio que cada barrio tienen en
relación con el imaginario urbano de una localidad.
Los estigmas territoriales influyen negativamente en el tejido social y urbano de
un barrio, limitando la posibilidad de mejorar las condiciones de vida en estas
unidades, por tanto, fortalecer el buen nombre es tarea necesaria y que
requiere de actuaciones precisas para alentar su constitución.
4.4.3.1.- Visión del debilitamiento de Estigmas Territoriales.
Los diferentes barrios que integran a la ciudad turística de litoral tendrán un
prestigio territorial positivo, a pesar de la heterogeneidad de su composición. La
buena marca de estos espacios serán un elemento promotor para la renovación
constante del barrio y será determinante en la formación de una identidad
compartida por sus integrantes.
312
4.4.3.2.- Líneas Estratégicas para el debilitamiento de Estigmas Territoriales.
Dentro de las líneas para disminuir los estigmas territoriales se anotan:
Realizar acciones de mejoramiento en las condiciones urbanas de los
barrios más desprestigiados, ampliando la cobertura de servicios
públicos y reduciendo el hacinamiento.
Reducir la incidencia criminal asociada a la violencia y a actos delictivos,
promoviendo los hábitos de prevención, como es el fortalecimiento de
valores humanos y la puesta en marcha de programas de integración
familiar.
Alentar las redes de apoyo social inter-barrial, promoviendo la integración
social al interior del barrio y potenciando el activo capital social de los
habitantes.
Favorecer las buenas prácticas ciudadanas al interior del barrio, con la
implementación de separación y reciclaje de basura, utilización de
tecnologías alternativas, más respetuosas con el entorno natural.
4.4.3.3.- Perfil de los Proyectos para debilitar los Estigmas Territoriales.
Dentro de los proyectos para debilitar los estigmas territoriales negativos en los
barrios de ciudades turísticas de litoral, se sugieren las siguientes acciones:
i.- Llevar a cabo acciones de renovación urbana en los barrios,
particularmente en aquellos que tengan el mayor índice de desprestigio
territorial. Deberán atenderse prioritariamente los espacios de acceso
público como plazas, escuelas, iglesias, centros comunitarios, etc.
ii.- Ampliar la cobertura de servicios básicos, como agua potable,
alcantarillado, energía eléctrica, telefonía, conexión inalámbrica a Internet,
principalmente. La introducción de estos servicios correrá por cuenta del
Estado en caso de ser una colonia formal mientras que se promoverá la
co-inversión con los residentes de colonias informales, sin que la cuota
pagada por los residentes exceda el 25 por ciento del costo de las obras.
313
iii.- Promover acciones para disminuir el hacinamiento, evitando que cualquier
vivienda de hasta de 90 metros cuadrados de construcción, tenga más de
5 residentes por unidad privativa.
iv.- Disponer de cuerpos de seguridad pública debidamente entrenados para
asegurar un ambiente de tranquilidad en los barrios, particularmente
aquellos en los cuales el índice delictivo es mayor.
v.- Desarrollar programas que susciten valores humanos como la honestidad,
el sentido del esfuerzo, el respeto por el bien ajeno, la solidaridad
colectiva, etc. En estas iniciativas se premiarán las buenas prácticas
realizadas por individuos o colectivos ejemplares.
vi.- Poner en marcha actividades que fomenten la integración familiar como el
establecimiento de “escuelas para padres de familia”, actividades sociales
de convivencia, reconocimiento a familias con prácticas ejemplares, etc.
vii.- Alentar el fortalecimiento de las redes de apoyo y solidaridad cívica,
potencializando el activo capital social en estas unidades.
viii.- Promover el micro-crédito por medio de instituciones financieras de
carácter social (cajas de ahorro, cooperativas de préstamos, etc.)
particularmente en los barrios con menores ingresos. Los créditos
otorgados se enfocarán para desarrollar proyectos productivos, no para el
consumo paliativo y deberán pagarse forzosamente, honrando en todo
momento los compromisos adquiridos.
ix.- Desarrollar actividades que promuevan las buenas prácticas urbanas,
como la implementación de programas de reciclaje, separación de basura,
sembrado y cuidado de árboles, protección de recursos naturales, limpieza
constante del frente de la vivienda, etc.
x.- Gestionar la utilización de sistemas alternativos de consumo energético
con el uso de energías renovables no convencionales, aplicando
tecnologías limpias tales como biomasa, eólica, fotovoltaica, solar y/o
maremotriz.
314
4.4.3.4.- Resultados esperados e instrumentos de medición.
El debilitamiento de estigmas territoriales implica desarrollar proyectos que
puedan ser medidos con los siguientes elementos.
Cuadro 4.7 Resultados a corto plazo e
instrumentos de medición en el debilitamiento de Estigmas Territoriales
Resultados esperados Instrumento de medición
Acciones de renovación urbana en barrios con desprestigio territorial.
Al menos el 50% de los barrios marginales serán renovados.
Reducción de hacinamiento habitacional Reducción del 50% en casos de hacinamiento.
Seguridad pública de calidad. Disminución de actos delictivos en un 75%
Programas de promoción de valores humanos.
Implementación de los programas en 60% de las colonias marginadas.
Fomento a la integración familiar. Realización de actividades en 75% de las
colonias marginadas.
Redes de apoyo y solidaridad cívica. Implementación de acciones concretas en 60% de las colonias de la localidad.
Estos resultados esperados son realizables en el corto plazo. En cuanto a las
acciones dentro de un marco temporal de mediano plazo, se incluye:
Cuadro 4.8 Resultados a mediano plazo e
instrumentos de medición en el debilitamiento de Estigmas Territoriales.
Resultados esperados Instrumento de medición
Ampliación en la cobertura de servicios básicos.
Todas las colonias deberán contar con el 98% de acceso a agua potable, alcantarillado, energía eléctrica, así como 75% de acceso a telefonía e Internet.
Fortalecimiento del micro-crédito.
Todas las colonias de bajos ingresos contarán con acceso al micro-crédito. La tasa de morosidad no pasará del 10% de los créditos contratados.
Programas de reciclaje y separación de basura.
Reducir al 50% el volumen de basura, aumentar al 70% el compostaje.
Sembrado y cuidado de árboles. Incremento del 2% de cobertura vegetal por año.
Protección de recursos naturales. Establecimiento de 4 programas estacionales durante el año de protección ambiental.
315
Una vez cumplidos los resultados esperados en las dos etapas previas, se
estará en condiciones de debilitar los estigmas territoriales.
Cuadro 4.9 Resultados a largo plazo e
instrumentos de medición en el debilitamiento de Estigmas Territoriales.
Resultados esperados Instrumento de medición
Sistemas alternativos de consumo energético
Reducción de 40% en el consumo energético con el uso de energías convencionales.
De esta manera, se concluye con la instrumentación del modelo de integración
residencial en ciudades turísticas de litoral, en el tema de disminución de
estigmas territoriales. La suma de acciones y la consecución de resultados
verificables permitirá que se reduzcan los efectos más negativos de la división
social en el espacio urbano, como lo es la separación física y simbólica de
colectivos sociales.
4.4.4.- GUÍA PARA SEGUIMIENTO DEL MODELO DE INTEGRACIÓN
RESIDENCIAL.
Durante el desarrollo y explicación del modelo de integración residencial se ha
insistido en la necesidad de implementar las acciones sugeridas para acceder a
la vivencia de una ciudad turística de litoral más democrática e incluyente.
De esta manera, presentamos una matriz que sirve para dar seguimiento a las
actividades de integración. La guía incluye las estrategias, políticas, programas,
instrumentación, elementos de medición, base legal y económica, al tiempo que
se establecerán 3 rangos de revisión: prioritario, preventivo y favorable, las
cuales se marcarán con colores, rojo para prioritario, amarillo para preventivo y
verde para favorable.
316
Cuadro 4.10 Matriz del Modelo de Integración Residencial, parte 1.
Estrategia Políticas Programas Instrumentación Medición Base
Legal
Base
Económica Prioritario Preventivo Favorable
Interacción
entre
grupos
sociales.
Movilidad
social en colectivos
urbanos.
Disminución
urbanizaciones
informales.
Titulación plena
de predios
irregulares.
Lotess
irregulares< al
15% predios.
Expropiación
Procede
Corett
Incentivos
fiscales
ocupación
Participación
ciudadana toma
de decisiones.
10% del
egreso por presupuesto participativo
Autonomía
municipal
Ley de
Ingresos
municipal
Dispersión
espacial grupo
de bajos
ingresos.
Talleres de
creación artística.
1 taller de
creación
artística por
cada 2 barrios.
Autonomía
municipal
Presupuesto
municipal
Habilitación de
oferta cultural.
1 equipamiento
cultural barrial
c/ 15 colonias
Autonomía
municipal
Presupuesto
municipal
Equipamiento
cultural en
barrios
Biblioteca;
Casa Cultura y
museo. Autonomía
municipal
Presupuesto
municipal
Concentración
de grupos
sociales con
similar origen
étnico y/o
nacional.
Talleres literarios
en lengua
extranjera.
Talleres en
lengua
extranjera en
20% de los
barrios.
Autonomía
municipal
Presupuesto
municipal
Derechos
ciudadanos para
extranjeros.
Participación
ciudadana
plena.
Modificación
Constitucional Presupuesto
municipal
Mejoramiento
del transporte
público.
Reestructuración
rutas transporte
público
Confort
usuarios al
90% de
aprobación.
Autonomía
municipal
Presupuesto
Estatal y
municipal
Integración
espacial de
los grupos
sociales.
Control de
procesos
urbanos,
usos y mercado
de suelo
Planeación
Urbana con
criterios de
Integración.
Decretar áreas
Transferencias
Derechos
Desarrollo.
Decretar áreas
en planeación
urbana.
Código
Urbano de
Jalisco
Mercado de
Transferencias
Diversificación
usos de suelo en
grandes acciones
urbanísticas.
Porcentaje
equilibrado de
usos de suelo
por desarrollo.
Pladucep y
PPDU
Presupuesto
municipal
Incremento de
espacios públicos
Área de
espacio por
habitante.
Pladucep y PPDU
Presupuesto
municipal
Espacios
deportivos.
Número de
espacios
deportivos. Pladucep y
PPDU
Presupuesto
municipal
Control de
especulación
de suelo
urbano.
Polígonos de
predios
susceptibles de
cobro de IPTU
Determinar
polígonos en
instrumentos
de planeación
urbana.
Pladucep y
PPDU
Presupuesto
municipal
Cobro
participación de plusvalías.
% de cobro de
participación
de plusvalías.
Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Asegurar cobro
de IPTU.
Verificar
cobro del
IPTU. Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Espacios
susceptibles de
enajenación.
Identificar
áreas
susceptibles de
enajenación.
Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Cuotas de
vivienda
social.
Oferta
habitacional en
Espacio
Turístico.
25% oferta
habitacional
vivienda de
interés social.
Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Dispersión
espacial de
conjuntos
residenciales
*Integración de
áreas prioritarias de
mixtura social.
Porcentaje de
mixtura social
por polígono. Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
317
Cuadro 4.11 Matriz de seguimiento del Modelo, parte 2.
Estrategia Políticas Programas Instrumentación Medición Base
Legal
Base
Económica Prioritario Preventivo Favorable
Debilitamiento
Estigmas
territoriales
Proyectos urbanos de
integración
mejora-
miento de barrios.
Proyectos
urbanos de
Integración.
Programas de
reciclaje y
separación de
basura.
Reducir al 50%
basura,
aumentar 70%
el compostaje.
Reglamento
Ecología
Municipal
Ley de
Ingresos
municipal
Sembrado y
cuidado de
árboles.
Incremento de
cobertura
vegetal por año.
Reglamento
Ecología
Municipal
Ley de
Ingresos
municipal
Protección de
recursos
naturales.
Programas de
protección
ambiental.
Reglamento
Ecología
Municipal
Ley de
Ingresos
municipal
Incremento de
Espacios
Públicos.
1 espacio
público
habilitado por
colonia.
Pladucep y PPDU
Presupuesto
municipal
Combate a
los estigmas
territoriales
Seguridad
pública de
calidad.
Disminución de
actos delictivos
en un 75%
Reglamento
Policía y
Buen
Gobierno
Presupuesto
Estatal y
municipal
Programas de
promoción de
valores humanos.
Programas en
60% de las
colonias
marginadas.
Reglamento
Policía y
Buen
Gobierno
Presupuesto
Estatal y
municipal
Fomento a la
integración
familiar.
Actividades en
75% de las
colonias
marginadas.
Reglamento
Policía y
Buen
Gobierno
Presupuesto
Estatal y
municipal
Redes de apoyo y
solidaridad
cívica.
Acciones en
60% de las
colonias de la
localidad.
Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Fortalecimiento
del micro-crédito.
Acceso al
micro-crédito.
Tasa morosidad
< 10% usuarios
Autonomía
municipal Presupuesto
municipal
Mejoramiento
de barrios.
Renovación
urbana en barrios
con desprestigio
territorial.
50% barrios
marginales
renovados.
Pladucep
y PPDU
Presupuesto
municipal
Reducción de
hacinamiento
habitacional
Reducción 50%
en casos de
hacinamiento.
Pladucep y PPDU
Presupuesto
municipal
Ampliación en la
cobertura de
servicios básicos.
Acceso
universal a
servicios
básicos
Autonomía
municipal
Presupuesto
municipal,
estatal y
federal
Sistemas
alternativos de
consumo
energético
Reducción 40%
en consumo
energético con
el uso de
energías
convencionales.
Reglamento
Ecología
Municipal
Ley de
Ingresos
municipal
La consecución de las labores establecidas en el modelo de integración
residencial será revisada constantemente.
318
4.5.- EVALUACIÓN DEL MODELO DE INTEGRACIÓN RESIDENCIAL.
La última parte del modelo de integración residencial para ciudades turísticas de
litoral incluye la evaluación, práctica que tendrá que ser constante y para ello,
se propone realizarlo desde tres dimensiones: a) políticas y programas; b)
modelo organizacional; y, c) resultados.
La evaluación requiere una re-organización de las instancias relacionadas con
el desarrollo del modelo de integración residencial. Se insiste en ello porque se
proponen nuevos organismos, de corte primordialmente ciudadano pero
conducido por el gobierno municipal, para convertirse en entes impulsores de la
integración. Esto también implica con compromiso con la revisión de resultados,
los cuales tendrán que ser evaluados con rigor y compromiso institucional.
4.5.1.- MONITOREO DE POLÍTICAS Y PROGRAMAS.
Se evaluará constantemente el desarrollo de las políticas y programas de
integración residencial, teniendo especial cuidado en los momentos críticos
para la implementación, como lo es la puesta en marcha de las acciones, la
socialización de las tareas y la acción concertada entre los diferentes actores
urbanos e institucionales.
En lo que corresponde a las políticas de movilidad social en colectivos urbanos
se atenderá la disminución de asentamientos informales particularmente en la
periferia, favoreciéndose la concurrencia de organismos gubernamentales de
las tres esferas de gobierno, con especial actuación en la esfera municipal para
atender esta problemática. En cuanto a la dispersión espacial de grupos
sociales de bajos ingresos y a la concentración de grupos sociales con similar
origen étnico y/o nacional, se realizarán evaluaciones por medio de encuestas
levantadas cada tres meses para valorar la efectiva utilización de estos
instrumentos en el proceso. Por último, al seno del Observatorio Urbano
Ciudadano propuesto se revisarán, cada seis meses, los avances en el
mejoramiento en la prestación del servicio transporte público.
319
Las políticas y programas relacionadas al control de procesos urbanos, usos y
mercado de suelo en las ciudades turísticas serán monitoreadas por un Instituto
Municipal de Planeación Urbana e Integración Territorial (IMPUIT), con una
composición mayoritariamente ciudadana aunque patrocinado por el gobierno
local e integrado por reconocidos actores urbanos. Este organismo revisará que
la planeación urbana se realice con criterios de integración, que se controle y
disminuya la especulación del suelo urbano, se establezcan cuotas de vivienda
social y se ejecute de manera adecuada la dispersión espacial conjuntos
residenciales y centros comerciales.
En relación con los proyectos urbanos de integración y el mejoramiento de
barrios, el IMPUIT asegurará que la realización de estas obras favorezca la
convivencia social, se reduzcan los estigmas territoriales y se renueven de
forma constante los diversos barrios de la ciudad, con especial interés en las
zonas de baja renta o desprestigiadas.
4.5.2.- MONITOREO DEL MODELO ORGANIZACIONAL.
Como se comentaba anteriormente, la instrumentación del modelo de
integración residencial en ciudades turísticas de litoral requiere una re-
organización institucional para que efectivamente se disminuya la fuerte
segregación socio-espacial en el espacio turístico y se acceda a la vivencia de
una ciudad más democrática e igualitaria para los ciudadanos.
Se sugiere la creación de tres organismos que coadyuven en dichas tareas: 1)
el Observatorio Urbano Ciudadano, de carácter principalmente consultivo,
integrado por investigadores urbanos, académicos, “tomadores de decisión”,
entidades gubernamentales, etc. cuya labor será aportar datos, cifras,
tendencias, al tiempo que se encargará de medir los indicadores para el
monitoreo de resultados; 2) el Instituto Municipal de Planeación Urbana e
Integración Territorial (IMPUIT), con características ejecutivas, liderado por el
gobierno local y con participación ciudadana, cuya misión será asegurar que los
320
objetivos de integración residencial se cumplan lo más extensamente posible en
la ciudad turísticas; y, 3) en una esfera de mayor participación, se propone en
Instituto Municipal de la Integración, el cual velará no solamente por asegurar
un acceso residencial igualitario sino que promoverá acciones de tolerancia al
interior de la sociedad, en un afán por tender puentes de entendimiento y
aprendizaje entre los diferentes colectivos sociales en la ciudad turística.
Estas entidades constantemente revisarán la efectividad de las políticas y
programas en el desarrollo del plan organizacional en función de los indicadores
planteados en la instrumentación.
4.5.3.- MONITOREO DE RESULTADOS.
Finalmente, se llevará un monitoreo constante de los indicadores para cada
tema que componen el modelo de integración residencial en las ciudades
turísticas de litoral para de evaluar el progreso en área.
El monitoreo de indicadores será naturaleza diferentes en función de cada
tema, por tanto, en algunos casos se realizarán monitoreos cada mes, cada tres
meses, en algunos casos cada 6 meses o en ocasiones, en años. Se resalta la
importancia que esta etapa de evaluación, consistente en el monitoreo de
resultados tiene para todo el modelo de integración.
Adicionalmente deberá darse seguimiento a los diversos factores (económicos,
políticos, sociales, institucionales, etc.) que puedan desarrollarse en la ciudad
turística, así como a las coyunturas que se presenten y que puedan incidir tanto
en la implementación como en la evaluación del modelo de integración
residencial. Para ello se sugiere que el Instituto Municipal de la Integración
organice seminarios de revisión a celebrarse por lo menos, una vez al año o en
caso de que alguna contingencia lo requiera, en menos tiempo.
321
En estos seminarios anuales se revisarán los avances en cada una de las
políticas y programas, así como a las modalidades de instrumentación mediante
un sistema de mejoras continuas, es decir, no será un modelo estático sino uno
flexible y en constante revisión. No se pretende que el monitoreo de resultados
sea rígido sino que permita la adecuación a las situaciones del contexto.
4.6.- SINTESIS DEL CAPÍTULO.
Una vez que se estudiaron las características de las ciudades turísticas de
litoral y que se llegó a la conclusión de que se presentan renovados procesos
de segregación en el espacio urbano, se consideró pertinente proponer un
modelo que facilitara y promoviera a la integración residencial como la
alternativa para acceder a un entorno urbano más democrático y en condiciones
de igualdad para todos los ciudadanos y residentes temporales (turistas y/o
habitantes de tiempo parcial).
También se visualizó que hay una compleja suma de procesos que incentivan la
división social en el espacio urbano y, por tanto, no se llegará de manera
natural a la deseada integración residencial, por lo cual se hace necesario
promover un modelo de ciudad que asegure que el esfuerzo institucional y
ciudadano disminuya efectivamente las fuertes desigualdades intra-urbanas,
condición que caracteriza a los destinos turísticos de playa.
De esta manera, el modelo de integración residencial propuesto incluye una
gama de elementos que aseguren la viabilidad de la propuesta. En una primera
etapa se establecieron los principios generales del modelo de integración
residencial, señalando las características del modelo y resaltando las ventajas
de la aplicación de esta propuesta.
Posteriormente, se desarrollaron tres políticas de integración residencial
(movilidad social en colectivos urbanos; control de procesos urbanos, usos y
mercados de suelo; y, proyectos urbanos de integración y mejoramientos de
322
barrios), de las cuales se derivaron once programas de aplicación práctica que
aseguren la viabilidad del modelo.
El siguiente elemento a considerar fue la instrumentación del modelo de
integración residencial y en este sentido, se insistió en el valor que tiene la
implementación de políticas y programas, puntualizando que muchos modelos
han fracasado justamente por débil o nula ejecución de lo planteado. Al
respecto, la instrumentación incluyó: a) medidas para asegurar la interacción
entre diversos grupos sociales y nacionales; b) tareas para promover la
integración espacial de diferentes grupos; y, c) promover el debilitamiento de
estigmas territoriales.
Finalmente, se consideró oportuno definir las modalidades de evaluación
constante al modelo, particularmente porque lo planteado no puede ser rígido y
en consecuencia deben asegurarse las mejoras continuas. De esta manera se
propusieron 3 opciones de monitoreo: i) de las políticas y programas; ii) del
modelo organizacional y/o institucional; y, iii) de resultados.
El modelo propuesto es una aportación teórica y práctica encaminada a mejorar
las condiciones de igualdad en la vivencia urbana en ciudades turísticas de
litoral en México. Lo planteado puede ser replicado en los diferentes sitios, ya
sea destinos consolidados como Cancún, Acapulco, Los Cabos o Puerto
Vallarta o en sitios emergentes como Puerto Peñasco o Huatulco. Inclusive,
algunos de sus postulados tienen relación con la realidad socio-espacial de
sitios turísticos a nivel mundial, particularmente en contextos de países en vías
de desarrollo.
Con el modelo de integración residencial se reafirma la obligación del Estado en
la promoción de una ciudad democrática y de acceso universal para todos,
particularmente debido a que en los últimos años, los entes públicos han cedido
obligaciones y atribuciones a organismos de capital privado, quienes desde la
323
lógica de la acumulación capitalista, aprovechan el territorio como mecanismo
de obtención de ganancias económicas y como mercancía con valor de cambio.
Esta dinámica se ha exacerbado en las ciudades turísticas de litoral, ya que el
fenómeno turístico genera utilidades asombrosas y por tanto, en todo momento
se pretende explotar al máximo los recursos naturales, urbanos y territoriales.
De esta manera, sugerimos que la verdadera integración residencial no podrá
darse sin la activa participación del Estado en conjunto con la sociedad, bajo el
entendido que las obligaciones y atribuciones deberán ser garante de la
disminución en la división social del espacio y convertirse en promotor
constante y eficiente del derecho a la ciudad, en donde los valores de equidad,
igualdad y justicia sean accesible para todos los ciudadanos en un espacio
temporal de largo plazo.
324
5.- CONCLUSIONES.
Una vez que se ha cumplido con el desarrollo de la tesis, enumeramos algunas
conclusiones surgidas como resultado del proceso de trabajo.
Estas ideas se establecen en virtud a la naturaleza de cada etapa del proceso;
con ello, nos detendremos a revisar los aspectos metodológicos (teóricos y
empíricos) y la propuesta de modelo, para finalmente, evaluar dichas
cuestiones y estar en condiciones de sugerir algunas prospectivas a futuro.
5.1.- PROCESO METODOLÓGICO.
El proceso metodológico incluyó dos elementos principales: el acercamiento
teórico y la investigación empírica. El concepto central se basó en la
segregación residencial, estudiándose las principales aportaciones,
particularmente en América Latina y México. Adicionalmente se establecieron
dos conceptos complementarios, referentes a la ciudad turística y al modelo de
vivienda secundaria. En cuanto a la investigación empírica, se utilizaron
diversos métodos, desde análisis urbanos, cartográficos, estadísticos, etc. los
cuales fueron aplicados al caso de estudio que es Puerto Vallarta, Jalisco.
De los antecedentes teóricos de la segregación residencial, anotamos las
siguientes conclusiones:
a) Uno de los elementos que caracterizan el proceso de urbanización a
nivel mundial es la agravación de la segregación residencial, con sus
tendencias discriminatorias hacia los grupos sociales de bajos
ingresos, tradicionalmente los más desfavorecidos.
b) Esto se traduce en la agudización de la división entre lo rico y lo
pobre, lo legal e ilegal, lo formal e informal en el espacio urbano con lo
cual, las ciudades lejos de ser espacios de integración se presentan
como zonas excluidas socialmente y fragmentadas espacialmente. Se
325
presentan formas renovadas de división social en el espacio urbano,
fortaleciéndose la vivencia dual de la ciudad.
c) La segregación residencial es un fenómeno social complejo que se
relaciona con las diferencias y desigualdades sociales, presentándose
tres dimensiones principales: la homogeneidad social intra-urbana, el
grado de concentración espacial de los grupos sociales y el prestigio
(o desprestigio) social de los diferentes barrios de la ciudad.
d) Hay dos tipos principales de segregación residencial: la expresada por
la ausencia de interacción entre grupos sociales (sociológica) y
cuando se presenta desigualdad en la distribución de los grupos
sociales en el espacio físico (geográfica). Se reconoce el enfoque
bidimensional de los principales componentes de la segregación, los
que se expresan en el espacio social y en el espacio físico.
e) La segregación residencial no es necesariamente una manifestación
negativa, al ser un fenómeno y no un problema. Forma parte
constitutiva de la realidad social, contribuyendo a la formación de
identidades, determinando un acceso socialmente diferenciado de la
población y ayudando a la consolidación de capital social.
f) La segregación en el espacio urbano parece inherente a la vida
humana ya que la ciudad ha estado dividida desde su formación,
distinguiéndose tres modalidades principales: por razones culturales,
por roles económicos y por posiciones en la jerarquía de poder.
g) Dentro de las características y tendencias de la segregación
residencial se observa que: i) el patrón tradicional de división espacial,
en el caso latinoamericano, se presenta con la ocupación de los
territorios centrales por los grupos de élite; ii) la escala geográfica en la
cual se presenta la segregación es muy importante para conocer su
impacto; iii) la principal causa de segregación en países en desarrollo
es por razones socio-económicas; y, iv) hay cambios en el patrón
326
tradicional de segregación, manifestado en la ocupación de suelo
periférico por grupos de alta renta.
h) Otros elementos causales para explicar la segregación residencial se
relacionan con factores de oferta, demanda, económicos, sociales e
institucionales. Esta amalgama confirma la complejidad de la división
social en el espacio urbano.
i) En cuanto a los efectos de la segregación residencial en la ciudad se
distinguieron los urbano-territoriales y sociales, como relevantes.
j) Los principales impactos de la segregación se vinculan al carácter
voluntario (positivo) o forzado (negativo). En el primer caso, sirve para
reafirmar identidades sociales o nacionales y en el segundo, es
impuesto a los grupos.
k) Se conforman dos espacios contradictorios, diferentes y desiguales en
la ciudad: el espacio formal e informal. En el caso latinoamericano,
esta modalidad de hacer ciudad está ampliamente difundida.
l) Hay un consenso generalizado que se están presentando
modalidades renovadas de división social en el espacio urbano,
particularmente en la ciudad latinoamericana, fortaleciéndose los
enclaves, particularmente de exclusión.
En relación a los fundamentos teóricos de la ciudad y el turismo, sintetizamos
que:
1) La actividad turística es una de las ramas más activas de la economía
global y un potente transformador del territorio, gracias a su dimensión
eminentemente espacial; así mismo, suele alterarse el medio
ambiente del contexto circundante;
2) la práctica del turismo es un fenómeno relativamente reciente y la
masificación de la actividad turística comienza a mediados del siglo
XIX gracias a los avances en los sistemas de transporte, el aumento
en los ingresos de amplias capas de población, la expedición de leyes
327
para asegurar el bienestar de los trabajadores, la ampliación en la
diversidad de servicios turísticos y la disponibilidad de crédito;
3) en México, el turismo se estableció como un instrumento de
desarrollo, a partir de la generación de divisas, la creación de empleo
y el fomento del crecimiento en ciertas regiones del país;
4) a pesar de los intentos estatales por distribuir los beneficios del
turismo a las comunidades receptoras, en la práctica no han
permeado a la mayoría de la población, exacerbándose la
desigualdad, asimetría y vivencia diferenciada del territorio;
5) la actividad turística nacional ha pasado por diversas etapas en su
evolución, que van desde la gestación hasta la adopción del modelo
de enclave;
6) el modelo mexicano de turismo favoreció el desarrollo de destinos de
litoral en detrimento de otras ciudades turísticas. Adicionalmente, se
promovió a la industria hotelera como puntal del crecimiento turístico;
7) la promoción de destinos turísticos de litoral se dio en dos
modalidades: las ciudades tradicionales (Acapulco, Mazatlán, Puerto
Vallarta, etc.) y los Centros Integralmente Planeados –CIP´s- como
Cancún, Ixtapa Zihuatanejo y Los Cabos;
8) el espacio Turístico es toda aquella porción de la zona urbana en
donde se desarrollan predominantemente actividades vinculadas con
el turismo o prácticas asociadas; esta porción territorial cuenta con las
mejores condiciones ambientales, paisajísticas y urbanas, siendo un
“escenario” para soportar la experiencia efímera del turismo;
9) el concepto de espacio Turístico se ha venido reconfigurando
recientemente al incorporar variables cualitativas para el espacio,
como el pensado y el vivido, dentro de la corriente imaginaria y
simbólica del espacio.
328
En cuanto al modelo de vivienda secundaria, se resalta que:
i) En fechas recientes, se consolidado la edificación de conjuntos
habitacionales para residentes temporales, proceso denominado de
turismo residencial, teniendo como principal manifestación el modelo
de vivienda secundaria; esta modificación en el patrón de crecimiento
turístico ha venido a reconfigurar a la ciudad turística de litoral.
ii) Para efectos de este trabajo nos concentramos en la vivienda
secundaria de litoral, la cual ha tenido un fuerte crecimiento en los
últimos años, proceso motivado por la masiva disponibilidad de crédito
a nivel mundial, en una dinámica denominada burbuja inmobiliaria.
iii) En el caso de Puerto Vallarta, el destino se consolidó como el primer
receptor de inversión de vivienda secundaria en México con ventas
cercanas a los 600 millones de dólares en el año 2006.
iv) La masiva expansión de la vivienda secundaria en Puerto Vallarta
vino a instaurar un nuevo modelo de desarrollo turístico, denominado
inmobiliario residencial.
v) La mayoría de compradores de vivienda secundaria en Puerto Vallarta
son extranjeros y de ellos, los norteamericanos ocupan la primera
posición, con un perfil de gente adulta, retirada y altos ingresos.
vi) La localización de los principales conjuntos de vivienda secundaria en
Puerto Vallarta se da en el espacio Turístico, una porción territorial
que se desarrolla de manera lineal al litoral, así como en la zona de
montaña.
vii) La tipología de vivienda secundaria comprende un amplio repertorio,
producto de la evolución del sistema urbano y de la maduración del
negocio inmobiliario local, destacando la edificación de torres de
departamentos verticales con frente de playa.
viii) La explosiva expansión de la vivienda secundaria ha generado
impactos en las ciudades turísticas de litoral; socialmente destaca el
incremento en la desigualdad urbana, la violación a la normatividad
329
urbana existente y el reclamo ciudadano ante abusos de autoridades y
desarrolladores; dentro de los efectos espaciales se reconoce
fragmentación urbana, tendencia a la privatización del espacio público,
incremento en la verticalidad de edificios, aumento en la densidad de
tales emprendimientos, ampliación en la superficie total construida de
las unidades de vivienda secundaria, que supera al monto total
construido de la planta hotelera y uso intensivo del suelo.
La trialéctica del estudio, conformada por el análisis de la segregación
residencial (concepto central), el turismo y la vivienda secundaria, permitió
contar con los elementos teóricos para llevar a cabo la investigación de campo,
contrastar lo obtenido y reconfigurar nuevas conclusiones.
El desarrollo de la investigación empírica se basó en un enfoque cualitativo del
trabajo, en contraposición a la mayoría de aportaciones a nivel latinoamericano,
que insisten en la evaluación cuantitativa de la segregación (que incluye
medición del índice de disimilaridad o por métodos multivariantes), aspecto que
en el desarrollo de este trabajo no consideramos pertinente por las condiciones
particulares de la ciudad turística mexicana y de las dinámicas en la vivienda
secundaria. Como resultado del trabajo empírico llegamos a ciertas
conclusiones, expresadas a continuación.
En cuanto a la estructura socio-espacial de las ciudades turísticas de litoral se
presentan dos espacios claramente diferenciados: el espacio Turístico y otro
que surge por la combinación del espacio central y periférico.
En Puerto Vallarta, como estudio de caso, encontramos que:
a) Se presentan tres grandes espacios que conviven en profundas
contradicciones al comportarse de naturaleza diferente; dichos
espacios los denominamos: Centro, Periferia y Turístico;
330
b) la división social del espacio urbano de estos tres grandes espacios
coincide con el patrón de localización diferenciada en ciudades
latinoamericanas, donde los grupos de alta renta se apropian de los
mejores territorios en forma de “cono” con origen en la zona central;
c) el espacio Centro alberga actividades fundamentales en la ciudad
(comercio, financieros, etc.) y conserva un uso mayoritariamente
habitacional, en la modalidad unifamiliar para clase altas y medias,
principalmente;
d) en el espacio Periferia se localizan los colectivos sociales de bajos
ingresos, en entornos poco adecuados, sin acceso a servicios públicos
de calidad y alejados física y socialmente del resto de la ciudad; y,
e) en el espacio Turístico se concentran actividades de alto valor
simbólico, económico e institucional y se dispone de todos los
servicios, equipamientos y satisfactores para la vida urbana.
Tras realizar un acercamiento a las condiciones de segregación residencial en
la zona urbana de Puerto Vallarta se visualizó que:
1) Se observa una concentración espacial de grupos sociales en zonas
específicas de la ciudad; los de alta y media renta se localizan en el
espacio Centro y Turístico, mientras que los de bajos ingresos se
ubican en la Periferia.
2) Se presenta una homogeneidad social a nivel de barrios, misma que
se diluye con el incremento de la escala de análisis.
3) En general se tienen un acceso mayoritario servicios públicos,
equipamientos e infraestructura en la mayoría de colonias locales.
Una vez realizada la revisión de la dimensión social de la segregación
residencial en el espacio Turístico de Puerto Vallarta, se enlistan las siguientes
conclusiones.
331
i) la composición etaria mayoritaria se ubicó en el rango entre 51-60
años, advirtiéndose la ausencia de propietarios menores a los
cuarenta años;
ii) los residentes suelen tener altos ingresos económicos;
iii) el origen nacional mayoritario de los residentes corresponde a
extranjeros y de ellos, la mayoría son estadounidenses;
iv) las unidades de vivienda son utilizadas temporalmente,
permaneciendo abandonadas la mayor parte del año; ello plantea
reflexiones sobre nuevas manifestaciones de injusticia urbana;
v) el contacto entre residentes mexicanos y extranjeros no es tan
frecuente, permaneciendo una distancia entre ambos grupos
nacionales; esta separación se fortalece por razones culturales y por
barreras de idioma, principalmente;
vi) se presentan estigmas territoriales, expresados en barrios con
prestigio social y otros carentes de él; destaca que solamente tres
colonias localizadas dentro del espacio Turístico aparecen como
lugares con prestigio social, mientras que de las colonias
desprestigiadas (estigma negativo) ninguna corresponde a unidades
dentro de la zona turística; y,
vii) se presenta una alta percepción de desigualdad en Puerto Vallarta,
siendo la causa económica la principal modalidad de esta
manifestación.
Al revisar la dimensión física de la segregación residencial en el espacio
Turístico de Puerto Vallarta, encontramos dinámicas interesantes, como:
a) Se presentan niveles de urbanización diferenciados, predominando
altas tasas de urbanización en la zona norte y centro del espacio
Turístico, mientras que en la zona sur se mantiene una baja tasa de
edificación.
332
b) En relación a la vocación de uso de suelo, predomina la vivienda
unifamiliar, seguido por departamentos, comercio, hotel, baldíos y
otros.
c) En cuanto a la intensidad edificada, se pudo comprobar que la variable
predominante corresponde a densidad mínima, con lo cual se tiene
una utilización territorial relativamente equilibrada.
d) La mayor superficie construida corresponde a la categoría de
departamentos, seguido de hoteles; con ello se confirma el supuesto
inicial de la transformación en el modelo turístico en Puerto Vallarta, el
cual pasó de ser predominantemente hotelero a habitacional,
principalmente en la modalidad de vivienda secundaria.
e) Finalmente, se presentaron 6 tipologías principales de desarrollos de
vivienda secundaria como resultado de la maduración del mercado
inmobiliario local.
La investigación empírica también dejó conclusiones en relación con la
necesidad de incorporar diferentes métodos de análisis para comprender la
división social en el espacio, las cuales van desde aplicaciones cualitativas así
como la incorporación de datos numéricos. En este caso, dada la naturaleza de
la segregación residencial en la ciudad turística, se realizaron encuestas,
entrevistas, análisis fotográficos, datos censales, revisiones territoriales y
cartográficas, principalmente.
Las conclusiones anteriormente enlistadas se fueron construyendo durante el
desarrollo del proceso metodológico, tanto en la parte teórica como empírica.
Vale la pena comentar que algunos de los supuestos iniciales se fueron
reconfigurando al contrastar la teoría con la realidad.
Dos ejemplos dan muestra de lo expresado: el primero se refiere a una de las
manifestaciones sociales de la segregación residencial, que es la
homogeneidad de barrios, pudiéndose visualizar que en el caso vallartense esta
333
separación no es tan fuerte como originalmente se había supuesto y que en
algunas colonias dentro del espacio Turístico (como Amapas y Altavista, por
ejemplo), hay una alta heterogeneidad de residentes sin que medien de por
medio conflictos por la convivencia entre diferentes individuos y grupos sociales
y nacionales. La segunda anotación se refiere al incremento de la superficie
construida de los desarrollos recientes de vivienda secundaria, que resultó
mayor a lo originalmente supuesto y que ha venido a superar a lo edificado por
la planta hotelera.
5.2.- EVALUACIÓN DE LAS CONCLUSIONES.
Una vez que se enumeraron las principales conclusiones del proceso
metodológico de la tesis, presentamos cinco ideas como síntesis para evaluar
algunos elementos conceptuales más relevantes.
El primero se refiere a la presencia de la segregación residencial en las
ciudades contemporáneas, con especial incidencia en las poblaciones
vinculadas al turismo. Históricamente se ha dado por un hecho que en el
espacio turístico se presenta una marcada división social y por tanto no es
relevante estudiar una situación tan evidente que se da por descontada su
discusión y debate. Esta afirmación se comprueba en los destinos turísticos de
litoral mexicano, donde tradicionalmente la conformación del espacio Turístico
promovió la exclusión de la sociedad local respecto a los recursos recreativos,
favoreciéndose el uso privado en detrimento de la utilización colectiva. Sin
embargo, desde el inicio de este trabajo consideramos que sí había elementos
novedosos en el estudio de la segregación residencial, particularmente con las
nuevas modalidades surgidas tras la masiva edificación de conjuntos
habitacionales para residentes temporales (vivienda secundaria). Tras estudiar
el fenómeno, pudimos comprobar que el modelo de ocupación del suelo
turístico en destinos de litoral mexicano ya no se basa primordialmente en la
edificación de hoteles o equipamientos recreativos sino que se instituye un
nuevo orden surgido por la implantación de conjuntos de vivienda secundaria y
334
por tanto, es relevante indagar, aportar teórica y empíricamente a esta cuestión.
Las implicaciones de este “nuevo orden” en el espacio turístico son
significativas, principalmente desde la esfera social y urbana, asuntos de los
cuales se dio parte en el capítulo 4 de esta tesis.
La segunda consideración tiene que ver con la naturaleza misma de la
segregación en la ciudad turística. Cuando la dinámica predominante era de
origen hotelero, la segregación residencial tenía un impacto relativamente
menor porque los habitantes locales podían utilizar (así fuera marginalmente)
estos sitios y simbólicamente no se consideraba como un lugar “privado” en
sentido estricto. En cambio, con la edificación de grandes conjuntos de vivienda
secundaria se ha modificado la percepción de los pobladores respecto al
territorio, particularmente de litoral y de montaña. Este sentimiento de “despojo”
se fundamenta en que en los conjuntos habitacionales se ha promovido
intencionadamente el resguardo físico del mundo exterior (a través de la
erección de bardas, rejas, instrumentos de vigilancia, etc.), la separación
simbólica por medio de la distinción social (negando la interacción y convivencia
con los vecinos) y el uso intensivo del suelo (alterando la escala, altura y
ambiente tradicional de muchos barrios). Con ello, advertimos que si bien la
segregación residencial en el espacio Turístico fue fundamental en el origen y
consolidación de la ciudad turística, en fechas recientes ha alcanzado una
virulencia y contundencia no vivida en fechas anteriores.
El tercer asunto tiene que ver con la intensidad de la segregación residencial
en las ciudades turísticas, ya que el fenómeno se presenta de manera
diferenciada en cada destino. La división social en el espacio turístico tiene, por
tanto, variaciones en función de la ciudad analizada, en donde las condiciones
históricas, sociales, económicas, medio-ambientales etc. van modelando las
relaciones de los habitantes con su entorno urbano. Así, destinos como
Acapulco o Cancún han presentado tradicionalmente niveles de segregación
335
más altos que Puerto Vallarta o Mazatlán, ciudades en las que se presenta una
mayor integración social y espacial entre los diferentes grupos sociales. Con
ello, hablamos no de una sola segregación, sino de múltiples segregaciones
que conservan matices propios y claramente definidos. Esta diversidad de
singularidades en la división del espacio también se observan al interior de cada
ciudad y dentro el espacio Turístico, expresados en barrios más integrados y
otros definitivamente segregados.
La cuarta cuestión que se deriva del presente trabajo tiene que ver con el papel
del Estado y de la sociedad en relación con la segregación residencial en
ciudades turísticas de litoral. Tradicionalmente, el Estado ha intervenido en los
destinos de playa, adecuando el medio físico, transformándolo para facilitar la
práctica de la actividad turística, situación que se remonta a la década de 1930
en Acapulco, en donde se intervino de manera directa para potencializar los
recursos propios del puerto y generar un polo de desarrollo para la costa de
Guerrero. Esta intervención se ha dado en dos frentes: en las ciudades
turísticas de litoral tradicional (Acapulco, Puerto Vallarta, Mazatlán, etc.), se
logró con la provisión de infraestructura, la regulación de la tenencia del suelo y
la edificación de equipamientos de soporte (aeropuertos, hospitales, marinas,
etc.), mientras que en los Centros Integralmente Planeados (CIP´s) la
intervención fue mayor, incluyendo la planeación del sitio, la urbanización
masiva del territorio y la comercialización de los predios. Ahora bien,
recientemente el Estado ha venido delegando muchas de sus atribuciones en
materia urbana en entidades de carácter privado (mayoritariamente
desarrolladores inmobiliarios), quienes se han convertido en los “constructores”
de la ciudad turística. Este abandono estatal ha tenido un impacto
particularmente que se expresa en la acentuación de la segregación residencial,
al dejar que las fuerzas del mercado conduzcan el crecimiento urbano y la
ocupación del suelo, con lo cual no se presentan contrapesos al afán capitalista
por usufructuar el territorio con beneficio privado. Adicionalmente se comenta
336
que en el corto y mediano plazo no se vislumbra que el desmantelamiento del
Estado vaya a terminar y por tanto, el incremento en la segregación residencial
en los destinos turísticos de litoral continuará y con ello la vivencia desigual de
la ciudad.
La última conclusión tiene que ver con el punto anterior. Ante el desinterés del
Estado por conducir un desarrollo urbano incluyente en la ciudad turística de
litoral, es necesario promover políticas públicas que incentiven la integración
residencial y disminuyan los efectos de la segregación socio-espacial,
particularmente en los aspectos más perniciosos, como es la separación social
y física de los diversos colectivos. Este modelo deberá incluir estrategias y
programas de acción, así como herramientas de instrumentación y evaluación
para asegurar la correcta implementación del mismo. La parte medular del
modelo de integración residencial será favorecer una mayor interacción entre
los diferentes grupos sociales, facilitar la integración espacial de los diferentes
segmentos de población (particularmente de aquellos de bajos ingresos) y
fomentar el debilitamiento de los estigmas territoriales. Este modelo buscará
promover la movilidad social, controlar los procesos urbanos, usos y mercado
de suelo y suscitar proyectos urbanos de integración y mejoramiento de barrios.
Ahora bien, consideramos viable que el modelo para la ciudad turística, pueda
replicarse a otras ciudades con una vocacionalidad diferente a la del turismo.
Por ejemplo, se podría aplicar a ciudades medias manufactureras o
comerciales, en las cuales habría que adaptar las variables locales a las
propuestas formuladas en el programa. Creemos que el modelo de integración
residencial es válido para otros contextos y otras latitudes.
Al contrastar las conclusiones enlistadas con la hipótesis inicial de esta tesis,
encontramos que efectivamente se presenta una fuerte segregación residencial
en las ciudades turísticas de litoral en México y que esta división es esencial
para la realización de las actividades recreativas al disponer de los mejores
337
territorios para la práctica del turismo. También comprobamos surgen nuevas
modalidades de segregación residencial con el modelo de vivienda secundaria
en los destinos de litoral, dinámica que acentúa la exclusión social, disminuye la
interacción entre grupos, aumenta la fragmentación espacial y fija nuevos
estigmas territoriales. Sin embargo, también se advierten matices en el
fenómeno, ya que algunas manifestaciones de la segregación no se presentan
de forma tan virulenta como la teoría describe, resaltando en el caso de Puerto
Vallarta la alta disponibilidad de servicios públicos en zonas periféricas, los
buenos niveles de heterogeneidad barrial en el espacio Turístico y el contacto
entre residentes de alta renta (nacionales y extranjeros) con sus contrapartes
de escasos recursos.
Ahora bien, en cuanto a la segunda parte de la hipótesis, que se refiere al
potencial incremento de la segregación en los destinos turísticos y a la
pertinencia, por tanto, de establecer un modelo de integración residencial,
coincidimos en esta afirmación y señalamos que es enteramente posible y
manifiestamente imperativo promover políticas públicas que apunten en ese
sentido y que conduzcan a la vivencia de una ciudad turística democrática,
incluyente e innovadora.
Por tanto, concluimos que el cuerpo principal de la hipótesis se comprueba pero
con los matices anteriormente señalados.
5.3.- PROSPECTIVA DEL TRABAJO.
El trabajo realizado sobre la segregación residencial en el espacio turístico en
ciudades de litoral aporta al estudio de los procesos de división socio-espacial
en destinos recreativos, particularmente en México y América Latina.
La revisión teórica podrá servir como base para la discusión sobre las nuevas
modalidades de segregación residencial, con especial énfasis en el contexto de
la ciudad turística, la cual presenta dinámicas propias que no necesariamente
338
coinciden con otras ciudades. Así mismo, deberá retomarse el impacto que el
modelo de vivienda secundaria tiene en la segregación socio-espacial, en
especial con las modificaciones que se vivirán tras el fin de la burbuja
inmobiliaria mundial.
En cuanto al trabajo empírico, lo realizado servirá como elemento de apoyo
para futuras investigaciones, particularmente las que tengan como objeto de
estudio la división socio-espacial, la segregación residencial, la ciudad turística
y el modelo de vivienda secundaria. La utilización de diferentes metodologías e
instrumentos de recolección de datos deberán ser revisadas para confirmar su
validez, cuestionar su utilidad o proponer nuevas formas de evaluar la
aglomeración diferenciada en el espacio urbano.
En cuanto a la propuesta del modelo de integración residencial es una
aportación para promover la vivencia de ciudades turísticas democráticas,
abiertas, incluyentes y tolerantes. Si bien las estrategias y políticas sugeridas
son pertinentes para la ciudad turística, adicionalmente podrá adaptarse a otros
contextos.
Finalmente, señalamos la satisfacción por la aportación de esta tesis, que sí
bien mínimamente, participa en el debate sobre la ciudad y el territorio
contemporáneo y aventura en el sueño por lograr una vivencia armónica entre
el medio natural, el medio construido y la sociedad.
LISTA DE CUADROS.
1.1 Metodología del trabajo de tesis …................................................… 21
1.2 Dimensiones, categorías, variables e indicadores…....................… 22
1.3 Instrumentos metodológicos para la Segregación Residencial…..… 26
1.4 Instrumentos metodológicos para el espacio Social………………… 27
1.5 Instrumentos metodológicos para el espacio Físico ………………… 28
2.1 Oferta Hotelera y Residencial en
Destinos de Litoral Seleccionados ……………………………………. 136
2.2 Oferta Hotelera en Puerto Vallarta (1975-1980) .............................… 153
2.3 Visitantes en Puerto Vallarta (1975-1980) .....................................… 154
2.4 Oferta Hotelera en Puerto Vallarta (1981-1990) .............................… 155
2.5 Oferta Extra-Hotelera en Puerto Vallarta (1988-1990) ...................… 157
2.6 Visitantes en Puerto Vallarta (1981-1990) ......................................… 158
2.7 Oferta Hotelera en Puerto Vallarta (1991-2000) .............................… 159
2.8 Oferta Extra-Hotelera en Puerto Vallarta (1992-2000) ...................… 160
2.9 Visitantes a Puerto Vallarta (1991-2000) ........................................… 160
2.10 Visitantes a Puerto Vallarta (2001-2007) ........................................… 165
2.11 Oferta Hotelera en Puerto Vallarta (2001-2007) .............................… 165
2.12 Oferta Extra-Hotelera en Puerto Vallarta (1992-2000) ...................… 166
3.1 Colonias Formales e Informales en Puerto Vallarta (2007) ………… 182
3.2 Colonias Informales y localización de Ejidos (2007) ………...........… 182
3.3 Distribución del Ingreso (2000) …………………….…………….......… 183
3.4 Material Predominante en Piso de Viviendas (2005) ……….........… 184
3.5 Material Predominante en Muros de Viviendas (2005) …..…….....… 185
3.6 Material predominante en Cubiertas de Viviendas (2005) …..........… 186
3.7 Viviendas con Agua Potable entubada en Puerto Vallarta (2005) .… 187
3.8 Viviendas con Alcantarillado en Puerto Vallarta (2005) ….............… 187
3.9 Viviendas con Energía Eléctrica en Puerto Vallarta (2005) …........… 188
3.10 Composición Etaria en Marina Vallarta (2007) ………………….....… 192
3.11 Composición Etaria en Amapas (2007) …………….………….......… 193
3.12 Composición Etaria en Conchas Chinas (2007) ………….……......… 193
3.13 Composición Etaria en las tres colonias seleccionadas ………....… 193
3.14 Composición Social en Marina Vallarta (2007) …………….……....… 195
3.15 Composición Social en Amapas (2007) …………………….……....… 195
3.16 Composición Social en Conchas Chinas (2007) …………………...… 196
3.17 Composición Social en las tres colonias seleccionadas ……........… 196
3.18 Composición Económica en Marina Vallarta (2007) …………........… 198
3.19 Composición Económica en Amapas (2007) ……..…………..…....… 198
3.20 Composición Económica en Conchas Chinas (2007) ……….........… 199
3.21 Composición Económica en las tres colonias seleccionadas ……… 199
3.22.- Origen Nacional de Propietarios en Marina Vallarta (2005) ……....… 201
3.23.- Origen Nacional de Propietarios Extranjeros
en Marina Vallarta (2005) …………………………………………………… 201
3.24 Origen Nacional de propietarios en Amapas (2005) …………….…… 202
3.25 Origen Nacional de Propietarios Extranjeros en Amapas (2005).…... 202
3.26 Origen Nacional de Propietarios en Conchas Chinas (2005) …….… 202
3.27 Origen nacional de
propietarios extranjeros en Conchas Chinas (2005) …………………… 203
3.28 Temporalidad en la Residencia en Marina Vallarta (2005) ………… 204
3.29 Temporalidad en la Residencia en Amapas (2005) …………..…..… 205
3.30 Temporalidad en la Residencia en Conchas Chinas (2005) ……...… 205
3.31 Contacto de Residentes Locales con Extranjeros en
Puerto Vallarta (2008) ………………………………………………...… 207
3.32 Contacto de Extranjeros con Nacionales en Marina Vallarta (2008) . 207
3.33 Contacto de Extranjeros con Nacionales en Amapas (2008) .........… 208
3.34 Contacto de Extranjeros con Nacionales
en Conchas Chinas (2008) ……………………………………………... 208
3.35 Contacto de Extranjeros con Nacionales en
las tres colonias seleccionadas (2008) …..……….….…………….… 209
3.36 Áreas de Contacto entre Residentes Nacionales y Extranjeros
en Puerto Vallarta (2008) ……………………….………….……….… 210
3.37 Áreas de Contacto entre Residentes Nacionales y Extranjeros
en Marina Vallarta (2008) …………………………….…….…...….… 211
3.38 Áreas de Contacto entre Residentes Nacionales y Extranjeros
en Amapas (2008) ………………………………….…….………....… 211
3.39 Áreas de Contacto entre Residentes Nacionales y Extranjeros
en Conchas Chinas (2008) ………….……………………….……….… 212
3.40 Áreas de Contacto entre Residentes Nacionales y Extranjeros
en Tres Colonias Seleccionadas (2008) …………..…….………….… 212
3.41 Percepción de Igualdad y Desigualdad en Puerto Vallarta ……...… 215
3.42 Modalidad de Desigualdad en Puerto Vallarta …………………….… 216
3.43 Superficie Urbanizada en Marina Vallarta ……………………..…..… 221
3.44 Superficie Urbanizada en Zona Hotelera Norte, porción “A”……..… 221
3.45.- Superficie Urbanizada en Zona Hotelera Norte, porción “B”….....… 222
3.46.- Superficie Urbanizada en colonia 5 de Diciembre ……….……....… 222
3.47.- Superficie Urbanizada en colonia Emiliano Zapata ……………….… 223
3.48.- Superficie Urbanizada en colonia Amapas ………………….……..… 223
3.49.- Superficie Urbanizada en colonia Amapas Sur …..…….………....… 224
3.50.- Superficie Urbanizada en colonia Conchas Chinas ………….…...… 224
3.51.- Superficie Urbanizada en Zona Hotelera Sur ……………….…….… 224
3.52.- Vocación de Uso de Suelo en Marina Vallarta …………..………...… 226
3.53.- Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Norte, Porción “A” …. 226
3.54.- Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Norte, Porción “B”…... 227
3.55.- Vocación de Uso de Suelo en 5 de diciembre …..………………..……. 227
3.56.- Vocación de Uso de Suelo en Emiliano Zapata …………………….... 228
3.57.- Vocación de Uso de Suelo en Amapas ………….…………………..…. 228
3.58.- Vocación de Uso de Suelo en Amapas Sur ……………….……………. 229
3.59.- Vocación de Uso de Suelo en Conchas Chinas ……….………………. 229
3.60.- Vocación de Uso de Suelo en Zona Hotelera Sur .……………………. 229
3.61.- Vocación de Uso de Suelo en el
Espacio Turístico de Puerto Vallarta ……………………………………... 230
3.62.- Intensidad Edificada en Marina Vallarta .…………….……….….……. 232
3.63 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Norte, Porción “A” …......…. 233
3.64 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Norte, Porción “B”……...…. 233
3.65 Intensidad Edificada en 5 de Diciembre ……..………………………….. 234
3.66 Intensidad Edificada en Emiliano Zapata …………...…..…………..….. 234
3.67 Intensidad Edificada en Amapas ………………………...……………….. 235
3.68 Intensidad Edificada en Amapas Sur …………….…..………………….. 235
3.69 Intensidad Edificada en Conchas Chinas ……………………………….. 236
3.70 Intensidad Edificada en Zona Hotelera Sur …………….....……..…….. 236
3.71 Intensidad Edificada en el Espacio Turístico …...………………..…….. 237
3.72 Superficie Construida en Marina Vallarta ……………….……..…..…….. 239
3.73.- Superficie Construida en Zona Hotelera Norte, Porción “A” .……….. 240
3.74.- Superficie Construida en Zona Hotelera Norte, Porción “B”………….. 240
3.75.- Superficie Construida en 5 de Diciembre …………………....…….…….. 241
3.76.- Superficie Construida en Emiliano Zapata …………………....…..…….. 241
3.77.- Superficie Construida en Amapas ……….……………..……....…..…….. 242
3.78.- Superficie Construida en Amapas Sur ………………..….…....…..…….. 242
3.79.- Superficie Construida en Conchas Chinas ………..….……....…..…….. 243
3.80.- Superficie Construida en Zona Hotelera Sur …..….……....……..…….. 243
3.81 Superficie Construida en el Espacio Turístico ..….……....….…..…….. 244
3.82 Desarrollo Shangri -Lá ..…....…………………………………….……….. 247
3.83 Desarrollos Principales en Zona Hotelera Norte ………………..…….. 247
3.84 Coeficiente Uso Turístico Densidad Media (T3) ………..………..…….. 248
3.85 Coeficiente Resultante de la modificación al Uso de Suelo ……….... 249
3.86 Coeficiente en Molino de Agua ………………..……………………….….. 251
3.87 Desarrollo Paramount Bay ………….………………………………….….. 253
3.88 Desarrollo Avalon ………………………………………………………..….. 254
4.1 Resultados a Corto Plazo e Instrumentos de Medición
en la Interacción entre Grupos …………………………………………….. 305
4.2 Resultados a Mediano Plazo e Instrumentos de Medición
en la Interacción entre Grupos ………………………………………....….. 306
4.3 Resultados a Largo Plazo e Instrumentos de Medición
en la Interacción entre Grupos ………………………………………...….. 306
4.4 Resultados a Corto Plazo e Instrumentos de Medición
en la Integración Espacial …………………………..……………….….….. 310
4.5 Resultados a Mediano Plazo e Instrumentos de Medición
en la Integración Espacial ………………………………………..…….….. 310
4.6 Resultados a Largo Plazo e Instrumentos de Medición
en la Integración Espacial …………………………………….………...….. 311
4.7 Resultados a Corto Plazo e Instrumentos de Medición
en el Debilitamiento de Estigmas Territoriales …………………….….. 314
4.8 Resultados a Mediano Plazo e Instrumentos de Medición
en el Debilitamiento de Estigmas Territoriales ..……………...….….….. 314
4.9 Resultados a Largo Plazo e Instrumentos de Medición
en el Debilitamiento de Estigmas Territoriales ….…………..…….….. 315
4.10 Matriz del modelo de Integración Residencial, parte 1……..…….….. 316
4.11 Matriz del modelo de Integración Residencial, parte 2……..…….….. 317
LISTA DE GRÁFICAS.
3.1 Colonias con Mayor Prestigio Social (Estigma Positivo) …..…….… 213
3.2 Colonias con Menor Prestigio Social (Estigma Negativo) ...........… 214
LISTA DE IMÁGENES.
2.1 Hotel Rosita en sus inicios ...........................................................… 145
2.2 Hotel Paraíso en sus inicios visto desde el Malecón ...................… 146
2.3 Conjunto Las Campanas ..............................................................… 148
2.4 Vista del Hotel Camino Real, hoy Dreams ...................................… 150
2.5 Vista del Hotel Fiesta Americana .................................................… 152
2.6. Vista del conjunto Ocho Cascadas ...............................................… 153
2.7 Vista del desarrollo Bay View Grand .............................................… 163
3.1 Desarrollos con Frente de Playa en Marina Vallarta ……..……...… 245
3.2 Desarrollo Shangri-Lá en Marina Vallarta ...…………………..…..… 246
3.3 Desarrollo Punta Península ………………………………….……..… 248
3.4 Desarrollo Grand Venetian …………………………………..….…..… 250
3.5 Hotel Molino de Agua antes de su reemplazo……………………..… 250
3.6 Departamentos Molino de Agua ………………………….…..…….… 252
3.7 Departamentos Molino de Agua en el contexto ………..…..…….… 252
3.8 Conjuntos de Vivienda Secundaria en Amapas …………………..… 252
3.9 Paramount Bay en el contexto de la Playa de los Muertos ……..… 254
3.10 Departamentos Avalon en el contexto de Amapas ……..……......… 255
3.11 Fraccionamiento cerrado Las Moras ………………….…………...… 257
3.12 Departamentos Los Tules …………….……..………………….......… 259
3.13 Departamentos Las Gemelas …………..……….……………..…...… 258
3.14 Torres Icon Vallarta ……………..………..……….…………….…...… 259
3.15 Departamentos Nima Bay …………………………..….…………...… 259
3.15.- Panorámica de Amapas y Conchas Chinas ..…….……….……...… 260
LISTA DE MAPAS.
3.1 Estructura urbana en Puerto Vallarta (2006) …….………….........… 172
3.2 Espacio Centro, Periferia y Turístico (2007) ….…………….........… 179
3.3 Segregación Socio-Espacial en Puerto Vallarta (2007) ................… 190
3.4 Vocación de Uso de Suelo en el Espacio Turístico de
Puerto Vallarta (2008) ...................................................................… 231
3.5 Densidad en el Espacio Turístico .................................................… 240