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Testimonios de Ecuatorianos en Espaa

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MIGRACIN Y DESARRAIGONorma, una mujer madura, fue mi acompaante en el viaje a Espaa; ella dej a su familia hace cuatro aos y actualmente vive en una provincia de Galicia; en Ecuador contina parte de su familia cercana, esposo, hijos y nietos. Para esta ex - oficinista, la vida en Espaa no fue lo que esperaba, cuando lleg trabaj cuidando a una anciana y hoy cuida una nia. Comenta que como sus jefes' han sido buenos, ella ha podido ahorrar para construir su casa en Ecuador.

Con palabras pausadas, pero bien definidas, Norma, cuenta que por ms que ha evitado la desintegracin, su familia es vctima de los efectos que conlleva la migracin. De sus cuatro hijos, dos viven en Espaa y dos en Ecuador; mi situacin es un poco catica.

Ya en Espaa, una tarde invernal, encontr a Jos Luis S., quien lucha contra el tiempo, antes, para entrar a Espaa, los migrantes podamos argumentar turismo como una opcin de permanencia, hoy ests posibilidades se traducen en un solo documento, el visado; solo tenge tres meses como turista para encontrar un empleo y gestionar mi permiso de residencia legal; caso contrario ser un individuo ilegal. Para Jos, la explotacin laboral, la deportacin y el paro, son riesgos latentes.

Yo restauro los decorados de piedra, que en muchas casas antiguas de Madrid estn destruidos, fue lo que me cont Rolando Len cuando nos encontramos por casualidad. Rolando aos atrs dej su empleo en una empresa de computacin para buscar el sueo espaol. En Ecuador no hay futuro, por eso, arregl mis papeles y viaj a probar suerte y aunque la situacin no es fcil me las arreglo. Cuando nos despedimos me pidi un cigarrillo y se alej caminando con una pequea mochila sobre su espalda.

La historia de Rolando, posee el paradigma de las motivaciones, las vivencias y los sentimientos que tiene cualquier persona cuando migra por razones econmicas. Lejos de la patria donde se nace, las situaciones cotidianas de la vida, se pueden volver complicadas y hasta conflictivas. El sentimiento de ruptura y exclusin es perenne y similar en cualquier persona que se siente defraudada por su medio nativo.

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ESPAA EN CRISISMuchos de los ecuatorianos que viajan a Espaa, no tienen claro lo que enfrentarn en un mundo cada vez ms conflictuado por la crisis y sus cada vez ms altas tasas de desempleo; se dejan llevar por versiones que hablan de buenos sueldos y vida fcil, pero incluso para los espaoles, la situacin no es fcil.

Una fra tarde de invierno, visit Puerta del Sol, donde acuden los compatriotas para 'buscarse la vida', como dijo Jaime Llerena, un ecuatoriano que migr en 2000 y que todos los fines de semana se disfraza de algn personaje de las tiras cmicas para fotografiarse junto a los nios que visitan el lugar. En temporadas festivas se gana dinero; ahora ya no alquilo el traje, pude comprar varios y ya no dependo de nadie. Cuando recin llegu no tena empleo y me vean mal, pero ahora con el disfraz, como no saben quien soy, la gente solo paga por la fotografa y listo, ya tengo para la papa agrega Jaime sarcsticamente; su vivencia es parte del sueo europeo.

Cuidado, le pueden dejar sin nada me advirti un espaol maduro a la pasada, mientras caminaba en el casco histrico. Mi referente europeo, de la seguridad de primer mundo, se quebr como una cscara de huevo. En la Puerta del Sol hay comercios, cafetines, espectculos, restaurantes; as como tambin, prostitucin, delincuencia, trfico de drogas y dems situaciones de una metrpoli de primer mundo, cosmopolita y migrante.

Carmen, al igual que su esposo, todas las maanas monta un comercio informal de ropa, en las transitadas aceras granadinas y lo que ganan los dos, les alcanza para mantener sin lujos, a su familia. Para ganar los 900 euros mensuales en promedio, maneja su furgoneta cargada de mercadera, desde el polgono industrial, en las afueras de la ciudad; arma su puesto con estantes modulares y vende ropa china, que es ms barata y de buena calidad. El comercio informal clandestino, que no paga ningn tipo de impuestos, crece cada vez ms.

Los tiempos en que un ecuatoriano llegaba a Espaa y lograba un empleo en condiciones favorables termin. La crisis econmica, el exceso de migrantes, la poltica interna originan un enredo de sentimientos contrapuestos. esta nueva realidad, algunos prefieren olvidar sus races y deciden 'rehacer' su vida como Catalina, quien hizo pareja con Manuel Marcines, un espaol divorciado, con quien piensa casarse a finales de ao.

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LAZOS AFECTIVOSCuando visit Valencia, conoc a Jos C.; l dej su cargo de profesor en un colegio, para probar suerte en Espaa. En la actualidad a pesar de tener un empleo en el servicio de gras Alhambra, lo ms seguro es que decida regresar para fin de ao y sin lograr el principal objetivo por el cual viaj; ganar un dinero para montar un negocio. Como en Ecuador ya no podr recuperar su antiguo empleo, la inversin ser mayor que el beneficio.

En Valencia, pude reconocer a muchos ecuatorianos, vendiendo bisutera o artesana; tambin los encontr en Cdiz y en Sierra Nevada; aqu vivit a Antonio Muenala, un comerciante de ropa y productos folklricos. l viaj por Alemania, Holanda, Suiza y parte de Europa occidental vendiendo ropa; antes de lograr traer a su familia haciendo los trmites de reagrupacin familiar.

En Almera, acud varias veces el locutorio Los Andes, cuya propietaria es Ivonne Rivas. Ella lleg a Espaa hace nueve aos y ahora es duea de este negocio que logr pagar con sus ahorros y un crdito bancario. El negocio tiene dos ambientes, uno en el que se encuentran las 12 cabinas telefnicas y otro en donde funciona una especie de tienda con productos ecuatorianos. Ivonne tiene a sus tres hijos en Espaa, los dos primeros son jvenes y de padre ecuatoriano y una nia de tres aos y medio, hija de un espaol, que es su pareja actual. En Ecuador tienen un prejuicio acerca de los migrantes, creen que vivimos recogiendo dinero, pero no es as; trabajamos duro para conseguir un euro y lo ahorramos, fue lo que respondi cuando le pregunt si pensaba regresar al pas.

Quienes piensan en un futuro en Ecuador han conservado sus vnculos familiares; mientras los que optan por un futuro en Espaa, son solteros o han roto sus lazos afectivos, con padres, parejas o hijos. Conoc a Andrs Espaa, una noche fra, en el malecn de Almera; me cont que espera quedarse hasta lograr lo suficiente para instalar un negocio. viv en Holanda un ao pintando casas, escondindome de los controles migratorios, pero no me gust. Desde que vine a Espaa he trabajado en agricultura y construccin. A diferencia de Andrs; Kati N. no sabe si quiere regresar al Ecuador. Kati N. fue maestra de primaria, tena esposo, una hija, y problemas econmicos; por eso, cuando le hablaron de viajar a Espaa, no lo pens dos veces y desde hace 9 aos cambi de residencia. Pienso volver al pas por mis padres que ya son mayores; pero lo ms seguro que es que vuelva con mi hija, puntualiz.

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FUTURO INCIERTOAunque los espaoles se consideran tolerantes sus actitudes tienden a reflejar lo contrario. Una maana de invierno caminaba por el pasillo de un supermercado en Jan; de pronto unas manos me tomaron del antebrazo izquierdo y me condujeron a un sitio con monitores de vigilancia. Esta vivencia puso sobre el tapete, una especie de segregacin, producto de la desconfianza a los forneos.

En cualquier parque y ciudad de Espaa; en Asturias, Barcelona, Murcia o Mlaga encontr rostros latinos, marchitos por la intemperie y la falta de alimento; muchos de los ecuatorianos a quienes entrevist coman una vez al da, compartan gastos de piso con otros migrantes, y trabajaban por sueldos pauperrimos; la explotacin no se ha podido parar; cada ves es mayor el nmero de menores de edad en la calle, mujeres en la prostitucin, familias enteras sin trabajo, ni vivienda.

Conoc a Fernando a las tres de la tarde, en un parque de Granada, cuando se acerc a pedirme unas monedas; su aliento heda a licor y sus ojos luchaban por no cerrarse, llevaba un sobretodo crema, un pantaln caf y una gorra azul de lana. Cuando lleg en 2009 le result imposible conseguir empleo, no le faltaron las malas compaas y sin darse cuenta termin viviendo en un parque y pidiendo caridad en la puerta de una iglesia. No tiene nocin de cuanto tiempo ha pasado desde entonces, ni sabe nada de su esposa y sus dos hijos que quedaron en Ecuador; solo quiero volver al pas, manifest.

Su historia es como la de tantos; Marcela N. lleg con deudas y un ofrecimiento de trabajo que no se concret. Desempleada y con deudas, su situacin se hizo invivible hasta que termin ejerciendo la prostitucin; asegura que su ganancia no compensa lo que perdi: familia, pareja y estudios. Lo que ms le duele es el engao. Sus seres queridos en Ecuador, creen que trabaja en el servicio domstico.

Plantar races en Espaa es complicado, por decir lo menos. Una noche en Almera, en una discoteca de ecuatorianos, para ecuatorianos, hable con Boris N. quien se siente a gusto y espera con ansiedad cumplir la mayora de edad para vivir por cuenta propia y comerse el mundo.

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Armando Cuichnla imagenl ibre@gmai l . com

febrero - 2012

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