Trabajo Social con Comunidades.Todos Los Temas

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CAPITULO 1: ALTRUISMO, COOPERACIÓN, CIUDADANÍA: FUNDAMENTOS DEL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO 1. INTRODUCCIÓN: El Trabajo Social es una disciplina científica, y es una profesión orientada a la intervención social. Con un objetivo muy concreto siempre: recuperar, potenciar, dignificar las condiciones de vida y la trayectoria personal de los ciudadanos. Si pudiéramos reducirlo a una palabra, podríamos decir que el objeto de estudio y de intención se engloba bajo el término “vulnerabilidad”. Es la situación precaria, la exclusión, la pobreza, la falta de capacidad para gestionar la propia vida (tanto por circunstancias personales como por el contexto específico socioeconómico en el que vivimos), lo que se constituye en objeto de la reflexión y de la acción del trabajador social. La “vulnerabilidad” aumenta conforme personas, grupos y comunidades se alejan de las zonas de inclusión social, o, lo que es lo mismo, disminuyen o desaparecen sus recursos y se deterioran sus capacidades. Nuestra comprensión del mundo en términos individualistas, tanto en nuestra propia trayectoria biográfica, como en la interacción con los demás, no permite afrontar adecuadamente los retos a los que nos enfrentamos. Desde la perspectiva del Trabajo Social, la preocupación por el contexto, por las políticas sociales y económicas y su impacto sobre las condiciones de vida, constituye una de las cuestiones básicas que haya que abordar. Diseñar las políticas económicas sin tomar en consideración sus consecuencias sociales puede debilitar, precisamente, la sostenibilidad a largo plaza de la sociedad, al favorecer el crecimiento de la pobreza, el desempleo, y el deterioro de las condiciones sanitarias, educativas y de alimentación de la población. La inversión social debe ser una prioridad en los programas de recuperación de la economía, y sin embargo no está siendo así en la actual crisis económica (Jones y Truell 2012). Frente a la visión individualista, que enfatiza la competencia y la trayectoria individual, la crisis económica que vivimos desde el año 2008 nos ha obligado a adaptarnos recurriendo a aquello que no tomábamos en consideración: la cooperación solidaria y el altruismo, recurriendo a nuestras redes familiares y sociales para superar las consecuencias perversas de la recesión económica. Y esto pone de relieve una cuestión clave: la ausencia de redes relacionales, de capacidades de participación, y de movilización colectiva, se convierte en un predictor clara de exclusión social. De nuevo, de la mano de la globalización de la crisis económica, vuelve a mostrarse en toda su importancia la necesidad de potenciar una subdisciplina específica del Trabajo Social: el Trabajo Social con comunidades. 2. ALEJÁNDONOS DEL INDIVIDUALISMO: THE GLOBAL AGENDA FOR SOCIAL WORK AND SOCIAL DEVELOPMENT Como ya he señalado en otro lugar (López Peláez, 2012), es necesario retomar, en un contexto de crisis económica como el actual, una especialización de nuestra disciplina que debe recuperar su vigor: el

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CAPITULO 1: ALTRUISMO, COOPERACIN, CIUDADANA: FUNDAMENTOS DEL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO

1. INTRODUCCIN:El Trabajo Social es una disciplina cientfica, y es una profesin orientada a la intervencin social. Con un objetivo muy concreto siempre: recuperar, potenciar, dignificar las condiciones de vida y la trayectoria personal de los ciudadanos. Si pudiramos reducirlo a una palabra, podramos decir que el objeto de estudio y de intencin se engloba bajo el trmino vulnerabilidad. Es la situacin precaria, la exclusin, la pobreza, la falta de capacidad para gestionar la propia vida (tanto por circunstancias personales como por el contexto especfico socioeconmico en el que vivimos), lo que se constituye en objeto de la reflexin y de la accin del trabajador social. La vulnerabilidad aumenta conforme personas, grupos y comunidades se alejan de las zonas de inclusin social, o, lo que es lo mismo, disminuyen o desaparecen sus recursos y se deterioran sus capacidades.Nuestra comprensin del mundo en trminos individualistas, tanto en nuestra propia trayectoria biogrfica, como en la interaccin con los dems, no permite afrontar adecuadamente los retos a los que nos enfrentamos. Desde la perspectiva del Trabajo Social, la preocupacin por el contexto, por las polticas sociales y econmicas y su impacto sobre las condiciones de vida, constituye una de las cuestiones bsicas que haya que abordar. Disear las polticas econmicas sin tomar en consideracin sus consecuencias sociales puede debilitar, precisamente, la sostenibilidad a largo plaza de la sociedad, al favorecer el crecimiento de la pobreza, el desempleo, y el deterioro de las condiciones sanitarias, educativas y de alimentacin de la poblacin. La inversin social debe ser una prioridad en los programas de recuperacin de la economa, y sin embargo no est siendo as en la actual crisis econmica (Jones y Truell 2012).Frente a la visin individualista, que enfatiza la competencia y la trayectoria individual, la crisis econmica que vivimos desde el ao 2008 nos ha obligado a adaptarnos recurriendo a aquello que no tombamos en consideracin: la cooperacin solidaria y el altruismo, recurriendo a nuestras redes familiares y sociales para superar las consecuencias perversas de la recesin econmica. Y esto pone de relieve una cuestin clave: la ausencia de redes relacionales, de capacidades de participacin, y de movilizacin colectiva, se convierte en un predictor clara de exclusin social. De nuevo, de la mano de la globalizacin de la crisis econmica, vuelve a mostrarse en toda su importancia la necesidad de potenciar una subdisciplina especfica del Trabajo Social: el Trabajo Social con comunidades.

2. ALEJNDONOS DEL INDIVIDUALISMO: THE GLOBAL AGENDA FOR SOCIAL WORK AND SOCIAL DEVELOPMENTComo ya he sealado en otro lugar (Lpez Pelez, 2012), es necesario retomar, en un contexto de crisis econmica como el actual, una especializacin de nuestra disciplina que debe recuperar su vigor: el Trabajo Social comunitario. Frente al individualismo y frente a los postulados neoliberales, tanto en las redes sociales, como en nuestra vida cotidiana, el apoyo mutuo, la solidaridad, y los vnculos con los dems, demuestran ser el principal recurso para hacer frente a nuestra vulnerabilidad. Adems, la crisis muestra la incapacidad de individuos e incluso pases para hacerle frente. Es necesario actuar estructuralmente, es necesario afrontar los retos colectivamente, y si algo caracteriza al Trabajo Social comunitario es, precisamente, convertir a la comunidad en sujeto de la accin, poniendo de relieve su propio poder y su capacidad e autogestin. Hay que inscribir las crisis no solo en ciclos macroeconmico, sino en ciclos derivados de las consecuencias de modelos ticos que no son sostenibles en el tiempo, cortoplacistas, que no permiten desarrollar una vida social y personal plena. Que anticipan, en la mejor versin de la frase homrica, aquel axioma clsico: los dioses enloquecen (o confunden) a los que quieren perder. Se basa en el consumo enloquecido y la bsqueda desordenada del triunfo, el placer y el poder, (un poder definido como exhibicin de la capacidad de alcanzar un consumo ostentoso que nos enmarque socialmente, en trminos de Bourdieu). Quizs lo que defina a un ciclo econmico sea tambin el modelo tico que lo alimenta, porque alimenta a personas e instituciones, porque alimenta el imaginario cultural mediante el que damos sentido a la actividad. El neoliberalismo definido como aquella teora que exalta la desregulacin y la competencia individual como mecanismo de progreso social (apelando a un mercado que se autorregula, y a la pica del directivo, una pica individualista que se ha generalizado, y en la que la realidad se define en trminos de mi visin individual, y no de componentes estructurales) (tal y como muestra la crtica al denominado pensamiento positive que ha realizado Brbara Ehrenreich (2011)), no ha podido soportar las consecuencias de su xito, y en los actuales rescates lo que estamos viendo es justo lo contrario: la intervencin de los estados para asegurar el funcionamiento del sector financiero, vctima justamente de aquel discurso que pretenda proponerse como modelo (y que ha resultado un modelo imposible).En la experiencia cotidiana de los trabajadores sociales, la frase lo local es global se comprueba diariamente: desde la crisis econmica, que nos afecta localmente aun que su origen es global, hasta las redes inmigratorias o el ciberdelito. Desde diversas perspectivas tericas, los investigadores en Trabajo Social han puesto de relieve la necesidad de construir vnculos entre las tendencias globales y las respuestas de las comunidades locales. Y, para ello, necesitamos la perspectiva de Traba o Social comunitario. Para responder a estos desafos globales desde la perspectiva de Trabajo social se ha desarrollado un proceso participativo entre las tres principales organizaciones que agrupan a los profesionales del Trabajo Social: IFSW (lnternational Federatin of Social Workers), la SSW (International Associatin of Schools of Social Works) y ICSW (International Council on Social Welfare). Los resultados, despus de un largo proceso de debate y participacin global, pueden consultarse en: www.globalsocialagenda.org. Se establecieron cuatro reas prioritarias: -Desigualdades sociales y econmicas entre pases y regiones-Dignidad y valor de la persona-Desarrollo sostenible-Importancia de las relaciones humanasEn relacin con estas grandes reas, se alcanzo una evaluacin compartida del contexto global. Desde nuestro punto de vista, algunas de las ms relevantes fueron las siguientes:-Solo una minora de la poblacin mundial puede disfrutar y ejercer sus derechos humanos en toda su amplitud.-La desregulacin de los sistemas econmicos junto con la ausencia de normas internacionales estandarizadas sobre las condiciones de trabajo, y la falta de responsabilidad social corporativa, ha deteriorado la salud y el bienestar de personas y comunidades.-Deterioro de las relaciones comunitarias y de apoyo en un contexto de crisis econmica-El deterioro medioambiental favorece el incremento de desigualdades relacionadas con el cambio climtico, la contaminacin, guerras, desastres naturales y violencia, y necesita una respuesta desde una perspectiva internacional.En funcin de estos planteamientos, en la Agenda se establecen una serie de objetivos bsicos para los prximos aos. Uno de los puntos de partida para establecerlos es el siguiente: reconocer la importancia de la fortaleza y resiliencia de las comunidades, para poder alcanzar un bienestar estable. Y, en relacin con ellos, el objetivo bsico que consiste en potenciar el Trabajo Social comunitario: se destaca la importancia del rol de los profesionales del Trabajo Social en la mejora de la salud y fortaleza de las comunidades.En este punto, hay que sealar dos cuestiones: en primer lugar, la dificultad de alcanzar una definicin compartida. En segundo lugar, la necesidad de desarrollar nuevas proyectos de Trabajo Social comunitario que vinculen lo regional con lo local. En relacin con la definicin, la dificultad principal estriba en la necesidad de tomar en consideracin como ser redefine segn los contextos y los niveles de intervencin (local, regional, nacional, global) la actividad de los trabajadores sociales, hasta desarrollarse definiciones regionales, que insisten en aspectos especficos (por ejemplo, el Consejo Federal brasileo de Trabajo Social ha insistido en avanzar hacia una definicin del Trabajo Social que enfatizase el rol del Trabajo Social en el desarrollo de acciones que fortalezcan la autonoma, la participacin y la ciudadana). En relacin con la necesidad de desarrollar nuevas proyectos que vinculen lo regional y lo local, en los cinco continentes los trabajadores sociales han puesto en marcha proyectos comunitarios, para hacer frente a las consecuencias de los desastres naturales, como el reciente tsumani en Japn. En este libro, presentaremos algunas experiencias de Trabajo Social comunitario en diferentes contextos geogrficos.3. El TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO EN ENTORNOS CAMBIANTES (Lpez Pelez)En el mbito especfico del Trabajo Social Comunitario, en la segunda mitad del siglo XX, podemos sealar una paradoja fundamental: en los pases en vas de desarrollo, la intervencin social comunitaria ha tenido un papel, y tiene todava hoy, funda mental. los retos sanitarios, de infraestructuras, educativos, que afectan a comunidades indgenas, solo podan abordarse tomando en consideracin a la comunidad como tal, favoreciendo su autoorganizacin, su presencia en el debate pblico, en los medios de comunicacin, transmitiendo sus denuncias y los procesos de empobrecimiento y desestructuracin en los que estaban inmersas dichas comunidades (tanto en su propia vida personal, como en la degradacin del medio ambiente).Por ejemplo, en los aos 2010 y 2011 hemos participado en un proyecto de cooperacin para analizar los factores que influyen en la violencia contra las mujeres en comunidades indgenas de Guatemala, y en poblaciones rurales de Nicaragua, con la Universidad del lstmo ,la Universidad Americana de Managua, la UNED y la Universidad de Alcal de Henares.Los resultados obtenidos (por un lado, el anlisis del modo de vida de las mujeres en dichas comunidades, la estructura de poder y la organizacin de dichas comunidades, la cultura compartida en relacin con estas cuestiones; y por otro, el propio discurso de las mujeres sobre su situacin, dndoles voz y convirtindolas en sujetos de su propia situacin),nos han permitido elaborar un libro de buenas prcticas, y un con junto de recursos educativos para favorecer la incorporacin de prcticas y discursos que prevengan la violencia contra las mujeres, y que les permitan desarrollar sus actividades como ciudadanas que son sujetos de derecho. Todo el proyecto de intervencin social comunitaria que desarrollamos en el ario 2010 y 2011 en ambos pases, parte de una consideracin de la comunidad como un mbito propio de intervencin. Afrontando colectivamente la educacin para la paz, estableciendo programas especficos para potenciar la situacin socioeconmica de las mujeres, organizando mbitos de participacin en el que la voz de las mujeres pueda ser reconocida, y finalmente poniendo de relieve que su cultura, costumbres y distribucin del poder puede dar lugar a una mejora de sus condiciones de vida, y a la reduccin de la lacra de la violencia domstica (tomando conciencia de la degradacin que conlleva a violencia en el seno de la familia), desde la intervencin comunitaria se genera un espacio para el desarrollo personal y para la interaccin grupal. Somos personas porque nuestras comunidades nos permiten serlo, nos dotan del lenguaje, de instrumentos y recursos para serlo. Y, del mismo modo, nuestra interaccin grupal es posible porque ya de antemano somos seres sociales insertos en una comunidad determinada.Tanto la evaluacin de las comunidades a las que pertenecen, como sus propios discursos, nos han permitido disear un proceso de intervencin comunitaria que toma como objeto de cambia a la propia comunidad. Hemos realizado una encuesta a m mujeres, desarrollado 20 grupos de discusin, y el grupo de investigacin ha realizado un seminario internacional en Madrid para debatir los resultados y disear la estrategia de intervencin comunitaria. A partir de los resultados alcanzados, se hades arrolla un proyecto de intervencin social comunitaria, basado en lo que denominamos educacin para la paz, durante el ario 2011: talleres para cualificar a mujeres que a su vez desarrollan sus actividades en su entorno cotidiano. Para cualquier observador atento, este tipo de problemas exige una metodologa comunitaria, no solo de casos, de familia o de grupos: es la comunidad como tal en la que se debe producir una reelaboracin de comportamientos, de discursos y de justificaciones, que permita una redefinicin de los patrones de interaccin, en los que la violencia contra las mujeres no tenga ya justificacin posible, y en el que la capacitacin e independencia de las mujeres se perciba colectivamente como un fin legtimo, como un derecho, como una necesidad para poder llevar una vida digna. Esta percepcin colectiva se construye no solo desde un argumentarlo ms o menos elaborado, sino desde las practicas cotidianas, en las que se pone de relieve la cooperacin, la solidaridad, la capacidad, de las mujeres y los hombres en un modelo relacional diferente, basado en la condicin compartida de ciudadanos. Protocolos de actuacin en la relacin con los menores, en las relaciones entre mujeres, en el acceso y trato en las instituciones educativas o sanitarias, en la distribucin y gestin de los recursos econmicos. En todas las dimensiones de la vida cotidiana, desde la distribucin del poder hasta la gestin del ocio.Sin embargo, frente a esta vigencia del Trabajo Social Comunitario en los pases en vas de desarrollo, en los pases desarrollados, y especficamente en el caso de la Unin Europea, el Trabajo Social comunitario se ha ido agostando poco a poco. Podramos decir que la exaltacin del sujeto, del yo, del individuo aislado, competidor en un mercado formado por multitud de individuos solitarios, caracterstica de la segunda mitad del siglo XX, ha producido una cierta invisibilizacin de la comunidad y del grupo. Ha convertido en asunto individual tanto la trayectoria laboral, como la enferme dad o el fracaso, olvidndose del contexto en el que estamos inmersos. Por qu? Podemos sealar tres caractersticas de nuestras sociedades cosmopolitas:-En primer lugar, la configuracin estructural de nuestras sociedades para hacer posible el ejercicio de los derechos de ciudadana, a la que denominamos Estado del Bienestar: el conjunto de instituciones, recursos y profesionales que permiten garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos (salud, educacin, seguridad, igualdad ante la ley, etc.). El Estado del Bienestar, sea cual sea el modelo que adopta en cada contexto, es el principal mecanismo de redistribucin de renta en nuestras sociedades avanzadas, y su financiacin se convierte por un lado, en algo incuestionable para la mayora de la poblacin, y, por otra parte, en objeto de debate para ver cmo hacerlo posible. Los ciudadanos, en general, no son partidarios de recortes en dicho Estado, aunque pueda debatirse sobre las diversas formas de financiacin. Incluso en plena crisis econmica, la reordenacin del gasto pblico y privado se presenta como una forma de asegurar la viabilidad del sistema (porque lo contrario, negar o cuestionar el sistema, es inaceptable para la poblacin europea). Ahora bien, esta configuracin estructural, con complejas burocracias para gestionar recursos y prestaciones, ha permitido la expansin de la profesin del Trabajo Social, a la vez que, como se seala con insistencia por los propios profesionales, la actividad profesional tiende a convertirse en una simple gestin de prestaciones, en un contexto de saturacin creciente. En este contexto, las relaciones se individualizan, y las reclamaciones tambin: se dirigen a los partidos polticos y los responsables de las instituciones, y disminuye la capacidad de organizacin comunitaria para alcanzar objetivos comunes. Sin embargo, este abandono del Trabajo Social comunitario no tiene en cuenta que muchos de los problemas estructurales no pueden resolverse de forma individual, ni tan siquiera las reclamaciones. Curiosamente, en el mbito de la defensa de intereses jurdicos, muchsimas personas afectadas por una cuestin concreta (una instalacin nuclear que no se quiere cerca de la ciudad, por ejemplo) se agrupan y se organizan para defender sus derechos. En el mbito del Trabajo Social, al establecerse diferentes objetivos (sanitarios, legales, educativos) y al entrar en juego diferentes instituciones, se hace ms difcil desarrollar dinmicas comunitarias.-En segundo lugar, desde una perspectiva filosfica, en nuestra cultura occidental, tras la experiencia de las dos grandes guerras mundiales, y la desaparicin de la Unin Sovitica, los ltimos veinte aos del siglo XX se caracterizan por lo que podemos denominar el predominio de la postmodernidad. Este complejo movimiento, si puede caracterizarse as, toma como punto de partida, la crisis de los grandes relatos, los metarrelatos, aquellas formas de interpretacin de la realidad que dan sentido unitario, progresivo y ascendente, a la historia de personas, grupos, comunidades y culturas. Slo queda el individuo como tal, solo queda un sujeto desfondado de su cultura, que aparece simplemente como una pura construccin anecdtica circunstancial. Incluso el propio sujeto no es uno, son muchos, en equilibrio inestable. Esta exaltacin del individualismo ha coincidido con una transformacin del mercado de trabajo, y del capitalismo, que ha entronizado la flexibilidad, el cambio, la adaptacin, y la supervivencia individual como lgica bsica de la vida personal. En este contexto, las comunidades no existen, ni las lealtades, ms all de la simple coincidencia en un tiempo que se sabe de ante mano caduco. La paradoja de proponer ms libertad, y con ello justificar la flexibilidad, el cambio y la apuesta por nuevas oportunidades, ha generado, como seala Sennett, nuevos controles, ms inestabilidad, y ms inseguridad. Y esto, que genera ansiedad y desvinculacin social, hace ms difcil las actividades comunitarias. Tomemos, por ejemplo, la cuestin del compromiso y la lealtad. Nada a largo plazo es el principio que corroe la confianza, la lealtad y el compromiso mutuo. Por supuesto, la confianza puede ser algo meramente formal, como cuando las personas acuerdan hacer un trato comercial o confan en el que el otro respete las reglas del juego; pero, por lo general, las experiencias ms profundas en materia de confianza son mas informales, como cuando la gente aprende en quien puede confiar al recibir una tarea difcil o imposible. Estos vnculos sociales tardan en desarrollarse, y lentamente echan races en las grietas de las instituciones. La organizacin a corto plazo de las instituciones modernas limita la posibilidad de que madure la confianza informal. En plena expansin del neoliberalismo como modelo econmico, el autor de la corrosin del carcter pone, desde la perspectiva del Trabajo Social Comunitario, el dedo en la llaga: en las sociedades contemporneas, de individuos en competencia constante y en soledad previsible (cualquier compromiso est abocado a romperse),hay historia, pero no una narrativa compartida de dificultad, y, por lo tanto, no hay destino compartido (Sennett). En otros trminos, Bauman hablar de los vnculos lquidos, donde la ruptura no es costosa en trminos afectivos y econmicos porque ya esta pre vista, y por lo tanto los vnculos son lomas laxos y evanescentes que se pueda conseguir (Bauman). Paradjicamente, la insoportable soledad del individuo aislado ha generado, en estas mismas dcadas, un fuerte movimiento que postula una vuelta a comunidades slidas en las que desarrollar nuestra vida colectiva: el comunitarismo. Y, desde el mbito del Trabajo Social, investigaciones como las realizadas por Boszormendi-Nagy ponen de relieve los lmites de un individualismo extremo (Boszormendi-Nagy y Krasner): nuestra propia trayectoria vital depende de lo que denomina lealtades familiares, que influyen en nuestro comportamiento y conforman nuestra personalidad, incluso sin que las reconozcamos como tales (Fombuena 2011). El sueo de un yo aislado y completo, sin interferencias, que decide por s mismo, en el fondo una rplica de las mnadas de Leibniz, no resiste el anlisis riguroso de la realidad.-En tercer lugar, el individualismo en el mercado de trabajo, en la propia autocomprensin, y en la vida en la urbe, ha producido lo que se puede denominar una crisis del vnculo social: hay un fenmeno creciente de desafiliacin, de exclusin social, de desvinculacin de la sociedad como tal, y de unos grupos de edad respecto a otros (por ejemplo, los jvenes, que se encuentran excluidos estructuralmente de una sociedad en la que la movilidad social ascendente se convierte en una posibilidad remota). Las nuevas formas de familia, y el proceso de recomposicin familiar permanente (real o simb1ico) en el que nos encontramos inmersos en cuanto imaginario cultural (derivado de las rupturas, nuevos matrimonios, de la longevidad, de la incertidumbre respecto al compromiso alcanzado, etc.), transforman el contexto en el que se experimenta la lealtad y el compromiso, y refuerzan la percepcin del sujeto como persona cuya trayectoria es siempre y sobre todo individual. La desafiliacin crea vulnerabilidad, y el debilitamiento de nuestros vnculos sociales reduce nuestras capacidades a la hora de afrontar retos (definidos como oportunidades o como problemas). la consecuencia prctica de un modelo de vida caracterizado por fuertes instituciones pblicas, apoyo a las trayectorias individuales, fragilizacin de las estructuras familiares, y autocomprensin en trminos de trayectoria individual, ha generado una tipologa de personas aisladas, que acuden a la institucin que corresponde y a sus profesionales para resolver sus problemas, pero que apenas tienen redes de pertenencia que permitan, ante problemas que no pueden ser resueltos por escasez de recursos pblicos o privados, hacer frente a sus necesidades. Pero a pesar de este proceso de individualizacin, en la crisis econmica que afecta profundamente a la economa espaola desde los ltimos meses del ao 2007, la familia ha vuelto a jugar un papel fundamental como ltima barrera contra la exclusin social, poniendo de manifiesto los limites prcticos de la mitologa neoliberal.El ensoamiento postmoderno, o lo que algunos filsofos denominan la hipostatacin del yo, se ha contrapuesto a la crisis del modelo socioeconmico de sociedad en la que se ha desarrollado, la sociedad occidental. La crisis financiera, primero, y despus industrial, de consumo, y finalmente estructural, ha producido que colectivos invisibilizados pero adormecidos por un bienestar alcanzable, se encuentren de repente sin futuro y sin presente (o, al menos, sin el futuro y el presente que la gene racin inmediatamente anterior ha disfrutado, y que han tornado, instintivamente, como el nivel de vida desde el que hay que vivir). Al afrontar dicho proceso de crisis, degradacin y prdida, como muestran las manifestaciones y asambleas del movimiento 15 M, es necesario recrear comunidades en las redes sociales " procesos de debate pblico abierto a la comunidad. Solos no podemos afrontar los cambios, y tampoco en grupos pequeos: los retos estructurales demandan respuestas estructurales, y precisamente en ese mbito recupera toda su vigencia el Trabajo Social Comunitario.Ahora bien, la principal caracterstica es que la comunicacin se realiza a travs de las redes sociales, que actan como un acelerador de las convocatorias, difundiendo el mensaje y movilizando a aquellos que se sienten afines a las convocatorias, declaraciones o propuestas. los avatares de la vida hacen que la metfora postmoderna del yo frgil y caleidoscpico, sin races, y su correlato laboral, la persona aislada y desafiliada que persigue su inters en competencia darwinista con el resto, no pueda ser, en trminos ecolgicos, sostenible: necesitamos a los otros para ser nosotros, necesitamos la configuracin estructural de nuestras sociedades para convertirnos en ciudadanos, desde un plano tico ms profundo que la propia conveniencia, necesitamos a los otros, la preocupacin por el otro, para desarrollar nuestra propia humanidad. Por eso Aristteles reservaba un papel clave a la amistad (que implica la igualdad de condicin con el otro) en el conjunto de experiencias humanas. Y, en sentido contrario, un rgimen que no proporciona a los seres humanos ninguna razn profunda para cuidarse entre sr no puede preservar durante mucho tiempo su legitimidad (Sennett).4. NUEVOS Y VIEJOS RETOS PARA El TRABAJO SOCIAL COMUNITARIOEn este contexto, los principales retos para la intervencin social comunitaria, en los pases con un estado del bienestar consolidado, pueden organizarse en cuatro gran des mbitos: la puesta en valor de la experiencia comunitaria, las estrategias para afrontar mediante dicha experiencia los procesos de desafiliacin y exclusin, la redefinicin de la actividad profesional de los trabajadores sociales, y el reto de las nuevas tecnologas como aceleradores de la experiencia comunitaria.-En primer lugar, la recuperacin de la legitimidad de la comunidad como mbito para la accin colectiva. Tanto culturalmente, como en funcin del desarrollo institucional del Estado del Bienestar, la comunidad ha ido perdiendo relevancia, sustituida por la labor de las instituciones pblicas, por un lado, y por el creciente individualismo, por otro. Si analizamos la labor profesional diaria de los trabajadores sociales en cualquier institucin pblica, lo que podemos denominar la intervencin social comunitaria ocupa un reducido lugar. Es necesario recuperar un concepto de comunidad basado en la participacin, en la ciudadana, en el respeto al disenso democrtico por supuesto la legitimidad de las decisiones tomadas democrticamente. Una comunidad que se define por el objetivo u objetivos que quiere alcanzar en cada caso concreto, pero que tambin se define por el proceso de enriquecimiento que per mite en cada ciudadano al compartir y debatir, al participar, y al convertirse en sujeto de su propia realidad histrica. Una comunidad que tiene que ser, necesariamente, cosmopolita, porque nos encontramos inmersos en sociedades interculturales en las que el conflicto entre identidades debe dar paso a la capacidad de construir juntos nuestro futuro. Recuperar nuestra identidad, que se decide en la preocupacin por los otros, conciudadanos, en los que producimos nuestra ciudadana al tratarlos como tales ciudadanos.Este es un proceso que tiene que ver, a su vez, con una doble cuestin. Por un lado, es necesario superar las definiciones de lo comunitario en clave defensiva, como lugar de refugio para los iguales que comparten una identidad estable. En nuestros barrios y ciudades, los ciudadanos tenemos intereses muy diferentes, y nuestra procedencia tnica, geogrfica y cultural puede ser muy diversa. Frente a los modelos de comunidades como lugares de recogimiento, enclaustramiento y aislamiento, los trabajadores sociales tienen que ser capa ces de articular y dejar articularse movimientos comunitarios reales, en los que puedan coincidir ciudadanos con diferentes perspectivas que se organizan en funcin de objetivos compartidos. Por otro lado, hay que tener en consideracin que en nuestras sociedades interculturales, las personas pueden organizarse en funcin de identidades tnicas, religiosas o de otro tipo, que se caracterizan por defender solo los intereses de los que pertenecen a ellas y con ello, negando, si llegan a predominar, la afirmacin de aquellos que no comparten dichas caractersticas. Es decir, los trabajadores sociales deben tomar en consideracin lo que podemos denominar la tendencia a la fuga y el aislamiento (como podemos ver ejemplarmente en urbanizaciones privadas, en las que se refugian personas que detentan grandes recursos econmicos detrs de costosos sistemas de seguridad), y tambin la tendencia contraria, hacia el dominio del espacio pblico y los recursos por parte de comunidades organizadas que se afirman de forma excluyente. Tanto en su versin de reducto, como en su versin expansiva, ambas tendencias constituyen riesgos que el trabajador social debe tomar en consideracin en su intervencin social comunitaria.-ntimamente vinculado con el apartado anterior, el segundo reto que afronta el Trabajo Social Comunitario va ms all de afirmar la legitimidad de la comunidad como mbito de intervencin y como sujeto de accin colectiva. Hay algo ms: la realidad cotidiana del proceso de desafiliacin que experimentan nuestros conciudadanos, la ruptura o prdida del vnculo social que nos deja aun ms indefensos ante los retos de la vida). Los procesos de exclusin social, como hemos mostrado con detalle al analizar la trayectoria vital de los denominados trabajadores con bajo salario o trabajadores pobres en la dcada de los aos 90 en Espaa (Lpez Pelez), (en la fuerte cns1s econmica y social previa a la que comienza en el ao 2007) conllevan perdidas, rupturas, situaciones de aislamiento, y un aumento de la vulnerabilidad social(mas grave en aquellos que han perdido sus vnculos sociales y se instalan en la precariedad permanente). A la vez, la transformacin de la familia o las familias, ltima barrera que nos protege de la exclusin social (Del Fresno) nos sita en un contexto diferente. Y la propia heterogeneidad de la poblacin, con ms de un 10 por ciento de poblacin inmigrante, nos obliga a una evaluacin ms detallada de los procesos de desafiliacin, de los vnculos sociales que se debilitan. Con un objetivo claro: recrear vnculos sociales como nuevo objetivo, para hacer posible la propia evolucin personal de cada uno de nosotros. Es necesario establecer programas, metodologas de investigacin y tcnicas de intervencin que permitan recuperar nuestra capacidad de vincularnos, de reencontrarnos, de fiarnos y de confiarnos en la mirada y la accin de cada uno de nosotros mismos, de nuestros familiares, de aquellos que se integran en los grupos a los que pertenecemos, y finalmente, de las comunidades en las que nos integramos y que nos permiten realizarnos.Se trata de fortalecer la confianza en uno mismo y en los dems, desarrollar nuestro empowerment, nuestras capacidades personales, grupales y comunitarias. Y para ello, es necesario vincular a las personas a sus redes de pertenencia. En el ejemplo con el que comenzbamos en el inicio de este captulo, el proyecto para la educacin para la paz en Nicaragua y Guatemala, en el cuestionario se preguntaban aspectos bsicos de sus redes de pertenencia, de sus comunidades, para poder actuar reforzando dichas redes de pertenencia y afrontando comunitariamente el problema de la violencia en el seno de la familia. Desde una perspectiva basada en los derechos de la ciudadana, la participacin en proyectos comunitarios pone de relieve hasta qu punto los derechos sociales y las obligaciones sociales van unidas: en la preocupacin por los derechos propios y de los dems, debatiendo y analizando la educacin, se objetiva rpidamente la necesidad de contribuir a la financiacin del sistema educativo de la comunidad. Tenemos derechos, s, pero tambin tenemos obligaciones. Nuestros derechos, si no nos organizamos estructuralmente para garantizarlos, transformndolos en capacidades, en los trminos formulados por Sen (Sen 2010), dejan de serlo. Igualmente, nuestras obligaciones, para hacer posible el ejercicio de dichos derechos, sino se cumplen y se organizan adecuadamente, hacen imposible su ejercicio prctico. La emancipacin de cada persona no puede lograrse sin vnculos, sin una comunidad a su vez emancipada. Quizs la excesiva lejana entre el individuo aislado y el Estado al que se considera un extrao, ha llevado a justificar la evasin de impuestos, y tambin la reduccin de prestaciones, como si fueran una simple decisin graciable de un ente lejano, que pierde legitimidad progresivamente, como la pierden tambin quienes lo dirigen, la clase poltica.Recuperar el vnculo entre ciudadanos, Estado, y clase poltica, exige una revitalizacin de la experiencia de lo comunitario, una mayor proximidad a las preocupaciones de los dems, y una participacin ms activa en las decisiones. la democracia se sustenta en la preocupacin por el otro, por los con-ciudadanos, y, para preocuparse, hay que ocuparse de aquello que nos preocupa. La exaltacin del individualismo, la complejidad de la burocracia, y la profesionalizacin de la poltica como actividad, ha llevado, en sociedades de consumo de masas, a una cierta indiferencia hacia lo pblico, que no se ha materializado en un abandono de las preocupaciones, sino en una deslegitimacin de la actividad poltica, de la actividad comunitaria, y por lo tanto, de la propia democracia representativa. Podramos preguntarnos, como pequeo test sobre nuestra predisposicin a trabajar por el bien comn (que tambin es el nuestro), si estaramos dispuestos a ser nombrados presidentes de nuestra comunidad de vecinos, y dedicarle el tiempo necesario... Necesitamos revitalizar nuestros vnculos, la preocupacin por los otros y la dignidad de la vida pblica. Y para eso, es necesario el Trabajo Social comunitario.El tercer gran reto que hay que afrontar en los prximos aos podemos formularlo de la siguiente manera: la reinvencin del Trabajo Social en un entorno de crisis (Featherstone 2011). El Trabajo Social como profesin, y el Trabajo Social como disciplina cientfica que da soporte y permite el desarrollo de la profesin, (introduciendo estndares cientficos de evaluacin, diseo, intervencin y evaluacin final de los resultados obtenidos), tiene que hacer frente a un doble proceso. Por una parte, la redefinicin de las polticas sociales y sus profesionales en un entorno diferente al de las dcadas centrales del siglo XX. Se demandan nuevas derechos y, consiguientemente, nuevas prestaciones. A la vez, se produce una burocratizacin de la profesin, identificada con la ges tin de dichas prestaciones, y, en el caso espaoles limitado nmero de trabajadores sociales lleva a que la mera gestin de las prestaciones se convierta en su actividad profesional ordinaria, agotando en ella su tiempo de trabajo. Por otra parte, los recursos disponibles disminuyen, y en un contexto en el que pareca que el aumento de recursos era la norma, nos encontramos con una mayor precariedad en la financiacin. Y, consecuentemente, con una mayor precariedad en la carrera profesional de los trabajadores sociales, que desempean su actividad en instituciones pblicas o privadas obligadas a reestructurarse. El aumento de los problemas, derivados tambin de la mayor proporcin de personas solas en una sociedad que mitifica el individualismo, el aumento de la exclusin social, y la precarizacin de las condiciones de vida de sectores cada vez ms amplios de la poblacin, tambin introduce nuevas demandas a las que hacer frente.Y, en ltimo lugar, podemos sealar la transformacin de los modelos de ges tin, que, con menos recursos, deben hacer frente a mayores problemas, y en los que se introducen criterios de eficiencia importados del sector privado. Tienen que readaptarse en funcin de los objetivos de las polticas sociales, de la condicin de ciudadanos de aquellos que acuden a los servicios sociales, y tambin de la evolucin y requerimientos de los profesionales del Trabajo Social. Una de las formas de adaptarnos a la crisis (y tambin a la presin neoliberal que defiende una menor intervencin del Estado), que se ha consolida do en los ltimos aos, es la siguiente: la transferencia al sector privado, o al sector asociativo, de un nmero mayor de recursos, prestaciones y servicios. Por ejemplo, en vez de favorecer la creacin de guarderas pblicas o privadas concertadas, directamente se entrega una prestacin econmica a las madres al dar a luz, como ocurri en Espaa desde 2008 hasta 2010. Es decir, se favorece la solvencia y la capacidad de pago de las personas, para que puedan contratar servicios privados, frente a otras opciones que permiten crear o recrear instituciones que permitan resolver dichas necesidades. El riesgo real de este tipo de ayudas es volver a instaurar un cierto asistencialismo (si se entregan solo a determinados colectivos, y se visualiza como ayuda por el resto de la poblacin),abandonar las polticas redistributivas, eje de cualquier democracia avanzada (como ocurre cuando se entrega esa ayuda de forma indiscriminada sin tener en consideracin la renta disponible, como ocurri en Espaa durante la vigencia de la ayuda de los 2400 euros a la natalidad), y finalmente reducirse o eliminarse cuan do no se cuenta con la financiacin suficiente. los trabajadores sociales hemos experimentado a lo largo de ms de cien aos que la institucionalizacin ayuda a mantener los servicios que se prestan a lo largo del tiempo, y que es mucho ms difcil cerrar un hospital, o una guardera, que suprimir una prestacin monetaria. No solo se transfieren servicios al sector privado, tambin se transfieren al sector asociativo. En este caso, las asociaciones se han convertido en un sector en el que se incorporan trabajadores sociales. Tanto para sus programas como para conseguir la financiacin, los movimientos asociativos recurren a dinmicas que ponen de relieve la vigencia del trabajo social comunitario, ya que, aunque su objetivo sea propio del trabajo social con casos o con grupos, su dinmica interna, y su relacin con la comunidad en la que se desarrollan, nos remiten a la metodologa del trabajo social comunitario. Las asociaciones permiten recrear vnculos sociales, y siempre han constituido uno de los motores de la vida comunitaria. En nuestro caso, por ejemplo, como patrono de la Fundacin Abracadabra Magos Solidarios, hemos conseguido en los ltimos cinco aos realizar sesiones de magia gratuita en la mayor parte de los hospitales infantiles (o las secciones correspondientes en hospitales) de Espaa, Nicaragua y Kenia. Todas las semanas. Para ello, nos hemos movilizado un conjunto de personas interesadas, magos, acadmicos, letrados, jueces, etc., compartiendo una preocupacin comn, la atencin a la infancia, y creando casi sin infraestructura una fundacin que realiza al ao ms de 1200 sesiones de magia. A la vez, para conseguir recursos, hemos organizado con nuestros magos cursos de magia en las empresas patrocinadoras, y hemos recibido incluso la atencin de la casa real, recibindonos Doa Leticia en el Palacio de la Zarzuela en el agio 2011.-La capacidad de crear vnculos, de generar un movimiento conjunto para alcanzar un objetivo, en una comunidad que es en este caso la comunidad de los magos y de las personas interesadas en favorecer el bienestar de los nios hospitalizados, implica establecer mecanismos de toma de decisiones, protocolos de actuacin, bsqueda de financiacin, evaluacin de los resultados obtenidos, en un entorno en el que la colaboracin de cada uno de los patronos es gratuita, derivada, como hemos ya citado al comentar la perspectiva de Sennett, de la pre ocupacin por el otro. Y en el que el placer de compartir la actividad, la cooperacin altruista que define el tiempo que nos dedicamos, permite no solo elevar el bienestar de aquellos a quienes se dirige la actividad, sino tambin recuperar y potenciar nuestra propia identidad como ciudadanos, nuestra propia condicin de sujetos, y, en definitiva, nuestra humanidad. En este sentido, la revitalizacin de los vnculos comentarios entronca directamente con la preocupacin tica caracterstica del Trabajo Social. Los valores del Trabajo Social, humanistas (dignidad de las personas, ciudadana, respeto, etc.), democrticos, y tambin competentes (deontologa, eficacia y competencia en el ejercicio de la profesin, rigor, responsabilidad), estn presentes en cualquier proyecto de Trabajo social comunitario, y a la vez son demandados para contribuir a mejorar nuestra convivencia democrtica y nuestra sociedad.El cuarto gran reto para la renovacin del Trabajo Social comunitario tiene que ver con la utilizacin de las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin. Cierta burocratizacin, individualizacin y aislamiento en nuestras sociedades urbanas, complejas, coinciden con un modelo prestacionista en el que la carga de trabajo burocrtica favorece que la actividad profesional del trabajador social se orienta hacia la mera gestin de prestaciones. La intervencin social comunitaria perda vigor, a la vez que los cauces de participacin democrtica se reducan a las reclamaciones a los partidos polticos, la participacin en las elecciones, y el papel que juegan los sindicatos. Volcados en el consume, en una sociedad de masas con cierto nivel de bienestar y una visin individualista y competitiva de las relaciones con los dems, la participacin, clave de la democracia y tambin clave de la vida comunitaria, se difuminaba, a la vez que la poltica se profesionalizaba y se alejaba de la vida cotidiana de la poblacin. La consecuencia clara ha sido, desde nuestro punto de vista, la desafiliacin a partidos polticos y sindica tos, y la falta de participacin en actividades colectivas. Sin embargo, las nuevas tecnologas han roto ese escenario: las redes sociales nos permiten, (como ha puesto de manifiesto el movimiento de los internautas contra la ley Sinde y el canon digital, o el movimiento del 15 M en Madrid primero, y despus en toda Espaa), salir del anonimato y vincularnos con los afines. Permiten acelerar la difusin de noticias, permiten nuevas formas de votacin y participacin a travs de los medias de comunicacin electrnicos. Permiten realizar convocatorias y movilizar a personas que, de otro modo, no accederan con tanta facilidad a la informacin. Y, sobre todo, permiten que los que participan en dichas redes socia les se sientan protagonistas de su historia, la compartan (desde fotos hasta ideas o manifiestos), encuentren un altavoz para sus demandas, y puedan recuperar sus vnculos sociales perdidos en el anonimato de la vida urbana.La respuesta de los trabajadores sociales no puede ser otra que disear lo que denominamos el trabajo social en la red (Lpez Pelez). Por ejemplo, en el mbito del Trabajo Social con grupos se diseaban hace mas de 40 aos dinmicas de grupos basadas en el telfono, y ahora, con las nuevas tecnologas de comunicacin, todo es ms fcil: puedes verte en Internet, puedes encontrar aquellos que coinciden o discrepan con tu forma de pensar, puedes quedar en un lugar fsico o virtual, puedes agruparte y puedes buscar informacin, y todo ella en tiempo real. Internet se est colonizando con las reglas de juego de nuestras sociedades avanzadas, y desde la pornografa hasta los casinos virtuales, se reproducen nuestras formas de vida. Hay que ocupar ese espacio virtual y redefinir nuestras metodologas para disear el trabajo social comunitario en la red y a travs de la red. En la red sedan nuevas y viejos procesos de exclusin, y a la vez, a travs de la red podemos reforzar nuestros vnculos comunitarios.5. EL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO ANTE UNA CATSTROFE: EL CASO DE JAPN (Lpez Pelez y Segado Snchez-Cabezudo):A continuacin, presentamos algunas reflexiones sobre la sociedad japonesa, que ha respondida de forma ejemplar a las consecuencias trgicas del terremoto y posterior tsunami y catstrofe de la central nuclear de Fukushima. Si hay una sociedad en la que los vnculos comunitarios son extremadamente fuertes, en los que la preocupacin por la calidad de vida de ancianos y nios es una constante, y en la que se afrontan los problemas de forma colectiva, esa es la sociedad japonesa. Y lo ha vuelto a poner de relieve, una vez ms, el terremoto, el tsunami, y el posterior accidente nuclear de la central de Fukushima, en el ao 2011. Aunque cualquier caracterizacin es problemtica, podemos analizar los vnculos comunitarios en Japn diferenciando cuatro mbitos:-En primer lugar, la importancia de la comunidad. La preocupacin por el bienestar de los dems, por la comunidad como tal, entendido como clave para la Propia realizacin personal. En la sociedad japonesa, el vnculo con lo comunitario comienza en la escuela. Para integrar los aspectos acadmicos con la educacin social y el vnculo con la comunidad, nios y profesores limpian juntos el colegio, y tambin se preocupan de mantener sus mochilas. Y esto no solamente en situaciones normales, sino bajo la intensidad de una gran catstrofe, a la que responden organizndose y colaborando:Aqu les parece esencial que los ciudadanos consideren su lugar de trabajo y los lugares pblicos como propios, y estiman que limpiar el colegio es el principio de ese sentimiento abstracto y difcil de inculcar solo con palabras. Tampoco hay monitores para la hora de la comida, sino que son los propios nios y los maestros los que se encargan por turnos de servir y de que todo este recogido al final. (...). Los nios deben aprender a ser responsables de sus casas y a que no venga nadie detrs a limpiar lo que dejan (Sanz Yage)Se aproxima el comienzo del curso, aunque este tenga que ser pospuesto en las zonas afectadas. Esto no impide que los maestros estn completamente dedicados a intentar que el curso comience con la mayor normalidad posible. Para empezar, vimos al director de un colegio destrozado, de traje y corbata llamando a la puerta de cada casa de los alumnos de sexto cuya ceremonia de graduacin no pudo celebrarse. Entraba en la casa y entregaba formalmente el diploma al nio ante la mirada llorosa de sus padres, quienes aplaudan. A cada uno de los nios le deca que deber esforzarse a partir de ahora para seguir con sus estudios. Mientras, los maestros limpiaban de barro las mochilas. Debo aclarar que la mochila es un elemento simb1ico de gran importancia. Son de cuero,' con pequeas variaciones de color, todos los nios de primaria llevan la misma. Se compran el primer ao, y duran los seis aos de la escuela. Comprar la mochila es todo un rito que supone la puesta de largo del nio que comienza el colegio. Es un smbolo de la condicin del nio como estudiante de primaria. Esta semana he visto a los maestros repartir una por una las mochilas que han podido rescatar. La insistencia en que los nios puedan rehacer su vida sin demora es conmovedora. Voluntarios impartiendo clases, reparto de libros, reubicacin de estudiantes en colegios e institutos distintos. (...). Me gustara resaltar que todas estas personas, el constructor, el empresario, los maestros, el director de la escuela, el cartero y todos los dems que me dejo en el tintero por falta de espacio, han perdido familiares, amigos, y la mayora de ellos, su casa. Ponerse a trabajar en estas condiciones es no solo heroico, sino muestra de la generosidad ms pura que he vista jams" (Sanz Yage).-En segundo lugar, la dignidad de los otros. El respeto absoluto a los dems, a sus propiedades y a su dignidad. Un respeto que comienza por respetarse a s mismo, por asumir la propia responsabilidad. La responsabilidad individual no puede alentarse sin tomar en consideracin a los otros, ya que se define por cmo realizamos nuestras acciones, que siempre afectan a los dems, porque somos seres sociales y vivimos en comunidad. la integridad en relacin con uno mismo y con los dems, lo que implica realizar a fondo y bien la tarea encomendada, y responsabilizarse de lo que a cada uno le compete, es la clave para que, en medio de una catstrofe que pone a prueba los vnculos sociales, no se d ni un solo caso de pillaje.Imagine un mundo en el que se pudiera dejar la bicicleta sin candado a la puerta de un restaurante en el centro de una gran urbe a la hora ms transitada del da y encontrarla en su sitio al salir de comer. Imagine un mundo en el que pudiera olvidar su bolso en la parada del autobs y encontrarlo horas ms tarde en el mismo lugar (...).Sobre todo, imagnese que esto no se hubiera conseguido por medio de una dictadura de frreas leyes contra el crimen, ni con liderazgos religiosos que amenazan con latigazos, mutilaciones o lapidaciones al sorprendido en el delito. Conciba ese mundo imaginario como un lugar en el que tampoco se lograrse tal seguridad ciudadana mediante patrullas policiales constantes. Imagnese que esta confianza mutua fuese producto sencillamente de la honestidad individual y del respeto generalizado de unos seres humanos hacia otros, de una conciencia ciudadana donde ese respeto al prjimo fuese la norma y no la excepcin. Visualice una vida diaria as y experimente en su imaginacin la tranquilidad, la ligereza de espritu derivadas de tal actitud ante la propiedad individual y la integridad fsica y emocional del otro, y la falta de estrs que supondra no tener que desconfiar constantemente de los que le rodean. Imagnese la calidad de vida que aportara esa pequea diferencia entre la candidez ms absoluta y la desconfianza constante con sus semejantes (Sanz Yage).-En tercer lugar, las celebraciones comunes, que refuerzan la cohesin de la comunidad, al compartir el ocio y reforzar los vnculos. En cada contexto, los motivos para reunirse, festejar y consolidar las relaciones presentan caractersticas muy diferentes. Es claro que en nuestro entorno cultural, en torno al deporte se desarrollan programas especficos de intervencin social, con el objetivo de favorecer la socializacin de los jvenes, fortalecer valores como el esfuerzo, el sacrificio, o la creatividad, y crear tambin mbitos para el disfrute asociado al ocio, la alegra y la jovialidad. En el caso japons, es interesante destacar que tienen ms das de vacaciones fuera del periodo estival que pases como Espaa o EEUU: quince fiestas nacionales al ao, frente a las ocho de Espaa. Estos das permiten celebrar juntos aspectos bsicos para la cohesin social y la identidad japonesa. Junto a fiestas como el Da del verdor de la naturaleza, o el Da del mar, en Japn se celebra el Da de los Ancianos, dedicado a conmemorar el respeto a los ancianos. En cualquier proyecto de intervencin social comunitario, es importante celebrar como tal comunidad los acontecimientos relevantes. Hay que introducir el ocio compartido, la alegra y la festividad en nuestras dinmicas comunitarias, incluyendo el deporte o las actividades gastronmicas colectivas. En el caso japons, el reconocimiento a los ancianos forma parte nuclear de su sentido comunitario: ellos eran, antes, como nosotros, y nosotros seremos, despus, como ellos. Los ancianos dedican gran parte de su actividad al voluntariado, al conocimiento y al trato afable con quienes les rodean, afrontando la vejez con gran fortaleza. A la vez la sociedad les toma en consideracin como parte sustancial de la misma sin expulsarlos de la condicin de ciudadanos ni relegarlos a la invisibilidad como a veces sucede en las sociedades occidentales. Su actitud jovial e independiente se celebra colectivamente, y colectivamente se les reconoce como personas a las que respetar y considerar. El vnculo entre generaciones juega un papel muy importante en cualquier sociedad, y la cohesin y sentido que se deriva de su mutua pertenencia es muy relevante en el caso japons.-En cuarto lugar, el vnculo basado en la reciprocidad altruista, en el reconocimiento de la gratitud ante lo que los dems nos entregan, porque nos tratan como ciudadanos, independientemente de su precio en el mercado, o de la importancia de la actividad. La comunidad no es una mera asociacin para el intercambio de bienes y servicios, ni se basa solamente en la contratacin o el mercado. Hay que crear vnculos que favorecen la lealtad comn, la honradez y la reciprocidad altruista, que confa en la conciencia ciudadana de nuestros iguales. En este sentido, la sociedad japonesa valora los vnculos comunitarios, y cuando se hace lo que se debe, tambin sedan las gracias, tambin se est en deuda tambin se refuerza el vnculo. En este sentido, su respuesta a la catstrofe muestra la capacidad de la comunidad para afrontar retos, y los lmites del individualismo exasperante que se niega a considerar nuestros vnculos comunes.En la estructura social de Japn, no se da por hecho que el servicio que ofrece un trabajador (en el caso del tsunami, los soldados que ayudan), no es un derecho, sino un privilegio que hay que agradecer. No importa el sufrimiento personal que se est atravesando, el centro no es uno, sino la colectividad que lo ayuda. A su vez, el empresario, que se encuentra en una posicin superior -se puede pensar que privilegiada de alguna manera- sabe con certeza que no ha llegado a ella sin ayuda de los que estn por debajo (sus trabajadores), a quienes tambin agradece su lealtad. No se olvida tampoco del esfuerzo de sus antepasados por sacar adelante la fbrica y es consciente de su responsabilidad en mantenerla. Aqu el egocentrismo y la arrogancia son siempre secundarios (Sanz Yage)LECTURAS RECOMENDADAS-Textos:Los elementos bsicos que hay que tomar en consideracin para formular una definicin del Trabajo Social Comunitario son los siguientes:-En primer lugar, el objeto de nuestra disciplina. Se trata de un complejo conjunto de problemas y oportunidades que presentan las siguientes caractersticas: afectan a personas y comunidades; no pueden ser resueltos de forma individual; en su propia gnesis nos remiten a la configuracin estructural de nuestras sociedades; y requieren un abordaje basado en el mtodo, la preparacin, la planificacin sistemtica y la evaluacin de los resultados obtenidos.-En segundo lugar, el horizonte de valores desde los cuales podemos analizar la realidad y detectar problemas que en otros momentos de la historia, pudieron quedar ocultos. Nos referimos a la ciudadana democrtica, basada en la igualdad, la dignidad y la libertad de todas las personas. Este primer principio opera como principio interpretativo para analizar las oportunidades, y para describir los retos a los que nos afrontamos en la materializacin de los valores democrticos, hasta convertirlos en un elemento cotidiano de nuestras vidas y de nuestras instituciones.-En tercer lugar, el mtodo cientfico aplicado especficamente a nuestra rea de conocimiento, y que est basado en el rigor tcnico, el diagnstico profesional, el autodiagnstico de la comunidad, la evaluacin continua y la evaluacin final. En la aplicacin de la metodologa del Trabajo Social Comunitario. Hay que favorecer la participacin, la implicacin, la negociacin, la planificacin, y el dialogo de todos los afectados, para generar un proceso de cambia comunitario que tambin conlleva, desde el primer momento, un enriquecimiento de la personalidad de los participantes.-En cuarto lugar, una dinmica comunitaria que est orientada a desarrollar tanto personal como comunitariamente el conjunto de habilidades, valores y competencias necesarios para crear y sostener una comunidad, que afronta retos, oportunidades y problemas desde la accin colectiva. En este sentido, el trabajador social comunitario tiene que formarse adecuadamente para adquirir las habilidades y competencias necesarias para trabajar con una comunidad, sabiendo enfrentarse a los problemas relacionados con la distribucin del poder, la consecucin o no de objetivos a lo largo de tiempo, y otras cuestiones que analizaremos a lo largo del libro. Tambin tiene que diagnosticar el capital social del que disponen personas y comunidades, y establecer estrategias para aumentar su densidad relacional. Es importante, desde este punto de vista, saber diferenciar entre los propsitos especficos de cada proyecto, y el propsito general (enriquecer ese nivel relacional), ya que de lo que se trata es de generar un proceso de cambio que se sostenga en el tiempo, y permita reorientar la accin comunitaria hacia nuevas objetivos.Teniendo en cuenta estos 4 elementos, podemos definir el Trabajo Social Comunitario como: aquella disciplina, dentro del Trabajo Social, que parte de los valores de la ciudadana democrtica, se basa en la metodologa cientfica, aborda problemas que demandan una respuesta colectiva de la ciudadana, se aplica a travs de un proceso de diagnstico, planificacin, organizacin, desarrollo y evaluacin de una accin comunitaria, y conlleva un proceso de enriquecimiento (empowerment) personal y comunitario.**************** FIN DEL CAPTULO 1 *******************CAPITULO 2: ESTADO DEL BIENESTAR Y TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO: REPENSANDO LA COMUNIDAD, GLOBALIZACIN Y NEOLIBERALISMO1. INTRODUCCIN:Como hemos visto en el captulo primero de este libro, el Trabajo Social comunitario, y lo que implica (la capacidad de organizacin colectiva para hacer frente a retos estructurales, y el enriquecimiento de personas y grupos derivado de la interaccin comunitaria) se ha convertido en una especialidad muy relevante para los profesionales del Trabajo Social en el siglo XXI. En este captulo vamos a profundizar en el concepto de Comunidad, y en los desafos y consecuencias que se derivan de la globalizacin y del neoliberalismo. A continuacin, presentaremos, como conclusin de los dos primeros captulos, un declogo para la intervencin social desde la perspectiva del Trabajo Social comunitario, que nos va a permitir, en los siguientes captulos, analizar experiencias concretas de intervencin basadas en la metodologa del Trabajo Social comunitario.2. LA IDEA DE COMUNIDAD:El concepto de Comunidad tiene una larga tradicin y un lugar central en el desarrollo de las Ciencias Sociales, la Sociologa y del Trabajo Social. Los tres socilogos ms influyentes del siglo XIX: Marx, Durkheim y Weber consideraron la transformacin social de la comunidad en sus diferentes formas una cuestin fundamental de la sociologa. Estos pensadores se enfrentaron a la comprensin de la irrupcin en el orden social de su tiempo: industrializacin, urbanizacin, emergencia del capitalismo y como estos fenmenos provocaban el cambio y la reorganizacin social de la comunidad y la vida comunitaria.A principios del siglo XXI nos enfrentamos de nuevo a cambios que es necesario comprender y afrontar debido a sus consecuencias en la organizacin social ahora a escala planetaria, sea nuestro tiempo globalizado social y econmicamente la continuacin de una tendencia de largo alcance o parte de una transformacin funda mental: la globalizacin, la creciente tecnologizacin de la realidad -gracias a las nuevas tecnologas de las comunicaciones e Internet-, la crisis y hegemona -simultneamente- del capitalismo neoliberal y la persistencia de las desigualdades econmicas y sociales.Reflexiones sobre la evolucin social y humana aparecen a lo largo de toda la historia del pensamiento en Platn, Vico, Mandeville, Hume, Smith, Saint-Simn, Comte, Marx, Spencer, Durkheim, Tnnies, etc. Aunque sus pensamientos pueden ser radicalmente desiguales, a todos les une la identificacin de la evolucin desde las organizaciones sociales relativamente simples y uniformes -caracterizadas por una escasa o inexistente divisin del trabajo- hasta organizaciones sociales marcadas por una creciente divisin del trabajo y aumentos significativos de la poblacin. Dos grandes lneas tericas divergen en la interpretacin de esta concepcin comn: a) las teoras que intentan entender las inevitables leyes de la evolucin social, y b) teoras que interpretan la evolucin social como un proceso no intencional, generada por la espontanea combinacin de las acciones individuales.Durkheim, Marx, Tnnies y Weber no estaban de acuerdo en la naturaleza de la transicin de las comunidades reguladas por la costumbre a la sociedad de masas, en definitiva desde la Gemeinschaft a la Gesellschaft. Pero a pesar de las divergencias sobre la naturaleza, la inevitabilidad o la deseabilidad de las consecuencias del cambio social, estaban de acuerdo en que se enfrentaban a una profunda transformacin de las relaciones sociales debido a la emergencia del individuo como sujeto social intencional.Las ideas de Durkheim estn influidas por el evolucionismo propio de finales del siglo XIX. De Auguste Comte mantiene la visin holstica de la sociedad, de Herbert Spencer la idea de la creciente divisin del trabajo y la diferenciacin hacia la complejidad como fuerza motriz de la evolucin social. Desde su perspectiva, la utilidad de una institucin, de la familia, la comunidad, la religin, que cubren las necesidades de las personas o realizan una funcin para la sociedad, no es condicin suficiente para la explicacin de su existencia. Este tipo de instituciones refuerzan la adhesin de las personas a los valores sociales centrales, y por ella contribuye al mantenimiento de la cohesin social (Giddens). Para Durkheim un sistema social cohesionado, caracterizado par el dominio del consenso normativo, la interrelacin de las partes y el control social institucional deba promover el bienestar de sus miembros (Durkheim). Para l la creciente divisin del trabajo expanda la escala de la sociedad y disminua la centralidad territorial de la organizacin social alrededor de las comunidades, por lo que nuevos grupos sociales acabaran tomando el lugar de las unidades territoriales basadas en la organizacin de las comunidades.Para Durkheim una sociedad compuesta de un nmero infinito de individuos desorganizados, constituye una verdadera monstruosidad sociolgica, lo que no slo le pareca indeseable, sino que pensaba que era imposible. As que, para contrarrestar ese riesgo son necesarios toda una serie de grupos secundarios sociales que integren a los individuos en la dinmica general de la vida social y que tengan un poder moral y normativo capaz de contener los egos individuales. Para Durkheim la forma en que el poder moral de las comunidades se expresa no est slo limitando a los individuos sino que tambin expresa sus identidades, temores y ambiciones colectivas.La Sociologa contempornea sigue manteniendo en su ncleo como disciplina, la definicin -por problemtica que pueda ser- y comprensin de la Comunidad como una forma clave de organizacin social, tanto desde el punto de vista de su existencia formal como desde la experiencia directa para las personas. Al mismo tiempo, como contrapeso la individualidad -que est basada y depende del contexto social- nos enfrenta a la corriente dominante de maximizacin de la idea de libertad individual que conlleva la idea liberal radical de un yo desvinculado, ideario criticado ya que fomenta un comportamiento antisocial y lleva a socavar las propias condiciones sociales existentes.3. LA DEFINICIN DE COMUNIDAD:La definicin de Comunidad ha sido y es problemtica por mltiples razones. La comunidad es un trmino polismico que designa tanto a los individuos y grupos que la conforman como a las relaciones que existen entre ellos. As, segn el contexto de utilizacin, la idea de que es una comunidad puede denominar tanto un conjunto reducido en nmero con una limitacin geogrfica concreta como uno ms amplio que abarca a personas a partir de sus intereses, problemas, afinidades independientemente de su dispersin geogrfica. Este ltimo aspecto se ha vista amplificado debido tanto a los efectos de la globalizacin como de las nuevas tecnologas de la comunicacin e informacin y la sociedad red. Por lo que la idea de comunidad, de rpida comprensin intuitiva, pero difcil aprehensin para su definicin se presenta como un reto que podemos considerar en diferentes vertientes. No obstante, para no hacer de la misma bsqueda un sinsentido, hay que partir de un consenso de mnimos alrededor de tres elementos definitorios bsicos de comunidad a partir de la literatura existente: a) que exista interaccin social entre individuos, b) que los individuos compartan al menos un vnculo de unin, copertenencia o afiliacin orientado a la satisfaccin de algn tipo de necesidad y c) que exista un espacio contextual compartido. Siendo este ltimo elemento el menos relevante de los tres, ya que el territorio no se presenta como una condicin necesaria ni suficiente para la existencia de una comunidad, que pueden ser definidas tanto en trminos relacionales o territoriales-contextuales si estn presentes el resto de elementos.Desde el Trabajo Social Comunitario pueden definirse objetivos parciales para el conocimiento de una comunidad antes de intervenir en ella. Desde el punto de vista de cmo abordar la comunidad y adquirir los conocimientos imprescindibles previos a cualquier intervencin se hacen necesario el dominio por parte de los Trabajadores Sociales Comunitarios de una serie de tcnicas y procedimientos, bsicamente cualitativos, con el objetivo de comprender la complejidad del mundo social dentro de una comunidad y sus relaciones con otras comunidades y la sociedad. Las diversas prcticas de investigacin enfatizan la necesidad de un estar alii, como los etngrafos clsicos, cerca de los miembros de la comunidad, intentando comprender como conforman su imagen del mundo y de ellos mismos.Las principales cuestiones alrededor de la comunidad en las Ciencias Sociales se vertebran alrededor de cules son las caractersticas distintivas y definicin de comunidad; las bases reales de la experiencia comunitaria y el proceso de integracin de individuos en la comunidad; las funciones y los objetivos de la comunidad; cules son las unidades de la estructura social dentro de la comunidad y de las relaciones e interacciones entre ellas; las bases econmicas y sociales de la estructura social de la comunidad; las relaciones y diferencias entre la estructura interna de la comunidad y las estructuras macrosociales externas a la comunidad; la relacin entre experiencia individual y conducta y la experiencia comunal) e comportamiento; las causas y procesos de transformacin desde la comunidad a la sociedad; y los procesos de adaptacin y persistencia de comunidad frente al cambio social.3.1. La Comunidad proyectada hacia el pasadoAlrededor de la idea de Comunidad existen un buen nmero de ideas inerciales que pueden distorsionar la adecuada comprensin para un adecuado anlisis cientfico social desde el Trabajo Social. la primera, es el inevitable riesgo asociado a la idea de comunidad perdida, a la idea una poca comunitaria dorada en el pasado, que pervive en el imaginario colectivo y que es presentada desde la nostalgia o el sentimiento de prdida que conforma el mito de pasado dorado. Cada poca construye una representacin de la comunidad ideal para un periodo y viene a ser un lugar comn en cada poca mirar atrs en el tiempo en un cierto bucle melanclico hacia una comunidad mtica perdida e indefectiblemente en estado de crisis en el momento histrico desde el cual se hace la valoracin de la supuesta perdida. Esto es importante ya que en cada poca persiste un malestar con la experiencia de la imagen de s misma, Se dira que no hay poca que no se haya vivido a s misma sino en trminos de quiebra o crisis o, en el mejor de los casos, de transicin e incertidumbre. Y que no haya interpretado tal condicin sino como hito o como un tiempo inevitable y doloroso en el camino hacia un futuro mejor o, contrariamente, como decadencia, ocaso y prdida desgarradora de los valores y equilibrios de alguna edad de oro ms o menos mtica. Es ese tambin nuestro caso? Es posible. Y de serlo efectivamente, lo sera, con todo, en un marco global de complejidad nueva y apenas abarcable ya con las claves usuales o en trminos de disyuntivas ms o menos simples (Muoz).Con la representacin de la idea de comunidad sucede algo semejante a la representacin de la idea de familia, que de forma recurrente se plantea una poca dorada de las familias en el pasado. la soci1oga estadounidense Stephanie Coontz demostr, por ejemplo, cmo no existi nunca en la historia de EEUU una edad dorada mtica de la familia, que en el imaginario colectivo de su pas est asociada a los aos 50,sino que fue una construccin de la industria cinematogrfica de Hollywood (Coontz).Para la antroploga Martine Segalen, la forma de desmitificar este tipo de discursos es reconociendo, en un primer momento, que no es una novedad. A lo largo de todo el siglo XIX este tema es recurrente. La industrializacin atraa hacia las ciudades masas de obreros desarraigados y proletarizados: el nmero de abandonos de nios, as como el de hijos ilegtimos, se incrementa al igual que la delincuencia juvenil. La inestabilidad familiar de las clases trabajadoras preocupaba a las clases dominantes, que desean reafirmar el poder de la familia (Segalen). La visin retrospectiva tiende a concentrarse en elementos de sentimentalidad y los discursos que plantean la prdida, tienden a soslayar que la comunidad tambin es un espacio de reproduccin de las relaciones sociales y desigualdades derivadas de las divisiones de gnero, clase, etnia, etc. Que necesitan ser afrontadas y no slo reclamadas como deseables.La idea de comunidad en cada poca puede ser invocada desde una amplia variedad de formas por diferentes grupos de inters que pueden tender a definir la comunidad en trminos de crisis, prdida o conflictos basados en clase, raza, edad, genero, idioma, valores, orientacin sexual, discapacidades, etc. Esos grupos de inters a travs de los medias de comunicacin u otras instituciones pueden tender a intervenir en la vida comunitaria de forma performativa. Por tanto, como cientficos sociales los Trabajadores Sociales Comunitarios tambin deben ser capaces de identificar cmo, en cada etapa social, los discursos alrededor de la idea de comunidad por medio del lenguaje -veremos ms adelante el concepto de marcos del lenguaje o marcos lingsticos de George Lakoff- se introducen en el debate colectivo valores que pueden responder a esos grupos de inters, y pueden estar alimentando y justificando una determinada forma de agenda poltica.Un ejemplo en el pasado fue la guerra a la pobreza en los EEUU durante los aos 60, presentado como un Community Actin Programme (CAP) and Operatin Head Start que cuando fue investigado y evaluado se concluy que haba ido esencialmente una serie de proyectos con gran visibilidad, bajos costes y modesta redistribucin (Rose y Ashcroft) cuya agenda poltica finalmente no era el fortalecimiento de las comunidades sino la regulacin de los pobres a travs de la inclusin y una modesta redistribucin, experiencia que fue identificada como positiva y suficiente, a su vez, para ser exportada a Gran Bretaa.Las comunidades son interpretadas e identificadas como repositorios de valores y la reivindicacin de la comunidad adquiere una significativa fuerza moral tambin, de forma regular, en el discurso contemporneo. Un caso de uso simblico de la idea de comunidad desde el discurso poltico, por ejemplo, se puede encontrar en el discurso pronunciado por Tony Blair, en 1998 en la Conferencia Anual del Partido laborista, donde se presenta la idea de One Nation. One Community, la nacin comunidad, la justicia social, la cooperacin, la igualdad y la diversidad dando por acabado el individualismo de los aos 80 a favor del espritu de la comunidad como una nueva poca; y remarcando el rol principal de la comunidad para afrontar los problemas sociales en tiempos de dificultad.La Tercera Va del nuevo laborismo britnico en los aos 90, ampliamente adoptada por otros pases, se present como una cruzada poltico-moral comunitaria contra la irresponsabilidad y desviacionismo en la comunidad, tratando de mantener la proteccin social y la solidaridad, pero a un menor coste social (Stpeheny y Popple). As, en la prctica, subyacente al discurso, el gobierno del Reino Unido buscaba la renegociacin de un nuevo contrato social con las clases medias (los partidarios incondicionales de los gobiernos conservadores previos de Margaret Thatcher y John Major) dicindoles que sus impuestos, ganados duramente ,seran bien usados con una amplia modernizacin y mejora de los servicios pblicos, (Stpeheny y Popple). La Tercera Va mantuvo el discurso comunitario y de defensa del estado del bienestar, aunque en la prctica poltica supuso la creacin de importantes restricciones y condicionamientos para el acceso a los servicios de bienestar y una orientacin al mercado propia del neoliberalismo, con un discurso moral de tolerancia cero, hacia los usuarios, reforzando el creciente nfasis del individualismo sin abordar el comunitarismo ni los problemas endmico estructurales de injusticia social y desigualdad.Desde el Trabajo Social Comunitario es necesario poder identificar y tener presentes este tipo de usos de la idea de comunidad, como construcciones culturales e intencionales, a la hora de afrontar la prctica profesional. Y comprender, adems, que en la vida real de las comunidades siempre han estado presentes elementos no afirmativos como: el desempleo de individuos y familias, violencia de genera, abusos fsicos y emocionales a menores, discriminacin por mltiples razones, racismo, sexismo, minoras marginadas o perseguidas, etc. Siendo estos hechos reales los que dan sentido a la necesidad y oportunidad del Trabajo Social Comunitario, as, en ocasiones, es como los hechos dejan a la luz que la llamada a la comunidad, en la gran mayora de las ocasiones, es tan simb1ica como ideolgica lo que muestra una significativa paradoja: la idea comunidades una aspiracin enfrentada a su realidad.Una visin crtica de la Tercera Va sostiene que las reformas uniendo retorica poltica junto a elementos de populismo y pragmatismo ha finalizado en una poltica social comunitaria actuando en tndem con el liberalismo econmico (Stephen y Popple) lo que supone en la prctica la negacin de las bases estructurales de la desigualdad. La prueba, en definitiva, de la instrumentalizacin emocional de la idea de comunidad.En la dcada de los 90, con un mundo ya globalizado en ciernes, tiende a imponerse la idea que la comunidad ha ser comprendida tambin en trminos de mercado, supeditada a la libertad individual, lo que ha facilitado que se hayan ido implantando las consecuentes reformas de los diferentes estados de bienestar. Reformas y discursos entretejidas con un clara mensaje tanto para los profesionales de bienestar social) usuarios por igual (Stpeheny y Popple) condicionados por los marcos lingsticos dominantes. As, el debate sobre la justicia social ha sido redefinido en trminos comunitarios asociado a oportunidad e inclusin sin abordar los temas relacionados con la redistribucin o la transformacin social.3.2. La Comunidad proyectada hacia el futuroEn segundo lugar, y como continuidad de lo expuesto con la idea de comunidad aparece el apego a la nocin idealizada proyectada en el futuro materializada en el pueblo, localidad o ciudad pequea donde las asociaciones humanas se caracterizan como comunidad o Gemeinschaft. Este trmino usado por el socilogo alemn Ferdinand Tnnies presenta la Gemeinschaft como la asociacin de individuos orientados al bien de la comunidad por encima del propio inters particular, organizados alrededor de un imperativo moral colectivo que delimita lo aceptable y lo correcto para cada individuo y el conjunto a la vez. As, la comunidad se presenta para Tnnies como una suerte de unidad de la voluntad (Einheil des Willens). En este aspecto la comunidad est regida por una suerte de conciencia social compartida que supone la calidad de asociacin humana que tiene lugar dentro de unos lmites del territorio fsico limitado y compartido. La comunidad forma parte as de un todo mayor, la sociedad o Gesellschaft, donde la unidad de voluntad se diluye entre los conflictos de intereses.Si bien puede ser una idea deseable e, incluso, necesaria ya que la idea de comunidad despliega toda su fuerza como idea persuasiva, clida y protectora como alternativa completamente distinta de la experiencia social fctica de cada momento, es otra forma de considerar la idea de comunidad como algo mtico, pero proyectada hacia el futuro, a un periodo donde las comunidades puedan alcanzar un grado de con vivencia en armona, donde el sentido de la fraternidad-ese tercer concepto del ideal i lustrado siempre en segundo plano- alcance su plenitud, donde el pluralismo permita la desaparicin de las fricciones entre individuos y grupos y una creciente comunidad de intereses gracias a una suerte de supra-identidad compartida.Ambas visiones caen en la idealizacin de la comunidad aunque lo hagan proyectndose hacia un futuro impreciso o un pasado perdido e irrecuperable. La razn de su persistencia puede basarse en el hecho de que ambas, aunque suponen una suerte de escape de la realidad, aportan una suerte idea de seguridad, de alternativa a la sociedad de cada memento, ya que nunca es usada en trminos negativos (como sucede con el estado, la nacin, la sociedad, etc.). Todo ello refleja la persistencia de la fuerza y poder simblico y emocional de la idea de comunidad aportando una carga de seguridad y pertenencia frente a la inseguridad, la incertidumbre y el riesgo en el mundo donde la velocidad de la globalizacin y sus efectos, el culto al individualismo de un yo desconectado de lo social -que le pareca imposible a Durkheim- y la ideloga social derivada del neoliberalismo econmico estn determinando nuestro despliegue como grupos, comunidades y sociedades.3.3. La Comunidad proyectada en el presenteEn tercer lugar, la idea de comunidad puede abordarse desde el ahora y considerar a complejidad del momento histrico que se vive desde el punto de vista colectivo; y 'a comunidad como sujeto de cambio y resistencia al mismo con problemas a los que os Trabajadores Sociales Comunitarios se deben enfrentar como agentes de cambio social gestionando las contradicciones sociales emergentes en cada momento por medio de la prevencin y el trabajo colaborativo.Podemos abordar la idea de comunidad como la forma emergente de como grupos de personas tienen algo en comn, por lo normal delimitado por aspectos de localizacin o residencia geogrfica aunque tambin pueden ser aspectos simblicos aglutinadores comunitarios como la religin, raza, orientacin sexual, ocupacin, etc. Por lo que podramos hablar de un sentido de comunidad basado en el espritu de sta, que el socilogo Peter Willmott denomin community of attachment o comunidad de afinidad o adhesin.Willmott define las comunidades de afinidad: el uso comn de comunidad no se refiere necesariamente slo al hecho de las personas que viven en el mismo lugar o comparten mismos intereses o caractersticas, la gente a veces (no siempre) reconoce los intereses comunes que comparten con otros que viven en la misma zona o tengan las mismas caractersticas. A veces (no siempre) tienen un sentimiento de identidad y de copertenencia. As que, la comunidad se utiliza a veces para referirse a tales sentimientos y a los lazos sociales y patrones de comportamiento que pueden mantener y reflejar esos sentimientos y emociones. Trminos como sentido de comunidad y espritu de comunidad sugieren el sentido general de la palabra. La idea de comunidad y copertenencia estn ntimamente relacionadas con la de identidad, desde un individuo y en relacin con los otros. En paralelo, al impacto de la tecnologa como facilitadora y aceleradora de comunidades tambin han emergido lo que el politlogo Benedict Anderson ha denominado comunidades imaginarias Anderson, 1991). Las comunidades imaginarias han permitido la creacin de un ingente entramado de comunidades a partir del siglo XVIII y Anderson muestra cmo aparecieron, cmo han cambiado su significado y cmo han adquirido una enorme legitimidad emocional como la nacin, la nacionalidad y el nacionalismo como artefactos o productos culturales asociados a la identidad y estudiados desde una perspectiva histrica.La redefinicin de comunidad y comunitarismo en las ltimas dcadas fue en paralelo al establecimiento de la progresiva imposicin de un nuevo contrato social de reformas propias del liberalismo econmico. Este cambia ha estado soportado en discursos, entre pragmticos y morales, que usando el lenguaje -que raramente es neutral es la forma a travs de la que comprendemos la realidad- han dado soporte a la redefinicin de justicia social, de los objetivos de transformacin o redistribucin y de la percepcin de los problemas sociales mismos comprendidos, baremados y auditados en trminos de mercado.Esto ha llevado a la creacin de marcos lingsticos para definir lo real y posible y que numerosos temas relevantes se hayan obviado, negado y sacado del debate provocando la definicin de la realidad social por medio del lenguaje con una intencionalidad ideolgica, econmica, etc. Los enmarcados o marcos lingsticos como los denomina George Lakoff, lingista cognitivo, Son estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo [...] y conocemos lo marcos a travs del lenguaje (Lakoff). En la misma lnea el soci1ogo Manuel Castells sostiene que "los mecanismos de procesamiento de la informacin que relacionan el contenido y el formato del mensaje con los marcos (patrones de redes neuronales) existentes en la mente- son activados por mensajes generados en el mbito de la comunicacin" (Castells). No obstante, los enmarcados no son simplemente frases afortunadas: tienen la potencialidad de crear formas de pensar y, derivadas de estas, la capacidad de generar modos de comportamiento (Lakoff). Los marcos lingsticos son estructuras mentales que moldean nuestra imagen del mundo, esto es, son redes neuronales de asociacin c. a> que se puede acceder desde el lenguaje a travs de conexiones metafricas. Enmarcar significa activar redes neuronales especficas (Castells), pero el enmarcado "no slo tiene que ver con el lenguaje. Lo primero son las ideas. Y el lenguaje transmite esas ideas, evoca esas ideas (Lakoff). Por tanto, los marcos son creados de forma intencional con el objetivo de activar por medio del lenguaje la manera de pensar y actuar, como muestra una investigacin a la hora de frenar el consumo de un tipo de medicamentos frente a otros por medio de la creacin de marcos o metforas conceptuales que incrementan la percepcin social del riesgo (del Fresno y Lpez-Pelez).Para Lakoff, los marcos lingsticos se presentan como estructuras mentales que conforman nuestro modo de ver el mundo [...] y las metas que nos proponemos, los planes que hacemos, nuestra manera de actuar y aquello que cuenta como el resultado bueno o malo de nuestras acciones" (Lakoff). Haciendo un ejercicio de sntesis del pensamiento de Lakoff alrededor de los marcos lingsticos:1. Son estructuras mentales que conforman la manera de comprender y ver la realidad. Y crean lo que denomina el inconsciente cognitivo. El lenguaje activa los marcos; inducir a pensar de forma diferente requiere un nuevo lenguaje, hablar y escribir, en definitiva, comunicar de modo diferente.2. las personas pensamos mediante marcos que son metforas conceptuales. Los marcos crean formas de pensar y, por tanto, de comprender la realidad. Cuando esto sucede se crean nuevos conceptos que no es fcil cambiar y conocemos por sus consecuencias: nuestro modo de razonar y lo que se entiende por sentido comn.3. Los marcos lingsticos se crean de forma acumulativa, como una serie de metforas con una misma y clara intencionalidad comunicativa y estratgica.4. La comunicacin con los marcos lingsticos ha de producirse en una sola direccin. Se trata de una comunicacin que crea nuevas metforas intencionales como si se tratase de un actor racional. Los marcos tienen una fuerza de evocacin automtica.5. Los marcos lingsticos no son casuales; y si no se reacciona creando marcos alternativos se crean las condiciones de la derrota en la comunicacin a todas las escalas. Al debatir con un adversario no se debe utilizar su lenguaje ni sus marcos; su lenguaje elige un marco y no ser el marco que uno mismo desee. Si se mantiene su lenguaje y su marco, y se limita a argumentar en contra, se perder el debate, porque lo que se conseguir ser reforzar el marco dentro del que se debate.6. Definir un marco lingstico, ayuda a transmitir un mensaje slo sugirindolo y nos pone en la situacin de enmarcar el campo de juego conceptual de la discusin.7. El enmarcado tiene que elegir el lenguaje ms adecuado que encaja con la visin del mundo o del mercado de una institucin, organizacin, partido, etc.8. Un marco no es necesariamente una mentira, basta con que sea una distorsin que comience a reorganizar la comprensin de la realidad. Cuando se escucha una metfora conceptual, se activa en el cerebro el marco (o su coleccin de marcos) de la palabra. Cambiar el marco es cambiar el modo que tiene la gente de ver el mundo. Es, en definitiva, cambiar lo que se entiende par sentido comn.9. El lenguaje activado por los marcos lingsticos es un elemento clave de la construccin del discurso poltico contemporneo.10. En poltica los marcos lingsticos condicionan las polticas sociales, las instituciones que se crean, los presupuestos asignados, los lmites de la accin social y las personas que se incluyen y excluyen en ellos a la hora de llevar a cabo esas polticas sociales.11. Los marcos lingsticos siempre son intencionales: cambiar o modificar los marcos es cambiar todo esto, por lo que los cambios de marco estn estrechamente relacionados con el cambia social.La cuestin ahora de inters es conocer cmo y para que surgieron estas estrategias especficas basadas en la creacin de marcos conceptuales para encauzar el cambia social; aduciendo las posibles disonancias sociales y rechazo al mismo. Segn Lakoff, histricamente los conservadores religiosos, sociales y financieros de EE.UU. haban estado enfrentados unos con otros, pero en los aos 60 empezaron a preguntarse que tenan en comn los diferentes grupos conservadores y si podan consensuar sus desacuerdos para promover una causa conservadora general y desde entonces han invertido miles de millones en crear revistas y think tanks, aunando en una nica estrategia a todos los conservadores para ensear a las personas a pensar en la direccin correcta (Lakoff). Esto es, decidieron fabricar los marcos de pensamiento por medio del lenguaje. As, gracias a sus think tanks, los grupos conservadores descubrieron la importancia y eficacia social de los marcos lingsticos y como enmarcar cada cuestin clave que entraba en debate social. Por tanto, fue evidente para los conservadores estadounidenses la importancia de sacar a la luz y difundir en los mass media sus marcos de pensamiento y de tener una presencia constante en todos los medios de comunicacin para viralizarlos, buscando las mayores audiencias posibles y la mayor capilaridad social para sus marcos.Las tesis de Lakoff (2002) derivadas del uso poltico del lenguaje en EEUU son:1. que los conservadores (republicanos) estn ganando polticamente expandiendo su sistema moral mejor financiado, extremadamente simplificado, fcil de explicar y comprender y popularmente ms atractivo que los liberales (demcratas),2. que los liberales y los conservadores no entienden la poltica moral de los otros que no suele haber punta de encuentro, por lo que los ataques cruzados estn mal encaminados ya que privan a los liberales de construir el suyo propia mientras refutan el de los otros (republicanos),3. que los conservadores, por medio del lenguaje y sus marcos, tienen una forma de presentacin moral diferente a los liberales. Los conservadores proyectan socialmente una moral paternal estricta sobre la poltica, mientras que los liberales utilizan una moral paternal protectora.Las evidencias de los efectos de la inversin en pensamiento y difusin del lenguaje es significativa, as cuando se compara el dinero que ha gastado la derecha en investigacin durante un determinado periodo de tiempo, con su presencia en los medios durante ese mismo periodo, se observa una correlacin directa. En 2002 la derecha gast en investigacin cuatro veces ms que la izquierda, y ocup cuatro veces ms tiempo en los medios. Se cobraron lo que haban pagado (Lakoff).A partir de estos think stanks conservadores en EEUU se produjo una significativa exportacin del modelo hacia Europa donde se han desarrollado iniciativas semejantes que operan a distintas escalas aunque con objetivos semejantes como sucede, por ejemplo, con FAES que tal y como declara en su pgina web es un gran laboratorio de ideas y programas cuya vocacin es nutrir el pensamiento y la accin poltica del centro liberal y reformista [...]ideas susceptibles de ser asumidas por los responsables poli ticos y transformadas en programas de accin poltica (FAES, 2012}.Ejemplos de marcos lingsticos:Con el uso de alivio fiscal se cre un marco conceptual comn compartido. El gobierno de J.W. Bush comenz a usarlo y al cabo de poco tiempo el New York Times y el resto de medios de comunicacin ya usaban el marco de alivio fiscal en relacin con su poltica de impuestos; as se logr la aceptabilidad social de reducir los impuestos, en especial, a las clases con rentas ms elevadas. Cuando el mismo presidente J.W. Bush afirmaba que "no necesitamos justificante de permiso" modific el marco de aprobacin para declarar la guerra a Irak soslayando el debate pblico e infantilizando a la oposicin. Este marco suprimi la justificacin ante una nacin de entrar en guerra ya que devolvera a un presi dente de una potencia mundial a los aos escolares, lo que es algo inconcebible.

Cuando se utiliza el marco de aqu no cabemos todos se modifica el marco de discusin de la situacin de los inmigrantes hacia el debate de quin puede residir en un pas o no. Sugiriendo de forma implcita la expulsin de los otros para evitar los perjuicios a los nativos y, por tanto, identificndolos como grupo asociado a riesgo y, potencialmente, peligroso. Devuelve a los nativos al sentido de prioridad, creando un sentido de pertenencia negativo y definiendo lmites de inclusin y exclusin.El uso del marco de gasto basura modifica el marco de discusin de las asignaciones sociales presupuestarias si el debate