UN ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE...

UN ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓNESPACIAL DE LA DEMANDA

PorMiguel Coya Sauz

1. FACTORES ESPACIALES CONDICIONANTES DE LA DIS-TRIBUCIÓN DE LA DEMANDA

2. DETERMINACIÓN TEÓRICA DE ZONAS DE MAYOR YMENOR PREFERENCIA TURÍSTICA

3. PROGRAMACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN. SU PROBLEMA-TICA

4. EL EQUILIBRIO ESTRUCTURAL

5. LA DEMANDA HOTELERA. DISTRIBUCIÓN ESPACIAL PORNACIONALIDADES

6. LA DEMANDA EN EXTRAHOTELERIA Y SU DISTRIBU-CIÓN REGIONAL

7. CONCLUSIONES

139

412 ESTUDIOS TURÍSTICOS

1. FACTORES ESPACIALES CONDICIONANTES DE LA DIS-TRIBUCIÓN DE LA DEMAÍMDA

En cualquier aproximación a un fenómeno que se genera por laactividad del hombre, se han de superar dos condicionantes previosque afectan tanto a k imagen observada como a su valoración sub-jetiva: el tiempo y el espacio. Pero en el turismo, el espacio no essólo una categoría apriorística del conocimiento, sino una realidadque limita, y en buena parte determina, su nacimiento y configura-ción.

La actividad turística, por su propia naturaleza, conlleva despla-zamientos de personas de sus lugares habituales de residencia a otrasáreas geográficas. Creándose, por tanto, una especie de tensión entreambos espacios: el cotidiano, perfectamente conocido, y el corres-pondiente a la zona visitada, poseedor de nuevos encantos y capaz dehacer experimentar sensaciones inéditas o al menos no rutinarias.

En este sentido, podHa decirse que el turismo responde a la ne-cesidad del hombre de buscar nuevos espacios, de ampliar su campode acción y, de alguna manera, conquistar lugares para él descono-cidos.

Puede pensarse que, la elección de un lugar concreto, además deotros factores subjetivos, se basará en la relación que exista entre lascircunstancias que definen el espacio del lugar de residencia y aqué-llas diferentes de la zona de posible elección, así como de la valoraciónque haga el sujeto de los factores mencionados.

En el análisis del problema de la elección y de las circunstanciasdeterminantes, pueden establecerse varias opciones elementales:

a) Identidad o absoluta armonía entre los caracteres propios delas zonas.

b) Elevado grado de similitud, aunque con notas peculiares.c) Diversidad o contraposición notoria.

Esta clasificación, que atiende al aspecto objetivo, debe de ser com-pletada con el tratamiento subjetivo de dicha realidad. De esa forma,determinados grupos se han de sentir inclinados por todo aquello querepresente un cambio radical con su entorno natural y social; en

140

ESTUDIOS TURÍSTICOS 413

especial, si éste ofrece una marcada dtoreza frente aquél. Otros másacomodaticios o menos intrépidos, prefieren lo conocido o lo quees similar, con objeto de evitar sorpresas, quizá poco agradables.

Pero es esencial tener siempre presente dos notas peculiares queperfilan todo espacio:

a) La inmovilidad.b) La invariabilidad de sus caracteres específicos.

Ambas limitaciones se presentan a la voluntad del individuo,como elementos ajenos a su propia acción, y que sin embargo, antecualquier decisión que vaya a ser adoptada, tendrán gran influencia.

El hombre como sujeto activo del turismo, basará sus preferen-cias, en razón de la existencia de múltiples elementos o condicionesa los que se podrá denominar factores espaciales de la decisión turís-tica. La presencia, permanencia o ausencia de aquéllos, determinarála realización o no de un desplazamiento. Estos factores, se podránclasificar en función de diferentes aspectos que les configuran. Entreotros es importante resaltar los siguientes:

Aspecto \o (naturaleza

A. Naturaleza de los recursos:

B. Medio ambiente:

C. Comunicación:

D. Climatología:

E. Acción del hombre:

F. Dimensión relativa:

G. Personalidad:

Factores •espaciales

—'Playa, montaña, paisaje.

—Limpieza y equilibrio, degra-dación.

—Acceso fácil, difícil, proximi-dad, lejanía.

—Soleada y seca, lluviosa y hú-meda, fría, calurosa.

—Ordenación del territorio, in-fraestructura suficiente o ina-decuada.

—Alta densidad, baja, área sinhabitar.

—Propia o atípica, regional, na-cional, internacional.

141


De este modo, se plantea un interrogante de necesaria respuestaen todo análisis estructural de la demanda. ¿Constituyen los factoresseñalados simples condicionantes o verdaderas limitaciones casi insalva-bles? La contestación no puede ser otra que la confirmación de de-pendencia de cualquier decisión de efectuar o no un desplazamientoturístico a esos factores determinantes. Inicialmente, las corrientes tu-rísticas observarán y comprobarán la existencia de su modelo espacialpreferido, después adoptarán una decisión definitiva al respecto. Lafalta o insuficiencia de uno o varios de los factores que ellas requieren,impedirá el auténtico cumplimiento de un deseo más o menos ideali-zado. No se puede concebir, porque entra en el terreno de lo ilógico,el viaije de un turista hacia una zona contraria en su configuración es-pacial, climatológica o recreativa, a los elementos naturales que con-sidera adecuados para satisfacer sus inclinaciones y apetencias.

Como resumen de lo señalado, se destaca la necesidad de esta-blecer una ordenación básica de motivaciones, gustos y actividades tu-rísticas, con el objeto de llegar a una primera clasificación y enume-ración de todos aquellos factores espaciales que van a ser la causafundamental de la distribución de la demanda en las distintas zonasde aprovechamiento turístico.

2. DETERMINACIÓN TEÓRICA DE ZONAS DE MAYOR YMENOR PREFEíRENaA TURÍSTICA

Las características que definen o configuran un espacio natural, sonel elemento fundamental1 de la expansión o desarrollo de una determi-nada actividad1 social o económica; igualmente, y en segundo plano, laposible acción del hombre sobre este medio, con el ánimo de alcanzarunos específicos objetivos que favorezcan las formas de vida de la co-munidad allí asentada, potenciará el aprovechamiento de los recursosexistentes, hasta conseguir su explotación integral.

El planteamiento teórico que se ha descrito, puede servir de apoyopara establecer un modelo de determinación de zonas de mayor prefe-rencia turística, y en consecuencia, intentar, a través de los mediosdisponibles, la promoción y desarrollo de aquéllas.

Básicamente, el área a considerar habrá de contar con los recursosturísticos necesarios de claro poder de captación. En su ausencia, es

142


absurdo concebir las posibilidades de esta clase de desarrollo. Sin em-bargo, a menudo y en razón de fines económicos o políticos, se creaartificialmente un tipo de atractivo turístico al que se califica de recurso.

Es importante señalar, que a excepción de «atractivos», que porsu influencia y duración se elevan a la categoría de «recursos», pronto,k mayoría pasan a ser ignorados, quedlando envejecidos y sin unaverdadera corriente turística que los demande y los impulse.

Tres problemas, pues, se suscitan en un primer análisis:

— Existencia o no de verdaderos recursos turísticos.— Su dimensión y posibilidades de aprovechamiento.— La existencia de recursos estereotipados, o falsos y artificiales

recursos, que no dejan de ser otra cosa, que momentáneos atrac-tivos para un limitadlo estrato de la demanda.

La resolución de esos problemas se logrará sólo mediante la elabo-ración de un cuidlado inventario, en donde el tratamiento interdiscipli-nal será obligado y esencial. Si el inventario ofrece unos resultados po-sitivos y de amplia proyección, cara a una explotación futura, se habráde entrar en la segunda fase de lo que aquí se denomina «determinaciónteórica de zonas de preferencia turística.

La segunda fase consistirá en el estudio de las características queconfiguran la zona, al margen de ese inventario de recursos, ya que noes sólo preciso la existencia de un conjunto de motivaciones geográficasy físicas del turismo, sino también, que los caracteres que rodean aqué-llos sean favorables, estimulantes y creen un marco de desenvolvimientoóptimo parta esta actividad.

En líneas generales, las características influyentes pueden ser cla-ramente resumidlas en las siguientes categorías:

— Económicas.— Sociales.— Políticas.— Financieras.—• Coyunturales.

Por otra parte, el hombre ejercerá una influencia importantísimaen el desarrollo turístico de la zona, a través de dos vías diferentes:

143


— Su actividad receptiva frente al fenómeno turístico.— Sus acciones directas e indirectas en favor de la adecuación del

medio y la estructura física, a las exigencias de la expansión quese prevé.

La remodelación que se hace precisa, en función de todo lo apun-tado, deberá estar en correlación con otra serie de variables que funda-mentan y estructuran la zona. Estas variables van a estar referidas es-pecialmente, a la capacidad receptora del área que en cada momentoposea, o de aquélla, que desee adoptar en el futuro a través de unracional programa o plan.

Pero a pesar de lo señalado, no se podrá hablar de preferencias, sinoexiste un mercado turístico caracterizadb por una perfecta transparencia,ya que si el turista desconoce los valores de un lugar o se le ha creadouna falsa imagen de los mismos, es muy posible que se esté produciendouna fuerte divergencia entre lo que se manifiesta y la distribución queque teóricamente habría de resultar.

Por ello, para lograr un determinación teórica de zonas de mayor omenor preferencia turística, será necesario diseñar ciertos indicadoresque recojan todos los elementos reales y sociales de cada área, para deesa forma, poder llegar a clasificar objetivamente, al margen de clasifica-ciones •parciales subjetivas, y aún antes, de que el fenómeno se hayaproducido en toda su intensidad, el poder captador de cada región ensus aspectos turísticos.

Dada la variedad y complejidad de presentación de los recursos tu-rísticos, los indicadores a construir tendrán que ofrecer una informaciónsuficientemente amplia y acorde con todos los aspectos específicos (mon-taña, playa, paisajes, clima, etc), su dimensión y su capacidad de mo-tivaciones.

En virtud de lo señalado pueden especificarse, entre otros, los si-guientes indicadores teóricos sobre el valor objetivo de una zona tu-rística.

a) Indicadores generales de recursos.

— Extensión superficial de las playas.— Densidad media de ocupación de las playas.— Temperaturas de las aguas y del entorno a las playas.— Limpieza y composición de las aguas.

144


— Días esquiables por término medio en la temporada.— Número y extensión de pistas esquiables.— Promedio de días con sol, nublado o tormenta.— Número de cumbres útiles a la escalada y dificultad de ascenso.— Número de lugares pintorescos y de valor panorámico para la

contemplación.— Atípica temporada relativa para el disfrute de los recursos.— Cuantificación de la riqueza cinegética y piscícola.

b) Indicadores de caracteres de influencia.

— Condiciones de acceso.— Situación de los aeropuertos, carreteras y puertos marítimos.— Densidad1 dle k red de carreteras.— Marco económico de los puntos receptores.— Comportamiento social de las poblaciones receptoras.— Existencia o no de conflictos sociales.— Proximidad1 a las áreas de emisión turística.— Calidad de los servicios personales.— Elementos y valores tradicionales de cada área.

c) Indicadores expresivos de k acción del hombre sobre el marconatural con fines turísticos.

— Capacidad de alojamiento.— Calidad de alojamiento.— Número y variedad de medios de esparcimiento.— Calidad artística y número de monumentos, pinturas y esculturas.— Calidad y tipismo gastronómico.— Personalidad diferenciada de cada punto como resultado conjun-

to de la acción del hombre.

Como conclusión a lo expuesto es conveniente apuntar varias con-sideraciones:

1. La necesidad de realizar un análisis exahustivo o por el con-trario, la eficacia de seleccionar los más significativos en cadacaso.

145


2. La determinación práctica de que los índices sean valoradas deforma cuantitativa, cualitativa o simplemente a nivel de escala.

3. Fijación de un sistema que permita ponderar todos los indica-dores para lograr llegar a la clasificación de áreas de mayor omenor preferencia turística.

3. PROGRAMACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN. SUPROBLEMÁTICA

El planteamiento de k política de distribución de k demanda en elespacio, cabe realizarlo desde dos ópticas bien diferenciadas; una, corres-ponde a la situación en que se encuentra un país que ya ha experi-mentado la fase del despegue turístico, y otra, relativa a los países quedesean incorporarse plenamente al mercado turístico, utilizando todoslos recursos con que cuentan a estos fines.

No cabe duda que en el plano teórico, la primera opción es mássugestiva y ofrece amplias posibilidades al planificador para dirigir eldesenvolvimiento de la actividad, por los cauces oportunos que sehayan fijado. La segunda, tropieza con un obstáculo inicial serio, elde la propia configuración espacial del mercado turístico interior queel tiempo ha decantado. Sin embargo, quizá sea esta dificultad previa,lo que hace más deseable y necesario, que la tarea de planificación seestablezca con un vigor aún mayor del que sería necesario en otras cir-cunstancias, para alcanzar el objetivo de mejorar la distribución actual.

Si la propia dinámica del sector, fija un estado no satisfactorio, esdudoso que este pueda remodelarse —dentro de plazos razonables—sin una intervención decidida y ágil que supere las rigideces que sehan evidenciado y facilite la ejecución de los cambios indispensables.

Por todo ello, es aconsejable tratar por separado ambas opciones.En primer lugar, y por considerarlo el caso más general, se desarrollaráel tema referido a un país o área geográfica que se plantea su desarro-llo turístico.

Para llegar a una formulación satisfactoria de la política de distri-bución espacial del turismo, es preciso cubrir diversas fases que puedenconcretarse en las siguientes:

a) estudio estructural del país o zona,b) análisis de la demanda potencial,

146


c) inventario de recursos y estudio de necesidades,á) formulación de un plan, ye) programación y fases de revisión.

Fase a. Suele ser aspiración corriente y lógica, la de llegar a es-tablecer modelos de validez general en cualquier cinrcunstacia, nosólo en el ámbito turístico, sino en otros muchos campos del conoci-miento. No obstante, un repaso objetivo de los resultados conseguidosal intentar aplicar fríamente esta filosofía, señala que estos han distadomudho de lo que se esperaba, y sin que en apariencia hubiera razonesque lo justificasen. El argumento es claro: si el vecino actúa de unaforma y consigue sus propósitos yo, haciendo lo mismo, también tengoasegurado el éxito. Se olvida un factor de gran importancia y queviene a determinar el auténtico sentido de las medidas que se adop-ten, la estructura del país.

Estructura, que si bien no supone un impedimento absoluto, sialtera los resultados en un sentido u otro, según las características es-pecíficas de cada país. De tal modo, que en función del grado de des-arrollo alcanzado y de la diversidad de procesos económicos, se habráde articular una determinada política espacial en armonía con talescircunstancias; lo contrario significaría un mayor coste con resultadosmás inciertos para alcanzar los mismos objetivos.

Como ejemplo de la relevancia dé este elemento, ha de tenerse encuenta, que toda programación supone el uso de ciertos recursos es-casos y ks posibilidades dé ese uso estarán en razón directa al gradode evolución de k economía; si ésta se encuentra en niveles de francosubdesarrollo, es evidente que la utilización de recursos asignados afines concretos, traerá consigo el abandono relativo de otros proyec-tos importantes para la sociedad. Frente a estas alternativas, resaltala necesidad de hacer el mejor uso de tales factores escasos; de unlado, habrán dé potenciarse aquellas acciones que no supongan, almenos, en su fase inicial, el empleo masivo de aquellos y al mismotiempo tengan capacidad de generación de renta y empleo; de otro,la posibilidad de que algunos sectores cuenten con fuerza de expan-sión autónoma, exigiendo tan sólo un apoyo previo del Estado,dirigirá la atención hacia el turismo que goza en alguna medida deesas virtudes.

Ahora bien, la estructura también es un condicionante en orden

147


complementario a lo anterior, pues una estructura moderna y perfec-cionada hará más fácil la tarea de impulsar un sector con poco esfuerzo,ya que la respuesta a los estímulos iniciales será tanto más enérgicacuanto aquélla sea más ágil y completa.

En el terreno puramente cuantitativo se produce otra limitación,no ya por la elección entre inversiones distintas, sino por el montantede cada una de ellas. Establecer un ambicioso plan de ordenación, pro-moción y expansión de las zonas turísticas mejor dotadas, puede resul-tar inoperante al exceder con mucho a los medios disponibles.

Surgen así diversos condicionantes de la estructura sobre la po-lítica ha seguir:

— Selectividad de las inversiones.— Necesidades de utilización de recursos.— Cuantía de la inversión total.— Plazos de maduración y de ejecución.

Como resultado de la ponderación de estos factores puede ocurrirque la distribución espacial de la actividad turística que se elija, nosea la misma que resultaría desde un punto de vista teórico.

Tal hecho debe tenerse muy en cuenta en el momento en que des-aparezcan las circunstancias que impidieron su aprovechamiento in-mediato, para pasar a ocupar el puesto en el orden de prioridad queles corresponda.

Fase b. Podría pensarse, que el tratamiento de los problemasplanteados por la distribución espacial, debe limitarse al lado de laoferta, y más en concreto, a la enumeración de los recursos naturalesde cada zona; no obstante, se entiende que dicho estudio resultaríainadecuado y no podría ofrecer soluciones válidas, ya que el valor deun mismo bien está delimitado por el deseo que se experimente deese bien en cada momento. Deseo que a su vez, dependerá de cuálesson las motivaciones de la demanda y sus preferencias.

En puridad de términos no debe hablarse de bienes turísticosmientras estos no sean demandados, constituyendo hasta ese momentosimples recursos potenciales. Por tanto, al programar ha de huirsede concepciones personalistas y no dar prioridad a zonas que se con-sideran maravillosas y llenas de atractivos para el técnico, cuando lademanda no se sienta interesada por ellas en aquel momento. El pro-

148


blema no es de tipo estético ni moral, sino simplemente conseguir losobjetivos fijados.

Por todo ello, queda claro la necesidad de realizar estudios de lademanda potencial que se pretende captar, y en especial, de sus gustoso deseos turísticos. De nada sirve intentar atraer un turismo de altopoder de gasto como por ejemplo el de invierno (nieve), si resulta queno existen zonas adecuadas para la práctica de dicha actividad, encasos como el apuntado, no es probable que alguien cometa tal error;pero no siempre la dicotomía demanda recursos se presenta tan claro,y entonces, las oportunidades para actuar erróneamente son mayores,por la ausencia de un conocimiento pleno, tanto de las limitacionesespaciales como de las presiones (preferencias de la demanda).

Hasta ahora, se han visto los aspectos cualitativos de la demanda,pero no hay que olvidar su sentido fundamental de cantidad.

Conjugar ambos tiene que ser un logro perseguido por la pro-gramación.

Como siempre, no será posible satisfacer la demanda en los dossentidos señalados, se plantea el problema de reordenar en la direcciónapropiada las corrientes de visitantes. Esto exigirá el despliegue deun amplio conjunto de medios, con capacidad suficiente para remode-lar las preferencias nacidas de los gustos personales y de la acciónindependiente de grupos interesados en alcanzar sus propios fines.

Fase c. Inventario de recursos y estudio de necesidades.Tal vez sea esta la fase más importante en la programación, puesto

que suministra la información de base que servirá para delimitar lasdiversas zonas espaciales y hacer un primer esbozo del programa deaprovechamiento de cada área.

El primer problema nace de la dificultad y alto costo de realizarun inventario de los recursos con que cuentan todas las regiones. Sibien existe información sobre múltiples elementos naturales y arqui-tectónicos de un país, ésta suele estar diseminada entre distintos ór-ganos y entidades particulares, por lo que con frecuencia se requiereuna paciente labor de recopilación y síntesis del material disponible.

Ahora bien, para llegar a poseer un conocimiento pleno y actuali-zado de los recursos con valor turístico, se hace imprescindible larealización de estudios específicos, dirigidos por expertos del sector.Sólo así podrán cubrirse las lagunas estadísticas o las falsas imágenesnacidas de una errónea conceptuación de tales recursos.

149


Una vez realizado este inventario, se dispone de la informaciónnecesaria para perfilar las zonas que habrán de recibir atención pre-ferente. En efecto, el estudio de la demanda potencial ha puesto demanifiesto las preferencias de los visitantes y los recursos naturalesmás idóneos para conseguir su atracción, si esto se une a los resultadosdel inventario de recursos turísticos, se obtendrá como resultado unaprimera distribución espacial en orden de prioridades. Resultaría, pues,esta distribución de k conjunción perfecta entre ambas fuerzas, de-seos y medios que los satisfacen; y como tal tendría un cierto carácterde equilibrio y bondad. Naturalmente, no siempre es posible, o viable,aceptar esta tendencia natural, puesto que existen múltiples factoresque vienen a alterar la misma. Pueden ser de tipo político, ya queinteresa desarrollar antes una zona que otra, comparativamente mejordotada y de recursos más amplios; pero también es posible, que lasdistintas dotaciones infraestructurales alteren sensiblemente la distri-bución prevista en principio. Surge por consiguiente y de forma ine-ludible el estudio de las necesidades propias de cada zona, para llegara convertir en realidad palpable toda la potencialidad turística queentrañan.

Sólo esta valoración económica, molesta pero necesaria, permitiráestructurar un plan que armonice, en cuanto sea posible, todos loselementos que intervienen en el mercado turístico regional.

Fase d. Formulación de un plan.Después de superar todas y cada una de las fases anteriores, en el

momento de establecer un plan general que contemple la expansióncoordinada de las diversas zonas turísticas. Como se ha señalado, ladistribución que se planifique, estará en consonancia con los valorespotenciales del espacio natural, junto con las directricees políticas ge-nerales y los intereses del país.

En esencia, se tratarán tres vertientes, a corto plazo, la construc-ción de los elementos imprescindibles para la expansión de la actividadturística y la implantación de una agresiva estrategia de captación dela demanda; a medio, la ampliación, renovación y mejora de la redinfraestructural que se haga necesaria en la medida en que el fenómenoturístico se incrementa; y a largo plazo, se intentará establecer la re-conversión de las instalaciones, y una nueva ordenación de las zonas,que redoizca o elimine los desajustes y desequilibrios que se hayanevidenciado; como consecuencia de un crecimiento real por encima

150


de lo planificado o por la influencia de factores autónomos perturba-dores de la distribución deseada.

Fase e. Programación y fases de revisión.Como se ha indicado, la primera e importante faceta del plan ge-

neral, es la fijación de un programa de actuación a corto plazo, quedebe estar sustentado por el mejor conocimiento posible de la situa-ción y las aspiraciones de crecimiento zonales. Los errores en que seincurra en estos momentos, se verán ampliados y agravados en pe-ríodos sucesivos, cuando con claridad se manifiesten las rigideces in-herentes a todo proceso expansivo. Quizá por ello, sin menospreciarlas restantes vertientes temporales, se entiende que, desde el puntode vista espacial, ha de ser esta programación la que constituya lamédula fundamental de todo el plan.

Por otra parte, los cambios lógicos que con el transcurso del tiem-po se producen, junto a los que se derivan de la propia acción dirigida,justifican el que se determinen en forma periódica y no limitativa,revisiones profundas de las situaciones y planteamientos que sirvieroncomo base para la formulación inicial del programa de crecimiento tu-rístico zonal.

Huir de las innecesarias rigideces, sin caer en el extremo opuestode los cambios continuos, será un objetivo perseguido en todo momen-to en la programación; sólo de esta forma podrá darse respuestaoportuna a las prioridades que se vayan fijando y resolver los proble-mas básicos más graves, tareas estas que no por difíciles han de serpospuestas.

Lo hasta aquí apuntado podría ser válido para países con un nivelturístico más alto, adaptando cada punto a las características que lessean propias. En este caso, el problema no será tanto establecer mo-delos de crecimiento, como detectar los desequilibrios que se hayanproducido y la secuela de sus efectos negativos. De este modo, seprestará especial cuidado en no degradar las zonas más congestionadas,estableciendo ciertas limitaciones a su crecimiento; e igualmente, evi-tando los estrangulamientos aparecidos mediante la creación de nuevaszonas que suplan a las ya saturadas; sustitución que puede conseguir-se, no por disponer de mejores atractivos naturales que aquéllas, sinoal menos por ofrecer menores problemas e incomodidades, o nuevoselementos de atracción del visitante, aunque sean creados de formaartificial.

151


4. EL EQUILIBRIO ESTRUCTURAL

Es principio general que, al menos teóricamente, en todo mercadoexista un perfecto equilibrio entre las corrientes que confluyen en suámbito. Considerando al turismo como auténtico mercado económico,al reunir caracteres y componentes semejantes a cualquier otro, su ofer-ta y demanda turística se han de configurar en una estructura básicaen la cual la desaparición de desajustes y desviaciones entre amibos flu-jos habrá de ser objetivo esencial en el planteamiento de su ordena-ción.

Sin embargo, lo que en el aspecto teórico se enuncia con cierta fir-meza y claridad no se manifiesta igual en al plano real. Por diferentescircunstancias, propias de la actividad turística, la natural complejidaddel mercado de la vacación y el ocio complica terriblemente el alcancedel deseado equilibrio.

En el análisis de la distribución espacial de la demanda, es impor-tante tener muy en cuenta el problema de los desequilibrios estructu-rales. Así, los condicionantes que juegan en el proceso de adaptaciónde la demanda a la oferta, o también en el de esta última a la primera—fuerte movilidad de la demanda, tanto en el espacio como en el tiem-po, y rigidez de la oferta en su dimensión y crecimiento, igual que suforzado consumo o uso «in situs», con su obligada permanencia y casiinalterabilidad en el espacio—, dificultan gravemente ese equilibriotan necesario para el perfecto desenvolvimiento económico y propia-mente turístico de la actividad.

La consecueción del equilibrio estable o, lo que es lo mismo, allogro de una identidad continua entre los servicios y bienes que sonofrecidos y los gustos y deseos que son demandados, se hace casi im-posible. Además, junto a esos condicionantes apuntados hay otras mu-chas razones que impiden llegar a esa situación, que por otra parte semanifiesta utópica, en cuanto que los gustos y deseos del hombre,fundamento de la demanda, son tan cambiantes como su propio pen-samiento.

Cuatro grandes desequilibrios estructurales se destacan en un tra-tamiento general del problema:

— El desequilibrio espacial.— El desequilibrio temporal o estacionalidad.

152


— El desequilibrio cualitativo o de calidad.— El desequilibrio motivacional.

Aunque básicamente aparecen concatenados, es conveniente reali-zar por separado su estudio.

A) El desequilibrio espacial.

Se origina cuando el conjunto de los recursos turísticos de unazona actúa como fuerte estímulo capaz de atraer cuantiosos contingen-tes de demanda, siempre superiores a sus posibilidades receptoras na-turales y de equipamiento. A esta situación podría denominársela de«congestión de demanda», con inadecuada e insuficiente oferta. En de-terminadas ocasiones, el desajuste puede ser corregido mediante la am-pliación de la capacidad de recepción, pero en otras la congestión llegaa límites en donde lo acertado reside en movilizar los excesos de de-manda hacia otros puntos de escasa afluencia turística, y que se en-cuentran dotados de los medios infraestructurales y de equipamientonecesarios para absorber los estratos de demanda que les son desviadosy que de otra forma permanecerían ociosos sin ningún aprovechamien-to y desarrollo.

Otro supuesto de desequilibrio estructural es el contrario al descri-to anteriormente y que se caracteriza por un exceso de capacidad re-ceptora, ante una demanda, aunque elevada muy inferior a la previstapara ocupar en términos relativos importantes la oferta puesta en fun-cionamiento.

En ambos casos resaltan dos hechos de carácter ampliamente ne-gativo:

— Infrautilización de recursos, tanto naturales como de equipa-miento, con alta y excesiva concentración de la demanda.

— Desaprovechamiento, para el uso integral de la actividad turís-tica, de zonas en general deprimidas y con demostradas posi-bilidades para el turismo.

B) El desequilibrio temporal o estacionalidad.

Este segundo problema desajusta de manera aguda, y especialmen-te en algunas regiones, las dimensiones de ambos componentes (ofer-ta y demanda).

153


Los elevados volúmenes de las capacidades receptoras de los nú-cleos turísticos, ideados para cubrir las exigencias de épocas puntas ypor no encontrar nuevas demandas para las restantes, deben de perma-necer con grandes niveles de desocupación o cerrados, durante granparte del año, a causa de que la demanda no se distribuye de manerahomogénea a lo largo de los dece meses .produciéndose por esa razónfuertes pérdidas económicas.

Evidentemente, una buena actuación en el campo de la canaliza-ción espacial de la demanda puede corregir en alguna medida este gra-ve desequilibrio al aprovechar también ciertos recursos turísticos queelevan en la baja estación el interés por determinados territorios. Aun-que indudablemente la desconcentración del período de vacaciones esla solución ideal, resulta muy difícil de alcanzar en la práctica.

C) El desequilibrio cualitativo o de calidad.

Igualmente, no se ha de ignorar el aspecto de los desequilibrioscualitativos, ya que su intensificación puede dañar el proceso de des-arrollo de una zona a través de dos efectos diferentes: en primer lugar,por el progresivo deterioro de la imagen, y en segundo término, porel descenso de los rendimientos económicos y sociales de la actividad.

Respecto a este problema se ha de resaltar la circunstancia y accióndesencadenante del desequilibrio:

— La existencia de una zona potendalmente receptora de un turis-mo de alta calidad, deteriorada en su imagen por la prolifera-ción de un equipamiento inadecuado para ese nivel.

— La promoción y estímulo de una demanda perteneciente a es-tratos sociales mal dotados económicamente y dirigida haciazonas en donde existe una oferta de alta calidad.

D) El desequilibrio motivacional.

Por otra parte, muy en paralelo con el problema anterior, se ob-serva la existencia de esta clase de desequilibrio estructural.

Cada zona, cada lugar, tiene una personalidad muy definida queha de ser aprovechada en su máxima medida, con el solo objetivo deatraer los flujos de visitantes que más se adapten a su modo de ser.

154


En consecuencia, el análisis motivacional ha de ser elemento previo ynecesario en k fase de estratificación regional de la demanda.

En principio se puede pensar que las corrientes turísticas por símismas fijan sus preferencias y destinos vacacionales; pero en la reali-dad no siempre es así, puesto que muy a menudo se producen situa-ciones de anormalidad que demuestran que la ausencia de una acerta-da comunicación de los caracteres y perfiles de los municipios turísti-cos provoca graves frustraciones en el orden humano y la insatisfac-ción de no alcanzar determinadas aspiraciones y esperanzas concebidascon gran ilusión.

El resumen de lo expuesto señala la utilidad de conocer intensa-mente esta problemática de las desviaciones entre oferta y demanda,y de poner en práctica, tras el análisis de los desequilibrios, un planque a través de una normativa eficaz y operativa, y tras la puesta enpráctica de las medidas promotoras y de estímulo, canalicen más cohe-rente y armónicamente, en primer lugar, las corrientes turísticas queconstituyen la demanda, después las inversiones y los créditos que vana posibilitar la adecuación y desarrollo de un territorio para el turismo.

5. LA DEMANDA HOTELERA. DISTRIBUCIÓN ESPECIALPOR NACIONALIDADES

Es indudable que el mejor sistema para conocer cuál es la distri-bución espacial de las corrientes turísticas en un país es la realizaciónde encuestas periódicas a nivel nacional. Sin embargo, el alto costede estas investigaciones impiden muchas veces que se puedan llevar acabo con la amplitud, frecuencia y fiabilidad requeridas. No quedaotra solución entonces, para conocer de alguna forma esa distribución,que acudir a indicadores parciales, pero altamente significativos, comoes el número de pernoctaciones efectuadas en los medios de alojamien-to. Aunque no resulte tan exacto como la encuesta, utilizar esta uni-dad tiene la ventaja de que es más fácil conseguir información; permitede forma inmediata realizar comparaciones interregionales por su ca-rácter homogéneo, y en la medida en que no existan factores exógenoso circunstanciales que actúen de manera distinta en cada área, propor-cionan una imagen aproximada de la verdadera distribución espacial dela demanda turística.

155


Desde esta perspectiva, para el caso de España, se estudian por se-parado la distribución de la demanda en establecimientos hoteleros yextrahoteleros, dadas las características propias y diferenciales de cadauno y con ánimo de aportar información útil para análisis parcialesposteriores. De todas formas, en el último punto se presenta un resu-men, a modo de panorámica general, de la demanda en las zonas tu-rísticas.

En la elección de las distintas zonas se siguen prácticamente los cri-terios fijados por las autoridades turísticas, con alguna ligera variación,al objeto de conseguir obtener una idea más precisa del reparto espa-cial y su casuística. (Cuadro 1.)

La sistemática seguida ha sido la de considerar primero la distri-bución total de los visitantes y después examinar por separado cadauna de las nacionalidades con mayor peso cuantitativo en el total.

La razón de esto se debe a que si bien, desde un punto de vistateórico, sería suficiente con conocer el reparto total, en el terreno prác-tico de la política turística, resulta imprescindible averiguar la locali-zación de la demanda según países de origen.

Como aquí se defiende, la diversidad de valoraciones de los re-cursos y la variedad de apetencias, además de otros factores, determi-narán situaciones no semejantes en cada sector nacional de la corrientede visitantes y sería un error tomar como válido únicamente los valo-res medios totales.

Piénsese en la diferente repercusión espacial que tienen proyectospara intensificar unas determinadas demandas, y viceversa, en la nece-sidad de potenciar ciertas zonas, si se desea captar mayor cuéntela quemuestra preferencias precisas por cierto tipo de atractivos.

Respecto a la distribución por zanos de la demanda interior, vercuadro 2, se destacan los siguientes puntos:

a) La zona de Madrid y su contorno presenta los mayores por-centajes de participación durante el período elegido. Las causastienen su origen en factores institucionales de centralismo bu-rocrático y financiero, más que en razones de atractivos turís-ticos.

b) Prescindiendo de ésta, las tres áreas que se muestran prefe-ridas son la de Costa Blanca y Costa Dorada en primer lugar,

156


y la Costa de Azahar y Costa Blanca y Andalucía Marítima,con valores similares éstas últimas.

c) No considerando Madrid ni Ceuta y Melilla por poco signi-ficativas, la zona más demandada supone para 1973 el 15,31por 100 de las pernoctaciones totales, y la menos el 3,48,por lo que supone una diferencia de más de cuatro vecesa favor de la primera.

d) En el último año podrían fijarse tres escalones o niveles depreferencia bien definidos, el primero integrado por las zo-nas XI, I, I y II; el segundo por las zonas X, IX, VII y V,y el tercero por las zonas VI, VI y XII.

En cuanto a la distribución espacial de la demanda extranjera enigual período, presenta características diferentes a k de los turistasespañoles. Las razones que apoyan esta divergencia se refieren de modomuy particular a:

— Variedad de gustos y preferencias.

— Distinto poder adquisitivo.

— Distinto grado de utilización de esta clase de establecimiento.

— Facilidades de comunicación.

Todo ello hace que el aprovechamiento de los alojamdentos hote-leros de las diversas zonas no sea análogo en ambos componentes dela demanda, como «a priori» podría pensarse que sucedería. Natu-ralmente, las desviaciones por grupos no son similares, siendo enunos casos menos acentuadas, mientras que, por el contrario, en otrosapenas existe paralelismo.

Del análisis del cuadro 3, se desprende las siguientes considera-ciones principales:

— A lo largo de todo el período se destaca el fuerte peso quetiene en el total la zona IX, Baleares, llegando a suponer másdel 44 por 100 de las pernoctaciones totales.

157


— Cinco zonas no llegan a representar cada una ni siquiera el1 por 100 del total; esas zonas son: Rías Gallegas, Norte In-terior, Pirenaica, España Occidental y Ceuta y Malilla.

— El segundo lugar de preferencia lo ocupa la zona I, CostaBrava y Costa Dorada, que si bien está muy alejada de Ba-leares, también supera ampliamente el peso de las otras.

— El escalón intermedio en este caso está constituido por laszonas de: Islas Canarias, Andalucía Marítima, Costa del Azahary Costa Blanca y Madrid y su contorno.

En los cuadros siguientes 4 a 9, se recoge la evolución del núme-ro de pernoctaciones realizadas por los visitantes procedentes de losprincipales países originarios del turismo hacia España, expresada enporcentajes para cada zona.

Es manifiesta la fuerte concentración espacial a favor de Baleares,ya que como puede apreciarse representa más del 50 por 100 de laspernoctaciones en los visitantes procedentes de: Reino Unido, Ale-mania R. F., Suiza y Países Escandinavos.

Resulta muy interesante, tal como puede hacerse a través de loscuadros indicados, estudiar las repercusiones sobre la distribución es-pacial que tienen las diferencias regionales de cada país en relacióna España y que vienen a corroborar las teorías expuestas en este trata-miento de los factores espaciales en el turismo.

158


CUADRO 1

PROVINCIAS QUE COMPRENDE CADA ZONA

ZONAS P R O V I N C I A S

Costa Brava y C. DoradaC. Azahar y C. Blanca

Andalucía MarítimaAndalucía InteriorCornisa CantábricaRías GallegasNorte InteriorPirenaicaBalearesCanariasMadrid y su contorno

España OccidentalCeuta y Melilla

Barcelona - Gerona - TarragonaAlbacete - Alicante - Castellón - Murcia - Teruel

ValenciaAlmería - Cádiz - Granada - Huelva - MálagaCórdoba - Jaén - SevillaGuipúzcoa - Oviedo - Santander - VizcayaLa Coruña - Lugo - Orense - PontevedraÁlava - Burgos - León - Logroño - PaleadaHuesca - Lérida - Navarra - ZaragozaIslas BalearesIslas CanariasAvila - Ciudad Real - Cuenca - Guadalajara - Madrid -

Segovia - Soria - ToledoBadajoz - Cáceres - Salamanca - Valladolid - ZamoraCeuta - Melilla

CUADRO 2

DISTRIBUCIÓN ZONAL DE LAS PERNOCTAaONES EFECTUADASLA HOTELERIA POR LOS VIAJEROS ESPAÑOLES

(En porcentajes)

EN

Z O N A S 1970

I. Costa Brava y C. Dorada ... 16,30II. Costa del Azahar y C. Blanca. 10,64

III. Andalucía Marítima 10,74IV. Andalucía Interior 4,13V. Cornisa Cantábrica 7,56

VI. Rías Gallegas 5,56VII. Norte Interior 4,30

VIII. Pirenaica 7,22IX. Islas Baleares 5,36X. Islas Canarias 5,68

XI. Madrid y su contorno 18,41XII. España Occidental 3,63

XIII. Ceuta y Melilla 0,47

TOTALES 100,00

1971 1972 1973

14,8810,7810,774,027,656,584316,995,315,90

18,553,740,52

14,8611,0910,523,576,965,303,917,146,916,51

19,203,570,46

15,3111^310,663,586,744,913,846,766,857,92

18,173,480,43

100,00 100,00 100,00

159


CUADRO 3

DISTRIBUCIÓN ZONAL DE LAS PERNOCTACIONES REALIZADAS ENHOTELERIA POR LOS VIAJEROS EXTRANJEROS

(En porcentajes)

Z O N A S 1970 1971 1972 1973

I. Costa Brava y C. Dorada ... 21,18II. Costa del Azahar y C. Blanca. 7,08

III. Andalucía Marítima 10,64IV. Andalucía Interior 1,65V. Cornisa Cantábrica 1,96

VI. Rías Gallegas 0,51VIL Norte Interior 0,48

VIII. Pirenaica 0,97IX. Isks Baleares 35,98X. Islas Canarias 11,52

XI. Madrid y su contorno 7,47XII. España Occidental 0,44

XIII. Ceuta y Melflla 0,12

17,057,06

10,031,321,660,450,360,76

41,9612,316,540,360,14

17,487,099,021 31,480,380,330,70

44,3211,036,430,340,12

19,268,289,101,281,440,360,340,70

42,869,696,230,370,09

TOTALES 100,00 100,00 100,00 100,00

CUADRO 4

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTAaONES EFECTUADAS EN LA INDUSTRIA HO-

TELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DE FRANCIA

Zonas turísticas 1970 1971 1972 1973

Costa Brava y Costa Dorada 27,6Costa del Azahar y Costa Blanca ... 9,4Andalucía Marítima 9,8Andalucía Interior 1,9Cornisa Cantábrica 3,9Rías Gallegas 0,7Norte Interior 1,4Pirenaica 3,2Islas Baleares 28,3Islas Canarias 6,1Madrid y su contorno 6,5España Occidental 0,9Ceuta y MeliBa 0,3

24,88,59,71,63,60,61,32,6

33,86,56,00,70,3

24,08,38,91,53,10,61,12,6

37,55,85,60,80,2

25,08,29,01,72,70,51,12,6

36,75,85,70,80,2

TOTALES 100,0 100,0 100,0 100,0

160


CUADRO 5

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTACIONES EFECTUADAS EN LA INDUSTRIA HO-

TELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DEL REINO UNIDO


Costa Brava y Costa Dorada 16,4Costa del Azahar y Costa Blanca ... 10,4Andalucía Marítima 6,3Andalucía Interior 0,4Cornisa Cantábrica 1,0Rías Gallegas 0,2Norte Interior 0,2Pirenaica 0,3Islas Baleares 54,7Islas Canarias 7,9Madrid y su contorno 2,0España Occidental 0,2Ceuta y Malilla —

11,011,25,90,30,70,10,103

61,57,41,40,1

12,610,953030,70,10,103

60,67,81,20,1

13,413363030,60,10,103

5737,01,20,1

TOTALES 100,0 100,0 100,0 100,0

CUADRO 6

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTACIONES EFECTUADAS EN LA INDUSTRIA H aTELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DE LA REPÚBLICA FEDERAL

DE ALEMANIA


Costa Brava y Costa Dorada 16,9Costa del Azahar y Costa Blanca ... 3,5Andalucía Marítima 9,8Andalucía Interior 0,6Cornisa Cantábrica 0,9Rías Gallegas 0,2Norte Interior 0,2Pirenaica 0,2Islas Baleares 48,3Islas Canarias 17,6Madrid y su contorno 1,7España Occidental 0,1Ceuta y Melilla —

14,53,48,20,40,70,10,10,2

52,218,8

130,1

1533,57,20,40,60,10,10,2

54,416,8

1,30,1

1934,57,00,40,60,20,10,2

52,214,0

1,40,1

TOTALES 100,0 100,0 100,0 100,0

161


CUADRO 7DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTAaONES EFECTUADAS EN LA INDUSTRIA H a

TELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DE SUIZA Y PAÍSESESCANDINAVOS

Z o o asS U I Z A

1971 1972 1973

PAÍSES ESCANDINAVOS

1971 1972 1973

Costa Brava y C. Dorada.Costa del Azahar y Costa

BlancaAndalucía MarítimaAndalucía InteriorCornisa CantábricaRías GallegasNorte InteriorPirenaicaBalearesCananasMadrid y su contorno ...España OccidentalCeuta y MeliUa

TOTALES

15,1

1,99,70,70,70,20,20,2

47,61835,20,2

100,0

13,2

1,88,50,70,70,202

oa54,615,14,602

100,0

CUADRO

16,9

2,56,90,90,80,2020 3

50,815,74,602

100,0

8

4,8

3,21130202

0,146,232,3

12' '

100,0

5,0

4,710,00,202

52,725,7

1,5

100,0

53

5,99,00,2020,1

56,521,1

1,2

100,0

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTAaONES EFECTUADOS EN LA INDUSTRIA H aTELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DE PORTUGAL E ITALIA

Z o n a s

Costa Brava y Costa DoradaCosta del Azahara y Costa

BlancaAndalucía Mari tunaAndalucía InteriorCornisa CantábricaRías GallegasNorte InteriorPirenaicaBalearesCanariasMadrid y su contorno ...España OccidentalCeuta y Melilla

TOTALES 100,0 100,0 100,0

PORTUGAL

1971

63

2,711,110,253

10,9231,84,042

32,78,1

1972

63

2,711,611,03,69,72?1,75,44,1

32,78,7

1973

6,6

2,616,310,93,88,2221,75,643

29,68,2

1971

25,1

5212,633220,60,913

16,312,818,70,70,1

I T A L I A

1972

25,7

5312,24,12,10,40,813

20,29,1

17,80,6

1973

25,6

5,811,942130,40,81.7

18,692

1930 3

100,0 100,0 100,0

162


CUADRO 9

DISTRIBUCIÓN EN PORCENTAJES POR ZONAS TURÍSTICAS DEL VO-LUMEN DE PERNOCTAaONES EFECTUADAS EN LA INDUSTRIA HO-

TELERA POR VISITANTES PROCEDENTES DE BENELUXY EE. UU. Y CANADÁ

Z o n a s1971

19,3

7,116,40,71,00,20,30,6

38,313,22,70,2

—

BENELUX

1972

18,3

6,912,60,70,8020,30,5

45,211,42,90,2

1973

21,5

7,312,00,70,80^030,6

44,29,62,6Oí

—

EE.

1971

9,8

3,725,9

6,42,10,60,51,1

13,65,8

2930,80,4

UU. Y CANADÁ

1972

9,2

3,225,5

6,71,70,60,51,1

14,16,6

29,70,70,4

1973

10,4

3,025,76,61,60,50,41,0

13,06,3

30,60,603

Costa Brava y Costa Do-rada

Costa del Azahar y CostaBlanca

Andalucía MarítimaAndalucía InteriorCornisa CantábricaRías GallegasNorte InteriorPirenaicaBalearesCanariasMadrid y su contomo ...España OccidentalCeuta y Melilla

TOTALES 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0

163


6. LA DEMANDA EN EXTRAHOTELERIA Y SU DISTRIBUCIÓNREGIONAL

El estudio de la demanda no sería completo si solamente se con-siderase la que se dirige hacia los establecimientos hoteleros, dejandoa un lado la correspondiente a otros medios alternativos de residen-cia, como son los apartamentos, chalets, villas, etc.

Si la distribución de esta demanda específica coincidiera plenamen-te con la hotelera, sería posible hasta cierto punto, no realizar unestudio separado de este segmento del mercado; sin que los resul-tados variasen de forma sustancial desde el punto de vista en queaquí se trata el fenómeno.

Para que tal coincidencia se produzca, debe existir un marcadoparalelismo entre las formas de explotación de los diversos tipos deestablecimientos, o al menos cierto grado de similitud en las estra-tegias de mercado seguidas por los inversores. La realidad suele evi-denciar con frecuencia que no se dan esas circunstancias y por consi-guiente, se producen fuertes desviaciones en la distribución espacialde ambas demandas en algunas zonas.

Las razones que explican y justifican este hecho pueden resumir-se en:

• Variedad de sistemas de explotación.• Distintas necesidades financieras.• Volúmenes de inversión y plazos de maduración diversos.• Objetivos específicos de cada subsector.• Por constituir elementos de carácter parcialmente sustitutivos.• No similitud en los servicios ofrecidos.

Desde luego, la relativa escasez de información, tanto sobre elturismo que se asienta en estos establecimientos, como respecto aesta clase de oferta, en relación con la que se dispone para analizar elsector hotelero, ha influido en el pequeño desarrollo de los estudiossobre este tema; que obliga a cualquiera que pretenda abordarlo, apartir prácticamente de cero, con la consiguiente incertidumbre respec-to al resultado de sus esfuerzos.

Sin embargo, la importancia que ha adquirido en la actualidad

164


este componente de la oferta turística, hace ineludible plantearse cuales la situación que ocupa en el mercado turístico.

El presente apartado se ha dirigido a intentar cuantificar la de-manda (volumen de pernoctaciones) extranjera y nacional en el año1972. Así como estimar su distribución por zonas.

Se analiza, en primer lugar, la demanda extranjera y posterior-mente la interior, por ser similar la metodología aplicada.

Para estimar el volumen de pernoctaciones realizadas en los esta-blecimientos extrahoteleros por los viajeros extranjeros y llegar aobtener más bien un entorno razonable de valores, que una cifraúnica, se ha partido de dos puntos de vista diferentes. El primero sebasa en un supuesto con claro fundamento económico, «en un siste-ma de economía de mercado, la oferta no puede ni debe desligarse dela demanda». Podrán existir desfases o desequilibrios entre ambasmagnitudes, pero sin duda, un aumento de la demanda estimularíaun aumento de la oferta; y a su vez, el incremento de ésta, se produ-cirá pensando en captar un mayor volumen de demanda, y como res-puesta a las tensiones que nacen en el mercado a medida que estese amplía.

Se han considerado dos alternativas, la primera tiene en cuentaque la participación de la demanda extranjera en la utilización de laoferta extrahotelera (en las diferentes zonas consideradas), no es ho-mogénea, y en consecuencia, se ha procedido a realizar una estimaciónregional del volumen de pernoctaciones efectuadas, para así reduciren lo posible el sesgo inherente a esa falta de homogeneidad de ladistribución.

La segunda alternativa, únicamente considera el volumen total depernoctaciones, no su distribución, jugando con otras variables queinfluyen en su cuantía total.

En la estimación por zonas del volumen de pernoctaciones (vercuadro 10), se ha seguido la siguiente metodología:

1.° Distribución, por zonas, del total de plazas en establecimien-tos extrahoteleros, de acuerdo con la información estadísticadisponible.

2.° Determinación de los intervalos de utilización de la ofertaextrahotelera por la demanda extranjera; teniendo en cuentacual es la participación de la demanda extranjera en el total

165


de pernoctaciones realizadas en hotelería y que su peso noparece sea tan elevado en el sector extrahotelero (mayor há-bito del viajero extranjero en la utilización de la hotelería).

3.° El producto del número de plazas, en cada zona, por la marcade clase del intervalo de utilización (punto medio), indica lasplazas que son ofertadas a la demanda extranjera.

4.° Cálculo de las ofertas/año.5° Especificación de los intervalos del grado de ocupación; estos

se han construido considerando tanto el peso relativo que su-pone la demanda extranjera en cada zona, como las caracterís-ticas intrínsecas de las mismas, que hacen variar sensiblementeel grado medio de ocupación.

6.° Cálculo de las pernoctaciones teóricas realizadas por la de-manda extranjera (producto de las plazas ofertadas/año porla marca de clase de los intervalos de ocupación).

Según los resultados de este procedimiento, el total de pernocta-ciones ascendería a 99 millones en el año 1972.

La segunda alternativa se sintetiza en el cuadro 11. Recoge los dife-rentes valores obtenidos del volumen total de pernoctaciones realiza-das en establecimientos extrahoteleros, de acuerdo con las diferenteshipótesis establecidas, tanto en el grado de ocupación como en el deutilización de la oferta. Los valores de ambos se toman en un entornode los que resulten, en promedio, de la distribución por zonas 30,3 y39,9, respectivamente, (cuadro 10). Las cifras máximas y mínimas re-sultantes son de 71,3 y 128,3 millones, respectivamente.

El segundo punto cíe vista atiende directamente al lado de la de-'nanda, sin considerar de forma expresa el montante de la oferta tu-rística de alojamiento.

Aquí el planteamiento es distinto, el punto de partida consiste encalcular el volumen total de pernoctaciones que los viajeros han po-dido realizar en el año 1972, tanto en los establecimientos hoteleroscomo extrahoteleros. Una vez obtenida esta cifra, se deducirán laspernoctaciones correspondientes a la hotelería (cantidad que se conocecon mayor exactitud, aunque no con absoluta certeza) y el resultadoreflejará las que se han efectuado en el sector extrahotelero.

Aplicando a la cifra total de entrada en España en 1972 (32,5 mi-llones), el porcentaje de estos que pernoctan en el país y la estancia

167


CUADRO 11

HIPÓTESIS DE PERNOCTACIONES EXTRAHOTELERAS EFECTUADASPOR LA DEMANDA EXTRANJERA CONSIDERANDO VARIACIONES ENEL PORCENTAJE DE UTILIZAGION DE LA OFERTA EXTRAHOTELERA

Y EN EL GRADO DE OCUPACIÓN(En millones de pernoctaciones)

Gradode ocupación

% utilización de-manda extranjera

354045

A Ñ O

25

7 U81,591,6

1 9 7 2

30

85,597,8

109,9

35

99^114,1128,3

NOTA: Total de plazas en la oferta extwhotelera en 1972: 2.231.931.

CUADRO 12

VOLUMEN DE PERNOCTACIONES EFECTUADAS POR LA DEMANDATURÍSTICA EXTERIOR DE ESPAÑA

(En millones de pernoctaciones)

Estancia media(días)

% de viajerosque pernoctaronen alojamientos

turísticos

605550

A Ñ O

10

195,0178,8162,5

1 9 7 2

11

214,5196,6178,5

12

234,0214,5195,0

NOTA: a) En establecimientos extrahoteleros y hoteleros,b) Volumen de visitantes en 1972: 32.5 millones.

168


media estimada, se obtiene el total de prnoctaciones teóricas que hanefectuado (ver cuadro 12).

Teniendo en cuenta el peso que supone los viajeros autorizadospor veinticuatro horas, los de puertos marítimos, los que utilizan do-micilio propio, caravanas u otros medios de alojamiento no controlados,se ha cifrado, como máximo, en un 60 por 100 los viajeros que per-noctan en alojamientos turísticos. Tomando además valores interme-dios hasta el límite inferior del 50 por 100.

Respecto a la estancia media, como valor central se toma oncedías, recogiendo la fuerte inicidencia que supone la zona de Baleares,y se establece un intervalo de variación en más o en menos de undía. los valores así calculados quedan resumidos en dicho cuadro.

El volumen total de pernoctaciones realizados por extranjeros enhotelería, se conocen a través de la información facilitada por el INE(67,0 millones), sin embargo, de distintas contrastaciones efectuadasse deduce que esta cifra está infravalorada y sólo recogería un 75por 100 del total aproximadamente, que resulta ser así un 89,53 mi-llones.

La simple diferencia de las cifras del cuadro 12 y estos 89,33 mi-llones, señala las pernoctaciones que deben corresponder a los esta-blecimientos no hoteleros, como recoge el cuadro 13.

Las estimaciones del volumen de pernoctaciones en establecimien-tos extrahoteleros, considerando distintas hipótesis de variación, tantoen el número de alojados en esta clase de instalaciones, como en laestancia media, quedan reflejados en el cuadro 14.

El intervalo del porcentaje de la demanda extranjera que utilizaeste servicio se hace variar del 18 al 20, y la estancia media de quin-ce a diecisiete días, más alta que en la hotelería.

Las estimaciones para la demanda interior vienen recogidas enlos cuadros 15, 16 y 17.

En el cuadro 15 se realiza la distribución por zonas de las per-noctaciones causadas por la demanda interior, como una sistemáticasimilar a la expuesta para la demanda extranjera.

Los intervalores de utilización, lógicamente, son los complementa-rios de los anteriores y para la ocupación se han considerado valoresinferiores en general, a los correspondientes a la demanda extranjera,fundamentalmente por razones institucionales. El total de pernocta-ciones estimadas por este procedimiento ascienden a 127,7 millones.

169


CUADRO 13

ESTIMACIÓN DEL VOLUMEN DE PERNOCTACIONES EFECTUADASPOR LA DEMANDA TURÍSTICA EXTERIOR EN LOS ESTABLECIMIENTOS

EXTRAHOTELEROS EN 1972, SEGÚN LOS SUPUESTOS ANTERIORES(En millones de pernoctaciones)

Estancia mediageneral de los tu-

ristas (días)

% de viajerosque pernoctaronen alojamientos

turísticos

605550

10

105,789,573,2

11

125,2107,389,2

12

144,7125,2105,7

NOTA: Pernoctaciones extrahoteleras = Total pernoctaciones — Pernoctaciones ho-telería.

Volumen pernoctaciones hotelería = 67.0 + 25 % X = 89.3 millones.

CUADRO 14

HIPÓTESIS DE PERNOCTAaONES EXTRAHOTELERAS CONSIDERANDOVARIACIONES EN LA ESTANCIA MEDIA Y EN EL PORCENTAJE

DE LA DEMANDA EXTRANJERA ALOJADA EN ESTBLECIMIENTOSNO HOTELEROS

A Ñ O 1 9 7 2

Demanda extranjera = 32.5 millones de viajeros.


% DE que uti-liza extraho-

telería

181920

ESTANCIA MEDIA

Días

Millones depersonas

5,9

6,5

EN EXTRAHOTELERIA

15

899398

16

9599

104

17

100105111

170


CUADRO 16

HIPÓTESIS DEL VOLUMEN DE PERNOCTACIONES EN ESTABLECIMIEN-TOS EXTRAHOTELEROS EFECTUADAS POR LA DEMANDA INTERIOR,CONSIDERANDO VARIACIONES EN EL PORCENTAJE DE UTILIZACIÓNDE LA OFERTA EXTRAHOTELERA POR LA DEMANDA INTERIOR, Y EN

EL GRADO DE OCUPACIÓN


Grado deocupación

% de utilizaciónpor la demanda

interior

656055

20

105,9197,7689,61

25

138,58122,20112,01

30

15836146,64134,42

NOTA: Totaí de plazas oferta extrahoteJera en 1972: 2.231.931.

CUADRO 17

HIPÓTESIS DEL VOLUMEN DE PERNOCTACIONES CONSIDERANDOVARIACIONES EN EL NUMERO DE ALOJADOS EN ESTABLECIMIEN-

TOS EXTRAHOTELEROS Y EN LA ESTANCIA MEDIA(Demanda interior, en millones, de pernoctaciones)

Estancia inedia(días)

Alojados en est.extrahoteleros

(millones)

44,55

20

8090

100

25

100112,5125

30

120135150

172


Las alternativas del volumen total de pernoctaciones, teniendo encuenta variaciones del grado medio de ocupación y de utilización entorno a los valores promedios (26,1 y 60,1), que figuran en el cua-dro 15, quedan reflejados en el cuadro 16.

Finalmente, en el cuadro 17, se recoge la estimación del volumende pernoctaciones efectuadas por la demanda interior, en extrahote-lería considerando variaciones en el número de usuarios de este tipode alojamiento y en la estancia media.

El primer problema que se ha planteado ha sido la cuantificacióndel volumen de alojados en extrahotelería. Para solucionar el proble-ma, se ha cifrado en un porcentaje superior al 10 por 100 del totalde la población (incluyendo en éste repeticiones durante el año), losque no se alojan en este tipo de establecimientos, y no llegando a su-perar didho porcentaje el 15 por 100. Luego el entorno de variaciónoscila alrededor del 5 por 100.

Por otra parte, ha sido necesario fijar la estancia media, aspectoque se resuelve, ofreciendo un amplio abanico de posibilidades, conuna diferencia máxima de diez días.

La hipótesis de cruce que más se aproxima a la estimación reali-zada por zonas, es aquella que está delimitada por un volumen dealojados de cinco millones y veinticinco das de estancia media.

Es importante destacar nuevamente que se considera en el nú-mero de alojados no aquellas personas que acuden una sola vez aeste tipo de establecimientos, sino el compuesto de todas las unidadesde alojados que se han realizado durante el año, aunque algunas deéstas pertenezcan a un mismo viajero.

7. CONCLUSIONES

A modo de resumen de las ideas expuestas, destaca en primer tér-mino, que toda distribución espacial de la demanda turística está con-dicionada a unos determinados factores y no a meras circunstanciascasuales, lo que presupone la existencia implícita de una ley naturalde localización territorial de los flujos o movimientos vacacionales.

Dicha ley tiene su origen tanto en los factores condicionantes rea-les que se han apuntado como en el deseo de disfrute de los recursosque las distintas zonas poseen. En consecuencia, no puede hablarse de

174


espacio turístico si no se dan en él las dos premisas señaladas: recur-sos y deseo. Sin embargo, es patente, a la vista de lo que se observa,que el no haber considerado conjuntamente ambos elementos, en lasfases de planificación, ha llevado consigo también a una notoria des-armonía que, en casos concretos, se hace realmente grave.

Por otra parte, la mayor rigidez de la oferta natural, como la posi-bilidad de actuación más o menos intensa sobre el deseo, a través dedistintos estímulos, ha provocado indudablemente esos desajustes. Esarazón esencial, la manipulación arbitraria o la falta de canalización delos impulsos turísticos, se ha debido a la ausencia de un auténtico co-nocimiento de la dimensión espacial del mercado y a la inobservanciaconsiguiente de la citada ley.

Analizadas separadamente las distribuciones espaciales de la de-manda en alojamientos hoteleros y extrahoteleros, para los visitantesextranjeros, así como para los españoles, parece oportuno efectuar unestudio conjunto con el fin de obtener una imagen resumen del usode las zonas turísticas y de la significación de tal situación.

En el cuadro 18 se presentan las pernoctaciones totales realizadaspor la demanda niterior y exterior en los alojamientos hoteleros yextrahoteleros, en las zonas más relevantes para el año 1973. Los da-tos de hotelería se han obtenido de la información estadística publi-cada, mientras que los valores de la extrahotelería resultan de extra-polar los que se estimaron para 1972. Por no disponer aún de infor-mación suficiente, no es posible contrastar estos últimos valores, por loque su uso debe hacerse con lógicas reservas.

No obstante, y prescindiendo de probables errores de que adolez-can las estimaciones realizadas, el resultado final constituye un indica-dor aceptable de la distribución espacial de la demanda total.

Cabe preguntarse si esta distribución se aparta mucho de la queresultaría del libre juego de las fuerzas que inciden sobre la misma,y que han sido comentadas a lo largo del estudio o si, por el contra-rio, es más bien el resultado de otro tipo de factores influyentes.

El predominio que se observa a favor de las zonas costeras e in-sulares responde, en cierta medida, a la acción de ese conflicto entredeseos y recursos que los satisfagan, pero no solamente a él.

Las acciones dirigidas por grupos de interés vario, la existencia deciertos condicionantes institucionales, junto con otros factores económi-


eos, han alterado las tendencias iniciales de crecimiento en las zonas,reforzándolas en unos y cercenándolas en otros. Esto ha supuesto elnacimiento de problemas puntuales agudos, al exceder la demanda alo que «naturalmente» le correspondía.

La futura corrección de dichas anomalías exigirá un planteamientomenos teórico y general del turismo, acercándose a la realidad espacialde las regiones, viendo su potencial valor turístico y los problemas quedeben afrontar, puesto que en definitiva es en el espacio y no en lospapeles donde se asienta el turismo.

176


R E S U M E

MIGUEL COYA SANZ: Une antúyse de la distribution s palíale de la demande.

L'étude permet d' exatniner en détail un élément de base présent dans touteroanifestation de l'activité touristique, l'espace et les facteurs en connectioo.

L'espace apparait comme condition de la distribution de la demande, en marged'autres facteurs influants (propagande, tnotifs psychologiques et sociaux, etc.) etil est aussi possible d'aariver á détetminer les zones plus adéquates pour aocueillirles visiteurs, du point de vue ihéarique.

Le meilleur emploi des ressources statiales existantes, ainsi que Pécart desproblemes de desequilibres structuraux, cmt comme condition indispensable l'éla-boration d'un programme d' ordonnation et d'exploitaiion des zones. Tous eesaspeets sont consideres, au méme temps que l'analyse d'un cas concret, la distri-bution de la demande dans les différentes zones touristiques espagnoles.

S U M M A R Y

MIGUEL COYA SANZ: An arudysis of the s pal ral distribution of the demand.

This studly intends to examine with a oertain detail a basic element which liesin every trend of tourist activity; the espace and related factors.

The space appears as a conditionan to the distribution of the demand puttingaside other influential faotors (such as advertising, psycological and social motiva-tion) and thus it is possible to arrive to determine which are the better fittedáreas for reception of visitors under a theoretical view point.

The rational use of tihe axistent spatial resources as well as an intent tryng toavoid problems of umbalanced structure, implies necessarily the fonnulation ofa program for arrangement and explotation of the áreas. All these aspeets areoonsidered, together with the analysds of a particular case: the disminution ofthe demand in the various spanish tourist áreas.

ZUSAMMENFASSUNG

MIGUEL COYA SANZ: Eine Andyse der raunAicben Verteilung der Nachfrage.

Der Bericht hat die Absicht, mk gewisser Gründlichkeit ein grundlegendesElement zu betrachten, das in jeder fremdenverkehrs massigen Tátegkeit zunaAusdruck kommt: der Raum und die damit zusammenhángeníden Faktoren.

Der Raum erscheint hier ais Bedingung der Nachfragenverteilung und zwaram Rande von anderen Einflussfaktoren (Werbung, psychologische und gesells-chaftsbedingte Motive usw.). So wird es móglich, die günstigsten Zonen zu bes-timmen, mit denen die Besucher vom theoretischen Startdpunkt aus gesehenerfasst werden kbnnen.

Die rationelle Auswertung der bestehenden raumlichen Rekurse wie auch dasVerhinderung von auftauchenden strukturellen Gleich gewichtsproblemen benótigenais grundlegende Bedingung der Erstellung eines Bewirtschaftungsprogrammes derbetreffenden Gebiete. All diese Aspekte werden in Betracht gezogen und zwarin Zusammenhang mit der Analyse eines bestimmten Falles: die Nachfragever-teilung in den einzelnen spanischen Fremdenverkehrsgebieten.

177

UN ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE...

Documents

Transcript of UN ANÁLISIS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE...