Doctor, Por Qué Nuestro Hijo Tiene Problemas [Anny Cordié] (1)

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¿Por qué, doctor, a nuestra hija no le va bien en la ¿Por qué nuestro hijo nos hace la vida imposihh: rnn su comportamiento violento'! ¿Por qué nuestra hija 1111 l111hla ': ¡,Por qué nuestro hijo padece un eczema que a trnl11 s los tratamientos? Anny Cordié escuchó esm, preguntas, y muchas 01111-. , cuando. tras su experiencia como médica clínica. se l'1111v11 - tió en psicoanalista. Allí se encuentra el interrogante dl ' los padres y se. convertirá también en el del niño, que -.:a a expresar su malestar al analista a [ravés de relatos. d1h11jos, modelados. El analista está allí para escucharlo y rest1h111 k el sentido de su síntoma a los efectos de que pueda 1 ihl 0 t111 Sl ' de él. La autora pone el acento en la implicación lk lo' padres en el malestar de los hijos y en el papel que lictll'll <Jll l' desempeñar en Ja cura. Este libro se dirige a ellos, 1w111 también a todos los profesionales de la infancia y la adoh. •s ccncia; permite seguir muy de cerca el desarrOllQ de 1111.1 psicoanalista de niños y captar toda su singularidad. Ncurops1quiatrn y ps1coanalisw. 1 \nny Conhé publicó. cntn: otros 11111111,, lo.,· retrdStulo.\ 110 C!.tls1e11 . p, \it :o1111ci/i. v.i. tJ,. niño.,- t'Oll jractJ.'a• , .,.e 11 /i u, .\fale. \IClr 1111 lo.\ '"}''1.-·11tt'.\ Lu edt1cucián u1ue el p.•dcoaná/; , ,;,, y l ,,, ,,,,) ,, ¡>. <icú11co. obras 4uc integran d cawlogo de Ed1cione> Nueva \ ismn 04855 / J>sicol ogia del ni 1i o y el adol esce nte e: ·-- .:: •• , . ' .. "l () Ctor: , ;, Jor que 11 uestro hijo t:icne tJroblemas? nny Cordié

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psicología

Transcript of Doctor, Por Qué Nuestro Hijo Tiene Problemas [Anny Cordié] (1)

  • Por qu, doctor, a nuestra hija no le va bien en la c~lmla'! Por qu nuestro hijo nos hace la vida imposihh: rnn su comportamiento violento'! Por qu nuestra hija 1111 l111hla': ,Por qu nuestro hijo padece un eczema que re~1sk a trnl11s los tratamientos? Anny Cordi escuch esm, preguntas, y muchas 01111-., cuando. tras su experiencia como mdica clnica. se l'1111v11 -ti en psicoanalista. All se encuentra el interrogante dl' los padres y se. convertir tambin en el del nio, que -.:a a expresar su malestar al analista a [ravs de relatos. d1h11jos, modelados. El analista est all para escucharlo y rest1h111 k el sentido de su sntoma a los efectos de que pueda 1 ihl0 t111 Sl' de l. La autora pone el acento en la implicacin lk lo' padres en el malestar de los hijos y en el papel que lictll'll
  • COLECCI N PSICOWGIA DEL Nli\;0

    Y J::L AtlOl.~~SCENH:

    AnnyCordi

    Doctor, por qu nuestro hijo

    tiene problemas?

    Ediciones Nueva Visin Buenos Aires

  • Cordi, Anny Doctor, por qu nuestro hijo tiene problemas? - 11 ed. - Buenos Aires: Nueva Visin, 2004. 272 p., 19x13 cm - (Psicologia del nio y el adolescente) Traduccin de Heber Cardoso

    l.S.B.N. 950-602-4855

    1. Psicoanahs1s Nios l. Titulo CDD 155.4

    Ttulo del original en francs: Pourquoi, docteur, notre enfonl o-t-il des problemes? ditions du Seuil, mars 2004

    Venta nicamente en Amrica latina

    'Jraducc1n de Rebcr Cerdoso

    Toda reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier sistema -incluyendo el fotocopiado-que no haya sido expresamente autorizada pQr el editor constituye una infraccin a los derechos del autor y ser reprimida con pena.s de hllBta seis aos de prisin (art. 62de la ley 11. 723 y art. 172 del Cdigo Penal!.

    2004 por Ediciones Nueva Visin SAIC. Tucumn 3748, (1189) Buenos Aires, Repblica Argentina. Queda hecho el depsito que marca Ja ley 11.723. lmpreso en la Argentina I Printed in Argentina

    A la 11te1uor1n tf,~ n1i an1ina, la doctora Mnrie 'l'l1resr Broussy

  • INTRODUCCIN

    Al consignar los casos de cinco jvenes pacientes, he querido dar cuenta de lo que es una prctica de psicoanlisis infantil Anle la necesidad de tratar, en calidad de ncuropsiquiatra, enfc-rmcdades pertenccicnlcs a la psiquiatra, ejerc1 sobre todo el psicoanlis1s.

    Llev a cabo mi propio psicoanlisis con Fran~oise Dolto en la dcada del 60 y luego asisl a sus consultas en el hospiLal Trous~eau. Mientras tanto segu las enseanzas de J!lcques Lacan, sus seminarios y las presentaciones de en-fermos que realizaba en Sainte-Annc En especial, tuve l!l fortuna de realizar sesiones de control con l; pude entonces apreciar al gran chnico que era. Recul'rdo que, en tanto yo procuraba llevarlo al campo de las consideraciones tericas, l si(mpre me devolva a Ja clnica, a escuchar, a estar ms cerca de la praxis: sabor escuchar el riesgo de suicidio en un pacienLe, modular mis intervencionC'S, moderar mis impa ciencias y evitar los tratamientos psicoanalticos demasiado apresurados. No hay que colocar a un paciente en el divn de buenas a primeras. Con Lacan aprend a multiplicar las entrevistas preliminares para darme el tiempo de plantear un diagnstico estructural; la conducta de cura no es la mis-ma segn uno tenga quc> tratar a un paranoico, a un psictico o a una histrica.

    No me extender sobre el aporte terico de Lacan; l mismo deca: "Es preciso que les sirva lo que digo Las

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  • observaciones que nos dej iluminan nucstm prctica; por ejemplo, la ubicacin a una posicin de "maestro"; parn el paciente. es d qur .
  • siempre haban conocido, con la diferencia d
  • 'e expresa poco y el maestro piensa que CMN'c d!' vocabula-rio o que no cntil'nde: de todos modos "e~ despierta". agrega.

    El sn e~cuela Clnnt esta muy lejos de ser la un rea que tiene In piel negra y no creo que lo~ nios dtI Jlrd1n d1 rnfantes la discriminen por eso.

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    En esa primera sesin hace un dibujo trivial (dibujo o" 1), una casa con puerta, ventanas y una chimenea que despide humo, es decir, una casa habitada a la que se puede entrar y salir. Junto a ella se ve una nia pequea del mismo color gris que el techo de la casa. Encima, el sol y una antena de televisin. Despus Clara se pone a modelar con pasta trocitos que luego enrolla para representar caracoles. Pri mero hace uno grande, amarillo, que es la mam, otro rOJO, el pap, uno gris, la abuela paterna, y luego u no blanco, la hermann mnyor". Pega el gris sobre el rojo "el rojo, chico, est mezclado con el de la cabeza gris, es la abuela [paterna]", aclara. El gl'is que representaba a la abue la paterna se encuentra, pues, pegado con el del pap, representado por el caracol rojo. A continuacin hace uno de color nnruaja, "es un beb rosndo", y luego pega el gris sobre el beb rosado. Dice: EJ pap caracol rezonga al caracolito, que llora, la mam caracol rezonga al caracolito, que llora". No comento estas reali?.ac1ones, todava es demasiado pronto

    Clara no muestra reticencia alguna para hablarme. Me !

  • lll 11ru1 olu tn \'1111' u \...-mr; nw dic
  • Le digo que en esas semillas hay de lodo: color de los ojos, color de la piel y el cabello, la forma de la nariz y de los dedos del pie, lodo eso se mezcla y a menudo hay sorpresas, pues hay caracteres que dominan, que desaparecen y que reapa-recen en las generaciones siguientes. Le planteo la pregun-ta: "Por ejemplo, Claro, cmo seria el marido que elegiras? Con piel negra o blanca?" Le sealo que su madre eligi y am a un hombre negro. (La observacin no es anodina y vuelve a cuestionar la perplejidad de lo madre ante el color de la piel de la hJa.) "S eliges un marido de piel blanca, cmo podran llegar a ser tus hijos? Quiz haya uno negro, otro caf con leche, otro de piel blanca y ojos tan azules como los de tu madre: es el misterio de las mezclas". Eso la hizo rer mucho. Agrego que en la medida en que haya ms mezclas, tanto ms hermosos y astutos resultan los nios, porque saben cosas que los dems no conocen, y esto porque aprenden de varios lugares a la vez. Ella, Clara, sabe mucho sobre la Vida en lasAnlilles, la lengua que se habla all, cmo se cocina. Cuando sepa escribir podr copiar recetas de all para la abuela de Francia

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    Al comienzo de cada sesin Cloro hace un dibujo sin co-mentarlo. Sin embargo, se pueden seguir los progresos de Ja terapia a travs de los dibujos, prcsenlodos aqu en orden cronolgico.

    El dibujo n9 1 data de la primera sesin; lo hizo despus de los modelados, como si se lratara de una firma, y luego s iempre escribe su nombre en el dibujo con una letra clara y aplicada

  • En el dibujo n" ;3 la nia mantiene !!iemprc In cnhcllern dirigida hacia una casa que. de hecho, ya no lo l'S; ,.e trata ms bien de unn forma flica con la apariencia de un techo puntiagudo inclinado hacia la nia. Hay que dtslacar que sta presenta un aspecto primitivo. ,agamcnlurgimiC'nlo de la f'eminci-dud en la n1u-lor arrimada al ralo palc1 no. fie lrntn rle inler>relacon beb baslanlt informe, con cuerpo en forma de crn7. C?>.11 In derecha, unu nina con sus dos cuernos y un rostro con forma de corazcin y. finalmente. en el medio. una n1ia-n1a conclu1da, con cnhl'llos cuidadosamcnk pl'mados, lacios hacia delante y varias colitas que parten de las orejas (y no de lo allo del cnineol. A partir de este hecho, su cl1s1iplnada cabellera adqui
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  • afecta". Luego me mforma "que tras haber vivido sola duran-te mucho trmpo. rehizo su vida con P11ul, un hombre ms jov(n que . Es una situacin normal c>n una nu'la de ocho aos, pero ~e trata de algo que las madres no quieren ver o que exP
  • detesto, bruJa" de Brian (vase el capitulo ;;iguiente), .es la mezcla de amor-odio que se encuentra en lus produccu~nes imaginarias de los nios en terapia. Clarn r1:sponde medum te el mutismo a lo que percibe como no-aceptacin de su apariencia fsica por parte de la madrc y de l.~ nb.u~la ma terna. una forma depo~r en accin i;u exclus1on: No qu1~ren saber nada conmigo. pues bien. yo tampoco C'stoy aqu1 , y entonces
  • ' BRIAN ,POR QU DESDE EL PRlME H. DA NUESTRO IllJO NOS HACE LA VJDA lMPOSIBLE?

    Brian tiene ocho aos. Es un rubiecito de mirada ,ivaz. En l consultorio, no puede pcnnaneccr sentado entre el padre y la madre: se lernnla. ''de un lado para el otro, da vueltas a lrededor de m1 escritorio, se coloca a mi lado para mirar lo que escnbo. Los padres "me lo han trado para una psicote-rapia"; me alcanzan la carla del pediatra que lo atiPnde desde el nac1m1enlo y el menMje de un eminente profesor de psiquiatra que ha aconscJ

  • nunca ha cesado y de lo que lu madre hablar casi en cada sesin.

    El cuadro

  • mecanismos de la obse,in. las elaboraciuncR fantusm:ilicas que conforman la trama del sm~oma. En todos estos procesos de proteccin contra la angustia. la cstrudum d_rl lc_nguaJC des
  • actos quirrgicos pesados. Brian experi~ent una conten-cin prolongada a una edad en la .que la imagen. del cuerpo se estructura a travs de percepciones cenestsicas y de la actividad motriz. Aquel traumatismo precoz sin duda co-existi con una dificultad de comunicacin madre-lactante, ni carecer la madre de ese poder tranquilizador y trasmisor de seguridad que se coORidcra que toda madre aporta al nio a travs de los cuidados maternales.

    Es ah donde int.crviene el poder mdico. El pediutra, impre-sionado por la agitacin del nitio y, sin du~a. por las quejas de la madre, prescribe neurolpltcos, trata~1ento que proseguir durante cinco aos. Hoy en dia c.~tos medicamento.~ se reserva!' para los adultos; "6lo en los casos de autismo pueden prescn-birse a nios en dosis muy inferiores a las que tomaba Bnan, quien no era en absoluto autista ni psictico. Esta observacin dnta de la dcada de 1970, poca en la que la prescripcin de psicotrpicos seenconlraba menos afinada que hoy. Los neuro-lplicos deban dcscmpcilar, para el pediatra, una funcin calmante, yo di ria de sofocamiento; eran como u~a l1pa ~bre la olla, parecida al annazn de yeso que man tenia m~oviliza.do el cuerpo del beb. La ingcsti~ re~lar d~ ?SI'. ps1co~p1co durante todos esos aos no modifico el equ1hbno biolgico Y ps1quico del nio como lo h;1bria hecho la absorcin de una droga? Ese sometimiento e~ ms tomado en. cuenta hoy. por~ue w ha descubierto que el uso prolongado de ciertos neuro.lcpllcos put'Cle inducir la adiccin. Adems, esa clase de tralam1cnlo no est exenta de efectos secundarios. Desde aquella poca se han sei'lalado inhibiciones al suci'lo, excitaciones paradjicas Y otros trastornos neurolgicos.

    Tom contacto con el pediatra y le propuse detener progre-sivamente el tratamiento neurolptico a los efectos de ver con mayor claridad la patologia. Si se produca un agrava-miento. se le avisara Me puse de acuerdo con la madre, previnindola de que los sin lomas. en particular la agresivi-dad, podan agravarse durante algn tiempo como conse-cuencia de ese "destete" y le suger que encararn el modo en que ella misma requiriera ayuda si era nec~sariu. Tambi~ habl con Bl'ian de la supresin de los mcd1camcnlos, deci-

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    '1n que ms bien pareci tranquilizarlo. El trabajo ps1coa-nahtico podia comenzar.

    Desde el primer encuentro, luego de la entreYista con los padres ~n presencia. de Brian, lo veo a solas en la pequea ha~1t.ac16n donde.recibo a los niilos. Hay all algunos juguetes, animales de ~an~a, un muiloco de trapo, autitos, papel, fibras de color para d1 buJar, pasta para modelar. Le explico a Brian en qu consiste esa psicoterapia que los mdicos y sus padres rt'Claman para l; le propongo que me haga saber su opinin y qu~ me d su conformidad definitiva despus de algunas ,;cs1ones, cuando haya comprendido me1or de qu se trata.

    Me presento ante l. Soy un mdico que no receta medi-camentos, que no da inyecciones ni hace exmenes con

    mstr~mentos; aqu se ~ura con las palabras. Escucho lo que los ni nos o los adultos tienen para decir sobre su sufrimiento y,ju~to a ellos, trato de comprender por qu se sienten mal. Pore1emplo, l, Brian, se siente dichoso o desdichado?, por qu ocurre todo eso que le pasu?, por qu esa rabia que tiene en el cuerpo y en la cabeza? Al igual que l, he escuchado a los padres hablar del fastidio que lel! causan sus comporta-mientos, piensan que lo hace a propsito, pero yo creo que es ms fuerte que l y que l puede tratar de comprender lo que lo lleva a hacer cualquier cosa. Le aclaro bien que todo lo que l diga o ~aga durante la sesin ser un secreto entre l y yo; s1 l quiere hablar con los padres de ello est en libertad de hacerlo, pero yo no dir nada acerca de lo que ocurra aqu durante el transcurso de la sesin. Por su parte, cuando V('O al padre o a la madre antes de recibirlo a l aqu, puede

    cs~uchur lo que se habla, ya que se habla de l. Si los padr

  • golpearme, lanzarme la pasta de modelar o los autitos a la cara, por ejemplo, o daarse a s mismo, arrojarse al sucio,

    cortar~e con la paleta de modelar (nunca tuve un solo ni11o que se haya lastimado con la paleta). Le pregunto sienten di lo que le deca y ~i el!taba de acuerdo; habia comprendido.

    La cura dur dos aos. Vea a Brian cada quince das, o veces con mayor frecuencia s1 los sntoma~ se agravaban, pero tena vacaciones escolares, algunas est.adt1s en su pas de origen y alejamientos de Pars que justificaban las pau-sas. Sin embargo, siempre cst.'\bamos en contacto telefnico. En total. se produjeron unas treinta sesiones.

    En lo primera, Brian toma lnpices y paprl, y comienza a dibujar. Como habh\ notado hasl11 qu punto sus gestos eran bruscos, amplios y desordenados, le doy grandes hojas pura que se cxprese, esas de los listados de computadora, las que utiliza en la totalidad de su supcrficie. Aquella vez hizo dos dibujo!\. ~;n uno de ellos (el n'' 1 dibuja lo que llama un gato "no como los dems, sino azul y amarillo"; a continuacin le agregar color rojo. "Quiere atrapar pjaros; siempre lo consigue, pero cuando no lo consigue se pone a llorar y entonces va a robar pescados a In pescadcna" En otra hOJa (dibujo n" 2}, se aplica a hacer una corona que se parece en algo 11 las que se les entregan n los reyes; omplea muchas fibras de color para colorear los "diamantes" que la adornan. "Es una corona con diamantes-dice-, que es muy cara; cada diamante cuesta mil francos; es la corona de Luis XV; la v1 en el musco con mam durante los vacacioncM de Pascua". Prosigue: "Mi hermano es un rcyccito, es el jefe de nuestra casa .. mi padre es jefe de escuadra [o de escala?]".

    Brinn dibuja y habla con mucha concentracin y tranqm lidad. Estoy acostumbrada a ver nios descriptos como ncr viosos, inestables, concentrarse en su trabojo durante la sesin; de pronto se prestan atencin a s mismos, del mismo modo que el adulto, que est a su lado, est atento a sus dichos. Con mucha rapidez perciben que ese adulto no es como los dems; no exige nada, no dice "est mal lo que hace!\" o "debes cambiar", no juzga, escucha y, de tanto en

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  • t 111110, hute algun comentario o formula nlguna pregunta Hnhrc lo qul' acaba de decir o dibujar. Escribe todo en una h11Ja que luego archiva en una carpeta.

    Los dos >rimeros dibujos con las historias que cuentan r

  • ninos regresan para consull!lr la carpeta; siempre resulta una experiencia movilizadora para el paciente y para ~I terapeuta ese momento de recuperacin de una expenenc1a reprimida, del resurgimiento de recuerdos que se cre~ perdidos: "Me habia olvidado. recuerdo ... no me .scptia bien, que edad tenia?", lo que es una manera de d~cir. Soy yo y no soy yo", firma del inconsciente, marca del chvaJe del sujeto. _ .

    Brian comienza la segunda sesin con un pcqueno mter-cambio ldico; me planteo adivinanzas: Quin tiene un ojo en un granero y dos 'ojos' en un prado? . le das tu lengua al gato?. es un buey, quin sube y baja y es rojo? .un.to!ate~n un a!;Wnsor" Luego dibuja un hipoptamo (d1buJO n 3) sm hacer coment.ano~. despus un gato con la misma cabeza que el de la primera ~esin. A continuacin dibuja un nido; de hecho

  • .vo no cstt\ solo como en la primera sesin; en el nido hay dos. La madrt' va a alimentar a sus pequcos. Hny que scnlar que trae un solo gusano para uno solo de los "nios" pjaros; quera buscar dos pero la historia se detiene des-pus de la nlimcntncin del primer "niito". Aparece enton-ces el tema de los ~emelos, cuyo derrotero se puede segui r en la cura ha::ita su desapancin, cuando Brian comienza a rt.'constru1rse y a asumir su 1rnbjetividad. En ese comienzo de la cura cxpresu el deseo de ser "igual", de "mezcla rse" con el hermano, en suma,descrelotro. Curiosamente emplea la expresin "cada uno de m" para expresar ese estado de fusin. No ndverti de inm('diato que para Brinn se trataba de ser el nmado de Ja madre, e l "niito" del nido alimentado por e lla, aquel nido que l rcprescnta como un huevo partido del que surgen dos cabeza~ y que l tacha enseguida con una raya furiosa. Pero Brinn no es ps1ctico, por lo tanto sabe que esa identificacin es un seuelo, l no es el otro, l no es el nio uienamndo. Sus celos son terribles y su envidia despierta pulsiont's mortale~. Nos encontramoa en la problemtica del onfrentam1eoto 1m11ginario; "o l o yo", uno de los dos debe dcsapart'cer para que el otro viva. Las sangrien tas peleas con el hermano, las agresiones bajo distintas formas prosi gucn durnntc largo tiempo. En el fantasma, por ese enton-ces, suena con ser el otro, el nio quer1do, pero la realidad vuelve a atraparlo: no lo cs. Y si e l otro no estuviera, podra tan slo tomar su Jugar y lograr el amor de In madre? Es lo menos Se dnde proviene la idea delajirafa?,Hay que buscarla por l l:ulo del padre, cuyo amigo vuelve de ;\frica, tiene una nia 1 "" 'nr6!1 beb (un gat.it.oJ. Mi intervencin !
  • se pueden seguir los cambios en la problemtica psquica de Brian, mucho antes de que esa evolucin fuera perceptible en su comportamienLo. Regularmente se encuentra en ellas el tema del cnfrentamienLo mortal, modulado de mltiples formas. Ante todo estar en la historia de los humbas y los rabcs(dibujo n 4). Unos tienen caballos, los otros, caones; se trata de fuerzas desparejas, como siempre, lo que no impide que se maten Lodos entre s. A continuacin habr "un soldndo valiente que vive solo, debe enfrentar a un gran caballero o quien nadie hn podido vencer, pone dinamita en su casa y hace que todo estaUc por los aires". Tambin aqu existe un combate desigual, donde no es el ms fuerte quien gana, pero donde todo el mundo resulta muerto.

    En la 11cxta sesin aparece una mujer en medio de la guerra entre los ingleses y los rabes. "La come una serpiente; creen que ha muerto, pero sigue viva; es la mujer del jefe, un monstruo se la come, pero olla vuelve ... es un monstruo gentil, quieren matar a la serpiente y as estalla la guerrn ". Agrega: "mi madre siempre est mirundome". Lo vemos dibujar Lemas que se repetirn a lo largo de las sesiones: la serpiente devora

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  • tcnian tanto miedo que se caan ... Otro nio se volvi todo rojo, muy grande. un patriota norteamericano quiso matar a ese monstruo. un misil, un avin con 10000 personas a bordo, todos muertos ... all hay un gusano que sale de la tiC'rra, todos los que lo tocan se convierten en una gran serpiente, todos le tenan miedo ... un gran caracol, todos le tenan miedo, te nin ojos grandes, gruesas antenas con rayos, un avin que ria matarlo, empieza a calentarse, el motor se incendia, se acab d misil, el rayo lser se apaga ... el carro n 1607 explota. cae el jefe". Luego era cuestin de esquele-tos, a,in en llamas, humo, todo esto dicho en medio de una gran excitacin que culmina con un "bum" explosivo. Des-pus se calma. En los dibujos se puede descubrir la oruga y In mariposa, la cabeza del monstruo, el combate areo con el carro, lodo en medio de una especie de caos apocahptico representado por trazos desordenados.

    Reaparece aqui el tema del mno monstruo, el beb "de cualquier modo" que asusta a todo el mundo. Cuando las nlas se abren, cuando salen las antenas, cuando el gusano se convierte en iwrpiente, en suma, cuando crece, aumenta el tC'rror, hay que matarlo. Todos se aplican a esa tarea el misil, el avin. .. se producen imgenes de pnico. El terror se halla por todas partc'4 El monstruo tiene miedo de que el a\'ln lo mate y asu_qta a todos, a las flore!

  • injurias, pip en la cama, negativa a alimentarse. insomnios,
  • En la sesin Brian contina poniendo en escena fantas-mas devoradores. Dibuja. (dibujo nQ 6) "un monstruo que se come a todos los fantasmas. Le da veneno a Ja princesa que quera comrselo, la princesa morir ... No quedan ms que Jos hombres libres".

    El monstruo devora a los fantasmas y envenena a la princesa que quiere comer ol monstruo; otra vez, ambos protagonistas mueren, slo sobreviven los hombres, "los hombres libres", dice.

    La historia se parece al relato de un sueo, donde el mconsciente se encuentra regido por el proceso primario; las imgenes y los significantes se asocian y se reagrupan en conjuntos a menudo incongruentes, con esa caracterstica de sinsentido tan conocida. Freud identific estos mecanismos: son la condensacin, el desplazamiento, la sustitucin.

    La condensaci11 es el agrupamiento de varios pensa-mientos. Ciertos elementos del sueo, por ejemplo, son "sobredeterminodos", representan mltiples asociaciones posibles. En el desplazan11e11to y en la sustitucin, un signi-ficante puede ocupar el lugar de otro porque le resulta

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    cercano por homofona, asonancia u otra cercana descono-cida. En Brian, a menudo se encuentra el significante "uo ler" con el sentido de robar, pero t.nmbin referido al hecho de volar por los aires, como su padre. Jncluso en algn momento se puede pensar que est empleando los dos sentidos al mismo licmpo,uoler(robar)el falo a un padre que \'Uela. Los desplazamientos y las sustituciones son frecuen-tes en las historias que cucnt.a.

    En los relatos de Brian, los roles son intercambiables, el monstruo que devora puede ser tanto l como la madre, y el monstruo que devora es tambi6n el monstruo devorado (desplazamientos y sustituciones). Quines son esos fan tasmas que se parecen a fetos? Quicln es ese monstruo con una corona en la cabeza (n 7), con la que cubre a su hermano en las primeras sesiones? Es posible preguntarse: quin devora a quin? Es un festn general donde todos encuen-tran Ja muerte, excepto los hombres libres

    Luego de las imgenes de aniquilamiento mediante armas destructivas, aqu nos sumergimos en los fantasmas ms

    En francos mltr 1gn1fica Ulnlo "robnr" romo volnr" (N del T .)

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  • arcaicos de muerte por devoracin. Esos fantasmas orales (agresividad oral) son frecuentes en los ni no~. pero rara vez se expresan con tanta claridad. Se los encuentra en los t>uentos, cuando el lobo-abuela come a In p
  • 1

    1 t)

    Au cola c;special, que puede hacer girar con mucha rapidez y que le permite vol~, a laque podramos llamar animalito querido".

    Dos expresiones empicadas por Brian me llaman Ja aten cin: la primera, "los romanos estn hartos". Sen ti en 61 algo as como g'.111as de abandonar todas esas historias de peleas, de v1olenca, ganas de alejar el miedo, algo as como un comienzo de renuncia al sntoma La otra expresin es "toman a todas las fuerzas de la Bastilla, loscanoncs, t.odon como si los combatien-tes se apropiaran de las fuerzas del ene;rugo pens en el deseo de apropi~rse de la fuerza del padre (robar e falo paterno). Es un rey quien habita en el castillo; Brian debi or hablar de la toma de la Bastilla el 14 de julio, con los significan tes asociados a ese ncontecimienti: r~volucin, libcrtad, muerte del rey (en otra sesin no hab1a dicho que "slo los hombres quedan en libertad" ante lo que pareca ser un peligro que provenfa de las ~UJCrcs?). La sesin prosigue con la evocacin de significantes flicos: la flecha azul que vuela, el oso de la cola mgica que tambin puede volar, esa cola a la que l llama encantadora-mentc su animalito querido.

    Ofrecer algunas de mis asociaciones sobre esa sesin . ' que me parece interesante. Aqu el ataque no es mortal de

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    r111roda. En el dibujo se ven ambos campos separados por un 110, rl pcr.oonaje en la balsa se halla perfectamente dibujado )' llllcnta un aspecto de conquistador. Es posible asombrar-oo on la mezcla incongruente de significantes: Napolen Junto a los romanos, el indio en el Mississippi sale de la tl11Hl11ln. Cuando se le pide a un mr\oquecuente una historia l1hrcmente, sin ninguna ntaduro, excava en las palabras y n los recuerdos de las historius que ha escuchado o visto, en 11 rine por ejemplo, Jos enlazo entre s segn una l~rica

    ~urnda de su imaginario; as rehace otra historia, la suya. Esa inventiva desparece en parte cuando el nio crece; la represin ya ha hecho su trabajo. Este tipo de asociaciones l1hres tambin existe en los sueos; quien suea selecciona de los restos diurnos, o en un pasado a menudo lejano, los 1lcmentos que constituirnn la trama del sueo. Los signifi-1antes surgidos del inconsciente de quien suea so asocian v se reagrupan por homofona, asonancia, en conjuntos a menudo estrafalarios y tan extraos que el sujeto no los reconoce al despertar y se apresura a reprimirlos.

    En el relato de Brian, el atacante da muestras de inteli-gencia y astucia, construye una balsa, sube a una montaa paro bombardear el techo de In Bastilla, hace saltar un puente, empica el ro. Seguramente Brian vio todo eso en el cine, pero lo reinventa en una construccin que le es propia, circunstancia en la que se adivino una identificacin flica que la continuacin del relato confirma: el falo volador para conquistar el mundo, la cola mgico que permite volar (no olvidemos que su padre trabaja en la aviacin y recorre el mundo volando).

    Ms adelante expondr ms en detalle el trabajo del analista en la terapia de nios, pero puedo dar cuenta del modo en que intervine en el transcurso de esa sesin. Me sorpren-di eso frase: "Los romanos estn hartos ... no saben qu hacer La repet: "Dices que estn hartos. Qu les pasa? Ya no saben qu hacer para combatir?". Tambin retom la expresin "tomaron todas las fuerzas de la Bastillan Pre-gunt: "Qu fuerzas? Qu es lo que las haca fuertes? Pese a todo, son los ms malos los que ganaron?" (se sobren ti en-

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  • de: el rey de la Bastilla no era, pues, el ms fuerte; los otros tomaron sus fuerzas l. El nio no tiene nada para responder directamente a mis preguntas; la continuacin del relato demuestra que entendi bien, los romanos se han robado (l'olado) el falo paterno. Esta clase de intervencin ma tiene el valor de interpretacin.

    Despus de algunos meses me entero por los padres de que el comportamiento de Brian mejora. Es muy raro que el nio evoque sus sin tomas durante la sesin con el analista; cuan-do no se ve a los padres a menudo es por casualidad que uno se entera de que lodo va bien.

    Pero hay que tener valor para abandonar los sntomas y aceptar crecer; esta sesin da testimonio de ello.

    Brian toma una hoja de formato ordinario y dibuja (dibujo n9 11). Es notorio el cambio en su grafismo: los personajes son pequeos, estn ubicados con claridad, la casa est muy bien trazada con vigas que sostienen el techo. Cuenta: "Al-guien duerme en la cama. Qu haragn! Su madre lo

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    despierta y le dice: 'Tienes que ir a la escuela'. Se encierra, \'Uelve a la cama y se duerme de nuevo. Cinco horas despus se despierta ... se lava los dientes, quiere dormir, quiere 1ugar, es un chico de ocho aos, tiene antena~ que lo impul-san, quiere ir a los planetas". Luego trabaja en silencio y cuando dibuja la estrella dice: "No hay nada en los plane-tas ... ramos nios, ya no lo somos".

    El chico de ocho aos (Brian acaba de cumplir nueve) est harto, como los combatientes, no tiene ganas de levantarse, de ir a la escuela, en suma, de crecer; quiere dormir, jugar. Desafortunadamente las antenas lo impulsan; imposible seguir siendo pequeo. Tambin le gustara ir a lo!! planetas, pero estn vac1os, y esa lacerante frase de lamento: ramos nios, ya no lo somos". No se puede expresar con mayor cla-ndad la frustracin, a saber, la privacin de algo conocido, los placeres vinculados con la infancia, dormir, soar.jugar. Pero ms all de esa frustracin, podemos hablar de castra-c1nsimblica: los planetas estn vacos, estamos sometidos a la finitud, a la muerte. La omnipot.cncia 1maginaria es una engaifa.

    Estamos en junio y, !un embargo, ese dibujo parece una postal de Navidad, con el ngel que anuncia la buena nueva, la estrella, el rey mago, el recin nacido. Si es que hay en ello alguna rennisccnciu, Briun ha empleado esos significantes para inventar una historia personal. El analista tiene que guardar para si sus propias asociaciones y siempre debe dejarse sorprender.

    No recuerdo haber hecho comentarios al final de la sesin. Seguramente preguntil a Brian si se senta triste; compren-d -y l tambin- que ya nunca volverla ntrR: haba dado un paso y el duro oficio ele existir lo haba atrnpado. Quiz se trataba de un nuevo nacimiento pura l, tal como lo sugiere el nio del pesebre, pero esto perteneca al orden de las hiptesis.

    En las sesiones siguientes vuelven a o parecer las guerras, pero el espritu ya no es el mismo. Habla de una guerra de los galos contra los romanos (dibujo n' 12J, "no se sabe quin ganar" -escribe- y se pone u dibujar armas, escribiendo debajo los nombres mientras me hace precisar la ortografa.

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    Notamos el cambio de registro: las guerras, las armas empleadas forman parte de una historia comn, por otra parte, galos y romanos estn en 10.'l libros de historia. Puede relatar esa historia y escribirla sin que ello le provoque excitacin y ganas de matar; la palabra se convierte en escritura, ingresamos al orden simblico con todo el distan-ciamiento que esto implica. Concluye la sesin escribiendo trozos de frases y cifras {n 13).

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    Un mes antes del final de la terapia, el padre acompaa a Brian y me habla de la prxima mudanza de la familia Me confirma que ~u hijo esl mejor, ya no se orina en la cama, pasa das enteros sin pelearse con el hermano, ha dejado de tener insomnio, come en el comedor escolar sin problemas, pues la senara B. ha reanudado el trabajo. No siempre abe dece a su madre de inmediato, pero s en una segunda instancia. Lo veo sonrer mientras dice eso y dirigir a Brian una mirada cmplice. Brian se encuentra en proceso de re-educacin ortogrfica (recuerdo que l mismo mo haba hablado de sus dificultades en este terreno). Hoce los debe-res solo y no quiere que lo ayuden. Aquel da 13rian dibujar durante la sesin "una fortaleza norteamericana {dibujo n 14) que recibe una bala en un ala, solamente una, lodo explota, eso le cuesta la vida a muchos hombres, tres pilotos y once personas". Concluye la sesin con estas palabras: vQu1ero construir cosas que funcionen, un avin tcleguiado, un barco a vela, algo que funcione, no un d1buJo"

    Aqu retoma una escena con muerte violenta con hombres

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  • que tienen algo que ver con su padre: deseos deque muera?, temor a verlo morir?, deseo identifica torio de construir l mismo el ObJeto vinculado con su padre, un objeto confiable? Sm duda se trata de todo eso al mismo tiempo (proceso de condensacin). Viene luego una especie de viraje del orden e.~toy harto, basto ya, m.s me gustarla hacer, es mcJor que decir, construir un avin que funcione y no un dibujo. Hay una suerte de renunciamiento a la agresin brula, como si sta ya no fuera interesante ni sinliera necesidad in terna de ella. E l ana lista percibe aqu el inminente final de la curn.

    Agrego aqu dos dibujos realizados en el transcurso de la cura que marcan ese enfrentamiento perpetuo de los dos campos (dibujos n9 15 y 16).

    A pesar de la progresiva desaparicin de los sntomas la madre se sigue quejando y slo habla de lo que est ~al: todavia se hace pis en Ja cama de vez en cuando, algunas peleas con el hermano, etc. Brian no muestra ante ella esa oposicin sistemtica, est ms tranquilo, ya no se despierta de noche pero, segn ella, duerme poco. Les digo a los padres

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    16

    que tienen que aceptar su ritmo de vigilia y sueo; algunos nios duermen poco, pero no se sienten mal.

    La cura de Briao se detiene all. En una de las ltimas sesiones, In madre recuerda de pronto que olvid decirme que Brinn haba estado muy enfermo al nacer: una infeccin de estreptococo!\ o estafilococos -no lo recuerda bien- que requiri prolongados cuidados en e l hospital. ERO informa-cin confirma el 8entimiento que yo tenla acerca de un sufrimiento muy precoz en Brian. No slo In madre haba estado a punt.o de morir durante el parto: e l nio tambin. Fuera de l traumatismo del parto, haba tenido su dosis de sufrimiento fsico y psicolgico postnatnl, con tratamientos mdicos invasivos, inyecciones, perfusiones y una separa-cin precoz de una madre que tambin se encontraba en cuidados inten~ivos

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  • Del co-nacimiento madre-hijo al nacimiento de un sujeto Para intentar cntrndcr mejor el caso de Brian es preciso interrogarse acerca de las primeras etapas de su vida y ante todo sobre lo que ocurri entre l y la madre. Qu elementos pueden considerarse como los que contribuyeron a hacer de l un nio con problemas? Las enfermedades que se manifes-taron precozmente, las perturbaciones del sueo, su inesta-bilidad parecen expre:;ar un malestar que se remonta a las pnmeras relaciones madre-lactante. La seora B. habla muy poco del periodo postnatal; a veces su reticencia parece un rechazo categrico. Me da la impresin deque ese silencio es de la misma naturaleza que el que sigue a grandes trau-matismos: el sujeto se encuentra imposibilitado de evocar-los. Sin embargo, es posible reconstituir en parte las circuns-tancias del nacimiento de Brian y del periodo perinatal a partir de las informaciones que me fueron suministradas co el curso de los encuentros, cuando el padre o la madre acompaaban a Brian a las sesiones.

    Ya sabemos que el deseo de tener un hijo fue muy intenso en la seora B., luego de un largo periodo de su vida consa-grado a la actividad profcsionnl y al xito social (la seora B. tena treinta y cinco aos cuando qued embarazada por primera vez). La llegada de ese nio era para ella una promesa de felicidad, la maternidad deba colmarla. Pero el parto se dio en circunstancias dramticas: su cuerpo es desgarrado, vaciado de su sangl'e, en medio del enloqueci-miento general, de la muerte inminente. En esas circunstan-cias la acogida del recin nacido pasa a un segundo plano, ms an porque el propio nio se enferma y debe ser hospitalizado -es decir, debe ser separado de su madre- a causa de una infeccin generalizada que contrajo en el momento del parto. De esto no tuve conocimiento hasta la ltima sesin de la cura Mientras la madre an se cncuen-

    Juego de palabras en (ron~l!I Co1111a1&stJ1'Ce signlfica conocimiento; nat . .,~once. nacamu!hlO- Lo exprclf.in conn1~sa11ct. empleada por la autora. bu._"

  • ese primer cncucnlro y que su evolucin rCijU)l profunda mente marcada por ambos.

    Cuando las madres se animan a hablar, dicen, por ejem plo: "Necesit ''arios das para darme cuenta de que era su madre; no e,; evidente de entrada" o "no lo vem de ese modo ... no me 'enganch' enseguida con l" Un rccic'n nacido no es un ser indiferenciado; llega con un capitnl gen ya te-na su lugar en las fon tasias y expectativas de los progenitores y pu rientes.

    Los descubrimientos de estas ltimns dcadns acerca de la extrema precocidad de las capacidades de percepcin del lnctanlc cambiaron tambin la captacin que tenamos del mundo de la infancia. Si. al octavo dm, el 80~f de las madres reconocen por el olor la ropa intenor de su beb, a los seis das el beb se vuelve hacia la ropa impregnada por el olor de la madre, rechazando las dems. Pero el ms importante signo de reconocimiento entre la madre y el recin nacido es

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    1 ~ 1111rudn Se creta que el recin nacido era ciego y, cuando las 111u1lrrs afirmaban que el nio las miraba lijo desde el momento dl'I nacimiento, el cuerpo mdico consideraba di-rhuK ob~crvaciones como producto del "cnccguccimiento" 11 uduc1do por el amor maternal. Las investigaciones en ese t11 m1>0 demuestran que existe la visin en el recin nacido, "un,1 capacidad rudimentaria en el primer dia que se vuelve , t 1hlc a partir del quinto da". La visin resulta posible, 1111 , pero In m1ruda es una actividad de relacin que s~brevunc en distintos grados segn las madrns y los nios. '\lh'ttnas madres dicen haber experim_entado un in:ipulso de 1unor hacia su ni110 cuando ste las mir con atencin sostc-1rnla, como si, en ese instante, las remnocicra .. Tambin ven ,.11 l'Slo Jos sig11os de su vivacidad: no se dice entonces de ese '"cin nnrido que es "despierto"? El nio busca, entonces, In 1111rada materna; cuando la encuentra rc>accionn con una sonrisa, haciendo mmica, lo que alienla a Jo madre para 1wnsar que se ha establecido la comunicacin._Esto es~imula tn ella comportamientos que son verdaderos d1logo!l:Juegos del "cuc", cosqu11las, discursos en los que ella hace las preguntas y da las respuestas, et.e. Ciertos in~rcnmbios llenen una connotncin pulsional. cuando, por CJCmplo, la madre sC' prl"Cipita sobre el nio dicindole, con ese timbre de voz tan particular que las madres adoptan a veces con sus nios: "Te voy a comer!" En esos juegos cuerpo a cuerpo, el placer se oc

  • 1111.1 ol"1rvuuon realizada por Brazelton permite captar 1111111 hu~tuqu punto la calidad de esos primerosintcrcam l1111s r1sult.a determinante para la evolucin del joven sujeto. Un equipo norteamericano que trabajaba con Brazelton p1d1 o madres sentados frente a sus bebs instalados en una sillita que los miraran con rostro impasible durante dos o tres minutos. Veamos lo que relata: "Cuando la madre en traba, el beb alzaba la vista hacia ella, la miraba a los ojos y sonrea. Esa mirada era recibida por un rostro que pareca u.na mscara. Rpidamente el beb desviaba la vista y se quedaba quieto, con un aspecto de seriedad en el rostro, luego la mirada volva hacia el rostro de la madre, con las cejas y los prpados muy a rqueados, mientras brazos y manos comenzaban a tenderse en eso direccin. De pronto bajaba la vista y giraba la mirada con rapidez. Terminaba replegndo-se por completo sobre s mismo, el cuerpo se abata y se acurrucaba. Dejaba de mirar a la madre y su rostro adoptaba una expresin desesperada y cerrada". Esas reacciones se observan en los bebs a partir de las dos o tres semanas. Si la experiencia se prolonga demasiado, el beb se vuelve y vomita. La misma experiencia en un beb de cinco meses resulta completamente diferente; despus de un minuto y medio termina por sonrer brevemente, luego estalla en carcajadas, lo que a menudo tiene la consecuencia de que le impide a la madre seguir manteniendo el rostro 1mpa si ble.

    Esta observacin pone de relieve evidencias que se suelen olvidar. Vemos, por ejemplo, que desde las tres semanas, el nio reacciona en espejo y de manera intensa ante las emo ciones que percibe en el rostro materno. Lo vemos anticipar una situacin: la madre se acerca, l espera que ocurra lo que de costumbre, la sonrisa, el somdo de la voz o ser Lomado en brazos. Si esto no ocurre, percibe un cambio en la actitud materna, se siente frustrado, se repliega, se asla. Es posible imaginar qu se produce cuando en un momento determina-do una madre cae en la depresin mientras contina ocupn dose de su hijo. Sealemos tambin que si la situacin persiste, C'l nio se aparta, vomita, su cuerpo expresa direc

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    11111 ente el mnlestar en una especie de pasa,e r ,, ... d1nto.

    S1 tomamos la misma secuencia a los cinco meses, el 1. 110 -.110 anl1c1pa smo qui' 111/erpreta el comportanucnto d~ 1 .. mndrc: ella llega, l le tiende los bruzog, le ve un rostro un 11 1hlC' que no reconoce. Luego dC' un momento de pcrph~JI

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  • 11111ltj1111111 'I ' " ' il1 11o1minamos transicionnl. Ei>
  • In ~, 1 I 1111 l 1 r"nMI 1 ucrtl\11 11111 n,tsta llamada primaria, t1111 ll 11'1111111 11111o111.11l1011 di' construcc1on dtI suJcln a menudo ~e evoca la .C'parac1011 !In imposible separacin dl' In madre 1 11 el nio m1lasta. la f:tH
  • , 111 1'111 11 11 101111 ya lt11ismotiempovcsusonrisa.observa N t lt 11 1~ \ f' nid1 1 .u \'OZ cuando se clirige a l. Sabemos 11, 11 mn1lr 111 ,, . demiradaausente.dejacnel nio un

    1 111! J" 11" Jo ll' reconocimiento del Otro se amplo con ' 1 lt'l. n i 1111dw que lo rodea: lugares, objetos, p

  • t 111n.10c11nV1P11110111 llores. en casas, en pcrsonajcsconsis-lo 1111ny11r11111111loles, del mismo modo ocurre entonces con 1111111 la lnro~ dt nuestro jardm y con las dI parque de

    W111111) la 11111fi;is de la \'i\'onne. y con la buena gente del 1111'!1111 ~ 1111M casitas y la iglesia y todo C:ombrny y sus 11ltrd11lt111M, todo bO que cobra forma y solidz ha salido, t"1111l.1cl \' 111dmcs. de mi taza de t".

    Voh 'PIU> a encontrar aqui la serie asocia ti\!\ que descri '''" 111111111111 pequeflo: un gusto llama a una voz que evoca 111111 pns1nc1a. un medio, un bien-estar Co un sul'rimiC'nlo. en 11 casod

  • do 11 \11111 , l11 M 011111111 y el cuerpo entl'rO pierden sus r 1111dr11 ~ 11 .. 1i p11 r a n1t:nte orgnicas y fis1olgicn~ para ins-' 111 h 111 111 llr 111l 11lac1onal. Lacan distingue cuatro partes

    d~I n 11 11 rn111u lugares de origen de esa m!'dincin, a los 111111 d111u11111111 ubJetos "a": son el seno. la mirada, las heces

    ~ 111 \'007. Se podr1an agregar otros: el caudal uretral, la piel, 1 I 01111!11, por ejc>mplo.

    Jno no es la madre, tampoco forma parte del cuerpo del nino, pertenece a los dos y se convertir en el objeto en torno a l que sr anuda l'l ('ro que te-111111os que construirlo en lo imaginano y en lo simblico, que 1l1l1tn1os habitarlo, que tenemos que hacerlo nuestro. Se tie~ 11 11 nll"rpo, no se lo es -nos recuerda Lncan-, pues tener un , 111 r po es l

  • l'nr a llegar a un sujeto, es preciso que el desd1bujam1ento cltI cuerpo real se haya cumplido. Es este lr:1baJO de desdi-bujamicnlo lo que no se cumple en la p,;icosis y lo que suh$istt de manera probleml1ca en casos como el de Brian. Ocurre que un disfuncionamienlo de la rclacion madre-hijo impide eH lrahnjo de apropiacin del cuerpo y de separacin del Otro dominador Por ejemplo, cuando l relacin es pobre o 111cx1slcnle, o cuando la 'iolcncia del law cl!'sborda las rnparidadcs ele adaptacin del ni1io lnino mullnil;ido, por ejemplo>. T:unliin pueden participar otras cnusns de origen

    divrnceso d1 lnlntC'Separacin no pudo realizarse Cuando no "\"le 111nwin11 figura de "gran Otro", cuando el nino es un objeto dcscartahle que no Je importa a nadie, entonces no puede haber desdibuja.miento del cuerpo-carne, de lo "real" d

  • Los sn tomas en Brian

    Hablando propiamente. los nios no ~e quejan de sus 8tnlO mas; ~on su modo de ~cr y. si sufren, esto ocurw sin que tengun una toncicncia muy clara de ello. Por lo g ro no lo consigo: "" a/1:0 nws /u1'r/t q11e yo Es el m1>mo discurso de todos los que son sanrionados por su com1mrtamitnto des,;ado. juran por todos los dioses que no \'olveran a hacerlo pero indefcctihlnnwnh n1ncidi-rn: '"' 111ncno~n d., r..lati

  • pfrd1da ds; d
  • '

    nombres. Brinn entra en el orden del mundo, d ordCll s1111/1I nio divn y adquiere un dominio del lcnguajt', lo que le permilc nparar las huellas de un sufnm1cnto original. Estos son lo~ factores clC' rccupcrncin que 13oris Cyrulm k llama "n,;ili

  • La primera vivencia de su curpo que sufre de,;de
  • alienante, advirtiendo que su historio no es en absoluto la de su~ progenitores. Si la sepa.racin pudo realizan-e fue por-que un padre estuvo all para recibirlo y sostener su puesta en marcha. Brian ~uper el enfrentamiento imaginario con la madre y poco 11 poco foe inscribindose en el orden simblico: el lenguaje, el escrito, la ley, la castracin, progre-si\amente van Riendo interiorizados; a partir de entonces put>de situarse dt>l lado de los hombrts libres

    Podramos expresarlo de otra mant'ra Brian renunci a poseer a su msdrt'. Se encuentra en camino de resolver su problemtica ed1p1ca Esa salida del Edipo por cierto que tkjur huellas. aunque ignoramos cules, yl mismo tampo-co lo sabn\ nunca; todo quedar borr11do por la reprc8in.

    Suele suced

  • lo ha hrcho
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    AC.: Quin se golpea? Lydia: Los grandes n los chicos. A.C.: Conoces ali.runos casos? Lyia: Las palmadas de los paps y las mams cuando uno

    hace algo que csl mal, cuando tocamos objetos, cuando rompemos lorcros ... la casa es muy pequea para tres nif1s ... a los do~ aos ellas me embromaban ... De noche lt>ngo miedo en la cama, incluso si hay luz abajo, tengo miedo de que se apoderen de m.

    A.C.: Quin'' a apoderarse de ti? /,ydia: Los lad roncR; se apoderan di' los nios para maturlos. Luego hura tres caracoles con pasta de modelar, el hcb,

    la mam y el pap, "que es grande". Cuenta: "Decamos que era de maana, t'I beb dorma, la mam despierta al bcb y le dice que ,an a ir a buscar alment-0, van al bosque" Quiere mostrarme cmo escribe; le explico que aqu no es la clase ni yo soy uno maestra. Tendr~ ocasin de preciH:ir los cosas en el transcurso de las prximas entrevistas, pero nccpLo que escriba In primerafrasC' que le viene en mcnlc(n" 21 Borr los nombres de las gemelas y reemplac por Lydia

    90

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    ..i suyo. Entonces me dice que tiene fnH nR en dictado, en con1ugncin y que cuenta con los dedos.

    En ese primer contncto observo nl~u110A C'lcmcntos que van a repetirse despus. Ante todo csl csa frase, se~tro ml'nle o1da en boca de los padres: "La cnsn es demasiado chica para tres ninas", existen castigos corporales por parle de los padres, seria necesaria una barr..ra para proteger a los ni10s, existen nnguslias de rapto y mut>rle.

    En la segunda sesin el padre vuelve n acompaar a Lydiu. Acaba de salir del hospital. donde ha oslado mlcma d a causa de la diabetes: "Tengo que hacer n>g1mcn por

  • 11 1 1 1 prnpl l ,111111111:'J:.1 "l'npa me explica, me ayuda a h1111 1 lna d1 11('1 ' El 11111or 1,. asiente: todas las tardes ella 11 p1d1 1111 In 11yud1" p
  • lodo n1,111du 1slan Junto' d 1 las J:l'Ult'Jus cstn
  • 1mngl'nC's del malcnul pedaggico. lo que trajo como con ~Nmncia su ca~ligo y que fuc-rn apartada del ns!Al de la clase. El padre agrega que rsluvoenfcrma durante toda la semana de prndtas. Se puede ml'dir ;isi el sufriouenlo de la alumna que, por su fracaso y su rnm1>01tamento atpico,!'
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    Las siele sesiones que acabo de evocar no constituyen un tratamienlo; se trata de una observacin, de "entre\'stas preliminares para decirlo de olro modo, tal como loi1 anal is-las llaman a las entrevistas previas a una cura analtica. Desde el primer encuentro comprendi que el cn'o era ms complejo de lo que pareca. En particular me molestaban ciertas formulnc1ones de la demanda: el equipo del CJ\IPP y el mdico, por ejemplo, esperaban de m un "milngro"; ahora bien, los milagros no exislen. Si bien el psiconnnh~is puede producir grandes cnmbios en un sujeto, cslo lo coni

  • p 11!1111 l.tR Ofrcc1 ponerme en contacltH'On el mdrco de familia, al que informara acerca de mi~ obs
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    quedan estrictamente reducidos a su estatus de alumnos. y la olas causas del fracaso sern buscadas en el lado social", tomando esa p1(nbra en una acepcin muy amplia, ya que lo social corresponde a todo lo que tiene que ver con el medio. Cuando hay fracaso escolar es preciso buscar un responsa blr, cuando no un culpable. Las opiniones suelen proporcio-nar vat;os.

    l,11 culpa es cfo la sociedad. La escuc la de hoy no tiene nada que ver con la de .Jules Ferry, qui

  • 1"tar fr
  • 1

    solicilar por todos los medios el amor de esos padres y, sobre todo, de su madre: siempre servicial, gentil, preparando el desayuno, ofrl'ciendo su retrato que colgar en la pared del dormitorio de los padres (resulta curioso que l'~e retrato. rcalizndo por "un chico", la representa con lodoR los dientes a la 'istn, como lista para morder). Es necc~nrio buscar en rl paado de esa pareja las dificultades que tuvieron para llegar a s

  • lo11tos(11tm11a, sr onl'ierte en un modo de ~erquc r11 determi nado 111nnw11/o sP /i)a, i-ondensando e11 l toda la problemd tica incunscitnle dl'l sujeto. Nosotros, los ps1coa11al1slas, lo

    llammn.~ trae-aso sntoma".

    El fracaso sntoma

    'l'al como le hemos definido segn la observacin de Brian, el s1nloma Rigna In divisin del 5ujeto qur no cs duc1\o de su voluntad ni de algunos de sus aclos, ya que una fuerza desconocido, que no puede dominar, acla en 61. Cuando la joven anor.:'x1cn decide curarse, suele ~uccdcr que entre en pnico opcnn~ "engorda" quinientos gramos; rprcta como un rcchaw del otro. Lydia eligi la "debilidad" pnra simultneamnt!' ntC'nuar su angustia y elahomr un modo ele existt'ncia qut pudiera incluirla.

    Cmo-'

  • es perceptible u lrav611 de los relatos de Lydia. E:sla conjun-cin de circunstnncias cncontrar salida en un comporta-miento sintomtico ::ti 1n~11cso en primaria: el fracaso esco-lar. Las "dificultades cscolorcs" se convierten en un sntoma que cristalizo toda In historia de Lydm, asociando al mismo tiempo la relacin con el medio y su problem:itica incons-ciente vinculadtt a su Ed1poo C8t' sin toma se convierte en una "sntesis" de toda su problemtica anterior. Cmo fue que se anud?

    El ingreso a primaria e!'I el momC'nto en que el nio vive intensamente su crisis cd1p1ca, con el imperativo de aleja-miento y de rl'nuncia a los vinrulos cdipicos Cal respecto, nosotros, los analistas, hablamos de "cnstracin"). El nio que hasta ese momento inteh'l'llbaen el Jardn de infantes los conocimientos de manrra ldicn, ahora deber aceptar una disciplina de tnibaju con sus obligaciones. Tendr:i que en-frentar a sus pares en una relacin de competencia y a veces de rivalidad que a menudo lo desest.nbiliza. Este trabajo de ruptura mediante et qu

  • I'

    concreta en el medio escolar: Lydia se convierte en Ja pobre nirllta mmusvlida a la que hay que sacar de su situacin de frac;iso, lo que le confiere un Jug;ir bien definido en el medio social, una especie de marca de identidad\' un reconocimien-to que ella no tcnede su madre. Esto la cnforta tambin en una posicin dr "a;;istda" (empleo la exprria ha\x>r ocurrido, a sab1r, ayudarla a desprenderse de la cmpnsa familiar y 1ncontn1r su propio camino.

    En l'stt momento es preciso abrir un parenlcsiR acc1ca del sigmlkado de esas diversas operacionc11 qui.' pu recen haber contribuido a lijiir el sntoma.

    Cmo las ayudas inapropiadas pueden contribuir a fijar un sntoma

    En lo< "apoyos". por lo general nos encontramos ante un enfoque psllolgico de la persona dif conoce la existencia del inconsciente, no lo loma l'n cuenta 1n su praxis. Una consecuencia de In concepcin pNicolg1c:-i de la persona consiste en buscar In funcin cklicitn1in, ubicada mediante tests, para 111tcnlar rl'st;1u-rm'ia. As1 ts como 1csulta tratado el lcngunJ

  • parle el resultado de las entrevistas conmigo. Por lo general la interrupcin de los "apoyos" se realiza progresivamente, cuando el procc8o psicoanaltico cst.u bien situado y cuundo se ha establecido la trnnsfcrencia: el 111110 comprende en ese momento la diferencia entre los dos modos de enfoque y privilegia uno de los dos; la transferencia enlazada con el otro se resuelve entonces naturalmente.

    Es posible ir mus lejos en la comprensin de los mecanis-mos que llevan al fracaso escolar? Me dediqu a ese trabajo d

  • dNra:s de esa confesin una especie de provocacin incons-ciente: "Pueden l'xplicrmelo lodo. pero vean cmo no en-tiendo nada". Frente a esa pared de incomprensin, pienso en la exasperacin, en el desaliento, cuando no en la rabia y el rechazo que dl'h
  • comience a hablar, podr, mediante la prctica de ensayo. error, perfeccionar su comprensin de la lengua. Las pala brns de los nios surgen de e~s errores. A partir del lenguaje que Je es dado !nace y vive dentro de un "bao de lenguaje"), deber construir 8U palabra para poder hacerse entender. Hablar requiere plegarse a un orden, el orden .q1mblico. Esa estructura simblica se presenta como una cadena cuyo primer modelo es la frase; nos encontramos aqu en lo que Freud llam "proceso secundario". En el enunciado "Pedro golpea a Pablo" el orden de sucPsin no puede ser invertido. existe un encadenamiento, cada signi-ficante es como el eslabn de una cadena. Esa estructura implica un orden lgico, una temporalidad, un querer decir"; ese funcionamiento L1endc al significado, prC'valece en las operaciones lgicas y en el razonamiento. Hemos visto que en el caso de Lydia el desorden de los elementos de la frase es lo que altera su significacin.

    Este trabajo de organizacin significa nte que pPrmite la palabra (el querer decir) necesita, pues, de opciones Cesas opciones que e l psictico tiene tanta dificultad para hacer). Ahora bien, quien dice opcin dice tambin eltmmacin, rechazo: los elementos suprimidos son Uamadosreprmudos. No desaparecen por completo; son almacenados en una rc,crva 011c

    118

    11tm1c1s al de

  • cn ltts que Ja cultura e~ predominantemente oral. La trans misin de su saber. que es ms bien del orden del saber hacr. a menudo comienza muy temprano en un contexto valori7.'ldor que alienta su sentimiento de identidad.

    i. Cules son las condiciones necesarias para q uc un sujeto pueda emplear todos los recursos semnticos de la lengua y, a partir de all, dar muestrns de inteligencia?

    El ,qig11ificnn.1e debe ser libre. Para adquirir su capacidad mxima de utilizacin, el significante debe libernrs

  • integraci~n de la Ley .. Esa evolucin se desarrolla junto con la renuncia~ la posesin de la madre; la prohibicin edpica ha sido mter1or1:iada. La cuestin de la inteligencia nunca se plante en el caso de Brian, a pesar de su retraso escolar. Cuando salga de sus angustias primitivas, todo estar listo para un acceso libre al saber. Piensoqueese nio tendr una naturaleza rico y creativa.

    En Ciar~, el sntoma (mutismo) es una respuesta a un !"ale.ntend1do creado por su apariencia fsica, sin que ello

    1mph~nra. una. profunda perturbacin de la identidad. Es una nina mtehgente que reflexiona, juzga, se hace pregun-tas. Bastar con aportar una respuesta a su cuestionamien-to ucc1ca de.sus ?rgenes y volver a situar a su Edipo para aplacar sus inquietudes. Se pueden identificar en el conte-nido d? las sesiones los procesos consciente e inconsciente que s? mtcrpenetran de manera armnica. Ella se comunica c?nm1go a partir del relato de sus actividades cotidianas (el ?1scurso comn), rnien~ras me significa su problemtica ml1ma ( proce~o mconsc1ente) sobre la cuestin de los orge-nes a travs de producciones ldicas: modelado de caracoles acoplados extraamente y dibujos que la representan mos-

    tran~o la evolucin de su imagen del cuerpo y de su acer-cam1en_to a .la sexualidad; all se reconoce la mfiltracin del ~gistro mconsciente en el orden del discurso. Funcin del anaJ1stn es la de poder entender lo que se dice u ese nivel wer enlrl' l11eas, or ms all de las palabras. '

    Debilidad

    La historia de Lydia nos permite hablar de la debilidad En el dbil In movilidad del significanto se encuentra compro-met1.da Lacan habla de la "toma en masa de la cadena s1gmficante"; la ausencia de intervalo Cdc separacin entre los ~1gmficantes) y la ausencia de movilidad vuelven al s1gmficante no dialcctizable. En Lydia podemos identificar ~se fcnomeno a propsito de los nmeros. Ella slo consigue Juntar dos cifras en las operaciones de suma y resta, pero no

    122

    t'lt lasotras. Como las cifras no pueden desprenderse de c .

  • recuerdos, u los reservas inconscientes para deducir de ellna alguna annlogia con la situacin actual v abrir todos 101

    po~1bles

  • homoc1olos cdados en medios diferentes medio dcsfav0o r?c1do o medio socio-eco?mico mas elevado- l
  • tiene un adelant-0 de tres ariol! en cuanto a edad mental. En los nios superdotados se encuentra una cierta discordancia entre vanos rendimientos. lo que a veces implica un deMrro llo inarmnico; la maduracin afectiva no se corresponde estrictamente con los rendirmentos intclectu11IC's. Los testR tambin muestran una particularidad interesante esos

    . . t

    nmos tienen una capacidnd para identificar muy r:ipidu-mcnte In relacin oc~lla entre dos elementos para llegar a un concepto; Esa rai;irdcz ~ria debida, segn los c~pccialiR tas en c1cnc1as cognitivas, al predominio en eRoR suJctos de un razonamiento inductivo sin loma de conciencia de las operaciones; la "solucin~ es aportada por un tratamiento analgico de modo intu1ti10. c.-n tanto el razonamiento de-du('liio es ms lento, apelan la conciencia y requ1ers genes. por ejemplo, en el raso de In trisomia. En muchas otras circunstancias, la 1l1ficicncio mental es trasmitida por los progenitores sin que los genes ~ean responsables Pueden enumerarse muchos r ctores patgenos: las enfermedades metablicas, las agrc

    ~ionc~ txicas (drogas), medicamentosas, virales, por ejem plo, la rubola en la mujer rmharaznda. Las afecciones del fl'lo u menudo resultan mltiples. neurolgicas y psiquitri 'nc1as que han orientado su devenir dC' nia "seudodbil".

    /,as carc11C'ias del medio: apnnduae y educacin

    Lydiu vivi C'n un medio donde los intercambios de lenguaje

    129

  • tran polues; poca comunicacin, poca discusin, predominio ~e las _pr~ocupac1one~- materiales. La familia se repliega sobre s1 misma y los mnos son poco estimulados intelectual-mente-, Agrcgaria que en esos medios desfovort'cidos a fas ~a~c~-~as cultur_aJe_s se asocia a menudo un rnrnportn~iento m 1_ ! or conshtmdo por temor y sumisin. En ciertaa f~1m1has que reciben asistencia social, donde la su perviven c1~ dcp~n~e de la "buena ~~lui;itad" de In asistente social y de los ~t'n 1c1os sociales. el mno tiene dificultad para quebrar el circulo de '? eterna vuelta a comenzar As1, en Lydi~ el dcsco.d s;1hr de ello habra estado en contrudiccin con ~sn espcc1 de fatalismo de Jos padres. L (,~;(Is carencias del medio bastan para cxphcnr el retraso de . ddm?_Su en.so nos permitir volver a hablar de Jo innato y lo ,1 q.urrido n la luz de los avances de lns nuroci11cias esas nocdones cobran .un nuevo sen ti do gracias a los dtscuhri~ien ~os e los 111.:!-"b1logos, que muestran laclnra pr't'ponderancia

    e_ lo adquando sobre lo innato. En f>f

  • era demasiado lllrde, el rea del lenguaje se haba vuelto inoperante. Adems. el mtodo empicado careca del mni mo de calor afectivo que el nio necesitaba para apropiar~e de las palabras.

    ,Julin. al que no se le haba reclamado que se expresara hasta los cuatro aos, nunca pudo recuperar por entero ese tiempo perdido; su lenguaje permaneci pobre y las dificul-tades de aprendizaje escolar fueron una consecuencia.

    Un ciego de nacimiento al que pudieran restablecrseles los circuitos neuronales no podr ""er si el rea de la visin no fue estimulada n tiempo; algunos riegos de nacimiento llegaron a suicidarse luego de una operacin exitosa que les devolva la vista, purs eran incapnccs de descifrar el mundo exterior.

    Para entender la funcin del aprendizaje en lo que puede ser "la activacin" del cerebro es preciso mirar de cerca la estructura celular de la sustancia cerebral. El cerebro est constituido por miles de millones de clulas llamadas neu ronas, formadns por un cuerpo celular y una extensin citoplasmtica, el axn, que se prolonga median to ramifica e iones. Una neurona estimulada dn origen a un lujo nervio-so que se propagn hnsta su extremo; all, un mcn~ajero qumuco, el neuromediador, toma la posta para atravcRar el espacio intercelular lla sinapsis) y alertar a la neurona cercana. Se pensaba que esa conexin era puramente elc trica hasta el dc~cubrimiento de ciertas sustancias quimi cas, los neurotransmisores, que han revolucionado la com prensin del funcionamiento cerobr(ll y han permitido el dcscubrimienlo de sustancias psicotrpicas, los primt'ros tratnmientos nctivos contra la enfcrmcdnd mental. Si nace mos con un patrimonio gentico de unos 200.000 genes. el cerebro posee unos cien mil millones de clulas. cada una de las cuales puede establecer diez mil millones de conexiones con las demas. JeanPierre Changeux escribe: "El cerebro es una maquina formidable, un universo cuyas conexiones parecen ms ricas y diversas que nuestra galaxia con sus mi rindas de estrellas". Dentro del plan general proporciona-do por Jos genes, C(lda uno invent(I entonces sus propios

    132

    111111rnrios cerebrales, lo que llo\a a Alain Prochiantz a d rr- "'.'lucstros geneR hacen de nosotrot

  • 1111111g11111lu~u'< y :\lain Connes \fah.rc >ellM~, Pari~. (Jdil~ Jacob, 19~9

    Pani1, Scuil

  • en la cama una pierna cortada que no Je perteneca. Al nchnzarla "ella lo segua. se le haba pcgndo", segn deca. i.Lns alucinacionei;, sean visuales, auditivas, olfativas, no rcsult'in de algn error en la trasmisin neuronal?

    Las enwdones

    ! Insta u hora nos hemos referido al cerebro cog111t1vo, pero el ser humnno no puede ser reducido a una actividad de cono-c1m1cnto; c11 un ser social y sobre todo, a nuestro juicio, un ser singular con toda su problemtica intimn hecho do pensa-mientos, deseos, afectos, sueos. Los neurobilogos han querido dc>sc1frar los mecanismos que rigen ese mundo subte-m\nco que nosotros, Jos analistas, llamamos "inconsciente". As, el profosor Antonio Damasio informa en ~u libro L'erreur dr Dr.wY1r/1s. La rnison des molions, el cnso de un paciente operado en l'lcercbrodurante la dcada del '70, cuvo "amnesia dc lns emoc1oncs, que sobrevino como sccu

  • ro!og13 Y p~iqu iatra, asociados en su poca dentro de unu m1s~a especialidad, ~a ~cu ropsiquialrin, yo me eduquu en ~ontra de la asoc1ac1n de esas do8 disc iplinas. Ln razon se ve con clarid11d aqu: es nC'ccsario distinguir lu que es la praxis y lo que son los saberes. El ejercicio de la neurolog1a ~s poco compatible con la prcttca psiquitrica o ps1counahtica y a la 1mcrsa; pero tampoco deja de ser cierto quanc1n entre materia y espiritu, y dcJar perdurar e_sa VJcJn d1colom1a del almu y el culrpo.

    Al tratar d? s1mphficar el enfoque, quise mostrar que algunos connc11111entos en nturofisiolog1a podian enriqu('cer nuestra conctpc:1n del sujeto. El predomi1110 de lo adquirido frente a lo innato, nocin a menudo contrO\'ertida, ~e nos presen_ta

  • del sujeto y de las fnllnH en su estructuracin: desborde pulsionI, conflicto entre yo y supery, ele. En Brian 111 angustia esta vinculada con una nocin de lo real como insuperable, con el peligro cont'xo a las pulsioncs homicidas. miedo di' matar y de ~er muerto, de ser comido, de desapa-recer. Lyd1a se encucntrn contamrnndn por una angustia difusa cuc cmnnll de sus pndrcs: miedo ni nbandono, miedo del otro, profundo ~entimicnto de ingcguridad ante el mun-do exterior.

    La angustia es un afocto fundamentnl en el ser humano, ligado con nuestra cond1c1n morlnl . El sujeto elabora medi-das para mantenerla a distancia, que son otras tantas maneras de negarla. Cada cual encontrara en s los medios apropiados a "u modo de l'Cr. Pucd

  • inhibitorio consiste en detener, parar, interrumpir un movi-mi
  • dad mentol de alguien cercano, una situacin incestuosa cuando, a In prohibicin de conocer el sentido de lo que pasa, se agrega la prohibicin de decir.

    A los catorce aos. Richard se encuentra en fracaso esco-lar total luC'go de aos de xitos en los estudio~: la situacin >e agrava con conductas prcdelictivas y riesgo de expulsin del colegio. De entrada se percibe en l una rebC'lin contra la familia y In f.'scuela, con rechazo de toda autoridad. La apancion de las perturbacionf.'s en el mom

  • que "i-abe" posee un podrr sobre el que se mantiene en la 1gnornnc1a.

    Lydia se prohbe esa curio:;idad para no sufnr. Podriamos c.omparar su pos_ici~n .d~. repliegue con los estados dcpresi

    ~

  • Y por su terapeuta. Lydia ingres sin problemas a la re lacin analtica y desde el principio se expres mucho. Necesitabn otra escucha; yo mantuve las espcranzn~ hasta que linnl-mente la v1 aceptnr el crccimi
  • Al nacer, el nio tiene poco peso, no obstante haber nacido en trmino; "enseguida tuvo manchas rojas en las mejilla~. costras en la cabez .. regurgitaba, tena diarrea, lloraba mucho. le daban gotas calmantes". Sin embargo, a los trc. meses se mostraba \1vaz y activo. A los nueve meses, como no engorda ha, fue intl'rnadoen el ho~pital durante ocho dia para 1111 control gcntral; al volver "no reaccionaba, haba retrocedido, se encontraba en unn cspccie de mnrasmo", die
  • una lrampa, una caja para tiburones ... tienen instintos antro pfagos, cuando alguien les da alimento, doblan el anzuelo".

    Paul-Marie nos revela alli una pulsin oral devoradora , totalmente su rrealista: ese tiburn se come todo, no importa qu. Esta oralidad tendr ocasin de expresarse d urnnto todo el transcurso de la cura.

    A continuacin me dice que el domingo estuvo enfermo, luvo diarrea. y comienza a rascan;c furiosamente.

    A.C.: Te produce placer rascarte? P.-M.: S1 yno, no puedo impedirlo, incluso los animales se

    ra$can. A. C.: Conoces a lguno? P.-M.: Mi hmslor, se rasca, lo cuido con Calciriga (111u

    ml'm todos los nwd1mmentosque leda; de hecho son aquellos que l mismo toma), quiero que viva el mximo de tiempo que pueda vi\ir. Los dos hrnster de m1 amigo se pelean. ello~ no tienl'n eczema.

    Paul-Marie yn nos dijo que el eczema es peligroso, puede ucortar la vida; propone una hiptesi~: cunndo uno se pelea no tiene eczema

    A continuacin dibujar "un cnorm

  • Sr. P:. E1< un signo psicosom:lico. Est ligado a 111
  • A C.: A tu madre, Ul'ra de tu eczema, qu le interesa? P M Su trobajo de mal'stra . . y, adems, le gu~ta cocinar

    y hacer repostera, hace pastel de cerezas, bizcochos y hasta bizcochuelo borracho al ron.

    AC .. Si no tuvieras eczema, crees que ella exlra11ara, crl'c~ que se aburrira?

    P.M .. No, no lo creo. Si

  • Sesio11 d" l'aul-Marie Aquel da Paul-:\larie dibuja de nue\'o un \'Olc
  • jefe, ese padre todopoderoso que dicta la ley, no tiene piedad con los viejos, los locos y los idiotas. En cuanto a la cabeza hendida de ciertos seres, es posible pensar en el tie>.o femenino. lo que se confirmara con lo que le sigue: a causa de esa hendidura "no son demasiado inteligentes" (!J

    Cuarta cntretista

    Esta entrevista ocurri un mes despus de la tercera, pues m1entrns tanto transcurrieron lus vacaciones de Pascuus. La seora P. se muestra preocupada porque su hijo estuvo "sin atencin", aunque Puul-Marie dice que se siente mejor: "Hay placas que desapurccen y olrn~ que se producC'ncon el agua". (Advierto que ha dejado de evitar los baos y lus duchas.) Pero sobre todo es el carctC'rde Paul Mane el que cambia. La seora P se queJU de liU compor tam1enlo: "Est muy reivindicatano, conte~tatario, soca rrn.. tengo la impresin de tener enfrente a un adoles-cC'nt: m1 marido tolera mejor que sea ruidoso y que se pase todo el tiempo llevando la contra" Le pregunto cmo se siente ella con el nuevo protocolo, segn el cual ya no llene que ocuparse del tratamiento de su hijo. "No muy bien" dice con lgrimas en los OJOS Preforma hablar a sola~ conmigo sobre el tema. Le pregunto a l'aul-Marie, que estaba all, presente. si estaba de acuerdo con esa consulta, recordndole la regla de conlidcncinlidad: lo que vayan decirme su madre sobre s mismn ingresa al orden del sccrclo profesional de la misma manera que el conle nido dt> las sesiones con l. La confianza est lo suficien-temente establecida como para que acepte sin problemas. Ver a la seora P. uno de los das siguientes.

    Sesin de Paul-Marie En el dibujo n 5 tenemos hongos que crecen en el bosque: unos sobre la raz de un rbol, otros en el suelo.en la madera del rbol se trata de una poblacin de bifolomos l?J (Paul-

    160

    ~larie silabea el nombre y especifica las caracteristcas de t>sos hongos).

    Lu

  • la lint.aque se pil'rdlcn l.'I mar,C's lo CjUl' produce minsculas marcaa negras. En el sucilo l'ra t'nonnc, t.eno In cabeza del ali-O de un edilicio, y cada ojo del tnmao de un placard". Recordar ese sueno lo pon( nnsioso, agitado, repite: "Era una pesndilla''.

    Del eczemn Paul-Marie d irf1; ".;s como loR hongos que crecen bajo la piel"; no le gustll comer championes. Come11larios El sueo del pulpo es signilictllivo a mA no poder de lo que ocurre entre la madrC' y tll. J.o;sc pulpo gignntl', de ocho

    tc~1lculos, con sus uc11losas y SUR drclos llenos de reneno, lo mira desde la altura de l tl'cho de Ja caRn de enfrente, con sus ojos como placareis El peligro eNt ah, en cRa mirada y en tocarlo. Ms adelante volveremos Robre la importancia de esos doR elementos c>n la relucin madre-hijo.

    Paul-l\1aric nos revela aqu1 unu ~cric de significantes que estn1cturan fantasmas vinculado,; con su relacin con la

    162

    madre. Resulta interesante scfialnr que esos signilicante!I tambin entran C'n la composicin de su "ideal del yo"; loa mduye en sus pasiones, la micologiu, la prehistoria.

    Los animales prchiHtrico!I, cnorrn dice qui' cnmbi mucho despus que Lu\'O a su hijo; se volvi "ms unsiosa, impresio-nable, menos rclujndu" Me hnhln inicialmente de su propio plldre, al que lldorn; lodavia Riguc ncompandolos en lns vacacionc~. ya que su madre muri hace ulgunos aos: "M1 padre es bnstnntc exigente

  • Lu ~cllora P. reencuentra con el hijo, entoncc>s, la proximi dad ca~i fiNica que llene con su padre, una demanda de presencii1 real junto a ella.

    No fu ocupaba

    165

  • lugares pri\'ilcgiados; Ja familia era numerosa y muy uni~a. Haba quedado muy lejos el tiempo en que era aquella cos1~a potencialmcnle dbil. pu~s desd~ muy pronto el se hab1a apropiado del rasgo identificatono con In linea l?t~rna, la intslra 11 pwo). Para moslrnrque es la casa de un millonario, a un costado hay cuatro lingolcsde plata, es paranwstror(insi.~lel. De noche, loi1

    ~acan para que no los roben. Hay sirvientes, gentes a las que les pagan para que encuentren piedras preciosas; los pasan por rayos para ver si no han ocultado alguna. .

    A. C. Qu curioso! En esas casas no hay puertas ni ventanas

    167

  • P.M.:
  • pll'dras preciosas, pero no son ms que vulgares guijarro. Urian tuvo la misma reaccin en un momento clave de su nnlisis, cuando exclam "Los planC'tas estn vacos".

    El trabajo de renuncia a ocupar ese lugar de ob;eto pulsio nuJ del Otro ha comenzado; progresivamcntevercmosque se produce un desplazamiento, surgir su deseo propio y es en el cuerpo del otro( RCxo) donde desdr entonces buscar y ver ese objeto de carcter "aglmico. causa del deseo

    El Ultimo encuentro entre la analista, l y la madre resulta esclarec!'dor. Tiene en el dedo el anillo que le regal Ja madre; ante m1 pregunta acerca de su gusto por las joyas, ella hace reforenciu a su propia madre, porque ella les da poca importancia. Pnul-Marie parece furioso: "Mi padre ni siquiera tiene uno alianza!" Lo que me son como "Por qu d111me esta aliunza a m; haras mejor en drsela a tu marido" o "Sena mejor que mi padre tuviera una"

    Sepl1ma e11ir1'11.~ta

    Ese! padre quien hoy trae al hijo. Vurlvea hablarme un poco de su propia infancia, de su precocidad; ingre~ al sexto grado antes de los diez aos (como sin duda ser el caso de Paul-MarieJ. Le parece que Paul-ll1arie va e\olucionando bien: "Se nos opone con ms violencia, se lo ve ms seguro(!), 'u entretenimiento consiste en pro\ocarme; por eJemplo se niega a comer".

    Ya no oigo hablnr del eczema, no V No me asombra que haya mue os Enseguida va a una historia donde se trata de una orgia

    ,,. alimentos: "Un gigante que siempre tendra hambre 1/'rr11/-Marie hace salchich6n con la pasta dP modelar, que 1111 /ts ha cortado.) Despus de comer sigue teniendo h_ambrc, roclama exige trozos de salchichn del hambre que_benc, se ,.0 me todo sin dejar una sola miga, su estmago tiene una longitud de seis metros y medio, cuando duerme es pr~c1~ que se despierte cudo diez minutos para reclamar comida .

    C'rmumtarios . 1\I comienzo de la S

  • ( k/at'(I rcarnirnto por lo menos inl'spcrado tntre r~r hombre algo lunlico y cse nio que se conviC'rtC' !'n campen de rt'posl11i:1 Jltlrn prepararle tortas a la madrr c11fcr1110.

    S1si11 rfr 1,,11/-Mc1rie Me habla dt una fbrica donde "se cortan las roca~ ... no buscan oro, sino cohn para hncercaceroln, nlojr,; el

  • vcrdP para liberarse de
  • sa macho con las dos alas 1gunlcsouna mariposa hembra con las dos alas iguales, o tambin una mariposa bastarda, mitad uno, mitad lo otro"

    A.C.: Puede existir algo asi? P.-M.: No, serian dos que se acoplaran, por ejemplo

    cuando estn por Jugar o para d1g('nr .. . eso da algo sin sexo determmado. Si uno fuera un feto se podra elegir, pero no se puede. Podrm hacere. >

  • Ses111 ele Paul-Marze Ese dia llegu con una escultura de yeso de unos diez centme tros de altura que fabric l mismo. Es hueca y tiene lu forma de un fantasma con agujeros en el lugar de los ojos. En el interior coloc una bombilla elctrica que enci!!ndc y apaga sucesivamente; la luz brota por los agujeros de las rbitas de los ojos, lo que produce un efecto impresionante (vuelvo a pensar
  • /f111/fr1111a r11lr
  • con el padre o cuando alimenta a la madre con los pasteles que l mismo hace. Pero no se detiene allt, su perspectiva se amplia con los conocimientos culinarios, lec recelas, me habla de ellas durante la sesin. Llegar a esa bonita reflexin que puede satisfacer a un psico:inalisla: "Leo muchos de ellos [los libros de cocina], sobre todo por las palabra~"

    En esas ultimas sesiones, Paul-Mnrie multiplica las pues-tas en escena de los fantasmas sexuales. Un da fabrica personajes en posta de modelar," todos ellos con mnlforma-ciones, porque ban sido desbaratados por una prensa hi-drulica". Cortn uno de ellos en dos partes e inserta en el interior un lpiz rojo, lo cierra y lo abre de nuevo pare extreer el lpiz, luego termina por hundir el lpiz en e l lugar del sexo.

    Comentarios Siempre C'SC cuestiona miento sobr

  • Esn historia podria ser una parabola. La uran est pr mudar, del mismo modo que l cambia dta tras d1a. Necesita gente que le aporte con qu construir la tela, llegara a hacer algo hermoso Uo< colores escarchados forman la dnoracin) y al mismo tiempo eso le permite alimcntnrsl', ya que al transformar el a1,'Ua en pegamento puede atrnpar insectos, Vemos cmo los colores del \'Olcn se tninsforman en colores de alfombrn y en colores de la casa de la armia. L:1 construc c1on srescntuci
  • buscar olro lrnje de fantasma a casa del jefe! El objeto mirada se encuentra aqu escindido, totalmente indepen-diente antes de reencontrar su vestimenta en la pulsin, el fantasma, el sntoma, el deseo.

    Con su humor habitual, Paul-Marie me dir en la ltima sesin: "Mi hmstcr necesitara un psiquiatra, no para de morder lo~ barrotes, me pregunto por qu" Nos remos juntos y le respondi: "Ahora te toca averiguarlo a t".

    Volver n ver a Paul-Marie algunos aos despus. Estaba terminando los estudios secundarios y vino a "hablarme de su porvenir"; lo acompaaba la madre. Todava sigue.lamen-tando que no haya repetido: "Bien le vendra resp1r~r un poco", die

  • Esa clnse de paciente presenta vanadas patologas: dolo-res de espalda, trastornos digestivos. espasmofilia que se camufla como una supuesta dC'licit>ncin de calcio, malesta-res, ciertos estados deprcsl\os, etc. De hecho, estos trastor-nos surgen de una patolog1a neurtica, In neurosis histrica. Freud nos ha proporcionado hermosos descripciones de la histeria de ('Olll'~rsion: la tos, las p:rnilisis dr us pacientes. que desaparl.'caan cuando rl les rc\'elnba la causa. Las manifc;;taciones de la neurosis han evolucionado en funcin del discurso comn sohrntal, a hact'r esas grandes crisis epileptiformc$, al modo de Charcot? Han aparecido otras patologas en funcin de lo,; progre"' de In medicina, donde el saber sobre el cuerpo es cada vez ms tcnico y des-subjetivizado. Por otrn parte, la concepcin de la medicina psicosomtica ha evolucionado y ahora se admite que vaya ms all de los "lrast-0rnos funcionales: muchos enfermos pscosomaticos presentan ufoccicmt>s ROmticas graves. con enfermedadrR que ant; ~resenta como al'cccan orgtlnica en estado hrulo, sin vincu-lacin aparente con unu orgnn1zncin n
  • hablar defen1111110 psicosomtico cFPS> antes que de sint1,. ma, marcando "que ese modo de afl'ccin corporal pucdl ('ncontrarse en diversas estructuras, tanto en la neuros11 obsesiva, la fobia, como en la psicosis. En ciertos estados d
  • un medicamento que no lo es, de una especie de polvos de perhmplin que pueden igualaren eficacia al mas sofisticado de lo remedios'' All est el efecto de la palabra y el efecto de Ja transferencia del mdico, del sanador o de Dios. Que un paciente alfr,'lco a las fresas desarrolle un cd'c en Ja sede de un disfunc1onamiento que purde lltgar hasla una evolucin letal Si hay fijacin en

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  • ese estadio. el organo afectado ser reinlroducido dentro de la economn hbidinal y desempear un papel completa-m
  • causa de su sufrimiento, intenta entonces alejarla por todos los medio~ a su disposicin, pero esos medios varan de un sujeto a otro. La organizacin neurtica es uno de esos medios: obJcto fbico fijador de angustia, ritos obsesivo~
  • autoinmunes; so descubra un eslabn de la cadena que va del sistema nervioso central, sede de In psiquis, al desarre glo de las glndulas endocrinas. En su libro El error ck Desearles, Danrnsao puede decir: "Para que la vida prosiga, es necesario que esos procesos se mantengan dentro de una gama conveniente de valores, ya que una desviacin dema-siado grande en puntos estratgicos de la red puede llevar a la enfermedad y n la muerte".

    Las enfcnnedade~ autoinmunes son una autode.~truccn: los inmunlogos nos explican que el organismo se comporta entonces como un agresor rcntc u sus constituyentes. Esas enfermedades son frecuentes y su evolucin en largos pero-dos d1smmuye de manera considerable a quienes las pade-cen. Su listado es importante; las citadas ms a menudo son Jos disfunc1onam1entos do la tiroides, el lupus eritematoso, la poliartnt1s reumtica, etc. Numerosos investigadores se ocupan del problema del c.1nccr. St> sabe que todos produci-mos clulas cancerosas permanentemente; el sistema inmu-nitario permite la destruccin de esas clulas antes de que se conviertan en un tumor La formacin cancerosa se desarro-lla cuando el sistema mmumtario es deficiente y cuando su actividad se reduce!.

    En el origen de la deficiencia del sistema inmunitario encontramos todas las situaciones posibles de enformedad psquica: duelos, abandonos, exclusin profesional, cte. Los norleamcricanos se han ocupndo del estrs proesional. Estudiaron una poblacin dC' "dirigentes, hombres y muje res de accin"; en ullos, el ri esgo do infarto de miocardio era mucho ms elevado que el promedio general de la poblacin. El eslrs permanente debido a las condiciones de trabajo se encontraba on el origen do un elevado indice de colesterol, factor de los occidentes cardiovasculares.

    A partir dul momento en que el cuerpo toma el relevo, la angustia primordial desnparccc, en tanto se encuentra muy presente el sufra miento sico asa como un surimiento psico lgico debido a los azares de la enfermedad. El cuerpo cncrmo adquiere una prc~encin invasora y ocupa todo el lugar en la economa libidinal del sujeto. Podramos decir

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    cue el sujeto ya 110 tiene un cuerpo -ese (11era-delcuerpo ronstruado en lo imaginario y en lo simblico-, sino que es un rnerpo que sufre, lotalmcnte identificado consigo mismo y con los significantes mdicos que lo designan. Antiguamen te. en ciertos servicios hospitalarios, ocurra que los pacien-tes no eran designados por su nombre o por el nmero de habitacin. sino por su patologa; se iba a ver "al pncreas", u.~1 colon". Se reconoce alh la dificultad del mdico para personalizar la relacin con el cncrmo y In propensin a no \'eren l sino el rgano cnermo. En el FPS el paciente toma para si esa visin del mdico y la cnformedad se convierte en ,;u marca de identidad, como si ('qa designacin proveniente del otro reflejara su propia mirada sobre s miqmo.

    Se podnan encontrar analogin!I cntrC' el pa~aje al acto que el sujeto cumple s111 .~aberlo en el FPS y el pasaje al acto consciente de las personas qu

  • Le Brcton!. 1 Sin embargo, no s( puC'de negur que ciertos fenmenos de moda juegnn en no8otros un papel identifica-torio.

    Luego de estas cons1dcroc1ones nccrca de la fuente y los mecanismos del FPS n gem'ral, volvamos al caso de Paul-~larie, lo que nos pcrm1tinl cuptur mejor las caractensticas especficas d('l FPS 1n 11 nii\o.

    El nio muy pequeo no tiene In rrn\duracin psquica que Je perm1t1riu p.:11sar lu !lituac1n. ~;J obJeto transicional y la ensoacin que le !''ta asoci:tdo no "n suficientes para tranqwbzar i;u mal-~~ar, 11u,n11 ,., In '(raer. Sur J,-.-; bhssuris dr MU, Pnris. 1-letailhe, 2003

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    tias en la region anal, llamado a la asistencia pblica de urgencia, aullidos de Ju nil\a, pnico en Ju familia. La propia madre tena problemas en e>l lrnsito intestinal y sntomas de neurosis obsesiva. La terapia fue prolongada. ya que la madre opona claros obstculos a la curu de su hija, que a ,eces apareca como su doble. cuando, por . l!:n este coso no existen las secuencias presencia-ausencia de la mndrc, que permiten al nio fantasear el vnculo con elln y construirse a partir de Ja ausencia. Esa relacin duul prosigue hasta los Sl'is aos, ya que ella lo tiene consigo en In cltlso del jurdm de infantes donde trabaja, hasta el ingreso en CI'. ~~sa presencia re11l del hijo Ja colma; por su pttrtc, P:.iul-Murie parece acomodarse a la mirada omniprP~enlr de In madre. V"mos allt cmo un nii\o puede representar el lugurde objc~o colmndor paro una madre y as1 escnpnr, por un tiempo, u la angustia de castra-cin. Sin embargo, a lravs de los sucfio~ nos dice cun inquietante y peligrosa poda ser esa mirada. A los seis aos. sentado en la sillita, con la m1radu liJu cn la madre, se reventar un ojo. SC'is arios, la edad en la que debena separarse de ella al entrar ol CP es la edad en la que aparece el eczema. Mediante ese cegarse trata de c~cnpar ni impe-

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  • rio de la mirnda materna? Ese pasaje al neto nutodestructor ser. seguido por otro pasaje al act-0. la aparicin del eczema
  • ardiente, rojo rub que deja ver a todo el mundo y que se oculta como un tesoro, es fu
  • provenientes del liceo coreano atienden un centro de ense anza. Pueden preparar ('l bachillerato en las clases de primero y final o tener un seguimiento individual en Jos casos de quienes siguen estudios fuera del establecimiento.

    Patrick fue admitido en In chnica a pedido de un psiquiatra de pro\'ncia, como consecuencia de un estado inquietante calificado como "estudo dl'prcsivo atpico". Presenta numero-sas mamfcstaciones somticas, un progresivo desinters por los estudios y sobre lodo un aislamiento cada \'eZ ms importante: Patrick ya no qui('re salir de su casa, ya no \'a al liceo, donde cursa el ltimo grado, pues, segn dice, "en la clase se burlan de l". 1':ste (')emento es calificado por el psiquiatra como *ideas de persecucin que sugieren un delirio subyacente" A esto sc agregan ideas de suicidio y dudas acerca de su identidad sexual; se qu"J "de tener pelvis de muJer y m1>j11la!I dc nia".

    El equipo que lo atiende no formula d111gnsticoal comien zo. En la clnica, Pat.-ick l'iempre se qucJa de malestares fsicos: dolores de cabeza, insomnios, palpitaciones, a los que se agregan trastomos dC'I comportamiento: se niega a ir al comedor (miedo de mostrarse) y se hace l'ervir las comidas en la habitacin; sigue de manera irregular los cursos del ltimo grado. Empiezo a verlo a partir dC'I cuarto mes de internacin, a razn de una sesin por semana, esto durante siete meses, es d!'cir, hastn su pnrtida de la clnica al final del ano ci;colar.

    Esas sesiones tienen lugar en

  • quien mantiene v1 nculos muy fuertes. Al tomar a su cargo el sntoma del otro, quiere significar ante s mismo y ante el medio su apego o su umor. Pulrick tema el aspecto de un gran enfermo mental, caminaba con el cuerpo rgdo, las piernas ligeramente entreabiertas, los brazos separados del cuerpo. En vez de los dc~co~ de muerte que dcbia reprimir frente al hermano, le manifostaba un amor desbordante y una atencin constante; le enseaba a caminar, a hablar, no viva ms que para el (tambin mora a causa de l); de lo contrario, seria como l.

    Comuniqu al mdico institucional mi impresin: los sin lomas de Patrick surgiran ms de una neurosis histrica que de un estado p~ictico, lo que cambiara la manera de conducir el tratamiento; el comparti mi punto de vista acerca de dicha interpretacin. Decid entonces intervenir. Le dijeaPatrick lo que pensaba acerca de su deseo de ayudar al hermano: equivocabn el c.11mno; mientras pensaba safrar a su hermano, se perdla l El no era ni el medico, ni el padre ni la madre de ese nino. Lo mCJOr que poda hacer era ocuparse de s1 mismo y asumir su propio destino. Insist en eso; tena le suerte de t'nconlrarse en un lugar donde esa instancia de regreso hacia si mi~mo era posible: deba aprovecharla lnic111lmente Patrick Re puso furioso conmigo, me trat de "mala mt!dica" porque le quitubu toda esperanza de "devolver al hermano a lo vida normal". Le respond que comprendia su dcsusosicgc, pero qu() contaba con su valor para mirar a In vcrdnd de frente. Luego de eAe choque, lo invit o que me contara sus aueos. De entrada lo apasion ese trabajo de descif'rnmiento. Progresivamente toda su problemuticu fue borrndose, su uspccto cambi, su trabajo escolar se norma 1 iz.obtuvo e 1 bnchi lle ruto a fin de ao. Pero antes de hablar de los sueno~ y de la lui que aportaron sobre el caso, debo volver al dcsurrollo de su historia, antes y despus del ingreso a In chnica.

    Hasta los lrecl' unos, Pnlrick no vivi con los padres, quienes. por sus obligac1oncs profesionales, no pod1an ocu-parse de el. Fue criado por la abuela, que tena un hotel restaurante muy conocido l'n la regin. Era una persona

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    dinmica, clida, alegre; con cllu, l se senlia feliz. "Era el parai!s, ~e pone nervioso y agrede a un enfermero.

    En ese ejemplo resulta ev1dent

  • percibe de inmediato y a la que responde en c11pcjo retirando el brazo. El movimiento de rechazo es percibido por la madre como si proviniera del hijo, ya que sin duda su propio reLroc:cso hubia sido inconsciente. al permanecer reprimido. Ella le adjudicar la responsabilidad de la ambi,alencia que preside la relacin entre ambos, "od1oonamoramiento"(como dice Lncan 1. quien excluye tanto el acercamienLo o, el (mplco dPI posesivo "como si me p
  • Come11torioi; Al comienzo de In adolescencia -tiene l'nlonces lrece aos-. Palrick es golpeado por In muerte brulal de quien lo cri\' lo orn. Parece que nadie pens que las enferme-dades surgidas en aquel momento -anguslins. dificulta-de!< para respirar. dolores de cabez:i- podan s~r cau,.adas por esa prdida. Anle la muerte de uno de los mtegrantes en una familia, el trabajo de duelo hah1lualmente se lleva a cabo a travs del acercamiento y los intercambios entre los miembros del grupo: evocacin de la vida de la persona dcsupancida, del pasado en comn, etc. En este caso, parece - segun los dichos de Patrick- que en aque l momento los padres cst11bnn muy preocup11dos por los problemns de sucesin, por la vcnla del hotel, del restaurante, tt~

    Ese drnmn. ocurrido al comienzo de la adolt>sccncan, tras-lomara

  • educadorntonces se rc1ntcgrn n unn familia en la que descubre que ya no tiene lugar: un 111110 sevcramcnte discapacitado es d ohjcto de_ todas la~ atencto nes, !ns miradas de los padres