¿ES UNA UTOPÍA CONCILIAR TRABAJO Y FAMILIA?

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Jaime Pereira Experto en RRHH [email protected] Página 1 ¿ES UNA UTOPÍA CONCILIAR TRABAJO Y FAMILIA? En una reciente encuesta llevada a cabo por una conocida consultora, se hacia la siguiente pregunta a un grupo de directivos, ¿hay que renunciar también a la familia para poder alcanzar el éxito profesional? El 48% respondieron que es una utopía conjugar trabajo con familia y añadían datos y anécdotas que hacían más ilustrativas sus afirmaciones. Un directivo contaba que un día le preguntó su hijo, ¿papá cuánto ganas a la hora? Hijo, no lo he calculado pero aproximadamente 30 €, respondió el padre. ¡Que suerte papá!..., con la paga de las últimas semanas he ahorrado esa cantidad y quiero comprarte una hora ¿Puedes venir mañana antes, que quiero hablar contigo? Otro ejecutivo decía que “... la conciliación es una utopía. En mi caso, afirmaba, he puesto en peligro mi propia estabilidad familiar... y su historia adquiere credibilidad cuando explica que: “Un día, un operario fue a mi casa a reparar algo y mi hija pequeña con tres años se le acercó, le saludó y le dijo: Hola esta es mi mamá y éste, refiriéndose a mí, es el señor que duerme con ella”. Esta semana leo en la prensa que la Fundación + Familia, con la colaboración del Ministerio de Trabajo, ha concedido a doce compañías el certificado de “Empresa Familiarmente Responsable”. Me parecen bien estos galardones, y los apoyo, pero me da la sensación de que son algo artificiales y en algunos casos bastante incoherentes. Este certificado parece, que entre otras cosas, reconoce el salir del trabajo a horas razonables, ¿pero que entendemos por razonable? La pregunta no es fácil de contestar ya que unos entienden por razonable “hasta que el jefe se vaya” y otros entienden por razonable “hasta que yo lo decida”. La diferencia es bastante notable y reflejan estilos de gestión muy distintos. En el primer caso nos encontramos con compañías que siguen valorando más la disponibilidad que la profesionalidad. En el segundo se ve claramente que lo interesante son los resultados y no las tareas, por eso son compañías que han entendido que libertad, autonomía y responsabilidad son tres factores decisivos para garantizar el éxito personal y empresarial. El certificado de “Empresa Familiarmente Responsable” también analiza otros aspectos como las ayudas para los hijos, disfrutar de permisos de maternidad más largos, poder progresar profesionalmente y tener un empleo estable. Y aquí tenemos la segunda ambigüedad, ¿qué entendemos por empleo estable? ¿Se puede garantizar la estabilidad en el empleo? Otra vez, preguntas difíciles de contestar pero que algunas compañías deberían tener la respuesta clara porque no es coherente dar muchas ayudas a los hijos de los empleados y luego despedir a papá/mamá sin explicaciones el viernes por la tarde para que ya no vuelva el lunes. Estas incoherencias son las que hacen que todavía haya mucha gente recelosa de los famosos “Planes Concilia” y se dude de algunos premios que aparentan ser más un concurso de imagen corporativa que el reconocimiento a una labor social. La conciliación es un problema de todos. De la administración, de las empresas y de cada individuo. ¿Por qué me atrevo a pedir a mi empresa que se comprometa con la conciliación cuando yo no me comprometo? ¿Por qué les

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Jaime Pereira Experto en RRHH [email protected] Página 1

¿ES UNA UTOPÍA CONCILIAR TRABAJO Y FAMILIA? En una reciente encuesta llevada a cabo por una conocida consultora, se hacia la siguiente pregunta a un grupo de directivos, ¿hay que renunciar también a la familia para poder alcanzar el éxito profesional? El 48% respondieron que es una utopía conjugar trabajo con familia y añadían datos y anécdotas que hacían más ilustrativas sus afirmaciones. Un directivo contaba que un día le preguntó su hijo, ¿papá cuánto ganas a la hora? Hijo, no lo he calculado pero aproximadamente 30 €, respondió el padre. ¡Que suerte papá!..., con la paga de las últimas semanas he ahorrado esa cantidad y quiero comprarte una hora ¿Puedes venir mañana antes, que quiero hablar contigo? Otro ejecutivo decía que “... la conciliación es una utopía. En mi caso, afirmaba, he puesto en peligro mi propia estabilidad familiar... y su historia adquiere credibilidad cuando explica que: “Un día, un operario fue a mi casa a reparar algo y mi hija pequeña con tres años se le acercó, le saludó y le dijo: Hola esta es mi mamá y éste, refiriéndose a mí, es el señor que duerme con ella”. Esta semana leo en la prensa que la Fundación + Familia, con la colaboración del Ministerio de Trabajo, ha concedido a doce compañías el certificado de “Empresa Familiarmente Responsable”. Me parecen bien estos galardones, y los apoyo, pero me da la sensación de que son algo artificiales y en algunos casos bastante incoherentes. Este certificado parece, que entre otras cosas, reconoce el salir del trabajo a horas razonables, ¿pero que entendemos por razonable? La pregunta no es fácil de contestar ya que unos entienden por razonable “hasta que el jefe se vaya” y otros entienden por razonable “hasta que yo lo decida”. La diferencia es bastante notable y reflejan estilos de gestión muy distintos. En el primer caso nos encontramos con compañías que siguen valorando más la disponibilidad que la profesionalidad. En el segundo se ve claramente que lo interesante son los resultados y no las tareas, por eso son compañías que han entendido que libertad, autonomía y responsabilidad son tres factores decisivos para garantizar el éxito personal y empresarial. El certificado de “Empresa Familiarmente Responsable” también analiza otros aspectos como las ayudas para los hijos, disfrutar de permisos de maternidad más largos, poder progresar profesionalmente y tener un empleo estable. Y aquí tenemos la segunda ambigüedad, ¿qué entendemos por empleo estable? ¿Se puede garantizar la estabilidad en el empleo? Otra vez, preguntas difíciles de contestar pero que algunas compañías deberían tener la respuesta clara porque no es coherente dar muchas ayudas a los hijos de los empleados y luego despedir a papá/mamá sin explicaciones el viernes por la tarde para que ya no vuelva el lunes. Estas incoherencias son las que hacen que todavía haya mucha gente recelosa de los famosos “Planes Concilia” y se dude de algunos premios que aparentan ser más un concurso de imagen corporativa que el reconocimiento a una labor social. La conciliación es un problema de todos. De la administración, de las empresas y de cada individuo. ¿Por qué me atrevo a pedir a mi empresa que se comprometa con la conciliación cuando yo no me comprometo? ¿Por qué les

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pido a mis empleados más productividad cuando no les respeto su derecho a finalizar la jornada laboral a la hora que les corresponde? Para dar respuesta a todos estos interrogantes, hace un año se creo el Observatorio de la Empresa Flexible. Su objetivo es integrar el punto de vista académico, administrativo, empresarial y profesional para investigar y proponer alternativas así como reorientar el debate del equilibrio profesional y personal que afecta a todos.. La administración tiene que jugar un papel más decisivo. ¿Cómo es posible que todavía no haya una armonía de horarios laborales, escolares y familiares? ¿Porque invertimos todos los días dos horas en la comida? ¿Y el problema de los transportes? Estas cuestiones aun están por resolver y sin duda sería un gran paso darles alguna solución. Las empresas deben ser conscientes de que en un futuro inmediato para atraer talento ya no será suficiente una buena política de retribución sino que habrá que ofrecer una calidad de vida profesional más acorde con las nuevas demandas del mercado laboral. Las jornadas interminables tienen que dejar paso a una planificación y organización del trabajo más lógica. El tiempo es un factor competitivo de primer orden y habrá que aprovecharlo de la manera más eficaz posible. Hay que acabar con el “power point” y con las reuniones ineficaces. ¡Cuantas horas improductivas! ¿Y el correo electrónico? Los directivos deben ser conscientes de que son dueños de su propio tiempo pero no del tiempo de los demás. Hay que terminar con la tiranía de lo urgente para centrarse en lo importante. Y yo, como protagonista clave de esta historia ¿qué puedo hacer? Sin duda tomar conciencia de mi responsabilidad y empezar a controlar mi propia vida, ¿cómo? Fijando objetivos, optimizando el tiempo, fortaleciendo la conexión trabajo & familia, aprovechando las sinergias, estableciendo sistemas de autocontrol, llevando una vida sana, no creando servidumbres, influyendo en el propio ámbito de actuación y mejorando mi profesionalidad. Sin duda con esto estaremos dando el primer paso para llevar una vida más lógica y así poder conjugar mejor mi vida laboral con mi vida personal.