Internet y la cultura, apropiación de la tecnología, Sagastegui

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Magis 378. Año XXXVI. Diciembre de 2004 1 Sumario Fotografía Carlos Díaz Corona Locación Exposición "La exploración del tiempo" en el Museo Interactivo Trompo Mágico CONTACTO EDITORIAL La Navidad como acto ético En memoria a su trabajo PERSPECTIVA La importancia de lo femenino MÁS ALLÁ DEL OMBLIGO 2 3 24 27 28 Divulgadores al ataque 10 No es un trabajo fácil, pero alguien tiene que hacerlo: sacar los conocimientos de los laborato- rios científicos, de la vida diaria, de los libros y llevarlos a la gente común. Ésa es la labor de los divulgadores de la ciencia y la cultura que se están infiltrando en las universidades, los museos y, sobre todo, en los medios de comunicación. Tablero IMPULSO Internet y cultura: la apropiación social de la tecnología INSPIRACIÓN Piñatas, buñuelos y colaciones 4 7 16 Las respuestas a las enfermedades mentales 21 UNIVERSIDAD 19 El ITESO alcanza el grado máximo en FIMPES 26 Memorias No te olvides de la historia En esta Navidad Correos de los lectores

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Magis 378. Año XXXVI. Diciembre de 20041

Sumario

Fotografía Carlos Díaz CoronaLocación Exposición "La exploración del tiempo" en el Museo Interactivo Trompo Mágico

CONTACTO

EDITORIAL

La Navidadcomo acto ético

En memoria a su trabajo

PERSPECTIVA

La importancia de lo femenino

MÁS ALLÁDEL OMBLIGO

2

3

24

27

28

Divulgadores al ataque

10

No es un trabajo fácil, pero alguien tiene que hacerlo: sacar los conocimientos de los laborato-rios científicos, de la vida diaria, de los libros y llevarlos a la gente común. Ésa es la labor de los divulgadores de la ciencia y la cultura que se están infiltrando en las universidades, los museos y, sobre todo, en los medios de comunicación.

Tablero

IMPULSO

Internet y cultura: la apropiación social de la tecnología

INSPIRACIÓN

Piñatas, buñuelosy colaciones

4

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Las respuestas a las enfermedades mentales

21

UNIVERSIDAD

19 El ITESO alcanza el grado máximo en FIMPES

26 Memorias

No te olvides de la historia

En esta Navidad

Correos de los lectores

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Buscar continuamente en la acción, en el pensamiento, en la relación con los demás, realizar el mayor servicio, el bien más universal.

Publicación informativa del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de OccidenteAño XXXVI, número 378,diciembre de 2004. RectorHéctor Acuña Nogueira SJPresidente de ITESO ACSalvador Ibarra Álvarezdel Castillo

Director de Relaciones ExternasJosé de la Cerda GastelumJefe de la Oficinade Comunicación SocialHumberto OrozcoCoordinadora de Comunicación Externa Lilián SolórzanoEditora Saira VelázquezEditor gráfico Gerardo ZepedaEncargada de informaciónNayeli ZaragozaDiagramadora Gabriela CasillasReporteros Gustavo Abarca,Any Castro y Vanesa RoblesCorrector de estilo Rogelio VillarrealAsesora en diseñoDolores CortésEncargada de comercializaciónVerónica Mora

Consejo editorial de Cruce y MagisJavier Haro, Juan Jorge Hermosillo, Luis José Guerrero y Jorge Narro

Oficina de ComunicaciónSocialPeriférico Sur Manuel GómezMorín 8585, C.P. 45090,Tlaquepaque, Jalisco. Teléfono +52 (33) 3669-3539,fax +52 (33) 3134-2955.Publicación gratuitaPermiso en trámiteTiraje 12,100 ejemplares.

Informes y publicidaden el buzón electrónico [email protected] y en elteléfono +52 (33) 3669-3539.

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Diseño originalGerardo Zepeda

Preprensa e impresión Sg-printDistribución WebPack

Las afirmaciones expresadas por los colaboradores no reflejan, necesariamente, el punto de vis-ta del ITESO o de los responsa-bles editoriales de Magis.

Los contenidos comerciales son ajenos a los fines del ITESO.

Directorio

CO

NTA

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Felicitan a Magis

Es importante para mi saber qué es lo que pasa en la Universidad, sobre todo cuando se esta tan lejos de ella. ¿Vivo en Alemania, es posible recibirla fuera del país? Felicidades por sus interesantes artículos.

Arturo Santillanes Amarillas Egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales

Generación 89-93

Fueron a mi clase a darnos una plática sobre Jovem y nos regalaron la revista Magis y me gusto bastante.

Carlos Alberto Flores IsaacAlumno de Contaduría Pública

Felicidades por la revista, ¡me encanta!

María Cristina Landeros PrintzenEgresada de Ciencias de la Educación

Generación 2000-2004

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Ing. Héctor Acuña Nogueira SJRector

Buzón: [email protected]

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La Navidadcomo acto ético

N os dice el Evangelio de Lucas que, mientras José y María estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Allí nació Jesús “y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había lugar para ellos en el mesón” (cf. Lc 2, 6-7).

En esta Navidad quiero destacar cuatro actitudes que nos revela esta manera de venir al mundo, que es la de Dios mismo y, por tanto, muestra actitudes universalizables, es decir, que han de desarrollar todos los hombres y todas las mujeres. Las cuatro actitudes a las que me referiré enseguida son: autorrenuncia, reconocimiento, compromiso y esperanza. 1

En primer lugar, la autorrenuncia. Dios no guarda para sí ningún interés y, aún más, tampoco se aferra a ninguna convicción respecto de sí mismo. Nosotros, imagen y semejanza de Dios, estamos invitados a preguntarnos si estamos listos en esta Navidad para desafanarnos de nuestros intereses particulares y para ponernos al servicio de otros: de nuestra familia, del país en que vivimos. Y si no estamos todavía prepa-rados, preguntarnos cuáles son las supuestas convic-ciones que nos mantienen atados a alguna ideología, prejuicio o manera de ver las cosas, que no nos per-mite ir más allá de nosotros mismos para cumplir con el plan que nos traza la venida de Jesús a este mundo.

Dios nos muestra en el nacimiento de Jesús —ésta es la segunda idea— la necesidad de reconocer a los demás, especialmente a los excluidos pues Jesús, en su nacimiento, hace patente, sin lugar a dudas, una

preferencia, un reconocimiento de los más abandonados. El evangelista Lucas nos lo dice en una simple frase: “No había lugar para ellos en el mesón”. Es decir, que para Jesús no hubo —quizá todavía no hay— un lugar al que pueda llegar. Jesús siempre ha estado afuera, con los que no tienen acceso a ningún bien, con los que preferimos no tener cerca de no-sotros, con los que condenamos. Cabe entonces preguntarse a quiénes recono-cemos: ¿a los poderosos?, ¿a los ricos?, ¿a quienes alcanzan el éxito? O como Jesús, a los pobres, a los necesitados, a quienes, como él, no tienen lugar.

La tercera reflexión es que Dios, en el nacimiento de Jesús, se compromete. Si la acción divina va tan a fondo que hace de su hijo alguien que carga con la condición humana, y muestra de ello es lo que dice Lucas muy crudamente: “lo envolvió en pañales”, también nuestras acciones están en posibilidad de ir al fondo y, de esa manera, compartir con nuestras familias, amigos, vecinos y compatriotas todo lo que somos, sin guardar algo para noso-tros. El compromiso de Jesús nos invita pues a considerar, en lo que somos y ha-cemos, a la comunidad en la que estamos insertos, ya que aunque ésta sea falible, allí se puede encontrar la verdad.

Por último, la esperanza. El nacimiento de Jesús, a pesar de las circunstancias de abandono y pobreza que lo rodean, nos alimenta la esperanza de que, algún día, surgirá una humanidad nueva que se congregará, como los pastorcillos de Belén, en torno a la divinidad que viene en el mismo Jesús. La Navidad muestra que es válida la aspiración de constituir una verdadera comunidad en la que cada uno cubra sus necesidades y desarrolle plenamente sus capacidades.

Ojalá que en esta Navidad nos confir-memos en la autorrenuncia, el reconoci-miento de otros, el compromiso con la comunidad y la esperanza en una huma-nidad nueva.

Nota1 Adela Cortina, Ética sin moral, Madrid:

Tecnos, 1992, p. 237.

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Internet y cultura:la apropiación social de la tecnología

al como sucede habitualmente con toda innovación técnica de cierta relevancia, cuando las denominadas “nuevas tecnologías” irrumpie-ron en la escena pública, llegaron antecedidas por un conjunto de mitos y suposiciones sobre los efectos que éstas acarrearían en la vida de todos, tanto para quienes tuvieran acceso a ellas como para quienes no. La información y la co-municación fueron concebidas como el factor clave para la innovación de las prácticas sociales, la competitividad, la generación de riqueza y la libertad. El acceso a estas tecnologías se pre-sentó frecuentemente como condición necesaria para participar de manera cabal en las dinámicas propias de las sociedades contemporáneas.

En particular, Internet figuró como pieza em-blemática en este imaginario que se generó tanto en la opinión pública como en el ámbito académico. Como intersección de computado-ras, programas y sistemas periféricos, redes eléctricas, telefónicas y satelitales, Internet re-presentó la convergencia de la informática, las telecomunicaciones y el audiovisual, así como

T

"El mito relevante consiste en que, mientras representemos la técnica como instrumento, permaneceremos pendientes de la voluntad de adueñarnos de ella. Pasamos de largo la esencia de la técnica"

Martin Heidegger1

la posibilidad del intercambio de información digitalizada entre computadoras situadas en diferentes partes del planeta. El potencial de estos dispositivos técnicos para el manejo e intercambio de información despertó conjeturas apresuradas, que oscilaban entre el optimismo más ingenuo y el pesimismo más exagerado.

Luego de una década de que la introducción del ambiente gráfico en Internet impulsó la generalización de su uso en amplios sectores de población, las visiones extremas sobre su impacto social se han atemperado. Se han pro-ducido abundantes análisis sobre las formas inéditas que aporta este medio para represen-tar la realidad, para crear y recrear numerosas prácticas sociales en ámbitos diversos, tales como el trabajo, la educación, el ocio, el arte, el gobierno, la socialidad cotidiana. Se ha discu-tido abundantemente el papel que ha cumplido Internet en fenómenos tales como la transnacio-nalización de las sociedades y en la renovación del imperialismo de cuño económico, político y cultural.

Diana Sagástegui RodríguezDoctora en Antropología por la

Universidad de Niza, Francia. Profesora del Departamento de Estudios Socioculturales

del ITESO y del Departamento de Estudios en Educación de la

Universidad de Guadalajara. Buzón: [email protected]

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Se ha estudiado igualmente la reconfigu-ración que provoca Internet en el espacio público, que es donde se hace circular la in-formación que es compartida por los miembros de las sociedades: al acceder los usuarios al intercambio de información en las redes elec-trónicas, el espacio público refuerza su carácter extendido y plural, al tiempo que se atomiza y se combina siguiendo patrones sujetos en parte a la voluntad de los usuarios. Al hacer posible que la información sea distribuida con gran autonomía y alcance, al margen del con-trol ejercido por los medios de comunicación tradicionales, Internet se visualiza como un recurso para colectivizar todo tipo de conoci-miento y realizar todo tipo de transacciones. Es también una plataforma sobre la que se gene-ran grupos y comunidades virtuales -alrededor de sitios web, foros y weblogs- y donde se reconfigura la sociedad civil, la cual -gracias al ciberespacio- moviliza sus fronteras, tanto geográficas como políticas. Por lo anterior, Internet se identifica con la creación de un con-

texto social de conectividad planetaria donde tienen lugar los procesos de globalización de la economía y la mundialización de la cultura.

Frente a las cuestiones arriba comentadas, los resultados de investigaciones empíricas acon-sejan tener cuidado antes de generalizar los “impactos” sociales de Internet. Numerosos análisis se orientan actualmente a examinar el uso concreto de Internet en contextos especí-ficos, lo que representa un reto intelectual im-portante, dado el carácter especial del entorno comunicativo en que se produce. Los estudios sobre el uso de esta tecnología no adoptan las formas metodológicas habituales, ya que las interacciones sociales mediadas por Internet se realizan en un contexto atípico, caracterizado principalmente por entrecruzamientos de flujos de información. Sin que sea completamente “virtual”, el terreno empírico de las investiga-

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ciones se presenta difuso, sin límites conven-cionales establecidos. Es difícil identificar de manera precisa la población involucrada, lo que complica la evaluación estadística y la ge-neración de estudios comparados. Se presen-tan asimismo otras dificultades, debidas a la dispersión de temáticas y referencias teóricas sobre este tema, al eclecticismo que priva en la interpretación de los fenómenos de comu-nicación en línea, a la ruptura que éstos im-plican con los modelos anteriores de análisis de comunicación de masas y al hecho de que el objeto bajo estudio es un conjunto diverso y cambiante de prácticas, algunas definidas todavía de manera imprecisa.

Se ha visto necesario hacer una distinción entre las aplicaciones concretas de Internet, a lo que se denomina uso, y las formas en que esas aplicaciones establecen una dimensión de sentido, lo que se entiende por apropiación. Mientras los usos son susceptibles de ser re-gistrados a partir de observaciones empíricas, tanto en las redes electrónicas como en el en-torno de los usuarios, la apropiación puede ser identificada sólo al reconocer la pluralidad de intenciones, significados y relaciones que modelan su uso, las situaciones en las cuales los usuarios convierten su uso particular en una práctica socialmente relevante.

Se ha demostrado que existen múltiples usos de Internet que se integran diferencialmente como parte de un conjunto de relaciones socia-les más amplias. La apropiación social de Inter-net depende en buena medida de los contextos en que se emplea, y se configura de acuerdo

con las edades, la cultura y las condiciones de vida de quienes lo utilizan. Así, se ha puesto de manifiesto el papel activo que desempeñan los usuarios para delimitar las implicaciones sociales de Internet en la vida cotidiana. Se ha encontrado que, al realizar interacciones comunicativas, pueden producirse cambios en las prácticas sociales habituales, aunque no necesariamente signifique una transformación de sus lógicas de organización. En ocasiones, las nuevas formas de comunicación no hacen sino continuar —e incluso agudizar— un esta-do de cosas previo, pero ahora en un entorno más tecnologizado.

En todo caso, estudiar la apropiación social de Internet es un analizador valioso para iden-tificar cómo los intercambios de información en las redes electrónicas ofrecen un valor social agregado. Si en la tecnología se condensan no sólo conocimientos científicos, sino valores, significados culturales, intereses políticos y económicos, resulta cada vez más necesario entenderla no sólo como un conjunto de ar-tefactos y dispositivos utilizados para lograr mayor eficiencia práctica, sino advertir el con-junto de relaciones sociales que se ponen en juego mediante su empleo. Interrogarse sobre la apropiación social de Internet permite va-lorar mesuradamente lo que implica integrarse –o conectarse- en la sociedad llamada “de la información”: no se trata de lograr acceso y desarrollar habilidades individuales, sino acti-var –o desactivar- procesos sociales. En este sentido, cuestiones como la democracia, la participación ciudadana, la justicia social, el bien común, el desarrollo sustentable aparecen en primer plano. Así, podemos tomar distan-cia de los mitos y las suposiciones de trans-formación que se adjudican automáticamente a la tecnología, para poner la mirada en los –graves y añejos- problemas socioculturales y políticos ligados a la producción y distribución del conocimiento en nuestro propio contexto, a fin de encontrar claves que contribuyan a su solución.

1 Filósofo alemán que influyó en los movimientos filosóficosmodernos de la fenomenología y el existencialismo.

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as enfermedades mentales son comunes en el mundo y quienes las padecen están expuestos al aislamiento social, a la degradación en la calidad de vida y a un alto índice de mortan-dad. Según la Organización Mundial de la Salud, las causas se encuentran en el contexto sociocultural y en la situación económica.

En el documento “Salud mental”1 el organismo señala que en 2001 se regis-traron 450 millones de personas afecta-

das por problemas mentales, neurológicos o de com-portamiento, mientras que 873,000 se suici-dan cada año orilla-

das por desórdenes

Los problemas sociales y la situación económica son las principales causas de las enfermedades mentales de las personas en el mundo. Según

especialistas en México los principales padecimientos son la depresión,

la violencia intrafamiliar y las adicciones

Gustavo AbarcaL

Las respuestas a las enfermedades

mentales

Alfredo Valle

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depresivos y esquizofrénicos en 60 por ciento de los casos. Por su parte, el texto “Desórdenes mentales y neurológicos”2 registra que en ese año 121 millones padecían depresión en el mundo.

Antonio Sánchez Antillón, académico de la Maestría en Psicoterapia del ITESO, dice que los padecimientos de salud mental que se regis-tran en México son la depresión, la violencia familiar y el creciente número de adicciones.

Estas “situaciones humanas”, explica, están relacionadas con el entorno sociocultural en el cual se desarrollan las personas. “Está ínti-mamente ligada la forma en la que el sujeto se enfrenta al y los recursos, las posibilidades y las limitaciones que el medio le proporciona.”

De esta relación entre los deseos de una persona y las exigencias de la sociedad, dice Sánchez Antillón, el sujeto se va construyendo: “De ahí que el ámbito sociocultural es decisivo en su construcción, es lo que lo constituye y es ante lo cual tiene que dar una respuesta”.

El especialista asevera que la interacción entre los seres humanos es uno de los aspectos más importantes dentro del contexto socio-cultural para prevenir problemas mentales. Esa interacción se produce principalmente por medio del lenguaje, “que es el estado en el que situamos y construimos nuestros retos, nuestras desgracias, nuestras gracias, nuestros logros, metas y aspiraciones”.

Para Salvador Moreno, coordinador de la Maestría en Psicoterapia del ITESO por medio del lenguaje una persona puede expresar sus sentimientos y, desde un puntode vista educa-tivo, no hay un lugar para aprender sobre inte-racciones o resolver conflictos: “Parece que no

hay lugar para lo emocional, para las relaciones interpersonales, para la toma de decisiones”.

No obstante, Moreno considera que el modo de relacionarse también es importante para la interacción entre las personas: “En una escuela hay un taller sobre el respeto, pero los modos de interacción son altamente irrespetuosos. Se puede hablar de que todo mundo es valioso, pero no se fijan en cómo se discrimina a al-gunos, cómo se señala a otros con los modos de interacción. Ahí tendríamos que atender primero antes del discurso”.

Según explicó Sánchez Antillón, hay estu-dios que indican que esta época se caracteriza por la fuerza que adquieren la depresión, el estrés y los estados esquizoides. Estos últimos, señala, son causados por la “multiplicidad de información contradictoria. Te sientas a ver la tele y ésta te dice no tomes, toma; no te drogues, drógate. Los programas de televisión tienen mensajes contradictorios”.

Otra situación es la hiperrealidad, esto es, aquello que parecía imaginable en lo humano y ahora se muestra como real, que a veces ya no deja nada a la imaginación: “En la televisión, por ejemplo. Aquí en México, en Veracruz, toman a un señor, a un ladrón y el pueblo hace justicia por su mano y lo queman vivo. No te mencionan sólo la noticia, sino que te pasan en la pantalla el suceso”, señala.

La importancia de la psicoterapiaLos aportes en el ámbito de la psicoterapia pretenden crear un espacio en donde la per-

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Formar profesionales de la psicoterapia que integren en su práctica una visión crítica del contexto sociocultural es uno de los objetivos de la Maestría en Psicoterapia que comenzará en enero de 2005.

Salvador Moreno, coordinador del programa académico, dice que se busca propiciar inno-vaciones teóricas, metodológicas y técnicas en la práctica de la psicoterapia y proponer una base común de la práctica psicoterapéutica que haga posible un diálogo constructivo entre diversos enfoques. Además se quiere desarrollar un modelo pedagógico basado en la resolución de situaciones/problemas psicosociales propios del campo de la psicoterapia.

Quienes aspiren a estudiar la maestría de-berán tener título de licenciatura; experiencia laboral de al menos tres años que comprenda trato directo con pacientes; edad mínima de 26 años; interés en el conocimiento de uno mismo; examen de comprensión de textos en inglés; hacer examen de admisión a la maes-tría y entrevistarse con un profesor del equipo académico del programa.

Informes en el Módulo de Atención al Pos-grado en las instalaciones del ITESO, al teléfono 3669 3569, extensiones 3669 o 3690, o al buzón [email protected].

Notas1 Disponible en la página http://

www.who.int/mental_health/en/2 Disponible en la página

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs265/en/

sona pueda hablar y estructurar sus conflictos para enfrentarse de forma más clara, con-sciente y responsable a ellos, señala Sánchez Antillón.

Se trata de un espacio en el cual el indivi-duo sabe lo que le sucede, apunta y verbaliza las cosas que tiene en su cuerpo, mata esas emociones no verbalizadas, pero que están metidas en el cuerpo: “El hablar transforma a los sujetos y esto permite que al verbalizar sus situaciones se produzca un reacomodo interno de lo que éstos cargan. La palabra te construye. Con ella podemos bendecir o maldecir nuestra existencia”, afirma.

En la sociedad no se ha valorado la impor-tancia de formar profesionales en el psicoaná-lisis, “en cambio, hay un gran afloramiento de otro tipo de intervenciones como la magia, la quiromancia, hasta profesionales que hablan de hacer terapia, pero sin recursos ni conoci-mientos”.

Sánchez Antillón dice que el hecho de reco-nocer que una persona requiere de un espacio para saber decir lo que le pasa es algo que ha permitido mayor apertura hacia los psicólogos, y que a su vez implica que la sociedad vaya adquiriendo una conciencia distinta.

“¿Por qué es diferente ir una vez con el psi-cólogo o una vez con el quiromántico o con el brujo o chamán para que te haga una limpia? Es distinto ir una vez y suponer que la vida es así, mágica. Culturalmente, no es fácil pasar de esa conciencia ingenua a una conciencia de responsabilidad”, concluye.

La Maestría en Psicoterapia arranca en enero de 2005

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En el Museo Interactivo Trompo Mágico los niños tienen contacto con la ciencia y el arte en un solo espacio Fotografías: Carlos Díaz Corona

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Divulgadores

al ataqueNo es un trabajo fácil, pero alguien tiene que hacerlo: sacar los conocimientos de los laboratorios científicos, de la vida diaria, de los libros y llevarlos a la gente común. Ésa es la labor de los divulgadores de la ciencia y la cultura que se están infiltrando en las universidades, los museos y, sobre todo, en los medios de comunicación

urante la Inquisición cientos de zurdos terminaron en la hoguera porque los conside-raban diabólicos. Cristóbal Colón murió, en 1506, con la certeza de que los indígenas de América no encajaban en la categoría de seres humanos. Hasta hace poco —quizá todavía— se pensaba que los pobladores de tierras cálidas son hol-gazanes y débiles. Cuando tuvimos las primeras noticias sobre el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), en los años ochenta, estábamos seguros de que la enfermedad era exclusiva de homosexuales. En épocas distintas de la histo-ria, de la humanidad, las creencias anteriores tuvieron por lo menos un punto en común: todas estaban equivocadas, y mientras eso se supo provocaron miedo, desprecio, muerte. Los científicos probaron los errores y, por fortuna, entre el conocimiento de éstos y el nuestro hay otras personas cuyo trabajo ha sido enterarnos de la verdad; esas personas se llaman divulga-dores de la ciencia.

Igual que quienes difunden la cultura, el proyecto de los divulgadores de la ciencia es evitar a toda costa la tentación de imponer lo que los más instruidos piensan y, en lugar de eso, invitar a públicos diferentes al placer de

Vanesa RoblesD conocer expresiones distintas del conocimiento, como ha señalado el coordinador del Diplo-mado en Gestión Cultural del ITESO, Alfonso Hernández Barba.

Los divulgadores son un ejército casi invisible que en los últimos años ha logrado penetrar algunas instituciones públicas, museos, empre-sas de diversión, estaciones de radio, diarios, páginas electrónicas y, con menos frecuencia, canales de televisión abierta con una consigna: que la ciencia y la cultura, sus avances y de-safíos se conviertan en parte de los placeres, las inquietudes y el lenguaje de los niños, amas de casa, profesionales, políticos, empresarios, trabajadores.

En México los soldados de la ciencia (o “gue-rrilleros”, como se autonombra uno de ellos, Martín Bonfil), no la tienen fácil: en el país la disciplina comenzó a gestarse de manera más o menos consistente alrededor de 1940 y tomó fuerza en los años sesenta. Uno de los intentos más destacados y perdurables por encontrar consensos y organizar la tarea fue la creación de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), hace casi veinte años. Pero la difusión de la ciencia ha avanzado con paso lento y casi siempre gra-cias al impulso de los propios “guerrilleros”: “En

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el discurso político la divulgación científica es prioritaria para México, pero en la práctica no”, lamenta Martín Bonfil, profesor investigador de la UNAM y columnista de Milenio Diario.

Así, quienes se aventuran en el afán de di-vulgar la ciencia han debido picar piedra para que las instituciones, las empresas privadas, los medios de comunicación y los ciudadanos abran sus espacios e intereses. Algunos se han abierto y, por ejemplo, hoy muchas estaciones de radio y diarios dedican tiempo y columnas a la ciencia. Pero al mismo tiempo esos medios ofrecen noticias sobre uñas y aguas milagrosas que curan todo tipo de enfermedades, dan voz a pseudocientíficos que afirman haber tenido encuentros con extraterrestres, difunden mitos nuevos sobre nuevas enfermedades.

Este fin de año, como tantos anteriores, las páginas de revistas y diarios serios desplegarán predicciones de mala y buena suerte. “Al final, existen más espacios para los horóscopos que para la difusión de la ciencia”, comentan el secretario de la Somedicyt, Roberto Sayavedra Soto; la profesora y científica de la UNAM, Ana María Sánchez Mora, y la coordinadora de la Maestría en Comunicación con Especialidad en Difusión de la Ciencia y la Cultura del ITESO, Susana Herrera Lima.

En días pasados, Bonfil, Sayavedra y Sánchez estuvieron en el ITESO en el mes de noviem-bre para ofrecer charlas a los alumnos de la maestría citada.

En uno de sus artículos periodísticos, “Adi-vinanzas de año nuevo”, Bonfil vislumbra una respuesta al hecho de que muchas personas parecen más dispuestas a creer en las predic-ciones sobrenaturales que en ahondar a las concepciones científicas; estas últimas, dice, “son de una simplicidad decepcionante”. A eso habría que añadir que lo esotérico, lo mágico, lo fantástico resuelve momentáneamente algu-nas angustias del ser humano: la irremediable muerte, las enfermedades crónicas, incluso la autoestima.

La magia promete resolver aunque no sea así, y la paradoja es que “la difusión de la charlatanería y la pseudociencia comparten a menudo páginas en la misma sección del mismo diario, en el mismo segmento del mis-mo programa de televisión”, señala Susana Herrera, quien aprovecha para pedir que los medios de comunicación asuman su respon-sabilidad social: “Algunas veces los medios instalan verdades sociales y dan voz a la pseu-dociencia, o difunden información que no ha sido corroborada y que después cuesta trabajo desmentir”.

¿Por qué la divulgación de la ciencia debería interesarnos a todos? La ciencia, explican los divulgadores, nos ayuda a conocer cómo somos y cómo funciona el universo; de esta manera podemos resolver algunos problemas o por lo menos preverlos — Herrera menciona el caso de la degradación ambiental—. Sin embargo, la labor de los divulgadores va más allá del co-nocimiento práctico: intenta acercarnos el saber, que de otra manera estaría encerrado en los laboratorios, entre los grupos de científicos, en las esferas más altas de los gobiernos. A nosotros, los mortales comunes, la difusión científica nos ofrece una visión coherente, bella, asombrosa y humanística de nuestra existencia.

Bonfil explica con claridad la labor de los

Los pequeños deben desarrollar sus necesidades

de aprendizaje con diferentes actividades

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divulgadores: “La difusión cultural de la cien-cia es muy similar a la que adoptan los artistas y quienes se dedican a labores de difusión cultural cuando organizan conciertos, lecturas de poesía, espectáculos de danza o exposicio-nes de cuadros o esculturas. Se trata de poner al alcance del público una parte de la cultura con la que normalmente no tiene contacto por iniciativa propia, pero que creemos que vale la pena compartir. El objetivo es simplemente ese: divulgar la ciencia, ponerla al alcance del público [...] La concepción cultural de la divulgación científica busca fomentar la ‘apreciación de la ciencia’. No concibe a la divulgación científica como algo obligatorio, necesario y ni siquiera útil, sino simplemente como algo interesante, hermoso y enriquece-dor”, afirma Bonfil en el artículo “Una estra-tegia de guerrilla para la divulgación: difusión cultural de la ciencia”.

Con pocos recursos e interés de las autorida-des, la tarea de divulgar la ciencia para que los receptores se apropien de los conocimientos con el placer que refiere Bonfil comienza a recorrer una infinidad de caminos en México. Esto ha implicado que los difusores se adentren en diferentes disciplinas a la vez: Ana María Sánchez, Premio Nacional de Divulgación Cien-tífica 2003, es el ejemplo perfecto: estudió la licenciatura y la maestría en física y la maestría en literatura comparada en la UNAM. Ha escrito obras de teatro y montado salas de ciencia con el mismo fin: la divulgación.

Durante muchos años, Roberto Sayavedra estuvo detrás del personaje del Tío Bolita, que en la revista capitalina Chispa ofrecía a los niños pinceladas de ciencia con ingenio, y al mismo tiempo enseñaba en la Facultad de Ciencias de la UNAM y asesoraba museos como el Papalote, de la Ciudad de México. Bonfil es químico farmacéutico biólogo, es-critor y periodista.

En Guadalajara los divulgadores de la cien-cia también han abierto la brecha durante los últimos años: el comunicólogo e investigador del ITESO, Carlos Enrique Orozco publica la columna “El Cierzo” los lunes en el diario Pú-blico; en el mismo periódico Bonfil escribe “La ciencia por gusto”; el científico tapatío Alfon-so Islas publica cada sábado la columna “El doctor Caligari’ en Mural y dirige el programa "Arquímedes en la tina" los lunes a las 21:00 horas en Red Radio Universidad de Guadalajara (104.3 de FM). El Sistema Jalisciense de Radio y Televisión transmite todos los jueves a las 21:10 horas “La manzana de Newton” en el 96.3 de FM.

A través de su sala de ciencias y medios, exposiciones temporales y talleres lúdicos, el Museo Interactivo Trompo Mágico ha mostra-do que un programa educativo bien planeado —en que el han participado muchos egresa-dos de la maestría del ITESO— puede provocar en los niños la comezón de la ciencia y, en poco tiempo, encender la mecha para proyec-tos iguales en algunos municipios.

Sayavedra admite que en la divulgación científica queda un inmenso camino virgen y que la gente de recursos escasos y de las zonas rurales todavía no se acerca al placer del conocimiento científico, pero, añade, la semilla está sembrada y sus frutos se verán en el mediano plazo.

Es importante que desde muy pequeños los niños

estén en contacto con la ciencia y la cultura

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La comunicación de la ciencia ha sido un oficio que se ejerce por gusto o por convicción. Como tal, los principales exponentes han sido científicos en tiempo parcial o periodistas que han llegado a esta especialización después de muchos años de trabajar otras fuentes. No ha habido, tampoco, hasta fechas muy recientes, empleos especializados y con dedicación com-pleta en este campo. Sin embargo, las cosas están cambiando y se puede decir que las ac-tividades de la comunicación de la ciencia en México están evolucionando de la etapa de los pioneros —Luis Estrada o Ruy Pérez Tamayo— a la institucionalización incipiente.

Para esta nueva etapa considero cinco as-pectos determinantes para la profesionalización de esta actividad: la formación profesional, los empleos especializados, las organizaciones profesionales, la producción de conocimiento y la incidencia en las políticas públicas nacionales en este rubro.

Hasta algunos años no existían programas académicos en este campo. La formación era mediante la fórmula del aprendiz. Los intere-sados “se le pegaban” a un divulgador en la práctica, de quien aprendían los secretos y las mañas del oficio. En la actualidad se cuenta con dos maestrías (ITESO,1998 y UNAM, 2002); varios diplomados y materias optativas que se ofrecen en distintas carreras. No hay programas de licenciatura en este campo y, dada la ex-periencia en otros países, parece que no van a existir en el futuro inmediato. Por otra parte, la interdisciplinariedad de esta actividad ha hecho que los programas de formación pertenezcan a departamentos de estudios socioculturales (ITESO), filosofía (UNAM) o ciencia, tecnología y medicina en el caso de la Universidad de Londres.

Los empleos especializados y de tiempo com-pleto en este campo son pocos, pero la ten-dencia es creciente. La mayor parte está en el área de extensión en las universidades públicas y privadas. El ejemplo más destacado es la Dirección General de Divulgación de la Ciencia

La profesionalizaciónde la comunicación de la cienciaCarlos Enrique Orozco

Académico del Departamento de Estudios Socioculturales.Buzón: [email protected]

(DGDC) de la UNAM con 30 profesionales de tiempo completo. En los museos de ciencia y tecnología, que cada vez son más en el país, están creciendo las oportunidades de empleo y en los medios de comunicación masiva como periódicos, noticieros de radio y televisión, hay más espacios para los divulgadores, pero son de tiempo parcial.

La Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), fundada en 1986, agrupa y reúne en congresos anuales a la mayor parte de los divulgadores; sin em-bargo, no tiene presencia en muchas ciudades importantes del país.

La producción de conocimiento sobre la co-municación de la ciencia realizado por mexica-nos sigue siendo muy escasa. La DGDC-unam tiene una colección, “Divulgación para divul-gadores”, que ha publicado unos cuantos títulos y en los congresos anuales de la Somedicyt se presenta una centena de trabajos entre ponen-cias y carteles; la mayoría reporta experiencias muy particulares de divulgación.

Las prácticas de comunicación pública de la ciencia no forman parte de manera genera-lizada de las políticas científicas nacionales. Todavía hay mucho camino por recorrer para incidir en las políticas públicas de ciencia y tecnología.

La interaccióncon la tecnología puede

estimular el desarrollocognoscitivo

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El ITESO, como universidad que busca generar profesionales capaces de dar respuestas claves a las necesidades actuales, ofrece la Maestría en Comunicación con Especialidad en Difusión de la Ciencia y la Cultura.

Dicho posgrado impulsa un programa de excelencia académica que contribuya social-mente a incrementar la cantidad, promover la calidad y orientar hacia el servicio público las actividades de difusión científica y cultural. Este programa está diseñado para profesionales de todas las áreas de estudio interesados en esta especialidad.

La mestría forma profesionales capaces de incidir en la democratización de la ciencia y la cultura mediante la investigación, el diseño, la planificación y la intervención profesional, esto con el fin de generar nuevos conocimientos en este campo.

De igual forma los capacita para vincularse con otros agentes institucionales en el desa-rrollo de los sistemas de investigación cientí-fica y creación cultural, mediante la difusión y el intercambio de productos y servicios, así como para contribuir a la creación y desarrollo de una cultura científica y humanística en la sociedad.

Empresas culturales, instituciones públicas y organizaciones privadas orientadas a la co-municación y la promoción de la ciencia y/o la cultura son algunos de los campos en los que se pueden desempeñar, así como en los medios de comunicación, universidades e ins-titutos de investigación en los que se desarro-lle el conocimiento teórico, metodológico y empírico sobre este campo.

Cuenta con una planta de docentes, quienes

Ciencia,sociedady cultura

Any Castro

con grado académico de doctorado, son reco-nocidos a escala nacional e internacional con gran número de publicaciones. Este es el único programa de maestría en México especializa-do en la difusión de la ciencia y la cultura. Además es miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (SOMEDICYT).

Informes en los teléfonos 3669 3434, extensión 3639, en el buzón [email protected] o en la página de internet www.posgrados.iteso.mx.

La interactividades fundamental para

despertar la cuiriosidaden los niños

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Jesús Gómez Fregoso SJHistoriador especialista en la Revo-lución Mexicana y la guerra criste-ra. Actualmente prepara un libro

sobre la historia del ITESO.Buzón: [email protected]

INSP

IRA

CIÓ

N

A mediados de noviembre comen-zaba en mi casa el ambiente navideño: mi mamá me tomaba medidas para mi traje de “pastorcito” , siempre de colores muy vivos con predominancia de rojos y amarillos. El sombrero adornado de lentejuela, con espejitos y no sé qué más colguijes.

Las mamás jóvenes, como mi madre, soste-nían una competencia para ver quién adornaba mejor a sus críos. El báculo era otro elemento esencial: una vara larga, forrada de papel de China con un pequeño barrote transversal del que colgaban campanitas variadas. El 16 de diciembre comenzaban las posadas con el rezo del rosario en el templo: entre cada misterio se entonaban cantos navideños mientras los niños nos esforzábamos por hacer el mayor ruido posible con las campanitas. Además llevába-mos güíjolas: instrumentos de hoja de lata en forma de palomas a los que se echaba agua; al soplarlos producían un muy peculiar sonido, mientras uno se esforzaba por mojar lo más

Piñatas, buñuelos y colaciones

posible al vecino. Después del rosario venía el paseo con los peregrinos con los cantos correspondientes, divididos en dos coros. Al concederse la posada pasábamos todos a un jardín para romper las piñatas y recibir bolsas con dulces y chocolates.

Cuando cumplí nueve años emigré del ran-cho en que nací a Guadalajara y el ritual de las posadas no varió. Sólo recuerdo que co-mencé a fijar la vista en las pastorcitas con sus chalequitos negros sobre blusas de colores vivos. Había más piñatas que en el rancho. Eran piñatas de verdad, con cántaros de barro y adornados con siete picos, que representaban los siete pecados capitales, según nos expli-caban las muchachas y viejitas que dirigían la posada. Las piñatas de ahora no me gustan:

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ya no se escucha el sonido peculiar del barro al quebrarse y no hay descalabrados. Era de rigor que algún avorazado gandalla recibiera merecidamente un garrotazo.

Poner el nacimiento era todo un ritual: buscar la caja empolvada desde el año anterior e ir sacando cada pieza envuelta en papel perió-dico. Aquí en Guadalajara me tocaba, como hermano mayor, ir al Mercado Corona, con una bolsa de ixtle multicolor para ir echando el musgo, el heno, magueyes minúsculos, farolitos de colores, papel estaño y de china.

Volviendo a las posadas, gozaba mucho al regresar con mi cargamento de fruta, caramelos y colaciones, porque encontraba a mi mamá en la cocina entre alteros de buñuelos calientitos, azucarados, en tiempos en que no existían las dietólogas y nutriólogas que se empeñan en la aberración de medir calorías y demás nefastos términos enemigos de la vida feliz.

El día de Navidad nos daban a los niños una gran bolsa de chocolates, que presagiaban la felicidad del día de Reyes: en la víspera poníamos nuestro zapato en espera de que los Santos Reyes, en su camino a Belén para venerar al Niño Dios, regalaran juguetes a los niños que se portaban bien.

No tengo claro cuándo la costumbre de re-galar juguetes pasó del día de Reyes al de Navi-dad, cuando el propio Niño Jesús traía regalos. Lo que recuerdo muy bien es que no existía la costumbre de regalar a todo mundo: sólo a los niños. Tampoco se acostumbraba intercambiar regalos entre los adultos. Por muchos años, de 1950 a 1980 tal vez, se puso de moda el envío de tarjetas de Navidad por correo; uso que, con la simplificación del correo por larga distan-cia, y no digamos de Internet, fue resultando más inútil. La gente joven de ahora no tiene idea de cómo eran aquellos lejanos tiempos cuando había que ir a una oficina del centro de la ciudad para obtener una comunicación telefónica de larga distancia. Hacia 1950 llegó el increíble adelanto de que uno, desde su casa propia, podía pedir a la operadora de la central telefónica que nos comunicara a otra ciudad. Creo que sería al final de los años sesenta cuan-do se instaló el servicio Lada, larga distancia, sin operadora. Perdón por la digresión, pero ilustra, creo yo, lo que significaban las tarjetas de Navidad.

Festejar la Navidad el 25 de diciembre, como todos sabemos, es algo totalmente arbitrario y convencional, porque los evangelios, con preocupaciones históricas muy diferentes a las nuestras, no especifican ni día, ni mes, ni año,del nacimiento de Jesús, y no sería sino hacia el siglo IV aproximadamente cuando los cristianos de Roma decidieron festejar el na-cimiento de Jesús el día en que los romanos paganos festejaban el nacimiento del sol: el 25

Ernesto López

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de diciembre. Durante la Edad Media los cris-tianos fueron haciendo del tiempo de Navidad algo tan importante como el de Semana Santa: sin dejar de celebrar la Resurrección como el hecho más importante de la vida de Jesús y de la religión cristiana, la Navidad se fue consi-derando como elemento fundamental también. Con el pasar de los siglos, ambas fiestas se fueron enriqueciendo de muy diversas maneras: música, literatura en verso y en prosa, arquitec-tura y otras manifestaciones artísticas, sin olvidar la gastronomía, arte fundamental del hombre civilizado. En la Nueva España, es decir, en el México Virreinal, nuestros tatarabuelos dieron muestras de su inteligencia y sentido humano

al hacer del tiempo de Navidad y del de Cuaresma y

Semana Santa las dos épocas privile-

giadas del buen co-mer.

En plena Edad Me-dia apare-

ció un hombre extraordinario: con enorme amor a la vida en todas sus manifestaciones humanas, animales y vegetales; un hombre con un corazón enorme en el que cabía todo lo creado: Francis-co de Asís. Una noche de Navidad se le ocu-rrió representar en vivo el nacimiento

de Jesús: a una muchacha bonita la vistió de Virgen María, a un joven apuesto le puso el traje de San José; consiguió un buey y un bu-rro, construyó un pesebre, improvisó pastores y así organizó el primer nacimiento vivo. Con el tiempo lo fueron imitando a base de variadas figuras que reconstruían la escena de Belén cuando nació Jesús: los nacimientos.

Los primeros misioneros trajeron a México las celebraciones de la Navidad y, por consi-guiente, los nacimientos. Los agustinos tuvieron la ocurrencia de solemnizar más el recuerdo del nacimiento de Jesús y pensaron que conve-nía preparar a los indios debidamente durante nueve días, en recuerdo de los nueve meses en que María llevó en su seno a Jesús; así nacieron las posadas: una ceremonia evangelizadora; pero en México, país fiestero como ninguno, no podía haber nada, ni siquiera evangeliza-ción, sin fiesta, que comenzaba con las piñatas: con la fe, los ojos vendados, había que derrocar al demonio, la piñata, con sus siete pecados capitales, los siete picos de la piñata. Al vencer al maligno, al romper la piñata, llegaba el pre-mio: fruta, dulces y colaciones. En el siglo XIX se añadieron los variados juegos con premios y castigos, junto con el baile, ya fuera en familia, en el barrio o en la vecindad. Obviamente las posadas de ahora, pachangas decembrinas, nada tienen que ver con las posadas de los abuelos y tatarabuelos, que respondían a dos elementos fundamentales del carácter mexica-no: la religiosidad y el gusto por la fiesta, as-pectos que no tienen por qué estar enfrentados, al contrario. Hay que festejar muy alegremente la Navidad: la celebración del nacimiento de Jesús.

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El ITESO alcanzael grado máximo en FIMPES

Gustavo AbarcaDespués de la realización de un trabajo de autoestudio de dos años de duración y del proceso correspon-diente, el pasado 9 de octubre se re-novó la acreditación Lisa y Llana ante la Federación de Instituciones Mexica-nas Particulares de Educación Superior (FIMPES). Esta certificación es el grado máximo que otorga el organismo a instituciones educativas.

Para una Casa de Estudios como el ITESO la acreditación ante asociaciones como FIMPES le permite mayor cola-boración e intercambio en cuestiones de índole académica, científica, tec-nológica, estudiantil y social con otras instituciones de educación superior a lo largo y ancho del país.

De acuerdo con el sitio web de la organización (www.fimpes.ur.mx),

son once los criterios en los que FIMPES se basa para acreditar a las institucio-nes de educación superior: filosofía institucional; planeación y efectividad; normatividad, gobierno y administra-ción; programas académicos; personal académico; estudiantes; personal ad-ministrativo; apoyos académicos; re-cursos físicos; recursos financieros y educación a distancia. Dentro de cada uno de éstos hay requerimientos y sub-requerimientos que las instituciones deben cumplir.

También se señala que FIMPES tiene 79 instituciones afiliadas acreditadas, una afiliada, que está por ser acredi-tada, y catorce instituciones aspirantes. Son cuatro los tipos de acreditaciones: Lisa y Llana, que es el grado máximo; Sin Observaciones; Con Recomenda-ciones y, por último, Con Condicio-nes.

Fotografías: Carlos Díaz Corona

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La renovación de la acreditación tie-ne varios significados para el ITESO. De acuerdo con Carlos Luna Cortés, director general académico, uno de éstos es que “la Universidad creció en su propia convicción de sí misma, maduró en el reconocimiento de sus fortalezas y también de sus debilida-des, y en muchas decisiones en pro-cesos que se abrieron en este mismo contexto de desarrollo”.

En relación con la acreditación Lisa y Llana, Luna señala que representa un reconocimiento externo a la calidad del trabajo que se ha realizado, “lo cual significa la renovación del com-promiso del ITESO por consolidar su contribución universitaria a la solución de las necesidades de nuestra socie-dad”, externa, “además, la acreditación viene a confirmar el reconocimiento

A su vez, durante el proceso se reci-bió la visita de personal de la comisión dictaminadora de FIMPES “para confir-mar que efectivamente se cumple lo que se reporta”. El trabajo de autoes-tudio se realiza cada cinco años.

La Universidad jesuita de Guadalajara tiene vinculación con otras asociacio-nes y organismos. FIMPES es un espacio de vinculación, mas no es el único, ya que “también en la Asociación Nacio-nal de Universidades e Instituciones de Educación Superior hay un proceso y acreditación; diversos programas de posgrado del ITESO están compitien-do por el Registro Nacional de Posgra-dos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con criterios del Conacyt; las carreras están en sus respectivas asociaciones académicas por carrera”, concluye Luna.

que ya teníamos de la Secretaría de Educación Pública como Universidad de excelencia académica”.

David López Castillo, coordinador del equipo que realizó el trabajo de autoestudio, explica que el proceso que debe realizar la universidad que busca la acreditación consiste en cum-plir con un conjunto de requisitos, para lo cual “debe juntar evidencias que demuestren que sí se cumplen. O descubrir que no y entonces poner remedios para que se cumplan”.

Como parte del proceso se formaron comités por áreas para los diferentes requisitos, ya que cubren aspectos que van desde la calidad académica hasta la infraestructura física. Una vez hecho esto se hace un dictamen en el cual se explican fortalezas, debilidades y un plan calendarizado, señala López.

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Por su dedicación al ITESOIn memoriam

Patricia Guadarrama, Roberto Farías y Francisco Dávila, dejaron en la Universidad su esfuerzo, entrega y compromiso en cada uno de los días que trabajaron en las aulas y los pasillos del campus. Hoy, que ya no están con nosotros, los recordamos y les damos las gracias por esa entrega

Francisco DávilaLeonor Ahuja

Profesor y amigo, Francisco Dávila fue ejemplo de miles de estudiantes de diversas carreras durante los 35 años que laboró en nuestra Casa de Estudios.

Francisco vestía impecablemente, era pau-sado, amigable y cálido. Hay quien lo recuer-da como un hombre que siempre “olía rico”, limpio por dentro y por fuera.

Siempre se preocupó por la formación de sus estudiantes más allá que por enseñar el contenido de sus materias, y la Universidad fue de su gran interés y se comprometió con ella y con su carrera, la Licenciatura en Rela-ciones Industriales, donde fue profesor de sus propios compañeros de clase, ya que contaba con experiencia en el campo de la seguridad e higiene industrial cuando inició sus estu-dios profesionales con la generación del año 1976.

Era un profesor que compartía lo que sabía, que facilitaba el aprendizaje situado de sus alumnos, quienes dicen que nunca olvidarán sus prácticas para la prevención y contención de incendios.

Apadrinó tres generaciones de estudiantes de Relaciones Industriales, atendió asignaturas rela-cionadas con distintos campos de esta disciplina y de la gestión de la calidad, lo que lo llevó a colaborar en las áreas de ingeniería además de participar con las áreas administrativas.

No estará más físicamente con nosotros, ya que falleció el pasado 5 de noviembre, pero permanecerá en nuestros corazones por las enseñanzas y por el ejemplo que dejó en esta comunidad universitaria.

Cortesía Familia Dávila

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Patricia Guadarrama Lourdes Gómez/Jaime Aguirre

Estudió Ciencias de la Comunicación en el ITESO en la segunda generación que comenzó en 1968. Entró a trabajar a esta Universidad en 1976 como profesora de tiempo fijo en las carreras de Administración de Empresas y Ciencias de la Comunicación.

En 1978 obtuvo su nombramiento como pro-fesora titular; ese mismo año se hizo cargo de la Coordinación de Servicios Sociales; de 1980 a 1989 fue directora de Integración Co-munitaria; en ese tiempo coordinó proyectos interdisciplinarios en comunidades marginadas de la zona metropolitana; fue integrante del Consejo Académico del ITESO y del Colegio de Directores.

En 1989 salió de esta Casa de Estudios para regresar siete años después. A partir de julio de 1996 colaboró en el área de comunicación de la Dirección General Académica, y en 1999 ocupó la jefatura de la Oficina de Relaciones Institucionales, adscrita a la Dirección de Re-laciones Externas. En julio de 2003 tuvo que abandonar su trabajo por causa de su enfer-medad.

En el ámbito profesional y laboral necesita-ba ocupar posiciones estratégicas, gestionar, empujar, proponer y sacar adelante proyectos ambiciosos. Trabajando, Paty podía ser piedra angular o piedra en el zapato, pero difícilmente ladrillo de medio muro. Las relaciones públicas eran lo suyo. Interactuaba con soltura y calidez con gente de cualquier rango escalafonario, nivel académico o sociocultural, credo políti-co o religioso. Llevaba “comal y metate” con “moros y con cristianos”. Necesitaba retos que la obligaban a emplearse a fondo.

Desde su trinchera se entregó al proyecto educativo del ITESO sin reservas y con toda su personalidad, pero a nuestra manera de ver, sobre todo se entregó siempre con toda leal-tad. No se doblegaba ante las adversidades y hacía frente con solvencia a sus problemas. Apostaba fuerte por sus convicciones, asumía los riesgos y frecuentemente los costos que eso le acarreaba.

En su vida privada era ante todo una “madre cuerva” siempre orgullosa de los logros de Rodrigo y Patricia, sus amados hijos. Era una amiga estupenda, generosa, cariñosa que se volcaba con su tiempo y su energía por un amigo o amiga en apuros; en la retroalimen-tación fraterna, era aguda como una estocada

de flores y de luz. Acostumbraba ser muy cer-cana con las personas de condición modesta y fácilmente se convertía en su benefactora y protectora.

Gustaba de la música, el canto, la alegría y el jolgorio; de la buena comida y de los placeres que del agave azul virtuosamente se destilan. Hablaba y cantaba con soltura en inglés y en francés; entre otras muchas canciones le gus-taba interpretar “La vie en rose”, de Edith Piaf. Ella misma componía canciones de amor que en cualquier reunión donde hubiera una gui-tarra compartía con su agradable voz ronquita de “contralto”.

Paty optó por la vida y por el amor cada día hasta su muerte. Era mujer de fe y de esperan-za. No dejó de luchar con todo lo que tuvo a mano para vencer su enfermedad. Su sonrisa era cálida, amplia, afable y acogedora. Con esa expresión la recordaremos siempre.

Archivo

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Roberto FaríasJuan Jorge Hermosillo

Fue uno de los pilares académicos del Depar-tamento de Procesos Tecnológicos e Industria-les (DPTI). Roberto Farías también coordinó la Licenciatura en Ingeniería Química durante muchos años, hasta 2003, cuando comenzó a agravarse su salud. Participó en la creación del programa de Ingeniería Ambiental, el cual también coordinó simultáneamente con Inge-niería Química hasta 2002. A partir de marzo de 2003 su salud se fue deteriorando, lo que no impidió que en lo posible continuara tra-bajando con nosotros. Recientemente colaboró en la planeación trienal del departamento y en el diseño de un plan de estudios para una nueva licenciatura.

Académicamente, su fuerte era la simulación de procesos industriales químicos y los pro-cesos de transferencia de masa. Principalmente de esto último impartió clases en años recien-tes. Participó activamente en varias revisio-nes curriculares y, junto con otros profesores del DPTI, impulsó desde 1995 un concepto de área menor muy similar al que hoy tiene toda la Universidad. Preocupado por la calidad de nuestra docencia, fue el primero en organizar un curso acerca de la enseñanza de la inge-niería en el ITESO, con la participación de aca-démicos de diversos puntos del país.

Fue miembro del primer Consejo Universi-tario que tuvo esta Casa de Estudios. Participó en el Comité de Protección Civil y en otros consejos y comisiones. Era miembro de la Aso-ciación de Académicos del ITESO.

Hombre cordial y bondadoso, siempre tenía una sonrisa, un consejo, un libro, una puntada o por lo menos un dulce o una galleta para sus alumnos y alumnas que acudían a su cubículo, o para los compañeros profesores. Esa bondad no le impedía ser crítico cuando tenía que serlo y, cuando se lo proponía, mostraba una notable agudeza para detectar las falacias en nuestros planteamientos. Fue padrino de un sinnúme-ro de generaciones de ingenieros químicos y ambientales.

Los últimos dos años fueron impresionan-tes para los que convivimos con él: pese a la merma de sus facultades y la pérdida de las dos piernas y de otros órganos, nos transmitía un espíritu positivo, seguía trabajando, seguía sonriendo, conviviendo y bromeando. El mis-mo día que, por la noche, sufrió la pérdida de su primera pierna dado su grave estado de

salud, participó por la mañana en una junta del consejo del DPTI en la que defendió la promoción de alguno de sus profesores.

Seguramente se puede decir mucho más de Roberto. Para nosotros fue un proceso muy penoso de pérdida gradual. Si no se nos notaba era gracias a él mismo. Ahora ya descansa, después de mucho, mucho sufrimiento, y de darnos, junto con otros compañeros, lecciones ejemplares, significativas, situadas e inolvida-bles, de fe, de esperanza y de caridad.

Archivo

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Misiones jesuitasPresentación del número 65 de la re-vista Artes de México. Participan Al-berto Ruy Sánchez, José Luis Bermeo y Elisa Cárdenas. 6 de diciembre. Casa ITESO-Clavigero. 20:00 horas. Entrada libre.

*México mutiladoFrancisco Martín MorenoAlfaguara, México, 2004.

Agenda

"¿Cómo recuperar la esperanza?"Conferencia del ciclo Educar Edu-cándonos. Imparten Lourdes Qui-roz, Gabriela Sierra y Ana María

Mística y ateísmoForo del ciclo “La filosofía en el fon-do”. Participan Jorge Manzano SJ, Juan Manuel Reyes y Cuauhtémoc Mayorga. 8 de diciembre. Auditorio de la librería José Luis Martínez del Fondo de Cultura Económica. 20:30 horas. Entrada libre.

Concierto de NavidadCon música de las antiguas reduccio-nes jesuitas en Bolivia y Paraguay. 16 de diciembre. Casa ITESO-Clavigero. 20:00 horas. Entrada libre.

"Cómo hallar el camino interior"Conferencia del ciclo Educar Educán-donos. Imparte Rosa Larios. 5 de enero de 2005. Auditorio Pedro Arrupe SJ. 20:00 horas. Entrada libre.

"¿Podemos pensar tambiéncon el cuerpo?"Conferencia del ciclo Educar Educán-donos. Imparte Jorge Manzano SJ. 3 de febrero. Auditorio Pedro Arru-pe SJ. 20:00 horas. Entrada libre.

XII Simposium de Educación “Educar para la vida”Del 23 al 26 de febrero. El tema es "Los desafíos de la educación desde la sociedad del conocimiento". Participan instituciones educativas regionales y nacionales. El objetivo es promover la formación de docentes y el intercambio de experiencias. Auditorio Pedro Arrupe SJ. Informes en los teléfonos 3669 3450 y 3669 3451, en el buzón [email protected] o en la página www.simposiumeducacion.iteso.mx.

* Estas publicaciones se pueden encontrar en la librería del campus.

ODPA

Ésta es una obra decisiva para quie-nes ejercen el liderazgo en este cambio de época. A partir de un recorrido panorámico por años de investigación en las ciencias del comportamiento y otras disciplinas, análisis de reconocidos expertos y sus propias reflexiones y aportaciones, el autor construye una visión actualizada del papel de los nue-vos dirigentes.

Carlos Rodríguez Combeller es un destacado consultor en desarrollo orga-nizacional, productividad y calidad de empresas, y ha conducido programas de formación de ejecutivos y talleres de trabajo en el plano internacional.

Décadas de experiencia directa, con importantes líderes mexicanos de la in-dustria y de otras áreas, le permitieron crear este programa que corresponde, con fidelidad, a la nueva realidad que se vive en México y el mundo.

El libro además incluye un CD, con actividades, inventarios e infor-

Tapia. 2 de diciembre. Auditorio Pedro Arrupe SJ. 20:00 horas. Entrada libre.

RecomendacionesLa historia oficial desmentida

Juan Vázquez Gama

Imagínese esta escena: entra usted a una librería y en la mesa de novedades ve un ejemplar cuyo título es México mutilado, ¿en qué piensa? Quizá le vengan a la mente imágenes que van desde las incontables pérdidas en el proceso de con-quista, los abusos a los pueblos indígenas, la inequitativa distri-bución de la riqueza, hasta la versión foxista del escudo nacio-nal. Aunque cualquiera de estas opciones viene al caso ninguna es el tema, o por lo menos no el tema principal, del libro de Francisco Martín Moreno.

La historia oficial desmentida en este libro corresponde al capítulo de la pér-dida de Tejas (así, con “j”), de la alta California y de Nuevo México. Una historia que, según Martín Moreno, no se concreta por la superioridad mi-litar estadounidense sino por una larga lista de traiciones entre el ejército y los

políticos mexicanos. Un libro para los interesados en conocer lo que la historia oficial omite deliberadamente.

mación útil, producto de la valiosa colaboración de Luis Enrique Vázquez Lecanda.

Los nuevos dirigentes

*Liderazgo contemporáneo. Programa de desarrollo de habilidades directivasCarlos Rodríguez Combeller, con la colabo-ración de Luis Enrique Vázquez LecandaITESO/Universidad de Colima, Guadalajara, 2004.

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El Coneicc premia tesis de un itesiano“El sueño americano en México. Televisión estadounidense y audiencias juveniles en Tijuana” es el título de la tesis ganadora del Premio Nacional para mejor tesis de maestría del Consejo Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (Coneicc).El premio se entregó el 21 de octubre a David González Hernández, quien estudió la Maestría en Comunicación con Especialidad en Difusión de la Ciencia y la Cultura en el ITESO. Por segundo año consecutivo, este reconocimiento fue otorgado a un egresado de esta Casa de Estudios.González Hernández dijo que con esta tesis buscó “profundizar en la intensidad de la televidencia que vive en lugares de contrastes, como lo son las fronteras, porque éstas se mueven, a veces para ponerse rígidas y otras veces para caerse”.El autor de la tesis afirmó que Raúl Fuentes, académico del ITESO y quien dirigió su trabajo, siempre dejó sentir su presencia con observaciones, comentarios de aliento, lecturas, libros y más.

Crónicas

Tablero

Onírico trajo la fantasía al campus

De sueño y fantasía, así parecían las imágenes hechas por Onírico, el grupo de danza-teatro del gesto que se presentó en el auditorio Pedro Arrupe SJ el 18 de octubre, en el marco del Día del ITESO. Con una producción sencilla pero depurada, la presentación comenzó con “Vías de vuelo”, una actuación inspirada en las ansias de libertad del ser humano. Dos actores-mimos-bailarines se encargaron de producir las primeras carcajadas en el auditorio, al esforzarse por alcanzar sus anhelos y referirse al vuelo con sus manos, plumas de ave y hasta con un globo. Onírico hizo gala de su destreza y agilidad durante el último acto que duró 12 minutos, titulado “Escalando la Luna (intento 1826)”. Tres simpáticos y flexibles astronautas mostraron su estrategia de cómo poder llegar a la Luna. La risa en el público fue prácticamente automática gracias a los gestos de los intérpretes, que al final recibieron largos aplausos.

Colaborarán el ITESO y la Universidad Saint Mary

El intercambio académico de alumnos, profesores y la generación de conocimiento para las universidades en el ámbito de la negociación y la mercadotecnia internacio-nal son parte del convenio entre el Departamento de Intercambio Comercial y la Universidad Saint Mary de San Antonio, Texas.Durante dos días, académicos de ambas universidades concretaron tres líneas de acción. La primera consiste en entrar en contacto con los objetos comunes de estu-dio, que son los negocios y la mercadotecnia internacionales, para incrementar los conocimientos en estas materias y lograr la internacionalización de los estudiantes.La segunda es armar una prueba piloto donde estudiantes de ambas partes tengan la oportunidad de realizar un proyecto de exportación de artesanías a territorio texano y donde participarían estudiantes de ambas universidades.La tercera línea, y una de las más importantes para la internacionalización de la carrera, es el intercambio de profesores de ambas universidades, que significaría una ventaja para aquellos estudiantes que por algún motivo no pueden viajar de intercambio a otros países.

Semana de la Comunidad Sustentable

Del 15 al 20 de noviembre se realizó la Semana de la Comunidad Sustentable en las instalaciones de la Universidad. Durante los cinco días se contó con talleres, exposiciones, conciertos y un ciclo de cine sobre el tema y que se une a la campaña de consumo responsable.En el auditorio Pedro Arrupe SJ se presentó un mural viviente, una exposición de cactus y orquídeas. En la Expo Ambiental se colocaron puestos de consultoras ambientales, asociaciones civiles y empresas en pro de la protección al medio ambiente así como la Procuraduría Federal del Consumidor, que brindaron asesoría sobre el consumo a los asistentes.

Judith Ortega

Gerardo Zepeda

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¡No, por favor,no te olvides de la historia!

¿para qué vivo? También representa conocer lo que uno es capaz de ha-cer; es pretensión de “escarbar” en la memoria para desempolvar el rostro oculto de nuestro verdadero ser y así, mirándonos de frente en el reflejo del espejo de nuestro pasado, cristalice-mos el deseo de ser libres; facilita el despertar de la conciencia trascenden-te: de estar en un tiempo y un espacio limitados, reconociendo el compro-miso personal y social, observando en los acontecimientos que todo he-cho tiene causas y consecuencias al unísono de modo sistémico; permite que se pueda desarrollar la capacidad de observar los sucesos desde “fuera” (a la vez que observo me observo a mí mismo como observador), invita a reflexionar sobre la relatividad de la vida y reconocer lo que es esencial.

Al ser humano lo que le hace ser diferente y lo personaliza es la dimen-sión histórica. Por lo tanto es urgente tomar conciencia de esta dimensión (porque ella está presente aunque se le desconozca y, aun así, actúa en cada uno y en la sociedad) para saber dirigir nuestras acciones (discernimien-to), para encauzar nuestras energías

ecordar... ¿para qué? ¿A quién le interesa saber anécdotas so-bre la historia del ITESO?, por ejemplo, ¿cómo es posible que los primeros alumnos de la Universidad se inscri-bían a pesar de que la Secretaría de Educación Pública no había otorgado el reconocimiento oficial?, ¿qué im-porta si el padre Xavier Scheifler SJ murió lejos del campus que cuidó con tanto amor?, ¿qué relación tienen las OFI con la caída del presidente Allen-de en Chile y cuál es la importancia de que han cumplido 30 años de promul-gadas?, ¿qué le pasó a la jacaranda?, ¿cómo es que el ITESO tiene la escalera de las quinceañeras?, ¿por qué cambiar un ombligo por una fuente?

En realidad, los acontecimientos que recordamos o estudiamos no son un pasado muerto sino que sobreviven de algún modo, lo cual implica pensar que la historia no es una ciencia de hechos o sucesos sino de procesos. La reflexión sobre la historia es un intento por conocer, comprender, sa-ber, reconciliar; el conocimiento del pasado está íntimamente relacionado con la preocupación por el significado y sentido del ser humano: ¿quién soy?,

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Memorias

Concepción Arias y SimarroEs coordinadora del Programa de

Formación Ignaciana del Centro Uni-versitario Ignaciano del ITESO. Aca-ba de publicar el libro ¿Cómo en-señar la historia?, editado por esta

Casa de Estudios.

y responsabilizarnos de nuestra vida personal y social.

Hay que estudiar y saber historia para aprender a vivir en la tolerancia del que reconoce sus propios límites y es capaz de perdonar juicios equivocados y aceptar que los puntos de vista di-ferentes pueden llegar a ser comple-mentarios (con esta actitud podemos construir la paz). De manera similar, si se conoce y analiza la historia perso-nal de compañeros y amigos se puede comprender por qué actúan como lo hacen, aceptarlos y hasta amarlos, a pesar de las diferencias.

Así pues, saber la historia del ITESO ¡sí importa! porque nos habla de nuestra identidad, ofrece el sentido de las tareas que realizamos en el presente y nos recuerda el proyecto a futuro; podemos amar y vivir en la confianza de que “teniendo como fondo nuestra propia historia y la historia del ITESO, enten-demos el compromiso institucional y personal de construir una universidad para la justicia; es decir, que forma pro-fesionistas capaces de colaborar acti-va y eficazmente con el cambio social que México necesita con urgencia” (OFI 3.3.1).

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R econozco que tengo una espina clavada en el corazón desde hace muchos años y que me ha llevado a cuestionarme seriamente algunas de mis creencias en la doctrina de la Iglesia Católica. Esa espina tiene que ver con la poca importancia y el nulo protagonismo de la mujer en ella. Pareciera que desde aquel ficticio episodio de la manzana prohibida las mujeres hayamos tenido que pagar con nuestra marginación la “desobediencia” al mandato divino.

Me molesta y a la vez me produce asombro que en pleno siglo XXI muchas mujeres sigan luchando por que se les permita tener una mayor presencia dentro de la cúpula de esa Iglesia, santa, fraterna y madre de todos los católicos. En este sentido, entiendo que el último libro del estadounidense Dan Brown, El Código da Vinci, haya levantado tanta polémica. Este escritor afirma que uno de los grandes secretos guardado por la Iglesia a lo largo de los siglos ha sido la importancia que Jesús le dio a la mujer, y más en concreto a “lo femenino” como ingrediente necesario para la propia salvación y para la salvación de este mundo. En este sentido, afirma en su libro que en las tradiciones antiguas no existía sólo la adoración a un Dios, sino también a una Diosa. Esa Diosa tenía relación con la vida y la fertilidad y ambos, en conjunto, represen-taban la perfección y la plenitud. Más allá de otros datos que el autor aporta en su libro, sobre Jesús y su vida, que pueden ser discutibles, el asunto de la recuperación de lo femenino me parece de vital importancia, especialmente para las mujeres.

El proceso de manifestación de la energía femenina en nuestro mundo comenzó ya hace algunos años. Una muestra de ello fueron los movimientos interna-cionales en apoyo de las mujeres y las conferencias organizadas por las Naciones Unidas en México en 1985 y en Pekín durante 1995. Estas conferencias, en especial la segunda, supusieron para las mujeres el reconocimiento internacional de sus derechos, de su problemática, de sus demandas y, lo que es más importante, de su valiosa aportación a la vida y al progreso de las sociedades. Se tardó muchos siglos en conseguir que las mujeres tuvieran un espacio en la agenda de los gobiernos, en escuchar sus visiones, sus puntos de vista, en valorar lo que pueden aportar a este mundo, que, sobra decirlo, se encuentra azotado por terribles problemas muy difíciles de solucionar. Dice Brown en su libro, y así lo comparten algunas feministas, que estamos entrando en una Nueva Era

y que por eso se está dan-do este movimiento hacia lo femenino. No puedo afirmar que esto sea cierto, lo que sí percibo, y con bastante es-peranza, por cierto, es que las mujeres cada vez estamos más presentes en todos los ámbitos: en la política, en la economía, en la ciencia e in-cluso, y a pesar de las limi-taciones, en la religión.

Esto me parece esperanza-dor por varios motivos: prime-ro porque, como parte de la humanidad (un poco más de la mitad, si no me equivoco), tenemos el derecho de par-ticipar en las decisiones que afecten a nuestro mundo. Se-gundo, porque como habitan-tes de este último tenemos la responsabilidad de cuidarlo y de decidir sobre el presente y el futuro y, tercero, porque ya va siendo tiempo de que nuestras voces sean respeta-das, escuchadas y tomadas en cuenta. No soy tan radi-cal como para pensar que las mujeres, con nuestra fe-minidad, vayamos a salvar el mundo nosotras solas, pero tampoco creo (y a los hechos me remito) que lo vayan a conseguir los hombres a tra-vés de su energía masculina, tan dominante, tan agresiva, tan proactiva, tan competitiva y tan presente en estos tiem-pos. Es hora de apostar por la cooperación, por la colabo-ración, por el respeto, por la integración y por la conjun-ción de ambas. Esta debería ser, creo yo, la Nueva Era, el famoso Reino que en su día anunciara Jesús.

La importancia de lo femenino

Belén López de AndrésDocente del ITESO

Buzón: [email protected]

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