bonsái - Revista Cítrica · bonsái La aparición de varias fotos de Luca Prodan en los inicios...

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Cuando llegaron los monos Cine argentino Parto respetado: Las formas de nacer pág 3 pág 4 Cooperativa Ex Trabajadores del Diario Crítica bonsái La aparición de varias fotos de Luca Prodan en los inicios de Sumo completan el registro visual del renacimiento del rock nacional post dictadura. Lalo Mir “Me defino como un payaso” Junio 2015 www.revistacitrica.com pág 8

Transcript of bonsái - Revista Cítrica · bonsái La aparición de varias fotos de Luca Prodan en los inicios...

Cuando llegaron los monos

Cine argentino

Partorespetado:Las formasde nacer

pág 3

pág 4

Cooperativa Ex Trabajadores del Diario Críticabonsái

La aparición de varias fotos de Luca Prodan en los inicios de Sumo completan el registro visual del renacimiento del rock nacional post dictadura.

Lalo Mir

“Me defino como unpayaso”

Junio 2015 www.revistacitrica.com

pág 8

as Formas de Nacer hace hin-capié en la violencia obstétrica ejercida en una provincia como

Misiones. “Un 60 por ciento de las imá-genes están hechas en Misiones pero hay que tener en cuenta que lo que le pasó a Paula Pisak en la provincia, se re-pite con mujeres de todo el país”, expli-can desde la Cooperativa Superficie. Un caso particular, como un primer pujo, que ilumina: la violencia obstétrica se cuela en los hospitales y sanatorios. Y la lucha por eliminarla, también.

la luchaes colectiva

L

l disparador del título es la frase de Michel Odent (médi-co obstetra francés

y defensor del parto natural) que dice que `para cambiar al mundo, hay que cambiar la forma de nacer´. Él hace hincapié en cambiar la forma violenta que ejerce la medicina contemporá-nea por sobre los cuerpos y mentes de las que están pariendo y las/os niñas/os que están viniendo al mundo, que produce no solo heridas físicas irrepa-rables por sobre los cuerpos, sino tam-bién muchas veces heridas psíquicas. Buscamos el cambio de paradigma, de reflexión sobre nestros valores”, dicen Ana Espinoza y Elián Guerin, de la Cooperativa Superficie, que llevaron adelante la realización general de Las formas de nacer. Historias de mujeres por el parto respetado. El adelanto del documental ya se presentó en Posadas y Jardín América (Misiones), y en las ciudades de Córdoba, Buenos Aires y La Plata.

Con nueve meses de ideas, pro-ducción, realización y postproduc-ción, el audiovisual da sus primeros pasos para llevar información com-prometida sobre las leyes nacionales: La 25.929 de Derechos en el Parto y Nacimiento –que se aprobó hace 11 años pero que aún no fue reglamenta-da- y la 26.485, de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus rela-ciones interpersonales; además de las

recomendaciones que la Organiza-ción Mundial de la Salud estipuló para advertir y erradicar el maltrato y la falta de respeto en centros de salud a nivel mundial al momento del parto.

Volver naturallo desnaturalizado

La violencia obstétrica, esa agre-sión promovida por el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres que se traduce en un trato deshumaniza-do –desde la infantilización hasta la desatención- y un abuso de la medi-calización –cesáreas y episiotomías (corte quirúrgico en las vaginas) innecesarias y uso de oxitocina para acelerar el alumbramiento-, trata como enfermedad al proceso que va desde la gestación, el primer pujo y el post parto.

“Desde nuestra mirada creemos que es necesario desnaturalizar la violencia obstétrica pero también dejar un mensaje de esperanza: otra forma más respetuosa y amorosa de parir y venir al mundo es posible”, re-flexionan Espinoza y Guerin, quienes pretenden –junto al resto del equipo de Superficie– poner en pantalla las historias detrás del maltrato institu-cional. Un latido acelerado abre el do-cumental que surgió de la necesidad particular de visibilizar la historia de Paula Pisak, oriunda de Jardín Amé-rica, quien diez años atrás devino en discapacitada auditiva y motriz luego de una mala praxis durante el parto de

su primera hija. La cámara comprome-tida también acompaña a la partera Ana Laura Rojas, quien aporta desde su experiencia en atención en hospi-tales y en casas; a Irasema, primeriza que busca despatologizar el alumbra-miento; y a 40 mil mujeres durante el Encuentro Nacional de Salta, que se realizó en 2014.

“La maternidad es una opción y para aquellas que sí desean ser ma-dres, el parto y el nacimiento del o la bebé deben ser respetados”, apuntan desde Superficie, que sin ligereza y con compromiso se suman a la revolución antipatriarcal y anticapitalista en las camas, en las casas, en las calles y en las salas, de hospitales y hasta cines: porque los cuerpos son nuestros y las decisiones, también.

El documental Las Formas de Nacer aborda la violencia obstétrica, otro tipo de agresión hacia las mujeres que se da durante las gestaciones, partos y post partos. La necesidad de difundir el derecho a un alumbramiento respetado y revolucionar el paradigma de la medicina occidental y patriarcal: volver natural lo desnaturalizado.

por jesica farias

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género

en la cama,en la casay en la sala

“E

Parir sin respeto: la violencia invisibilizada en todo el país..

¿Cómo recordás aquellos años?Íbamos en bloque, a ver a Sumo, Virus,

Los Violadores, Los Twist. Como dice Andrea Prodan, “hippies enojados”. Íbamos mucho a ver al “primer Sumo”. Éramos muy pibes, casi ni sabíamos lo que ocurría pero intuíamos qué iba a pasar con ese grupo. Era una aplanadora de energía y algo mágico, inexplicable, libre, suelto, bien cantado. Cosas no muy frecuen-temente encontradas en nuestro rock nacional, salvo excepciones.¿Cómo vivías tu adolescencia en ese momento?

Todos veníamos de familias desmem-bradas y nos sentíamos identificados con el punk por los libros que leíamos entre todos. Era casi como un partido político, nos juntábamos a leer, a escuchar música. Era una militancia en un punto, aunque nos lla-mábamos a nosotros “anarquistas”. Muchos estudiaban en serio, otros se autodestruye-ron. Yo me guardé. Huimos bastante. Varios otros murieron.¿Cómo percibías musicalmente ese mo-mento de Luca y de Sumo?

Con mucha experimentación, Luca con su batería electrónica y su reverb, jugaba

a excusa era disparar y dis-parar con la Pentax SP1000 a rosca. Pesadísima. Con los años ese peso le pasó factura

a su espalda. Sin embargo las ganas podían más. Y eso, sumado a su creciente pasión por la música, confluyeron en una mistura que quedó plasmada en un registro fotográ-fico de valor incalculable. Claudina Puglie-se, fotógrafa desde los 17 años, vecina de Parque Chas, capturó imágenes irrepetibles e invaluables a principios de los años 80, en el albor de la explosión del nuevo rock nacional surgido post dictadura militar.

“Soy fotógrafa desde los 17 años y he sido laboratorista. En el 82, en plena dictadura y guerra, me uní a un grupo punk, a través de un avisito que puse en la revista Expreso Imaginario. Allí me conecté con gente que tenía interés en el tema o tenía grupos de música ya formados”, cuenta Claudina en una charla con Cítrica Bonsái.

“Ibas a Cabildo y Lacroze, y ahí tenían un libro de visitas. Se podía poner un aviso, y yo puse: `me quiero conectar con gente que le interese el Punk Rock’. Después sonaba el teléfono a las tres de la madrugada en casa, y mi madre me quería matar”, contó.

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Claudina Pugliese tomófotografías históricas en el renacimientodel rock nacional post dictadura. Y este año las liberó para que sean de la gente.

L

mit

oló

gicaImágenes

de una era

por diego pintosfotos: claudina pugliese

con su voz. Germán (Daffunchio, Las Pelotas) y sus climas. Era de locos. En esa época, sobre todo antes de Peti (Roberto Pettinato), eran un cuarteto. Hay fotos de La Cofradía, que fue la primera fecha de (Ale-jandro) Sokol en batería. A Stephi Nuttal, la baterista inglesa no la llegué a conocer, se había ido por la guerra de Malvinas, creo. Pettinato agregó sus saxos delirantes que enredaron aún más la parte experimental de Sumo. Imagínate lo que era eso. Acá es-tábamos más acostumbrados a una onda más acústica, más folklórica si se quiere, del rock de aquella época.¿Y después de los shows qué ocurría?

Anécdotas puntuales, barcitos punks, recitales que terminaban a los sillazos, caídas en cana y suspensiones de fechas en el Bar Einstein. Eso era moneda corriente. De todas formas me sentía un poco fuera de la movida, no bebía, y me refugiaba un poco detrás de la cámara. O iba y me volvía temprano. Había mucho miedo en aquella época.¿Qué recordás de los momentos fotográ-ficos en sí?

Creo que hice fotos tres veces. Te-nía veinte años. Laburaba de fotógrafa.

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Ahora me parece increíble. Hice fotos de Los Violadores y otros grupos. Del resto no tengo los negativos porque enseguida entré en Editorial Abril y ellos se quedaban con ese material. ¿Qué habrá sido de todo eso? ¡Había cada foto!¿Cómo era Luca?

Luca era un tipo especial, sencillo, abierto y loco. Luego de tocar siempre bajaba del escenario, se sentaba a hablar con todo el mundo en una mesa, con una cerveza o lo que sea, y te hacía reír con sus historias euro-peas. ¡Para nosotros sonaban tan lejanas! Son las mismas que cuenta su hermano Andrea, y te diría casi con la misma magia. Pero Luca, es Luca. Daba todo, era de una generosidad increíble sobre el escenario. Creo que terminó como tenía que terminar, para los que dan casi su vida en el arte. Era impresionante. Die-go Arnedo (Divididos) te diría que es el que más conserva ese espíritu. Por él es que yo me hice bajista. Y toqué y sigo tocando, desde el 84, con medio mundo. Me dediqué a hacer tango, folklore, jazz.¿Por qué decidiste esta suerte de ciber-soltura de imágenes?

Se me dio este año por liberarlas, como se dice. No cobrar más por ellas y difundir-las porque sino te quedan como mochila. Tienen muchos años, y ya no son mas mías, quiero que sean de la gente. Agradezco enor-memente a Plataforma Lavardén en Rosario, Gisela Ardit y los organizadores. Y a Andrea Prodan, con quien además estuvimos en la inauguración de la muestra “Luca a Puertas Abiertas” en Rosario la semana pasada. Él también grabó en el disco del “Ensamble Confusión del Mundo”, grupo al que perte-nezco y con quien hicimos una versión de Silver Mule, que también tendrá su video. Tanto es el respeto y el agradecimiento a los Prodan que me nació esto de regalarle a Andrea el material digitalizado.

tres libros y yo por pablo bruetman

us personajes siempre mueren. Antes de la déci-

ma página, Tomás González sue-le notificar al lector el inevitable final de sus protagonistas. Este genio de la literatura ha tomado una decisión sabia: invitar a los lectores a disfrutar de la vida. Y para eso nada mejor que avisar que la vida se termina. Un par de años después de nacer, sabemos que moriremos. Y empezamos a vivir –con conciencia– y disfru-tar. Un par de páginas después de empezar a leer, sabemos que el protagonista va a morir. Y em-pezamos a disfrutar de su vida.

Hace unos años, de vacaciones por Colombia, me apropié de unos ejemplares de narradores

cafeteros y elaboré una teoría que hasta ahora no he conseguido re-futar: escritor colombiano nunca falla. Una escritura precisa, sin la más mínima falla. Y una trama que se vale de violencias, revolu-ciones, desigualdades y paisajes para embellecer las historias. Uno de los autores que descubrí en aquel viaje fue Tomás González a través de su libro La Historia de Horacio. Unos años más tarde, cuando no pensaba volver a relacionarme con él, me encontré perdida –en una mesa de saldo de la calle Corrientes y al absur-do precio de veinte pesos– su primera novela Primero estaba el mar. Finalmente unos pocos días después apareció en las librerías comerciales La luz difícil, una de sus últimas obras.

La Historia de Horacio es simple: Horacio se va a morir y disfruta sus últimos meses de vida con la familia, los amigos y los animales. Los argumentos de Tomás Gonzá-les parecen sacados de los dramas berretas y lacrimógenos de Film Zone pero no se parecen en nada: él nunca ha escrito una línea con

un golpe bajo.Primero estaba el mar es hasta

ahora mi favorito. El protagonista, cansado de la vida en la ciudad, se va a vivir, junto a su mujer, a una casa aislada del mundo y frente al mar. En busca de una felicidad que no es tan simple como soñaba. Vivirá allí un año y morirá. Eso sabemos en las prime-ras diez páginas. Luego la belleza de la narración nos transmitirá la felicidad que el protagonista no termina de hallar. Leer es más fácil. Soñar ni hablar.

En La luz difícil el que muere no es el protagonista: es el hijo del protagonista y narrador. El hijo, cuadripléjico tras un accidente de tránsito, sufre dolores inaguanta-bles y con la ayuda de los amigos y los hermanos, decide morir. Aunque la ley no lo permita. El recuerdo de los últimos días del hijo son transmitidos por el narra-dor con cariño y alegría. Encima el final del libro, con un chiste, obliga a cerrarlo con una sonrisa. En los libros de Tomás González sonríe la vida. Tanto sonríe que la muerte no pesa.

S

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lectura

B

Bieter

ieter es un mundo ocre donde el viento no descansa; un mar de jorobas rocosas, apenas más altas que la talla de un hu-

mano, que cubre de extremo a extremo la áspera superficie del planeta.

Aparentemente, nada cambia en Bieter. Su geo-grafía parece invariable, sus soles se encienden y atenúan con rigurosa periodicidad, el tono de su piel revive y palidece en repetida sintonía con el paso de las estrellas. A simple vista, el planeta no parece más que un globo de piedra escabroso y deshabitado.

Sin embargo, hay vida en Bieter.Cada uno de esos montículos de roca es un ser

que se levanta en ese suelo tosco y polvoriento. Sólo basta colocarse delante de una de esas pro-tuberancias para que su voz árida y amarilla rumo-ree dentro de tu cabeza. Y aunque no entiendas su palabra –el lenguaje de los bieters jamás se logró descifrar–, sentirás que ese susurro transmite la incansable la rutina del tiempo, la infinita la pa-ciencia del viento. El viento enloquecido que silba furioso entre esos fantasmas petrificados. El vien-to que nunca deja de perseguir horizontes. Que araña bravo y ardiente. Que lame con lengua seca la piel de piedra de los que murmuran.

Desgranadas partícula a partícula, las rocas sucumben de manera lenta e inexorable ante la in-sistencia de los dedos invisibles que las rasguñan. Así, apretados y quietos, los cuerpos de los bieters se van apocando mansamente con el girar de los soles.

No hay rincón del universo que permanezca inmutable.

No hay lugar donde la vida no se transforme.Ni siquiera en Bieter, donde el viento mueve los

relojes y las cenizas son arena.

por fanue

minientrevista

por alelí acuña barrenechea

Luciana Mocchi

A sus 24 años la artista uruguaya Luciana

Mocchi no deja de crear. Ya le brotaron más de 182 canciones sin límites ni fronteras. Le salen fácil, porque le nacen a partir del silbido, forma de expresión que heredó de su padre Walter. Siempre supo que su misión en esta tierra era cantar: “Desde que recuerdo canto. Mi madre dice que desde antes de hablar. Sin duda el momento más feliz de mi vida fue a los 7 años, en

el patio de mis padres, frente a los vecinos canté Milongón del Guruyú del uruguayo Roberto Darwin y dije: ‘yo quiero hacer esto’”, recuerda Mocchi cuando descubrió su profesión. Aunque le costó mucho más tiempo empezar a cantar sus propias canciones: “Me daba mucha vergüenza pero después me destapé y explotó la bomba”.

Luciana vive con amigos de forma comunitaria en un centro cultural- que fue una panade-

ría por 1920, donde todas las semanas se cocinan suculentos recitales de artistas en pleno desarrollo- pero también curte el under cordobés, el circuito emergente de Buenos Aires y la comunidad latina en Nueva York, a la que retrató “Botija, de mi país”, documental de su autoría que ya fue presentado en Uruguay , Estados Unidos y próximamente se exhibirá en México.

México será el próximo destino de Mocchi y su banda integrada por Diego Soca en guitarra eléctri-ca, Tato Cabrera en sintetizadores, Andrea Facciolo en bajo, Esteban Pesce en batería; a la que se su-man Christine Brebes en violín y Javier Castañeda en piano.

Actualmente Mocchi se encuentra en Buenos Aires presentado las canciones que serán editadas en su segundo disco “Mañana será otro disco” en el porteño Café Vinilo: “ Las canciones nacieron cuando yo escribía artículos por la madru-gada, en un diario chino. Fue una gran experiencia”.

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por ricardo carossino

iempre te amé, mi per-lita blanca en el vacío,

a pesar de todo. Supe que nuestro amor, encontrado en la ribera de la vida, sería una locura, pero no me im-portó. Quizás por eso todo terminó así. No lo sé. Para qué entender lo prohibido.

Tal pretensión, de sabios o de dioses, no es para gente como yo. Lo prohibido tiene dos caminos, se lo toma o se lo deja, pero no se lo entiende.

Te busqué, mi chiquita de piel salvaje, con el deseo encendido de tantas noches imaginando tu cuerpo. En cada mirada, en cada charla, en cada abrazo que creías ingenuo trataba que enten-dieras mi locura por vos. Tu pelo lacio y oscuro, tus ojos café, tu risa contagiosa, todo en vos era una invitación al sexo y al amor.

Sabías, estoy segura, que

siempre fui tuya mi amor-cito de otoño. Fui mujer antes que vos, cruelmen-te, cuando un borracho que olía a vino barato, me levantó la pollera una noche de verano, ya muy lejana, y me hizo suya porque estaba aburrido. Yo era una niña que soñaba con un príncipe azul, pero aquella basura de bestia terminó con mis sueños de casamiento de blanco.

Y entonces llegaste vos, con tu luz de ángel/demonio, con tu voz de nena dulce y seductora, con tus manitas inquietas en mi pelo, y te amé con el deseo abruma-dor de una noche caliente que no se puede controlar. Fuiste, preciosa cereza baña-da de rocío, fatal.

Me observabas incrédu-la, pero sabiendo que mis ojos miraban a través de vos. Sé que entendiste lo que pa-

saba a pesar de tu edad. Las mujeres sabemos esas cosas sin que se nos enseñen.

Y una noche de invierno, con el frío pegado al cuerpo, te busqué en la cama, pri-mero despacio, con miedo y ansiedad, y luego con desesperación. No pudimos evitar sentirnos cuando nos abrazamos. El amor y el de-seo se nos metieron adentro con la fuerza de un potro desbocado. Qué íbamos a hacer, si en el momento que nos besamos, ya nos había-mos condenado.

Mamá nunca lo imaginó. Sus hijitas tiernas y educa-das se amaban desespera-damente en la noche, desnu-das, mojadas, temblando de miedo porque nos descu-brieran, excitadas por el morboso anhelo de gozar como putas enamoradas.

Teníamos que guardar ese secreto que era nuestro.

Todas esas noches en el in-vierno pasado, envueltas en la calentura de un juego de amor, nos tentó tanto, que de pronto el miedo y la culpa te invadieron tan repentina-mente como el amor.

Quisiste hablar, ir corrien-do a contarle a mamá sobre nuestra relación de herma-nas traviesas, te asustaste como cualquier nena de doce años. Quise tomarte en mis brazos para calmarte,

pero me rechazaste. Me tra-taste como una vieja. Vieja a los veinte años.

Por eso te maté mi co-razoncito de mazapán. Por eso mientras dormía te clavé diez veces el cuchillo en todo tu cuerpecito hermoso. Una por cada noche que te hice el amor. No iba a poder vivir sin vos. Ahora en esta cárcel de mierda lo sé. Siempre voy a amarte, hasta que encuentre la manera de seguirte.

foto: liu x

ia

S

minicuento

Mía, mía, mía

u voz resuena en todo el estudio como la de un tenor en estado puro. Lalo Mir se

define como un payaso pero tiene más partes serias de las que muestra. Conduce Lalo por hecho en la 100 y Encuentro en

contratapa

Pg 8

por mariana buonomo

el estudio en la TV pública, ám-bitos distintos pero en los que asegura actuar con libertad. Se emociona, Habla del rock como si fuera su primer amor.

De muy joven partió de su San Pedro natal para la gran ciudad donde trabajó en radios

reconocidas como Radio Riva-davia, Radio del Plata, Rock and Pop. Sin embargo, a pesar de su larga trayectoria recorrida en medios de comunicación, Lalo no se considera un periodista. Prefiere definirse como “ani-mador, entretenedor o payaso”

porque su trabajo es combinar la palabra y el humor con la música. ¿Qué importancia ha tenido el rock en tu vida?

A mí el rock me mueve, me ayudó a muchas cosas, me ayu-dó a animarme, a viajar, me vol-vió más curioso, más temerario, me ayudó a pasar por encima de cosas que de otra manera no lo hubiera hecho.¿En qué espacio te sentís más libre, Radio o TV?

Son distintos tipos de liber-tades porque en la radio me siento libre pero ahora estoy en una radio re popular, nunca antes me escuchó tanta gente, y eso te mete en algunos lugares donde no jugás con tanta liber-tad porque hay compromisos y porque hay cosas que están preestablecidas porque así es la radio, pero a su vez cuando estoy en mi juego, cuando estoy en la radio yo me siento muy libre, dentro de esos esquemas trabajo con absoluta libertad o trabajábamos con esa libertad cuando hacíamos Bangkok o 9

pm, radios más chicas y sujetas a menos presión desde el punto de vista del negocio. Encuentro en el Estudio está hecho con un mecanismo de relojería, es un formato estricto, pero hay mu-cha libertad porque la música tiene mucha libertad. A veces la entrevista dura más tiempo de lo que se puede ver y escuchar en el programa. Hay una liber-tad prácticamente absoluta, puedo preguntar lo que se me ocurra y el devenir de la charla nos puede llevar por territorios que no estaban ni pensados en el guión.¿Cómo haces para no caer en la pelea mediática K-Anti k?

Yo tengo mis ideas, siempre las tuve, van cambiando con el tiempo obviamente porque voy aprendiendo. Porque conozco más, porque leo más, porque escucho más, y porque voy envejeciendo y uno se vuelve de alguna manera un poco más pragmático. Pero sigo pensando lo mismo y sigo siendo quien soy. No necesito a nadie que me venga a decir si es k o no es k, me parece una tremenda pelotudez realmente. Y no soy de una cosa ni de la otra. Es más, cuando alguien viene y me dice “esto es así o asá”, ya se me puso en contra. No hay una verdad. ¿Qué te hace feliz?

Yo soy muy feliz laburando, soy muy feliz con mis afec-tos, mi familia, mis hijas, mis amores, y eso lo aprendí con el tiempo. Soy feliz viajando. Soy un tipo medianamente feliz, aunque a veces me dé la ca-beza contra las paredes como todo el mundo.

El hombre de radio cuenta las diferencias entre trabajar para una empresa privada y para el Estado.

“La música da mucha libertad”

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“A mí el rock me mueve; me ayudó a animarme, a viajar y me volvió más curioso.”

Entrevista a Lalo Mir

Lalo y Jorge “Portugués” Da Silva en Encuentro en el Estudio.