GENERALIDADES DEL SUELO
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SUELOS
Luis Chicaiza Editor
Se denomina suelo a la parte no
consolidada y superficial de la
corteza terrestre, biológicamente
activa, que tiende a desarrollarse
en la superficie de las rocas
emergidas por la influencia de la
intemperie y de los seres vivos
(meteorización).
Los suelos son sistemas
complejos donde ocurren una
vasta gama de procesos
químicos, físicos y biológicos que
se ven reflejados en la gran
variedad de suelos existentes en
la tierra.
A grandes rasgos los suelos están
compuestos de minerales y
material orgánico como materia
sólida y agua y aire en distintas
proporciones en los poros. De
una manera más esquemática se
puede decir que la pedosfera, el
conjunto de todos los suelos,
abarca partes de la litósfera,
biósfera, atmósfera e hidrósfera.
Son muchos los procesos que
pueden contribuir a crear un
suelo particular, algunos de estos
son la deposición eólica,
sedimentación en cursos de
agua, meteorización, y
deposición de material orgánico.
De un modo simplificado puede
decirse que las etapas implicadas
en su formación son las
siguientes:
Disgregación mecánica de
las rocas.
Meteorización química de
los materiales regolíticos,
liberados.
Instalación de los seres
vivos (microorganismos,
líquenes, musgos, etc.)
sobre ese sustrato
inorgánico. Esta es la fase
más significativa, ya que
con sus procesos vitales y
metabólicos, continúan la
meteorización de los
minerales, iniciada por
mecanismos inorgánicos.
Además, los restos
vegetales y animales a
través de la fermentación y
la putrefacción enriquecen
ese sustrato.
Mezcla de todos estos
elementos entre sí, y con
agua y aire intersticiales
TIPOS DE SUELO
Si eres observador y sobre todo si
te gusta contemplar la
naturaleza, habrás podido
observar cuando sales de paseo,
de viaje a otras ciudades o dentro
de tu misma ciudad como el
paisaje cambia.
Las tierras no son todas del
mismo color, algunas se
presentan de color amarillento,
otras de aspectos rojizos algunas
bastantes oscuras casi negras...
De igual manera encontramos
variedad en la vegetación sitios
realmente fértiles, como otros
bastantes áridos.
Pero alguna vez te has
preguntado ¿a qué se deben estos
cambios, qué factores son los
que influyen en las condiciones
de los suelos?
Pero alguna vez te has
preguntado ¿a qué se deben estos
cambios, qué factores son los
que influyen en las condiciones
de los suelos?
En el siguiente tema trataremos
de conocer algunos de los
factores que influyen en las
condiciones de los suelos. De
igual manera conocer los tipos
de suelo, cuáles son los más
apropiados para el cultivo, para
el pastoreo de los animales o para
otras actividades del ser humano.
Son muchos los factores que
influyen en las condiciones de
los suelos, son muchas los
elementos que hacen que los
suelos sean fértiles o no.
Las temperaturas, la pluviosidad
y las posibilidades de un buen
drenaje o escurrimiento de las
aguas, son factores importantes
que explican las características
de un suelo determinado. Por
ejemplo, los suelos de las altas
montañas son muy distintos a los
de las llanuras o a los de los
valles.
El agua en mayor o menor
cantidad, así como las bajas o
altas temperaturas, permiten la
formación de cada tipo de suelo.
La humedad y la temperatura
hacen que se disuelvan o no,
determinados minerales, se
fragmenten las rocas y se
descomponga la materia
orgánica: restos de hojas, raíces,
tallos, frutos, animales,
excrementos y semillas.
La proporción de cada
componente le da al suelo
respectivo un espesor, una
fertilidad y un color
determinados.
Los suelos presentan una
coloración rojiza, parda, amarilla,
blanquecina o negruzca, de
acuerdo con la presencia de
ciertos minerales, humedad, tipo
de roca u otros factores.
Tipos de suelo:
Suelos arenosos: están formados
principalmente por arena. Son
suelos que no retienen agua.
Tienen muy poca materia
orgánica y no son aptos para la
agricultura.
Suelos arcillosos: principalmente
están formados por arcilla, de
granos muy finos color
amarillento, retienen el agua
formando charcos. Si se mezclan
con humus pueden ser buenos
para cultivar.
Suelos calizos: tienen
abundancia de sales calcáreas.
Son de color blanco, son secos y
áridos y no son buenos para la
agricultura.
Suelos pedregosos: formados por
rocas de todos los tamaños. No
retienen el agua y no son buenos
para el cultivo.
Suelos humíferos: en su
composición abunda la materia
orgánica en descomposición o
descompuesta (humus). Son de
color oscuro, retienen bien el
agua y son buenos para el
cultivo.
Para que un suelo posea
verdadero valor agrícola, debe
reunir tres condiciones
fundamentales.
1. - Contener suficientes
partículas pequeñas (arcilla y
limo) para que retengan la
humedad alrededor de las raíces
de las plantas.
2. - Contener bastantes
partículas mayores (grava y
arena) para que sea poroso y así
las raíces reciban suficiente aire
para mantener viva la planta.
3. - Poseer los elementos
químicos necesarios para nutrir
las plantas. Cuando el suelo no
posee estos nutrientes, pueden
agregarse fertilizantes o abonos.
Estas condiciones hacen de los
suelos el mejor de los recursos
naturales, pero es bueno
también recordar que el suelo es
un recurso natural que se agota
como se agota el agua y debemos
cuidarlo y protegerlo, no sólo
para nosotros, sino para las
generaciones futuras.
Por características físicas
Litosoles: Se considera un
tipo de suelo que aparece
en escarpas y
afloramientos rocosos, su
espesor es menor a 10 cm
y sostiene una vegetación
baja, se conoce también
como leptosales que viene
del griego leptos que
significa delgado.
Constituyen la etapa
primaria de formación del
suelo, la capa del mismo es
menor a 10 cm de espesor,
predominando en ella la
materia orgánica, con una
fertilidad de media a alta.
Se presentan en
pendientes altas, lo cual
impide su explotación
económica.
Cambisoles: Son suelos
jóvenes con proceso inicial
de acumulación de arcilla.
Se divide en vértigos,
gleycos, eutrícos y
crómicos.
Son suelos que se originan
y evolucionan en el mismo
lugar, presentan una
fertilidad media a baja, son
bien drenados, de
profundidad media,
accesibles en su manejo,
sin embargo, al carecer de
cubierta vegetal son muy
susceptibles a la erosión.
Luvisoles: Presentan un
horizonte de acumulación
de arcilla con saturación
superior al 50%.
Evolucionan en áreas de
relieves montañosos,
ondulados y de mesetas,
de fertilidad media,
presentan buen drenaje y
fácil manejo.
Paulatinamente se han
incorporado a la
agricultura y ganadería.
Estoa suelos presentan alta
susceptibilidad a la
erosión, si se les da este
tipo de manejo. Su mayor
potencialidad es el uso
silvícola.
Acrisoles: Presentan un
marcado horizonte de
acumulación de arcilla y
bajo saturación de bases al
50%.
Gleysoles: Presentan agua
en forma permanente o
semipermanente con
fluctuaciones de nivel
freático en los primeros 50
cm.
Fluvisoles: Son suelos
jóvenes formados por
depósitos fluviales, la
mayoría son ricos en
calcio.
Rendzina: Presenta un
horizonte de
aproximadamente 50 cm
de profundidad. Es un
suelo rico en materia
orgánica sobre roca caliza.
Vertisoles: Son suelos
arcillosos de color negro,
presentan procesos de
contracción y expansión,
se localizan en superficies
de poca pendiente y
cercanos escurrimientos
superficiales.
SUELO ORGANICO
El estudio de la dinámica del
suelo muestra que sigue un
proceso evolutivo al que son
aplicables por completo los
conceptos de la sucesión
ecológica. La formación de un
suelo profundo y complejo
requiere, en condiciones
naturales, largos períodos de
tiempo y el mínimo de
perturbaciones. Donde las
circunstancias ambientales son
más favorables, el desarrollo de
un suelo a partir de un sustrato
geológico bruto requiere cientos
de años, que pueden ser millares
en climas, topografías y litologías
menos favorables.
Los procesos que forman el suelo
arrancan con la meteorización
física y química de la roca bruta.
Continúa con el primer
establecimiento de una biota, en
la que frecuentemente ocupan
un lugar prominente los
líquenes, y el desarrollo de una
primera vegetación. El aporte de
materia orgánica pone en
marcha la constitución del
edafon. Éste está formado por
una comunidad de
descomponedores, bacterias y
hongos sobre todo y detritívoros,
como los colémbolos o los
diplópodos, e incluye también a
las raíces de las plantas, con sus
micorrizas. El sistema así
formado recicla los nutrientes
que circulan por la cadena
trófica. Los suelos
evolucionados, profundos,
húmedos y permeables suelen
contar con las lombrices de
tierra, anélidosoligoguetos
comedores de suelo, en su
edafón, lo que a su vez favorece
una mejor mezcla de las
fracciones orgánica y mineral y
la fertilidad del suelo.
CAUSAS DE LA
DEGRADACIÓN O
DESTRUCCIÓN DE LOS
SUELOS
Meteorización: consiste en
la alteración que
experimentan las rocas en
contacto con el agua, el
aire y los seres vivos
Meteorización física o
mecánica: es aquella que
se produce cuando, al
bajar las temperaturas que
se encuentran en las
grietas de las rocas, se
congelan con ella,
aumenta su volumen y
provoca la fractura de las
rocas.
Meteorización química: es
aquella que se produce
cuando los materiales
rocosos reaccionan con el
agua o con las sustancias
disueltas en ella.
Erosión: consiste en el
desgaste y fragmentación
de los materiales de la
superficie terrestre por
acción del agua, el viento,
etc. Los fragmentos que se
desprenden reciben el
nombre de detritos.
Transporte: consiste en el
traslado de los detritos de
un lugar a otro.
Sedimentación: consiste
en el depósito de los
materiales transportados,
reciben el nombre de
sedimentos, y cuando estos
sedimentos se cementan
originan las rocas
sedimentarias.
Los suelos se pueden destruir
por las lluvias. Estas van lavando
el suelo, quitándole todos los
nutrientes que necesita para
poder ser fértil, los árboles no
pueden crecer ahí y se produce
una deforestación que conlleva
como consecuencia la
desertificación.
FORMACION DEL SUELO
El suelo puede formarse y
evolucionar a partir de la mayor
parte de los materiales rocosos,
siempre que permanezcan en
una determinada posición el
tiempo suficiente para permitir
las anteriores etapas. Se pueden
diferenciar:
Suelos autóctonos,
formados a partir de la
alteración in situ de la roca
que tienen debajo.
Suelos alóctonos,
formados con materiales
provenientes de lugares
separados. Son
principalmente suelos de
fondos de valle cuya
matriz mineral procede de
la erosión de las laderas.
La formación del suelo es un
proceso en el que las rocas se
dividen en partículas menores
mezclándose con materia
orgánica en descomposición. El
lecho rocoso empieza a
deshacerse por los ciclos de
hielo-deshielo, por la lluvia y por
otras fuerzas del entorno:
1. El lecho de roca madre se
descompone cada vez en
partículas menores.
2. Los organismos de la zona
contribuyen a la formación
del suelo desintegrándolo
cuando viven en él y
añadiendo materia
orgánica tras su muerte. Al
desarrollarse el suelo, se
forman capas llamadas
horizontes.
3. El horizonte A, más
próximo a la superficie,
suele ser más rico en
materia orgánica, mientras
que el horizonte C
contiene más minerales y
sigue pareciéndose a la
roca madre. Con el
tiempo, el suelo puede
llegar a sustentar una
cobertura gruesa de
vegetación reciclando sus
recursos de forma efectiva
4. Cuando el suelo es
maduro suele contener un
horizonte B, donde se
almacenan los minerales
lixiviados.
Editor
Juan León
Evolución
El suelo es el sistema complejo
que se forma en la capa más
superficial de la Tierra, en el
límite entre diversos sistemas
que se reúnen en la superficie
terrestre: la litosfera, que aporta
la matriz mineral del suelo, la
atmósfera, la hidrosfera y la
biosfera que alteran dicha
matriz, para dar lugar al suelo
propiamente dicho.
Inicialmente, se da la alteración
física y química de las rocas,
realizada, fundamentalmente,
por la acción geológica del agua
y otros agentes geológicos
externos, y posteriormente por la
influencia de los seres vivos, que
es fundamental en este proceso
de formación. Se desarrolla así
una estructura en niveles
superpuestos, conocida como el
perfil de un suelo, y una
composición química y biológica
definida. Las características
locales de los sistemas
implicados —litología y relieve,
clima y biota— y sus
interacciones dan lugar a los
diferentes tipos de suelo.
Los procesos de alteración
mecánica y meteorización
química de las rocas, determinan
la formación de un manto de
alteración o eluvión que, cuando
por la acción de los mecanismos
de transporte de laderas, es
desplazado de su posición de
origen, se denomina coluvión.
Sobre los materiales del
coluvión, puede desarrollarse lo
que comúnmente se conoce
como suelo; el suelo es el
resultado de la dinámica física,
química y biológica de los
materiales alterados del
coluvión, originándose en su
seno una diferenciación vertical
en niveles horizontales u
horizontes. En estos procesos, los
de carácter biológico y
bioquímico llegan a adquirir una
gran importancia, ya sea por la
descomposición de los productos
vegetales y su metabolismo, por
los microorganismos y los
animales zapadores.
El conjunto de disciplinas que se
abocan al estudio del suelo se
engloban en el conjunto
denominado Ciencias del Suelo,
aunque entre ellas predomina la
edafología e incluso se usa el
adjetivo edáfico para todo lo
relativo al suelo. El estudio del
suelo implica el análisis de su
mineralogía, su física, su química
y su biología.
Por este motivo, el suelo no es
una entidad estrictamente
geológica, por lo que la ciencia
que lo estudia, la edafología, esta
vinculada a la geología a la
biología y a la agronomía.
Adicionalmente el suelo puede
ser considerados un recurso
natural, creando así una
vinculación a la economía.
Es la cubierta superficial de la
mayoría de la superficie
continental de la Tierra. Es un
agregado de minerales no
consolidados y de partículas
orgánicas producidas por la
acción combinada del viento, el
agua y los procesos de
desintegración orgánica.
Los suelos cambian mucho de
un lugar a otro. La composición
química y la estructura física del
suelo en un lugar dado, están
determinadas por el tipo de
material geológico del que se
origina, por la cubierta vegetal,
por la cantidad de tiempo en que
ha actuado la meteorización, por
la topografía y por los cambios
artificiales resultantes de las
actividades humanas. Las
variaciones del suelo en la
naturaleza son graduales,
excepto las derivadas de
desastres naturales. Sin
embargo, el cultivo de la tierra
priva al suelo de su cubierta
vegetal y de mucha de su
protección contra la erosión del
agua y del viento, por lo que
estos cambios pueden ser más
rápidos. Los agricultores han
tenido que desarrollar métodos
para prevenir la alteración
perjudicial del suelo debida al
cultivo excesivo y para
reconstruir suelos que ya han
sido alterados con graves daños.
El conocimiento básico de la
textura del suelo es importante
para los ingenieros que
construyen edificios, carreteras y
otras estructuras sobre y bajo la
superficie terrestre. Sin
embargo, los agricultores se
interesan en detalle por todas sus
propiedades, porque el
conocimiento de los
componentes minerales y
orgánicos, de la aireación y
capacidad de retención del agua,
así como de muchos otros
aspectos de la estructura de los
suelos, es necesario para la
producción de buenas cosechas.
Los requerimientos de suelo de
las distintas plantas varían
mucho, y no se puede
generalizar sobre el terreno ideal
para el crecimiento de todas las
plantas. Muchas plantas, como la
caña de azúcar, requieren suelos
húmedos que estarían
insuficientemente drenados para
el trigo. Las características
apropiadas para obtener con
éxito determinadas cosechas no
sólo son inherentes al propio
suelo; algunas de ellas pueden
ser creadas por un adecuado
acondicionamiento del suelo.
Los componentes del suelo se
pueden dividir en sólidos,
líquidos y gaseosos.
Sólidos
Este conjunto de componentes
representa lo que podría
denominarse el esqueleto
mineral del suelo y entre estos,
componentes sólidos, del suelo
destacan:
Silicatos, tanto residuales o no
completamente meteorizados,
(micas, feldespatos, y
fundamentalmente cuarzo).
o Como productos no plenamente
formados, singularmente los
minerales de arcilla,
(caolinita, illita, etc.).
Óxidos e hidróxidos de Fe (hem
atites, limonita, goetita) y
de Al (gibsita,bohemita),
liberados por el mismo
procedimiento que las arcillas.
Clastos y granos
poliminerales como materiales
residuales de la alteración
mecánica y química incompleta
de la roca originaria.
Otros diversos compuestos
minerales cuya presencia o
ausencia y abundancia
condicionan el tipo de suelo y su
evolución.
o Carbonatos (calcita, dolomita).
o Sulfatos (aljez).
o Cloruros y nitratos.
Sólidos de naturaleza orgánica o
complejos órgano-minerales, la
materia orgánica muerta
existente sobre la superficie,
elhumus o mantillo:
o Humus joven o bruto formado
por restos distinguibles de hojas,
ramas y restos de animales.
o Humus elaborado formado por
sustancias orgánicas resultantes
de la total descomposición del
humus bruto, de un color negro,
con mezcla de derivados
nitrogenados (amoníaco,
nitratos), hidrocarburos, celulosa
, etc. Según el tipo de
reacciónácido-base que
predomine en el suelo, éste
puede ser ácido, neutro o
alcalino, lo que viene
determinado también por la roca
madre y condiciona
estrechamente las especies
vegetales que pueden vivir sobre
el mismo.
o
Líquidos
Esta fracción está formada por
una disolución acuosa de las
sales y los iones más comunes
como Na+, K+, Ca2+, Cl-, NO3-
,… así como por una amplia
serie de sustancias orgánicas. La
importancia de esta fase líquida
en el suelo estriba en que éste es
el vehículo de las sustancias
químicas en el seno del sistema.
El agua en el suelo puede estar
relacionada en tres formas
diferentes con el esqueleto
sólido:
Tipos de líquido en el suelo.
la primera, está constituida por
una película muy delgada, en la
que la fuerza dominante que une
el agua a la partícula sólida es de
carácter molecular, y tan sólida
que esta agua solamente puede
eliminarse del suelo en hornos
de alta temperatura. Esta parte
del agua no es aprovechable por
el sistema radicular de las
plantas.
la segunda es retenida entre las
partículas por las fuerzas
capilares, las cuales, en función
de la textura pueden ser mayores
que la fuerza de la gravedad.
Esta porción del agua no percola,
pero puede ser utilizada por las
plantas.
finalmente, el agua que excede al
agua capilar, que en ocasiones
puede llenar todos los espacios
intersticiales en las capas
superiores del suelo, con el
tiempo percola y va a alimentar
los acuíferos más profundos.
Cuando todos los espacios
intersticiales están llenos de
agua, el suelo se dice saturado.
Gases
La fracción de gases está
constituida fundamentalmente
por los gases atmosféricos y tiene
gran variabilidad en su
composición, por el consumo
de O2, y la producción de
CO2dióxido de carbono. El
primero siempre menos
abundante que en el aire libre y
el segundo más, como
consecuencia del metabolismo
respiratorio de los seres vivos del
suelo, incluidas las raíces. Otros
gases comunes en suelos con mal
drenaje son el metano(CH4 ) y
el óxido nitroso (N2O).
LINKS DE INTERES
http://es.wikipedia.org/wiki/Suelo
www.tecnun.es/asignaturas/.../110Suelo.htm
www.alihuen.org.ar/eco.../que-es-el-suelo
ESTRUCTURA DEL SUELO
Jessica Sánchez
Editora.
Se entiende la estructura de un
suelo la distribución o diferentes
proporciones que presentan, los
distintos tamaños de las
partículas sólidas que lo
conforman, y son:
Materiales finos, (arcillas y
limos), de gran abundancia
en relación a su volumen,
lo que los confiere una
serie de propiedades
específicas, como:
o Cohesión.
o Adherencia.
o Absorción de agua.
o Retención de agua.
Materiales medios,
formados por tamaños
arena.
Materiales gruesos, entre
los que se encuentran
fragmentos de la roca
madre, aún sin degradar,
de tamaño variable.
Los componentes sólidos, no
quedan sueltos y dispersos, sino
más o menos aglutinados por el
humus y los complejos órgano-
minerales, creando unas
divisiones verticales denominadas
horizontes del suelo.
La evolución natural del suelo
produce una estructura vertical
“estratificada” (no en el sentido
que el término tiene en Geología)
a la que se conoce como perfil.
Las capas que se observan se
llaman horizontes y su
diferenciación se debe tanto a su
dinámica interna como al
transporte vertical.
El transporte vertical tiene dos
dimensiones con distinta
influencia según los suelos. La
lixiviación, o lavado, la produce el
agua que se infiltra y penetra
verticalmente desde la superficie,
arrastrando sustancias que se
depositan sobre todo por
adsorción. La otra dimensión es
el ascenso vertical, por
capilaridad, importante sobre
todo en los climas donde alternan
estaciones húmedas con
estaciones secas.
Se llama roca madre a la que
proporciona su matriz mineral al
suelo. Se distinguen suelos
autóctonos, que se asientan sobre
su roca madre, lo que representa
la situación más común, y suelos
alóctonos, formados con una
matriz mineral aportada desde
otro lugar por los procesos
geológicos de transporte.
Clases y tipos de estructura del
suelo
Por definición, la clase de
estructura describe el tamaño
medio de los agregados
individuales. En relación con el
tipo de estructura de suelo de
donde proceden los agregados, se
pueden reconocer, en general,
cinco clases distintas que son las
siguientes:
Muy fina o muy delgada;
Fina o delgada;
Mediana;
Gruesa o espesa;
Muy gruesa o muy espesa;
Por definición, el tipo de
estructura describe la forma o
configuración de los agregados
individuales. Aunque
generalmente los técnicos en
suelos reconocen siete tipos de
estructuras del suelo, sólo
usaremos cuatro tipos. Estos se
clasifican del 1 al 4, de la forma
siguiente:
1 Estructuras granulares y
migajosas: son partículas
individuales de arena, limo y
arcilla agrupadas en granos
pequeños casi esféricos. El agua
circula muy fácilmente a través
de esos suelos. Por lo general, se
encuentran en el horizonte A de
los perfíles de suelos;
2 Estructuras en bloques o
bloques subangulares : son
partículas de suelo que se
agrupan en bloques casi
cuadrados o angulares con los
bordes más o menos
pronunciados. Los bloques
relativamente grandes indican
que el suelo resiste la penetración
y el movimiento del agua. Suelen
encontrarse en el horizonte B
cuando hay acumulación de
arcilla;
3 Estructuras prismáticas y
columnares: son partículas de
suelo que han formado columnas
o pilares verticales separados por
fisuras verticales diminutas, pero
definidas. El agua circula con
mayor dificultad y el drenaje es
deficiente. Normalmente se
encuentran en el horizonte B
cuando hay acumulación de
arcilla;
4 Estructura laminar: se
compone de partículas de suelo
agregadas en láminas o capas
finas que se acumulan
horizontalmente una sobre otra.
A menudo las láminas se
traslapan, lo que dificulta
notablemente la circulación del
agua. Esta estructura se
encuentra casi siempre en los
suelos boscosos, en parte del
horizonte A y en los suelos
formados por capas de arcilla
Horizontes
Se denomina horizontes del suelo
a una serie de niveles
horizontales que se desarrollan en
el interior del mismo y que
presentan diferentes caracteres de
composición, textura, adherencia,
etc. El perfil del suelo es la
ordenación vertical de todos estos
horizontes.
Clásicamente, se distingue en los
suelos completos o evolucionados
tres horizontes fundamentales
que desde la superficie hacia
abajo son:
Horizonte A, o zona de
lavado vertical: Es el más
superficial y en él enraíza la
vegetación herbácea. Su
color es generalmente
oscuro por la abundancia
de materia orgánica
descompuesta o humus
elaborado, determinando el
paso del agua a su través el
arrastre hacia abajo, de
fragmentos de tamaño fino
y de compuestos solubles.
Horizonte B o zona de
precipitación: Carece
prácticamente de humus,
por lo que su color es más
claro, en él se depositan los
materiales arrastrados
desde arriba,
principalmente, materiales
arcillosos, óxidos e
hidróxidos metálicos,
carbonatos, etc., situándose
en este nivel los
encostramientos calcáreos
áridos y las corazas
lateríticas tropicales.
Horizonte C, roca madre, o
subsuelo: Está constituido
por la parte más alta del
material rocoso in situ,
sobre el que se apoya el
suelo, más o menos
fragmentado por la
alteración mecánica y la
química, pero en él aún
puede reconocerse las
características originales
del mismo.
Horizonte D u horizonte R
o material rocoso: es el
material rocoso subyacente
que no ha sufrido ninguna
alteración química o física
significativa. Algunos
distinguen entre D, cuando
el suelo es autóctono y el
horizonte representa a la
roca madre, y R, cuando el
suelo es alóctono y la roca
representa sólo una base
física sin una relación
especial con la composición
mineral del suelo que tiene
encima.
Los caracteres, textura y
estructura de los horizontes
pueden variar ampliamente,
pudiendo llegar de un horizonte
A de centímetros a metros.
Niveles de organización de la
estructura del suelo
En el esquema siguiente se
muestran los diferentes niveles de
organización de la estructura del
suelo, yendo del nivel
microscópico al nivel
macroscópico:
Dominios y clusters: Son grupos
de partículas de arcilla unidos
hasta un tamaño de 1-5 µm. La
unión de varios dominios origina
los clusters o flóculos. Siempre y
cuando predominen las fuerzas
de atracción entre las partículas
coloidales sobre las de repulsión,
tendremos floculación de los
coloides. Debe quedar claro, que
no siempre que exista floculación
de los coloides se forman
agregados, pero la floculación es
condición previa para la
formación de una adecuada
estructura en el suelo.
En este sentido es especialmente
relevante el papel desempeñado
por los iones calcio (floculante) y
sodio (dispersante). Siempre que
predomine el calcio en el
complejo coloidal, prevalecerán
las fuerzas de atracción entre los
coloides y éstos se mantendrán
floculados:
Pero cuando el nivel de sodio en
el complejo coloidal es elevado
(sobre todo cuando alcanza o
supera el 15%), debido al gran
tamaño del radio de hidratación
que muestra el ión sodio, los
coloides se separan, predominan
las fuerzas de repulsión entre los
mismos y dispersan:
Microagregados: Son
agrupaciones de coloides
floculados (clusters) hasta un
tamaño de 200-250 µm, que se
unen a partículas de limo y arena
fina. Esta unión se produce
mediante compuestos orgánicos
altamente polimerizados (ácidos
húmicos) y es la que origina la
formación del denominado
complejo arcillo-húmico.
Macroagregados: Son
agrupaciones de microagregados
con un tamaño superior a 250
µm. Los agentes de unión son:
• Los materiales orgánicos
“jóvenes”, fácilmente degradables
por los microorganismos
(polisacáridos, péptidos, ácidos
polihidroxicarboxílicos, exudados
de raíces y hongos, ácidos
fúlvicos, etc.). Conviene aclarar
que los ácidos fúlvicos pueden
considerarse como representantes
menos “maduros” de los ácidos
húmicos, e incluyen
carbohidratos, glucósidos,
fenoles, ácidos urónicos,
diferentes ácidos orgánicos, etc.
• Cementantes como óxidos y
carbonatos.
Las hifas de los hongos y las
raíces contribuyen a mantener
unidos de forma mecánica los
macroagregados, de esta forma
una raíz sana y bien desarrollada
contribuye a la formación de la
macroestructura del suelo, de la
misma forma que un suelo bien
estructurado favorece el
crecimiento y desarrollo
radicular.
En este punto interesa definir y
establecer las diferencias entre
ácidos húmicos, fúlvicos y
polihidroxicarboxílicos. La
siguiente figura muestra de forma
esquemática algunas de sus
propiedades físico-químicas,
indicando el sentido en que
aumentan o disminuyen.
Se puede entender que se trata
de compuestos más
evolucionados en el sentido
polihidroxicarboxílicos < fúlvicos
< húmicos, no existiendo una
separación clara entre cada uno
de ellos. Por esta razón los ácidos
húmicos son los más
polimerizados, con mayor poder
buffer, con más C y N y menor
contenido en O.
Estos ácidos húmicos son
responsables de formar agregados
de menor tamaño
(microagregados), que son más
estables en el tiempo y que se
generan de forma lenta. Por el
contrario, los ácidos fúlvicos y
polihidroxicarboxílicos son más
lábiles y dan lugar a la formación
de agregados de mayor tamaño
(macroagregados) de forma
rápida, pero con menor
estabilidad de los mismos. La
conveniencia de utilizar uno u
otro, o una combinación de ellos,
dependerá de las condiciones
estructurales que presente
nuestro suelo.
En suelos muy degradados que
necesiten una respuesta rápida,
deberán aplicarse ácidos
polihidroxicarboxílicos o ácidos
fúlvicos, teniendo en cuenta que
la macroestructura formada va a
mostrar una baja estabilidad en el
tiempo si cesan las aplicaciones y
si además tienen una deficiente
microestructura. En suelos con
mejor estructura, que interese
mantenerla o mejorarla en el
tiempo, puede ser más eficaz la
adición de ácidos húmicos,
teniendo en cuenta que su acción
va a ser más lenta y que genera
agregados de menor tamaño, más
estables y que, bajo condiciones
de buen manejo agronómico, se
unirán de forma natural para dar
lugar a macroagregados.
En cualquier caso, es de destacar
la importancia que tiene la
adición de este tipo de
compuestos de manera
continuada, aunque sea a
pequeñas dosis. De esta forma su
eficiencia y aprovechamiento es
mucho mayor, y los equilibrios
bioquímicos del suelo no se verán
fuertemente alterados.
Llegados a este punto debe
quedar claro, que los niveles de
organización de la estructura del
suelo, representados por una
pirámide en una de las figuras
anteriores, ven incrementada su
velocidad de formación o
destrucción conforme subimos
hasta el nivel macroscópico.
Dicho de otra forma conforme
descendemos hacia el nivel
microscópico se incrementa la
estabilidad temporal de las
agrupaciones.
Ahora bien, la formación-
destrucción de agregados ocurre
de forma simultánea para los
diferentes tamaños, no constituye
un proceso secuencial, y
dependerá de los procesos
naturales y del manejo
agronómico que se haga del
suelo. De esta forma podemos
tener un suelo con buena
macroestructura pero con una
deficiente estructuración de
microagregados (con lo que el
riesgo de perder total y
rápidamente la estructura es muy
grande), o por el contrario, un
suelo con adecuada
microestructura, pero con una
deficiente estructuración de
macroagregados (que en este caso
se podría lograr con facilidad por
procesos naturales o con el
adecuado manejo agronómico
incluyendo los adecuados
aportes).
Alteración y degradación de la
estructura
La estructura condiciona el
desarrollo de las plantas de forma
tan importante como puedan
hacerlo el contenido en
nutrientes, es más, una estructura
deficiente disminuye
sensiblemente la eficacia de un
adecuado programa nutricional,
debido a que no son adecuadas ni
las condiciones de desarrollo de la
raíz ni el vehículo de poner en
contacto los nutrientes con ésta.
En este aspecto conviene definir
distinguir el tipo de poros que
conforma la porosidad de un
suelo de cultivo:
• Macroporos o poros de
transmisión: Aquellos de
diámetro efectivo superior a 30
µm. Son los que proporcionan
aireación al sistema radicular y al
suelo en general, ya que una vez
llenos de agua, se vacían con
cierta facilidad. Dentro de los
macroporos podemos distinguir
los de flujo rápido (> 50 µm,
evacúan el agua rápidamente) y
los de flujo lento (30-50 µm,
evacúan el agua de una forma
más lenta).
• Microporos o poros de
almacenamiento: Aquellos de
diámetro efectivo inferior a 30
µm. Son los que retienen agua en
su cavidad. Aquellos entre 0.2-30
µm, proporcionan agua
absorbible para las plantas, el
agua retenida en poros de
diámetro inferior a 0.2 µm, no
está disponible para la raíz al
quedar retenida con excesiva
fuerza.
La distribución en tamaño de la
porosidad de un suelo es un
importante factor a la hora de
evaluar y delimitar la alteración y
degradación de su estructura.
Quizá el hecho más patente de
esta degradación estructural sea
la presencia de suelos
compactados. Algunas de las
causas que originan la
compactación de los suelos son:
• Utilización de maquinaria
pesada.
• La ejecución de las labores
culturales del cultivo, con
presencia de gran cantidad de
mano de obra ejerciendo presión
sobre el suelo.
• Pastoreo en exceso.
Evidentemente el riesgo de
compactación aumenta
grandemente cuando el suelo está
húmedo, y se producen una serie
de efectos indeseables tales como:
• Aumento de la densidad
aparente y de la microporosidad,
con lo que disminuye la
oxigenación de la raíz, existiendo
una menor capacidad de difusión
de gases y líquidos en la capa
superficial del suelo.
• Menor infiltración y drenaje y
mayor escorrentía, con el
consiguiente aumento del riesgo
de erosión.
• Mayor resistencia a la
penetración, con lo que existe un
menor volumen de suelo
explorado por las raíces, con el
consiguiente perjuicio para el
cultivo, sobre todo, en situaciones
de máxima demanda hídrica y
nutricional.
Como antes se indicó existe una
estrecha relación entre el laboreo
y la compactación del terreno. Si
bien el laboreo puede compactar
el suelo, a la vez constituye un
método eficaz para eliminar la
compactación. Quizá en este
sentido los mejores resultados se
puedan obtener con el arado de
vertedera, mezclando los
horizontes superiores, si embargo
esta acción contribuye a
compactar el suelo por debajo de
la profundidad de volteo,
formando la llamada “suela de
labor”.
Importancia de la estructura del
suelo
La agregación del suelo puede
asumir diferentes modalidades, lo
que da por resultado distintas
estructuras de suelo. La
circulación del agua en el suelo
varía notablemente de acuerdo
con la estructura; por
consiguiente, es importante que
conozca la estructura del suelo
donde se propone construir una
granja piscícola. Aunque quizás
no pueda recopilar toda está
información por cuenta propia,
los técnicos especializados del
laboratorio de análisis de suelos
podrán suministrársela después
de examinar las muestras de
suelo no alteradas que tome. Le
podrán decir si la estructura del
suelo es mala o buena
(poros/canales capilares, red,
etc.). También podrán ofrecerle
información sobre el grado de
circulación del agua o la
permeabilidad.
Link interesantes
http://www.slideshare.net
/edafoIPA/clase1fotos-
estructuras
http://articulos.infojardin.
com/articulos/Textura_2.
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